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4.

Tratamiento

4.1. Objetivos
Desarrollar un pensamiento racional, que sea flexible y probabilístico, que no invalide a
la persona ante los fracasos y le permita alcanzar sus metas.
En su última formulación Ellis propone que la estabilidad emocional está asociada a la
aceptación incondicional de uno mismo, los otros y la vida (Ellis y Joffe Ellis, 2011). Así
que alcanzar estos tres estados se convierte también en objetivo de la TREC.

4.2. Terapeuta
Un terapeuta racional emotivo es un terapeuta empático que asume muchos de los
postulados rogerianos de ser genuino y aceptar incondicionalmente a sus clientes. Pero al
tiempo es activo, dirige las sesiones para que las personas se enfrenten a las ideas
irracionales. Actúa como un modelo de racionalidad y es muy didáctico a la hora de
explicar a las personas cómo funciona su mente y el efecto de sus creencias.

4.3. Proceso terapéutico


En primer lugar, a través de entrevistas de evaluación, el terapeuta averigua el tipo de
problemas que presenta el cliente. Los problemas pueden clasificarse en:

Externos. Los provocados por situaciones ambientales, como problemas


laborales o relacionales. En el esquema A-B-C serían la A (Acontecimientos
activadores)
Internos. Síntomas del cliente más relacionados con sus procesos mentales,
como pueden ser la ansiedad, la depresión o la culpa, y que en el esquema de
Ellis estarían en la C (consecuencias).

Diferencia también entre los problemas en sí mismos (síntomas primarios) y las


reacciones que la persona tiene ante los síntomas (problemas secundarios). Por ejemplo:
«La posibilidad de perder el trabajo me entristece porque siento que todo el esfuerzo que
hice para ser un buen profesional no ha servido para nada». Pero, además: «Me
avergüenzo de mi tristeza, debería ser capaz de enfrentar la situación con mucho más
ánimo».
En el inicio del tratamiento se explica al usuario la forma de trabajar. Se le ayudará a
modificar las interpretaciones de la realidad incorrectas que está haciendo y a eliminar
los sesgos cognitivos subyacentes. Se explica que esas ideas y creencias han sido

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aprendidas y son responsables de sus problemas de conducta y emocionales. Y por
último, y en resumen, se le hace entender que A conduce a C solo si el cliente aporta las
creencias irracionales (B).
El cambio de puntos de vista se promueve a través de un debate (D), en el que el
terapeuta enseña a localizar las ideas irracionales, para luego ponerlas en duda hasta que
surjan interpretaciones alternativas más efectivas y racionales (E). El último paso del
tratamiento está dirigido a ampliar y afianzar la nueva filosofía racional.

4.4. Técnicas
La TREC utiliza un amplio repertorio de técnicas que Ellis recoge de modelos como la
terapia cognitiva de Beck, la terapia adleriana o la terapia de conducta. Distingue entre
técnicas para cambiar cogniciones, para trabajar con emociones y para modificar
conductas. A continuación se exponen algunas de las más importantes de cada uno de
estos tipos (Ellis y Joffe Ellis, 2011; Ellis y Dryden, 1994; Dryden y Ellis, 2001). Al
final se explican también algunas de las tareas para casa que se pueden derivar del
trabajo en sesión.

I. Para trabajar los aspectos cognitivos se utilizan las siguientes técnicas:

a) El debate socrático o racional-emotivo es la técnica por excelencia de la TREC. El


objetivo de esta técnica es hacer que el cliente se haga consciente y entienda que su
forma de interpretar los hechos crea el problema, y asimismo ayudarle a desarrollar una
nueva filosofía más racional. Los pasos del debate son los cuatro siguientes:

1. Detectar con la ayuda del terapeuta las ideas que subyacen a las emociones y
conductas inadecuadas.
2. Discriminar entre creencias racionales e irracionales aplicando los criterios
que se explicaron anteriormente (racionales: basadas en datos, relativas, sin
críticas, tolerancia a la frustración).
3. Debatir las ideas irracionales con el objetivo de atacar los cuatro elementos
que conforman la irracionalidad: las ideas en sí mismas, las distorsiones
cognitivas que están en su base (dramatización, generalización, pensamiento
dicotómico), los imperativos absolutos que ocultan (los debo..., ellos tienen
que..., o el mundo debería...) y la valoración catastrofista de las consecuencias
que traería su incumplimiento.
Para cuestionar las ideas irracionales el terapeuta hace tres tipos de
preguntas dirigidas a poner en duda diferentes aspectos de la creencia:
Valor de realidad. Se trata de debatir sobre las pruebas
empíricas que demuestran la veracidad de las ideas, los debos y
las consecuencias desagradables que se supone ocurrirán si no
se hace caso a estos. ¿Qué evidencia tienes de que esa idea es

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cierta?, y ¿cómo sabes que las consecuencias serán tan
terribles?, ¿tienes algún dato que demuestre que no lo vas a
poder soportar?
Valor lógico. Se trata, en este caso, de poner en duda la solidez
del razonamiento que hay detrás de la idea irracional. ¿Cómo
llegaste a esa conclusión?, ¿es fruto de una reflexión lógica o es
que has decidido ver las cosas así?, ¿de dónde sale la idea de
que si no eres perfecto todo el mundo te criticará?
Valor pragmático. Hacer que el cliente reflexione sobre las
consecuencias de sus creencias. ¿Dónde te lleva esta forma de
ver las cosas?, ¿quieres esos resultados?
Para ayudar a debatir las creencias irracionales el terapeuta puede
adoptar diferentes posiciones en el debate:
Socrática. El terapeuta es un facilitador que hace preguntas
para que el cliente saque sus propias conclusiones de por qué
sus creencias no le ayudan y qué otras formas alternativas
existen para entender la situación.
Didáctica. El terapeuta se convierte en un experto que explica
la irracionalidad de las ideas y cómo afectan a las personas;
ofreciendo, cuando lo estime necesario, visiones alternativas
más racionales. Una parte fundamental de este trabajo es que el
terapeuta señale en la conversación todos los absolutos que
encuentre en las reflexiones de sus clientes y todas las
referencias al «soy» en vez de «me comporté» que detecte, para
hacer a las personas más conscientes de su estilo de
pensamiento.
Hay además toda una serie de técnicas adicionales que el terapeuta
puede usar para ayudar al cliente a cuestionar sus ideas, resumo algunas:
Juegos de roles. Consiste en hacer que el cliente analice sus
ideas colocándose en la posición de diferentes personajes. Por
ejemplo, ¿cómo vería esta idea un juez?, o un ¿maestro? u ¿otro
padre?
Inversión de roles. Se pide al cliente que haga de terapeuta
mientras que este expone ideas negativas para las que él debe
buscar alternativas.
Llevar al absurdo los argumentos. Consiste en llevar al
extremo los razonamientos o las consecuencias de las creencias
que tiene el usuario. Por ejemplo: ¿y qué puede ser lo peor que
ocurra?, ¿y todavía peor?, ¿y ya pensando en términos de
catástrofe, lo más dañino que podría suceder sería…?
Usar el sentido del humor. Es otra característica definitoria de
la terapia de Ellis, porque conseguir que la gente bromee con su

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situación o se ría de sus propias penas puede tener un gran
efecto terapéutico. Para ello, y cuando el estilo del cliente lo
permita, el terapeuta hace chistes o usa imágenes llamativas
para provocar visiones del problema diferentes.
4. El objetivo del debate es cuestionar las viejas creencias para que surjan
visiones alternativas, nuevas filosofías más racionales que ayuden a
interpretar las situaciones de manera diferente. Para fortalecer las nuevas
filosofías, una vez que aparecen, se pueden usar las siguientes técnicas:
Hacer que las personas reflexionen sobre las consecuencias
positivas de las nuevas ideas.
Promover que los clientes se enfrenten a las situaciones que
activan las creencias irracionales para darse la oportunidad de
pensar, actuar y sentir de manera diferente.
Usar autoafirmaciones con las alternativas racionales y hacer
que las personas las escriban y repitan.

b) Análisis coste-beneficio. En la línea de promover la aceptación, esta técnica ayuda a


replantear la vida de una persona. Consiste en analizar las actividades de trabajo y ocio
que conforman la vida de una persona, valorando las ventajas e inconvenientes que tiene
cada una de ellas para ayudar a tomar decisiones sobre qué cambiar y qué mantener.

c) Modelado. Consiste en animar a los usuarios a pensar en personas a las que admiran
por tener las actitudes ante la vida que a ellos les gustaría imitar. A partir de ahí, deben
investigar qué pensamientos suyos les gustaría asumir como filosofía de vida y qué
comportamientos básicos les gustaría copiar.

d) Biblioterapia. La TREC recomienda la lectura de libros de autoayuda para fomentar


nuevos puntos de vista en los clientes.

e) Además, se recomiendan métodos complementarios como el yoga, la meditación o el


uso de técnicas de relajación.

II. Para trabajar los aspectos emocionales se utiliza la imaginación racional-emotiva,


los ejercicios para la vergüenza, y el uso del humor y canciones.

a) Imaginación racional-emotiva. La TREC utiliza diversas técnicas basadas en el uso de


la imaginación. La más simple consiste en pedir a los pacientes que se imaginen
haciendo correctamente alguna tarea importante y se hagan conscientes de los
pensamientos y emociones que experimentan en ese momento. También usan la
imaginación para trabajar con las emociones. En este caso, el objetivo es que las
personas se den cuenta de cómo se activan las emociones ante determinados recuerdos,
de que algunas de ellas son inadecuadas (culpa, furia, depresión), y que se pueden
cambiar por otras que —aun siendo negativas— son más adecuadas al contexto porque

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permiten afrontar positivamente la situación (enfado, desagrado, tristeza). Los pasos de
la técnica son los siguientes:

Hacer que la persona imagine con mucho dramatismo un acontecimiento


activador.
Preguntarle qué emociones tiene en ese momento y ayudarle a experimentarlas
al máximo: ¿qué imágenes, sonidos y sensaciones tiene?
Se le pide que mantenga la imagen de la situación (acontecimiento activador),
pero que cambie la emoción por otra más adecuada, no importa que sea
negativa.
Se le pregunta «cómo lo hizo» (nunca «qué se dijo») y se le ayuda a ver que
para cambiar una emoción necesitamos cambiar la valoración del
acontecimiento activador. La idea es que podemos sentirnos mal ante algunas
cosas que suceden y que eso solo es problemático cuando nuestras emociones
son desproporcionadas como consecuencia de las valoraciones que hacemos.

b) Ejercicios para vencer la vergüenza. Según Ellis, la vergüenza aparece porque la


persona se dice a sí misma que todo tiene que ser perfecto y que quedará como un idiota
si no es así. Cuando hacemos algo «vergonzoso» etiquetamos como tal el acto, pero
también a nosotros mismos («es una vergüenza que tenga que entregar currículos por los
restaurantes, me he convertido en un ser patético»). El terapeuta elige con el cliente un
ejercicio para realizar en la calle que él considere vergonzante, pero que no pueda
resultar dañino para nadie (tirar un vaso, o decir algo inconveniente, vestir con algo
ridículo). Se le entrena para identificar sus creencias irracionales y para bloquear todo lo
que suponga la autocrítica. El objetivo es que asuma que el acto puede ser vergonzoso,
pero que eso no lo convierte en un ser patético. Para ello, debe usar creencias alternativas
del tipo: «Estoy realizando un ejercicio que es por mi bien», «sé lo que los otros están
pensando, pero puedo tolerarlo».

c) Utilización del humor y canciones racionales humorísticas. El objetivo es que las


personas se hagan conscientes de que exageran algunos aspectos de la realidad y se rían
de sí mismas. Para ello, puede ser útil usar canciones que se mofen de las propias
creencias, o imágenes humorísticas de uno mismo que ayuden a ver la parte graciosa de
la situación. Un joven que está todo el día quejándose de lo mal que están las cosas,
criticando a todos y a sí mismo, aprendió a imaginarse vestido de juez, con peluca y
toga, pero con nariz de payaso. Al mismo tiempo se cantaba la canción: «Soy un
litigante, muy poco elegante, con memoria de elefante, un auténtico payaso parlante».

III. Para trabajar los aspectos conductuales. Se pueden usar cualesquiera de las
muchas técnicas de modificación de conducta. Resumo algunas de las más utilizadas por
la TREC:

a) Solución de problemas. Para tratar de cambiar los «hechos activadores». Una

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persona reacciona con ira (C) ante el desorden que organiza su compañera de piso (A),
porque piensa que lo hace para faltarle al respeto (B). Además de cuestionar la creencia
«lo hace para faltarme al respeto», se puede enseñar a la persona a buscar soluciones
eficaces para acabar con el mal hábito de la compañera.

b) Entrenamiento en habilidades sociales. Si el cliente no tiene las habilidades


específicas para afrontar un «acontecimiento desencadenante».

c) Exposición. Les pide a las personas que se metan en situaciones temidas para
favorecer que surjan las creencias negativas y tengan que debatirlas.

d) Uso de recompensas y castigos asociados a la realización de las tareas a veces


difíciles que implica la terapia. Por ejemplo, si se ha expuesto a una situación temida
puede concederse un capricho y si no lo logró tiene que hacer un donativo a una ONG.

IV. Tareas para casa. Para completar el trabajo que se hace en sesión el terapeuta puede
pedir tareas para casa. Algunas de las más habituales son:

Autorregistros de creencias irracionales en los que se pide al cliente que


identifique y registre las creencias irracionales (B), en qué situaciones
aparecen (A), a qué consecuencias conductuales y emocionales negativas
suelen llevar (C), qué visiones alternativas son posibles (E) y a qué
consecuencias llevarían.
Tareas de comprobación de las evidencias de alguna creencia negativa:
«Investiga para averiguar cuántas personas han sido abandonadas por su
pareja por no ser perfectas».
Tareas de exposición a situaciones vergonzosas o cualquiera de las que
puede ir asociada a las intervenciones más conductuales como práctica de
habilidades sociales.
Recomendaciones de libros en la línea de la biblioterapia que antes señalé.
Convertir al usuario en maestro de trec pidiéndole que explique a amigos y
familiares en qué consiste el trabajo que él está haciendo y ayudándoles a
localizar sus propias creencias irracionales.
Grabar audios o vídeos debatiendo sus pensamientos irracionales.

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