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TEMA 6.

ADQUISICIÓN, CONSERVACIÓN, PÉRDIDA Y


PROTECCIÓN DE LA POSESIÓN

ADQUISICIÓN DE LA POSESIÓN

Art. 438 CC: «La posesión se adquiere por la ocupación material de la cosa o derecho
poseído, o por el hecho de quedar éstos sujetos a la acción de nuestra voluntad, o por los
actos propios y formalidades legales establecidas para adquirir tal derecho».
1) Ocupación o detentación material de la cosa.
2) Por el hecho de quedar éstos sujetos a la acción de nuestra voluntad.
3) por actos propios de traspaso posesorio.
4) Formalidades legales (se contempla la adquisición judicial, la tradición y la adquisición
por ministerio de la ley).

Art. 439 CC: «Puede adquirirse la posesión por la misma persona que va a disfrutarla,
por su representante legal, por su mandatario y por un tercero sin mandato alguno; pero en
este último caso no se entenderá adquirida la posesión hasta que la persona en cuyo nombre
se haya verificado el acto posesorio lo ratifique».
Forma especial de adquisición con relación a los bienes de le herencia: art. 440:
posesión civilísima: ficción legal gracias a la que se permite un mecanismo específico de
adquisición de bienes de la herencia: «La posesión de los bienes hereditarios se entiende
transmitida al heredero sin interrupción y desde el momento de la muerte del causante, en el
caso de que llegue a adirse la herencia».

CONSERVACIÓN DE LA POSESIÓN

Arts. 461, 444, 466 CC: reconocen la conservación de la posesión.


Art. 461: «La posesión de la cosa mueble no se entiende perdida mientras se halle bajo
el poder del poseedor, aunque éste ignore accidentalmente su paradero».
Art. 444: «Los actos meramente tolerados, y los ejecutados clandestinamente y sin
conocimiento del poseedor de una cosa, o con violencia, no afectan a la posesión». La
tolerancia, la clandestinidad o la violencia no van a determinar la pérdida de la posesión. Se
conserva la posesión en los casos anteriores.
Art. 466: «El que recupera, conforme a derecho, la posesión indebidamente perdida, se
entiende para todos los efectos que puedan redundar en su beneficio que la ha disfrutado sin
interrupción». Ficción legal en cuanto pueda beneficiar al poseedor. Una persona conserva la
posesión si la interrupción no es voluntaria y le beneficia.

PÉRDIDA DE LA POSESIÓN

Supuestos o causas de pérdida: art. 460 CC:


1) Abandono de la cosa: desapoderamiento físico de la cosa; falta el corpus y el animus.
Si sólo faltase el corpus: conservación de la cosa.
2) Cesión hecha a otro por título oneroso o gratuito: no se requiere en todo caso un
negocio jurídico de cesión; la cesión no está contemplada en su concepto jurídico, sino
en un sentido práctico. Se admite una cesión sin causa: el cedente podrá recuperar si
quiere.
Hablamos de un acto bilateral y voluntario.
3) Por destrucción o pérdida total de la cosa, o por quedar fuera del comercio: requisitos:
o Ha de ser total.

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o Ha de involuntaria.
o Ha de ser permanente y estable: al art. 461 nos dice que la posesión de una
cosa mueble no se entiende perdida mientras se halle bajo el poder del
poseedor, aunque éste ignore accidentalmente su paradero.
4) Por la posesión de otra, aun contra la voluntad del antiguo poseedor, si la nueva
posesión hubiera durado más de un año: hablamos de posesión, no de propiedad. El
poseedor mediato tendría el animus, no el corpus.

PROTECCIÓN DE LA POSESIÓN

Todo poseedor tiene derecho a una tutea posesoria. Art. 446 CC: «Todo poseedor
tiene derecho a ser respetado en su posesión […]». Medios de tutela posesoria:
1) Interdicto de retener: se han llevado a cabo tentativas de despojo con respecto a la
posesión, por lo que solicito al juez de carácter admonitorio: cese en los actos de
inquietación posesoria.
2) Interdicto de recobrar: pedirle al juez que dicte una sentencia restitutoria porque me
han quitado la posesión.
El plazo para estos medios es que un año y se producen en juicio verbal. Además, no
valor de cosa juzgada (no se puede volver sobre el mismo asunto).
3) Interdicto de adquirir: lo interpone el heredero que no tiene posesión material de los
bienes. Sólo lo puede interponer quien tenga condición de heredero, y tiene un derecho
a poseer por su condición. Lo que se consigue mediante este medio de tutela es la
posesión, en el mismo concepto en que lo hacía el causante.
Va a resolver provisionalmente la posesión; no tendrá valor de cosa juzgada.

LIQUIDACIÓN DE ESTADO POSESORIO

Los arts. 451 y 458 CC contiene una serie de normas destinadas a regular el destino de
los frutos y el régimen de gastos y mejoras cuando se liquida un estado posesorio, cuando el
poseedor ha de entregar la cosa al «que le hubiere vencido en su posesión», dice el art. 453
sin concretar la causa por la que se vence.

Frutos
Según el art. 451, «el poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos mientras
no sea interrumpida legalmente la posesión».
El CC piensa en un poseedor de buena fe que posee como propietario. Por ello se
refiere a todos los frutos que haya percibido. Pero como puede haber poseído en concepto
distinto (por ejemplo, piénsese en el titular de un usufructo constituido por quien no es
propietario de la cosa), la norma debe ser necesariamente matizada en el sentido de que el
poseedor de buena fe hace suyos efectivamente los frutos, pero en la medida en que sea
facultado por su título.
El régimen de percepción de los frutos por el poseedor de buena fe dura, según el art.
451, hasta que «no sea interrumpida legalmente la posesión». Es ya doctrina jurisprudencial
reiterada que la interrupción legal equivale a la interrupción civil de la posesión civil a efectos
de la usucapión.

Gastos
De acuerdo con la regulación positiva, cabe establecer las siguientes diferenciaciones:

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a) Gastos necesarios. Según el art. 453, tale gastos se abonan a todo poseedor. Los
gastos necesarios serán los referentes a la conservación de la cosa; la jurisprudencia
extiende el concepto a los realizados para la producción de los frutos.
b) Gastos útiles. También denominados mejoras, se abonan exclusivamente al poseedor
de buena fe. Se determinará tal aumento mediante la diferencia entre el valor que
tendría la cosa sin la mejora (gastos útiles) y el que tiene por la misma, apreciados
ambos en el momento de la restitución.
Por imperativo del art. 458, las mejoras han de existir al adquirir la cosa el que obtenga
la posesión.
c) Gastos de puro lujo. Tales gastos no se abonan a ningún poseedor.
d) Derechos de retención del poseedor de buena fe. El art. 453 faculta al poseedor de
buena fe para retener la cosa hasta que se hayan abonado los gastos necesarios y
útiles.

Responsabilidad por deterioros o pérdidas


El poseedor de buena fe, dice el art. 457, «no responde del deterioro o pérdida de la
cosa, fuera de los casos en que se justifique haber procedido con dolo». Si bien el poseedor de
buena fe no responde de la pérdida o deterioro a no ser que se justifique que ha procedido con
dolo (inversión de la carga de la prueba), es claro que deberá restituir aquello en que se ha
enriquecido por esa pérdida o deterioro, pues es el sustitutivo, en su patrimonio, de lo que se
perdió o dañó.
Distinto es el tratamiento del poseedor de mala fe. El art. 457 la hace responsable «del
deterioro o pérdida en todo caso, y aun de los ocasionados por fuerza mayor cuando
maliciosamente haya retrasado la entrega de la cosa a su poseedor legítimo». Basta, pues, la
realidad de la pérdida o deterioro, salvo la fuerza mayor en la circunstancia antedicha.

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