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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO UNIVERSITARIO DE MERCADOTECNIA


CARRERA: CONTADURÍA
LEGISLACION FISCAL

EL PODER TRIBUTARIO

Integrante:
Yairis Agro 27.818.118
Sección: A
Profesora: Sonia Padilla

Caracas, marzo 2023


INDICE

INTRODUCCION ........................................................................................... 3

LA POTESTAD TRIBUTARIA ........................................................................ 4

CARACTERISTICAS DE LA POTESTAD TRIBUTARIA ................................. 5


CLASIFICACION DE LA POTESTAD TRIBUTARIA ....................................... 6

LA POTESTAD TRIBUTARIA ORIGINARIA .................................................. 6

LA POTESTAD TRIBUTARIA DERIVADA O DELEGADA: ............................ 7

POTESTAD NACIONAL ................................................................................ 7


POTESTAD ESTADAL .................................................................................. 9
POTESTAD MUNICIPAL ............................................................................. 11
DIFERENCIA ENTRE LA POTESTAD TRIBUTARIA DE LOS MUNICIPIOS Y
LA POTESTAD REGULADORA DEL PODER PÚBLICO NACIONAL ......... 12
CONCLUSION ............................................................................................. 16
BIBLIOGRAFIA............................................................................................ 17
INTRODUCCION
El poder tributario en lo que respecta al Estado, este aprueba anualmente
sus leyes de presupuestos, que solo tienen virtualidad en cuanto al gasto
público, pues son una mera previsión respecto de los ingresos. La principal
fuente de ingresos públicos son los tributos, regulados en sus respectivas
leyes (leyes reguladoras del impuesto sobre la renta de las personas físicas,
del impuesto sobre sociedades, del impuesto sobre sucesiones, etc.). Este
debe ejercerse siempre respetando los principios de la imposición establecidos
por la propia Constitución.

Cabe resaltar que el sistema tributario venezolano está fundamentado en


los principios constitucionales de legalidad, progresividad, equidad, justicia,
capacidad contributiva, no retroactividad y no confiscación.

Es importante considerar que la Constitución de la República Bolivariana


de Venezuela contiene los estatus que rigen el funcionamiento del país, y
además el artículo 136 establece que. “Toda persona tiene el deber de
coadyuvar a los gastos públicos”, es decir para hacer efectiva esta contribución
el estado recurre a los tributos (impuestos, tasas y contribuciones especiales).

En Venezuela el tema de los tributos encierra un genero amplio, por ello


la Constitución divide los poderes y a cada uno le otorga competencias
especificas en materia tributaria. Este sistema distribuye la potestad tributaria
en tres niveles de gobierno: nacional, estadal y municipal.

En definitiva, lo que persigue esta investigación es analizar la potestad


tributaria a nivel nacional, a nivel estatal y a nivel municipal, además de
exponer los artículos de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela que establecen las competencias de cada una, así como también
las características de la potestad tributaria y diversos temas que engloben lo
anteriormente mencionado.
LA POTESTAD TRIBUTARIA
Al hablar de potestad tributaria, se debe hacer referencia a la facultad
que tiene el Estado de exigir a sus nacionales y no nacionales en determinadas
situaciones, a contribuir con el financiamiento del gasto público, con la finalidad
de brindar las condiciones necesarias, para el desarrollo adecuado de los
habitantes de un determinado territorio, como deber ciudadano de contribuir.

Por otra parte, Moya (2009) señala que la potestad tributaria o poder
tributario es la facultad que tiene el Estado de crear unilateralmente tributos,
cuyo pago será exigido a las personas sometidas a su competencia tributaria
espacial. Esto, en otras palabras, importa el poder coactivo estatal de
compeler a las personas para que le entreguen una porción de sus rentas o
patrimonios, cuyo destino es el de cubrir las erogaciones que implica el
cumplimiento de su finalidad de atender las necesidades públicas.

La potestad tributaria, considerada en un plano abstracto, significa, por


un lado, supremacía, y, por otra sujeción. Es decir, la existencia de un ente
que se coloca en un plano superior y preeminente, y frente a él, a una masa
indiscriminada de individuos ubicada en un plano inferior (tributario. p.29.
citado en Moya, 2009).

De acuerdo a lo que plantea Villegas (2002) este es la facultad que tiene


el Estado de crear, modificar o suprimir unilateralmente tributos. La creación
obliga al pago por las personas sometidas a su competencia. Implica, por
tanto, la facultad de generar normas mediante las cuales el Estado puede
compeler a las personas para que le entreguen una porción de sus rentas o
patrimonios para atender las necesidades públicas.
CARACTERISTICAS DE LA POTESTAD TRIBUTARIA
La potestad tributaria del sujeto activo (estado), consiste en la facultad o
posibilidad jurídica de exigir contribuciones respecto a personas o bienes que
se haya en su jurisdicción. La potestad tributaria tiene las siguientes
características:

➢ Es Abstracto: la potestad tributaria es abstracta porque se deriva del


poder de imposición que permanece al estado y que le otorga el derecho de
aplicar tributos, es decir, para que exista un verdadero poder tributario, es
necesario que el mandato del Estado se materialice en un sujeto y se haga
efectivo mediante un acto de la administración. De acuerdo a Alessi (citado en
Moya) este considera que puede hablarse de poder tributario abstracto y poder
tributario concreto, siendo este, complementario del abstracto. La Potestad
Tributaria, al igual que las leyes, es abstracta, pero se deben aplicar en
concreto.
➢ Es Permanente: la potestad tributaria es inherente al estado, pues
mientras que el estado exista su poder de imposición existirá. Es decir, que la
potestad tributaria perdura con el transcurso del tiempo y no se extingue.
➢ Es Irrenunciable: se dice que la potestad tributaria es irrenunciable
porque el estado no puede desprender de este atributo, ya que sin él no podría
subsistir como tal, es decir, el estado no puede desprenderse ni delegar la
potestad tributaria, pero si puede delegar la facultad de recaudar y administrar
los tributos. En otras palabras, este no puede renunciar a su poder de
imposición.
➢ Es Indelegable: esta característica se asemeja mucho con la
anteriormente expuesta y se basa primordialmente en que el estado no puede
desprenderse de este atributo ni por delegación, es decir, no puede renunciar
o desprenderse en forma total y absoluta de su potestad tributaria o facultad
de imposición tributaria.
➢ Es determinada por el Poder legislativo, ya que este es quien analiza
las necesidades planteadas por el Poder Ciudadano y planifica las maneras
de satisfacerla.
➢ Es aplicada y administrada por el Poder Ejecutivo.
➢ El desacato de esta ley es sancionado por el Poder Judicial.
➢ Es inherente al Estado, ya que es el único que tiene la potestad de
planificar, ejercer y sancionar.
➢ Emana de la norma suprema, en este caso nace de la Constitución
Bolivariana de Venezuela.
➢ Está facultada para imponer contribuciones mediante la ley.
➢ Regula las funciones de los órganos correspondientes.
➢ Se dice que tiene igualdad, ya que todas las personas deben participar
en las contribuciones para satisfacer las necesidades públicas.
➢ Se aplica la generalidad, ya que debe aplicarse equitativamente a los
contribuyentes sujetos a los tributos.
➢ Todos los tributos son creados por la ley establecida por el Orden
Legislativo, por ello se afirma que todos los tributos son una parte inseparable
del sistema tributario.
➢ Atendiendo a la ley, protege al contribuyente de verse sobre gravado de
tributos, de manera que el Estado no se vea en la obligación de realizar una
expropiación del patrimonio del contribuyente para el pago de estos tributos.

CLASIFICACION DE LA POTESTAD TRIBUTARIA


La potestad tributaria puede ser originaria o derivada, llamada también
delegada.

La Potestad Tributaria Originaria: se considera que una potestad


tributaria es originaria cuando emana de la naturaleza y esencia misma del
Estado, y en forma inmediata y directa de la Constitución de la República.
La Potestad Tributaria Derivada O Delegada: Es la facultad de
imposición que tiene el ente Municipal o Estadal para crear tributos mediante
derivación, en virtud de una ley y que no emana en forma directa e inmediata
de la Constitución de la República. Se derivan de leyes dictadas por los entes
regionales o locales en propiedad de su propio poder de imposición. Se dice
que son leyes de base que desarrollan principios Constitucionales.

POTESTAD NACIONAL
Para comprender la potestad nacional en su justa medida, resulta útil
profundizar sobre algunas nociones relacionadas con el termino, como lo son
la definición del poder nacional.

Ahora bien, se entiende por poder nacional a aquella capacidad actual


que resulta de la integración de todos los medios de disponibilidad inmediata,
tanto tangibles como intangibles que puede aplicar el Estado en un momento
determinado, para viabilizar la voluntad de alcanzar sus fines. Es decir, es la
capacidad política, económica, social, tecnológico y militar que tiene, mantiene
y procura fortalecer al Estado para su supervivencia, convivencia y bienestar.

En cuanto corresponde a la Potestad Tributaria del Poder Nacional, la


misma se encuentra en los numerales 12, 13 y 14 del artículo 156 de la
Constitución de la República Bolivariana De Venezuela, donde se establecen
las competencias del Poder Público Nacional.

Así, el numeral 12 contiene la atribución de Potestad Tributaria Originaria


al Poder Nacional: “La creación, organización, recaudación, administración y
control de los impuestos sobre la renta, sobre sucesiones, donaciones y
demás ramos conexos, el capital, la producción, el valor agregado, los
hidrocarburos y minas, de los gravámenes a la importación y exportación de
bienes y servicios, los impuestos que recaigan sobre el consumo de licores,
alcoholes y demás especies alcohólicas, cigarrillos y demás manufacturas del
tabaco”.
Y ello, junto a una suerte de Potestad Tributaria Originaria Residual: “los
demás impuestos, tasas y rentas no atribuidas a los Estados y Municipios por
esta Constitución y la ley”.

Mientras que el numeral 13 faculta al Poder Nacional para dictar leyes


que garanticen: “la coordinación y armonización de las distintas potestades
tributarias, definir principios, parámetros y limitaciones, especialmente para la
determinación de los tipos impositivos o alícuotas de los tributos estadales y
municipales, así como para crear fondos específicos que aseguren la
solidaridad interterritorial”.

Es decir, desempeñar como armonizador para el más equitativo ejercicio


de sus Potestades Tributarias Originarias o Derivadas por parte de los Poderes
Estatales y Municipales.

Asistimos aquí a un dispositivo sin precedente en previas Constituciones,


el cual, para algunos, podría implicar, desde la perspectiva de la ciencia
política y de la organización administrativa, una cierta involución dentro del
marco de lo que es un proceso de descentralización como el iniciado bajo la
Constitución de 1961, en virtud de que sería capaz de limitar significativamente
la Autonomía Municipal en su ángulo tributario, toda vez que los entes públicos
territoriales menores, como los Estados y los Municipios, podrían verse
afectados en cuanto a la fijación de la base imponible y de las alícuotas
correspondientes.

Pero, vista la realidad a la cual se ha enfrentado el país, como resultado


de lo que se da en llamar la voracidad fiscal municipal, que en algunos casos
ha llegado a superar la barrera de la prohibición de la confiscación, el
constituyente, como una garantía a los derechos de los contribuyentes y en
función de una justa tributación, previó un mecanismo sin duda centralizador,
por estar confiado en su concepción a la Asamblea Nacional mediante ley,
pero en definitiva armonizador de las potestades tributarias.
Así, si bien los órganos legislativos de los Estados y de los Municipios
podrán dictar normas en materia tributaria, necesariamente tendrían que
hacerlo cumpliendo las limitaciones, restricciones, condiciones, parámetros y
principios establecidos en la ley nacional.

En todo caso, el único ejemplo de utilización de esta facultad lo


representa la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, la cual sin embargo
se limitó a temas conceptuales en general, sin fijar alícuotas, regulando por
ejemplo la duración anual del período de imposición del Impuesto Municipal a
las Actividades Económicas y temas de carácter formal.

Y el numeral 14 le confiere atribución para crear y organizar los


“impuestos territoriales o sobre predios rurales y sobre transacciones
inmobiliarias”, cuya recaudación y control corresponda a los Municipios, de
conformidad con la Constitución, tributos éstos que a la fecha no han sido
instituidos.

POTESTAD ESTADAL
Para lograr una buena comprensión sobre la potestad estadal es
fundamental tener claro que es el poder estadal. Si bien pues, se conoce a
este poder como aquel que se encuentra constituido por todas aquellas
instituciones u órganos del Gobierno señaladas en Nuestra Carta
Fundamental, con competencia a nivel Estadal.

La Constitución Bolivariana representa leyes nacionales o leyes bases,


que sirven de marco a los Estados para que elaboren sus propias leyes en
función de los principios establecidos en ella. El Artículo 159, de la constitución
nos dice que: Los Estados son entidades autónomas e iguales en lo político,
con personalidad jurídica plena, y quedan obligados a mantener la
independencia, soberanía e integridad nacional, y a cumplir y hacer cumplir
esta Constitución y las leyes de la República.
Por lo que respecta a la Potestad Tributaria del Poder Estadal, los
numerales 3, 4 y 11 del artículo 164 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela donde se habla de la competencia exclusiva de los
estados establecen que existe esa potestad Originaria en:

“La administración de sus bienes y la inversión y administración de sus


recursos, incluso de los provenientes de transferencias, subvenciones o
asignaciones especiales del Poder Nacional, así como de aquellos que se les
asignen como participación en los tributos nacionales. (numeral 3).

“La organización, recaudación, control y administración de los ramos


tributarios propios, según las disposiciones de las leyes nacionales y
estadales”. (numeral 4).

Y sobre “Todo lo que no corresponda, de conformidad con esta


Constitución, a la competencia nacional o municipal”. (numeral 11). Pero todo
ello se hace depender de leyes nacionales

Por otro lado, el artículo 167 de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela contiene dos numerales pertinentes. El 1 que
continua con la Potestad Tributaria Originaria, al agregar que son ingresos de
los Estados “Los procedentes de su patrimonio y de la administración de sus
bienes” y el 5, relativo a la Potestad Tributaria Derivada, previendo: “Los
demás impuestos, tasas y contribuciones especiales que se les asigne por ley
nacional, con el fin de promover el desarrollo de las haciendas públicas
estadales”.

Hay que decir que el único proyecto de Ley Orgánica de las Haciendas
Públicas Estadales fue vetado en su momento por la Presidencia de la
República, sin que haya habido un nuevo intento, pues el designio
gubernamental ha sido sin duda la centralización inconstitucional.
Como puede apreciarse, el espacio competencial dejado a los Estados,
en comparación con el de la potestad nacional, es, por decir lo menos, exiguo
o irrelevante, siendo además que se les confía lo que se ha denominado la
competencia residual, es decir, lo que no corresponda a la potestad nacional
ni a la potestad municipal.

POTESTAD MUNICIPAL
Es importante mencionar que el poder municipal, es la facultad de mando
que tiene un municipio. La noción también está vinculada a la autonomía que
tiene el municipio respecto al poder central., es decir, que la Potestad
Tributaria Municipal es la capacidad potencial que tiene la Administración
Municipal de obtener coactivamente prestaciones pecuniarias de los
individuos y de requerir el cumplimiento de los deberes instrumentales
necesarios para tal obtención.

Con respecto a la Potestad Tributaria del Poder Municipal Originaria,


encontramos la previsión del artículo 179, que define los ingresos municipales
de fuente tributaria en sus numerales 2 y 3.

El numeral 2 señala que serán ingresos municipales de fuente tributaria:


“Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; las tasas administrativas por
licencias o autorizaciones; los impuestos sobre actividades económicas de
industria, comercio, servicios, o de índole similar, con las limitaciones
establecidas en esta Constitución; los impuestos sobre inmuebles urbanos,
vehículos, espectáculos públicos, juegos y apuestas lícitas, propaganda y
publicidad comercial; y la contribución especial sobre plusvalías de las
propiedades generadas por cambios de uso o de intensidad de
aprovechamiento con que se vean favorecidas por los planes de ordenación
urbanística”.

Y también “El impuesto territorial rural o sobre predios rurales, la


participación en la contribución por mejoras”.(numeral 3).
Es importante mencionar que la Potestad Tributaria Municipal Derivada
se encuentra en la parte final de ese numeral 3: “y otros ramos tributarios
nacionales o estadales, conforme a las leyes de creación de dichos tributos”.

Hasta ahora los Municipios han desarrollado sus ordenanzas, que es


como se llaman las leyes locales, en referencia a los tributos reconocidos de
forma originaria, vale decir, directamente por la Constitución, excepción hecha
del Impuesto Territorial Rural y del antes mencionado Impuesto a las
Transacciones Inmobiliarias, pues ambos exigen del previo dictado de leyes
nacionales en la materia, que no se han producido. Este comentario vale
también en cuanto a la Potestad Tributaria Municipal Derivada.

DIFERENCIA ENTRE LA POTESTAD TRIBUTARIA DE LOS


MUNICIPIOS Y LA POTESTAD REGULADORA DEL PODER
PÚBLICO NACIONAL
Aun cuando en la actual Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, se establecieron dispositivos destinados a precisar la autonomía
de la potestad tributaria municipal, a pesar de ello, continúa la confusión en
cuanto a sí las potestades reguladoras nacionales conllevan potestad tributaria
implícita, y si el ejercicio de las mismas, impiden, inhiben o interfieren en el
ejercicio de las potestades tributarias municipales, para lo cual el ente territorial
local ejerce autonomía.

A tal efecto, es necesario establecer las diferencias entre las potestades


constitucionales de naturaleza reguladora y las de naturaleza tributaria. De
acuerdo esto, Octavio señala:

“La potestad tributaria puede definirse como la facultad otorgada a un


determinado ente público, por la Constitución o la ley, de crear, organizar,
recaudar, administrar y controlar tributos. En cambio, a la competencia
reguladora o potestad reguladora, como la denomina la Constitución, sería la
facultad otorgada a un determinado ente público, por la Constitución o la ley
de dictar normas, organizar y controlar determinadas materias o actividades
que le correspondan por su índole o naturaleza”.

Igual que en el caso municipal, la potestad tributaria nacional se clasifica


también en originaria y derivada. Las potestades tributarias originarias de la
nación, están establecidas en el artículo 156 de la Constitución de 1999, las
cuales se encuentran fundamentalmente en los numerales 12 y 14 de dicho
artículo. Por su parte, las potestades tributarias derivadas se encuentran
fundamentadas en la parte final del numeral 12 y en el numeral 33 del artículo
156 constitucional.

Es de resaltar, el deslinde de la potestad tributaria nacional de la potestad


meramente reguladora de dicho nivel político territorial. Esto es debido a que,
en cumplimiento del principio de la legalidad, las potestades tributarias deben
estar expresamente determinadas y no pueden deducirse como implícitas
dentro del campo competencial de cada nivel político territorial. Un clásico
ejemplo de potestades meramente reguladoras de la nación, dentro del amplio
campo competencial establecido en el artículo 156 de la Constitución, se
encuentra en el caso de las aguas. Como puede apreciarse, en el numeral 16
del artículo 156 de la Constitución (1999), se establece la competencia
reguladora de la nación sobre el régimen y administración de las minas e
hidrocarburos, el régimen de las tierras baldías y la conservación, fomento y
aprovechamiento de los bosques, suelos, aguas y otras riquezas naturales;
encontrándose también, la competencia nacional reguladora sobre las aguas,
en el artículo 156, numeral 23. Esto quiere decir que la Nación en forma
exclusiva posee la potestad reguladora sobre las aguas, referido a su
conservación, aprovechamiento y fomento, en virtud de la naturaleza esencial
que este recurso natural representa para la vida humana.
Sin embargo, lo expuesto no significa que la nación posea potestad
tributaria sobre dicha materia. Por tanto, como en todos los casos de materia
competencial reguladora nacional, queda abierta la posibilidad de ejercicio del
poder tributario municipal originario, a través de la ordenanza que se cree a tal
fin. Es lo que explícitamente se desprende de la redacción del artículo 180 de
la Constitución, donde se establece que “La potestad tributaria que
corresponde a los Municipios es distinta y autónoma de las potestades
reguladoras que esta Constitución o las leyes atribuyan al Poder Nacional o
Estadal sobre determinadas materias o actividades…”.

En atención a lo expuesto, considera Belisario (2000) que el poder


nacional tanto en el ejercicio de su potestad tributaria originaria residual como
de su potestad legislativa, debe estar limitado por las otras potestades
tributarias existentes, es decir, las de los estados y los municipios.

La potestad legislativa sólo se puede ejercer sobre las materias que le


han sido conferidas a la nación por la Constitución Nacional y las leyes
dictadas con base en ésta, más no implica la violación de las competencias
legislativas y las potestades tributarias de los otros entes de la división político-
territorial.

Tal como el Tribunal Supremo de Justicia, en su Sala Constitucional,


interpretó la primera parte del artículo 180 de la Constitución, el cual trata de
la autonomía de la potestad tributaria municipal frente a las potestades
reguladoras de los otros entes territoriales. El fallo del tribunal establece que
de dicho texto se desprende que las competencias reguladoras del poder
nacional no implican poder tributario alguno, y por tanto “Los Estados y
Municipios pueden, por tanto, dictar normas para exigir los tributos que
constitucionalmente se les reconocen, aún en el caso de actividades cuya
formación sustantiva corresponde al Poder Nacional” (TSJ, 2004 y 2005).
Aun así, establecida ya la diferencia entre la potestad tributaria y la
potestad reguladora de la nación venezolana, la redacción de ciertos artículos
constitucionales, sitúa a algunas de las potestades tributarias municipales bajo
la injerencia de ciertas disposiciones que establezca el poder legislativo
nacional. Es así como en el numeral 13 del artículo 156 de la Constitución, se
le asigna al poder nacional competencia reguladora para intervenir en el
ejercicio de las competencias tributarias de los municipios, al otorgarle la
potestad de dictar: “La legislación para garantizar la coordinación y
armonización de las distintas potestades tributarias; para definir principios,
parámetros y limitaciones, especialmente para la determinación de los tipos
impositivos o alícuotas de los tributos estadales...” (resaltado de los autores).

Esta potestad reguladora se ha hecho efectiva con la creación de la Ley


Orgánica del Poder Público Municipal en mayo de 2005 (G.O. Nº38.204 del
08-06-2005) y posteriormente reformada en 2005 (G.O. Nº38.327 del 02-12-
2005), en 2006 (G.O. Nº38.421del 21-04-2006), en 2009 (G.O. Nº39.163 del
22-04-2009) y en 2010 (G.O.E. Nº6.015 del 28-12-2010).

Adicionalmente, algunos tributos como los impuestos territoriales o sobre


predios rurales y sobre transacciones inmobiliarias, cuya recaudación y control
le han sido otorgadas a los municipios, de conformidad con la Constitución,
están contradictoramente sujetos a la potestad tributaria nacional, de acuerdo
a lo establecido por la Constitución misma en su artículo 156, numeral 14.
CONCLUSION
Tomando en consideración lo anteriormente expuesto se deduce que la
potestad tributaria tiene su origen en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en su Artículo 133, que instituye, que toda persona
tiene el deber de coadyuvar (contribuir) a los gastos públicos, mediante el pago
de impuestos, tasas y contribuciones que establezca la ley.

Se dice entonces que potestad tributaria son aquellas facultades o


posibilidades que se tiene para establecer y regular tributos (tasas,
contribuciones o impuestos). Pero de acuerdo a lo que establece la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los que están dotados
de potestad tributaria son la nación, los estados y los municipios. Siendo la
Potestad Tributaria Nacional la que le pertenece a la Asamblea Nacional,
mientras que la potestad tributaria estadal le pertenece al consejo legislativo y
el Municipal al consejo municipal.

Por último, es importante resaltar, que las potestades reguladoras del


poder nacional no implican necesariamente potestad tributaria. Éstas, en
cumplimiento del principio de legalidad tributaria, deben estar expresamente
indicadas en la Constitución (1999). Así mismo, el ejercicio de las potestades
reguladoras de la nación no impide el ejercicio de la potestad tributaria
originaria municipal.

Sin embargo, en algunos casos la potestad reguladora del poder nacional


sobre algunas materias sujetas a potestad tributaria originaria o derivada del
poder municipal, sitúan a esta última bajo la injerencia de aquella, como en el
caso de la potestad reguladora de armonización de las distintas potestades
tributarias, en lo que respecta a la definición de principios, parámetros y
limitaciones, y la determinación de los tipos impositivos o alícuotas de los
tributos municipales.
BIBLIOGRAFIA
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