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Acosta Zacapala Nonantzin Llei

201459862
ANATOMÍA PATOLÓGICA 21168 7:00-8:00 hrs
Adriana María Martínez Hernández

ENFERMEDAD PÉLVICA INFLAMATORIA (EPI)

La enfermedad pélvica inflamatoria es un síndrome clínico que se presenta como


procesos inflamatorios e infecciosos del tracto genital superior de la mujer. Puede
incluir una o varias de las siguientes afecciones: endometritis, salpingitis,
peritonitis, absceso de trompas uterinas y ovarios. Siendo la salpingitis la más
común.
Esta enfermedad afecta principalmente a mujeres fértiles (15 y 25), además de
que tiene que ver la promiscuidad, el sexo sin protección y el inicio temprano de la
vida sexual.
¿Por qué ocurre? Las bacterias ascienden desde la vagina y el cérvix al tracto
genital superior, colonizando la región y generando un proceso inflamatorio, lo que
promueve la formación de exudado purulento en la mucosa tubaria. Suele se
polimicrobiana (más comunes N. gonorrhoeae, Mycoplasma genitalium y C.
trachomatis). El tipo y número de especies varían según el estadío de la
enfermedad. En horas tardías se cultivan microorganismos y comienza la
aparición de bacterias anaerobias.
En condiciones normales, los órganos genitales femeninos son estériles, excepto
en la menstruación, y es protegido por el canal endocervical y el moco. Cuando
éstos se lesionan, son susceptibles a infecciones. Además de que entran en juego
la inmunidad del paciente, el estado nutricional y la susceptibilidad a la agresión
bacteriana. En cuanto a las modificaciones se presenta vasodilatación, destrucción
del endosalpix y la producción de exudado purulento.
Cuando se instala la infección puede haber variados cuadros clínicos, desde estar
asintomática hasta cuadros de abdomen agudo. El síntoma más común (95%) es
el dolor abdominal inespecífico; tiende a localizarse en el cuadrante inferior del
abdomen. No existe un signo patognomónico, pero se ha descrito una triada,
puesto que se ha presentado en un gran porcentaje de pacientes, y son: dolor
pélvico, fiebre y leucocitosis.
Los factores de riesgo principales son, la promiscuidad, el sexo no seguro, uso de
DIU, la instrumentación uterina, adquisición de enfermedades de transmisión
sexual, abortos, duchas vaginales y episodios previos de enfermedad pélvica
inflamatoria.
Se puede llegar al diagnóstico con los datos obtenidos mediante la clínica, y
complementarse con estudios paraclínicos. Para realizar el diagnóstico deben de
tomarse en cuenta los criterios de Sweet mayores y menores.

Existe una clasificación para las EPI:


 Grado I: No hay masas ni signos de irritación peritoneal.
 Grado II: Enfermedad complicada por presencia de abscesos o masas que
involucra ovarios y/o trompas uterinas, con signos de irritación peritoneal.
 Grado III: La infección se encuentra diseminada a estructuras fuera de la
pelvis y con respuesta sistémica.

El tratamiento consiste en la eliminación de la infección aguda, los síntomas y la


prevención de secuelas a largo plazo. Debe de emplearse un esquema con
antibióticos, y en ocasiones conviene realizar laparoscopía, con el fin de realizar
lisis de adherencias, drenaje de absceso, excisión de tejidos infectados y
necróticos e irrigación de la cavidad peritoneal.

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