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Diez Pasos para una Mejor Toma de Decisiones

Beatrice Briggs

 
Uno de los principales trabajos del facilitador es ayudar al grupo a alcanzar una decisión. Con esto no
me refiero a decirle al grupo lo que tiene que hacer, sino más bien guiar el proceso de discusión hasta el
punto en que el grupo tiene suficiente información y claridad para hacer una elección. En mi experiencia,
esta tarea poco fácil presenta dos riesgos principales para el facilitador. Uno es cortar la discusión muy
pronto y el otro es alargarla demasiado tiempo. Si el facilitador busca la decisión prematuramente, el grupo
no tendrá tiempo para recibir y procesar toda la información que necesita y puede sentirse manipulado o
presionado a tomar una decisión. Si el facilitador espera demasiado tiempo para llegar al cierre, algunos
participantes se aburrirán y el grupo perderá energía. Al final, la habilidad para leer la energía del grupo y
saber cuándo buscar la decisión es una destreza que viene con la práctica.

1. Registro inicial. Pasa alrededor del círculo preguntando a cada persona, "Por favor dinos cómo
te sientes hoy", o "Comparte con nosotros algo que haya estado pensando últimamente", o "¿Qué
otros temas de tu vida tienes que poner a un lado para poder estar totalmente presente en esta
reunión?". Establece un límite de tiempo de 1-2 minutos para cada quien. Si el grupo es muy
grande invita a los participantes a compartir en grupos de 3-4. Pídeles dividir el tiempo
equitativamente de manera que cada uno tenga la oportunidad de hablar, que no se interrumpan
ni den consejos, etc., ¡que sólo escuchen! Esto da a los participantes la oportunidad de despejar
su mente de preocupaciones ajenas para que puedan dar su atención plena a la decisión que se
va a tomar.
El "momento de toma de decisión" es una poderosa oportunidad para que el grupo pueda afirmar
su identidad, su unidad y sus intenciones.
Bien conducido, el "momento de toma de decisión" es una poderosa oportunidad para que el
grupo pueda afirmar su identidad, su unidad y sus intenciones. He aquí algunas sugerencias para
ayudar a un grupo a prepararse para tomar decisiones con las que los miembros se sientan bien, y
por lo tanto sea muy probable que las implementen. Es necesario tener muy en cuenta que no
todos estos pasos son necesarios en cada caso. Sin embargo, sí proporcionan una gama de
opciones a considerar.
Nota: Este escenario toma por caso un grupo pequeño-mediano (5-30 personas) que busca lograr
una decisión con respecto a un tema específico en una sola reunión. Una mejor alternativa, si las
circunstancias lo permiten, es prolongar la discusión por dos o más reuniones, dándoles a todos la
oportunidad de procesar la información, contribuir con ideas, refinar la propuesta y llegar a un
consenso. En cualquier caso los principios básicos se mantienen igual.
2. Introducción del tema. Pide a una persona del grupo que conozca el tema que está por decidirse
que haga una breve presentación, esbozando la información disponible. Si tienes suerte, habrá
una propuesta por escrito en la cual enfocar la discusión. Averigua si hay preguntas aclaratorias
antes de dejar que la gente empiece a dar sus opiniones.
3. Discusión abierta. Obtén los "primeros pensamientos" de todos sobre el tema, registra los puntos
centrales en un rotafolio. Resume las áreas en que parecen estar de acuerdo e identifica dónde
están las inquietudes todavía sin resolver.

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3. Obtén los "primeros pensamientos" de todos sobre el tema, registra los puntos
centrales en un rotafolio. Resume las áreas en que parecen estar de acuerdo e identifica dónde
están las inquietudes todavía sin resolver.
4. Toma un receso en silencio. Dale al grupo unos cuantos minutos para procesar la información y
formular sus propias preguntas o posiciones en silencio. Algunas personas no pueden pensar bien
cuando otros están hablando.
5. Trabaja en parejas. Pide a las personas que hablen de sus sentimientos e ideas relacionadas con
el tema en grupos de dos. Tener la atención plena de otra persona puede ayudar a aclarar la
posición propia.
6. Identifica los puntos salientes. Si parece haber divisiones profundas, pregunta a los
participantes qué partes de la propuesta no pueden aceptar de ninguna forma y por qué. Si estás
trabajando con un proceso formal de consenso, este paso puede ayudar a identificar bloqueos
potenciales.
7. Últimas rondas. Pasa alrededor del círculo tres veces más, dando tiempo a todos para clasificar,
explorar y sugerir formas de resolver inquietudes todavía no resueltas. Continúa articulando los
cambios a la propuesta. Si la conversación está dando vueltas o hundiéndose en minucias,
pregunta: "¿Estamos atorándonos aquí?" Cuando sientas que estás cerca del final, pregunta:
"¿Estamos listos para decidir?".
8. Repite la propuesta final. Asegúrate de que todos sepan que la etapa de discusión está llegando
al final y que se está por tomar la decisión.
9. Verifica si todavía hay fuertes sentimientos no expresados. A veces yo pregunto, "¿Hay
alguien que se va a sentir realmente molesto (o profundamente infeliz, triste etc.) si se adopta esta
decisión?" Normalmente, a esta altura, estos fuertes sentimientos ya han salido a la superficie y
han sido tratados; por lo tanto, hacer esta pregunta es una forma de dejar que la gente se dé
cuenta de que están de acuerdo con la propuesta.
10. Instrumenta la decisión (por consenso o votación). Asegúrate de que la decisión sea
registrada en las minutas de manera exacta y que los pasos de seguimiento estén claramente
definidos

Algunas veces un "no" es la mejor decisión.


No te sientas fracasado como facilitador si el grupo no logra consenso o si la propuesta es rechazada.
Recuerda, tu trabajo es guiar el proceso, no garantizar un resultado específico. De cualquier manera,
algunas veces un "no" es la mejor decisión. Da lo mejor de ti y no te preocupes por los resultados.

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