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EN DIRECTO AL PALADAR
Siete recetas griegas para un veraniego picoteo del finde
Tzatziki griego
La mejor forma de desgrasar y refrescar cualquier crudité, frito o
dippeo viene con esta icónica salsa, fácil de hacer, que solo exige un
buen yogur, un poquito de pepino y la frescura que queramos darle con
la menta o la hierbabuena, además de una punta de limón.
Ingredientes para 2 personas. 2 yogures griegos, 1 pepino, una
cucharada de aceite de oliva, 2 cucharadas de menta fresca
picada, 1 diente de ajo, medio limón y pimienta negra molida.
Elaboración. Pelamos el pepino y lo lavamos bien. Luego, con un
rallador fino, lo rallamos hasta que quede una especie de puré de
pepino. Lo salamos ligeramente y lo dejamos en un escurridor o
en un colador para que vaya soltando el agua. Por otro lado, en
un cuenco, mezclamos el yogur, el aceite, el diente de ajo picado,
el zumo de 1/2 limón (o un poco menos), la menta picada (puede
ser hierbabuena) y una pizca de sal y pimienta. Se pueden usar
también yogures normales escurriendo bien el suero que tienen
en un colador, aunque el resultado no es tan cremoso. Por último,
incorporamos el pepino bien escurrido, removemos suavemente y
servimos frío. Se puede servir inmediatamente, pero el Tzatziki
griego está mejor reposado un par de horas en la nevera, para que
esté más frío y un poco más denso.
Receta | Tzatziki griego
Keftedes con tzatziki a la menta
Los keftedes son los primos griegos de los clásicos kofta o kefta que
vemos por todo Oriente Medio. Lógicamente, la cocina no entiende de
fronteras políticas, así que el parecido con ellos es altísimo, pero el
resultado es igualmente sabroso.
Ingredientes para 2 personas. 300g de carne picada, 1 patata
mediana, 2 cebollas medianas, aceite de oliva, 1 huevo, 25
gramos de harina, 1 ramita de menta, 2 cucharadas de vinagre,
sal y pimienta negra molida.
Elaboración. Limpiamos la piel de la patata bajo el agua,
introducimos en un caza con agua salada y cocemos. Cuando
esté cocida, la refrescamos en agua fría, la pelamos y la
aplastamos en un cuenco con un tenedor. Pelamos también la
cebolla y la picamos finamente. Calentamos en una sartén un
chorro de aceite y sofreímos la cebolla hasta que esté bien
doradita, retiramos y reservamos. Lavamos las ramitas de menta
y las secamos sobre papel absorbente de cocina. Retiramos seis
hojas y picamos bien finas. Añadimos al cuenco con la patata
machacada y mezclamos, agregamos también la carne picada y el
huevo, salpimentamos y mezclamos con una cuchara de madera
o con las manos, hasta obtener un compuesto homogéneo,
añadimos después el vinagre, y las cebollas que teníamos
reservadas y volvemos a mezclar. Tapamos todo con film
transparente y dejamos reposar en la nevera durante unas 4
horas. Cuando la carne haya reposado, tomamos pequeñas
porciones de pasta y formamos bolitas del tamaño de una nuez,
con la mano le vamos dando forma alargada. Enharinamos los
keftedes y los doramos con abundante aceite hirviendo.
Receta | Keftedes con tzatziki a la menta
Avgolemono, sopa griega de limón
Seguramente hayas comido más de una vez judías verdes con tomate,
pero el orden de los factores y, sobre todo, utilizar especias como el
eneldo o el perejil (aunque también puedes usar albahaca o
hierbabuena), cambiarán el registro de este plato, tan versátil y sabroso
como las estaciones del año.
Ingredientes para 4 personas. 1 cebolla blanca grande, 5
dientes de ajo, 500g de judías verdes redondas o planas, 400g de
carne de tomate, 200ml de agua, 1 cucharadita de orégano seco,
un buen puñado de perejil fresco, un buen puñado de eneldo
fresco, medio limón, sal, pimienta negra molida y aceite de oliva.
Elaboración. Cortar la cebolla en juliana fina y rallar los ajos con
un rallador tipo Microplane o uno bien fino, para dejarlos como
una pasta. Alternativamente, usar un prensador. Lavar, secar y
cortar las judías en piezas de unos cuatro o cinco centímetros de
largo. Calentar unas tres cucharadas de aceite de oliva en una
cazuela amplia a temperatura media-baja; añadir la cebolla y el
ajo, remover y salar ligeramente. Dejar cocinar hasta que la
cebolla esté blanda, pero sin dejar que se dore. Añadir las judías,
remover y echar el tomate. Agregar el orégano, salpimentar
ligeramente y echar el agua usando el mismo bote del tomate,
para terminar de recoger los restos que queden dentro. Llevar a
ebullición, bajar el fuego, tapar y dejar cocinar 30 minutos.
Destapar, remover un poco y dejar cocinando a fuego muy lento
unos 15-20 minutos más, hasta que la salsa haya reducido
mucho y el tomate se haya concentrado. Probar, corregir de sal,
añadir el zumo de medio limón y servir con un puñado generoso
de eneldo fresco y perejil picados.
Receta | Fasolakia griega o judías verdes con tomate
Musaka griega
Aquella noble y enfurruñada señora del anuncio nos puso hace más de
dos décadas sobre la pista de un yogur que, por entonces, nos sonaba
a extraño. Hoy en día vemos yogures griegos de toda índole, la mayoría
con poco de griegos, pero podemos emularlo en casa para buscar ese
plus de cremosidad que tanto nos gusta.
Ingredientes para 8 personas. 800ml de leche fresca entera,
100ml de nata líquida y un yogur natural.
Elaboración. Calentamos todos los ingredientes a fuego medio
hasta que alcancen los 85ºC, un poco antes de que la mezcla
hierva y empiece a humear. Dejamos enfriar hasta los 45ºC-40ºC
y vertemos en un recipiente que debemos tapar muy bien con
paños y film. Lo colocamos en el lugar más cálido que tengamos
de la casa, por ejemplo el horno o junto a un radiador, durante
ocho horas para que fermente. Tanto con uno u otro método
después de estas ocho horas de fermentación el yogur estará
listo. Ahora debemos filtrarlo para conseguir nuestro yogur
griego. Con una gasa o paño fino de algodón, libre de olores y
suavizantes, colamos el yogur. Como este paso durará varias
horas, mínimo cuatro, refrigeraremos el proceso. Una vez termine
de colarse todo tendremos sobre el paño o gasa el yogur griego
listo y en el recipiente el suero de leche, que podemos usar para
tomar tal cual u otras recetas.
Receta | Yogur griego casero
Tyropsomo o espirales de queso griegas
Queso, aceite, trigo... Pocos ingredientes nos hacen más hermanos
que estos tres a lo largo y ancho de todo el Mediterráneo, encontrando
en este pan de queso una forma perfecta de volvernos a comer Grecia,
ya sea como aperitivo o como tentempié.
Ingredientes para 4 personas. 150g de harina, 150g de harina
de fuerza, 1 cucharadita de sal, 25g de levadura fresca de
panadería, 5 cucharadas de agua tibia, 1 cucharada de miel, 4
cucharadas de aceite de oliva, 120ml de leche tibia, 1 clara de
huevo, mantequilla fundida para untar, 400g de queso feta
desmenuzado, 1 yema de huevo y 2 cucharadas de semillas de
sésamo.
Elaboración. En un cuenco grande, tamizamos los dos tipos de
harina con la sal. Desleímos la levadura en un cuenco con el agua
tibia hasta obtener una masa homogénea. Formamos un agujero
en el centro de la harina y vertemos en su interior la miel, el
aceite, la clara de huevo y le levadura desleída en el agua. Vamos
mezclando los ingredientes secos y líquidos hasta obtener una
masa pegajosa y fina. La volcamos en una superficie ligeramente
enharinada y la amasamos hasta que quede homogénea.
Untamos un bol con aceite, formamos una bola con la masa, la
ponemos en el cuenco, la cubrimos y la dejamos leudar
aproximadamente una hora o hasta que doble su volumen.
Dividimos la masa en cuatro porciones iguales. Sobre una
superficie ligeramente enharinada, extendemos cada porción en
una tira de 3 mm de grosor y 6 cm de longitud. Disponemos un
cuarto de queso a lo largo del centro de cada una. Humedecemos,
doblamos y pellizcamos los bordes para sellarlos alrededor del
queso y formar cuatro barras pequeñas. Con la unión hacia
abajo, enroscamos las barras formando con cada una de ellas
una espiral amplia y la colocamos en una fuente de horno untada
con la mantequilla derretida o cubierta con una hoja de papel de
hornear, con la unión hacia abajo y bien separadas entre sí, para
que no se peguen al crecer. Precalentamos el horno a 200ºC.
Pintamos las espirales con mantequilla fundida, las cubrimos y
las dejamos leudar durante media hora. Batimos la yema de
huevo con una cucharadita de agua, pintamos las espirales con
esta mezcla y las espolvoreamos con las semillas de sésamo. Las
horneamos unos 30 minutos, hasta que se doren. Las dejamos
enfriar sobre una rejilla y las servimos templadas.
Receta | Tyropsomo o espirales de queso griegas
Karidopita: pastel griego de nueces
LILIANA FUCHS@akane86
26 Septiembre 2022
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El pimiento es una verdura comodín que putilizamos de muchas
formas en la cocina. Existen multitud de variedades distintas,
incluyendo los más pequeños y picantes, aunque el llamado
pimiento morrón rojo reina sobre los demás. Estamos en plena
temporada de pimientos y es el mejor momento para hacer unos
pimientos asados de película.
La calidad de los pimientos asados envasados deja mucho desear
en cuanto a textura y sabor. Por eso merece la pena llenar la
cesta de la compra con un gran cargamento de pimientos para
asarlos en casa y aprovecharlos en muchos platos diferentes.
Para terminar de animaros, a continuación compartimos
nuestra guía definitiva para hacer pimientos asados y
recetas en las que sacarles partido.
EN DIRECTO AL PALADAR
Cómo mejorar tus recetas de verduras y hacerlas fáciles y
deliciosas
¿Qué pimientos asar?
Los pimientos grandes rojos suelen ser más dulces, carnosos
y jugosos
La respuesta es simple: cualquiera que nos guste. Todos los
pimientos se pueden asar, solo depende de nuestras preferencias,
de lo que ofrezca el mercado en cada momento o de cómo
queremos utilizarlos después. Es primordial, eso sí, escoger
ejemplares de buena calidad, a ser posible sin daños y en su
punto perfecto de maduración.
En el caso de no tener una idea muy clara yo apuesto por el
clásico, el pimiento rojo morrón de gran tamaño, carnoso y
hermoso. Me gustan especialmente los de gran calibre y color rojo
oscuro, casi negro, tienen un gran sabor que se intensifica
mediante el asado, dulce y equilibrado.
Recordemos que los pimientos rojos fueron inicialmente verdes,
pero al madurar aumenta el nivel de azúcares y se intensifica
también el color; ocurre lo mismo con los amarillos, que se
vuelven de color naranja.
También podemos combinar diferentes colores (amarillo, rojo,
naranja, verde) que darán mucho colorido a nuestros platos.
Podríamos asar distintos tipos al mismo tiempo, pero es más
recomendable utilizar pimientos del mismo calibre, ya que de
lo contrario los más pequeños se asarían mucho más rápido, con
el riesgo de que se nos quemen.
La preparación previa
Se pueden asar enteros o abiertos y sin semillas. El primer paso
siempre será lavar y secar bien los pimientos, comprobando
que no tienen partes dañadas, y cortar parte del tallo si fuera
muy grande o si llevara hojas unidas. También es preferible
dejarlos a temperatura ambiente y no asarlos directamente de la
nevera.
Para asarlos abiertos hay que abrirlos con un corte
vertical para dejar cada pimiento y cortar el tallo superior con el
gran núcleo de semillas. Finalmente se retiran los restos de
semillas y los filamentos. Personalmente no me gusta este
segundo método porque tengo la impresión de que salen menos
sabrosos.
EN DIRECTO AL PALADAR
Cómo asar mazorcas de maíz a la barbacoa: cinco métodos
infalibles
Cómo asar pimientos en casa: tres métodos diferentes
No existe un único método válido para asar pimientos; podéis
escoger el que más se adapte a vuestras necesidades y entre
dentro de las posibilidades del hogar. Lo importante es conseguir
ese “chamuscado” exterior responsable del delicioso sabor de
los pimientos asados.
En el horno
Mi método favorito, fácil y práctico. Suelo aprovechar para
hornear varias cosas a la vez cuando lo enciendo, y ya sabréis que
mi horno no se toma vacaciones ni en plena ola de calor.
Ingredientes
Para 2 personas
Pimiento rojo2
Aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer pimientos asados
Dificultad: Fácil
Tiempo total35 m
Elaboración5 m
Cocción30 m
Precalentar el horno a 200ºC.
Engrasar ligeramente con aceite una bandeja o fuente grande.
Colocar los pimientos encima sin apelotonarlos demasiado. Regar
con un poco más de aceite de oliva virgen extra y masajear para
que se unten bien.
Asar a media altura durante unos 25-35 minutos, dándoles la
vuelta con unas pinzas a mitad de la cocción.
El punto final depende del gusto, a mí me gustan más hechos,
más tiernos. La piel debe quedar ennegrecida por algunas partes.
También se pueden asar utilizando el gratinador, si es potente.
En ese caso conviene colocar los pimientos en el nivel más
superior del horno, pero procurando que haya espacio suficiente
para que no se chamusquen demasiado rápido, dejando el
interior a medio cocinar.
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Sobre la llama de la cocina
Es un método no válido para cocinar de inducción o
vitrocerámica, pero si tenéis fuegos de gas podéis asar pimientos
directamente sobre la llama. Es práctico sobre todo en verano
porque evita encender el horno, ideal para asar pocas unidades.
Cubrir los alrededores del fuego con papel de aluminio para
protegerlo de salpicaduras, o usar un “asador” especial para estos
menesteres.
Colocar un pimiento cada vez directamente sobre el fuego.
Asar a media potencia durante unos 25-30 minutos, girándolo
cada cierto tiempo para asarlo de uniformemente por todos lados.
A la barbacoa o grill
En temporada de comidas al aire libre podemos aprovechar la
barbacoa o grill; con buenas brasas conseguiremos unos
pimientos asados especialmente irresistibles.
Colocar los pimientos en el grill de la barbacoa sobre las llamas.
Vigilar que la potencia de las llamas sea media y no llegue a
quemar directamente los pimientos.
Girar de vez en cuando con pinzas adecuadas para asarlos de
forma homogénea.
Retirar a los 20-25 minutos, cuando la piel esté muy negra.
Cómo pelar los pimientos fácilmente: el poder del vapor
Dejando sudar los pimientos recién asados los pelaremos más
fácilmente
Una vez asados a nuestro gusto hay que ser pacientes y dejar los
pimientos reposar en un baño de vapor. Utilizaremos el propio
calor de la verdura recién asada para “suden” y facilitar el
proceso de retirar la piel. Hay varios métodos:
Tapar la bandeja del horno con papel de aluminio o plástico film,
procurando que queden bien cubiertos sin huecos de ventilación.
Introducir los pimientos dentro de una bolsa apta para alimentos,
por ejemplo, de congelación, con cierre hermético.
Colocar los pimientos en un gran plato y taparlo con una fuente o
recipiente de gran tamaño.
Esperaremos, como mínimo, 20 minutos. Una vez destapados
quizá tengamos que esperar un poco más por si continúan
demasiado calientes.
Ahora queda la tarea más engorrosa, que no difícil. Hay que
hacerse a la idea de que nos vamos a pringar un poco,
quizá interese utilizar guantes aptos para uso alimentario. Lo
que nunca hay que hacer es lavarlos debajo del grifo, estaremos
echando por el desagüe gran parte del sabor y jugosidad.
Abrir cada pimiento mediante un corte vertical longitudinal.
Retirar con cuidado el tallo y el núcleo de semillas.
Eliminar también los restos de semillas sueltas y cortar los
filamentos pasando un cuchillo a ras.
Dar la vuelta y pelar. La piel debería salir fácilmente,
despegándose sin problemas.
Desechar semillas, tallos, pieles y filamentos, pero conservar los
jugos.
Cortar los pimientos según necesitemos.
Dependiendo de cómo vamos a emplear los pimientos los
cortaremos de una forma u otra. Lo habitual y más práctico es
hacerlo en tiras largas, no demasiado finas, para apreciar bien
su rica carne. Si no tenemos claro el uso, lo mejor es dejar piezas
grandes.
Si vamos a consumirlos a corto plazo es suficiente
con envasarlos en un recipiente hermético con sus jugos
limpios, en la nevera. En el caso de que vayan a pasar más de
dos días, es preferible cubrirlos con aceite de oliva virgen extra de
buena calidad. Y si queremos conservarlos a largo plazo, nos
podemos plantear el envasado al vacío o las conservas caseras.
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la oferta puede variar.
Cómo utilizar los pimientos asados en la cocina: ideas y
recetas
Pocas cosas hay tan simples y tan deliciosas como una cena
rápida a base de pimientos asados, queso y buen pan. Si
añadimos una buena conserva de pescado -anchoas, bonito-,
salazón o ahumado, ya casi será un banquete.
Prácticamente cualquier ensalada de temporada ganará muchos
puntos añadiendo pimientos asados; combinan de maravilla con
todo tipo de lechugas y hojas verdes crujientes, también con
tomates, cebolla, aceitunas o huevo duro. Y, vuelvo a insistir, con
cualquier queso.
¿Más ideas? Tostas, tostadas y canapés -hacen gran pareja con el
aguacate y el jamón-, relleno de bocadillos y sándwiches fríos o
calientes, salsas de pasta, pizzas, tartas saladas, tortillas,
guarnición de carnes y pescados, ensaladas de hortalizas,
hummus, pisto, currys, cuscús, guisos y salteados de legumbres,
cremas de verduras... Las posibilidades son casi infinitas.
Kolokithokeftedes o buñuelos de calabacín y queso feta
¡Kolokithokeftedes! Por esta palabreja se conoce en Grecia a
los buñuelos de calabacín y queso feta. Un bocado delicioso y
tradicional de la gastronomía griega que nos ha conquistado al
primer mordisco. Tiernos, jugosos, aromáticos, los
kolokithokeftedes ya se han hecho un lugar de honor en nuestra
cocina. ¿Os animáis a prepararlos?
Ingredientes
Para 4 personas
Calabacín1
Cebolla1
Queso feta100 g
Queso de rulo de cabra100 g
Huevo1
Eneldo fresco
Perejil fresco
Hierbabuena fresca
Pan rallado60 g
Harina de trigo75 g
Sal
Pimienta negra molida
Aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer kolokithokeftedes
Dificultad: Fácil
Tiempo total30 m
Elaboración10 m
Cocción20 m
Reposo30 m
Lavamos y rallamos el calabacín y la cebolla, previamente pelada.
Colocamos ambos en un colador, dentro de un recipiente hondo,
y dejamos escurrir durante 30 minutos. Apretamos de vez en
cuando para ayudar a que suelte la mayor cantidad posible de
líquido. Mientras tanto lavamos y secamos las hierbas frescas.
Picamos finamente cada una de ellas. Necesitamos una
cucharada de cada tipo. En un recipiente hondo machacamos el
queso feta y el de cabra, añadimos el huevo y las hierbas picadas,
el pan rallado y la harina. Removemos bien hasta homogeneizar,
quizás sea más sencillo usar las manos porque la mezcla es
espesa. A continuación trasladamos el calabacín y la cebolla
escurridos a un recipiente amplio y hondo. Salpimentamos al
gusto. Añadimos la masa anterior, poco a poco, y removemos
hasta integrar. Cuando tengamos una masa homogénea
calentamos abundante aceite de oliva en una sartén. Tomamos
porciones de la masa, ayudándonos de un par de cucharas, y las
dejamos caer en el aceite caliente. Freímos bien por ambos lados,
que queden doradas. Retiramos de la sartén con la ayuda de una
espumadera y las colocamos sobre un trozo de papel absorbente
para retirar el exceso de grasa. Colocamos las kolokithokeftedes o
croquetas de calabacín y queso feta en una bandeja y servimos
acompañadas de salsa de yogur, tzatziki o unos trozos de limón.
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Enlace a la receta | Buñuelos de calabacín griegos
Gratín de calabacines con jamón serrano y queso feta
Nos topamos con la idea en un antiguo foro de recetas francés –a
saber cómo hemos llegado hasta aquí– y no hemos hecho más
que cambiar el jamón ahumado por jamón serrano. No es una
receta fotogénica, pero os prometemos que está mucho más rica
de lo que parece: el calabacín queda súper suave y la salsa
resultante te hará mojar una barra de pan como te descuides.
Ingredientes para 4 personas: 2 calabacines, 200 g de queso
feta, hierbas provenzales, sal, pimientas variadas molidas, 2
dientes de ajo, 150 g de jamón serrano en lonchas, aceite de oliva,
medio vaso de agua.
Elaboración: En primer lugar, corta los calabacines en rodajas de
medio centímetro. En una sartén grande vierte un pelín de aceite
de oliva y ve dorando el calabacín en tandas y, antes de sacarlo,
echa la pimienta recién molida, un poco de hierbas provenzales y
una pizca de sal (con cuidado, que el jamón y el queso feta ya
llevan mucha). En la misma sarten puedes ir dorando el ajo en
láminas. Según van saliendo los calabacines, colócalos en una
fuente para el horno, seguidos de un poco de ajo, una capa de
jamón serrano en lonchas, y de una nueva capa de calabacines, y
así sucesivamente. Continúa con la operación hasta finalizar con
una última capa de calabacines. Acaba el plato con el queso feta,
que puedes desmigar con la mano para cubrir toda la fuente.
Añade un último toque de pimienta y hierbas provenzales, el
medio vaso de agua, y mete la fuente en el horno, a 180º. Hornea
los calabacines entre 20 y 40 minutos, dependiendo del horno,
hasta que el feta empiece a dorarse. Sirve de inmediato.
Enlace a la receta | Gratín de calabacines con jamón serrano y
queso feta
Brócoli al horno con queso feta, tomate cherry y limón
No nos cansaremos de recomendar las verduras asadas al
horno como una forma sencilla de solucionar cualquier cena o
comida sin apenas esfuerzo, y en todo tipo de combinaciones
exitosas. Y esta sin duda lo es.
Ingredientes para 2 personas: 400 g de brócoli, 300 g de queso
feta, 200 g de tomate cherry, 1 cebolla morada, 1 limón, 1
cucharadita de comino en grano, media cucharadita de chile en
copos, sal, pimienta negra molida, aceite de oliva virgen extra, 50
g de aceitunas negras de Aragón, cilantro fresco.
Elaboración: Precalentamos el horno a 200º C. Mientras se
calienta, disponemos todos los ingredientes en una fuente grande:
el brócoli cortado en ramilletes de un bocado, el tomate cherry en
mitades, el queso feta en trozos grandes (nosotros hemos usado
dos paquetes de 150 g partidos en cuatro), la cebolla cortada en
juliana, las aceitunas deshuesadas, y medio limón cortado en
rodajas. Espolvoreamos sobre la verdura el comino y el chile en
copos al gusto (si no tenemos, podemos también moler un par de
guindillas de cayena). Añadimos sal y pimienta negra reción
molida y un buen chorretón de aceite de oliva. Cuando el horno
esté caliente introducimos la bandeja a media altura, y dejamos
que se cocinen las verduras entre 20 y 30 minutos, hasta que la
piel de los tomates de resquebraje y el brócoli esté bien dorado.
Servimos con el medio limón sobrante para quien quiera echar
más y, si nos gusta, un poco de cilantro fresco picado.
Enlace a la receta | Brócoli al horno con queso feta, tomate
cherry y limón
Pasta con queso feta al horno y tomate cherry
El origen del plato se ecuentra en un blog de cocina finlandés que
compartió la idea hace casi dos años. Su autora bromea un poco
con la repercusión mundial que ha tenido últimamente su
sencilla receta, compartida en TikTok y convertida en un éxito
casi instantáneo.
Ingredientes para 4 personas: 200 g de queso feta, 500 g de
tomate cherry, medio chile rojo seco o en copos, 3 dientes de ajo,
400 g de pasta seca (corta o larga), aceite de oliva virgen extra,
pimienta negra molida, sal y albahaca u orégano.
Elaboración: Precalentar el horno a 200ºC. Engrasar con aceite
de oliva una fuente refractaria y colocar el bloque de queso feta en
medio, escurrido del líquido que lleva. Lavar los tomates y retirar
de las ramas, si vienen con ellas. Se pueden dejar algunas para
decorar. Colocar los cherrys alrededor del queso. Cortar en
rodajas la guindilla, si se usa fresca, y cortar por la mitad
longitudinal o laminar los ajos. Añadir a la fuente, regar todo con
un buen chorro de aceite y aderezar con pimienta; añadir chile en
copos si no hemos usado la guindilla. Salar solo los tomates, pues
el queso ya es salado. Hornear a media altura 15-20 minutos.
Subir la fuente al nivel superior y subir la temperatura a 225-
230ºC. Hornear unos 10 minutos más, vigilando que no se
queme. Mientras, cocinar la pasta siguiendo las indicaciones del
paquete, para dejarla al dente. Reservar un poco de agua de
cocción.
Enlace a la receta | Pasta con queso feta al horno y tomate cherry
Queso feta empanado con miel de pimienta rosa y tomillo
Hay recetas que encandilan a primera vista por su sencillez y
porque sus ingredientes son tan sabrosos que sabemos
inmediatamente que nos van a gustar. Esto es lo que os va a
ocurrir con este queso feta empanado con miel de pimienta
rosa y tomillo. Puede que os resulte extraño pensar en cocinar el
queso feta, pero nosotros ya lo hemos probado anteriormente y os
aseguramos que queda genial.
Ingredientes para cuatro personas: miel, pimienta rosa o de
otra variedad, tomillo fresco, 200 g de queso feta en bloque, 1
huevo, 30 g de pan rallado, aceite de oliva para freír. Para
acompañar: tomates cherry, ralladura de 1 limón y albahaca
fresca.
Elaboración: Aromatizamos la miel añadiendo un poco de
pimienta rosa, al gusto, o del tipo que más nos guste junto con
unas hojas de tomillo fresco. Removemos bien y reservamos.
Escurrimos el queso feta y lo secamos con papel absorbente.
Tiene que quedar bien seco. A continuación lo empanamos
pasando por huevo y después por pan rallado. Hay que
asegurarse de cubrirlo bien para que no salpique durante la
fritura. Calentamos un poco de aceite en una sartén y freímos el
queso feta empanado a fuego medio hasta dorar, volteando para
que se haga bien por todos sus lados. Servimos rociando el queso
feta empanado con un chorrito de miel y con unos tomates cherry
aliñados con ralladura de limón, albahaca fresca picada y aceite
de oliva virgen extra.
Enlace a la receta | Queso feta empanado con miel de pimienta
rosa y tomillo
Pastelitos griegos de queso feta
Estos pastelitos griegos de queso feta son un bocado delicioso que
funde la suavidad de la leche con el sabor intenso del queso feta,
dando lugar a una masa esponjosa y aromática que os
cautivará. Son un bocado ideal para una comida de picoteo o
para llevar a un picnic, pues pueden prepararse con antelación y
son fáciles de transportar.
Ingredientes para 12 unidades: 140 g de harina, 1 y 1/2
cucharaditas de semillas de hinojo, 2 huevos, 1 clara de huevo,
300 g de leche, 40 g de mantequilla, 1/2 cucharadita de sal, 1
cucharadita de levadura química, 200 g de queso feta troceado y
100 g de queso gruyère rallado.
Preparación: Empezamos precalentando el horno a 200ºC.
Mezclamos la harina y las semillas de hinojo. Mezclamos
ponemos los huevos, la clara, la leche, la mantequilla, la sal y los
quesos y batimos bien hasta homogeneizar. Agregamos la harina
y las semillas de hinojo y removemos hasta que no queden
grumos. Repartimos la masa entre 10 o 12 moldes de muffins
engrasados y horneamos unos 25 minutos, hasta que estén
dorados.
Enlace a la receta | Pastelitos griegos de queso feta
EN DIRECTO AL PALADAR
Cinco recetas de aperitivos con tomates cherry perfectas para
un picoteo del finde veraniego
Queso feta con verduras en papillote
Hace muchos años que preparamos este queso feta con verduras
en papillote y cada día que lo hacemos nos gusta más. Nos
encanta la combinación de sabores y texturas, que se
transforman con el calor del horno. El queso feta mantiene su
forma, pero se torna meloso y jugoso, lo que lo convierte en un
manjar. Sobre todo recién salido del horno y con un buen pan a
su lado.
Ingredientes para cuatro personas: 200 g de queso feta en
bloque, 100 g de cebolla, 100 g de pimiento rojo, 100 g de
pimiento verde, orégano seco, ajo en polvo, pimienta negra molida
y aceite de oliva virgen extra.
Elaboración: Encendemos el horno a 180ºC con calor arriba y
abajo. Mientras se calienta preparamos las verduras. Lavamos los
pimientos, retiramos las semillas y el pedúnculo y los cortamos
en tiras finas. Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana muy
fina. Cortamos dos rectángulos iguales de papel de aluminio lo
suficientemente grandes para envolver en ellas las verduras y el
queso. Colocamos la cebolla y los pimientos sobre la base de uno
de los rectángulos y, sobre ellas, el queso feta. Espolvoreamos con
orégano, pimienta y ajo granulado. Colocamos el rectángulo
restante sobre el queso y doblamos los bordes hasta cerrar el
paquete herméticamente. Introducimos el papillote en el horno y
asamos durante 15 minutos. Retiramos, abrimos con cuidado
para no quemarnos, regamos con un chorrito de aceite de oliva
virgen extra y servimos inmediatamente.
Enlace a la receta | Queso feta con verduras en papillote.
Tarta salada de espinacas, feta y patata
Podríamos pasar un buen rato mirando esta tarta salada de
espinacas, feta y patata, porque es preciosa, pero el olor que nos
llega nos empuja a meterle mano de inmediato. Nos encantó la
pinta de esta tarta cuando la vimos en el New York Times y
quisimos probarla de inmediato.
Ingredientes para 6 personas: 5 dientes de ajo, 30 g de cilantro
o perejil fresco, 3 g de chile molido, 5 g de comino molido o en
grano, 5 g de pimentón dulce, pimienta negra molida, sal, aceite
de oliva virgen extra, 1 cebolla, 350 g de espinaca congelada,
cucharadia y media de ralladura de limón, cucharadita y media
de zumo de limñón, 1 lamina de hojaldre redonda, 130 g de queso
feta, 250 g de patata.
Elaboración: Primero debemos preparar una salsa chermoula.
Solo hay que triturar el ajo, el cilantro, el chile, el comino, el
pimentón, 1/2 cucharadita de sal, un pellizco de pimienta negra y
tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Obtendremos una
pasta grumosa y basta. Reservamos para su posterior uso.
Pelamos y picamos la cebolla. Pochamos en una sartén con el
resto del aceite de oliva virgen extra durante unos 10-12 minutos.
Añadimos la mitad de la pasta chermoula, las espinacas, una
cucharadita de sal y un pellizco de pimienta negra. Rehogamos
un par de minutos, removiendo para que se mezclen todos los
ingredientes. Dejamos enfriar. Cubrimos la base de un molde
para tartas (el nuestro de 24 cm) con papel vegetal para que sea
más fácil el desmoldado una vez lista. Forramos con la masa de
hojaldre y recortamos el sobrante de los laterales. Pinchamos la
base con un tenedor. Rellenamos con la mezcla anterior,
repartiendo bien por todo el molde. Repartimos el queso feta
desmenuzado por la superficie. Tapamos el molde y guardamos
en la nevera durante al menos 20 minutos o, incluso mejor, toda
la noche. Pelamos la patata y laminamos finamente con ayuda de
una mandolina o un cuchillo bien afilado, descartando los
extremos. Colocamos las láminas de patata en un cuenco amplio
y rociamos con una cucharada de aceite de oliva virgen extra, sal
y pimienta negra. Removemos para repartir bien. Retiramos el
molde con la tarta de la nevera y cubrimos el relleno con las
láminas de patata, dejando la masa al aire. Cocemos en el horno,
precalentado a 200 ºC con calor arriba y abajo, durante unos 50
minutos o hasta que la superficie esté dorada. Dejamos
atemperar unos minutos antes de desmoldar. Antes de ser servir
mezclamos la ralladura y el zumo de limón con la pasta
chermoula y una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
Rociamos la tarta con la mitad de la salsa y llevamos el resto a la
mesa por si alguien quiere más.
Enlace a la receta | Tarta salada de espinacas, feta y patata
Nachos con calabacín, jalapeño y queso feta
Uno de los aperitivos que más nos gusta son los nachos, pero los
clásicos con salsa de queso nos resultan muy pesados. Por eso
inventamos fórmulas como esta, con calabacín, jalapeño y feta,
más ligera y refrescante. Esta vez nos ha faltado hacer nuestros
propios nachos o totopos, algo sencillísimo de hacer con nuestra
receta.
Ingredientes para seis personas: 200 g de cebolla, 30 g de aceite
de oliva virgen extra, 1 chile jalapeño, 300 g de calabacín,
pimentón dulce, 1 cogollo de lechuga, cilantro fresco, 150 g de
queso feta, 200 ml de nata para cocinar o leche, 200 g de nachos
de maíz y 1 zanahoria.
Elaboración: Comenzamos con la preparación de todas las
verduras. Pelamos la cebolla y la cortamos en pequeños trozos.
Lavamos el calabacín, retiramos los extremos y lo cortamos en
dados pequeños de igual tamaño. Pelamos la zanahoria y la
cortamos en dados. Abrimos el chile jalapeño por la mitad,
retiramos las semillas y lo picamos finamente. Lavamos el cogollo
de lechuga, lo cortamos en dos mitades a lo largo y después
cortamos cada mitad en juliana fina. Calentamos el aceite en una
cazuela y pochamos la cebolla a fuego medio durante unos cinco
minutos o hasta que comience a cambiar de color y
reblandecerse. Añadimos la zanahoria y pochamos un par de
minutos. A continuación el calabacín en dados junto con el
jalapeño picado. Removemos y cocemos cinco minutos más.
Incorporamos una cucharadita de pimentón dulce, sazonamos y
removemos de nuevo. Por último agregamos la lechuga y dejamos
que se poche durante un par de minutos. Retiramos del fuego. En
un cacito pequeño mezclamos la nata y el queso feta, previamente
troceado. Lo ponemos a fuego suave y dejamos que se funda al
tiempo que trabajamos con un tenedor para que el queso se
incorpore a la nata en la medida de lo posible. Podemos usar una
batidora eléctrica si queremos una mezcla homogénea, pero no es
necesario. Extendemos los nachos en una bandeja y los
calentamos en el horno, pre-calentado a 200ºC en posición arriba
y abajo, durante cinco minutos. Colocamos los nachos calientes
en una fuente de servir, intercalándolos con la mezcla del
calabacín y la crema de queso. Esparcimos unas hojas de cilantro
fresco por la superficie y servimos inmediatamente para que no
pierdan temperatura.
Enlace a la receta | Nachos con calabacín, jalapeño y queso feta
Tyropsomo o espirales de queso
Esta es una receta para preparar con tiempo y calma, perfecta
para calentar la cocina al calor del horno. Los tyropsomo son
unos panes griegos en forma de espiral con queso feta en su masa
que entran sin sentir. Deliciosos recién horneados y en caliente,
aunque no les hacemos feos en otro momento.
Ingredientes para cuatro unidades: 150 g de harina de trigo
común, 150 g de harina de fuerza, 1 cucharadita de sal, 25 g de
levadura fresca de panadería, 5 cucharadas de agua tibia, 1
cucharada de miel, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra,
120 ml de leche tibia, 1 clara de huevo, mantequilla fundida para
untar, 400 g de queso feta desmenuzado, 1 yema de huevo y 2
cucharadas de semillas de sésamo.
Elaboración: En un cuenco grande, tamizamos los dos tipos de
harina con la sal. Desleímos la levadura en un cuenco con el agua
tibia hasta obtener una masa homogénea. Formamos un agujero
en el centro de la harina y vertemos en su interior la miel, el
aceite, la clara de huevo y le levadura desleída en el agua. Vamos
mezclando los ingredientes secos y líquidos hasta obtener una
masa pegajosa y fina. La volcamos en una superficie ligeramente
enharinada y la amasamos hasta que quede homogénea.
Untamos un bol con aceite, formamos una bola con la masa, la
ponemos en el cuenco, la cubrimos y la dejamos leudar
aproximadamente una hora o hasta que doble su volumen.
Dividimos la masa en cuatro porciones iguales. Sobre una
superficie ligeramente enharinada, extendemos cada porción en
una tira de 3 mm de grosor y 6 cm de longitud. Disponemos un
cuarto de queso a lo largo del centro de cada una. Humedecemos,
doblamos y pellizcamos los bordes para sellarlos alrededor del
queso y formar cuatro barras pequeñas. Con la unión hacia
abajo, enroscamos las barras formando con cada una de ellas
una espiral amplia y la colocamos en una fuente de horno untada
con la mantequilla derretida o cubierta con una hoja de papel de
hornear, con la unión hacia abajo y bien separadas entre sí, para
que no se peguen al crecer. Precalentamos el horno a 200ºC.
Pintamos las espirales con mantequilla fundida, las cubrimos y
las dejamos leudar durante media hora. Batimos la yema de
huevo con una cucharadita de agua, pintamos las espirales con
esta mezcla y las espolvoreamos con las semillas de sésamo. Las
horneamos unos 30 minutos, hasta que se doren. Las dejamos
enfriar sobre una rejilla y las servimos templadas.
Enlace a la receta | Tyropsomo o espirales de queso.
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Spanakopita o o pastel griego de espinacas, pasas y queso
feta
La spanakopita o pastel griego de espinacas, pasas y queso
feta es una de las recetas más populares de la gastronomía
griega. Tan común por aquellas tierras como lo es en España la
tortilla de patatas, es raro encontrar una panadería que no lo
venda. La mezcla del relleno se puede enriquecer con un poco de
cebolla pochada, piñones y tomillo o eneldo, pero no hemos
querido desviarnos en exceso de la receta original. Con la
presentación en forma de espiral nos ha bastado.
Ingredientes para seis personas: 12 láminas de masa filo, 2
dientes de ajo, aceite de oliva virgen extra para pincelar, 900 g de
espinaca fresca, 200 g de queso feta, 50 g de pasas sultanas, 1
huevo, sal, pimienta negra molida y tomillo fresco para
espolvorear.
Elaboración: En una cacerola amplia con un poco de aceite de
oliva virgen extra, dorar los dientes de ajo picados. Añadimos las
espinacas, salpimentamos al gusto y rehogamos un par de
minutos. Escurrimos bien las espinacas y atemperamos. Batimos
el huevo en un recipiente hondo junto con el queso feta
desmenuzado y las uvas pasas. Añadimos las espinacas
escurridas y mezclamos. Pincelamos una lámina de masa con
aceite de oliva. Colocamos otra lámina encima y engrasamos de
nuevo. Podemos usar una tercera lámina, pero esto es opcional.
Colocamos una parte del relleno de espinacas sobre el extremo
más largo de la masa filo y envolvemos en forma de cilindro.
Colocamos en el centro de un molde redondo, enrollado sobre sí
mismo. Preparamos más cilindros de masa filo y enrollamos
alrededor hasta cubrir toda la superficie del molde, formando una
espiral. Pincelamos con aceite de oliva y cocemos en el horno,
precalentado a 180º C, durante 20-25 minutos o hasta que esté
bien dorado. Espolvoreamos con tomillo seco a la hora de servir.
Tsoureki: receta fácil del típico pan dulce griego de Pascua
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MANU RUIZ@manucatman
13 Marzo 2023
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La receta de pan dulce griego de Pascua sería el equivalente a
nuestra mona de pascua en Grecia. Se trata de un pan trenzado
que incorpora huevos (al igual que la mona) como símbolo de la
resurrección, ya sea de Cristo para los creyentes o ya sea de la
primavera y con ello, la vida después del yermo invierno.
Si este año queréis sorprender a vuestros ahijados con una mona
un poco exótica en Directo al Paladar os presentamos esta.
Los huevos tradicionalmente se pintan de rojo y se incorpora una
especia difícil de conseguir llamada Maleph.
Ingredientes
Para 1 unidades
Levadura fresca de panadería40 g
Leche50 g
Harina de fuerza240 g
Mantequilla30 g
Azúcar80 g
Ralladura de naranja0.5
Huevo M2
Cardamomo molido4 g
Cómo hacer pan dulce griego de Pascua
Dificultad: Media
Tiempo total2 h 15 m
Elaboración2 h
Cocción15 m
Reposo2 h 30 m
En recipiente ponemos la levadura fresca junto con la leche y
removemos bien con una cuchara de madera hasta que se
disuelva. Después añadimos 40 gramos de harina y volvemos a
mezclar bien. Esto es nuestra masa de arranque, la cual vamos a
dejar fermentar durante 30 minutos hasta que se llene de
burbujas, también símbolo de vida, por cierto.
Mientras nuestra masa de arranque se prepara, fundimos la
mantequilla en un cazo y le añadimos el azúcar. Mezclamos bien
y retiramos del fuego. Luego, agregamos la ralladura de naranja y
volvemos a mezclar. La mezcla anterior, la dejamos atemperar y
añadimos, por este orden, el huevo, el cardamomo y removemos.
A la masa de arranque le agregamos 200 gramos de harina de
fuerza y la mezcla anterior. Mezclamos el conjunto y
obtendremos una masa que tendremos que amasar, pero antes la
dejamos reposar 10 minutos.
La ponemos en la amasadora con el gancho de amasar durante
20 minutos, o bien a mano hasta obtener una masa elástica.
Sacamos a un bol y dejamos reposar tapada 1 hora.
Luego, desgasificamos y dividimos en 3 trozos. Estiramos las
porciones con las manos, rotándolas, hasta que tengan un
tamaño de 25 cms. Y comenzamos a hacer la trenza. Entre
medias ponemos los huevos crudos. dejamos levar 1 hora y media
o dos, hasta que doble su volúmen. Tras el levado, pintamos con
huevo batido y horneamos en un horno precalentado a 220ºC, a
180ºC durante 15-minutos.
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Con qué acompañar el pan dulce griego de Pascua
Deja el pan dulce griego de Pascua enfriar sobre una rejilla y
cuando esté totalmente frío, pinta los huevos con colorante rojo
(yo no lo hice) y consume. Con mantequilla y mermelada para el
desayuno del lunes de Pascua es perfecto. Una receta con sabor
del otro lado del Mediterráneo.