Está en la página 1de 3

El año pasado a mi equipo de trabajo le tocó

organizar y ordenar la biblioteca del aula.


Estábamos organizándola y ya solo nos faltaba
acomodar unos libros en lo alto del estante. Para ello,
me subí a una pequeña escalera que estaba al costado
del estante.

Cuando quise bajar, sentí mucho miedo; no quería


moverme, mucho menos bajar una grada. Entonces,
una compañera (recién llegada de la selva) me dijo:
—Tienes que bajar de canto.
Pero yo no sabía qué quería decir “de canto”. Yo tenía
tanto miedo que solo preguntaba: “¿Ahora cómo me
bajo?”
—De canto, de canto…
—¿Quieres que cante? —le pregunté.
Mi amiga soltó una carcajada y me dijo:
—No, “de canto” significa “de lado”.
Solo así supe lo que me quería decir.

También podría gustarte