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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Universidad Nororiental Privada Gran Mariscal de Ayacucho
Escuela de Derecho
Sede Anaco

LA USUCAPIÓN
Docente: Bachilleres:
Abg. Belén Bastardo Génesis Morales

Ángel Olivero

Anaco 22 de Mayo de 2023

LA USUCAPION
La usucapión, también llamada prescripción adquisitiva o positiva, es un modo de adquirir
la propiedad y los demás derechos reales por la posesión continuada en el tiempo con los
requisitos establecidos por la ley.

PREESCRIPCION EXTINTIVA

Modo de extinción de derechos que tiene lugar cuando el transcurso del tiempo produce la
pérdida del ejercicio de los derechos o facultades para su titular, pues razones de buena fe y
seguridad jurídica determinan la necesidad de marcar un límite temporal al ejercicio de un
derecho que permanece inactivo.

PREESCRIPCION ADQUISITIVA

La prescripción adquisitiva de dominio o usucapión es una forma de adquirir la propiedad


de bienes muebles e inmuebles por el transcurso del tiempo y cumpliendo determinados
requisitos exigidos en la Ley. El fundamento de la prescripción adquisitiva reposa en un
principio de puro derecho.

DIFERENCIAS ENTRE PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA Y EXTINTIVA


La prescripción adquisitiva y la extintiva son diferentes instituciones en derecho. La
segunda es una fórmula para la extinción de las acciones ligadas a unos derechos de
contenido patrimonial. Se dan por la inactividad de quien es el acreedor y el paso del
tiempo. A esta fórmula se la conoce también como prescripción liberatoria. En cuanto a la
prescripción adquisitiva se trata de la forma de adquirir una propiedad de un o unos bienes,
por la posesión de los mismos durante un tiempo. Siempre que se den una serie de
requisitos que marca la Ley.
OBJETIVO DE LA USUCAPION O PRESCRIPCIÓN:
Según lo establecido en el artículo 1.959 del Código Civil, la prescripción no tiene efecto
con respecto a las cosas que no son comercio. Implica la consolidación de un estado de
hecho, correspondiente al contenido de un derecho, a lo largo del tiempo. Es necesario
comprender que los posibles derechos reales son, como regla general, susceptibles de ser
adquiridos.
CÁLCULOS DE TÉRMINO ÚTIL PARA USUCAPIR:
La receta se cuenta por días completos y no por horas y se consume al final del último día
del plazo, establecido en los artículos 1.975 y 1.976 del Código Civil. En el caso de
prescripción adquisitiva, no comenzará a correr hasta el día en que comenzó la posesión
con todos los requisitos exigidos por la Ley.
Causas que impiden, suspenden e interrumpen la prescripción.
Causas que previenen el usucapion:
Suspensión de prescripción:
Interrupción de prescripción:
Interrupción Natural
Interrupción Civil.
CAUSAS QUE IMPIDEN, SUSPENDEN O INTERRUMPEN LA USUCAPION
 Que el demandado no hubiese contestado la demanda dentro de la oportunidad legal
correspondiente.
 Que no ejerciera su derecho de promover pruebas dentro del lapso legal respectivo.
 Que la pretensión de la actora no sea contraria a derecho.
La Prescripción Veintenal

Que supone la posesión legítima del derecho correspondiente durante un lapso de veinte
años. Se debe entender como posesión legítima aquella que cumple con los requisitos
establecidos en el artículo 772 del Código Civil "cuando es continúa, no interrumpida,
pacífica, no equívoca y con intención de tener la cosa como suya propia".

La Prescripción Decenal

También llamada Abreviada, que supone la posesión legítima del derecho correspondiente
y la buena fe del poseedor, unida al transcurso del tiempo (diez años) y a las condiciones
preceptuadas en el artículo 1.979 del Código Civil.

Efectos del Derecho real de usucapión

En cuanto a los efectos de la usucapión podemos distinguir tres efectos:


+ Adquisición de la propiedad

El usucapiente se convierte en propietario lo mismo que era el titular anterior, tendrá lugar
cuando se den todos los requisitos.

+ Eficacia retroactiva de la sentencia de usucapión

La sentencia tiene eficacia retroactiva, es decir, una vez que la sentencia declare la
usucapión ganada, se considera que el usucapiente ha sido propietario desde que se inició la
posesión.

+ Posibilidad de renuncia de la usucapión adquirida

En tercer lugar, se establece también la posibilidad de renunciar a la usucapión adquirida.


Pueden renunciar conforme al artículo 1935 del Código Civil las personas que puedan
enajenar la cosa. Esta renuncia puede ser expresa o tácita. Lo único que está prohibido es el
poder renunciar sobre una usucapión futura, por la lógica razón de que para que empiece la
usucapión es necesario el poseer.
Para cerrar el tema, recordar únicamente que en materia de usucapión nuestro Código Civil
hace una regulación exhaustiva del mismo, donde se encuentra todo lo concerniente a la
regulación de la figura jurídica de la usucapión.

Artículo 1952 del Código Civil:

«La prescripción es un medio de adquirir un derecho o de libertarse de una obligación, por


el tiempo y bajo las demás condiciones; determinadas por la Ley.»

“Entiéndese por justo título el que legalmente baste para transferir el dominio o derecho
real de cuya prescripción se trate.”

SALA DE CASACIÓN CIVIL


Exp. 2010-000573
 
Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ
 

         En el juicio por prescripción adquisiti va intentado ante el Juzgado


Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercanti l y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas por la
ciudadana  JOSEFINA TOLEDO DE TOVAR , representada judicialmente por los
abogados en ejercicio de su profesión Jorge Bazó Targa, Antonio Brando, Carlos
Luís Peti t, Irving Laurel, Miguel Ángel Galíndez, Mario Brando, Federica Alcalá y
Luís Rodolfo Herrera contra la ciudadana  MARÍA DE LOURDES MATA HEUER ,
patrocinada judicialmente por los profesionales del derecho Rene Plaz Bruzual,
Oswaldo Anzola Pérez, Enrique Alfonso, Francisco Javier Utrera, Elvira Dupouy,
Ignacio Hellmund, Eduardo Michelena, Pedro Uriola, Santos Michelena y Luís
Orti z Álvarez; el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercanti l y del Tránsito
de la misma Circunscripción Judicial, conociendo en reenvío,  en fecha 14 de julio
de 2010, profi rió decisión mediante la cual declaró sin lugar el recurso procesal
de apelación interpuesto por la demandada contra la sentencia proferida en
fecha 31 de marzo de 2008   por el Juzgado a quo, que declaró con lugar la
demanda y, por vía de consecuencia, confi rmó la decisión apelada y condenó a
la  demandada  al pago de  las costas procesales.
Contra el precitado fallo, la demandada anunció recurso de casación, el
cual fue admiti do y formalizado. Hubo impugnación, réplica y contrarréplica.

Concluida la sustanciación del recurso de casación,  la


Sala  pasa a dictar su máxima decisión procesal bajo la ponencia
del Magistrado que con tal carácter la suscribe, lo cual hace
previas las siguientes consideraciones:

DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


I

Con fundamento en el ordinal 1º) del artí culo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artí culos 15, 206, 208, 211 y
691  eiusdem, sin señalarse cual es el error o moti vo de casación en que se
fundamenta la delación.

La recurrente alega:
“…No aparece de los autos que junto con ese libelo se hubiese
consignado el informe del Registrador con la Certi fi cación exigida
en la parte fi nal del artí culo 691 del Código de Procedimiento
Civil, pues, aunque en diligencia al folio 4 se dice que la
acompañan, lo cierto es que no se encuentra allí.
(…Omissis…)
Es, pues, indispensable, siguiendo esa doctrina en condición de
presupuesto de admisibilidad de una demanda por prescripción
adquisiti va, la presentación con el libelo del recaudo en
referencia, en razón de lo cual no debió ocurrir en modo alguno
la admisión mencionada, y el sentenciador de la recurrida   estaba
en la obligación de corregir el vicio, reponiendo la causa al
estado de admisión, lo cual omiti ó.
Por otra parte, tampoco con la posterior reforma de la demanda,
se produjo la imprescindible presentación en copia certi fi cada
del documento de propiedad de la parte demandada, del  “tí tulo
respecti vo” , pues lo que aparece a los folios 81 a 90, es una
reproducción fotostáti ca simple. Ello, se insiste, en relación con
requisitos formales esenciales del procedimiento, no subsanables
ni aun con el consenti miento de las partes, pues el
mencionado  artí culo 691 exige taxati vamente al demandante
presentar el recaudo en copia certi fi cada.
Por consiguiente, infringió la recurrida las normas denunciadas
en tanto en cuanto no advirti ó la falta radical consti tuida por la
citada irregular admisión de la demanda y no corrigió el vicio en
referencia, en la forma indicada…” (Resaltado, subrayado y
cursivas del texto transcrito).
 

Acusa la formalizante, sin señalar cual es el vicio de forma   en el cual


incurrió, que la recurrida infringió el artí culo 691, con base a que, en su decir, la
demanda no debió ser admiti da, por cuanto la accionante no acompañó a la
misma ni a su reforma, la documentación requerida para la admisibilidad de una
de la especie por lo que el  ad quem ha debido corregir el vicio, ordenando la
reposición de la causa.

Para decidir, la Sala observa:

La denuncia que se informa en este capítulo, resulta confusa por cuanto,


aun cuando se alega que:  “…no debió ocurrir en modo alguno la admisión
mencionada, y el sentenciador de la recurrida estaba en la obligación de corregir
el vicio, reponiendo la causa al estado de admisión, lo cual omiti ó…”    no
enti ende esta Máxima Jurisdicción Civil, si lo pretendido por la recurrente fue
denunciar una reposición preterida o una incongruencia negati va, ya que no
explica si solicitó en alguna oportunidad del  iter del proceso la reposición de la
causa por haber ocurrido una subversión procesal, o si habiendo realizado la
peti ción en informes ante el superior, este no proveyó sobre tal solicitud.

Ahora bien, el artí culo 691 del Código de Procedimiento Civil, prevé:
“La demanda deberá proponerse contra todas aquellas personas
que aparezcan en la respecti va Ofi cina de Registro como
propietarias o ti tulares de cualquier derecho real sobre el
inmueble. Con la demanda deberá presentarse una certi fi cación
del Registrador en la cual conste el nombre, apellido y domicilio
de tales personas, y copia certi fi cada del tí tulo respecti vo”
 

De la lectura realizada a la norma transcrita advierte la Sala que, ella


establece obligaciones para quien pretenda incoar una demanda por prescripción
adquisiti va, señalando que el incumplimiento de alguna de ellas conlleve a
inadmiti rla vale decir, la norma no le señala a los jueces acatamiento de algún
precepto por el que deban, ante la ausencia de alguno de los requisitos por ella
indicados, declarar inadmisible la demanda  in limine liti s.

Por otra parte, resulta perti nente acotar que, revisadas las actas
procesales, encuentra esta Máxima Jurisdicción Civil que a los folios setenta y
cinco (75) y setenta y seis (76) de la pieza No. 1 del expediente, cursa un
documento de fecha 13 de septi embre de 1996 emanado de la Ofi cina Subalterna
del Tercer Circuito de Registro del Distrito Sucre del estado Miranda que
conti ene la Certi fi cación de Gravámenes correspondiente al inmueble
controverti do y en el que se señala como propietaria del mismo a la demandada
de autos, María de Lourdes Mata Heder; asimismo a los folios setenta y siete
(77) al ochenta y cinco (85) de la misma pieza corre documento de parti ción
amigable de herencia, en el que se le adjudica a la demandada el referido bien.  
Constatación que, fulmina la afi rmación hecha por la formalizante ya que, las
instrumentales revisadas y consignadas en autos por la demandante, llenan lo
requerido por la norma denunciada para incoar la demanda de prescripción
adquisiti va.

En el sub iudice , observa esta Sala de Casación Civil que, aun cuando
invoca la infracción del artí culo 15 del Código de Procedimiento Civil, la
formalizante no expresó de que forma le fue menoscabado su derecho a la
defensa, ya que lo que presuntamente arguye es la falta de presentación de la
copia certi fi cada del documento que demuestre la propiedad del inmueble
objeto del juicio, hecho que ha quedado demostrado en las actas procesales, ya
por declaración de la propia demandada, ya por documentos cursantes en actas.
Igualmente, se advierte que la recurrente no realiza fundamentación alguna que
apoye su acusación, sólo señala los artí culos que pretende violados por la
alzada.
De manera que al no estar debida y sufi cientemente fundamentada la
delación bajo análisis, no le corresponde a esta Sala escudriñar cual fue la
intención de la formalizante al exponerla; de igual forma se advierte que en
ningún otro acto del  iter procesal, enti éndase contestación de la demanda e
informes ante ambas instancias jurisdiccionales, la recurrente acusó el presunto
vicio que hoy alega ante esta sede de casación, hecho del que debió haberse
percatado al inicio del juicio.

Con base a las consideraciones precedentemente expuestas, dada la


sucinta fundamentación de la presente denuncia y evidenciado que no se
produjo la infracción de los artí culos 15, 206, 208 y 211 del Código de
Procedimiento Civil, se declara improcedente la delación analizada. Así se
decide.

II

Con fundamento en el ordinal 1°) del artí culo 313 del Código de
Procedimiento Civil, la recurrente denuncia la infracción de los artí culos 206,
208, 231 y 692  eiusdem por quebrantamiento de formas esenciales del proceso,
lo que hace con las siguientes alegaciones:
“…En efecto, por auto de fecha 13-10-04 cursante al folio 428, se
ordenó la publicación del edicto ordenado en el artí culo 692
citado, cuyas publicaciones fueron consignadas en autos en
actuación del 15-12-04 (folio 467) y cursan en número de trece
(13) a los folios del 468 al 480, ambos inclusive, respecto de las
cuales concurren dos circunstancias que afectan de nulidad lo así
actuado.
En efecto, el caso es que aparecen consignados sólo trece
ejemplares de periódicos (folios 468 al 480), esto es, 13
publicaciones del edicto, mientras que para cumplir con la
prescripción del artí culo 231 citado –dos veces por semana
durante sesenta días- tendrían que haberse publicado y
consignado 16 ejemplares de los diarios respecti vos. Al respecto,
la recurrida se limita a reseñar en forma genérica, que en autos
consta diligencia de fecha 15-12-04 donde  “…la parte accionante
consignó los edictos librados…”.
(…Omissis…)
De acuerdo con lo expuesto, concluyo señalando que en atención
a las citadas irregularidades relacionadas con el edicto, el
sentenciador de las recurridas incumplió con la obligación de  
corregirlas según las previsiones de los artí culos 206 y 208 del
Código de Procedimiento Civil, con lo cual su fallo resulta
afectado de nulidad.  (Cursivas del texto transcrito).
 

Acusa la formalizante que la demandante no cumplió con el requerimiento


de la publicación de los edictos que ordena, en los casos de juicios como el de la
especie, el artí culo 692 del Código de Procedimiento Civil, ya que, según la
demandada, sólo se publicaron trece (13) y debieron publicarse diez y seis (16).

Para decidir, la Sala observa:

La recurrente alega que fueron incumplidos aspectos importantes del


proceso, tal y como lo es la publicación de los edictos cuyo fi n es el de permiti r a
aquellos terceros que pudieran tener algún interés sobre el inmueble
controverti do, tomar conocimiento sobre el liti gio y que ello infringe los
artí culos 692 y 231 del Código de Procedimiento Civil y que al estar presentes las
referidas irregularidades el  ad quem debió corregirlas y al no hacerlo infringió
los artí culo 206 y 208  eiusdem.

Ahora bien, la Sala realizó una detenida revisión de las actas procesales y
pudo evidenciar que a los folios 217 a 230 y 254 a 260 de la primera pieza del
expediente, cursan ejemplares de los diarios Últi mas Noti cias y El Universal
contenti vos de los referidos edictos y a mayor abundamiento y en razón de las
alegaciones de la formalizante, fueron consignadas con el escrito de
contrarréplica cuatro (4) copias   de las publicaciones de los edictos en cuesti ón,
certi fi cadas por la ciudadana Carmen Cecilia Sulbarán, en su carácter de
Directora de la Colección de Publicaciones Seriadas del Insti tuto Autónomo
Biblioteca Nacional y de Servicios de Bibliotecas. Esta constatación conlleva a
esta Máxima Jurisdicción Civil a determinar que resulta incierta la afi rmación
hecha por la recurrente.
Aunado a lo antes expuesto, se advierte que en el escrito de réplica la
formalizante pretende complementar su delación argumentando que existen
otras irregularidades en las publicaciones en comentario, dichos que no pueden
ser apreciados por esta Sala en razón de haber sido expuestos
extemporáneamente, vale decir, vencido el lapso úti l para la formalización.
Disti nto hubiese sido si esa acusación se hubiere planteado en el escrito de
formalización o en una ampliación pero durante los cuarenta días que la ley
otorga para que se realicen las dichas alegaciones.

Asimismo, debe esta Máxima Jurisdicción Civil destacar que la recurrente


no realiza una sati sfactoria fundamentación que permita a los Magistrados
integrantes de esta Sala entender el senti do y alcance de la denuncia, pues de
ninguna manera explica como y porqué afi rma que la alzada infringió las normas
acusadas como violadas.

Con base a los razonamientos precedentes, que demuestran que no se


produjo la infracción de los artí culos 206, 208, 231 y 692 del Código de
Procedimiento Civil, la Sala declara improcedente la presente denuncia.

III

Con fundamento en el ordinal 1°) del artí culo 313 del Código de
Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artí culos 12 y 243 ordinal
5°)  eiusdem por incongruencia.

Para apoyar su delación la recurrente alega:


“…En efecto, la recurrida establece como cuesti ón en defi niti va
de primer orden o relevancia respecto del dispositi vo fi nal en
que declara adquirida por prescripción la propiedad del inmueble
a que e refi ere lo siguiente:
(…Omissis…)
Sin embargo, es el caso que ese planteamiento de haberse
consumado la prescripción frente a la causante de la demanda,
Luisa Heuer de Dominici, no aparece expuesto como tal en el
libelo de la demanda, de modo que al establecer su procedencia
de la forma incluida en los párrafos transcritos, se apartó el
sentenciador de lo alegado en la oportunidad hábil para ello y
devino en incongruente respecto de los planteamientos de la
demanda, no ajustándose con ello a lo alegado y probado en los
autos y supliendo argumentos de hecho a la parte actora,
infringiendo con ellos los artí culos 12 y 243, ordinal 5°,
denunciados.
 

Acusa la recurrente que la demandante no realizó en su demanda el


planteamiento referente a que se habría consumado la prescripción adquisiti va
contra la ciudadana Luisa Heuer de Dominici, madre de la actual propietaria del
inmueble en liti gio y, sin embargo, el  ad quem así lo declaró, apartándose con
esa conducta, de lo alegado y probado en autos.

Para decidir, la Sala observa:

La alzada en su sentencia expresó:


“…Así, se puede concluir que el objeto de dicha excepción es
proteger aquellas personas a quienes no se le puede imputar en
modo alguno dicha negligencia para dar lugar a la declaratoria de
la prescripción adquisiti va en su contra, por cuanto no son
capaces de defender sus derechos por sí mismas.
De tal manera, quien aquí decide debe verifi car si en el caso
objeto de análisis se encuentran llenos los requisitos de
procedencia con respecto a la excepción alegada,
desprendiéndose de autos, que es un hecho admiti do por las
partes la existencia de la defi ciencia en cuanto a la capacidad de
la parte demandada, es decir, la existencia de una defi ciencia
mental que produjo la interdicción de la ciudadana MARÍA DE
LOURDES MATA HEUR, lo que se desprende de los fallos ya
valorados por la esta alzada, proferidos por los Juzgado Primero
de Primera Instancia en lo Civil del Distrito Federal y de la Corte
Superior en lo Civil y Mercanti l del Distrito Federal, en fechas 21
de julio y 1 de octubre de 1947, respecti vamente, por lo que
debe este  ad quem   analizar si efecti vamente el ti empo que alega
la actora haber tenido la posesión legíti ma del inmueble de
marras, se produjo antes de que la entredicha demanda pasara a
ser la propietaria del referido inmueble, o si en su defecto, la
suspensión de dicho lapso de prescripción, incide en la
determinación de la ocurrencia de la prescripción pretendida.
En este senti do, se desprende de autos que la actora a los fi nes
de probar sus asertos, aportó al proceso diversos medios de
prueba, entre los cuales tenemos: a) Recibos de pago de servicios
públicos de aseo urbano, gas, teléfono, electricidad y agua,
prestados al inmueble mucha veces descrito,; b) Prueba de
informes emanados de la C.A. ELECTRICIDAD DE CARACAS,
HIDROCAPITAL y CANTV; c) Título supletorio evacuado en fecha 6
de noviembre de 1995, por ante el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en lo Civil, Mercanti l y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de caracas, d)
Testi moniales de los ciudadanos GUSTAVO LEÓN, JORGE BAZO,
GABRIEL AROCHA y JORGE IGNACIO BAPTISTA ZULUOGA, ya
analizados por este Tribunal y conteste en os siguientes hechos:
i) Que conocen de vista, trato y comunicación   a la parte actora
desde hace más de treinta (30) años. ii) Que la actora y su familia
residen en el inmueble en discusión. iii) Que han poseído de
forma pacífi ca, pública e ininterrumpida desde hace más de
treinta (30) años, un inmueble consti tuido por una parcela de
terreno disti nguida con el N° 22, situada en la manzana “F” de la
Av. Principal de la Urbanización la castellana, Parte Alta, Distrito
Sucre del Estado Miranda, (hoy Municipio Chacao). iv) Que con
dinero de su propio peculio, la actora construyó una vivienda
sobre el inmueble de marras, casa N° 84. E) Inspección judicial
evacuada por el Tribunal de la causa en el inmueble ya descrito,
donde se dejo constancia de las característi cas del inmueble y de
las personas que habitan e el mismo, medios de pruebas que
fueron valorados por este sentenciador y que le llevan a la
convicción de que la parte actora se encuentra en posesión del
inmueble objeto de la presente por más de veinte (20) años, que
es el ti empo necesario para usucapir.  Así se declara.
Fijado lo anterior, esta alzada pasa a considerar el alegato
esgrimido por la parte demandada, en lo ati nente al momento en
que la demanda entredicha pasó a ser propietaria del inmueble
objeto del presente proceso, a los fi nes de determinar el ti empo
que ti ene la parte actora poseyendo el inmueble legíti mamente.
En este senti do, la representación judicial de la parte demandada
alegó que la decisión recurrida no se encuentre ajustada a
derecho por cuanto esti mo que la demandada ostenta el carácter
de propietaria del inmueble desde el 4 de noviembre de 1993,
fecha en que quedó protocolizado el acuerdo de parti cipación
por ante la Ofi cina Subalterna del Tercer Circuito de Registro del
Distrito Sucre del estado, bajo el N° 26, Tomo 8, Protocolo
Primero, aduciendo que tal derecho no fue adquirido por su
patrocinada al momento de la parti cipación amistosa de la
ciudadana LUISA HEUER de DOMINICI, sino desde el momento en
que ocurrió el fallecimiento de su causante, es decir, desde la
muerte del de  cujus y no desde el momento en que se protocoliza
la parti cipación de la herencia, lo que determina que la
demandada es propietaria del inmueble desde el día 2 de abril de
1988, fecha de fallecimiento de la ciudadana LUISA HEUER de
DOMINICI.
(…Omissis…)
si bien es cierto que la sucesión se abre con la muerte del
de cujus, no lo es menos que la adquisición de los bienes objeto
de dicha sucesión ingresan al patrimonio de los herederos con
posterioridad, en la especie se evidencia que la adquisición de la
propiedad del bien inmueble objeto del presente liti gio se
produjo cuando se materializó la parti ción amistosa celebrada
entre los herederos de la causante LUISA HEUER DE DOMINICI,
presentada por ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia de
Familia y Menores de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, autenti cada en fecha 21 de junio de
1993 por ante la Notaria Pública Trigésima Segunda de Caracas.
(…Omissis…)
Por lo que se puede concluir que desde el año 1953 hasta el 4 de
noviembre de 1993, momento en que la ciudadana MARIA DE
LOURDES MATA HEUER, adquirió la propiedad del inmueble había
transcurrido con creces más de los veinte (20 años) exigidos, en
el artí culo 1.977 del Código Civil para que se produzca la
prescripción adquisiti va de un inmueble, el cual operó contra la
causante ciudadana LUISA HEUER de DOMINICI, quien era la
ti tular del derecho de propiedad para el momento en que la
ciudadana JOSEFINA TOLEDO de TOVAR, tenía mas de veinte (20)
años ejerciendo la posesión legíti ma del referido inmueble,
siendo que para el momento en que la ciudadana MARIA DE
LOURDES MATA HEUER adquirió el inmueble objeto de la
controversia, ya se habían dado los supuestos fácti cos para que
se produjera la declaratoria de prescripción adquisiti va que aquí
se analiza, razón por la cual, este sentenciador determina que
por encontrarse llenos tales requisitos, resulta forzoso declarar
improcedente la excepción alegada por la representación judicial
de la parte demandada consagrada en el artí culo 1.965 del
Código Civil, Así se decide.
Por últi mo, debe resaltar quien aquí decide que la actora alegó
durante la secuela procesal de este proceso que instauró su
pretensión contra la ciudadana MARIA DE LOURDES MATA HEUER,
por ser ésta quien aparecía como propietaria en la certi fi cación
de gravamen allegada al proceso con el escrito de reforma de
demanda, pese a que la misma había sido declarada entredicha
desde el año 1947, conforme a sentencias proferidas por el
Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil del Distrito
Federal y de la Corte Superior en lo Civil y Mercanti l del Distrito
Federal, en fechas 21 y 1 de octubre de 1947, valoradas
oportunamente.
(…Omissis…)
Al hilo del criterio anterior asentado por nuestro Máximo
Tribunal, es evidente que la demanda fue correctamente
interpuesta contra la persona que aparecía como propietaria del
inmueble cuya prescripción o usucapión se pretende, en este
caso, contra la ciudadana MARIA DE LOURDES MATA HEUER, ya
que como se expresó precedentemente, el lapso correspondiente
a la prescripción corrió contra la causante de la demandada, por
lo que la suspensión de dicho lapso conforme a lo establecido en
el artí culo 1.965 del Código Civil como quedó explanado resulta
inaplicable, Así se declara. Igualmente, se desprende de autos
que la parte demandada señaló que a la parte actora no le era
aplicable la previsión contenida en el artí culo 1.966 eiusdem,
que es del tenor siguiente:
(…Omissis…)
Al respecto, comparte esta alzada el criterio esgrimido por el a
quo en lo ati nente a que la parte demandada incurrió en una
confesión espontánea conforme lo dispone el artí culo 1.401 del
Código Civil, y en lo que respecta a los elementos facti cos
relacionados con la existencia del inmueble y a la ocupación o
posesión del mismo, al expresar en su informe presentado en
primera instancia (f. 398) lo siguiente:…”
 

Ahora bien, los artí culos 12 y 243 ordinal 5°) del Código de Procedimiento
Civil, ordenan a los jueces a decidir conforme a lo alegado y probado en autos
por los liti gantes. En un proceso donde la pretensión del demandante sea la
prescripción adquisiti va sobre un inmueble, debe el juez, siempre acatando los
preceptos señalados  supra, ahondar en el elemento ti empo de ejercicio de la
posesión por parte el demandante, ya que ese es el factor determinante para
que se acuerde la procedencia de la prescripción adquisiti va.

En el caso bajo decisión, encuentra la Sala que, efecti vamente, lo


controverti do es si realmente la accionante ha ocupado el bien objeto del liti gio
durante el ti empo sufi ciente (20 años) para acceder al derecho a accionar y
usucapir el mismo, vale decir, que lo discuti do no es quien es el propietario del
inmueble, sino si la demandante ti ene o no apti tud para proponer esa demanda.

De lo trascrito del texto de la recurrida se advierte, que se accionó


peti cionando la prescripción adquisiti va sobre el inmueble determinado en la
demanda, para lo que se aportaron las pruebas que se consideraron perti nentes,
sobre las que el jurisdicente del conocimiento jerárquico verti cal realizó su
análisis, concluyendo que, efecti vamente, la demandante demostró que ha
permanecido por más de veinte (20) años ejerciendo la posesión sobre el
inmueble en comentario que, en opinión del  ad quem, es el hecho relevante para
acordar lo peti cionado, no así quien pudiera detentar la propiedad del bien en
controversia durante el transcurso de ese ti empo y, por vía de consecuencia,
esti mó procedente acordar lo solicitado.

Como conclusión de lo expresado, la Sala determina que la alzada decidió


conforme a lo consignado en autos, ya que de ninguna manera suplió
argumentos a la accionante ya que se ajustó a lo demandado y resolvió,
habiendo evidenciado que así sucedió, que el ti empo necesario para prescribir
había transcurrido y, por ende, así lo declaró.

Por todo lo expuesto debe establecer esta Sala que no se produjo la


infracción de los artí culos 12 y 243 ordinal 5°) denunciados y en tal razón se
declara improcedente la denuncia. Así se decide.

IV
Con apoyo en el ordinal 1°) del artí culo 313 del Código de Procedimiento
Civil se denuncia la infracción de los artí culos 12 y 243 ordinal 5°)  eiusdem por
no emiti rse la decisión conforme a lo alegado y probado en autos. Como
fundamento de sus alegaciones la formalizante acusa:
“…El sentenciador de la recurrida, en un claro caso de
incongruencia positi va, tergiversa los términos de la liti s de
modo que introduce en ellos un elemento determinante para la
decisión de con lugar la demanda, consistente en su categoría
afi rmación     de que las partes están “ contestes ” en que la
demandante ejercicio sobre el inmueble de autos una ocupación
con clasifi cación de “ posesión legíti ma ”.
(…Omissis…)
En consecuencia, visto el señalado defecto formal de la
recurrida, solicito se declare con lugar la presente denuncia, con
los pronunciamientos perti nentes…”

Acusa la formalizante que la alzada incurre en incongruencia positi va ya


que tergiversó los términos de la  liti s,  estableciendo que la accionada habría
aceptado que la demandante ejerció la posesión legíti ma sobre el inmueble al
haber confesado este hecho en la contestación de la demanda y en los informes.

Ahora bien, esti ma la Sala perti nente   transcribir la parte que corresponda
de la recurrida en la que se resuelve sobre el punto:
“…Al respecto, comparte esta alzada el criterio esgrimido por
el a quo en lo ati nente a que la parte demandada incurrió en una
confesión espontánea conforme lo dispone el artí culo 1.401 del
Código Civil, y en lo que respecta a los elementos fácti cos
relacionados con la existencia del inmueble y la ocupación o
posesión del mismo, al expresar en su informe presentado en
primera instancia (f,398) lo siguiente: …”

Esto fue lo dicho por la recurrida y que interpretó de lo expresado por la


demandada en la oportunidad de dar contestación a la demanda, cuando
manifestó:
“…En el momento de dar contestación al fondo de la demanda,
nuestros argumentos no estuvieron en ningún momento a
desvirtuar elementos fácti cos como la existencia del inmueble, el
hecho de su ocupación por parte de la demandante o el hecho de
hubiere obrado de buena fe o de que hubiere pagado o no los
servicios inherentes a la ocupación del inmueble. En realidad
ciudadano Juez, tal como puede constatar de los autos, se trata
de un juicio muy peculiar, aún considerando los peculiares que
suelen ser los juicios sobre usucapión, pues se trata de que los
elementos que impiden que ésta ocurra son, esencialmente,
elementos de objeti vos basados en excepciones legales. En
efecto, no se trata de decidir si la demandante efecti vamente
ocupó o no el inmueble, ya que tales hechos nunca los
controverti mos, por lo que el despliegue probatorio efectuado es
francamente inofi cioso, si no que se trata de determinar la
veracidad de la excepción invocada en la defensa…”.

La formalizante endilga a la recurrida haber establecido categóricamente


que la accionada habría reconocido que la demandante ejercía la posesión
legíti ma sobre el inmueble objeto del juicio. Esto es incierto y así ha quedado
evidenciado de los párrafos trascritos, ya que lo que determinó el  ad quem,
confi rmando lo aseverado por el  a quo, fue la confesión de la demandada en
cuanto a la existencia del inmueble y que el mismo estaba en posesión de la
demandante.

Con base a los razonamientos que preceden y evidenciado que no incurrió


la alzada en la incongruencia acusada y por ende no se produjo la infracción de
los artí culos 12 y 243 ordinal 5°) del Código de Procedimiento Civil, se declara
improcedente la presente denuncia. Así se establece.

DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY

Con fundamento en el ordinal 2°) del artí culo 313 del Código de
Procedimiento Civil en concordancia con el artí culo 320  eiusdem se denuncia la
infracción de los artí culos 507 y 509  ibidem por silencio de pruebas.
Para apoyar su delación la recurrente alega:
“…Es el caso que ese Título Supletorio, que cursa al folio 51, en
su solicitud suscrita por la demandante y asisti da de abogado, se
expresa sobre la “Parcela de Terreno N° 22”, que es el inmueble
cuya posesión legíti ma se alega y respecto de la que pretende
usucapión, lo siguiente:
“La Parcela de Terreno N° 22 de la Manzana letra “F”, se
encuentra comprendida dentro de los linderos y medidas
siguientes:
NORTE: En CINCUENTA METROS (50Mts) de extensión con la
parcela N° 23 de la Manzana Letra “F”; SUR: En En CINCUENTA
METROS (50Mts) de extensión con la parcela N° 21 de la Manzana
Letra “F”, perteneciente al vendedor …(omissis)… y por el OESTE:
En veinte metros (20Mts) de extensión con la Avenida
Mohedano .”
Pero puede observarse que sobre ese contenido absolutamente
nada expone la recurrida, siendo el caso que se trata de
expresiones de muy relevante importancia en cuanto contradicen
seriamente las afi rmaciones de la recurrida en el senti do de que
el inmueble al que se contrae la acción y sobre el que se declara
la adquisión por prescripción, ti ene unas medidas
completamente disti ntas y da su frente, por el lindero Oeste, a la
Avenida Mohedano; lo cual implica, necesariamente, que no se
trata de un mismo y único inmueble.
Al silenciar de ese modo el indicado contenido de la prueba, no
aplica el sentenciador las reglas de la sana críti ca ni la juzga
adecuadamente como imponen al respecto los artí culos 507 y
509 denunciados, en un aspecto determinante para los
dispositi vos fi nales del fallo, por cuanto de haberlos analizados y
juzgado aplicando como debió esas normas, en relación con las
restantes pruebas y razonamientos que expone, tendría que
haberse pronunciado sobre ellas en su conjunto, en su
concordancia y convergencia entre sí, tomando en cuenta esa
insalvable contradicción, que afecta nada menos que la cuesti ón
central del asunto y a las probanzas que apoyan las conclusiones
fi nales….”.
 

Para decidir, la Sala observa:


Delata la recurrente un presunto silencio de prueba en que incurrió la
alzada, pero de la lectura del texto de la denuncia no le es posible a la Sala
discernir porqué y como se produjo la infracción, ya que sólo expresa el texto
señalado que el juez superior del conocimiento no expuso  “…nada la recurrida,
siendo el caso que se trata de expresiones de muy relevante importancia en
cuanto contradicen seriamente las afi rmaciones de la recurrida en el senti do de
que el inmueble a que se contrae la acción y sobre el que se declara la
adquisición por prescripción, ti ene unas medidas completamente disti ntas…”  

De una detenida lectura de la delación cuyo texto integro la Sala esti mó


perti nente transcribir, resulta evidente la defi ciencia manifi esta en la
conformación del documento en comentario. En este senti do, esta Máxima
Jurisdicción Civil, no obstante la consideración que ha venido imponiendo como
parte de la doctrina fl exibilista apegada a los nuevos presupuestos de la
Consti tución de la República Bolivariana de Venezuela, contenidos en sus
artí culos 26 y 257, no puede extremar sus deberes para proceder a revisar los
escritos elaborados en forma confusa.

En este orden de ideas advierte la Sala que el recurrente al delatar la


supuesta falta de aplicación del artí culo 509 del Código de Procedimiento Civil,
lo hace en concordancia con el artí culo 320 del citado Código, no determina en
cuál de las infracciones contenidas en el referido artí culo habría incurrido el
sentenciador, situación ésta que al no verifi carse en el asunto bajo análisis, dado
que el recurrente no lo estableció en su delación, impide a la Sala realizar el
estudio de la denuncia, ya que no es de su competencia inferir la intención del
recurrente.

No habiendo demostrado el formalizante de que manera se produjo el


silencio de pruebas que acusa, en que consiste la contradicción en la que acusa
incurre la recurrida sobre  el tí tulo supletorio, en conclusión al no haber
explicado, sati sfactoriamente, el senti do de su delación, concluye la Sala que  la
presente denuncia debe desecharse por falta de fundamentación. Así se decide.
II

Con apoyo en el ordinal 2°) del artí culo 313 del Código de Procedimiento
Civil se denuncia la errónea interpretación del artí culo 937  eiusdem y la falsa
aplicación del artí culo 1.359 del Código Civil, lo que se argumenta de la siguiente
manera:
“…En efecto, dentro de su acápite sobre pruebas de la "LA PARTE
ACTORA", la recurrida expresa:
(…Omissis…)
Sobre lo cual insiste mas adelante al referirlo entre los
elementos de convicción en que sustenta el fallo.
De .ese modo, aun cuando menciona al respecto el artí culo 937
del Código de Procedimiento Civil y puesto que no ti ene éste
aplicabilidad alguna relati va a la cuesti ón probatoria, lo que hace
en realidad la recurrida es otorgar indebidamente al ti tulo
supletorio mencionado la plena fe que conforme al dispositi vo
del artí culo 1.359 del Código Civil, corresponde al instrumento
publico o auténti co, con lo cual incurre en falsa aplicación del
mismo.
Abundando en esto, agregamos: dado que en este aspecto la
sentencia solo menciona la presencia en autos, promovido por la
parte actora, de un “ti tulo supletorio declarado por el
juzgado…”; y puesto que sabemos que tal clase de tí tulos no son
otra cosa que unas actuaciones escritas donde se vierten
declaraciones de testi gos ante un tribunal y que éste entrega al
solicitante (936 y 937 CPC), lo que la recurrida aprecia en los
términos mencionados es el instrumento/documento en que
constan aquellas, esto es, se trata de pretender apreciar el
sentenciador una "prueba escrita" y otorgarle el valor que las
normas probatorias acuerdan a esa clase de pruebas.
(…Omissis…)
Cuando la recurrida dice apreciar como prueba el ti tulo
supletorio mencionado y lo cita entre los recaudos que establece
como relevantes a los fi nes de comprobar los alegatos de la
actora, todo ello con base en el arti culo 937 del Código de
Procedimiento Civil, interpreta erróneamente el contenido y
alcances de esa norma, en cuanto enti ende y establece
equivocadamente que tal tí tulo ti ene  per se, como recaudo
escrito, la apti tud probatoria en juicio contradictorio, que la ley
otorga a los instrumentos públicos, auténti cos o legalmente
reconocidos…” (Cursivas del texto transcrito).
 

Delata la recurrente que el  ad quem otorgó, indebidamente, fuerza y valor


de plena prueba que poseen los documentos públicos o auténti cos, conforme al
dispositi vo del artí culo 1.359 del Código Civil.

La recurrida en su parte perti nente y para apreciar el tí tulo supletorio


consignado en el juicio, expresó:
“…Título supletorio original expedido por el Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercanti l y del Transito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en
fecha 6 de noviembre de 1995, con respecto objeto de la
presente discusión judicial, emiti do a favor de la actora, el cual
consti tuye al ser adminiculado con el resto del material
probatorio aportado al proceso, especialmente la prueba
testi monial, inspección judicial evacuada y la prueba de
información ex arti culo 433 Código de Procedimiento Civil, una
presunción desvirtuable conforme al artí culo 1.399 del Código
Civil, respecto a la posesión que aduce la actora, quien construyo
unas bienhechurías sobre el inmueble objeto de la pretensión y
evacuado dicho justi fi cati vo a favor de la accionante conforme a
lo previsto en el arti culo 937 del Código de Procedimiento Civil,
quedando a salvo los derechos de terceros, declarando a los
ciudadanos Antonio Poleo y Pedro Lorca, que conocían a la
ciudadana Josefi na Toledo de Tovar desde hace muchos años,
quien ha venido ocupando y poseyendo desde el año 1.953 las
parcelas Nos. 21 y 22, situadas en la manzana "F", de la Av.
Principal de La Castellana (Parte Alta), realizando movimientos
de ti erra, instalaciones eléctricas y tuberías de aguas negras y
blancas, construyendo con dinero de su propio peculio una casa
con taller y garaje identi fi cada con el No. 84, la cual le sirve de
vivienda (f. 51 al 58),  Así se declara .
 

Para decidir, la Sala observa:

La errónea interpretación se produce en los casos en los que el juez


escoge acertadamente la norma a cuyo contenido se adapta la situación de
hecho, pero al interpretarla hace deducir de ella consecuencias que la misma no
prevé.

En el sub iudice , lo impugnado es la manera como el  ad quem apreció el


tí tulo supletorio consignado en autos y el que sirvió, entre otras pruebas, de
apoyo a la decisión favorable a la demandante. Ahora bien, el juez superior del
conocimiento jerárquico verti cal al analizar las probanzas consignadas a los
autos, tal como se constata en el trascrito realizado  supra, expresó que el tí tulo
supletorio se había  “…evacuado dicho justi fi cati vo a favor de la accionante
conforme a lo previsto en el artí culo 937 del Código de Procedimiento Civil,
quedando a salvo los derechos de terceros…” , en consecuencia, no enti ende la
Sala que con esta manifestación la Alzada haya hecho derivar de la norma
denunciada como infringida, consecuencias que ella no prevé.

La formalizante alega la infracción por falsa aplicación del artí culo 1.359
del Código Civil sin que, realmente, haya realizado una debida fundamentación
sobre de que manera se incurrió en la referida violación; pero de la lectura
realizada por la Sala sobre la recurrida no es posible establecer como cierta la
delación de la recurrente ya que, de ninguna manera, la forma en que el  ad
quem apreció la referida probanza no otorgó tal cualidad al referido tí tulo
supletorio.

Con base a las precedentes consideraciones que han evidenciado que no


fueron infringidos por la recurrida, los artí culos 937 del Código de
Procedimiento Civil y 1.359 del Código Civil, esta Máxima Jurisdicción Civil
declara improcedente la denuncia analizada. Así se decide.

III

Con fundamento en el ordinal 2°) del artículo 313 del Código de


Procedimiento Civil se denuncia la infracción, por errónea interpretación,
de los artículos 1.965 y 1.966 del Código Civil, con la siguiente
argumentación:
“…En criterio de la recurrida, la excepción contemplada en
el ordinal 1° del articulo 1.965 del Código Civil, en el
sentido de que no corre la prescripción contra quienes, como
la demandada, se encuentran en estado de interdicción, no es
aplicable en el caso de autos, pues tal estado carece de
relevancia en razón de que la prescripción alegada se habría
consumado en contra de su causante.
También para la recurrida, resultan inaplicables en el caso,
por la misma razón, las consecuencias que implica la norma
del artículo 1.966 del Código Civil, en el sentido de que, en
cuanto a la prescripción adquisitiva de 29 años, solamente
quedan fuera de la citada excepción, vale decir, no tiene
efectos esta frente a ellos, quienes califiquen como "tercer
poseedor del inmueble o de un derecho real sobre el
inmueble” cuales no se cuenta la actora.
Ahora bien, sostenemos en contra de esos criterios, que las
normas en referencia tienen aplicación absoluta, pues tienen
de suyo un carácter eminentemente excepcional y restrictivo,
habida cuenta del fin de protección al incapacitado que
persiguen.
Como se indicaba por nuestra parte ante las instancias, estas
normas, por tratarse de la regulación de supuestos de hecho
de carácter excepcional que, según se den en la vida real
implican la desaplicación de la norma general que permite
adquirir por prescripción, no son extensibles a supuestos
como el de autos, en el cual, no se trata por definición ni de
un tercer poseedor ni del titular de un derecho real sobre el
inmueble, quienes si podrían acogerse a la exclusión de
efectos que autoriza el citado articulo 1.966, sino de alguien
que se pretende poseedor legitimo y quien, en consecuencia,
no puede sustraerse alas consecuencias de la excepción
contemplada en el ordinal 1° del articulo 1.965. Todo ello en
virtud de lo que el legislador ha considerado oportuno decidir
en materia de los conflictos de intereses involucrados en este
tipo de situaciones, cuya decisión no es posible que sea
soslayada por el intérprete.
 

Acusa la recurrente que la alzada erró en la interpretación de los


artículos señalados en razón de que, en su decir, consideró que no era
aplicable al caso la excepción referente a que el lapso de prescripción no
podría haberse consumado en contra de la demandada.
La recurrida en sobre el asunto de la excepción en referencia y que
fuera opuesta, estableció:
“…Ahora bien, se observa que la norma in comento consagra
dos supuestos, para la no aplicación de las causales de
impedimento para que se consume la prescripción ex artículo
1965, empero, las mismas no operan en el sub lite por cuanto
el lapso necesario para que la prescripción adquisitiva del
inmueble objeto de este debate judicial, se produjo contra la
ciudadana LUISA HEUER de DOMINICI, causante de la hoy
demandada ciudadana MARÍA DE LOURDES MATA
HEUER, es decir, se produjo antes de la adquisición por
parte de la demandada entredicha del mencionado inmueble,
amén de que quien suscribe este considera que dentro del
tercero poseedor a que se refiere, dicha norma se encuentra
justamente el poseedor legítimo, por lo que dicha defensa no
resulta aplicable al caso de marras, por lo que la posesión de
la parte actora no se encuentra viciada por equivocidad, como
fue alegado por la representación judicial de la parte
demandada, lo que eliminaría a su decir toda posibilidad de
que la posesión alegada por la parte actora fuera legitima y
en consecuencia, no se producirían los eventuales efectos de
una prescripción adquisitiva, los eventuales errores de
parcelamiento suscitados en la zona, creyendo la actora que
la parcela le pertenecía…” (Cursivas del texto transcrito).
 

Para decidir, la Sala observa:

En relación al transcurso del tiempo necesario para que se consume la


prescripción, pueden presentarse dos supuestos: a) la suspensión y b) la
interrupción.

Ahora bien, existen entre estas dos figuras características diferentes,


ya que las causas que  suspenden  la prescripción no anulan el tiempo que
haya transcurrido a tal efecto antes de que ocurriera el hecho que la difiere
y al cesar aquel, se sumará el ya transcurrido con el tiempo que comenzará a
correr; mientras que cuando se  interrumpe  la prescripción se producen
efectos hacía el pasado, se  fulmina el tiempo anterior y cuando cesa el
motivo de la interrupción, habrá que empezar a contar de nuevo el lapso; de
esta manera lo entendió el maestro Anibal Dominici quien expresó:  “…Hay
diferentes características entre la suspensión y la interrupción de la
prescripción. Las causas que suspenden no anulan el tiempo de la
prescripción corrida antes, y al casar aquéllas se suma el tiempo anterior
con el subsiguiente. Las causas que interrumpen borran el tiempo anterior
y cuando cesan, la prescripción ha de principiar a contarse de nuevo…”
(DOMINICI, Anibal. Comentarios al Código Civil de Venezuela, Movil-
Libros, Tomo 4. Caracas 1982, pp. 402).

El Código Civil en sus artículos 1.965 y 1.967 prevé las causas que
suspenden y las que interrumpen, en su orden, la prescripción. Entiende la
Sala que aquí se resalta la diferencia entre ambas situaciones y entre las
personas protegidas por la norma están los menores no emancipados y los
entredichos.

En el caso que se resuelve, aun cuando ambos litigantes están


contestes en la minusvalía que sufre la demandada; tal como lo estableció
el ad quem, no es posible aplicar la excepción  supra citada, ya que como se
explicó precedentemente, el lapso de prescripción no corrió en contra de la
demandada sino contra su causante, ello en razón de que la accionante
demostró, según los dichos de la alzada, haber ejercido sobre el inmueble la
posesión pacífica, pública, no equívoca, no interrumpida por un lapso de
más de treinta años y ello antes de que el inmueble controvertido pasara a
ser propiedad de la demandada por herencia. De forma que, aun cuando se
haya producido a favor de la accionada la suspensión de cualquier lapso, el
de la prescripción a favor de la demandante ya estaba cumplido y, por vía
de consecuencia, consumada la misma.

En atención a la delación por errónea interpretación del artículo


1.966, debe la Sala concluir en que la alzada no pudo infringirla por errónea
interpretación ya que, la única referencia hecha a dicha norma en el texto de
la recurrida, fue:  “…quien suscribe este fallo considera que dentro del
tercero poseedor a que se refiere dicha norma se encuentra justamente el
poseedor legítimo, por lo que dicha defensa no resulta aplicable al caso
…”;  por ende dicha disposición no fue aplicada por el juez como
fundamento de su decisión, lo que de ella hizo fue un comentario que en
nada afectaría lo ordenado en el dispositivo del fallo. Asimismo, observa
esta Máxima Jurisdicción Civil que la recurrente debió, en todo caso, acusar
no una errónea interpretación de la referida disposición adjetiva, pues, el
supuesto abstracto de la misma no es aplicable al hecho que se discutió. Lo
que procedía, si elle hubiese sido utilizada por el juez, era delatar la falsa
aplicación de la misma.

Con base a los razonamientos expuestos, la Sala determina que al no


haberse demostrado que el  ad quem hubiese incurrido en las infracciones de
los artículos 1.965 y 1.966 del Código Civil, debe declararse la
improcedencia de la delación bajo decisión. Así se establece.

DECISIÓN

Por los razonamientos expuestos, el Tribunal Supremo de Justi cia de la


República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando
Justi cia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara:  SIN
LUGAR  el recurso de casación, anunciado y formalizado por la demandada,
contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil,
Mercanti l, y del Tránsito de la   Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas, en fecha 14 de julio de 2010.

Se condena al recurrente al pago de las costas procesales del recurso,


de conformidad con lo establecido en el artículo 320 del Código de
Procedimiento Civil.
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al tribunal de la
cognición, Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil  
y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas. Particípese de esta remisión al Juzgado Superior de origen ya
mencionado, de conformidad con el artículo 326 del Código de
Procedimiento Civil.

         Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la


Sala de Casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, en
Caracas, a los veinticuatro (24) días del mes de marzo de dos mil
once. Años: 200º de la Independencia y 152° de la Federación.
Presidente de la Sala,

____________________________

YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA


Vicepresidenta,

__________________________

ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrado-Ponente,

_______________________

CARLOS OBERTO  VÉLEZ

Magistrado,

__________________________

ANTONIO RAMÍREZ  JIMÉNEZ

Magistrado,

______________________________

LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ


 
Secretario,
 

____________________________

CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp. AA20-C-2010-000573
Nota : publicada en su fecha a las

El Secretario,

 
 

El Magistrado Antonio Ramírez Jiménez, consigna el presente  “voto salvado”    al


contenido de la presente decisión, con base en las siguientes consideraciones:

Quien suscribe, no comparte la solución dada al trámite para el análisis de la


denuncia de silencio de prueba.

En efecto, la ocurrencia de un vicio por silencio de prueba ha debido ser


analizada por esta Sala en el ámbito de un recurso por defecto de acti vidad, ello
de conformidad con la Consti tución vigente y el Código adjeti vo civil que exigen
una justi cia completa y exhausti va; no se lograría dicho fi n si se omite algún
elemento clarifi cador del proceso.

Esa es la interpretación que se le debe dar al artí culo 509 del Código de
Procedimiento Civil, al señalar que los Jueces deben analizar todas las pruebas
producidas en el expediente y emiti r su opinión, así sea en forma breve o
concreta, ello de conformidad con el ordinal 1º del artí culo 313 eiusdem, en
razón de lo cual la delación de semejante vicio, considerado históricamente por
esta Sala de orden público, no puede tener aparejado el cumplimiento de una
carga por parte del recurrente, en directa contradicción con el artí culo 26 y 257
de la Consti tución de la República Bolivariana de Venezuela.

Por ello, el silencio de prueba debe mantenerse como un vicio denunciable en el


ámbito de un recurso por defecto de acti vidad, en un todo de conformidad con el
ordinal 1º del artí culo 313 del Código de Procedimiento Civil.

Queda así expresado el voto salvado del Magistrado que suscribe.

En Caracas, fecha ut-supra.

Presidente de la Sala,

____________________________

YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA


Vicepresidenta,

__________________________

ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ

Magistrado-Ponente,

_______________________
CARLOS OBERTO  VÉLEZ

Magistrado-Disidente,

__________________________

ANTONIO RAMÍREZ  JIMÉNEZ

Magistrado,

______________________________

LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ


 

Secretario,
 

____________________________

CARLOS WILFREDO FUENTES

Exp. Nº AA20-C-2010-0000573

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