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Formulación
Determinado, pues, el tipo de pan (pan francés, por ejemplo), deben considerarse
especialmente:
Fuerza (W). Este factor, junto al equilibrio (P/L), nos permitirá fijar el tiempo de
amasado, el grado de hidratación, así como de guía para fijar la cantidad de masa madre
y de aditivo a incorporar.
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películas.
Calidad del gluten. Constituido por una parte de las proteínas de la harina, presenta
una capacidad extraordinaria para hidratarse, así como para retener los gases de
fermentación. La cantidad y calidad del gluten determinan el resultado final de la
panificación. En aquellos casos en que no se tenga una harina de la fuerza y equilibrio
adecuados, puede añadirse gluten de trigo, extraído industrialmente.
Índice de maltosa. Este análisis nos valora los azúcares existentes en la harina. Su
importancia es relativa, ya que más que los azúcares presentes en la harina, nos interesa
la capacidad de obtenerlos a partir del almidón por medio de las amilasas, tanto las
propias de la harina como las aportadas por el aditivo.
Agua. Poner el agua antes o después de la harina no tiene la mayor importancia salvo
que se incorpore la sal al principio. En este caso, debe ponerse primero el agua y la sal, y
después la harina.
Que el agua esté fría no sólo ayuda a controlar mejor la temperatura de la masa, sino
que permite una hidratación más homogénea; con agua tibia, habrá tendencia a formarse
grumos de harina y la hidratación será menos uniforme.
Sal. Cuando se añade al final del amasado, se facilita el trabajo de desarrollo de la masa,
pero esta se blanquea excesivamente. Añadida al principio del amasado, el trabajo de la
masa es más dificultoso, pero se evita la destrucción excesiva de los pigmentos de la
harina.
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condiciones de trabajo del obrador. En los tradicionales, donde no existe regulación de
temperatura en la sala de amasado, la incorporación se efectuará al principio en
invierno y al final en verano. Así se evitará que avance mucho la fermentación antes de
la división y formado. Debe tenerse en cuenta que cuanto más tarde se incorpore, más
difícil será asegurar su reparto homogéneo.
Grasas. Suavizan la masa y propician una miga más abizcochada, así como una corteza
más fina, pero su incorporación al amasado es delicada. Cuando la cantidad sea
importante, debe hacer se poco a poco a lo largo del amasado, ya que dificulta el
desarrollo de la masa.
Azúcar. No suele ser un ingrediente habitual en los panes españoles, pese al beneficioso
efecto de su utilización, especialmente en la coloración y brillo de la corteza, su
incorporación se hará al principio, con la harina.
Rotura y estirado. Cuando la masa ya está ligada, los brazos amasadores estiran la
masa, rompiéndola, y los fragmentos son lanzados contra las paredes.
Soplado u oxigenado. Cuando la masa se deja estirar al máximo, atrapa aire con
facilidad. El oxígeno queda disuelto en la masa, y se forman burbujas minúsculas de
aire que son esenciales para el posterior desarrollo de la estructura esponjosa de la masa
fermentada.
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Existen básicamente tres: método de esponja-masa, método directo y método mixto.
Dentro de ellos, debemos considerar la incidencia del amasado, ya que para una misma
amasadora, según la intensidad y duración de sus fases, obtendremos un producto de
características diferentes:
• Para conseguir un pan voluminoso de corteza fina y miga blanca, el amasado será
prolongado, intensivo, incorporando la sal al final.
• Para obtener un pan de volumen medio, corteza gruesa y miga color crema, deberá
acortarse el amasado, añadiendo la sal al principio, y a ser posible trabajando siempre a
velocidad lenta.
• Para que el pan tenga miga alveolada irregularmente, de color crema, y corteza
crujiente, amasaremos unos cinco minutos en primera velocidad (amasadora de brazos).
Dejaremos reposar la masa de 10 a 15 minutos, terminado después el amasado con otros
15 minutos también en primera velocidad.
Esponja y masa. La masa se prepara en dos fases sucesivas. Primero se amasa una
parte de la harina (25%) y los ingredientes proporcionalmente correspondientes.
Finalizado su amasado se deja reposar durante 2 a 3 horas, en función de la cantidad de
levadura incorporada y de las condiciones ambientales de la sala de fermentación. Muy
utilizado en la fabricación de pan de molde tipo inglés. Se obtienen masas de gran
desarrollo y se ahorra levadura. No obstante, se corre el riesgo de que las masas resulten
demasiado tenaces.
Directo. Se mezclan directamente los ingredientes, sin que se añada otra masa
elaborada previamente. La siembra de fermentos se realiza añadiendo levadura
prensada. Seguido por el artesano en épocas de calor, se ha extendido como el
procedimiento habitual en la mayor parte de las panificadoras industriales.
• El poolish. Existen muchos tipos de prefermentos utilizables. Uno de ellos supuso una
revolución histórica en la panificación francesa: el poolish. Consiste en la preparación de
una mezcla de harina y agua a partes iguales, sembrada con una pequeña proporción de
levadura, que se deja fermentar hasta que alcanza un volumen triple del inicial. La masa
final se realiza añadiendo el resto de la harina y del agua de la fórmula.
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Como ejemplo del trabajo con poolish. Preparación del poolish.
Preparación de la masa:
Harina 2 kg
Agua 2 litros
Levadura 0,5 a 1,5%
Dejar fermentar hasta triplicar el volumen.
Las ventajas que aporta este sistema de preparación de la masa son aumento de la fuerza
y la elasticidad de la masa; mejora de la maquinabilidad de la masa; el alveolado de la
miga es más abierto e irregular y aumenta de la conservación del pan.
Preparación inicial
Preparación de la masa
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Harina 20 kg
Agua 11 litros
Masa
Autolisis 31 kg
Harina 80 kg
Agua 48 litros
Sal 2 kg
Mejorante c.s.
Masa madre 10 kg