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Sección: 1
4. Enumere los diferentes tipos de reflejo, en qué consiste cada uno, a qué edad
aparece y a qué edad desaparece
Los hitos del desarrollo motor se refieren a los patrones típicos de adquisición de
habilidades motoras que se producen en bebés y niños pequeños. Estos hitos se
dividen en dos grandes categorías: motricidad gruesa y motricidad fina. La motricidad
gruesa implica grandes grupos musculares y movimientos, como gatear, caminar, saltar
y correr, mientras que la motricidad fina implica grupos musculares y movimientos más
pequeños, como agarrar, alcanzar y manipular objetos. A continuación, aquí algunos de
los hitos típicos del desarrollo motor que alcanzan los niños:
• A los 3 meses: los lactantes pueden levantar la cabeza cuando están tumbados
boca abajo y pueden dar patadas con las piernas cuando están acostados boca
arriba.
• A los 6 meses: pueden sentarse con apoyo, darse la vuelta de delante a atrás y
agarrar objetos con las manos.
• A los 9 meses: pueden sentarse sin apoyo, gatear y ponerse de pie por sí solos.
• A los 12 meses: andan sujetándose a los muebles o con ayuda y coger objetos
pequeños con el pulgar y el índice.
• A los 18 meses: los niños pequeños pueden andar solos, subir escaleras con ayuda
y utilizar una cuchara para comer.
• A los 24 meses: puede correr, saltar con los dos pies y utilizar lápices de colores
para hacer marcas en el papel.
El desarrollo motor y la percepción están estrechamente interrelacionados, ya que
las habilidades motoras dependen de la información sensorial para ejecutarse con
precisión, permite a los niños aprender sobre ellos y su medio ambiente, lo que les
Las influencias culturales en el desarrollo motor se refieren a las formas en que las
prácticas y expectativas culturales del entorno de un niño pueden moldear su desarrollo
motor. Por ejemplo, algunas culturas pueden fomentar el caminar a una edad temprana
y promover la movilidad independiente, mientras que otras pueden dar prioridad a
envolver o llevar en brazos a los bebés durante períodos prolongados. Estas prácticas
culturales pueden influir en el calendario y la progresión de los hitos del desarrollo
motor, así como en los tipos de habilidades motoras en los que se hace hincapié.
Además, las actitudes culturales hacia la actividad física y el juego también pueden
influir en la participación de los niños en actividades motrices, ya que algunas culturas
valoran más los deportes estructurados y otras el juego no estructurado.