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Premisas de la ACT:
El punto básico es tener en cuenta que los humanos tenemos especial facilidad
para relacionar eventos de forma arbitraria, en cuanto a la relaciones que se
establecen entre los estímulos la teoría de los Marcos relacionales señala entre
otras, relaciones de vínculos mutuos, relaciones de vínculo combinatorio,
transformación o transferencia de funciones.
Orientación hacia valores: se le pide al paciente que indique que terrenos le son
valiosos, y que dirección y camino cree que serán los adecuados para llegar a
ellos. Los valores sirven como direcciones. En este punto del proceso se le pide al
paciente que especifiqué qué razones o motivaciones dirigen sus acciones y que
tome conciencia de hasta qué punto están generando un coste personal o no a
largo plazo, una estrategia adecuada para ayudar al paciente a la clarificación
de sus valores es pedir que escriba sobre sí mismo un elogio a forma de epitafio,
como le gustaría ser recordado.
El yo como contexto: se pretende que los clientes pierdan sus ataduras que los
contenidos verbales, considerados como su identidad personal, y que busquen un
sentido de identidad que trascienda a lo literal. Es frecuente que por ejemplo un
paciente que parece una agorafobia diga y piense “yo soy agorafóbico”, y esto
puede hacer que proceda en su vida de manera que confirme su sentido de
identidad.
CASO CLINICO
Motivo de consulta
El inicio de los síntomas ocurre a las dos semanas de saber que está
embarazada. Empieza a sentir mucha ansiedad con sensación de ahogo y
taquicardias llegando a tener un ataque de pánico. Entonces consulta con su
médico. La medicación dice que le ayuda a reducir su ansiedad, en especial
para dormir, sin embargo, no termina de estar tranquila. Además, se siente triste
por ver que no está ilusionada con el embarazo. Cada vez está más agobiada
por ver que el nacimiento del bebé se aproxima y que no consigue sentirse bien
al respecto. Su percepción es que la intensidad del problema fluctúa a lo largo
de las semanas e incluso a lo largo de un mismo día. No logra identificar a qué se
deben estas variaciones.
A nivel de antecedentes previos recuerda que con doce años tuvo un ataque
de ansiedad sin recordar muy bien por qué. No requirió de ningún tipo de
consulta psicológica o médica. Desde entonces no había tenido ninguno más
hasta esta última etapa. Con el inicio del embarazo parece dispararse la
problemática actual.
Análisis funcional
AM continúa con su rutina evitando las situaciones señaladas hasta que sufre un
ataque de pánico. El ataque se da volviendo a casa. A priori no consigue
relacionarlo con nada específico sin embargo sí recuerda estar pensando en el
embarazo durante todo el día con la sensación de no lograr distraerse. El ataque
lo describe como muy desagradable con las sensaciones de presión en el pecho
y dificultad para respirar más intensas que en ocasiones anteriores. Además,
describe como nota que el corazón se le acelera y empieza a pensar si la estará
pasando algo grave. Al comentar este suceso con su pareja este le dice que
vaya al médico por lo cual inicia el contacto con los servicios de salud.
A partir de este momento no vuelve a sufrir otro ataque de ansiedad, sin
embargo aparece el temor a volver a sufrirlo. De este episodio se plantea que el
ataque junto con el temor a que la pase algo grave actúan como estímulo
incondicionado que hace que las propias respuestas de ansiedad se asocien con
la respuesta de miedo. AM continúa llevando a cabo estrategias de evitación. En
este caso en el trabajo pide que no le den clientes difíciles dado que la generan
más ansiedad y teme volver a sufrir un ataque. En el pasado describe que
también le producían cierta ansiedad este tipo de clientes pero que lo vivía como
algo normal y sin embargo ahora siente un intenso malestar al anticipar tal
emoción. De nuevo aparece una nueva situación generadora de ansiedad a lo
que responde con nuevas conductas de evitación. Al pedir que no le den clientes
difíciles se siente aliviada porque anticipa que de esta manera no sentirá
ansiedad reforzándose su conducta de forma negativa.
Procedimiento
Fundamentos teóricos
Si bien puede parecer una práctica sencilla, puede ser al mismo tiempo
desafiante y transformadora. Nuestro modo habitual de ser consiste en reproducir
escenas de nuestro pasado y planificar nuestro futuro. La atención plena es una
herramienta para entrenar a nuestra mente a estar completamente presente en
cada una de nuestras experiencias a medida que suceden.
Durante los últimos 30 años, los efectos de la meditación en atención plena han
sido estudiados por médicos, neurocientíficos y psicólogos. Y se ha encontrado
que su práctica mejora la función del sistema inmunológico y puede incluso
causar cambios estructurales en el cerebro. En el campo de la psicología, la
atención plena se ha encontrado eficaz en el tratamiento de los síntomas
asociados con una amplia variedad de trastornos, incluyendo la depresión, la
ansiedad, la psicosis y el trastorno límite de la personalidad.
Uno de los primeros estudios científicos sobre mindfulness fue el realizado por Jon
Kabat-Zinn en relación al tratamiento de pacientes médicos que sufrían de dolor
crónico.
Después de 8 semanas de instrucción en atención plena, estos pacientes
informaron de una reducción importante del estrés psicológico, así como una
reducción en su experiencia subjetiva de dolor. Aunque su condición física no
cambió, su sufrimiento se redujo sólo mediante el abandono de la crítica y de la
evitación, y la apertura a la experiencia directa de su dolor.
Existe una gran variedad de situaciones en las que podemos ponernos a practicar
Mindfulness, dado que no existe una sola forma básica de hacerlo, sino que se
han desarrollado varias versiones alternativas de esta práctica.
En estas líneas veremos cuáles son los principios básicos de la práctica de la
Atención Plena, usando un ejemplo de ejercicio.
Los ejercicios de respiración pueden ser una buena ayuda para empezar a
practicar Mindfulness, aunque cuando tengas más práctica este paso será
prescindible. Su función es doble. Por un lado, las respiraciones hondas y
pausadas ayudan a oxigenar el cuerpo y a relajarse. Por el otro, permite empezar
a focalizar la atención en algo concreto de una manera sostenida, algo que será
muy útil.
En primer lugar, cierra los ojos. En esta fase lo único que hay que hacer es enfocar
la atención a aquellos pequeños hechos que podemos notar que ocurren en
nuestro cuerpo, uno detrás de otro y dedicando a cada uno de ellos,
aproximadamente, medio minuto.
5. Amplía el foco
En esta fase, pasa de dirigir tu foco de atención de los estímulos corporales a las
experiencias vitales de un carácter más abstracto. Piensa en ellas tal y como lo
haría una persona no implicada en esos asuntos. No juzgues, no valores, solo
piensa en ello describiendo, aceptando que forma parte de una realidad.
Dedica a cada hecho o experiencia el tiempo que le corresponde, según el
grado de importancia que le has llegado a dar en ocasiones anteriores, según
cuánto te ha llegado a obsesionar, preocupar, etc. Esta es la parte fundamental
del Mindfulness, dado que nos ayuda a afrontar vivencias con repercusiones
amplias en nuestras vidas.