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Historia de Europa Oxford Historia de Europa Oxford

Editor de la colección: T. C. W. Blanning


Editor de la colección: T. C. W. Blanning

PLAN DE LA OBRA:

La Grecia clásica (publicado)


Robin Osborne Europa, 1900-1945
Los romanos (pub!. prevista: 2004)
f. Bispham
La alta Edad Media (publicado) Edición de Iulian Iackson
Rosamond McKitterick
El cenit de la Edad Media (pub!. prevista: 2004)
DavidPower Traducción castellana de
La baja Edad Media (pub!. prevista: 2004) Luis Noriega
Malcolm Vale
El siglo XVI (pub!. prevista: 2004)
Evan Cameron
El siglo XVII (publicado)
Iosepti Bergin
El siglo XVlIl (publicado)
T. C. W. Blanning
El siglo XIX (publicado)
T. C. W. Blanning
Europa, 1900-1945 (publicado)
[ulian [ackson

Europa desde 1945 (publicado)


Mary Fulbrook

CRÍTICA
Barcelona
1
24 EUROPA, 1900-1945

cialismo era la suma de «los sóviets más la electricidad»: ahora parecía


más bien la suma de los sóviets más la zaraza.
Podemos decir entonces, para terminar, que si bien es cierto que la pri-
mera mitad del siglo xx demostró hasta extremos espantosos el poder de
destrucción del estado moderno al mismo tiempo que su capacidad para
mejorar la vida de las personas, también es cierto que demostró, lo que
Las relaciones
puede resultar más inesperado y de algún modo más tranquilizador, el po-
tencial subversivo de la modernidad y, aun en las circunstancias más ex-
tremas, la extraordinaria capacidad de la gente para resistir, eludir o sortear
internacionales
las mejores y peores intenciones de quienes se esfuerzan por decirles cómo
deben vivir. Por lo tanto, si uno tuviera que elegir el personaje más emble- David Stevenson
mático del siglo xx tal vez no debería escoger a Ioseph K., sino al «buen
soldado Svejk»,la creación de otro escritor checo, Iaroslav Hasek. Svejk es
un hombre a la vez astuto e ingenuo, que es reclutado por el ejército aus-
trohúngaro en 1914. Nunca está del todo claro si es más ingenuo que as- En la primera mitad del siglo xx, las relaciones internacionales estuvieron
tuto o más astuto que ingenuo, pero no hay duda de que los mejores es- dominadas por las dos guerras mundiales. Ninguna otra serie de aconteci-
fuerzos de burócratas, jueces, oficiales, policías, sacerdotes y capellanes mientos políticos afectó de manera más profunda la vida de los europeos.
por disciplinarlo o adaptarlo a las normas sociales resultan inútiles. Más que volver a contar otra vezla historia detallada de estos conflictos, este
capítulo se centrará en una serie de preguntas cruciales. ¿Por qué estalló la
guerra en 1914? ¿Por qué se intensificó y se extendió, y terminó con la vic-
toria de los aliados? ¿Por qué se desvanecieron los acuerdos posteriores a
1918 y empezó una segunda guerra en 19391 ¿Ypor qué también esa gue-
rra se intensificó y terminó con una Alemania derrotada y una Europa
dividida? De forma casi natural, el período se divide en cuatro secciones:
los años anteriores a 1914, la primera guerra mundial y los acuerdos de
paz firmados entre 1919 y 1920, los años de entreguerras y, por último, la
segunda guerra mundial.

El camino a la primera guerra mundial,


1900-1914
El que las grandes potencias decidieran ir a la guerra en 1914 tendría re-
percusiones a lo largo de todo el siglo. La decisión fue tomada por dos
coaliciones opuestas: la Triple Alianza, formada por Austria-Hungría, Ale-
mania e Italia hacia 1882, y la'Triple Entente, formada por Rusia, Francia
y Gran Bretaña entre 1891 y 1907. Aunque durante la crisis de julio de
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los acuerdos territoriales, Alemania tenía pocos argumentos justificados miento de los acuerdos de paz. Las reparaciones eran el problema crucial.
para sentirse agraviada. En 1921 los aliados aprobaron el calendario de pagos de Londres, que fija-
La conferencia subrayó el contraste entre la premisa de Clemenceau ba la responsabilidad total de los paises derrotados en 132.000 millones de
según la cual Alemania no cambiaría y por tanto debía ser debilitada, y la marcos oro (es decir, anteriores a 1914) y programaba pagos anuales en
mayor clemencia mostrada por Lloyd George y Wilson. Con todo, Lloyd efectivo. Estos últimos incluían además intereses y amortizaciones sobre
George no estaba preparado para sacrificar las exigencias coloniales y na- 50.000 millones de marcos oro en bonos -c-dejando a los aliados la decisión
vales de Gran Bretaña, y Wilson pensaba que Alemania debía experimen- de cuándo serían emitidos los 82.000 millones restantes, en caso de que lo
tar varios años de castigo antes de que pudiera ser rehabilitada. En conse- fueran-c-. Las anualidades del calendario de Londres ascendían a un 7 por
cuencia, los aliados procuraron mantener sus principios excepto cuando 100 de la renta anual de Alemania. Aunque se trataba de una cifra bastante
el hacerlo favoreciera a Berlin. Versalles fue de hecho un tratado discrimi- grande, no era absolutamente imposible de pagar. Sin embargo, los alema-
natorio, pero sólo hasta el punto en que debía serlo, dado que una Alema- nes no tenían ninguna intención de hacerlo. Su ministerio de Asuntos Ex-
nia completamente soberana sería, de forma inevitable, más fuerte que sus teriores orquestó una campaña de propaganda para minar el artículo 231
vecinos. Los aliados y los norteamericanos acordaron limitar el ejército negando que la responsabilidad de la guerra correspondiera únicamente a
alemán a cien mil hombres, confiscar la mayor parte de su flota, prohibir- Alemania y asegurando que el calendario era imposible de aplicar. Al rete-
le tener una fuerza aérea propia y crear una agencia que supervisara el de- ner las indemnizaciones, los alemanes pusieron a los aliados en un dilema;
sarme, la Comisión de Control Militar Interaliada (IMCC). Clemenceau ningún aspecto de Versallesdividió más a los vencedores.
también quería una ocupación permanente de Renania y crear estados ta- En sus intentos por hacer cumplir el calendario, Francia se encontró
pón controlados por Francia en esta zona. A cambio de un ofrecimiento aislada. Entre 1919 y 1920, Wilson no habia conseguido que el tratado de
angloamericano de proteger Francia ante cualquier agresión, Clemenceau Versallesfuera ratificado por el Senado de Estados Unidos, que se oponía a
acordó la desmilitarización de Renania y fijó la duración de la ocupación comprometerse incondicionalmente en el Convenant, el pacto institucio-
en por lo menos quince años. Estas disposiciones aseguraban suficiente- nal de la Sociedad de Naciones. Estados Unidos quedó fuera de la Sociedad
mente que Alemania no podría comenzar otra guerra. Por otra parte, la y de la Comisión de Reparaciones, y la oferta anglo-americana de proteger
ocupación podía terminar antes y las reparaciones reconsiderarse si una a Francia contra cualquier agresión alemana se derrumbó. Con todo, la ad-
Alemania democrática convencía a sus vecinos de su buena fe. El tratado ministración republicana que asumió el mando en 1921 se comprometió
de Versalles fue más flexible de 10 que se reconoce a menudo, y hubiera más que Wilson en el reembolso aliado de las deudas de guerra. Los bri-
podido ser utilizado para mantener a Alemania inofensiva y al mismo tánicos se negaron a cancelar sus propios préstamos de guerra a Francia a
tiempo como marco para la reconciliación. Gran parte de ello dependería menos que Estados Unidos hiciera lo mismo, yuna vez que la economía bri-
de cómo fuera puesto en práctica. tánica cayó en una aguda crisis económica en 1921, la prioridad de Lloyd
George pasó a ser la de restablecer las exportaciones a Alemania más que la
de exigir reparaciones. Benito Mussolini, que dirigió el gobierno italiano
desde 1922 y asumió poderes dictatoriales en 1925, no ocultó su descon-
De una guerra a otra, 1920-1939 tento con los tratados de la paz y tampoco su antagonismo hacia Francia.
Entre tanto, los soviéticos intentaron mantener dividido el mundo capita-
La política internacional en la década de 1920 fue eclipsada por el legado lista cooperando con Alemania. Las tropas alemanas practicaron maniobras
de la primera guerra mundial. En los primeros años de la posguerra proli- militares ilegales en territorio soviético, y de acuerdo con el tratado de Ra-
feraron los conflictos derivados, entre los que sobresalieron especialmen- palla, firmado en 1922,Moscú y Berlín renunciaron a hacerse demandas fi-
te la gnerra ruso-polaca, que tuvo lugar entre 1919 y 1921, Yla guerra gre- nancieras. La subversión promovida por la Internacional Comunista (Co-
co-turca, ocurrida entre 1919 y 1923. Los mismos años fueron testigos de mintern) y los partidos comunistas occidentales hicieron aún más difícil el
una guerra fría franco-germana, que tuvo como tema central el cumplí- mantenimiento de buenas relaciones con Londres y París. Aunque Francia
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firmó pactos de seguridad con Bélgica en 1920, con Polonia en 1921 y con simultáneamente daba garantías a Francia en caso de conflicto con Ale-
los tres países de la Pequeña Entente, Checoslovaquia, Rumanía y Yugosla- mania y a Alemania en caso de conflicto con Francia, Locarno estaba lejos
via, entre 1924 y 1927, estas asociaciones eran un pobre sustituto de una de ser la alianza de grandes potencias que París anhelaba. Sin embargo, el
alianza con las grandes potencias y podían convertirse en problemáticas si plan Dawes y los tratados de Locarno aliviaron temporalmente los dilemas
Alemania revivía. A los franceses no sólo no les gustaba la idea de que Ale- financieros y de seguridad de Francia, y los últimos años de la década de
mania pudiera recuperarse mientras su propia seguridad no estuviera ga- 1920 estuvieron marcados por la recuperación económica, la disminución
rantizada, sino que además su situación financiera era desesperada. del extremismo político y la reducción de las tensiones internacionales.
Los alemanes hicieron únicamente un pago de acuerdo con el Calenda- Alemania ingresó a la Sociedad de Naciones en 1926,y los antiguos aliados
rio de Londres antes de solicitar una moratoria. En enero de 1923,la Comi- negociaron con Berlín como socio en igualdad de condiciones. Los movi-
sión de Reparaciones juzgó que se encontraban en mora y el gobierno fran- mientos que apoyaban la seguridad colectiva y de unidad europea se hi-
cés, dirigido entonces por Raymond Poincaré, envió tropas a ocupar los cieron fuertes, y los gobiernos dejaron entrever cierta inclinación hacia es-
yacimientos de carbón del Ruhr. Bélgica colaboró con los franceses, pero tos objetivos. De acuerdo con los términos del pacto Kellogg-Briand de
Gran Bretaña se mantuvo al margen. En protesta, los trabajadores del Ruhr 1928,la mayoría de los estados prometieron renunciar a la agresión bélica.
fueron a la huelga durante ocho meses con el apoyo del gobierno alemán. El plan Briand de 1930 fue una propuesta del ministro de Asuntos Exte-
El coste de subvencionar esta política de «resistencia pasiva», que de algún riores francés para una confederación y un mercado común europeos,
modo representaba la última gota tras una inestabilidad monetaria prácti- aunque se hundió frente a las objeciones de alemanes y británicos.
camente continua desde 1918, condujo a Alemania a la hiperinflación. En Las bases de este optimismo eran frágiles. El ejército alemán se encon-
septiembre de 1923 un nuevo ministerio alemán dirigido por Gustav Stre- traba ya preparándose para la guerra, y el interés de Stresemann, ministro
semann suspendió la resistencia. Pero de aquí en adelante Francia perdió la de Asuntos Exteriores hasta 1929, en mantener unas relaciones distendi-
iniciativa. Los alemanes introdujeron una moneda nueva y estable mien- das con Occidente fue esencialmente una estratagema. Al desmantela-
tras que los franceses apoyaron frustradas sublevaciones separatistas en Re- miento de Versalles siguió el de Locarno. En 1926, la Comisión de Control
nania. Tras negarse a aceptar una propuesta alemana para celebrar nego- Militar Interaliada fue cancelada, y en 1930, cinco años antes de lo pre-
ciaciones bilaterales, Poincaré aceptó una oferta americana para que una visto, las últimas fuerzas aliadas abandonaron Renania a cambio de un
comisión de expertos en finanzas, presidida por el banquero de Chicago nuevo y supuestamente definitivo calendario de indemnizaciones, el plan
Charles Dawes, hiciera una investigación. Para cuando la comisión termi- Young. El renacimiento después de 1924 de la implicación diplomática
nó su informe, la presión que el franco había tenido que soportar había sido anglo-americana en Europa no fue ningún sustituto de Versalles como
enorme y Poincaré había sido sustituido por el inexperto Edouard Herriot, fundamento de la seguridad de Francia. La garantia británica dada en Lo-
con el resnltado de que cuando en 1924 se adoptó el plan Dawes los fran- carno no fue seguida ni por el rearme británico ni por la elaboración de un
ceses habían sido claramente superados. plan militar de emergencia. Estados Unidos siguió mostrándose política-
De acuerdo con el plan Dawes, un préstamo internacional (cuya ma- mente no comprometido, y aunque entre 1924 y 1928 los inversionistas
yor parte provenia de inversionistas privados norteamericanos) permitiría americanos colocaron en Alemania dos veces lo que Alemania pagaba en
a Alemania reasumir el pago de sus obligaciones, aunque a una tasa mu- indemnizaciones de guerra, después del desplome de Wall Street en 1929
cho más baja. Los franceses desalojaron el Ruhr y perdieron la posibilidad los préstamos norteamericanos fueron cobrados y esto intensificó la caída
de volver a declarar en mora a Alemania. Su capacidad para hacer cum- alemana en la depresión económica y ayudó a que los bancos de Europa
plir el tratado de Versalles de forma unilateral se vio aún más debilitada central se hundieran en la insolvencia. Después de Locarno, las potencias
por los tratados de Locarno, firmados en 1925. Según éstos, Francia, Ale- vencedoras confiaron la estabilidad europea a la supervivencia de los mo-
mania y Bélgica acordaban respetar sus fronteras comunes y Gran Bretaña derados alemanes, pero mucho antes de que Adolf Hitler llegara al poder
e Italia servían como garantes del acuerdo. Las fronteras del este de Ale- en 1933 ésta parecía ya improbable. Tan pronto como las tropas francesas
mania no fueron protegidas de manera semejante, y como Gran Bretaña abandonaron Renania, la diplomacia alemana se hizo más firme y enérgi-
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ca. El año 1931 fue testigo del más alto gasto militar alemán, de una ini- do en sus cálculos de lo que estaría más adelante. Estaba al tanto de la vul-
ciativa de Berlin para una unión aduanera con Austria (iniciativa a la que nerabilidad alemana y temía que franceses y polacos organizaran un ata-
dio fin la presión financiera de Francia sobre Viena) y de una nueva soli- que preventivo. En 1934, cuando después de un intento de golpe nazi en
citud de moratoria de las reparaciones de guerra. Tras la congelación de Austria Mussolini desplazó tropas hacia el paso del Brennero, Hitler retro-
los pagos de las reparaciones y de la deuda de guerra iniciada por Herbert cedió. Por 10 menos hasta que remilitarizó Renania en 1936, fue posible
Hoover, se celebró en 19321a conferencia de Lausana, en la que se dieron disuadirlo de emprender cualquier acto de agresión. Los vencedores de
por terminadas las reparaciones. Con todo, las substanciales concesiones 1918 tuvieron durante poco tiempo una tercera opción entre el apacigua-
que los aliados hicieron a la República de Weimar entre 1919 y 1933 no miento y el librar otra guerra importante. Pero si elegir una acción pre-
consiguieron salvarla, y es dudoso que más concesiones de este tipo hu- ventiva había sido difícil antes, después de 1936 sólo las peores opciones
bieran logrado mantener viva la democracia alemana. En el proceso, los quedaban disponibles. Hay épocas, como Maquiavelo advirtió a su prínci-
aliados habían desmontado la mayor parte de la maquinaria creada en pe, en las que la inacción es el más peligroso de todos los caminos.
1919 para evitar que Alemania reanudara las hostilidades, y las conse- Los años que van de 1933 a 1938 fueron testigos de una serie de accio-
cuencias de sus acciones pronto pasaron a ser graves. nes unilaterales por parte de Alemania a las que los antiguos aliados sólo
Después de 1933,tres circunstancias condujeron Europa a un nuevo de- respondieron con pasividad (por no decir que las estimularon). En 1933
sastre: el impulso hacia la guerra de la Alemania nazi; el «apaciguamiento» Alemania abandonó la Sociedad de Naciones y la conferencia de desarme
de las demás potencias que le permitieron crecer hasta ser lo bastante fuer- de Ginebra; en 1935, después de recuperar el Saar en el prometido plebis-
te para emprenderla; y el abandono final de ese apaciguamiento que con- cito, Hitler anunció que restablecía el reclutamiento y que había creado
dujo a Gran Bretaña y a Francia a ofrecer garantías a Polonia en 1939 y a de- una fuerza aérea; en 1936 reocupó Renania y envió fuerzas de combate
clarar la guerra a Alemania cuando Hitler invadió el país. para ayudar a Francisco Franco y los nacionalistas en la guerra civil espa-
Hitler quería la guerra. La consideraba inevitable y deseable, el motor ñola; en marzo de 1938 se anexionó Austria y luego los Sudetes, en poder
de una renovación racial. Esto no significa, sin embargo, que él planeara o entonces de Checoslovaquia, tras obtener el consentimiento de Gran Bre-
deseara la guerra con Occidente que comenzó en 1939. Hay que tener en taña, Francia e Italia en septiembre, durante la conferencia de Munich.
cuenta que, a comienzos de la década de 1920, Hitler había estado más in- Hitler no sólo rearmó a Alemania y consiguió hacerse con fronteras más
teresado en lanzar un ataque sobre la Unión Soviética que erradicara el defendibles, sino que también incentivó la formación de un frente revisio-
bolchevismo y dotara al pueblo alemán de autosuficiencia económica y te- nista contra el status quo posterior a 1918 en el que participaron Japón, Ita-
rritorios para colonizar. Siendo un hombre cuya experiencia vital más lia y, finalmente, la Rusia soviética. La coalición anti-alemana de la prime-
profunda era su servicio militar entre 1914 y 1918, Hitler había sido lleva- ra guerra mundial pareció hacerse pedazos sin posibilidad de reparación, y
do a la política por la derrota de Alemania. El programa de política ex- el nuevo patrón de las alineaciones era mucho menos favorable a Occiden-
tranjera esbozado en su Mein Kampf, escrito entre 1924 y 1925, consistía te. Sin embargo, para entender el origen del apaciguamiento en Europa es
en la recuperación mediante la fuerza de la posición internacional de Ale- necesario considerar antes lo que ocurría fuera de ella.
mania, aunque evitando los errores de la guerra pasada. Al ganar a Gran La depresión económica que tuvo lugar entre 1929 y 1933 debilitó las
Bretaña e Italia contra Francia, esperaba acabar con las limitaciones del fuerzas favorables a Occidente en Tokio y consolidó a quienes deseaban un
Tratado de Versalles,antes de lanzarse a conquistar un «espacio vital» en el bloque en el este asiático dominado por los japoneses. Durante la crisis de
este. Al ser nombrado canciller en 1933, Hitler declaró que sus propósitos Manchuria de 1931-1933, los japoneses establecieron un estado marione-
eran pacíficos y limitados, pero en privado continuó considerando la ex- ta en la región y abandonaron la Sociedad de Naciones después de ser cen-
pansión hacia el este como uno de sus objetivos, y en los meses que si- surados por ella, mientras que las potencias occidentales se limitaron a
guieron a su designación emprendió el rearme secreto y masivo de Alema- hacer protestas diplomáticas. Es dudoso que el ejemplo de Manchuria
nia. Con todo, Hitler no tuvo en sus primeros años el completo control de haya inspirado directamente posteriores agresiones en Europa, aunque la
la política que tendría después, y se sentía menos arrogantemente confia- retirada japonesa de la Sociedad pudo haber animado a Hitler a hacerlo
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siete meses más tarde. No obstante, tanto en la crisis de Renania de 1936 sible colaborar militarmente. Además, entre 1936 y 1937, Yen parte debido
como en la de los Sudetes de 1938, los jefes del Estado Mayor británico ad- a la presión interna de la población flamenca para que asumiera una posi-
virtieron a su gobierno que una guerra contra Alemania significaría pro- ción más neutral y menos francófila, Bélgica se retiró de su acuerdo militar
bablemente una guerra contra Italia y Japón, y que Gran Bretaña no podía de 1920 y dejó a Francia expuesta a una nueva invasión alemana por el
ganar una guerra semejante. Incluso antes de que los japoneses firmaran norte. Con todo, las nuevas posibilidades de cooperación con la Rusia so-
el pacto Anti-Comintern con Hitler en 1936, habían minado las posibili- viética y la Italia fascista compensaron potencialmente la evolución de estos
dades de ofrecerle resistencia. acontecimientos. Por algún tiempo pareció que ambos, Rusia e Italia, esta-
Lo mismo habia hecho Estados Unidos al aprobar tres Leyes de Neu- ban dispuestos a unirse a Francia y Gran Bretaña para contener la agresión
tralidad entre 1935 y 1937. La tercera yde más amplio alcance, estipulaba alemana, pero hacia 1939 los dos países habían empezado a reconsiderar sus
que en caso de que una guerra, civil o entre naciones, afectara a la seguri- posiciones respectivas.
dad norteamericana, el presidente debía prohibir los préstamos y la ven- Es probable que este desenlace hubiera podido evitarse. Después de
ta de armas a los beligerantes, así como que los norteamericanos viaja- que Hitler llegara al poder, la Unión Soviética experimentó con la política
ran en sus embarcaciones. Además, el presidente podía hacer depender el de la «seguridad colectiva» defendida por el comisario de Asuntos Exte-
riores de Stalin, Maxim Litvinov. La Unión Soviética ingresó en la Socie- I
comercio de otras mercancías del sistema «cash and carry»: es decir, las
mercancías debían ser pagadas al ser recibidas y debían ser transportadas dad de Naciones en 1934 y firmó acuerdos de protección con Francia y I
Checoslovaquia, con el objetivo declarado de disuadir a Hitler de iniciar I
en las propias naves de los beligerantes. Aunque esta última disposición
beneficiaba a Gran Bretaña más que a Alemania, la legislación fue pensa- cualquier tipo de agresión. La Internacional Comunista apoyó la política
da para evitar que Estados Unidos fuera conducido a una segunda guerra del «Frente Popular», que promovía la cooperación entre partidos comu-
mundial de la misma forma que había sido llevado a entrar en la prime- nistas y no comunistas contra el fascismo. Ahora bien, 10 que hizo posible
ra. La leyera reflejo del temperamento vehemente pacifista y aislacionis- este cambio de enfoque fue la ruptura de Hitler con la amistad soviético-
ta del Congreso norteamericano, temperamento al que el presidente de alemana que habia sido inaugurada en el tratado de Rapallo. Con todo,
Estados Unidos, Pranklin Roosevelt, no se resistió; Roosevelt, además, ne- Stalin continuó intentando acercarse a Berlín, y es posible que tan sólo
cesitaba que el Congreso aprobara su programa «New Deal» y simpatiza- hubiese tolerado las iniciativas de Litvinov porque la actitud de Alemania
ba con las Leyes de Neutralidad siempre y cuando éstas le dieran vía libre. le dejaba pocas alternativas. Pero la conformidad de Gran Bretaña y Fran-
Hitler veía a Estados Unidos como un enemigo a largo plazo, pero creía cia con la expansión de Italia y Alemania, y su incapacidad para unirse a
que había sido debilitado por la Depresión y prácticamente no lo tuvo en Stalin en ayuda de los republicanos en la guerra civil española, pone en
cuenta en sus cálculos. Los británicos, en cambio, se encontraban en un duda el valor de su asociación incluso antes de que pusieran fin a la crisis
aprieto, sin ayuda no podían ganar una guerra corta contra Alemania y de los Sudetes en una conferencia a cuatro bandas con Hitler y Mussolini
tampoco pagar una larga, y la posibilidad de librar otra guerra larga con a la que Stalin, a pesar de sus acuerdos con París y Praga, no fue ni siquie-
el apoyo de los americanos parecía ahora descartada. Esto reforzó todas ra invitado.
las opiniones que desaconsejaban por completo arriesgarse a entrar en Mussolini, por su parte, poseía al igual que Hitler una visión de la polí-
una nueva guerra. tica exterior que se remontaba a comienzos de la década de 1920 y que te-
Dentro de Europa, la decisión de actuar o no contra Hitler residía en nía como centro la dominación italiana del Mediterráneo. Sin embargo,
primera instancia en los franceses, pero su sistema de alianzas después de Mussolini deseaba contener el avance de Alemania, como demostró con su
1918 se encontraba en una avanzada decadencia. Hitler le dio un duro gol- oposición al control nazi de Austria y nuevamente, en abril de 1935, al unir-
pe cuando firmó en 1934 un pacto de no agresión con Polonia, que neu- se a Gran Bretaña y Francia en el llamado «frente de Stresa» para condenar
tralizaba el peligro de una acción preventiva franco-polaca contra él. La el rearme alemán. Pero la insinuación de que Londres y París estaban dis-
depresión disminuyó la capacidad de Francia para ayudar a sus socios eco- puestos a concederle partes de Abisinia (Etiopía) pudo haberlo animado a
nómicamente, y la remilitarización de Renania hizo que fuera casi impo- invadir este país en septiembre de 1935 suponiendo que podía absorberlo
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y,al mismo tiempo, mantener el frente de Stresa. Desafortunadamente para Como los líderes del ejército francés 1).0 tenían ningún plan de contingencia
el líder italiano, la fuerte reacción de la opinión pública británica contra para un ataque repentino y sobrestimaban-acaso deliberadamente-la ca-
esta agresión condujo a británicos y franceses a desarrollar una política de pacidad militar alemana, sólo pudieron recomendar una movilización com-
dos caras, y mientras secretamente ofrecían partir Abisinia, públicamente pleta y advirtieron que Hitler estaba ya en condiciones de repeler un ataque
promovían sanciones económicas contra Italia a través de la Sociedad de francés. La guerra contra él sería una empresa larga y costosa, enla que Fran-
Naciones. Sin importarle lo que pudiera suceder, Mussolini conquistó Abi- cia debía tener a Gran Bretaña de su lado. De la misma forma en que Londres
sinia, y la crisis despoj6 a la Sociedad de lo que le quedaba de credibilidad no se arriesgó a tomar represalias reales contra la reocupación de Renania,
y, al mismo tiempo, arrojó a Roma a los brazos de Berlín. A principios de tampoco lo hizo París. Tras la crisis del Ruhr en 1923, los líderes franceses ha-
1936, Mussolini dijo a Hitler que él no continuaría cumpliendo con su obli- bían aprendido muy bien los peligros de una acción unilateral. Los acuerdos
gación, según el tratado de Locarno, de mantener desmilitarizada Renania de Locarno eran suficientemente vagos como para permitir que Gran Bre-
y que estaba dispuesto a reducir su apoyo a Austria. Pero incluso después taña evadiera cualquier compromiso sobre represalias militares, pero de
de hacer esto, Mussolini habría podido reconstruir sus lazos con Londres si todos modos las posibilidades de que Francia asumiera tal tarea eran míni-
no hubiera sido por el estallido de la guerra civil española en julio de 1936 mas. y después de marzo de 1936, cuando Hitler pudo fortificar su frontera
y los casi tres años de ayuda italiana y alemana a los rebeldes nacionalistas, occidental, Francia fue consciente de que en futuras crisis sería incluso me-
en oposición a los esfuerzos de británicos y franceses por mantener una fa- nos capaz de emprender acciones de manera independiente. Tanto al aban-
chada de no intervención. Después de alinear su política exterior con la de donar a su suerte ala República Española en 1936 como alos checos en 1938,
Alemania en el Eje Roma- Berlín de noviembre de 1936, Mussolini no hizo París se sinti6 obligado a seguir el ejemplo de Londres.
nada para salvar a Austria en 1938 y firmó una alianza con Alemania en Las razones para el apaciguamiento no eran menos poderosas en Lon-
mayo de 1939, el llamado Pacto de Acero. Aunque en privado todavía rece- dres, y el apaciguamiento británico no significó simplemente conformidad
laba de Hitler, el líder italiano había decidido proteger sus intereses me- ante los fait accomplis de Hitler sino la búsqueda activa de un acuerdo, a me-
diante la expansión, en paralelo con Alemania, antes que conla contención, nudo a costa de terceros. En junio de 1935 Gran Bretaña rompió con el fren-
en asociación con un Occidente incapaz. te de Stresa al firmar un acuerdo naval con Hitler; y más tarde, en 1936, en
La respuesta de Francia a la toma del poder de Hitler fue, por lo tanto, vez de oponerse a la reocupación de Renania, emprendió inútiles negocia-
buscar alianzas disuasorias en lugar de emprender una intervención pre- ciones para un pacto sobre el espacio aéreo. Después de convertirse en pri-
ventiva. La crisis de Renania de 1936 puso de relieve las razones para esta mer ministro en 1937, Neville Chamberlain ofreció concesiones comercia-
pasividad. Después de que la libra esterlina y el dólar se devaluaran entre les y coloniales a Alemania y toleró-las ampliaciones territoriales de su
1931 y 1933, el franco qued6 expuesto y una acci6n militar habría ejercido frontera oriental. Esta persistente búsqueda de acuerdos no se debía sólo a
una presión aún mayor sobre la divisa que la de 1924. La economía de Fran- la presión de la opinión pública británica. Aunque es cierto que durante los
cia se recuperó de la Depresión de forma más lenta que la de Alemania, y el primeros años de la década de 1930 ésta dio un giró bastante marcado ha-
déficit de las finanzas públicas francesas era persistente. En el momento en cia el aislacionismo, en 1938, cuando se firmó el pacto de Munich, los son-
que Hitler reocupó Renania en marzo de 1936, el gobierno francés sólo po- deos de opinión revelaban que había un gran escepticismo respecto a la po-
día pagar sus cuentas gracias a la ayuda de un préstamo de la Hacienda bri- lítica de Chamberlain. Los ministros ingleses compartían tanto la aversión
tánica. Mientras que Alemania tomaba la delantera sin contemplaciones, por la guerra como la francofobia de sus ciudadanos, pero fueron mucho
Francia había puesto límites a su presupuesto de defensa (y antes que a más lejos de lo que la opinión pública los forzó y utilizaron su influencia
aviones y tanques, los fondos disponibles se destinaron a las fortificaciones sobre la prensa y la BBC para que no se prestara atención a las voces con-
fronterizas de la Línea Maginot). La crisis económica había intensificado el trarias al apaciguamiento. Además, pese a resultar bastante convincentes,
conflicto interno, beneficiando con ello tanto a los comunistas como a la las consideraciones económicas y estratégicas tampoco resultan suficientes
derecha paramilitar, y cuando Hitler atacó, Francia tenía un gobierno pro- para explicar el apaciguamiento. Los recortes de Gran Bretaña a su presu-
visional y estaba a pocas semanas de realizar unas elecciones cruciales. puesto de defensa en la década de 1920 y sus compromisos en todo el mundo
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la habían dejado con demasiadas obligaciones financieras para enfrentarse chazaron sus términos, Hitler decidió utilizar la fuerza antes de las lluvias
contra la «Triple Amenaza» que formaban Alemania, Japón e Italia. De de otoño. Si el ataque de Austria-Hungría contra Serbia fue el detonante de
acuerdo con el punto de vista del Ministerio de Hacienda, Gran Bretaña no la primera guerra mundial, el ataque de Alemania a Polonia fue el deto-
debía correr el riesgo de agotar sus reservas de moneda extranjera en un nante de la segunda.
rearme prematuro. Pero incluso si decidía rearmarse, estaba claro que no Sin embargo, a diferencia de 1914, el que Gran Bretaña y Francia ofre-
tendría forma de responder a los bombarderos alemanes que, se esperaba, cieran garantías a Polonia aclaraba -o debió haber aclarado-e- de mane-
reducirían Londres a escombros si estallaba la guerra. Chamberlain, por lo ra inequívoca que esta guerra no podría circunscribirse a un escenario li-
tanto, tenía excelentes razones para evitar un conflicto innecesario: pero era mitado. Los dos gobiernos occidentales habían comenzado a reaccionar
también un hombre con una misión y no puede ser exonerado de los car- contra el apaciguamiento casi al mismo tiempo que firmaban el pacto de
gos de ingenuidad y excesiva confianza en el Führer. En Munich apremió a Munich, estimulados por el endurecimiento de la opinión pública en sus
los franceses y a los checos para que accedieran a una capitulación que de- países y por el rumor de que en invierno los Países Bajos podían conver-
bilitó estratégicamente a Occidente y que, sin conseguir satisfacer a Hitler, tirse en el siguiente blanco de Alemania. Sin embargo, el acontecimiento
les distanció de Stalin. clave fue la ocupación de Praga, para la que no había ninguna justifica-
Si las razones para el apaciguamiento eran tan abrumadoras, ¿por qué ción por razones de autodeterminación o de legítima revisión de un trata-
al final Gran Bretaña y Francia renunciaron a él en favor de una estrategia do, e implicaba que las ambiciones de Hitler no tenían límite. Para ese mo-
que pretendía contener y disuadir a Alemania pese a no contar con un fac- mento, las campañas de rearme de británicos y franceses habían empezado
tor -c-una alianza con la Unión Soviética-s- que pudiera haberla hecho a funcionar y el radar y los cazas monoplanos habían comenzado a ofrecer
efectiva? El 15 de marzo de 1939 Hitler rompió los acuerdos de Munich una defensa creíble de Londres, pero en realidad la principal razón para
ocupando Praga y el resto de Checoslovaquia; dos semanas más tarde, que la política occidental se modificara fueron las acciones de Hitler en sí
Gran Bretaña y Francia sirvieron como garantes de la independencia de mismas. En los días que siguieron a la caída de Praga, se informó de que
Polonia. Pero esto no disuadió a Hitler, quien atacó Polonia el 1 de sep- Alemania estaba amenazando a Polonia y de que podría tomar el control
tiembre, animado por un pacto de no agresión firmado con Stalin el 23 de de la producción de petróleo de Rumanía. Fue entonces cuando Gran Bre-
agosto. Dos días después de la invasión de Polonia, Gran Bretaña y Fran- taña y Francia sintieron que debían actuar sin demora y ofrecieron garan-
cia declararon la guerra a Alemania. Necesitamos examinar a continua- tías de ayuda a Varsovia y a Bucarest en caso de que fueran atacadas. Su
ción a cada uno de los bandos: el alemán, el occidental y el soviético. propósito, si la guerra estallaba, era mantener la existencia de un frente
Hitler no sabía cuándo detenerse. Que fuera incapaz de conformarse oriental y conseguir que Alemania siguiera siendo vulnerable a un blo-
con lo que había ganado tras el pacto de Munich se debió menos a las ne- queo, aunque su verdadera prioridad era disuadirla de emprender poste-
cesidades de la economía alemana (que había tenido que soportar mayores riores expansiones hasta que las circunstancias favorecieran una vez más
presiones por causa del rearme entre 1935 y 1936 que entre 1938 y 1939), la negociación. Hitler, sin embargo, tenía en poca consideración la fuerza
que a las obsesiones de su propia personalidad. Era un hipocondríaco in- de voluntad de británicos y franceses, y el único acontecimiento que lo hu-
quieto, consideraba que el tiempo estaba contra él y sentía que en Munich biera podido hacer vacilar era una alianza anglo-franca-soviética. El pac-
lo habían engañado quitándole una guerra. Durante la conferencia «Hoss- to nazi-soviético descartó esta posibilidad.
bach» (que debe su nombre al oficial que levantó el acta) en noviembre de Hacia 1939 la acumulación de decepciones administradas por Occi-
1937, Hitler había dicho a sus jefes militares que su propósito era derrotar dente habían minado la posición de Litvinov, a quien Stalin sustituyó por
a Austria y Checoslovaquia antes de enfrentarse a Gran Bretaña y Francia Viacheslav Molotov en mayo, y el pacto de Munich reforzó las sospechas
y antes de emprender una guerra por el espacio vital hacia mediados de la de Moscú de que Gran Bretaña y Francia pensaban que, tal y como dijo
década de 1940. Después de Munich, empezó a negociar con Polonia, no Stalin, la Unión Soviética estaba para sacarles las castañas del fuego. Pero
sólo sobre Danzig y el «corredor polaco», sino también con el objetivo de la principal diferencia era que ahora Hitler quería un acuerdo. Un pacto
alinear las políticas exteriores de Berlín y Varsovia. Cuando los polacos re- con Stalin le permitiría atacar Polonia con la esperanza de disuadir a Oc-
EUROPA, 1900-1945 LAS RELACIONES INTERNACIONALES 49

cidente de intervenir y con la seguridad de que si la disuasión fallaba po- en el este y fue derrotada por un estrecho margen en el oeste, entre 1939 y
dría evitar un bloqueo occidental. Hitler estaba dispuesto a prometer a 1945 triunfó primero enel oeste y luego fue derrotada en el este, en gran
Stalin todo el territorio que éste deseara; un protocolo secreto, adicional al parte por la Unión Soviética, mientras que los estratégicos bombardeos
pacto, estipulaba que en caso de una «reorganización territorial y política» anglo-estadounidenses y la campaña en el noroeste de Europa también se
el este de Polonia, Finlandia, los países bálticos y Besarabia (en Rumanía) encargaron de garantizar entre 1944 y 1945 que esta vez Alemania fuera
caerían dentro de la esfera de influencia de la Unión Soviética. Gran Bre- derrotada por completo.
taña y Francia estaban negociando con Moscú al mismo tiempo, pero su La primera diferencia espectacular en el desarrollo de ambos conflic-
situación era diferente y vacilaban entre aprobar la intervención soviética tos se dio con la caída de Francia. Los franceses contaban con un ataque
en los paises bálticos o llegar a un acuerdo que permitiera a las tropas so- alemán, y su primera prioridad era detenerlo. A diferencia de lo que suce-
viéticas atravesar territorios rumanos y polacos. No tenían ningún plan dió en 1914, en esta ocasión planearon no emprender ofensivas inútiles,
para una acción militar conjunta y, dadas las purgas que había sufrido el y se propusieron proteger el territorio francés mediante la línea Maginot.
Ejército Rojo desde 1937, dudaban de! valor de Stalin como aliado. Por lo En mayo de 1940, cuando Alemania atacó a través de los Paises Bajos, las
tanto el pacto fue firmado, y es probable que Stalin esperara que Alemania divisiones de franceses y británicos no eran muy inferiores a las alemanas
y Occidente se machacaran mutuamente como habían hecho entre 1914 y yel ejército francés tenía más tanques o al menos de una calidad compa-
1918 mientras él se rearmaba sin correr riesgos. rable, aunque es cierto que en el aire los aliados eran mucho más débiles.
Como había sucedido en 1914, lo que había empezado como una gue- Después de enviar gran parte de sus mejores unidades hacia el norte, los
rra local se amplió. Larazón para ello fue que los gobiernos británico yfran- franceses fueron sorprendidos cuando los alemanes perforaron sus defen-
cés creyeron que una mayor expansión alemana destruiría el equilibrio del sas en Sedán. Enfrentados a un ritmo de combate mucho más rápido de lo
poder y que si ellos se mantenían al margen, tarde o temprano les llegaría que habían esperado, no pudieron tapar el boquete hasta que los británi-
su turno. Una vez más los alemanes creyeron que tenían una ventaja tem- cos, y muchas de sus propias fuerzas, habían sido interceptados o habían
poral en la carrera armamentística, y aunque por su parte Gran Bretaña y tenido que ser evacuados. Si bien hay razones militares y técnicas que
Francia estaban mejor preparadas que antes, no estaban en condiciones de pueden explicar la derrota francesa, la decisión de buscar un armisticio y
permitirse mantener una alta preparación por mucho tiempo. Es probable otorgar plenos poderes al mariscal Philippe Pétain, en lugar de continuar
que, en cualquier caso, la intención de Hitler fuera atacar a Occidente, qui- la lncha desde e! extranjero, fue e! resultado de factores politicos y psicoló-
zá en una fecha tan temprana como 1940, y mientras él mantenía a sus gicos profundamente arraigados. Estos factores incluían el terrible coste
enemigos divididos, sus tropas estaban preparadas para conflictos cortos, de la victoria en la primera guerra mundial, la ausencia de aliados en el
claramente localizados. Las democracias, por el contrario, esperaban que el continente, la falta de confianza en los británicos y el miedo a una revolu-
bloqueo y el bombardeo les trajeran una victoria relativamente fácil.· Una ción en el país. Gran parte de la población saludó el armisticio con alivio.
vez se hubieron convencido de que tenían que correr el riesgo de ir a la gue- En Londres, en cambio, el gobierno entrante con Churchill a la cabeza
rra, comenzaron a sentirse más seguras de que podían ganarla. resolvió (para exasperación de Hitler) rechazar los intentos de acerca-
miento de Alemania y seguir adelante al menos para explorar si podía me-
jorar su posición para negociar. La combinación de la derrota francesa con
la resistencia británica puso en movimiento una serie de procesos que en-
tre 1940 y 1941 globalizaron la guerra.
La segunda guerra mundial y el día después, En esta fase de globalízacíón, hubo tres acontecimientos sobresalientes.
1939-1945 El primero fue la entrada de ltalia en la guerra en junio de 1940. En sep-
tiembre de 1939 Mussolini no se sentia preparado para las hostilidades y
Para empezar, la segunda guerra mundial pareció en Europa una conti- evitó embarcarse en una empresa sobre la que había sido someramente con-
nuación de la primera. Mientras que entre 1914 y 1918, Alemania triunfó sultado; y en 1940 sólo declaró la guerra cuando la derrota de los franceses
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era evidente y no los atacó hasta que hubieron solicitado un alto al fuego. confianza y el de sus generales, así como la opinión de todos ellos de que
Mussolini no actuaba movido por una solidaridad ideológica con Hitler ni la caída de Francia proporcionaba una oportunidad que no duraría mu-
por consideración personal hacia él, sino como parte de su programa de se- cho tiempo. Estarían atacando a un adversario que los excedía de forma
guir el paso marcado por Alemania mediante expansiones paralelas. De he- substancial en el número de tanques, aviones y hombres. Aunque Rusia te-
cho, como había sucedido en 1915, Italia supuso que el fin del conflicto es- nía bastante más espacio para maniobrar que Francia, los alemanes pre-
taba mucho más cerca de lo que en realidad estaba, y esta vez ni siquiera se vieron que conseguirían la victoria en una batalla de encerramiento en la
unió al bando ganador. Las ofensivas italianas contra Grecia y Egipto en frontera. Esperaban avanzar tan rápido que podrían ganar intactos el tri-
otoño fracasaron de forma estrepitosa, y para continuar luchando, Musso- go y el petróleo que, de forma tan generosa, les había estado suministran-
lini tuvo que aceptar la dependencia de Alemania que, precisamente, había do Stalin; y no hicieron ningún tipo de preparativos para una campaña de
esperado evitar. No obstante, su intervención llevó primero a Gran Breta- invierno.
ña y luego a Estados Unidos a una campaña mediterránea que dominó su La tercera consecuencia de la caída de Francia fue la alianza atlántica en-
estrategia hasta 1944. tre Estados Unidos y Gran Bretaña. La Ley de Neutralidad que Estados Uni-
En segundo lugar, la caída de Francia fue la condición previa para la dos había aprobado en 1937 se hizo efectiva cuando estalló la guerra, y (más
invasión de la URSS iniciada por Hitler en junio de 1941. La operación allá de hacerla menos rígida para permitir la ventas de armas y los présta-
«Barbarroja» marcó el punto culminante de ambiciones que había ali- mos) Washiugton poco hizo al principio para ayudar a los aliados. Pero la
mentado durante dos décadas. Aunque en Mein Kampfhabia advertido de ley había sido aprobada pensando que Gran Bretaña y Francia podían evi-
la locura que suponía librar una guerra en dos frentes, en el verano de 1940 tar que Alemania amenazara el hemisferio occidental, y el derrumbamien-
Hitler habló por primera vez a sus generales de la invasión de Rusia corno to de Francia tuvo como consecuencia una nueva y radical revaluación de
un medio de forzar a Gran Bretaña a solicitar la paz. No puede saberse con estas expectativas. Roosevelt se puso en marcha para fortalecer las defensas
seguridad si Hitler se tomó con seriedad este razonamiento o si de verdad del hemisferio occidentaly para mantener a Gran Bretaña en la lucha como
su preocupación central era la guerra en el oeste, pero el hecho es que pasó si en efecto fuera un representante de los norteamericanos. En septiembre
por alto formas menos indirectas de presionar a Gran Bretaña, como in- de 1940, vendió a Londres cincuenta viejos destructores a cambio de poder
tensificar la producción de U-boats o enviar más fuerzas contra Egipto. construir bases en territorios británicos del Canadá y el Caribe; en marzo
Más relevante para la decisión de Hitler fue que tras la caída de Francia de 1941, la ley de Préstamo y Arriendo lo autorizó a proporciouar hasta
(que probablemente había afectado de manera muy grave los cálculos de siete mil millones de dólares en mercancías a una Gran Bretaña que se acer-
Stalin) la Unión Soviética aceleró su rearme, y la rivalidad entre Berlín y caba a la bancarrota; y pronto se aprobó que buques de guerra norteame-
Moscú se extendió por toda Europa. Los soviéticos habían tomado el este ricanos sirvieran de escolta a los convoyes británicos y que buques mer-
de Polonia, los paises bálticos, Besarabia y parte de Finlandia entre 1939 y cantes estadounidenses viajaran directamente a los puertos británicos. La
1940; pero también se habían apoderado de Bucovina (algo que el pacto Ley de Neutralidad quedó hecha trizas, y en la conferencia atlántica de
nazi-soviético no les prometía), lo que los había llevado peligrosamente agosto de 1941, Roosevelt y Churchill hicieron pública una declaración
cerca de los campos petrolíferos de Ploesti en Rumanía. Tanto éstos como de principios conjunta sobre los acuerdos de la posguerra. De una postura
las minas de níquel de Petsamo en Finlandia eran vitales para el esfuerzo discreta y no provocadora, Estados Unidos había pasado a tener una posi-
bélico alemán. A lo largo de 1940, tropas alemanas fueron desplazadas a ción de importancia en el conflicto.
Rumanía y Finlandia, y Bulgaria se convirtió en aliado alemán. En diciem- Ninguno de estos hechos significaba que Roosevelt hubiera decidido
bre, después de un fracasado intento de renegocíar las esferas de influen- intervenir o que deseara hacerlo. Por el contrario, la ley de Préstamo y
cia de ambos bandos cuando Molotov visitó Berlín, Hitler ordenó iniciar Arriendo para Gran Bretaña (y después de agosto de 1941 también para Ru-
la invasión de Rusia en 1941. Con todo, las fricciones diplomáticas con sia) era una alternativa a una declaración de guerra norteamericana que ni
Moscú fueron probablemente menos cruciales para esta decisión que la el Congreso ni la opinión pública apoyarían todavía. Dado que Hitler, con
hostilidad ideológica de Hitler hacia los soviéticos, su propio exceso de una contención que no le era característica, vacilaba entre responder y no,
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lo que precipitó la intervención norteamericana fue al final otra de las con- patibilidad radical entre los objetivos bélicos de ambos bandos redujo el
secuencias de la caída de Francia: el vado de poder en el sureste asiático. número de posibilidades de acuerdo. La doctrina angloestadounidense de
Con Francia y Holanda derrotadas y Gran Bretaña contra la pared, una la «rendición incondicional», anunciada en la conferencia de Casablanca
franja de colonias europeas ricas en recursos quedaron desprotegidas, y los en enero de 1943, impidió pactar la paz con los regímenes del Eje existen-
líderes de Tokio decidieron realizar un «avance hacia el sur» en la región. tes. Aunque los líderes occidentales concedieron un alto al fuego a un go-
Aunque el pacto Tripartito de septiembre de 1940 entre Italia, Alemania y bierno dirigido por el rey y los militares italianos después de que expul-
Japón tenia como propósito cubrir esta expansión y disuadir a los norte- saran a Mussolini en julio de 1943, no había posibilidad de que ellos
americanos de intervenir, de hecho confirmó las sospechas de Washington negociaran con Alemania hasta que hubieran destruido al gobierno nazi.
de que Occidente se enfrentaba a una agresión coordinada del Eje. Tanto En cambio, parece ahora que Stalin, enfrentado a la formidable tarea de re-
para salvaguardar el acceso británico a las materias primas de Malaya como conquistar gran parte de su propio país a un coste inmenso, ofreció a través
para aliviar a la Unión Soviética de la presión de dos frentes, Roosevelt apre- de Suecia alguna tentativa de paz a los alemanes en el invierno de 1942-
tó las tuercas a Toldo. El proceso culminó en julio de 1941 con un embargo 1943, aunque éstos no respondieron a ella.
comercial que amenazó con llevar a Japón al agotamiento de sus reservas Pero no eran solamente los gobiernos enfrentados en la segunda gue-
de petróleo y lo condujo a arremeter en diciembre contra Malaya y contra rra mundial los que estaban más polarizados que en la primera. Los fren-
las Indias Orientales holandesas, que poseían yacimientos petrolíferos, así tes nacionales eran más sólidos. En Alemania, la Unión Soviética y Japón
como contra la flota americana en Pearl Harbor. Hitler, que creía entonces esto se debió en parte a la represión, pero en ambos bandos era también
que la guerra con Estados Unidos era inevitable y deseaba ganarse la buena reflejo de los altos costes de la derrota, así como de un manejo de la opi-
voluntad de los japoneses, rechazó a sus consejeros y declaró la guerra a nión pública y de la economía mucho mejor que el de 1914-1918. Incluso
Washington. se invirtieron porcentajes más altos del producto nacional bruto en la pro-
Con la entrada de Estados Unidos se completó la globalización del ducción orientada a la guerra, si bien fueron las economías británica, nor-
conflicto, y la coalición anti-alemana de 1917-1918 renació. En vez de re- teamericana y alemana las que más éxito tuvieron en su lucha contra la in-
presentar nuevamente el callejón sin salida de la lucha anterior, la segun- flación y en su intento de proteger el nivel de vida (aunque en el caso de
da guerra mundial se asemejó más a un ir y venir: una rápida expansión Alemania, con la ayuda del saqueo de los territorios ocupados y el uso ge-
del Eje seguida de una larga retirada. En muchos sentidos este conflicto neralizado de mano de obra esclava). En la Unión Soviética el nivel de
fue más total que su predecesor. Mientras que la guerra de trincheras, con vida, que ya era lamentablemente bajo, descendió de forma considerable,
todos sus horrores, había concentrado la lucha en la zona limitada por la pero la barbarie de la invasión nazi y la desesperación ante los problemas
matanza, entre 1939 y 1945 fueron ocupadas y devastadas partes mucho que afrontaba el país le proporcionaron la voluntad necesaria para ganar.
mayores de Europa. Los civiles tenían muchas más probabilidades de su- De manera inversa, el miedo a las represalias rusas alentó la resistencia ale-
frir bombardeos aéreos y, también, de participar en movimientos de resis- mana durante el lento repliegue de Stalingrado a Berlín que tuvo lugar en-
tencia y en la guerra partisana. Características de este conflicto, en gran tre 1943 y 1945.
parte del continente, fueron las expediciones de castigo a aldeas desafor- La globalización de la guerra no hizo que el triunfo aliado fuera inevi-
tunadas. Ésta fue también una guerra ideológica en la que los desacuerdos table. Tal era la pérdida de territorio y de capacidad industrial inflingida a
entre los regímenes occidentales, fascistas y comunistas eran mucho más la Unión Soviética y tan sin preparación estaban los Estados Unidos, que
profundos que los que habían vivido los estados liberales y autocráticos en 1942 los ejércitos del Eje no eran mucho más pequeños que los de los
entre 1914 y 1918. Estas circunstancias le dejaron pocas oportunidades a aliados y eran mucho más efectivos. Hasta bien avanzado ese año, los lo-
la diplomacia. Las principales tentativas de paz se dieron entre 1939 y gros aliados estaban apenas por encima de la derrota, y en las batallas que
1940, con los países neutrales intentando mediar y Hitler tanteando a am- dieron la vuelta al conflicto no tenían una ventaja abrumadora. Pese a to-
bos aliados occidentales, a Francia, antes de que cayera, y a Gran Bretaña, dos los errores de los líderes del Eje, los aliados tuvieron que luchar para
antes de que decidiera continuar con la guerra. Después de esto, la incom- alcanzar la victoria: no se la sirvieron en bandeja (Overy, 1995). Sin em-
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bargo, entre noviembre de 1942 y febrero de 1943, los rusos detuvieron en cias ideológicas y culturales que se remontaban al menos a 1917, así como
Stalingrado el avance de los alemanes y los hicieron retroceder hacia el por los rencores que habían dejado tras de sí el pacto de Munich y el pac-
Cáucaso, y luego, en agosto de 1943, en Kursk, pusieron fin de manera de- to nazi-soviético. Únicamente la agresión de Alemania los había unido, y
finitiva a la blitzkrieg, la guerra relámpago. Los aliados occidentales derro- combatieron con un ojo mirando hacia el futuro. Entre 1944 y 1945, Sta-
taron a los submarinos alemanes en el Atlántico en mayo de 1943, con- lin siguió una estrategia política diseñada para garantizar el control de los
quistaron la superioridad aérea en Europa occidental en la primavera de Balcanes y de Polonia. Por su parte, Roosevelt le prometió que realizaría
1944, expulsaron al enemigo del norte de África y del sur de Italia antes un ataque a través del canal de la Mancha en 1942, pero tal ataque no se
de practicar una abertura en la «muralla del Atlántico» y acabar con las produciría hasta dos años más tarde. Las razones del retraso fueron en
fuerzas alemanas en Francia en la batalla de Normandía. Estos triunfos parte técnicas: hasta 1944 los aliados carecían de tropas y vehículos para el
aliados fueron en parte triunfos de producción, porque aunque la produc- desembarque y también de superioridad aérea. Pero además, aunque con
ción militar alemana se triplicó entre 1942 y 1944, fue aventajada por las este aplazamiento no se pretendía maximizar las bajas soviéticas, sí se bus-
fábricas de armas soviéticas y la sorprendentemente exitosa transformación caba reducir al mínimo las occidentales y mantener la moral y los recursos
militar de los Estados Unidos. Además, diferentes progresos tecnológicos británicos. A diferencia de Churchill, que quería una invasión por los Bal-
resultaron cruciales y fueron de gran ayuda para los aliados: el descifra- canes para impedir la dominación soviética del sureste de Europa, los lí-
miento del código «Enigma» que los alemanes utilizaban para sus trans- deres del ejército norteamericano creían que un desembarco en el oeste te-
misiones de radio, los tanques T-34 rusos, los bombarderos Liberator, que nía la ventaja de seguir la línea de ataque más directa y mejor provista
los americanos utilizaron en el Atlántico, y los cazas Mustang, que utiliza- contra las posiciones fundamentales del enemigo. Por otra parte, la opera-
ron sobre Alemania, y el conjunto de innovaciones en la guerra anfibia ción «Overlord- (Jefe Supremo) permitiría consolidar las relaciones con
que hizo posible el desembarco de Normandía. En cambio, los trabajos Stalin si la cooperación con él era factible, y en caso de no serlo permitiría
alemanes en propulsión a chorro, cohetes y fisión nuclear desviaron re- al menos que los puertos del Canal, los Paises Bajos y el Ruhr quedaran
cursos de manera improductiva de sectores más importantes en el esfuerzo bajo control occidental. Con tales ideas en mente, los norteamericanos pa-
bélico. Ninguno de estos factores hubiera sido suficiente sin la mayor habi- saron por alto la opinión de Churchill y en noviembre de 1943, en la con-
lidad política que demostraron los lideres aliados y el valor y la resistencia ferencia de Teherán, convinieron con Stalin en que la operación «Over-
de sus civiles y combatientes, especialmente en la Unión Soviética, cuyos lord) seguiría adelante.
27 millones de muertos superan cien veces a los de Gran Bretaña, Francia Si entre 1942 y 1943 la estrategia fue la principal fuente de discordias
o Estados Unidos. Es verdad que el bombardeo estratégico aliado acabó entre los aliados, entre 1944 y 1945 la sustituyeron los desacuerdos sobre
con la fuerza aérea alemana y que la producción para la guerra en el aire el futuro de Europa. Estos desacuerdos sugieren que la posterior confron-
absorbía buena parte del esfuerzo industrial alemán, al mismo tiempo que tación este-oeste pareció entonces posible, aunque más debido a que en-
las entregas americanas de acuerdo con la ley de Préstamo y Arriendo pro- traban en conflicto lo que cada uno pensaba eran sus necesidades de segu-
porcionaron al Ejército Rojo un apoyo logístico inestimable. Sin embargo, ridad nacional, que al hecho de que cualquiera de los bandos deseara
en una fecha tan tardía como junio de 1944 había 250 divisiones alemanas imponer su sistema político y social al otro. El objetivo de los soviéticos no
luchando en el frente del este mientras que sólo 90 lo hacían en el oeste. era simplemente exportar el modelo estalinista a cada uno de los territo-
Las fuerzas soviéticas, de acuerdo con la frase de Churchill, «arrancaron rios disponibles, y es más probable que los consideraran como una serie de
las tripas del ejército alemán», y pagaron un precio aterrador. círculos concéntricos, que se volvían más negociables cuanto más distan-
A diferencia de lo sucedido en la primera guerra mundial, en la segun- tes estaban de la patria. Pronto Stalin aclaró a sus nuevos socios que de-
da la alta probabilidad de una victoria aliada resultó evidente mucho antes seaba mantener la frontera soviética de junio de 1941, es decir, ampliar su
del final. Planear el futuro de Europa pareció algo más que un ejercicio hi- frontera de entreguerras con la anexión de los territorios que había absor-
potético, y los ganadores podían llegar a un acuerdo entre ellos mismos. bido entre 1939 y 194ü.Al final de la guerra, era esa linea, con la adición de
Sin embargo, los gobiernos aliados se encontraban divididos por diferen- los extremos orientales de Alemania y de Checoslovaquia, lo que de hecho
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había ganado. Más allá de esto) su segundo objetivo era el establecimien- que la tarea esencial era mantener juntos a quienes habían vencido en la
to de «gobiernos amistosos» en sus fronteras occidentales) lo que signi- guerra. Estados Unidos, Gran Bretaña) la Unión Soviética y China, propu-
ficaba derechos para establecer bases militares y control sobre la política so, debían ser los «cuatro policías» del nuevo orden de la posguerra. Euro-
exterior de sus vecinos. De acuerdo con estos requisitos) Stalin estuvo dis- pa sería sobre todo una responsabilidad anglo-soviética) y en YaltaRoosevelt
puesto a tolerar algunas libertades políticas y una economía mixta en) por le dijo a Stalin que las tropas estadounidenses abandonarían el continente
ejemplo) Finlandia y Checoslovaquia, e incluso en Polonia alentó a los co- en un plazo de dos años. Desalentó los planes de una federación europea)
munistas locales a proponer un «frente amplio» antes que la dictadura de que habían ganado un fuerte apoyo entre los movimientos de resistencia,
un solo partido. El tercer objetivo era Alemania en sí misma. En las confe- porque ésta era un anatema para Stalin y podía poner en peligro la amis-
rencias celebradas durante la guerra en Teherán y Yalta, Stalin quería que tad con la Unión Soviética. Aunque es verdad que no dijo nada sobre el
Alemania fuera dividida (su parte este le correspondería a Polonia), que sus proyecto de la bomba atómica a los soviéticos) y que detuvo su solicitud de
industrias bélicas fueran desmanteladas y que se pagaran reparaciones. un préstamo de reconstrucción. Puede que si Roosevelt no hubiera muer-
Con todo) los exiliados comunistas alemanes en Moscú deseaban una Ale- to en abril de 1945 también habría tenido lugar la ruptura entre norte-
mania unida bajo su control) y el mismo Stalin dudaba de si sería posible americanos y soviéticos) pero habría sido más lenta, porque mientras vi-
mantenerla dividida y hacer caso omiso del sentimiento nacionalista (des- vió) una de sus prioridades fue mantener un acuerdo con Stalin.
pués de su rendición, Stalin proclamó que deseaba verla unida). En cuarto Mucho autes del Día VE (Victoria en Europa) estaba claro que el pro-
lugar, a medida que la victoria se acercaba y más allá de lo que hacía refe- yecto de Roosevelt se encontraba en apuros. El presidente no fue capaz de
rencia al destino de Alemania) hubo signos de que los soviéticos se propo- conquistar la confianza de los soviéticos) como demostró la furia de Molo-
nían ciertas expansiones de manera oportunista (por ejemplo) sus deman- tov en febrero de 1945 cuando los estadounidenses discutieron de forma
das sobre Spitzbergen y de bases en el estrecho turco) pero Stalin parecía separada un armisticio con las fuerzas alemanas en Italia. Yen Polonia, que
haber aceptado que fueran sus aliados quienes dominaran la Europa me- fue excluida del acuerdo de los porcentajes, no pudo alcanzarse ningún
diterránea y occidental. Cualesquiera que fueran sus dudas sobre la posi- acuerdo sobre esferas de influencia «abiertas». El país era vital para Stalin
bilidad de mantener la cooperación con Occidente, le dio más prioridad a como «corredor de invasión» hacia Alemania) y se proponía moverlo en
ésta que a la expansión revolucionaria. Durante la guerra firmó alianzas masa hacia el oeste, de modo que tomara territorios de Alemania y cediera
por veinte años con Gran Bretaña y Francia) y se convirtió en miembro sus provincias del este a la Unión Soviética. Tal reacomodación resultaba
fundador de la Organización de las Naciones Unidas, del Fondo Moneta- aceptable en buena parte para Roosevelt y Churchill, pero no para el go-
rio Internacional y del Banco Mundial. En el «acuerdo de los porcentajes» bierno polaco en el exilio. Cuando Stalin creó un gobierno comunista rival
que el líder soviético alcanzó con Churchill en octubre de 1944, este últi- en el país, y sus tropas fueron incapaces de intervenir para apoyar una su-
mo aceptó el predominio soviético en Rumania, Bulgaria y Hungría, blevación no comunista en Varsovia en agosto de 1944) la confianza occi-
mientras que Stalin asignó Grecia a la esfera de influencia occidental y se dental sufrió una fuerte sacudida. Gran Bretaña había ido a la guerra apa-
comprometió a no «incitan> a los comunistas italianos. rentemente para proteger a Polonia, y en Estados Unidos se trataba de un
El acuerdo de los porcentajes es una prueba de que Occidente estaba asunto al que eran sensibles seis millones de polaco-estadounidenses así
preparado para tolerar el predominio soviético en el este de Europa. Aun- como la Iglesia Católica y la oposición republicana. El incumplimiento por
que los norteamericanos no formaron parte del acuerdo, Roosevelt y el parte de Stalin de los acuerdos alcanzados en Yalta sobre un gobierno pola-
Departamento de Estado estaban dispuestos, en privado, a aceptar una es- co en el que participaran todos los partidos) motivó su primer choque con
fera de influencia soviética «abierta», es decir, que Moscú podría proteger el sucesor de Roosevelt, Harry S. Truman. Incluso así) ni Gran Bretaña ni
sus intereses de seguridad legítimos si esto no interfería de forma dema- Estados Unidos estaban dispuestos a luchar por Polonia, y finalmente acep-
siado evidente en los asuntos internos de la región. Gran parte del plan taron en ella a un gobierno dominado por los comunistas. Pero tampoco
norteamericano estaba dirigido no a Europa específicamente sino a crear estaban dispuestos a luchar por Alemania. En la conferencia de Potsdam,
nuevas instituciones globales tales como el FMI y la ONU, y Roosevelt creía desarrollada entre julio y agosto de 1945) las tres potencias parecieron
EUROPA,190 0-1945 LAS RELACIONES INTERNACIONALES 59

acordar que debía ser dividida sólo de manera temporal en zonas de ocu- Belgrado de 1903 y la gnerra ruso-japonesa). Las guerras balcánicas de
pación, quedando pendientes la reunificación y un tratado de paz con un 1912-1913 y la carrera armamentística europea llevaron la confrontación a
gobierno democrático que representara a toda Alemania. Tanto Estados un umbral crítico. Hasta cierto punto, la violencia engendró más violen-
Unidos como Gran Bretaña todavía esperaban continuar cooperando, pero cia y ésta a su vez engendró todavía más, pero las soluciones pacíficas no
no a cualquier precio, y ambos preveían la posibilidad de un conflicto. Sta- se agotaron en Europa en 1914, y una excepcional proporción de la res-
lin también parece haber querido mantener las buenas relaciones, por lo ponsabilidad recayó en los gobernantes que las rechazaron.
menos a corto plazo, y su determinación de dominar Europa oriental se Si la primera guerra mundial dejó al genio de la violencia masiva fuera
puede interpretar sobre todo como una decisión anti-alemana más que de la botella, ¿podrían volver a meterlo? El conflicto no terminó en Europa
como una decisión anti-occidental. Éste era el estado de las relaciones después de 1945: los cinco años siguientes fueron testigos de la guerra civil
cuando terminó la segunda guerra mundial en Europa. griega, de luchas políticas en Francia e Italia, y de deportaciones masivas y
Como año para concluir esta revisión, 1945 puede parecer una elección purgas políticas al este del Elba. Crisis internacionales hicieron erupción en
obvia; sin embargo, como había sucedido después de la primera guerra Berlín entre 1948 y 1949 Yentre 1958 y 1961. Sin embargo, hacia mediados
mundial, se necesitó más de una década para construir un acuerdo político de la década de 1960, Europa, a diferencia de muchas otras partes del glo-
en Europa tras la segunda. Pero así como el acuerdo de la década de 1920 se bo, había logrado una extraña pero perdurable estabilidad internacional
vino abajo casi tan pronto como se consiguió, el de la década de 1950 so- por primera vez desde el cambio de siglo. En las raíces de esta transforma-
brevivió durante más de una generación, y sus elementos más importantes ción estaban dos acontecimientos que se habían puesto de manifiesto con
han continuado vigentes hasta el nuevo milenio. En retrospectiva, la pri- fuerza antes de 1914 y que, en comparación, fueron oscurecidos durantes
mera mitad del siglo XX parece caracterizarse sobre todo por su inestabili- las décadas de 1920 y 1930: la globalización y la integración. Yaantes de la
dad y por la destrucción de la que fue testigo, aspectos que aparecen inter- primera guerra mundial, Estados Unidos eclipsaba industrialmente a las
calados entre dos largos períodos de paz. La ausencia de guerra entre las potencias europeas y la Rusia zarista crecía con mayor rapidez que Alem~­
grandes potencias antes de 1914 y después de 1945 no implica la ausencia nia, al mismo tiempo que la interdependencia económica en Europa OCCI-
de tensiones, de carreras armamentísticas o de confrontaciones entre blo- dental alcanzaba unos niveles que no serían igualados hasta la década de
ques opuestos. Tampoco implica la ausencia de represión interna, que has- 1950. Pero entre una y otra guerra, el comercio y las inversiones entre los
ta cierto punto fue la condición previa de la paz internacional. Con todo, la estados europeos declinaron, mientras que el retraimiento de Estados Uni-
caracterización del periodo comprendido entre 1914 y 1945 como una era dos en el aislacionismo supuso que, en la década de 1930, la diplomacia en-
de excepcional violencia todavía se sostiene con bastante firmeza. tre los estados europeos ocupara (por última vez) el escenario central de la
Buena parte de esta violencia se remonta a las decisiones de 1914. Mu- política mundial. En cambio, después de 1945 las dos superpotencias, am-
cho más allá de los diez millones de hombres que vio morir, la primera bas estados victoriosos con poco interés en más agitaciones, ampliaron su
guerra mundial dio la vuelta por completo a la ley humanitaria del con- presencia en el corazón de Europa, mientras que los países de Europa occi-
flicto armado, desestabilizó la economía europea y debilitó el centro poli- dental y central eran inauditamente débiles. Esto último se aplicaba incl~­
tico moderado en beneficio del extremismo. Sin ella, ni Hitler ni Mussoli- so a Gran Bretaña, cuyas dificultades económicas obligaron a Estados Uni-
ni ni Stalin hubieran podido llegar al poder. La primera guerra mundial dos a asumir unas responsabilidades en el extranjero mucho más grandes
no hizo que la segunda fuera inevitable, pero fue la condición previa esen- y más permanentes de lo que Roosevelt y Truman habían previsto. En este
cial para que tuviera lugar y dificultó extraordinariamente el restableci- sentido, el momento crucial fue menos 1945 que 1947, y por encima de
miento de una paz duradera. Abrió una fase de terrible brutalidad en el in- todo el lanzamiento del plan Marshall, después del cual la Unión Soviética
terior de las sociedades europeas así como entre ellas. Por supuesto, las reprimió toda actividad política dentro de su esfera de influencia y la mayor
decisiones de 1914 fueron en sí mismas el resultado de un sentimiento de parte de una Alemania considerablemente debilitada pasó a formar parte,
inseguridad cada vez mayor entre las grandes potencias cuyos orígenes por su propio consentimiento, de Occidente. La buena voluntad nortea-
eran más o menos anteriores (desde la Weltpolitik alemana, el golpe de mericana para proporcionar a Europa occidental ayuda económica y ga-
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rantías de seguridad hizo posible el acercamiento franco-germano y abrió 2


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el camino para la integración económica y política, diseñada para contener
tanto el poder alemán como el soviético. El miedo a otra guerra con armas
aún más poderosas apuntaló la paz, pero esa paz descansó sobre una com-
pleja serie de acuerdos políticos y no solamente sobre los misiles nucleares.
Aunque ha habido trágicas excepciones (la más notable en la antigua Yu-
La economía
goslavia) y no hay razones para la autocomplacencia, hasta ahora los acon-
tecimientos que han ocurrido desde la caída del muro de Berlín han subra- James
yado la durabilidad de la reconstrucción después de 1945, incluso en
ausencia del sistema bipolar de grandes potencias que le dio lugar. La ma-
yoría de los demonios internos del continente europeo son ahora materia
de pesadilla y no de la vida real.
comienzo del nuevo siglo fue una época de interconexión global (hoy
diriamos «globalizada»), en la que la integración y el progreso iban de la
mano. Al principio de su gran novela sobre el cambio de siglo, El Stechlin,
el novelista alemán Theodor Fontane describe el remoto lago que da títu-
lo a la obra: «Todo aquí está en calma. Y sin embargo, de vez en cuando,
algo sucede. Cuando en algún sitio ahí afuera, en el ancho mundo, sea en
Islandia o en Java, comienza a retumbar, o cuando una nube de cenizas de
un volcán hawaiano se adentra en el océano Pacífico, entonces este lugar
cobra vida. Un chorro de 'agua se levanta y se hunde nuevamente en las
profundidades del lago». Fontane veía los cambios de su época con un
tono elegíaco y, en ocasiones, nostálgico. Era un hombre muy viejo. La
mayoría de sus contemporáneos eran mucho más optimistas, y miraban
«siempre adelante y arriba». No obstante, este mundo dinámico y seguro
de sí mismo estaba a punto de venirse abajo. Su desintegración destruyó la
creencia optimista en la cooperación más allá de las fronteras nacionales y
en el progreso humano.

Las bases de la integración


El mundo estaba integrado mediante la movilidad del capital, las mercan-
cías y las personas. El capital se desplazaba libremente por estados y conti-
nentes. En buena medida, el comercio no tenía obstáculos, incluso en esta-
dos que en apariencia eran proteccionistas, como el imperio alemán. Pero
por encima de todo destaca la movilidad de las personas. Los individuos
no necesitaban pasaportes, y en Europa apenas había discusiones sobre
ciudadanía. Buscando libertad, seguridad y prosperidad -tres valores es-

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