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ANÁLISIS DE DEMANDA

I. PARTE FORMAL

La demanda es un acto jurídico procesal por el cual se inicia el proceso, pues por
medio de este documento se concreta el derecho de acción. En otras palabras, a través
de la demanda una persona solicita al órgano jurisdiccional la solución de un conflicto
de intereses o de una incertidumbre jurídica; sin embargo, para que el juez se
pronuncie sobre el fondo debe existir una relación jurídica procesal valida, es decir, se
debe cumplir con ciertos requisitos formales y presupuestos procesales.

En ese sentido, la demanda materia de análisis no cumple con todo los requisitos
legales, tampoco hace un uso correcto de las instituciones jurídicas procesales.
Asimismo, no cuenta con una estructura coherente en su redacción.

A continuación se procede analizar cada apartado de la demanda:

a. Análisis del exordio

En el encabezado de la demanda materia de análisis se evidencian errores ortográficos,


precisamente en el apartado “cuaderno” y la falta de la abreviatura de número (n°).

El artículo 130, numeral 4 del Código Procesal Civil (en adelante CPC) indica que “cada
interesado numerará correlativamente sus escritos”. En el caso, se procedió a numerar
la demanda como el primer escrito (1). Este requisito marca el camino para que los
siguientes escritos sigan un orden correlativo en el expediente.

La sumilla en la demanda no es coherente con el petitorio, puesto que, no indica un


aspecto importante de la pretensión; es decir, le hace falta señalar la naturaleza
ejecutiva de la obligación. Respecto a la formalidad establecida en el artículo 130,
numeral 5 del CPC, la sumilla sí cumple con ubicarse en la parte superior derecha del
escrito.

Por otro lado, es menester precisar que la competencia en un proceso de ejecución


basado en títulos valores “se somete a las reglas generales sobre competencia, salvo
disposición distinta” de acuerdo al artículo 24 del CPC. Por ese motivo, en la demanda
la designación del juez se rige por el criterio objetivo y territorial.

En cuanto a la competencia objetiva el artículo 690-B del CPC la distribuye entre los
Jueces de Paz Letrados y los Jueces Especializados Civiles en razón de la cuantía de lo
demandado. En ese sentido, es competente para conocer los procesos con título
ejecutivo de naturaleza extrajudicial el Juez de Paz Letrado cuando la cuantía de la
pretensión no sea mayor de cien Unidades de Referencias Procesales (100 URP) y si
supera ese monto será de competencia el Juez Especializado Civil.

Ahora bien, para determinar la cuantía debe tenerse en cuenta lo dispuesto en el


artículo 11 CPC que señala que aquella se calcula sumando "el valor principal de la
pretensión, los frutos, intereses y gastos [...]”. En la demanda analizada, se establece la
cuantía teniendo en cuenta el importe total de la letra de cabio, los intereses legales
por concepto de mora en el pago de la obligación, costas y costos. Al realizar el cálculo
correspondiente, la cuantía asciende a 51 URP aproximadamente; de ahí que, se
designa al Juez de Paz Letrado.

Respecto al territorio, la competencia rige a elección del demandante,


alternativamente, bien se puede seguir la regla general o especial. Así pues, la regla
general indica que “cuando se demanda a una persona natural, es competente el juez
del lugar de su domicilio, salvo disposición legal en contrario” de acuerdo al artículo 14
del CPC. En cambio, la regla especial en materia de obligaciones establece que es
competente “el juez señalado para el cumplimiento de la obligación” según el artículo
24, inciso 4 del CPC; aunado a ello, el artículo 66, inciso 1 Ley de Títulos Valores (en
adelante LTV) prescribe que "el título valor debe ser presentado para su pago en el
lugar designado al efecto en el documento", y a falta de tal designación, conforme al
artículo 66, inciso 3 de la LTV en "el domicilio que figure junto al nombre del obligado
principal del título" o, en todo caso, en "el domicilio real del obligado principal".

Bajo ese criterio, en la demanda la competencia por territorio se determinó por la


regla especial prevista en la Ley de Títulos Valores; es decir, se tuvo en cuenta el
domicilio del obligado principal en el título valor.
Ante todo lo expuesto sobre la competencia, cabe indicar que en la demanda si se
cumplió con el requisito establecido en el inciso 1 del artículo 424 del CPC sobre la
designación del juez, pero sobre todo se hizo un uso correcto de las instituciones
jurídico procesales.

Por último, la demanda sí cumple con el requisito establecido en el numeral 2 del


artículo 424 del CPC. En otras palabras se consignó el nombre de la demandante, se
identificó con su documento de identidad (DNI), domicilio real y procesal. Sin embargo,
de acuerdo a la Ley 30229 no se consignó la casilla electrónica, este requisito es de
vital importancia debido al trabajo remoto que realiza el Poder Judicial, aunado a ello
debió consignarse correo electrónico y el número de teléfono celular según lo
establecido en Resolución Administrativa 000146-2020-P-CSJLI-PJ.

Este requisito formal se encuentra vinculado con la legitimación activa prevista en el


artículo 690 del CPC que señala que está legitimado para promover ejecución quien en
el título ejecutivo o de ejecución tiene reconocido un derecho, contra aquél que en el
mismo tiene la calidad de obligado Con esta disposición se indica quienes pueden y
deben ser las partes en el proceso; es decir, la legitimación activa es determinada por
el “legítimo titular” en el caso de un título valor a la orden conforme el artículo 26,
inciso 1 de la Ley de Título Valores. En la demanda, la legitimidad para obrar será
determinada por el juez en el proceso, pero de una simple revisión en los medios
probatorio se puede constatar que la demandante cuenta con este requisito para
accionar la tutela jurisdiccional efectiva.

b. Análisis del petitorio

El petitorio no es claro y preciso pues en su redacción se confunde con la vía


procedimental y los datos del demandado. Por lo tanto, no cumple con el requisito
establecido en el artículo 424, numeral 5 del CPC que señala que “el petitorio, que
comprende la determinación clara y concreta de lo que se pide”.

En ese orden de ideas la Casación N°. 3146- 2005, Lima señala:


“... Se entiende por ‘petitorio’ el efecto jurídico o la consecuencia
jurídica que persigue el actor al proponer su pretensión. El petitorio
sintetiza la cosa demandada o pretendida y, por tanto, debe estar
formulado y expresado en forma clara y concreta. La claridad impone
el deber de que el pedido y la demanda se expresen con palabras
inequívocas, sin dar lugar a confusión, tanto al demandado como al
juzgador. El petitorio debe ser también concreto, es decir, que el
pedido sea preciso en cuanto a la cantidad, calidad o valor del bien o
relación que se pretende, con delimitación exacta del efecto jurídico
que se desee alcanzar, sobre aquello en que ha de recaer el
pronunciamiento jurisdiccional. Por tanto, el petitorio no debe ser un
pedido oscuro, impreciso [...] o que adolezca de vaguedad o
concreción, o sea inexistente y que, al final de la instancia, impida al
juzgador pronunciarse sobre el fondo del litigio...”.

No obstante, de la redacción se entiende que se pretende la “Ejecución de obligación


de dar suma de dinero” más los intereses legales que correspondan, costas y costos
del presente proceso. Sin embargo, no se establece cuál es la pretensión principal y
accesoria por lo que el petitum no se encuentra bien estructurado.

c. Análisis de la parte emplazada

El inciso 4 del artículo 424 del CPC establece como requisito formal la designación del
demandado con su nombre y dirección domiciliaria. En la demanda analizada sí cumple
con este requerimiento; sin embargo, esta información se consigna en el petitorio por
lo que genera desorden en su estructura y confusión al momento de emplazar al
demandado.

Ahora bien, del mismo modo que la legitimidad activa, el artículo 690 del CPC
establece que la legitimidad pasiva se determina por quien aparece en el título valor
como “obligado”. De acuerdo al inciso 1 del artículo 11 de la Ley de Título Valores los
que "emitan, acepten, giren, endosen o garanticen títulos valores quedan obligados
solidariamente frente al tenedor". Por lo tanto, el tenedor del título, en su calidad de
acreedor, puede dirigir su demanda contra dichos obligados de manera individual o
conjunta.
En el presente caso, se encuentra bien determinado la legitimidad pasiva porque la
demanda se dirige contra la persona que figura como obligado en la letra.

d. Análisis de la fundamentación fáctica

El inciso 6 del artículo 424 del CPC prevé que la demanda contendrá “los hechos en
que funde el petitorio, expuestos enumeradamente en forma precisa, con orden y
claridad”. En la demanda se sigue la formalidad de numeración, pero incurre en un
error al pasarse del tercer al quinto hecho.

DEVI ECHANDÍA (1985) sostiene que los fundamentos de hecho vienen a ser el relato
preciso, ordenado y claro de las situaciones que dieron lugar al litigio y “... delimitan
también la causa petendi que el juez debe considerar en la sentencia. Es lo que se
conoce como congruencia de la sentencia” (p. 470). En ese orden de ideas, se procede
analizar los hechos relatados en la demanda.

El primer hecho, describe la fecha en que se emitió el título valor y el importe del
mismo. Si bien, la figura del girador puede coincidir con la del beneficiario, en la
demanda no se precisa el nombre de la persona beneficiaria de la letra de cambio. Esto
genera confusión porque no se especifica quien es la parte acreedora de la obligación,
para ello se tiene que recurrir a los medios probatorios.

En el segundo hecho, la demanda no es clara en cuanto a la fecha del vencimiento del


título valor; es decir, no precisa que la letra de cambio es “a la vista” por lo que será
pagada al momento de su presentación al cobro de acuerdo al artículo 121, inciso 1,
literal b) de la Ley de Títulos Valores. Tampoco se ha establecido la fecha en que se
solicita el cumplimiento de la obligación, pues a partir de ese requerimiento se puede
ejercer la acción cambiaria directa y realizar el cálculo de los interese legales por
concepto de mora.

En el tercer hecho, se menciona que la obligación de dar suma de dinero es cierta,


expresa, líquida y exigible de acuerdo al artículo 689 del CPC; sin embargo, no se
especifica de qué manera cumple con tales requisitos, lo único que se indica es que se
encuentra acreditada en el título valor adjuntada como medio probatorio. En otras
palabras, el juez tendrá que recurrir a los anexos para verificar si se cumple con la
norma citada.

En el último hecho, se señala que la letra de cambio contiene la cláusula que la libera
del protesto. Este fundamento fáctico debe comprobarse con los medios probatorios.

A modo de resumen, se puede indicar que la fundamentación fáctica de la demanda


no es clara en la redacción, no es precisa, puesto que no detalla el nombre del
beneficiario y la fecha en que solicita el cobro de la obligación. Asimismo, no establece
en forma clara los requisitos procesales para exigir la obligación de dar suma de
dinero, y solo se limita a indicar que contiene una cláusula especial pero no señala que
el título valor cumple con todos los requisitos establecidos en la Ley.

e. Análisis de la fundamentación jurídica

En la demanda este apartado se encuentra con la denominación “Fundamentación a


protesto”, esto no se relaciona con lo establecido en el inciso 7 del artículo 424 del CPC
“La fundamentación jurídica del petitorio”.

Grández (s/f) manifiesta que los fundamentos jurídicos pueden estar contenidos por
dispositivos legales, principios jurisprudenciales o doctrina; sin embargo, no se cumple
con la fundamentación jurídica si solamente se hacen meras y simples citas legales.

En la demanda analizada, la fundamentación jurídica solo está compuesta por


dispositivos legales como el Código Civil (artículo 1219°), Código Procesal Civil (artículo
688°, inciso 4 y 695°) y la Ley de Títulos Valores (artículo 18, inciso 1 y el 96°, inciso 1);
empero, estos solo se invocan más no se indica de qué manera la normativa citada
sustenta la pretensión de la demanda.

Asimismo, se dejaron de lado fundamentos jurídicos importantes para respaldar la


pretensión como por ejemplo el artículo 689 del CPC que establece los requisitos para
exigir la obligación de dar suma de dinero. Sin embargo, bajo el principio Iura Novit
Curia el juez puede invocar la norma pertinente.

f. Análisis de los medios probatorios y anexos


El artículo 690-A del CPC señala que “a la demanda se acompaña el título ejecutivo,
además de los requisitos y anexos previstos en los artículos 424° y 425°, y los que se
especifiquen en las disposiciones especiales”.

Por ese motivo, en los medios probatorios de la demanda se presenta el original de la


letra de cambio; sin embargo, no se precisa que lo que se pretende probar con ella es
la relación cambiaria. Asimismo, tampoco se indica el importe y la fecha para
determinar que cumple con los requisitos establecidos en el artículo 689 del CPC.

Del mismo modo, la carta notarial mediante el cual se requiere el pago a la demandada
no indica la fecha y menos lo que se pretende acreditar que es el incumplimiento de la
obligación.  

En la demanda materia de análisis, los anexos siguen la formalidad establecida en el


inciso 6 del artículo 130 del CPC pues se detallan de manera ordenada con la
identificación del número del escrito seguido de una letra. No obstante, cuando se
adjuntaron a la demanda estos se encuentran de manera desordenada ya que no
tienen la numeración indicada y aparecen de manera repetitiva como es el caso de la
letra de cambio.

Conforme al artículo 425 del CPC la demanda sí consta de copia legible del documento
de identidad de la demandante, los medios probatorios que le dan el título de
acreedor al demandante, el pago de tasas judicial por el ofrecimiento de pruebas y dos
cédulas de notificación.

II. PARTE MATERIAL

a) Análisis de los hechos. Identificación de los hechos centrales y hechos


circunstanciales.

Los hechos centrales de la demanda se encuentran vinculados con la cusa petendi y los
hechos circunstanciales contribuyen a reforzar la verosimilitud fáctica proporcionada
por las partes, a mejorar la posición de alguna de ellas en cuanto a la expectativa que
pueda tener respecto de un desenlace judicial favorable.
En ese orden de ideas, los hechos centrales en la demanda se encuentran relacionados
con la determinación de la situación jurídica de las partes procesales; es decir, la
cualidad de acreedora y deudor de la obligación contenida en la letra de cambio.
Precisamente, respecto a la situación jurídica de la parte demandante se encuentra
descrito en el primer fundamento fáctico y aunque no se precisa de manera clara el
nombre del beneficiario de la obligación es menester tener en cuenta que la figura de
girador y beneficiario pueden recaer en la misma persona.

Torres (2016) señala que el girador es la persona que emite la letra de cambio,
redactándola y poniéndola en circulación; asimismo, el girador puede ser beneficiario
o tenedor cuando gira la letra a su orden. El beneficiario es la persona que recibe la
letra de cambio y a quien debe pagarse su importe. (p. 84)

Respecto a la situación jurídica de la parte demandada se encuentra establecida en el


segundo fundamento fáctico, ahí se determina que la demandada se constituyó como
aceptante de la letra de cambio; no obstante, no se señala si esta también es el sujeto
girado.

Fijar si el girado y el aceptante son el mismo sujeto es de crucial importancia pues a


partir de ello se puede determinar quién es el obligado principal y el obligado solidario
y el tipo de acción cambiaria a ejecutar.

Torres (2016) sostiene que el girado es la persona señalara en la letra de cambio para
aceptar y pagarla, y el aceptante es el girado u otra persona (interviniente) que ha
manifestado su voluntad de efectuar el pago ordenado en el título valor. Una vez
aceptada la letra de cambio, el girado o interviniente se convierte en obligado
principal.

De lo expuesto se puede evidenciar que la situación jurídica de las partes procesales se


encuentran establecidos en los hechos, pero se deja abierta la puerta a otras
posibilidades ya que no se precisa con claridad la cualidad jurídica que ostentan los
sujetos que intervienen en la relación cambiaria.
Por otro lado, del primer fundamento fáctico de la demanda se desprende otro hecho
central: el objeto de la obligación; es decir, es una obligación de dar suma de dinero
cuyo importe de S/ 22,000.00 está contenido en la letra de cambio. Este hecho se
encuentra acorde con la incorporación patrimonial de los títulos valores.

Al respecto, Torres (2016) indica que el título valor representa o incorpora derechos,
porque los derechos contenidos en el título valor y este se encuentran fusionados. Esto
es, documento y derecho constituyen una unidad, por lo que si alguien transfiere el
título valor también está transfiriendo los derechos que se contiene. A manera de
ejemplo: una letra de cambio girada a la orden de determinada persona contiene el
derecho de esta a exigir al deudor el pago del monto señalado en la letra. (p. 14)

Por otro lado, en el segundo fundamento fáctico de la demanda se evidencia otro


hecho central, la exigibilidad de la obligación; es decir, se debe tener en cuenta la
fecha de vencimiento de la obligación.

En el caso, en la demanda solo hace mención que “la letra de cambio no tiene fecha de
vencimiento; sin embargo a pesar del tiempo transcurrido el ejecutado no ha cumplido
con cancelar el título valor”. Este argumento carece de sustento jurídico, pues cuando
la letra de cambio no se precisa la fecha de vencimiento se entiende que esta es “a la
vista” por lo que será pagada al momento de su presentación al cobro; es decir, se
debe indicar la fecha en que se solicitó el pago de la letra de cambio pues a partir de
ello se considera su vencimiento. Además, con la fecha de vencimiento se puede
determinar el monto los intereses legales, cuestión que es pretendida en la demanda.

Asimismo, lo expuesto en el párrafo precedente se intenta reforzar con el hecho


secundario establecido en el tercer fundamento jurídico de la demanda que son los
requisitos comunes para la ejecución de la obligación contenida en el título; sin
embargo, en la narración de los hechos solo se hace mención y no se sustenta que la
obligación contenida en la letra de cambio debe ser cierta, expresa y exigible. Por ese
motivo, este hecho secundario no llega a fortalecer la verisimilitud de la exigibilidad de
la obligación.
Finalmente, otro hecho secundario es la cláusula especial de liberación de protesto
que tiene por objetivo indicar que no se requiere seguir con la formalidad establecida
en la ley para la ejecución de la obligación.

b) Análisis de las premisas normativas

En la demanda materia de análisis se tuvo en cuenta varios dispositivos legales para


señalar que el derecho invocado le corresponde a la demandante. No obstante, como
bien se analizó en la parte formal estos solo se enunciaron de manera genérica sin
ninguna relación con la fundamentación fáctica.

Por tanto, a continuación se pretende analizar las premisas normativas vinculándolas


con los hechos de la demanda con el fin de determinar jurídicamente la causa petendi.

- Artículo 1219°, inc. 1) del Código Civil, sobre las acciones de acreedor como
efecto de las obligaciones. Es efecto de las obligaciones autorizar al acreedor
para emplear las medidas legales a fin de que el deudor le procure aquello a que
está obligado.

La situación jurídica de acreedor lo faculta para ejercer las medidas legales pertinentes
con el fin de lograr el cumplimiento de la obligación. Ahora bien, la cuestión con esta
premisa normativa es determinar si la demandante tiene tal condición. De lo expuesto
en el apartado anterior se puede manifestar que aunque no se precise de manera clara
la condición de girador y beneficiario se puede entender que la demandante es la
beneficiaria de la obligación por lo que se convierte de esa manera en la acreedora de
la suma dineraria contenida en la letra de cambio. Para ello se debió considerar el
artículo 122° literal a) de la Ley de Título valores que indica que la letra de cambio
puede ser girada a “la orden del propio girador” en cuyo caso podrá indicarse el
nombre del girador o la cláusula “de mí mismo”.

Del mismo modo, la determinación de la condición de deudor de la obligación no se


encuentra establecida de manera clara en la demanda pues no se especifica si la parte
demandada es girado y aceptante a la vez. Para ello se debió recurrir al artículo 127°
inciso 1 de la LTV que prescribe “por la aceptación, el girado se obliga a pagar la letra
de cambio al vencimiento, asumiendo la calidad de obligado principal”.

- Artículo 688, inc. 4) CPC, sobre los títulos ejecutivos. “Son títulos ejecutivos los
títulos valores que confieran la acción cambiaria, debidamente protestado o con
la constancia de la formalidad sustitutoria del protesto respectivo; o, en su caso,
con prescindencia de dicho protesto o constancia, conforme a lo previsto en la
ley de la materia''.

- Artículo 18°, referente al mérito ejecutivo. “Los título valores tienen mérito
ejecutivo, si reúnen los requisitos formales exigidos por la presente Ley, según su
clase”.

- Artículo 695, referente a la ejecución de obligación de dar suma de dinero. “A la


demanda con título ejecutivo para el cumplimiento de una obligación de dar
suma de dinero se le clara el trámite previsto en las Disposiciones Generales
(Proceso único de ejecución)”.

De acuerdo a estos dispositivos legales para que la obligación se puede ejecutar esta
debe estar contenida en títulos ejecutivo y precisamente los títulos valores, entre ellos
la letra de cambio tienen esa naturaleza porque se caracterizan por incorporar
derechos patrimoniales. Por tanto, el objeto de la obligación será el importe
establecido en la letra de cambio.

Asimismo, en la demanda de ejecución de obligación de dar suma de dinero cuya vía


procedimental el proceso único de ejecución no se discute el derecho o la relación
causal sino la relación cambiaria y si este documento ejecutivo cumple con los
requisitos establecidos por ley.

Precisamente, en los hechos expuestos en la demanda no se detalla con claridad la


exigibilidad de la obligación; es decir, la fecha del vencimiento de la obligación. Para
ello se debió tener en cuenta el artículo 64 de la LTV sostiene que “las prestaciones
contenidas en un título valor deben ser cumplidas el día señalado para ese efecto”,
esto en concordancia con el artículo 122 literal c) de la LTV que indica que cuando la
letra de cambio es girada a la vista, se podrá presentar a cobro en cualquier momento,
dentro del plazo señalado por el artículo 141 de la ley, el cual establece que debe
hacerse en un plazo no mayor a un año desde la fecha de su giro. En consecuencia, se
evidencia que la exigibilidad de la obligación debió argumentarse mejor teniendo otros
fundamentos normativos.

También, no se señala en los hechos si el emisión del título valor cumple con todos los
requisitos legales establecidos en el artículo 119 y 120 de la LTV. Lo que sí se especifica
en los hechos es que la letra de cambio se encuentra sujeta a la cláusula especial de
liberación de protesto pero en la fundamentación jurídica no se consideró el artículo
52 de la LTV.

- Artículo 689, referente a los requisitos comunes de la ejecución de la obligación.


“Procede la ejecución cuando la obligación contenida en el título es cierta,
expresa y exigible. Cuando la obligación es de dar suma de dinero, debe ser,
además, líquida o liquidable mediante operación aritmética”.

Este dispositivo legal se encuentra relacionado con lo expuesto en el párrafo


precedente; de ahí que, refuerza la exigibilidad de la obligación. Sin embargo, como
bien se señaló en la demanda solo se mencionan estos requisitos y no se desarrollan
por lo que esa tarea se la deja al juez.

La obligación es cierta cuando lo establecido en la letra de cambio no implica dudas, es


expresa porque el importe a pagar está consignado de manera expresa, es exigible
porque existe un vencimiento en el pago y es líquida porque el importe se encuentra
determinado claramente.

- Artículo 96°, sobre los plazos de prescripción de las acciones cambiarias. “Las
acciones cambiarias derivadas de los títulos valores, prescriben a los tres años, a
partir de la fecha de su respectivo vencimiento, la acción directa contra el obligado
principal y/o sus garantes”.

Como bien se indicó en líneas precedentes la situación jurídica, en especial la


condición de los sujetos intervinientes en la relación cambial determina la ejecución
de las acciones cambiarias. Así pues, en los hechos de la demanda solo se indica que la
demandante tiene la condición de aceptante por lo que se puede realizar la acción
directa pero no se hace mención a los plazos de prescripción debido a que en ningún
momento se indicó la fecha en que se vuelve exigible la obligación de acuerdo al
inciso 2 del artículo 96 de la LTV que prescribe que en “el caso de los demás títulos
valores con vencimiento a la vista, cómputo se hará a partir del día de su presentación
a cobro”.

A modo de resumen, la causa petendi de la demanda materia de análisis no cuenta


con una adecuada fundamentación fáctica y jurídica, lo más probable es que la parte
demanda en el plazo indicado contradiga la exigibilidad de la obligación o la extinción
de la obligación.

c) Análisis de los medios probatorios

Los medios probatorios aportados en la demanda son oportunos y útiles porque sin
ellos no se podría probar la exigibilidad de la obligación. Es decir, con la presentación
del original de la letra de cambio se acredita la situación jurídica de las partes en el
proceso y el cumplimiento de otros requisitos legales.

Precisamente, sobre un requisito formal para establecer la ejecución de la obligación


es la realización del protesto, que de acuerdo a los hechos alegados en la demanda en
el título valor se consignó una cláusula especial de liberación de protesto. No obstante,
de la revisión de los medios probatorios se evidencia que la letra de cambio no se
marca o se detalla de manera expresa tal cláusula por lo que es probable que el juez
cuestione este requisito formal antes de emitir la orden de pago.

Asimismo, la carta notarial mediante el cual se requiere el pago a la demandada


establece una fecha cierta para determinar desde cuándo es exigible la obligación. Sin
embargo, teniendo en cuenta las premisas normativas analizadas, ya se venció el
plazo para presentar a cobro la letra de cambio por lo que ya no tiene importancia la
prescripción de la acción cambiaria. En otras palabras, la letra de cambio se emitió el
17 de mayo de 2018 por lo que la demandante tenía hasta el 17 de mayo de 2019 para
presentar la carta notarial solicitando el pago del importe contenido en el título valor;
sin embargo esta se realizó el 21 de agosto de 2020 (aun considerando la suspensión
del plazo por el estado de emergencia sanitaria se extinguió la obligación) por lo que
por más que se indique la vigencia del plazo prescriptorio este no se puede aplicar al
caso en concreto porque ya venció el plazo para exigir la obligación.

A modo de sugerencia lo único que le queda a la demandante para recuperar su dinero


es recurrir a la vía causal en un proceso de conocimiento o puede accionar en la vía
procesal correspondiente el enriquecimiento sin causa.

REFERENCIAS

Grández, J. (s/f). Los Requisitos de la demanda. Revista Jurídica Cajamarca.


Recuperado de: https://www.derechoycambiosocial.com/RJC/REVISTA5/demanda.htm

Torres, M. (2016) Manual práctico de títulos valores. Lima: Gaceta Jurídica.

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