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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0011/2015-S1

Sucre, 29 de enero de 2015

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Dr. Juan Oswaldo Valencia Alvarado
Acción de libertad

Expediente: 06738-2014-14-AL
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 014/2014 de 11 de abril, cursante de fs. 71 a 73,


pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Sandra
Almanza Romero y Alan Zárate Hinojosa en representación sin mandato
de Felipe Tórrez López contra Elsa Sangüeza de Quintanilla, Jueza
Segunda de Partido de Familia del departamento de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 9 de abril de 2014, cursante a fs. 3 y vta., los


representantes del accionante expresan los siguientes fundamentos de hecho y
de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

En 1992, Soraya Villegas Parra, inició proceso de divorcio contra su defendido,


en el que se calificó asistencia familiar a favor de la demandante y su hijo, el
cual si bien no fue engendrado por su representado, fue reconocido por él.

Precisan que, dada la buena relación mantenida entre el accionante y su ex


cónyuge, éste no se preocupó cómo o cuándo finalizó el proceso referido,
enterándose recién que el mismo no había concluido; a cuyo efecto, la
demandante le ofreció facilitar las cosas contratando un mismo abogado que se
encargaría de todos los actuados necesarios a dicho fin, haciéndole firmar
documentos que supuestamente eran de “mero trámite”.

Agregan que, las presuntas liquidaciones de asistencia familiar no le hicieron


conocer nunca a su defendido, “porque de ser así hubiera presentado
documentos que demuestran que [él depositó] dinero en la cuenta bancaria de
[su] ex cónyuge” por dicho concepto; la Jueza demandada, dispuso
mandamiento de apremio en su contra, sin considerar que los actuados no
fueron notificados en Secretaría de despacho o “no llegaron a [su] domicilio”
(sic); siendo privado de su libertad el 9 de abril de 2014, en horas de la
mañana, no efectuándose siquiera una revisión de obrados y exigido
notificaciones personales conforme ameritaba el caso, en lesión de sus
derechos fundamentales.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Denuncian la vulneración de los derechos del accionante a la libertad y al


debido proceso, sin citar las normas constitucionales que los contienen.

I.1.3. Petitorio

Solicitan se conceda la tutela que impetran, ordenando se disponga la


inmediata libertad de su defendido.

I.2. Audiencia y Resolución de la Jueza de garantías

La audiencia pública de consideración de la presente acción de defensa se


realizó el 11 de abril de 2014, según consta en el acta cursante de fs. 10 a 14,
produciéndose los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

Los representantes del accionante ratificaron in extenso los argumentos


contenidos en la demanda tutelar; enfatizando que la liquidación realizada por
la autoridad judicial demandada, que estableció adeudos de asistencia familiar
respecto a su defendido, no le fue notificado debidamente, impidiendo que
pudiera asumir comprensión de la misma para poder objetarla; debiendo tomar
en cuenta que al momento de diligenciarla -“26” de noviembre de 2013-, el
nuevo Código Procesal Civil, estaba parcialmente en vigencia; por lo que, debía
obrarse en observancia a sus previsiones. Así, al practicarla por cédula
compelía conforme al art. 75 de dicho cuerpo procesal legal, se consigne la
ubicación del croquis del domicilio y tomar fotografías del inmueble donde se
dejó la notificación y de quién presenció dicho acto; siendo la Oficial de
Diligencias la que incurrió en mayores ilegalidades, sin embargo, debían ser
sujetas a revisión por la autoridad jurisdiccional demandada.

Por otra parte, agregaron que, al haberse procedido al desarchivo de obrados


después de casi diez años, correspondía que la Jueza demandada, efectúe un
examen minucioso de antecedentes, para verificar la legalidad de la petición de
asistencia familiar y la elaboración de la liquidación pertinente; observando así
que la Sentencia, no hizo conocer debidamente qué medida provisional
homologó, refiriéndose únicamente a la de “fjs. 50”, que desapareció del
expediente; no conociendo en consecuencia el accionante, la suma que se
determinó como concepto de asistencia familiar, lo que incluso ameritaría, una
acción penal contra la entonces demandante, por la actitud dolosa que asumió
al respecto.

Finalizaron, cuestionando que no era posible elaborar liquidación alguna, al


faltar el actuado trascendental extraviado; aspectos que no pudieron
reclamarse debidamente en la instancia ordinaria, al no haberse notificado
legalmente a su defendido, para que pudiera objetar la liquidación aludida, e
incluso demostrar que efectuó depósitos judiciales en la cuenta bancaria de la
demandante y del otro beneficiario.
En uso de su derecho a la réplica, los representantes del accionante adujeron
que la notificación a su representado debió efectuarse conforme al “parágrafo
tercero del art. 75” del nuevo Código Procesal Civil (CPC), con el croquis de la
ubicación y fotografías tanto del inmueble como del testigo de actuación.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Elsa Sangüeza de Quintanilla, Jueza Segunda de Partido de Familia del


departamento de La Paz, presentó informe escrito cursante de fs. 34 a 38 vta.,
señalando que: a) El accionante interpuso recurso de apelación contra la
Sentencia dictada dentro del proceso de divorcio que le siguió Soraya Villegas
Parra, resuelto por Auto de Vista 107/95 de 22 de marzo de 1995,
confirmándola; no pudiendo aducir en consecuencia, que no tenía conocimiento
de cómo y cuándo finalizó el proceso; b) Resulta curioso también que el
accionante afirme que no tenía comprensión de los documentos que firmó, al
ser una persona “leída”, no siendo creíble que hubiese suscrito memoriales sin
siquiera asumir un juicio de los mismos, mucho más que indique no conocer a
su propio abogado; c) De una revisión de antecedentes procesales, se advierte
que después de haber estado sin movimiento el proceso, se produjo su
desarchivo, ordenando la notificación personal del demandado y ahora
accionante, procediendo vía cédula dada la representación respectiva efectuada
por la Oficial de Diligencias; d) Con el desarchivo de obrados aludido en el
punto anterior, el accionante se dio por notificado, señalando de manera clara,
precisa y concreta, que asumió conocimiento de aquello, requiriendo incluso
fotocopias simples de todos los actuados; desvirtuando el argumento que
nunca se le hicieron conocer las acciones sobre supuestas liquidaciones de
asistencia familiar; dado que desde el 27 de marzo de 2013, fecha en la que el
impetrante se “enteró” del desarchivo citado, tenía conocimiento que el
fenecido proceso de divorcio se hallaba en movimiento; e) Desarchivado el
expediente, Soraya Villegas Parra, exigió la liquidación de asistencia familiar;
sin embargo, al ser el beneficiario mayor de edad, se le indicó que debía ser él
quien presente el escrito respectivo; realizándose la liquidación el 9 de octubre
de 2013, que corrida en traslado, fue notificada al obligado en su domicilio real
el 27 de noviembre de ese año, sin que hubiere suscitado observación alguna
dentro del plazo previsto por ley; por lo que, se impetró su aprobación; y, f)
Requerida la expedición del mandamiento de apremio respectivo para hacer
efectivo el cumplimiento de la asistencia familiar, y siendo conminado el
accionante a ese objeto, éste no dió observancia debida a lo ordenado; siendo
su actuar correcto, al haber librado el mandamiento de apremio conforme a los
arts. 149 y 436 del Código de Familia (CF) y 11 de la Ley de Abolición de
Prisión y Apremio Corporal por Obligaciones Patrimoniales (LAPACOP), al haber
notificado previamente al impetrante con la liquidación y la orden de pago.

En audiencia, la autoridad demandada resaltó que la liquidación se basó en una


realizada anteriormente, verificando el monto en el libro de Tomas de Razón en
el que sí constaba la Resolución de medidas provisionales, que claramente
estableció la suma de Bs150.- (ciento cincuenta bolivianos) y Bs200.-
(doscientos bolivianos), para el hijo del accionante y para su ex cónyuge,
respectivamente; no habiendo observado el impetrante la misma, ni tampoco
acreditado el pago que asevera cumplió. Asimismo, señaló que al haberse dado
por notificado con el desarchivo de obrados, le compelía estar pendiente en el
Juzgado, concurriendo los martes y viernes, para ser notificado con los
actuados pendientes; no habiendo su autoridad transgredido derecho alguno, al
haber procedido a la notificación por cédula en el domicilio real del accionante.

I.2.3. Resolución

La Jueza Quinta de Sentencia Penal del departamento de La Paz, constituida en


Jueza de garantías, pronunció la Resolución 014/2014 de 11 de abril, cursante
de fs. 71 a 73, por la que concedió la tutela solicitada por los representantes
del accionante, ordenando la emisión de mandamiento de libertad a favor de
éste, a efectos que posteriormente, señale debidamente su domicilio procesal y
real, para poder acudir al Juzgado Segundo de Partido de Familia, a objeto de
asumir su defensa, bajo responsabilidad, y no aducir ignorancia de los
“actuados de su proceso”. Resolución dictada bajo los siguientes fundamentos:
1) El accionante conocía del proceso de divorcio seguido en su contra,
tramitado ante el Juzgado Segundo de Partido de Familia, en el que asumió
plena defensa, interponiendo incluso recurso de apelación contra la Sentencia
emitida en primera instancia; 2) La parte demandante solicitó posteriormente a
la conclusión del proceso, tres desarchivos de obrados, que fueron de
conocimiento del accionante, quien fue notificado en su domicilio real,
reconocido como tal en audiencia; 3) El hijo del impetrante de tutela fue quien
pidió la liquidación de la asistencia familiar de la que es beneficiario, cursando
las diligencias de notificación respectivas, efectuadas en el domicilio procesal
señalado; es decir, en Secretaría de despacho, no siendo “creíble que este
confió de buena fe en su ex - esposa, ya que al ser el accionante profesional y
mayor de edad, este conociendo al Juzgado donde se tramitaba su caso, estaba
en la obligación de acudir y conocer qué trámites se realizaban” (sic); 4) No
obstante de lo aludido en puntos anteriores, la liquidación no estableció en
base a qué parámetros o decisiones jurisdiccionales fue elaborada, ya que “la
base debía ser la determinación que cursaba a fs. 50 y que al presente no se
encuentra en el proceso, ya que existe foliación duplicada y el Auto de medidas
provisionales no cursa en el expediente, que si bien la Sra. Jueza mencionó que
se hallaba en el Libro de Tomas de razón, la autoridad jurisdiccional al advertir
la inexistencia de ese actuado fundamental debió ordenar -antes de disponer se
elabore la liquidación- su reposición, precisamente para evitar los problemas
actuales” (sic); 5) La diligencia “de fs. 210”, que se realizó al accionante con la
liquidación, fue sentada en vigencia del Código Procesal Civil actual, cuyas
disposiciones debieron ser cumplidas en su totalidad; en cuya virtud, al no
encontrarse al deudor de asistencia familiar para su notificación personal, pudo
hacerse aquello por cédula, cumpliendo lo dispuesto en el art. 75.I, II y III de
dicho texto procedimental. Al no obrar en ese sentido, no se cumplió con el
objetivo de poner en conocimiento del impetrante la liquidación realizada; 6) Si
bien esta labor es de los funcionarios del Juzgado y no de la autoridad judicial
demandada, la legitimación pasiva la ostenta la autoridad jurisdiccional,
quedando únicamente contra sus dependientes, la vía disciplinaria; y, 7) La
diligencia efectuada con la liquidación de asistencia familiar no fue legal; por lo
que, no correspondía expedir mandamiento de aprehensión hasta tener certeza
que la misma estuviere adecuada al nuevo Código Procesal Civil, además que
hubiera cumplido la finalidad de poner en conocimiento del accionante la
misma, ya sea personalmente o por cédula, cumpliendo los requisitos exigidos
por el cuerpo legal señalado.

1.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por Acuerdo Jurisdiccional 018/2014 de 25 de noviembre, la Comisión de


Admisión de este Tribunal procedió al segundo sorteo de la presente causa el
19 de diciembre de 2014, asimismo en virtud al Acuerdo de Sala Plena 065/2014
de 5 de diciembre se determinó la suspensión del plazo procesal del 22 de
diciembre de 2014 al 2 de enero de 2015, por receso de fin de año, reanudándose
el cómputo de plazo para emitir Resolución, a cuyo efecto la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional es emitida dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES

De la atenta revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el


expediente, se establece lo siguiente:

II.1. Dentro del proceso de divorcio seguido por Carlos Simón Ovando
Saavedra en representación de Soraya Villegas Parra contra Felipe
Tórrez López, iniciado por demanda presentada el 18 de septiembre de
1992, por la causal de malos tratos, tanto de palabra y obra, sevicias,
injurias graves y otros, previstos por el art. 130.4 del CF, (fs. 39 y vta.);
la Jueza Segunda de Partido de Familia del departamento de La Paz,
dictó la Sentencia 160/94 de 8 de agosto de 1994, declarando probada
la demanda principal e improbada la reconvencional, dando lugar a la
desvinculación matrimonial, homologando el Auto de medidas
provisionales (fs. 43 a 45).

II.2. Apelada dicha decisión por el hoy accionante, la Sala Civil Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, pronunció el Auto de
Vista 107/95, confirmando totalmente la Sentencia emitida, con costas
en ambas instancias (fs. 46 y vta.).

II.3. Por memoriales presentados el 1 de febrero de 2001 (fs. 48), 23 de


enero de 2008 (fs. 49) y 20 de junio de 2012 (fs. 52), la demandante
del proceso de divorcio, Soraya Villegas Parra, solicitó el desarchivo del
expediente.

II.4. Por memorial presentado el 15 de abril de 2013, el accionante se dio


por notificado con el desarchivo de obrados, señalando que el 27 de
marzo de ese año, la Oficial de Diligencias del Juzgado Segundo de
Partido de Familia del departamento de La Paz, dejó aviso judicial en su
domicilio para dicho fin. Impetrando asimismo, el faccionamiento de
fotocopias simples del proceso (fs. 55). Memorial que reiteró
adjuntando el pase profesional pertinente, el 23 de abril de 2013 (fs. 57
y vta.).
II.5. Mediante memorial presentado el 3 de mayo de 2013, Soraya Villegas
Parra, requirió la liquidación de la asistencia familiar debida por el
accionante a su persona y a su hijo (fs. 58 y vta.). Presentándose un
nuevo memorial el 23 de septiembre de igual año, por el beneficiario, al
ser éste ya mayor de edad, en cumplimiento al proveído de 6 de mayo
de 2013 (fs. 58 vta.), requiriendo la liquidación a partir del 14 de agosto
de 1994, hasta esa fecha (fs. 60 y vta.).

II.6. En mérito al proveído de 24 de septiembre de 2013, emitido por la


Jueza hoy demandada, que ordenó practicar la liquidación requerida; el
Secretario Abogado del Juzgado Segundo de Partido de Familia del
departamento de La Paz, determinó la suma exigible de Bs80 342.-
(ochenta mil trescientos cuarenta y dos bolivianos), en razón de Bs350.-
(trescientos cincuenta bolivianos), por concepto de asistencia familiar
adeudada del 15 de agosto de 1994 al 31 de septiembre de 2013 (fs.
61).

II.7. De la diligencia cursante a fs. 62, se evidencia que el hoy accionante,


demandado dentro del fenecido proceso de divorcio, fue notificado con
la liquidación y decreto respectivo, el 27 de noviembre de 2013, a horas
16:45, en “su Dom Real ubicado Edif. Venezuela subsuelo 9 Capitán
Ravelo en presencia de testigo de actuación (…) Gabriela Jurado C.I
1898418 Tarija” (sic) (fs. 62).

II.8. A través del memorial presentado el 6 de diciembre de 2013, René


Dimas Tórrez Villegas, solicitó que al no existir observación alguna de la
parte adversa a la liquidación de asistencia familiar, se apruebe la
misma (fs. 63). Emitiendo la Jueza demandada, el Auto de 9 de ese
mes y año, concediendo y exigiendo el cumplimiento de la obligación
bajo alternativa de expedir mandamiento de apremio (fs. 63 vta.).
Notificándolo en Secretaría de despacho el 15 de enero de 2014 (fs.
64).

II.9. El 14 de febrero de 2014, la Jueza Segunda de Partido de Familia del


departamento de La Paz, libró mandamiento de apremio contra Felipe
“Torres” López, para la cancelación de la suma de Bs80 342.-, por
concepto de asistencia familiar (fs. 65). Mandamiento que fue ejecutado
con facultad de allanamiento, habilitación de días y horas
extraordinarias, en mérito al pedido de la parte demandante (fs. 68 y
69) y a la orden contenida en el Auto de 18 de marzo del año aludido
(fs. 69 vta.), el 9 de abril de 2014 (fs. 3).

III. FUNDAMENTOS JURIDICOS DEL FALLO

Los representantes del accionante denuncian la vulneración de los derechos a


la libertad y al debido proceso, alegando que la autoridad judicial demandada,
libró mandamiento de apremio en su contra, producto del cual se encuentra
privado de su libertad desde el 9 de abril de 2014; sin considerar que no fue
notificado legalmente con la liquidación de asistencia familiar practicada, que
estableció adeudos por dicho concepto -al efectuarla en Secretaría de despacho
o “no llegaron a [su domicilio]” (sic), cuando correspondía diligenciarla
personalmente-, coartándole la posibilidad de poder objetarla y acreditar el
cumplimiento de la misma.

En consecuencia, compele en revisión verificar si tales extremos son evidentes,


a fin de conceder o denegar la tutela impetrada.

III.1. Naturaleza jurídica, alcances y ámbito de protección de la


acción de libertad: Presupuestos de activación

La Constitución Política del Estado, instituye dentro de las “Acciones de


Defensa”, a la acción de libertad -que encuentra fundamento asimismo,
en instrumentos normativos de orden internacional que forman parte
del bloque de constitucionalidad, según prevé el art. 410.II.2 de la
Constitución Política del Estado (CPE)-, precisando que: “Toda persona
que considere que su vida está en peligro, que es ilegalmente
perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral
o escrita, por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad
procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en materia penal, y
solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida,
se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la
libertad” (art. 125 de la CPE).

En ese orden, el art. 46 del Código Procesal Constitucional (CPCo),


prevé en cuanto a su objeto que está destinada a: “…garantizar,
proteger o tutelar los derechos a la vida, integridad física, libertad
personal y libertad de circulación, de toda persona que crea estar
indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada, presa o que
considere que su vida o integridad física está en peligro”.

III.2. Del apremio corporal en asistencia familiar: Procedencia como


medida compulsiva para lograr su efectivización, previa
citación e intimación al obligado con la liquidación o que
cumpla su finalidad

El art. 22 del CF, prevé que la asistencia familiar se cumple en forma de


pensión o de adquisición pagadera por mensualidades vencidas,
corriendo desde el día de la citación con la demanda; estableciendo el
art. 149 del mismo Código, que: “La pensión de asistencia del cónyuge
y de los hijos es de interés social y tiene apremio corporal para su
oportuno suministro cuando se emplean medios maliciosos para
burlarla. El juez ordenará su pago en la forma prevista por el artículo
436”; disposición que a su vez estipula que: “La obligación de asistencia
se cumple bajo apremio, con allanamiento en su caso del domicilio de la
parte obligada, y su oportuno suministro no puede diferirse por recurso
o procedimiento alguno, bajo responsabilidad del juez y del fiscal. Las
pensiones devengadas se liquidarán en el día y se ordenará su pago
inmediato, deduciéndose los abonos debidamente comprobados”.
Previendo finalmente, el art. 11 de la LAPACOP, como medida de
excepción, el apremio por inobservancia a la asistencia familiar, que
puede ser ordenada únicamente por el juez que conozca dicha petición.

Resulta claro entonces que para la aplicación de las previsiones


contenidas en las normas aludidas, la autoridad competente debe
notificar debidamente al obligado, asegurando el conocimiento de su
obligación, conminándolo a que en caso de incumplimiento, se
procederá conforme a lo dispuesto.

En ese marco, la SC 0316/2011-R de 1 de abril, concluyó que: “…1) El


Instituto de la Asistencia Familiar es de carácter irrenunciable e
intransferible, al tener un contenido esencialmente social y humano; 2)
La Constitución Política del Estado, estableció preceptos que refuerzan
su respeto y protección; 3) La Asistencia Familiar, comprende todo lo
indispensable para el sustento, la habitación, el vestido y la atención
médica, así también los gastos de educación y los necesarios para que
las hijas e hijos adquieran una profesión u oficio; 4) Su cumplimiento
no puede diferirse por procedimiento o recurso alguno y el monto será
fijado en proporción a las necesidades de quien la pide y a los recursos
del obligado; 5) Puede disponerse, en caso de incumplimiento, la
restricción de la libertad física del obligado, a través de un
mandamiento de apremio que sólo podrá ser librado por
autoridad judicial competente, previo cumplimiento de las
formalidades establecidas por ley; es decir, que efectuada la
liquidación, se dispondrá que el obligado sea notificado con la
misma a efectos de que pague la obligación pendiente o en su
caso formule observaciones o presente pruebas de pago parcial
o total de la asistencia; y, 6) Antes de emitir el mandamiento de
apremio, la autoridad judicial debe cuidar que el obligado sea
notificado en forma legal con la conminatoria para efectuar el
pago dentro del plazo legal, cumplida esa actuación, no
habiéndose formulado observación alguna y transcurrido el
plazo de la conminatoria sin que el obligado hubiese efectuado
el pago, el juez podrá ordenar se libre mandamiento de
apremio” (las negrillas son nuestras) (En similar sentido, las
Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0373/2012, 0973/2012 y
2488/2012, entre otras).

En consecuencia, es indiscutible que para hacer efectiva la medida


compulsiva de apremio, contra el obligado, se lo debe notificar
previamente a objeto que éste tenga conocimiento oportuno y real
sobre aquello, y pueda realizar las objeciones y aclaraciones
pertinentes, demostrando en su caso, el cumplimiento de lo debido. Así,
la SCP 0721/2012 de 13 de agosto, citando a su vez el razonamiento
asumido en fallos constitucionales anteriores, señaló que: “'…la
autoridad judicial está legalmente autorizada para hacer efectiva la
asistencia familiar por parte del obligado, de manera que es viable el
mandamiento de apremio dentro de los alcances de los arts. 22 y 436
del CF, 11 de la LAPACOP, y arts. 68.II y 70 de la Ley de Abreviación
Procesal Civil y de Asistencia Familiar (LAPCAF); sin embargo, la
autoridad judicial antes de expedir el mandamiento deberá
previamente cuidar que el obligado sea legalmente notificado,
en forma personal o por cédula en su domicilio señalado, con la
liquidación y conminatoria para efectuar el pago dentro del
plazo legal, caso contrario se podrá emitir mandamiento de
apremio. (…) Reglas que deben ser observadas, caso contrario
el apremio deviene en ilegal'" (las negrillas nos corresponden).

Del marco normativo y jurisprudencial glosado, se concluye que la


asistencia familiar halla sustento en la protección especial de los
derechos que asisten a los beneficiarios, exteriorizados en la
alimentación, vivienda, educación, atención médica y otros, de carácter
intransferible e irrenunciable, siendo por ende su observancia, objeto de
privación de libertad, más aún si se trata de derechos de menores de
edad, considerados como parte de un sector de vulnerabilidad en el
marco de la Constitución Política del Estado. No obstante de ello, la
medida compulsiva de apremio, debe precederse de la notificación legal
al obligado con la liquidación y el auto de intimación de pago,
otorgándole la oportunidad a éste de cumplir el adeudo pendiente, o en
su caso, de formular las observaciones a la liquidación o de comprobar
eventuales pagos directos; a cuyo efecto, se debe asegurar su
notificación personal o por cédula en el marco de las reglas establecidas
en el Código de Procedimiento Civil.

III.3. Del régimen de comunicación procesal previsto en el nuevo


Código Procesal Civil -Ley 439 de 19 de noviembre de 2013-

Verificado en el Fundamento Jurídico anterior, que el obligado de


asistencia familiar, debe ser notificado debidamente con la liquidación
que establezca adeudos en su contra por dicho concepto; corresponde
referirse a la citación personal y por cédula establecida en el Código
Procesal Civil -Ley 439-, dado que la notificación al accionante con la
liquidación de 9 de octubre de 2013, se efectuó el 27 de noviembre de
ese año, cuando ya se encontraban en vigencia las disposiciones
relativas al régimen de comunicación procesal contenidas en los arts. 73
a 88 de dicho texto normativo, en el marco de lo dispuesto por la
Disposición Transitoria Segunda numeral segundo del Código Procesal
Civil, que estableció: “Entrarán en vigencia al momento de la
publicación del presente Código las siguientes normas: (…) 2. El
régimen de comunicación procesal previsto en los Artículos 73 al 88 del
presente Código”.

En ese orden, el art. 74 del nuevo CPC, en relación a la citación


personal, establece: “I. La citación con la demanda será practicada en
forma personal. II. En la citación se entregará a la parte copia de la
demanda y su resolución, lo cual deberá constar en la diligencia
respectiva, con indicación del lugar, fecha y hora y con firma de la
citada o el citado, así como de la servidora o servidor público. Si la
citada o el citado rehusare, ignorare firmar o estuviere imposibilitada o
imposibilitado para ello, se hará constar en la diligencia con
intervención de testigo, debidamente identificado que firmará también
en la diligencia. III. La parte Reconvenida, será citada con la
reconvención mediante cédula, en el domicilio procesal señalado en la
demanda”.

Previendo el artículo siguiente -art. 75 del nuevo CPC-, la citación por


cédula, en los casos en los que la parte no pudiera ser ubicada para su
citación personal; determinando lo siguiente: “I. Si la parte que debiera
ser citada no fuere encontrada, la o el servidor, comisionada o
comisionado, dejará cedulón a cualquiera de los familiares o
dependientes mayores de dieciocho años. La o el oficial de
diligencias o la persona comisionada, deberá identificar a la
persona a quien entrega el cedulón y firmará en la diligencia y
en caso de negativa, deberá firmar el testigo de actuación
debidamente identificado. II. Si no fuere encontrada ninguna
de las personas citadas en el Parágrafo anterior o no pudiera
identificarse, la servidora o el servidor fijará el cedulón de
citación en la puerta del domicilio, con intervención de un
testigo que será debidamente identificado y firmará también
en la diligencia. III. En los casos anteriores, la o el oficial de
diligencias o la persona comisionada, deberá acompañar a la
diligencia de citación o emplazamiento una fotografía del
inmueble en la que se practicó la diligencia y de la persona que
recepcionó el cedulón o presenció el acto, agregando además
un croquis de ubicación. IV. En caso de no poder ubicar el inmueble
donde se practicará la citación y después de haber indagado en el
vecindario, la o el servidor público, representará el hecho. V. Si la
citación por cédula se hubiere practicado en el domicilio indicado por la
parte demandante y tal domicilio resultare ser falso, la diligencia será
nula” (las negrillas son nuestras).

Debiendo contener la cédula aludida, conforme al art. 76.I del nuevo


CPC, los siguientes datos: “1. Nombre y domicilio de la persona que
será citada. 2. Tribunal o juzgado en el que se tramita el proceso. 3.
Naturaleza del proceso. 4. Firma y sello de la secretaria o el secretario”.

No obstante dichas formalidades que deben ser observadas en las


comunicaciones procesales, debe recordarse que la jurisprudencia
constitucional, estableció que a pesar de existir supuestos defectos al
realizarse una notificación, si la misma cumple su objeto, no causando
indefensión, ésta es válida. En ese contexto, la SCP 0973/2012 de 22 de
agosto, citando entendimientos anteriores, refirió: “Para que una
citación o notificación tenga validez, deben ser realizadas de tal forma
que se asegure su recepción por parte del destinatario; pues la
notificación o citación, no están dirigidas a cumplir una
formalidad procesal en sí misma, sino a asegurar que la
determinación judicial objeto de la misma sea conocida
efectivamente por el destinatario; dado que sólo el
conocimiento real y efectivo de la comunicación asegura que
no se provoque indefensión en el desarrollo de los procesos;
pues no se llenan las exigencias constitucionales del debido proceso,
conforme ha establecido la SC 1845/2004-R de 30 de noviembre,
cuando en la tramitación de la causa se provocó indefensión,
indefensión que se encuentra proscrita por los arts. 115, 117 y 119.II
de la CPE. Por tal razón, de conformidad con las normas
constitucionales aludidas nace un mandato para el juez, cual es
de asegurar que el objetivo de la citación o notificación cumpla
con su finalidad, esto es, poner en conocimiento del
demandado el proceso seguido en su contra. Es por eso, que en
la misma Sentencia se señaló que toda notificación, por
defectuosa que sea en su forma, pero que cumpla con su
finalidad (hacer conocer la comunicación en cuestión), es
válida” (las negrillas nos pertenecen).
III.4. Análisis del caso concreto

El marco normativo y jurisprudencial desarrollado ut supra, son


aplicables a la problemática planteada, en la que los representantes del
accionante denuncian que, la autoridad judicial demandada libró
mandamiento de apremio contra el hoy impetrante de tutela, por
supuesto incumplimiento a la liquidación de asistencia familiar que se
elaboró dentro del fenecido proceso de divorcio que se siguió en su
contra; sin observar que no fue notificado debidamente con la misma ni
con su conminatoria, asegurando su real desconocimiento al respecto,
para poder objetarla o presentar los descargos correspondientes.

Ahora bien, del detalle realizado en las Conclusiones del presente fallo,
se evidencia que concluido el proceso de divorcio que siguió Carlos
Simón Ovando Saavedra en representación de Soraya Villegas Parra
contra Felipe Tórrez López, con el Auto de Vista 107/95 de 22 de marzo
de 1995, que confirmó la Sentencia 160/94 de 8 de agosto de 1994,
que declaró a su vez probada la demanda principal e improbada la
reconvencional, dando lugar a la desvinculación matrimonial,
homologando el Auto de medidas provisionales -del cual no se tiene
constancia en el expediente y que además se alega hubiere sido
sustraído de obrados-; la demandante de dicho proceso, solicitó su
desarchivo, dándose por notificado con aquello el accionante, mediante
memorial que presentó el 15 de abril de 2013.

Posteriormente, por memoriales presentados el 3 de mayo y 23 de


septiembre de 2013, Soraya Villegas Parra y su hijo, solicitaron
liquidación de asistencia familiar debida a sus personas por el
accionante, la que fue elaborada por el Secretario Abogado del Juzgado
Segundo de Partido de Familia del departamento de La Paz,
determinando la suma exigible de Bs80 342.-, decretando la autoridad
judicial poner la misma a conocimiento de las partes; actuados que le
fueron notificados al impetrante de tutela, por cédula, el 27 de
noviembre de 2013, en su domicilio real ubicado en el edificio
Venezuela, subsuelo “9” Capitán Ravelo, consignando la presencia y
firma de una testigo de actuación, Gabriela Jurado, con cédula de
identidad 1898418 Tarija. Constando la emisión del Auto de 9 de
diciembre de 2013, de conminatoria e intimación de pago, bajo
prevención de librar mandamiento de apremio -notificado al accionante
en Secretaría de despacho, el 15 de enero de 2014-; lo que en los
hechos, se efectivizó el 9 de abril de 2014, en virtud al mandamiento de
apremio de 14 de febrero de ese año.
De lo glosado, se advierte que efectivamente, conforme los
representantes del accionante denuncian en la demanda tutelar, el hoy
impetrante de tutela, no fue notificado debidamente con la liquidación
elaborada que determinó adeudos en su contra por concepto de
asistencia familiar ni con el Auto de conminatoria, que estableció la
obligación en su cumplimiento, bajo alternativa de expedirse
mandamiento de apremio. Toda vez que, de acuerdo a lo expuesto, las
diligencias de notificación sentadas en relación al accionante, fueron
realizadas, fuera del marco establecido en el nuevo Código Procesal
Civil, efectuándose la de 27 de noviembre de 2013, por cédula, sin
cumplir las formalidades exigidas por el art. 75.I, II y III de dicho
cuerpo procesal; no pudiendo concluirse por ende que el accionante
tuvo conocimiento real de la liquidación, menos del Auto de
conminatoria, que le fue notificado el 15 de enero de 2014, en
Secretaría de despacho.

En razón a lo desarrollado, corresponde confirmar la Resolución de la


Jueza de garantías, que concedió la tutela pretendida por el accionante,
al comprobar la evidente vulneración de los derechos que invoca;
estando privado de su libertad, producto de un mandamiento de
apremio que no fue librado respetando las exigencias previstas en las
disposiciones legales y jurisprudencia constitucional dictada al efecto,
toda vez que -se reitera-, no se aseguró su conocimiento eficaz con los
actuados que le obligaban a cumplir con la asistencia familiar
adeudada; exigencia que se tornaba aún mayor dado el transcurso del
tiempo en el que el proceso feneció, no pudiendo afirmarse que al
haberse dado por notificado con el desarchivo de obrados, el
impetrante hubiere asumido conocimiento de la petición de liquidación
de la asistencia familiar, siendo una cuestión distinta a aquella. Razón
por la que, a fin que el obligado pueda asumir comprensión de la
liquidación elaborada y objetarla si fuere el caso, o presentar los
descargos correspondientes que acrediten que la cumplió debidamente,
concierne notificarlo legalmente, conforme a las previsiones y
jurisprudencia desarrolladas en la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional.

Por todo lo expuesto, la Jueza de garantías al conceder la tutela impetrada,


efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes del caso, de la normativa
y jurisprudencia aplicables, así como de los alcances de esta acción de defensa.
POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en


virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 014/2014 de
11 de abril, cursante de fs. 71 a 73, pronunciada por la Jueza Quinta de
Sentencia Penal del departamento de La Paz; y, en consecuencia, CONCEDER
la tutela solicitada por el accionante, en los mismos términos que la Jueza de
garantías, de acuerdo a los Fundamentos Jurídicos expuestos en la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dr. Juan Oswaldo Valencia Alvarado


MAGISTRADO

Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez


MAGISTRADO

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