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Objetivos:
• Reconocer las características de los distintos tipos de tejido adiposo y su relación con
el desarrollo de síndrome metabólico
• Identificar pacientes con riesgo antropométrico
Contenidos:
• Clasificación del tejido adiposo según su distribución
• El tejido adiposo como órgano endócrino
• Identificación antropométrica de pacientes con mayor riesgo
Organización
76
Introducción
Podemos considerar a la obesidad como un factor de riesgo dada su asociación causal con
numerosas complicaciones metabólicas tales como la diabetes tipo 2, la dislipemia y la enferme-
dad vascular. Su influencia sobre la salud y la expectativa de vida de las personas es cada vez
más evidente, observándose incremento de la morbimortalidad en obesos, independiente de
factores como género, edad, etnia o nivel socioeconómico. Estudios epidemiológicos han repor-
tado un incremento progresivo de la incidencia de condiciones fisiopatológicas tales como
hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria en relación al aumento del Indice de Masa
Corporal (IMC). Sin embargo, a pesar que esta evidencia se encuentra bien documentada, existe
marcada heterogeneidad en los pacientes obesos. Algunos pacientes presentan un perfil
metabólico normal a pesar de un importante exceso de tejido graso, en tanto que en otros con
un sobrepeso moderado, o aún dentro del rango de IMC considerado normal, se constata la
presencia de alteraciones metabólicas propias del síndrome metabólico.
Así mismo, la relación entre obesidad y mortalidad generó resultados contradictorios durante
mucho tiempo especialmente porque, si bien la mortalidad se asocia a mayor porcentaje de
tejido graso con respecto a la masa corporal total, se observó que en las mujeres la mortalidad
precoz era menor que en los hombres, a pesar de su mayor proporción de tejido adiposo.
Obesidad
Definición
Obesidad es el aumento del porcentaje de tejido adiposo corporal, frecuentemente acom-
pañado de aumento de peso, cuya magnitud y distribución condicionan la salud del
individuo.
Esta definición contempla todos los elementos de importancia a tener en cuenta para el diag-
nóstico:
77
1. Aumento del porcentaje de tejido adiposo corporal…: para el diagnóstico es imprescindible
el aumento del porcentaje del tejido adiposo corporal, aludiendo a la totalidad del tejido adipo-
so, por cuanto esta definición no contempla los aumentos de grasa localizados.
Desde principios del siglo XX se observó que el depósito de tejido adiposo en determinados sitios
del organismo se asociaba a mayor mortalidad. La distribución regional del tejido graso es un
determinante importante de la relación entre obesidad y salud, y un factor de riesgo indepen-
diente para varias condiciones mórbidas relacionadas con la enfermedad vascular.
Describió que la obesidad androide se asociaba con mayor aumento del riesgo para desarrollar
diabetes no insulinodependiente, aterosclerosis e hiperuricemia, en tanto que la obesidad ginoide
no presentaba complicaciones cardiovasculares o metabólicas.
Estos tipos de obesidad no son independientes uno del otro y actualmente se consideran
distinta formas clínicas de obesidad, con características metabólicas diferentes.
Diagnóstico
Idealmente, el diagnóstico de obesidad se debería basar en mediciones prácticas de grasa corpo-
ral que:
Las mediciones más directas de grasa corporal como la de agua doblemente marcada o la
absortimetría de rayos X (DEXA) son impracticables para el uso clínico, por lo que se utilizan
medidas indirectas de menor precisión pero mucha mayor practicidad.
El paso inicial en la evaluación de la obesidad es el cálculo del índice de masa corporal (IMC).
Estas formas de medición han sido reemplazadas por un sistema de clasificación que intenta
comparar los pesos independientemente de la estatura a través de todas las poblaciones, basado
en el Indice de Masa Corporal (IMC; BMI o body mass index de la literatura sajona) también
denominado Indice de Quetelet. El IMC se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) por la
altura (en metros) elevada al cuadrado:
• La medición del peso se debe efectuar con una balanza calibrada, con el paciente en ropa
interior y sin calzado.
• La estatura se mide con un altímetro, con el paciente sin calzado. Utilizando los altímetros
habituales adheridos a la pared o integrantes de una báscula, el paciente debe estar de
espaldas al altímetro.
El IMC correlaciona significativamente con masa grasa, morbilidad y mortalidad, y puede ser
calculado rápidamente. Además, las recomendaciones generales para el tratamiento de la obe-
sidad se basan en el IMC.
Un IMC de 25 kg/m2 es el umbral generalmente aceptado para identificar a pacientes con mayor
riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la obesidad, fundamentalmente diabetes
mellitus tipo 2, hipertensión, dislipemias y enfermedades cardiovasculares.
En realidad, el Riesgo de mortalidad comienza a incrementarse con un IMC de 23 kg/m2 cuando
se compara con el grupo de menor riesgo, que es el comprendido entre 19.0 y 21.9 kg/m2.
(Figura 2).
FIGURA 2
RIESGO DE MORTALIDAD E ÍNDICE DE MASA CORPORAL
80
Los riesgos crecen progresivamente con los distintos grados de sobrepeso y obesidad:
En los Estados Unidos los datos del Nacional Health and Nutrition Examination Survey II (NHANES
II) fueron utilizados para definir obesidad en adultos como:
TABLA 1
CLASIFICACIÓN DE PESO Y RIESGO DE COMORBILIDADES
↓↓↓ ↓↓↓
Grado II 35-39.9
≥ 40
↓↓↓↓ ↓↓↓↓
Grado III
Fuente: Adaptado de WHO: Obesity: preventing and managing the global epidemic of obesity. Report of the WHO
Consultation of Obesity. Geneve, Switzerland; June 3-5, 1997 81
Distribución de la grasa
Además de un aumento en la grasa corporal total, una mayor cantidad proporcional de grasa
abdominal comparada con la localizada en cadera y muslos se ha asociado con un incremento
para el riesgo de diabetes mellitus, hipertensión y factores de riesgo para enfermedades
cardíacas tanto en hombres como en mujeres. En algunas poblaciones como los descendien-
tes de asiáticos, la obesidad abdominal o central es considerada un mejor predictor de
comorbilidades que el IMC.
Para determinar la localización de la grasa corporal se utilizan habitualmente las mediciones del
perímetro de la cintura o la relación entre el perímetro de la cintura y el de la cadera. En ambos
casos se utiliza una cinta métrica flexible e inextensible calibrada en cm con grabaciones en
mm.
No existe acuerdo acerca de cuál de ellas presenta la mejor asociación para predecir riesgo
metabólico o vascular. Suele recomendarse la medición del perímetro de la cintura, ya que re-
quiere una sola medición y no requiere realizar cálculos. Existen varias formas para realizar estas
mediciones, por cuanto describiremos las más utilizadas difundidas por la OMS, aunque no ha
sido establecido cuál es la mejor técnica a utilizar ya que no existen comparaciones del valor
predictivo de riesgo para cada modalidad.
Perímetro de la cintura: La medición se realiza en un plano horizontal (la cinta estará paralela a
piso) en la mitad entre el borde inferior de la última costilla y la cresta ilíaca en espiración.
Las guías corrientes refieren como factor de riesgo aumentado para enfermedad coronaria,
diabetes e hipertensión, a los hombres con cintura > 102 cm y a las mujeres con cintura > 88
cm. Por lo tanto, una persona con sobrepeso y patrón de distribución grasa anormal puede
tener mayor riesgo para estas condiciones aún sin clasificarse como obesa según los niveles
de IMC.
George Bray, en 1999, sugiere un IMC ajustado en función de los factores de riesgo
cardiometabólico, uniendo los dos criterios: IMC y riesgo por distribución de la grasa corporal.
(Tabla 2)
TABLA 2
RIESGO SEGÚN EL ÍNDICE DE MASA CORPORAL
AJUSTADO EN FUNCIÓN DE VARIABLES METABÓLICAS
Relación TG/c-HDL
82
(mg/dl) <5 5-8 >8
Glucemia en ayunas
(mg/dl) < 95 95-125 >126
En personas con cantidad normal de tejido graso el 85% está representado por el tejido adiposo
subcutáneo y aproximadamente el 15% está representado por la masa grasa intraabdominal. El
IMC aporta mejor información sobre el volumen y la Circunferencia de Cintura (CC) sobre
la distribución de la masa grasa en el cuerpo. La CC es mejor predictor del tejido adiposo
intraabdominal que el IMC. Aporta una cuantificación indirecta de la distribución de la masa
grasa corporal que no puede obtenerse con la medición del IMC.
J. Selby y col. concluyeron que existe una influencia genética significativa en el depósito central
de masa grasa; sin embargo la obesidad abdominal solamente se desarrollará en presencia de un
balance energético positivo. Para una cantidad determinada de contenido graso corporal, algu-
nos individuos almacenan más masa grasa en el área troncal o abdominal que en otras regiones.
La distribución del tejido adiposo depende del perfil hormonal. La diferenciación de acuerdo al
género del tejido adiposo comienza en la infancia, a partir de los 5 años, edad en la que el
porcentaje de masa grasa comienza a ser mayor en la mujer. Luego de la pubertad, la distribu-
ción de la masa grasa predominará en la región femoroglútea en la mujer y en la región abdomi-
nal en el hombre. A pesar que la mujer posee un mayor porcentaje de tejido adiposo, el tipo de
tejido adiposo almacenado presenta menor riesgo de morbimortalidad.
El tejido adiposo es un tejido altamente especializado que constituye la principal reserva ener-
gética de nuestro cuerpo, caracterizándose por su gran capacidad de expansión cuando existe
balance calórico positivo. Es productor de un sustrato metabólico importante: los ácidos grasos
libres (AGL), y posee un rol como órgano endócrino, productor de diversas hormonas y péptidos
y otras sustancias activas.
• Andrógenos y Cortisol: producen aumento del tamaño y del número de los adipocitos
83
de la mitad superior del cuerpo
• Estrógenos: aumentan el número de adipocitos de la mitad inferior del cuerpo
Actividades
2. Marcar cuál de las siguientes opciones corresponde a una característica del tejido adiposo
El metabolismo lipídico en el tejido adiposo depende de los requerimientos energéticos del orga-
nismo y está regulado por nutrientes, señales hormonales y señales neuronales. Mediante estas
señales moleculares el adipocito participa en la regulación de múltiples funciones celulares.
Además, el adipocito es capaz de producir otras sustancias que no están relacionadas con el
metabolismo energético, muchas de las cuales son factores inflamatorios.
Las sustancias secretadas por el tejido adiposo son diversas e intervienen entre otros en:
• la regulación de la reproducción
• la regulación de la presión arterial
• la regulación de la conducta alimentaria
• el metabolismo de los triglicéridos, del retinol y del colesterol
• la coagulación sanguínea
84 • el estado proinflamatorio
En la Figura 3 se observan algunas de las sustancias que actúan sobre el adipocito, y en la Figura
4 las sustancias que produce.
FIGURA 3
RECEPTORES ADIPOCITARIOS
²
±
LPL: Lipoproteínlipasa; Apo E: Apolipoproteína E; PAI-1: Inhibidor del activador del plasminógeno 1;
RBP: Proteína transportadora de retinol; Il-6: Interleuquina 6; IGF-1: Factor de crecimiento similar a
insulina; ASP: Proteína estimuladora de la acilación; CETP: Proteína translocadora de ésteres de
colesterol; TNF α: Factor de necrosis tumoral α; TGF β: Factor de crecimiento transformante β; PPAR
γ: receptor gamma para el activador del proliferador del peroxisoma.
85
Actividades
3. Las sustancias secretadas por el tejido adiposo NO intervienen en
a) La regulación de la reproducción
b) El estado proinflamatorio
c) La regulación de la ingesta de líquidos
d) La regulación de la conducta alimentaria
La obesidad femoroglútea se asocia con trastornos de moderada implicancia clínica, de los cua-
les los más importantes son los articulares y circulatorios periféricos. La protección cardiovascular
que confiere el depósito de grasa femoroglútea podría deberse a que el tejido adiposo en esta
localización presenta las siguientes características:
Actividades
4. ¿Cuáles de las siguientes hormonas participan en el depósito de grasa femoroglúteo?
a) Prolactina
b) Andrógenos
c) Estradiol y Progesterona
d) Foliculoestimulante y Estradiol
La masa grasa visceral se incrementa con la edad en ambos géneros, tanto en delgados como en
obesos. Los hombres tienen un promedio de grasa abdóminovisceral mayor que las mujeres y los
obesos mayor que los no obesos. El nivel de masa grasa visceral está sólo moderadamente
correlacionado con la masa grasa corporal total.
Estas condiciones generan un aumento de la producción de AGL en el hígado. Los AGL estimulan
la gluconeogénesis e inhiben la captación periférica de insulina. En consecuencia aumenta la
síntesis de VLDL, LDL, apo-B, glucosa e insulina.
La capacidad deletérea del tejido adiposo visceral depende del aumento de:
• su capacidad metabólica
• su sensibilidad lipolítica
• su capacidad liberadora de ácidos grasos libres
Por este motivo difiere considerablemente del tejido adiposo subcutáneo. Una de las caracterís-
ticas más sobresalientes del tejido adiposo visceral es su alta sensibilidad lipolítica comparada
con una relativa insensibilidad a las señales antilipolíticas, probablemente por la disminución de
la proteína sustrato del receptor de insulina (IRS-1) y por la expresión de gran número de recep-
tores para glucocorticoides. En la Tabla 3 se observan las diferencias entre el tejido adiposo
subcutáneo y visceral.
TABLA 3
PRODUCTOS DE SECRECIÓN Y RECEPTORES DEL ADIPOCITO.
DIFERENCIAS ENTRE TEJIDO ADIPOSO SUBCUTÁNEO Y VISCERAL
Actividades
5. ¿Cuál de las siguientes sustancias es producida por el tejido adiposo?
a) Angiotensinógeno
b) Ghrelina
c) Sistema proopiomelanocortina (POMC)
d) Dopamina
6. Ubique la característica que corresponda a cada tipo de tejido adiposo
Subcutáneo Intraabdominal
1. Adipocitos hiperplásicos
2. Aumento de la sensibilidad para la movilización de AGL
3. Mayor actividad de LPL
4. Mayor resistencia lipolítica inducida por catecolaminas
5. Mayor capacidad metabólica
6. Mayor densidad de receptores adrenérgicos
7. Menor densidad de receptores insulínicos
8. Menor respuesta antilipolítica de insulina
9. Predominio de receptores ß2
10. Predominio de lipogénesis
11. Predominio de receptores α2
12. Pronunciada capacidad de movilización de lípidos
13. Principal fuente de leptina
14. Sin insulinorresistencia
En 1988 el Instituto Nacional de la Salud (National Institute of Health, NIH) de Estados Unidos
definió como obesos abdominales a los hombres que presentan circunferencia de cintura ≥ 102
cm y a las mujeres con circunferencia de cintura ≥ 88 cm, considerando esta medición como la
manera de estimar la masa grasa visceral.
TABLA 4
VALOR PRONÓSTICO DE LA CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA ELEVADA
EN RELACIÓN CON EL ÍNDICE DE MASA CORPORAL.
Hombres Mujeres
Odds ratio p Odds ratio p
Mortalidad Vascular
IMC 1.04 (0.62-1.73) 0.886 0.35 (0.10-1.20) 0.095
CC 2.31 (1.16-4.60) 0.017 8.71 (1.78-42.68) 0.008
Eventos Coronarios
Mayores
IMC 0.99 (0.63-1.57) 0.965 0.47 (0.18-1.24) 0.128
CC 2.05 (1.06-3.94) 0.032 4.55 (1.12-18.48) 0.034
CC: circunferencia de cintura
A partir del análisis de los datos obtenidos por NHANES III y las Encuestas Canadienses sobre la
Salud del Corazón, se encontró que al relacionar el rango de IMC con puntos óptimos de la CC se
obtenía un mejor indicador del riesgo cardiometabólico que el aportado por el valor recomenda-
do de CC. Dicha información se muestra en la Tabla 5.
Es posible que la medición de la CC sea una herramienta efectiva para identificar pacientes
normopeso pero metabólicamente obesos. Estos pacientes se beneficiarían con cambios en el
estilo de vida, indicación que podría omitirse si consideramos solamente un IMC normal.
TABLA 5
VALOR ÓPTIMO DE LA CIRCUNFERENCIA DE CINTURA
PARA CADA RANGO DE ÍNDICE DE MASA CORPORAL 89
En el estudio IDEA, que incluyó 168.000 pacientes de ambos géneros de 63 países, B. Balkau y
col, demostraron un aumento en la prevalencia de enfermedad cardiovascular y diabetes con el
aumento del IMC y la CC, con una mayor correlación con la CC respecto al IMC independiente-
mente de la región geográfica y el género. Esta relación entre CC, enfermedad cardiovascular y
particularmente diabetes, se observó incluso en individuos con IMC < 25 Kg/m2 (Figura 5).
FIGURA 5
FRECUENCIA DEL INCREMENTO DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES EN RELACIÓN
A LA CIRCUNFERENCIA DE CINTURA EN HOMBRES (PANEL SUPERIOR)
Y EN MUJERES (PANEL INFERIOR)
90
Los ácidos grasos producidos por la lipólisis en el tejido adiposo visceral son drenados directa-
mente a la vena porta y al hígado, con exposición hepática a la oleada de los AGL, con la
consiguiente repercusión metabólica cuando los AGL se encuentran en exceso. La llegada masi-
va de AGL al hígado produce:
En mujeres se ha constatado un incremento del riesgo para desarrollar alteraciones del metabo-
lismo de los hidratos de carbono con el aumento de la obesidad abdominal. (Figura 6)
91
FIGURA 6
INCREMENTO DEL RIESGO DE ALTERACIONES DEL METABOLISMO DE LOS HIDRATOS
DE CARBONO EN MUJERES PREMENOPÁUSICAS CON OBESIDAD VISCERAL
De esta forma el tejido adiposo visceral contribuye a un aumento del riesgo cardiovascular. En el
Quebec Health Study (QBS) el aumento de las partículas con apoproteína B y los niveles de
insulina en ayunas demostraron ser los factores de riesgo independientes más fuertes para el
desarrollo de enfermedad coronaria.
Hace aproximadamente 20 años se sugirió que existen individuos con peso normal para la talla
pero que presentan características similares a los individuos obesos, tales como hiperinsulinemia,
insulinorresistencia y predisposición a diabetes tipo 2, hipertrigliceridemia y enfermedad coronaria
prematura. Estos individuos fueron denominados normo peso metabólicamente obesos (NPMO).
Los individuos NPMO alcanzan una prevalencia cercana al 5-8% en la población general y debe-
rían ser diagnosticados precozmente para disminuir la incidencia de dichas condiciones.
La evidencia sugiere además que los NPMO, aún con IMC entre 20 y 27 Kg/m2, poseen mayor
prevalencia de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular, y que aumentaron de peso modes-
tamente a lo largo de su vida adulta (entre 2 y 10 Kg). Existen factores específicos y potencial-
92
mente reversibles que predisponen a las características de las personas NPMO, tales como la
distribución visceral del tejido adiposo y el sedentarismo. Además estos individuos en general
son más jóvenes que los pacientes obesos con enfermedad establecida.
N. Ruderman describió a estos individuos en 1981 y notó que la enfermedad coronaria es más
común en ellos, sugiriendo la posibilidad que pequeños incrementos en el tejido adiposo (como
los que ocurren con el envejecimiento) pueden originar hipertrigliceridemia, diabetes tipo 2 y
otras patologías que se manifiestan en individuos genéticamente predispuestos, aún en ausen-
cia de un apreciable aumento de peso. También advertimos que estos individuos presentan sín-
drome metabólico de manera similar a los individuos obesos.
La descripción de los individuos NPMO se basó en el hallazgo de altos niveles de insulina circu-
lante en aquellos que padecían enfermedad coronaria, diabetes tipo 2 y otras alteraciones pre-
sentes frecuentemente en obesos, a pesar que tenían un peso < 115% del ideal que determinaba
un IMC < 28 Kg/m2 ; más aún, muchos de los individuos tenían IMC en el rango de 23 a 25 Kg/
m2 o menor. Inicialmente dentro de la denominación de NPMO se incluyeron individuos con
diabetes tipo 2, hipertrigliceridemia, infarto de miocardio e hijos de pacientes con
hipertrigliceridemia, postulándose además que muchos con hipertensión arterial y sedentarios
podrían cumplir con esta descripción.
Un estudio publicado por P. Ferrari y col, comparó 48 jóvenes hijos de padres normo e hipertensos,
demostrando que quienes tenían un padre hipertenso presentaban niveles plasmáticos de insulina,
triglicéridos y presión arterial sistólica más elevados que los hijos de padres normotensos y
además eran insulinorresistentes, presentando varios componentes del síndrome de
insulinorresistencia a pesar de no ser obesos según su peso y talla (Tabla 6).
TABLA 6
COMPARACIÓN ENTRE JÓVENES ADULTOS CON Y SIN PADRES HIPERTENSOS.
LA SENSIBILIDAD INSULÍNICA SE MIDIÓ
POR EL MODELO MÍNIMO DE UNA PRUEBA DE TOLERANCIA A LA GLUCOSA
PADRES
Normotensos Hipertensos
Edad en años 24 24
Número (hombres/mujeres) 70/8 64/6
IMC Kg/m2 22,3 22,4
Insulinemia en ayunas (μU/ml) 8,6 9,9*
Trigliceridemia (mg/dl) 76 90*
Glucemia (mg/dl) 86 87
Tensión arterial sistólica (mmHg) 123 127*
Sensibilidad insulínica (10-4 X min -1/μU/ml) 13,2 9,4*
* P <0,05
Modificado de Ferrari P y col. Am J Med 1991; 91: 589-596.
También se ha encontrado hiperinsulinemia, insulinorresistencia e hipertrigliceridemia en fa-
miliares de primer grado de pacientes con diabetes tipo 2. Este grupo, si bien presentaba peso
y glucemias normales, tendía a IMC y porcentaje de tejido adiposo mayores respecto a los
controles.
Los individuos NPMO tienden a mayor peso que los controles de talla y peso similares pero que
no presentan hipertrigliceridemia o insulinorresistencia. En la vida adulta ocurren pequeños
aumentos de la adiposidad no mayores a 4 Kg incluso en ausencia de aumento de peso, y este
aumento de adiposidad relativa se relaciona con aumento del riesgo para desarrollar hipertensión
arterial e hipertrigliceridemia.
93
Si bien aún no se comprende totalmente la relación entre estos pequeños aumentos de adiposi-
dad con las alteraciones metabólicas, explicarían este hecho:
La correlación entre el IMC y la obesidad central varía en forma considerable entre los indivi-
duos; es por eso que los NPMO con IMC relativamente bajo pueden presentar aumentos en la
adiposidad abdominal. En un trabajo realizado por D. Carey y col. (Figura 7) se puede observar
que los individuos con peso normal mostraron un porcentaje de tejido adiposo abdominal >
40%, el cual se correlaciona con la disminución de la sensibilidad insulínica.
Por todo esto es importante identificar a aquellos individuos NPMO para iniciar la terapéutica
correspondiente y así disminuir el riesgo para desarrollar diabetes, hipertensión arterial y
otras condiciones, incluyendo la obesidad en sí misma. Los NPMO son individuos que se bene-
ficiarían más con la implementación de intervenciones que incrementen la sensibilidad
insulínica, como el aumento de la actividad física, debido a que son más jóvenes.
FIGURA 7
RELACIÓN ENTRE TEJIDO ADIPOSO VISCERAL Y SENSIBILIDAD INSULÍNICA
RELACIÓN ENTRE TEJIDO ADIPOSO VISCERAL EXPRESADO COMO PORCENTAJE DE TEJIDO ABDOMINAL
(MEDIDO POR ABSORCIOMETRÍA) Y SENSIBILIDAD INSULÍNICA DETERMINADA
POR LA TASA DE INFUSIÓN DE GLUCOSA DURANTE EL CLAMP EUGLUCÉMICO HIPERINSULINÉMICO
EN INDIVIDUOS CON IMC MAYOR O MENOR DE 25 KG/M2
94
Actividades
7. ¿Cuál de las siguientes opciones NO es una característica de la dislipemia aterogénica
asociada al tejido adiposo visceral?
a) Aumento de la apoB
b) Aumento de las LDL pequeñas densas
c) Hipertrigliceridemia
d) Aumento de las HDL
e) Aumento de las VLDL
Por otro lado el parámetro bioquímico que más se asocia con la presencia de partículas LDL
pequeñas densas es la concentración de triglicéridos plasmáticos. Por lo tanto, se podría
mejorar la identificación de pacientes en riesgo mediante la medición de la CC y la deter-
minación de triglicéridos plasmáticos.
En conclusión, la localización del tejido adiposo es claramente más importante que la obesi-
dad por sí misma en la evaluación del riesgo metabólico, en especial cuando se considera
simultáneamente la concentración de triglicéridos plasmáticos.
Paciente masculino de 45 años de edad que consulta por presentar en exámenes de laboratorio
niveles de:
• Triglicéridos 186 mg/dl
• Colesterol HDL 35 mg/dl
• Glucemia 100 mg/dl 95
Refiere haber aumentado 4 Kg de peso desde los 18 años de edad. No refiere apnea del sueño y
desarrolla actividad física regular.
3. ¿Cuáles son los parámetros que utilizó para realizar dicha corrección y con qué puntaje?
a. Ganancia de peso (Kg) desde los 18 años (+2)
b. Relación TG/HDL: es > a 5 (+2)
c. TA (+2)
d. Glucemia (+4)
e. Circunferencia Cintura (+2)
f. Apnea del sueño (+4)
g. Actividad física (0)
Caso clínico Nº 2
Paciente masculino de 45 años de edad que consulta por exceso de peso. Tiene como anteceden-
tes un aumento de 4 Kg de peso desde los 18 años, realiza actividad física regular y no refiere
apnea del sueño. El examen se constata:
Peso: 90 Kg Talla: 170 cm TA: 130/80 mmHg Circunferencia de Cintura 102 cm.
Caso clínico Nº 3
Concurre a la consulta con el Médico Clínico una paciente de 53 años de edad que se encuentra
atravesando la perimenopausia. En la consulta el médico a partir de la evaluación antropométrica
determina un peso de 59,1 kilos, una talla de 158 cm y una Circunferencia de cintura de 92cm.
1. ¿En qué rango de clasificación considera que se encuentra esta paciente?
a. Sobrepeso
b. Preobesidad
c. Normopeso
d. Obesidad
3. ¿Cuál de las siguientes opciones considera que es la apropiada para justificar la sugeren-
cia de descenso de peso a esta paciente?
a. El descenso de estos 4 kilos ubicaría a la paciente en un IMC de 21.7 kg/m² lo cual repre-
senta menor riesgo de mortalidad en comparación con pacientes de un IMC de 23 kg/m².
b. El descenso de peso reduciría la Circunferencia de Cintura lo cual reduciría el riesgo
cardiovascular.
c. El riesgo de mortalidad comienza a disminuir con un IMC de 23 kg/m² por lo tanto sería
apropiado reducir dicho índice.
d. a y b son correctas
Actividades
Clave de respuestas
1. c
2. d 97
3. c
4. c
5. a
6.
Subcutáneo Intraabdominal
1. Adipocitos hiperplásicos X
2. Aumento de la sensibilidad para la movilización de AGL X
3. Mayor actividad de LPL X
4. Mayor resistencia lipolítica inducida por catecolaminas X
5. Mayor capacidad metabólica X
6. Mayor densidad de receptores adrenérgicos X
7. Menor densidad de receptores insulínicos X
8. Menor respuesta antilipolítica de insulina X
9. Predominio de receptores ß2 X
10. Predominio de lipogénesis X
11. Predominio de receptores α2 X
12. Pronunciada capacidad de movilización de lípidos X
13. Principal fuente de leptina X
14. Sin insulinorresistencia X
7. d
Caso clínico de integración
1. a. La respuesta es “28,7”
2. e. La respuesta es “36,7”
3.
Relación TG/HDL : es > a 5 (+2)
TA (+2)
Circunferencia Cintura (+2)
Actividad física (0)
Caso clínico N° 2
1. d. La respuesta es “33,2”
2.
Glucemia (0)
Circunferencia Cintura (+2)
Apnea del sueño (0)
3. a. El que presenta mayor riesgo es el paciente nº 1 por tener Triglicéridos más elevados,
Colesterol HDL más bajo, Hipertensión arterial, Obesidad central e IMC corregido más ele-
vado
Caso clínico N° 3
98
1. c. La respuesta es “Normopeso”. El IMC es 23.7
2. a. La respuesta es Sí
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