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Introducción
Fundada por Albert Ellis a principios de los sesenta y ubicada dentro de las «terapias racionales
y de reestructuración cognitiva» junto a la de Beck y el entrenamiento en autoinstrucciones de Meichen-
baum y con las que comparte la importancia otorgada a los procesos cognitivos en desarrollo de disfun-
ciones emocionales y conductuales y que la tarea fundamental del terapeuta es detectar, analizar y modifi-
car las variables cognitivas desadaptadas y sustituirlas por patrones racionales.
Creada tras comprobar que el psicoanálisis resultaba poco eficaz para resolver problemas emo-
cionales y tras demostrarse que la práctica racional para cambiar la forma en que los clientes se veían a sí
mismos y consideraban sus problemas era mucho más efectiva. Fue influido por: su propia experiencia
tratando problemas sexuales y de pareja; por diversas corrientes filosóficas como los estoicos; el psicoa-
nálisis y técnicas activo-directivas del conductismo.
Bases teóricas
Supuesto esencial: las personas poseen ideas o filosofías de vida irracionales que mantienen dog-
máticamente y producen perturbaciones emocionales y conductuales. La causa de los problemas psicoló-
gicos es la manera de interpretar el ambiente y sus circunstancias y las creencias desarrolladas sobre el
mundo, los otros y sí mismo. Son patrones de pensamiento irracional que son:
Se ilustra mediante el esquema A-B-C: los acontecimientos (A) no causan los problemas emociona-
les o de conducta (C), sino que son causados por las creencias (B) subyacentes a la interpretación de A.
Un aspecto básico de la TREC es diferenciar entre creencias racionales e irracionales, siendo ambas
cogniciones para evaluar propias de cada persona:
Estas ideas poseen tres nociones básicas sobre peticiones de carácter absoluto:
1. Tener que actuar bien y ganar aprobación por la forma de actuar (hacia sí mismo).
2. Todas las personas han de actuar de forma agradable y justa con la persona, y si no lo hacen
son despreciables y merecen castigo (hacia los otros).
3. Las condiciones de la vida han de ser buenas y fáciles para lograr los objetivos propuestos
sin mucho esfuerzo (hacia el mundo).
Estas nociones básicas distorsiones cognitivas que se relacionan de forma independiente con las
creencias, como por ejemplo:
Las demandas absolutas generan tensión emocional que da lugar a dos tipos de perturbaciones psico -
lógicas:
Ansiedad del yo: cuando se altera la imagen de uno mismo; cuando el sujeto se auto condena por no
satisfacer las peticiones absolutas hacia sí mismo. Ejemplo: las autoevaluaciones negativas, que producen
sentimiento de amenaza, pueden conducir a evitar las situaciones en que el sujeto considera el fracaso o la
desaprobación como probable.
Ansiedad perturbadora: cuando no se satisfacen las peticiones dogmáticas que crean bienestar o una
vida cómoda. Demandas dirigidas a los otros o al mundo. Implica baja tolerancia a la frustración y al ma-
lestar.
Cada tipo de ansiedad implica creencias diferentes, por lo que es esencial identificar cada categoría
pues requieren tratamientos específicos. Encada cliente se debe indagar y explicitar qué ideas irracionales
actúan y enseñarle como abandonarlas y cambiarlas.
Procedimiento
Ellis describe la TREC como una terapia cognitivo-conductual, activa, directiva y educativa. Su
objetivo es alterar el sistema de creencias del individuo.
El proceso de la TREC
En primer lugar se realiza una entrevista de evaluación para averiguar el tipo de problemas pre-
senta el cliente. Estos pueden ser externos (dependen de situaciones ambientales) o internos (síntomas
emocionales y conductas desadaptadas). Estos últimos conformas los problemas primarios, en los que se
centra la TREC. También pueden aparecer problemas secundarios, que son los que surgen ante la percep-
ción de los primarios y es muy importante diferenciar unos de otros para tratar los secundarios en primer
lugar.
El paciente puede plantear el centrarse en las interpretaciones erróneas que se hacen ante las si-
tuaciones, pero ello supondría un cambio superficial; el cambio trascendente reside en tratar las creencias
básicas subyacentes, ya que generan los problemas en una amplia gama de situaciones.
Mediante el diálogo didáctico se ayudará al cliente a darse cuenta de cuáles son sus pensamien-
tos y creencias irracionales. Para ello se buscan entre los pensamientos automáticos las afirmaciones im-
perativas y exigentes y analizar la tendencia a ver el mundo deformado y las generalizaciones sobre lo
que ha ocurrido y/o probablemente ocurrirá.
También hay que solicitar al paciente un autorregistro, que practique lo aprendido. Se le pedirá
que registre e identifique diariamente los pensamientos irracionales (B) que surgen ante los diversos pro-
blemas externos (A) y que se dé cuenta del papel mediador en las consecuencias negativas (C).
1. Empirismo: aceptar como real solo aquello que puede ser observado y comprobado.
2. Lógica: aceptar como válidas solo las proposiciones que se deriven de forma lógica.
3. Flexibilidad: disposición a cambiar las ideas y teorías en función de nuevos hechos.
4. Ausencia de valoración moral: no se puede condenar o premiar en términos absolu-
tos o universales.
5. Probabilismo: la ciencia solo puede establecer con mayor o menor probabilidad la
ocurrencia de algo.
Es importante detectar en esta etapa si el cliente muestra resistencias o miedos para dejar de pen-
sar de la forma habitual. Los miedos más frecuentes son:
El objetivo es que arraiguen de manera permanente y estable las nuevas creencias racionales aprendi-
das en la fase anterior. Para ello se emplea el proceso llamado “fortalecer el hábito” a través de tareas pro-
gramadas para casa en las que se enfrente a acontecimientos activadores (A) que susciten ideas irraciona-
les (B) para detectarlas y darse cuenta de las consecuencias negativas que les acompañan (C); debatir esas
creencias y fomentar las racionales adquiridas (D) y observar las consecuencias emocionales positivas de
éstas (E). También hay que usar autorregistros.
Riesgos: se puede reforzar la fuerte necesidad de amor y aprobación del cliente y la baja toleran-
cia a la frustración. Debería evitar un estilo en la interacción demasiado emotivo o amigable con clientes
histéricos; intelectual con clientes con TOC; directivo con los que temen ser autónomos y activo con los
pasivos.
Técnicas de tratamiento
Explicación de cómo actúan los pensamientos como mediadores del malestar emocional
Se proporciona información general, sencilla y ejemplificada sobre el crucial papel de las cogni-
ciones en la actividad emocional. Que acepten como propia esta premisa. Para ello se les explicará
cómo las reacciones emocionales pueden estar directamente influidas por las expectativas y valora-
ciones más que por la propia situación que suscita dichas expectativas. También se informará de que
dichos pensamientos son automáticos, pero fácilmente detectables.
El cliente ha de darse cuenta y aceptar que algunas creencias son irracionales y argumentar lo
irracional de las mismas. Se le presentaran ideas irracionales exageradas para que sea más fácil al
cliente no estar de acuerdo con ellas. Es más eficaz si se anima al cliente a que busque argumentos
para refutar su irracionalidad; se sugiere que el terapeuta defienda las ideas irracionales y que el
cliente le convenza con razones de que son indefendibles. Para implicar al cliente se recomienda ana-
lizar las ideas irracionales relacionadas con los problemas del cliente.
El objetivo es que el sujeto sea capaz de identificarlas. Para llevar a cabo la búsqueda, se le pide
que elabore una lista con las situaciones que generen ansiedad, que las enumere jerárquicamente y
que escriba los pensamientos que cada una desencadena. Posteriormente cliente y terapeuta discuti-
rán la irracionalidad de dichos pensamientos concretos. Se debe incluir en el debate la posibilidad de
que las interpretaciones del cliente sean correctas.
Última fase. Se pretende que el cliente ponga en práctica lo aprendido teóricamente; que sea ca-
paz de reevaluar las situaciones racionalmente, que piense de forma realista antes y durante la situa -
ción. Se entrena al sujeto mediante ensayos en imaginación y en vivo. Posteriormente se le pedirá
que lo lleve a cabo en la vida cotidiana.
Una vez ensayado el procedimiento, se le pide al cliente que lo aplique en la vida real.
Ámbito de aplicación
Se ha empleado en una gran variedad de trastornos, tanto individualmente como en grupo: problemas
sexuales, de pareja, familiares, en separaciones y divorcios, de aserción, control de la ira, fobia social, an -
siedad a hablar en público, tartamudez, ansiedad a exámenes… Sin embargo es difícil determinar qué pro-
blemas han sido los tratados con éxito y qué tipo de clientes son los que más se benefician de ellos.
La mayoría de los trabajos publicados son descripciones generales del proceso y el resultado con un
solo cliente (baja validez interna) o estudios realizados con estudiantes universitarios (limitaciones para
generalizar).
La investigación demuestra que la TREC puede ser útil para afrontar el estrés diario como medida
preventiva; mejorar el autoconcepto; prometedora en el control de conductas tipo A; de utilidad para tra-
tar la ira, depresión y conducta antisocial; reduce la ansiedad general autoinformada, a hablar en público y
a los exámenes; mejora ansiedad social y agorafobia.
Algunos autores consideran que la TREC carece de investigaciones bien controladas que permitan
afirmar que los patrones de pensamiento sean los responsables de los trastornos, y su modificación la cau-
sa de mejoría terapéutica.
Atendiendo a las características de los pacientes, se indica que responderán mejor a la TREC los altos
en inteligencia, que valoren el método científico, la lógica y la evidencia y sean cognitivamente comple-
jos. No se beneficiarán los sujetos que muestren ira frecuente y grave, que tengan baja tolerancia a la frus-
tración y sean aversivos para los otros y aquellos con trastornos de personalidad.