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INTRODUCCIÓN A LOS ESTUDIOS LITERARIOS

TEMA 1. LA NOCIÓN DE LITERATURA. CONCEPTO Y TRAYECTORIA HISTÓRICA.

1. LA NOCIÓN DE LITERATURA

El término “literatura” ha sufrido importantes variaciones a lo largo de la historia. Algunos de sus diferentes
definiciones, según recoge Victor Manuel de Aguiar e Silva en su Teoría de la literatura, son las siguientes:

1. Conjunto de todas las obras literarias.


2. Seguido de adjetivo, conjunto de las obras de una nación o época.
3. Bibliografía sobre un tema determinado.
4. Por elipsis, historia de la literatura, o cualquier estudio sobre esta (literatura comparada, general).
5. Retórica; expresión artificial o elaborada.

Además, en ocasiones se usa la palabra “literatura” para referirse exclusivamente a textos escritos con
intención artística o estética, es decir, como sinónimo de OBRA DE ARTE VERBAL. Como ya hemos dicho,
otras veces se utiliza para referirse a todos los textos escritos de una determinada nación, sin distinguir si
son obras de arte o no.

La historia de la literatura alcanzó su consolidación como disciplina entre finales del siglo XVIII y principios
del XIX. En nuestro caso, se creó el concepto de una “literatura española o castellana” cuya primera
manifestación parecen ser las jarchas del siglo XI [jarcha: breve composición lírica que constituía la parte
final de un poema en árabe llamado moaxaja]. [¿GLOSAS EMILIANENSES?]. Poco a poco, las lenguas vulgares
o ROMANCES fueron sustituyendo al latín, dando lugar a las diferentes literaturas nacionales es sus
respectivas evoluciones de la lengua. La idea tradicional de literatura española mezcla textos artísticos con
otros que no lo son a pesar de estar bien escritos, como es el caso del Informe sobre la Ley Agraria de
Jovellanos del siglo XVIII.

Otro motivo de la confusión en torno al término “literatura” tiene que ver con el cambio semántico que se
produjo en el siglo XVIII. Hasta el siglo XVIII inclusive, el término literatura casi no existía, y en su lugar se
usaba la palabra “poesía”. Etimológicamente, “poesía” viene del griego “poiesis”, que significa “obra”.
“Litteratura” en latín significa el “estudio de las letras” y sería el equivalente al término griego “gramática”,
que a su vez viene de “gramma”, letra en griego. Para estudiar esta literatura=gramática se utilizaban textos
literarios, a los que se acabó llamando “literatura” en lugar de “poesía”.

Todo esto tiene que ver con el tópico de la cultura occidental conocido como “la querelle des anciens et des
modernes”, que consiste en la comparación entre los autores clásicos y los actuales en cada momento. Lo
antiguo, consagrado y reconocido, se opone a lo moderno, que cuenta con la innovación y el cambio radical.

Aristóteles al comienzo de su Poética define el arte como mímesis: imitación y representación en general de
la vida (lo de la mímesis de la naturaleza es un concepto renacentista). La intención de Aristóteles era
humanizar la poesía retirando de ella a los dioses. Además, establece que las artes se diferencian entre sí por
los medios con que imitan. La cuestión de la mímesis suscitó gran discusión y polémica. En el XVIII, Hegel
hablaba del “valor estético” del arte, y finalmente en el XIX se produjo la crisis y ruptura de la mímesis, ya
que se dijo que no servía para expresar todo el arte. [Siglo XIX: conciencia histórica, Compte. Siglos XX-XXI:
sobreexcitación de la conciencia histórica].

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Aristóteles utilizó el término poesía, distinguiendo prosa y verso. Durante la Edad Media, la póetica se ocultó
para el acceso de unos pocos, prácticamente desapareció, y no fue resucitada hasta el Renacimiento. El
Humanismo rescató el término con la acepción de que poesía era solamente lo que estaba escrito en verso.
En el siglo XVII se empleó ya el término “novela” (etim. novella) que hacía referencia a relatos cortos como,
por ejemplo, las “Novelas ejemplares” de Cervantes. Los relatos largos como “El Quijote” eran llamados
“romances”. Ya en la Edad Media, rozando el Humanismo, se escribieron algunas novelas (en el sentido
actual de la palabra) en verso.

En 1737 y 1789 se publican dos ediciones de la última Poética española de Ignacio de Luzán. En ellas declara
que la poesía está “hecha con versos” y excluye del concepto “todas las prosas”, distinción que levantó
polémica en la época. En otros países, desde mediados del siglo XVIII empieza a aparecer el término
“literatura”, que coexiste durante un siglo con el antiguo término “poesía”. En 1772, ya queda documentado
el uso de “literatura” para referirse al conjunto de las obras literarias de un país (por ejemplo, la Storia della
Letteratura italiana). En estos primeros momentos históricos, que coinciden con la construcción del
sentimiento nacionalista, el termino “literatura” se usa con un sentido demasiado extenso, ya que llega a
abarcar todo lo “bien escrito” en una lengua nacional.

En el siglo XIX, “poesía” y “literatura” coexistieron. Los grandes filósofos alemanes seguían hablando de
“poeta” para designar a un buen narrador. Por su parte, los poetas líricos no se identificaban con los
términos “literato” o “literatura”, todavía asociados a las viejas “gramática y retorica”.

2. EL CONCEPTO DE LITERATURA Y SU TRAYECTORIA HISTÓRICA

Nos situamos en la actualidad, cuando “literatura” es un término muy genérico, incluso excesivamente
general, que comprende en primer lugar (y no solo) tres grandes clases de textos, a los que llamamos
géneros y que hoy identificamos como:

 poéticos, en verso o líricos


 dramáticos, que antes también eran considerados poéticos pero hoy ya no lo son
 narrativos, que no fueron considerados poéticos tradicionalmente (aunque muchos teóricos señalan
el origen de la novela en la poesía épica)

Todos son considerados como géneros literarios.

Es difícil tener un concepto general de literatura. Remitiéndonos a Aristóteles, podemos decir que la
literatura es arte verbal en verso o en prosa. Aunque para Aristóteles poeta es quien se vale únicamente de
palabras, sabemos que existe la posibilidad de que el arte literario se combine con otras artes, dando lugar a
“artes mixtas” a las cuales ya se refiere Aristóteles en su Poética.

Podemos situar la canción en el origen de la literatura. En la Antigüedad, los géneros líricos solían ser
cantados, y de esa canción el arte de la palabra se fue independizando.

En la actualidad, el término “ficciones” abarca televisión, cine, novela, etc. Pero, ¿todas las ficciones son
arte? El problema lo encontramos en el término “arte”. Para Aristóteles, el arte era mímesis de las acciones
humanas, aunque su definición encontraba problemas con la música. Durante el siglo XX, por ejemplo, las
vanguardias y la pintura abstracta rompen con la idea del arte como mímesis. Más allá, la música siempre
planteó un problema respecto a la mímesis. A Aristóteles le faltó considerar la “mímesis” de las pasiones, de
los afectos.

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Durante los siglos XVI y XVII la lírica se convirtió en “mímesis” de los afectos. Hasta el siglo XVIII se
consideraba que el poeta lírico imitaba, y no se hablaba de la expresión creativa. En el siglo XIX, a partir del
hastío frente a los “tópicos poéticos”, se empezó a hablar de librarse de la poética vacía (Verlaine) y
comienza a nacer un elogio de la sinceridad y la naturalidad expresiva. Para los románticos, ha de plasmarse
en el poema algo de la vida del poeta. La poesía se entiende como expresión de los afectos vinculada a la
subjetividad del poeta. El poeta se presenta a lector como expresión sincera del alma, que en realidad,
puede no ser cierta. Espronceda es el caso paradigmático del romanticismo español. [EJEMPLO: CANTO A
TERESA].

Aristóteles en su Poética utiliza el concepto de “verosimilitud”. Dijo que “las fábulas de la poesía tienen que
ser verosímiles”. La poesía se diferencia de la historia porque la historia cuenta lo que ha ocurrido (de
verdad), mientras que un dramaturgo puede inventar cosas. El historiador cuenta lo que ha ocurrido. El
poeta narra lo que podría haber ocurrido; no tiene compromiso con la verdad, sino con la verosimilitud, lo
que da lugar a la creatividad (término actual, no aristotélico). Por tanto, el concepto aristotélico de
verosimilitud, que alude a lo creíble, conlleva una cierta conciencia de lo que hoy llamamos imaginación,
término tardío que se consolida en los siglos XVII y XVIII. A esta imaginación la poética antigua y clásica le
ponía muchos límites, como vemos en el inicio del Ars Poetica de Horacio.

En el Ars Poetica, Horacio formula el famoso “Ut pictura poiesis”, es decir, “la poesía como la pintura”,
remontándose a la mímesis aristotélica. Esto se opone diametralmente a la identificación romántica del siglo
XIX entre poesía y música (Verlaine). Luciano ya dijo que “pintores y poetas no tienen que dar cuentas”, es
decir, no tienen compromiso con la verdad. Horació habla también de las licencias (término clásico) de los
poetas, tanto con la realidad, lo que deriva en la “ficción” actual, como con la lengua, lo que da lugar a la
“lengua poética”.

Los límites que la poética ponía no eran siempre respetados por los poetas. Entre las novelas antiguas se
encontraban “Las metamorfosis” o “El asno de oro” de Lucio Apuleyo, basada en un original griego no
conservado atribuido a otro Lucio (que es también el nombre del protagonista). Esta novela convierte a
Lucio, aficionado a la magia (elemento inverosímil) en asno. La relación con la moderna novela de Kafka es
evidente. La novela se entiende a la luz de Mijaíl M. Bajtín, el cual le da el nombre de “literatura
carnavalizada” o “metamorfosis carnavalesca”. Para Bajtín, la cultura popular es la línea en la que se sitúa la
literatura carnavalesca, que se caracteriza por realizar una burla de la cultura oficial. La novela de Kafka, en
cambio, se considera seria, sin esa intención carnavalesca. Aunque ambas rebasan los límites, Apuleyo se
pone al margen de la cultura oficial mientras que Kafka lo hace ya con el respaldo de la filosofía del XIX.

En conclusión, el concepto Aristotélico de mímesis sigue siendo imprescindible para hablar de una buena
parte de la literatura. Géneros narrativos y dramáticos son en su mayor parte mímesis, representación,
ficción. Incluso necesitamos la mímesis para hablar de muchos poemas, ya que como los tratadistas
renacentistas vieron (y los clásicos no), también puede haber mímesis de sentimientos.

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