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Facultad de Derecho y Ciencias Humanas

Lima descentralizada

Curso Integrador II: Derecho y Jurisprudencia

Tarea académica N°2

La nulidad y la anulabilidad del acto jurídico

Integrantes

Carrión Rojas, Yhosep Moisés U21201530

Flores Mendoza, Brian U19308668

Grados Felix, Mireya Alexandra U18301670

Saavedra Via, Irina Sharmila U18203451

Sarmiento Medina, Dener Julinho U18203951

Docente

Jorge Luis Alberto Contreras Orellana

Lima, Perú

Ciclo
2022- Ciclo II Agosto
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 3

DESARROLLO ...................................................................................................... 4

1. NULIDAD DE ACTO JURÍDICO..................................................................... 4

1.1. Análisis doctrinario. ..................................................................................... 4

1.2. Análisis normativo ....................................................................................... 6

1.3. Análisis jurisprudencial ................................................................................ 8

2. ANULABILIDAD DEL ACTO JURÍDICO ...................................................... 10

2.1. Análisis doctrinario .................................................................................... 10

2.2. Análisis normativo ..................................................................................... 12

2.3. Análisis jurisprudencial .............................................................................. 14

3. DIFERENCIAS ENTRE NULIDAD Y ANULABILIDAD DEL ACTO

JURIDICO ............................................................................................................ 17

CONCLUSIONES ................................................................................................ 19

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................... 20

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INTRODUCCIÓN

El hombre por su propia naturaleza es un ser social, establecen diversos vínculos


a fin de satisfacer sus intereses o necesidades, estos actos lo realizan con
autonomía de la voluntad, no obstante, en algunas circunstancias estos actos
contienen vicios que contradicen el ordenamiento jurídico para el cual se crea
institutos orientados a declarar la nulidad o posibilidad de anular los efectos de
los actos jurídicos viciados.

En el presente trabajo, abarcaremos básicamente respecto a los alcances de la


nulidad y la anulabilidad en nuestro ordenamiento jurídico; sus causales, efectos
y parte procesal legitimada para solicitarla.

Para ello, es necesario conocer sobre el acto jurídico y sus requisitos de validez,
esto nos permitirá establecer diferencias entre estas dos figuras jurídicas, las
cuales son de vital importancia tanto en el ámbito público como privado.

Desde una mirada doctrinaria, para que un acto jurídico sea declarado nulo, se
necesita una sentencia con valor de cosa juzgada, con la cual otorga a las partes
el derecho a restituir las cosas a su estado anterior. La nulidad es considerada
un supuesto de ineficacia de los actos jurídicos

Por su parte, la anulabilidad es aquel que posee aspectos de su estructura


intactos y contenido licito, pero tiene un vicio estructural en su conformación,
considerado esto un defecto menor.

Normativamente, nuestro código civil dedica ampliamente artículos que explican


sobre su definición, características causales y efectos de la nulidad y
anulabilidad, obteniendo a partir de ello, podemos establecer una clara
diferenciación entre estas dos figuras, para poder aplicarlo en cada caso en
particular.

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DESARROLLO

1. NULIDAD DE ACTO JURÍDICO

1.1. Análisis doctrinario.

Para poder establecer de manera más clara las consecuencias de la nulidad y


de la anulabilidad, hemos considerado detallarlo de acuerdo a información
tomada del libro de Fernando Vidal Ramírez (1989, pp. 418-429).

“Para que un acto jurídico sea declarado nulo, se necesita una


sentencia con valor de cosa juzgada, con la cual otorga a las partes
el derecho a restituir las cosas a su estado anterior; es decir, a
cómo estaban antes de que se celebrara el acto o contrato
declarado nulo”.

Asimismo, en los casos de nulidad declarada, las partes tienen derecho a


restitución mutua en el caso de mejoras o frutos. En el caso de los efectos de la
anulabilidad, un acto anulable que es impugnado eficazmente equivale a un acto
nulo; en consecuencia, si es declarado nulo, va surtir los mismos efectos que un
acto nulo, es decir no va a producir efectos. El acto anulable que sea declarado
nulo por sentencia va a tener efectos retroactivos, pero solo va a operar entre las
partes; esto quiere decir que la anulación de sentencia no es absoluta.

En caso que un tercero que hubiera recibido bienes productos de un acto


anulable que fue declarado nulo, tendrá que restituir lo recibido, salvo el caso de
adquirientes de bienes a título oneroso y de buena fe (por estar protegidos y no
se les puede oponer nulidad o anulabilidad). En ambos casos, son oponibles la
nulidad y la anulabilidad a los terceros a título gratuito, sin importar que sea de
buena o mala fe.

La nulidad es la situación en que los negocios son inaptos para vincular a las
partes según lo programado por ellas y no deberían provocar, por lo tanto,
ninguna mutación del estado de cosas jurídico. Esto se debe, por ejemplo, al
incumplimiento de los requisitos legales de posibilidad, licitud y formalidad. Son
nulos, en efecto, los negocios cuyo objeto sea imposible física o jurídicamente,

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los de finalidadilícita y los que incumplen las exigencias legales o convencionales
de formalidad (C.c., art. 219, incisos 3, 4 y 6).

Los negocios nulos no pueden ser subsanados y toda persona con legítimo
interés, así como el Ministerio Público, pueden demandar que su situación sea
declarada en vía jurisdiccional (C.c., art. 220, párrafos 1 y 3). Incluso el juez o
árbitro puede declarar de oficio la nulidad del negocio, si resulta manifiesta (C.c.,
art. 220, párr. 2), tal como ocurriría si una parte exige la ejecución forzosa de un
contrato ilícito.

Tomando en cuenta lo señalado en libro de Aníbal Torres Vásquez (1998, pp.


200 - 205).

“Cuando hay un acuerdo privado de pago a un funcionario para


corromperlo y lograr, delictivamente, la adjudicación de una obra o
servicio, en perjuicio del Estado y de los demás participantes del
concurso público, estamos frente a hechos jurídicos que son
pasibles de nulidad por intromisión de factores ajenos a un acto
que guarda relación con la moral y las buenas costumbres”.

En el caso del matrimonio «la acción de nulidad debe ser interpuesta por el
Ministerio Público y puede ser intentada por cuantos tengan en ella un interés
legítimo y actual. Si la nulidad es manifiesta, el juez la declara de oficio» (C.c.,
art. 275).

También hay nulidad cuando está ausente la manifestación de voluntad (C.c.,


art. 219, inciso 1) o cuando media simulación absoluta (C.c., art. 219, inciso 5).
Ambos supuestos son, más bien, de inexistencia. No hay negocio jurídico si el
elemento faltante es esencial, como en los casos en que se reciben servicios
complementarios de telecomunicaciones o de seguros que no han sido
solicitados por los usuarios, y que luego pretenden ser cobrados por las
empresas proveedoras.

En cuanto a la simulación absoluta, a tenor del dictado normativo, es un caso de


ausencia de la voluntad de celebración del negocio (art. 190 C.c.). El error
conceptual es claro, porque si algo existe en la simulación es, justamente, la
voluntad de celebrar el negocio simulado, pero con el compromiso de las partes

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—acuerdo simulatorio— de crear la ficción y no quedar vinculados por lo que ella
aparenta.

En nuestro Código Civil, al margen de si es de pleno derecho o debe ser


declarada en vía jurisdiccional, las nulidades son de dos tipos: la nulidad
estructural y la nulidad-sanción. La primera se presenta cuando están ausentes
la manifestación de voluntad del agente o la voluntad negocial; la segunda,
cuando la ley reprime el comportamiento de los particulares, y priva radicalmente
de validez al negocio.

Según otro criterio de clasificación, la nulidad es virtual, en oposición a la textual


o expresa, si se desprende de las prohibiciones normativas, que constituyen
límites a la autonomía de los particulares. Así, cuando se dispone que el
contenido contractual puede ser determinado por las partes libremente, «siempre
que no sea contrario a norma legal de carácter imperativo» (C.c., art. 1354), se
está estipulando, al mismo tiempo, que el contrato contrario a normas
inderogables por el acuerdo de las partes incurre en una «nulidad no textual»

1.2. Análisis normativo

El Código Civil en su artículo 219º contiene las causales de nulidad absoluta.


Artículo 219º.- El acto jurídico es nulo:

1. Cuando falta la manifestación de voluntad del agente. (Perturbación de la


conciencia). La norma contempla la anulación de un acto jurídico, cuando en
el proceso de su formulación se verifica que una de las partes no contaba con
el uso pleno de sus facultades. De esta manera, el legislador brinda seguridad
jurídica en los negocios.
2. Cuando se haya practicado por persona absolutamente incapaz, salvo lo
dispuesto en el artículo 1358. (Equivalente a incapacidad de ejercicio). Bajo
este precepto, las personas deben reunir todas las cualidades señaladas por
ley. En este punto, el legislador evita da posibilidad de un posible ejercicio
abusivo del derecho.
3. Cuando su objeto es física o jurídicamente imposible o cuando sea
indeterminable. Bajo esta figura legal, todos los contratos que se celebren
deben estar compuestos por objetos sobre los cuales recaiga la posibilidad

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de disposición. En tal sentido, no se podría negociar la venta del sol y demás
elementos fuera del alcance de las normas.
4. Cuando su fin sea ilícito. (Comercialización de estupefacientes). En este
apartado, el legislador cierra las puertas a los contratos que puedan tener
como esencia la venta de elementos nocivos para la salud, como el caso de
las drogas y sustancias similares.
5. Cuando adolezca de simulación absoluta. (Todo es una farsa). Frente a la
verificación de un acto de simulación absoluta, es positiva la postura del
legislador. De esta manera se garantizan las operaciones comerciales. Estos
casos se dan con frecuencia en la venta de inmuebles. La norma debería
ajustarse a las nuevas situaciones; pues ya no responde a las nuevas formas
de apropiación de bienes.

Por otro, el artículo 220 del código civil vigente, referida a la nulidad absoluta del
acto jurídico, regula lo siguiente:

“La nulidad a que se refiere el artículo 219 puede ser alegada por quienes
tengan interés o por el Ministerio Público. Puede ser declarada de oficio
por el juez cuando resulte manifiesta. No puede subsanarse por la
confirmación”

Del tenor del numeral 220 puede apreciarse que la nulidad no requiere
ser declarada por el juez, pues la misma opera de pleno derecho. Si el acto es
nulo con base en el artículo 219 del Código Civil, las partes no tienen obligación
de hacerla cumplir, y si lo fueran, están obligadas a devolver lo que hubieran
recibido entre sí. Sin embargo, las partes o ciertos terceros pueden estar
interesados en que el juez reconozca la nulidad de la obligación por una mera
declaración.

En ese sentido, el artículo establece precisamente quiénes pueden alegar, en


sede judicial, la nulidad de un acto. En primer lugar, la legitimación para solicitar
la declaración judicial de nulidad le corresponde a quienes tienen interés en
reconocer el verdadero valor jurídico del acto. En general, el interés no es más
que una relación tensa entre un sujeto que padece una necesidad y un bien ideal
apto para su satisfacción. En segundo lugar, la legitimación para solicitar la
declaración judicial de nulidad le corresponde al Ministerio Público.

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Asimismo, se le permite al juez declarar la nulidad de oficio, es decir, si no es
objeto de las pretensiones de cualquiera de las partes en el proceso. Para ello,
es necesario que la nulidad del acto sea manifiesta. Se entiende que dicha
nulidad es evidente cuando se revela claramente la razón que lo originó (caso
en que el acto jurídico se señale con un instrumento que no represente la forma
solemne exigida por la ley).

Finalmente, para que un juez pueda declarar de oficio una nulidad, es necesario
que esté facultado para hacerlo mediante la aplicación de las normas procesales
correspondientes. En ese sentido, aunque resulte obvio, por ejemplo, un juzgado
laboral no puede reconocer la nulidad de un contrato civil.

1.3. Análisis jurisprudencial

• Casación N° 353- 2015 LIMA NORTE

En la Casación N° 353- 2015 LIMA NORTE, se cuestiona en sede judicial el


contrato de compraventa suscrito por uno de los cónyuges (Jorge Simón Rosales
Jara) con el comprador (Víctor David Aguilar Huamaní) respecto de los bienes
pertenecientes a la sociedad conyugal formada por Vicentina Inés Félix Mendoza
y Jorge Simon Rosales Jara.

Los contratos son actos jurídicos particulares relacionados con el régimen


jurídico general, y en principio es claro que el particular debe responder ante el
general, si éste abarca y contiene el todo; en consecuencia, el ordenamiento
jurídico establece los requisitos y condiciones para el reconocimiento y
protección de los contratos.

Tanto en primera como en segunda instancia se amparó la demanda,


declarándose nula la compraventa, con la única diferencia que mientras para el
Juez el contrato era nulo por vulnerar el orden público, para la Sala Superior el
contrato adolecía de un fin ilícito.

La Corte Suprema resolvió fundado el recurso de casación interpuesto por el


demandado basándose en la disposición de bienes sociales sin la intervención
de uno de los cónyuges es un supuesto de ineficacia y no de nulidad del acto
jurídico, ello en virtud, que posee los elementos esenciales y presupuestos de

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validez, pero que no llega a producir sus efectos, mientras que en la casación
materia de análisis el Supremo Tribunal se amparó en el principio de la buena fe
contractual prevista en el artículo 1362 del Código sustantivo, casó la sentencia
de vista, declarándola nula, revocó la sentencia de primera instancia y
reformándola declaró INFUNDADA la demanda.

• Casación N° 1375-2015-PUNO

Dionisio Larico Apaza solicitó al órgano jurisdiccional que declare la nulidad del
contrato celebrado por su cónyuge con otra pareja. El demandante alegó que se
vendió de forma unilateral un bien social, inscrito en el Registro de Predios de
Tacna y que fue adquirido durante la vigencia de la sociedad de gananciales.
Asimismo, refirió que en el propio contrato se consignó que la vendedora tenía
la condición de casada. Con estos datos, la Corte Suprema indicó que tanto la
vendedora como los compradores conocían que el bien era uno de naturaleza
social, por lo que se declaró la nulidad, al verificarse una actuación contraria al
artículo 315 del Código Civil.

La Corte Suprema resolvió indicando que en los autos no solo se ha probado


que el acto jurídico cuestionado en la demanda fue celebrado en términos
incompatibles con la regla de legitimación contenida en el artículo 315 del Código
Civil, pues fue celebrado por quien carecía de tal calidad para vender, por lo
menos para hacerlo en forma exclusiva, sino también que fue celebrado con la
intención de burlar lo previsto en dicho artículo, por lo que se determina que, en
este caso específico, la voluntad de las partes estuvo claramente encaminada
por un interés contrario al ordenamiento jurídico, configurando así la causal de
nulidad prevista en el artículo 219, inciso 4, del Código Civil (cuando su fin sea
ilícito)”; mientras que en la casación materia de análisis el Supremo Tribunal se
amparó en el principio de la buena fe contractual prevista en el artículo 1362 del
Código sustantivo, casó la sentencia de vista, declarándola nula, revocó la
sentencia de primera instancia y reformándola declaró infundada la demanda.

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2. ANULABILIDAD DEL ACTO JURÍDICO

2.1. Análisis doctrinario

Mencionamos que, dentro de las teorías clásicas acerca de las nulidades sólo
se cómo posibles ineficacias del acto jurídico a las nulidades en las que incurren
y se distinguen a nulidad absoluta y relativa, sin mencionar su inexistencia.

De tal modo, la llamada Teoría francesa de las nulidades, a través de uno de sus
más importantes expositores, Marcelo Planiol, considera, por un lado, los
elementos de existencia del acto jurídico y por el otro, a los requisitos de validez
del mismo. Y es así, como establece la diferencia entre la inexistencia y la
nulidad.

Para Gutiérrez y Gonzales (2008) sobre la nulidad relativa o anulabilidad. De


igual forma, que la absoluta, el acto nace viciado desde su origen, sin embargo,
produce plenamente sus efectos, mismos que se anularán una vez que el juez
declare la nulidad, sólo puede ser invocada por las personas en cuyo favor la
establece la ley y es susceptible de convalidarse por confirmación o por
prescripción. En oposición a la tesis clásica surgieron las tesis los autores Japiot
y Piedelievre, en el sentido de que la ineficacia de los actos debe determinarse
atendiendo en cada caso en particular, al fin que persigue la norma y a los
intereses en presencia del acto afectado de nulidad, pues las consecuencias no
serán siempre las mismas, tomando en cuenta los diferentes grados de nulidad
del acto.

Por otro lado, para Bonnecase, la inexistencia se presenta cuando al acto jurídico
le faltan uno o todos sus elementos orgánicos o específicos, esto es, sus
elementos esenciales, que son: uno psicológico, que se materializa con la
manifestación de voluntad del autor del acto o el acuerdo de voluntades, o
consentimiento y otro material, que se manifiesta a través del objeto del acto
jurídico; y la forma, cuando la misma tenga el carácter de solemne y por
consecuencia, sea un elemento de esencia del acto mismo.

En este punto, es indudable que Bonnecase comprendió la tesis de Japiot


cuando este consideró el principio del equilibrio de los intereses presentes,

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siendo así el mencionado autor realizo la clasificación de las nulidades en
absoluta y relativa.

Esta nulidad solo la puede hacer valer el perjudicado; la ley permite la


confirmación del acto, si el acto es nulo por vicios de la voluntad o por
incapacidad, puede ser confirmado cuando desaparezca la causa de nulidad;
admite prescripción, es decir, que con el transcurso del tiempo puede cesar la
causa de nulidad ejemplo.

Posteriormente, se determinó al acto anulable como una causa de invalidez de


un acto jurídico derivado de un vicio de la voluntad, que en teoría no es inválido,
pero podría llegar a serlo en el caso que el agraviado requiera solicitarlo y
exigirlo, es decir, en casos como estos se condiciona su validez a que la parte
perjudicada lo admita.

Como lo sostiene Fernando Vidal “El acto anulable, o sea, el que padece de
nulidad relativa, es aquel que reúne los elementos esenciales o requisitos de
validez y, por lo tanto, es eficaz, pero, por adolecer de un vicio, a pedido de una
de las partes, puede devenir nulo”.

Esencialmente, encontramos la diferencia entre ambas nulidades radica en la


magnitud o equivalente intensidad de la irregularidad o en ocasiones en la
deficiencia de la estructura del mismo acto, como también a los perjudicados por
los efectos presentes o futuros del mismo.

Es por esto que, Lizardo Taboada ha sostenido que “como la causal de


anulabilidad sólo atenta contra el interés privado, afectando a una de las partes
que ha celebrado el negocio jurídico, el artículo 222 del Código Civil cuida bien
en señalar que la misma se pronunciará a petición de parte y no puede ser
alegada por otras personas que aquellas en cuyo beneficio la establece la ley”.
Esto refiere, que la anulabilidad o nulidad relativa no puede ser alegada por una
persona extraña al negocio jurídico, como tampoco declarada de oficio, debido
a que solo importa la parte afectada.

Como también, Federico De Castro (1991) sobre actos de anulabilidad “que el


sentido de la anulabilidad en materia civil del ordenamiento es garantizar que los
actos o negocios jurídicos realizados por personas incapaces o cuyo

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consentimiento está viciado puedan ser invalidados (esto es, anulados o
privados de eficacia) si les resultan perjudiciales, pero también puedan
considerarse válidos si una vez subsanada la falta de capacidad o eliminada la
causa que viciaba el consentimiento, los afectados por el mismo consideran que
el negocio les beneficia”.

En este tipo de casos se evidencia como es que el vicio afecta solamente al


elemento subjetivo, donde ilegalmente que se ha cometido únicamente
perjudicaría a aquella persona cuya voluntad se construyó sin respetar lo que
establece el ordenamiento jurídico. Por lo tanto, si la parte en cuyo beneficio se
determina la norma de la cual se ha vulnerado consiente el acto, al estar sujeto
al Derecho en todo lo que le concierne, de la cual el ordenamiento no contempla
su eliminación.

Asimismo, Aníbal Torres (1998) hace mención importante “La representación


otorgada por un incapaz absoluto es nula y la otorgada por un incapaz relativo
es solamente anulable; la nulidad o anulabilidad no alcanza solo al acto por el
cual se otorga la representación, sino también al acto realizado por el
representante con el tercero. Pero, el representado una vez que alcance su
capacidad de ejercicio puede confirmar el acto anulable por falta de capacidad”.

Este apartado conlleva a mencionar que los individuos que conforman los
órganos de las personas jurídicas para su otorgamiento de representación
voluntaria para la actuación de cada entidad, tienen que aparte de tener
capacidad de ejercicio estas contengan el poder especial que estén expresadas
facultativamente la sustitución.

2.2. Análisis normativo

Como se ha indicado en los párrafos precedentes la anulabilidad del acto jurídico


es la forma menos grave de invalidez, porque la irregularidad que presenta el
acto jurídico únicamente afecta el interés de las partes. Además, el acto jurídico
anulable es siempre eficaz, por tal razón las partes asumen directamente las
consecuencias jurídicas que surjan al respecto.

En ese contexto, dentro del ámbito normativo el código civil plantea las cuales
de anulabilidad en el artículo 221º, que será menester de análisis.

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Inciso 1 “por capacidad de ejercicio restringida de la persona
contemplada en los numerales 1 al 9 del artículo 44º”

Al respecto la capacidad jurídica para Aníbal Torres (2019) La capacidad jurídica


se “expresa la condición o calificación jurídica del sujeto para que en cabeza de
él se constituyan, modifiquen o extingan relaciones jurídicas” (p.129) en nuestras
palabras seria la capacidad que tiene un determinado sujeto de derecho para
atribuirle derechos y obligaciones dentro de una relación jurídica determinada,
pues precisamente el articulo 03º del código civil, menciona que solo puede ser
restringida por ley, precisamente el artículo 44º lo determina. En consecuencia,
realizando la presente aclaración, según norma un acto jurídico será anulable
cuando sea aplicado a los sujetos comprendidos en el artículo 44º tales como
los mayores de dieciséis y menores de dieciocho años de edad, los pródigos, los
que incurren en mala gestión, los ebrios habituales, los toxicómanos, los que
sufren pena que lleva anexo la interdicción civil.

Inciso 2 “Por vicio resultante de error, dolo, violencia o intimidación”

En este caso se hace referencia a la voluntad, es decir cuando se realiza un acto


jurídico distinto del que se tenía la voluntad o no, que pude ser por error, dolo,
violencia o intimidación.

1. Por error: (Regulados en los artículos 201º al 209º) la cual, sucede por una
confusión, ya sea por la persona, objeto hecho un bien o una ley, que puede
ser por falta de conocimiento e ignorancia.
2. Por dolo: Para la firma de asesoría jurídica Osterling Abogados (2012) la
anulabilidad por vicio de la voluntad por dolo, supone “el engaño que se
emplea para inducir a alguien a consentir en la formación de un acto jurídico,
que sin ese dolo no habría sido celebrado o lo hubiera sido en condiciones
diferentes: es el dolo que falsea la intención del agente y que éste puede
aducir para obtener la anulación del acto celebrado con ese vicio” (p.02). Es
decir, quien comete dolo, confunde o lo índice a la equivocación para lograr
celebrar un acto jurídico.
3. Por violencia o intimidación: En virtud, a lo dispuesto en el artículo 214º del
código civil, que significa que una de las partes para lograr celebrar un acto

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jurídico se encuentra en una situación de amenaza de daño físico o moral, de
manera que la celebración no se efectuaría de modo libre.

Inciso 3 “Por simulación, cuando el acto real que lo contiene


perjudica el derecho de tercero”

Se hace referencia a una simulación relativa, de acuerdo al artículo 191º del


código civil se refiere “Cuando las partes han querido concluir un acto distinto del
aparente, tiene efecto entre ellas el acto ocultado, siempre que concurran los
requisitos de sustancia y forma y no perjudique el derecho de tercero”. Para su
mejor entendimiento platearemos el siguiente ejemplo: Brian Flores, vende su
departamento a Danna Mendoza por lo que correspondería realizar un contrato
de compraventa, pero en realidad simulan una donación. Pues, el acto jurídico
simulado tendrá efecto entre las partes, siempre que concurran los requisitos de
validez y no perjudique el derecho de un tercero (Capcha, 2019, p. 29) En ese
sentido, En otros términos, para que el acto simulado (la donación en ejemplo)
que celebraron las partes, debe perjudicar el derecho de un tercero para que se
pueda configurar como una causal de anulabilidad.

Inciso 4 “Cuando la ley lo declara anulable”

Sera anulable un acto jurídico cuando este se encuentre en un supuesto que


regule la norma, por ejemplo, el acto jurídico consigo mismo, descrito en acuerdo
al artículo 166º del código civil

2.3. Análisis jurisprudencial

En este capítulo, realizaremos un análisis de algunas sentencias jurisdiccionales


que versen sobre la anulabilidad del acto jurídico, por tal razón, primero tenemos
a la Casación Nº 1230-96 – Huara, que trata de un recurso de casación por una
presunta aplicación indebida del artículo 191º del Código Civil (Simulación
relativa) y la inaplicación del 290 del mismo código.

Que en relación al artículo 191º la corte señala “Para que se configure la


simulación relativa deben existir dos actos en los que intervengan la voluntad de
las partes: el acto oculto, que es el que contiene la voluntad real; y el acto
aparente, que es el que en definitiva se celebra”

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Según esta posición de la corte, queda claro que la simulación relativa supone
dos actos, uno que simulado o disfrazado donde las partes con fin de conseguir
la celebración del acto jurídico fingen jurídicamente que están realizando un
determinado acto recurriendo a las formas que exige la norma para obtener un
resultado que, por lo general, si aplicarían las vías correspondientes podría ser
más complejo (acto aparente). Mientras, el acto oculto que refiere la casación,
es la que en realidad el acto jurídico que quieren celebrar las partes que incluye
“ocultamente” el cumplimiento de los derechos y obligaciones que genere el acto
jurídico oculto.

Como segunda sentencia jurisdiccional presentamos a la Casación N° 2942-


2016 – Tacna, se trata de un recurso de casación que interpone una de las
partes, en la cual se pretende que se declare la anulabilidad de acto jurídico bajo
el amparo de los artículos 214, 215 y 221 del Código Civil.

El fundamento de nuestro interés es la que se refiere a la causal de violencia o


intimidación, es la refieres “La intimidación como vicio de voluntad requiere la
existencia de un fundado temor, esto implica que no basta un simple temor sino
un temor razonable, que es consecuencia de sufrir un mal grave e inminente, sin
embargo, lo primero a advertir es que tratándose de intimidación, lo que importa
es que el mal con que se amenaza produzca impresión decisiva en el sujeto,
llevándolo a hacer la declaración. No impera un criterio objetivo; la gravedad del
mal, sino subjetivo: que el temor producido haya perturbado la voluntad del
sujeto” (f.2)

Se hace referencia a la existencia de un temor razonable. Lo razonable, implica


que la intimidación o posible amenazada tenga consecuencias inminente grave
y que producto a ello se limite la voluntad de la parte amenazada. En este punto,
se identifica algunos elementos que contiene la intimidación. Primero, que esta
acción causea a la parte una temor o miedo creíble, por ejemplo: Brian Flores
(entendiéndose la parte intimidadora) mantiene una posición de poder sobre el
trabajo laboral de Danna (parte afectada) quien le amenaza con despedirla si no
celebra un determinado acto jurídico. Segundo, existencia que la amenaza
futura sea inminente, (que está a punto de suceder o que está muy próximo en

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el tiempo) y grave ( grande , de mucha entidad o importancia)1 por ejemplo:
Brian Flores amenaza con causarle lesiones a Danna en los próximos siete días
a Dana si esta no lo vende una propiedad determinada. Tercero, cuando esta
amenaza o intimidación recibida sea dirigida hacia los bienes de la parte afectada
o sus parientes. Por ejemplo: Amenazar con quemar el carro de la madre si no
celebran un acto jurídico determinado.

Finalmente, como tercera sentencia jurisdiccional presentamos a la Casación N°


218-2017 – Santa, que trata de un recurso de casación interpuesto por
demandantes con la sentencia de segunda instancia que revocó la sentencia de
primera instancia que declaro que declaró fundada la demanda de anulabilidad
de acto jurídico y otro, reformándola, la declararon improcedente. Mencionado
recurso de casación fue declarado procedente por la presunta infracción
normativa de los artículos 139, incisos 3 y 5, de la Constitución Política del
Estado, 197 del Código Procesal Civil y 210 del Código Civil. Por consiguiente,
el debate del caso de la casación propuesta versa en determinar si se han
infringido las reglas del debido proceso, valoración probatoria y motivación de
las resoluciones judiciales, asimismo si el caso de autos se encuentra
enmarcado en lo dispuesto en el artículo 210 del Código Civil. En cuanto, a la
decisión de la corte, fue declarar fundado el recurso de casación interpuesto por
los demandantes en consecuencia casaron la sentencia de segunda instancia y
confirmaron la sentencia de primera instancia que declaró: “fundada la demanda
de anulabilidad de acto jurídico.

En virtud, del tema del presente trabajo académico, resaltamos el fundamento


6.3 que a la letra indica que, “la voluntad de los vendedores está viciada cuando
transfieren el bien engañados por el comprador. Este engaño no se efectúa con
el propósito deliberado de inejecutar la prestación debida (lo que lo hubiera
puesto en la situación regulada en el artículo 1318 del Código Civil: dolo en el
incumplimiento de obligaciones), sino induciendo a error a los vendedores para
que celebren el acto jurídico, provocándoles una falsa representación de la
realidad. Art. 210 del Código Civil”

1 Definiciones según la RAE

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En ese sentido, es preciso realizar algunas precisiones, primero, el dolo que
refiere la corte, está referido a los dispuesto en el art. 210º del código civil, pues
entiende, que existo un vicio de la voluntad, porque se provocó e indujo hacia el
error hacia la parte afectada. Segundo, debemos diferenciar entre error y dolo,
pues el error tiene una característica de espontaneidad, mientras el dolo, es una
conducta de mala fe que una de las partes usa a su favor para que la otra cometa
un error y se pueda concretar la celebración de un acto jurídico.

3. DIFERENCIAS ENTRE NULIDAD Y ANULABILIDAD DEL ACTO JURIDICO

NULIDAD ANULABILIDAD
- Nulidad absoluta - Nulidad relativa
- El acto nulo, es aquel que
- El acto anulable, es que tiene
carece de algún elemento,
todos los presupuestos y
presupuesto o requisito, o aquel que
elementos y es licito, pero
teniendo todos los aspectos de
adolece de un vicio estructural
estructura tiene un contenido ilícito,
referido a ciertos requisitos:
por contravenir las buenas
incapacidad relativa, vicio de la
costumbres, el orden público o una o
voluntad y otros señalados por
varias normas imperativas.
la ley.
- Las causales de nulidad tutelan
preferentemente el interés público. - Las causales de anulabilidad

- Son nulos, en efecto, los tutelan preferentemente el

negocios cuyo objeto sea imposible interés privado.

física o jurídicamente, los de finalidad - Será anulable un acto jurídico


ilícita y los que incumplen las cuando este esté aplicado a los
exigencias legales o convencionales sujetos comprendidos en el
de formalidad (C.c., art. 219, incisos 3, artículo 44º tales como los
4 y 6). mayores de dieciséis y
- Se dice que el acto nulo, nunca menores de dieciocho años de
produce los efectos jurídicos edad, los pródigos, los que
que debía haber producido de incurren en mala gestión, los
acuerdo a la figura negocial ebrios habituales, los
específica, sino tan solo toxicómanos, los que sufren

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produce efectos prácticos, o pena que lleva aves la
efectos jurídicos, pero como un interdicción civil.
hecho jurídico distinto.
- El acto anulable nace
- La acción de nulidad puede ser produciendo efectos jurídicos,
ejercitada por cualquiera pero con una nulidad
siempre que acredite legítimo pendiente; de manera que el
interés; incluso el juez o arbitro sujeto tiene la alternativa de
puede declarar de oficio la confirmar el acto o de
nulidad del negocio. interponer la acción de
anulabilidad para que sea
- Puede ser declarada de oficio
declarado judicialmente nulo.
por el juez, cuando resulte
manifiesta. - La acción de anulabilidad solo
puede ser ejercitada por la
- La sentencia es declarativa,
parte celebrante del acto
porque la nulidad es de pleno
jurídico que ha sido
derecho.
perjudicado con la causal.
- La acción de nulidad prescribe
- No puede ser declarada de
a los 10 años.
oficio; siempre debe ser
- El acto nulo es convalidable. demandada (de parte).

- La sentencia es constitutiva, y
sus efectos son retroactivos a
la fecha de celebración del acto
jurídico.

- La acción de anulabilidad
prescribe a los 2 años.

El acto anulable si es convalidable


mediante la confirmación.

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CONCLUSIONES

- La nulidad de un acto jurídico se manifiesta cuando alguno de los requisitos


de validez del acto está ausente, contraviene el ordenamiento jurídico, el
orden público y las buenas costumbres y tiene como efecto inmediato la
privación de los efectos del acto jurídico, la misma que puede ser declarado
de oficio o por la petición de algunas de las partes.
- El acto nulo si bien se define como la privación total de los efectos del acto
jurídico, esto en la realidad no es completamente cierto, toda vez que puede
ocurrir que algunos actos hayan desplegado sus efectos de manera
irreversible sin que antes haya sido declarado como nulo. Por tanto; se podría
decir también que la nulidad del acto jurídico ocasiona que ninguna de las
partes asuma obligaciones respecto a la otra o la restitución al estado anterior
a la declaración de nulidad.
- La nulidad de acto jurídico o la nulidad absoluta no requiere una declaración
del órgano jurisdiccional, sino es nula de pleno derecho (ipso iure)
- La anulabilidad del acto jurídico, a diferencia de la nulidad, esta contiene vicios
en la estructura, sin embargo, sus efectos ya se han desplegado, asimismo,
la anulabilidad no puede ser de pleno derecho sino tiene que existir una
resolución por parte del juez.
- La anulabilidad del acto jurídico al desplegar sus efectos, afecta a una de las
partes que ha celebrado el acto, es decir atenta contra el interés privado por
ello el único legitimado para pedir la declaración de nulidad relativa es quien
salió perjudicado, no puede ser declarado por el juez,

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