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TIPOS
ENDOMETRITIS
OOFORITIS
PARAMETRITIS
SALPINGITIS
CLASIFICACION
ETIOLOGIA
La EIP suele estar provocada por la invasión de bacterias que ascienden desde la
vagina y cérvix hasta llegar a colonizar otras regiones superiores del tracto genital
femenino.
Aparecen distintos cambios físicos en los órganos internos y se forma un exudado
que afecta a la mucosa. Es una patología que puede llegar a ser crónica si no se
establece un tratamiento adecuado.
FACTORES DE RIESGO
SINTOMAS Y SIGNOS
DIAGNOSTICO
El diagnóstico de la EIP es poco sensible y específico. No hay una prueba única para
diagnosticar la EIP, sino que se va a llevar a cabo un diagnóstico fundamentalmente
clínico que se va a complementar con diversos exámenes de laboratorio y otros
estudios más especializados.
Las pruebas más habituales para el diagnóstico de la EIP son:
Exploración de la pelvis para ver si hay signos que manifiesten una posible
enfermedad inflamatoria pélvica.
Hemograma a partir de un análisis de sangre que, en el caso de tener EIP,
muestra niveles elevados de leucocitos.
Ecografía de la pelvis para buscar otras posibles causas de los síntomas como
puede ser un embarazo o incluso una apendicitis. También se busca inflamación
en las trompas y los ovarios.
Cultivo celular para confirmar la presencia de microorganismos nocivos en el
cérvix.
Laparoscopia. Se trata de la prueba estrella del diagnóstico, aunque tiene
algunas limitaciones. Es muy útil pero hay que considerar los riesgos y el coste
que supone su realización.
Biopsia endometrial que muestra la presencia de células plasmáticas y es
indicativo de EIP.
En caso de querer un embarazo tras una EIP, la ecografía y la laparoscopia pueden
ayudar a la mujer a averiguar si las trompas de Falopio se encuentran bloqueadas. Se
valorará la necesidad de una fecundación in vitro (FIV) o de una cirugía para
desbloquear las trompas.
TRATAMIENTO
Cuanto más tiempo se tarde en iniciarse un tratamiento para la EIP, más lesiones
puede generar y mayores probabilidades de que se produzcan complicaciones. En
relación a este tipo de dolencias, es de vital importancia acudir a un médico
especialista y realizar un buen diagnóstico que permita establecer el tratamiento
más adecuado.
Los objetivos del tratamiento para la EIP son:
Eliminar la infección.
Aliviar los síntomas.
Impedir complicaciones.