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1.

LA DECLARACIÓN DE NOMBRAMIENTO

Se considera que la declaración de nombramiento constituye un negocio jurídico unilateral de


carácter puro y simple plasmado por el estipulante que determina que opere, con efecto
retroactivo, la cesión de sus derechos y obligaciones al tercero designado.

Bajo esta premisa, puede considerarse que el estipulante designe a una persona, o incluso a
varias, para que asuman sus derechos y obligaciones al interior del contrato. Como excepciones
a esto se pueden considerar el que se haya excluido en el contrato la posibilidad de designar a
una persona en particular (por ejemplo, un competidor de la contraparte) o a una pluralidad de
sujetos (siendo solo posible designar a uno) o que, por la naturaleza de prestación materia del
negocio en cuestión, no se pueda optar por ninguna de las posibilidades referidas.

Se puede hacer referencia a la curiosa posibilidad de que el estipulante se designe a sí mismo.


Sin embargo, y dejando de lado el carácter ocioso y poco práctico del planteamiento,
consideramos que, en ese caso, no nos encontraríamos ante una declaración de nombramiento
dado que el estipulante ya forma parte del contrato por lo que designarse a sí mismo no
generaría efectos sobre su propio estatus al interior de la relación contractual (además, sería
absurdo considerar que su designación en ese caso opera con efecto retroactivo). La potestad
de designar a un tercero para que asuma los derechos y obligaciones de una de las partes es
transferible, ya sea por acto inter vivos o mortis causa. Por supuesto, en el primer caso, una vez
transferida la potestad de designación, si el tercero (que ostenta la referida potestad) no
efectúa el nombramiento, los efectos del negocio se mantendrán en la esfera jurídica del
estipulante salvo que la transferencia en cuestión haya sido parte de una cesión de posición
contractual o se haya pactado en contrario.

Art. 1474.- La declaración de nombramiento debe comunicarse a la otra parte dentro de un


plazo que no podrá exceder de veinte días, contados a partir de la fecha de celebración del
contrato.

La declaración de nombramiento no tiene efecto si no es acompañada de la aceptación de la


persona nombrada. La declaración de nombramiento es una declaración unilateral recepticia
del estipulante, quien debe comunicarla a la otra parte contratante, acompañando la
aceptación de la persona nombrada, dentro del plazo convenido o legal. En ese sentido, son
condiciones de eficacia del nombramiento:

a) Que se realice dentro del plazo previsto por las partes, el cual no podrá ser mayor de
veinte días. La ley tutela el interés de la contraparte de saber si el destinatario de los efectos
del contrato es el estipulante o un tercero, lo que lleva a establecer que dicho plazo es de
caducidad.

b) El nombramiento no tiene efectos si no está acompañado de la aceptación de la


persona nombrada de asumir los efectos del contrato estipulado por otro. El nombramiento
tardío o el que no está acompañado de la aceptación del nombrado no desplaza sobre estos los
efectos contractuales. Si concurren todos los requisitos de la eficacia del nombramiento, el
nombrado adquiere los derechos y contrae las obligaciones derivadas del acto jurídico desde el
momento en que fue celebrado.

La declaración de nombramiento del tercero hecha por el estipulante tiene el carácter de


recepticia en el sentido de que debe ser comunicada a la otra parte contratante, puesto que
esta tiene interés en conocer con quién vinculada mediante contrato, pero no en el sentido de
que la declaración de nombramiento requiera la aceptación del promitente. La otra parte (el
promitente) no puede cuestionar el nombramiento hecho por el estipulante, sin que medie
una causa justificada.

2. COMUNICACIÓN DE LA DECLARACIÓN DE NOMBRAMIENTO

La declaración de nombramiento debe comunicarse a la otra parte dentro de un plazo que no


podrá exceder de veinte días, contados a partir de la fecha de celebración del contrato.

La declaración de nombramiento no tiene efecto si no es acompañada de la aceptación de la


persona nombrada.

La estipulación "por persona a nombrar", conforme a lo establecido en el artículo 1473, trae


consigo la posibilidad de que sea designado, en el lugar del estipulante, un tercero que asuma
los derechos y obligaciones de este. Esta posibilidad se hace tangible mediante la declaración
de nombramiento del tercero, la ELECTIO AMICI, que se hace efectiva con la aceptación de este
último.

3. CONCLUSIÓN

A nuestro criterio podemos decir que son fundamentalmente dos las utilidades de regular un
contrato por persona a nombrar. Primero que permite superar los problemas del mandato sin
representación al considerar que solo se ha producido una transferencia de la propiedad, lo
que implica el pago de un solo tributo por la transferencia y, lo segundo es que permite que
una persona pueda realizar contratos manteniendo en reserva su identidad.

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