Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Parece que existe un temor frente a la idea de que el analista pueda sentir alguna clase de
amor por sus pacientes. Las necesidades emocionales de los pacientes hacen referencia a la
construcción de una relación que permita restaurar las deficiencias del self. En el proceso
psicoanalítico ha de existir un equilibrio entre frustración y satisfacción.
Selin Torres Sinmaz
“[…] principio de dejar ser al paciente. [...] se transmite un profundo respeto al derecho del
paciente a ganar experiencia en base a sus propias premisas y a confiar en su habilidad para
hacerlo si se le brinda la oportunidad”.
Lo que hace posible la transferencia tiene que ver con la función y no con las características
personales del analista. De ahí el empeño que se pone en sostener el “encuadre”, una de
cuyas funciones es mantener fuera del alcance de los pacientes todo contacto con la vida
personal del analista. Yo creo que no hay una separación absoluta entre la vida personal de
un analista y el desempeño de su función. La comunicación de paciente-analista es de
inconsciente a inconsciente y, por ello, el análisis personal es fundamental para la
formación. Aquellos aspectos no analizados de nuestro psiquismo funcionarían como
resistencia a la escucha y nuestras interpretaciones podrían ser proyecciones de nuestros
propios conflictos.
“Uno debe elegir su propia postura. […] una persona adquiere la habilidad suficiente para
objetivar sus propias percepciones y cree que se siente capacitado para distinguir entre las
que se corresponden y adaptan al objeto y las que no. Esta es la misma capacidad de
autorreflexión que los analistas ejercen y hace que el trabajo analítico sea posible”.
Selin Torres Sinmaz
tanto, una particular relación de objeto interno subyacente), a medida que surgen en la
relación (transferencia) con el terapeuta. Sus principales objetivos son: adquirir un mejor
control del comportamiento para aumentar la regulación afectiva; desarrollar y mantener el
amor gratificante y las relaciones interpersonales; desarrollar la capacidad de lograr
objetivos en la vida; y ser productivo a través del trabajo y los intereses. Esto se logra
modificando los mecanismos de defensa primitivos y facilitando el desarrollo de las
representaciones integradas del self y de los demás, mientras que, al mismo tiempo, se
consolida la identidad y se reduce la difusión de ésta, que perpetúan la fragmentación del
mundo representacional interno del paciente.
Por lo tanto, facilitando la integración del concepto del self, aumentará el control cognitivo;
integrando el concepto de otros, normalizará la vida social; e integrar la experiencia de
afectos contradictorios afectará a la modulación y a la reducción de la impulsividad.