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Tema:

Rol de la farmacología en el manejo de las enfermedades crónicas no transmisibles.

Título:
Farmacoterapia aplicada en los pacientes con asma bronquial.

Autor:
Barreiro Vinces Carlos Andres.

cbarreiro3348@utm.edu.ec

Resumen.
El asma es una enfermedad muy conocida en todo el mundo que influye enormemente en la
vida de los pacientes. Se calcula que más de 300 millones de personas están afectadas y el
número va en aumento. Esta es una enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias más
común y duradera que afecta a más del 10% de la población mundial. Está caracterizada por
el estrechamiento bronquial, la hiperreactividad de la vía aérea, la vasoconstricción, el edema
de la vía aérea, y el estímulo de las terminaciones nerviosas sensoriales que llevan a los
acontecimientos que se repiten de la disnea, las sibilancias, la opresión del pecho y tos.
Objetivo: elaborar un documento académicamente representativo, idóneamente justificable,
sobre el asma como enfermedad respiratoria, abarcando definición de la misma, etiologías,
manifestaciones clínicas, complicaciones, criterios diagnósticos y, por último, pero no menos
importante su manejo terapéutico. Método: Se realizó una revisión sobre el asma, sus
comorbilidades y la farmacología antiasmática. Conclusiones: Para brindar una buena
farmacoterapia a un paciente con asma hay que conocer indispensablemente la
farmacocinética y farmacodinamia de cada medicamento que se elija para administrar.

Palabras claves: asma bronquial, farmacología clínica, enfermedades crónicas no


transisibles.

Introducción.
El asma es una enfermedad crónica no transmisible y es un importante problema de salud
pública en todo el mundo y está asociada a un exceso de morbi-mortalidad y costes
económicos asociados a la pérdida de productividad. En 1991 en Estados Unidos fueron
publicadas las primeras directrices para el asma por el Instituto Nacional del Corazón, los
Pulmones y la Sangre y fueron actualizadas por última vez en 2007 (Cloutier et al., 2020).
El asma es una enfermedad muy conocida en todo el mundo que influye enormemente en la
vida de los pacientes. Se calcula que más de 300 millones de personas están afectadas y el
número va en aumento. Muchos pacientes asmáticos son bien tratados con tratamientos
orientativos para el asma. El asma extrínseca (alérgica) es el principal subtipo de asma que
suele desarrollarse en la infancia, mientras que el asma de inicio tardío es principalmente de
naturaleza no alérgica (Mandlik & Mandlik, 2020).

Esta es una enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias más común y duradera que
afecta a más del 10% de la población mundial. Está caracterizada por el estrechamiento
bronquial, la hiperreactividad de la vía aérea, la vasoconstricción, el edema de la vía aérea,
y el estímulo de las terminaciones nerviosas sensoriales que llevan a los acontecimientos que
se repiten de la disnea, las sibilancias, la opresión del pecho y tos (Camoretti-Mercado &
Lockey, 2019).

Como indica el asma es el resultado de un debilitamiento del sistema inmune en respuesta a


la exposición a alérgenos o exposición ambiental. A su vez se activan numerosas células
inflamatorias como los mastocitos y las células dendríticas junto a la acumulación de
eosinófilos y de linfocitos activados en el sitio de la inflamación (Skevaki et al., 2020).

Si la inflamación es duradera puede causar alteraciones patológicas, como lo son el


engrosamiento del epitelio bronquial, la fibrosis del epitelio, la hiperplasia y la hipertrofia de
las glándulas mucosas. Los pacientes con asma que no responden a los fármacos
antiasmáticos comercializados necesitan nuevos medicamentos biológicos para regular la
situación asmática (Mandlik & Mandlik, 2020).

El objetivo de esta revisión bibliográfica es la de elaborar un documento académicamente


representativo, idóneamente justificable, sobre el asma como enfermedad respiratoria,
abarcando definición de la misma, etiologías, manifestaciones clínicas, complicaciones,
criterios diagnósticos y, por último, pero no menos importante su manejo terapéutico.

Metodología.
El presente documento analítico es parte de la recopilación y revisión de fuentes científicas
recuperadas de PubMed, Science Direct, tanto en español como en inglés y ruso describiendo
las líneas teóricas y aportes del estado actual de la farmacología asmática con su respectivo
tratamiento.

Por lo cual se llevó a cabo la organización bibliográfica a través del gestor de artículos
científicos provenientes de bases de datos de PubMed, Science Direct, utilizando los
descriptores como; Asma bronquial, Farmacología clínica, Enfermedades crónicas no
transisibles; seleccionando – artículos y textos, digitales en inglés, español y ruso que forman
parte. Los criterios de inclusión fueron la disponibilidad de artículos de revistas indexadas con
una antigüedad no mayor a los últimos 4 años y artículos, textos digitales con una antigüedad
menor a 4 años, exceptuando aquellos contenidos que resulten relevantes y clásicos en la
literatura médica que sean mayores a este período de tiempo.

Desarrollo.
Asma.
El asma es una enfermedad heterogénea que se caracteriza por síntomas respiratorios
variables y una limitación del flujo de aire variable. Estas características pueden ser
generadas por una serie de mecanismos subyacentes que son típicos, pero no el asma es
una condición heterogénea caracterizada por síntomas respiratorios variables y limitación del
flujo de aire variable. Estos rasgos pueden ser generados por una serie de mecanismos
subyacentes que suelen estar asociados, aunque no siempre, a la inflamación y remodelación
de las vías respiratorias (Padem & Saltoun, 2019).

Los síntomas del asma son inespecíficos e incluyen sibilancias, falta de aire, opresión en el
pecho y tos. Los rasgos más características del asma están relacionadas con el patrón de
síntomas, incluyendo la naturaleza de los mismos, el momento en que se producen, los
desencadenantes y la respuesta al tratamiento. Por lo tanto, es importante es importante para
evaluar la probabilidad de que los síntomas respiratorios se deban al asma y no a un
diagnóstico diferencial o comorbilidad (Nakamura et al., 2020).

Los signos de asma son escasos e inespecíficos. Las sibilancias espiratorias pueden
escucharse en la auscultación; la falta constante de sibilancias durante los síntomas debe
hacer que se consideren otros diagnósticos. La exploración física puede revelar signos de
comorbilidades, como bronquiectasias (adultos) y obesidad o, en pacientes atópicos, eczema
o rinitis alérgica (Kunc et al., 2020).

Con diversos mecanismos subyacentes, algunos fenotipos de asma pueden distinguirse en


el momento de la presentación clínica inicial, pero otros podrían no ser fácilmente
distinguibles entre sí (Kunc et al., 2020).

El asma alérgica de inicio en la infancia suele estar asociada a un eczema, una rinitis o una
alergia alimentaria, a una historia familiar de asma y a sibilancias o tos. Antecedentes
familiares de asma, y sibilancias o tos con, y, a veces, entre infecciones respiratorias víricas
(Nakamura et al., 2020).

Un tercio de los niños con sibilancias tienen sibilancias persistentes hasta la edad adulta; la
probabilidad de persistencia, o de recaída posterior aumenta con la sensibilización temprana
a los alérgenos, el sexo femenino y el tabaquismo. Los niños con asma más grave pueden
tener una limitación del flujo aéreo persistente en la edad adulta o un deterioro acelerado de
la función pulmonar (Papi et al., 2018).

El asma no alérgica puede presentarse a cualquier edad, incluso durante las infecciones
respiratorias virales. En los niños, el asma no alérgica es más probable que se resuelva en la
adolescencia, especialmente en los niños, pero en los adultos es más frecuente en las
mujeres, especialmente con obesidad pulmonar (Papi et al., 2018).

No existe un patrón de oro para el diagnóstico del asma. El diagnóstico se basa en la


probabilidad y tiene en cuenta los síntomas y la limitación del flujo de aire espiratorio variable.
El asma es heterogénea, y en algunos pacientes, una o ambas características una o ambas
características (Nagano et al., 2019).

Muchas características pueden aumentar o disminuir la probabilidad de que los síntomas se


deban al asma. En los niños la evaluación precisa de los síntomas y el uso de agonistas β2
de rescate puede ser difícil, porque la mayor parte de la información de los padres, que no
siempre están con sus hijos y, por tanto, pueden desconocer detalles importantes (Nakamura
et al., 2020).

La confirmación de un diagnóstico de asma requiere la evaluación de diagnósticos


alternativos o comorbilidades. Si se infradiagnostican o no se tratan, las comorbilidades
pueden influir en la calidad de vida y el control del asma. La rinitis y la rinosinusitis con o sin
poliposis nasal (y en los niños la rinoconjuntivitis) son las comorbilidades más frecuentes del
asma y suelen estar asociadas al asma no controlada (Zolnikova et al., 2020).

La obesidad puede causar disnea de esfuerzo al reducir la capacidad residual funcional y el


volumen de reserva de reserva espiratoria. La obesidad en los adultos, especialmente en las
mujeres, podría estar asociada a un asma refractaria con un perfil de esputo menos eosinófilo
y un perfil de esputo más neutrofílico (Zolnikova et al., 2020).

La apnea obstructiva del sueño es común entre los adultos con asma, sobre todo si es grave.
En los niños, el cansancio irritabilidad y dificultad de concentración son típicos del asma mal
controlada, pero la apnea obstructiva del sueño debe si estos síntomas persisten a pesar del
buen cumplimiento del tratamiento (Zolnikova et al., 2020).

La enfermedad por reflujo gastroesofágico se encuentra en el 25-80% de los adultos y niños


con asma. Los mecanismos incluyen el aumento del reflujo ácido durante las exacerbaciones
con hiperinflación, las microaspiraciones que desencadenan la inflamación neurogénica y los
agonistas β2 que reducen la presión del esfínter esofágico inferior. En los adultos, la
gastroesofágica sintomática (pero no asintomática) la enfermedad por reflujo gastroesofágico
(identificada mediante la monitorización del pH de 24 horas) deteriora la calidad de vida, pero
la evidencia en niños es escasa (Zolnikova et al., 2020).

Farmacoterapia del asma.


La polifarmacia es casi una constante en el tratamiento del asma. Así, la combinación de CSI,
agonistas de los receptores β-adrenérgicos y modificadores de los leucotrienos, sobre todo
en el asma de moderada a grave. Además, a los pacientes asmáticos se les puede prescribir
medicación adicional para las morbilidades concomitantes. Esto pone de manifiesto la
importancia de tener en cuenta las interacciones farmacológicas en su conjunto (Arcos &
Murcia, 2019).

En el momento actual todos los tratamientos monoclonales comercializados indicados en


asma grave no controlada podrían tener indicación en este perfil de paciente. Omalizumab,
con su mecanismo anti-IgE, tiene indicación en asma alérgica y es con el que existe mayor
experiencia de uso, con muy buena respuesta clínica en pacientes con fenotipo de asma
alérgica18. Sin embargo, en el asma alérgica a veces existe marcada eosinofilia asociada, lo
que puede hacer que nos preguntemos si con la indicación de un antieosinófilo como
mepolizumab, reslizumab o benralizumab podríamos tener una mejor o peor respuesta
terapéutica (Arcos & Murcia, 2019).

Agentes simpaticomiméticos.
Estos en la actualidad con utilizados ampliamente en el tratamiento de asma, incluyen al
albuterol y otros agentes selectivos de β2. La epinefrina y el isoproterenol ha disminuido
notablemente debido a sus efectos en frecuencia y a la fuerza de la contracción cardiaca
(Katzung, 2018).

La epinefrina es un broncodilatador eficaz de acción rápida cuando se inyecta por vía


subcutánea o se inhala como microaerosol de un recipiente presurizado. La broncodilatación
máxima se logra dentro de los 15 minutos después de la inhalación y dura 60 – 90 minutos.

La efedrina es un potente broncodilatador no selectivo β1 y β2. Cuando se inhala como


microaerosol de un recipiente presurizado, 80 – 120 mcg de isoproterenol causa
broncodilatación máxima en 5 minutos y tiene una duración de acción de 60 a 90 minutos
(Katzung, 2018).

Fármacos β2 selectivos.
Estos son los simpaticomiméticos más utilizados para el tratamiento de la broncoconstricción
aguda. El albuterol, la terbutalina, el metaproterenol, y el pirbuterol, están disponibles
como inhaladores de dosis medida. La bronco dilatación es máxima en 15 minutos y persiste
durante 3-4 horas. El albuterol y la terbutalina, están disponibles en forma oral (Katzung,
2018).

Los agonistas selectivos β2 de acción prolongada, con duraciones de 12 horas de acción,


como el salmeterol y el formoterol, se desarrollaron para facilitar el manejo del asma.
Existen también los agonistas beta de acción ultraprolongada como el Indacaterol, el
olodaterol, el vilanterol y el bambuterol, se deben tomar solo una vez al día, pero debido a
que su broncodilatación prolongada enmascara los síntomas de la inflación bronquial, deben
usarse solo en combinación con un ICS para el asma (Katzung, 2018).

Metilxantinas.
Las tres metilxantinas importantes son la teofilina, la teobromina, y la cafeína. De las
xantinas, la teofilina es el broncodilatador más eficaz. Alivia la obstrucción al flujo de aire en
el asma aguda y reduce la gravedad de los síntomas en pacientes con asma crónica. Estas
xantinas tienen efectos adversos en el sistema nervioso central, cardiovascular,
gastrointestinal, renalmente, músculo liso y sobre el músculo esquelético (Katzung, 2018).

Agentes antimuscarínicos.
Estos inhiben competitivamente la acción de la acetilcolina en los receptores muscarínicos y,
por lo tanto, a su vez se les denomina “agentes anticolinérgicos”. En su uso clínico son
broncodilatadores efectivos. Incluso cuando se administra por aerosol, la broncodilatación
que se puede lograr con la atropina, está limitada por la absorción en la circulación y a través
de la barrera hematoencefálica (Katzung, 2018).

Hay una mayor broncodilatación, con una menos toxicidad por absorción sistémica se logra
con un derivado de amonio cuaternario selectivo de atropina, bromuro de ipratropio, que se
puede inhalar en dosis altas debido a su mala absorción en la circulación y a la entrada
deficiente en el sistema nervioso central (Katzung, 2018).

El ipratropio parece ser tan eficaz como el albuterol en pacientes con EPOC que tienen una
obstrucción al menos parcialmente reversible. Los agentes de acción más prolongada,
incluidos el tiotropio, el aclidinio y el umeclidinio, están aprobados para la terapia de
mantenimiento de la EPOC (Katzung, 2018).

Corticoesteroides.
Estos no relajan el músculo liso de las vías respiratorias directamente, pero reducen la
hiperreactividad bronquial y la frecuencia de las exacerbaciones del asma si se toman con
regularidad (Katzung, 2018).
Para las exacerbaciones graves de asma, a menudo se inicia un tratamiento urgente con una
dosis oral de 30-60 mg de prednisona por día o una dosis intravenosa de 0.5-1 mg/kg de
metilprednisolona cada 6-12 horas; la dosis disminuye después de que ha mejorado la
obstrucción de las vías respiratorias. En la mayoría de los pacientes, la terapia sistémica con
corticoides puede suspenderse en 5 – 10 días, pero los síntomas pueden empeorar en otros
pacientes a medida que la dosis disminuye a niveles más bajos (Katzung, 2018).

Cromoglicato y Nedocromilo.
El cromoglicato sódico y el Nedocromilo sódico alguna vez se utilizaron ampliamente para
el tratamiento del asma, especialmente en niños, pero ahora han sido suplantados
completamente por otras terapias, que principalmente han sido de interés histórico como
tratamiento del asma. Estos fármacos actúan inhibiendo la degranulación de los mastocitos
y, como tales, no tienen acción broncodilatadora directa, pero inhiben el broncoespasmo
inducido por el antígeno como por el ejercicio en paciente asmático (Katzung, 2018).

Inhibidores de la vía de los leucotrienos.


Estos inhiben la 5-lipooxigenasa, evitando así la síntesis de leucotrienos; e inhibición de la
unión del LTD4 a su receptor en los tejidos blancos, evitando de ese modo su acción.
Tenemos el zileutón, zafirlukast y el, montelukast. De estos agentes, el montelukast, es
el más prescrito, ya que puede tomarse independientemente de las comidas, se administra
una vez al día y no requiere de un monitoreo periódico de la función hepática, como lo requiere
el zileutón (Katzung, 2018).

Anticuerpos monoclonales antiIgE.


El uso del omalizumab se restringe a pacientes con asma grave y evidencia de
sensibilización alérgica, y la dosis administrada se ajusta para el nivel total de IgE y el peso
corporal. Administrado por inyección subcutánea cada 2 – 4 semanas a pacientes asmáticos,
disminuye la IgE plasmática libre a niveles indetectables y reduce significativamente la
magnitud de las respuestas broncoespástica tempranas y tardías al desafío al antígeno
(Katzung, 2018).

Ideas destacadas.
Podemos decir que el asma es una enfermedad crónica no transmisible, aquella se considera
está mediada por la IgE, que esta se produce en respuesta a la exposición a proteínas
extrañas, como las de los ácaros del polvo doméstico, las cucarachas, las caspas de los
animales, los mohos y el polen.
El tratamiento del asma tiene como objetivo reducir el nivel de respuesta bronquial, existen
fármacos que relajan el músculo de las vías respiratorias o inhiben el efecto de la acetilcolina
liberada por los nervios motores vagales.

Aportes a mi formación.
Este pequeño ha permitido llenarme de más conocimientos de los que ya tenía respecto al
asma, su concepto, etiología, manifestaciones clínicas, incidencia, y sobre todo conocer los
tratamientos existentes y el manejo terapéutico que se debe llevar a cabo en un paciente con
asma. Actualmente me estoy formando como médico, y es bueno hacer este tipo de ensayos
que nos ayuden a estimularnos y aprender a su vez.

Conclusiones.
• Podemos concluir que el asma es un tipo de enfermedad heterogénea la cual está
caracterizada por síntomas variables, estos síntomas pudiesen ser desde sibilancias,
falta de aire, opresión en el pecho hasta tos.
• En el asma alérgica generalmente al inicio de la infancia está asociada a un eczema,
una rinitis o una alergia alimentaria. El asma no alérgica puede presentarse a cualquier
edad, en los niños esta asma pudiese resolverse en la adolescencia.
• Existen muchas características que pueden aumentar la probabilidad de los síntomas
del asma y esta puede verse comprometida, desde la obesidad, la apnea obstructiva
del sueño, la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
• La farmacoterapia del asma está ligada a agentes simpaticomiméticos, las
metilxantinas, los agentes antimuscarínicos, los corticoides, el cromoglicato y
nedocromilo, los inhibidores de la vía de los leucotrienos y los anticuerpos
monoclonales antiIgE.
• Para brindar una buena farmacoterapia a un paciente con asma hay que conocer
indispensablemente la farmacocinética y farmacodinamia de cada medicamento que
se elija para administrar.
Referencias bibliográficas.
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