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Etchegoyen “Insight y elaboración”

Insight (sincrónico): tipo especial de conocimiento nuevo e intransferible.


Implica una relación entre dos términos o miembros o entre significante y
significado. Es un fenómeno de la misma categoría que la experiencia delirante
primaria pero ubicado en el otro extremo de la escala. La experiencia delirante
primaria es una nueva conexión de significado que se impone de pronto al
paciente y es para el observador ininteligible. En el insight la nueva conexión
de significado sirve para aprehender una realidad a la que no había podido
tener acceso hasta ahora. Nueva conexión de significado que modifica la idea
que el sujeto tiene de sí mismo y de la realidad. La diferencia entre ambos
fenómenos es que la vivencia delirante primaria construye una teoría y el
insight la destruye.

La clasificación más típica es la que divide al insight en intelectual y emocional.


Esta es criticada porque el concepto mismo de insight implica proceso
intelectual, de modo que todo insight es intelectual. Sin embargo, hay veces
que la emoción no es sustancial y veces en que el insight está vinculado
directamente a la emoción. Por otra parte, Richfield plantea que hay insight
ostensivo o verbal. (el autor considera que esta es la mejor clasificación). El
insight ostensivo es aquel que va de la palabra a la cosa: las definiciones
ostensivas nos dan un conocimiento directo, por familiaridad. El insight verbal
es aquel que va de la palabra a la palabra. Es cuando definimos algo con
palabras. Aquí obtenemos un conocimiento por descripción, siempre indirecto.
Cuando se describen y comprenden con palabras los fenómenos psicológicos
inconscientes hay insight descriptivo o verbal, que va de palabra a palabra.
Pero hay también un insight ostensivo en el cual la persona que lo asume se
siente de pronto en contacto directo con una determinada situación
psicológica. Estos dos tipos de conocimiento no se excluyen.

Elaboración (diacrónica): Freud introdujo este concepto en “Recordar, repetir


y reelaborar”. Consiste en movilizar las resistencias para que un conocimiento
intelectual se recubra del afecto que le pertenece. Cuando hacemos la primera
interpretación de un tema importante, no esperamos que el analizado responda
con un momento de insight emocional, es decir con pleno afecto. Desde
nuestra primera interpretación hasta que el paciente reconozca dentro de sí el
impulso pasa un largo tiempo. Freud describía la elaboración como el
intervalo que va desde que el paciente toma conocimiento de algo que le
dice el analista hasta que, venciendo sus resistencias, lo acepta con
convicción. Yo creo que en esta descripción están implícitos los
conceptos de insight descriptivo (lo que el analista dice) y ostensivo (lo
que resulta del trabajo sobre las resistencias). Lo que Freud llama
elaboración es el camino del insight descriptivo al ostensivo.

La elaboración tiene una segunda fase. Luego del insight hay un camino que
va tratando de dar significado a nuestros afectos, poniendo nuestras
emociones en palabras. Pienso mis emociones. Es necesario recubrir esto de
palabras e integrarlo al yo. Para Klein el insight supone un momento de duelo.
El insight es la capacidad de aceptar la realidad psíquica, con sus impulsos de
amor y de odio dirigidos hacia un mismo objeto. El dolor depresivo es
necesario para el insight.

Killingmo, “conflicto y déficit”

El psicoanálisis tradicional conceptualiza la psicopatología en función de


un conflicto intersistémico: oposición entre los 3 sistemas estructurales
(yo, ello y superyó) y la realidad. La evolución patológica es: deseo
edípico - represión - regresión - formación de síntomas. Esto supone que
los sistemas deben estar separados. Tiene que haber una diferenciación
estable entre la representación de sí mismo y la representación del objeto
(relación triádica edípica). Debe haber logrado un desarrollo estructural
que permite utilizar la represión como mecanismo de defensa principal.

Plantea que existen dos mecanismos patológicos:

CONFLICTO Conceptualizada en términos de conflicto intersistémico lo cual


implica diferentes patrones de oposición entre los tres sistemas estructurales de la
personalidad ello yo superyó y la realidad. Además la fórmula principal de la
evolución patológica es la siguiente: deseo pulsional edipico- represión- regresión-
formación de síntomas. Esta manera de conceptualizar la patología presupone un
cierto grado de diferenciación estructural.

En primer lugar, los propios sistemas que se supone están en conflicto entre sí tienen
que estar separados. En segundo lugar, tiene que establecerse una diferenciación
relativamente estable entre la representación del sí mismo y la representación del
objeto (constancia), de tal manera que se experimente y la constelación interpersonal
triádica de la situación edípica. En tercer lugar, el individuo debe haber alcanzado un
nivel de desarrollo estructural que le permita utilizar la represión como el principal
mecanismo de defensa.
● El Yo es capaz de experimentar la intencionalidad primaria: la representación
de sí mismo es el responsable de los impulsos, acciones y sentimientos.
● La estrategia se basa en el develamiento de significados ocultos.
● El analista espera que el paciente se alíe a él para investigar esos significados
ocultos.
● Intervenciones del tipo interpretativo.
● La tarea del analista es apoyar al Yo en la aventura de enfrentarse a impulsos y
afectos arcaicos
3-Características esenciales de las patologías de déficit

Patología basada en el déficit: Se caracteriza por las fallas intrasistémicas, como una
estructura defectuosa del sí mismo la falla de constancia del objeto, la difusión de la
identidad, la escisión y la falta de capacidad para relacionarse emocionalmente con
los objetos, es decir que la propia evolución de la estructura del yo ha sido dañada.
● No existe una intencionalidad primaria; el yo ha sido dañado en un momento
donde su capacidad para expresarse a sí mismo como responsable, no ha sido
desarrollado todavía. Entonces, en el déficit contra lo que uno se defiende es
contra la angustia de fragmentación, es decir, contra la pérdida de la propia
sensación de identidad.
● El esfuerzo terapéutico no se dirige a revelar significados ocultos sino a ayudar
al yo a experimentar el significado mismo. No se trata de encontrar algo más,
sino de sentir que algo existe.
● El analista no puede esperar que el paciente acepte su invitación a investigar.
Esto se interpretaría como un ataque.

DÉFICIT: Fallas intrasistémicas en las primeras etapas evolutivas, una


estructura defectuosa del sí mismo. Falla de constancia del objeto. Difusión de
la identidad. Falta de capacidad para relacionarse emocionalmente con los
objetos. La estructura del Yo ha sido dañada. El concepto de conflicto debe ser
complementado con el de déficit en la teoría. El analista debe elegir la
estrategia que mejor se adecue a la estructura.

Dos estrategias terapéuticas ---Patología basada en el conflicto: el Yo es


capaz de experimentar la intencionalidad primaria: la representación de sí
mismo es el responsable de los impulsos, acciones y sentimientos. La
estrategia se basa en el develamiento de significados ocultos. El analista
espera que el paciente se alié a él para investigar esos significados ocultos.
Intervenciones del tipo interpretativo. La tarea del analista es apoyar al Yo en la
aventura de enfrentarse a impulsos y afectos arcaicos.

Patología basada en el déficit: no existe una intencionalidad primaria; el yo


ha sido dañado en un momento donde su capacidad para exp. al sí mismo
como responsable, no ha sido desarrollado todavía. Entonces, en el déficit
contra lo que uno se defiende es contra la angustia de fragmentación, es decir,
contra la pérdida de la propia sensación de identidad. El esfuerzo terapéutico
no se dirige a revelar significados ocultos sino a ayudar al yo a
experimentar el significado mismo. No se trata de encontrar algo más, sino
de sentir que algo existe. El analista no puede esperar que el paciente acepte
su invitación a investigar. Esto se interpretaría como un ataque.

La estrategia terapéutica busca: 1. corregir y separar las representaciones


sí mismo - objeto difusas. 2. producir la estructuración de aspectos de las
relaciones objetales aún no alcanzadas. Las intervenciones entonces no son
interpretativas sino afirmativas.

Patrones de transferencia--- Conflicto -> Impulsos y afectos dirigidos hacía


representaciones internalizadas de objetos emocionales que anteriormente
fueron importantes. Estas representaciones y las necesidades asociadas a
ellos son proyectadas inconscientemente en el analista. Repetición de
necesidades dirigidas hacia las representaciones del objeto. Déficit -> El
individuo se mantiene en una relación preestructural con el objeto. Se trata de
una repetición de una estructura distorsionada. Repetición de necesidades
hacia objetos que no han sido internalizados. Necesita un objeto que le
suministre las condiciones para corregir las representaciones objetales
distorsionadas.

Killingmo “Una defensa de la afirmación en relación con los estados de


afectos no mentalizados”

Tal vez sea Anna Freud quien más consistentemente ha insistido sobre la
limitación del psicoanálisis como procedimiento terapéutico. Reserva el
psicoanálisis para el conflicto neurótico propiamente dicho. Esto coincide con
una tendencia a preservar la calidad distintiva del psicoanálisis restringiéndolo
a la interpretación. La patología del desarrollo no responde a la interpretación.
Tanto los niños como los pacientes adultos permanecen relativamente
incapaces de alterar lo que ha pasado.

La restrictiva posición de Anna Freud difícilmente sea aceptada hoy como


territorio compartido. El psicoanálisis contemporáneo está marcado antes que
nada por la diversidad. La así llamada corriente principal del psicoanálisis se
acalló gradualmente en las décadas del ‘70 y del ‘80, y un número importante
de subculturas psicoanalíticas emergió aportando su propia terminología.

El psicoanálisis abarca hoy un rango más amplio de intervenciones que la


interpretación. Términos tales como comprensión empática, contención y
holding así lo demuestran. La práctica psicoanalítica contemporánea cubre
también un espectro mucho más amplio de la psicopatología que aquel de las
neurosis clásicas.

Hoy podemos inclusive llegar a especular si las neurosis propiamente dichas


realmente existen. Por último, sería inaceptable analizar la parte neurótica del
paciente y no tratar las fallas en el desarrollo. Por lo tanto, el psicoanálisis
moderno es una disciplina curativa que aspira a ser útil para un espectro
creciente de pacientes. En cuanto a los pacientes que padecen síntomas
somáticos: adoptaré la posición que sostiene que los síntomas somáticos se
pueden ver desde la perspectiva del afecto no mentalizado, y que en general la
así llamada excitación afectiva de los pacientes psicosomáticos no se asocia
con una representación significativa del sí mismo experimentada
emocionalmente. El paciente no vivencia los afectos como propios. Tampoco
puede expresar el afecto en palabras y símbolos. Tampoco puede decirse que
los pacientes que presenten un bajo grado de mentalización del afecto sufran
necesariamente de síntomas psicosomáticos.

Sin embargo, mi postura es que el concepto de mentalización es útil para tratar


lo que Anna Freud designa como patología del desarrollo y a lo cual yo llamaré
patología de déficit. Debido a la incapacidad que estos pacientes tienen para
expresar en palabras y en símbolos las experiencias emocionales que hacen
al sí mismo. El analista no puede acceder al sí mismo del paciente por medio
de la interpretación. Por tanto, están aislados emocionalmente y se vuelven
inaccesibles para el analista.
En relación con esto presentaré el concepto de la afirmación. El fin principal del
presente trabajo es desarrollar este concepto como una intervención
suplementaria de la interpretación. La mentalización deficiente El concepto de
déficit surge a finales del siglo XX con Kohut y Mahler. La relación de los
padres con el infante juega un rol decisivo en la formación de patrones
emocionales duraderos en el individuo con respecto a sí mismo y hacia los
otros El término déficit da cuenta de fallas en la capacidad de feedback
emocional del cuidador del infante que provocan incapacidades estructurales
en el infante. En principio podemos hablar de tres clases de fallas: 1. La
falta de estimulación 2. La sobre-estimulación 3. La estimulación mal
orientada. En la situación clínica, el problema debe abordarse desde dos
ángulos. Por un lado el analista debe entender la naturaleza específica de la
falla empática de los cuidadores por vía de la transferencia, y por otro lado,
debe entender cómo esta falla ha afectado la estructura de personalidad del
paciente. Debido a esa capacidad deficiente de mentalización, el individuo
no puede: a. Representar en forma de símbolos y palabras los estados
emocionales de forma significativa b. Experimentar los afectos como propios c.
Relacionarse consigo mismo como un agente En pacientes que presentan
baja capacidad de mentalización, la significación cognitiva del afecto
disminuye mientras que la excitación somática aumenta. Un ejemplo de esto
sería la depresión vacía caracterizada por un estado de tristeza experimentado
sin enlaces asociativos a objetos, imágenes o restos de memoria, que aparece
marcado solamente por un interminable sentimiento de desasosiego (angustia,
inquietud, temor). Dado que la excitación afectiva se ve compelida a encontrar
una descarga más allá de las palabras y los símbolos, es probable que las
funciones corporales aparezcan como el medio de expresión. Siempre que un
paciente presente impedimentos en su nivel de mentalización, su habilidad
para beneficiarse de las intervenciones interpretativas se verá reducida. El
paciente con déficit en lo vivencial no tiene la capacidad suficiente para
posponer y tampoco tiene motivación para investigar nada. Carece
también de la habilidad para mentalizar los afectos. En lugar de revelar el
significado, la estrategia del analista debería ser asistir al yo para que éste
pueda vivenciar el significado mismo. Para ello, las intervenciones afirmativas
pueden ser útiles.

La respuesta afirmativa--Partiré del hecho que en el ser humano subyace una


necesidad de vivenciar el sentido de la experiencia del sí mismo. Esta
necesidad está siempre presente. La experiencia del sentido se logra por
medio de respuestas afirmativas procedentes de objetos externos y de
representaciones internas de objeto. La afirmación puede tener lugar tanto a
nivel consciente como a un nivel inconsciente. Una respuesta afirmativa puede
definirse como una comunicación formulada al sujeto que proviene de un objeto
o de una representación de objeto y que consigue retirar la duda sobre la
validez de la experiencia del sujeto. Una respuesta afirmativa simplemente
expresa y confirma, de un modo empático, la calidad de experiencia del sí
mismo de la persona. Experimentar el sentido del sí mismo no se obtiene por
medio de palabras o del razonamiento. Los pacientes pueden hablar de sí
mismo y reflexionar sobre su propia auto-imagen interna, sin llegar por ello a
experimentar un sentimiento del sí mismo. El paciente despliega ante el
analista nada más que una actuación intelectual en la cual usa palabras vacías
que carecen de toda afectividad implícita. El objetivo de la afirmación es
fortalecer el sentimiento del “Yo”. El acto de afirmar puede analizarse
desde cuatro puntos de vista: 1. La experiencia de ser visto 2. La
experiencia de ser entendido 3. La experiencia de ser escuchado 4. La
experiencia de que el otro acuerde con uno. Cada uno de estos cuatro
modos contribuye a la experiencia subjetiva del sí mismo del paciente. La
respuesta afirmativa busca fortalecer los puntos débiles en los cimientos del sí
mismo del paciente. Secuencia que se da en el paciente que recibe una
respuesta afirmativa: Para cada modo: 1. Soy visto: “El me ve, por tanto
debo ser visible, por tanto existo”. Este modo sostiene un sentimiento de ser. 2.
Me entiende: “Él me entiende, por tanto soy alguien que puede ser entendido
por otro, por lo tanto estoy relacionado con alguien”. Este modo sostiene un
sentimiento de relación. 3. Me escucha: “él se molesta en escucharme, por
tanto debo ser alguien a quien vale la pena escuchar, por tanto soy algo”. Este
modo sostiene un sentimiento de sustancia. 4. Está de acuerdo conmigo: “El
acuerda conmigo, entonces mi punto de vista no es algo que surge
repentinamente, por tanto hay una razón en lo que digo”. Este modo sostiene
un sentimiento de justificación. El concepto de representación del sí mismo se
refiere a la organización interna de un contenido ideativo, una mezcla de
imágenes, fantasías y creencias sobre uno mismo. Entonces, el fin de la
intervención afirmativa es: a. Sostener un sentimiento interno de “Yo”
estratégico b. Sostener la representación del sí mismo como un centro de
referencia y de agencia estable.

El afecto terapéutico inmediato de la afirmación es: a. Alivia el aislamiento,


con lo cual el analista vuelve a ser emocionalmente accesible. b. Reduce la
duda, restaurando un estado del sí mismo estable como trasfondo referencial.
c. Esto permite volver a poner a la terapia en proceso de funcionamiento.
Conclusión: dependendiendo de la calidad de la transferencia, el analista tiene
que oscilar entre dos estrategias, la interpretación y la afirmación. Combinar
ambas. El modo más directo de transmitir el sesgo afirmativo es por medio de
la entonación.

Fonagy “Apegos patológicos acción terapéutica”

Mentalización: capacidad de percibir y comprender la conducta propia y la de


los demás en términos de estados mentales (ver de donde saque esa
definicion)

Existen evidencias de una asociación específica entre el maltrato infantil y


ciertos trastornos de personalidad. Siendo infantes, estos sujetos tuvieron
cuidadores que estaban dentro del llamado “espectro borderline” de los
trastornos de personalidad severos. Hay estudios que demuestran distorsiones
de la representación del apego en individuos con trastornos de personalidad,
sobre todo borderline; mayoritariamente patrones de apego preocupados.
Propone que algunos sujetos con trastornos de personalidad, son
aquellas víctimas de maltrato infantil, que lo afrontaron rechazando captar
los pensamientos de sus figuras de apego, evitando así tener que pensar
sobre los deseos de sus cuidadores de hacerles daño. El continuar
alterando defensivamente su capacidad para representarse estados mentales
propios y de los otros les lleva a operar con impresiones imprecisas sobre los
sentimientos y pensamientos. Entonces: 1. Los individuos que sufren un
trauma precoz, pueden inhibir defensivamente su capacidad para mentalizar.
2. Algunas características de los trastornos de personalidad pueden
deberse a dicha inhibición. El maltrato determina la capacidad reflexiva y el
sentido del self del infante. Estos niños muestran un déficit específico en el uso
de términos sobre su estado interno; déficits en tareas que requieren
mentalización. La necesidad de proximidad persiste, necesidad de cercanía
que se expresa en el nivel físico.En la contradicción entre la búsqueda de
proximidad en el nivel mental y en el nivel físico radica el apego desorganizado.

Apego desorganizado y trastorno de personalidad

La función reflexiva y su contexto de apego son la base de la


organización del self. La internalización de la imagen que el cuidador tiene del
infante como de un ser intencional es capital. La intencionalidad hostil del
cuidador excluye una imagen del self tan coherente. Winnicott plantea que
ante la falla para encontrar su estado actual especularizado por el otro, es
probable que el infante internalice el estado actual de su madre como parte de
su propia estructura del self. El infante incorpora en su estructura del self
naciente una representación del otro. Cuando se ve confrontado con un
cuidador asustado, el infante incluye como parte de sí mismo, el sentimiento de
su madre de miedo y la imagen de sí mismo como atemorizante. Una vez
internalizada esta representación ajena, ésta deberá ser expelida no solo
porque no coincide con el self constitucional sino también porque es
persecutoria. El apego desorganizado establece un self desorganizado.

Sintomatología del trastorno de personalidad borderline--1. Sentido


inestable del self como consecuencia de la ausencia de la capacidad reflexiva
2. Impulsividad 3. Inestabilidad emocional e irritabilidad. La representación
de la realidad de estos sujetos es solo una versión; se ve afectada por la
ausencia de mentalización. La mentalización actúa como amortiguador: cuando
la conducta de los otros es inesperada, esta función permite al sujeto crear
hipótesis auxiliares sobre creencias que previenen conclusiones sobre
intenciones maliciosas. Los modelos internos basados en el abuso suponen
que la malevolencia es lo más probable. Esquemas interpersonales rígidos
porque no pueden imaginar que el otro pudiera tener una construcción de la
realidad diferente. 4. Suicidio: poseen un enorme temor de abandono físico. El
abandono significa la destrucción del self. Los intentos de suicidio se
buscan a menudo para evitar la posibilidad de abandono. Mientras el suicidio
y la autoagresión son manifestaciones frecuentes del apego
desorganizado en mujeres, en los hombres es más común la violencia
contra otras personas. 5. Escisión , representación parcial del otro o del self.
6. Sentimiento de vacío como consecuencia directa de la ausencia de
representaciones secundarias de los estados del self y de la superficialidad
con la que se experimentan las relaciones. El fallo en la mentalización produce
un conflicto para sentir la continuidad entre pasado y presente. Aclaración: no
todos los padres de individuos con problemas de mentalización son borderline.

La psicoterapia tiene como objetivos: a. establecer relación de apego con el


paciente b. reactivar mentalización c. comprender estados mentales d.
reconocimiento del self del paciente como real e intencional e. potenciar
funciones yoicas En la terapia se debe formar una base segura.

Lerner “La clínica psicoanalítica convulsionada, Cap. I”

La noción de borderline, organización fronteriza o patología límite no nació con


el psicoanálisis. Los pacientes fronterizos tienen una indudable repercusión
social. Al quedar desinvestidos sus objetos de identificación y de referencia,
estos pacientes los buscarán con desesperación porque necesitan algo que
los delimite, que les cree la frontera entre el yo y el contexto. Grinker dividió a
los pacientes en cuatro subgrupos:---Tipo I: Paciente fronterizo psicótico
(conducta inadaptada, problemas con la prueba de realidad) Tipo II: Síndrome
fronterizo central (prevalecen los afectos negativos y las dificultades para
mantener vínculos interpersonales estables) Tipo III: Grupo “como si”
(prevalece la falta de identidad y determina que estos pacientes busquen tomar
prestada la identidad de otros sujetos) Tipo IV: Paciente fronterizo neurótico
(con predominio de sintomatología neurótica)

También planteó características comunes en los pacientes fronterizos


más allá del subtipo: a. Enojo como afecto predominante b. Dificultades
para mantener una identidad cohesiva c. Trastornos en los vínculos
interpersonales d. Predominio de la depresión.

Los pacientes borderline no se deterioran y evolucionan hacia un cuadro


esquizofrénico, sino que permanecen “establemente inestables”.

Lerner plantea que hay autores que hablan de estados fronterizos pero que no
está de acuerdo con este término ya que éste alude a cierta estabilidad, fijeza
y la patología fronteriza es fluctuante. Prefiere hablar de organizaciones
fronterizas ya que el término alude a un modo de funcionamiento
fronterizo que remite a situaciones centrales en la psicopatología, como
los déficits en la constitución yoica, que determinarán una modalidad de
organización psíquica determinada. Lo importante es tener en cuenta
como se defiende el yo. Muchas veces el paciente fronterizo usará
defensas más neuróticas y otras a defensas más cercanas a las
psicóticas, más ligadas a la problemática del déficit de estructura yoica.

Estos pacientes tienen mayor probabilidad de abuso de sustancias


tóxicas y de riesgo de suicidio que en el resto de la población. En general,
los síntomas de los pacientes fronterizos comienzan a volverse evidentes
hacia el final de la adolescencia o en adultos jóvenes.
La clínica de los pacientes fronterizos-> algunos elementos que ayudan para el
diagnóstico presuntivo: 1. Ansiedad difusa, crónica y flotante. Presencia
constante de ansiedad 2. Combinación de diferentes síntomas neuróticos:
presencia de varias manifestaciones neuróticas como fobias múltiples,
síntomas obsesivoscompulsivos, síntomas hipocondríacos, entre otros.
Las tendencias paranoides son frecuentes. 3. Adicciones y compulsiones,
como las drogadicciones, el juego, la cleptomanía. (frente al vacío de
pensamiento, de simbolización el sujeto recurre al abuso de sustancias
como un intento de llenarlo. La adicción genera la ilusión de tener una
identidad ficticia). 4. Sexualidad perverso-polimorfa: los pacientes pueden
presentar tendencias perversas; se trata de actuaciones más que de una
conducta patológica estable, es decir, así como aparecen desaparecen. 5.
Labilidad emocional, necesidades de dependencia, depresiones,
conductas autodestructivas, e/ otras. 6. Cambios de humor: periodos de
exaltación que luego son seguidos por períodos de depresión. 7.
Autoestima inestable. 8. Agresividad y dificultad para tolerar situaciones
de frustración.

Entonces, hay una inexistente tolerancia a la ansiedad, dificultad para controlar


los impulsos y trastornos con respecto a los canales de sublimación. Estos
pacientes tienen un déficit importante en la narcisización

Acerca de la técnica: estos pacientes nos llevan a realizar cambios dentro del
campo psicoanalítico. Estamos en un momento de la práctica psicoanalítica en
que los pacientes nos piden no solo que los ayudemos a levantar sus
represiones para que surja aquello que estaba sepultado. Las llamadas
“nuevas patologías”, entre las que se encuentran los fronterizos, nos enfrentan
con deslizamiento técnicos. Estos pacientes nos demandan ayuda para la
creación de lo que nunca estuvo; nos piden que en lugar de reeditar en la
transferencia, editemos. El trabajo psicoanalítico se realiza en el encuentro
intersubjetivo donde se recrea o crea lo que fue conflictivo o lo que no
hubo, lo que faltó. Con el paciente fronterizo el analista se enfrenta a un
yo fragmentado y debe apuntar a un trabajo de integración.

Ortiz Frágola “El self en el borderline. Págs. 67-83”.

El narcisismo y la intersubjetividad son dos ejes centrales a la hora de


considerar los fenómenos borderline. En este tipo de pacientes se producen
estados de desequilibrio narcisista que ejercen un efecto inquietante y
perturban su estabilidad emocional. La angustia existencial, vivencias de vacío,
fenómenos hipocondríacos, sentimiento de vergüenza e inferioridad, procesos
alternantes de idealización y desvalorización en los vínculos interpersonales, se
asocian a profundos disturbios en la regulación del estado de sí mismo y se
acompañan de una crónica vulnerabilidad en la autoestima. Las personas
borderline buscan vivir estados de agitación, tensión o dolor a modo de
estímulos que consolidan el self y le señalan sus límites. Protegen al sujeto del
vacío, del temor al derrumbe y lo hacen sentirse vivo. La hipersociabilidad
superficial, la sexualidad compulsiva o el uso de sustancias psicoactivas sirven
a los mismos fines. El autor plantea que un gran porcentaje de los pacientes
borderline experimentan una reducción sustancial de su sintomatología luego
de un período de alrededor de cinco años.

Bessoles “Picoterapia Post-traumática” Plantea que en Francia, se introdujo


la dimensión psicológica en los servicios de emergencia y que para tratar a las
víctimas se utilizan protocolos tales como defusing y debriefing. Defusing: se
utilizan desde las primeras horas luego del traumatismo. El propósito es un
inmediato des-shocking de, por ejemplo, los efectos del desconcierto psíquico o
la huida con pánico. El objetivo es una verbalización emocional inmediata
dentro del marco contenedor de psicoterapeutas que brindan un apoyo
compasivo. Se requiere que el paciente relate el drama y se sugieren
estrategias conductuales y cognitivas adecuadas para manejar el trauma.
Debriefing: técnica preventiva que consiste en la prevención de síndromes
psíquicos traumáticos. Consiste en promover la colaboración a través de un
trabajo de expresión de los afectos. El método general de una emergencia
clínica es sedar el trastorno, tanto en el nivel de los recursos farmacológicos
como en el psicológico. El objetivo es prevenir la instalación de los
traumas y su morbilidad. Independientemente de las metodologías y sus
fundamentos teóricos, los objetivos generales de las intervenciones
tempranas post-traumáticas son: - Hacer menos dramática y “normalizar”
las respuestas iniciales a las reacciones inmediatas post-traumáticas. -
Prevenir y reducir la aparición de problemas post-traumáticos posteriores -
Ofrecer la posibilidad de tratamiento terapéutico y apoyo social legal, si es
necesario.

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