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I Vich y VirginiaZavala
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Vl(.1oR VtLH - VIR(;rNrA ZA\,\r A

permit€ acceder a la estructura y a la polítrca inmers¿ CePirulc¡ 2


en los eventos orales. Gracias a l¿r observación etnográ- EL oEsarE oRALIDAD / ltrrReclo¿o
frca podemos acceder al proceso de ejecución, la puesta
en escena, las reacciones del público participante y los
marcos de interpretación dentro de los cuales los actores
clasifican su comportamiento y le atribuyen sentido.
En la actualidad, la oposición oralidad-lrteracidad
ha comenzado a ser cuestionada desde muchos puntos
de vista. Hoy en dia parece muy problemático sostene¡
que la oralidad y la literacidad generen, en-sÍ-mismas,
consecuencias cognitivas particulares, concepciones del iara estudiar la oralidad tenemos que preguntar-
mundo distintas y sistemas de valores alternativos. Los de la escritura
nos Por su representación con respecto
argumentos que derivan este tipo de caracterÍsticas y cognittvas y so-
o la iiteracidad, por las consecr'tencias
sost.ienen la existencia de "mentahdades diferenciadas" ciales que se les han atribuido a ambas
y por la mane-
una puli¡r1
suelen ser excesivamente esencialistas y dejan de lado ra en que se ha formulado el impacto lue
el estudio de los usos y prácticas concretas. Como ha ,"rr., Ia otra.rY es que la definición de la oralidad
sido recientemente señalado, "la oralidad es una catego- ".,ha estado influida por la de la literacidad sino
no sólo
que inevitablemente se ha termlnado por
ría en Ia que la escritura se recrea y proyecta aquello que conceptua-
lizar ala oralidad en función -y en oposiclón-
entiende como sus carencias" (Marcone, I997: 33). En a esta
ese sentido, hay que afirmar que los estudios sobre ulti-u. Aunqr. la relación entre la oralidad y la lite-
y
o¡ahdad también pertenecen a la cultura del libro y se racidad ha siio tema de interés en varias disciplinas
tres co-
encuentran ampliamente determinados por los presu- ha merecido diferentes tipos de estudios' hay
puestos que se infieren de la cultura letrada. Es más, rrientes que han tenido fuerza en las últimas décadas'
el estudio de la oralidad requrere cle la escritura y en
buena parte está condicionada por ella. Esre libro, por
supuesto, no es ajeno a dicha problemática.
I [n lusar de ,s.ritur,'r o alJ'rbcf i:'¡'(i¡¡ ' cn e(tc caPilulu utlll¿a-
,.** ai ,¿ri,inu lt¡t¡acid'u) para referimos a Ptáct¡cas socialcs situa-la
rsr Illutd tlene
das de leetura v escrilula. Mlcntras que el termino
dcsvenraiadeexclurrl,'sptc'ce>osdelccturacltcmlttlc"-¡ll''¡¿'clr:d'Dn
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de instnrccitin formal EI ttrmtno l¡tcr'¡' rdod ha enrpezarJo
Tabla de contenidos
Virh Vicror
OLahdad y poder Herranrientas metodológicas /
Victor Vrch y V¡rgrni¡ Z¡h¡la, 1'ed. - Bucnos Alres
G¡upo Editorlirl Norma, 2004
I16 p l¡l x ll cnr tEncrclopr'rJt.r I¡llnoJnlcr¡( rn¿
de sociocultura y comunicaclón)
rsEN 987-545-177-(',)

L Cornunicacfor¡ I Zrhala. Vir8inra Il Tirulo Presentación 9


cDD 302.2

CapÍtulo 1. La o¡alidad como perforrnance ]1

CapÍtulo 2. El debate oralidad / literacidad 7l

CapÍtulo 3. El análisis del discurso 45

CapÍtulo 4. La tradición oral, las literaturas


populares y el problema del canon 73
@2tl04. Victor Vich y Virginia Zavala
@2004. De esta cdrción
CapÍtulo 5. La historia oral 87
Grupo Editorial Norma
San losé 831 (Cl076AAQ) Buenos Aires
República Argentina CapÍtulo 6. lntelectuales locales y voz
Empresa adherida a la Cáma¡a Argentina de Publicaciones 99
subalterna
Diseño de tapa: Ariana Jenik y Eduardo Rey
Fotografia de rapa: Eduardo Rcy
CapÍtulo 7. El testimonio 109
Dragramación: Daniela Coduto
lmlreso en la Argen n.t
Pr¡n¿.d in Argc¡lt¡n¿l BibliografÍa 121

Primera edictón: mayo de 2O04

cc: 2483q
rsBN: 987-545- 177-0
Prol.ribida la reproducción roral r..r p:rrcial prrr
cualcluier medir-r sin pcrmiso esc¡.i!o dc l¿ editc¡ri¡l

Hecho el deptisiro qr,re marca la ley I1.723


Lrbro de eclición argenrina
i'._
VicroR VicH - VIRGINIA ZAIALA Orahdad y poder

En el presente capÍtulo reseñaremos estas tres pers- entre "mentes primitivas" y "mentes cil'ilizadas". Goody
pectivas e intentaremos relacionarlas para encontrar no negó Ia existencia de dilerencias de mentalidad entre
consensos y d rsc re pancras disrintos tipos de sociedades sino que, en lugar de atri-
I

buirlas a razones relacionadas con la naturaleza de las


l. I-a "gran división" personas, sostuvo que éstas se debÍan al desarrollo de Ia
A pnncrpios de Ia década de 1960 estudiosos áe dÍ- escritura. No se trataba, entonces, de un problema
ferenles discrplinas publicaron dÍsrintas obras en las referido a la identidad de los pueblos sino a u¡1a

que analizaron el papel de Ia oralidad en la historia de cuestión de "tecnología", es decir, al desarrollo de un


la cultura humana y su relación con Ia lrterac:idad., Estas sistema escriturario especifico: el alfabeto fonético.
obras sq hicieron una pregunra que resulió tráscen- Según é1, la literacidad, como tecnología del intelecto,
dental para la época: ¿Es la comunicación'oral el ins-,, fue la que tuvo consecuencias determinantes en las
trumento de una mentalidad diferenciada y, por ende, formas de pensamiento y en la construcción de irstitu-
de un tipo de conciencra distinta a la alfabetizada? ciones en Ia sociedad.
(Havelock, 1996). Fue a parrir de esr.e interroganre y Aunque su intención fue oponerse a la división de-
de las"conclusiones que se fueron sucediendo que se cimonónica, Goody terminó construyendo una nueva
empezó a configurar una lÍnea de pensamiento con y rÍgida dicotomÍa que lo llevó a comparar sociedades
ideas cada vez más definidas e influyentes. Para toda orales y sociedades escritas como instancias absoluta-
una generación, la oralidad y la literacidad comenza- mente diferenciadas. Para é1, la literacidad se convlrtió
ron a constituir una dicotomÍa en la que ambos usos en el recurso tecnológico que determinó el cambio de -
eran capaces de delimitar diferentes "modos de pensa- la historia. Más aún, los cambios que supuestamente
miento" y aparecÍan como slstemas dtlerenciadop tanto ocurrieron a partir de ella -asociados al crecimiento de
formal como funcionalmenre, Jack Good¡ Erick Have- la ciencia, la objetividad y el pensamiento critico- se
lock y Walter Ong fueron los máximos represenranres convirtieron en las asunciones sobre las cuales se su-
de esta corriente. o
puso Ia superio¡idad de la cultura occidental.
Por ejemplo, Jack Goody (1977 , l9B7 La base de su argumento fue muy clara: mientras
,1996) reaccio-
nó frente a la antropologÍa del siglo xx y especÍficamente que la escritura registra Ia información de manera per-
frente a la dicotomÍa que Leri Strauss habia establecido manente y, por ende, permite tomar distancia y volver
sobre Ia misma para hacer un análisis del mensaje, la
auséncia de la escritura impide aislar un segmento del
2 Entre vanas obras, Ia-s más importantes fueron; El pcnsamicntir lenguaje y hacerlo parte de un análisis posterior. Esta
salvajr (Claude Levi Strauss), Las co¡recuencios dt Ia lírtrácidad
$ack característica es fundamental para Goody y ocasiona
Goody y tan Warr). La Golaxio Guttnbcrg (Marshall Mc Luhan) y
Prefl..i1 o Platón (Eñck Havelock). desarrollos cognÍtivos drferenciados en las personas. A

'l?
\

V¡croR VrcH - VIRGINTA ZA\,ALA Oralidad y pode r

dogma a las scjcredades llamadas tradr-


saber, las personas que han internahzado la literacr- Bush,,atribuir el
crÍtico sólo a las leuadas parece muy
l,onul"t y.l sentido
I

dad tendrÍan una mayor capacidad crÍtlca, racional, l


.l
abstracta y lógica. irobl"*r,,.o y Lasi Insostenible. Fenodos hlstÓricos I

ieiradas
Segun Goody, las personas Ietradas se diferenciarÍan Io*o .rrot dcmuesl'ran que las socted:des
de las orales con relacÍón a la manera en que perciben la nunca están al margen
del dogmatismo y que termtnan
autoritarlos'
historÍa y la realidad social. La base de esta drstinción produciendo sujetos realmeute
se encuentra en la forma en que las sociedades alma- Es importante prectsar que, según Goody'
no todo
cambios en las perso-
cenan la información y transmiten la tradición cultu- sistema de esc-ritura logró estos
que
ral. Mrentras que las sc-'ciedades Ietradas cuentan con nó y "., Ias soiiedades. Sólo la escritura alfabética'
registros escritos permanentes, Ias sociedades ágrafas ii.uá ud.lun,. en lorma exclusiva y sistemática la apii-
expresar por
cuentan únicamente con la memoria humana y desa- cación del principio fonético, permitló
escrito todas las palabras de una lengua
rrollan,un proceso de homeostasis en el que la infor- Los sistemas
ja-
mación sin importancia se olvida para dejar espacio a oarilalm..,t. fonéticos (como el sistema chino o
y no
nuevos conocimientos. Según Good¡ esta característica l-,onés) fueron imperfecros, dificiles de aprender
iogrr.on propicra; Ia difusión de Ia escritura en toda
Ia
produce un tipo de persona [undar¡entalmente distin-
ta de lá que sÍ tiene acceso a la literacidad. pÁlacion. A diferencra de los alfabetos fonéticos -se-
Asi, por ejemplo, 1os sujetos orales no contarÍan "democráticos" de escritura- es-
!,i.r Goody, sistemas
con una sensibilidad histórica que los haga concienres t"os sistemas fueron teocráticos, en el sentido
de que no
de su pasado, ya que la percepción de éste sólo exlste crearon verdaderas culturas escritas en las sociedades
en función del presente. Mientras que para Goody Ia donde se utilizaron. Como si se tratara de un deter-
literacidad sí provee un reconocimiento objetivo entre minismo tecnológico, este autor atribuyÓ a 1a escritura
"lo que es" y "1o que [ue", en las sociedades orales alfabética -intrínsecamente surDerior al resto- la ca-
-afirrna el autor- el mito y [a historia se confunden y pacirlad de producir Jos rasgos distintivos del pensa-
la gente sólo recuerda lo indispensable para sus necesi- miento occidental.
dades inmediatas. Esto, para Goo"dy, impide desarrollar En efecto, dentro de esta corriente de pensamiento'
la capacidad crítica para poder rechazar deliberada- la G¡ecia clásica fue considerada como el primer ejem-
mente el dogma social existente. plo histórico de una sociedad en la que podÍa visibili-
Como puede apieciarse, Goody presenta a la Hrsto- zarse el tránsito de una cultura oral a una escrita'
ria desde una perspecti!,a posittvrsta como si se úatara Goody sostuvo que para los griegos Ia adopción de Ia
de un discurso portador de Ia "verdad" y producido al Iireracidad significó el carnbio del "pensamier-rto mÍtrco"
margen de cierros inrereses ideológicos. Hoy en dÍa, al "pensaniÁto togico" y, como consecuencia de ello'
.después de la Alemania nazr o [os Estados Unidos de la utilización de tipos de análLsis propios del silogismo
I
A partlr cle exphcaciones que parten por diferenciar o A dilerencia de l¿ es(rltura, el di5curso
Redundante
oral utrhza la redundancra y la repeticiÓn
el sonldo de la vrsión, Or-rg propuso que las personas "coPiosa"
para caPtar la aten(iÓn del oYente
pertenecientes a una cultura oral no manejan (ni sor-r
capáces de marrejar) procesos mentales como los relacro- El discurso oral reprime la exper¡menta(róo
conservadora Y
rntelectual porque sus usuarios dedican
1

nados con [iguras geométricas, la categorización por abs- tradicionalisla


gran energi¿ a repetir una y olra vez lo
tracclón, los razonamientos [ormalmente lógicos, las que se ha aPrendido arduamente a
orales
delinicrones y los autoanahsls arliculados. Pam este in- tiavés los siqlos. Por eso las culturas
respetan ¿ los an(ianos que 5e ded¡can
vestigador sólo la literacidad reestructura la conciencia
a conservar el (onoclmlento de estas
y crea un pensamiento conligurado por lo textual. Según
sociedades.
Ong, este tipo de pensamiento permite acceder a un len-
del
Eldis(urso oral no separa al hablanle
guaje descontextualizado y autónomo que, a su vez, Cerca del mundo relat to'
l

humano v¡tal men5aiP y expresa conotimtenlos


constituye la base cle un pensamiento analÍtico. nados estrech¿menle (on el mundo
vital
se aprenden con
Con muy poco sustento empirico, Ong propuso un humano. Los oficios
obseñación y prádica y no se articulan i
conjunto de caracterÍsticas que supuestamente definirÍan
explicac¡ones verbales al estilo de
un
la expresión de condrción oral. Según é1, Ia expresión manual. En contraste, la escntura es
I

en una cultura oral es. capaz de separar el mensaje de la


1

experiencia Y Por ende de crear


conocimientos abslractos
I

Acumulativa antes El discurso oral acude más a la pragmática el conocim¡ento l

De matices agonisticos El discurso oral mantiene


que subordinada que a la sintaxis y presenta mayores vital y éste es parte
en el mundo humano I

conectores de tipo acumulativo (del tipo y) no se


de combates verbales El saber
Por su parte, la escritura despliega una (ontexto donde las personas i
separa del
gramática más fija porque depende de I

Iuch¿n unas con otras


la estructura l¡nqüistica y no del contexto
i
inmediato para determinar el significado El discurso oral promueve una identifica-
Emdática y ParticiPante
del mensaje.
más que objetivamente ción estrecha con lo sabido' El narrador
person¿je y ut¡-
apartada se suele identif¡c¿r con su
Acumulativa antes El d¡scurso oralopta por el uso de un sus
Iza ta prrmera persona cuando de5(ribe
que analítica bagaie f ormulario: términos, locuc¡ones, un¿
accronp( tn la es(nlur¿ se desarolld
epiletos. Elemplo: "el val¡ente soldado"
disociación o alejamiento personales
y no sólo "el soldado". Estas expres¡ones
formularias de las culiuras or¿les se Homeoslática El discurso oral es produdo de una cultura
no son
mantienen intactas y no 5e cuest¡onan en la que los recuerdos que Ya
se olvidan y en la
que la
ni analizan. Por su parte, con la es(ritura oertinenles
-lnteqri¿aO
el lenguaje puede ser fácilmente fuente del pasado esla subordrnad¿
d€ análisis a la del presente

2q
28
VlcfoF VtcH - Vtnt;lttr Z¡r,rL,r Oralidad ¡, poder

y otras formas de procedrmiento lógico. Una vez más, la aparición de la escritura comenzaron a proli[erar
Goody en[atrzó que no se trataba de atrrbuir estos términos para nociones, definiciones abstractamente
cambios a las "dotes de la mente gnega" sino al poder conceptualizadas, y entidades abstractas como sujetos
de la escritura para. establecer una relación más abstrac- de discursos.
ta entre la palabra y su refe¡ente, y menos vrnculada con Al igual que Goody, Havelock aisló (y descontex-
la persona, el tiempo y el espacio inmediatos. tualizó) las consecuencias culturales de la esc¡itura al-
Por su parte, Erick Havelock (1994, 1996) desanolló fabética y asumió que estos efectos habrÍan de ocu¡rir
con mayor profundidad el impacto que tuvo la intro- en todos los contextos sociales. No se trataba, entonces,
ducción de la literacidad en la "mentalidad griega" y de analiza¡ un caso concreto Para describir las conse-
Iuego en lo que él denominé la conciencia moderna. cuencias que habÍa tenido la escritura en ese contexto,
Havelock analizó la tradición oral griega y Ia forma en sino de delimitar el Poder de la escritura alfabética
que la poesÍa cumplió Ia función social de preservar la y los tipos de cambios que ésta fue capaz de generar
identidad cultural a través de Ia memona. En esta forma en todo tipo de realidades. Se trataba de una teorÍa
de transmisión cultural, la oralidad registraba rnforma- universalista.
crón por medio de enunciados repetibles formalmente, A principios de Ia década de 1980, Walter Ong (1987)
patrones ritmicos Iormulaicos que facilitan la memori- sistematizÓ las ideas propuestaS por sus antecesores con
zación y formatos narrativos que ayudan a retener la relación a la supuesta existencia de diferencias funda-
atención de la audiencia. Las repeticiones, las antÍtesis, mentales entre la manera de manejar el conocimiento de
las aliteraciones, las expresiones calificativas, los marcos Ias culturas orales primarias y las afectadas por el uso
temáticos comunes y los proverbios eran los rasgos fre- de la escritura, y planteó una breve clasificación del ti-
cuentes en el discurso oral. Con la introducción de la po de expresión (y de pensamiento) que caracteriza
literacidad, este tipo de registro fue sustituido por uno a una cultura oral primana.r Desde una persPectiva su-
fundamentalmente distinto ya que las energÍas psÍquicas puestamente más cognitiva y menos histórica que Goody
hasta entonces canalizadas para la [unción mnemotéc- y Havelock, Ong ha venido sosteniendo que la litera-
nica quedaron liberadas para ottos usos. cidad no sólo engrandece la potencialidad del lenguaje
Havelock planteó que la literacidad no sólo creó un sino que también reestructura todo el sistema racional
nuevo tipo de mentalidad (representada por el filósofo) de pensamiento.
sino también un nuevo tipo de lenguaje. Las construc-
ciones que hasta el momento habia impuesto el'ritmo
(como el uso narrativizado de la experiencia) fueron 3 Ong difcrencia la oraltdad "pdmana de la "scc¡¡ndan¿r" Por ''¡ra
hdad primaria se reftcre a aquella quc es utrluada en st¡ctedadcs que ntr
reemplazadas por un Llso lógico del discurso que pro-
conoctn la escúrura y por,rr"lidaá secundana a aquella quc sr utiliza
movÍa la discusión formal. Asi, el autor seña]ó que con en sociedades ¡nt¡tlL l-nas y qlle tient' cQmo bast' el textt' cscntc'
i1
estudiaron Ia clistinción entre oralidad y lrteracidad en Estos procesos conslsten en Liu€ llalJlilL s5 Ltrl¿1 alLtu¡t
sociedades "letradas" modernas. Autores como éstos que ocurre más rápidamente que la de escribir y qr-re
no se intercsrron por estudrar las ronseeueneras que st, por un lado, los hablantes interactúan con sus audlen-
tiene la Iiterapidad en la mente de las personas y no se cias, por otro los escritores no pueden hacerlo de Ia
preocuparon por plantear una crÍtica explicita a lo pos- misma forma. Aho¡a bien, Ia primera diferencia, aquella
tulado por la "gran división" respecto de este punto. respecto de la rapídez del proceso, produce un lenguaie
Más bien, indagaron en Io que la "gran división" habÍa I hablado que tiende a ser fragmentado (vale decir' que
denominado las caracterÍsticas de la expresión en las está compuesto por unidades de sentido sin mayores

culturas orales y escritas. En otras palabras: ofrecreron conectores) y un lenguaje escrito que tiende a ser inte-
una nueva mirada sobre los productos Iingüisticos que grado (vale decir, que cuenta con insumos que se mol-
sllrgen en el plano oral y en el plano escrito, y para eso á.ar, er, r., todo lingüístico más coherente y complejo) i)
trabajaron con dalos r:mpÍricos. A decir de Chafe, el lenguaje escrito echa mano de re-
Estos aut.ores cuestionaron la profunda dicotomia cursos como las nominalizaciones, Ios participios, Ios
entre ambos usos y sostuvieron la existencia de un con- adjetivos atrtbutivos, Ias oraciones subordinadas y las
tinuum discursivo, en el cual en un extremo se sitúa el cláusulas relativas para incorporar elementos adiciona-
discurso oral informal '(como las conversaciones) y en Ies a las unidades de sentido y para formar unidades
el otro el discurso escrito formal (como la esc¡itura más integradas.
académica). Entre ambos se hallarian otros tipos de usos, Por otro lado, la diferencia que se refiere a'l tipo de
como el discurso oral formal (las exposrciones) y el interacctón con la audiencia incide en que ei lenguaje
hablado se Preocupa por involucrarse con e1 oyente
discurso escrito informal (las cartas personales). Como
puede notarse, esta opción constituye una perspectiva sobre la base de su experiencia y el lenguaie escrito !

incide, más bien, en lograr un producto consistente


I

no esencialista porque !a no estudia "la oralidad" y "la


literacidad" en abstracto (asociadas a supuestas "men- que hable por sí mismo y que tome distancia de los
tes" orales y letradas respectivamente) sino que más interlocutores. AsÍ, mientras que el uso de la prime-
bien se ocupa de estudiar los usos del lenguaje habla- ra persona, las citas directas y las partÍculas enfaticas
do y del escrito en distintos contextos para ver como producen un mayor "involucramiento" con 1a audien-
éstos demandan dilerentes [ormas lingúisticas. iiu.n.l plano oral, recursos como la voz pasiva y las
En ese sentido -sobre la base del análisis de habla
espontánea- Cha[e propuso que los procesos involucra-
4 Las unidades de sentrdtr se dtftnetr como tales porque ticnell
clos en hablar y escribrr producen drferencias especificas un contornL) entonacional coht'renre' están limtLadas por Pausas
y

en los productos de los dos extremos del ¿rrntinuum: el usualmente exhiben un conj!¡nto Pequeño de estruc¡u¡as slhráctlcas
(Chale,
lerrgr-raje hablado (informal) y el lenguaje escrito (formal). 19t12 )

32
t3
VtcrtrR VrcH - VtR(;tNlA ZAVALA Oralidad y poder

Srtuaciooaf anles que El discurso oral utrliza (onceptos en completamente letradas constitu)'en rasgos orales re-
abstr¿cta marcos de referencia situacionales y éstos siduales y las caracteristicas letradas en sociedades I
I

se mantienen cerca del mundo humano orales se deben simplen-rente a una influencia letrada., I

vital En contraste, l¿ escritura favorece


procesos de pensamienlo en los que el Esto rmphca asumir una sola dirección en la que puede I
i

individuo es capaz de abstraer una traz^rse el desarrollo de Ia literacrdad. Un desarrollo


situa(lón dad¿ y (re¿r clas¡ficariones que va necesariamente de lo oral a Io escnto y que se
asocia con "progreso", "civilización" y "mayores capa-
universalizables.

crdades cognitivas".
Después de todr: este conjunto de a[irmaciones, algún Conocida como la "gran división", esta corriente ha
lector se preguntará si autores como Goody, Havelock sido criticada por otras posiciones que surgicron a partrr
y Ong se daban cuenta que la mayoria de gente allabe - de la década de 1980. En términos generales, puede
tizada en diferentes sociedades no maneja esre ripo de decirse que estos autores tcrminaron por concebir a la
caracterÍsticas -tan descontextualüadas y abstractas- literacidad como independiente del contexto social y
que ellos identificaron como "la literacidad" en esrricto. como si las consecuencias individuales y sociales den-
En realidad, estos autores sí percibieron que no todas varan del carácter intrÍnseco de la tecnologÍa. En el
'lo marco de la asunción que el sujeto es, en buena parte,
las personas internalizaban la escritura como plan-
teaba su modelo teórico y tampoco producÍan desde un efecto de la cultura, esta perspectiva fue percibida
ahÍ el tipo de texto esperado. Sin embargo, Ia explicación como estrecha desde todo punto de vista. Con muy
que propusieron fue sencilla: existeh personas que pocos datos empíricos y con pretensiones universalis-
saben leer y escnbir pero que todavía mantienen "ras- tas, esta mirada creó un modelo uniforme de la litera-
gos orales" y por 1o tanto cuentan con una "literacidad cidad y asumió la neutralidad de su objeto de estudio
restringida" (Goody) o una "oralidad residual" (Ong), al postular caracteristicas inherentes a la escritura sin
vale decir, que todavÍa no han llegado a alcanzar "la tomar en cuenta relaciones de poder en la socredad.
Iiteracidad plena". En lo que sigue, presentaremos dos corrientes que o[re-
Como puede observarse, este planteamiento impi- cen perspectivas alternativas para estudiar la relación
de cuestionar el aparato teórico propuesto y probar sus entre lo oral y lo escnto y que -desde ángulos distintos-
hipótesis. De hecho, las categorÍas de "lite¡acidad res- reorientan el trabajo de la "gran divistón".
tringida" y "oralidad residual" terminan funcionando
como un "cajón de sastre" para todos los casos que no 2. El co,¡títtuum oralidad-literacidad
coffesponden con el rnodelo planteado. Además, reflejan Como reacción a la perspectiva anterior, en la dé-
claramente el sesgo ideológico de esta corriente cuando cada de 1980 surgreron trabajos como los de Wallace
se afirma clue las caracterÍstrcas de oralidird en sociedades Chafe (1982) y Deborah Tannen (1982a. 1982b) clue g
VicroR VtcH - \'tRGtNtA ZA\ALA Oralidad ¡ poder

nomlnaltzaciones a)'udan a produclr un dlstanciamien-


relacionadas con Ia IÍnea "interacción-mensaje" no equi-
to con la audrencta en el plano escrito. ,¡alen ala orahdad, por un lado, y a la lrteracrdad, por
Pero Chafe no sólo se limitó a postular los rasgos
otro, sino que functonan en el discurso oral y en el es- I

drscursrvos del lengua.¡e hablado (intormal) y del len-


crito en dtvcrsas sltuaclones cutnunlcaliVas scgun se
i
i
guaje escriro ([ormal) sino que además cuesrÍonó los
coloque más énfasrs en uno u en otro. En otras pala-
postulados de Ia "gran división" al estudiar, por ejemplo,
bras; los drscursos pueden colocar el énlasis ya sea en I
la lrteraiura oral en la socredad séneca y al da¡se cuen_
Ia inreracción ent¡e el hablante y su audrencia (f uLilizai
l

ta qr-re ahí la distinción entre el lenguaje coloquial y ri-


canales paralingüisticos y prosódrcos) o en el conteni-
tual resultaba paralela a la distinción do del mensaje (y utilizar mayores elementos léxicos).
-reseñada más
arriba- enrre el lenguaje coloquial y el lenguaje escri- Desde esta perspectiva, Tannen analizó a gente letrada
to. En otras palabras: a pesar de rratarse de una lengua que utiliza estrategias que de algún modo son "orales"
que nunca ha sido escrita, el lenguaje rrrual de los sé_ y propuso explicaciones culturales para dar cuenta de
neca termina por asemejarse más al lenguaje escrito estos [enómenos.
que al hablado. Este hallazgo cuesrionó de manera Como puede notarse, desde Ia perspectiva de la exis-
contundente la existencia de una rigida dicotomÍa en- tencia de un co,ltinuum discursivo Ia mirada de lo oral y
tre la oralidad y la literacidad ya que las caracte¡Ísticas lo escrito ofrece una manera más contextualizada de
atribuidas a lo letrado no son privativas de su uso sino percibir el lenguaje. Autores como Chafe y Tannen com-
que también pueden encontrarse en Ia oralidad dentro plejizaron la dicotomÍa presentada por los autores de l

de circunstancias de formalidad especÍ[icas. la "gran división", conceptualüaron una mayor variedad


En esa misma lÍnea, los estudios de Tannen cues- de usos linguísticos (tanto orales como escritos) y añadie-
tionaron aún más los planteamientos de la .,gran drv! ron nuevas dimensiones a1 análisis. Este es el caso de la
sión". Esta autora planteó que la tradición letrada no / dimensión de formalidad/ informalidad, que permite
reemplaza a la oral y que cuando la literacidad se intro_ damos cuenta que lo oral y lo escrito están atravesados
duce en una soctedad los dos medios de comunicación por ella y que por eso, en realidad, no se encuentran
s€ superponen. En realidad, no es posible realizar tan distanciados entre sÍ (por ejemplo, el lenguaje oral
una
distinción tajante entre individuos orales y letrados ya formal puede asemejarse al lenguaje escrito)
que -según Tannen- Ia gente utilua insumos asociados Otro aporte es haber tomado en cuenta las influencias
con ambas tradiciones en varios tipos de escenarios culturales que pueden estar incidiendo en ia variación §-g
Al igual que Chafe, Tannen argumentó a favor d.e la dscursiva y en el hecho de que convenciones asociadas a
exÍstencia de un continuunt oralidad_literacidad que lo oral y a lo escrito se encuentran presentes en el uso
\_/
en[a_
tizarÍa unto Ia interacción como el mensaje en ambos lnguÍstico de cierros grupos sociales. Sin embargo, es pre-
ex-
tremos. Lo importante de esta idea es que las estrategias cisamente el aspecto cultural e'l que tiene sus límites en
esta proPuesta ya que los estudios realizados dentro esros rnvestigadores loQraron separar la vartable Iitcra-
de esta ó¡rtica se quedan en explicaciones algo super- tidad de la de t's¿olariz,rcirin y se clieror.r cuenta de que
ficiales y colocan el énfasis en los productos linguÍstrcos muchas de las consecuencÍas supnestamente derivadas
hallados en las investigaciones.i La perspectiva que va- de la literacidad realmente denvaban de Ia escolarzacrón
mos a presentar a continuación asume una crítica más 'como proceso de instrucción formal.
radical contra la "gran división" y.a sú vez cuestiona la Estos autores aplicaron prüebas tradicionales para
idea de continuurn. Como veremos, su mirada colocará examinar "habilidades cognitivas de alto rango" a per-
las relaciones de poder en el centro del análisis y éstas sonas que escribÍan en vat y en árabe pero que no ha-
serán las bases para estudiar la o¡alidad, la escritura y bían pasado por uh proceso de escolarización oficial y
la relación entre ambas. no obtuvieron los resultados que se hubieran esperado
de una persona letrada.' Esto mostró que las habilidades -
3. Los Nuevos Estudios de Literacidad que supuestamente debÍan ser consecuencia de la lite-
Esta cornente (nrL.) surgió como luerte oposición a la racidad no se asociaban realmente con la escritura p¿r
"gran división". En los últimos años, sus seguidores han s¿ sino, más bien, con [a manera en que ésta se utiliza

sostenido que la dicotomía decimonónica entre cultu- en la escuela. Asi por ejemplo, dichos autores encon-
ras civilizadas y primitivas ha sido reestablecida desde traron que la escolarización formal favorecÍa la capaci-
una ba-se falsamente "cientílica" por autores como Goody, dad metalingüÍstica de los sujetos, vale decrr, aquella
Havelock y Ong. Desde una perspectiva antropológica que implicaba la habilidad para proveer una explica-
y sociolingüÍstica, y con métodos etnográ[icos, esta co- ción verbal de los principios subyacentes a las tareas
'la presentes en las pruebas.o
rriente ha buscado deconstruir los postulados de "gran
división" y, a partir de ahÍ, ha generado una mirada ro- Fue a partir de estos hallazgos que Scribner y Cole
talmente nueva para estudiar la oralidad y la escritura rechaza¡on la existencia de cambios generalizados pro-
de forma más contextualizada. venientes de la literacidad en sÍ misma. Lo que ellos
EI estudio de Scribner y Cole ( I98 l) con los vai en postularon fue que la escritura produce diferencias pero
Liberia (África) constituyó el punto de partida para
que comenzaran a aparecer propuestas alternativas. L-a
5 Scribner y Cole examinaron cinco dominios de la actividad
existencia de la escritura vai -que llo se enseña en intelectual: pensamiento abstr'¡cto, cate¡lc)rización taxonómica, me-
la escuela sino en los l-rogares- les ofreció a los autores Ia moria, razonamiento lógico y cr¡nr¡cimiento reflexivo srrbre la lengua
oportunidad de resolver algunos de los debates sobre 6 Asrmisr¡o, krs ¡esul¡ados retan las afimaciones sob¡e difc¡en-
cias psicológicas pro[undas tntre poblaciones lerradas e ilet¡¡das.
las consecuencras cognitivas y sociales de la escritu-
Como en ninguna prueba tt¡dos los rlerr ados tuvie¡r.rn un desempe-
ra. En efecto, a parrir de la aplicación de diferentes ño menor que ltrs Ietrados no se puede soslener que k,s iletrados
tipos de pruebas y de un largo trabajo etnográfrco, conformen una nlasa homogénea.

l6 f7

L- a
l- Oralidad y poder
Vicrrrn V¡cH - VIRGINIA ZAvALA

sólo en algunas habilidades y en aluunos contextos, y la mente humana (Street, 1984). En lugar de aspirar a una
que por ende es mejor hablar de cambic¡s ',localizados,' falsa neutralidad, los ¡'¡¡l han optado, más bren, por asu-

en determinadas habilidades cognitivas. A partir del mir i, explicitar lo polÍtrco e rdeoló¡3co de sus postulados.
.
concepto de ltrácttca lctrada, planfearon que actrrndades / En efecto, cl modclo ú.eoltigico propone que la litera-
social¡nente organizadas (y no la tecnologÍa en sí mls- cidad rnvolucra algo más que la tecnologÍa en que se
ma) pueden tener consecuencias en Ia mente humana manifiesta y que, como toda tecnologÍa, está construlda
y que la naturaleza de estas prácttcas es la que derer- socialmente y se usa dentro de marcos institucionales
mina los tipos de destrezas ("consecuencias',) que se particulares. En otras palabras: el aspecto mecánico de la
asocian con la literacidad. En otras palabras: para lectura y la escntura -vale decir, Ia codificación y desco-
Scribner y Cole las habilidades cognitivas adquiridas dificación de simbolos gráficos- ocurre dentro de mane-
están en estrechá relación con la naturaleza de las ras especificas de leer y escribir, y -a su vez- la razón de

prácticas donde se exigen estas habllidades en contex- ser de estas prácticas se encuentra en creencias que 1as
tos especÍftcos. rigen y legitiman. El hecho de que no haya una única ma-

Con estos hallazgos y otros más de principios de los nera de escnbir sino vanas implica que los usos estén ne-
años ochenta (Heath, 1982, l9B3; Scollon y Scollon, cesariamente inmersos en ideologias y que no se puedan

1981; Street, I984), los NEL identificaron a la.,gran di- aislar o tratar como neutrales o solamente técnicos.
visión" como un modch aut(inomo de lo letrado y pro- Los Nrr proponen una serie de herramientas teóri-
pusieron un modelo mucho más político. Mientras que cas para investigar la literacidad como práctica social
(Barton, 1994; Street, 2000; Barton y Hamilton, 2000).
la "gran división" planteaba caracterÍsticas inherentes
a la oralidad y a la literacidad, esta perspectiva propuso El domínio l¿trado constituye un contexto estructurado
que las caracteristicas que supuestamente e¡an inhe- ion patrones regulares y recurentes dentro de los cuales
rentes a la escritura e¡an sólo convenciones de una la literacidad se usa y se aprende. Estos contextos se
práctica letrada de un sector dominante de la sociedad: asocian con instituciones como el hogar, el trabajo, la
el sector e§colarizado. En efecto, el modelo aurónomo escuela o la iglesia, donde se promueven definiciones
parte de una escrirura tipo ensayo.(la cual es ,,la escri- particulares de Io letrado y se actualüan prácticas letradas
tura") y produce una gran generalización de lo que especÍficas. [a idea de los NeL es que hay dilerentes prác-
realmente constituye una práctica de una cultura espe- ticas letradas en diferentes dominios de la vida social.
cÍfica. De acuerdo con los urL, lo que los artor.s d" l, En ese sentido, por cvcn¿o btrado se entiende cual-
"gran división" hicieron fue abstraer sus hallazgop quier actividad comunicativa donde lo letrado curnple
de
las condiciones sociales que Ias produleron y aáemás un rol (como leer el perródico, hacer una hsta para el
proponer un estatus asocial mercado, contar un cuento) que funciona colno marco
-y superior_ para sus propias general para el análisis más detallado de los usos de la
convenciones como si sólo un ripo
de p.á.ti* pot".,.iu.,

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VicTOR V¡CH . V¡R(;IN¡A ZAVALA
7 Oralidad 1' P'"rder
I

Sobre la base de la noción de prácttca lctrada y ds


consideraciones sobre las dtstintas relaciones de po-
der, Ios ¡lrr han creado una drlerenciación entre "lite- :::;,!:.]:ii;:"..1#Lt5$t##:il:t,l#
racrdad oficial o domrnante" y "literacidad vernácula o s"Ti::,:.H:;iln itr"'n'" socr"dades v cómo la
local" (Hamilton y Barton, 1998, Street, 1997). Por
un lado, la literacidad vemácula se refiere a aquella que l1'",.^ú"'o'*Tl:'-":.]:"f
Para i:i.';;;::.H:;;r',,".:;
no está regulada por reglas formales y procedimientos
itntiotet orales 1l-',1l r.,r"¿", donde investrgan
v observan elento!
;il;; á elI^-'Poder'
de institucrones sociales domrnantes y que tiene su p::'-":i:,:l
origen en la vida cotidiana. Por otro lado, la literacidad cuales.s:::'i:3 11.r.:X:iilT':;
oficial se asocia con organizaciones formales como la
,á P."t.ntt
-ñplevento,cómolnteractuanlasprácticasoralcsconlas
educación, la religión, Ia ley, la burocracia y el trabajo, muchos aspectos mas
a las que la sociedad les otorga un valor más alto tan-
;;á"* escritas, entl'e Ia pena comentar y
L.l'\7 .tlros dos puntos que vale
to legal cómo culturalmente. Es importante aclarar, no L. t" dos corrientes reseñadas an-
obstante, que 1a división entre práct.icas vernáculas "";.';;;;;n
l."ilJ;,. t"
y dominantes no es rÍgida y que las literacidades ver-
Ia división tajante
l ":::li.*:';r[^H
entre ta i'ii[:]ffi::
la li-
náculas no son formas "naturales" del lenguaje o prác- de que en esa distinción
ideológ,ica en el sentido
ticas "puras" generadas desde Ia misma comunidad (y a la lite¡acidad escolar
o académtca
Hñt;; ñ*'le como sa-
desconectadas de instituciones formales) sino usos de Io
;*;; l,l"t"id'd" en abstracto o general 'los srL no
letrado que no son impuestos por instituciones externas es neutral'
H; ;r;;i;guna dicotomía
un Iado y la lrteracidad por
(como ocurre con las composiciones, las solicitudes, el
estudian la oralidad por
o los formularios) sino que surgen de las propias nece- la literacidad en prácttcas
il;; lu" pretie'en estudiar en cuenta cómo se ac-
sidades e inquietudes de las personas.' tomar
il;;;;"t;t"al'.adasy En ese
Como puede apreciarse, a contraposición de las pers-
;;*il;;i;lo áentro de esas prácticas'
pectivas reseñadas anteriormente, esta corriente muestra """to entenderse como una
1

;*,d;, ";, iiteracidad podria letradas y orales


un ruelco sustancial en la manera de investigar y aproxi ,tgulada de practicas
.;r*;;;;
'"',I: r';;;;;"r'üt lo' *'i,. no acePun'que "'1]111 '
marse al objeto de estudio. Su inte'rés primordial consis-
te en la manera en que los sujetos de diferentes culturas " que st-
,'' contínuum discursivo
y l, ;,#ü;á to'ifot*tn
y la literacidaden el o^tro
túe la oraiidad en un extremo I

9 Múltiples t¡abajos etnográficos han registrado lteraci¡dadcs C"*" f* let¡adas están gobemadat :::::
fr^."cas
vernáculas en contextos diversos. Algunos ejemplos se pueden en-
cias e ideologÍas y t" iime's" tn 'p*
Io cultural'
cont¡ar en el volumen ediudo por Street (1993) o por Banon y lvanic "'ttutt"'utt
y la palahra oral §'la forma
(199i) y para el caso de América l-atina (el Peru de manera especifica), los usos de la palabra escnta
no se aliucan en
en el volumen editado por Zavala. Niño-Murcia y Ames (2004). en que Io oial y lo escrito se "l'cio""n)
42
ur I L(,ttl,tuull¡ unlolnlenslonal slno qlle se maniliestan de CePiruro 3
formas comple.¡as y multidimensionales. Además del fac- El eNÁrtsls DEL DlscuRso
tor de formahdad, fhctores culturales de otro tipo (como
las relaciones de género, el valor de lo sagrado, la forma
de percibir la conrunrcacrón cara a cara, etc.) rnciden no
sólo en múltiples usos de lo oral y lo letrado sino también
en múltiples trpos de relaciones entre ambos.
Estas discusiones sobre las relaciones entre la ora-
lidad y la literacidad no son sólo de interés académico
sino que inciden en el sentido común más aceptado y
los distin-
también en polÍticas educativas concretas. Por ejemplo, En este capÍtulo vamos a argumentar que
el hecho de que en el Peru los analfabetos no hayan teni- tos enfoques del an¿ilisis dcl dtscurso
tienen como base
do derecho a votar sino hasta 1979 esconde la creencia de naradigmas Iingüisticos diversos que
proveen asunclo-
que sóIo con la escritura el hombre puede tener capaci- n", dii.r"nr.t sobre la naturaleza general del lenguaje
dad de opinión polÍtica y que, por ende, un analfabeto no y, más especÍficamente, sobre la relación entre
el lengua-
(Schilfrin, 1994) A continuación
tiene absolutamente nada que decir en el contexto de la
i. y .l cont.*to social
nación. En efecto, muchas de las reflexrones provenientes ,.r.nu.a.no, las características más importantes de los
de la "gran diüsión" son el sustento de influyentes mitos dos grandes paradigmas de la lingüística contemporá-
Que se denvan de los postulados sobre supuestas diferen- n.^ ! "*ph.^r"-oi 1, it flu"ncia que ha tenido cada
cias cognitivas y pslcológicas entre poblaciones letradas e uno i" .ilo, en las diferentes Perspectivas del
análisis
iletradas y sobre el impacto (lue esto deberÍa tener en el del discurso.
desarrollo económico y social de los pueblos. El paradigma más antiguo es e1 formalista' que
Consideramos finalmente que concebir la pluralidad concibe el lenguaje como un fenómeno mental y como
de lq letrado como histónca y culturalmente construida y, un sistema autónomo, homogéneo y uniforme que ca-
por lo tanto, como inserta en relaciones de poder es sus- si se reduce sólo al aspecto gramatical del mismo Es-
tancial para dilucidar las maneras en que sólo algunas [or- te paradigma se concentra en el código y argumenta
'lenguaje
mas de escrito y oral conllevan autoridad en qr. lu, t r.,cio.,es sociales del lenguaje no infiuyen en
contextos institucionales y proveen mayor acceso a recur- la organización interna de la gramática' La perspectrva
sos y a oportunidades. Queda claro que lo oral y Io escri- que representa esta postura es aquella de la gramática
to están entretejidos en las ideologÍas sociales y que en generativa proPuesta por Noam Chomsky'
- le
sus usos entran enjuego las relaciones de poder y las ine- Po, otro laáo, el paradigma funcionalrsta prionza
quidades de la uda social. estmctura del habla y, Por tanfo' se encarga de estucllar

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