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Liderazgo y capacitación en equipo: 4 claves para lograrlo

Toda organización o empresa está compuesta por un conjunto de personas. Cada uno de
estos individuos asume un rol específico, con la finalidad de contribuir a la consecución
de las metas planteadas. Mientras que unos asumen el liderazgo, otros deben aprender
a funcionar colectivamente para capacitar el equipo y potenciar sus habilidades
mutuamente.
Ahora bien, esta dinámica podrá ser fácil de enumerar y comprender; no obstante, en
la práctica, la cuestión no es tan sencilla. Es por eso que se deben comprender muy
bien estos conceptos y, por sobre todo lo demás, es necesario saber aplicarlos de la
manera más eficiente posible para mejorar el trabajo de todos.

¿Qué es el liderazgo?

Se trata de una cualidad que erige a un individuo como referente de un conjunto.  Esta
persona suele destacarse por su don para motivar y generar consenso en los
demás. Asimismo, los líderes tienen facilidad para influir de manera positiva en su
contexto, por lo que son capaces de persuadir y convencer acerca de sus ideas.
Un líder no se forja de la noche a la mañana, y tampoco es un rol destinado para
cualquier individuo. En una organización, se puede posicionar como líder alguien en
quien los demás confíen y a quien respeten. Además, deberá mostrar empatía y
responsabilidad.
En referencia a este último punto, la responsabilidad, un líder tiene que encargarse de
trazar una estrategia, delimitar normas y establecer valores y hábitos que guíen a un
grupo de trabajo hasta su objetivo. Como puede apreciarse, se trata de un rol complejo
y que demanda de muchas características especiales de parte de quien lo desempeña.

La capacitación en equipo: ¿de qué se trata?


También conocido como team building,  este concepto apunta al conocimiento de
estrategias y dinámicas para mejorar la habilidad de trabajar de modo colectivo de
varios individuos.
La capacitación en equipo suele enfrentarse a varios vicios y actitudes erróneas de los
humanos; desde luego, su trabajo es erradicarlas al máximo posible. Ejemplos de ello
son:
 Individualismo.
 Envidia.
 Egoísmo.
 Deseo de ser protagonista.
 Ambición negativa.
 Avaricia.
 Resentimiento.
 Celos.
 Mala relación con los colegas.

4 claves para capacitar el equipo de trabajo

A continuación, enumeraremos algunas premisas que un líder debe considerar para


estimular a su equipo a alcanzar las metas propuestas:

1. Generación de un buen ambiente de trabajo

Más allá de que las aptitudes y el conocimiento técnico son elementales, es vital contar
con trabajadores predispuestos y felices. Para eso, que reine la armonía y la
colaboración es fundamental.
Un líder debe asegurarse de que las diferencias inevitables entre los individuos no
acaben afectando la mecánica colectiva. Es necesario, entonces, potenciar virtudes
como la tolerancia y la capacidad de aceptación. Para que un grupo sea exitoso, la
unión y la ayuda mutua son indispensables.
2. Capacitación y motivación constante

Cuando se pretende que un equipo alcance sus objetivos y hasta logre superarlos,  es
fundamental que se mantenga actualizado y que amplíe sus conocimientos. Una
excelente manera de demostrar compromiso y de motivar a un conjunto de
trabajadores es ofreciéndoles las herramientas para que ellos mismos sean mejores.
Así, no solamente se formarán empleados más capaces, sino que también se sentirán
valorados y con expectativas de crecimiento personal y profesional reales. Este combo,
indudablemente, se traducirá en beneficios para todos.

3. Dinámica comunicacional

Cuando muchas personas trabajan en un proyecto en común, pueden aparecer los


malos entendidos que conduzcan a errores indeseados. Hay una solución ‘mágica’ para
este problema: la comunicación eficaz.
En otras palabras, es primordial que cada empleado conozca su función al detalle, así
como también sus responsabilidades y derechos. Desde luego, la retroalimentación y la
posibilidad de expresión son también muy importantes para que el proceso sea
verdaderamente colaborativo.

4. Competencia sana

Todas las personas trabajan para progresar; de lo contrario, serían meros cumplidores
de órdenes sin propósito alguno más que trabajar para obtener una recompensa
(dinero) a cambio. No obstante, la mentalidad humana va más allá, y siempre nos hace
perseguir un fin mayor. En este caso, se trata del ascenso en la carrera profesional.
Un líder debe ser capaz de motivar a sus trabajadores y demostrarles que su esfuerzo no
es en vano, y que quienes trabajen duro verán sus frutos en el futuro.
Esto no implica provocar conflictos internos ni actitudes desleales, sino alentar a todos a
dar su máximo potencial. Si bien es algo difícil de lograr, puede marcar la diferencia
entre un grupo improductivo y otro que se supera día a día.
En última instancia, siempre se debe buscar generar un sentido de pertenencia de
parte de todos. El trabajo ocupa un rol central en la vida de un individuo; un líder debe
saber convencer a sus trabajadores de que su lugar está ahí, de que son una parte
importante en ese sistema y de que su trabajo es reconocido y tendrá su recompensa.

¿Cómo ser un buen líder? Claves fundamentales para liderar tus equipos

Un líder es una persona seguida por las demás. En el ámbito laboral, esto significa que es
una persona a la que siguen sus empleados, alguien orientado a actuar más que a hablar
de sus objetivos, alguien con carisma y con empuje. No hemos de confundir líder con jefe:
ambas figuras tienen capacidad de mando, pero el líder es alguien admirado dentro de la
compañía. Vamos a ver las claves fundamentales para ser un buen líder para tus
trabajadores.
Un líder lleva consigo a su equipo para conseguir los objetivos estipulados, motivando a
todos los miembros para ser más eficientes en el trabajo, para sentirse más felices y, por
tanto, es un pilar fundamental para mejorar el employer branding de la compañía.
Veamos seis características esenciales del líder a quien todo el mundo seguiría:
 

1. Tener en cuenta los puntos de vista de los miembros de su equipo. El equipo es lo


más importante y, por lo tanto, el líder aportará los medios, herramientas y
espacios para desempeñar las funciones asignadas. Esto hace posible conseguir los
objetivos globales con más facilidad. Además, escuchar las opiniones, sugerencias
y críticas del equipo es fundamental. El líder no tiene por qué saberlo todo, así que
es fundamental complementarse con los demás y ser flexible. Un buen líder
encontrará personas con habilidades que desarrollar, y les dará herramientas para
lograr el éxito.
2. Tener la capacidad para motivar. La motivación es esencial para disponer de un
equipo engrasado y con buena predisposición. No hay que confundir motivar con
divertir, y un buen líder sabrá cómo agrupar a personas altamente motivadas que
rendirán más en sus trabajos, serán más productivas y alcanzarán los objetivos
marcados más fácil y eficientemente. Esto tiene beneficios tanto para los
trabajadores como para la empresa.
3. Organizar actividades grupales. Esta es una gran manera de consolidar y
cohesionar un equipo humano. Las actividades grupales son divertidas y sirven
para compartir experiencias, así que son una gran herramienta para potenciar la
motivación. Eso sí, ser amigable con tu equipo es positivo, pero un buen líder sabe
diferenciar entre la relación profesional y la personal. Confundir ambas líneas
puede llevar a tener problemas de confianza, y el liderazgo se puede ver afectado.
4. El líder es el primero en dar ejemplo. Si quiere que sus trabajadores lleguen
temprano, él lo hará siempre. Si quiere que mantengan su motivación, estará
motivado. No debe exigir aquello que no es capaz de cumplir, así que ha de dar
ejemplo a sus equipos mediante la acción. Esto tendrá un efecto positivo en el
equipo.
5. Valorar el trabajo de su equipo. El buen líder no actúa solo y sabe cuándo necesita
ayuda, por lo que no dudará en pedir a otra persona que le eche una mano, debe
tener inteligencia emocional. Confiar en el trabajo de tu equipo y valorarlo en su
justa medida es fundamental, y de igual manera es importante no interferir en sus
asuntos y procesos a menos que sea realmente necesario.
6. Innovar y comunicar. La buena comunicación es vital para que todo fluya con los
equipos y, por tanto, es fundamental que los empleados tengan conocimientos
profundos de los procesos de la empresa para que sentirse más implicados y
disponer de una visión más global de los objetivos que se persiguen. Esta es una
tarea fundamental del líder, que es quien facilitará esos conocimientos a través de
una comunicación interna fluida y transparente. En cuanto a la innovación, es
simple: cuando un equipo innova y es creativo se arriesga a cometer errores, pero
es necesario que esto se tome como una posibilidad de mejora.

Cómo usar mejor la inteligencia emocional en el liderazgo: 5 tips

Para finalizar te dejamos unos cuantos consejos para utilizar del mejor modo la IE en el
área del liderazgo en el ámbito laboral.

1. Pon atención a tu actitud y haz de ti un ejemplo

Si eres jefe, utilizar tu IE es fundamental ya que de alguna forma tú eres quien puede
marcar la diferencia en proyectos difíciles. Actuar pensando en que eres un ejemplo para
los demás te ayudará a inspirar a uno o varios colegas. Piensa que tu actitud ante un
proyecto difícil debe ser realista, pero no pesimista. Busca siempre rescatar la resiliencia,
adaptabilidad y la perseverancia ante situaciones difíciles o proyectos que no parecen ser
los más sencillos de realizar.

2. Ayuda a quienes tengan problemas con la IE

Alguien a tu cargo puede tener un problema con la IE. Quizá te enteras de que un colega
podría sentir muchos nervios al hablar en público y es el encargado de hacer una
presentación la siguiente semana. Pregúntale de manera discreta si quiere ayuda para la
presentación, incluso unas cuantas palabras de aliento pueden ser suficiente. Pero si te
piden más consejos como estrategias o consejos, bríndaselos. 

3. Ofrece ayuda en la resolución de conflictos

Otra manera en la que puedes utilizar tu inteligencia emocional en el trabajo si eres


líder es en los problemas que pueden surgir entre varios elementos de tu equipo. Si hay
un conflicto entre dos o más colegas busca mediar la discusión y deja que cada persona
implicada exprese su punto de vista para que los malentendidos se resuelvan más rápido y
fácilmente.

Se trata de que les ayudes a ver distintas alternativas para enfrentar sus problemas y que
mejores la capacidad de comunicación de todo tu equipo. A menos de que sea un asunto
delicado o que aborde aspectos personales, puedes hacer públicas las sesiones de
resolución para todos los integrantes de tu equipo. Esto le dará la oportunidad a quienes
tienen una IE alta a detectar herramientas para mediar y resolver conflictos similares en
un futuro.

4. Ponte en el lugar de quienes forman a tu equipo de trabajo

Si eres coordinador o líder y tu inteligencia emocional parece no ser la mejor, considera


este punto para trabajar y hacer crecer tus habilidades de IE. Es importante que seas
empático ante cualquier problema que se presente. Ponte en el lugar de quienes tienen
un conflicto y piensa por qué motivos podrían haber dicho o hecho lo que los llevó a la
discusión.

Después de considerar las circunstancias de cada parte en el conflicto verás que te será
más fácil plantear un diálogo y llevarlo a término de una mejor manera. Antes de entablar
la conversación con la persona (o personas) dentro del problema, puedes hacer una lista
en la que plantees lo que has entendido de la situación, cuáles puntos piensas que
necesitan aclararse y qué posibles resoluciones consideras que se pueden llevar a cabo. 

5. Realiza juntas de evaluación y desarrollo

Aunque esto de entrada puede parecer muy invasivo, la diferencia radica justo en el modo
en el que se hagan estas reuniones. Recuerda que una de las claves para potenciar la
inteligencia emocional en el trabajo es aumentar la convivencia. Este tipo de reuniones no
necesitan ser muy frecuentes, pero sí deben ser constantes: una vez al mes, por ejemplo.

En ellas, más que hacer un juicio global, busca destacar los logros de cada persona y
motívalos para que continúen con su desarrollo profesional y personal. También puedes
ofrecer asesorías personalizadas para las personas de tu equipo que consideres que tienen
más problemas con la IE u otro aspecto que esté frenando su desarrollo.

Recuerda que una de tus labores como gerente de un equipo es mejorar la productividad
y satisfacción de tu equipo.

Como pudiste ver, la inteligencia emocional en el trabajo es necesaria para tener una
convivencia armónica y mantener un buen rendimiento y ritmo de trabajo. Ya sea que
tengas una IE alta o baja siempre puedes trabajar para mejorarla.

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