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Por Francisco Tejero
En los hornos rotativos, donde la transmisión del calor se realiza fundamentalmente por
convección, mediante corrientes de aire caliente forzadas por una ventilación intensiva, el
perfil es decreciente. Se inicia a una temperatura de la cámara de cocción de 250º C, y se
va descendiendo progresivamente hasta que se estabiliza en torno a los 190/200º C.
En los hornos de solera refractaria predomina la transmisión del calor por radiación, y el
perfil de temperatura es plano. Esto es, desde el inicio al final de la cocción se mantiene la
misma temperatura. A su entrada al horno, aplicamos vapor para frenar la desecación
superficial que se produciría al entrar una masa fresca en un ambiente con tan alta
temperatura. El vapor se condensa en superficie de la pieza, que así se mantiene flexible
más tiempo.
Mientras la masa pueda deformarse, sin dejar escapar los gases generados por la
fermentación, la pieza aumentará de volumen. Pasada esta etapa, el calentamiento de la
pieza, que se produce de su exterior hacia su interior, va produciendo las
transformaciones que permiten generar y fijar la estructura de la miga, su alveolado. En la
etapa final de la cocción se va formando la corteza, en cuyo espesor es determinante el
tipo de horno. Posteriormente, va tomando color.
• El azúcar. Los azúcares, así como los productos lácteos –que contienen un azúcar, la
lactosa– reducen la coloración de la corteza, así como su espesor, y dan productos de
corteza flexible, no crujiente.
• La sal. Al igual que los azúcares, la sal retarda la fermentación, y su exceso aumenta el
color de la corteza, aparte de la modificación de su sabor.
El color de la miga
• El volumen del pan. Aunque se suelen citar como factores determinantes del volumen
final de la pieza (la dosis de levadura y el tiempo de fermentación), no debe olvidarse la
capacidad de retención de la masa, lo que se ve favorecido por un desarrollo completo del
gluten. Esto exige un trabajo más intenso en el amasado, con la correspondiente
oxidación de la masa, y el blanqueamiento de la masa ya comentado.
El alveolado
Los huecos característicos de la miga de pan se denominan alveolos, y su tamaño y
distribución son propios de cada tipo de producto. Como dice el refrán castellano: El pan
con ojos, el queso sin ojos y el vino que pegue en los ojos.
En el caso de la masa blanda, la alta hidratación favorece el desarrollo del gluten con un
amasado tradicional o intensivo. La cantidad de aire atrapado es mayor, y la inexistencia
del paso por los cilindros, no permite un reparto uniforme.
• La tenacidad de la masa. La formación del alveolo por acumulación del gas carbónico –
producido por la levadura, y que se difunde en la masa, alcanzando las microburbujas de
aire atrapadas por la masa, donde se expande– está muy condicionada por la tenacidad
de la masa. Cuanto mayor sea la tenacidad, menos posibilidades de un alveolado grande
e irregular. Sin embargo, pueden producirse también anomalías en una alveolado fino y
uniforme, debidas al exceso de tenacidad, propio de la harina, o generado por una
sobredosificación de ácido ascórbico, propiciando la aparición de grandes huecos.
• Formado. El formado de las piezas alargadas, de las barras se realiza ya siempre con
formadoras mecánicas. En realidad se compone de tres etapas: laminado del pastón,
enrollado y apretado. El laminado es una fase muy importante en cuanto a la distribución
y tamaño de los alveolos de la miga, ya que de la separación de los rodillos dependerá
tanto la intensidad de la desgasificación producida, como el reparto más o menos
uniforme del gas restante en el pastón laminado. En el enrollado y apriete se termina de
fijar la mayor o menor homogeneidad de la miga resultante.
• La fermentación final. El tamaño del alveolo, como hemos visto, depende de la presión
interna generada por la acumulación de gas, de la capacidad de dilatación de la masa, y
de la capacidad de retención de la misma.
En una chapata, por el contrario, con una fermentación larga, se favorece la irregular
distribución de los alveolos de los diferentes tamaños.