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TEMA 6.

LOS EFECTOS DEL


CONTRATO
1.- Reglamentación contractual y sus fuentes: integración del contrato:
• Con el contrato se instaura entre las partes un precepto de autonomía
privada que puede llamarse lex privata, que es precisamente lo que dice
el CC, cuando señala que los contratos tienen fuerza de ley entre las
partes.
• De acuerdo con lo establecido por el art. 1.258 CC, los contratos obligan
desde su perfección, no sólo al cumplimiento de lo expresamente
pactado, sino también a todas las consecuencias que, según la
naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley.
 En primer lugar, la autonomía ha de respetar las normas imperativas
establecidas en el tipo contractual concreto.

 A continuación el precepto llama a la buena fe, que sería una fuente de


normas obligatorias para las partes, a deducir del principio que impone la
obligación de comportarse leal y honestamente en el tráfico, así como en
el ejercicio de derechos y obligaciones.

 Los usos también integran la relación contractual. La alusión a los usos


de los negocios, es una alusión al modo normal de proceder en el mundo
de los negocios, las prácticas habituales en la celebración y
desenvolvimiento de determinados contratos.

 La última remisión del art. 1.258 CC para integrar la relación contractual


es la ley.
2.- El principio de relatividad del contrato:
• El efecto inmediato de la perfección de un contrato válido consiste en
instaurar una reglamentación de la conducta de las partes, con el deber de
observación de las mismas.
• La eficacia del contrato se despliega, en principio, entre las partes que lo
celebran y sus herederos, los contratos sólo producen efectos entre las
partes que los otorgan y sus herederos; salvo, en los derechos y
obligaciones no transmisibles, por su naturaleza, por pacto o por
disposición de ley.
• No hay pues, por regla general, eficacia para los terceros, frente a los
cuales el contrato, ni tampoco para los causahabientes a título particular.
• La reglamentación que crea entre las partes, con su conjunto de
derechos, facultades y obligaciones, no le es aplicable, ni en su provecho
ni en su daño a terceros.
• Ihering señalaba a este respecto, que todo negocio jurídico produce un
EFECTO REFLEJO para los terceros porque, al igual que en el mundo
físico, todo hecho jurídico no se puede aislar del mundo jurídico, sino
que se relaciona con su entramado.
• La eficacia indirecta, refleja o inmediata del contrato para los terceros
se manifiesta ante todo en el deber de respeto de la situación jurídica
que crea, que les obliga, sólo si lo conocen, a no celebrar con alguna
de las partes otro contrato incompatible con el anterior para impedir su
cumplimiento o frustrar el interés del otro contratante. El Tribunal
Supremo establece que cuando lo que se transmite es un derecho, el
tercero soporta los efectos de los contratos celebrados con anterioridad
por el transmitente, si influyen en aquel derecho.
3.- El contrato en favor de tercero:
• El párrafo primero del art. 1.257 CC proclama el principio de la relatividad de los
efectos del contrato, mientras que su párrafo segundo dice que si el contrato
contuviera alguna estipulación a favor de tercero, éste podrá exigir su cumplimiento,
siempre que hubiese hecho saber su aceptación al obligado, antes de que aquélla
haya sido revocada. Se puede observar, que la regulación de la estipulación en
provecho de tercero es bastante pobre, ya que sólo regula dos aspectos (revocación
y exigibilidad).
• El CC alude a un contrato en el que se contiene “alguna estipulación” en provecho
de tercero, a pesar de que actualmente tanto la doctrina como la jurisprudencia
admiten que el contrato también se haya hecho para un tercero.
• Para que exista un contrato en favor de tercero es necesario que a éste se le
atribuya directamente un DERECHO, con facultad de exigir al obligado, en caso
contrario, si el tercero no está autorizado para exigir la prestación, sino únicamente
para recibirla, no se trataría de un contrato en favor de tercero.
• El contrato a favor de tercero es aquél por el que los otorgantes pactan la
realización de una prestación a cargo de una o de ambas partes, pero a favor
de tercera persona que no ha intervenido en su celebración del mismo. De
esta forma, el tercero, si bien no es parte del contrato, en virtud de él queda
incorporado como beneficiario de cierta prestación.
• El contrato celebrado en mero interés de un tercero no constituye auténtico
contrato o estipulación a favor de tercero.

A. Los sujetos y su capacidad. Determinación del tercero:


• Todo contrato a favor de tercero requiere la presencia de tres sujetos:

-El promitente (el que queda obligado a hacer la cosa a favor de tercero, el
que tiene que hacer)
-El estipulante (el que ordena).
-El tercero o beneficiario.
• En principio, el promitente y estipulante deben tener la capacidad general para
contratar, y la que imponga, en su caso, el contrato en concreto del que se trate. Por
su parte el tercero no tiene por qué poseer la capacidad para contratar.
• El tercer puede quedar totalmente determinado desde el momento de celebración
del contrato, o puede ser determinable a posteriori, siempre y cuando existan
elementos suficientes para efectuarlo.
B. La adquisición del tercero y su aceptación:
• El CC considera la adquisición del tercero y su aceptación como un presupuesto de
exigibilidad de la estipulación al obligado por ella, pero deja en sombra el momento
de la adquisición del derecho por aquél.
• Lo primero que conviene destacar es que la aceptación no es un requisito de la
perfección del contrato en el que consta la estipulación a favor del tercero. El
contrato es perfecto desde que lo concluyen las partes contratantes, y es de ahí de
donde nace la situación jurídica del tercero.
• La aceptación tampoco es un presupuesto indeclinable para que nazca el
derecho del tercero, el cual ya existe desde que se perfecciona el contrato a su
favor.
• La aceptación es sólo un requisito para evitar la eficacia de la revocación del
derecho a favor del tercero, y envuelve, al mismo tiempo, una voluntad de querer
aprovecharse de ella, pues nadie puede enriquecerse sin su consentimiento.
• Por supuesto, la declaración de aceptación ha de ser recepticia y debe dirigirse
al obligado, tal y como apunta el art. 1.257CC, aunque ésta puede ser tácita o
expresa.

C. La revocación de la estipulación:
• El tercero puede exigir al obligado el cumplimiento de la estipulación en su favor,
siempre que hubiese hecho saber su aceptación al obligado, antes de que haya
sido revocada.
• El titular del poder de revocación, pese a la indeterminación del segundo párrafo del
art. 1.257 CC, es normalmente el estipulante, aunque nada impide, que se pacte una
revocación conjunta entre el obligado y el estipulante.
• El poder de revocación se transmite a los herederos del estipulante, porque forma
parte de la situación jurídica en la que aquellos suceden.
• Por supuesto, la revocación es una declaración recepticia, que debe ir dirigida al
tercero y al promitente.
D. Los efectos del contrato en favor de tercero:
• Conviene analizar los efectos del contrato a favor de tercero en cada parte en
particular:
 La relación entre estipulante y promitente:
• A esta relación se la denomina en la doctrina “relación de cobertura” y es la normal
relación que deriva del contrato entre las partes contratantes. Las partes pueden
exigirse entre sí todo aquello a que están obligadas por el contrato.
• Por supuesto, esta relación tiene una eficacia distinta antes y después de
que el tercero acepte:

 Antes: las partes pueden poner fin al contrato de común acuerdo o


resolver la relación obligatoria por incumplimiento si es sinalagmática.

 Después: las vicisitudes modificativas o extintivas de la relación


contractual, que sean obra de la voluntad de los contratantes serán
irrelevantes para el tercero, a menos que éste la consienta.

 La relación entre estipulante y el beneficiario o tercero:


• Es la situación subyacente que actúa como causa de la atribución que el
tercero recibe.
 La relación entre promitente y beneficiario:

• Entre ambos queda constituida una relación por la que el tercero ostenta un derecho de
crédito.
• El promitente puede oponer frente a la acción ejercitada por el tercero las excepciones
derivadas de las condiciones objetivas del derecho del tercero (falta de vencimiento,
prescripción, etc.) y las que derivan del contrato mismo del que el tercer traiga su
derecho (estipulante que incumplió, contrato nulo),
• El interés del estipulante:

• En la relación entre el estipulante y el beneficiario se encuentra un verdadero interés del


estipulante en el contrato a favor de tercero. El promitente se ha obligado frente al
tercero para satisfacer un interés legítimo y digno de tutela del estipulante. Es claro que
si el promitente no cumple, no sólo frustrará el interés del tercero, sino también del
estipulante. De ahí que consideramos acertada la solución del BGB (CC alemán) y el CC
portugués que legitiman no sólo al tercero, sino al estipulante para exigir el cumplimiento
al promitente.
4.- Los contratos en daño de tercero:
• Nos referimos aquel contrato que produce un perjuicio o daño a terceros,
sea expresamente dirigido a producirlo, sea porque es consecuencia del
mismo.
• Hay varios supuestos distintos
-Aquel contrato que persigue un beneficio para los contratantes pero
que va a perjudicar a terceros al quedar en posición desfavorable.
-Aquel contrato en el que un contratante ejerciendo facultades que
en principio le corresponden perjudica a un tercero al ejercerlas en forma
abusiva.
-Aquellos contratos que están dirigidos directamente a producir un
daño a tercero, como el infringir un pacto que impide legalmente
celebrarlo.
5.- El contrato a cargo de tercero:
• Se llama también “promesa de hecho ajeno”, estipulación por la que una parte se
obliga frente a la otra a que un tercero se obligará a darle alguna cosa o prestarle
algún servicio, o a no hacer algo.
• El promitente queda obligado a la obtención de un resultado, y no se libera
probando que ha empleado toda la diligencia posible para conseguirlo. Asume por
tanto el riesgo de que el tercero no se obligue, indemnizando entonces los daños y
perjuicios que la insatisfacción del interés del promisorio ha producido.
• El promitente queda liberado de su obligación cuando el tercero acepte cumplir
respecto del promisorio, y también cuando ese tercero ha muerto o devenido
incapaz para realizar lo que prometió. El promitente, salvo estipulación en contrario,
no es fiador del tercero, no responde de que, después de haberse obligado con el
promisorio, cumplirá su condición.
• Promisario (el prometido), promitente (el que promete).
6.- El contrato por persona a designar:
•Es aquel contrato, normalmente de compraventa, opción o promesa
bilateral de compra y venta, por el cual uno de los contratantes, que
llamamos estipulante, se reserva la facultad de designar en un momento
posterior y dentro del plazo al efecto prefijado o susceptible de fijación a
una tercera persona (el designado), que en el momento de la celebración
es desconocida o ha quedado indeterminada. Es en nuestro Derecho un
contrato que no está sometido a ninguna regulación, de forma que salvo
excepciones, se trataría de un contrato atípico.
• Inicialmente la relación se establece entre el promitente y el estipulante,
una vez hecha la elección, el estipulante sale de la escena jurídica y
ocupa su lugar el elegido.
• Dicha elección debe ser notificada al promitente, y aceptada por el
designado (a menos que el estipulante haya celebrado el contrato con un
poder previo de representación suyo, que le autorice a obrar por su
cuenta).
• El designado, por supuesto, debe tener la capacidad necesaria para
celebrar el tipo de contrato al que accede.
• Los efectos del contrato se producen desde el día de la celebración.

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