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El proceso civil, regido por el principio dispositivo, no puede ser nunca incoado de oficio por el
juez, necesariamente se inicia por un acto de parte. El instrumento por medio del cual un sujeto
inicia un proceso civil se denomina en español demanda. La demanda es, pues, el acto de
parte iniciador del proceso civil, haciendo efectivo el derecho fundamental a la tutela judicial o
derecho de los particulares a poner en marcha la actividad jurisdiccional.
Notas:
2.- Un acto de parte (el más importante de los actos del actor).
3.- Es un acto escrito y formal (ha de ajustarse al contenido marcado por la ley).
4.- Mediante el cual se pide al órgano jurisdiccional que incoe un proceso concreto contra la
persona que se designa como demandado. Con ella se ejercita el derecho a la tutela judicial
efectiva así como el derecho de defensa reconocido también en la CE.
En el juicio verbal, la demanda puede ser ordinaria o sucinta. La ordinaria será igual que la del
juicio ordinario (que estudiaremos a continuación). La sucinta, es la llamada tradicionalmente
papeleta en el derecho español, en los supuestos en los que no es necesario abogado ni
procurador, no contiene de modo completo la pretensión sino sólo lo que se pida, y tras la
reforma de la LEC 2015, también habrá de contener los hechos fundamentales en que se base
la petición (art. 437.2.1 LEC).
REQUISITOS
A)Subjetivos:
1.- Identificación del órgano jurisdiccional: la demanda se inicia con una invocación al órgano
judicial que la ha de tramitar, que será aquél que la parte actora considere con la jurisdicción y
competencia objetiva y territorial necesarias para conocer de la misma. Esta presentación ante
un juzgado concreto determina qué órgano jurisdiccional estima el actor que es el competente,
con independencia de que luego no lo sea, y produce la sumisión tácita para el demandante.
2.- Identificación de las partes (ENCABEZAMIENTO): art. 399.1 LEC la demanda habrá de
expresar quien es el actor o demandante y quien es el demandado. Este artículo se refiere a la
identificación del actor y del demandado, exigiendo que se designe el domicilio o residencia en
que pueden ser emplazados, conforme al art. 155 LEC.
Con relación al demandante, habrá de indicarse, en primer lugar, siempre que sean
necesarios, al procurador que ostenta la representación técnica, explicitándose como ha sido
conferido ésta (apoderamiento mediante escritura pública o "apud acta") de igual modo al
abogado. Después a la propia parte con todos sus datos de identificación: nombre o razón
social si es persona jurídica, apellidos, profesión y domicilio. En los casos en los que es precisa
la representación habrán de indicarse si es representante legal o voluntario y los datos del
representante, así como el "carácter" con el que comparece.
Para la identificación del demandado lo importante es fijar los datos necesarios para que la
demanda no se dirija contra persona indeterminada y para que no existan confusiones con
otras personas. Se indicarán cuantos datos se conozcan del demandado y que sirvan para su
identificación. Además, ha de designar el domicilio, carga para el actor (art. 155 y 156 LEC). El
demandante designará, como domicilio del demandado, a efectos del primer emplazamiento o
citación de éste, uno o varios de los lugares a que se refiere el apartado 3º del art. 155 LEC.,
es decir, el que aparezca en el padrón municipal o conste oficialmente a otros efectos, así
como el que aparezca en Registro Oficial o en publicaciones de colegios profesionales, cuando
se trate de empresa y otras entidades o personas que ejerzan profesión para la que deban
colegiarse obligatoriamente. También podrá designarse como domicilio el lugar en que se
desarrolle actividad profesional o laboral. Si el demandante designare varios lugares como
domicilios, indicará el orden por el que, a su entender, puede efectuarse con éxito la
comunicación.
Asimismo, el demandante deberá indicar cuantos datos conozca del demandado y que puedan
ser de utilidad para la localización de éste, como números de teléfono, de fax, dirección de
correo electrónico o similares, que se utilizarán con sujeción a lo dispuesto en la Ley 18/2011,
de 5 de julio, reguladora del uso de las tecnologías de la información y la comunicación en la
Administración de Justicia.
En cambio, no hay necesidad, ni debe constar, los datos del supuesto representante de la parte
(ni necesaria ni legal si es una persona jurídica, ni mucho menos procesal) pues el comparecer
debidamente representado es una carga que afecta exclusivamente al demandado.
La determinación de las partes en la demanda es muy importante, porque fija entre qué
personas nace el proceso y a quienes afectará la sentencia y, por tanto, la cosa juzgada.
Además de las partes se indicará también el escrito que se presenta es una demanda de juicio
ordinario ya que al proceso se le ha de dar inicialmente la tramitación que indique el actor, y
por último habrá de hacerse referencia a la pretensión que ejercita con indicación, en su caso,
de la cuantía del pleito.
a) Hechos: la demanda tiene que contener los hechos que son el supuesto de la norma cuya
alegación hace el demandante para fundamentar su petición (como base de la consecuencia
jurídica que pide). Quien afirma un derecho debe afirmar el conjunto de los hechos de los que
éste nace y probarlos. A estos hechos se les denomina constitutivos, porque constituyen el
derecho del actor: cuando la ley conecta el efecto jurídico del nacimiento de un derecho a una
declaración de voluntad, ésta es un hecho constitutivo de derechos (Si el demandante pide que
se declare su propiedad sobre un inmueble, tiene que alegar el título adquisitivo del mismo
como hecho constitutivo. Si lo compró, tiene que referirse a las condiciones específicas de este
contrato, no a las generales de los contratos).
El modo en que el actor ha de redactar los hechos constitutivos de su demanda viene regulado
en el art.399.3 LEC:
2) Enumeración con igual orden y claridad de los documentos y otros instrumentos que
se aporten en relación con esos hechos.
b) Fundamentos de Derecho: entre estos hay que distinguir los relativos al fondo del asunto
de los de contenido procesal (art.399.4 LEC):
- Fundamentos de derecho procesales: de ellos depende la validez del juicio o que llegue a
dictarse sentencia resolviendo el fondo del asunto. Hacen referencia a la necesidad de alegar
en la demanda las normas jurídicas que acreditan: la jurisdicción y competencia del órgano, las
capacidades de las partes, la representación, la legitimación (en determinados supuestos), la
clase de juicio por el que debe sustanciarse la demanda y cualquier otro hecho del que pueda
depender la validez del juicio o que llegue a dictarse sentencia sobre el fondo.
Impone la ley que cuando lo que se pida pueda fundarse en diferentes hechos o en distintos
fundamentos o títulos jurídicos, habrá de aducirse en la demanda cuantos resulten conocidos o
puedan invocarse al tiempo de interponerla, sin que resulte admisible reservar su alegación
para un proceso posterior (art.400.1 LEC).
3) Petición.
El requisito esencial de la demanda, sin el cual no es tal, lo constituye la petición del actor,
dirigida al órgano jurisdiccional, de que se declare un efecto jurídico concreto en la sentencia.
Pero no declarará necesariamente el que el demandante quiera, sino que el que según ley
corresponda al contenido objetivo de la pretensión formulada. En otros términos: deducir una
pretensión. Sólo por ello la demanda tiene la virtud de abrir el proceso.
A ello se refiere el art.399.1 LEC: “debe fijarse con claridad y precisión lo que se pida”. Por
tanto, cuando sean varios los pronunciamientos judiciales que se pidan, se expresarán con la
debida separación, haciendo constar por su orden las peticiones formuladas subsidiariamente
para el caso de que la principal sea desestimada, o eventualmente para el supuesto de que sea
estimada la primera.
- Lo que se pide es una cierta actuación del órgano jurisdiccional, declaración pura, constitución
o condena. Y dicha actuación en relación con un bien determinado. Por ello en la petición debe
quedar clara la relación entre la clase de tutela y el bien jurídico concreto pedido.
4) Otros requisitos:
- En cuanto a la forma, el único requisito es que sea escrita, narrando los hechos de forma
ordenada y clara con objeto de facilitar su admisión o negación por el demandado al contestar.
La demanda no debe presentarse sola, la LEC establece la carga de aportar junto con ella,
determinadas clases de documentos. Estos documentos pueden ser clasificados en procesales
y materiales.
B) Materiales: Documentos relativos a la cuestión de fondo, aquellos que operan como prueba
en el proceso. Debe presentarse con la demanda los documentos que son fuentes de prueba
respecto del fondo del asunto. A ellos se refiere el art.265.1 LEC:
1) Los documentos en que la parte funde su derecho a la tutela judicial que pretende.
Si, de estos tres documentos, las partes al presentar la demanda no pudieran disponer de ellos,
podrán designar el archivo, protocolo o lugar donde se encuentren, o el registro, libro registro,
actuaciones o expedientes del que pretenda obtener la certificación.
- A estos documentos hay que añadir otros que, aunque no se trata de verdaderos documentos
deben presentarse también con la demanda si se quiere hacer uso de ellos en el proceso, pues
la consecuencia jurídica de su no presentación con la demanda es la preclusión de la
posibilidad de aportarlos y valerse de ellos en el juicio
Como regla general, cuando con la demanda (contestación) no se presentara alguno de estos
documentos, medios, instrumentos, dictámenes etc, o no se designara el lugar en que el
documento se encuentre, no podrá la parte presentar el documento posteriormente, ni solicitar
que se traiga a los autos (art. 269.1 LEC).
Los documentos no fundamentales, es decir, aquellos en los que la parte no funde su derecho,
también podrán presentarse en el momento de la proposición de la prueba, o en el inicio de la
vista del juicio verbal.
- Los documentos públicos (art.267 LEC) pueden presentarse por copia simple, ya sea en papel
o en formato electrónico.
Los documentos relativos al fondo que no se hayan presentado con la demanda son
inadmisibles con posterioridad salvo: cuando se trata de documentos posteriores a la
demanda o cuando, siendo anteriores, el actor justifique no haber tenido conocimiento de
su existencia antes, o cuando no haya sido posible obtener con anterioridad los
documentos por causas no imputables al actor, siempre que se hayan designado o anunciado
con la demanda.
Con la reforma por Ley 42/2015, de 5 de octubre, de la LEC, se parte del juicio ordinario, al ser
siempre necesario Procurador, la presentación de escritos a partir del 1 de enero de 2016 se
hará por medios telemáticos o electrónicos, lo que podrá hacerse las 24 horas todos los días
del año, si bien se trata de un día inhábil se entenderá hecho el primer día y hora hábil
siguiente.
Realizado el control de admisibilidad por parte del Letrado de la Administración de Justicia, sino
concurre defecto alguno la demanda es admitida en general por el Letrado de la Administración
de Justicia a través de decreto. Puede ser admitida por el Juez cuando el Letrado de la
Administración de Justicia le da cuenta y lo hará por medio de auto.
Entre las causas de inadmisibilidad es preciso distinguir por motivos de fondo y motivos
procesales.
El tribunal no tiene potestad para inadmitir a trámite una demanda por motivos de fondo. Sería
absurdo que, ya en el momento de la presentación, el órgano jurisdiccional, sin tramitar el
proceso, estuviese autorizado para juzgar la falta de fundamento en cuanto al fondo de la
demanda presentada. No obstante, hay algún precepto aislado que sí permite este juicio in
limine litis. Así el art. 42 Código Civil establece que no se admitirá a trámite la demanda en que
se pretenda el cumplimiento de la promesa de matrimonio porque en este caso se estaría
pretendiendo un tipo de tutela que está excluida por el ordenamiento jurídico. O como sucede
en caso del art. 1789 Código Civil que tampoco se concede acción para reclamar lo que se
gana en un juego de suerte.
Sin embargo, más allá de estos extremos, el tribunal no puede, en ningún caso, inadmitir
demandas que por razones de fondo serían contrarias al derecho fundamental a la tutela
efectiva, consagrada en el art. 24.1 CE.
A este respecto, hay que indicar que no existe una norma general en la LEC que disponga
cuales son esos motivos procesales de inadmisión de la demanda, lo que sí existe es un
conjunto de normas dispersas que establecen cuáles son los poderes de control de oficio.
Antes de admitir la demanda el Secretario debe examinar y controlar los siguientes extremos:
la capacidad; la jurisdicción y competencia; la postulación y defensa, cuando sean preceptivas;
y la falta de aportación de copias de la demanda y de los documentos, si dicha falta no fuese
subsanada.
Si en la demanda falta algún requisito procesal que haga imposible la incoación del proceso, si
este es subsanable, el Letrado de la Administración de Justicia habrá de conceder un plazo
para subsanarlo y, en su caso, dará cuenta al juez para que decida. Si, por el contrario, el
defecto procesal es insubsanable: falta de capacidad jurisdicción etc. el Letrado de la
Administración de Justicia dará cuenta al juez para que inadmita la demanda.
a) El primero, viene definido en la Ley de manera general: sólo se inadmitirán las demandas en
los casos y por las causas previstas en la ley.
b) Finalmente, dispone el art. 403.3 LEC, que no se admitirán las demandas cuando no se
acompañen a ella los documentos que la ley exija expresamente para la admisión de aquéllas o
no se hayan intentado conciliaciones o efectuado requerimientos, reclamaciones o
consignaciones que se exijan en casos especiales. Esta norma permite una pluralidad de casos
específicos en los que se establecen requisitos adicionales para la admisibilidad de la
demanda. En estos supuestos el Letrado de la Administración de Justicia dará cuenta al juez
para que decida sobre admisión o inadmisión de la demanda y lo hará a través de auto.
EFECTOS DE LA DEMANDA
La existencia de una demanda presentada ante un Juzgado supone que en un conflicto entre
particulares se ha dado el paso de publicitarlo. La existencia de la demanda supone una
ruptura o paso del plano privado al público, con todas las consecuencias que acarrea. Esta
ruptura se define (Montero) con la palabra “litispendencia”.
Así, las alteraciones en el domicilio de las partes, la situación de la cosa en litigio o el objeto
del juicio no modifican la jurisdicción ni la competencia determinadas en el momento inicial de
la litispendencia. No puede modificarse la competencia objetiva ni la territorial.
- Prohibición del cambio de demanda (“mutatio libelli”), sin perjuicio de admitir ciertas
modificaciones no esenciales (art.412 LEC). La ley permite la ampliación de la demanda antes
de la contestación (art.401.2 LEC), así como alegaciones complementarias o de hechos nuevos
o de nueva noticia, en momentos posteriores a la demanda por medio del llamado “escrito de
ampliación de hechos”, después de precluídos los actos de alegación y antes de comenzar a
transcurrir el plazo para dictar sentencia (art.286 LEC).