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Universidad de Valparaíso

Facultad de Humanidades
Ped. en filosofía
Currículum
J. Estanislao Pérez

Fundamentos del Currículo

Paloma Alegría

18/10/17

El texto de Javier Ortiz Vega menciona que los fundamentos del currículo se
pueden clasificar en históricos, filosóficos, psicológicos y sociológicos. Los
cuales están vinculados con los enfoques que cada currículum elaborado
pretende establecer. Tomando en cuenta los fundamentos históricos, tenemos
como inicio a Platón, quien relacionaba la educación con la determinación
social de los individuos, respecto de su clase social. Sus vecinos romanos
tenían como objetivo la moral y las virtudes para mantener su legislación,
costumbres y religión. Se establece en roma el Trivium y Quadrivium como los
saberes necesarios que debían tener los estudiantes de las universidades de
aquellas épocas. Era un currículum único que no permitía el paso a la siguiente
etapa (quadrivium) sin que se aprobara la primera. En Estados Unidos se
comienzan a desarrollar currículum específicos, dirigidos a los tipos de
necesidades de los estudiantes. Hubo una preocupación por mejorar la
educación, formulándose comisiones y documentos con principios relevantes
para el curriculum.

Respecto a los fundamentos filosóficos, se analiza desde la ontología, la cual


es empírica desde el siglo XX, preocupándose del problema de distinguir la
realidad con lo que es aparentemente. También está la epistemología, donde
el conocimiento tiene relación con la naturaleza y la observación de ésta
misma. El conocimiento epistémicamente hablando puede ser de autoridad
absoluta o como descubrimientos de la realidad del mundo, y la axiología, que
tiene que ver con los problemas de los valores, vinculándose con la ética y de
una u otra forma con la estética.

Siguiendo el párrafo anterior, existen escuelas representativas, como el


idealismo, donde el razonamiento es primera figura dentro del conocimiento y
la verdad es independiente al modo en cómo vive el individuo. El currículo se
basa en ideas, “la información se convierte en conocimiento, los libros en
instrumentos y las mejores ideas llegarán a ser ideales.” Por otro lado tenemos
el realismo, que reconoce la existencia del mundo como tal, donde el individuo
tiene percepción e interpretación. El individuo realista utiliza el método inductivo
y su relación con la educación es su objetivo de ayudar al estudiante a
relacionarse con la cultura existente y comprender el orden de las cosas, cómo
funciona el mundo del que no tiene control, cómo responder ante situaciones
diferentes.

Otra escuela presente es el pragmatismo, que concibe la realidad como un


proceso de cambio permanente y las respuestas provienen desde la ciencia.
De esta manera, la validez de una hipótesis se verifica con su eficacia y
pertinencia. Visto desde el ámbito educativo, el pragmático ve la educación
como un conjunto de experiencias del individuo, que deben guiarse para que el
educando pueda resolver los problemas que surgen de estas experiencias.

A su vez existe el existencialismo, se concibe al hombre -y al educando- como


un ser racional, interesado por su existencia, su esencia propia y la educación
debe potenciar la realización óptima de éste. “El currículo tiene que estar
enfocado en el individuo, su autoconocimiento y su autoselección.” En otras
palabras, lo que se buscan al educar, es desarrollar a las personas, para que
se conozcan totalmente y sean responsables de su existencia.

Retomando los fundamentos, se encuentran los fundamentos psicológicos,


aquí se consideran los niveles de desarrollo y mediante esto, el currículum
forma parte del desarrollo de los individuos en el ámbito social, emocional y
mental, siendo conscientes que a medida que crecen pasan por procesos de
madurez, obteniendo una evolución constante. Se debe tener en consideración
que el cuerpo está vinculando a la mente, si el cuerpo se desarrolla también lo
hace la mente, existe una co-dependencia entre ambos. Por esto es que en el
proceso de aprendizaje se debe tener en observación los cambios de conducta
en los estudiantes, que se traducen en conocimiento, intereses, apreciaciones,
etc., que interfieren con las necesidades intelectuales, sociales, emocionales y
psicológicas. El aprendizaje es un proceso que comprende las relaciones entre
los aspectos físicos, psicológicos y biológicos.

Desde la posturas gestaltiana, el currículum va desde los aspectos más


generales, como los conceptos, ideas y problemas. Según los asociacionistas,
el currículo debe ir desde lo particular e ir aumentando gradualmente los
contenidos. No obstante, ninguna teoría explica en su totalidad como
estructurar el currículum.

Por último tenemos los fundamentos sociológicos, donde “La sociedad, la


cultura y el sistema de valores tienen un efecto marcado en el currículo.” Por
naturaleza la sociedad está en cambio constante y todo cambio es por esencia
inestable, en la escuela estos cambios surgen gradualmente como también de
forma inmediata o a corto plazo. El currículo es de gran importancia para
cualquier institución educativa, se juega el rol contribuidor del desarrollo
intelectual de los individuos y en términos generales, de una sociedad
completa.

Si intentamos relacionar todos estos fundamentos del currículo, lo hacemos


desde una manera holística, tratando de juntarlos para crear un currículum que
sea capaz de tener dentro de sí estos aspectos básicos y necesarios, lo que
llevaría a tener un currículo mucho más íntegro y elaborado para enfrentar los
problemas que acarrea una educación, y por qué no decirlo, nuestra educación
chilena.

De alguna u otra manera, el currículo explícito mantiene estos fundamentos,


pero muchas veces deja de lado algunos para su propio beneficio. Esto es
porque todo currículo está cargado fuertemente con una ideología
predominante, ya sea por lo diseñadores o por los mismo “administradores” del
Estado. De esta manera los fundamentos varían entre gobierno y gobierno, que
en materia de estudios intentan entregar lo que ellos creen es mejor para sus
requerimientos. Algo como lo descrito anteriormente sucedió en otra épocas,
otros siglos; con Platón se buscaba la clase social educada, en Estado unidos
se abogaba a las necesidades por niveles, en Roma era necesario tener ciertos
conocimientos o no podían doctorarse de lo que quisieran ser -o trabajar-.

A medida que avanzaba la historia, la humanidad iba cambiando, hasta lo que


obtenemos hoy en día, el aspecto filosófico se terminó reemplazando por la
ciencia, la cual sustenta con teorías y bases que tienen una “verdad evidente y
justificable”. El individuo busca explicaciones a las cosas, que puedan
aceptarse -al menos grupalmente-, la filosofía en cambio mantenía los
cuestionamientos, no podemos vivir de preguntas, en algún momento tenemos
que dejar de ser niños y sentar pies sobre la tierra… Al menos así lo creen los
personajes que dominan los sistemas económicos y por ende, los educativos.
Nuestra realidad está años luz de volver a una enseñanza global como la que
se tenía en el medioevo, está más estructurada, los parámetros establecidos
de enseñanza discriminan a otras culturas. La cultura indígena no nos importa
más que para obtener beneficios al momento de pedir becas por tener un
apellido Mapuche o Aymara. Porque hay que ser tajante con la sociedad
chilena actual, estamos tan individualizados que nuestra historia poco importa.

El hombre ya no se preocupa de su ser, ya no es existencialista, preocuparse


de su lugar en el mundo lleva al caos, un estudiante que se interese es
derivado al área psicológica de su liceo, es un problema, no está inserto en el
perfil del estudiante. Y aquí hago un aparte, me daré la libertad de expresar un
sentimiento: Mi enseñanza básica fue bajo el seno de un particular
subvencionado, buscando algo diferente y más crítico terminé en un liceo
“emblemático” de mi ciudad, Santiago. Fue un cambio rotundo, pero el espíritu
crítico tampoco estaba, no existía. ¿La razón? La directora manipulaba todo, el
PEI a pesar de ser lo que todos queríamos, no se concretizaba, fueron años
complicados, y el espíritu existencialista de algunas de nosotras fue
bombardeado con discriminaciones y maltratos. Trabajé años en el centro de
estudiantes, y vi como la educación chilena está manoseada por todas partes.
Hoy, en calidad de estudiante de pedagogía, sigo viendo lo mismo. ¿Es tan
difícil cambiar la realidad?. Lamentablemente sí.

La lucha de egos es “pan de cada día”, si está presente dentro de mis propios
compañeros de carrera, se hiperboliza al pensarse en niveles macrosociales y
políticos. Los fundamentos sociológicos se apartan, no existe una
multiculturalidad, no se muestra. Los valores son establecidos por
conveniencia, el cambio genera inestabilidad y eso aterra a los dueños del
poder, mientras mejor se tengan afirmados a todos, menos problemas hay que
solucionar. Los estudiantes se mantienen en el aprender a hacer para la
sociedad que los necesita como capital humano, material de producción, no
como individuo sensible y con necesidades de convivencia. El Fundamento
psicológico es utilizado para adecuar los contenidos a los niveles cognitivos de
los estudiantes y las estudiantas, no para hacer reparo en la madurez, la
emocionalidad, la necesidad de sentirse comprendido por el resto.

Los textos nos enseñan a crear y fomentar una educación revitalizadora,


empática, de relación simétrica, donde los individuos presentes en la sala de
clases toman un rol activo y participativo, se busca dejar de lado la autoridad
del profesor que transmite su conocimiento y los y las estudiantes acatan sin
preguntar el porqué de los contenidos. Se instaura la idea de que la educación
está cambiando, que está entrando en una nueva etapa y la pedagogía se
diversifica según las necesidades que tienen las nuevas generaciones. Se dice
que el currículum intenta manejar todos los problemas presentes y establecer
lo más “neutro” para los niños del futuro. No obstante, la realidad
latinoamericana está lejos de eso aún, más todavía la chilena. Aún quedan
restos del genocidio vivido, aún hay miedo, aún no se puede hablar ni actuar
sin temor a que nos crucifiquen moralmente. Podemos imaginar y creer que
estamos avanzando, que construimos nuevas realidades, pero si persiste la
historia apática en nosotros y años de educación conductista, no es algo que
logremos ni en 10, 20 o 30 años más. Quizás actualmente estemos plantando
la semilla, hemos puesto en boca de todos la educación de género, la
educación inclusiva, la educación para personas con capacidades diferentes,
sin embargo nos quedamo mucho que regar sobre las mentes retrógradas para
que la semilla florezca y la flor de una realidad distinta pueda brillar realmente.

Con la metáfora intento escribir sobre lo que mucho nos enseñan, sobre lo que
muchos nos hablan, pero ese aire de florecer muere, nos marchitamos por
buscar lograr ideales donde nos cierran las puertas. El discurso se cae porque
la práctica es nula. ¿Qué podemos hacer con profesores que en su diario vivir
se contradicen con las palabras bonitas y motivadoras que nos expresan?. El
currículo oculto está presente en todos los educadores, está ideologizado, está
destinado a lo que ellos quieren y creen, por esto mismo, si no se muere
finalmente la idea principal de que el profesor es autoridad más que un apoyo
para los y las estudiantes, es complicado que se pueda florecer.

Nos matan los sueños, nos matan las ganas de estudiar, nos matan las ganas
de aprender, nos terminan matando de verdad. ¿Cuántos estudiantes lloran por
algo que se supone les gusta aprender? ¿Cuántos estudiantes mueren por
frustración y depresión?. ¿Cuántas veces se interesan en nuestros
sentimientos cuando ya es demasiado tarde?. Es una realidad decadente, la
escuela, el liceo, la universidad nos agobia más que educarnos integralmente.
Javier Ortiz puede hablar de los fundamentos, los principios de la enseñanza,
de lo que hacen cada teoría filosófica dentro de la educación y el currículo;
explicar los aspectos de la psicología dentro de las aulas, y cómo se
desenvuelve la sociedad y se vincula con los que se enseña y se aprende en el
aula, pero no logra traducirse muchas veces a lo que se vive y experimenta.

Lo realmente necesario es llevar a la práctica las teorías, es reformular el modo


de desarrollarlas y entregarlas a los estudiantes y las estudiantas. Es
fundamental llevar todos estos escritos a la realidad de cada sociedad y desde
allí comenzar a construir un currículum apto, que mantenga las apreciaciones
de todas las partes, pero que se reúna en un solo núcleo que se dirija a un
objetivo principal y desde allí avanzar. La sociedad chilena tiene mucho que
cambiar, mucho que dialogar, mucho que compartir, mucho que aceptar y
respetar. El currículo necesita de estos fundamentos, sin dejar de lado nuestras
características e idiosincrasia, y mucho menos nuestras raíces precolombinas.
Aquí el papel se lo están dando a las nuevas generaciones, que de a poco
comprenden que su infancia se mantuvo bajo el yugo autoritario de la historia y
en necesario cambiarlo de raíz. Es factible todo esto, siempre que se tenga
paciencia y un compromiso real con el proceso de educar, no para formar, sino
para apoyar el crecimiento integral de todos estudiantes y todas las
estudiantas, en todos los niveles por los que tengan que pasar para ser lo que
quieren ser en la vida.

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