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Etica y socialismo

Josè Carlos Mariategui nació el 14 de junio de 1894 en Moquegua, Perú. Fue


un escritor, periodista y político, fundò el partido socialista peruano y fue
creador y participe de la revista Amauta. En el año 1928 apareció en la revista
amauta el articulo llamado “ética y socialismo” siendo el articulo nº19 de esta
misma, el cual previamente había sido publicado en la revista Mundial año VIII
nº 440. Y que, posteriormente, formaría parte del sexto artículo de “Defensa del
marxismo”.

“Defensa del Marxismo” sólo fue publicada en edición fragmentaria, que reunía
además otros escritos, por Ediciones Nacionales y Extranjeras en 1934, en
Santiago de Chile. Sólo desde 1959, integrando la primera serie de la Edición
Popular de Obras Completas presentada por Empresa Editora Amauta,
apareció la versión definitiva, que recoge, tanto la primera parte, la única que
logró revisar y ensamblar el autor para su ulterior publicación, cuanto la
segunda, con el título "Teoría y práctica de la reacción". Esta segunda parte fue
compilada, con un conjunto de cinco artículos que analizan la ideología de la
reacción

Ética y socialismo (a propósito del libro de Henri de Man)

El autor comienza el artículo hablando sobre los reproches que se le hacían al


marxismo por su supuesta anti eticidad. Croce decía que para Marx y Engels la
llamada cuestión social no es una cuestión moral, haciendo evidente que la
idealidad y lo absoluto de la moral eran necesarios para el socialismo, ya que
esos intereses eran los que movían a la sociedad.

Haciendo una comparación con Maquiavelo, Croce expone que Nicolás


descubre que la autonomía política está más allá del bien y el mal, por lo cual
los valores no son superiores a las leyes yante ellas es imposible rebelarse.

La función ética del socialismo no debe ser buscada en especulaciones


filosóficas, si no que en la creación de una moral de productores por el proceso
propio de la lucha aticapitalista. La ética del proletariado emana de sus
aspiraciones revolucionaria, no de la teorización marxista.
Henri de Man ataca al socialismo reclamándole un contenido ético. Diciendo
que el interés de clases no puede ser el motor por si solo de un orden nuevo.
La postura revisionista que tiene ataca al sindicalismo reformista. Según esto,
el trabajador que es indiferente a la lucha de clases, está contento con el
bienestar material que posee, ante lo cual podría llegar a una mediocre moral
burguesa, pero no alcanzaría nunca elevarse a una ética socialista. La moral
de productores no puede nacer del interés económico. Lo ético del socialismo
nace de la lucha de clases, el interés de las clases, al contrario de lo que decía
Henri de Man, puede generar un móvil ético, siempre y cuando el proletariado
adquiera la conciencia de su interés de clases, para que exista un progreso
moral. No obstante, el interés de clases no basta por si solo.

La usina, la fábrica, actúan en el trabajador psíquica y mental mente. El


sindicato, la lucha de clases continúa y completan el trabajo, la educación aquí
empieza.

Mariategui recuerda dentro del artículo un pasaje que tuvo yendo a una fábrica
de Fiat

Recordaré siempre la impresión que tuve de los obreros, cuando me ocurrió


visitar las usinas de la Fiat, uno de los pocos establecimientos anglosajones,
modernos, capitalistas, que existen en Italia. Sentía en ellos una actitud de
dominio, una seguridad sin pose, un desprecio por toda suerte de diletantismo.
Quien vive en una fábrica, tiene la dignidad del trabajo, el hábito al sacrificio y a
la fatiga. Un ritmo de vida que se funda severamente en el sentido de tolerancia
y de interdependencia, que habitúa a la puntualidad, al rigor, a la continuidad.

En este ambiente severo, de persistencia, de esfuerzo, de tenacidad, se han


templado las energías del socialismo europeo que, aun en los países donde el
reformismo parlamentario prevalece sobre las masas, ofrece a los
indo-americanos un ejemplo tan admirable de continuidad y de duración.

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