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MODIFICACION DE LA ACTIVIDAD ENZIMATICA

Numerosos agentes químicos pueden afectar a la actividad

de los enzimas. El estudio de estos efectores es muy importante no

solamente porque muchos de ellos juegan un papel fisiológico sino

también porque permiten analizar los procesos enzimáticosº Se suele

distinguir generalmente entre activadores e inhibidores, pero esta

clasificación no es siempre satisfactoria porque muchos efectores, en

particular los iones metálicos, pueden comportarse como activadores

o inhibidores según las condiciones de ensayo.

La modificación de la actividad enzimática originada por los

efectores puede ser revers~ble cuando el efecto se manifiesta desde

que el efector se añade a la solución enzimática y desaparece cuando

se elimina, e irreversible, cuando el efecto se acrecienta con el tiempo

de contacto entre enzima y efector, y subsiste después de la eliminación del efector.

Cuando se trata de una disminución en actividad, se habla de

inhibición si es reversible ó de inactivación si es irreversible.

La teória cinética que se ha desarrollado en los capítulos

precedentes puede ser aplicada al análisis de los efectos reversibles,

que se rnanifiestan por modificación de las constantes de actividad y de

afinidad aparente. No pueden, sin embargo, ser utilizadas para el

estudio de los efectos irreversibles.

, Al estudiar los efectos reversibles, segun que el efector se

combine con el enzima, con el sustrato ó con el complejo enzima-sustr~

to y según que las combinaciones sean independientes entre sí o no, los

sistemas pueden presentar propiedades variables y más o menos comple

jas. Además, como el efector no se transforma durante el curso de la

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reacción, se alcanzará un equilibrio.

INHIBI CION ENZIMA TI CA


Un inhibidor es un efector que disminuye la velocidad de una

reacción enzimática. En la célula la inhibición de las reacciones clave

por sustancias que puedan ser productos de la propia reacción o de la

propia secuencia metabÓlica,proporcionan un delicado mecanismo de

control para el mantenimiento de un ambiente intracelular relativamen

te constante.

Si las asociaciones del inhibidor y del sustrato con el enzima

son mutuamente excluyentes, la inhibición se denomina competitiva y

. , si no lo son, incompetitiva o no competitiva, respectivamente, segun

que el inhibidor tenga afinidad solamente por el complejo binario enzimasustrato ó pueda unirse
indistintamente con el enzima libre y con

el complejo enzima-sustrato.

En lo sucesivo se considerarán estos tres tipos de inhibición,

referidos a reacciones enzimáticas de un solo sustrato.

Inhibición competitiva. En este caso, el enzima se asocia

reversiblemente al sustrato S o al inhibidor __!_, pero no hay complejo

ternario ESI. El inhibidor I compite con el sustrato S por el centro

activo del enzima y forma un complejo ~I_ que no se convierte en produ~

to. El efecto inhibidor depende de las concentraciones relativas de S

e I y de las afinidades relativas de ambos por el enzima.

Aplicando el esquema de Briggs-Haldane para velocidades

iniciales y estado estacionario, tendremos:

E + S....----- ES E+ p

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E + I El

La constante de afinidad del enzima por el inhibidor, será la

inversa de la constante de equilibrio, o sea:

=XS
VO X

= - V eº

i.e

y=

La velocidad inicial: v 0 -:: K 3 [ES] = K 3 • x

La velocidad máxima: V = K 3 • e 0

La condición de estado estacionario: K 1 • e. s = (K2+ K 3) x

La ecuación de conservación: e0 = e+ x + y .

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= = :::

e 1 + y Km 1 - + --+ l+-

X X s K¡

Km

--s

ó lo que es lo mismo:

siendo

Es decir que en este tipo de inhibición competitiva la velocidad

máxima no se modifica pero sí lo hace la constante de Michaelis, que

aumenta linealmente en función de la concentración del inhibidor. En

la figura lA se representan los gráficos de Lineweaver-Burk y EadieHofstee para este tipo de


inhibición. Las rectas, para distintas

~o

concentraciones de inhibidor, se cortan en un mismo punto del eje de or


denadas ( 1 /V y y respectivamente) pero la pendiente de las mismas

varía con la concentración de I.

Las reacciones enzimáticas constituyen la clave de la actividad vital de una célula. Esta actividad,
sin embargo, no es siempre la misma. En un momento dado, por ejemplo, puede interesar
aumentar la síntesis de un determinado producto, y en otro, metabolizar un sustrato que acaba de
aparecer, por lo que se deberá aumentar la actividad de las enzimas implicadas en uno u otro
proceso. Por otro lado, una vez conseguida la cantidad precisa del producto, la actividad
enzimática debe disminuir o anularse para evitar un gasto inútil.

En definitiva, las necesidades celulares son cambiantes y, por tanto, la velocidad de las reacciones
enzimáticas debe variar de acuerdo con ellas. Es imprescindible, pues, una regulación de la
actividad enzimática que cumpla, en cualquier caso, el principio de economía celular por el que
solamente permanecen activas las enzimas precisas en cada momento, evitando de este modo la
fabricación innecesaria de productos, cuya acumulación, además, podría tener efectos negativos.

Los cambios de pH y temperatura influyen en la velocidad de las reacciones enzimáticas, pero


habitualmente estos valores no cambian en un organismo vivo, por lo que se utilizan otros
mecanismos de regulación, como la activación y la inhibición enzimáticas y el alosterismo.

Temperatura.

El aumento de la temperatura provoca en las moléculas un incremento de su energía cinética, los


movimientos de las mismas son más rápidos, y la frecuencia de las colisiones entre moléculas
aumenta, lo que propicia una mayor velocidad de reacción. Se ha comprobado que un aumento de
10 °C puede llegar a duplicar, y en ciertos casos a cuadruplicar, la velocidad de una reacción.

Aunque esta característica solamente es aplicable a las reacciones catalizadas por las enzimas
hasta una temperatura «crítica», que coincide con la temperatura óptima, en la que la velocidad
de la reacción catalizada por una determinada enzima es máxima.

A partir de esta temperatura óptima se produce un brusco descenso de la velocidad de reacción,


hecho que a la luz de nuestros conocimientos tiene fácil explicación.
Recordemos nuevamente que las enzimas son proteínas, moléculas frágiles, sensibles, y que a
altas temperaturas sufren lo que conocemos como su desnaturalización, y que una enzima
desnaturalizada, es decir, en la que sólo se mantiene su estructura primaria, no tiene capacidad
para catalizar una reacción metabólica.

En general, la temperatura crítica de las enzimas oscila entre los 55 y los 60 °C, aunque las enzimas
de algunas bacterias, que viven en aguas termales, llegan a tener temperaturas críticas de 80 a 87
°C.

Regulación de la actividad enzimática

a)    Variación de la velocidad de reacción                         b) Variación de la actividad de la enzima


con el pH

catalizada por un enzima con la temperatura

  

pH. 

Cada enzima necesita unos valores límites (máximos y mínimos) para poder desarrollar su
actividad. Traspasados estos valores, la enzima se desnaturaliza y pierde su actividad. Dentro de
estos límites existe, como en el caso de la temperatura, un valor determinado del pH, en el que la
enzima desarrolla su actividad máxima, valor al que se le da el nombre de pH óptimo, y que varía
de unas enzimas a otras. Así, la pepsina del jugo gástrico posee un pH óptimo de 2, muy ácido,
mientas que el pH óptimo de tripsina presente en el jugo pancreático es de 7,8, ligeramente
básico.

La mayoría de las enzimas intracelulares poseen, sin embargo, un pH óptimo cercano a la


neutralidad.

Activación enzimática. 

La presencia de activadores permite que ciertas enzimas que se mantenían inactivas lleven a cabo
su acción, es decir, se activen. Normalmente, la unión del activador hace que el centro activo
adquiera la estructura adecuada para el acoplamiento del sustrato. Algunos cationes,
como Mg2+  o Ca2+ desempeñan un papel importante como activadores enzimáticos.

También pueden actuar como activadores diversas moléculas orgánicas, incluso el propio sustrato.
Este último es un caso muy interesante y frecuente. La enzima permanece inactiva hasta que
aparece el sustrato; es decir, si no hay sustrato, no es necesaria la actividad de la enzima
correspondiente, pero si lo hay, se produce la activación para que ese sustrato lleve a cabo la
reacción, es decir, el sustrato activa su propia metabolización.

Inhibidores. 

Los inhibidores son sustancias que disminuyen la actividad de una enzima o bien impiden
completamente la actuación de la misma. Pueden ser perjudiciales o beneficiosos como, por
ejemplo, la penicilina, que es un inhibidor de las enzimas que regulan la síntesis de la pared
bacteriana, por lo que es útil contra las infecciones bacterianas, y el AZT, que es un inhibidor de la
transcriptasa inversa, por lo que retrasa el desarrollo del SIDA.

La inhibición puede ser de dos tipos: irreversible y reversible.

·        La inhibición irreversible, o envenenamiento de la enzima, tiene lugar cuando el inhibidor o


veneno se fija permanentemente al centro activo de la enzima alterando su estructura y, por
tanto, inutilizándolo.

·        La inhibición reversible tiene lugar cuando no se inutiliza el centro activo, sino que sólo se
impide temporalmente su normal funcionamiento. Existen dos modalidades: competitiva y no
competitiva.

- La inhibición reversible competitiva se debe a la presencia de un inhibidor cuya molécula es


similar al sustrato, por lo que compite con éste en la fijación al centro activo de la enzima.

     Si se fija el inhibidor, la enzima queda bloqueada. Por tanto el sustrato no puede fijarse hasta
que el inhibidor se vaya. La velocidad de la reacción disminuye en función de la concentración del
inhibidor.

- La inhibición reversible no competitiva es debida a un inhibidor que o se fija al complejo enzima-


sustrato impidiendo su separación, o une a la enzima impidiendo el acceso del sustrato al centro
activo.

Tipos de inhibición.
  

Enzimas alostéricos o reguladores. 

Uno de los mecanismos de regulación de las reacciones químicas de las células se basa en que los
enzimas pueden presentar dos conformaciones distintas. Estos enzimas se
denominan alostéricos (del griego allo  = otro, stereo  = espacio) o reguladores y poseen más de un
centro (espacio) de actividad: el centro activo, por el que se une al sustrato y el centro alostérico,
por el que se une a un efector o modulador.

El efector puede ser un inhibidor denominado modulador negativo o bien un activador


o modulador positivo, que provocan el cambio de conformación del enzima. En un mismo enzima
puede haber uno o varios centros reguladores que se unen a moduladores diferentes
Acción de los enzimas alostéricos.

Los enzimas alostéricos poseen dos características que los distinguen del resto de los enzimas:

a) En general, los enzimas alostéricos poseen más de una cadena polipeptídica, por tanto,
presentan estructura cuaternaria con dos o más subunidades.

b) La cinética de estos enzimas no es hiperbólica, sino sigmoidea, es decir, que por la interacción
de otras moléculas, el aumento inicial de la concentración del sustrato provoca un menor
incremento en la velocidad de reacción.

El modelo alostérico explica el modo de inhibición por producto final, feed-back  o retroinhibición.


En una cadena de reacciones, el producto final puede ser un modulador negativo del enzima que
cataliza la primera etapa.

El resultado de este proceso es que se mantiene la cantidad de P  dentro de unos límites, puesto
que si hay mucho, un mayor número de moléculas del enzima (E 1) se unen a él y no al sustrato,
con lo cual se sintetiza menos P.  Cuando la concentración de p  disminuye, más moléculas de
enzima aceptan sustrato y se producirá más síntesis de P. 

  

Otro modo de autorregulación que permite el alosterismo es por inducción enzimática,  se da en


enzimas cuya conformación inicial es la  inactiva.
Otros mecanismos de regulación se deben a enzimas que presentan formas activas o inactivas
por modificaciones covalentes reversibles. Otra forma especial de regulación son
los isoenzimas enzimas distintos que catalizan la misma reacción y que pueden tener distinta
afinidad por el sustrato.

CLASIFICACIÓN DE LAS ENZIMAS 

Se conocen alrededor de 2000 enzimas. Para nombrarlas se emplea un término que alude al
sustrato y al tipo de reacción catalizada, al que se añade la terminación -asa.  Por ejemplo, la
aspartato transaminasa es una enzima que lleva a cabo la reacción de transferencia de un grupo
amino desde el ácido aspártico al ácido pirúvico.

La nomenclatura recomendada por la Comisión Internacional de Enzimas (IEC), organismo que


cataloga las enzimas conocidas, consiste en un código de cuatro números que hacen referencia a
la clase en que está incluida, a la subclase, a la subdivisión y a la enzima concreta de que se trate.
Aunque más precisa, esta nomenclatura no resulta cómoda y se utiliza con menos frecuencia que
la anterior.

Según el tipo de reacción que catalizan, las enzimas se clasifican en seis clases como se muestra en
el cuadro siguiente:
Inhibición competitiva

Algunos compuestos inhiben la actividad enzimática ocupando temporalmente el

centro activo de la enzima. Esta forma de regulación se conoce como inhibición

competitiva, ya que el inhibidor (compuesto parecido al sustrato) y el sustrato

compiten por unirse al centro activo. La inhibición competitiva es reversible. El

resultado de la competencia en cada momento depende de cuántas moléculas de

sustrato y de inhibidor estén presentes.

Por ejemplo, en una vía enzimática:

A E1 B E2 C E3 D E4 E
el producto final (E) puede tener una estructura similar al producto B y competir por

el centro activo de la enzima Ez. Cuando E sea consumido por la célula, el centro

activo de la enzima Ez estará disponible totalmente para B.

- Inhibición no competitiva

En la inhibición no competitiva, el inhibidor que no necesita parecerse al sustrato, se

une a la enzima en un sitio distinto al centro activo. La unión del inhibidor no

competitivo a la enzima, no bloquea la fijación del sustrato e inactiva la enzima, este

presente o no el sustrato. Al igual que la inhibición competitiva, la inhibición no

competitiva es reversible.

Dentro de las ecuaciones más recordadas por todos los

alumnos que han cursado la asignatura de bioquímica se

encuentra la de Michaelis-Menten, eje fundamental sobre el

que gira la cinética enzimática y que describe la velocidad de

reacción de muchas reacciones enzimáticas. Pero a pesar de

que la ecuación de Michaelis-Menten de la que

posteriormente les hablaremos es de sobra conocida para los

alumnos que realizan la carrera de Biología, no lo es tanto el

origen de su nombre.

La ecuación de Michaelis-Menten es capaz de describir

el cambio sufrido por la velocidad de una reacción catalizada

por una enzima al variar la concentración del sustrato. La

reacción que se establece entre la enzima y su sustrato va

precedida de la formación de un complejo, hipótesis que no


pudo comprobarse experimentalmente hasta cincuenta años

después del establecimiento de la ecuación gracias a la

aplicación de las técnicas espectroscópicas

Michaelis determinó la denominada constante de

Michaelis (Km) que establece la afinidad entre una enzima y

su sustrato. Predijo y explicó la velocidad de reacción, es decir

la cantidad de sustrato que reacciona con la enzima por

unidad de tiempo, así como los factores que estimulan o

inhiben dicha velocidad de reacción.

diagrama de Lineweaver-Burk que se emplea como herramienta gráfica para calcular los
parámetros cinéticos de una enzima. Su utilidad se basa en que el recíproco de la cinética de
Michaelis-Menten ya que es fácilmente representable y de dicho diagrama emana mucha
información de interés en el campo de la bioquímica.

Competitiva v. no competitiva

En muchos casos bien estudiados, la unión de un activador o un inhibidor es reversible, es decir


que la molécula no se une permanentemente a la enzima. Algunos tipos importantes de fármacos
actúan como inhibidores reversibles. Como ejemplo, el fármaco tipranivir, que se usa para tratar el
VIH, es un inhibidor reversible.^11start superscript, 1, end superscript Bloquea la actividad de la
enzima viral que ayuda al virus a fabricar más copias de sí mismo.

Los inhibidores reversibles se dividen en grupos de acuerdo con su comportamiento de unión.


Aquí no analizaremos todos los tipos, pero examineramos dos grupos importantes: los inhibidores
competitivos y los no competitivos.

 Un inhibidor puede unirse a una enzima y bloquear la unión del sustrato, por ejemplo, al
pegarse al sitio activo. Esto se conoce como inhibición competitiva porque el inhibidor
"compite" con el sustrato por la enzima. Es decir, solo el inhibidor o bien el sustrato puede
estar unido a la enzima en un momento dado.

 En la inhibición no competitiva, el inhibidor no bloquea la unión del sustrato con el sitio


activo, sino que se pega a otro sitio y evita que la enzima haga su función. Se dice que esta
inhibición es "no competitiva" porque el inhibidor y el sustrato pueden estar unidos a la
enzima al mismo tiempo.
Diagrama que ilustra la inhibición competitiva y no competitiva. El inhibidor competitivo se une al
sitio activo e impide su unión al sustrato. El inhibidor no competitivo se une a un sitio diferente de
la enzima, no bloquea la unión del sustrato pero produce otros cambios en la enzima de forma
que ya no puede catalizar la reacción eficientemente.

Se puede diferenciar entre un inhibidor competitivo y uno no competitivo por la forma como
afectan la actividad de una enzima a diferentes concentraciones del sustrato.

 Si un inhibidor es competitivo, disminuirá la velocidad de reacción cuando no hay mucho


sustrato, pero si hay mucho sustrato, este "ganará". Es decir, la enzima de cualquier forma
puede alcanzar la velocidad máxima de reacción siempre que haya suficiente sustrato. En
ese caso, casi todos los sitios activos de casi todas las moléculas de enzima estarán
ocupadas por el sustrato en lugar del inhibidor. 

[Ver una analogía deportiva]

 Si un inhibidor es no competitivo, la reacción catalizada por la enzima jamás llegará a su


velocidad de reacción máxima normal, incluso en presencia de mucho sustrato. Esto se
debe a que las moléculas de enzima que están unidas al inhibidor no competitivo están
"envenenadas" y no pueden hacer su función, independientemente de la cantidad
disponible de sustrato.

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