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jos.castro@estudiante.uam.es
Entre sus publicaciones cabe destacar: La Cueva d´es Cuyram, Ibiza (1969); con
Juan MALUQUER DE MOTES, Andalucía y Extremadura: Programa de
Investigaciones Protohistóricas, II vols. (1975 y 1981); La cerámica púnica de Setefilla
(1976); La necrópolis de Setefilla en Lora del Río, Sevilla (túmulo B) (1978); Marfiles
fenicios del Bajo Guadalquivir. I. Cruz del Negro (1979); junto a Gregorio DEL OLMO
LETE, Los fenicios en la Península Ibérica. Arqueología, Cerámica y Plástica (1986);
coordinadora del Tartessos: Arqueología protohistórica del Bajo Guadalquivir (1989);
colaboradora en Historia Universal Planeta. Orígenes del Hombre y de la Civilización
(1992); Tiro y las colonias fenicias de Occidente (1994; 2ª ed. en 1997; traducido al
inglés en 1996 y 2001 como The Phoenicians and the West; otra ed. en 2009); Los
fenicios en Málaga (1997); coordinadora junto a Manuela BARTHÉLEMY en el Actas
del Cuarto Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos (2000);
colaboradora en The Phoenicians in Spain. An Archaeological Review of the Eight-Sixth
Centuries B.C.E. (2001); La colonización fenicia en Occidente. Estado de la
investigación (2002); con Pau SUREDA TORRES (Coords.), Interacción social y
comercio en la antesala del Colonialismo (2013); The Phoenician cemetery of Tyre
(2014); La necrópolis fenicia de Al-Bass (2015); editora junto a Francisco GARCÍA
ALONSO de Juan MALUQUER DE MOTES, Tartessos. La ciudad sin historia (2016).
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El libro al que hago la reseña ha sido traducido al inglés en 2013 como
Commerce and Colonization in the Ancient Near East. Ha sido reseñado ya en dos
ocasiones en español1, y en inglés cuatro veces2.
El objetivo de este libro es ver las raíces del colonialismo fenicio sobre Occidente,
contemplando los antepasados de estas actividades que surgieron durante los III-II
milenios a.C. en Oriente.
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relación social que se ve influida por los lazos de parentesco, las relaciones políticas y
religiosas, que limitan el pleno desarrollo de una economía de mercado. En el mundo
antiguo, además, no existe el beneficio económico. Con todo esto, se concluye según las
ideas polanyianas, que no hay mercado en el Oriente Próximo Antiguo, lo que no niega
la existencia de un lugar donde se realizan transacciones entre bienes materiales —ya
que no hay moneda, o dinero—. Por último, POLANYI defendió las limitaciones
tecnológicas, de seguridad y climáticas para el comercio de larga distancia. Siguiendo a
este autor, el puerto de mercado es el órgano encargado de esta peculiar y escasa forma
de comercio.
Otro de los apartados de este libro reseñado se dedica a la teoría y una visión
crítica de la colonización. El estudio del colonialismo en el Oriente Próximo Antiguo es
reciente, ya que no se puso en práctica hasta los años Setenta en adelante. La autora nos
propone una definición sobre el colonialismo: es un proceso en el cual un país mantiene
unos enclaves en el exterior, para explotarlos económicamente, lo que produce un
impacto cultural, económico y social en ambas partes. En general, aunque se presupone
una dominación por parte de la metrópoli, y por tanto unas relaciones desiguales, la
autora expone que existen múltiples formas de interacción y de sistemas coloniales.
Además, algunos investigadores han postulado la existencia de tres posibilidades: 1-
difusión comercial; 2- interacción desigual; y 3- interacción entre iguales. Por último, la
autora, en este apartado, nos invita a revisar las relaciones colonia-metrópoli, y a criticar
la interpretación centro/periferia como economicista y eurocentrista.
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naturaleza desigual de las fuentes de información arqueológica y escrita, la visión
Estado-Templo, y el método y teoría a emplear. Las fuentes escritas que han
sobrevivido hasta nosotros se deben a causas accidentales, por lo que la imagen que
generan es incompleta y distorsiona la posible imagen real. Es por ello que solo tenemos
una perspectiva institucional de la economía. En general, hay evidencias tanto de
iniciativa comunal, como de iniciativa privada en la economía próximo-oriental antigua.
El mercader, por otro lado, es un oficio que se hereda en familia, y que se perpetua de
generación en generación, o bien, la suma de varios individuos que se asocian en un
gremio. El mercader recibe un salario y raciones de bienes por realizar sus funciones de
prestamista y comerciante a larga distancia, para el Palacio o el Templo. Además,
aunque la arqueología no ha encontrado evidencias de mercados urbanos, tenemos
información por fuentes escritas de la existencia de barrios de mercados o bazares. En
estos lugares se establecen los precios y se realizan transacciones. Para finalizar, aunque
no tenemos constancia de la existencia de monedas, sí aparece en el lenguaje la noción
de medida o equivalencia entre varias materias. El patrón de intercambio se realiza con
la cebada, la plata o el cobre. En cuanto a los precios, la literatura nos ha otorgado una
visión del evergetismo monárquico, siendo una de sus principales funciones.
Otra de las partes de este libro se dedica a la relación entre Biblos y Egipto. Biblos es el
principal socio de Egipto en el Reino Antiguo y en el Reino Medio. Proporciona madera
y resina para ellos. En la antigüedad, a Biblos se la denomina Gubla, que derivará en el
fenicio Gebal, también presente en el relato bíblico. Los egipcios, en cambio, la
denominan kpn, o Kupna, tierra de Dios. Se trata de una zona geopolítica importante, ya
que contiene abundante madera, es una zona con gran potencial agrícola, y conecta con
rutas hacia Mesopotamia, lo que la convierte en un lugar clave. Las primeras
instalaciones humanas que se producen en este lugar se sitúan por C-14 en los años
5700-4800 a.C. Estos aborigenes tallan el sílex y útiles microlíticos, realizan una
agricultura cerealística, con aportaciones de pesca, caza y el trabajo de la madera. Se
mantienen unas relaciones intermitentes y esporádicas con el exterior. Los contactos con
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Egipto se sitúan en época Predinástica, contactos que vendrían desde Mesopotamia, y
que usarían a Gubla como canal de transmisión. No sabemos si sería un contacto
exclusivamente terrestre, o marítimo, o de ambos. En cambio, es a partir del 3200 a.C.
cuando comienza el uso de Gubla por parte de Egipto, mediante el asentamiento de
colonias egipcias en la zona. En estos asentamientos Egipto recibe materiales muy
importantes para la élite egipcia y el poder cortesano, como cobre, asfalto, aceite, vino,
lapislázuli, obsidiana, plata, además de madera de pino y ciprés. Un rasgo característico
de este contacto es el resultado de que es Gubla el único lugar de todo Oriente Próximo
con más material egipcio, no siendo igualado por ningún otro lugar. En definitiva,
Gubla-Biblos fue una creación egipcia. Este contacto también tiene repercusiones en la
religión, como el sincretismo de dioses egipcios y cananitas, por ej. Hathor y Baalat, un
trasfondo institucional Egipto-Gubla, y el intercambio de regalos, objetos de lujo, y
dones y privilegios.
Para finalizar, entre los aspectos que destacaría están los siguientes:
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ALVAR. He decidido comprobar personalmente la relación que existe entre estos tres
autores, y comprobar si lo que AUBET SEMMLER expone es correcto. Después de un
estudio, se puede enunciar sin miedo que, aunque existe una relación entre dichos
autores, no es simple, sino que se usa a WHITTAKER, pero siendo crítico con él. Así,
WAGNER y ALVAR exponen que aunque hay errores en los datos de WHITTAKER
(visión crítica por tanto), estos errores no afectan a la idea de la colonización agrícola
por parte de los fenicios3. Más adelante, se adentra incluso —cosa que no hace AUBET
SEMMLER, probablemente porque no es el objeto del libro— en una historiografía de
la problemática de la colonización agrícola: no es WHITTAKER el primer autor que
afirma tal idea, sino ARTEAGA4.
GONZALEZ WAGNER, en otro trabajo, por otro lado, también estudia el tema
del mercado y la historia antigua5. Se podría haber tenido en cuenta en la obra de
AUBET SEMMLER, ya que se hace referencia a aspectos como la influencia del
Derecho en la economía antigua6, o la falta de coherencia a la hora de diferenciar en el
mundo antiguo entre público y privado7, lo que también tiene implicaciones a la hora de
usar el concepto de Estado en el mundo antiguo, hasta la Edad Contemporánea.
Para cerrar esta reseña, creo que la obra es una referencia con respecto a la
historia económica del Oriente Próximo Antiguo, ya que en español había una carencia
de una obra general que abordara esta problemática, tanto teórica como historiográfica.
Me ha resultado una obra útil y completa.
3
C. G. WAGNER y J. ALVAR, «Fenicios en Occidente: La colonización agrícola», Rivista di Studi
Fenici, 17-I (1989) p. 78, n. 81
4
C. G. WAGNER y J. ALVAR, «Fenicios en Occidente: La colonización agrícola», Rivista di Studi
Fenici, 17-I (1989) p. 88
5
Carlos E. GONZÁLEZ WAGNER, «Precios, ganancias, mercados e Historia Antigua», Kolaios, 4
(1995) pp. 797-821
6
Carlos E. GONZÁLEZ WAGNER, «Precios, ganancias, mercados e Historia Antigua», Kolaios, 4
(1995) pp. 800-801
7
Carlos E. GONZÁLEZ WAGNER, «Precios, ganancias, mercados e Historia Antigua», Kolaios, 4
(1995) p. 808