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Como conseguir acción

Documentación Técnica 1

Alcanzar los objetivos planteados en la estrategia anual es fundamental para


cualquier compañía ya que de estos resultados se desprenden decisiones de todo
tipo.

Frente a la presión que esto significa para los empleados, hay diversas formas de
ayudarlos a que avancen en las metas sin “morir en el intento”. La motivación es
una herramienta que ayuda a las empresas a mejorar su productividad sin
necesidad de gastar grandes cantidades de dinero.

• Generar certidumbre en los empleados es clave para el buen


funcionamiento de la compañía, para lograrlo es necesario ser claro,
preocuparse por sus funciones y apostar a la capacitación. No se trata de
darles palmaditas en la espalda, sino de hacerlos conscientes del impacto
que tiene su desempeño en la compañía.

Estas son algunas consideraciones para lograr ser un buen motivador:

• Creerse y sentirse en el rol de líder: para que los demás lo vean y lo sigan
como líder debe ser usted el que primero debe verse y sentirse como el
gran líder que quiere ser.

• Correcta utilización del lenguaje: el líder debe utilizar un lenguaje claro y


sencillo para poder adaptarlo a la persona con la que dialoga y ser preciso
en lo que pide y espera de la otra persona. El uso correcto del lenguaje
permitirá que la comunicación dentro de la organización fluya como algo
natural y resulte un medio para vincularse los unos con los otros y no una
traba como sucede en ocasiones.

• Saber escuchar: para motivar hay que saber escuchar al otro para conocer
su escala de valores, sus metas y objetivos a corto y largo plazo. Este punto
es central si tenemos en cuenta que la motivación es siempre individual ya
que lo que motiva a una persona puede que no sea lo que motiva a otra.

• Empatía: la empatía tiene que ver con la posibilidad de ponerse en el lugar


del otro pero sin abandonar el propio lugar. De esta manera, la persona se
sentirá contenida y acompañada en el proceso.

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• Dar el ejemplo: el motivador debe ser el primero en dar el ejemplo y en
poner en acción los objetivos a alcanzar. Enseñar pone al líder en un lugar
privilegiado a la hora de motivar.

• Trabajar desde el compromiso del otro: de nada sirve imponer un


compromiso con el que pocos se sienten a gusto. Indagar en el compromiso
del otro permite trabajar en su desarrollo e ir aumentando paulatinamente
las metas hasta transformarlos en objetivos desafiantes.

• Incorporar a la persona como un “ser emotivo”: este aspecto es


fundamental teniendo en cuenta que en la mayoría de las organizaciones el
trabajador suele es un número de legajo. El ser humano es un ser
emocional y actúa de acuerdo con su estado de ánimo. Para fomentar esto,
el líder deberá preguntarle al trabajador cómo se siente, cómo se encuentra
su familia, hijos, etc. Interesarse en aquello que al trabajador le interesa
permitirá al motivador conocer el sistema emotivo para saber el momento
adecuado para incorporarle al trabajador las acciones concretas que debe
tomar de manera inmediata.

• Participación en el proceso: en la medida en que se pueda, es muy


favorable permitirle al otro sentirse parte del proceso facilitándole medios
para aportar sus ideas, iniciativas y creatividad. Se trata de invitarlos a
pensar, a que puedan generar nuevas formas de incrementar sus propios
recursos.

• Elogiar actitudes y desempeños pero no a las personas: de esta manera


quien reciba dicha mención se sentirá estimulado a seguir haciendo uso de
aquellas actitudes y acciones que le han permitido ser reconocido ante los
demás; reforzando aún más sus motivos para seguir desempeñándose en
dichos estándares al tiempo que el motivador evitará malentendidos de
favoritismo que pueden impactar en el resto negativamente.

En conclusión, la motivación es una semilla que crece dentro de cada uno, el


secreto es saber cultivarla.

Publicado: lunes, 05 de julio de 2010 por Esteban Alassia

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