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Especialidad Ginecología
CIE-10 N70-N77
CIE-9 614-616
CIAP-2 X74
DiseasesDB 9748
MedlinePlus 000888
eMedicine emerg/410
MeSH D000292
Sinónimos
Aviso médico
Índice
1Etiología
2Síntomas
3Diagnóstico
4Tratamiento
5Pronóstico
6Referencias
7Enlaces externos
8Véase también
Etiología[editar]
Síntomas[editar]
El síntoma más frecuente es dolor abdominal bajo comúnmente bilateral asociado a leucorrea
ya que suele afectar otros órganos vecinos. Otros síntomas pueden ser periodos de
menstruación largos y con mucho dolor, fiebre, dolor pélvico, dolor cervical, dolor anexial,
malestares generales como náuseas y/o vómitos Estos síntomas pueden ampliarse
a: micción dolorosa, estreñimiento, y dolor en las relaciones sexuales, entre otros.
Diagnóstico[editar]
Se guía por clínica que es característico abdomen doloroso bajo, fiebre y leucorrea; en la
exploración genital la movilización del cérvix es dolorosa. También pueden palparse masas
anexiales. Se pueden realizar exámenes de sangre (recuento de glóbulos blancos), estudios
microbiológicos en el exudado y también se puede recurrir a laparoscopia y ecografías. Para
un mejor diagnóstico se requiere cumplir con todos los criterios mayores y al menos un criterio
de los menores que consiste en lo siguiente:
Criterios mayores: Tener o haber tenido dolor abdominal bajo, dolor cervical al
movimiento, dolor anexial a la exploración física y ecografía no sugestiva a otra patología
Criterios menores: Temperatura mayor a 38 °C, leucocitosis mayor a 10,500, velocidad
de segmentación globular elevada y exudado intracervical.
Tratamiento[editar]
El tratamiento fundamental consiste en la administración de antibióticos, así como medidas
generales (reposo, analgésicos, extracción de DIU si lo hay). A veces puede ser necesaria
hospitalización (para las embarazadas o las menores de 18 años). 7 La cirugía, para drenar
abscesos y lavar el peritoneo afectado, también es un tratamiento para este tipo de
enfermedad.
Pronóstico[editar]
La mortalidad es excepcional con el tratamiento adecuado. No obstante, hay un riesgo de
hasta un 25% de que se desarrolle la enfermedad de nuevo más adelante. El principal
problema, no obstante, son las secuelas: el embarazo ectópico y el riesgo
de infertilidad aumentan de forma drástica una vez desarrollada la enfermedad, y aún más si
ocurren más episodios de la enfermedad.
Etiología
Factores de riesgo
Por lo general, la EPI aparece en mujeres < 35. Es rara antes de la menarca, después de
la menopausia y durante el embarazo.
Los factores de riesgo incluyen
EPI previa
Presencia de vaginosis bacteriana o cualquier enfermedad de transmisión sexual
Otros factores de riesgo, particularmente en las EPI por gonorrea o clamidias, incluyen
Raza no blanca
Signos y síntomas
Son comunes el dolor abdominal bajo, la fiebre, el flujo cervical y el sangrado uterino
anormal, especialmente durante o después de la menstruación.
Cervicitis
El cuello uterino aparece rojo y sangra fácilmente (ver Cervicitis : Signos y síntomas ). La
secreción mucopurulenta es común; en general es amarillo-verdoso y puede verse
saliendo del canal endocervical.
Salpingitis aguda
El dolor abdominal bajo en general es bilateral, pero puede ser unilateral aunque estén
comprometidas ambas trompas. El dolor también puede aparecer en el abdomen
superior. Las náuseas y los vómitos son comunes cuando el dolor es intenso. El
sangrado irregular (causado por la endometritis) y la fiebre aparecen en hasta un tercio
de las pacientes.
En las etapas tempranas, los signos pueden ser leves o no encontrarse. Luego es común
encontrar dolor a la movilización del cuello uterino, defensa abdominal y rebote
peritoneal.
Muchas mujeres con inflamación lo suficientemente grave para dejar secuelas fibrosas
presentan pocos o ningún síntoma.
La EPI por N. gonorrhoeae es en general más aguda y produce síntomas más graves que
la debida a C. trachomatis, la cual puede ser silenciosa. La EPI debida a M. genitalium, al
igual que la causada por C. trachomatis, también es leve y se debe considerar en mujeres
que no responden al tratamiento de primera línea para la EPI.
Complicaciones
La salpingitis aguda gonocócica o por clamidias puede producir un síndrome de Fitz-
Hugh-Curtis (perihepatitis que produce dolor en el cuadrante superior derecho del
abdomen). La infección puede cronificarse, con exacerbaciones y remisiones
intermitentes.
El 15% de las mujeres con salpingitis presentan un absceso tuboovárico (la colección de
pus en los anexos). Puede acompañar a una infección aguda o crónica y es más
probable si el tratamiento es tardío o incompleto. En general hay dolor, fiebre y signos
peritoneales y puede ser grave. Una masa anexial puede ser palpable, aunque la
sensibilidad extrema puede limitar el examen. El absceso puede romperse, lo que lleva a
síntomas cada vez más graves e incluso al shock séptico.
La salpingitis puede causar cicatrices y bridas tubarias, que en general llevan a dolor
pelviano crónico, infertilidad y aumento del riesgo de embarazo ectópico.
Diagnóstico
Alto índice de sospecha
PCR
Prueba de embarazo
Si se sospecha una EPI, deben realizarse una PCR de las muestras cervicales en busca
de N. gonorrhoeae y C. trachomatis (que tiene una sensibilidad y una especificidad
cercanas al 99%) y una prueba de embarazo. Si el estudio de PCR no está disponible,
debe realizarse cultivo. Sin embargo, la infección del tracto superior es posible incluso si
las muestras cervicales son negativas. En el consultorio, debe examinarse el flujo
cervical para confirmar si es purulento; también en el consultorio se usan una tinción de
Gram o un preparado fresco, pero aquí estos estudios no son sensibles ni específicos.
Si una paciente no puede ser adecuadamente examinada debido al dolor, debe
realizarse una ecografía lo más rápido posible.
Los leucocitos en sangre pueden estar elevados, pero este estudio no es útil para el
diagnóstico.
Perlas y errores
Tratamiento
Antibióticos que cubran N. gonorrhoeae, C. trachomatis, y a veces otros
microorganismos
Los antibióticos se administran empíricamente para cubrir N. gonorrhoeae y C.
trachomatis y se modifican según los resultados de las pruebas de laboratorio. Es
necesario un tratamiento empírico siempre que el diagnóstico está en duda por varias
razones:
Las pruebas (en especial las realizadas en el lugar de atención) no son
concluyentes.
Perlas y errores
Tratar empíricamente cada vez que el diagnóstico está en duda debido a que las
pruebas (especialmente las realizadas en el lugar de atención) no son concluyentes, el
diagnóstico basado en criterios clínicos puede ser inexacto, y no tratar una EPI
mínimamente sintomática puede dar lugar a complicaciones graves.
Las pacientes con cervicitis o con una EPI clínicamente leve o moderada no requieren
internación. Los regímenes terapéuticos de las pacientes ambulatorias (ver Regímenes
terapéuticos para la enfermedad inflamatoria pelviana* ) en general también incluyen la
erradicación de la vaginosis bacteriana (ver Vaginosis bacteriana : Tratamiento ), que a
menudo coexiste.
Las parejas sexuales de las pacientes con infecciones por N. gonorrhoeae o C.
trachomatis deben tratarse.
TABLA
Si las pacientes no mejoran después del tratamiento que cubre los patógenos
habituales, se debería considerar una EPI debida a M. genitalium. Las pacientes pueden
ser tratadas empíricamente con moxifloxacina 400 mg por vía oral una vez/día durante
7 a 14 días (p. ej., durante 10 días).
Las mujeres con EPI habitualmente son hospitalizadas si está presente cualquiera de las
siguientes situaciones:
Embarazo
Síntomas graves o fiebre alta
Absceso tubo-ovárico