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Supuesto
En el municipio de X, municipio de tres mil habitantes, perteneciente a la provincia de Valencia,
se han celebrado elecciones municipales, debiendo procederse a la constitución del
Ayuntamiento, así como a la elección del Alcalde, si bien un Concejal de la oposición no ha
presentado declaración de bienes patrimoniales.
Una vez constituido el Ayuntamiento, el Alcalde convoca, dentro de los siguientes treinta días,
sesión plenaria. Antes del inicio de la misma, el Alcalde, ante la sospecha de que se produzcan
incidentes por parte del público asistente, ordena que los vecinos interesados en asistir a la
sesión permanezcan en una dependencia del edificio consistorial desde la que no pueden ni
ver ni oír a los concejales asistentes al Pleno.
Ante esta situación, un concejal de la oposición quiere grabar la sesión para que, con
posterioridad, pueda ser escuchada por los vecinos.
En primer lugar tenemos que acudir al art. 75.7 LRBRL, que nos dice que «Los
representante locales […] formularán asimismo declaración de sus bienes patrimoniales y de la
participación en sociedades de todo tipo, con información de las sociedades por ellas
participadas y de las liquidaciones de los impuestos sobre la Renta, Patrimonio y, en su caso,
Sociedades».
4.- ¿Cuáles son los órganos necesarios en este Ayuntamiento? ¿Y los complementarios?
Complementarios: dice el art. 20.2 LRBRL que «Las leyes de las comunidades
autónomas sobre el régimen local podrán establecer una organización municipal
complementaria a la prevista en el número anterior». Además, dice el art. 20.3 LRBRL que
«Los propios municipios, en los reglamentos orgánicos, podrán establecer y regular otros
órganos complementarios, de conformidad con lo previsto en este artículo y en las leyes de las
comunidades autónomas a las que se refiere el número anterior».
5.- La sesión convocada por el Alcalde, ¿de qué tipo es?, y ¿qué puntos deberá recoger el
orden del día de la misma?
Estamos en este caso antes una sesión plenaria extraordinaria, y así se recoge en el
art. 46.2 LRBRL: «[…] el Pleno celebra sesión extraordinaria cuando así lo decida el Presidente
[…]».
6.- ¿Es correcta la decisión del Alcalde de no permitir la presencia de público en la sesión? En
su caso, ¿qué recursos pueden interponerse frente a esta decisión?
La respuesta nos la da el art. 70.1 LRBRL, cuando dice que «Las sesiones del Pleno
de las corporaciones locales son públicas. No obstante, podrán ser secretos el debate y
votación de aquellos asuntos que puedan afectar al derecho fundamental de los ciudadanos a
que se refiere el artículo 18.1 de la Constitución, cuando así se acuerde por mayoría absoluta».
De esta forma, si el debate versa sobre el derecho fundamental de los ciudadanos que se
recoge en el art. 18.1 CE, será lícita la acción del Alcalde.
No obstante, hay que señalar que el secreto sólo puede afectar al debate y a la
votación del asunto. Por ello seguirá siendo pública la lectura del punto del orden del día y la
del dictamen o propuesta de acuerdo. Una vez leídos, procederá, en su caso, la votación para
declarar secreto el debate y la votación. Por esto, son dos los requisitos necesarios, y que se
recogen en el art. 88.1 ROFCL: «Serán públicas las sesiones del Pleno. No obstante, podrá ser
secreto el debate y la votación de aquellos asuntos que puedan afectar al derecho fundamental
de los ciudadanos a que se refiere el artículo 18.1 de la Constitución española, cuando así se
acuerde por mayoría absoluta».
En este caso existe una STS de 18 de diciembre de 1990 que dice lo siguiente: "Con
respecto al derecho a la publicidad de las sesiones municipales, es cierto que el art. 88.1
ROFCL dispone que las sesiones del Pleno serán públicas, agregando en el núm. 2 que para
ampliar la difusión auditiva o visual del desarrollo de las sesiones podrán instalarse sistemas
megafónicos o circuitos cerrados de televisión, siendo deducible de ello que ese derecho a la
publicidad está concebido única y exclusivamente en beneficio del público asistente a las
sesiones y no de los miembros de la Corporación, porque, precisamente por serlo, tienen la
obligación de asistir a las sesiones cuyo objeto les ha de ser conocido de antemano, siendo así
que en el caso –impugnación de decreto del alcalde por el que se prohibía la utilización de
aparatos grabadores particulares en las sesiones plenarias de la Corporación– ningún concejal
tenía facultad ni necesidad alguna de asistir a las sesiones con una grabadora, aunque se
ampare para ello en el art. 88.2 ROFCL, debiendo entenderse que al dictar tal decreto el
alcalde estaba reconociendo implícitamente que la facultad de utilizarlo era privativa de los
profesionales de la información, porque es a estos a quienes no se les puede privar en el
ejercicio de sus funciones de lo que es normalmente su elemento de trabajo".