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COMISIÓN ORGANIZADORA
VICE PRESIDENCIA ACADEMICA
REFRIGERACION Y CONGELACIÒN
SEMANA - 02
INTRODUCCIÓN A LA REFRIGERACIÓN Y
CONGELACIÓN CONSUMO DE ALIMENTOS
REFRIGERADOS Y CONGELADO
JULIACA – PUNO
2021 – I
2. INTRODUCCIÓN A LA REFRIGERACIÓN Y CONGELACIÓN CONSUMO DE
ALIMENTOS REFRIGERADOS Y CONGELADO
Actualmente el desarrollo de una sociedad moderna exige una mejor aplicación de las
bajas temperaturas para la conservación de productos perecederos a fin de satisfacer las
necesidades alimentarias de una población en continuo crecimiento. La refrigeración y la
congelación son técnicas de conservación ampliamente difundidas en la industria
alimentaría que reducen al mínimo los procesos de degradación por microorganismos y
enzimas. Para que la conservación de los alimentos por el frío sea eficaz, deben respetarse
tres aspectos básicos, tanto en el caso de productos refrigerados como productos
congelados: partir de un producto sano y de calidad, aplicar el frío tan pronto como sea
posible y mantener la acción del frío de forma constante y en el grado adecuado. Las
pérdidas de peso por evaporación o sublimación, la desnaturalización de proteínas y la
oxidación de grasas y aceites son efectos negativos de una inadecuada regulación y
control de los factores de acondicionamiento interno en los sistemas de almacenamiento.
Las ventajas de la acción del frío son contrarrestadas hasta cierto punto por el daño
causado por la formación de cristales de hielo a nivel celular. El tamaño y la localización
de esos cristales formados durante la congelación dependen de la temperatura del medio
de congelación, de los componentes del alimento, de la temperatura final y afectan
parámetros importantes de la calidad como el exudado, la textura y el color de productos
congelados.
La congelación prácticamente no provoca cambios desde el punto de vista nutritivo. La
resistencia de diversos tejidos animales y vegetales a la congelación es muy diversa; así,
las frutas y los vegetales, por ejemplo, presentan una estructura muy rígida por lo que la
formación de los cristales de hielo puede afectarlas con mayor facilidad que a las carnes.
Las carnes, poseen una estructura más fibrosa y durante la congelación, en lugar de
romperse, se separa, por lo que su textura no se modifica significativamente.
La congelación con aire frío, por contacto con placa fría y la congelación criogénica,
presentan una diversidad de diseños y condiciones de proceso que permiten su aplicación
a una vasta gama de productos, incluso no alimentarios, con un amplio intervalo de
velocidades de congelación. El desarrollo de estas tecnologías en México se debe a la
creciente demanda de alimentos frescos naturales, al creciente mercado de exportación
de congelados y a la demanda interna de alimentos preparados o precocinados
congelados. Estos procesos frigoríficos son puntos de partida de una cadena del frío.
El consumo de los productos congelados estaba ya en pleno auge, en estos últimos años cobra especial
importancia. Ya que nos permite mantener una dieta equilibrada y saludable. De hecho, según datos
recientes el consumo de productos congelados ha crecido un 39% durante el primer trimestre del
presente año.
En primer lugar, los alimentos congelados permiten llevar una dieta saludable y equilibrada durante
un largo período: a lo largo de los últimos años ha cobrado especial importancia seguir una dieta
variada, equilibrada y saludable. En este sentido, los productos congelados ofrecen al usuario la
posibilidad de disponer de una amplia y variada gama de alimentos, sean o no de temporada, para
elaborar recetas con alto valor nutricional para todo tipo de dietas (incluidas las flexitarianas). La
línea de productos congelados también provee al usuario de alimentos para momentos de indulgencia.
Además, gracias a la perdurabilidad que ofrecen los congelados, se han convertido en el aliado
alimenticio perfecto para la prolongación de su vida útil.
En segundo lugar, son alimentos seguros y transparentes: los productos congelados aseguran su
valor nutricional gracias a la técnica de conservación que utilizan: la ultracongelación. Esta técnica
consiste en un proceso industrial que congela a alta velocidad y a más de -40oC, lo que permite que
no se generen cristales de hielo y se mantenga el valor nutricional de los alimentos. Luego, el producto
se estabiliza hasta alcanzar los -18/20oC, temperatura que conservan tanto en tienda como en casa de
los consumidores. A diferencia de la congelación doméstica, que es más lenta y se realiza a menor
temperatura, por lo que puede conllevar a una pérdida nutricional de los productos. También se trata
de productos totalmente transparentes con el consumidor ya que le trasladan todos los datos sobre el
origen, envasado, valor nutritivo, fecha de caducidad y diversos consejos de conservación y
preparación.
En definitiva, las principales razones del crecimiento del consumo de los productos congelados
durante periodos considerables son la perdurabilidad de los alimentos, variedad de productos y la
seguridad de sus valores nutritivos. Sin embargo, a la hora de consumirlos, es importante tener en
cuenta las recomendaciones de uso de la Plataforma del Congelado:
Para que los alimentos mantengan sus propiedades, no hay que romper la cadena de frío, por
lo que se deben utilizar bolsas isotérmicas para transportarlos de la tienda a casa.
Una vez descongelados, los productos no deben volver a congelarse.
Aunque estén congelados, tienen una fecha de vencimiento que se debe respetar.
Descongelar es tan importante como congelar.
Cuando lleguemos a casa, trataremos de clasificar los alimentos en alimentos que no necesitan frío,
alimentos refrigerados y alimentos congelados.
La etiqueta de los productos alimenticios nos puede ayudar, ya que en muchos casos nos informará
del modo de conservación más adecuado. No tires los envases de los productos sin asegurarte de que
conoces bien el modo de conservación y de empleo.
No debemos almacenar productos o limpiadores químicos junto con alimentos y nunca se debe utilizar
para almacenar alimentos, recipientes que hayan contenido productos no alimenticios o sustancias
químicas.
Los alimentos que necesiten frío para su conservación deben ser guardados con rapidez para mantener
la cadena de frío.
Esto es importante no sólo para preservar la calidad, propiedades nutritivas y organolépticas de los
productos alimenticios, sino también para mantener al alimento en condiciones adecuadas de
seguridad.
Los alimentos se alteran principalmente por la acción de las bacterias, que son muy activas a
temperatura ambiente. Entre los 5ºC y los 65ºC, la mayoría de microorganismos potencialmente
patógenos crecen rápidamente y se multiplican en muy poco tiempo. El frío no destruye los
microorganismos, pero sí hace más lento o detiene su desarrollo.
Aunque estos microorganismos pueden ser destruidos parcial o totalmente con una buena cocción,
hasta que llegue el momento de cocinar, debemos intentar reducir este peligro manteniendo una
temperatura de conservación apropiada. Por esta razón, los alimentos deben estar el menor tiempo
posible a temperatura ambiente, sobre todo en verano, ya que se puede producir un rápido crecimiento
de microorganismos en el alimento.
Hay ciertos alimentos con mayor tendencia al crecimiento de microorganismos, por lo que habrá que
tener más cuidado a la hora de manipularlos y conservarlos: carne de ave, carnes picadas, pescados,
alimentos que contengan huevo crudo como salsas y mayonesas, leche y productos lácteos sin
pasteurizar o alimentos que no vayan a sufrir tratamiento posterior (frutas y verduras cortadas,
alimentos cocinados….)
• La capacidad del frigorífico debe ser adecuada al número de personas a las que debe prestar servicio.
No se debe sobrecargar la nevera y es importante separar adecuadamente los alimentos para facilitar
la circulación del aire.
• Para evitar que unos alimentos contaminen a otros, es importante colocar apropiadamente los
alimentos en la nevera según sus necesidades de conservación. Debes separar siempre los alimentos
crudos de los cocinados y reorganizar frecuentemente las existencias del frigorífico.
• Es aconsejable envasar los productos en porciones pequeñas, ya que de esta manera, la congelación
será más rápida y conllevará menos riesgos alimentarios. Esto no sólo facilita su congelación, sino
que también permite una mejor organización de las raciones.
• Las bolsas de plástico herméticas para congelar son muy útiles para el envasado. Deben utilizarse
una sola vez y conviene quitar la mayor cantidad de aire posible. Por otro lado, hay que tener en
cuenta que cuando los alimentos se congelan se expanden, por lo que habrá que dejar un espacio
proporcional para evitar que los envases estallen.
• Se debe utilizar el criterio «First in, First out” o “lo primero que entra es lo primero que sale», por
lo que anotar la fecha de congelación en las bolsas o envases nos ayudará a saber qué productos
deberemos consumir primero.
• Los alimentos que no necesitan frío deben colocarse en un lugar fresco y seco.
• Para racionalizar el consumo, es apropiado reorganizar frecuentemente los armarios, de tal manera
que se intente cumplir con la máxima: «First in, First out” o “lo primero que entra es lo primero que
sale». De esta manera, consumiremos primero aquellos productos con una fecha de caducidad más
próxima.
• Si se abre un producto y no se consume en su totalidad, se debe retirar el envase original y trasladarlo
a un recipiente hermético para su conservación en el frigorífico.
La tercera fase de esta campaña para divulgar las buenas prácticas en la alimentación y la cocina, es
decir, desde la compra de productos hasta su consumo, pasará por la cocina, Cocinar de forma segura,
con consejos que quizá ya son conocidos por la mayoría de los que estamos entre fogones, pero que
no está de más recordar.