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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0376/2015-S1

Sucre, 21 de abril de 2015

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrado Relator: Tata Efren Choque Capuma
Acción de amparo constitucional

Expediente: 08699-2014-18-AAC
Departamento: Beni

En revisión la Resolución 025/2014 de 22 de septiembre, cursante de fs. 158 a 161 vta., pronunciada
dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Amparo Maldonado Illanes contra
Marlene Arteaga Vaca y Alberto Eguez Añez Vocales de la Sala Civil del Tribunal Departamental de
Justicia de Beni.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 29 de agosto de 2014, cursante de fs. 119 a 122, y subsanación de 8 de
septiembre del mismo año, cursante a fs. 136, la accionante expone los siguientes fundamentos:

I.1.1. Fundamentos que motivan la acción

En el proceso de negación de paternidad seguido en su contra por Pedro Gróver Arancibia Vidaurre,
sustanciado en el Juzgado Primero de Partido Familia del departamento de Beni, bajo el argumento
de no ser el padre bilógico de su hijo habido dentro de una relación sentimental. Con dicha
demanda, fue citada el 7 de marzo de 2013, producido un peritaje en el laboratorio de la ciudad de
Trinidad, impugnando éste y mediante Auto Interlocutorio definitivo el 24 de septiembre de ese año,
se dispuso la nulidad de todo lo obrado hasta “fs. 21 inclusive” y trabó la relación procesal,
determinación notificada a las partes el 30 de igual mes y año; empero, sin haber realizado
ofrecimiento de prueba el demandante ratificó la presentada a “fs. 21 a 22”, a sabiendas que por
efecto de la Resolución de 24 de septiembre de 2013, se encontraría nula de pleno derecho. No
obstante, lo referido el 8 de octubre de año indicado, la Jueza demandada dispuso que el
representante legal del laboratorio que tomó las muestras, se ratifique en dicho acto, aspecto que
no se produjo durante la tramitación del proceso.

Continua señalando que, el 7 de febrero de 2014, se dictó Sentencia declarando probada la


demanda y declarando que el demandante no es el padre biológico de su pequeño hijo, sin que
exista prueba pericial que avale tal extremo. El fallo refiere que el único hecho probado sería el
nacimiento del niño, entonces significa que nada más se probó ese extremo; por lo tanto, al amparo
del art. 375 del Código de Procedimiento Civil (CPC), la demanda no debió ser declarada probada.
Mediante cédula fijada en su domicilio ubicado en “Av. Bolívar 65”, el 10 de febrero de 2014, le
notificaron con la Sentencia; dirección inexistente, dado que nunca señaló el mismo. Al haberse
practicado la diligencia en domicilio distinto, el 14 de marzo del citado año, presentó incidente de
nulidad de obrados, manifestando que encontrándose vigentes los “Arts. 105 y 106 del Nuevo
Código de Procedimiento Civil” (sic), corresponde la nulidad de obrados hasta “Fs. 88” (sic), hasta
que sea notificada nuevamente, para ejercer su derecho de impugnación. No habiéndose dado
respuesta a lo planteado interpuso recurso de reposición bajo alternativa de apelación, también
negado, por lo que acudió al recurso de compulsa con el cual se declarado legal su recurso,
remitiéndose antecedentes a la Sala Civil.

En grado de apelación, los Vocales ahora demandados dictaron el Auto de Vista 62/2014 de 8 de
mayo, resolviendo que: a) Respecto del domicilio procesal, indicaron que no se habría anulado el
fijado en obrados; y, b) El 5 de marzo del mencionado año, fue notificada con la Sentencia y desde
esa fecha no hizo reclamo alguno hasta antes de dictarse el Auto de ejecutoria. Añade que, el
contenido de la referida resolución no corresponde a la verdad de los hechos, en razón de que la
notificación realizada el 5 del citado mes y año, fue con el memorial de “fs. 89 a 90 vta.”, relativo al
recibo de pago efectuado por ella para la nueva pericia, no así con la Sentencia.

De acuerdo a los arts. 82 a 88 del Nuevo Código Procesal Civil, no se encuentra contemplada la
notificación por cédula, siendo incorrecto manifestar que se encuentra vigente el art. 137 del CPC;
toda vez que, la Disposición Transitoria Segunda prevé la vigencia anticipada de los arts. 73 al 88 del
Código referido supra. Respecto del régimen de notificaciones y/o comunicaciones procesales, el
citado Auto de Vista, señaló que las partes incumplieron la obligación de asistir a los juzgados a
notificarse; empero, lo que se está reclamando no es precisamente ello, sino, los borrones y
garabatos contenidos en la notificación de “fs. 88”, que no fueron salvados. Inmediatamente de
conocido el “ilícito” acto procesal, presentó incidente de nulidad de obrados, desvirtuando con ello,
que se habría consentido la diligencia de “fs. 88”.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerado

Alega haberse vulnerado sus derechos al debido proceso, a la “seguridad jurídica” a la defensa y a la
impugnación, citando al efecto, los arts. 115, 117 y 119 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

La accionante solicita se conceda la tutela, disponiendo la nulidad del Auto de Vista 62/2014 de 8 de
mayo y se emita uno nuevo conforme la jurisprudencia constitucional.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 22 de septiembre de 2014, según consta el acta cursante de fs. 155
a 157, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la demanda

La accionante a través de su abogado, ratificó los fundamentos de la acción de amparo


constitucional.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Marlene Arteaga Vaca y Carlos Alberto Eguez Añez, Vocales de la Sala Civil del Tribunal
Departamental de Justicia de Beni, presentaron informe escrito el 15 de septiembre de 2014,
cursante de fs. 132 a 133 vta., señalando que: 1) A pesar de que la acción tutelar adolece de
irregularidades por no establecer de forma fáctica cuál la vulneración de derechos, indicando que:
“lo que estoy reclamando, es que la notificación que se me tiene formulada a fs. 88, tiene borrones y
garabatos, los cuales no han sido salvados” (sic), pretende la accionante una revisión como si se
tratara de un tribunal de casación. Lo que se hizo, fue confirmar el Auto de 18 de marzo de 2014,
dictado por el Juez Primero de Partido de Familia, no pudiendo resolver algo que no fue pedido en el
incidente de nulidad ni en el recurso de apelación; 2) La notificación se hizo al abogado de la
accionante en el domicilio fijado por la parte -memorial de “fs. 65 a 68”-, sin que se hubiera
reclamado que ese no era el domicilio, diligencia que lleva firma y sello de dicho profesional; por lo
tanto, cumplió su finalidad; 3) El art. 82 a 84.I del Código Procelas Civil, en vigencia anticipada,
establece que después de la citación con la demanda y la reconvención, todas las actuaciones
deberán ser notificadas inmediatamente en la Secretaría del Juzgado; por lo tanto, el acto de
comunicación es válido al haberse realizado en el domicilio fijado por la parte que ahora se pretende
acusar como nula; y, 4) No puede pretenderse responsabilizar a las autoridades jurisdiccionales por
la negligencia de las partes en no concurrir de forma obligatoria a notificarse a los juzgados, como
sucede en el presente caso.

I.2.3. Resolución

La Sala Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Beni, constituida en Tribunal de garantías,
mediante Resolución 025/2014 de 22 de septiembre, cursante de fs. 158 a 161 vta., denegó la tutela,
con los siguientes fundamentos: i) En el Auto de Vista impugnado, no se resolvió sobre notificaciones
que se encontraban borroneadas, en razón a que en el recurso de apelación no se reclamó aquello;
ii) Con relación al domicilio procesal donde se practicó la notificación con la Sentencia, la indicada
resolución determinó que el mismo fue fijado por la accionante donde se le notificó con otras
actuaciones, no habiendo realizado reclamo alguno sobre cambio de domicilio. Es más, el abogado a
quien se notificó con la sentencia, es el mismo que presenta el incidente de nulidad; por lo tanto, la
diligencia cumplió su finalidad; y, iii) El art. 137 del CPC, se aplicó en razón a que se notificó en el
domicilio procesal de la accionante, también pudo aplicársele el Nuevo Código Procesal Civil en sus
arts. 82 al 85, que refieren la obligación de las partes para acudir a los Tribunales de Justicia. En
consecuencia, no se advierte violación de los derechos denunciados en la presente acción, dado que
la Sentencia 10/2014 de 7 de febrero, fue notificada en el domicilio procesal y cumplió con su
finalidad.

II. CONCLUSIONES

Hecha la debida revisión y compulsa de los antecedentes se establece lo siguientes:

II.1. El 1 de marzo de 2013, Pedro Grover Arancibia Vidaurre interpuso demanda de negación de
paternidad, contra Amparo Maldonado Illanes y el menor AA, solicitando se declare probada y se
instruya al Director del Registro Cívico, proceda a la anulación de la Partida 92, Libro 51-G, Folio 92
Oficiales colectiva 80101002 de Trinidad Provincia Cercado -Beni- además solicitó autorización de
visitas y sea con costas; demanda admitida por la Jueza Primero de Partido de Familia de Trinidad,
mediante auto de 4 de igual mes y año (fs. 11 a 14)

II.2. El 21 de febrero de 2013, mediante Informe dirigido a Pedro Grover Arancibia Vidaurre, se le
informó del estudio de genética molecular para establecer la paternidad biológica entre el
solicitante y el menor AA cuya madre no participó del mismo. Por decreto de la Jueza Primero de
Partido de Familia, se ordenó que la prueba sea realizada mediante el juzgado por la responsabilidad
y credibilidad de la misma y por respeto al niño, notificado a la accionante el 9 de mayo de 2013 (fs.
22 y 24 a 25).

II.3. El 2 de mayo de 2103, Amparo Maldonado Illanes interpuso incidente de nulidad de citación
por cédula, bajo el fundamento de haber sido citada mediante cédula en un domicilio que no
correspondía, siendo éste de su madre quien no se encontraba a momento de practicarse la
diligencia y al amparo del art. 121 del CPC, solicitó se deje sin efecto todas las actuaciones
procesales posteriores hasta el vicio más antiguo. Por Auto de 14 de agosto de ese año, se declaró
improbado el incidente, determinándose la toma de muestra de sangre para el 29 de igual mes y
año, a horas 10:30 (fs. 34 a 35; y, 53 a 54).

II.4. El 20 de septiembre de 2013, Amparo Maldonado Illanes impugnó el peritaje efectuado por
“IDENTIGENE” y solicitó se le notifique para que haga llegar las muestras de sangre para la prueba de
ADN y realizar la contraprueba y señaló domicilio procesal en Avenida “Bolívar 865”; siendo el
abogado que suscribió dicho memorial Fernando Santa Cruz Menacho Rafúl. Mediante Auto
Interlocutorio de 24 del mismo mes y año, la Jueza de la causa declaró la nulidad de obrados hasta
“fs. 21” inclusive, manteniéndose el trámite de incidente y su resolución de “fs. 53 a 54”, con
excepción de la parte final referente al señalamiento de audiencia para la toma de muestra. En la
misma fecha, también se dictó el Auto que trabó la relación procesal (fs. 65 vta. a 68).

II.5. El 7 de febrero de 2014, la Jueza Primera de Partido de Familia, pronunció la Sentencia


10/2014, por la que declaró probada la demanda de “Negación de Paternidad”; notificada a la
accionante el 10 de febrero del año señalado, en su domicilio procesal de Avenida “Bolívar 865” (fs.
86 a 88).

II.6. El 5 de marzo de 2014, se notificó a Fernando Santa Cruz Menacho Rafúl, abogado de la
accionante, con decreto de “fs. 89 a 99 vta.”, que dispuso se esté a lo resuelto en la sentencia.
Mediante Auto de 7 de ese mes y año, se declaró ejecutoriada la Sentencia 01/2014, notificada
personalmente a la accionante el mismo día (fs. 90 a 93 y 94 vta. a 95).

II.7. El 14 de marzo de 2014, la accionante interpuso incidente de nulidad de obrados, refiriendo


que se practicó la notificación en otro domicilio “Avenida Bolívar No. 65” (sic), que habría quedado
nulo por determinación de la misma autoridad jurisdiccional; y, que su domicilio estaría ubicado en
la avenida “Panamericana zona de Nueva Trinidad” conforme se tiene indicado en la demanda de
Negación de Paternidad. Señaló domicilio procesal en calle Horacio Rivero Eguez 88, siendo los
abogados patrocinantes Samuel Coca Hurtado y Fernando Santa Cruz Menacho Rafúl (fs. 96 a 97).

II.8. Contra la omisión de la Jueza de la causa en pronunciarse sobre el incidente de nulidad, el 21


de marzo de ese año, planteó recurso de reposición bajo alternativa de apelación, declarada no ha
lugar mediante providencia de 25 del mismo mes y año; por lo que, planteó recurso de apelación,
que mediante decreto de 2 de abril de igual año, se declaró no ha lugar (fs. 99 a 100).

II.9. Contra la negación de concesión del recurso de apelación, la accionante planteó recurso de
compulsa, resuelto por Auto de Vista 01/2014 de 17 de abril, declarando legal la compulsa y
devolviendo al inferior para que conceda la apelación en el día y eleve testimonio de ley, sin costas
ni multas (fs. 105 a 106 vta.)

II.10.El 8 de mayo de 2014, los Vocales de la Sala Civil del Tribunal Departamental de Justicia de Beni,
pronunciaron el Auto de Vista 62/2014, confirmando el decreto apelado con costas, con los
siguientes fundamentos: a) No resulta evidente que el memorial de “65-67” (sic) donde se señaló
domicilio en calle Bolívar 865, se encuentre anulado, dado que en virtud a dicho memorial se dictó el
Auto de 24 de septiembre de 2013, y con posteriores actuados se notificó en ese domicilio; b) La
recurrente fue notificada el 5 de marzo de 2014, antes de dictarse el Auto de ejecutoria de la
sentencia y no reclamó de manera oportuna; c) El art. 137 del CPC, aún se encuentra vigente
independientemente de lo que establezca el art. 85 del Nuevo Código Procesal Civil; y, d) Tanto el
nuevo como el anterior Código de Procedimiento Civil, establecen la carga procesal para las partes
de asistir a los juzgados; en el presente caso, la apelante incumplió esa obligación (fs. 114 y vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante denuncia que se vulneraron sus derechos “a la seguridad jurídica”, al debido proceso,
a la defensa y a la impugnación; toda vez que, en el proceso de negación de paternidad seguido en
su contra, se dictó Sentencia que le fue notificada en un domicilio distinto al fijado en la demanda,
planteado el incidente de nulidad correspondiente, se mantuvo la decisión; por lo que, recurrió de
apelación confirmándose la resolución impugnada, sin que las autoridades demandadas hubieran
observado que la notificación practicada contiene borrones y garabatos que no fueron salvados; y,
que el domicilio procesal donde se hizo la diligencia, quedó sin efecto por una declaratoria de
nulidad.

En consecuencia, corresponde analizar en revisión si los argumentos son evidentes con el fin de
conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Sobre los principios ético morales de la sociedad plural y los valores que sustenta el Estado
boliviano

Antes de entrar a la consideración sobre la resolución y antecedentes de la acción de la acción


tutelar elevada en revisión, en principio, es pertinente referirse a algunos aspectos inherentes a la
Constitución Política del Estado promulgada el 7 de febrero de 2009, donde se señala el horizonte en
el que se habrá de erigirse el nuevo Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario,
fundado en la pluralidad y pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del
proceso integrador del país; para luego, referirnos a la acción de libertad instituida en la Ley
Fundamental, con relación, particularmente a su naturaleza de la institución jurídica constitucional.

En ese contexto, está dicho que la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional debe superar con
creces la estructura colonial y debe, en base al esfuerzo individual y colectivo, en cada estructura
organizacional y en todos los órganos e instituciones del poder público, concretar un Estado como el
proclamado, principalmente en el Órgano Judicial que a través de sus jurisdicciones y en la función
judicial ejercida por sus autoridades en las naciones y pueblos indígena originario campesinos, se
considerará los valores que sustenta el Estado como unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad,
solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad
de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad,
justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien, como
señala el art. 8.II de la CPE.

Por otra parte, refiriéndose a la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional, cabe mencionar
que el art. 8.I de la CPE, alude a los principios ético morales de la sociedad plural que el Estado
asume y promueve, como: suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida
buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble), así como ama qhilla, ama
llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), estos últimos, mandatos de
restricción que pudiendo ser de orden imperativo para cada individuo, en cada hogar de las
bolivianas y los bolivianos, es también esencia de un pensamiento colectivo enraizado en las
naciones y pueblos.
Se ha manifestado y reiterado en la jurisprudencia constitucional que conforme al mandato de los
arts. 178 y 179 de la CPE, la justicia es única; en tanto que la potestad de impartir emana del pueblo
boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica,
pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana,
armonía social y respeto a los derechos, entre otros. En ese mismo orden, respecto a los principios
procesales que rige la justicia están, también entre otros, la verdad material y el debido proceso.

En torno a la administración de justicia, o dicho desde una perspectiva, respecto a impartir justicia,
no puede soslayarse el hecho que ésta debe sustentar las decisiones en el análisis e interpretación,
no sólo limitada a la aplicación de formas y ritualismos establecidos en la norma sino como el hacer
prevalecer principios y valores que permitan alcanzar una justicia cierta, accesible que este a lado
del estado y la población, con miras al vivir bien (suma qamaña).

III.2. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional

El art. 128 de la Ley Fundamental, define la naturaleza jurídica de la acción de amparo


constitucional, como una acción de defensa que tiene por finalidad restablecer derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución Política del Estado y la ley, que fueren restringidos,
suprimidos o amenazados de restricción o supresión por actos ilegales y omisiones indebidas por
parte de servidores públicos, o de persona individual o colectiva. En el mismo sentido, el art. 51 del
Código Procesal Constitucional (CPCo), refiriéndose al objeto del mismo señala que: “…tiene el
objeto de garantizar los derechos de toda persona natural o jurídica, reconocidos por la Constitución
Política del Estado y la Ley, contra los actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores
públicos o particulares que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir”. A su vez el
art. 129.I de la CPE, resalta que: “…se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su
nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución,
ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la
protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”.

La acción de amparo constitucional, en consecuencia, es un mecanismo constitucional por el que la


Ley Fundamental del ordenamiento jurídico, establece un procedimiento de protección, cuyo objeto
es el restablecimiento inmediato y efectivo de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o
amenazados, a través de un procedimiento judicial sencillo, rápido y expedito, frente a situaciones
de lesión provenientes de la acción u omisión de servidores públicos o particulares; siempre que el
ordenamiento jurídico ordinario no prevea un medio idóneo y expedito para reparar la lesión
producida.

III.3. Presupuestos para la procedencia de la nulidad de actos procesales

Al respecto la jurisprudencia constitucional expresó que: “'En cuanto a la nulidad de los actos
procesales, complementando el entendimiento establecido en la SC 0731/2010-R 26 de julio, en la
SC 0242/2011-R de 16 de marzo, el Tribunal Constitucional afirmó: «…el que demande por vicios
procesales, para que su incidente sea considerado por la autoridad judicial, debe tomar en cuenta
las siguientes condiciones: 1) El acto procesal denunciado de viciado le debe haber causado
gravamen y perjuicio personal y directo; 2) El vicio procesal debe haberle colocado en un verdadero
estado de indefensión; 3) El perjuicio debe ser cierto, concreto, real, grave y además demostrable; 4)
El vicio procesal debió ser argüido oportunamente y en la etapa procesal correspondiente; y, 5) No
se debe haber convalidado ni consentido con el acto impugnado de nulidad. La no concurrencia de
estas condiciones, dan lugar al rechazo del pedido o incidente de nulidad.

La no concurrencia de estas condiciones, dan lugar al rechazo del pedido o incidente de nulidad.
Dichas condiciones deberán ser explicadas, además, por el incidentista en su solicitud, señalando, en
forma concreta, clara y precisa, la existencia del perjuicio que le haya causado el acto impugnado;
deberá mencionar y demostrar expresamente, los medios de defensa de los que se ha visto privado
de oponer o las que no ha podido ejercitar con la amplitud debida, ya que la sanción de nulidad debe
tener un fin práctico y no meramente teórico o académico, pues, no basta la invocación genérica a la
lesión al derecho a la defensa, por ejemplo, sino que el perjuicio debe ser cierto, concreto, real y
además grave, ya que las normas procesales sirven para asegurar la defensa en juicio y no para
dilatar los procesos o entorpecer de resolución».

En esa comprensión, «es posible y hasta una obligación procesal de quien considere que dentro de
un proceso judicial, así esté ejecutoriado, se han lesionado las normas de orden público, y por tanto,
sus derechos fundamentales previstos como garantías judiciales, como es el debido proceso y el
derecho a la defensa, interponga el incidente de nulidad, demostrando en el mismo su indefensión y
por ende lesión de derechos fundamentales, y una vez agotada la vía incidental y en su caso la
apelación, de persistir la supuesta ilegalidad, puede acudir a la jurisdicción constitucional a través de
la acción de amparo constitucional» (SC 0788/2010-R de 2 de agosto).

En conclusión, el incidente de nulidad se activa en presupuestos excepcionales, previo cumplimiento


de los requisitos contenidos en la jurisprudencia constitucional; pudiendo ser interpuesto en
cualquier etapa del proceso, inclusive en la fase posterior a la ejecutoria del fallo, ante la autoridad
donde se produjo la irregularidad; y en caso de considerar que las lesiones alegadas persisten,
corresponderá plantear contra dicha resolución, el recurso de apelación o de alzada, agotando de
esa manera las vías idóneas de impugnación intraprocesal, y en caso de no obtener una resolución
favorable que repare sus derechos vulnerados, entonces recién quedará expedita la jurisdicción
constitucional; empero, una vez agotados los mecanismos de reclamación en la vía ordinaria; como
se señaló, la cosa juzgada pierde su valor cuando fue el resultado de vulneración de derechos y
garantías' ” (SCP 0018/2015-S2 de 16 de enero y 0450/2012, entre otras).

III.4. Análisis del caso concreto

La accionante denuncia la vulneración de sus derechos al debido proceso, a la “seguridad jurídica”, a


la defensa y a la impugnación, siendo la causa para estimar lesionados esos bienes jurídicos, los
borrones y garabatos contenidos en la notificación de 10 de febrero de 2014, practicado en el
domicilio procesal ubicado en avenida “Bolívar 865”, que a su entender le impidió recurrir de
apelación de la Sentencia 10/2014, dado que el mismo quedó sin validez por efecto de una
declaratoria de nulidad siendo en consecuencia inexistente.

De la revisión de antecedentes del proceso se evidencia que la presente acción, se origina en una
demanda de negación de paternidad seguida por Pedro Grover Arancibia Vidaurre, contra la
accionante y su hijo menor AA; durante la sustanciación del proceso la accionante promovió
incidente de nulidad que en un inicio fue declarado improbado, en el transcurso de la causa y
realizados algunos actos procesales, fijó domicilio procesal en avenida “Bolívar 865”; empero,
mediante Auto de 24 de septiembre de 2013, la autoridad demandada, anuló obrados hasta “fs. 21”.

Trabada la relación procesal y concluida la fase probatoria, se dictó Sentencia 10/2014 de 7 de


febrero, notificada a la accionante en el domicilio procesal fijado en memorial de 20 de septiembre
de 2013; diligencia, que impugnó mediante otro incidente de nulidad refiriendo que la dirección
donde se le comunicó la sentencia, habría quedado sin efecto a consecuencia de la declaratoria de
nulidad de la Jueza Primero de Partido de Familia y que su domicilio estaría ubicado en avenida
“Panamericana zona de Nueva Trinidad” conforme se señaló en la demanda de negación de
paternidad. Ante la omisión de parte de la Jueza de la causa en pronunciarse sobre dicho medio de
defensa, interpuso recurso de reposición, negado que fuere, pidió se conceda la apelación,
rechazada su petición planteó compulsa que fue, declarada legal, remitiéndose antecedentes a la
Sala Civil. Dictado el Auto de Vista 62/2014 de 8 de mayo, cuyos fundamentos se describen en la
Conclusión II.9 de este fallo, se confirmó el rechazo el incidente,

De ese contexto y lo informado por las autoridades demandadas, distintos actos procesales fueron
notificados en el domicilio procesal fijado en memorial de 20 de septiembre de 2013 -avenida
Bolívar 865-; por lo que, no se puede pretender se anule una diligencia que en el fondo cumplió con
su finalidad dado que fue comunicada en la dirección señalada por la accionante. A efectos de
determinar que no existió indefensión en la accionante, corresponde traer a colación que el
memorial por el cual la accionante fijó el mencionado domicilio procesal, notificándose
personalmente a Fernando Santa Cruz Menacho Rafúl, el 5 de marzo de igual año, con el decreto de
“fs. 89 a 90 vta.”, que dispuso se esté a lo resuelto en la sentencia, en cuyo domicilio también se
comunicó dicho fallo; y, que curiosamente es el mismo profesional que copatrocinó el incidente de
nulidad de 14 de ese mes y año, contra la notificación de 10 de febrero del mismo año. Por lo tanto,
no se advierte indefensión alguna que hubiere dado lugar a que la accionante no recurra de
apelación contra el mencionado fallo, considerando que su abogado tenía conocimiento desde el 10
de febrero del indicado año, de lo resuelto en el proceso.

En ese sentido, la decisión de las autoridades demandadas fue correcta y no vulnera los derechos
que se denuncian como infringidos, dado que la diligencia de 10 de febrero de 2014, cumplió su
finalidad y si la accionante consideraba que era incorrecta, debió efectuar el reclamo de manera
oportuna y no cuando la decisión ya se encontraba ejecutoriada, dejando incluso transcurrir varios
días para recién plantear el incidente de nulidad. El proceder tanto de la accionante como de su
abogado denota absoluta falta de lealtad procesal, en el entendido que bajo el mismo patrocinio se
señalaron dos domicilios procesales distintos, tratando de inducir en error a la Jueza Primera de
Partido de Familia y a los Vocales ahora demandados.

Con relación al reclamo sobre los borrones y garabatos contenidos en la diligencia de 10 de febrero
de 2014, que también motivó la presente acción, los cuales no habrían sido salvados por el Tribunal
de alzada, según refiere la accionante, cabe señalar que dicho agravio no fue expresado en el
incidente de nulidad y tampoco en el recurso de apelación; de ahí que, las autoridades demandadas
difícilmente pudieron pronunciarse sobre algo que no fue expresado como lesivo a derechos. Es de
conocimiento que las normas procesales son de orden público y de cumplimiento obligatorio; es
decir, que deben ser observadas por quienes imparten justicia y ante una evidente lesión a derechos
fundamentales y garantías constitucionales en la tramitación del proceso están compelidos a sanear
el proceso incluso de oficio. Empero, en el caso concreto, de la fundamentación de los Vocales de la
Sala Civil, se desprende que la notificación fue correctamente practicada por cuanto no existía razón
para anular obrados por tratarse del mismo domicilio.

En conclusión, para considerar la nulidad de actos procesales, se deben cumplir los requisitos
señalados en la jurisprudencia constitucional desarrollada en el Fundamento Jurídico III.3 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, que en el caso en examen no concurren, por no
haber existido restricción o perjuicio que se hubiere demostrado, no hubo estado de indefensión, en
consideración a que, valga la reiteración, la Sentencia 01/2014, fue notificada en la dirección que la
accionante proporcionó en el proceso sustanciado en su contra.

En consecuencia, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela solicitada evaluó


adecuadamente los datos del proceso.

POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en virtud de la autoridad
que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 44.1 del Código Procesal Constitucional; en
revisión, resuelve: CONFIRMAR la Resolución 025/2014 de 22 de septiembre, cursante de fs. 158 a
161 vta., pronunciada por la Sala Penal del Tribunal Departamental de Justicia de Beni; y, en
consecuencia, DENEGAR la tutela solicitada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Tata Efren Choque Capuma


MAGISTRADO

Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chavez


MAGISTRADO

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