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Al hilo de la lectura de María Eugenia AUBET SEMMLER, Comercio

y colonialismo en el Próximo Oriente Antiguo. Los antecedentes


coloniales del III y II milenios a.C. (Barcelona: Bellaterra, 2007)

José CASTRO DEL ÁLAMO

Grado en Historia. UAM

jos.castro@estudiante.uam.es

María Eugenia AUBET SEMMLER es Licenciada en Prehistoria por la Universidad de


Barcelona (1969), y Doctora en Historia por la misma institución (1972). Pasó a ser
Catedrática, y en la actualidad es Profesora Emérita en la Universidad Pompeu Fabra de
Barcelona.

Entre sus publicaciones cabe destacar: La Cueva d´es Cuyram, Ibiza (1969); con
Juan MALUQUER DE MOTES, Andalucía y Extremadura: Programa de
Investigaciones Protohistóricas, II vols. (1975 y 1981); La cerámica púnica de Setefilla
(1976); La necrópolis de Setefilla en Lora del Río, Sevilla (túmulo B) (1978); Marfiles
fenicios del Bajo Guadalquivir. I. Cruz del Negro (1979); junto a Gregorio DEL OLMO
LETE, Los fenicios en la Península Ibérica. Arqueología, Cerámica y Plástica (1986);
coordinadora del Tartessos: Arqueología protohistórica del Bajo Guadalquivir (1989);
colaboradora en Historia Universal Planeta. Orígenes del Hombre y de la Civilización
(1992); Tiro y las colonias fenicias de Occidente (1994; 2ª ed. en 1997; traducido al
inglés en 1996 y 2001 como The Phoenicians and the West; otra ed. en 2009); Los
fenicios en Málaga (1997); coordinadora junto a Manuela BARTHÉLEMY en el Actas
del Cuarto Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos (2000);
colaboradora en The Phoenicians in Spain. An Archaeological Review of the Eight-Sixth
Centuries B.C.E. (2001); La colonización fenicia en Occidente. Estado de la
investigación (2002); con Pau SUREDA TORRES (Coords.), Interacción social y
comercio en la antesala del Colonialismo (2013); The Phoenician cemetery of Tyre
(2014); La necrópolis fenicia de Al-Bass (2015); editora junto a Francisco GARCÍA
ALONSO de Juan MALUQUER DE MOTES, Tartessos. La ciudad sin historia (2016).

Ha traducido al español las siguientes obras: V. GORDON CHILDE,


Introducción a la Arqueología (1972); C. GAMBLE y T. CHAMPION et alli,
Prehistoria de Europa (1988). Ha dirigido en la editorial Crítica de Barcelona la
colección Arqueología. También dirige la colección Bellaterra Arqueología.

1
El libro al que hago la reseña ha sido traducido al inglés en 2013 como
Commerce and Colonization in the Ancient Near East. Ha sido reseñado ya en dos
ocasiones en español1, y en inglés cuatro veces2.

El libro se divide en dos partes bien diferenciadas. La primera se dedica a teoría y


metodología histórica sobre economía antigua, y aborda el concepto de colonialismo en
el mundo antiguo. La segunda parte, en cambio, tiene una perspectiva más práctica,
analizando casos concretos de la economía antigua de Oriente, y relaciones comerciales
a larga distancia, entre la metrópoli y las colonias. Unas conclusiones cierran el libro,
seguidas de la bibliografía utilizada, abreviaturas y un índice alfabético, que ayuda a la
hora de consultar la obra.

El objetivo de este libro es ver las raíces del colonialismo fenicio sobre Occidente,
contemplando los antepasados de estas actividades que surgieron durante los III-II
milenios a.C. en Oriente.

En el primer apartado, dedicado a las escuelas históricas primitivistas y


modernistas, se comienza enunciando que no hay consenso entre los historiadores sobre
la economía antigua. Se analiza también el papel de la antropología para con este debate
historiográfico. La autora destaca la existencia principal de dos escuelas de
interpretación: los modernistas y los primitivistas. Entre los primeros sería destacable la
aportación de Eduard MEYER, que defendería unos rasgos inherentes del capitalismo
en el mundo antiguo, además de un Estado omnipresente. Entre los segundos, la autora
destaca a Karl BÜCHER, quien defiende una economía doméstica o del oikos, una
economía sin mercado, sin capitalismo, y sin iniciativa privada. Este apartado finaliza
con el análisis de la aportación marxiana a este debate: la historiografía marxiana
aportará de la mano de Karl WITTFOGEL un modo de producción propio para el
Oriente, caracterizado por el despotismo oriental y la hipertrofia del Estado, esto es el
modo de producción asiático.

El siguiente se dedica a estudiar la obra de Karl POLANYI. En este capítulo se


abordan las aportaciones y críticas que ha generado este teórico de la economía antigua
y precapitalista. Es sin duda, una aportación original e importante. Ha sido un personaje
que ha tenido y tiene una influencia considerable a la hora de abordar la historia de la
economía en el Mundo Antiguo y en la Prehistoria. Fue muy crítico con el
determinismo económico, defendiendo una economía sustantiva: es el ser humano el
que genera la economía, y no al revés. En general, niega que se pueda estudiar con
presupuestos modernos la economía antigua. Para este teórico, el capitalismo solo
aparece en el siglo xix d.C. Así, la economía antigua es una forma económica de
1
Jorge CANO MORENO, Ariel EIRIS, Federico ONETO, «María Eugenia Aubet, Comercio y
colonialismo en el Próximo Oriente Antiguo. Los antecedentes coloniales del III y II milenios a. C.,
2007», Antiguo Oriente: Cuadernos del Centro de Estudios de Historia del Antiguo Oriente 8 (2010) pp.
211-213; Sergio REMEDIOS SÁNCHEZ, Gerión, 25-II (2008) pp. 143-144
2
Danijela STEFANOVIC, Belgrade Historical Review, IV (2013) pp. 233-235; Philip BOYES, American
Journal of Archaeology, 118-II (2014); Mitchell S. ROTHMAN, AHB Online Reviews, IV (2014) pp. 51-
54; Caroline SAUVAGE, Boulletin of the American Society of Oriental Research, 372 (2014) pp. 238-
240

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relación social que se ve influida por los lazos de parentesco, las relaciones políticas y
religiosas, que limitan el pleno desarrollo de una economía de mercado. En el mundo
antiguo, además, no existe el beneficio económico. Con todo esto, se concluye según las
ideas polanyianas, que no hay mercado en el Oriente Próximo Antiguo, lo que no niega
la existencia de un lugar donde se realizan transacciones entre bienes materiales —ya
que no hay moneda, o dinero—. Por último, POLANYI defendió las limitaciones
tecnológicas, de seguridad y climáticas para el comercio de larga distancia. Siguiendo a
este autor, el puerto de mercado es el órgano encargado de esta peculiar y escasa forma
de comercio.

Otro de los apartados de este libro reseñado se dedica a la teoría y una visión
crítica de la colonización. El estudio del colonialismo en el Oriente Próximo Antiguo es
reciente, ya que no se puso en práctica hasta los años Setenta en adelante. La autora nos
propone una definición sobre el colonialismo: es un proceso en el cual un país mantiene
unos enclaves en el exterior, para explotarlos económicamente, lo que produce un
impacto cultural, económico y social en ambas partes. En general, aunque se presupone
una dominación por parte de la metrópoli, y por tanto unas relaciones desiguales, la
autora expone que existen múltiples formas de interacción y de sistemas coloniales.
Además, algunos investigadores han postulado la existencia de tres posibilidades: 1-
difusión comercial; 2- interacción desigual; y 3- interacción entre iguales. Por último, la
autora, en este apartado, nos invita a revisar las relaciones colonia-metrópoli, y a criticar
la interpretación centro/periferia como economicista y eurocentrista.

El último de los capítulos teóricos de la obra se centra en el comercio en la


economía antigua. La autora nos introduce en esta parte del libro, exponiendo que el
intercambio es un factor social fundamental a lo largo de la historia. A la hora de definir
el comercio, tenemos que tener en cuenta dos características principales: en primer
lugar, es un intercambio de dos direcciones, acompañado con flujo de información; y en
segundo lugar, es el comercio la actividad que unifica la producción con la
consumición. La mayoría de especialistas coinciden en un surgimiento paulatino del
comercio: primero por subsistencia, segundo por especialización, y tercero por afán de
lucro, lo que no impide que estas tres formas puedan coexistir en el mismo tiempo y la
misma sociedad. En el intercambio, también tiene un papel el prestigio, o el don-contra
don. Se trata de un factor que altera el Derecho, las obligaciones sociales y las
oportunidades que un individuo o grupo puede tener en una sociedad. Luego, factores
que aumentan o disminuyen el prestigio son el lugar de procedencia (lejano frente a
cercano) y la riqueza del bien intercambiado (abundante o escaso). Se ha tendido a
limitar este factor del prestigio, y a enmascararlo en una irracionalidad económica del
pasado. Pero cumple un papel a tener en cuenta.

En la segunda parte de este ensayo, la autora aborda la problemática del


comercio de Estado y la iniciativa privada: la autora nos informa que la información
sobre el comercio y la economía en el Oriente Próximo Antiguo ha crecido en los
últimos años debido a dos factores principalmente: nuevas investigaciones en
documentos, y nuevas interpretaciones. Los debates actuales se centran en tres campos:

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naturaleza desigual de las fuentes de información arqueológica y escrita, la visión
Estado-Templo, y el método y teoría a emplear. Las fuentes escritas que han
sobrevivido hasta nosotros se deben a causas accidentales, por lo que la imagen que
generan es incompleta y distorsiona la posible imagen real. Es por ello que solo tenemos
una perspectiva institucional de la economía. En general, hay evidencias tanto de
iniciativa comunal, como de iniciativa privada en la economía próximo-oriental antigua.
El mercader, por otro lado, es un oficio que se hereda en familia, y que se perpetua de
generación en generación, o bien, la suma de varios individuos que se asocian en un
gremio. El mercader recibe un salario y raciones de bienes por realizar sus funciones de
prestamista y comerciante a larga distancia, para el Palacio o el Templo. Además,
aunque la arqueología no ha encontrado evidencias de mercados urbanos, tenemos
información por fuentes escritas de la existencia de barrios de mercados o bazares. En
estos lugares se establecen los precios y se realizan transacciones. Para finalizar, aunque
no tenemos constancia de la existencia de monedas, sí aparece en el lenguaje la noción
de medida o equivalencia entre varias materias. El patrón de intercambio se realiza con
la cebada, la plata o el cobre. En cuanto a los precios, la literatura nos ha otorgado una
visión del evergetismo monárquico, siendo una de sus principales funciones.

En el apartado que va a continuación, dedicado a Uruk y el primer colonialismo,


esta cultura coloniza el valle de Susa, provocando la gestación de dos entidades que
compiten entre sí, Susa y Choga Mish. Susa contiene cincuenta y dos asentamientos
pertenecientes a la etapa Uruk Medio, y otros cuarenta que son de Uruk Reciente. La
expansión de Uruk se produce de forma gradual y como un proceso largo. En general,
según AUBET SEMMLER, no hay una razón clara aún para explicar el porqué de esta
expansión. Dicho crecimiento se produce en los territorios de Siria, Anatolia y el
Zagros. Se sitúa cronológicamente entre los años 3400-3100 a.C. En estos lugares se
intercambian bienes procedentes de Uruk como grano, textiles y aceite, y se obtienen
madera, metales y piedra. Este circuito colonial colapsa en el 3100 a.C., provocándose
el abandono o la destrucción de los asentamientos coloniales, que estaban hechos a
pequeña escala de los asentamientos de la Baja Mesopotamia. Para finalizar, se trata de
unas relaciones interculturales muy diversas, y que en cada localidad se producen de
forma diferente, según las circunstancias tanto de los colonos como de los indígenas.

Otra de las partes de este libro se dedica a la relación entre Biblos y Egipto. Biblos es el
principal socio de Egipto en el Reino Antiguo y en el Reino Medio. Proporciona madera
y resina para ellos. En la antigüedad, a Biblos se la denomina Gubla, que derivará en el
fenicio Gebal, también presente en el relato bíblico. Los egipcios, en cambio, la
denominan kpn, o Kupna, tierra de Dios. Se trata de una zona geopolítica importante, ya
que contiene abundante madera, es una zona con gran potencial agrícola, y conecta con
rutas hacia Mesopotamia, lo que la convierte en un lugar clave. Las primeras
instalaciones humanas que se producen en este lugar se sitúan por C-14 en los años
5700-4800 a.C. Estos aborigenes tallan el sílex y útiles microlíticos, realizan una
agricultura cerealística, con aportaciones de pesca, caza y el trabajo de la madera. Se
mantienen unas relaciones intermitentes y esporádicas con el exterior. Los contactos con

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Egipto se sitúan en época Predinástica, contactos que vendrían desde Mesopotamia, y
que usarían a Gubla como canal de transmisión. No sabemos si sería un contacto
exclusivamente terrestre, o marítimo, o de ambos. En cambio, es a partir del 3200 a.C.
cuando comienza el uso de Gubla por parte de Egipto, mediante el asentamiento de
colonias egipcias en la zona. En estos asentamientos Egipto recibe materiales muy
importantes para la élite egipcia y el poder cortesano, como cobre, asfalto, aceite, vino,
lapislázuli, obsidiana, plata, además de madera de pino y ciprés. Un rasgo característico
de este contacto es el resultado de que es Gubla el único lugar de todo Oriente Próximo
con más material egipcio, no siendo igualado por ningún otro lugar. En definitiva,
Gubla-Biblos fue una creación egipcia. Este contacto también tiene repercusiones en la
religión, como el sincretismo de dioses egipcios y cananitas, por ej. Hathor y Baalat, un
trasfondo institucional Egipto-Gubla, y el intercambio de regalos, objetos de lujo, y
dones y privilegios.

Los dos últimos apartados de la obra se dedican al estudio práctico de las


relaciones metrópoli-colonia, en el caso de Asiria y Anatolia-Kanesh. Esta es una
colonia de mercaderes asirios, situada en el centro de Anatolia. Conocemos de su
documentación: registro de mercancías, contratos, y correspondencia privada. Abarca
cronológicamente los años 1970-1780 a.C. Esta colonia se usa para adquirir cobre,
utilizando la plata (kaspum) como moneda. Solo un 10% de la población asiria
pertenece a la clase comerciante, y el 3% de estos comerciantes han residido en
Anatolia en algún momento. Se trata de un comerciante que actúa siempre por iniciativa
privada, es influyente en política, y puede participar en la Asamblea de la Ciudad, en el
Comité de Ancianos, o ser nombrado epónimo anual. Esta relación comercial con
Anatolia también pone en contacto a Irán (que proporciona estaño a cambio de plata-
oro), y a Babilonia (que proporciona textiles a cambio de lo mismo). El transporte de
estas mercancías se realiza con asnos, reunidos en caravanas, de dos a catorce mulas.
Por otro lado, en el II milenio a.C. Assur establece treinta colonias en Anatolia y el
norte de Siria. Kanesh representa una larga ocupación humana, desde el Bronce Antiguo
a la época romana. Se han encontrado setenta archivos privados con abundante
documentación económica, siendo casi inexistente el documento extraeconómico. Las
comunidades de comerciantes que viven en Kanesh se autogobiernan mediante una
Asamblea de Notables. Se financian de tres formas diferentes: préstamo privado;
préstamo perteneciente al Templo; y Sociedad en comandita.

Para finalizar, entre los aspectos que destacaría están los siguientes:

En primer lugar, me ha parecido muy favorable, y un aspecto a tener en cuenta el


estudio que se realiza sobre la participación de las mujeres en la economía antigua,
principalmente a la hora de mantener empresas familiares de comerciantes, algo que no
ha aparecido en los estudios de la mujer en el Oriente Próximo Antiguo más modernos.

En el libro reseñado, además, se pone en cuestión la obra de WHITTAKER,


exponiendo que tiene errores de cronología. Se expresa además, que hay seguidores de
este autor en español y en España, como es el caso de GONZÁLEZ WAGNER y

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ALVAR. He decidido comprobar personalmente la relación que existe entre estos tres
autores, y comprobar si lo que AUBET SEMMLER expone es correcto. Después de un
estudio, se puede enunciar sin miedo que, aunque existe una relación entre dichos
autores, no es simple, sino que se usa a WHITTAKER, pero siendo crítico con él. Así,
WAGNER y ALVAR exponen que aunque hay errores en los datos de WHITTAKER
(visión crítica por tanto), estos errores no afectan a la idea de la colonización agrícola
por parte de los fenicios3. Más adelante, se adentra incluso —cosa que no hace AUBET
SEMMLER, probablemente porque no es el objeto del libro— en una historiografía de
la problemática de la colonización agrícola: no es WHITTAKER el primer autor que
afirma tal idea, sino ARTEAGA4.

GONZALEZ WAGNER, en otro trabajo, por otro lado, también estudia el tema
del mercado y la historia antigua5. Se podría haber tenido en cuenta en la obra de
AUBET SEMMLER, ya que se hace referencia a aspectos como la influencia del
Derecho en la economía antigua6, o la falta de coherencia a la hora de diferenciar en el
mundo antiguo entre público y privado7, lo que también tiene implicaciones a la hora de
usar el concepto de Estado en el mundo antiguo, hasta la Edad Contemporánea.

Para cerrar esta reseña, creo que la obra es una referencia con respecto a la
historia económica del Oriente Próximo Antiguo, ya que en español había una carencia
de una obra general que abordara esta problemática, tanto teórica como historiográfica.
Me ha resultado una obra útil y completa.

3
C. G. WAGNER y J. ALVAR, «Fenicios en Occidente: La colonización agrícola», Rivista di Studi
Fenici, 17-I (1989) p. 78, n. 81
4
C. G. WAGNER y J. ALVAR, «Fenicios en Occidente: La colonización agrícola», Rivista di Studi
Fenici, 17-I (1989) p. 88
5
Carlos E. GONZÁLEZ WAGNER, «Precios, ganancias, mercados e Historia Antigua», Kolaios, 4
(1995) pp. 797-821
6
Carlos E. GONZÁLEZ WAGNER, «Precios, ganancias, mercados e Historia Antigua», Kolaios, 4
(1995) pp. 800-801
7
Carlos E. GONZÁLEZ WAGNER, «Precios, ganancias, mercados e Historia Antigua», Kolaios, 4
(1995) p. 808

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