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Hoy en día las organizaciones no solo contratan coaches para que apoyen a sus
líderes a alcanzar metas, sino que implementan estrategias para desarrollar en sus
líderes habilidades de coaching que los lleven a empoderar a sus colaboradores y
facilitar el cumplimiento de objetivos de sus equipos. Es decir, buscan generar culturas
organizacionales en las que el líder es un coach que facilita el aprendizaje de otros.
Es muy común encontrar líderes que llegaron a su posición actual gracias a un alto
nivel de desarrollo de competencias técnicas en un área específica, pero sin haber
desarrollado competencias de liderazgo. Por ejemplo, el gerente o el director de
finanzas que siempre ha sido muy bueno implementando estrategias para controlar y
disminuir los costos, pero que no ha recibido ningún tipo de entrenamiento para liderar
a otros. O el director o gerente de ventas que siempre ha sido muy buen vendedor,
pero que no sabe cómo facilitar el desarrollo de equipos. Las habilidades de coaching
permiten que los líderes generen conversaciones significativas con sus colaboradores,
para que pasen de ser jefes a ser verdaderos líderes .
Construir confianza.
Autoconciencia e inteligencia emocional.
Mostrar empatía.
Preguntas poderosas y curiosidad.
Escucha activa.
Comunicación efectiva y directa.
Reconocimiento y retroalimentación apreciativa.
Facilitar el aprendizaje del otro.
Moverse a la acción.
Responsabilidad por los resultados.
Estas habilidades son claves para los líderes que realmente desean contribuir al
crecimiento de sus colaboradores. Cuando las organizaciones promueven estilos de
liderazgo donde los líderes cumplen el rol de un coach con sus equipos, están
permitiendo que se genere una cultura de aprendizaje en la que se obtiene lo mejor del
talento humano, y se produce un ambiente de trabajo que mantiene en alto los niveles
de motivación, lo cual es clave para el éxito de la organización.
1. Construir confianza
Es la habilidad del líder para crear un ambiente seguro y de apoyo que produzca
permanente respeto y confianza mutua. Para que las personas confíen en su líder es
fundamental que este haya demostrado que es una persona íntegra, que sus palabras
son coherentes con sus acciones y que cumple y respeta los compromisos que hace con
otros. Es decir el líder debe construir relaciones sólidas con su colaboradores y promover
una cultura de confianza en la cual ser autentico es visto como algo positivo.
Un líder que genera confianza, es aquel que construye con su equipo una cultura en la
que cometer errores es válido y es parte del aprendizaje. Es un líder que promueve la
participación, que está abierto a escuchar opiniones distintas a la suya y a escuchar
puntos de vista diferentes. Estas actitudes del líder generan un sentimiento de libertad
en sus colaboradores, que posibilita el dialogo, el debate y la expresión de ideas,
elementos necesarios para el aprendizaje, la innovación y el crecimiento.
Otro aspecto imprescindible para construir confianza es demostrar preocupación
genuina por el bienestar y futuro de tus colaboradores, desear ayudarlos a que
alcancen sus metas no solo laborales, sino personales.
Ningún colaborador va a ser honesto y abrirse a compartir las dificultades que está
encontrando para alcanzar sus metas, si su jefe no sabe regular sus emociones y no
demuestra compostura. Por el contrario el miedo a que el jefe se enfurezca y tome
represalias, mantiene a las personas enfocando su energía en mantener una imagen de
no cometer errores, por miedo a las consecuencias, energía que podría invertirse en la
obtención de mejores resultados.
La empatía está relacionada con la capacidad de conectarse con el otro más allá del juicio
y ponernos en sus zapatos. Es poco probable que alguien que no sea empático sea
percibido como un líder confiable.
Un líder empático está atento a los cambios emocionales del otro, puede percibir las
emociones en el otro y hacer preguntas o comentarios al respecto, ayudándole a su
colaborador a tomar consciencia de su lenguaje verbal y no verbal y del impacto que
genera. Por ejemplo si estás en una reunión con tu colaborador y percibes que tiene una
expresión en su rostro y una postura corporal que muestran tensión, puedes decirle: Veo
tus hombros tensionados y tu ceño fruncido. Estoy sintiéndote preocupado, ¿es así?
Siempre validando si lo que percibes es verdad para el otro.
O por ejemplo si ves que tu colaborador está súper acelerado, puedes decirle: cuando te
escucho hablar rápidamente, sin respirar y sin hacer pausas, eso me hace sentir
acelerado. Hacer esto le ayuda a tomar conciencia al otro de cómo se está comunicando
y le muestra el impacto que su comportamiento genera.
Para que las preguntas sean poderosas, es importante que estas sean abiertas, para que
inviten a la reflexión y a ampliar la perspectiva. Por ejemplo en vez de preguntarle a tu
colaborador ¿estás de acuerdo con esta estrategia? (lo cual es una pregunta cerrada
porque la respuesta es un si, no o no sé), podrías preguntarle ¿cuáles son los beneficios y
desventajas que ves en esta propuesta? Con esta pregunta la persona debe reflexionar y
analizar diversos elementos antes de apoyar o no la propuesta.
Las preguntas poderosas suelen ser sencillas, abiertas, concisas, y en algunos casos
creativos, novedosos e impactantes porque van más allá de las preguntas estándar.
Ejemplos de preguntas poderosas son: ¿cómo te ves a ti mismo creciendo en esta
posición?, ¿qué te va a indicar que estas alcanzando tu meta?, ¿cuáles fortalezas tuyas
van a ayudarte a generar los resultados que buscas? y ¿qué necesitas aprender para
cumplir tus objetivos?
5. Escucha activa
Ha pasado varias veces en sesiones de coaching con equipos, que se ven dos miembros
del equipo discutiendo, contradiciéndose e intentando refutar que lo que el otro dice, sin
darse cuenta que están hablando de cosas totalmente diferentes o que están diciendo lo
mismo con palabras distintas, y esto se da porque no escuchan lo que el otro está
diciendo y mientras la otra persona habla están construyendo argumentos en su mente
para demostrar que tienen la razón.
Un líder que escucha activamente tiene toda su atención puesta en el lenguaje verbal y no
verbal del otro, lo que le permite leer entre líneas, y ser asertivo en sus comentarios e
intervenciones.
El parafraseo es una de las técnicas que ayuda al otro a tomar conciencia y se da cuando
el líder hace una síntesis de lo que el otro dijo, conectando los puntos más importantes
que se relacionen entre si y ayudándolo a ver esta relación. Parafrasear es hacer un
resumen de lo que se ha escuchado, para validar que se está comprendiendo lo que el
otro dice y para compartir lo que se percibe de la situación. Si has escuchando
activamente puedes identificar cuáles son los elementos clave de la conversación y la
relación entre estos, y decirle a tu colaborador algo como: estoy escuchado que lo que
está sucediendo es X, que cuando X sucede se produce Y y que Y está teniendo un
impacto en Z, ¿es así?
Es mucho más fácil construir sobre los recursos internos que tus colaboradores
ya tienen, comprender cuáles son sus fortalezas y asignarles responsabilidades
de acuerdo a sus talentos, que focalizarse en cambiarlos. Para ayudar a los
demás a ser conscientes de sus fortalezas y sacar a luz lo mejor de sí mismos,
el líder debe realmente ver y creer en las capacidades del otro, y confiar en su
recursividad y creatividad.
Cuando hacemos un reconociendo este puede ser tanto sobre el Ser como sobre
los logros.
8. Facilitar el aprendizaje
9. Mover a la acción
Es la capacidad del líder para ayudar a su colaborador a comprometerse con
aquello que tiene que hacer para alcanzar su meta.