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ALEGA DE BIEN PROBADO

Sr Juez:
Julio Alberto Díaz, por la representación que ejerzo en estos autos
caratulados: BREGAN, DIEGO FERNANDO C/ ORONÁ, MARIANA SOLEDAD
Y OTRO. ACCIONES POSESORIAS/REALES – REIVINDICACION. Expediente
N° 9292818, ante VS respetuosamente comparezco y digo:
Que en legal tiempo y forma vengo a alegar de bien probado en los
presentes autos y a solicitar que, oportunamente, y por las razones de hecho y
consideraciones de derecho que paso a exponer, se haga lugar a la demanda
instaurada.
I. Lo que debe ser probado en la reivindicación.
Pacífica y unánime doctrina y jurisprudencia destacan que los elementos
esenciales que deben ser probados por el actor en el juicio de reivindicación son:
su derecho a poseer el inmueble reivindicado, desposesión por el demandado y
la posesión actual del mismo por parte de éste.
Adicionalmente, resulta necesario que la fecha del título de adquisición
del dominio sea anterior a la del inicio de la posesión del demandado. Ello por
cuanto el art. 2790 del C.C. (aplicable a los presentes autos) determina que "si el
reivindicante presentare títulos de propiedad anteriores a la posesión y el demandado
no presentare título alguno, se presume que el autor del título era el poseedor y
propietario de la heredad que se reivindica."
El ejercicio de la acción lo tienen todos los titulares de derechos reales
que se ejercen por la posesión y la lesión que lo habilita es
el desapoderamiento de la cosa objeto del derecho real, es decir, "cuando los
actos tienen el efecto de excluir absolutamente al poseedor o tenedor" (cf. artículo
2.238 del Código Civil y Comercial).
Tratándose de un juicio petitorio, la controversia versa sobre derechos, a
diferencia del posesorio, que tiene por fin, el hecho en sí de la posesión (Papaño,
Kiper, Dillon, Causse - Derechos Reales, Editorial Depalma, año 1990, t. III, pág.
141).
II. Prueba del derecho a poseer.
En este sentido, ha quedado incontestablemente probado el derecho a
poseer del actor con la constatación registral a nombre del Sr. Norberto Dante
Bregan, padre del actor (prueba del dominio, escrito 21/07/2022), agregado al
título (escritura de compraventa, escrito 26/06/2020) y a la Declaratoria de
Herederos que también se acompañó (escrito 17/08/2021), donde consta que el
Dr. Diego Bregan fue declarado heredero de su padre.
Del mismo modo, ha sido irrefutablemente probado que el título del actor
(contrato de compraventa) es de fecha 28/02/2001, es decir, anterior al inicio de
la posesión afirmada por los accionados (diciembre de 2006).
III. Prueba del despojo y actual tenencia.
Del mismo modo, ha quedado evidenciado el despojo practicado por los
demandados que, según consta en Sentencia n°41 del 15/03/2016 dictada por
el Sr. Juez de 1ª Instancia y 12ª Nominación, en autos BREGAN, NORBERTO
DANTE C/ ORONA, MARIANA SOLEDAD. Desalojo por vencimiento de término.
Expte. N° 5919963, confiesan que “desde diciembre de 2006 ha ejercido y ejerce junto
a su pareja e hijos la posesión pública, pacífica, ininterrumpida, continuada, notoria,
anual y ejercida a título de dueño desde entonces a la fecha sobre el inmueble sito en
calle Villafañe del Viso S/N lote 22, manzana F de la Localidad de Mi Granja de la
Provincia de Córdoba…”
Igualmente, ha sido incontestablemente probada la posesión actual de los
demandados al confesadamente, denunciar al comparecer al presente juicio
como domicilio real el del inmueble objeto de la reivindicación de marras.
IV. Ausencia de prueba de todo derecho a poseer por parte de los
demandados.
En este punto cabe destacar que la orfandad probatoria de los
demandados es tal que ni siquiera intentaron esbozar, sugerir o insinuar la
existencia de una posesión veinteañal que, eventualmente, les daría la
oportunidad de plantear, al menos teóricamente, su derecho a permanecer en el
lugar que ilegítimamente ocupan. No hubo prueba documental, ni testimonial, ni
presuncional, ni nada que pueda formar convicción alguna acerca de por qué
razones jurídicas habría que consolidar desde la Justicia el atropello vías de
hecho que, en esencia, constituye la conducta de los demandados.
En ese sentido, la más autorizada doctrina señala que, frente a un
reivindicante que invoca título y acude a la presunción de posesión de sus
antecesores: “… la única posibilidad concreta que asiste al demandado consistiría en
probar, en forma acabada y plena, que ha poseído animus domini de manera quieta
pública pacífica e ininterrumpida el inmueble objeto de la acción durante el lapso
requerido por la ley, para tener por configurada la usucapión larga (Art. 4016) y que
oponga tal prescripción como defensa en el juicio reivindicatorio (Art. 24, segunda parte,
Ley 14.159 y 3964 y su nota)” (conf. Kiper Claudio, en comentario a los Art. 2789 y
2790 en: “Código Civil comentado” Derechos Reales, Tomo II, Rubinzal Culzoni
pág. 595).-
En idéntico sentido, nuestra Jurisprudencia es absolutamente pacífica y
así lo tiene señalado:
“La reivindicación triunfa o fracasa por la eficacia de las defensas opuestas por la
demandada, es decir, por la existencia de una causa jurídica válida y oponible que le
otorgue un derecho real o personal vigente que valide la ocupación que ejerce. Siempre
la demostración de que se ha estado en la posesión debe efectuarse de una manera
insospechada, clara y convincente, pues se trata de un medio excepcional de repeler el
derecho de propiedad del reivindicante y trascendental antecedente para adquirir el
dominio. Por ello, es que la prueba de esta defensa debe ser lo suficientemente viable
para que la misma lleve al convencimiento de que realmente el demandado está
habilitado para oponer la prescripción adquisitiva veinteañal”. Cámara de
Apelaciones en lo Civil y Comercial de Séptima Nominación de nuestra Ciudad.
Autos: "Refort, Gloria H. y otro c/ Varela, Rosa Ordinario ", expediente n°
6177263. Resolución: Sentencia n° 99. Fecha: 24/10/2019.
Acción reivindicatoria, prescripción adquisitiva, defensa en juicio.
Sumario de Fallo. 17 de Abril de 2020. Id SAIJ: SUI0081409
“En el marco del Código Civil y Comercial, al igual que en el derogado Código Civil
velezano, si el demandante por reivindicación acredita su mejor derecho sobre el
inmueble mediante título hábil respectivo, sólo podrá el poseedor detener la acción
reivindicatoria, probando la excepción que opuso de haber poseído durante el lapso
requerido por la ley configurando la usucapión larga en el caso invocada a su favor arts.
3964 y su nota, 4016 CC, y 24 ley 14.159; arts. 1897, 1899, 2255, 2256 inc.c) CCC-“
Nada de eso ha ocurrido en los presentes autos. Muy por el contrario, lo
que ha quedado acabadamente demostrado es que los demandados han
despojado de la posesión al legítimo propietario a través de un acto ilícito y cuya,
obstinada negación a restituir a través del tiempo ha causado y continúa
causando un grave perjuicio patrimonial por la pérdida de valor de uso.
La orfandad probatoria absoluta de los demandados destinada a
evidenciar cualquier derecho que justifique el ilegítimo desapoderamiento y
manutención del inmueble en cuestión, así como la notoria ausencia de esfuerzo
desplegado en ese sentido delata lo que oportunamente ya denunciáramos: que,
en realidad, la intención no es probar lo que son incapaces de probar sino, por
el contrario, extender al máximo posible el disfrute gratuito de un inmueble que
no les pertenece.
V. La pérdida del valor de uso y su prueba presuncional.
Encontrándonos frente a un titular de derecho real que reclama de un
poseedor sin títulos la restitución de un inmueble y habiéndose probado el ilícito
despojo y la injustificada manutención de la conducta ilícita de los demandados,
queda automáticamente evidenciado el perjuicio que tal ilicitud causa al actor al
privarlo de la disponibilidad del inmueble en cuestión.
Ello porque cuando el actor reclama el restablecimiento de su derecho
real, no por ello pierde la posibilidad de añadir la reparación de los daños sufridos
en forma complementaria, por la simple razón de que la violación del deber de
no dañar a otro da lugar a la reparación del daño causado. Así lo disponía el art.
2756 Código Civil - aplicable al caso- al consagrar como "efecto accesorio" de
las acciones reales, la indemnización del daño causado. (Cf. Marisa Herrera -
Gustavo Caramelo - Sebastián Picasso directores, "Código Civil y Comercial de
la Nación Comentado" Tomo V, Ed. Infojus, comentarios al art. 2250 CCyC).
Por otra parte, cabe precisar que la privación de un bien no sólo comporta
la posible pérdida de frutos sino también la pérdida de su disponibilidad por quien
tiene derecho a poseerla. La falta de disponibilidad en sí es una pérdida que
debe diferenciarse nítidamente de los posibles lucros que el uso efectivo del bien
hubiera podido reportar. Por ello es posible admitir que la privación del uso
personal de un inmueble sea un daño que también consiste en un lucro cesante
en la medida en que ha ocasionado la pérdida de una ventaja económica que
hubiera podido obtener de la cosa y dicha ventaja económica puede ser la mera
disponibilidad del bien, es decir, su uso.
En ese sentido, y como oportunamente lo manifestáramos, conforme
criterio amplio y pacífico en doctrina y jurisprudencia, la "privación del uso" (tanto
de vehículos como de inmuebles) constituye un daño autónomo respecto del cual
la convicción judicial no requiere necesariamente prueba directa y específica, ya
que cabe obtenerla por vía presuncional, sobre la base de juicios de normalidad
que atienden al modo en que se presentan las cosas en la realidad ordinaria de
la vida. Así lo tiene dicho el Superior Tribunal de Justicia de Corrientes en autos:
VALLEJOS SCHULZE ADOLFO GUSTAVO C/ VALLEJOS SCHULZE
ROBERTO OSCAR Y VALLEJOS ROBERTO S/ DAÑOS Y PERJUICIOS: “Esto
implica asumir que la pérdida del uso del bien con motivo de una ocupación antijurídica
constituye una pérdida equivalente a su renta mensual media de mercado en los casos
en que de los hechos demostrados se deduzca necesariamente la existencia de daño, por
lo que no es preciso acreditar su realidad, sino más bien la de los hechos que lo han
causado.” Y continúa el mismo Superior Tribunal en fallo ejemplar: “Razones de
experiencia común, demuestran que el usuario de la cosa, privado de disponer de ella,
queda "inerte" hasta su recuperación. No puede, por lo tanto el juez, ignorar lo que
habitualmente sucede "según el curso natural y ordinario de las cosas", regla de oro para
la imputabilidad de las consecuencias contenidas en el art. 901 del Código Civil. En
síntesis, considero que la privación de uso del inmueble constituye, in re ipsa, la evidencia
de un daño efectivo, salvo prueba en contrario, a rendir por el obligado, y dado como se
decidió la controversia ello no aconteció.”
En el mismo sentido la Primera Cámara Civil de Apelaciones de la
Provincia de Mendoza, Segunda Circunscripción, Sentencia nº 29677 de 12 de
Septiembre de 2018: “Respecto al reclamo por privación de uso del inmueble, dentro
de un proceso de reivindicación, se impone un criterio amplio para acreditar el daño, el
que presupone que la certidumbre del perjuicio no siempre necesita prueba directa y
específica, sino que puede obtenerse por vía presuncional.”
Pero además de ser pacífica la aceptación y reconocimiento presuncional
del daño por privación de uso, también es unánime el criterio a adoptarse para
cuantificar su estimación y así lo tiene señalado nuestra Cámara de Apelaciones
en lo Civil y Comercial de Quinta Nominación en Autos: “Guibert, Sonia Vivian
de las Mercedes y otro c/ López, María Elisa Abreviado Otros Recurso de
Apelación”, expediente n° 2731782/36, Sentencia n° 52 de 11/04/2017:
“Así, se ha dicho que es de uso y costumbre establecer el canon locativo mensual
en el 1% del precio (Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala L, Camet, Mariana
Helena c/ Camet, Cecilia Inés s/autorización. 30/11/2012, Cita Online:
AR/JUR/69348/2012). Si bien no caben dudas respecto de que la prueba idónea habría
sido que el perito se pronuncie sobre el tema, habiendo resuelto la procedencia de la
indemnización, encontramos razonable el parámetro adoptado por la sentenciante.”
En consecuencia, habiéndose acompañado oportunamente el cedulón
con la valuación fiscal del inmueble (escrito 01/07/2020), la referida
cuantificación no ofrece la menor dificultad.
Finalmente, cabe acotar que el cedulón actual (que se acompaña a esta
presentación) muestra una deuda tributaria con Rentas de la Provincia de más
de $150.000,00 con lo que se evidencia, aún más, la taimada conducta de los
demandados, incapaces siquiera de abonar los impuestos del inmueble que
ilícitamente se encuentran ocupando.

Conclusión.

En consecuencia, habiendo probado el actor acabadamente: a) el dominio


y el título de la propiedad en debate; b) el despojo practicado por los
demandados y c) encontrándose reconocida explícitamente la conservación
actual de la posesión ilegítima y al no haber los demandados probado, en modo
alguno, posesión veinteañal, ni título alguno que justifique derecho a la misma a
V.S. solicito:
I) Tenga por contestado el traslado corrido debiendo reservarse en
secretaria hasta el decreto de autos (art. 505 CPCC)
II) Corra traslado a los demandados para que aleguen de bien probado.
III) Oportunamente, haga lugar a la reivindicación impetrada ordenando la
inmediata restitución del inmueble a su legítimo propietario condenándolos a la
desocupación de la vivienda de que se trata.
IV) Condene a los demandados a la indemnización por la pérdida de valor
de uso reclamada cuantificando la misma en el modo precedentemente
descripto.
Todo con costas.
SERÁ JUSTICIA.

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