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La palabra «cogniciones» puede hacer referencia tanto al contenido de la cognición como a los
procesos cognitivos. Entre estos últimos se incluyen la percepción, la atención, la memoria y la
interpretación. Las cogniciones (“eventos” verbales o gráficos en su corriente de conciencia) se
basan en actitudes o supuestos (esquemas) son desarrollados a partir de experiencias
anteriores. Por ejemplo, si una persona interpreta todas sus experiencias en términos de si es
competente y está capacitada, su pensamiento puede verse dominado por el esquema, “Si no
lo hago todo a la perfección, significa que soy un fracaso”. Consecuentemente, esta persona
responderá a las situaciones en términos de adecuación, incluso aunque las situaciones no
tengan nada que ver con la dimensión de competencia personal.
El modelo cognitivo postula tres conceptos específicos para explicar el sustrato psicológico de
la depresión: (1) la tríada cognitiva, (2) los esquemas, y (3) los errores cognitivos (errores en el
procesamiento de la información).
— Examinar las pruebas a favor y en contra de la creencia. ¿Es cierto que la vida debe ser
siempre justa?
— Buscar una alternativa que proporcionaría las ventajas de la creencia disfuncional sin sus
desventajas. Así, la creencia «debo valerme siempre por mí mismo, no importa lo mal que me
sienta» podría ser reformulada en términos más realistas y útiles: «es bueno saber manejar los
propios problemas independientemente, pero como cualquier ser humano necesito ayuda a
veces». Las creencias alternativas pueden ser escritas en tarjetas y leídas repetidamente por el
paciente hasta que aprenda a comportarse de acuerdo con ellas. Las tarjetas también pueden
utilizarse para recordarse las conductas deseadas y escribir argumentos en contra de las
creencias disfuncionales.
— Analizar de dónde proviene la creencia. En algunos casos, adoptar una perspectiva histórica
que ayude a comprender cómo se adquirieron las creencias disfuncionales puede ayudar a
distanciarse de ellas. Más importantes aún pueden ser los diálogos imaginarios o las
representaciones simuladas con los padres o personas significativas dirigidos a explorar y
reinterpretar memorias tempranas afectivamente ligadas con los problemas actuales y a
expresar emociones y necesidades insatisfechas.
3. Ensayo cognitivo:
Para lograr ciertos objetivos, como el arreglar su despacho, los pacientes pueden imaginarse a
si mismos pasando por cada fase de la tarea de un modo sistemático y focalizado. De esta
manera, la tarea se puede descomponer en pasos manejables, lo que hace posible anticipar
obstáculos y, lo que es más importante, da al paciente la sensación de que de que es posible
llevar a cabo la tarea.
4. Entrenamiento asertivo.
5. Representación de papeles (role playing).
6. Desensibilización sistemática.
7. Entrenamiento de relajación.
8. Exposición graduada.
9. Control de la respiración.
2: Imaginación proyectada: implica pedir al paciente que se imagine a si mismo donde quisiera
estar y como le gustaría estar en una futura fecha determinada.
Técnicas emotivas:
Técnicas cognitivas:
17. Descatastrofizar.
1: Identificar: Preguntas. ¿Qué es lo peor que puede suceder? ¿Cuáles son los pensamientos y
las imágenes que pasan por su cabeza cuando piensa en la peor situación posible? ¿Qué
pasaría si ocurre lo que más teme? Determinar la probabilidad. Dime la probabilidad de que
ocurra lo que temes. ¿Cuan probable es que ocurra ello?
18. Autoregistros.
Cognición objetivo (0 –
100)
Perspectiva Alternativa
(tras la discusión de la
cognición anterior)
Predicción (lo que
piensa que opinaran de
ella,
Experimento (explicar
en que consiste)
Resultados (detallada)
Nuevo trabajo
(planificar que conviene
hacer)
Parada de imágenes. Se pide al paciente que cuando comience una fantasía, recuerdo o
imagen que le provoque malestar emocional, dé un golpe fuerte o diga “alto” para interrumpir
el curso de la imaginación. Después puede intentar imaginar alguna escena o fantasía
agradable para evitar la aparición de las imágenes desagradables.
Proyección temporal. Consiste en pedir a la persona que cuando le venga una imagen con alto
contenido emocional, intente imaginar la escena como si ocurriese en un momento temporal
distinto: una semana después, un mes, un año, pretendiendo que la distancia le permita
alcanzar cierta objetividad.
Imaginar metáforas. Puede ayudar al paciente a representarse mentalmente visiones
alternativas de una situación.
Repetición de metas. Para incrementar la autoeficacia percibida, se pide al paciente que repita
en su imaginación las conductas y acciones deseadas, incluyendo las autoinstrucciones
positivas que le puedan facilitar su ejecución.
Imaginación positiva. Se sugiere al paciente que genere fantasías o imágenes positivas que le
permitan reducir el tiempo dedicado a las negativas. Este tipo de fantasías positivas le pueden
ser útiles como técnicas distractivas cuando el malestar emocional se incremente.
Imaginación como estrategia de coping. Se entrena al paciente para que utilice la imaginación
como estrategia de afrontamiento al visualizarse a sí mismo haciendo frente a distintas
situaciones o visualizando cómo lo harían otras personas (modelado encubierto). Deberá ir
cambiando la situación de menos a más amenazante y entrenándose mentalmente en distintos
posibles finales.