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LU XUN Y LA LIGA DE ESCRITORES DE IZQUIERDA

DE CHINA (1930-1936)
Ana Vargas Ortega
La literatura revolucionara tomó el impulso más gradual con la fundación de la Liga de
Escritores de Izquierda de China (Shanghái- centro cultural y editorial de China- en
1930), con Lu Xun como miembro honorífico al cargo hasta 1936, años después, en
1940 se consolidó enteramente. Así, se extendieron las ideas de literatura revolucionaria
en distintas sociedades. Con la Republica Popular China, la principal literatura
defendida era la de índole socialista, no obstante, se intentó una reconciliación entre las
distintas posiciones de los escritores de izquierdas para formar un único frente para así
defender la literatura y el arte de sesgo ideológico y estético, marcados por la teoría
marxista y el directo apoyo del Partido Comunista Chino. De esta forma, la figura de Lu
Xun en la Liga de Escritores de Izquierda fue decisivo con el nacimiento de una nueva
literatura de lengua hablada y un cambio de rumbo hacia la literatura revolucionaria que
el propio Lu Xun tomó en favor del comunismo (estudió y tradujo textos teóricos
marxistas). Lu Xun sostenía la revolución de base cultural y social, lo que llevó a una
futura malinterpretación, cuando Mao Zedong realza su figura para los intereses del
partido, cuya práctica se alejó de la teoría inicial.
Lu Xun ya tenía de antemano un gran bagaje cultural como se puede percibir con sus
numerosas traducciones, además de publicaciones propias y fundar distintas empresas
culturales como revistas y periódicos literarios, destacando Sociedad Flores del Alba,
convirtiéndose en un importante foco de movimiento literario para la Liga de Escritores
de Izquierdas. No obstante, esto se fraguó en un periodo de inestabilidad política
conocido como Decenio de Nanjing (1927-1937), gobernado por el absolutismo del
Partido Nacional a cargo de Jiang Jeishi, con quien tuvo continuas tensiones Lu Xun.
Como los europeos, los escritores chinos tuvieron la misma evolución en tanto que
volcar la mirada en la Revolución de Octubre de 1917 como ejemplo de un nuevo orden
mundial de igualdad social. Este idealismo no entrevió, salvo algunos ápices de luz
(como en ciertos artículos de Lu Xun) el sesgo dictatorial que tomaría la Unión
Soviética con Stalin.
En la expansión del marxismo en China encontramos escritores como Li Dazhao y Chen
Duxui. Este primero crearía el primer grupo de comunistas que se convertirían en los
fundadores del Partido Comunista Chino; siendo este ultimo el primer secretario del
partido y creador de la revista la Nueva Juventud (Shanghai, 1915) que llegaría a ser el
órgano de expresión de PCCh.
En lo concerniente al campo literario, destacaron dos sociedades de escritores, la
Sociedad de la Creación y la Sociedad Sol, muy concluyentes para la formación de la
Liga de Escritores de Izquierdas. Estas pasaron por distintas perspectivas, desde el “arte
puro” al “arte revolucionario”, frete a la influencia creciente de las ideas revolucionarias
antiimperialistas. Los postulados de la creación estaban enfocados especialmente a las
masas, tanto con su contenido como su lenguaje, ya anteponiéndose a lo que años más
tarde reforzaría Mao Zedong en el Foro de Ya’an de 1942. Bien es cierto, esto generó
numerosas rupturas en grupos de escritores y resistían aquellos que defendían el arte y
la literatura como sistemas en si mismos, independientes, o bien eran simpatizantes del
Partido Nacionalista. Hubo, asimismo, polémicas con aquellos escritores que no
defendieron la revolución, acervando críticas contra escritores como Lu Xun, tachado
de burgués, puesto que este de desapegó de la vertiente idealista y romantizadora de la
revolución en una China (con sus propias peculiaridades como país) donde aún quedaba
mucho por recorrer, de igual modo que tampoco consideraba la necesidad de que toda la
literatura fuese un artefacto propagandístico. Al fin, los miembros del PCCh
defendieron la reconciliación, apareciendo así la Liga de Escritores de Izquierda en
1930, a cargo de Lu Xun y el PCCh, el escritor inauguró la Liga con un discurso que
abogaba por destruir el viejo orden social a favor de los más desvalidos, con un amplio
frente de lucha y una masa de nuevos combatientes, y un objetivo que les mantuviera
unidos. Surgieron novelas como Gusanos de seda en primavera (1933), de Mao Dun;
además de escritores como Ding Ling, Zhang Tianyi y Ai Wu, escribieron obras en la
misma línea revolucionaria; junto con la apertura al teatro moderno y el cine realista.
Sin embargo, la querella literaria continuó su dialéctica. Una de las sociedades más
atacadas fue la Sociedad de la Nueva Luna, en la que Liang Shqiu defendía el modelo
político de las democracias liberales de occidente, tildando el enfoque comunismo de
trampa hacia la dictadura, como ocurrió en la Unión Soviética. En definitiva, estas
crecientes disputas fueron un símbolo de la también creciente fractura interna de la
sociedad china. Tras el estallido de la guerra con Japón, que concluyó con la derrota de
los japoneses tras los ataques nucleares de Estados Unidos, se intentó solventar toda
fractura en el país en aras de organizar un Frente Unido de resistencia antijaponesa, por
lo que la Liga de Escritores de Izquierdas se disolvió para dar paso a un frente de
defensa nacional ante la amenaza de enemigos extranjeros. En la práctica, esto diferiría
de la unión requerida pues las disputas no cesaron: la brecha en el terreno intelectual era
irrevocable, continuando la absurda guerra de eslóganes, como comentó Lu Xun. La
muerte de este simbolizó un cambio de etapa en la historia que también afectaría a la
literatura moderna china, con los conflictos bélicos con Japón y más tarde una guerra
civil entre el Partido Comunista y el Partido Nacionalista. Con la muerte de Lu Xun, se
cerró una tapa de tres décadas de florecimiento intelectual que dio base a la modernidad,
a la que le siguió un periodo con resultados literarios contrarios.

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