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LA FILOSOFÍA RESPIRATORIA

ROSA VELÁSQUEZ
C.I. 26507590

ENSAYO

PROFESORA:
DANEIKA RODRÍGUEZ

UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTA DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA DE MEDICINA
MARACAY
2018
LA FILOSOFÍA RESPIRATORIA:
Los seres vivos podemos sobrevivir sin dormir, tomar agua y hasta sin comer, pero no sin
respirar por unos minutos, por ello debemos conocer la importancia del sistema respiratorio y a
modo evolutivo como influye en el ser humano, y es allí cuando entramos a preguntarnos ¿Qué
es el sistema respiratorio? ¿Cuál es su función?
Según el grupo editorial Thema “El aparato respiratorio es el conjunto de estructuras que facilita
la respiración, eso es la captación del oxígeno del aire y la  eliminación de dióxido producido en
los procesos celulares”. Es decir el aparato respiratorio, es un conjunto de  ramificaciones por las
cuales se obtiene el oxígeno del aire y la eliminación del dióxido. “Parte del sistema nervioso
autónomo que controla las acciones involuntarias de los órganos internos del cuerpo tales como
el corazón y la respiración”. De acuerdo con esto podemos decir, que la respiración fuera de ser
un acto involuntario y autónomo, está ligada al sistema nervioso.
La respiración es el proceso que realizamos de inhalar por las fosas nasales (nariz); a esto se le
llama inspirar. Cuando el diafragma sube y presiona los pulmones hace expulsar el aire de las
vías respiratorias y a esto se llama espiración.
Los pulmones se expanden y se contraen cuando descansan sobre músculos, estos músculos se
contraen llevando la caja torácica hacia arriba y afuera, haciendo expandir el tórax para que el
aire entre y se relajan de manera que la caja torácica vaya hacia abajo y adentro y así salga el
aire, a modo de conclusión el diafragma se contrae para que el aire entre y lo expulsa cuando se
relaja.
Continuando con la exploración de cada una de las partes del sistema respiratorio, basándonos en
la importancia de sus funciones y el papel que asume cada una de ellas en el cuerpo humano,
decimos que las vías respiratorias o vías aéreas se constituyen por órganos, los cuales son: las
fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones.
El aire entra por las fosas nasales, es filtrado por los pelos de la nariz y calentado. También
puede entrar por la boca. Pasa por la faringe a la laringe y de allí a la tráquea. De la tráquea se
ramifica en los dos bronquios y pasa a los bronquiolos donde continúa camino hasta los
pulmones. En los pulmones llega hasta los alvéolos. En los alvéolos se produce el intercambio de
gases: suelta el oxigeno que trae y se lo da a la sangre y coge de esta el dióxido de carbono.
Ahora el aire cargado de dióxido de carbono hace recorrido inverso hasta ser expulsado del
cuerpo.
El aire es un espacio muy contaminado, por esta razón las personas estamos muy propensas  a
tener infecciones respiratorias como lo son: la rinitis que es un inflamación de la mucosa; la
neumonía  es una inflamación del pulmón; faringitis irritación de la faringe;
laringitis inflamación de la laringe, entre otras enfermedades. De igual forma podemos decir que
el aparato respiratorio no solo ejerce cuya acción, si no que cada una de sus partes son un
componente básico, para evitar enfermedades y para el funcionamiento adecuado de nuestro
organismo.
1) EL ASMA DEL LACTANTE:
1.1.) Definición y factores predictivos
El asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia. Se ha comprobado un
aumento de su prevalencia en escolares de 6-7 años de edad. Se han descrito diversas causas en
su origen, asociando su presentación con distintos fenotipos, el estudio de los cuales nos va a
permitir acercarnos a la evolución y al pronóstico del asma en el niño.
Cada vez tenemos más claros los factores que inciden en el desarrollo del asma y cuáles actúan
como desencadenantes de los episodios. Un buen manejo del asma pasa por una buena formación
del personal sanitario (tanto pediatras, como enfermería pediátrica) que favorezcan un proceso
educativo de los padres y del niño, una organización interdisciplinaria y la concienciación de la
importancia de la enfermedad como problema de salud.
El asma del lactante en los dos primeros años de vida, es la forma de presentación más frecuente,
además de episodios recurrentes de sibilancias y tos, es una condición de alta prevalencia; sin
embargo, es frecuentemente sub-diagnosticada y sub-tratada. Una elevada proporción de estos
lactantes sufren episodios severos, visitas a servicios de urgencia y hospitalizaciones, lo cual
altera profundamente su calidad de vida y la de sus padres. El diagnóstico de asma en el lactante
es clínico y se basa en la presencia de tos y sibilancias recurrentes, presencia de factores de
riesgo para asma, y la respuesta al tratamiento. Los corticoides inhalados son el tratamiento de
primera línea y tanto su efecto como la adherencia, deben ser monitoreados. Actualmente, no hay
razones científicas ni clínicas para posponer el diagnóstico y tratamiento en lactantes con
síntomas de asma, especialmente si la frecuencia y severidad de los episodios alteran la calidad
de vida del niño y de su familia.
Actualmente existe abundante evidencia sugiriendo que la presencia de síntomas de asma en el
periodo de lactante, especialmente si son frecuentes y severos, es un importante predictor de
asma, de función pulmonar alterada e hiperreactividad bronquial posteriormente en la niñez,
adolescencia y adultez, relacionándose también con un mayor riesgo de enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (9-18). Sin embargo, mientras no se conozcan mejor los mecanismos
genéticos, inmunológicos, patológicos y funcionales que modulan los síntomas recurrentes de
asma en lactantes y niños mayores, es muy difícil predecir con certeza cual será el estado clínico
funcional de estos pacientes en la adolescencia o adultez.
1.2) Factores posiblemente relacionados con el Sub-Diagnóstico y Sub-Tratamiento del
Asma en lactantes:
Es altamente frecuente que aquellos que reciben tratamiento inhalatorio lo hagan con técnica
inhalatoria inadecuada, espaciadores incorrectos, dosis bajas, tratamientos por corto tiempo,
aerosoles de baja calidad (partículas grandes), y sin evaluación objetiva de la adherencia al
tratamiento, todo lo cual resulta en un insuficiente o nulo efecto terapéutico. Respecto a sub-
diagnóstico y tratamientos inadecuados en lactantes asmáticos, sorprende que, a pesar de sus
síntomas y presencia de antecedentes orientadores, solamente el 36% de los lactantes con
episodios frecuentes de sibilancias y antecedente de asma en los padres, tenga diagnostico
medico de asma. Un 68.1% de los lactantes con SR recibe antibióticos una o más veces durante
el primer año de vida, y un 11.2% lo hace 4 o más veces por sus exacerbaciones. Se dice que el
uso frecuente de antibióticos en lactantes con SR puede producir una disrupción del microbiana
nasofaríngeo durante el primer año de vida, lo cual es un factor de riesgo para infecciones
respiratorias más severas y asma más adelante en la vida.
Las razones del sub-diagnóstico y sub-tratamiento del asma del lactante no son claramente
distinguidas, es posible que estén relacionadas con la practica medica local-regional y sus
variadas influencias; quizás factores relacionados con la definición, fenotipificacion, dificultades
y mitos con respecto al tratamiento, entre otros, pudieran influir en el establecimiento del
diagnóstico de asma en lactante y en las opciones terapéuticas.
1.3) Clasificación del Asma:
El asma se puede dividir en 2 grandes grupos, de acuerdo con su origen y con sus factores
desencadenantes. Asma alérgica: está mediada por mecanismos inmunológicos que involucran a
la inmunoglobulina E (IgE), se presenta desde el lactante hasta la edad adulta, con su pico
máximo en escolares y adolescentes; es el asma persistente y el asma no alérgica: en este tipo,
los factores desencadenantes no son inducidos por mecanismos alérgicos y varían de acuerdo con
la edad de los pacientes.
Las infecciones virales ocupan un lugar predominante en el niño pequeño, ya que muchas veces
son el gatillo disparador del primer cuadro, para posteriormente repetirse aun en ausencia de
atopia; la mayoría de las veces las sibilancias desaparecen alrededor de los 3 años, aunque estos
procesos infecciosos pueden ser el gatillo desencadenante de exacerbaciones en aquellos con
asma alérgica. Los cambios climatológicos, ejercicio, problemas psicológicos, irritantes
químicos, humo de tabaco, contaminantes atmosféricos, analgésicos o antiinflamatorios no
esteroideos y el uso de bloqueadores beta, son otro grupo de agentes desencadenantes.
1.4) Diagnostico:
El diagnóstico es principalmente clínico y los datos que nos orientan a pensar en esta patología
son: Sibilancias, Tos que empeora por la noche, dificultad respiratoria y sensación de opresión
torácica recurrente, Los síntomas inician o empeoran en la presencia de: ejercicio, infecciones
virales, Aero alérgenos, cambios de clima, expresiones emocionales fuertes (llorar o reírse),
estrés, ciclos menstruales, Los síntomas ocurren o empeoran por la noche y despiertan al
paciente, Síntomas episódicos entre otros.
En niños mayores de 6 años, se prefiere realizar una espirometría para apoyar el diagnóstico, y
hacer evidente la reversibilidad de la obstrucción del flujo aéreo después de la administración de
un broncodilatador de acción rápida (SABA) con un aumento del volumen espiratorio forzado en
el primer segundo (VEF1) de 12% y 200 ml. En pacientes con asma persistente deben realizarse
pruebas cutáneas o IgE específica para evaluar la sensibilización, principalmente a los Aero
alérgenos y alimentos que pueden actuar como desencadenantes de las crisis
1.5) Tratamiento:
Los corticoides inhalados para el control del asma en niños de 0-4 años se recomienda como
tratamiento de primera línea tanto para la reducción del deterioro como del riesgo de
exacerbaciones. En general se recomienda su uso por 3 meses en forma regular y acompañados
de beta-2 inhalados de acción corta según necesidad, con monitoreo del efecto, administración y
adherencia. Una clara mejoría con el tratamiento y un deterioro al suspenderlo apoya el
diagnóstico de asma.
Los antibióticos tendrían un rol potencial en el manejo asma y que sería adicional a sus
propiedades antibacterianos; los efectos antiinflamatorios y sus posibles mecanismos. Se ha
detallado recientemente que la azitromicina podría tener un rol en el manejo de los episodios
agudos o exacerbaciones de asma en niños de 1 a 3 años de edad disminuyendo
significativamente la duración de los episodios, además, el uso de azitromicina en niños de 12 a
71 meses de edad y que sufrían de infecciones respiratorias bajas severas recurrentes reduciría el
riesgo de desarrollar

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