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1. El derecho procesal. Concepto, naturaleza, contenidos. Relación con otras ramas del
derecho.
El derecho procesal desde el punto de vista de la teoría general del derecho. Sentido amplio.
Entre los aportes más significativos de la Teoría Pura del Derecho, propiciada por Kelsen, figura la
demostración de que toda norma jurídica, desde el punto de vista formal, reconoce su fundamento de
validez en la circunstancia de haber sido creada por el órgano y de conformidad con el método específico
prescripto por una norma jerárquicamente superior.
Tal conclusión es válida respecto de toda clase de normas (leyes, sentencias judiciales, actos
administrativos). En ese orden de ideas la Constitución, que está ubicada en el grado superior del
ordenamiento jurídico, designa cuales son los órganos habilitados para crear normas generales y
determina, asimismo, el procedimiento o procedimientos que esos órganos deben observar a tal fin: es así
como instituye al poder legislativo.
Las leyes, a su turno, cumplen frente a las sentencias y los actos administrativos un papel
sustancialmente semejante al de la Constitución con respecto a ellas. Kelsen dice “la relación entre la
legislación y la jurisdicción o la administración es así, de manera general, semejante a la que existe entre
la constitución y la legislación. La única diferencia reside en la manera en que la norma superior determina
a la norma inferior. En un caso el elemento formal prepondera sobre el elemento material, en el otro los
dos elementos se equilibran”
Desde el punto de vista de la teoría general del derecho, el derecho procesal puede ser definido
como aquella rama de la ciencia jurídica que se refiere al proceso en sentido amplio, entendiendo por tal a
la actividad desplegada por los órganos del Estado en la creación y aplicación de normas jurídicas
generales o individuales.
En esa línea de reflexiones, ese derecho procesal en sentido amplio sería susceptible de dividirse
en: derecho procesal constitucional, derecho procesal legislativo, derecho procesal administrativo y
derecho procesal judicial. Sin embargo, solo este último reviste de la autonomía suficiente como para ser
objeto de una disciplina independiente con relación a los diversos sectores en que se divide el llamado
“derecho material”.
El derecho procesal en sentido estricto
Muchas son las materias que, no obstante interesar al derecho procesal, pertenecen también a
otros sectores del conocimiento jurídico. Son notorias, por ejemplo, las interferencias de aquél con el
derecho constitucional (sistema de designación de jueves, delimitación de competencia federal etc.) y con
el derecho administrativo (nombramiento, situación, remoción etc. De los funcionarios y empleados
judiciales)
Asimismo, es fácil advertir la existencia de zonas comunes entre el derecho procesal y el derecho
sustancial, como son, entre otras, las referentes a las clases de acciones, a las pruebas y a la cosa
juzgada.
En general, existe acuerdo doctrinario en asignar al derecho procesal el estudio de las siguientes
materias:
1) Jurisdicción y competencia de los organismos judiciales, y régimen jurídico a que se hallan
sometidos los integrantes de estos últimos. Desde el mismo punto de vista orgánico, también forma parte
del derecho procesal lo concerniente a la capacidad, designación y recusación de los árbitros y amigables
componedores.
2) Régimen jurídico de las partes y peticionarios y de sus representantes y asistentes. A este
punto se halla vinculado el estudio de la pretensión procesal y de la petición procesal extra contenciosa,
que constituyen, respectivamente, el objeto de los procesos contencioso y voluntario
3) Requisitos, contenido y efectos de los actos procesales y trámite del proceso a través de los
distintos procedimientos que lo integran.
Las ramas del derecho procesal. El derecho procesal civil y penal.
En el derecho positivo argentino sólo cabe reconocer a dos tipos de procesos judiciales – el civil y
el penal – suficiente autonomía como para justificar la existencia de sendas ramas de derecho procesal.
Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que esa autonomía no implica negar la coincidencia esencial que
ofrecen el proceso civil y el proceso penal en aspectos básicos referidos, entre otros, a los conceptos de
jurisdicción, acción, pretensión, sujetos y actos procesales.
El derecho procesal civil se ocupa del estudio de todos aquellos procesos cuyo objeto consiste en
una pretensión o petición fundada en el derecho privado (Civil y comercial). En nuestro país, sin embargo,
es aún habitual incluir en el marco de aquella disciplina al proceso laboral. La misma reflexión cabe en
relación a los procesos judiciales originados en pretensiones fundadas en normas constitucionales,
administrativas y tributarias.
Son fuentes del derecho procesal todos aquellos criterios de objetividad que, en razón de expresar
la valoración de la comunidad, o de sus órganos, acerca de una determinada realidad de conducta,
pueden ser invocados por los jueces para esclarecer el sentido jurídico de las conductas que deben juzgar
durante el desarrollo del proceso.
En escala decreciente, de obligatoriedad, constituyen fuentes del derecho procesal
1) La ley, la costumbre y la jurisprudencia obligatoria
2) La jurisprudencia no obligatoria
3) La doctrina
La palabra ley se utilizó en el sentido amplio, es decir, entendida como toda norma general
formulada en forma expresa y reflexiva por un órgano competente, al estudiarse las fuentes del derecho
procesal civil en particular, se analizarán separadamente las normas contenidas en la Constitución
Nacional, en las leyes procesales propiamente dichas y en los reglamentos y acordadas judiciales.
Corresponde aclarar que mientras la ley y la costumbre son fuentes primarias, la jurisprudencia y
doctrina constituyen fuentes secundarias.
Sin perjuicio de lo que señala PALACIO. El nuevo CCYC, contempla expresamente la cuestión de
las fuentes del derecho en los art 1 y 2.
ARTICULO 1°.- Fuentes y aplicación. “Los casos que este Código rige deben ser resueltos según
las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de derechos
humanos en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los
usos, prácticas y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a ellos o en
situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios a derecho”
ARTICULO 2°.- Interpretación. “La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos, los
principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento”
Si bien estas previsiones rigen en forma inmediata para el derecho privado, su alcance impacta de
modo indirecto en el derecho procesal destinado a regular los trámites donde se ventilen pretensiones de
esta naturaleza.
Fuentes:
1) La constitución nacional:
La Constitución Nacional contiene diversas normas atinentes a la administración de justicia, y en
general, a ciertos derechos y garantías que conciernen directamente a la regulación del proceso Civil.
Entre las primeras encontramos (refieren a administración de justicia):
a) La obligación de las provincias de asegurar su administración de justicia:
Art. 5º.- “Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que
asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de estas
condiciones el Gobierno federal, garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones”
Art. 34.- “Los jueces de las cortes federales no podrán serlo al mismo tiempo de los tribunales de
provincia, ni el servicio federal, tanto en lo civil como en lo militar da residencia en la provincia en que se
ejerza, y que no sea la del domicilio habitual del empleado, entendiéndose esto para los efectos de optar a
empleos en la provincia en que accidentalmente se encuentren”
10) La doctrina: A diferencia de lo que acontece con las fuentes precedentemente analizadas,
la doctrina de los autores carece de fuerza vinculatoria para el juez. El juez acude voluntariamente a ella
para encontrar el sentido objetivo del caso.
Atendiendo al contenido de las normas, pueden denominarse normas materiales (en sentido
estricto) a las que en razón de mentar el modo a los modos de ser de la conducta pre procesal de las
partes, son invocadas por éstas como fundamento de sus pretensiones, peticiones o defensas.
Las normas procesales han sido clasificadas desde distintos puntos de vista:
Normas orgánicas (ej. Ley orgánica del poder judicial) y normas procesales
propiamente dichas (ej. Código procesal civil y comercial), según que, respectivamente regulen la
organización y competencia de los órganos judiciales o los actos del proceso y el desarrollo del
procedimiento.
Normas procesales formales y materiales: mientras las primeras regulan las condiciones
de forma, tiempo y lugar de los actos procesales, las segundas determinan los requisitos de capacidad y
legitimación, el contenido y los efectos de esos actos.
Normas procesales absolutas (o necesarias) y dispositivas (u optativas o voluntarias):
Esta clasificación reviste mayor importancia práctica.
Son normas absolutas aquellas que deben aplicarse siempre que concurra el supuesto para el que
han sido dictadas, de modo tal que el juez no puede prescindir de ellas aunque las partes lo pidan de
modo concordante. Ej. Las normas que determinan la competencia por razón de la materia
Son normas disponibles aquellas de cuya aplicación cabe prescindir, sea por mediar acuerdo
expreso de las partes en tal sentido, sea por la omisión consistente en no poner de relieve su
inobservancia.
En aquellos casos en que no existan disposiciones expresas, es desde luego materia de
interpretación determinar si una norma es absoluta o dispositiva. Debe tenerse en cuenta, finalmente, que
la inobservancia de las normas absolutas puede subsanarse en el supuesto de no plantearse la nulidad en
el tiempo oportuno, pues todas las nulidades procesales son relativas.
La materia se halla reservada al arbitrio del legislador, con la sola limitación derivada de la
existencia de derechos adquiridos. En ausencia de normas reguladoras del régimen intertemporal de las
leyes procesales, corresponde formular las siguientes distinciones:
1) Una ley procesal nueva no puede válidamente, por lo pronto, aplicarse a aquellos procesos
que, a la fecha de su entrada en vigencia, se encuentren concluidos por sentencia firme. Lo contrario
implicaría una manifiesta violación de la garantía constitucional de la propiedad (CN. Art 17), la cual es
comprensiva de los derechos reconocidos mediante sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.
2) La nueva ley debe aplicarse a los procesos que se inicien con posterioridad a su entrada en
vigencia, prescindiendo del tiempo en que se constituyeron las relaciones jurídicas sobre las que ellos
versen.
La doctrina no es uniforme, en cambio, con respecto a la aplicabilidad de las normas que regulan la
admisibilidad de la prueba. (hay que determinar que norma debe aplicarse en el proceso cuando, por ej,
estando vigente al tiempo de la celebración del contrato una norma que permite acreditarlo por cualquier
medio de prueba. Se sanciona con posterioridad otra norma que solo autoriza una forma de prueba)
Chiovenda entiende que corresponde aplicar la norma vigente en el momento en que la prueba
debe producirse, pues sólo ella puede determinar, en razón de su índole procesal, el medio idóneo para
formar la actual convicción del juez.
La tesis contraria parece, sin embargo, más justa y acorde con la seguridad jurídica, por cuanto las
mayores o menores precauciones que las partes adoptan al celebrar un acto jurídico dependen, como es
lógico, de los elementos probatorios que podrían valerse en ese momento.
3) Los procesos en trámite pueden ser alcanzados por la ley nueva siempre que ello no
importe afectar los actos procesales cumplidos, y que han quedado firmes bajo vigencia de la ley anterior.
La aplicación de la nueva ley a los actos procesales cumplidos afectaría el principio de preclusión,
comprometiendo incluso la garantía constitucional de la propiedad.
En las llamadas “disposiciones transitorias”, las leyes procesales suelen disponer que ellas se
aplicarán a todos los asuntos que en lo sucesivo se promuevan y a los pendientes con excepción de los
trámites, diligencias y plazos que hubieran tenido principio de ejecución o comenzado a correr.
Las normas procesales se hallan sujetas al llamado “principio de territorialidad de la ley”. Solo
tienen vigencia, por lo tanto, dentro del ámbito territorial del Estado que las dictó.
PODETTI expresa que “siendo la función judicial una de las tres potestades del gobierno, o sea el
ejercicio de uno de los poderes del Estado, es natural que la organización, la competencia y el
procedimiento mediante los cuales se ejerce esta función sean determinados por las leyes nacionales para
todos quienes habiten el país”
Se rigen por la lex fori (significa que será aplicable la ley de la nacionalidad del juez que conoce en
el asunto, es decir, la de su estado) la organización y competencia de los órganos judiciales y los diversos
actos mediante los cuales se constituye, desarrolla y extingue el proceso.
El principio reconoce algunas excepciones: ejemplo, en cuanto a los contratos el derecho aplicable
puede ser elegido por las partes en las condiciones del art. 2651 CCYC o, en su defecto, se aplicará el
derecho del lugar de cumplimiento según lo establece el art. 2652 (siempre que no se trate de relaciones
de consumo).
En lo que respecta a la operatividad de las leyes extranjeras, el CCYC establece que cuando un
derecho extranjero resulta aplicable:
a) El juez establece su contenido, y está obligado a interpretarlo como lo harían los jueves del
Estado al que ese derecho pertenece. Si el contenido del derecho extranjero no puede ser establecido, se
aplica el derecho argentino.
b) Si existen varios sistemas jurídicos convergentes con competencia territorial o personal, o
se suceden diferentes ordenamientos legales, el derecho aplicable se determina por las reglas en vigor
dentro del Estado al que ese derecho pertenece, y en defecto de tales reglas, por el sistema jurídico en
disputa que presente los vínculos más estrechos con la relación jurídica de que se trate.
c) Si diversos derechos son aplicables a diferentes aspectos de una misma situación jurídica o
a diversas relaciones jurídicas comprendidas en un mismo caso, esos derechos deben ser armonizados,
procurando realizar las adaptaciones necesarias para respetar las finalidades perseguidas por cada uno
de ellos.
En los tiempos que corren, el pensamiento procesal civil nacional se encuentra bifurcado entre dos
corrientes de signos diversos y hasta podría decirse que antagónicas, a los que se llaman "activismo
judicial" y "garantismo procesal".
El activismo judicial: El activismo judicial presupone la asignación de un tol mucho más protagónico
para los magistrados, al que apunta, por otra parte, numerosas normas del CCYC, lo que justifica aquélla
consagración a la que alude el título de este apartado.
Peyrano destaca como distintivas del activismo judicial democrático las siguientes notas:
El activismo judicial es realista
Plena conciencia acerca de cuál es el fin de todo proceso civil (tornar realidad los derechos
prometidos por la legislación de fondo)
Nuevas formas de cumplir la faena judicial
Jurisdicción preventiva
Es creativo (reconoce a los jueces la posibilidad de generar nuevas herramientas procesales
excepcionalmente, posibilidad hoy respaldada por el fallo de la CJSN "Halabi" que puede sintetizarse así:
de mediar una necesidad jurídica, debe existir un mecanismo procesal, pretoriano o legal, para satisfacerla
y así solucionar el caso"
El activismo judicial no privilegia a la demandada
El activismo judicial propone la búsqueda razonable y acotada de la verdad histórica
El activismo judicial no trepida en depositar en manos de jueces la facultad de dictar
pruebas de oficio.
El activismo judicial prohíja la regla que proscribe el abuso en el ámbito del proceso civil
El activismo judicial confía en los jueces.
Garantismo procesal
Planteadas ambas posturas, destacamos que el actual CCYC contempla un sinnúmero de reglas
particulares para el juez, en las que establece deberes, facultades y prohibiciones, supuestos en los que
debe juzgar de equidad, consagra la inmediación, la actuación oficiosa y la prohibición de actuar en
algunos supuestos en ese sentido, la justicia de acompañamiento y sanciones como las astreintes, así
también, contempla los casos en que puede suplir la voluntad de las partes o decidir cuándo ellas no se
ponen de acuerdo, la prueba que puede ordenar de oficio o como debe apreciarla el juez en determinados
casos, estableciendo supuestos de prueba legal. Asimismo, consagra las cargas probatorias dinámicas,
facultando al juez a ponderar cuál de las partes se halla en mejor situación para aportar la prueba.
De su lectura puede observarse el especial requerimiento judicial con mayor proporción en
cuestiones de familia, de filiación, de alimentos, adopción y, en general, en aquellos casos en que la
justicia de acompañamiento tiene un rol preponderante. La regulación sobre deberes y facultades de los
jueces excede largamente los parámetros de una legislación sustancial civil y comercial.
Clasificación de la jurisdicción
Es todo acto cumplido por un juez o tribunal de justicia que contenga los elementos enunciados en
la noción de “acto jurisdiccional” formulada anteriormente, constituye una exteriorización de jurisdicción
judicial.
Cabe señalar que siempre que medie un conflicto entre particulares, o entre un particular y el
Estado, referente a derechos subjetivos privados de aquéllos, o se encuentre en tela de juicio la aplicación
de alguna sanción de naturaleza penal, la intervención de un órgano judicial es constitucionalmente
ineludible (art. 18 de la CN, establece que todos los habitantes tienen derecho de recurrir ante un órgano
judicial para obtener el amparo de los derechos que estiman amenazados o lesionados. Y el art. 109 que
al prohibir al presidente de la república ejercer funciones judiciales, descarta el poder de dicho funcionario
e implícitamente, el de los funcionarios y organismos administrativos. Sin embargo esa prohibición no es
absoluta, respecto a los organismos administrativos la CJSN ha dicho que se admite el ejercicio de
potestades jurisdiccionales por parte de la administración siempre que ese tipo de atribuciones se
encuentren supeditadas al requisito de que ese pronunciamiento jurisdiccional emanado de órgano
administrativo quede sujeto al control judicial suficiente, es decir, que sea revisable en instancia judicial).
La jurisdicción voluntaria
Se designa así a la función que ejercen los jueves con el objeto de integrar, constituir o acordar
eficacia a ciertos estados o relaciones jurídicas privadas. Se trata de una función ajena al normal cometido
de los órganos judiciales, el cual consiste en la resolución de los conflictos jurídicos suscitados entre dos o
más personas.
Lo característico de la jurisdicción voluntaria se caracteriza porque no existe un conflicto a resolver,
no tiene partes en sentido estricto. Se distingue también porque el juez al resolverlo, emite una declaración
basada exclusivamente en los elementos de juicio unilateralmente aportados por el peticionario o
peticionarios, razón por la cual dicha declaración no produce efectos de cosa juzgada respecto de terceros
cuyos derechos resulten eventualmente afectados por ella.
De acuerdo con el contenido de las resoluciones de esos procesos, se pueden clasificar las
resoluciones de los actos de jurisdicción voluntaria en:
Actos de constitución de derechos (ej. Inscripción de una sociedad en el registro)
Actos de homologación (ej. Aprobación del testamento en cuanto a sus formas)
Actos de constatación (ej. Reconocimiento de mercaderías)
Actos de autorización (ej. Autorización para comparecer en juicio)
Interesa finalmente que las decisiones que se dictan en los procesos de jurisdicción voluntaria, no
revisten carácter jurisdiccional, por cuanto no suponen la existencia de un conflicto sino que importan la
expresión directa e inmediata de un proyecto comunitario por parte de los órganos judiciales. Esto permite
calificar como administrativa a la actividad que los jueces desarrollan en dichos procesos.
Elementos de la jurisdicción
El juez, para poder ejercer la función jurisdiccional, debe tener la disponibilidad de ciertas
potestades que son inherentes a la misma
1) Notio: consiste en la facultad de conocer en todos los asuntos atribuidos a los órganos judiciales
y, específicamente, los términos del conflicto, los hechos alegados por las partes, pruebas incorporadas y
demás elementos de juicio reunidos en el proceso que le permitan, luego, dictar una sentencia respetando
el principio de congruencia.
2) Vocatio: consiste en la facultad de citar a la parte para que comparezca a defenderse y realizar
las notificaciones propias a esos fines.
3) Coertio: es la potestad de compulsión que tiene el juez sobre los sujetos del proceso o extraños
a él (ej. testigos), que no está dirigida aún al cumplimiento de la sentencia, sino a lograr el cumplimiento
efectivo de actos que permitan un normal y correcto desenvolvimiento del proceso, en especial, aquéllos
cuya realización podrían aportar elementos de juicio, prueba o convicción para el posterior dictad de la
sentencia por parte del juez.
4) Iudicium: es la potestad de dictar la sentencia definitiva que decida el conflicto. Es el poder de
mayor importancia, que inviste al juez como sujeto del Estado encargado de dirimir el litigio.
5) Executio: es el poder para hacer que el mandato que dio en la sentencia definitiva sea cumplido.
Como expresa Couture, el triunfador en un pleito no está obligado a ejecutar la sentencia de condena,
pero debe estar facultado para hacerlo cuando desee.
La llamada justicia federal se encuentra establecida principalmente por la CN, las leyes de
organización de justicia, especialmente por lo que queda de la ley Nº48, sin olvidar que en la organización
judicial el art. 75, inciso 20. de la CN, expresa que corresponde al Congreso establecer tribunales
inferiores a la CJSN, mientras que, por el art. 113, la CJSN dictará su reglamento interior y nombrará a sus
empleados.
Son de suma relevancia, también, dentro del esquema de la justicia federal, la función del Consejo
de la Magistratura, para la elección y remoción de magistrados, el Ministerio Público independiente, el
Defensor del Pueblo y la Auditoría General de la Nación, todos con rango constitucional.
La Ley Orgánica del Poder Judicial, organiza el mapa judicial provincial en sus arts. 3, 4, 5 y 6.
Para ello, toma en cuenta la división geopolítica del territorio de la provincia, estableciendo diferentes
zonas que, como explica Solá, de manera gráfica pueden visualizarse como una serie paulatina de
círculos concéntricos diseminados a lo largo del territorio provincial, unos abarcativos de otros y de
superficie progresivamente mayor. Por ello, pueden distinguirse:
1) La mínima unidad geopolítica, la comuna, equiparada a los efectos legales con el municipio,
donde actúa, por lo menos, un juez comunitario de pequeñas causas. Dado que la llamada justicia
comunitaria es de reciente data, a partir de la Ley Nº 13.178, del año 2011, en las comunas o municipios
no existía a la fecha Juzgado de justicia comunitaria, y hasta tanto éste sea creado, actúa en tal carácter el
Juez de Circuito con competencia territorial en dicho lugar (pero aplicando las causas correspondientes de
la Justicia Comunitaria, el procedimiento propio previsto enel Título Octavo, Capítulo III, del libro tercero
del Código Procesal Civil y Comercia, arts. 571 y ss).
2) El circuito judicial, que es el agrupamiento legal de varias comunas, y donde actúa por lo menos
un Juez de Primera Instancia de Circuito. En la actualidad, se encuentran funcionando 37 Circuitos
Judiciales, cada uno identificado con un número sucesivo del Nº 1 al 37 y con sede en las ciudades
señaladas en los respectivos incisos del art 4 de la Ley Orgánica del PJ SF.
3) El distrito judicial, que es el agrupamiento legal de varios Circuitos Judiciales, y donde actúa por
lo menos un juez de Primera instancia de Distrito. En la actualidad, se encuentran funcionando 23 Distritos
Judiciales, cada uno identificado con un número sucesivo del 1 al 23 y con sede en las ciudades
señaladas en los respectivos incisos del art. 5 de la Ley Orgánica del PJ SF.
4) La circunscripción judicial, que es el agrupamiento legal de varios Distritos Judiciales, y donde
actúa por lo menos una Cámara de Apelación. Es la extensión de mayor territorio, por eso existen tan sólo
cinco circunscripciones judiciales, cada una identificada con un número sucesivo del 1 al 5 y con sede,
respectivamente, en las siguientes ciudades: Santa Fe, Rosario, Venado Tuerto, Reconquista y Rafaela.
Este esquema del mapa judicial santafesino, sumado al resto de las pautas de atribución de
competencia, y a las normas específicas de determinación del juez competente van a permitir actuar entre
sí para determinar cuáles pueden ser los jueces con competencia en un caso determinado.
1) Santa Fe
2) Rosario
3) Venado Tuerto Circunscripciones judiciales
4) Reconquista
5) Rafaela.
La "planta judicial", es decir, la cantidad y tipo de juzgados o tribunales asignados a a cada área del
mapa judicial, está dispuesta en el art. 7 de la LOT. Se aluda allí, a las Cámaras de Apelación por
circunscripciones judiciales, a los Tribunales Colegiados por Distritos Judiciales, a los Jueces de primera
instencia de Distrito por Distritos Judiciales, a los Jueces de primera instancia de Circuito por Circuitos
judiciales, a los jueces comunitarios de pequeñas causas por comunes.
En primer lugar, cabe mencionar que la Provincia de SF, unifica la materia civil y comercial. No
existe en la provincia, a la fecha, juzgado o tribunal alguno cuya competencia exclusiva sea la civil o
comercial, aunque una excepción a ello podrían ser los Tribunales Colegiados con juicio oral existentes en
la circunscripciones Nº 1 y 2, ya que tienen competencia solamente en cuestiones de familia y
responsabilidad civil extracontractual.
Sin perjuicio de ello, existen en la provincia juzgados que agrupan otras competencias junto a la
civil y comercial, como las cuestiones laborales.
Por otra parte, la competencia civil y comercial se divide en dos grandes fueros: los juzgados de
distrito y los de circuito. Esta división atiende, en especial, a criterios de atribución de competencia por el
monto, pero también por materia.
En efecto, la LOT atribuye a la justicia de circuito:
1) Materialmente: asuntos referentes a la locación de muebles e inmuebles urganos o rurales (no
existiendo para éstos supuestos límite alguno por la cuantía del pleito), litigios que versen sobre desalojo,
las faltas (salvo para los jueces de los Circuitos Judiciales 1, 2 y 5 que tienen Juzgados de faltas). Algunos
juzgados de Circuito tienen asignados, además, asuntos laborales cuya cuantía no supere la específica
para el Circuito de 60 JUS (Circuitos Nº 15, 16, 17, 18, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 28, 29, 30, 31, 33, 36 y 37).
Carecen de competencia para conocer en juicios universales, litigios que versen sobre asuntos de familia y
actos de jurisdicción voluntaria, salvo informaciones sumarias al solo efecto de ser necesarias para fines
previsionales.
2) Cuantitativamente: el conocimiento de toda causa civil y comercial cuya cuantía no supere el
valor equivalente a sesenta (60 unidades JUS)
3) Funcionalmente: los recursos de apelación interpuestos por ante los Jueces Comunitarios de las
Pequeñas Causas, salvo los supuestos contemplados por el art. 56 de la LOT
Cabe mencionar que en la Provincia de Santa Fe existe un fuero especial de Ejecución Civil, dentro
de la competencia de los jueces de Circuito. Estos jueces de Ejecución Civil tienen asiento y competencia
territorial en las sedes de los Circuitos Judiciales Nº 1 y 2, y materialmente conocen respecto de toda
pretensión ejecutiva autónoma, cuya cuantía no exceda la suma establecida en el art. 112 de la LOT, es
decir, 60 unidades JUS.
Asimismo, forman parte de la estructura el fuero penal, laboral y la justicia comunitaria de pequeñas
causas.
UNIDAD 4: LA COMPETENCIA:
El instituto tiene raíz en la CN, el art. 18 de la misma dice que: nadie puede ser arrestado sino en virtud de
orden escrita de autoridad competente. Desde ese punto de vista, la institución refiere al principio de
legalidad, o con mayor precisión nos referimos al principio de LEGITIMIDAD, que establece
obligatoriamente que toda actuación debe estar arreglada a la ley.
La podemos caracterizar como el mecanismo aplicado al trabajo jurisdiccional, que determina por medio
de reglas especiales, las facultades y deberes concretos de los órganos judiciales para legitimar su
potestad de juzgar, en causas que se le someten o en las que resulten llamados a intervenir, por opción de
los propios justiciables.
Hablar de COMPETENCIA implica discernir cuáles son las pautas bajo las cuales la norma procesal
establece, entre todos los jueces y tribunales que integran el sistema judicial, aquél al que le corresponde
entender y decidir en un caso dado.
Todo Juez por el solo hecho de ser Juez, tiene jurisdicción, ejerce actividad jurisdiccional. Asi está
establecido en nuestra Constitución Nacional y en consoncancia lo dispone también la Constitución de la
Pronvincia de Santa Fe. Pero lógicamente un Juez no tiene competencia para todos los asuntos o
causas porque su reparto es necesario como forma de organización de la actividad jurisdiccional.
Entonces, la competencia opera como límite, medida de la jurisdicción, determinando su extensión
funcional, conforme ciertas reglas o pautas.
Concepto
En principio, es la ley la que da pautas para discernir la competencia de los Jueces o Tribunales, sin
perjuicio de que dada determinada circunstancias, las partes pueden pactar convencionalmente otra
competencia distinta. Esto último se conoce como “prórroga de la competencia”, tema que abordaremos
más adelante.
En nuestra provincia estas pautas están establecidas por la Ley Orgánica del Poder Judicial 10.160 o
LOPJ, en combinación con los artículos 3,4 y 5 del CPCC.
Como resultado del juego de las pautas legales, hay dos consecuencias lógicas: 1) siempre, para
cualquier índole de asunto o caso va a ser competente un Juez y, 2) hay únicamente un Juez
(categoría de Juez) u órgano jurisdiccional competente.
Determinación de la Competencia:
Desde un punto de vista práctico, lo primero que debemos discernir es si el asunto encuadra en la
competencia de la justicia federal. Esta última es la aptitud reconocida legalmente a los órganos que
integran el Poder Judicial de la Nación para ejercer su jurisdicción en los casos (materias), o respecto a las
personas o los lugares expresamente determinados por la Constitución Nacional. Los artículos 116 y 117
de la Carta Magna enuncian taxativamente los supuestos en los cuales la competencia de los Jueces es
federal.
Artículo 116 CN: “Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el
conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución,
y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inciso 12 del artículo 75; y por los tratados
con las naciones extranjeras; de las causas concernientes a embajadores, ministros públicos y
cónsules extranjeros; de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que
la Nación sea parte; de las causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia
y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus
vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero”.
Artículo 117 CN: “En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las
reglas y excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a
embajadores, ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la
ejercerá originaria y exclusivamente”.
Segundo Paso: Analizar el mapa judicial de Santa Fe ( ¿qué jueces existen y dónde los encuentro?)
Descartada la competencia federal, corresponderá analizar en segundo lugar las distintas pautas objetivas
que determinan la competencia provincial u ordinaria establecidas – de algún modo combinado-por la Ley
orgánica del poder judicial ( LOPJ) y el código procesal civil y comercial (CPCC).
Para eso, conviene comenzar por estudiar geopolíticamente la Provincia de Santa Fe de modo de tener
un panorama del mapa judicial y saber con qué jueces y tribunales se cuenta y el lugar de radicación de
cada uno.
Deberá saberse que, con la Corte Suprema de Justicia a la cabeza, el artículo 3° LOPJ divide a la
Provincia en cinco Circunscripciones judiciales, en cada una de las cuales funciona por lo menos una
Cámara de Apelaciones. Cada una de estas circunscripciones se designa con un número, así Santa Fe
es sede de la Circunscripción n° 1, Rosario es sede de la Circunscripción n° 2, Venado Tuerto de la
Circunscripción n° 3, Reconquista de la Circunscripción n° 4, Rafaela de Circunscripción n° 5.
En Rosario y Santa Fe (Circ 2° y Circ. 1°, respect.) hay una Cámara de Apelaciones Civil y Comercial y
otra de Circuito, una Laboral, una Penal y otra Contencioso administrativa. En el resto de las
circunscripciones 3°, 4° y 5° hay una Cámara con competencia Civil, Comercial y Laboral.
Asimismo, cada Distrito encierra un número determinado de Circuitos judiciales. En la sede de cada
uno de los Circuitos hay por lo menos un Juez de Primera Instancia de Circuito. La LOPJ en el artículo
4 establece que en la provincia existen 38 Circuitos y determina las sedes de los mismos;
Los Circuitos a su vez se dividen en Municipios o Comunas, y en ellas hay por lo menos un Juez
Comunitario de Pequeñas Causas. Las comunas son 364.
Pautas objetivas son aquellas que van a permitir determinar-dentro del panorama que presenta la
provincia- ante qué Juez se debe interponerse la demanda, en base al lugar del hecho, acto, o
contrato que se invoca, las personas de los litigantes, la naturaleza o materia de la pretensión y su
contenido económico.
La competencia territorial determina cuál es el lugar o espacio geográfico donde debe interponerse la
demanda, teniendo en cuenta que los jueces ejercen sus funciones con asiento en determinado lugar de la
provincia, son competentes dentro de ese ámbito y dejan de serlo fuera de él.
Con la división geopolítica que establece la ley orgánica, se trata de que el Juez esté lo más cerca posible
de las partes y de los bienes litigiosos. Ese es el espíritu de la ley: decentralizar el servicio de justicia, con
el fin de economizar tiempo, dinero y descongestionar foros, acercando el órgano jurisdiccional a las
cosas y a las personas involucradas en el litigio.
La determinación del “lugar de demandabilidad “requiere, por una parte, tener presente el panorama
geopolítico de la provincia diseñado por la Ley Orgánica del Poder Judicial, y por otra parte, las pautas
que señalan dónde demandar dispuestas en el Código Procesal Civil y Comercial de Santa Fe, artículos 4
y 5.
El artículo 5 CPCC: determina pautas de competencia territorial y otras pautas de distinta naturaleza. Es
una norma casuística y un poco desordenada.
La determinación de la competencia territorial empieza por esta norma: si el supuesto no está
expresamente contemplado en algunos de los incisos del artículo 5, entonces se debe recurrir a la pauta
general del artículo 4 CPCC, que es la norma residual y general de competencia territorial.
Artículo 5 CPCC: “La competencia, en los siguientes casos, se regirá por las normas que a
continuación se establecen, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 4.
In 1°) “En el concurso civil, entenderá el Juez del domicilio del deudor”.(Este inciso esta derogado
por la ley 24.522 de concursos y quiebras que en su artículo 3 determina la competencia de los Jueces en
materia concursal.)
Inc 2°) “En la rendición de cuentas de los administradores de bienes ajenos, el del lugar donde
aquéllas deben presentarse; de no estar determinado éste, el del domicilio del dueño de los bienes
o del lugar donde se hubiere administrado el principal de éstos, a voluntad del actor”. Este es el
supuesto de juicio de rendición de cuentas (artículos 527 a 530 CPCCSF). Todo el que administra bienes
ajenos tiene la obligación de rendir cuentas. En caso de que exista obligación de rendir cuentas y las
partes no se pongan de acuerdo extrajudicialmente, este inciso determina quién ha de ser el Juez
competente: -primero lo será el Juez del lugar donde debían presentarse las cuentas según el contrato de
que se trate; si éste no estuviera determinado, lo será el del domicilio del dueño de los bienes, o el del
lugar donde se hubiese administrado el principal de los bienes a voluntad del actor. La primera posibilidad
es preferente, las otras dos son a opción del actor (generalmente es el dueño de los bienes).
Inc 3°) “Si la demanda se refiriera a gestión de tutores o curadores, el Juez que discernió la tutela
o curatela, aunque los bienes o el domicilio del menor, incapaz, tutor o curador se encuentren fuera
del territorio de su competencia”. El Juez competente para entender en lo concerniente a la gestión de
tutores o curadores, a saber, rendición de cuentas, remoción, etc., es el mismo que discernió la tutela o
curatela. A su vez éste juez es el del domicilio del menor o de la persona declarada incapaz o con
capacidad restringida (art. 2640CCCN). Si el Juez de ese domicilio intervino en el nombramiento de un
tutor para la persona menor de edad o que carece de representantes legales, o el nombramiento de
curador o apoyo para la persona declarada incapaz o con capacidad restringida, es sin duda el más apto
por razones de economía procesal y seguridad jurídica, para seguir interviniendo si se inicia un juicio de
rendición de cuentas o se pide la remoción del tutor o curador. Acá está en juego otra pauta distinta al
territorio: la conexidad causal.
Inc 4°) “En las acciones relativas al divorcio o a la capacidad de las personas, el Juez del último
domicilio conyugal o del incapaz”. Dicho Juez también será competente para entender en las
cuestiones sobre separación personal y disolución de sociedad conyugal. Esto coincide con lo establecido
por la ley 23.515 de matrimonio civil, en su artículo 165 y con el CCC.
Inc 5°)“De la inscripción tardía de nacimiento, el Juez del domicilio del peticionario. El mismo o el
del lugar donde se encuentren las partidas conocerá de la enmienda o adición de las de registro
civil”. El plazo para inscribir los nacimientos en el Registro civil, según el decreto 8204/63, es de
cuarenta días, pudiendo extenderse hasta seis meses si existiera causa justificada. Vencido dicho lapso, la
inscripción tardía se hace por trámite judicial sumario ante el juez que corresponde la domicilio de quien
peticiona la inscripción.
Inc. 6°) “De las acciones reales y posesorias, de los interdictos, de las gestiones relativas a títulos
supletorios y protocolizaciones de títulos sobre inmuebles, de los procesos de mensura y deslinde;
restricción y límites al dominio, medianería, posesión treintañal, división de condominio, desalojo,
ejecución hipotecaria y cancelación de créditos hipotecarios, el Juez del lugar en que se encuentre
situado el bien litigioso o cualquiera de sus partes si se extendiera por diversas jurisdicciones o
cualquiera de los bienes cuando fueren varios los en litigio o de los inmuebles caso que la
pretensión comprendiera muebles e inmuebles. En el desalojo y rescisión de arrendamiento de
predios rústicos, el Juez de primera instancia que corresponda”. El inciso refiere en general a las
demandas que tienen por objeto o se relacionan con bienes muebles e inmuebles( pretensiones reales y
posesorias, ejecución hipotecaria, división de condominio, juicio de usucapión, etc. ) y determina que, en
principio, es el Juez competente el del lugar donde esté situado el bien, con diversas variantes o
supuestos.
Respecto al desalojo, debe tenerse en cuenta que el Juez competente será el del lugar donde estuviera
situado el bien que se quiere desalojar, pero la última parte del inciso está derogada por el artículo 111,
inc 1° LOPJ que dispone que todas las pretensiones de desalojo de inmuebles rurales o urbanos (ya no se
hace la distinción que se hacía años atrás), son de competencia exclusiva de los jueces de Circuito del
lugar donde esté radicado el bien objeto del litigio.
Inc 7°) “En el pedido de reposición de títulos o rectificación de escrituras será competente el Juez
del lugar en que se encuentren o se hayan encontrado los originales”. Este supuesto está
comprendido en los artículos 680 y 681 del Cód. Proc. Civil y Comercial.
Inc. 8°) “En las medidas preparatorias y precautorias, el Juez a que corresponda el conocimiento
del proceso principal, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 287. El procedimiento preparatorio
o precautorio radica el principal”. Este inciso no asigna competencia al juez en razón del territorio sino
apuntando a razones de conexidad. Se trata de supuestos muy usuales, a saber: medidas preparatorias
o medidas precautorias o cautelares. Las primeras están reguladas en los artículos 390 a 397 CPCC
(medidas preparatorias para el juicio ordinario), las segundas son las medidas cautelares ( a las que nos
referimos en la clasificación de jurisdicción), de dos tipos: a) aseguramiento de bienes, reguladas en los
artículos 276 a 290CPCC , b) aseguramiento de pruebas, reguladas en los artículos 272 a 275 CPCC.
Las medidas preparatorias son de utilidad en circunstancias en las cuales antes de iniciar el proceso
principal se hace aconsejable despejar algunas cuestiones o dudas para discernir contra quién promover
el litigio o delimitar el objeto litigioso. Se trata de que la futura demanda sea eficaz y correctamente
entablada. Estas medidas se presentan entóncesante el mismo Juez que será el competente en el
principal y ante ese juez queda radicada definitivamente la futura demanda.
Las medidas precautorias tienden siempre a asegurar, a cautelar, aquello que puede perderse con el
transcurso del tiempo, a saber: los bienes o el patrimonio del demandado o las pruebas ( por ejemplo, un
testigo que está por morir o se va a ausentar del país puede solicitarse que preste su testimonio
anticipadamente, demostrando el peligro en demorar o esperar hasta la etapa de apertura a prueba o el
inicio del proceso principal ).En uno y en otro caso, cuando el juicio principal no estuviera aún promovido,
las cautelares se peticionan ante el juez que será el competente para entender en él.
Inc 9°) “El Juez del principal tiene competencia para conocer de todos sus incidentes del cobro de
las costas, del cumplimiento de la transacción, de la ejecución de la sentencia, del recurso de
rescisión, de las demandas por repetición y del cumplimiento de las obligaciones otorgadas en
garantía o emergentes de la evicción o nacidas con motivo del proceso”. Este inciso también asigna
competencia en razón de la conexidad instrumental entre varios asuntos o causas. Presupone que
existe un proceso principal y enumera otros que son secundarios, incidentales o consecuenciales con
éste, considerando que el Juez que entiende en lo principal es el más apto para entender en todos los
procesos consecuenciales, incidentales o secundarios derivados de aquél. Encontramos ejemplos en los
artículos 326 CPCC sobre incidentes, 251 CPCC sobre cobro de costas, 231CPCC sobre transacción, 261
CPCC sobre ejecución de sentencia, 83 CPCC sobre rescisión, etc.
Inc. 10 °)“En las demandas sobre repetición de impuestos que se funden en la invalidez de la ley
que los establezca, entenderá el Juez de primera instancia del lugar en que se hubiere efectuado el
pago”. El único supuesto en el cual para repetir el pago de un impuesto se puede recurrir al Juez de
primera instancia, es cuando la repetición se funda en la invalidez o inconstitucionalidad de la ley que
determina el impuesto. Esto coincide con lo que determina el Código Fiscal en su artículo 63. El Juez
competente será el Juez de primera instancia de Distrito o Circuito (según el monto de la demanda) del
lugar donde se hubiera efectuado el pago. Si la repetición se funda en cualquier otra causa, como por
ejemplo, pago por error, pago en demasía, o cualquier otro tipo de demanda que se quiera entablar con
respecto a la repetición, se tiene que seguir un procedimiento totalmente distinto que es el regulado por el
Código Fiscal: revocatoria en el API, eventualmente acciones ante el Ministerio de Hacienda y luego recién
la vía judicial recursiva ante la Corte.
Inc 11°)“Cualquier Juez, tratándose del depósito de incapaces, con inmediata noticia al defensor
general, cuando en el lugar no haya Juez de primera instancia y el caso sea de urgencia” . El
depósito de incapaces está regulado en el artículo 291 inciso 3) CPCC (el código contiene una normativa y
terminología antigua, que actualmente debe ser aggiornada con las disposiciones del CCC). Cuando un
menor o una persona en general vulnerable se encuentren en riesgo de vida o de padecer daño a su
salud física o psíquica, se puede ordenar su resguardo en determinado domicilio a cargo de las personas
que determine el Juez competente. Este será, según los casos, el tribunal colegiado de familia, o fuera de
Rosario o Santa Fe, cualquier juez de primera instancia de Distrito que estuviera entendiendo en la
denuncia respectiva de violencia familiar o de género, etc. , o en general, en el caso que involucra los
derechos a la salud o a la vida de la persona vulnerable.
Verificado que el asunto no está comprendido en ninguno de los incisos del Art 5°CPCC se debe
acudir a la pauta general de competencia territorial, que trae el artículo 4 CPCC y que funciona
como pauta residual.
Artículo 4 CPCC: “En los procesos contenciosos será competente, a elección del actor, el Juez del
lugar en que deben cumplirse las obligaciones que se demandan, el del lugar en que se realizó el
hecho, acto o contrato que las origina o el del domicilio del demandado o de cualquiera de ellos si
fueren varios y las obligaciones indivisibles o solidarias. El que no tuviere domicilio conocido
podrá ser demandado donde se encuentre o en el lugar de su último domicilio o residencia. En los
actos de jurisdicción voluntaria, intervendrá el Juez del domicilio de la persona en cuyo interés se
promovieren”.
De la norma surge que hay demandas que suponen “jurisdicción contenciosa” y procesos que suponen el
ejercicio de una “jurisdicción voluntaria”.
Para los procesos contenciosos (que son la mayoría), la norma legisla lo que se conoce como opción del
actor: es el actor el elige el lugar de demandabilidad conforme tres posibilidades que le brinda la ley en
un mismo pie de igualdad, no siendo ninguna preferente a la otra:
-El Juez del lugar del cumplimiento de las obligaciones que se demandan: puede que éste lugar esté
precisado en el instrumento o contrato que vincula a las partes, que disponga por ejemplo dónde debe
entregarse la cosa, realizarse el pago, o cumplirse la obligación, etc. O, puede que no esté expresamente
determinado y en este último caso debe acudirse a la normativa supletoria del contrato de que se trate
en el Código Civil y Comercial.
- El Juez del lugar donde se realizó el acto, hecho o contrato: la referencia es al lugar donde se
celebró el contrato( por ejemplo dónde se concretó la compraventa), donde se llevó a cabo el acto ( por
ejemplo la publicidad engañosa), o dónde ocurrió el “hecho”, incluyéndose en este último caso a los
supuestos de responsabilidad extracontractual ( por ej. el juez del lugar del accidente de tránsito).
- El Juez del domicilio del demandado, o de cualquiera de ellos si fueren varios y las obligaciones
indivisibles o solidarias.El domicilio al que refiere la norma es el “domicilio real”, de acuerdo al art. 73
CCC, esto es el lugar donde la persona reside en forma habitual y también, de modo optativo, donde
ejerce su industria, profesión u oficio de manera habitual. También, nuestro Código Procesal permite
demandar y tomar como domicilio real, no solo el lugar donde la persona vive sino “el lugar donde ejerce
su industria, profesión o empleo”( art. 39 CPCC)
Volvemos a recalcar que la opción del actor por CUALQUIERA de los TRES jueces señalados por el texto
del art. 4°CPCC es libre, no existiendo uno preferente a otro.
En cambio, por ejemplo el Código Procesal Civil y Comercial Nacional es diferente al nuestro, porque si
bien establece en el artículo 5° tres alternativas de competencia territorial, marca una opción preferente:
el juez del lugar donde deban cumplirse las obligaciones. Sólo de no poder determinarse esta pauta,
dispone una doble opción a favor del actor: el Juez del domicilio del demandado o el Juez del lugar del
hecho, acto o contrato.
La competencia material se atribuye según la índole o naturaleza de las pretensiones litigiosas (art. 1 inc.
2 LOPJ). Así, desde este punto de vista, la competencia será: civil y comercial, laboral, penal, contencioso
administrativo.
Dentro del área civil y comercial, la materia de las pretensiones determinará una competencia específica
de ciertos órganos jurisdiccionales en temas o asuntos de familia, quiebras y concursos, sucesiones,
desalojos, responsabilidad civil extracontractual etc...
Para determinar la competencia material importa cómo narró los hechos el actor en su demanda, más allá
de las defensas que pueda oponer el demandado o de la norma jurídica invocada.
A continuación enunciamos los jueces o tribunales de la Provincia de Santa Fe que tienen atribuida
legalmente una cierta competencia material, a veces de modo exclusivo y otras veces combinada
con el valor económico de la pretensión.
Los tribunales colegiados están ubicados exclusivamente en Santa Fe y Rosario, sede de los
Distritos Judiciales n° 1 y n° 2, respectivamente.
Son órganos plurales, compuestos por tres Jueces, por eso se habla de colegios.
Conocen en todos los litigios que versen sobre asuntos de familia, enumerados en los incisos del
artículo 68 LOPJ, sin importar el monto o valor de la pretensiones en juego ( en general suelen no tener
monto los temas relacionados con el derecho de familia, pero sí lo tiene, por ejemplo, una demanda de
alimentos)
Debe tenerse presente que fuera de los Distrito Rosario y Santa Fe la competencia en temas o asuntos de
familia es asumida por los Jueces de Primera Instancia Civiles y comerciales de Distrito ( o Jueces en
lo civil, comercial y laboral, según el territorio que se trate) ,pues nunca pueden asumir competencia en
asuntos de familia los jueces de Circuito ( art. 111 in fine , Ley 10.160).
Artículo 69 LOPJ: “Salvo lo dispuesto en el artículo 112 (cuantía menor a 60 unidades jus) y casos
de competencia por conexidad, les compete el conocimiento de todo proceso que versa sobre
responsabilidad civil extracontractual. En caso de existir conexidad o afinidad entre procesos que
versen sobre litigios por responsabilidad de origen contractual y extracontractual, es competente el
Juez en lo civil y comercial. Además, les compete el conocimiento de las pretensiones posesorias y
de despojo”.
Cuando la norma afirma : “salvo lo dispuesto en el artículo 112”, está determinando que la competencia
para los procesos que versan sobre responsabilidad extracontractual se reparte entre los tribunales
colegiados, órganos jurisdiccionales de mayor cuantía y los jueces de primera instancia de circuito, que
asumen también competencia en asuntos de aquella índole pero de menor cuantía, esto es hasta sesenta
(60) unides jus. Quiere decir que si debo interponer una demanda de daños y perjuicios que tiene como
antecedente un hecho que involucra la responsabilidad extracontractual del demandado ( un accidente de
tránsito, por ejemplo) y la competencia territorial es la de Rosario o Santa Fe, se abren dos posibilidades:
demandar ante los tribunales colegiados de responsabilidad extracontractual si la cuantía de la pretensión
supera las sesenta ( 60 ) unidades jus o ante los jueces de circuito si no supera a ese límite.
Fuera de los Distritos 1 ( Santa Fe) o 2 ( Rosario) las pretensiones que ponen en juego la
responsabilidad extracontractual deberán radicarse ante el juez de circuito ( si son iguales o menores a 60
unidades jus) o el Juez de Distrito del respectivo territorio ( si son mayores a 60 JUS), o de existir en el
lugar, ante el juez civil, comercial y laboral.
Volviendo a la norma del artículo 69, se aclara que si del mismo hecho que pone en juego la
responsabilidad extraconctual derivan otro proceso con pretensiones de carácter contractual, afines o
conexas, el asunto resultará de competencia del juez en lo civil u comercial de Distrito ( ambos procesos
se acumularán ante él). Por ejemplo, dos pasajeros de un taxi resultan lesionados en un accidente de
tránsito cuya responsabilidad se atribuye a un tercero. Demandan al dueño del taxi invocando el contrato
de transporte, dando origen a un proceso que involucra pretensiones de origen contractual; por otro lado
el dueño del taxi demanda al tercero responsable del accidente. Ambos procesos se acumulan para evitar
sentencias contradictorias y quedan radicados ante el Juez de Distrito, desplazándose la competencia de
los tribunales colegiados.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que los tribunales colegiados de responsabilidad extracontractual
entienden también en “las acciones ( léase pretensiones) posesorias ( art.2238 CCC) y de despojo”
( 2241CCC) , esto es todas las pretensiones que tienen por finalidad la defensa de la posesión o tenencia,
como poderes de hecho sobre una cosa, ante actos de turbación o desapoderamiento por parte de un
tercero. No debe confundirse a las pretensiones posesorias con las llamadas “acciones (pretensiones )
reales” ( art. 2247 CCC) que registran como antecedente un derecho real ( por ejemplo el dominio, el
condominio, el usufructo, el derecho de hipoteca etc.) por parte del actor y que se ponen en marcha
frente a actos que implican el desapoderamiento o la turbación. Estas últimas son de competencia de los
jueces de circuito o distrito, según el monto en juego.
Artículo 70 LOPJ: “Tienen asiento en las sedes de los Distritos Judiciales No 1, 2, 3, 4, 5 y 12 y ejercen
su competencia material dentro de sus respectivos territorios.”
Artículo 72 LOPJ: “Ejercen su competencia material en todo litigio que versa sobre materia que no está
expresamente atribuida por esta Ley a otro tribunal.”
El artículo está marcando una competencia residual y amplia que implica que estos jueces asumen
competencia en todas las Demandas cuya cuantía supera las 60 unidades jus que no estuvieran
asignadas a otro tribunal. O sea, asumen competencia : a)en pretensiones de esa cuantía que se fundan
en la responsabiidad extracontractual , excepto en Rosario y Santa Fe, porque en estas dos últimas
sedes están asignada a los Tribunales Colegiados de Responsabilidad extracontractual. B) en
pretensiones de esa cuantía ,que se fundan en la responsabilidad contractual, en todos los territorios
de la Provincia donde están radicados,.c)en las pretensiones que dan origen a los llamados procesos
universales ( concursos y quiebras), sin limite de cuantía o monto, por interpretación a contrario del
artículo 111 Ley 10.160; d) en pretensiones del derecho de Familia, cualquiera fuera el monto, excepto
en Rosario y Santa Fe, porque en éstas dos últimas sedes están asignados a los Tribunales Colegiados
de Familia; e) en actos de jurisdicción voluntaria, en todo el territorio donde estuvieran radicados,
salvo informaciones sumarias con fines previsionales;
Los Jueces de Circuito con competentes, en general, para entender en toda demanda con pretensiones
de hasta 60 unidades jus, que involucren la responsabilidad civil contractual o extracontractual.
Además, tienen una competencia competencia material exclusiva, independiente del monto o cuantía
en juego: las pretensiones derivadas de la Locación de inmuebles o muebles urbanos o rurales y las
de Desalojo.
También, fuera de los circuitos 1,2 y 5 asumen competencia en Faltas.
En todos los casos, carecen de competencia para conocer de juicios universales, litigios que
versen sobre asuntos de familia y actos de jurisdicción voluntaria, salvo informaciones
sumarias al solo efecto de ser necesarias para fines provisionales.
II D) Competencia material de los jueces de Circuito de ejecución civil
ART 117. LOPJ: “Salvo caso de conexión causal, conocen respecto de toda
pretensión ejecutiva autónoma cuya cuantía no exceda la suma establecida en el
Artículo 112.”
De acuerdo a la norma entonces, estos jueces ejercen exclusivamente una “jurisdicción ejecutiva” y
más precisamente, para ordenar la ejecución de títulos ejecutivos autónomos cuya cuantía no
supere las 60 unidades JUS.
Se trata entonces de órganos jurisdiccionales ante los que se plantean demandas ejecutivas de “menor
cuantía”, en base a títulos ejecutivos extrajudiciales o autónomos constituidos por las partes o por una
de ellas ( por oposición a los “títulos ejecutivos judiciales” o “títulos ejecutorios”, que conforman las
sentencias de condena incumplidas y que son, por ende, accesorios o derivados de otro proceso anterior),
por ejemplo cheques, pagarés, letras de cambio, certificados de expensas, boletas de deudas municipales
o provinciales, etc. , siempre dentro del límite cuantitativo de 60 unidades JUS.
Siendo la Corte Suprema de Justicia Provincial el Máximo Tribunal de la Provincia, tiene en general una
competencia revisora en grado de apelación extraordinaria, a través del Recurso de Inconstitucionalidad
( Ley 7055). No obstante, hay algunos supuestos donde la competencia de la CSJP es originaria e
improrrogable. Es decir que hay cierta materia que provoca que inicialmente la demanda deba deducirse
directamente ante la CSJP.
Adviértase que en ambos casos del artículo 18 de la LOPJ, confluyen las dos pautas: la materia y la
persona.
En el primer inciso el actor es la Provincia, lo que determina una pauta de atribución de competencia
personal. La competencia se atribuye según quién sea el actor. Pero no en cualquier juicio en donde el
actor sea la Provincia la competencia será de la CSJP, sino que además el litigio debe versar sobre
expropiación, lo cuál determina la pauta material de atribución de competencia. No funcionaría, por
ejemplo, en una expropiación inversa en la que el actor fuera el particular propietario del inmueble, porque
en este caso la competencia correspondería al Juez de Distrito o de Circuito, según la cuantía.
Estos jueces, creados por Ley 13.178/11, reemplazaron en su denominación a los Jueces comunales.
Tienen su asiento en las comunas o municipios para los cuales han sido designados y ejercen su
competencia territorial dentro de ellos. En las comunas o municipios en las que no exista Juzgado de
Justicia Comunitaria, y hasta tanto éste sea creado, actúa en tal carácter el Juez de Circuito con
competencia territorial en dicho lugar, aplicando a las causas correspondientes de la Justicia Comunitaria,
el procedimiento previsto en los artículos 571 y sgtes del CPCC.
Más allá que de acuerdo al artículo 123 Ley 10.160 su competencia es amplia en diversos temas o
asuntos (contravenciones municipales, autorización de poderes, ejecuciones por deudas municipales etc.),
específicamente en materia civil y comercial, se trata de jueces de menor cuantía: hasta diez ( 10 )
unidades Jus( art. 124 Ley 10.160). Hasta el límite de dicha cuantía entienden en : a) causas que
versen cobre conflictos de convivencia o vecindad; b) ciertas causas relativas a la Propiedad Horizontal ,
art. 6 y 15 de la ley 13.512; c) ciertas causas que involucran la Ley de Defensa del Consumidor cuando
son ejercidas por el consumidor, art. 52 Ley 24.240. d) Toda causa civil y comercial, de conocimiento o de
ejecución, de responsabilidad contractual o extractontractual.
Carecen de competencia en los asuntos de familia ( salvo recepción de denuncias de temas de violencia
familiar y adopción de ciertas medidas urgentes previstas por le ley 11.529 de Violencia Familiar), juicios
universales, desalojos ( salvo los derivados de contratos agrarios), actos de jurisdicción voluntaria que
involucren personas jurídicas de derecho público y asuntos en los que sean parte una persona menor de
edad, o con capacidad restringida o una persona inhabilitada.
Para estudiarla debemos tener en cuenta las normas de los artículos 3 del Código Procesal Civil y
Comercial y 8 de la Ley 10.160.
ARTÍCULO 8 LOPJ. Para asegurar un permanente y adecuado ajuste del monto pecuniario
que determina la competencia cuantitativa, esta Ley adopta la unidad denominada Jus, que
representa el valor que la Corte Suprema de Justicia establezca prudencialmente.
Entonces, de la combinación de estas dos normas anteriores tenemos que: cuando se está frente a una
causa o asunto de índole civil o comercial ( en ciertos casos también laboral) y la/s pretensión/es
deducidas en la demanda tienen contenido económico - por reclamarse el pago de una suma de dinero ,
una prestación equivalente o hallarse involucrados en forma más o menos inmediata bienes o valores de
aquella naturaleza - el monto pecuniario de aquella/s pretensión/es constituye una pauta de
determinación de competencia .
Sabemos ya que, conforme lo determina el mapa judicial delineado por la Ley 10.160, coexisten en el
territorio de la provincia de Santa Fe jueces con competencia de menor cuantía con otros que la tienen
asignada a asuntos de mayor valor económico. Así, entre los primeros figuran los Jueces Comunitarios
de Pequeñas Causas (art.124 , Ley 10.160) y los Jueces de Primera Instancia de Circuito (art. 112,
Ley 10.160) o, en su caso, de Circuito de Ejecución Civil ( art. 117 Ley 10.160). Son jueces de mayor
cuantía, en cambio, los Jueces de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial (art. 72 y 112 a
contrario, Ley 10.160) o en otros casos los Jueces de Primera Instancia de Distrito en lo Civil,
Comercial y Laboral y los Tribunales Colegiados de Responsabilidad Extracontractual (en los
distritos Rosario y Santa Fe ).-
El artículo también hace referencia al modo como se asigna competencia por valor cuando ocurren
ciertas “vicisitudes” con la pretensión a lo largo del pleito, tales como la acumulación objetiva del art. 133
CPCC o la subjetiva del artículo 134 CPCC, la ampliación o reducción del quantum de la demanda ( art.
135 CPCC), o la reconvención ( art. 144 CPCC).
El tema es tratado por el inciso 1) y el ultimo párrafo de la norma del artículo 3°, pero debe tenerse
en cuenta, que estas reglas han sufrido ciertas modificaciones, por el juego del artículo 2, in fine ley
10.160.
La misma se determina en atención a las personas del actor y del demandado con independencia
de cualquier otra pauta de atribución.
Es una pauta relevante para la asignación de la competencia federal, no así para la competencia
ordinaria o provincial. Así, adviértase que buena cantidad de casos de competencia federal están dados
cuando hay una persona determinada en el rol de actor o demandado: un embajador o cónsul, el Estado
nacional, las provincias o vecinos de distintas provincias.
En el orden provincial la competencia por razón de la persona sirve para atribuirla a la CSJPSF,
siempre que el litigio verse además sobre cierta materia legalmente establecida. Así, conforme art. 18
LOPJ, cuando la provincia de Santa Fe es actora de un juicio de expropiación, o cuando un magistrado
judicial es demandado en causas que involucran su responsabilidad civil en el cumplimiento de sus
funciones.
1° grado de conocimiento ordinario: Jueces ordinarios (de distrito, circuito, circuito de ejecución,
tribunales colegiados)
2° grado de conocimiento ordinario: Cámaras de Apelaciones civiles y comerciales y Cámaras de
Apelaciones de Circuito o Cámaras de Apelaciones civiles, comerciales y laborales.
En Rosario hay dos Cámaras de Apelaciones Civil y Comercial: una Cámara de Apelaciones Civil y
Comercial con cuatro Salas, integradas con tres vocales cada una; y una Cámara de Apelaciones
de Circuito, actualmente con una Sala.
En cada una de las circunscripciones N° 3,4 y 5( Venado Tuerto, Reconquista y Rafaela) hay una
sola cámara de apelaciones Civil, comercial y laboral
En Rosario y en Santa Fe, la cámara de Apelaciones civil y comercial es alzada de los jueces de distrito y
de los tribunales colegiados en su respectivo territorio. Es decir si se apela un fallo de alguno de estos
jueces va a entender alguna de las salas de esa Cámara. En tanto que la cámara de Circuito es alzada de
los Jueces de Circuito y de Circuito de ejecución civil del respectivo territorio. Si se apela una sentencia de
estos jueces de primera instancia, va a entender la Cámara de Apelaciones de Circuito.
En las otras tres circunscripciones la única Cámara de Apelaciones civil, comercial y laboral, es alzada de
todos los jueces de primera instancia ( distrito, circuito o civiles, comerciales y laborales) que funcionan
dentro de sus respectivos territorios.
Esta pauta de atribución de competencia funciona de tal modo que, habiendo varios Jueces
igualmente competentes de acuerdo con todas las pautas mencionadas, el conocimiento del asunto le
corresponde finalmente al Juez que estuviera de turno al momento de interponerse la demanda. Los
jueces entran o salen de turno por fecha o por cantidad de expedientes que ingresan. Es una pauta de
distribución de tipo administrativa.
En Rosario y Santa Fe esta pauta se utilizó hasta la creación de la mesa de entrada única
(MEU), donde se hace un sorteo del expediente y se determina en cada caso entre los jueces
competentes, quién recibe el asunto o el litigio que se está promoviendo.
Lo mismo ocurre con el sorteo que se lleva a cabo en la Mesa de Entradas de la Cámara de
Apelaciones civil y comercial para asignar el caso apelado a algunas de las salas que integran la cámara.
El turno funciona, por ejemplo, en la Justicia Federal de Rosario.
OBJETIVAS: Competencia en razón del grado, valor, materia, territorio, conexidad, prevención, personal,
turno.
La posibilidad de alterar las reglas que establecen los jueces señalados por la ley para entender y decidir
en determinados conflictos sometidos a los tribunales de justicia, se entiende como prorrogabilidad de la
competencia. En la práctica se trata de la facultad con la que cuentan los litigantes para desplazar una
causa de un juez que ordinariamente sería competente, a otro por acuerdo entre los litigantes.
La improrrogabilidad, es la regla general, pues la asignación de las causas se hace atendiendo a la mejor
prestación del servicio de justicia y a las posibilidades de defensa en el proceso.
La prórroga afecta a las partes y a los sucesores universales. También a los sustitutos procesales (art. 28
CPCCSF), en el caso de 3eros intervinientes, la prórroga vincula al tercero coadyuvante (art. 302) y
asistente (art.303). No tiene el mismo efecto, sin embargo, para la intervención principal o excluyente del
art. 301, ni para el tercero citado a comparecer forzosamente (art. 305).
La prórroga es un acto de administración y debe realizarse por medio de representantes con poder
especial a tal efecto.
Si se modifican las pautas que posibilitaron la prórroga no se desplaza la competencia del juez prórroga no
se desplaza la competencia del juez prorrogado, continuando el trámite hasta su conclusión normal.
La ley orgánica nos va a dar las pautas de demandabilidad y va a entablar qué competencia es
prorrogable.
COMPETENCIA TERRITORIAL: Aptitud que tiene el juez para ejercer su función, dentro de determinados
límites de un territorio geográfico determinado previamente por una norma expresa.
a. es PRORROABLE: en forma amplia, siempre que se litigue a base de derechos transigibles y que se
trate de cuestiones sometidas a jueces con asiento en los distritos 1 y 2, de la provincia. En forma limitada
(concurrente) siempre que se litigue a base de derechos transigibles y que se trate de cuestiones
sometidas a jueces de los distritos 3,8,9 y 16, por un lado y 4 y 13 por otro. Esta vedada la prórroga
territorial cuando no recaiga sobre esos sectores provinciales.
b. es IMPRORROGABLE: Cuando todas las pautas de demandabilidad del art. 4 CPCCSF, concurren en
uno de los distritos judiciales n° 3, 4 ,5 ,6, 7,8,9,10,11,12,13,14 y 16.
“En los procesos contenciosos será competente, a elección del actor, el juez del lugar en que deben
cumplirse las obligaciones que se demandan, el del lugar en que se realizó el hecho, acto o contrato que
las origina o el del domicilio del demandado o de cualquiera de ellos si fueren varios y las obligaciones
indivisibles o solidarias. El que no tuviere domicilio conocido podrá ser demandado donde se encuentre o
en el lugar de su último domicilio o residencia. En los actos de jurisdicción voluntaria, intervendrá el juez
del domicilio de la persona en cuyo interés se promovieren.”
El artículo refiere a procesos contenciosos es decir a aquellos cuya pretensión se origina en un conflicto
por lesión a un derecho subjetivo y se dirige contra un sujeto demandado, presuntamente obligado a
satisfacer alguna prestación. En estos procesos, entre los que se comprende a aquellos con pretensión
meramente declarativa, es fundamental establecer el domicilio o ámbito territorial de competencia del juez
ante el cual se presentará la demanda.
La ley santafesina se ha inclinado por otorgar al actor un buen margen de libertad para presentar la
demanda. Esta facultad, es conocida como derecho de opción, le va a permitir al demandante elegir tres
domicilios o ámbitos de demandabilidad. Son los siguientes:
c. Domicilio del demandado singular, o de cualesquiera si fueren varios y las obligaciones indivisibles o
solidarias.
Debemos señalar que la ley adopta un sistema de concurrencia de las pautas para demandar, o sea que la
pone en un pie de igualdad, sin enumerarlas con criterios de preferencias. En esto difiere con el Código
procesal Civil de la Nación, en el cual las acciones personales deben demandarse como primera pauta a
donde deba cumplirse la obligación expresa o implícitamente establecido conforme a los elementos
aportados en el juicio.
COMPETENCIA CUANTITATIVA: Facultad del juez para intervenir en determinadas causas en razón del
monto que la pretensión tenga. Está permitida la prórroga únicamente cuando la demanda se presente
ante un juez que tenga mayor competencia en base a la cuantía. Vgr: Un juez de distrito tiene mayor
competencia en razón del valor que un juez de circuito, es por eso que las partes van a poder prorrogar la
competencia en razón del valor de un juez de circuito a uno de distrito, pero no viceversa. El monto que le
corresponde a cada juzgado lo va a determinar la Corte Provincial en unidades JUS, y es la misma la que
también va a entablar el valor de cada JUS.
COMPETENCIA POR TURNO: Se refiere a una adjudicación de tareas tomando una medida cuantitativa
(cantidad de expedientes) o meramente temporal (días, quincena, meses). Refiere a la organización
interna del tribunal.
COMPETENCIA PERSONAL: Refiere a las personas que se encuentran en litigio, es improgoable en los
supuestos entablados en dos inc de la Constitución Provincial: Cuando la persona jurídica de la prov
promueva juicios de expropiación y cuando los jueces sean demandados en juicios de responsabilidad
civil, ambos casos son supuestos de competencia originaria de la Corte Provincial.
COMPETENCIA PREVENCIONAL: Esta competencia refiere a que el tribunal que intervino en medidas
preparatorias o cautelares es el órgano competente para actuar en el juicio principal que se tramitará como
su consecuencia necesaria (Ejemplo: embargo preventivo y después inicio el proceso principal). Es
improrrogable.
COMEPTENCIA POR CONEXIDAD: Es la vinculación que tienen dos o más juicios en razón de originarse
por una misma causa (hecho) o título (conexidad causal). La ley le asigna el mismo efecto a los casos de
afinidad y al fuero de atracción, generando por la ley de fondo, en los casos de sucesión y concursos
comerciales.
Esta improrrogabilidad es realmente absoluta, pues el último párrafo del art. 2 de la ley 10.160, la excluye
de toda posibilidad de prórroga por preclusión.
FUERO DE ATRACCION
Hay algunos juicios en los cuales está necesariamente involucrada la totalidad del patrimonio de una
persona (universales) como el concurso y la sucesión. Esto hace necesario concentrar ante un mismo juez
todos los litigios que están vinculados en ciertos aspectos con tal patrimonio. Este desplazamiento opera
exclusivamente respecto de las pretensiones patrimoniales cuya universalidad se trata de preservar.
Abierta una sucesión o un concurso, esos juicios atraen a todos los procesos que versen sobre materia
patrimonial personal y estén pendientes o que se deban iniciar contra la sucesión o su causante (o
concurso y concursado). El juez competente es el del último domicilio del causante. Establecen la ley y el
juez competente para entender en la sucesión. Todas las demandas de este tipo son acciones personales
iniciadas contra el causante. Cuando la sucesión es acreedora este fuero no funciona y hay que demandar
donde corresponda. Por otro lado, si el difunto vive fuera del país pero tiene bienes en la República, no se
rige por la ley del último domicilio sino que si se trata de bienes inmuebles, se rige por la ley argentina y
ante juez argentino. Si el inmueble está en el país, por más que el difunto haya muerto fuera del país, la
sucesión se rige por la ley y ante un juez argentino. Dicho fuero opera por más que la causa respectiva se
encuentre en estado de ejecución de sentencia. Por último, el fuero funciona, aunque sólo hubiera fallecido
uno de varios codemandados. Si hubieren fallecido varios, cesa, por la dificultad en precisar cuál debe ser
el tribunal de la causa.
SOMETIMIENTO A ARBITRAJE
Toda persona capaz de transigir puede acordar el sometimiento al juicio de un árbitro de todo asunto
litigioso que verse exclusivamente sobre derechos transigibles. Son los propios litigantes quienes deciden
descartar la competencia judicial y por efectos propios o en razón de la ley otorgan competencia arbitral al
particular que eligen para que resuelva el litigio.
CONEXIDAD PROCESAL
La acción tiene elementos: Sujetos: activo (actor) y pasivo (juez en la acción, y en la pretensión el
demandado), Objeto (lo que se pretende), y Causa. La conexidad aparece cuando dos relaciones litigiosas
distintas tienen en común uno o dos elementos; y la afinidad parece cuando dos relaciones litigiosas
diferentes no tienen ningún elemento idéntico pero un sujeto común y el hecho que es la causa de pedir.
Cuando se presentan estos fenómenos y surge el caso, resulta conveniente o necesario acumular los
procesos. Cuando la acumulación se hace imprescindible y los pleitos penden ante jueces con distintas
competencias, uno de ellos debe asumir la del otro quien no puede menos que ceder ante la exigencia del
primero, desplazando su competencia en el conocimiento del litigio. La solución para evitar las sentencias
contradictorias es la acumulación, por ahora no importa determinar quien juzgará las dos pretensiones,
sino que haya una sola sentencia en un mismo acto por un mismo juez y desplazando la competencia de
uno de ellos (Se busca que ante una misma causa, dos jueces no fallen distinto).
PREVENCION PROCESAL
Supone que entre varios jueces igualmente incompetentes, se asigna competencia al primero que
intervino. La LOPJ en su artículo 34 determina que cualquiera se la intervención que le cabe a una cámara
una causa principal, radica definitivamente su competencia para futuras impugnaciones.
Art. 34 LOPJ.-“Cualquiera sea la intervención que le cabe a una Cámara en una causa judicial, radica
definitivamente su competencia para futuras impugnaciones”.
CUESTIONES DE COMPETENCIA
Las cuestiones de competencia sobrevienen cuando se discuten las potestades de uno más jueces, para
intervenir y decidir el litigio contenido en un proceso determinado.
Para la ley local las cuestiones son las que derivan de las objeciones a la competencia de un juez a quien
se le ha sometido una causa, por las partes, vía declinatoria o inhibitoria, o por reclamación que puede
hacer un juez a otro, que esté conociendo sobre la misma causa, para que se abstenga de seguir
entendiendo.
ARTICULO 6. Las cuestiones de competencia sólo pueden promoverse por vía de declinatoria, con
excepción de las que se susciten entre jueces de la Provincia y otros de fuera de ella, en las que también
procederá la inhibitoria. En uno y otro caso, la cuestión sólo podrá promoverse antes de haberse
consentido la competencia de que se reclama. Elegida una vía, no podrá usarse en lo sucesivo la otra.
ARTICULO 8. Cuando dos jueces o tribunales se encuentren conociendo de la misma causa, cualquiera
de ellos podrá reclamar del otro que se abstenga de seguir entendiendo y le remita los autos o en su
defecto los eleve al superior para que dirima la contienda, previa vista fiscal y en el término de tres días. La
cuestión de competencia entre dos o más tribunales por rehusar todos entender en la causa, será
planteada y decidida en la misma forma.
Las cuestiones de competencia se provocan como consecuencia de los planteos realizados por dos vías:
declinatoria o inhibitoria. La primera es la regla general, la segunda la excepción, ya que solamente va a
ser procedente cuando se suscite un conflicto entre jueces de la provincia y otros de otra.
En doctrina se critica la existencia de estas dos vías para la solución de un mismo problema, lo que
entablan es que hay que otorgar una vía eficaz para cuestionar la competencia del juez y que sea segura.
La declinatoria es el medio acordado al demandado para cuestionar la competencia, por vía de excepción
(dilatoria si lo permite el proceso: juicios ordinarios y sumarios) ante la citación a comparecer formulada
por un juez a quien no se considera competente, solicitándole una declaración de certeza negativa
respecto a su aptitud para intervenir en la causa, o sea busca que el propio juez se declare incompetente,
por eso, declaratoria de certeza negativa. Esta vía es el único medio apto para cuestionar la competencia
de un juez que tiene asiento en la provincia, en caso de que no lo tenga se puede utilizar tanto la vía
inhibitoria como la presente, es importante recalcar que al elegir una a posteriori no puedo utilizar la otra,
son excluyentes.
Procedimiento para la vía declinatoria (art 7): La ley entabla que se substanciará como las demás
excepciones dilatorias, y dependiendo del tipo de proceso que se promoverá va a poder entablarse de tal
forma. En el juicio ordinario y sumario se substanciará como dilatoria mediante una excepción de previo y
especial pronunciamiento por incompetencia art. 139 inc 1ero). En los demás procesos deberá constituir
un capítulo preliminar en la contestación de la demanda (juicios sumarísimos, amparos, etc)
Una vez opuesta la excepción en caso de ser dilatoria se regirá por la incidencia, mientras se sustancia la
cuestión, se suspenderá el trámite principal, salvo medidas urgentes.
La inhibitoria es el medio acordado al demandado para cuestionar la competencia, por vía de acción,
entablando una demanda ante el juez que considere competente, el objeto de la misma es obtener una
declaración constitutiva de certeza, sobre su propia competencia en la causa, que se expresa y contiene
además una declaración negativa sobre la competencia del juez cuestionado.
Procedimiento para la vía inhibitoria: En caso de que el justiciable opte por cuestionar la competencia
por esta vía concurrirá al juez que considere competente mediante una demanda. La misma deberá
contener los mismos requisitos exigidos por el art. 130 del CPCCSF y además acompañar la prueba que
considere idónea, ya que deberá tramitar por el procedimiento sumarísimo. Como la demanda se presenta
ante un juez que no tiene a disposición los antecedentes de la causa que se tramita ante otro juez, en el
escrito iniciador de la cuestión deberá exponer los motivos de hecho y derecho que justifican la
competencia del juez a quien se le requiere su intervención.
El gran problema del art. 7 es no tratar temas trascendentales, como el plazo y el juez ante el cual debe
plantearse la cuestión.
Con referencia al plazo en el que debe interponerse la demanda inhibitoria, tendiendo en miras que el art.
6 establece que pueden plantearse las cuestiones de competencia antes de consentir la del juez a quien
se considera sin aptitud, debemos sostener que ese consentimiento opera tácitamente si no se impugna
debidamente (argumento 128 inc 2). Así entonces, hay que promover la demanda en el plazo en que, de
acuerdo al juicio radicado en el juzgado que se reputa incompetente, se reglamenta el respectivo planteo
de incompetencia. Por esta causa deberá exponerse la demanda con claridad, las circunstancias de
tiempo que hacen a la procedencia de la demanda, acompañando cédulas, oficio, exhorto, etc.
En cuanto al juez a quien debe promoverse, Peyrano sostiene que, por el principio de prevención procesal,
pauta de atribución de competencia, si hay juez exhortado, para la notificación u otra diligencia deberá
concurrirse a su juzgado. Si no hay prevención, ante el juez de turno.
Interpuesta la demanda, el juez de la inhibitoria debe hacer conocer la iniciación de la cuestión (la norma le
llama incidente) al juez que entiende en el juicio, para que suspenda los procedimientos, excepto alguna
diligencia que sea necesaria y de cuya dilación pudiera resultar un daño irreparable.
Recibida la prueba ofrecida y diligenciadas que estime necesarias, el juez de la inhibitoria debe dictar
resolución sobre el objeto de la demanda.
Si admite la inhibitoria, declarando que la causa es de su competencia deberá ordenar se oficie o exhorte
al juez cuestionado, para que se inhiba y remita la causa.
El juez cuestionado, de acuerdo a su ley deberá decidir, luego de la notificación a las partes si se inhibe o
no dictando, a su vez resolución al respecto.
Cuando el juez decide no inhibirse genera una cuestión de competencia POSITIVA, que resuelve el art. 8.
El mismo entabla que ante un supuesto de competencia positiva o negativa deberá ser resuelto por el
superior común, en la dilatoria será la Cámara de Apelaciones del que primero entendió en la causa, y en
al inhibitoria la CSJN.
La ubicación institucional que el Código le da a estos temas lleva a suponer que el legislador ha
considerado a la aptitud o capacidad personal del juez para intervenir en un caso concreto, como una
arista específica de su competencia y no de la jurisdicción, quedando de tal modo, al menos para la
legislatura provincial, zanjada la polémica doctrinaria al respecto.
Genéricamente tanto la recusación como la excusación son medios técnicos para garantizar la
imparcialidad del juez en el caso concreto.
Desde el constitucionalismo se ha entablado que “El juez en su sentencia debe ser imparcial. La
imparcialidad consiste en que la declaración o resolución se orienta en el deseo de decir la verdad con
exactitud, y de resolver justa o legalmente”.
LA RECUSACIÓN:
Deviene del latín recursare, que significa rehusar, que implica la facultad que le compete a los interesados
de que no intervengan en el pleito o causa de que se trate, aquél o aquellos funcionarios de cuya
imparcialidad puede legítimamente dudarse.
Es el medio técnico otorgado por la ley a las partes para poder postular el apartamiento del juez a quien
compete la causa, por mediar causas, que legalmente previstas, puedan incidir en la garantía de su
imparcialidad.
Alvarado la define como el derecho que naturalmente tiene y debe tener todo litigante, siendo el medio que
le acuerda la ley para atacar la incompetencia subjetiva del juez, a fin de apartarlo del conocimiento de una
determinada causa, provocando su desplazamiento, conforme el normal orden de competencia y turno.
Peyrano la considera como una facultad postulativa.
Dicha facultad debe complementarse con el deber que la ley le impone al juez de excusarse, cuando
mediaren causas de recusación sin que la o las pares lo hayan ejercido.
ARTICULO 9. El actor y el demandado pueden recusar sin expresión de causa a los jueces de primera
instancia y de paz letrados en su primer escrito, actuación o diligencia, y a uno de los vocales de los
tribunales colegiados, dentro de tres días de notificado el primer decreto de trámite. En iguales casos y
oportunidades, pueden recusar a los jueces que intervengan por reemplazo, integración, suplencia,
recusación o inhibición. Este derecho se usará una vez en cada instancia. Cuando sean varios los actores
o los demandados sólo uno de ellos podrá ejercerlo. El actor puede presentar su primer escrito ante el juez
a quien corresponda el reemplazo, manifestando que recusa al que debía entender en la causa.
RECUSACIÓN SIN EXPRESIÓN DE CAUSA: La recusación sin expresión de causa implica la posibilidad
de ejercitar el derecho o postulación de recusar a la persona del juez sin necesidad de aludir a la causa
por la que se ejercita. Ello significa que, existiendo causa, el legislador ha considerado adecuado que el
litigante detente el derecho de requerir el apartamietno del magistrado sin exigirle el señalamiento concreto
de la causal por la que lo hace.
A. Destinatarios de la recusación sin expresión de causa y legitimados activos para postularla: Los sujetos
legitimados pasivos son todos los jueces ordinarios de primera, segunda y única instancia, mereciendo
aclarar que respecto de estos últimos el ejercicio de la recusación los involucra solamente en su condición
de juez del trámite, y no como integrantes del colegio. Cabe acotar que a pesar de que el artículo no lo
entable expresamente, puede estimarse la posibilidad de recusar sin expresión de causa, tratandose de
tribunales colegiados, se agota en un solo ejercicio y respecto de uno de sus integrantes. La LOPJ excluye
la posibilidad de recusar sin expresión de causa a los Ministros de la CSJP. Y a su vez, el CPCCSF
excluye también, al conjuez (art. 112)
Los legitimados activos para recursar son el actor y el demandado, quienes son partes o vayan a serlo en
el proceso, exluyendo a los letrados y procuradores. Los terceros excluyentes (art. 301 y 307) y terceristas
tmb pueden hacerlo. En caso de que haya procesos con una pluralidad de sujetos que invistan, todos, la
calidad de parte actora o demandad (litisconsorcio), el ejercicio de uno agota al de los demás.
No media acuerdo respecto a que el instituto ha de ser sometido a una hermenéutica estricta o amplia.
Agregar.
b. OPORTUNIDAD: Debe deducirse en la primera oportunidad procesal hábil para hacerlo, pues de lo
contrario, se consiente la actuación del juez, quien en lo sucesivo sólo podrá ser recusado con expresión
de causa.
La norma fija como oportunidad dentro de los 3 días de notificado el primer decreto de trámite, quedando
claro que tan limitado plazo y ocasión ha de ser auscultado funcionalmente. Tratándose del actor, la
oportunidad para ejercitar el derecho, es la primera ocasión hábil, para el demandado su primera
presentación.
INTERES EN EL PLEITO DIRECTO: Cuando la decisión resulte para el juez, sus consanguíneos o afines
un provecho material.
INTERES INDIRECTO: Cuando la decisión pueda influir de modo eficaz, en el resultado de otro pleito
semejante, en el que el juez, sus consanguíneos o afines resulten beneficiados materialmente. Alvarado
Velloso agrega dentro de esta distinción cuando el juez, con motivo de su propio cargo, puede tener
potencialmente un pleito similar. Tal situación que se ha concretado en el caso de las acciones de amparo
protagonizadas por magistrados en reclamo de la garantía de intangibilidad en sus remuneraciones,
debiendo recurrirse a la designación de conjueces. Ello repetidamente lo fue en la primera y segunda
instancia, llegándose a la designación de conjueces hasta en la Corte Suprema. Sin embargo, en este
estadio se han dado situaciones completamente contrarias a la letra de la ley, poniendo en absoluto riesgo
el debido proceso.
3) Ser el juez o su cónyuge acreedor, deudor o fiador, salvo que se tratare de bancos oficiales: La relación
patrimonial del juez con alguna de las partes en carácter de acreedor, deudor o fiador debe extenderse al
cónyuge del mismo y sus descendientes, y también a los mandatarios y letrados de las partes. La
excepción realizada por la norma relativa a los Bancos oficiales, parece claro que comprende a Bancos
estatales (Nacionales y provinciales) y Municipales.
4) Ser o haber sido el juez, denunciante o acusador fuera del juicio o antes de comenzado el mismo
denunciado o acusado: Los términos denunciante o acusador han de ser abarcativos de las situaciones
que vayan más allá de su emplazamiento procesal penal. Así se ha interpretado, sin cuestionamiento del
caso, que la denuncia formulada por un litigante o su apoderado requiriendo la remoción de magistrado, y
aún la imposición de eventuales sanciones disciplinarias vinculadas con la causa, conforma un supuesto
capaz de poner en peligro la imparcialidad del juzgador. Deberá excluirse el caso en que surja de modo
evidente que la denuncia se ha realizado con el exclusivo propósito de apartarlo del juzgamiento de la
causa. En tal caso, se configurará un caso de malicidad procesal, y quien la perpetre deberá acarrear con
las consecuencias disvaliosas de esa conducta.
La doctrina entiende que en los supuestos del art. 111 CPCCSF no procede la invocación de la causal
analizada. (ART. 111. Si el magistrado demorase la designación del conjuez o si, producida la designación
de éste, no le pasare los autos dentro de tres días o, en su caso, no los elevase al superior en igual
término, incurrirá en falta grave. Las partes podrán recurrir en queja al superior, que aplicará al juez las
sanciones previstas para estos casos, además de arbitrar, si lo estimare conveniente, las medidas
necesarias para el cumplimiento de los actos omitidos.).
5) Haber intervenido como letrado, apoderado, fiscal o defensor; haber emitido opinión como juez o haber
dado recomendaciones acerca del pleito u opinión extrajudicial sobre el mismo con conocimiento de los
autos: En este inc se dan varias hipótesis:
A. Intervención del juez como letrado, apoderado, fiscal o defensor: según Alvarado Velloso debe haber
sido en el mismo exprediente en el que ha de prununciar sentencia. Considera que la hipótesis sería la del
juez recién designado, ocupando la titularidad del órgano en el que tramita la causa en la que en alguna de
las condiciones señaladas, haya actuado. Sin embargo, no está prevista la causal de recusación por la
causal bajo la lupa, si la intervención del juez se concretó representando a alguna de las partes en otro
proceso. Al respecto, Peyrano entiende que la recusación en ese supuesto no sería invocable, pero si tal
vez la excusación del magistrado con invocación de violencia moral o delicadeza.
b. Prejuzgamiento: Puede dar lugar a recusación la emisión de una opinión judicial dentro del expediente,
y es menester que:
Se agrega a las exigencias señaladas: la emisión de una opinión extrajudicial (fuera del expediente
judicial) cuando concurran los siguientes requisitos:
Esta causal también ha generado la polémica acerca de si una opinión académica que en abstracto pudo
haber emitdo el magistrado, configura objetivamente la circunstancia legal que autoriza a postular el
apartamiento. Al respecto Peyrano entiende que el criterio expuesto por el juez en una obra jurídca no es,
en principio, sustento suficiente para dar lugar a una recusación por prejuzgamiento, ello es así porque el
pensamiento en general, y el jurídico en particular, evoluciona y muta.
De lo que no han quedado dudas es acerca de si el magistrado – dentro del proceso y a destiempo- se
pronuncia, anticipando el criterio que habrá de guiar su decisión, efectivamente está prejuzgando, y en tal
caso es causal suficiente de postulación de apartamiento. De igual modo, si aun haciéndolo fuera del
proceso, por ejemplo, en una entrevista periodística, refiriéndose a la causa anticipa opinión, está
colocándose en situación de ser destinatario de la recusación.
6) Haber dictado sentencia o sido recusado como juez inferior;
7) Haber recibido el juez o sus parientes en los grados expresados, beneficio de importancia
8) Tener amistad que se manifieste por gran familiaridad o frecuencia de trato: El vocablo amistad, al igual
que el de enemistad previsto en el inciso siguiente, traducen sentimientos o sensaciones de aprehensión
difícilmente objetables. No obstante el codificador ha intentado hacerlo a través del modo en que aquella-
la amistad- se manifieste a) gran familiaridad y b) frecuencia de trato.
9) Mediar enemistad, odio o resentimiento grave, a menos que provenga de ataques u ofensas inferidas
contra el juez después de comenzada su intervención;
10) Ser o haber sido el juez, tutor o curador o haber estado bajo tutela o curatela; salvo que hayan
transcurrido más de dos años y estén aprobadas las cuentas respectivas;
11) Tener el juez de segunda instancia parentesco, dentro de los grados expresados anteriormente, con el
que dictó la sentencia de primera instancia. Podrán recusarse con causa hasta el llamamiento de autos y
aun después si la recusación se fundare en causa nacida con posterioridad.
LA EXCUSACIÓN:
ARTICULO 11. El juez que se halle comprendido en alguna causa legal de recusación deberá
excusarse; pero el que hubiere podido invocarla puede exigir que siga conociendo a menos que
aquélla decorosamente no se lo permita.
Excusar significar: evitar, impedir, precaver que una cosa perjudicial se ejecute o suceda, mediante este
instituto lo que se busca es evitar que un proceso judicial se realice bajo la dirección y decisión de un juez
parcial. En la misma, va a ser el propio juez quien tendrá la iniciativa de invocar las causales de
apartamiento, abstención o incompetencia subjetiva, debiendo expresarlas. El deber de apartarse
mediando causal- para cuya configuración la ley ha recurrido técnicamente ha aquellas descriptas como
de recusación-, es acompañado del deber de invocar o expresar la o las causas en la que se fundamenta
su abstención. Configura en DEBER para el juez, pudiendo decirse que es la contracara a la facultad con
la que cuentan las partes de recursar.
En la última parte del artículo en análisis refiere a causales que no estén previstas en el art. 10 pero que
también pueden dar lugar al apartamiento del juez, Clemente Díaz las define como CAUSALES ÍNTIMAS y
ellas son: motivo grave de decoro y motivo grave de delicadeza:
El decoro es un concepto de excepcional amplitud. Abarca no sólo el honor, sino también el respeto, la
reverencia, el recato y la estimación. Es no sólo la consideración externa de una persona, sino también su
propia estimación. Abarca tanto el prestigio social representado por la dignidad del comportamiento, como
el respeto que una persona debe a los dictados su propia conciencia.
SUJETOS DE LA EXCUSACIÓN: Sujetos activos: todos los jueces, conjueces, árbitros, funcionarios del
Ministerio Público, secretarios y empleados del órgano jurisdiccional, los peritos. Sujetos pasivos: las
partes y/o sus letrados.
FORMA: Alvarado Velloso entiende que debe hacer antes que las partes lo recursen, inhibiéndose de
oficio, es decir de manera espontánea.
Una vez despachada la excusación, pasan los autos al subrogante quien seguirá dirigiendo el proceso,
aun cuando se suscite una cuestión de competencia subjetiva. Es decir, hasta tanto ésta no sea objeto de
decisión por el Tribunal a quien cabe dirimirla, es al juez que resiste a quien corresponde asumir la
dirección del debate.
ARTICULO 12. Los funcionarios del ministerio público, los secretarios y demás empleados no son
recusables. El juez o tribunal podrá dar por separados a los primeros cuando estén comprendidos
en alguna de las causales del artículo 10. Los secretarios y empleados podrán serlo en el mismo
caso y por falta grave en el desempeño de sus funciones. Todo ello previa averiguación verbal de
los hechos y sin ningún trámite ni recurso. Igual procedimiento se observará respecto del juez
comisionado para alguna diligencia.
ARTICULO 13. La substitución de abogado o procurador no producirá la separación del juez, salvo el caso
del parentesco previsto en el inciso 1) del art. 10.
En dicha norma se encuentran tensionadas dos normas que gozan de jerarquía constitucional. Por un
lado, la posibilidad de sustituir letrado y aun incluir en la defensa otro que antes no hubiera intervenido,
que se enmarca dentro del derecho de defensa en juicio y por el otro la garantía de imparcialidad del
juzgador. Si
Peyrano entiende que deberá resolverse la cuestión en cada caso en concreto, de manera flexible.
ARTICULO 14. Con excepción del caso previsto en la última parte del artículo 9, la recusación debe
interponerse ante el juez recusado o tribunal a que pertenezca. Admitida la recusación sin causa o
reconocida por el juez la causa invocada, se dispondrá la remisión de los autos o la integración en su
caso, sin ningún trámite ni notificación previa. La tramitación continuará ante el reemplazante legal, sin
perjuicio de que si éste considera improcedente la recusación o las partes la objetan, eleve el incidente al
tribunal que deba decidirlo. Igual procedimiento se observará en caso de excusación.
TRÁMITE: Si la recusación articulada es mediante el artículo 9, resulta posible postularla tanto ante el juez
recusado como por ante el reemplazante legal. En este caso no se produce ninguna contingencia, pues si
resulta formalmente apta la postulación de apartamiento, sólo resta la intervención del juez subrogante.
Si en cambio lo es con invocación de causa, lo será siempre ante el juez recusado, independientemente
de que se trate de un órgano pluripersonal o unipersonal.
A. Si el juez recusado admite la o las causales invocadas, corresponderá que lo exprese en tal sentido y
remita la causa al reemplazante legal, sin que medie otro trámite intermedio.
D. Si, en cambio, el reemplazante legal no admitiera la recusación postulada o excusación, deberá motivar
su rechazo y disponer la formación del incidente a que alude la normal analizada, con su consecuente
remisión al órgano que deberá dilucidar el conflicto de competencia que se ha generado.
Para el caso de recusarse a un miembro de un órgano pluripersonal, si fuera sin expresión de causa, se
integrará el órgano con el subrogante legal, debiendo dejarse en claro, que, en el caso de los Tribunales
Colegiados, sólo es susceptible de ser recusado sin expresión de causa el Juez del trámite en cuanto a tal,
pero no como integrante del Colegio, por lo que en tal caso no cabrá integración.
Si en cambio la recusación refiere a alguno de los integrantes del órgano pluripersonal, lo fuera con
expresión de causa, el vocal recusado deberá expedirse al respecto ya sea tanto aceptando como
denegando, con lo cual el órgano deberá integrarse con un vocal subrogante, colegio que deberá
expedirse sobre la recusación o excusación postulada. En caso de admitirse, seguirá entendiendo en la
causa el órgano bajo la misma integración que entendió en la cuestión planteada.
ARTICULO 15. Negada por el juez la causal de recusación invocada o denegada la recusación sin
causa, éste elevará el incidente al superior para que la decida, sin otro trámite que la apertura a
prueba por diez días si fuere necesaria. Igual procedimiento se adoptará para la recusación en
segunda instancia.
ARTICULO 16. Salvo el caso previsto en el artículo 14, el incidente de recusación suspende el
procedimiento pero no los términos para contestar traslados, oponer excepciones o cumplir
intimaciones. Recusado el presidente de los tribunales superiores, la tramitación continuará con el
reemplazante legal. El presidente del tribunal que entiende en el incidente de recusación dictará las
medidas urgentes cuya dilación pueda causar grave perjuicio. Admitida definitivamente la
recusación o inhibición, el reemplazante legal continuará entendiendo aunque desaparezca la
causa que la provocó.
Tanto para el caso de la admisión de la recusación (con o sin expresión de causa) por el juez recusado o
autoapartado, como en el caso de ser negada su procedencia, produce – en principio- la pérdida de su
competencia subjetiva del juez destinatario del extrañamiento.
En especial caso de los Tribunales Colegiados, y consideramos que en tal sentido ha de extenderse lo que
exponemos a la CSJ en los procesos de competencia originaria (art. 93 Consti. Provincial) y exclusiva, tal
pretermisión no se concretaría, pues quien asuma la dirección del proceso (reemplazante legal del juez
apartado) podrá despachar las medidas urgentes a que alude el art. 16. En los Tribunales Colegiados
dicho juez será designado como de trámite, integrándose el órgano con otro miembro (subrogante) al solo
efecto de resolver acerca de la procedencia de la recusación o excusación.
Si fuera admitida, el órgano que así lo resolviera mantendrá su integración continuando con la tramitación
del proceso, Si en cambio fuera desestimada, el Tribunal Colegiado integrado deberá elevar el incidente a
la Cámara de Apelaciones en lo Civ y Com conforme surge del art. 17 inc 4 de la LOPJ.
2) En la ejecución de las diligencias cometidas, sin perjuicio de lo que establece el artículo 12;
4) En las actuaciones relativas a la ejecución de la sentencia, a no ser por causas nacidas con
posterioridad;
5) En los concursos civiles y comerciales, salvo que medie causa legítima con el síndico, el liquidador o el
deudor: La norma contempla dos situaciones: a. causal de excusación o recusación con relación al fallido-
o concursado, pues la misma regla debe entenderse aplicable igualmente al concurso preventivo, b. causal
de recusación o excusación con relación a algún acreedor, extendiéndose a cualquier tercero pretendiente
de derechos en el concurso.
En el primer supuesto, el síndico resulta desplazado definitivamente del concurso, debiendo designarse un
nuevo síndico En el segundo, sólo se lo desplaza para dictaminar sobre pretensiones del acreedor con el
que le cabe la causal, nombrándose un síndico ad-hoc para reemplazar al síndico natural sólo en las
intervenciones a que éste atañe. Así actúa transitoriamente y con una delimitada participación.
Si la previsión de la ley concursal resulta tan específica respecto al síndico, debe entenderse que las
causales de excusación- que a la par son de recusación- previstas en las leyes provinciales y respecto de
magistrados son extensibles a éstos, habiéndose considerado que los magistrados del concurso deben
excusarse- pareciendo que en el ámbito provincial- tal deber supliría la irrecusabilidad prevista por la
norma.
6) En los juicios y actos de jurisdicción voluntaria, a no ser con causa o que se trabe contienda, debiendo
en este caso deducirse la recusación dentro de los tres días de planteada la controversia;
8) En los juicios contra la sucesión, salvo que medie causa legal con el demandante. En ningún caso esta
recusación alterará la jurisdicción del juez sobre el sucesorio.
La intención del legislador en el presente artículo ha sido la de evitar las recusaciones que produzcan
demoras innecesarias en la causa, y en especial preservar la celeridad respecto de aquellas situaciones
que demandan una respuesta jurisdiccional rápida.
La inclusión de cada uno de los inc, descriptos parece haber desentendido todo el esquema y el espíritu
impuesto en las normas anteriores, las que claramente posibilitarían la recusación en los casos que esta
norma prohíbe, pues sólo determinaría el tiempo de remisión de la causa al subrogante legal.
Peyrano la define como "el derecho que tiene cualquiera, para demandar a cualquiera, por cualquier cosa
que quisiera, tuviera o no razón"
Alvarado velloso dice que “La acción procesal es la única instancia que necesariamente debe presentarse
para unir 3 sujetos en una relación dinámica (las partes y el juez)”.
Las doctrinas elaboradas en torno a la naturaleza jurídica de la acción se agrupan en dos grandes
concepciones, la tradicional y la moderna, que responden a puntos de vista fundamentalmente distintos
Concepción tradicional: predomina hasta mediados del S. XIX, se advierten en ella dos posiciones:
La que considera a la acción como el mismo derecho subjetivo material alegado ante los tribunales
de justicia
Concepción moderna: surge a mediados del S. XIX. Para esta corriente, la acción y el derecho subjetivo
material constituyen dos entidades jurídicas independientes, criterio que, para algunos autores, implica un
punto de partida de la autonomía del derecho procesal como disciplina jurídica.
Hay un grupo de teorías que consideran a la acción como un derecho concreto dirigido a la
obtención de una sentencia favorable, y que solo corresponde por lo tanto, a quienes son los
efectivos titulares de un derecho subjetivo sustancial o de un interés jurídico tutelable.
- La que define a la acción como un derecho público subjetivo a la tutela jurídica, deducido frente al
Estado en la persona de sus órganos jurisdiccionales, sobre los cuales pesa el deber de impartir la
tutela jurídica reclamada por el titular de derecho (WACH)
Este grupo de teorías concibe a la acción como un “derecho abstracto a la tutela jurídica. Contrariamente a
lo que postulan las teorías del primer grupo, aquella constituiría un derecho público subjetivo que incumbe
a todos los ciudadanos por el solo hecho de serlo y cuyo objeto consistiría, simplemente, en la prestación
de la actividad jurisdiccional, cualquiera sea el contenido (favorable o desfavorable) del fallo en que esa
prestación se concrete.
Corriente tradicional se les objeta la identificación que sostienen entre el derecho subjetivo material y la
acción, pues tal identificación es inconciliable con la falta de coincidencia que separa a ambas entidades
jurídicas en lo que atañe a sus respectivos sujetos y contenido a lo que se suma la existencia de derechos
sin acción (obligaciones naturales) y de acciones sin derecho (acciones declarativas y constitutivas,
cautelares etc.)
Corriente moderna
A la concepción concreta (primer grupo de teorías) se le objeta que, de acuerdo con sus postulados, el
derecho a la tutela jurídica o a una sentencia favorable solo nacería al término del proceso, pues con
anterioridad sería imposible afirmar, con plena certeza, la efectiva existencia del derecho de acción.
Además, esta concepción no logra demostrar que la acción configure un verdadero derecho, pues el deber
final del órgano jurisdiccional consiste, simplemente, en dictar una sentencia que dirima el conflicto
suscitado entre las partes, la que puede ser favorable o no al pretendido titular de la acción.
La concepción abstracta supera esas objeciones, pero no logra, erigir al concepto de acción en una de las
claves directrices a cuyo alrededor giraría gran parte de la problemática procesal. Dentro de esta posición,
difícilmente cabe la posibilidad de vincular dicho concepto con fenómenos fundamentales en la ciencia del
proceso como son, entre otros, los representados por la litispendencia, la congruencia y la cosa juzgada.
Por tal razón, algunos autores embanderados en ella han complementado el concepto de acción con el de
demanda, a la que se considera como el acto mediante el cual se ejerce, en un caso concreto, el poder
meramente procesal en que el derecho de acción consiste, con lo cual el tema de las condiciones de la
acción, por ejemplo, resulta absorbido por el de las condiciones de fundabilidad de la demanda
Se observa que toda elaboración doctrinaria encaminada a esclarecer la esencia del derecho de acción
resulta infecunda para resolver los concretos problemas que la experiencia del proceso plantea.
GUASP plantea que “el poder de provocar la actividad de los tribunales, sin más, sea un auténtico
derecho, sea una res merae facultatis, constituye un puro poder político o administrativo si se quiere,
supuesto de la actividad procesal, pero previo a la misma y fuera por ello del mundo del proceso”. También
agrega que el concepto de acción es relativo respecto al proceso porque no depende de estructuras
procesales sino que es independiente de ellas como es, igualmente, intrascendente para el proceso, el
concepto de acción procesal Estas conclusiones conducen a dicho autor a reemplazar el estudio de la
acción por el de la pretensión procesal, a la que cuadra definir como el acto en cuya virtud se reclama ante
un órgano judicial y frente a una persona distinta, la resolución de un conflicto suscitado entre dicha
persona y el autor de la reclamación.
Concebida, por lo tanto, la pretensión como objeto del proceso contencioso, y admitiendo que la acción
sea un derecho cívico (Carnelutti), o una de las especies en las que se manifiesta el derecho de peticionar
de ante las autoridades (Couture), resulta claro que esta última no es otra cosa que el poder hacer valer
una pretensión y que constituye, un supuesto de actividad procesal.
Caracteres
1) Público: dado que se reclama ante el Estado, representado por la figura del juez que posee el imperium
3) Abstracto: es propio de toda persona humana o júrídica y no se pierde por el paso del tiempo. NO es
concreto, se concretiza en la pretensión y eso se establece en la demanda.
.Elementos
Considerada jurídicamente la acción como un derecho autónomo de todo otro derecho, en una sociedad
que garantiza su ejercicio en carácter de contrapartida de la prohibición de ejercer violencia por mano
propia, resta ver quién, ante quién, por qué y para qué se insta por esta vía.
a) Los sujetos: (quién y ante quién) de la instancia son toda persona jurídicamente capaz que desee instar
y la autoridad que la recibe (en nuestro ordenamiento constitucional, solo un juez perteneciente al PJ, un
árbitro cuando se permite su actuación y la Cámara de senadores en el caso de juicio político que puede
instar la Cámara de Diputados. De modo similar operan los jurados de enjuiciamiento para los
magistrados)
b) La causa (por qué) del ejercicio de la acción es el mantenimiento de la paz social mediante la
erradicación de la fuerza ilegítima de la sociedad
c) El objeto (para qué) del ejercicio de la acción es lograr la apertura y posterior desarrollo de un proceso
que, eventualmente derivará hacia su propio objeto: la sentencia.
2) La acción penal. Clasificación. Relaciones y diferencias entre las acciones civiles y penales.
La acción penal
Acción: está íntimamente relacionado con la “jurisdicción”, ambas pertenecen al régimen de justicia. Es un
presupuesto de la jurisdicción porque al fin y al cabo, la jurisdicción sin acción permanece inmóvil. Sería el
ejercicio de la pretensión punitiva a través Ministerio público.
La acción está regulada por el derecho procesal penal y por el derecho penal porque las provincias
delegaron en la nación la codificación del derecho penal argentino en concordancia con el art. 16 de la CN
(principio de igualdad), reservando para sí la realización del código procesal.
ARTÍCULO 1.- Órganos y misión. “El Ministerio Público de la Acusación será ejercido por el Fiscal
General y los demás órganos contemplados en esta Ley, con las funciones que en ella se establecen.
Tiene por misión el ejercicio de la persecución penal pública procurando la resolución pacífica de los
conflictos penales. El Ministerio Público de la Acusación promoverá y ejercerá la acción penal en la forma
establecida por la ley, dirigiendo al Organismo de Investigación y a la Policía en función judicial, siendo
responsable de la iniciativa probatoria tendiente a demostrar la verosimilitud de la imputación delictiva. La
inobservancia de este precepto podrá ser objeto de sanciones por el superior jerárquico que corresponda.
El Ministerio Público de la Acusación no intervendrá en asuntos de índole extrapenal”.
Clasificación
Art. 71 Código Penal “Sin perjuicio de las reglas de disponibilidad de la acción penal previstas en la
legislación procesal, deberán iniciarse de oficio todas las acciones penales, con excepción de las
siguientes:
Acciones públicas dependientes de instancia privada: En este caso se requiere un impulso de la víctima
para instar la acción penal, en ausencia del mismo el fiscal en principio no puede hacer nada. La víctima
debe instar la acción penal en el momento que hace la denuncia, una vez removido este obstáculo la
acción pasa a ser pública, y la característica de las acciones públicas, es que no puede haber una marcha
atrás, si se inició la persecución penal, no puede haber una retractación
Art. 72 Código penal: “Son acciones dependientes de instancia privada las que nacen de los siguientes
delitos:
1) Los previstos en los artículos 119, 120 y 130 del Código penal (delitos contra la integridad sexual)
cuando no resultare la muerte de la persona ofendida o lesiones de las mencionadas en el art. 91
(“Se impondrá reclusión o prisión de uno a seis años, si la lesión produjere una debilitación
permanente de la salud, de un sentido, de un órgano, de un miembro o una dificultad permanente
de la palabra o si hubiere puesto en peligro la vida del ofendido, le hubiere inutilizado para el
trabajo por más de un mes o le hubiere causado una deformación permanente del rostro”)
2) Lesiones leves, sean dolosas o culposas. Sin embargo, en los casos de este inciso se procederá
de oficio cuando mediaren razones de seguridad o interés público.
3) Impedimento de contacto de los hijos menores con sus padres no convivientes. En los casos de
este artículo, no se procederá a formar causa sino por acusación o denuncia del agraviado, su
tutor, guardador o representantes legales. Sin embargo, se procederá de oficio cuando el delito
fuere cometido contra un menor que no tenga padres, tutor ni guardador, o que lo fuere por uno de
sus ascendientes, tutor o guardador. Cuando existieren intereses gravemente contrapuestos entre
alguno de éstos y el menor, el fiscal podrá actuar de oficio cuando así resultare más conveniente
para el interés superior de aquel”
Acciones privadas: El estado no puede hacer nada. La víctima y los interesados tienen potestad para
impulsar todo (impulsar, investigar y hasta retirarla o no hacer nada más). Son casos en los que el estado
no ve un interés público que pueda motorizar que los órganos del estado lleven a cabo una acción penal.
Deja a criterio del particular la iniciación de la acción penal
Art. 73 Código Penal: “Son acciones privadas las que nacen de los siguientes delitos:
1) Calumnias e injurias
Caracteres:
2) Indisponibilidad: hay una obligación por parte del estado de investigar. Sin embargo hay
excepciones por ejemplo:
a) ARTÍCULO 19°.- Criterios de oportunidad.- “El Ministerio Público podrá no promover o prescindir total
o parcialmente, de la acción penal, en los siguientes casos:
1) cuando el Código Penal o las leyes penales especiales lo establezcan o permitan al Tribunal prescindir
de la pena;
2) cuando se trate de hechos que por su insignificancia no afecten gravemente el interés público, salvo
que fuesen cometidos por un funcionario público en el ejercicio o en razón de su cargo;
3) cuando las consecuencias del hecho sufridas por el imputado sean de tal gravedad que tornen
innecesaria o desproporcionada la aplicación de una pena, salvo que mediaren razones de seguridad o
interés público;
4) cuando la pena en expectativa carezca de importancia con relación a la pena ya impuesta por otros
hechos;
5) cuando exista conciliación entre los interesados, y el imputado haya reparado los daños y perjuicios
causados en los hechos delictivos con contenido patrimonial cometidos sin violencia física o intimidación
sobre las personas, salvo que existan razones de seguridad, interés público o se encuentre comprometido
el interés de un menor de edad;
6) cuando exista conciliación entre los interesados y el imputado, en los delitos culposos, lesiones leves,
amenazas y/o violación de domicilio, salvo que existan razones de seguridad, interés público o se
encuentre comprometido el interés de un menor de edad;
7) cuando el imputado se encuentre afectado por una enfermedad incurable en estado terminal, según
dictamen pericial o tenga más de setenta años, y no exista mayor compromiso para el interés público.
En los supuestos de los incisos 2, 3 y 6 es necesario que el imputado haya reparado los daños y perjuicios
ocasionados, en la medida de lo posible, o firmado un acuerdo con la víctima en ese sentido, o afianzado
suficientemente esa reparación”
b) Pena natural
d) proceso abreviado
Todas estas son herramientas que buscan solucionar de forma pacífica los conflictos y descongestionar al
sistema judicial.
a) En materia penal, en nuestro medio, rige el proceso acusatorio por el que el fiscal actúa oficiosamente,
impulsando el trámite del proceso. En el proceso civil, en cambio, son las partes las que imprimen
dinámica al proceso, con un sistema dispositivo. Sin perjuicio de esta regla general, se habla hoy, de un
principio dispositivo atenuado en materia civil, en tanto el juez, como director del proceso, tiene amplias
facultades para evitar una demora innecesaria que contraríe la finalidad para el cual ha sido abierto.
b) Mientras que la acción civil puede ser ejercida por cualquier personal, en la penal el titular de la acción
es el Estado, a través del fiscal, excepto que se trate de acciones de instancia privada, en las que el fiscal
no es parte.
c) Las partes en el proceso civil son las que disponen cuándo comienza, se desarrolla y termina el
proceso. En el ámbito penal, por el contrario, media un impulso oficioso del proceso.
d) La acción penal, entonces, es pública, oficiosa, indisponible e irretractable, en tanto que la civil es
privada, de interés particular, disponible, no oficiosa y retractable. La pretensión. Concepto. Clasificación.
Caracteres. Elementos. Características propias de la pretensión civil y la pretensión penal.
Concepto
Es el acto en cuya virtud se reclama ante un órgano judicial (o eventualmente arbitral), y frente a una
persona distinta, la resolución de un conflicto suscitado entre dicha persona y el autor de la reclamación”.
En el caso de los procesos voluntarios se denomina “petición extracontenciosa”
Peyrano: “la pretensión procesal es una manifestación de voluntad a través de la cual alguien (el
pretensor) reclama algo ante el órgano jurisdiccional y contra otro (el pretendido)”
Acción no puede confundirse con la pretensión, pues aquella no es otra cosa que el derecho en cuya virtud
la pretensión puede ser llevada a la consideración de un órgano judicial.
Tampoco debe confundirse el concepto de pretensión y demanda, por cuanto esta última, lejos de
constituir el objeto del proceso, no es más que un medio de promoverlo, o, en otras palabras, un mero acto
de iniciación procesal. El tema es que, en la gran mayoría de los casos, la pretensión procesal se
encuentra contenida en la demanda.
Pretensión penal: Es el acto de voluntad mediante el cual un particular, un funcionario público o el Estado
(a través del Ministerio Fiscal), que inicia oficiosamente la investigación u el proceso, pide la sanción o la
medida de seguridad para un determinado imputado (en razón de cierto hecho)
La pretensión penal que ejercita un querellante o la víctima de un delito o sus herederos en su denuncia
busca el sometimiento de alguien a pena. De tal modo, puede decirse que se caracteriza por ser:
a) Declarativa de condena
b) Constitutiva erga omnes porque no se ha infligido una pena a "x" tan solo con respecto a ese
querellante particular, sino con respecto a de toda la comunidad social.
Caracteres de la pretensión
1) La pretensión procesal no constituye un derecho, sino un acto, es algo que alguien hace, no algo
que alguien tiene. Se trata de una declaración de voluntad petitoria.
2) Debe necesariamente deducirse frente a una persona distinta del autor de la reclamación, ya que
en su base siempre encuentra un conflicto que enfrenta, por lo menos, a dos protagonistas.
3) La configuración jurídica de la pretensión procesal solo requiere que ésta contenga una afirmación
de derecho o de consecuencia jurídica derivada de determinada situación de hecho, con
prescindencia de que tal afirmación coincida o no con el ordenamiento normativo vigente. La
pretensión, en otras palabras, puede ser fundada o infundada.
Elementos de la pretensión
La pretensión se compone, por un lado de un elemento subjetivo (sujetos) y por otro lado de dos
elementos objetivos (el objeto y la causa) e involucra una determinada actividad que se escinde en tres
dimensiones: lugar, tiempo y forma
a) Toda pretensión consta de tres sujetos: Actor (la persona que la formula), demandado (la persona
frente a quien se la formula) y el juez (la persona ante quien se la formula).
Los dos primeros son sujetos activos y pasivos, y el tercero está representado por un órgano que reviste el
carácter de destinatario de la pretensión y que tiene el poder de satisfacerla, ya sea acogiéndola o
rechazándola.
b) Se denomina “objeto de la pretensión” al efecto jurídico que mediante ella se persigue. Tiene un
doble punto de vista, inmediato y mediato. El inmediato es la clase de pronunciamiento que se
reclama (condena “declarativa, de ejecución, cautelar…”). El objeto mediato es el bien de la vida
sobre el cual debe recaer concretamente el pronunciamiento pedido (pago suma de dinero,
resolución contractual etc).
Identificación de pretensiones
Es el procedimiento mediante el cual dos o más pretensiones son confrontadas entre sí con el objeto de
establecer si se trata de una misma pretensión o de distintas pretensiones. Esto tiene importancia práctica
particularmente cuando corresponde decidir acerca de la procedencia de excepciones de litispendencia y
cosa juzgada.
La primera identidad que debe verificarse es la que pudiera existir entre los sujetos activo y pasivo,
excluido naturalmente el órgano judicial. Para ello es menester atenerse a la cualidad jurídica en que
dichos sujetos han intervenido en cada caso, no siendo suficiente que se trate físicamente de las mismas
personas. (ej. No existe identidad si una misma persona actúa en un proceso a nombre propio y en otro,
en representación legal de un hijo menor)
Como regla, la identificación subjetiva de las pretensiones debe establecerse con respecto a las personas
que revisten carácter de partes en los respectivos procesos. Solo excepcionalmente los efectos de la
sentencia recaída en un proceso pueden alcanzar a quien, sin haber actuado en él como parte, revistió
ese carácter en la situación jurídica sustancial sobre la que versó la correlativa pretensión.
Para la identificación de las pretensiones desde el punto de vista del objeto, es preciso atender a los dos
aspectos de aquél, es decir, al objeto inmediato y mediato. No basta, en este caso, que dos o más
pretensiones versen sobre un mismo bien de la vida, por cuanto este es susceptible de ser tutelado
mediante pronunciamientos judiciales de distinta índole.
Con respecto a la causa, debe entenderse que el simple cambio de argumentación jurídica en que se
fundó una pretensión, excluye la procedencia de una pretensión posterior que se sustente en las mismas
circunstancias del hecho.
Requisitos de la pretensión
Es fundada, cuando en razón de su contenido resulta apropiada para obtener una decisión favorable a
quien la ha planteado.
En consecuencia, el examen de los requisitos de admisibilidad es previo al de la fundabilidad, pues la
inexistencia de los dos primeros excluye la necesidad de una sentencia sobre el mérito de la pretensión.
a) Procesales a) Sujetos
b) Objeto
c) Causa
d) Sujetos, objeto y causa
Admisibilidad Forma
Tiempo
b) Fiscales
a) Sujetos
2. Intrínsecos
b) Objeto
Los procesales se relaciones por un lado con los sujetos, el objeto, la causa y los sujetos, objeto y causa
conjuntamente.
Por otro lado se vinculan con la actividad que la pretensión involucra, en sus tres dimensiones de lugar,
tiempo y forma.
1. Requisitos extrínsecos de admisibilidad:
A) PROCESALES:
a) con respecto a los sujetos, el órgano ante quien se deduce la pretensión debe hallarse provisto
de competencia para satisfacerla. En cuanto a los sujetos pasivo y activo, los requisitos
extrínsecos de admisibilidad se refieren a su capacidad para ser parte (aptitud para ser titular
de derechos y deberes procesales y a su capacidad procesal (aptitud para realizar
personalmente o por medio de un mandatario convencional, actos procesales válidos)
Los defectos que mediaren acerca de capacidad o de representación, autorizan tanto al actor como al
demandado, a oponer la excepción dilatoria de la “falta de personería”
b) En cuanto al objeto se debe tener en cuenta el que este sea idóneo con relación al tipo de
proceso en el cual la pretensión se ha interpuesto (ej. Es inadmisible la pretensión de divorcio
en un proceso de alimentos). Constituye también un requisito extrínseco, la carga del actor de
designar con toda exactitud la cosa demandada y formular la petición en términos claros
Código procesal civil y comercial de SF. ARTICULO 130. “(Texto cfr. Ley 13.151) La demanda será
deducida por escrito y expresará:
1) el nombre, domicilio real y legal, nacionalidad, estado civil, profesión u oficio del demandante;
4) las cuestiones de hecho y de derecho, separadamente. Las primeras serán numeradas y expuestas en
forma clara y sintética, omitiéndose toda glosa o comentario, los que se podrán hacer en la parte general
del escrito;
En su caso, el escrito de demanda será acompañado del acta de finalización del procedimiento de
mediación prejudicial obligatoria.
e) Los requisitos vinculados a la actividad se refieren a las dimensiones del lugar (sede del
juzgado), tiempo (días y horas hábiles) y modo (por escrito)
B) FISCALES: se refiere al pago de las tasas e impuestos que gravan las actuaciones judiciales.
La pauta para determinar la existencia de legitimación procesal está dada, en principio, por la titularidad,
activa o pasiva, de la relación jurídica sustancial controvertida en el proceso.
El ordenamiento jurídico prevé, sin embargo, casos de legitimación extraordinaria, a las que caracteriza el
hecho de que personas ajenas a la relación jurídica sustancial que se controvierte en el proceso resultan
habilitadas para intervenir en él (sustitución procesal).
Con relación a los sujetos también existe el requisito de interés procesal que es la necesidad del proceso
de satisfacer en cada caso concreto el derecho afirmado como fundamento de aquella. La sentencia no
puede hacer declaraciones abstractas o académicas.
b) Por último cabe incluir dentro de esta categoría de requisitos intrínsecos de admisibilidad, el de
que el juez se encuentre legalmente habilitado para dictar el pronunciamiento pedido, es decir,
que el objeto de la pretensión sea jurídicamente posible.
Fundabilidad de la pretensión
Lo será cuando la pretensión procesal, en razón de su contenido, resulte apropiada para obtener una
decisión favorable a quien la ha interpuesto.
Se las clasifica atendiendo a dos puntos de vista: el que se refiere a la índole del pronunciamiento que
persiguen, y el que se basa en la naturaleza del derecho material invocado como fundamento.
Pretensiones de conocimiento aquellas mediante las cuales se solicita al órgano procesal que dilucide y
determine el contenido y alcance de una situación jurídica. A su vez se pueden sub clasificar en
declarativas, de condena y determinativas.
La mera declaración de certeza resulta suficiente para satisfacer el interés de quien las propone.
Determinativas o especificativas: son aquellas mediante las cuales se pide al órgano judicial que
fije los requisitos o condiciones a que quedará supeditado el ejercicio de un derecho (ej. Fijación de
plazos)
Pretensiones de ejecución Tienen por objeto hacer efectiva la sanción impuesta en una sentencia de
condena (título ejecutivo judicial) u obtener el cumplimiento de una obligación documentada en alguno de
los instrumentos a los que la ley acuerda una presunción de legitimidad (títulos ejecutivos extrajudiciales
como el cheque).
Pretensiones cautelares Tienden a la obtención de una medida judicial que asegure el eventual
cumplimiento de la sentencia de mérito a dictarse en un proceso de conocimiento o ejecución. Se
encuentran subordinadas a una pretensión principal ya deducida o próxima a deducirse. Esta pretensión
se encuentra sujeta a 3 requisitos: 1) verosimilitud del derecho invocado; 2) peligro en la demora; 3)
contracautela.
Aun cuando pueden fundarse en un mismo derecho, la pretensión civil y penal son, como principio
independientes y así pueden ser ejercidas
ARTICULO 1774 CCYC.- Independencia. “La acción civil y la acción penal resultantes del mismo hecho
pueden ser ejercidas independientemente. En los casos en que el hecho dañoso configure al mismo
tiempo un delito del derecho criminal, la acción civil puede interponerse ante los jueces penales, conforme
a las disposiciones de los códigos procesales o las leyes especiales”
La oportunidad en que la pretensión penal se deduce incide en el proceso civil, porque si ella hubiere
precedido la pretensión civil, o fuere intentada pendiente ésta, no puede haber condenación del acusado
en el proceso civil antes de la condenación del acusado en el proceso penal.
ARTICULO 1775 CCYC.- Suspensión del dictado de la sentencia civil. “Si la acción penal precede a la
acción civil, o es intentada durante su curso, el dictado de la sentencia definitiva debe suspenderse en el
proceso civil hasta la conclusión del proceso penal, con excepción de los siguientes casos:
b) si la dilación del procedimiento penal provoca, en los hechos, una frustración efectiva del derecho a ser
indemnizado;
c) si la acción civil por reparación del daño está fundada en un factor objetivo de responsabilidad”
Cuadra finalmente señalar que la pretensión civil resarcitoria es susceptible de ser planteada dentro del
proceso penal, siempre que la ley procesal le atribuya competencia para ello a los tribunales. La
absolución del procesado por inexistencia de delito penal o porque no está comprometida la
responsabilidad penal del agente, no obsta a que el tribunal penal se pronuncia, en la sentencia, sobre la
pretensión civil.
ARTICULO 1776.- Condena penal. “La sentencia penal condenatoria produce efectos de cosa juzgada en
el proceso civil respecto de la existencia del hecho principal que constituye el delito y de la culpa del
condenado”
ARTICULO 1777.- Inexistencia del hecho, de autoría, de delito o de responsabilidad penal. “Si la
sentencia penal decide que el hecho no existió o que el sindicado como responsable no participó, estas
circunstancias no pueden ser discutidas en el proceso civil.
Si la sentencia penal decide que un hecho no constituye delito penal o que no compromete la
responsabilidad penal del agente, en el proceso civil puede discutirse libremente ese mismo hecho en
cuanto generador de responsabilidad civil”
Vicisitudes de la pretensión
Transmisión Existe transmisión de la pretensión cuando la persona del sujeto activo es reemplazada por
otra que actúa procesalmente en su lugar. Por lo tanto, no es más que una consecuencia de la transmisión
de derechos que se hayan en litigio.
Cuando es motivada por una sucesión a título universal, el sucesor o sucesores del sujeto activo, como
continuadores de la personalidad jurídica de este, pueden intervenir en el proceso. En cambio, si se trata
de una sucesión a título singular, la transmisión está supeditada a la conformidad que preste la otra parte
para que ese sucesor intervenga en reemplazo del transmitente del derecho litigioso.
No son transmisibles las pretensiones que se fundan en derechos inherentes a la persona humana.
Transformación Ésta se opera cuando, mediante un acto unitario, tiene lugar la alteración de alguno de
los elementos objetivos de la pretensión (objeto o causa).
En primer lugar, opera la transformación de la pretensión siempre que se modifique la base fáctica que la
sustenta. (ej. Actor que originariamente alega su condición de propietario y luego la de usuario
usufructuario)
Integración Existe integración de la pretensión cuando, sin afectarse ninguno de sus elementos
constitutivos, se incorporan al proceso una o más circunstancias de hecho tendientes a confirmar o a
complementar su causa.
Extinción de la pretensión
Normalmente la pretensión procesal se extingue mediante la sentencia que la actúa, o que deniega su
actuación. Sin embargo, corresponde distinguir los casos en que la sentencia rechaza la pretensión por no
concurrir algún requisito intrínseco de admisibilidad, o bien se pronuncia sobre su fundabilidad (positiva o
negativamente) de aquellos en los que el acto decisorio rechaza la pretensión por carecer ésta de algún
requisito extrínseco de admisibilidad.
Sentencias comprendidas en el primer grupo: están revestidas de cierta cualidad en cuya virtud resulta
inadmisible la proposición eficaz de la misma pretensión en otro proceso (cosa juzgada).
Sentencias comprendidas en el segundo grupo: no impiden que la misma pretensión, obviadas las
deficiencias de las que adolecía, sea nuevamente propuesta.
Los modos anormales de extinción de la pretensión se agrupan en 2 categorías según posibiliten, o no, la
reproducción de aquella en un proceso posterior
Este tema es importante para comprender el verdadero fundamento de institutos procesales como la
acumulación, la inserción, la sustitución, la reconvención, la litispendencia y el fenómeno del cazo juzgado.
1) por razones que hacen a la convivencia pacífica de la sociedad, es menester que una vez resuelta por
la autoridad una pretensión litigiosa, su decisión sea definitiva, impidiéndose así reabrir la discusión que la
originó.
2) De la misma forma, no resulta bueno para mantener la paz social la coexistencia de dos demandas con
base en la misma pretensión, pues podría ocurrir que eventualmente ellas obtuvieran decisiones
contradictorias, con la consiguiente creación de un caos jurídico.
3) por similares razones, siempre que una misma causa sea el sustento de dos o más pretensiones
(concurrentes o antagónicas, deben ser necesariamente tramitadas y decididas en un solo procedimiento
4) finalmente, resulta conveniente tramitar en un mismo y único procedimiento varios procesos originados
por pretensiones que se encuentran estrechamente vinculadas entre sí.
Las tres primeras premisas fundamentan el principio legislativo superior y meta procesal que es la
"seguridad jurídica". La última, constituye la base de otros principios de naturaleza procesal como la
economía y la celeridad en los trámites.
Para aplicar esto a un caso determinado y con la finalidad de evitar la duplicidad de procesos sobre la
misma pretensión, así como la coexistencia de decisiones contradictorias, puede ser necesario efectuar
una tarea de comparación entre las distintas pretensiones entre sí.
A efecto de saber cómo se corresponden la una con la otra, hay que enfrentarlas para que se logre ver de
qué manera coinciden sus tres elementos: sujeto, objeto y causa.
1) Indiferencia de pretensiones: ej. pedro reclama a diego la restitución de un dinero entregado en mutuo.
y se compara esta pretensión con otra en la cual juan pretende que pablo le devuelva una finca. Entre
ambas prestaciones no existe elemento alguno en común.
2) identidad de pretensiones: ej. pedro reclama a diego la restitución de un dinero dado en mutuo y, al
mismo tiempo, pedro reclama a diego por la restitución del mismo dinero dado en mutuo. En este caso hay
una coincidencia perfecta de todos y cada uno de los elementos conocidos, las pretensiones son idénticas.
3) Conexidad de pretensiones: toda vez que al comparar pretensiones litigiosas coincidan por lo menos
uno y como máximo dos de los elementos tradicionales, se dice que media entre ellas una relación de
conexidad que puede ser subjetiva, objetiva, causal, subjetivo-causal, objetivo-causal.
3.1) Conexidad subjetiva: ej. Pedro reclama a diego la restitución de un dinero dado en mutuo y que, al
mismo tiempo pedro reclama a diego la devolución de la cosa entregada en comodato.
Se advierte que coinciden exactamente los dos sujetos, en tanto que difieren los restantes elementos:
objeto y causa.
3.2) Conexidad objetiva: ej. Pedro reclama a diego la restitución de la posesión de una finca usurpada, al
mismo tiempo, Juan reclama a diego la misma finca, que le compró.
Se puede ver que no coinciden los sujetos, ni la causa, pero sí el objeto pretendido: la misma finca.
Este tipo de conexidad puede presentarse por identidad del objeto y por incompatibilidad del objeto.
3.3) Conexidad causal: ej. En un mismo acto, Juan y Diego obtienen de Pedro un préstamo en dinero,
comprometiéndose ambos en devolverlo en partes iguales. A falta del pago, Pedro reclama a Juan la
restitución de su parte, y al mismo tiempo, Pedro le reclama a Diego la restitución de la suya.
Pedro está en la posición actora en ambas pretensiones, en tanto que son distintos los demandados: Juan
y Diego, por lo que no hay identidad subjetiva. Se puede ver que los objetos pretendidos también son
diferentes y que es idéntica la causa obligacional, toda vez que ambas pretensiones tienen fundamento en
idéntico acto jurídico y ostentan idéntica imputación.
3.4) conexidad mixta objetivo-causal: Ej. Pedro reclama ser considerado hijo del matrimonio de Diego y
Maria, para eso deduce sendas pretensiones por separado. En razón de que se pretende "filiación
matrimonial" la relación jurídica afirmada en las respectivas demandas es inescindible: debe darse
necesariamente respecto de Diego y María, y no respecto de uno y otro por separado.
Se puede ver que el elemento subjetivo no es idéntico, el autor es el mismo en las dos pretensiones, pero
son distintos los demandados. También se ve que el objeto y la causa de ambas pretensiones son
idénticos.
3.5) Conexidad mixta subjetivo-causal: ej. Pedro reclama a Diego el cumplimiento de un contrato, al mismo
tiempo, el mismo Diego pretende respecto de Pedro que se declare la nulidad del mismo contrato.
Se ve que los sujetos son las mismas personas, pero que se hallan en posiciones procesales invertidas,
que los objeto son diferentes pero que la causa es la misma.
4) Afinidad de pretensiones: ej. Pedro, dependiente de Diego, ocasiona un daño a Juan en un accidente de
tránsito. Por tal razón, Juan pretende que Pedro le indemnice los gastos efectivamente abonados para
lograr su curación y al mismo tiempo, que Diego le indemnice el daño moral sufrido.
Se ve que los sujetos no son idénticos y que los objetos pretendidos son diferentes. Pero también se ve
que si el hecho causante del daño es el mismo, no lo es la imputación jurídica que sustenta cada
pretensión: a Pedro sólo se le puede imputar ser culpable del hecho dañoso, a Diego solo ser el patrón de
Pedro.
Este es un fenómeno distinto de los anteriores, aunque los sujetos no son idénticos, siempre hay un sujeto
en común en las diferentes pretensiones. Además, es idéntico el hecho que fundamenta la pretensión,
pero es distinta la imputación jurídica que se hace a cada uno de los demandados. Esta figura se
denomina "afinidad".
b) La conexidad subjetiva (caso 3.1) origina la acumulación voluntaria de dos procesos (en un
procedimiento único) por razones de economía procesal. Puede ser inicial (por voluntad del actor) o
posterior (por voluntad del actor o demandado). El primer supuesto es denominado habitualmente por los
Códigos procesales como acumulación de pretensiones y el segundo como acumulación de autos.
c) la conexidad objetiva (caso 3.2) supone un interés concurrente de por lo menos tres sujetos. Tal interés
puede tener distinto fundamento: cuando la conexidad existe por identidad de objeto, origina acumulación
voluntaria de procesos en un mismo procedimiento. Cuando la conexidad existe por incompatibilidad del
objeto, origina una intervención excluyente de tercero.
d) la conexidad causal (caso. 3.3) origina acumulación necesaria de procesos en un procedimiento único
e) la conexidad mixta objetiva - causal (caso 3.4) origina una acumulación necesaria de procesos en un
procedimiento único con efectos diferentes de la referida en el punto d).
f) la conexidad mixta subjetiva - causal (caso 3.5) origina una reconvención o, en su defecto, una
acumulación necesaria de procesos en un procedimiento único
El proceso acumulativo, o por acumulación, es aquél que sirve para la satisfacción de dos o más
pretensiones.
La justificación del proceso acumulativo reside en dos tipos de fundamentos: uno atiende a la reducción
del tiempo, esfuerzo y gastos que comporta el tratamiento conjunto de dos o más pretensiones; el otro
tiene en mira la necesidad de evitar la eventualidad de pronunciamientos contradictorios.
La acumulación de pretensiones dentro de un mismo proceso puede ser originaria y sucesiva, según qué,
respectivamente, las pretensiones se propongan conjuntamente desde el comienzo del proceso, o que,
durante el transcurso de este, a la pretensión originaria se agreguen o incorporen otra u otras.
Dentro de la sucesiva se debe distinguir la acumulación por inserción, de la acumulación por reunión. La
primera se opera cuando una nueva pretensión se incorpora dentro de un proceso ya pendiente para la
satisfacción de otra. La segunda tiene lugar cuando, existiendo diversas pretensiones que se han hecho
valer en otros tantos procesos, estos se funden en uno solo.
El Código Procesal Civil y Comercial de Santa Fe refiere a la acumulación objetiva de pretensiones en los
artículos
ARTICULO 133. “El actor podrá, antes que se conteste la demanda, acumular todas las pretensiones que
tuviere contra una persona, con tal que no se excluyan entre si, que pertenezcan a un mismo fuero y que
deban substanciarse por los mismos trámites”.
La norma faculta al actor a acumular las pretensiones que tuviere contra quien demanda. En tal sentido
condicional esa facultad a que, como resulta lógico, no se excluyan mutuamente. Además, y por obvias
razones que hacen al mantenimiento del orden y la claridad en los procesos, exige su pertenencia al
mismo fuero y que sea posible su substanciación por los mismos trámites.
ARTICULO 134. “La misma regla se aplicará cuando los actores sean varios y uno o varios los
demandados, siempre que la acción se funde en el mismo título o nazca del mismo hecho y tenga por
objeto la misma cosa”.
La incompatibilidad entre las distintas pretensiones no obsta, sin embargo, a la acumulación condicional o
eventual, la que se verifica cuando se propone una pretensión como principal y otra a título subsidiario, a
fin de que el juez conozca la última sólo en caso de desestimar la primera. Ej. Acumulación de
pretensiones de nulidad y cumplimiento del contrato)
Junto a esta modalidad la doctrina admite también la denominada acumulación sucesiva, la que tiene lugar
cuando una pretensión es interpuesta con la condición de que, previamente, sea acogida otra pretensión
que actúa como presupuesto de ella. Ej. Una obligación sin plazo determinado, cabe acumular al pedido
de fijación judicial del plazo)
Pueden existir otros casos en los cuales la acumulación se encuentra prohibida por la ley.
b) Acumulación subjetiva de pretensiones: Tiene lugar toda vez que, entre más de un actor o
demandado (acumulación activa y pasiva, respectivamente), o entre más de un actor y más de un
demandado (acumulación mixta) se sustancian, en un mismo proceso, pretensiones conexas por la
causa o por el objeto.
La acumulación subjetiva procede siempre que las distintas pretensiones sean conexas en virtud de la
causa, del objeto o de ambos elementos a la vez, o sea, respectivamente, cuando se invoque como
fundamento de ellas una misma relación jurídica o una misma situación de hecho o cuando medie
coincidencia respecto de la clase de pronunciamiento que se pide (objeto inmediato) y la cosa, hecho o
relación jurídica sobre que dicho pronunciamiento debe versar (objeto mediato)
1) La acumulación subjetiva comporta una excepción a las reglas que gobiernan la competencia
ordinaria por razón de materia civil y comercial, pues la necesidad de evitar el pronunciamiento de
sentencias contradictorias debe prevalecer sobre las simples razones de división de trabajo del
poder judicial
Este tipo de acumulación tiene lugar cuando una pretensión se incorpora, ex novo, dentro de un proceso
ya pendiente para la satisfacción de otra.
La inserción de la nueva pretensión puede provenir del primitivo actor, del primitivo demandado, o de un
tercero, según se trate de la ampliación de la demanda, de la reconvención, o de la intervención
excluyente y de la tercería.
Ampliación de demanda se configura cuando el actor, en lugar de acumular todas las pretensiones que
tiene frente al demandado en la demanda inicial, lo hace en un momento procesal posterior.
ARTICULO 135. El demandante no podrá variar la acción (dice acción pero hace referencia a la
PRETENSIÓN) entablada después de haber sido contestada la demanda, pero podrá ampliar o moderar la
petición siempre que se funde en hechos que no impliquen un cambio de acción.
Nuestra ley faculta al actor a variar, o modificar o transformar su pretensión con la única condición de que
ello se haga antes de ser contestada la demanda, a fin de no violar el principio de preclusión.
ARTICULO 136. La ampliación autorizada por el artículo anterior no será substanciada especialmente, y
podrá hacerse en cualquier estado de la causa hasta la citación para sentencia; pero si se fundare en
hechos no alegados en la demanda deberá formularse hasta tres días después de la apertura a prueba, en
que se dará un nuevo traslado, por tres días, al demandado.
Consiste en la reunión material de dos o más procesos que, en razón de tener por objeto pretensiones
conexas, no pueden ser sustanciados separadamente sin riesgo de que existan decisiones contradictorias.
b) Cuando siendo el actor titular de diversas pretensiones conexas frente al demandado, aquéllas se
hayan hecho valer en otros tantos procesos, sin haber tenido lugar, por consiguiente, su
acumulación objetiva
Originaria (desde el
Principio del proceso) Subjetiva: reunión de pretensiones
en la demanda y pluralidad de
sujetos actores y/o demandados.
Acumulación
de pretensiones Ampliación de la demanda
(pretensión del actor
frente al demandado)
Definición de acumulación: es la unión material de una o más causas, originada con motivo del ejercicio de
acciones conexas o afines, con el fin de evitar pronunciamientos contradictorios o de cumplimiento
imposible por efecto de la cosa juzgada ya que, una vez decretada la acumulación, las causas se
substanciarán y resolverán en forma conjunta.
Beneficios de la acumulación:
En la investigación penal preparatoria no hay reglas que exijan la acumulación, no obstante prácticas
administrativas del Ministerio Público de la Acusación de organización interna para hacer más eficiente su
trabajo.
ARTÍCULO 55°.- Unificación del Tribunal de Juicio.- “En caso de pluralidad de causas por hechos de
competencia provincial que den lugar a acción de igual naturaleza, podrán tramitarse ante un mismo
Tribunal de Juicio, a instancias del Ministerio Público Fiscal y del imputado:
2) cuando los delitos imputados se afirmaran cometidos simultáneamente por varias personas reunidas o
en distintos lugares y tiempo mediando acuerdo entre ellas;
3) cuando un delito se afirmara cometido para perpetrar otro, facilitar su comisión o procurar para sí o para
otra persona su provecho o impunidad”
ARTÍCULO 56°.- Tribunal competente.- “En los casos del artículo anterior, entenderá aquel Tribunal de
Juicio competente según la regla general del artículo 50, donde el Ministerio Público Fiscal decidiera
acumular sus pretensiones penales”
ARTÍCULO 57.- Acumulación de pretensiones.- “El Ministerio Público Fiscal procederá a acumular sus
pretensiones penales ante un mismo Tribunal de Juicio siempre que así se atienda a una mejor y más
pronta administración de justicia y no se afecte la inviolabilidad de la defensa en juicio”
Requisitos: para que proceda la acumulación, requiere que se verifiquen en el caso concreto los siguientes
elementos:
Conexidad de los procesos: los procesos son conexos cuando, no obstante su diversidad, tiene
elementos conexos subjetivos u objetivos.
Cuando los delitos imputados se afirman cometidos simultáneamente por varias personas reunidas
en distintos lugares y tiempos
Cuando un delito se afirma cometido para perpetrar otro, facilitar su comisión o procurar para sí o
para otra persona su provecho o impunidad.
Efectos de la acumulación:
Se produce una excepción a las reglas de competencia, ya que se traslada materialmente una
causa a otro tribunal que de otra forma no hubiese sido competente.
Problemas que podemos vislumbrar de la acumulación:
Supuesto de causas iniciadas antes del 10/02/2014 (fecha de entrada en vigencia del nuevo
sistema penal): no se pueden acumular subjetivamente causas del sistema conclusional con
causas del nuevo Código procesal penal, no obstante proceder las reglas de unificación de penas.
Demanda
Es el acto procesal que contiene una declaración de voluntad del justiciable dirigida al órgano
jurisdiccional a fin de que este decrete la apertura de primera Instancia
La demanda contiene “LA PRETENSION” ( o las pretensiones si son más de una) y exterioriza
“EL DERECHO DE ACCION”.-
ARTICULO 32. Toda gestión ante los jueces debe hacerse por escrito, excepto la acusación de
rebeldía, la reiteración de pedidos, interposición de recursos, solicitudes de entrega de
documentos y de pronto despacho, manifestaciones de conformidad con pedidos contrarios y
demás diligencias análogas que podrán hacerse verbalmente con nota en los autos, bajo la firma
del actuario y del solicitante.
La forma escrita ( “a máquina”, refiere el artículo 33) , es la que caracteriza a todos los actos
procesales dentro del “Proceso escrito” actual y que la norma distingue de las llamadas
“diligencias”, es decir manifestaciones verbales con nota en los autos que se pueden hacer en
letra manuscrita. Todo acto procesal escrito que presentan los abogados ( como la demanda) en
un proceso, lleva “cargo judicial”.
ARTICULO 35: De todo escrito presentado en juicio, excepto los de mero trámite, así como los
documentos con que se instruya, deberá el que los presente acompañar en papel simple y bajo
su firma tantas copias cuantas sean las partes con quienes litigue. ….
1) el nombre, domicilio real y legal, nacionalidad, estado civil, profesión u oficio del demandante;
En su caso, el escrito de demanda será acompañado del acta de finalización del procedimiento de
mediación prejudicial obligatoria.
Entonces:
Inc 1)
Cuando presentamos al actor en este punto, ya corresponde aclarar si el actor se presenta para
actuar por derecho propio, con nuestro patrocinio letrado, o si lo hace por medio de
apoderado/a , es decir a través nuestro ( el abogado o la abogada que está redactando la
demanda).
En el primer supuesto, que actuamos como “patrocinantes” , han de tener en cuenta que deberá
el cliente suscribir el escrito de demanda ( y todos los escritos que siguen en el proceso) y
además hacerlo uds. como abogados o abogadas, firmando al lado del cliente, porque las
personas legas no tienen lo que se llama “ius postulandi, es decir el derecho a postular ante un
juez y deben validar su actuación a través del patrocinio de un abogado/a o procurador. (art. 318
Ley 10.160)-
En caso de que actúen como apoderados/as, sólo firman uds. el escrito de demanda porque
estarán hablando en nombre y representación de su mandante. En este caso, deberán
presentarse al Juez, es decir que además de contener la demanda los datos de identidad del
actor, que es el mandante, debe tener los suyos como mandatarios con representación, es decir
deberán consignar su nombre y apellido y la aclaración de encontrarse matriculados en la
provincia respectiva . Y como se dijo en el acápite anterior, designar un “domicilio procesal” o a
los fines del proceso ( que casi siempre será el de su estudio u oficina). Inmediatamente debe
aclararse que se actúa en nombre y representación del actor y mencionar si se cuenta con un
“poder general” del cliente o un “poder especial”, cuya copia certificada habrá de acompañarse
con el escrito o pedirse plazo para acompañarla. Es decir, deben acreditar o invocar la
PERSONERIA, según el caso.-
Inc 2)
Es decir, en este inciso aclaramos CONTRA QUIEN se interpone la demanda, volcando los
DATOS de identidad DEL DEMANDADO : “ Vengo por el presente a interponer demanda de
cobro de pesos contra: “NOMBRE COMPLETO DEMANDADO, DNI, DOMICILIO REAL si se
conociere.-
Inc 3)
EN ESTE INCISO RESPONDEMOS A LA PREGUNTA “QUE SE PRETENDE” ( objeto mediato
e inmediato de la pretensión)
En este inciso, podriamos decir que especificamos al JUEZ “ LO QUE VENIMOS A BUSCAR” a
través del proceso que entablamos, qué cosa o qué bien es el que pretendemos ( objeto
mediato) y qué tipo de sentencia queremos que se dicte( objeto inmediato)
Por ejemplo, “Vengo por el presente a interponer demanda de cobro de pesos por la suma de $
500.000 ( pesos quinientos mil), con más los intereses fijados en el contrato de compraventa que
se adjunta y que deberán computarse desde…. hasta el efectivo pago”….
Inc. 4)
Aquí es donde corresponde que volquemos los fundamentos fácticos y jurídicos que dan origen
a nuestra pretensión
RESPECTO A LOS ASPECTOS FACTICOS: Serán los hechos CONSTITUTIVOS DEL LITIGIO,
por lo cual debemos tomarnos el tiempo para enumerarlos uno a uno ( separadamente, si es
posible con ítems), luego serán los que, una vez afirmados, deberemos probar a lo largo del
proceso si el demandado los niega o los controvierte al momento de la contestación de la
demanda. En algunos casos excepcionales , aún no controvertidos, se tratará de hechos que
deben necesariamente ser probados porque se encuentra comprometido el ORDEN PUBLICO.
Este aspecto de la demanda es MUY RELEVANTE es “la historia” del conflicto que afirmamos, y
el juez no puede apartarse de esa historia de la demanda ( y la que proviene de la contestación
de la demanda) al dictar sentencia ( art. 243CPCC). Se trata de un límite legal de la sentencia, el
juez debe respetar los hechos afirmados por las partes porque si no lo hace su sentencia puede
ser calificada de incongruente y puede ser anulada.
RESPECTO A LOS ASPECTOS JURIDICOS: Dado el principio IURA NOVIT CURIA ( adagio en
latín que significa “el juez conoce el derecho”) se trata de un aspecto “secundario”. Si bien hemos
de mencionar la norma que respalda el objeto de la pretensión del cliente , es decir la norma que
“subsume” el caso que planteamos, no es óbice para la admisibilidad ni para la fundabilidad de la
demanda si nos equivocamos en la calificación jurídica de los hechos, porque, “el juez
conoce el derecho” y él es el que debe subsumir el caso, según su propio saber y
entender, en el momento de dictar sentencia.. Ej: nuestra demanda es un cobro de pesos
derivados de una compraventa, pero erróneamente invocamos los artículos del código civil y
comercial, relativos al contrato de locación. En este caso, a la demanda se le dará curso de todas
formas y si logramos probar los hechos que invocamos como fundamento fáctico y la otra parte
no logra probar ninguna excepción a su favor, ( por ejemplo el pago) podemos obtener una
sentencia favorable, en la que el Juez fundamentará jurídicamente en forma autónoma y correcta
su decisión, más allá de nuestro error jurídico, que para nada lo obliga o condiciona. -
Inc. 5:
1) Que tenga al actor por presentado en el carácter invocado ( es decir, “por derecho propio
y con patrocinio letrado”, o representado por su abogado/a),
2) que se acepte el domicilio constituido y la representación del abogado que actúa como
apoderado ( si es el caso)
3) que se tengan por iniciada y se de curso a la demanda contra el demandado.
4) Que se avance hacia el siguiente acto procesal.
Uno de los principios rectores en el proceso civil es el PRINCIPIO DISPOSITIVO, las partes son
las dueñas del proceso, son ellas quienes deben instarlo, impulsarlo, hacerlo avanzar hasta la
sentencia.-
Prácticamente podemos grabarnos “LO QUE LA PARTE NO PIDE.. EL JUEZ NO LO DA” por
ende, lo que conviene hacer en este punto al final de “las peticiones” es pedirle al juez que
avance hacia la siguiente etapa procesal. Por ejemplo, en un juicio ordinario o sumario, será citar
al demandado para que comparezca a estar a derecho; en un juicio sumarísimo u oral será pedir
que se corra traslado para contestar demanda, y asi será en cada caso dependiendo del tipo de
tramite lo que solicitaremos al juez.-
Por último el inciso 5° establece que debe acompañarse a la demanda el acta de finalización del
procedimiento de mediación prejudicial obligatoria.
La mediación prejudicial obligatoria en materia civil y comercial, establecida por la Ley 13151/10,
se implementa por primera vez en Santa Fe, en el contexto de la transformación de los sistemas
judiciales en la provincia. Tiene dos características que la distinguen del resto de las legislaciones
(nacional y provinciales): la organización del sistema en la órbita del Poder Ejecutivo
(concretamente en la Dirección Provincial de Desjudicialización de la Solución de Conflictos
Interpersonales del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos) y la incorporación de nuevas
tecnologías de la información y la comunicación (TICs) a todo el procedimiento.
Los principios que gobiernan este procedimiento están reglados. La mediación se caracteriza por
la confidencialidad y el secreto profesional, la asistencia personal de las partes y el patrocinio
letrado obligatorio. El mediador siempre es un abogado o procurador, que puede actuar
eventualmente con un co-mediador con incumbencias afines al conflicto.
La mediación se traduce en actas (de reunión, finales y de acuerdo) y dura hasta 45 días hábiles,
prorrogables hasta un máximo de seis meses. Puede concluir por acuerdo, por ausencia
injustificada de la o las partes, por decisión del mediador, por decisión de cualquiera de las partes
o por agotamiento del plazo máximo del tiempo de mediación.
Los acuerdos protocolizados son ejecutables por vía de ejecución de sentencia en caso de
incumplimiento, mientras que el acta de finalización sin acuerdo habilita la vía judicial.
Entonces, en aquellos conflictos que, por la índole de la materia en juego, debieron pasar
sí o si por el procedimiento de mediación prejudicial obligatoria, el profesional debe
acompañar el ACTA DE FINALIZACION DE LA MEDIACION como requisito de
admisibilidad, necesario para que el juez le dé curso a la demanda.-
Atención: Debemos tener en cuenta que el código prevé un juego entre los artículos 130 y 137
CPCC. El mismo consiste en que en todos los procesos judiciales, además de cumplirse con
todos los requisitos establecidos en el art 130, el actor debe acompañar TODA LA
DOCUMENTAL FUNDANTE DE LA PRETENSION ..-
Esta documentación fundante variará según el tipo de pretensión que contenga la demanda, pero
en todos los casos se trata de documentación imprescindible de la que emana directamente el
derecho que invoca el actor a su favor.
¿Por qué es necesario que esta “documentación fundante” se acompañe con la demanda y no
más adelante , por ejemplo en la etapa de prueba ?
Porque es necesario que el demandado la conozca de entrada para poder ejercer plenamente
su derecho de defensa al contestar la demanda, decidiendo ( con la documental a la vista) qué
actitud defensiva le conviene tomar, por ejemplo si negar los hechos, o controvertirlos, si
excepcionar, o si allanarse, etc .
Entre esa documental fundante, el artículo 130 CPCC dispone que debe estar el acta de
finalización de mediación.
ART. 137 CPCCSF: El actor debe acompañar a la demanda los documentos en que ella se
funda; si no los tuviere, los designará con la individualidad posible, expresando su contenido y el
lugar en que se encuentren, so pena de abonar, si los presentare después, las costas
ocasionadas por la tardanza.
III.Efectos de la interposición de la Demanda.
LOS PROCESALES se producen en el plano del proceso, de la llamada “relación procesal”. Esta
relación es la que vincula jurídicamente a las partes procesales , actor y demandado, entre sí y a
ambos con el juez.
Importante: todo proceso judicial involucra estos dos tipos de relaciones jurídicas: la procesal ( la
del litigio) y la sustancial ( la del conflicto).
Articulo 2546: El curso de la prescripción se interrumpe por toda petición del titular del derecho
ante autoridad judicial que traduce la intención de no abandonarlo, contra el poseedor, su
representante en la posesión, o el deudor, aunque sea defectuosa, realizada por persona
incapaz, ante tribunal incompetente, o en el plazo de gracia previsto en el ordenamiento procesal
aplicable.
Como se ve, la norma del Código civil es “amplia” porque habla de “toda petición judicial
del titular del derecho”, con lo que abarca como actos procesales con efecto interruptivo de la
prescripción liberatoria, no solo a la demanda sino, por ejemplo a las “medidas preparatorias” del
juicio o a las medidas precautorias o cautelares, si es que han precedido a la demanda.
De todos modos, además, debe tenerse en cuenta que el artículo 23 de la ley de mediación
prejudicial obligatoria , otorga al requerimiento de mediación efectos interruptivos de la
prescripción, equiparándolo con la demanda judicial y aclarando que, se tienen por no operada la
interrupción si la demanda no se entabla ( o las medidas preparatorias o precautorias) en el plazo
de 6 meses de finalizada la mediación.
ARTICULO 131. Los jueces no darán curso a las demandas que no se deduzcan de acuerdo con las
prescripciones establecidas, indicando el defecto que contengan. Podrán, también, ordenar que el actor
aclare cualquier punto para hacer posible su admisión.
Ante la presentación de la demanda el juez tiene el deber de proveerla, pudiendo rechazarla de manera
inmediata (in limine) en el supuesto que no se ajuste a las reglas de competencia, lo que denomina
demanda inhábil. Corresponde también cuando la demanda adolezca de tales defectos de forma, que no
pueda permitirse su subsanación válida por imperio de la ley, supuesto que se denomina demanda
irregular, o cuando en forma notoria se trate de cuestiones improponibles, denominadas demandas
improponibles.
ARTICULO 137. El actor debe acompañar a la demanda los documentos en que ella se funda; si no los
tuviere, los designará con la individualidad posible, expresando su contenido y el lugar en que se
encuentren, so pena de abonar, si los presentare después, las costas ocasionadas por la tardanza.
Acerca del alcance de esta norma se han realizado dos interpretaciones: Una que encuentra la razón de
ser de la misma en la necesidad de sancionar al litigante malicioso, que reserva documentación para
presentarla ulteriormente y, de tal modo, sorprender a la contraparte. Dentro de esta interpretación cabría
la interposición de costas que establece el cpccsf en el art 250.
Otra corriente entiende que hay que integrar el 137 con el 251 inc 2, de tal modo la presentación tardía
generaría imposición de costas a quien los allegare morosamente sólo en el supuesto que su presentación
produjere el allanamiento de la contraparte a la vista de aquellos.
EXCEPCIONES PROCESALES
Al Código al hablar de excepción alude a aquellas defensas mediante las cuales, el demandado
que denuncia la existencia de un impedimento que vicia la validez del proceso, o lo que es lo
mismo, que impide que el mismo pueda constituirse validamente, pretende que se lo exima
temporal o definitivamente, de la carga de contestar la demanda.
Estas exepciones son defensas previas, que se oponen in limine litis y que generalmente no
refieren a la pretensión del actor, sino al proceso mismo.
Todo proceso, a fines de que pueda existir y constituirse válidamente, debe cumplir con requisitos
que son previos a él, de ahí el nombre de presupuestos procesales. A su vez hay que distinguir
entre presupuestos procesales propiamente dichos que pueden ser denunciados por las partes o
por el juez de oficio, o impedimentos procesales que necesariamente deben ser alegados por las
partes,
El artículo nos dice ante que determinados tipos de procesos van a poder oponerse excepciones
dilatorias como de PREVIO Y ESPECIAL PRONUNCIAMIENTO, esto es en los juicios
DECLARATIVOS (debe entenderse al juicio ordinario y sumario)
Los juicios declarativos son aquellos en los que existe una situación de incertidumbre respecto a
la pretensión del actor. De allí nace la necesidad de otorgarle al demandado las más amplias
posibilidades de defensa y prueba (ello se verifica con el cumplimiento de las 3 etapas procesales
clásicas: a. introductoria: en el cual se le da al demandado la posibilidad de expedirse acerca de
la admisibilidad y fundabilidad de la pretensión del actor b. la probatoria, sin restricciones de
ningún tipo, c. la decisoria).
Una vez vencido el plazo para poder oponer excepciones como de artículo previo, o contestada la
demanda sin que las mismas se hayan deducido, el litigante, en virtud de la preclusión no podrá
oponerlas.
Estas excepciones a su vez, deben resolverse de manera PREVIA, o sea antes de la sentencia
de mérito. Entonces, interpuesta la excepción y cumplido el trámite respectivo, el juez deberá
proceder a resolverla haya o no solicitud de las partes al respecto.
En los demás procesos no sucede lo mismo, puesto que las encontramos entre las oposiciones
que se pueden deducir al contestar la demanda o al excepcionar ante la citación ejecutiva de
remate. Dicha oposición es siempre conjunta y el juez debe resolverlas en la sentencia, si bien en
forma previa a las defensas de fondo.
En lo que hace a sus efectos, por el solo hecho de su interposición, las excepciones dilatorias
paralizan el trámite principal y hasta que no se resuelvan, y la misma quede firme y ejecutoriada,
no puede reanudarse el mismo.
En su parte final el Código consagra que la competencia en razón del valor, grado y materia
puede cuestionarse en cualquier momento. Tal disposición, parecería haber quedado derogada
por la LOPJ, ya que la misma entabla que puede cuestionarse la competencia hasta tanto no se
consienta la misma, salvo la competencia por conexidad. Según Peyrano, si la LOPJ en ese
artículo quiso incluir a todos los supuestos en que suscita alguna cuestión de competencia,
incluyendo la improrrogable, en ese supuesto la norma resulta claramente inconstitucional, pero,
si lo es sólo para con la prorrogable, el artículo de la LOPJ resulta válido y debe entablarse en el
momento procesal oportuno.
ARTICULO 139. Las únicas excepciones que pueden articularse como de previo y especial
pronunciamiento son: 1ro. Incompetencia. 2do. Falta de personalidad en el actor o de personería
en su procurador. 3ro. Defecto legal en el modo de proponer la demanda. 4to. Falta de
cumplimiento del procedimiento de mediación prejudicial obligatoria.
INCOMPETENCIA: La jurisdicción, que constituye una de las tres funciones en que se divide el
poder del E., y que se ejerce por intermedio de los jueces que lo componen, guarda una relación
directa con el concpeto de competencia.
Puede decirse que todos los integrantes del pj, ya sea nacional o prov, tienen jurisdicción, pero no
todos tienen competencia. Y ello es así por cuanto la competencia es la que circunscribe,
constitucional o legalmente, las funciones del juez a los casos que sus pautas determinan. La
jurisdicción, alude a la función que lleva el juez de decir el derecho en la solución de conflictos,
mientras que la competencia refiere a la APTITUD legal del mismo para entender solamente en
determinada categoría de conflictos.
Como no todos los conflictos pueden ser sometidos a una decisión judicial, un juez también
puede abstenerse de juzgar por entender que no hay conflicto JUDICIAL y puede ser declarada
de oficio en cualquier estado del proceso y tamb a pedido de parte.
La excepción de incompetencia procede cuando el demandado advierte que el juez ante el cual
se promovió la demanda no le corresponde entender en la causa.
En los procesos declarativos y en los casos en que la competencia resulta de O.P., esto es, que
constituye un presupuesto procesal, promovida la demanda la misma debe revisarse de oficio.
Esto significa q el juzgador puede, desde ese momento declararse incompetente por razón de la
materia, grado o valor en el caso de que la estimación pecuniaria de la pretensión supere el
monto de su competencia.
Por el contrario, cuando la competencia del juez constituye un impedimento procesal, el único
habilitado para cuestionarla es el demandado, por medio de la excepción dilatoria de
incompetencia, deducida como de previo y especial pronunciamiento. La no interposición de la
misma supone aceptación definitva del juez para entender en la causa.
Nuestro Código nada dice respecto de qué debe hacerse con el expediente en el cual se
interpuso una excepción de incompetencia que resultó victoriosa. Cierta jurisprudencia entiende
que la excepción importa una desestimación de la demanda, por lo tanto, deben archivarse las
actuaciones, otra, en cambio, entiende que en resguardo de los principios de economía procesal
y celeridad, deben remitirse los autos al juez competente, si éste es de la provincia.
Peyrano cree que si la demanda corresponde al mismo fuero ahí si deben remitirse los autos.
FALTA DE PERSONALIDAD: Dicha excepción sirve para cuestionar la falta de CAPACIDAD
PROCESAL del actor. Peyrano entiende que al ser la misma un presupuesto procesal puede ser
cuestionada en cualquier momento, no sólo como de articulo previo, e incluso puede ser suplida
de oficio x el juez.
En cuanto a las costas, se imponen al vencido pero en este caso deberían ser impuestas al
abogado o procurador quien x su culpa o negligencia no advirtió la incapacidad de la parte a
quien representa o patrocina. Y en el caso que la incapacidad no resulte notoria, si la persona
cuenta con un representante legal éste deberá cargar con las costas.
Quien siendo parte de un proceso prefiere estar representada, debe cumplimentar con todos los
recaudos legales exigidos a tal efecto, a su vez quien pretenda representar a alguien debe
acreditar acabadamente la representación que pretende asumir. Como consecuencia de ello,
puede afirmarse que la excepción de falta de personería es el remedio que se le acuerda a los
litigantes para denunciar la falta de adecuada representación judicial de una parte. O para ser
más exactos, podemos decir que lo que se pone en tela de juicio es la actuación de quien se dice
representante de ella.
ARTICULO 140. Las excepciones dilatorias serán deducidas simultáneamente en un solo escrito,
dentro de diez días en el juicio ordinario y de tres en el sumario.
ARTICULO 141. La cosa juzgada y la litispendencia pueden ser alegadas por las partes en
cualquier estado y grado del proceso. Deben también ser suplidas de oficio con los recursos de
reposición y apelación subsidiaria si fuera en primera instancia, y sólo el de reposición en
segunda. En el último caso se dará a la reposición el trámite de los incidentes. Este mismo
procedimiento se observará si se opusieran fuera del escrito de responde. Cuando la
litispendencia se origine por conexión, los autos podrán acumularse o tramitarse separadamente,
según lo aconseje la índole de cada pretensión y el estado de cada procedimiento. Se dictará una
sola sentencia si ambas litis pertenecieren al mismo fuero y aunque se encontraren en distinto
grado. Si no correspondiere a la misma jurisdicción se emitirá primero la que haya de producir
cosa juzgada respecto de la otra pretensión.
La cosa juzgada, le da autoridad y eficacia a la sentencia judicial, por un lado, atiende al interés
privado de las partes, que necesitan certeza jurídica y x el otro al interés público, en cuanto evita
la reiteración de los litigios y matiene la paz social.
Para que exista cosa juzgada esa pretensión no puede ser planteada en otro litigio o sea debe
haber IDENTIDAD DE PRETENSIONES, pero hay supuestos en donde no hay identidad, pero
puede existir cosa juzgada parcial o por conexidad. En estos casos, la cosa juzgada se produce
en virtud de la continencia de la causa, que se da cuando una causa contiene a la otra de la cual
forma parte. Entonces, pueden darse supuestos de conexidad (coinciden uno o dos elementos de
la pretensión), accesoriedad (es el caso de los procesos incidentales, cuando en ellos se
producen pretensiones accesorias, que si bien pueden ser previas o independientes de la causa
principal, dependen del acogimiento de éstas) y subisdiariedad (Existe si hay una pretensión
principal en forma previa o contemporánea a la misma.
La litispendencia es una institución que se fundamenta en la necesidad de que exista para cada
pretensión un único proceso, puesto que de no ser así podría llegarse al dictado de dos
sentencias contradictorias sobre un mismo caso. Si el presupuesto del proceso único no es
observado, la primera sentencia que pase en autoridad de cosa juzgada quitará validez a la
posterior.
La litispendencia es la situación procesal que surge cuando se siguen dos o más procesos
idénticos en sujetos, objeto y causa. Existe entonces, en el mismo tribunal o juzgado, o en uno
distinto, otro proceso pendiente entre las mismas partes, el que tiene una misma causa y también
objeto donde ahí habría litispendencia propiamente dicha o por identidad.
Pero hay veces que dos procesos distintos coinciden solamente en uno o en dos de los
elementos, pero la sentencia que se dicte en uno podrá hacer cosa juzgada en el otro, entonces
en ese caso hay un supuesto de litispendencia por CONEXIDAD.
Para la jurisprudencia no es necesario que haya traba de la litis para que haya litispendencia, con
el simple hecho de interponer la demanda basta.
Si por el contrario, estamos ante un caso de litispendencia por conexidad y en uno de los proceso
ya existe sentencia firme, deberá acudirse a la cosa juzgada por continencia de la causa. Si
ambos proceso están pendientes de resolución judicial, será procedente la excepción de
litispendecia x conexidad, prevista en el 3er párrafo.
En el caso de que haya identidad los efectos que acarrea son que el acogimiento de la excepción
dejará sin efecto el proceso iniciado con posterioridad, en el supuesto que haya coincidencia
entre 1 o 2 elementos los efectos son diferentes ya que, el proceso posterior podrá acumularse al
primero para que sean decididos simultáneamente (conf 340 CPCCSF).
En el caso de litispendencia x conexión, el art establece que los autos podrán acumularse o
tramitarse separadamente, según la índole de cada pretensión y el estado de cada procedimiento.
Para que la litispendencia de lugar a una acumulación de autos, es necesario q las causas se
encuentren en la misma instancia, pertenezcan a la misma jurisdicción, y deban sustanciarse x el
mismo trámite. La acumulación se hará siempre sobre el expediente más antiguo. Si ambos
procesos tramitaren en el mismo fuero, el Código dice que se dictará una sola sentencia, aunq se
encontraren en distinto grado. Si no correspondieren a la misma jurisdicción, se dictará primero la
que haya de producir cosa juzgada sobre la otra.
CONTESTACION DE LA DEMANDA
2do. Confesar o negar categóricamente cada hecho expuesto en la demanda. Su silencio, sus
respuestas evasivas o su negativa general podrán estimarse como reconocimiento de la verdad
de los hechos a que se refieran.
3ro. Reconocer o negar la autenticidad de los documentos privados que se le atribuyan, so pena
de que se los tenga por reconocidos.
4to. Oponer todas las defensas que por su naturaleza no tengan el carácter de excepciones
dilatorias según este Código, especificando con claridad los hechos que las apoyan. Si fuera de
esta oportunidad, se opusiera la prescripción, se substanciará por el trámite indicado para los
incidentes y se resolverá al dictar sentencia.
El Código remite a las reglas del 130. Al contestar la demanda, el demandado puede admitir o
negar total o parcialmente los hechos invocados por el actor, oponer una excepción o defensa o
reconvenir.
En caso de negar los hechos invocados x el actor, debe dar su propia versión sobre los hechos
materia de la litis. La negación debe ir acompañada de sus fundamentos, ya sea resaltando la
inverosimilutd de la afirmación del actor o mediante la alegación de un hecho contrario o
incompatible con lo afirmado x el mismo. Esto hace a la seriedad y razonabilidad del debate, de
esta forma, se procura que el proceso sea un medio apto para dirimir la contienda.
La no justificación de la negativa, según sean las circunstancias del caso, pueden ser reflejo de
una posición desventajosa en el pleito, lo cual podrá ser alegado x el actor en respaldo de su
pretensión en la etapa procesal oportuna y deberá ser valorado por el juez al momento de
sentenciar. Además el demandado podrá ofrecer prueba, exclusivamente sobre los hechos
invocados por el actor, pues la réplica carece de hechos que la sustenten.
La carga procesal recae sobre los hechos personales del demandado Este no tiene la obligación
de negar los hechos que no son propios de él o hechos que no se encuentra en condiciones de
conocerlos.
El demandado debe negar de manera concluyente, precisa, los hechos expuestos en la demanda.
No obstante, ello no implica que el demandado deba negar todo lo que el actor afirma sin ningún
tipo de sentido. El demandado cumple con la carga, si aporta una versión de los hechos que, en
lo esencial, se contrapone con la vertida x el actor. Por ello se ha sostenido que, la falta de
contestación categórica está salvada por la circunstancia de haber invocado la demanda hechos
incompatibles con los que ha omitido negar. De igual manera, la negativa sobre el o los hechos
principales hace innecesaria la negación sobre circunstancias o hechos secundarios cuya
existencia o sentido dependan de los primeros. “La negativa de un hecho esencial, hace
innecesario cumplir el estéril ritualismo de negar los hechos complementarios o suplementarios
que se adosan al hecho esencial Si se niega la existencia de un accidente, ¿qué importancia
puede tener negar haber circulado en contramano?”. Una contestación con manifestaciones
reticentes o ambiguas sobres los hechos invocados por el actor, constituye un responde con
evasivas, pudiéndose tener como ciertos los mismos al no ser negados categóricamente.
B. La SINE ACTIONE AGIT, es una defensa a través de la cual el demandado sostiene que el
actor carece de legitimación sustancial activa, para promover el juicio que ha iniciado. Es
bastante común que se haga impropiamente referencia a ella, bajo la fórmula falta de acción,
utilizándose el término acción en alusión al derecho sustancial que tiene el actor para obtener una
sentencia favorable.
Si el demandado no opone esta excepción, el juez de oficio puede hacerlo. Esto es así, porque el
actor carece de derecho sustancial.
FALTA DE FIRMA DEL APODERADO: Si compareciste con poder y no firmaste, se tiene por no
presentada la contestación.
FALTA DE FIRMA DEL DEMANDADO Q NO OTORGÓ PODER: Resulta insuficiente para tener
por presentado un escrito de contesación de demanda, la sola firma del letrado patrocinante.
La presunción que hace el artículo es iuris tantum, o sea admite prueba en contrario, ya que tal
efecto puede ser revertido ofreciendo y produciendo prueba en contrario, desvirtuando la
consecuencia derivada de la falta de contestación. El reconocimiento tácito opera en los procesos
que se debaten cuestiones disponibles por el afectado. En cambio, dicho efecto no se produce
cuando se trata de derechos en los que se encuentra en juego el OP, no siendo suceptibles de
ser dipuestos x su titular.
Ante la falta de contestación de la demanda el actor o reconveniente pueden pedir que se llame a
autos para sentencia y este decreto debe notificarse x cédula. El demandado o reconvenido
pueden solicitar la apertura de la causa a prueba de todas formas pudiendo revocar el decreto. El
código dice si correspondiere ya que, la apertura aprueba debe hacerse igual cuando este en
juego el OP.
ARTICULO 144. La reconvención sólo procederá cuando exista conexión con la demanda o
excepción. Deberá contener los mismos requisitos exigidos para aquélla.
Debe tenerse presente que se trata de una opción del demandado, la cual puede ejercerse o no
al contestar la demanda y que su falta de utilización en tal oportunidad- contestación de la
demanda- si bien no implica la preclusión de hacerla valer en dicho juicio, no inhibe de que el
accionado deduzca su pretensión en un proceso independiente, ello, sin perjuicio de que si, en
definitiva, existe conexidad se llegue a la acumulación de procesos.
Sin embargo, aunque la ley no lo dice rigen las normas relativas a la acumulación de
pretensiones; de manera que la reconvención no debe alterar ni el procedimiento, ni la
competencia determinada por la demanda originaria. Ello, entendemos, por razones de orden
procesal que, de no respetarse, estarían afectando la propia economía procesal que es uno de
los fundamentos de la existencia del instituto.
En primer término, entonces, debe ser competente en razón de la materia, de tal manera, no
procedería la reconvención que introduce una cuestión de naturaleza laboral si como
consecuencia de la naturaleza de la demanda se encontraba actuando y era competente un juez
civil y comercial. Ya que, esa competencia no es prorrogable en sf.
Menos problemas generan las reglas que gobiernan la competencia territorial y por razones de
vecindad, ya que en el primer caso ante la reconvención el actor no podrá oponer excepción de
incompetencia territorial siendo que al demandar había consentido una tácita prórroga de
competencia y, en el segundo siendo la competencia federal sólo introducible por el aforado y
prorrogable si el accionado revistiere tal carácter, la reconvención de su parte implicaría su
consentimiento a la prórroga de competencia.
Sin embargo, Peyrano entiende que la homogeneidad de trámite no siempre debe ser
considerada como un principio absoluto que veda la posibilidad de reconvenir, ya que si hay un
juicio que tramita ante un proceso ordinario y quien reconviene entabla una pretensión que debe
tramitar ante el juicio sumarísimo deberá procederse porque hay una renuncia a un trámite que
aporta mayor garantía y seguridad para las partes.
Más difícil parece inclinarse por la viabilidad de la reconvención, ante la hipótesis de que la
reconvención se encuentra sujeta a un trámite mayor que el de la demanda principal; al respecto,
parece prudente como cuestión liminar evaluar si se presenta en el supuesto una conexidad de
grado tal que vaya a concluir, necesariamente, con la acumulación de los procesos. Si tal extremo
se visualizara, y los inconvenientes procesales que provocaría la eventual acumulación
reconvencional no exceden el marco razonable del buen orden en el proceso, nos inclinaríamos
por admitir la reconvención.
d. Sujetos de la reconvención: Es solamente admisible contra el actor y por parte de quien ha sido
demandado por éste dentro de un proceso. Se admite de manera excepcional que la
contrademanda se entable contra un litisconsorcio necesario, más aún si este ya es parte. En
algunas oportunidades, tamb ha admtido la posibilidad de incluir a 3eros como sujetos pasivos de
la reconvención, cuando manifiestamente se advierta que la interposición de demandas
separadas va a concluir, necesariamente x razones de conexidad, en la acumulación.
El vocablo proceso (processus, de procedere) significa avanzar, marchar hasta un fin determinado, no de
una sola vez, sino a través de sucesivos momentos.
Desde el punto de vista de la teoría general del derecho aquella expresión denota, la actividad que
despliegan los órganos del Estado en la creación y aplicación de normas jurídicas, sean estas generales o
individuales. La terminología jurídica tradicional, sin embargo, utiliza la designación de que se trata como
sinónimo de proceso judicial, aunque no excluye a la actividad que se desarrolla por y ante los árbitros y
amigables componedores.
Partiendo de estos conceptos, cabe definir al proceso como el conjunto de actos recíprocamente
coordinados entre sí de acuerdo con reglas preestablecidas, que conducen a la creación de una norma
individual destinada a regir un determinado aspecto de la conducta del sujeto o sujetos, ajenos al órgano,
que han requerido la intervención de éste en un caso concreto, así como la conducta del sujeto o sujetos,
también extraños al órgano, frente a quienes se ha requerido esa intervención.
La doctrina, en general, define al proceso como el conjunto de actos que tienen por objeto la decisión de
un conflicto o de un litigio.
La definición propuesta se limita a aludir, como finalidad del proceso, a la creación de una norma individual
destinada a regir un aspecto específico de la conducta de determinados sujetos, resaltando, asimismo, la
ajenidad de aquéllos en relación con el órgano.
Aunque a veces se utilizan como sinónimos los términos proceso y juicio, corresponde destacar que ellos
se encuentran en relación de género a especie, pues el juicio supone la existencia de una controversia o,
por lo menos, de un conflicto entre partes, supuestos que no se configuran, respectivamente, en los
procesos contenciososo cuando media rebeldía o allanamiento, y en los denominados procesos
voluntarios.
Tampoco cabe identificar los términos proceso y procedimiento. El proceso representa el conjunto de actos
que son necesarios, en cada caso, para obtener la creación de una norma individual. El procedimiento, en
cambio, constituye cada una de las fases o etapas que el proceso puede comprender.
El proceso tiene por fin dirimir el conflicto de intereses sometido a los órganos de la jurisdicción,
normalmente, a través del dictado de la sentencia. Mientras que su fin inmediato es la justa solución del
litigio, el mediato es la paz social.
Privada Pues sirve al individuo y tiende a satisfacer sus aspiraciones (por esa nota Peyrano la
denomina "el pagador de promesas")
Pública Ya que trasciende al individuo, en la medida en que aspira a hacer concretos los intereses de la
colectividad, el afianzamiento del derecho y la paz social.
Todo proceso consta de un elemento subjetivo y de un elemento objetivo, e importa, asimismo, una
determinada actividad.
El elemento subjetivo se halla representado por las personas facultadas para iniciarlo, impulsarlo,
extinguirlo y decidirlo. En los procesos contenciosos son sujetos primarios el órgano judicial y las partes. El
primero, como titular de un poder público, se encuentra en el plano supraordinado con relación a las
segundas.
En esos mismos procesos existen, necesariamente, dos partes: la actora y la demandada. La primera es la
persona que formula la pretensión y la segunda, la persona frente a quien se formula dicha pretensión,
encontrándose ambas por dbajo del órgano, en una posición jerárquicamente igualitaria.
El elemento objetivo del proceso puede hallarse constituido por una pretensión, o por una petición
extracontenciosa, según que, respectivamente, la intervención del órgano sea requerida para definir un
conflicto (proceso contencioso) o para constituir, integrar o acordar eficacia a una relación jurídica (proceso
voluntario).
La actividad, por último, comprende el conjunto de actos que deben cumplir los sujetos procesales desde
el comienzo del proceso hasta la decisión que le pone término, escindiéndose en dimensiones de lugar,
tiempo y forma.
La doctrina se viene aplicando, desde antiguo, a esclarecer la clasificación que corresponde al proceso
dentro del cuadro general de las figuras jurídicas, consistiendo el motivo de esa preocupación en
desentrañar la índole de las vinculaciones que aquél genera.
Teoría contractualista: se inspira fundamentalmente en las modalidades y efectos de los que se hallaba
revestida la litiscontestatio en el derecho romano. Tanto durante el período de las legis actiones como de
la época del procedimiento formulario, la litiscontestatio constituía la actuación procesal en cuya virtud
quedaba cerrado el procedimiento in iure ante el magistrado, se determinaba el contenido y alcance del
litigio y se lo sometía al iudex. Se trataba de un contrato formal entre las partes, cuyo efecto más
importante era el de novar el derecho invocado por el actor en un nuevo derecho, consistente en la
obtención de una sentencia dentro del ámbito asignado a la cuestión litigiosa. De allí que la litiscontestatio
“consumiese” la acción, impidiendo que fuese renovada en otro proceso.
Hay diversos argumentos que caben oponer a esta concepción del proceso:
En primer lugar, el Estado moderno no concibe la prestación de la actividad judicial como el resultado de
un previo acuerdo de partes, sino como el ejercicio de un poder, inherente a la soberanía, y al cual las
partes se encuentran sujetas con prescindencia de su voluntad. En segundo lugar, mientras el contrato
requiere el consentimiento de ambas partes, el proceso puede constituirse, desenvolverse y extinguirse
contra la voluntad del demandado e incluso en ausencia de él (proceso en rebeldía). Además, ni la
iniciación del proceso ni la sentencia que lo decide producen la novación del derecho controvertido.
La asimilación del proceso a un cuasicontrato fue ideada para salvar los inconvenientes que importaba, en
la concepción contractualista, la circunstancia de que el proceso pudiese tener lugar pese a no mediar el
libre consentimiento de ambas partes.
La concepción del proceso como una relación jurídica: Es la que cuenta, incluso en la actualidad, con
mayor número de adherentes. El primer expositor sistemático de esta teoría fue Oscar BULOW. En Italia
fue adoptada por CHIOVENDA.
2) Compleja, porque comprende un conjunto indefinido de derechos, vinculados no obstante por un fin
común, que consiste en la actuación de la voluntad de la ley mediante el pronunciamiento de una
resolución jurisdiccional definitiva
3) De derecho público, porque deriva de normas que regulan el ejercicio de una potestad pública.
En cuanto al contenido de esa relación observa CHIOVENDA que existe por un lado un deber del órgano
jurisdiccional en el sentido de proveer las peticiones de las partes. Y las partes tienen, por otro lado,
deberes respecto del juez y entre sí (deber de comunicación de documentos, de no retrasar por
negligencia la resolución del pleito etc.)
Conforme al pensamiento de esta teoría, son sujetos de la relación procesal el juez, por un lado y las
partes (actor y demandado) por el otro, aunque es posible que ingresen a ella otros sujetos, como
consecuencia de la intervención voluntaria o forzosa. La relación procesal se constituye mediante la
notificación de la demanda al demandado, pero también es necesario que concurran los llamados
presupuestos procesales (competencia del juez, capacidad de las partes etc.), pues de lo contrario no
nace la obligación del juez de pronunciarse sobre el mérito de la demanda.
No hay uniformidad de criterios acerca de la forma como se constituye la llamada “relación jurídica
procesal”. Si bien la construcción triangular, recién descripta, es la que tiene mayor Nº de adherentes,
también se la ha concebido como un vínculo constituido solamente entre las partes (KOHLER) y como la
fusión de dos relaciones jurídicas entre el juez y cada una de las partes (ZANZUCCHI), o sea de la
relación que media entre el actor y el Estado (relación jurídica de acción) y de la relación que media entre
el demandado y el Estado (relación jurídica de excepción), las cuales se encuentran estrechamente
ligadas porque coinciden en el sujeto de la obligación (Estado).
CARNELUTTI, por su parte, entiende que el proceso no es una relación jurídica, sino un complejo de
relaciones jurídicas, constituidas por los poderes y deberes que la ley instituye en favor o a cargo de los
agentes que en él intervienen (partes, defensores, oficiales, terceros etc.)
GOLDSHMIDT ha negado, la conclusión de que el proceso contenga una relación jurídica. En primer lugar,
porque, en su entender, no media relación alguna de índole procesal entre el juez y las partes: el deber de
administrar justicia, en efecto, se basa en el derecho público y solo engendra para el juez, en caso de
incumplimiento, responsabilidades penales o civiles que deben hacerse efectivas fuera del proceso.
En segundo lugar, porque no existe una verdadera obligación de las partes de someterse a la jurisdicción
estatal, sino un estado de sujeción que no tiene origen en el proceso sino en la relación general que liga al
ciudadano con el Estado.
El punto cardinal de la tesis de GOLDSHMIDT reside en la distinta función que a su juicio cumplen las
normas jurídicas según sea el punto de vista desde el cual se las examine. Así, en su función extrajudicial
(consideración estática), las normas representan imperativos dirigidos a los ciudadanos, siendo deber y
derecho, respectivamente, la sujeción a un imperativo y el poder sobre un imperativo. En su función
judicial (consideración dinámica), en cambio, las normas constituyen medidas con arreglo a las cuales el
juez debe juzgar la conducta y el estado de los ciudadanos, de manera tal que, hallándose pendiente el
proceso, aquéllas pierden el carácter de imperativos para asumir el de promesas o amenazas de
determinada conducta del juez. El proceso genera, nuevos nexos jurídicos que se hallan referidos a la
sentencia judicial que las partes esperan: son expectativas de una sentencia favorable o perspectivas de
una sentencia desfavorable. No es por lo tanto el proceso una relación jurídica, sino una situación jurídica
definida por GOLDSHMIDT como el estado en que una persona se encuentra desde el punto de vista de la
sentencia judicial que se espera con arreglo a las normas jurídicas.
El proceso engendra, de tal manera, conforme a esta teoría, nuevas categorías jurídicas de carácter
netamente procesal: los derechos y cargas procesales. Son derechos procesales 1) la expectativa de una
ventaja procesal y, en último término, de una sentencia favorable. 2) la dispensa de una carga procesal y
3) la posibilidad de llegar a aquella situación mediante la realización de un acto procesal. La carga
procesal, constituye la necesidad de una determinada actuación para prevenir un perjuicio procesal y, en
último término, una sentencia desfavorable. A diferencia de los deberes, que siempre representan
imperativos impuestos en interés de un tercero o de la comunidad, las cargas son imperativos del propio
interés.
Teoría de la institución: GUASP considera que el proceso contiene, en rigor, una multiplicidad de
relaciones jurídicas que debe reducirse a una unidad superior y que tal unidad solo la proporciona la figura
de institución.
Dicho autor entiende por institución al conjunto de actividades relacionadas entre sí por el vínculo de una
idea común y objetiva a la que figuran adheridas, sea esa o no su finalidad individual, las diversas
voluntades particulares de los sujetos de quienes procesa aquella actividad. Para él, el proceso es una
verdadera institución.
Agrega el autor que el proceso exhibe los caracteres naturales propios de toda institución jurídica:
a) Respecto de los sujetos la jerarquía, pues aquellos no se encuentran en un plano de igualdad, sino
en un plano de desigualdad o subordinación.
A esa teoría se le critica que si bien, no es dudoso que el proceso sea una institución y que revista, como
tal, las características que GUASP señala, la excesiva generalidad del concepto lo priva, en el caso, de
utilidad científica y práctica.
La lectura de varias obras de derecho procesal revelará rápidamente que los autores asignan al vocablo
"objeto" distintos significados. Lo más corriente es que se le otorgue el mismo contenido de la palabra
pretensión: y así se dice que el objeto del proceso es la materia que se discute durante su desarrollo. Pero
tal óptica ha generado largas polémicas doctrinales con el fin de precisar en forma adecuada el contenido
del vocablo.
Como el proceso es sólo un medio de debate para lograr la heterocomposición de las partes, parece
razonable sostener que el objeto de aquél es lograr la emisión del acto de autoridad que resolverá el litigio:
la sentencia.
La aceptación de esta idea traerá aparejadas numerosas consecuencias: por ejemplo, si la sentencia es el
objeto del proceso, lógicamente no puede integrar su concepto. Y esto se ve claramente cuando se
advierte que la sentencia no integra la serie procesal. De ahí que no quepa considerar a la sentencia como
un "acto procesal" ya que sus efectos se extienden AFUERA del ámbito interno en el cual se dicta.
Simplemente, es una norma jurídica que ha perdido sus caracteres de general y abstracta al contener
ahora una declaración particular con nombre y apellido de sus destinatarios.
Por supuesto, el proceso no siempre cumple o llega a obtener su objeto, toda vez que el litigio puede
disolverse antes de la sentencia heterocompositiva. (Ej. Las partes autocomponen el litigio).
Clasificación de proceso
Cuando se lee el contenido de las clasificaciones del proceso, se descubre que, cualquiera sea el criterio
de clasificación que se aplique, no se refiere al proceso como tal sino a la pretensión deducida o al
procedimiento previsto por el legislador para tramitar una determinada pretensión:
1) Proceso judicial y arbitral, teniendo en mira la naturaleza pública o privada de la autoridad que actúa
2) Procesos contenciosos y no contenciosos o voluntarios, queriendo mostrar que en unos existe litigio y
en otros no
3) Procesos declarativos, ejecutivos y cautelares, apuntando al resultado que pretende lograr el actor
4) Procesos ordinarios y especiales, haciendo ver las diferencias de la actividad de cognición del juez en
cuanto a la pretensión deducida. Los procesos ordinarios, que constituyen el proceso tipo; o procesos
especiales, que son los procesos a los cuales la ley somete un trámite específico, total o parcialmente,
diverso al ordinario.
5) Procesos singulares y universales, señalando que en éstos está en juego todo el patrimonio de una
persona y en aquéllos que no.
Desde el siglo pasado la doctrina publicista refiere insistentemente al debido proceso como un claro
derecho constitucional de todo particular y como un deber de irrestricto cumplimiento por la autoridad.
Al igual que otros países, la CN no menciona la adjetivación debido, lo que ha hecho considerar que se
trata de una garantía innominada.
La doctrina en general se ha abstenido de definir en forma positiva al debido proceso, haciéndolo siempre
negativamente.
No obstante, pasando a afirmativa las concepciones negativas y haciendo un mínimo inventario de las
frases hechas acuñadas por la jurisprudencia local, se podría decir que el debido proceso supone el
derecho a la jurisdicción, que es imprescriptible, irrenunciable y no afectable por las causas extintivas de
las obligaciones ni por sentencia (afirmación contenida en la Declaración de Derechos Humanos de
Naciones Unidas de 1948: "Toda persona tiene derecho de ser oída en plena igualdad, públicamente y con
justicia por un tribunal independiente para la determinación de sus derechos y obligaciones)
Implica:
- Determinación previa del lugar del juicio y el derecho del reo de explicarse en su propia lengua
- El derecho de que el proceso se efectúa con un procedimiento eficaz y sin dilaciones adecuado a la
naturaleza del caso justiciable y público, con sistencia letrada eficiente desde el momento mismo de la
imputación o detención
- El derecho de probar con la utilización de todos los medios legales pertinentes y el derecho de que el
juzgador se atenga sólo a lo regular y legalmente acreditado en las actuaciones respectivas
- el derecho de que sea dictada por un juez objetivo, imparcial, independiente, que emita su
pronunciamiento en forma completa, legítima, lógica, motivada y congruente.
Si se intenta definir técnicamente la idea del "debido proceso" resulta más fácil sostener que: es aquél que
se adecua plenamente a la idea lógica de proceso: dos sujetos que actúan como antagonistas en un pie
de perfecta igualdad ante una autoridad que es un tercero en la relación litigiosa (por lo tanto impartial,
imparcial e independiente).
En otras palabras: el debido proceso no es ni más ni menos que el proceso que respeta sus propios
principios.
- El derecho a ser oído, que implica también el acceso a la justicia sin restricciones personales ni
económicas
- El derecho al juez natural y a que éste sea competente, independiente e imparcial. Se postula,
también, que el juez haga un efectivo uso de sus potestades en orden a la dirección e impulso del
proceso, con la finalidad de determinación de la verdad de los hechos.
Acceso a la justicia
Las 100 Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condiciones de vulnerabilidad
(estudiar en términos generales, no es necesario estudiar todos los art).
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
La Cumbre Judicial Iberoamericana, dentro del marco de los trabajos de su XIV edición, ha considerado
necesaria la elaboración de unas Reglas Básicas relativas al acceso a la justicia de las personas que se
encuentran en condición de vulnerabilidad. De esta manera, se desarrollan los principios recogidos en la
“Carta de Derechos de las Personas ante la Justicia en el Espacio Judicial Iberoamericano” (Cancún
2002), específicamente los que se incluyen en la parte titulada “Una justicia que protege a los más débiles”
(apartados 23 a 34).
En los trabajos preparatorios de estas Reglas también han participado las principales redes
iberoamericanas de operadores y servidores del sistema judicial: la Asociación Iberoamericana de
Ministerios Públicos, la Asociación Interamericana de Defensorías Públicas, la Federación Iberoamericana
de Ombudsman y la Unión Iberoamericana de Colegios y Agrupaciones de Abogados. Sus aportaciones
han enriquecido de forma indudable el contenido del presente documento.
El sistema judicial se debe configurar, y se está configurando, como un instrumento para la defensa
efectiva de los derechos de las personas en condición de vulnerabilidad. Poca utilidad tiene que el Estado
reconozca formalmente un derecho si su titular no puede acceder de forma efectiva al sistema de justicia
para obtener la tutela de dicho derecho.
Si bien la dificultad de garantizar la eficacia de los derechos afecta con carácter general a todos los
ámbitos de la política pública, es aún mayor cuando se trata de personas en condición de vulnerabilidad
dado que éstas encuentran obstáculos mayores para su ejercicio. Por ello, se deberá llevar a cabo una
actuación más intensa para vencer, eliminar o mitigar dichas limitaciones. De esta manera, el propio
sistema de justicia puede contribuir de forma importante a la reducción de las desigualdades sociales,
favoreciendo la cohesión social.
Las presentes Reglas no se limitan a establecer unas bases de reflexión sobre los problemas del acceso a
la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad, sino que también recogen recomendaciones
para los órganos públicos y para quienes prestan sus servicios en el sistema judicial. No solamente se
refieren a la promoción de políticas públicas que garanticen el acceso a la justicia de estas personas, sino
también al trabajo cotidiano de todos los servidores y operadores del sistema judicial y quienes intervienen
de una u otra forma en su funcionamiento.
Este documento se inicia con un Capítulo que, tras concretar su finalidad, define tanto sus beneficiarios
como sus destinatarios. El siguiente Capítulo contiene una serie de reglas aplicables a aquellas personas
en condición de vulnerabilidad que han de acceder o han accedido a la justicia, como parte del proceso,
para la defensa de sus derechos. Posteriormente contiene aquellas reglas que resultan de aplicación a
cualquier persona en condición de vulnerabilidad que participe en un acto judicial, ya sea como parte que
ejercita una acción o que defiende su derecho frente a una acción, ya sea en calidad de testigo, víctima o
en cualquier otra condición. El último Capítulo contempla una serie de medidas destinadas a fomentar la
efectividad de estas Reglas, de tal manera que puedan contribuir de manera eficaz a la mejora de las
condiciones de acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad.
La Cumbre Judicial Iberoamericana es consciente de que la promoción de una efectiva mejora del acceso
a la justicia exige una serie de medidas dentro de la competencia del poder judicial. Asimismo, y teniendo
en cuenta la importancia del presente documento para garantizar el acceso a la justicia de las personas en
condición de vulnerabilidad, se recomienda a todos los poderes públicos que, cada uno dentro de su
respectivo ámbito de competencia, promuevan reformas legislativas y adopten medidas que hagan
efectivo el contenido de estas Reglas. Asimismo se hace un llamamiento a las Organizaciones
Internacionales y Agencias de Cooperación para que tengan en cuenta estas Reglas en sus actividades,
incorporándolas en los distintos programas y proyectos de modernización del sistema judicial en que
participen.
El proceso, como idea lógica, solo puede ser iniciado por el ejercicio de la acción procesal, típica instancia
de parte que no puede ni debe ser suplida por el juzgador.
De tal modo, cuando la discusión verse sobre pretensión no penal, el acto idóneo para comenzar el
desarrollo de la serie será la "demanda"; y el mismo acto se denominará "acusación" cuando el debate
recaiga acerca de una pretensión penal.
Descartada así la iniciación de oficio u oficioso que surge del espontáneo querer del propio juez.
A partir de la presentación de la demanda ante la autoridad (juez o árbitro) surge para ella un claro deber
procesal de proveer a su objeto: iniciar un proceso.
Para ello, la autoridad ha de hacer un juicio de admisibilidad estudiando si se dan en especies todos los
presupuestos de la acción y de la demanda.
De ser ello así, la autoridad admitirá (en lenguaje procesal admitir significa dar curso) la demanda, fijando
con claridad el tipo de procedimiento (ordinario, sumario etc.) mediante el cual se desarrollará la serie y, al
mismo tiempo, ordenando que se efectúe la citación del demandado para que comparezca al proceso.
En otras palabras: la autoridad se limita a conectar al actor con el demandado, que deberá asumir su papel
procesal por la sola voluntad de la ley, que es la que lo vincula inmediatamente al proceso (debate) y a su
objeto (sentencia, con sus efectos)
De aquí en más la autoridad realizará siempre actos de conexión, generando cargas a ambas o a alguna
de las partes en litigio.
Una orden
Se infiere de ello que toda posibilidad de acción supone una de reacción. De tal modo, el legislador que
prevé el desarrollo de una serie procedimental debe normar distintos efectos para ambos casos: si se
cumple o no.
La serie continúa su desarrollo con la comparecencia del demandado, a quien ahora cabe otorgarle la
posibilidad de negación. A ese efecto, la autoridad ordena conferirle traslado de la demanda para que diga
lo que desee respecto de la pretensión deducida.
Con esta conexión, se inicia la fase procesal de negación, durante la cual el demandado puede
abstenerse, someterse u oponerse.
La actitud lógica y habitual es la de oposición, en ese caso la autoridad se enfrenta con una afirmación
negada, por cuya razón tendrá que ser confirmada de acuerdo con ciertas reglas.
A este efecto, la autoridad inicia la siguiente fase procesal (de confirmación), abriendo a prueba la causa.
A partir de allí, las partes a quienes incumba efectuar la confirmación de una afirmación negada tendrán
que ofrecer sus medios de confirmación, lograr que la autoridad los admite y ordene su producción, que se
efectúen las notificaciones necesarias y que cada medio se produzca efectivamente.
Terminada toda esa actividad o antes, por el simple vencimiento del plazo acordado para desarrollarla, la
autoridad clausura la fase de confirmación y da inicio a la de evaluación, disponiendo que las partes
aleguen (o presenten conclusiones) acerca del mérito confirmativo de cada uno de los medios producidos
durante la etapa anterior.
Habiendo ambas partes alegado, la autoridad da opr finalizado el desarrollo de la serie utilizando al efecto
una fórmula casi ritual: llama autos para sentencia, con lo cual quiere decir que de aquí en más las partes
dejarán de emitir instancias y que la propia autoridad dictará la sentencia heterocompositiva del litigio.
Por supuesto, este desarrollo de la serie es ejemplar. No se incluyen los posibles incidentes o accidentes
que pueden acaecer durante su curso, no se ha detallado como cambia el procedimiento de la serie en el
supuesto de inacción, no se ha previsto la presencia contemporánea o sucesiva de distintos sujetos en
posición de parte procesal etc.
Si quien resulta perdidoso en la sentencia decide impugnarla por alguna de las razones posibles al efecto,
la serie recomienza: nuevamente una necesaria fase de afirmación (ahora se denomina expresión de
agravios), una de eventual negociación (contestación de los agravios), una de confirmación y otra de
evaluación. Y otra vez el cierre mediante el llamamiento de autos. Y ahora la sentencia es de segundo
grado.
La cosa juzgada significa, en general, la irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia cuando
contra ella no procede ningún recurso que permita modificarla. No constituye, por lo tanto, un efecto de la
sentencia, sino, una cualidad que se agrega a ella para aumentar su estabilidad y que igualmente vale
para todos los posibles efectos que produzca.
De lo expuesto se desprende, asimismo, que la cosa juzgada en sentido material presupone la cosa
juzgada formal; y que ésta última, por consiguiente, puede existir con independencia de la primera.
Para que una decisión judicial adquiera autoridad de cosa juzgada, es necesario que se haya dictado en
un proceso contradictorio y con carácter final.
De allí que no sean susceptibles de adquirir aquella calidad los pronunciamientos dictados en los procesos
de jurisdicción voluntaria.
En su acepción constitucional, la palabra “propiedad” no se refiere solamente al dominio de las cosas
materiales, sino que comprende, como lo ha dicho la CJSN “todos los intereses apreciables que un
hombre pueda poseer fuera de sí mismo, fuera de su vida y de su libertad”.
En ese orden de ideas la CJSN ha expresado, a través de numerosos precedentes, que el derecho
reconocido por una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, constituye un bien que queda
incorporado al patrimonio del interesado, y del cual no puede ser privado sin mengua del precepto
constitucional que consagra la inviolabilidad de la propiedad.
Generalidades:
Frente a la sentencia definitiva que constituye el modo normal de terminación de todo proceso, existen
diversos actos y situaciones que producen el mismo resultado aunque algunos de ellos no afectan al
derecho sustancial que puede asistir a las partes y posibilitan, por lo tanto, la reproducción de la pretensión
en un proceso posterior
Con excepción del desistimiento de la pretensión (o del proceso), los restantes componen definitivamente
el litigio e impiden, por lo tanto, su ulterior renovación.
Otro modo anormal de terminación de los procesos es la caducidad de instancia, que no reviste, como los
antes mencionados, el carácter de acto procesal, y se funda en la voluntad presunta de abandono del
proceso por parte del litigante a quien incumbe la carga de impulsar la marcha de la instancia, sea ésta
principal o incidental. En principio, además, la caducidad de instancia no impide la renovación de la
pretensión.
La mediación, por último, se halla regulada en la ley Nº 24.573 y en Santa Fe en la ley Nº 13.151, si bien
puede culminar con la realización de una acto provisto de la misma eficacia de la transacción y la
conciliación, actúa ya no como medio anormal de terminación del proceso, sino como medio de evitar su
promoción.
Allanamiento
ARTICULO 230. “El demandado podrá allanarse a la demanda, reconociendo sus fundamentos. En tal
supuesto, el tribunal dictará sentencia conforme a Derecho sin más trámite si no hubiere cuestiones sobre
costas; en caso contrario, la pronunciará después de substanciado por el juicio sumarísimo, la incidencia
relativa a éstas. Si estuviere interesado el orden público o la sentencia a dictarse pudiera afectar a
terceros, el tribunal podrá disponer la apertura a prueba y la prosecución de la causa hasta el fallo. El
allanamiento de un litisconsorte no afecta a los demás y la sentencia que acoja la demanda sólo alcanzará
al allanado”
(Costas) ARTICULO 251. “La parte vencida será siempre condenada a pagar las costas del juicio o
incidente aunque no mediare pedido de parte, salvo: 1ro. Cuando la parte vencida reconociera como
fundadas las pretensiones de su adversario dentro del término legal para contestar, allanándose a
satisfacerlas, a menos que hubiera incurrido en mora o que, por su culpa, haya dado lugar a la
reclamación. En los procesos ejecutivos, se requerirá, además, el depósito judicial de la cosa o cantidad
reclamada; 2do. Cuando aceptare los extremos de la petición de la contraria al dársele conocimiento de
los títulos o instrumentos tardíamente presentados; 3ro. Cuando procediere de igual modo al oponérsele la
prescripción siempre que ésta haga decidir el pleito en su contra”.
El desistimiento de la pretensión es el acto mediante el cual el actor manifiesta su voluntad de poner fin al
proceso sin que se dicte una sentencia de fondo respecto del derecho material invocado como fundamento
de aquélla.
Esta clase de desistimiento solo comporta, pues, el expreso abandono del proceso y la consecuente
desaparición de su objeto, pero no afecta al derecho material que pudiere corresponder al actor. De allí
que no impide el planteamiento de la misma pretensión en otro proceso ulterior, de idéntico contenido,
salvo naturalmente que haya operado la prescripción.
Como consecuencia del desistimiento de la pretensión quedan sin efecto los actos procesales cumplidos,
pero las pruebas incorporadas al proceso que mediante él se extingue pueden ser utilizadas en el proceso
posterior que se promueva.
Formulado el desistimiento de la pretensión, y cumplidos los requisitos que luego se examinará, el juez
debe disponer la extinción del proceso y el archivo de las actuaciones, imponer las costas en la forma que
corresponda y practicar las regulaciones de honorarios de los profesionales intervinientes.
El desistimiento del derecho, en cambio, es el acto en cuya virtud el actor abdica el derecho material
invocado como fundamento de la pretensión. Este trae aparejado, asimismo, el desistimiento de la
pretensión, pues no cabe concebir la subsistencia de una pretensión despojada de su fundamento
sustantivo.
El efecto de esta clase de desistimiento consiste en que en lo sucesivo no podrá promoverse otro proceso
por el mismo objeto y causa.
ARTÍCULO 229 – “En cualquier estado del juicio, podrán las partes desistir de sus acciones o
excepciones.
Si el desistimiento fuere del proceso y no de la acción, el juez no lo tendrá por producido sin el
consentimiento de la contraparte.
El desistimiento de la acción (desistimiento del derecho) la extingue definitivamente. Las costas serán a
cargo de la parte que desista. No se admitirá el desistimiento sin la justificación del pago de aquellas”.
La caducidad o perención de instancia constituye un modo de extinción del proceso que tiene lugar cuando
en él no se cumple acto de impulso alguno durante los plazos establecidos por la ley.
b) La inactividad procesal
c) El transcurso de un plazo
Inexistencia de una instancia principal o incidental: Debe entenderse por instancia el conjunto de actos
procesales que se suceden desde la interposición de una demanda, la petición que abre una etapa
incidental del proceso o la concesión de un recurso, hasta el dictado de la sentencia o resolución que se
persigue mediante tales actos.
Inactividad procesal: Significa la paralización total del trámite judicial útil, o sea, el no cumplimiento de acto
idóneo alguno por ambas partes, por el juez o tribunal, o por los auxiliares de unos y otros. Pero es preciso
aclarar que la caducidad no se produce cuando los juicios están pendientes de alguna resolución, y la
demora en dictarla es imputable al órgano judicial, o la prosecución del trámite depende de una actividad
que el código o los reglamentos imponen al secretario etc. Porque en tales supuestos las partes se hallan
eximidas de impulsar la marcha del proceso.
La inactividad debe ser continuada durante los lapsos que la ley determina. Por consiguiente, cualquier
petición de las partes o actuación del tribunal o de los mencionados funcionarios que sea adecuada para
impulsar el desarrollo del proceso y que se verifique antes del vencimiento de los plazos pertinentes, tiene
por efecto la interrupción de la caducidad y determina la iniciación del curso de un nuevo plazo, resultando
neutralizado el tiempo transcurrido con anterioridad.
ARTICULO 232. “Caducará el proceso si no se insta su curso durante nueve meses. En los procesos que
tramiten por ante la Justicia de Circuito el término será de seis meses. Este término corre durante los días
inhábiles y empieza a contarse desde la última actuación o diligencia judicial destinada a impulsar el
procedimiento, pero no correrá mientras los autos estuvieren pendientes de resolución o actividad judicial.
ARTICULO 233. “Es obligación del secretario dar cuenta al tribunal luego de que transcurra el término
señalado. Éste, previo traslado a las partes, resolverá el incidente de perención.
Los litigantes podrán también pedir la declaración de caducidad por vía de acción o de excepción antes de
consentir ningún trámite del procedimiento.
ARTICULO 234. “La caducidad se producirá aun contra el Estado y los incapaces”
Efectos
ARTICULO 236. “Cuando la caducidad se produjere antes de la sentencia de primera instancia o antes de
su notificación a las partes, no se extinguirá la pretensión, que podrá ejercerse en nueva demanda.
Cumplida la notificación que podrá ser efectuada de oficio por el juez o tribunal, la perención dará fuerza
de cosa juzgada al fallo, aún cuando se hubiere recurrido.
La caducidad será resuelta, en todos los casos, por el tribunal en que radiquen los autos”
ARTICULO 237. “No obstante la perención, las parte podrán usar en el nuevo juicio que promovieren las
pruebas producidas en el primero”
ARTICULO 238. “Las disposiciones de este Título no son aplicables a la ejecución de sentencia, incluido
el juicio arbitral cuando se lo usa a este fin, ni a los autos de jurisdicción voluntaria y juicios universales”
ARTICULO 239. “En ningún caso, se decretará la perención cuando el pleito se hubiera paralizado por
fuerza mayor o disposición de la ley”
ARTICULO 240. “La perención tiene lugar también en los incidentes, excepto en el de perención. Perimido
el principal quedan perimidos los incidentes”
ARTICULO 241. “Las costas del juicio perimido serán a cargo del actor. En caso de demanda y
reconvención, respectivamente, al actor y al reconviniente.
Si la perención se produjera en segunda instancia, las costas de ésta serán a cargo del o los recurrentes”
ARTICULO 242. “Cuando por infracción a las leyes fiscales deban paralizarse los procedimientos y el
deudor de la obligación tributaria fuere el actor, se producirá la perención si transcurridos noventa días,
incluidos los inhábiles, no se hubiere satisfecho el impuesto y la multa.
En segunda instancia, si el infractor fuere el apelante, se le considerará como actor a estos efectos, y la
paralización durante el tiempo establecido tendrá como consecuencia la deserción del recurso. Esta
caducidad fiscal se produce por el mero transcurso del tiempo sin necesidad de liquidación o intimación
alguna o pendencia del procedimiento de los art.. 291 y ss del Código Fiscal (t.o. 2014). Corre desde la
notificación de la providencia que ordena cumplir con la obligación fiscal”.
La negociación
Mediante ella, las partes que tienen un conflicto intentan resolverlo de común acuerdo, buscando
soluciones que satisfagan a ambas, sin necesidad de resignar intereses.
La transacción constituye una especie dentro de la negociación y el CCYC la define como un contrato por
el cual las partes, para evitar un litigio o ponerle fin, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen
obligaciones dudosas o litigiosas. Produce los efectos de la cosa juzgada sin necesidad de homologación
judicial, a la vez que es de interpretación restrictiva (art. 1642)
En el Código Procesal Civil y Comercial de SF el art. 231 establece "no se dará curso a la transacción sin
la justificación del pago de las costas o el afianzamiento de ellas".
La mediación
Cuadra definir a la mediación como el procedimiento que, desarrollado con anterioridad a la iniciación o
durante el curso del proceso, comienza con la intervención de un tercero, ajeno al órgano judicial, que a
través de la aplicación de técnicas especiales de comunicación procura que se produzca el entendimiento
entre las partes, y concluye, eventualmente, con la celebración, por éstas, de un acuerdo que compone el
conflicto y reviste eficacia equivalente a la de una sentencia firme. Se trata, por consiguiente de una
verdadera autocomposición del litigio lograda a través del acercamiento que, entre las posiciones e
intereses de las partes, lleva a cabo el mediador.
De lo dicho surge que a diferencia de la conciliación, que configura en todo caso un resultado susceptible
de lograrse en un proceso ya promovido, la mediación descarta no solo la iniciativa y la intervención del
juez o tribunal en la celebración del acuerdo, sino también la posibilidad de que el mediador proponga
fórmulas y soluciones de avenimiento. A diferencia del árbitro, el mediador carece en absoluto de
potestades decisorias y en modo alguno ejerce, en consecuencia, funciones jurisdiccionales.
La mediación puede, por un lado ser preprocesal o procesal según que, respectivamente, se realice con
anterioridad a la interposición de la demanda o durante el transcurso de un proceso ya iniciado. Desde otro
ángulo el procedimiento analizado es facultativo cuando su cumplimiento obedece a la libre determinación
de ambas partes y es obligatorio cuando viene impuesto por ley.
LEY DE MEDIACIÓN (Estudiar en términos generales, no hace falta estudiar articulo por artículo)
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 1.- Declárase de interés público provincial la utilización, promoción, difusión y desarrollo de
métodos no adversariales y desjudicializados de resolución de conflictos.
ARTÍCULO 2.- Institúyese la Mediación en todo el ámbito de la Provincia, con carácter de instancia previa
obligatoria a la iniciación del proceso judicial, en los términos establecidos en la presente ley.
ARTÍCULO 4.- El procedimiento de mediación previsto por esta ley no será de aplicación en los siguientes
supuestos:
a) Causas penales y de violencia familiar, sin perjuicio de lo que se disponga en la normativa respectiva.
b) Acciones de separación personal y divorcio, nulidad de matrimonio, patria potestad, filiación, adopción y
alimentos provisorios que determina el artículo 375 del Código Civil.
c) Causas en las que el Estado Provincial, sus municipios, comunas o sus entidades descentralizadas
sean parte.
f) Medidas cautelares.
k) Procesos voluntarios.
m) En general, todas aquellas cuestiones en que esté involucrado el orden público o, que resulten
indisponibles para los particulares.
ARTÍCULO 5.- En las cuestiones derivadas del derecho de familia, el requirente deberá llevar a mediación
previa obligatoria todos aquellos temas que refieran a cuestiones que no estuvieran expresamente
excluidas de la presente ley; en su defecto el juez, previo a todo trámite, deberá remitir estos temas a la
instancia de mediación.
ARTÍCULO 6.- En el caso de ejecuciones de títulos ejecutivos y de sentencias así como juicios de
desalojos y cobro de alquileres, el presente régimen de mediación será optativo para el titular de la acción,
debiendo en dicho supuesto el requerido ocurrir a tal instancia.
CAPÍTULO II
PROCEDIMIENTO DE MEDIACIÓN
ARTÍCULO 7.- El requirente formalizará su petición, con patrocinio letrado, ante la repartición que a tal fin
designará el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, a través de un formulario cuyos requisitos se
establecerán por vía de reglamentación. Cumplida la presentación, se procederá al sorteo del mediador.
ARTÍCULO 8.- El mediador será notificado de su designación, dentro del plazo de tres (3) días. Dicha
designación no generará determinación de la competencia judicial.
ARTÍCULO 9.- El mediador recibirá el formulario de mediación debiendo aceptar el cargo o excusarse
dentro del plazo de tres (3) días a contar desde la recepción del mismo.
En caso de que no acepte el cargo se efectuará un nuevo sorteo y se actuará respecto del mediador de
acuerdo a lo previsto en esta ley.
ARTÍCULO 10.- El mediador convocará a las partes a una primera reunión, cuya fecha no excederá del
plazo de diez (10) días desde que aceptó el cargo para el que fue designado.
ARTÍCULO 11.- Las partes serán notificadas de la reunión con una antelación mínima de tres (3) días a la
fecha de su celebración.
ARTÍCULO 13.- El mediador, las partes y todos aquellos que intervengan en el procedimiento de
mediación quedan sujetos al deber de confidencialidad y deberán suscribir el respectivo convenio. La
actividad del mediador se encuentra amparada por el secreto profesional.
ARTÍCULO 14.- A las reuniones deberán concurrir las partes personalmente, y no podrán hacerlo por
apoderado, exceptuándose a las personas jurídicas y a los domiciliados en extraña jurisdicción de acuerdo
a lo que se establezca en la reglamentación. La asistencia letrada será obligatoria.
ARTÍCULO 15.- Si una de las partes no asistiera injustificadamente a la primera reunión, el mediador
deberá convocarla nuevamente.
Si esta reunión fracasara por otra ausencia injustificada, el inasistente cargará con la retribución del
mediador.
No tratándose del supuesto previsto en el artículo 32 de esta ley, la parte que concurra sin patrocinio
letrado será tenida por inasistente, a menos que de común acuerdo entre partes se decida designar nueva
fecha de reunión. Todo ello sin perjuicio de la responsabilidad profesional que pudiere corresponder.
ARTÍCULO 16.- El procedimiento de mediación tendrá una duración de hasta cuarenta y cinco (45) días
hábiles contados desde la fecha de la primera reunión, la cual podrá prorrogarse por acuerdo expreso
entre las partes hasta un plazo máximo de seis (6) meses.
ARTÍCULO 17.- Previo consentimiento de las partes, el mediador podrá actuar con un comediador
formado en disciplinas afines con el conflicto que sea materia de la mediación.
Si la intervención del comediador fuera solicitada por el mediador designado, no representará mayor costo
para las partes y éste compartirá los honorarios en la siguiente proporción: dos tercios (2/3) para el
mediador y un tercio (1/3) para el comediador.
Si la intervención del comediador fuera solicitada por las partes, sus honorarios serán equivalentes a un
tercio (1/3) de lo que le correspondiese al mediador, siendo ellos asumidos por las partes.
ARTÍCULO 18.- El mediador podrá citar a terceros, de oficio o a solicitud de parte y siempre que lo estime
necesario, a fin de que comparezcan a la instancia mediadora.
a) Por acuerdo;
d) Por decisión de cualquiera de las partes, exteriorizada a partir de la primera reunión de mediación;
ARTÍCULO 20.- En caso de acuerdo total o parcial el mediador labrará, además del acta final, un acta de
acuerdo en la que constarán sus términos.
Las actas serán firmadas por todos los participantes entregándose copias a cada uno de ellos.
Se procederá necesariamente a la homologación del acuerdo sólo cuando hubiere involucrados intereses
de menores e incapaces, previo los trámites de ley.
ARTÍCULO 21.- El acuerdo instrumentado en acta suscripta por el mediador y protocolizado en el registro
que a tal efecto deberá llevar el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, será ejecutable por el
procedimiento de ejecución de sentencia, de conformidad con lo dispuesto por la Ley Nº 5.531, Código
Procesal Civil y Comercial de la Provincia.
ARTÍCULO 22.- Concluida la mediación sin acuerdo se labrará acta final dejando constancia de ello, con
firma de todos los participantes entregándose copia a cada uno de ellos. La negativa a firmar el acta no
obstará su validez siempre que se deje constancia de ese extremo.
El acta final de mediación sin acuerdo total o parcial habilita la instancia judicial correspondiente.
ARTÍCULO 23.- A los efectos previstos en el artículo 3.986, primer párrafo, del Código Civil, el
requerimiento de mediación equivale a interposición de demanda.
La interrupción de la prescripción operará contra todos los requeridos y, en los términos del artículo 3.987
del Código Civil, se tendrá por no sucedida si el requirente no interpone la demanda dentro de los seis (6)
meses de la fecha del acta de finalización de la mediación.
CAPÍTULO III
a) Título universitario de abogado o procurador con tres (3) años de ejercicio profesional;
ARTÍCULO 26.- El mediador, bajo pena de separación del Registro de Mediadores y Comediadores,
deberá excusarse de intervenir en el caso cuando concurran respecto de él y las partes, las causales
previstas para los jueces en la Ley Nº 5531 -Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia.
Las partes podrán recusar con causa al mediador en los casos previstos en la Ley Nº 5531 –Código
Procesal Civil y Comercial de la Provincia. Si el mediador rechaza la recusación, el Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, a través de la repartición que corresponda, resolverá sobre su procedencia.
INHABILIDADES
ARTÍCULO 27.- No podrán actuar como mediadores quienes registren inhabilitaciones comerciales, civiles,
penales o disciplinarias vinculadas a la actividad profesional, hasta que obtengan la rehabilitación judicial y
de los tribunales de ética correspondientes.
Tampoco podrán hacerlo los condenados a penas privativas de la libertad durante el plazo de duración de
ellas.
ARTÍCULO 28.- Las causales de suspensión y separación del Registro de Mediadores y Comediadores
son:
d) Haber rechazado la designación sin causa en tres oportunidades en los últimos doce (12) meses;
PROHIBICIÓN
ARTÍCULO 29.- El mediador no podrá asesorar, patrocinar ni representar a cualquiera de las partes
intervinientes en la mediación durante el lapso de dos (2) años desde que concluyó el procedimiento de
mediación. La prohibición será absoluta si la eventual actuación profesional se refiere a la misma causa en
que haya intervenido como mediador.
CAPÍTULO IV
ARTÍCULO 30.- El mediador percibirá por la tarea desempeñada una suma que no será inferior a un (1)
jus ni superior a los cinco (5) jus de acuerdo con lo que establezca la reglamentación, la que también
determinará la forma de pago.
Dicha suma será abonada por la o las partes según lo convengan, y en caso contrario por el requirente. En
todos los casos, formará parte de las costas del juicio que sobre el mismo objeto eventualmente se
promueva.
ARTÍCULO 31.- La remuneración de los abogados y procuradores de las partes se regirá de acuerdo con
lo establecido por las normas arancelarias vigentes y las pautas del artículo 1627 del Código Civil si
correspondiere.
Los aportes a las Cajas de Seguridad Social de Abogados y Procuradores y Forenses se efectuarán sobre
los honorarios correspondientes en la forma que determine la reglamentación, en consulta con las Cajas
Profesionales.
Los honorarios devengados a favor del mediador, comediador y abogados de las partes, podrán ser
reclamados por vía de apremio, o del artículo 260 de la Ley 5.531, Código Procesal Civil y Comercial de la
Provincia.
ARTÍCULO 32.- Se proveerá de asistencia jurídica gratuita y del servicio de mediación, a quien justifique
no poder afrontar los gastos que demande el procedimiento previsto en la presente ley.
El procedimiento para la justificación de la falta de recursos a que hace referencia el presente artículo será
previsto reglamentariamente.
Los mediadores tendrán como carga pública la tramitación de mediaciones gratuitas de acuerdo con lo que
prevea la reglamentación, debiendo respetarse la proporcionalidad con las mediaciones rentadas, la
distribución de dicha carga será proporcional entre todos los mediadores.
CAPÍTULO V
FINANCIAMIENTO
ARTÍCULO 33.- Créase un fondo de financiamiento que solventará las erogaciones que irrogue el
funcionamiento del sistema de mediación, conforme lo establezca la reglamentación.
CAPÍTULO V
CLAÚSULAS COMPLEMENTARIAS
ARTÍCULO 34.- El mediador deberá mensualmente informar al organismo respectivo que establezca el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el resultado de las mediaciones a los fines estadísticos.
ARTÍCULO 35.- Sin perjuicio de lo previsto en el artículo 28, el mediador y el comediador están sometidos
a las normas éticas de los colegios profesionales respectivos.
ARTÍCULO 36.- Los plazos previstos en la presente ley se entenderán hábiles, salvo que expresamente se
establezca lo contrario.
ARTÍCULO 37.- Modifícanse los artículos 130; 139; 268; 286; 394 de la Ley 5.531, Código Procesal Civil y
Comercial de Santa Fe, los que quedarán redactados de la siguiente manera:
1) el nombre, domicilio real y legal, nacionalidad, estado civil, profesión u oficio del demandante;
4) las cuestiones de hecho y de derecho, separadamente. Las primeras serán numeradas y expuestas en
forma clara y sintética, omitiéndose toda glosa o comentario, los que se podrán hacer en la parte general
del escrito;
En su caso, el escrito de demanda será acompañado del acta de finalización del procedimiento de
mediación prejudicial obligatoria.”
“Artículo 139.- Las únicas excepciones que pueden articularse como de previo y especial pronunciamiento
son:
1) incompetencia;
“Artículo 268.- Lo dispuesto en este título será también aplicable cuando se trate de ejecutar
transacciones, acuerdos celebrados en el procedimiento de mediación prejudicial obligatoria y
protocolizados ante el Registro que a tal efecto llevará el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, o
acuerdos homologados por autoridad con facultad legal expresa para hacerlo”.
“Artículo 394.- Las medidas preparatorias se pedirán expresando claramente el motivo por el cual se
solicitan y las acciones que se proponen deducir o el litigio cuya iniciación se tema.
El Juez accederá siempre y sin sustanciación alguna, a no ser que las considere notoriamente
improcedentes. Las diligencias pedidas por el que pretende demandar no tendrán valor si no se entabla
demanda o si no se inicia el procedimiento de mediación prejudicial obligatoria, en su caso, dentro del
término de quince (15) días de practicadas, sin necesidad de petición de parte o declaración judicial. De
igual modo, también caducarán automáticamente si no se entabla la demanda dentro de los quince (15)
días de firmada el acta de finalización del mismo. En caso de reconocimiento ficto, los quince (15) días
correrán una vez ejecutoriado el auto que lo declare.
El auto en que se despachen las diligencias preparatorias no es apelable, pero sí el que las deniegue. El
que las disponga contra un tercero que no haya de ser parte en el juicio será apelable en efecto
devolutivo.”
ARTICULO 38.- Sin perjuicio de la mediación legislada en la presente ley, las partes de común acuerdo
podrán solicitar o el juez podrá disponer, teniendo en cuenta nuevas circunstancias de la causa, una
instancia de la mediación obligatoria, por única vez y antes del dictado del decreto de clausura del período
de pruebas o de la audiencia de vista de causa, según corresponda. Esta disposición impide, en primera
instancia judicial, el llamamiento futuro a la audiencia prevista en el artículo 19 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Provincia.
ARTÍCULO 39.- La providencia que ordene la mediación obligatoria regulada en el artículo anterior
suspenderá el curso del proceso y los términos de caducidad. Esta suspensión durará hasta que concluya
la mediación o se agote el plazo máximo previsto por el artículo 16 de la presente ley, vencido el cual la
causa seguirá según su estado.
CAPITULO VII
CLAUSULAS TRANSITORIAS
ARTÍCULO 40.- Autorízase al Poder Ejecutivo y a la Corte Suprema de Justicia a realizar las
modificaciones presupuestarias que sean necesarias para el primer año de vigencia de la presente ley si al
momento de su sanción el presupuesto ya estuviese sancionado.
ARTÍCULO 41.- Derógase la Ley 11.622 y cualquier otra que se oponga a la presente.
ARTÍCULO 42.- El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos reglamentará la presente ley en un plazo no
mayor de ciento ochenta (180) días desde su promulgación; pudiendo disponer su puesta en marcha en
forma progresiva en las diferentes circunscripciones judiciales de la Provincia según lo establezca el
cronograma de implementación respectivo.
La implementación en toda la Provincia no deberá exceder el plazo de tres (3) años desde su
promulgación.
Conciliación
Si cabe hablar de la conciliación como de un medio anormal autónomo de terminación de los procesos,
sólo puede serlo en el sentido de que ella supone la iniciativa y la intervención del juez en la celebración
del acto.
ARTICULO 19. “Los jueces pueden disponer en cualquier momento la comparecencia personal de las
partes, para intentar una conciliación o requerir las explicaciones que estimen necesarias al objeto del
pleito. Esta facultad se entenderá sin perjuicio de los términos fijados para dictar resolución o sentencia,
salvo lo dispuesto en el artículo 106”.
Arbitraje
El juicio arbitral está normado en los artículos 416/441 del Código Procesal Civil y Comercial de SF. El
Código Civil y Comercial, en tanto, lo trata en los art. 1649 y ss, con el título "Contratos de Arbitraje".
Es una forma de resolver los conflictos de la jurisdicción mediante la cual una o más personas, llamados
árbitros o amigables componedores, con poderes limitados, resuelven el conflicto planteado por otras
personas, que se comprometen a aceptar previamente la decisión, denominada laudo.
En principio, pueden ser sometidos a arbitraje asuntos donde se encuentran comprometidas cuestiones
constitucionales y también -inclusive- las resultas de laudos arbitrales consentidos. Es ilícito, también,
someter a arbitraje sólo alguno de los puntos litigiosos contenidos en una causa sometida a la justicia
ordinarias.
El árbitro designado puede y debe excusarse en el caso de concurrir iguales causas que las que
determinarían la separación del juez ordinario. Su función es declarativa (se declara el derecho
exclusivamente) y no ejecutiva, por no contar con imperium. De ahí que no pueda ejecutar su propio laudo.
El modelo de arbitraje argentino en el CCYC les reconoce a los árbitros facultades implícitas para dictar a
resoluciones cautelares durante la marcha del procedimiento arbitral, aunque carecen de atribuciones para
realizar tareas propias de la executio. Puede exigir caución suficiente al solicitante y su ejecución se debe
hacer por el tribunal judicial.
Para ser árbitro se requiere capacidad civil, y en el arbitraje de Derecho (no así en el arbitraje
internacional) los árbitros deben ser abogados. Los árbitros son nombrados de común acuerdo de
interesados o por el juez, en número impar, que no excederá de 3 (art. 420 CPCCSF). Tienen deberes en
el cumplimiento de su función y en cuanto a la confidencialidad del procedimiento, será aplicable si las
partes lo hubiesen pactado.
Su competencia se extingue con el dictado del laudo definitivo sobre los puntos sometidos a su decisión y
la imposición de costas (art. 430 del CPCCSF), excepto para el dictado de resoluciones aclaratorias o
complementarias. Los laudos que se dicten pueden ser revisados ante la justicia competente por la
materia y el territorio.
Actualmente, la tendencia es suprimir las formalidades para acceder al proceso arbitral y otorgar mayores
facultades a los árbitros, quienes están facultades para realizar todos los actos que no requieren el uso de
la fuerza pública.
1) Centrar la negociación en los intereses, deseos y preocupación de las partes y no en sus posiciones.
¿Por qué quiere algo? y no ¿Que quiere? Tal método de negociación debe juzgarse conforme a tres
criterios:
b) Ser eficiente
2) Esa negociación propia de la audiencia preliminar exige preparación previa: conocer la oferta que se
piensa hacer, a donde quiere llegar, prever objeciones y preparar respuestas.
3) Cada parte debe saber cuáles son sus alternativas ante el fracaso de un acuerdo negociado, medir el
precio del fracaso y analizar costo-beneficio de la sesión.
5) La forma que se utiliza para comunicarse en fundamental. Se aconseja comenzar hablando de temas
generales que faciliten la comunicación y hacerlo en forma clara. Se puede manifestar lo que uno siente
pero sin atacar directamente. Así también, no se debe dañar la imagen del contrario (en el caso, frente al
juez y las personas que participan de la audiencia). Las emociones son consideradas enemigas del
análisis y es natural y hasta predecible la aparición de enojo y negación, de modo que la irracionalidad no
estaría en ese comportamiento, sino en no esperarlo y en no saber detenerlo a tiempo.
8) El diseño de acuerdos debe ser duradero (de modo que ponga fin al conflicto), de fácil comprensión y
de cumplimiento posible.
PODETTI dice que “los principios procesales deben aplicarse con criterio despierto y actual, estructurando
las instituciones procesales que de ellos resulten e interpretándolos en un sentido armónico con las
necesidades de la justicia en relación al tiempo y al pueblo en donde han de aplicarse”
Funciones:
A) Sirven de bases previas al legislador para estructurar las instituciones del proceso en uno u otro
sentido
Se caracterizan por:
Flexibilización
Los principios procesales del debido proceso tienen base constitucional por lo que constituyen derechos
fundamentales de las personas. No obstante, en ciertos supuestos especiales surge la necesidad de
debilitar la aplicación de alguno de esos principios para garantizar derechos que, en el caso concreto, se
estiman prioritarios. Aparecen así, replanteos procesales, por ej. La flexibilización del principio de cosa
juzgada, cuando su aplicación irrestricta origina una injusticia notoria.
Es preciso, que el juez no se ciña a principios rígidos y tenga en cuenta que deben interpretarse con
criterio amplio para que los derechos fundamentales de las personas tengan vigencia real y concreta.
La ética en el proceso
La doctrina, para agrupar las faltas sancionables, distingue entre dos tipos:
a) Las que pecan por exceso de lenguaje, constituyendo un ataque mediato o inmediato contra el decoro o
la autoridad de los magistrados
Principio dispositivo
Es aquél en cuya virtud de confía a la actividad de las partes tanto el estímulo de la función judicial como
la aportación de los materiales sobre los cuales ha de versar la decisión del juez. La vigencia de este
principio se manifiesta en los siguientes aspectos:
b) Disponibilidad del derecho material Una vez iniciado el proceso, el órgano judicial se halla
vinculado por las declaraciones de voluntad de las partes relativas a la suerte de aquél o tendientes
a la modificación o extinción de la relación del derecho material en la cual se fundó la pretensión.
Es así como el actor se encuentra facultado para desistir de la pretensión o del derecho. También
el demandado está facultado para allanarse a la pretensión del actor y ambas partes para transigir,
conciliarse, o someter el pleito a decisión de jueces arbitrales o de amigables componedores.
Cabe señalar que cierta clase de relaciones jurídicas, en las cuales existe un interés social comprometido,
imponen la necesidad de que respecto de los procesos en que ellas se controvierten prevalezcan los
poderes del juez sobre las facultades dispositivas de las partes. Tal es lo que sucede con los procesos
relativos a “derecho en los que está comprometido el orden público” y a “derechos irrenunciables”.
c) Impulso procesal Consiste en la actividad que es menester cumplir para que, una vez puesto en
marcha el proceso mediante la interposición de la demanda, aquél pueda superar los distintos
períodos de que se compone y que lo conducen hasta la decisión final.
La doctrina suele referirse a los principios de impulso de parte y de impulso oficial, según que, la actividad
procesa de las partes o del tribunal.
d) Delimitación del “Thema decidendum” El principio dispositivo impone que sean las partes,
exclusivamente, quienes determinen el tema a decidir, debiendo el juez limitar su pronunciamiento
a las alegaciones formuladas por aquellas en los actos de constitución del proceso. LA sentencia
definitiva deberá contener la decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad con las
pretensiones deducidas en el juicio.
e) Aportación de los hechos Es la actividad que le es privativa a las partes, estando vedada al juez
la posibilidad de verificar la existencia de hechos no afirmados por ninguno de los litigantes.
Igualmente le está vedado el esclarecimiento de la verdad de los hechos afirmados por una de las
partes y expresamente admitidos por la contraria. No ocurre lo mismo, en cambio, con la
determinación de las normas jurídicas aplicables al caso.
f) Aportación de la prueba Aunque la estricta vigencia del principio dispositivo exigiría que la
posibilidad de aportar la prueba para acreditar los hechos controvertidos se confiase
exclusivamente a la actividad de las partes, aun las leyes procesales más firmemente adheridas a
ese principio admiten, en forma concurrente con dicha carga, aunque subordinada a ella, la
facultad de los jueves para complementar o integrar el material probatorio del proceso.
Igualdad de partes
De acuerdo con este principio, ninguna de las partes puede encontrarse en situación de inferioridad
jurídica, lo cual supone tanto la paridad para demandar como el libre acceso a la justicia.
Como proyección e este genérico principio de igualdad, podemos mencionar el de igualdad de armas.
La doctrina nacional lo define como la búsqueda del equilibrio prudente entre las razones de las partes,
dando igual oportunidad a ellas para demostrar sus convicciones, puesto que en el trámite procesal ambas
partes deben tener iguales derechos y posibilidades.
El principio de contradicción
Este principio, llamado también de bilateralidad o de controversia, deriva de la cláusula constitucional que
consagra la inviolabilidad de la defensa en juicio de la persona y de los derechos (art. 18 CN).
Implica la prohibición de que los jueves dicten alguna resolución sin que previamente hayan tenido
oportunidad de ser oídos quienes pudieran verse directamente afectados por ella. Es sobre esa idea
fundamental que las leyes procesales estructuran los denominados actos de transmisión (ej.
Notificaciones, traslados, vistas).
La vigencia de este principio requiere que las leyes procesales acuerden a que las partes tengan
oportunidad de ser oídas y producir prueba. No exige la efectividad del ejercicio de tal derecho, razón por
la cual no puede invocarse cuando la parte interesada no hizo valer, por omisión o negligencia, los medios
de defensa, pruebas o recursos que dispuso en su momento.
La índole de ciertos procesos, sin embargo, impone la necesidad de que las resoluciones judiciales que en
ellos deben recaer se dicten, sea sin la previa audiencia de parte a quien afectan, sea mediante una
audiencia restringida (ej. Medidas cautelares). Pero en estos casos no media una derogación de este
principio, sino un aplazamiento o postergación de la facultad de ser oído o de controvertir con amplitud.
Congruencia
Los hechos que proceden jurídicamente de la demanda y contestación son el límite de toda resolución
jurisdiccional que dependa de instancia de parte. El juez debe ceñirse a lo planteado allí por ellas en el
momento de dictar sentnecia.
Esa congruencia supone velar por la identidad objetiva (la sentencia recaerá sobre el objeto de la
pretensión), subjetiva (referirá a quienes hayan sido partes en ese juicio) y fáctica (el juez se ajustará a los
hechos que surjan de la demanda y contestación, en función de la prueba producida en ellos)
c) citra petita (se omite resolver una pretensión que fue planteada).
El magistrado sentenciante tiene la libertad y el deber de subsumir los hechos alegados y probados dentro
de las previsiones normativas que rigen el caso, por fuera del derecho que las partes hubieran invocado en
ocasión de plantear la demanda y la contestación.
Es un deber profesional del juez enmarcar la cuestión sometida a juicio en la norma o legislación
pertinente.
Preclusión
Respecto al orden en que deben cumplirse los actos procesales existen, en la legislación comparada, dos
principios básicos:
1) El de unidad de vista (ordenanza procesal civil Alemana): De acuerdo a este principio los distintos
actos que integran el proceso no se hallan sujetos a un orden consecutivo riguroso, de manera que
las partes pueden, hasta el momento en que tribunal declara el asunto en condiciones de ser
fallado, formular peticiones, oponer defensas y proponer elementos probatorios.
2) El de preclusión: De acuerdo a este principio, que tiene su raíz histórica en el proceso romano
canónico y que es el que domina en nuestro ordenamiento jurídico, el proceso se halla articulado
en diversos períodos o fases dentro de cada uno de los cuales deben cumplirse uno o más actos
determinados, con la consecuencia de que carecen de eficacia aquellos actos que se cumplen
fuera de la unidad de tiempo que les está asignada.
Por efecto de la preclusión adquieren carácter firme los actos cumplidos dentro del período pertinente, y se
extinguen las facultades procesales que no se ejercieron durante su transcurso.
Definida la preclusión como la pérdida, o extinción, o consumación de una facultad procesal, CHIOVENDA
explica que tales situaciones pueden ser consecuencia de:
No hay que confundir preclusión con el concepto de la cosa juzgada. “Esta última es un bien de la vida
reconocido o negado por el juez, la preclusión de cuestiones es el expediente del que se sirve el derecho
para garantizar al vencedor el goce del resultado del proceso” CHIOVENDA.
Preclusión por consumación: durante mucho tiempo, prevaleció la teoría mecanicista en la materia
conforme a la cual se sostiene que una vez ejercida la facultad procesal, es decir, consumado el acto sin
que importe si se lo hizo de manera insuficiente o antes de tiempo, no existirían chances de aprovechar el
término restante y así completar o mejorar lo actuado. Se entendía que ejercida una atribución procesal se
"agotaba" (se consumía).
Actualmente prevalece el criterio de rechazar las pautas automaticistas, permitiéndose los actos
procesales "desdoblarlos" para mejorar o completar lo ya hecho, siempre y cuando se concreten dentro del
término legal concedido. (Averiguar que considera cada profesor, esto lo dice Amalia Fernandez Balbis en
su libro que realizo acorde al programa para la UCA).
Economía procesal
Este principio es comprensivo de todas aquellas previsiones que tienden a la abreviación y simplificación
del proceso, evitando que su irrazonable prolongación haga inoperante la tutela de los derechos e
intereses comprometidos en él. Constituyen variantes de este principio los de concentración, eventualidad,
celeridad y saneamiento.
El principio de concentración apunta a la abreviación del proceso mediante la reunión de toda la actividad
procesal en la menor cantidad de actos, y a evitar, por consiguiente, la dispersión de dicha actividad.
El principio de eventualidad es aquel en cuya virtud todas las alegaciones que son propias de cada uno de
los períodos preclusivos en que se divide el proceso deben plantearse en forma simultánea.
El principio de celeridad está representado por las normas que impiden la prolongación de los plazos y
eliminan trámites procesales superfluos u onerosos.
El principio de saneamiento, denominado también “de expurgación”, es aquel en virtud del cual se
acuerdan al juez facultades suficientes para resolver, in limine, todas aquellas cuestiones susceptibles de
entorpecer el pronunciamiento sobre el mérito de la causa, o de determinar, en su caso, la inmediata
finalización o la abreviación del proceso.
Moralidad
Este principio alude a la ética del debate dentro del proceso, y son sus notas la probidad, la lealtad y la
buena fe.
Principio de adquisición
Si bien las cargas de la afirmación de la prueba se hallan distribuidas entre cada una de las partes, los
resultados de la actividad que aquéllas realizan en tal sentido se adquieren en el proceso en forma
irrevocable, revistiendo carácter común a todas las partes que en él intervienen.
De acuerdo con ese principio, todas las partes se benefician o perjudican por igual con el resultado de los
elementos aportados a la causa por cualquiera de ellas.
Este principio excluye la posibilidad de que las partes convengan libremente los requisitos de forma,
tiempo y lugar a que han de hallarse sujetos los actos procesales, pues tales requisitos se encuentran
predeterminados por la ley. Está limitado, sin embargo, por la existencia de normas dispositivas, y es
inaplicable en los procesos de árbitros y de amigables componedores.
En los últimos años ha ganado terreno en la doctrina y en la legislación procesal, el llamado principio de
“instrumentalidad de las formas”. Se funda en la consideración de la idoneidad de los actos procesales,
desde el punto de vista de la finalidad que en cada caso están llamados a cumplir, sin que la inobservancia
de las formas, por sí sola, pueda dar lugar a su nulidad.
Escritura y oralidad
De acuerdo al principio de escritura, que se contrapone al de oralidad, el juez o tribunal conoce las
pretensiones y peticiones de las partes a través de actos "escritos"
Ante ello, en un intento de tutela judicial más efectiva, la oralidad, consagrada hoy en algunos
ordenamientos procesales, avanza a paso firma para constituirse como una de las formas preferidas para
llevar a cabo la función jurisdiccional en la etapa probatoria.
El de escritura tiene a su favor la mayor seguridad que proporciona el que las declaraciones queden fijas y
permanentes ya que en cualquier momento pueden ser reconstruidas y examinadas. Pero es una
desventaja que la reducción a escrito exige mucho tiempo, la lectura es incómoda y la sustanciación se
hace pesada por el continuo traslado de escritos de las partes del tribunal. Es un obstáculo contra la
publicidad.
La oralidad también tiene sus puntos débiles, da lugar a que al oír se malentienda o se dejen pasar puntos
interesantes, exige que los jueces y las partes tengan fácil comprensión y memoria y reclama del
adversario una gran destreza y facultades de improvisación para responder al ataque. Pero vista desde
otro punto, la oralidad acelera, simplifica y da más vida al procedimiento. Los errores pueden ser
deshechos con facilidad, el juez que dirige la causa está en condiciones de poder rechazar todo lo que no
conduzca al averiguamiento de la verdad y hacer resaltar y examinar más a fondo los puntos de verdadera
importancia.
Actualmente, sin reunir ciertas características del principio de oralidad concebido en forma estricta, aquél
se halla, estructurado con respecto al trámite de determinados procesos civiles por los Códigos de Jujuy,
La Rioja y Santa Fe y rige asimismo el proceso laboral en distintas provincias. Si bien la demanda y la
contestación deben presentarse por escrito y no existe la posibilidad de ampliar, rectificar o modificar el
contenido de tales actos con posterioridad, la fase más importante del proceso se halla configurada por la
vista de la causa, acto en el cual el tribunal colegiado de instancia única, previa lectura de las actuaciones
de prueba producidas con anterioridad a la audiencia, procede a recibir las restantes pruebas
oportunamente ofrecidas y aquellas que a juicio del tribunal contribuyan al esclarecimiento de la verdad.
Producida la prueba, el presidente del tribunal concede la palabra a las partes, por su orden, y al Ministerio
público si interviniere, para que se expidan sobre el mérito de aquella. Acto continuo el tribunal pasa a
deliberar a fin de expedirse sobre los hechos y pronunciar el veredicto, dictándose posteriormente la
sentencia definitiva, o directamente para el pronunciamiento de ésta.
Favor processum
Relacionado con el de adquisición procesal, establece que en caso de duda deberá estarse por mantener
la vida del procesa y la vigencia del acto procesal que se pretende atacar.
Ej. nulidad, es un remedio excepcional y en caso de duda acerca del vicio de un acto procesal, se estará a
favor de su validez
a) prueba trasladada: una prueba producida en una causa puede hacerse valer en otra distinta
c) la conversión de la prueba: una prueba carente de algún recaudo de todos modos conserva su fuerza
probatoria
d) la aplicación del iura novit curia, es una expresión más de este principio de máximo rendimiento
procesal, porque se traduce en un mejor aprovechamiento de la actividad de las partes al conocer el
marco normativo que da el juez a la cuestión controvertida.
Cooperación procesal
Este principio se justifica en que las partes y los terceros ajenos al proceso se encuentran en la necesidad
de colaborar para que esa empresa común genere el beneficio esperado, que es el de dar a cada uno lo
suyo.
Se alude a un mínimo de colaboración que resulta necesario para llegar a ese fin.
Ante el incumplimiento, el magistrado no sólo debe girar las actuaciones al fuero represivo por la
desobediencia en la que se ha incurrido y aplicar multas y astreintes, sino también llegar a ordenar el
secuestro de la documentación o dictamen pericial a costa de quien tenía el deber de informar.
Se entiende que el tercero requerido de información, soporta una carga pública. (ES UN DEBER, NO UNA
CARGA, NO ES UN IMPERATIVO DEL PROPIO INTERÉS).
Oportunidad
Peyrano considera que para hablar del principio de oportunidad, hay que comenzar con un breve
desarrollo de lo que este principio significa en materia penal.
El principio general establece que si el Estado ha decidido intevenir en el proceso penal debe tener una
razón para hacerlo y, por lo tanto, debe ejercerlo en todos los casos (principio de legalidad procesal). Sin
embargo, comoe sta previsión es genérica, ocurre luego que ante el caso particular el Estado decubre que
no tiene interés o no tiene posibilidades concretas de llevar adelante la persecución penal. La facultad que
se le da al Estado para modificar su decisión de intervenir en un proceso penal cuando se dan los
requisitos, es conocida como principio de oportunidad, es decir, la posibilidad de no ejercer la persecución
penal
Ahora bien, el concepto de "insignificancia” (puede ser una de las causales de aplicación del criterio de
oportunidad en materia penal) no es ajeno al proceso civil. Lo vemos, por ejemplo, en el piso asignado a la
cuantía económica de un agravio para poder apelar.
Proporcionalidad
Este principio busca poner la mirada en las posibles repercusiones económicas y sociales de lo que se va
a decidir en la sentencia.
En tal sentido, se considera que las resoluciones judiciales no están completamente pre programadas en
las leyes, el juez siempre ha de emitir juicios de valor en ese sentido.
La proporcionalidad opera en dos planos:
a) En uno, para determinar si existe correspondencia entre un medio elegido y una finalidad institucional
asegurada.
b) Para dilucidar conflictos entre derechos y valores con intensidades distintas en la especie.
El principio se traduce en que la duración del proceso no debe ir en contra del actor al que le asiste el
derecho.
Encuentra apoyo analógico en los institutos cautelares, a la luz del grado de conocimiento del juez habido
de la certeza suficiente de un daño irreparable e implica el desenvolvimiento de garantías constitucionales
de la debida defensa en juicio y de acceos a una rápida y efectiva respuesta jurisdiccional.
Denominamos paradigmas a los modelos decisorios que tienen un estatus anterior a la regla y condicionan
las decisiones, dando preeminencia al contexto por sobre la norma.
El paradigma protectorio, específicamente, tiene por objetivo proteger a los débiles, tutelar a los
vulnerables y su fundamento constitucional es la igualdad. El principio estructurante es la protección de la
persona, del menor, de la familia.
En el derecho privado, este paradigma surge de la evolución de principios de interpretación en favor del
deudor, del consumidor y del individuo particular.
El paradigma ambiental, reconoce como sujeto a la naturaleza. Sostiene un escenario de conflictos entre
bienes pertenecientes al ambiente e individuales, dando preeminencia a los primeros en el entendimiento
de que los derechos individuales tienen una función ambiental.
El derecho de dominio, encuentra una limitación en la tutela del ambiente, ya que no es sustentable la
permanencia de un modelo dominial que no lo tenga en cuenta.
Este paradigma protectorio introduce principios jurídicos que influyen sobre el sistema jurídico,
reestructurándolo.
Art. 18 de la CN “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior
al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley
antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en
virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable le defensa en juicio de la persona y de los
derechos. El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y
una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación.
Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los
azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos
detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo
que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice.”
Derecho de defensa
También comprende al procedimiento civil, laboral o administrativo, porque protege todo atributo de la
persona o los derechos que pudieran corresponderle, susceptibles de ser intervenidos o menoscabados
por una decisión estatal.
Sin embargo, en el proceso penal, hay mayores exigencias respecto a este derecho. La razón de ser de
esto, proviene de la importancia política del proceso penal, por la supremacía de bienes o valores jurídicos
que él pone en juego.
En el ámbito penal, ese derecho de defensa consiste en la efectiva posibilidad del imputado de oponerse a
la acción penal, resistir la acusación, plantear su teoría del caso, ofrecer sus pruebas y presentar sus
fundamentos de derecho, todo ello a los fines de obtener una decisión judicial favorable.
ART 8 Código Procesal Penal de SF - Inviolabilidad de la defensa "La defensa en juicio deberá
comprender para las partes, entre otros, los siguientes derechos:
- A ser oídas
- Ofrecer prueba
- Impugnar resoluciones jurisdiccionales, en los casos y por los medios que el Código autoriza"
La defensa material que es la que lleva a cabo personalmente el propio imputado y que se manifiesta en
diferentes formas y oportunidades. Consiste en sus propias expresiones defensivas.
La defensa técnica es la que es ejercida por el abogado, quien debe desplegar una actividad científica y
encaminada a asesorar técnicamente al imputado sobre sus derechos y deberes, controlar la legalidad del
procedimiento, la producción de pruebas de cargo y de descargo, la exposición de los fundamentos y
pruebas de cargo desde el doble enfoque del hecho y del derecho, recurrir la sentencia condenatoria. La
defensa técnica es necesaria y obligatoria, conforme a lo establecido por la Corte en reiterados
pronunciamientos.
Posibilidad de impugnar la sentencia de condena
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ART. 14 inc. 5 "Toda persona declarada culpable de un
delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un
tribunal superior conforme a lo prescripto por la ley"
El recurso del imputado nunca puede traer aparejada, por parte del tribunal sperior, una resolución que
agrave o perjudique aún más el alcance que tiene la sentencia condenatoria de origen, ello así, en virtud
de la prohibición de la reformatio in peius. Si fuese de forma contraria, el imputado no recurriría la
sentencia que considera injusta por el temor de terminar sorprendido con una condena más gravosa.
Se considera domicilio no solo al lugar de residencia de la persona sino también al lugar donde la misma
tiene sus negocios. La Constitución Nacional también protege los domicilios ocasionales ej. Habitación de
hotel. Esto se relaciona con el derecho a la intimidad art 19 CN “Las acciones privadas de los hombres que
de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a
Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación, será obligado a hacer
lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”.
Hay teorías y fallos que hablan acerca de que NO se podría ingresar sin una orden de allanamiento
aunque exista consentimiento por parte de la persona que se encuentra en el domicilio, ya que se entiende
que no sería un “consentimiento libre”.
ART. 170 – Allanamiento sin autorización “No será necesaria la autorización del allanamiento cuando la
medida se deba realizar mediando urgencia que se justifique por:
a) Incendio, inundación u otra causa semejante que ponga en peligro la vida o los bienes de los
habitantes
b) La búsqueda de personas extrañas que hubieran sido vistas mientras se inducían en un local o
casa, con indicios manifiestos de cometer un delito
d) Indicios de que en el interior de la casa o local se estuviera cometiendo un delito, o desde ella
se solicitara socorro”.
Incoercibilidad de la declaración
Si bien la hipótesis fundada de que una persona pudo haber participado en un delito autoriza la iniciación
de la persecución penal en su contra, esto no implica que con motivo de la iniciación o durante el
desarrollo de esta actividad estatal, aquella persona no conserve el ejercicio de todos sus atributos y
derechos.
Aunque las necesidades del proceso penal pueden implicar la restricción de algunos, esta posibilidad
deberá restringirse a lo estrictamente indispensable para saistaver esas necesidades razonables.
La CN en su art 18 establece "Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo", con esta manda
constitucional debe analizarse la cuestión de considerar al imputado como órgano de prueba. NO es
posible obligarlo a brindar información sobre lo que conoce, depende de su voluntad, expresada
libremente y sin coacción.
La garantía solo ampara a una persona como sujeto u órgano de prueba que se da cuando, con su relato,
incorpora al procedimiento un conocimiento cierto o probable sobre un objeto de prueba. NO la ampara, en
cambio, cuando ella misma es el objeto de prueba, esto es, cuando es objeto investigado, como cuando
por ejemplo se le extrae una muestra de sangre, o se lo somete a una rueda de conocimiento. En estos
casos no es necesario el consentimiento de la persona afectada, que en principio, puede ser forzada a
realizar estos actos.
La violación de estas reglas conlleva a la nulidad del acto defectuoso, esa nulidad es de carácter genérico,
absoluto e insubsanable. Por tratarse de una garantía constitucional debe ser advertida aún de oficio.
Ante la sospecha de que una persona ha cometido un delito no deviene inmediatamente la habilitación
para aplicar una pena, sino que debe iniciarse un procedimiento reglado por ley que defina pautas, orden y
formas en que deben llevarse a cabo los actos procesa.es Luego, en caso de que llegue la declaración de
culpabilidad del imputado, por sentencia penal firme se admitirá la aplicación de pena.
Cabe destacar que, en el sistema republicano y conforme al principio de división de poderes, el único
poder habilitado constitucionalmente para aplicar penas es el poder judicial.
En el Código procesal penal de Santa Fe se encuentra en el art 6 "Nadie podrá ser perseguido penalmente
más de una vez por el mismo hecho. No se podrán reabrir los procedimientos fenecido, salvo la revisión de
las sentencias a favor del condenado, según las reglas previstas por este Código"
El fundamento de esta garantía se encuentra en el intento de proteger a los ciudadanos de las molestias y
restricciones que implica un nuevo proceso penal.
- Identidad personal: que refiere a que la parte perseguida debe ser la misma persona que ya pasó por el
proceso.
- Identidad del objeto de persecución. Refiere a una equivalencia en la imputación, resultando así, cuando
ésta tiene por objeto el mismo comportamiento atribuido a la misma persona.
Inocencia
Declaración Universal de Derechos Humanos 1º Párrafo, ART 11 "Toda persona acusada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en
juicio público en el que se hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa"
Como consecuencia de este principio, el acusado no tiene la obligación de probar su inocencia ya que es
justamente la tarea del acusador (fiscal o querellante) demostrar fehacientemente su responsabilidad
criminal si aspira a obtener una condena, y si ello no ocurre, el imputado será absuelto.
El principio de inocencia tiene varias derivaciones, la más importante es el principio in dubio pro reo que
establece que la falta de certeza representa la imposibilidad del Estado de destruir la situación de
inocencia, construida por la ley, que ampara al imputado, razón por la cual ella conduce a la absolución.
En otras palabras, cuando existan dudas sobre la materia fáctica o la calificación el juez deberá resolver
siempre lo que sea más favorable al reo.
“Nadie podrá ser considerado ni tratado como culpable mientras una sentencia firme no lo declare tal”.
y luego en su art. 311, se impone que "para ser válido, el debate será oral y público"
La oralidad asegura eficacia en el ejercicio del poder de acusar, efectiva posibilidad de contradicción y
control recíproco de las actividades de la contraparte, razonable y adecuada defensa de los respectivos
intereses y decisión final por parte de quienes asistieron al debate.
De esta forma, el tribunal accede de la mejor manera posible a la información que le servirá de insumo
para fundamentar sus decisiones.
La publicidad que implica el desarrollo del debate a puertas abiertas, permite a cualquier persona
presenciar el desarrollo del juicio. En consecuencia, hay un mayor control de la sociedad, esto es
beneficioso para asegurar un fallo justo y evitar posibles arbitrariedades judiciales.
La excepción está dada exclusivamente en el caso de que la publicidad pudiera afectar a quien alegue su
condición de víctimas, a terceros o a la seguridad del Estado; en su caso, el tribunal puede resolver de
forma fundada que parte o la totalidad del acto se realice a puertas cerradas.
Art. 3 Código procesal penal de SF Ley 12.733 - Principios y reglas procesales "Durante el proceso
se observarán los principios de oralidad, publicidad, contradicción, concentración, inmediatez,
simplificación y celeridad"
Concentración El proceso debe realizarse en un acto o en la menor cantidad de actos posibles y estos
deben tener continuidad. Existe la posibilidad de pedir recesos que pueden ser de 2 hs. Prorrogables por 2
hs. Más y se pueden suspender por causas excepcionales por un máximo de 15 días.
Inmediación El juzgados y las partes deben estar presentes ininterrumpida y personalmente durante
todo el proceso. Debe haber una relación directa entre las partes, el juzgador y testigos.
Es más antiguo (régimen anterior) Es evolucionado (se utiliza actualmente) En santa fe:
1) Investigación
preparatoria
Hay centralización del poder (la Se fundamenta en la división de
(IPP)
jurisdicción se encuentra en cabeza de poderes, la jurisdicción se encuentra en
1) cabeza de tribunales populares 2) Etapa
intermedia
3) Juicio.
Cofunde persecución y juzgamiento La persecución está en cabeza del
fiscal, se le da autonomía al Min.
Público de la Acusación que antes se
Investigación
encontraba en la órbita de la Corte
preparatoria:
porque a su cabeza se encontraba la
figura del procurador. Esta etapa está a
cargo del Ministerio
Público Fiscal, salvo
El imputado es un OBJETO de El imputado es un OBJETO de derecho. en delitos de acción
persecución, estaba obligado a auto privada o por criterio
incriminarse. de oportunidad.
Se divide en dos
fases:
El procedimiento es escrito y secreto. El procedimiento es oral y público.
a) Fase
b) Fase jurisdiccional: Una vez que el fiscal formaliza la investigación, cita al imputado a la
AUDIENCIA IMPUTATIVA. En ella se comunican los hechos que se le atribuyen, las evidencias, la
calificación legal y los derechos que le asisten. Al imputado se le va a pedir conformidad para
declarar y si la otorga, puede dar conformidad para contestar preguntas o no.
Etapa intermedia: es preparatoria del juicio. En ella se lleva a cabo la AUDIENCIA PRELIMINAR en la cual
se pueden proponer las salidas alternativas. El juez de esta audiencia debe admitir o no esta requisición.
El defensor puede pedir que se aplique criterio de oportunidad, probation, absolución etc.
Luego se para a la etapa de la prueba, testigos. En esta audiencia se define TODO lo que va a ir a juicio,
se dicta el ACTA DE APERTURA DE JUICIO.
Juicio: Es la etapa central. Se desarrollan las audiencias de debate. En esta fase se CONFORMA UN
NUEVO TIRBUNAL, el juez no debe tener conocimiento de nada, no puede haber participado en ninguna
de las audiencias anteriores.
Código Procesal Penal de SF ART 43 – Tribunales de juicio “Los tribunales de juicio juzgarán todos los
hechos afirmados como delitos dolosos o culposos por el actor penal.
También se integrará pluripersonalmente, cualquiera sea la pena solicitada, cuando la complejidad del
asunto o razones excepcionales así lo aconsejen”
El juez: concepto
La administración de justicia se haya confiada a determinados órganos del Estado, cada uno de los cuales
se componen de un conjunto de personas cuyas actividades concurren al cumplimiento integral de la
función judicial.
Las más trascendentes de esas actividades, que son las instructorias, ordenatorias y decisorias, incumben
al juez o, eventualmente a varios jueces, según se trate, respectivamente, de un órgano unipersonal o
colegiado. Las restantes actividades revisten carácter secundario o instrumental respecto de aquéllas, y se
hallan encomendadas a quienes cabe denominar auxiliares de los jueces.
Solamente en los jueces reside la potestad que imprime a dichos órganos un sentido específico dentro de
nuestro régimen institucional de división de poderes, potestad que consiste en juzgar determinada clase de
conflictos, sea originariamente o mediante revisión de lo resuelto por funcionarios u organismos
administrativos.
Tanto el nombramiento como la remoción de los jueces surge de la CN y de las respectivas Constituciones
Provinciales, que deben asegurar, entre otras cosas, su administración de justicia (ART. 5 CN Artículo 5º.-
Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con
los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración de
justicia, su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal,
garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones)
El sistema representativo republicano al que deben sujetarse exige dotar a los jueces de diversas
garantías que aseguren su independencia, tales como la de inamovilidad, intangibilidad de los sueldos etc.
Actualmente, el rol del juez ha cambiado mucho. Lejos de aquél modelo que era una suerte de "convidado
de piedra" (al que aludía Peyano en referencia al magistrado que recién intervenía en el proceso en
ocasión de dictar sentencia" quien, además, resolvía el conflicto en sus síntomas, pero no el problema
subyacente, se habla hoy de otro modelo de justicia llamado "Justicia Terapéutica" que promueve sanar
mediante la aplicación de la ley.
Para ello, cobra cada vez mayor fuerza en los jueces la necesidad de dominar temas que van más allá del
Derecho y que corresponden a las Cs. Sociales y la Psicología, con el fin de aplicar estas técnicas y
estrategias que puedan enriquecer la labor judicial.
Los magistrados de nuestros días no se limitan a aplicar la ley, sino que asumen funciones heurísticas
cuando la propia aplicación del derecho les demanda la invención de una herramienta procesal apta para
que tal o cual texto de fondo no se convierta en letra muerta.
Facultades y deberes
Los deberes y derechos de los jueces guardan relación entre sí, dado que los derechos tienen como fin el
correcto y exacto cumplimiento de los deberes.
Las facultades de las que goza el magistrado son instrumentos que el legislador ha puesto en sus manos
para que éste lleve a cabo su tarea de administrar justicia de la mejor manera, haciendo uso de ellas
cuando considere que contribuye al mejor ejercicio de su función jurisdiccional.
Los deberes del juez están regulados en el Código Procesal de Santa Fe en los artículos:
ARTICULO 18. “Los jueces y presidentes de los tribunales o, en defecto de éstos, el vocal que
corresponda, recibirá por sí las diligencias de prueba y presidirán todo acto en que deba intervenir la
autoridad judicial. Esta suplencia tendrá lugar sin necesidad de decreto ni trámite alguno, por inasistencia
o cualquier impedimento accidental del presidente, vocal o juez. Con acuerdo de partes, la recepción de
audiencias podrá ser cometida al actuario, cuando tratare de asuntos de jurisdicción voluntaria”
ARTICULO 19. “Los jueces pueden disponer en cualquier momento la comparecencia personal de las
partes, para intentar una conciliación o requerir las explicaciones que estimen necesarias al objeto del
pleito. Esta facultad se entenderá sin perjuicio de los términos fijados para dictar resolución o sentencia,
salvo lo dispuesto en el artículo 106”
Los jueces pueden disponer, en cualquier momento, la comparencia personal de las partes entendiendo
por ello, en persona. Pero en el régimen vigente se ha suprimido la facultad judicial de excluir a los curiales
de las audiencias convocadas a efectos conciliatorios o para pedir explicaciones, situación que había sido
motivo de fuertes criticas por el Colegio de Abogados. La exclusión se había querido fundar en el propósito
de evitar que los profesionales, por los motivos que fuere, pudieran dificultar soluciones amistosas,
impidiendo arreglos tal vez convenientes y obligando a sus clientes a mantener una contenida no deseada,
y a veces inútil.
Queda claro que la finalidad convocante persigue un intento de conciliación, o requerir explicaciones
necesarias al objeto del pleito, o ambas a la vez, pues un pedido explicatorio puede ser la antesala de la
conciliación.
Se ha definido que habrá conciliación en la medida que los miembros de una relación bajo conflicto
adopten coincidentes declaraciones de voluntad tendientes a poner fin esa controversia y, en este caso,
para extinguir el que hubiera comenzado, o como expresa Courtere, como acuerdo o avenencia de las
partes, que, mediante renuncia, allanamiento o transacción, hacen innecesario el litigia pendiente o evitan
un litigio eventual.
Peyrano da ciertos consejos para jueces conciliadores en su “Cartilla para Jueces Conciladores:
a. El juez conciliador debe informar a las partes sustanciales presentes los alcances y fines de la audiencia
de conciliación, resaltando necearía su asistencia personal, la de sus letrados y el resguardo del principio
de confidencialidad.
c. Evitar diálogos o manifestaciones de los particulares en la audiencia de conciliación, que pudieran hacer
quebrar la conciliación.
d. Colaboración activa del juez en la búsqueda de fórmulas de conciliación, las que no importaran
prejuzgamiento.
e. Agotar la instancia conciliadora, procurando aprovechar lo más posible la audiencia, al menos para
resolver cuestiones accesorias o conexas.
f. Incluir una cláusula resolutoria en el acuerdo conciliatorio, si el litigante exhibe dudas o se muestra
renuente a suscribirse una formula conciliatoria, mediante esta cláusula pueden reservarse todas las
partes la facultad de resolver unilateralmente el acuerdo, dentro de un lapso que pactaran con expresa
prevención de que el silencio guardado durante dicho termino determinara la firmeza e irrevocabilidad de
lo acordado.
La facultad del juez de convocar personalmente a las partes a fin de que brinden las explicaciones que el
magistrado estime necesario al objeto del pleito, se limita a una finalidad de disipar o superar ciertas
cuestiones dudosas antes del dictado de la sentencia, aunque en la práctica este pedido de explicaciones
es el paso previo al intento de una conciliación.
La presencia de las partes es inexcusable en ambos supuestos y pueden ser compelidas por el uso de la
fuerza pública ya que es un deber procesal y no una carga.
Esta facultad judicial se entenderá sin perjuicio de los términos fijados para el dictado de la resolución o
sentencia, salvo lo dispuesto por el artículo 106. Los plazos para el dictado de la sentencia dependen de
cada juicio en particular, y el art. 106 alude a la suspensión de los plazos para resolver en caso de dictarse
medidas para mejor proveer y en ese supuesto el término se considerará suspendido desde la fecha del
decreto que las disponga hasta que los autos fueren nuevamente puestos a despacho. Pero la suspensión
no podrá exceder de 30 días. Esta norma se debe coordinar con el artículo 121 que prevé que cuando no
se dicte en el término legal la providencia de autos, los plazos para resolver o fallar correrán desde el
momento en que hubiera correspondido dictar aquélla. Una vez vencido estos términos podrán dictarse
medidas de mejor proveer.
Es un deber procesal de los jueces comunitarios de pequeñas causas proveer a la conciliación, en cuyo
caso asumirán el carácter de amigables componedores, o sea va actuar como árbitro. (art. 431 cpccsf).
ARTICULO 20. “Pueden, también, para mejor proveer, ordenar que se practique cualquier diligencia que
estimen conducente y que no sea prohibida por Derecho, y prescindir de la lista de peritos cuando fueren
necesarios conocimientos especiales dentro de determinada profesión” (artículo activista)
Peyrano entabla que las medidas de mejor proveer son facultades discrecionales que puede emplear el
tribunal preocupado por la sospecha de que las pruebas aportadas al proceso no son suficientes para
esclarecer la verdad real o histórica, en tanto y en cuanto su ejercicio se erija en un mero corrector del
principio dispositivo. El fundamento reside tanto para la doctrina como para la jurisprudencia, en que el
dictado de tales medidas son una facultad judicial librada a criterio de cada Magistrado, no pudiendo los
litigantes exigir que se las adopte, aunque ello no impide su sugerencia sin que a éste le asista el derecho
de obligar al órgano judicial a satisfacer sus deseos.
Cuando se ordena una medida de mejor proveer se suspende el plazo para el dictado de la sentencia para
un plazo máximo de 30 días. Y no pueden ser dictadas cuando no se han llamado oportunamente autos
para sentencia acorde la directiva emanada bajo coordinación del art. 121. En el juego de estás tres
normas se puede concluir que:
A. Como principio la medida dictada suspende el plazo para sentenciar, pero fijando la ley uno máximo de
30 días para evitar la eternización de la situación que no puede permanecer sin resolverse.
B. Cuando no se dicta en término adecuado la providencia de autos, el plazo para resolver debe correr
desde el momento que hubiera correspondido ordenarla. Vencido el plazo, ya estará prohibido dictar
medidas para mejor proveer.
1. Justificación: necesidad de que la norma individual con la que culmina el proceso sea una normal
finalmente justa.
2. La adopción de esta medida sólo puede justificarse en la medida que existen pruebas aportadas por los
litigantes. La no producción de prueba alguna es un obstáculo insalvable para las medidas bajo análisis,
pues ahí surge la teoría de la carga de la prueba y el juez debe decidir conforme a ella. Caso contrario el
Magistrado terminaría supliendo la inactivdiad de las partes o cubriendo la negligencia de ellas, pues la
labor de los jueces, en ese punto, es complementaria a la de los litigantes.
3. El juez puede dictarla con la finalidad de averiguar la veracidad de un hecho sobre el cual hay pruebas,
pero dudosas o no suficientes de parte de los contenedores.
6. Se decreten por el juez cuando la causa se halle conclusa para la sentencia. Allí será la ocasión para
que el juez esté en reales condiciones para poder apreciar si la marcha de las probanzas arroja sombras
que pueden disiparse con las medidas bajo estudio.
7. Deben ser notificadas, previamente a su producción, a las partes a los efectos que éstas puedan ejercer
los controles que estimen necesarios, por respeto a la bilateralidad del proceso (principio procesal).
Dentro de las medidas de mejor proveer, pueden citarse: la facultad de disponer la comparencia personal
de las partes a los fines indicados en el art. 19; exigir la confesión judicial a cualquiera de las partes acerca
de los hechos lititgiosos; ordenar comparencia de peritos y terceros para su interrogación; ordenar la
agregación de documentos que puedan existir en poder de las partes; prescindir de la lista de peritos
cuando fueren necesarios conocimientos específicos de una determinada profesión.
ARTICULO 21.” El debate judicial es dirigido por el juez, quien deberá adoptar todas las medidas que
estime conducentes al esclarecimiento de los hechos, a mantener la igualdad entre las partes y a obtener
la mayor rapidez y economía en el proceso. A tal efecto, podrá disponer de oficio, aun compulsivamente,
en cualquier estado de la causa, la comparecencia de los peritos y de los terceros para interrogarlos con la
amplitud que creyere necesaria; y ordenar que se agreguen documentos existentes en poder de las partes
o a los que las mismas se hayan referido. Todo con las formalidades prescriptas en este Código. Puede
también de oficio revocar sus propios decretos y resoluciones interlocutorias que no se hubieren notificado
a ninguna de las partes y disponer cualquier diligencia que fuere necesaria para evitar la nulidad del
procedimiento”
La norma establece los principios de igualdad procesal, la economía y celeridad bajo la dirección del
Magistrado.
Pese a esas facultades y principios, en materia civ y com, rige el principio dispositivo, esto significa, que
corresponde a las partes iniciar el juicio formulando la demanda y proporcionar los elementos para su
decisión, es decir, la iniciativa general, y que el juez debe atenerse, exclusivamente, a la actividad de
éstas, sin que le sea permitido tomar iniciativas encaminadas a iniciar el proceso ni a establecer la verdad
violando la igualdad de la partes ni conocer de parte de cuál de ellas está la razón en la afirmación de los
hechos. Por el contrario, el principio inquisitivo le da al juez la función de investigar la verdad por todos los
medios legales a su alcance, sin que la inactividad de las partes lo obligue o limite a decidir únicamente
sobre los medios que éstas le lleven a los autos, y lo faculta para iniciar de oficio el proceso y para dirigirlo
con iniciativas personales.
Otro principio al cual alude el artículo 21 es el de economía procesal que consiste en que debe tratarse de
obtener el mayor resultado con el mínimo de empleo de la actividad procesal. Otros principios que emanan
del mismo son los de concentración y preclusión o eventualidad.
ARTICULO 22. “Los jueces deben cuidar el decoro y orden en los juicios, el respeto a su autoridad e
investidura y el recíproco que se deben las partes. Además de las facultades conferidas por la Ley
Orgánica, tienen la de expulsar de las audiencias a quienes obstruyen su curso o infrinjan lo dispuesto al
principio y la de mandar devolver todo escrito ofensivo o indecoroso, caso éste en el que deberá dejarse
por secretaría nota sumaria del pedido. Las correcciones disciplinarias no restrictivas de la libertad
personal sólo serán apelables en efecto devolutivo”
La corrección disciplinaria es una clara derivación del principio de autoridad judicial, quien dirige el debate
y, en tal cometido debe cuidad el decoro y debido orden ellos juicios, cuidando, especialmente, el respeto
mutuo que las partes se deben entre sí como de ellas hacia el magistrado.
Los sujetos activos de este derecho- deber son todos los jueces no importando el grado o jerarquía de ahí
que quepa definirla como atribución disciplinaria más que una facultad. Los sujetos pasivos son
magistrados inferiores, funcionarios y empleados del PJ, los auxiliares de la Justicia y los particulares que
ocurran a ella aunque no tengan la calidad de litigantes.
Doctrinariamente dentro de las sanciones disciplinarias se han diferenciado dos actitudes reprimibles; todo
acto que implique obstruir el curso de la justicia y las derivadas del exceso del lenguaje que terminen
afectando el principio de autoridad judicial.
ARTICULO 23. “El juez y el secretario podrán exigir en todo momento la comprobación documental de la
identidad personal de los que intervinieren en los juicios, cualquiera fuere su carácter.
1) dictado de las resoluciones dentro de los plazos que indican las normas y de acuerdo con el orden de
su entrada a sentencia
3) dirigir el procedimiento, velando por el principio de concentración de las diligencias que fuera menester
realizar
4) Señalar, antes de dar trámite a la petición, cualquier defecto u omisión de que adolezca, ordenando que
se subsanen dentro del plazo que fije
a) Disciplinarias Mantener el buen orden y decoro en los juicios, pudiendo aplicar correcciones
disciplinarias.
b) Ordenatorias o instructorias Son utilizadas por el juez para resolver el conflicto sometido a su
decisión. Ej. Ordenar diligencias necesarias para esclarecer la verdad de los hechos controvertido.
VER UNIDAD DE COMPETENCIA PARA LO REFERENTE A EXCUSACIÓN Y RECUSACIÓN.
Desde el año 1853 nuestra Constitución Nacional dispone el juicio por jurados en materia penal.
Tradicionalmente, el juicio por jurados siempre se emparentó con los sistemas democráticos y
republicanos, pues implica otorgar a la ciudadanía participación directa en la administración de justicia.
Un juicio por jurados es una forma de juzgamiento oral y pública, en la que un grupo de ciudadanos
del lugar del hecho son convocados para decidir dos cuestiones: si el hecho que se juzga realmente existió
y si el acusado de haber cometido ese hecho es culpable o inocente.
En ese juicio los fiscales y querellantes (si los hubiera) deberán probar su teoría del caso. La
defensa podrá contradecir la teoría del caos de la parte acusadora, planteando una coartada y aportando
prueba sobre su versión.
Toda esta actividad es controlada por un juez, ya que en todo juicio por jurados existe una tarea de
cooperación entre un juez profesional y un grupo de ciudadanos.
Finalizado el debate, el jurado se reunirá, seleccionará un presidente y deberán discutir acerca de
lo que han visto, oído y percibido, hasta alcanzar su decisión final.
En caso de declarar culpable al acusado, las cuestiones legales y de monto de pena serán
determinadas por el juez profesional. En caso de declarar no culpable al acusado, el veredicto es
obligatorio para el tribunal y el juicio finaliza allí.
El Código Procesal Penal de SF refiere:
ART 4 - Jueces naturales y jurados.- "Nadie podrá ser juzgado por otros jueces que los
designados de acuerdo a la Constitución e instituidos con anterioridad al hecho objeto del proceso.
En los casos en que sea procedente la conformación del jurado se regirá por las normas que
establezca una ley especial"
ART 44.- Jurados.- "Cuando se autorice el Juicio por Jurados, una ley determinará la forma en que
se integrarán en Colegio los Jurados, sus características, requisitos para la convocatoria y la fecha de
entrada en vigencia de esta forma de juzgamiento"
Así, se deja abierta a futuro la posibilidad de que, ley de por medio, el juicio por jurados sea una
realidad en la provincia de Santa Fe.
En el derecho comparado hay 2 tipos de jurados:
Legos Son los compuestos únicamente por personas de diferentes clases sociales
Escabinados Son sistemas mixtos. Los jurados están compuestos por jueces y ciudadanos.
En los viejos sistemas de justicia penal operó una tradición según la cual el juez es parte de una
estructura jerarquizada cuya fuente de poder se encuentra en un vértice.
Fue, uno de los logros más importantes de los procesos de reformas procesales penales haber
dejado atrás ese modelo de juzgamiento inquisitivo, en el cual los jueces de instrucción tenían un doble rol,
el de investigar y de juzgar. Actualmente, con el surgimiento de los Ministerios Públicos Fiscales o
Ministerios Públicos de Acusación, la investigación de los delitos recae exclusivamente en los fiscales,
quedando reservada para los jueces la tarea de decidir.
La independencia es una condición necesaria para la ecuanimidad, pero no es la única. También el
juez debe ser imparcial.
Así, se denomina imparcialidad a la ajenidad del juez respecto de los intereses de las partes y al
objeto de la causa. Por ello, la imparcialidad requiere la separación institucional del juez respecto de la
acusación pública.
Como consecuancia de esto, los Códigos de procedimiento estbalecen que el juez deberá inhibirse
de conocer en la causa en cuanto advierta la existencia de cualquier circunstancia que, por su objetiva
gravedad, pudiera considerarse que afecta a su imparcialidad, aunque hubiera tomado intevernción antes.
Código procesal Penal de Santa Fe ART 68 - Oportunidad y motivos de la inhibición y la
recusación. “Los Jueces deberán inhibirse de participar en audiencia en cuanto advirtieran la existencia
de cualquier circunstancia que pudiera considerarse que afecta su imparcialidad. Podrán ser recusados
por las partes cuando se generen dudas razonables acerca de su imparcialidad frente al caso.
El juez que haya resuelto la prisión preventiva o participado en la audiencia preliminar no podrá
integrar el tribunal de juicio ni intervenir en segunda instancia o instancias extraordinarias.
El juez que haya pronunciado o concurrido a pronunciar sentencias no podrá intervenir en segunda
instancia o instancias extraordinarias”.
A nivel nacional Fallo Llerena. La Corte afirmó que la garantía de juez imparcial, protegida en la
Constitución Nacional y en los pactos internacionales de derechos humanos que tienen jerarquía
constitucional, prohíbe que el juez que investiga sea el mismo que juzgue y sentencie (Voto de los jueces
Petracchi, Maqueda, Zaffaroni, Highton de Nolasco, Argibay, Belluscio y Boggiano. Lorenzetti y Fayt no
votaron).
Para estos jueces, la garantía de imparcialidad estaba afectada por una razón objetiva: el juez que
investigó el hecho y procesó al imputado es el mismo que tiene que juzgarlo. Es la propia organización del
procedimiento correccional y la naturaleza misma de las funciones que tiene que desempeñar el juez
correccional -investigar y juzgar- la que da pie a temer que exista esta parcialidad. No es necesario
entonces probar que en el caso concreto existe parcialidad.
Nivel provincial Fallo Fratichelli (Juez condenado por matar a su hija, la Corte anuló la condena
porque se habían violado las garantías de imparcialidad, 2 integrantes de la Cámara que confirmó la
sentencia, ya habían participado del procesamiento)
En este sentido existen las Reglas de Mallorca o Reglas Mínimas de Naciones Unidas.
Las REGLAS MINIMAS DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL PROCESO PENAL, llamadas
REGLAS DE MALLORCA, es el resultado de un trabajo conjunto de un grupo de expertos en el área del
derecho penal y derechos humanos, que entre finales de 1990 y principios de 1991, se reunieron en
diversas ocasiones en Palma de Mallorca, España, para definir las recomendaciones mínimas a las que
los estados (al menos los miembros de la ONU) deben ajustarse en la implementación de procesos
penales en sistemas de corte acusatorio, algunas de ellas derivan de instrumentos internacionales como la
Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales.,
Las Reglas de Mallorca constituyen el antecedente directo y la base de los sistemas de justicia
penal sostenidos en principios rectores que garantizan que la impartición de justicia penal sea a puerta
abierta, con la obligatoria presencia de todos los operadores (MP o fiscal, juez de control o tribunal de
juicio oral, imputado, víctima y defensor ya sea público o privado), pronta y sin dilación, por lo que obliga a
que en las audiencias se desahoguen la mayor cantidad de actos procesales y a continuar de inmediato en
caso de que no alcance el tiempo, necesariamente exigen la presencia permanente del imputado y la
victima a efecto de ambas partes se encuentren en posibilidad de ejercer el derecho de réplica, todo lo
anterior a fin de garantizar el debido proceso.
2. El Ministerio Público: concepto, composición. El Ministerio de la Acusación y de la Defensa
Pública en la Pcia. De Santa Fe. El Ministerio Público Pupilar.
Ministerio público: concepto, composicion.
Funciones:
Ley Nº 13.013 ART 1.- Órganos y misión. “El Ministerio Público de la Acusación será ejercido por
el Fiscal General y los demás órganos contemplados en esta Ley, con las funciones que en ella se
establecen.
Tiene por misión el ejercicio de la persecución penal pública procurando la resolución pacífica de
los conflictos penales.
El Ministerio Público de la Acusación promoverá y ejercerá la acción penal en la forma establecida
por la ley, dirigiendo al Organismo de Investigación y a la Policía en función judicial, siendo responsable de
la iniciativa probatoria tendiente a demostrar la verosimilitud de la imputación delictiva. La inobservancia de
este precepto podrá ser objeto de sanciones por el superior jerárquico que corresponda.
El Ministerio Público de la Acusación no intervendrá en asuntos de índole extrapenal"
Ley Nº 13.013 ARTÍCULO 11.- Función de Persecución penal. “Son funciones del Ministerio
Público de la Acusación las siguientes:
1. Establecer y ejecutar los lineamientos de la política de persecución penal en el ámbito Provincial,
fijando las prioridades y criterios de la investigación y persecución de los delitos.
2. Dirigir la investigación de los delitos de acción pública y ejercer la acción penal ante los
tribunales, preparando los casos que serán objeto de juicio oral y resolviendo los restantes según
corresponda.
3. Dirigir funcionalmente al Órgano de Investigación y a cualquier organismo de seguridad en lo
concerniente a la investigación de los delitos.
4. Orientar a la víctima de los delitos, en forma coordinada con instituciones públicas o privadas,
procurando asegurar sus derechos.
5. Procurar asegurar la protección de víctimas y testigos, en el marco de la legislación vigente, por
sí o en coordinación con otras agencias del Estado.
6. Intervenir en la etapa de ejecución de la pena en la forma que prevean las leyes.
7. Requerir cooperación y coordinar con instituciones públicas y privadas para que coadyuven en
la persecución de los delitos.
8. Promover la cooperación nacional e internacional ante la criminalidad organizada o
investigaciones complejas”.
Principios de actuación:
Ley Nº 13.013 ARTÍCULO 3.- Principios de Actuación. “El Ministerio Público de la Acusación
ejercerá sus funciones con arreglo a los siguientes principios:
1. Objetividad. Requerirá la justa aplicación de la ley, resguardando la vigencia equilibrada de
todos los valores jurídicos consagrados en la Constitución y la ley.
2. Respeto por los derechos humanos. Desarrollará su actuación de acuerdo a los principios,
derechos y garantías establecidos en la Constitución de la Provincia, Constitución Nacional, y Pactos
Internacionales que la integran, respetando los derechos humanos y garantizando su plena vigencia.
3. Orientación a las víctimas. Orientará su actuación a la satisfacción de los intereses de las
víctimas, procurando conciliarlos con el interés social.
4. Gestión de los Conflictos. Procurará la solución del conflicto surgido a consecuencia del delito,
con la finalidad de restablecer la armonía entre sus protagonistas y la paz social.
5. Transparencia. Sujetará su actividad a pautas de transparencia, informando los criterios que
orientan la persecución penal y los resultados de su gestión.
6. Eficiencia y Desformalización. Velará por la eficiente e idónea administración de los recursos y
bienes públicos. Procurará que los procedimientos sean ágiles y simples sin más formalidades que las que
establezcan las leyes.
7. Accesibilidad. Procurará la tutela judicial de las víctimas.
8. Gratuidad. Los servicios que brinde serán absolutamente gratuitos.
9. Responsabilidad. Los integrantes del Ministerio Público de la Acusación estarán sujetos a
responsabilidad administrativa, sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal que pudiere
corresponderles.
10. Unidad de actuación. El Ministerio Público de la Acusación es único para toda la Provincia; en
la actuación de cada uno de sus funcionarios estará plenamente representado. Cada funcionario
controlará el desempeño de quienes lo asistan y será responsable por la gestión de los funcionarios a su
cargo.
Composición:
Ley Nº 13.013 ART 13.- Organización e Integración. “El Ministerio Público de la Acusación está
integrado por los siguientes órganos:
1.- Órganos de Dirección
a. El Fiscal General
b. Los Fiscales Regionales
2.- Órganos Fiscales
a. Los Fiscales
b. Los Fiscales Adjuntos
3. Órganos de Apoyo a la Gestión
a. La Secretaría General
b. La Junta de Fiscales
c. Los Consejos Asesores Regionales
d. La Administración General
e. La Auditoría General de Gestión
f. La Escuela de Capacitación
g. El Organismo de Investigación
4.- Órganos Disciplinarios
a. Tribunal de Disciplina”
Nota Lo importante es saber el art 13, en la ley Nº 13.013 están detallados TODOS estos
organismos. A continuación agrego los artículos de los organismos más relevantes, pero si se quiere
puede profundizarse desde la ley.
Ley Nº 13.013 ARTÍCULO 14.- Fiscal General. “El Fiscal General es el responsable de la
organización y funcionamiento del Ministerio Público de la Acusación. El órgano tiene su sede en la Capital
de la Provincia. El Fiscal General deberá reunir las condiciones previstas en la Constitución para ser Fiscal
de Estado. Durará seis (6) años en el cargo y gozará de inamovilidad durante ese período. No podrá ser
designado para el período siguiente y cesará automáticamente en su cargo por el mero vencimiento del
plazo de su designación.
En caso de ausencia o impedimento transitorio será subrogado por el fiscal regional que él designe
o el que corresponda según la reglamentación que se dicte al efecto. En caso de ausencia o impedimento
definitivo será reemplazado por el fiscal regional con sede en la Capital de la Provincia, debiéndose poner
en marcha en forma inmediata el mecanismo de designación de un nuevo Fiscal General. Tendrá una
remuneración equivalente a la del Procurador General de la Corte”
ARTÍCULO 15.- Designación y remoción. El Fiscal General será designado por el Poder Ejecutivo
con acuerdo de la Asamblea Legislativa. El designado deberá resultar previamente seleccionado por un
sistema de terna vinculante obtenida mediante concurso público de oposición y antecedentes en la forma
que reglamentará el Poder Ejecutivo. Los concursos deberán garantizar transparencia, publicidad,
excelencia y celeridad.
Podrá ser removido de su cargo a solicitud del Poder Ejecutivo o de un legislador provincial por las
causales de mal desempeño, o comisión de delito doloso. La remoción del cargo se decidirá por el voto de
la mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara reunidas en sesión conjunta, previo debate y
audiencia del interesado. En este caso entenderá la Comisión de Acuerdos, la que deberá emitir despacho
sobre el particular, designando en su caso a quien actuará como acusador.
El procedimiento de remoción no podrá extenderse por un plazo mayor a 6 (seis) meses contados
desde su inicio hasta la decisión de la Legislatura sobre el fondo del asunto, en cuyo caso caducará de
pleno derecho, no pudiendo iniciarse nuevamente un procedimiento por el mismo hecho. Sin perjuicio de
todo lo expresado, el Poder Ejecutivo, el legislador provincial, el representante del Ministerio Público de la
Acusación actuante en la causa penal, o el acusador designado podrán solicitar la suspensión temporal de
sus funciones, lo que se resolverá por el voto de la mayoría simple de los miembros de cada Cámara
reunidas en sesión conjunta previo dictamen de la Comisión de Acuerdos.
Cuando la única causal sea la presunta comisión de un delito doloso, el trámite podrá suspenderse
hasta la sentencia definitiva en la causa penal correspondiente.
Cuando entre otras causales se encuentre la presunta comisión de un delito doloso, el trámite sólo
podrá suspenderse hasta la sentencia definitiva en la causa penal correspondiente sólo respecto de ella”.
ARTÍCULO 17.- Fiscalías Regionales. “En la Provincia funcionarán cinco fiscalías regionales,
ubicadas una en cada una de las circunscripciones judiciales existentes. Cada fiscal regional será el jefe
del Ministerio Público de la Acusación en la división territorial para la que fue designado, y el responsable
del buen funcionamiento de la institución en el área respectiva. Ejercerá las atribuciones que la ley le
otorga al Ministerio Público de la Acusación por sí mismo o por intermedio de los órganos que de él
dependan.
Los fiscales regionales deberán reunir las mismas condiciones que para ser Fiscal General y serán
designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de la Asamblea Legislativa, previo cumplimiento del mismo
procedimiento de selección que el previsto en el artículo 15 de la presente Ley. Será removido de su cargo
mediante el mismo procedimiento y las mismas causales previstas en esta Ley para el Fiscal General.
Durará seis años en el cargo y gozará de inamovilidad durante ese período. Cumplido el período
sin ser nuevamente designado fiscal regional y en caso de que anteriormente hubiera pertenecido a la
carrera del Ministerio Público de la Acusación, volverá al cargo que desempeñaba al momento de su
designación como fiscal regional. En caso de ausencia o impedimento temporal, será reemplazado por el
fiscal de su circunscripción que él designe o el que corresponda según la reglamentación que se dicte al
efecto.
En caso de ausencia o impedimento definitivo o cese del período para el que fue designado sin que
se hubiese designado un nuevo fiscal regional, será reemplazado por el fiscal de la circunscripción que
interinamente designe el Fiscal General, hasta tanto se efectúe la correspondiente designación
debiéndose poner en marcha en forma inmediata el mecanismo de designación de un nuevo fiscal
regional.
Tendrá una remuneración equivalente a la de vocal de cámara de apelaciones”
Ley Nº 13.013 ARTÍCULO 20.- Fiscales. Los fiscales tendrán a su cargo el ejercicio de la acción
penal pública de acuerdo a la distribución de trabajo dispuesta por los fiscales regionales, quienes
determinarán la cantidad, el asiento y el área territorial de incumbencia de las fiscalías.
Ejercerán la dirección de la investigación, formularán acusación o requerimiento de sobreseimiento,
aplicarán criterios de oportunidad dentro de los márgenes legales, actuarán en juicio y podrán formular
impugnaciones ante los tribunales correspondientes, cualquiera sea su instancia.
El fiscal deberá ser ciudadano argentino, poseer título de abogado y tener, por lo menos,
veinticinco años de edad, cuatro de ejercicio de la profesión o de la función judicial como magistrado,
funcionario o empleado y dos años de residencia inmediata en la Provincia si no hubiera nacido en ésta.
Serán designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de la Asamblea Legislativa, previo
cumplimiento del mismo procedimiento de selección que el previsto en el artículo 15 de la presente ley.
Tienen estabilidad en el cargo y sólo podrán ser removidos por mal desempeño o la comisión de
faltas graves con intervención del Tribunal de Disciplina”
Ley Nº 13.013 ARTÍCULO 21.- Fiscales Adjuntos. “Los fiscales adjuntos actuarán por delegación
y bajo la supervisión de los Fiscales. En el ejercicio de su cargo podrán intervenir en todos los actos en los
que puede actuar el fiscal de quien dependan.
El fiscal adjunto deberá ser ciudadano argentino, poseer título de abogado y tener, por lo menos,
veinticinco años de edad, cuatro de ejercicio de la profesión o de la función judicial como magistrado,
funcionario o empleado y dos años de residencia inmediata en la Provincia si no hubiera nacido en ésta.
Serán designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo de la Asamblea Legislativa, previo
cumplimiento del mismo procedimiento de selección que el previsto en el artículo 15 de la presente ley.
Tienen estabilidad en el cargo y sólo podrán ser removidos por mal desempeño o la comisión de
faltas graves con intervención del Tribunal de Disciplina”
Ley Nº 13.013 ARTÍCULO 31.- Tribunal de Disciplina. “El Tribunal de Disciplina se integrará de la
siguiente manera:
1. Un representante del Colegio de Abogados de otra Circunscripción Judicial en que se
desempeñe el acusado.
2. Un senador y un diputado designados anualmente al efecto por sus Cámaras.
3. Un fiscal regional de una circunscripción diferente a la que corresponde al acusado, designado
por sorteo; y el Fiscal General. Este último lo preside y vota sólo en caso de empate. El Auditor General de
Gestión cumplirá la función de acusador ante el Jurado. El trámite para el enjuiciamiento será el que
establece la presente ley. El desempeño en este órgano será considerado carga pública a todos los
efectos”.
Con la finalidad de garantizar a toda persona sometida a persecución penal estatal una defensa
técnica de calidad, y orientando prioritariamente a aquellas personas que por carecer de medios
económicos no puedan designar a un defensor de confianza, nace el SPPDP, como órgano con autonomía
funcional y con autarquía financiera dentro del Poder Judicial.
Ley Nº 13.014 ARTÍCULO 18.- Integración. “El Servicio Público Provincial de Defensa Penal se
integra por:
1. Defensor Provincial.
2. Consejo del Servicio Público Provincial de Defensa Penal.
3. Defensores regionales.
4. Defensores públicos.
5. Defensores públicos adjuntos.
6. La Administración General.
7. Los Órganos Disciplinarios”
La esencia de la actividad del SPPDP recae en los defensores y defensores adjuntos, que se
encargan de brindar defensa técnica a las personas.
1. Las partes en los procesos civil y penal: concepto, capacidad, legitimación y constitución.
Concepto de parte
Es parte el que demanda en nombre propio (o en cuyo nombre se demanda) una actuación de la
ley, y aquel contra el cual esa actuación de la ley es demandada CHIOVENDA
Parte es quien pretende y frente a quien pretende GUASP
De estos conceptos se destacan dos cuestiones fundamentales:
1) La noción de parte se halla circunscripta al área del proceso: es parte quien reclama, o
frente a quien se reclama la protección jurisdiccional, o sea, quienes DE HECHO intervienen o figuran en
el proceso como sujetos activos y pasivos de una determinada pretensión, con prescindencia de que
revistan o no el carácter de legitimados porque la legitimación constituye un requisito de la pretensión y no
de la calidad de parte.
2) Sólo es parte quien actúa en nombre propio (o en nombre de quien se actúa). NO reviste tal
calidad, en consecuencia, quien, como el representante (legal o convencional) actúa en el proceso en
nombre y por un interés ajeno.
Necesariamente las partes no pueden ser más que dos: actora y demandada (principio de dualidad
de las partes). Pero el proceso puede desenvolverse con la actuación de más de un sujeto en la misma
posición de parte (puede haber partes plurisubjetivas, es decir, compuestas por varios sujetos, pero sigue
siendo UNA parte).
Estas conclusiones solo resultan aplicables a los procesos contenciosos porque únicamente en
ellos cabe hablar de “partes” en sentido estricto. En los procesos voluntarios el concepto de parte debe ser
reemplazado por el de “peticionarios” que son definidos como aquellas personas que, en nombre e interés
propio, o en cuyo nombre e interés se reclama, ante un órgano judicial, la emisión de un pronunciamiento
que constituya, integre o acuerde eficacia a determinado estado o relación jurídica privada.
Este tipo de capacidad refiere a la posibilidad jurídica de figurar como parte en un proceso, y no es
otra cosa, que la aptitud para ser titular de derechos y deberes procesales.
Del principio general en cuya virtud toda persona humana goza de aptitud para ser titular de
derechos y deberes jurídicos (CCYC art. 22) se infiere que toda persona, por el solo hecho de serlo, goza
de la capacidad de ser parte.
ARTICULO 22.- Capacidad de derecho. “Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular
de derechos y deberes jurídicos. La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados”
Por aplicación de los principios generales, las personas humanas adquieren capacidad para ser
partes desde la concepción (CCYC art. 19) y la pierden con la muerte sea ésta constatada (CCYC art. 93)
o presunta (CCYC art. 85 y ss.)
Tienen también capacidad para ser parte las personas jurídicas (CCYC art. 141), sean públicas o
privadas.
Capacidad procesal
No todas las personas que tienen capacidad para ser partes se hallan dotadas de capacidad
procesal, o sea, de la aptitud necesaria para ejecutar personalmente los actos procesales válidos.
La capacidad procesal supone, la aptitud legal de ejercer los derechos y de cumplir los deberes y
cargas inherentes a la calidad de parte. Coincide con la hoy denominada capacidad de ejercicio (CCYC
art. 23).
ARTICULO 23.- Capacidad de ejercicio. “Toda persona humana puede ejercer por sí misma sus
derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas en este Código y en una sentencia judicial”.
ARTICULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. “Son incapaces de ejercicio:
a) la persona por nacer;
b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto
en la Sección 2ª de este Capítulo;
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión”
En su lugar, son representantes:
ARTICULO 101.- Enumeración. “Son representantes:
a) de las personas por nacer, sus padres;
b) de las personas menores de edad no emancipadas, sus padres. Si faltan los padres, o ambos
son incapaces, o están privados de la responsabilidad parental, o suspendidos en su ejercicio, el tutor que
se les designe;
c) de las personas con capacidad restringida, el o los apoyos designados cuando, conforme a la
sentencia, éstos tengan representación para determinados actos; de las personas incapaces en los
términos del último párrafo del artículo 32, el curador que se les nombre.”
Respecto a los menores de edad: El menor adolescente goza de plena capacidad procesal para
intervenir en aquellos juicios relacionados con actos civiles que puede válidamente ejecutar sin
autorización paterna o con actos respecto de los cuales ha mediado tal autorización.
ARTICULO 26.- Ejercicio de los derechos por la persona menor de edad. “La persona menor
de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales.
No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos
que le son permitidos por el ordenamiento jurídico. En situaciones de conflicto de intereses con sus
representantes legales, puede intervenir con asistencia letrada.
La persona menor de edad tiene derecho a ser oída en todo proceso judicial que le concierne así
como a participar en las decisiones sobre su persona.
Se presume que el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí
respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o
provocan un riesgo grave en su vida o integridad física.
Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la
integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus progenitores;
el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión
médica respecto a las consecuencias de la realización o no del acto médico.
A partir de los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones
atinentes al cuidado de su propio cuerpo”
ARTICULO 27.- Emancipación. La celebración del matrimonio antes de los dieciocho años
emancipa a la persona menor de edad.
La persona emancipada goza de plena capacidad de ejercicio con las limitaciones previstas en este
Código.
La emancipación es irrevocable. La nulidad del matrimonio no deja sin efecto la emancipación,
excepto respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir del día en que la sentencia pasa en
autoridad de cosa juzgada.
Si algo es debido a la persona menor de edad con cláusula de no poder percibirlo hasta la mayoría
de edad, la emancipación no altera la obligación ni el tiempo de su exigibilidad”
ARTICULO 28.- Actos prohibidos a la persona emancipada. “La persona emancipada no puede,
ni con autorización judicial:
a) aprobar las cuentas de sus tutores y darles finiquito;
b) hacer donación de bienes que hubiese recibido a título gratuito;
c) afianzar obligaciones”
ARTICULO 29.- Actos sujetos a autorización judicial. “El emancipado requiere autorización
judicial para disponer de los bienes recibidos a título gratuito. La autorización debe ser otorgada cuando el
acto sea de toda necesidad o de ventaja evidente”
ARTICULO 30.- Persona menor de edad con título profesional habilitante. “La persona menor
de edad que ha obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta
propia sin necesidad de previa autorización. Tiene la administración y disposición de los bienes que
adquiere con el producto de su profesión y puede estar en juicio civil o penal por cuestiones vinculadas a
ella”.
La situación de los penados se halla prevista en el ART 12 del Código Penal – “La reclusión y la
prisión por más de tres años llevan como inherente la inhabilitación absoluta, por el tiempo de la condena,
la que podrá durar hasta tres años más, si así lo resuelve el tribunal, de acuerdo con la índole del delito.
Importan además la privación, mientras dure la pena, de la patria potestad, de la administración de los
bienes y del derecho de disponer de ellos por actos entre vivos. El penado quedará sujeto a la curatela
establecida por el Código Civil para los incapaces”
El penado por lo tanto queda privado de capacidad procesal para intervenir en juicios en los cuales
se ventilen pretensiones de naturaleza patrimonial, no en los que versen sobre derechos personalísimos.
Legitimación procesal
Es aquélla que establece si una persona es hábil para reclamar por sí o si, por el contrario, requiere
de asistencia (representación por otra).
En el sistema del CCYC este tipo de legitimación es variada, pues entre la representación
necesaria absoluta, hay una serie de variantes (ej. Arts. 19, 21, 13, 24 y ss. para personas humanas, arts.
141 y ss. para personas jurídicas)
La ausencia de esa capacidad o de representación que se requiera, conlleva al planteo de falta de
personalidad en el Código procesal civil y comercial de SF.
Constitución
La capacidad procesal habilita, a quien goza de ella, para intervenir en el proceso personalmente o
por medio de un representante. Respecto de las personas que tienen una incapacidad de ejercicio,
funciona, la denominada representación legal. Las personas de existencia ideal pueden actuar por medio
de representantes legales o estatutarios.
Art. 30 Código procesal Civil y Comercial SF “Toda persona puede comparecer por sí o por
apoderado o por medio de sus representantes legales, con o sin la dirección del letrado, salvo lo dispuesto
en la Ley orgánica”
Art. 31 Código Procesal Civil y Comercial SF “En los juicios universales y en los contencioso
ante los jueces letrados, es obligatorio para los litigantes hacerse representar por apoderado inscripto en la
matrícula de procuradores, salvo:
1) Cuando se actúa con firma del letrado
2) Para solicitar medidas precautorias o urgentes
3) Cuando los abogados o procuradores actúen en causa propia
4) Para contestar intimaciones o requerimientos de carácter personal
5) Para la recepción de órdenes de pago
6) Para solicitar la declaratoria de pobreza”
Art. 42 Código Procesal Civil y Comercial SF “En casos urgentes, se podrá comparecer al
proceso ofreciendo comprobar la personería dentro del plazo que el juez determine y que no podrá ser
superior a 30 días. La decisión será inapelable y cuando fuera denegatoria, se notificará por cédula o
personalmente en secretaria. El plazo empezará a correr desde el mismo día en que se compareció
invocando el mandato y pidiendo término para presentar el documento que lo instrumente. Transcurrido
aquél sin que el poder se exhibiera o si éste no hubiera sido otorgado, por lo menos, el día que se lo alegó,
quedará nulo todo lo actuado por el procurador que cargará con las costas causadas.
La ratificación de los actos realizados sin poder es inadmisible”.
ARTICULO 24. Las partes y sus defensores tendrán el deber de conducirse en el juicio con lealtad,
probidad y buena fe. Respecto de las primeras, la transgresión de estos principios autorizará al juez o
tribunal, al fallar en definitiva, a imponer a la infractora una multa de hasta doscientos días multa, en favor
de su contraria. Si fueren los defensores quienes faltaren a esos deberes, el juzgador lo comunicará a los
colegios profesionales que ejerzan sobre ellos la jurisdicción disciplinaria.
Conducta procesal maliciosa: La norma no entabla qué actitudes pueden ser reprochadas como contraria
a la lealtad, probidad y buena fe, de tal modo que corresponderá al juez analizarla en el caso concreto. A
su vez, dicho análisis debe ser restrictivo, dado que, no puede obviarse que está en juego el derecho de
defensa en juicio. Cuando se habla de conducta procesal maliciosa se hace referencia a actos de las
partes o de sus defensores que presuponen la utilización de prerrogativas que en principio la ley les
concede, pero que se ejercen en forma desviada, abusiva o con exceso, desvirtuando la finalidad de
garantir la defensa para las que fueron otorgadas, constituyéndolas en cambio en obstáculos al desarrollo
normal del proceso, tal desviación queda concretada y su conducta resulta reprochable por violación del
principio en cuestión durante el proceso.
ARTICULO 26. Los oficios y demás actos a que se refiere el artículo anterior, sólo podrán ser firmados por
los defensores en las causas que intervengan mientras no conste en autos su substitución. Será obligación
de los mismos, según el caso, indicar el registro del expediente, juzgado y secretaría donde se tramita,
salvo cuando se solicite la inscripción de poderes para intervenir en juicio. La firma será aclarada con el
sello correspondiente, que contendrá admás el domicilio del profesional actuante. En seguida que éste
obtenga los informes solicitados o el aviso de recibo de las cédulas que expida por Correos y
Telecomunicaciones, deberá presentarlos al juzgado y hacerlos agregar a las actuaciones que
corresponda.
ARTICULO 27. El profesional que firme oficio o cédula haciendo mención de causa, actos o disposiciones
inexistentes, alterándolas u omitiéndolas será suspendido de la respectiva matrícula por el término de dos
años. En caso de reincidencia, en el mismo o distinto proceso, será excluido definitivamente. El
juzgamiento y decisión de estos hechos así como la sanción respectiva, que corresponde conocer y aplicar
al juez de la causa quien las comunicará al colegio profesional que corresponda, son por completo
independientes de cualesquiera otros que correspondieren en distinta sede.
ARTICULO 28. Si durante la tramitación del proceso cambia la persona a la cual pertenece el interés en
litis por otro título que no sea la muerte o extinción de aquélla, la que intervino al comienzo conservará su
calidad de parte y sus obligaciones en el pleito seguirán siendo las mismas, salvo conformidad expresa de
la contraria. El cesionario podrá actuar siempre como tercero coadyuvante.
Sucesión procesal: El artículo refiere al supuesto en donde hay alteración de las partes o de los sujetos
que las integran durante el proceso. Hay que diferenciar la sucesión procesal de la sustición. Mientras que
en la primera hay un solo interés, que se transmite de un sujeto a otro, en la segunda el sustituto persigue
la satisfacción de un interés ajeno para satisfacer su propio interés, vrg: acción subrogaría.
Por la condición expuesta en el artículo, nunca debe ser por muerte de la persona, ya que en ese caso hay
una sucesión procesal a título universal (art. 45 cpccsf).
ARTICULO 29. Las partes pueden convenir la renuncia al derecho de apelar cuando el objeto de la
controversia sea susceptible de enajenación o transacción. No podrá convenirse la renuncia del recurso de
nulidad.
El supuesto recogido por la norma es el de renuncia anticipada, esto es, la formulada antes del dictado de
la sentencia e incluso por convenio previo al pleito. Se refiere a una renuncia en sentido estricto o
restringido y manifestada en forma expresa, no a los supuestos de renuncia en sentido amplio que incluiría
el desistimiento del recurso. La misma va a ser válida siempre que sea efectuada por todas las partes en
litigio.
La renuncia al recurso de nulidad se explica porque el mismo versa sobre la legalidad de la resolución y
del procedimiento que la antecede.
Designación:
Código Procesal Penal SF ARTÍCULO 22.- Resolución. Conversión.- “Si el Tribunal admite el
criterio de oportunidad, la acción pública se tramitará conforme lo previsto para el procedimiento de
querella, cualquiera fuera el delito de que se tratase. En tal caso la querella deberá presentarse dentro del
término de sesenta (60) días hábiles desde la notificación de la resolución.
La víctima tendrá el derecho y el Estado el deber de asegurarle el asesoramiento jurídico necesario
cuando no pudiese afrontar los gastos en forma particular.
Vencido el término, la acción penal quedará extinguida para el autor o partícipe a cuyo favor se
aceptó el criterio de oportunidad, salvo el supuesto del inciso 2 del artículo 19 en que los efectos se
extenderán a todos los partícipes.”
Es un imperativo del propio interés. Es decir, es la imposición de una conducta que, si se sigue, se
traduce en una ventaja procesal para quien la ejecuta, o evita, al menos, a la parte que la cumple, el caer
en una situación desventajosa dentro del proceso. Así por ejemplo, si el demandado no contesta la
demanda, los hechos quedarán en principio reconocidos a favor del amor.
De tal modo, advertimos que son las partes las destinatarias de esas cargas procesales que se
caracterizan porque su cumplimiento contribuye al impulso del proceso, a la vez que son incoercibles,
puesto que su incumplimiento generará solo una desventaja en el juicio, pero de ninguna manera una
sanción.
Deber procesal
Tiene por objeto la preservación del interés público procesal, y en razón de ello, el incumplimiento
de un deber procesal conlleva sanciones.
Los deberes procesales recaen sobre las partes y también sobre el juez y su cumplimiento no hace
al impulso del proceso.
Ej. conducirse en el juicio con lealtad, probidad y buena fe
Obligación procesal
Son conductas que se imponen con motivo del desenvolvimiento del proceso, pero cuyo
cumplimiento no hace al impulso, ni al desarrollo del proceso. Por ejemplo, la obligación del vencido de
pagar las costas.
Antes de entrar de lleno en la materia, es menester dejar trazados una serie de conceptos
Concepto de parte Es el sujeto procesal principal que peticiona en nombre propio o en cuyo
nombre se peticiona (parte actora) la satisfacción de una pretensión y también el sujeto procesal principal
frente al cual se reclama dicha satisfacción (parte demandada); sujetos que tienen la potencialidad de
concretar el contenido de derecho de acción y que gozan de plenitud de facultades para conseguir sus
propósitos (el acogimiento o el rechazo de la pretensión deducida).
Las partes son sujetos principales (actor, demandado y juez) no hay proceso sin ellos, su
participación es necesaria. También existen sujetos procesales eventuales (terceros, peritos, testigos etc.)
que pueden tener o no participación en el debate judicial. Su ausencia en el mismo, no lo afecta.
Concepto de tercero
El tercero es el sujeto procesal eventual cuyo acceso al proceso pendiente le facilita la ley, siempre
y cuando posea un interés jurídico relevante, variando las atribuciones concedidas en función de la medida
de ese interés. O, si se prefiere, tercero es el sujeto procesal eventual no necesario para la prestación de
la actividad jurisdiccional que, sin ser parte, tiene la chance de participar en una relación procesal
pendiente en la medida del interés jurídico que ostente y a través del instituto técnicamente denominado
“intervención de terceros”
Finalmente cabe consignar como rasgo distintivo del verdadero tercero, que éste se encuentra
interesado en el desenlace jurídico global del debate en que tercia.
Existe relación procesal afectante cuando un pleito en trámite posee la virtualidad de afectar o
perturbar los intereses o derecho de quienes no actúan como partes.
Adviértase que habrá relación procesal afectante solo cuando el desenlace jurídico de ella, tenga
potencialidad para interferir en la órbita de intereses de quien no es parte en la misma.
Si se pone atención, los conceptos de relación procesal afectante y de interés jurídico relevante son
complementarios. Es que solo podrá calificarse al pleito en trámite como relación procesal afectante, si
existe un interés jurídico relevante en un sujeto que no es parte de aquella y viceversa.
Son los presupuestos fácticos contemplados por el legislador que necesariamente deben concurrir
para que pueda prosperar una intervención voluntaria de tercero.
No debe olvidarse que el proceso civil es un fenómeno esencialmente bipolar. Es decir que su
estructura admite, en principio, únicamente el juego dialéctico de la parte actora y de la parte demandada.
De tal suerte que la irrupción de un tercero viene a constituir una circunstancia atípica.
Son los presupuestos fácticos contemplados por el legislador que necesariamente deben concurrir
para que pueda prosperar una intervención coactiva de tercero.
Concepto de tercerista
Para entender mejor el concepto de tercero conviene, esbozar el concepto de tercerista, ya que
este último ha contribuido a oscurecer la noción de tercero.
Existen dos tipos de tercería: las de dominio y las de mejor derecho.
El tercerista “es el sujeto procesal principal que ostenta un interés económico en ciertos aspectos
de una relación procesal pendiente, a la cual es y permanece ajeno; interés que defiende mediante la
interposición de las denominadas tercerías”
1) “Es el sujeto procesal principal” Es una verdadera parte. El tercerista esgrime una
pretensión propia y lo hace a través de lo que técnicamente no es otra cosa que una demanda.
Obviamente concurre a concretar el tema litigioso y, por supuesto, cuenta con la plenitud de atribuciones
propias del rol de parte que le corresponde. Ej. Tercería de dominio; el tercerista A afirma ser dueño de
una casa que intenta ejecutar B dentro del juicio que le ha promovido a C. (En este caso A esgrime una
pretensión propia –que se lo tenga por dueño del bien objeto del embargo y que se cancele el mismo).
Pretensión que esgrime contra B y C. La pretensión ejercida por el tercerista A engendra la formación de
un nuevo proceso en el cual resultará ser actor el tercerista y demandado las partes B y C)
2) “… Que ostenta un interés económico en ciertos aspectos de una relación procesal
pendiente a la cual es y permanece ajeno” Contrariamente de lo que sucede con el tercero que tiene un
interés en el desenlace jurídico global del pleito que lo afecta, al tercerista le es indiferente la suerte de la
contienda en cuto curso se produjo la interferencia en su órbita de intereses. El interés del tercerista se
agota en desembarazar al bien de su propiedad de la medida cautelar trabada a su respecto (tercería de
dominio) o en cobrarse con preferencia sobre el precio obtenido de una subasta judicial consumada en un
juicio al cual es ajeno (tercería de mejor derecho)
3) “… Interés que defiende mediante la interposición de las denominadas tercerías” El
ordenamiento legal le concede al tercerista la posibilidad de hacer valer ese interés limitado que posee
sobre ciertos aspectos de una relación procesal pendiente, a través de las figuras de tercería de dominio y
de la tercería de mejor derecho.
Intervención voluntaria:
En ella el tercero asume la iniciativa y, espontáneamente, peticiona que se le permite ingresar al
debate ya en trámite que lo afecta o puede afectarlo (relación procesal afectante). Claro está que deberá
exhibir un interés jurídico relevante que legitime su petición.
Este tipo de intervención de terceros tiene subcategorías:
a) intervención voluntaria principal o excluyente
b) intervención voluntaria coadyuvante autónoma
c) intervención voluntaria coadyuvante subordinada
A mayor dosis de interés jurídico relevante le corresponda una figura de intervención voluntaria
donde el tercero cuenta con mayor número de atribuciones.
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 301 “Quien pretenda total o parcialmente la cosa o
el derecho sobre que verse la Litis de un proceso ya trabado entre otros, puede intervenir en éste con
carácter de parte y de acuerdo con lo establecido para la tercería excluyente en el juicio declarativo”
(Comentario: Peyrano dice que no caben dudas que estamos ante el nacimiento de un nuevo
proceso, de una nueva relación procesal con ribetes análogos (no iguales) a la emergente de la promoción
de una tercería de dominio o de mejor derecho. El mismo texto del artículo apoya nuestra tesis cuando le
concede al tercero excluyente carácter de parte. Queda claro, que paralelamente a la relación procesal
trabada entre A y B (actor y demandado) por reivindicación de un bien, ha nacido OTRA que tiene por
actor a C y a A, B como demandados. Si ello es así se sigue que C es un sujeto principal (es parte) por lo
tanto, NO puede ser calificado como tercero.
Peyrano dice que la legislación de este tema en el Código es muy buena, pero que éste es el único
“lunar” que tiene)
Substanciación del pedido de ingreso del tercero excluyente:
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 304 “El pedido de intervención se formulará por
escrito, con los requisitos de la demanda, en lo pertinente. Con éste se presentarán los documentos y
demás pruebas de los hechos que funden la solicitud. Se correrá traslado a las partes y, si hubiera
oposición, se sustanciará en una sola audiencia y el fallo se dictará dentro de los 5 días siguientes”
La norma contenida en el art. 304 es de tipo general y tiene igual validez en relación a todos los
tipos de intervención voluntaria de terceros legalmente reglados
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 130 “La demanda será deducida por escrito y
expresará:
1) el nombre, domicilio real y legal, nacionalidad, estado civil, profesión u oficio del demandante;
2) el nombre y domicilio del demandado, si se conocieren;
3) la designación precisa de lo que se demanda y su apreciación pecuniaria. Cuando no fuere
posible fijarla con exactitud, se suministrarán los antecedentes que puedan contribuir a su determinación
aproximada;
4) las cuestiones de hecho y de derecho, separadamente. Las primeras serán numeradas y
expuestas en forma clara y sintética, omitiéndose toda glosa o comentario, los que se podrán hacer en la
parte general del escrito;
5) la petición en términos claros y precisos.
En su caso, el escrito de demanda será acompañado del acta de finalización del procedimiento de
mediación prejudicial obligatoria”
Repercusión del ingreso del tercero excluyente sobre el trámite seguido en la relación procesal
afectante (efectos):
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 307 “Si fuere excluyente y la causa pendiere en
primera instancia, se suspenderá el procedimiento de ésta, se tramitará aquella en la forma que
corresponda, hasta quedar en el mismo estado, de allí continuarán ambas por el mismo trámite y se
resolverán en una sola sentencia.
Si la causa estuviere en segunda instancia, la tercería (léase intervención voluntaria excluyente) se
tramitará en pieza separada con ambos litigantes, sin suspenderse el curso de aquélla; pero no se dictará
sentencia hasta que el estado de la tercería permita pronunciar una sola”
Rol del interventor excluyente:
Apoyándonos en el art. 301 del Código procesal de SF el tercero excluyente es una verdadera
parte y por lo tanto, goza de la plenitud de facultades inherentes a esa condición.
La sentencia cuando se dicte lo incluirá como parte y, por ende, resultará ganancioso o perdidoso.
Aquí el tercero busca ingresar a la relación procesal afectante para colaborar con una de sus partes
en el logro de sus propósitos (el acogimiento o el rechazo de la demanda). Por supuesto que también aquí
está presente un interés egoísta, representado en el caso por la situación favorable en que quedaría el
tercero si triunfara la parte a la que coadyuva.
Lo de autónomo obedece al hecho de que este tercero coadyuvante goza de amplias facultades
que puede ejercer, inclusive, contrariando el criterio o los deseos de la parte que coadyuva. Por ejemplo,
un socio que quiere ingresar a un proceso entablado por otro asociado en miras de obtener la declaración
de nulidad de una asamblea societaria.
Uno de los síntomas de que se está ante un supuesto de coadyuvancia autónoma, consiste en la
circunstancia de que quien actúa como tercero coadyuvante tenía aptitud (legitimación) para haber sido
parte del proceso al cual a ingresado.
Otro síntoma puede residir en el hecho de que la sentencia que se dictará en la relación procesal
afectante repercutirá directamente sobre la esfera de intereses de un tercero, haya o no haya intervenido
éste en la tramitación de aquélla.
Norma aplicable y presupuestos legales de admisibilidad de esta categoría:
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 302 “Si la sentencia que se dicte en un proceso ha
de producir efectos jurídicos directos en la relación jurídica existente entre una de las partes, o las dos, y
un tercero, o si la ejecutabilidad de aquélla ha de extenderse a bienes de éste, el tercero puede intervenir
en el proceso como parte, conforme con lo dispuesto al reglar la tercería coadyuvante (léase intervención
voluntaria coadyuvante) en el juicio declarativo.
Igual intervención le corresponderá cuando su derecho sea conexo con el deducido en el proceso
por la parte a que coadyuve”
Presupuestos legales de admisibilidad:
1) ejemplo, si se declara la nulidad de la asamblea societaria, esa sentencia tendría efectos
jurídicos respecto de todos los socios.
2) Ejemplo, un cónyuge que responde con sus bienes por deudas contraídas por otro para
atender las necesidades del hogar. Puede intervenir el cónyuge como tercero coadyuvante autónomo.
3) Ejemplo, el derecho del cesionario que es conexo con el cedente (si éste resulta perdidoso
en el proceso en trámite, se desvanecerán las expectativas de aquél)
Sustanciación del pedido de ingreso del tercero coadyuvante autónomo
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 304 (está al principio)
Repercusión del ingreso del tercero coadyuvante autónomo sobre el trámite seguido en la relación
procesal afectante (efectos):
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 306 “Cuando la tercería fuese coadyuvante
(léase intervención de terceros coadyuvante), se tramitará unida a la acción o excepción a que
coadyuvare, sin que pueda retrogradar ni suspender el curso de la causa”
Rol del interventor coadyuvante autónomo:
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 302 (está antes), señala que actúa como parte.
Peyrano considera que, sutilmente, el codificador al usar esta locución ha querido poner de relieve que si
bien disfruta, en principio, de todas las facultades de una verdadera parte, no lo es, en esencia.
El tercero coadyuvante autónomo es un sujeto procesal eventual que como tal, no esgrime una
pretensión propia; limitándose a apoyar la gestión de una de las partes.
Este goza de casi todas las facultades de una parte. Por no ser parte es que el tercero coadyuvante
autónomo no puede ser incluido en la sentencia que se dicte en la relación procesal afectante.
En este caso es el juez de la relación afectante o las partes intervinientes en la misma, quienes
toman la iniciativa de propiciar el ingreso de un tercero al debate.
No hay, como es obvio, ningún compelimiento físico para que el llamado responda a la
convocatoria. Pero su incomparecencia le puede acarrear consecuencias disvaliosas. En rigor también
viene aquí a jugar la noción de carga procesal (imperativo del propio interés).
Dos son las razones que llevaron al legislador a incluir este tipo de intervención:
1) Defender el interés del Estado en que se dicten sentencias útiles
2) Lo beneficioso para la economía procesal que resulta, a veces, hacer oponible a un tercero
el trámite de un proceso entablado entre dos
Norma aplicable y presupuestos legales del llamamiento coactivo de terceros:
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 305 “Excepto los casos especialmente previstos
por este código sólo podrá llamarse un tercero a juicio, por pedido de parte o de oficio, en caso de
litisconsorcio necesario. Pero, si de acuerdo con las leyes de fondo, la relación en litigio fuera presupuesto
de una obligación del tercero para con una de las partes, ésta podrá pedir igualmente que se lo cite. La
incomparecencia hará inadmisible toda alegación relacionada o que se funde en las actuaciones
procesales de su eventual acreedor.
La citación deberá pedirse al entablar la demanda o antes de oponer excepciones o al contestarlas
y el emplazamiento se realizará en la forma ordinaria.
Cuando el llamamiento se funde en la necesidad del litisconsorcio, el tercero podrá oponerse a su
intervención, en cuyo caso el incidente paralizará el procedimiento principal hasta que sea resuelto aquél”.
Análisis de los dos presupuestos legales del llamamiento coactivo de tercero:
1) Existe litisconsorcio necesario cuando la relación material en litigio (derecho sustancial
controvertido) es de naturaleza inescindible, resultando por ende, indispensable, si se quiere una
sentencia útil, que sea resuelta previa participación en el proceso de todos los involucrados. Ejemplo,
condominio.
2) El caso de que el acreedor demandante del deudor afianzado, solicita que se llame al fiador
(esto también se realiza para que luego no se invoque “mala defensa”, es decir, que el fiador diga que el
acreedor negocio con su deudor para que pierda, y el fiador pague)
En este segundo presupuesto, a diferencia del primero, el juez no posee la atribución de efectuar
oficiosamente la convocatoria del tercero, ya que no hay riesgo de dictar una sentencia inútil.
Rol del tercero convocado coactivamente:
Cuando el convocado sea un litisconsorte necesario no cabe duda que su papel en la relación
procesal afectante será el de parte. Cuando, en cambio, el tercero sea convocado en base al segundo
presupuesto de llamamiento coactivo debe ser calificado como un tercero coadyuvante subordinario, por lo
tanto no es parte.
Oportunidad para formular el llamamiento:
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 305, 2do párrafo (anteriormente mencionado)
Forma de convocatoria:
Código Procesal Civil y Comercial de SF ART 305, 2do párrafo. La convocatoria coactiva del
tercero, se hará en la misma forma prescripta para el emplazamiento a fin de que se comparezca a estar a
derecho. Por lo tanto, resultan aplicables las disposiciones contenidas en los arts. 72 y 73 del Código
Procesal Civil y Comercial de SF.
ARTICULO 72. “En los juicios contenciosos, con excepción de la ejecución hipotecaria y de prenda
con registro, entablada la demanda se emplazará al demandado para que comparezca a estar a Derecho
dentro del término de tres días, si tuviere su domicilio en el lugar del juicio; de diez, si lo tuviere dentro de
la Provincia; de veinte, dentro de la República; y de cuarenta a ochenta, en el extranjero; con
apercibimiento de ser declarado rebelde y seguirse el juicio en la forma que corresponda”
Nótese que la intervención coactiva muchas veces no es más que la otra cara de la moneda de la
intervención voluntaria. Así por ejemplo, mientras el legislador le ofrece la oportunidad al tercero de pedir
su ingreso a la relación procesal afectante, simétricamente le ha concedido a los participantes en ésta
(juez y partes) la atribución de convocar al tercero afectado (o que puede serlo) que no ha hecho uso de
su facultad de pedir el ingreso al proceso afectante. De tal modo, el legislador cierra el círculo. Consigue,
la participación de quien le interesa, por una vía u otra.
La representación legal en el proceso es la que requiere toda persona jurídica y todo incapaz civil
de hecho (ejercicio) para poder asumir efectivamente la calidad e parte procesal, supliendo así, la
imposibilidad fáctica para hacerlo de las primeras y la propia incapacidad para obligarse de las segundas,
con lo cual se asegura el derecho de defensa en juicio de ellas.
Supuestos
En el ámbito extrajudicial, el Ministerio Público actúa ante la ausencia, carencia o inacción de los
representantes legales, cuando están comprometidos los derechos sociales, económicos y culturales”
Representación convencional
Ley orgánica del poder judicial de SF ARTÍCULO 318.- "La representación en juicio ante los
tribunales de la Provincia podrá solamente ser ejercida por los procuradores, por los escribanos que
optaren por el ejercicio de la profesión de procurador, y por los abogados, sin más requisitos que el de su
respectiva inscripción en la matrícula, residencia de tres años en la Provincia y constituir fianza real o
personal por el monto de seis mil pesos y en la forma que determinare el estatuto del Colegio de
Procuradores, salvo si se tratase de los casos siguientes:
1. De funcionarios o empleados de la Nación, de la Provincia, de las municipalidades y comunas
cuando obraren exclusivamente en ejercicio de la función asignada en tal carácter;
2. De representantes legales, albaceas testamentarios y personas que litiguen por derecho propio.
En los casos de este inciso, la asistencia letrada será obligatoria, excepto si se tratare de abogados o
procuradores, cuando estos últimos actuasen en causa propia".
POSTULACIÓN PROCESAL:
Los ordenamientos procesales siguen distintos sistemas de postulación:
Algunos exigen como regla que las partes actúen en el proceso civil por medio de apoderado que sea
abogado o procurador. Estos ordenamientos definen a la postulación como el derecho que se tiene para
actuar en los procesos, como profesional del derecho, bien sea personalmente en causa propia o como
apoderado de otra persona.
El sistema opuesto es el que Palacio denomina de la libertad de comparencia, adoptado por la mayoría de
los Códigos del país, definiendo la postulación como el poder de efectuar personalmente todos los actos
procesales inherentes a su calidad de parte. Sin perjuicio de ello, hoy la libre comparencia viene
acompañada de la carga del patrocinio letrado obligatorio.
En santa fe rige como regla general para la actuación en el proceso la de representación obligatoria de los
litigantes por medio de apoderado inscripto en la matricula de procuradores. No obstante, como primera y
principal excepción, los litigantes pueden actuar personalmente en el proceso, siempre que lo hagan con
firma de letrado, lo que implica instituir como alternativa a la regla general de la representación obligatoria,
la posibilidad de hacerlo con patrocinio letrado.
NORMAS COMPLEMENTARIAS DE LA LOPJ: Palacio hace una distinción entre la labor de abogado y
procurador. El primero actúa junto a la parte, tarea que incluye la de asesoría en el planteo de las
cuestiones de hecho y de derecho suscribiendo los escritos más trascendentes del proceso, y, asimismo,
asistirla en las audiencias y demás actos de comunicación verbal con el tribunal. Y el segundo el
profesional particularmente idóneo en el manejo de la técnica procesal, al que le incumbe actual
procesalmente en el lugar de la parte.
ACTUACIÓN PERSONAL DE LA PARTE, SIN REPRESENTACIÓN NI ASISTENCIA LETRADA:
En supuestos excepcionales la propia parte puede actuar por si y sin patrocinio letrado.
Sin embargo, la lectura del artículo 30 merece ser cuestionada, ya que la posibilidad de comparecer por si
o apoderado con o sin dirección de letrado queda supeditada, como dice la norma siguiendo sus antiguas
fuentes, a lo dispuesto por la LOPJ, que exige para todos los actos asistencia letrada, de donde cabe
concluir que las excepciones deben limitarse a las entabladas en los incisos 2 a 6 del artículo 31. De
cualquier manera, aun aceptando la posibilidad de comparecer sin letrado, se advierte que tal acto sólo
tiene la limitada finalidad de declarar la identidad, constituir domicilio y eventualmente, designar defensor,
acatando el emplazamiento formulado por el juez.
SANCIÓN: El escrito se tendrá por no presentado y se devolverá al interesado si no subsanare la omisión
dentro de las 48 hs del cargo.
Justificación de personería
Debe tenerse en cuenta que, una vez asumida la procuración, el apoderado goza de las mismas
facultades y cargas, y que tiene los mismos deberes procesales que su representado pero su actuación
puede verse disminuida legal o convencionalmente.
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 44. El poder para estar en juicio, sea
general o para un asunto determinado, comprende las facultades necesarias para realizar todos los actos
de procedimiento establecidos en este código y además, las de substituir y prorrogar competencia. El
mandato puede limitar la extensión de dicho poder, mediante la reserva expresa de determinadas
facultades.
De este artículo se infiere que el sólo hecho de otorgar poder, sumado a su aceptación judicial,
habilitan al apoderado a efectuar todos y cada uno de los actos procedimentales establecidos en la ley,
que resulten idóneos para el logro del objeto de la procura encomendada. Que, asimismo, el instrumento
de poder suscripto por el mandante no se limita con exclusividad al mandato originario, sino que faculta al
apoderado a intervenir en todas las cuestiones y/o contingencias procesales que tengan relación directa
con el objeto principal del mismo, ello, en virtud de los principios procesales de conexidad y accesoriedad
que nuestro derecho incorpora en razones de agilidad, celeridad y economía procesal.
De ello se sigue que las facultades conferidas al apoderado general o especial deben juzgarse en
función del objeto del mandato e interpretarse en forma amplia, en tanto resultan conducentes de la
obtención del mismo, debiéndose entender que lo que no se ha vedado expresamente debe
considerárselo otorgado.
Código procesal Civil y Comercial SF ARTICULO 45. "La representación de los apoderados
cesa:
1) Por revocación expresa del poder, conocida que sea judicialmente.
2) Por renuncia.
3) Por haber concluido el pleito para el que se dio poder.
4) Por muerte o inhabilidad del mandante o mandatario"
La representación de los apoderados cesa por:
1) Revocación Es un modo extintivo que se origina en la voluntad unilateral, exteriorizada de
manera expresa en el expediente, que produce efectos al futuro, sin retroactividad.
No obstante el art. 45 del Código Procesal Civil y Comercial de SF, existe jurisprudencia que
admite la táctica revocación. (ej. se presenta un nuevo apoderado)
Es de fundamental importancia la obligación que tiene el apoderado de comunicarlo al juez cuando
tenga conocimiento privado de la revocación y que no será lícito hacer gestión alguna a nombre del
mandante, salvo interponer recursos.
2) Renuncia es otro modo extintivo del mandato pero ahora por voluntar unilateral del
mandatario. No requiere aceptación del mandante.
El renunciante debe continuar sus gestiones hasta que se produzca el vencimiento del plazo dado
al poderdante para que comparezca con nuevo apoderado.
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 46. "En caso de renuncia del apoderado,
deberá continuar sus gestiones hasta que haya vencido el término señalado al poderdante para
reemplazarlo. Si no lo hiciera, responderá de los daños y perjuicios que causare"
3) Conclusión del pleito Si el poder es especial, esto se producirá cuando el proceso se extinga
por el modo normal (sentencia definitiva) o por darse alguno de los supuestos anormales de extinción del
proceso.
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 47. La muerte o inhabilidad del apoderado
suspenderá la tramitación del juicio y el juez fijará al mandante un término para que comparezca y
constituya domicilio. La muerte o inhabilidad del mandante no exime al mandatario de continuar las
gestiones del juicio hasta tanto se provea su reemplazo. No obstante, la cesación se producirá una vez
vencido el término de citación de los herederos o representantes del fallecido o inhabilitado".
Si bien la ley procesal de Santa Fe, a diferencia de la Nacional, no establece expresamente una
audiencia a los fines de ponerse de acuerdo todos los sujetos procesales intervinientes, el juez podrá
decretarle conforme a las facultades de dirección que le establece el art. 21.
La falta de acuerdo, o la incomparecencia a dicha audiencia, impone recurrir al sorteo de uno de los
representantes.
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 21. “El debate judicial es dirigido por el
juez, quien deberá adoptar todas las medidas que estime conducentes al esclarecimiento de los hechos, a
mantener la igualdad entre las partes y a obtener la mayor rapidez y economía en el proceso. A tal efecto,
podrá disponer de oficio, aún compulsivamente, en cualquier estado de la causa, la comparecencia de los
peritos y de los terceros para interrogarlos con la amplitud que creyere necesaria; y ordenar que se
agreguen documentos existentes en poder de las partes o a los que las mismas se hayan referido. Todo
con las formalidades prescriptas en este Código. Puede también de oficio revocar sus propios decretos y
resoluciones interlocutorias que no se hubieren notificado a ninguna de las partes y disponer cualquier
diligencia que fuere necesaria para evitar la nulidad del procedimiento.
Sucesión universal En ella la mutación del sujeto que actúa en calidad de parte por un tercero en
principio ajeno y que es convocado por su carácter de heredero, NO depende del consentimiento de la otra
parte.
Sucesión a título particular Para que se produzca la variación subjetiva es IMPRESCINDIBLE la
conformidad de la parte contraria, con la cual se debe sustanciar el pedido.
El litisconsorcio necesario
El litisconsorcio es necesario cuando la sentencia sólo puede dictarse útilmente frente a todos los
partícipes de la relación jurídica sustancial controvertida en el proceso, de modo tal que la eficacia de éste
se halla subordinada a la citación de esas personas.
La CJSN ha sostenido que el fundamento último del litisconsorcio necesario reside en la exigencia
de resguardar el derecho de defensa en juicio de todos aquellos cointeresados a quienes ha de
extenderse la cosa juzgada propia de la sentencia dictada sobre el fondo del litigio.
A veces es la ley la que impone la constitución del litisconsorcio. Ejemplo art. 582 del CCYC según
el cual la demanda de filiación matrimonial, cuando ésta no resulte de las inscripciones en el
correspondiente Registro, debe entablarse conjuntamente contra el padre y la madre, y por el fallecimiento
de estos contra sus herederos.
Otras veces el litisconsorcio está determinado por la misma naturaleza de la relación o estado
jurídico que es objeto de la controversia. Ejemplo, la demanda de división o partición debe entablarse
contra todos los condóminos.
Como principio, ante el silencio de la ley, puede decirse que el litisconsorcio necesario procede
cuando por discutirse una relación o estado jurídico que es común e indivisible con respecto a varias
personas, su modificación, constitución o extinción solo puede obtenerse a través de un procedimiento
judicial único.
A diferencia de lo que ocurre en el caso del litisconsorcio facultativo, en el litisconsorcio necesario
existe siempre una pretensión única, cuya característica esencial reside en la circunstancia de que solo
puede ser interpuesta por o contra varios legitimados, y no por o contra alguno de ellos solamente, por
cuando la legitimación, activa o pasiva, corresponde en forma conjunta al grupo de personas y no
independientemente a cada una de ellas. De allí que cuando el proceso no está debidamente integrado
con la participación o citación de todos los legitimados, es admisible la llamada defensa de “falta de
acción”.
Es el que depende de la libre y espontánea voluntad de las partes, y su formación puede obedecer:
1) A la existencia de un vínculo de conexión entre distintas pretensiones
2) A la adhesión que un tercero puede formular respecto de una pretensión ya deducida, o de
la oposición a ella, en el supuesto de que, según las normas de derecho sustancial, hubiese estado
legitimado para demandar o ser demandado en el juicio en que la pretensión se hizo vale.
En cualquiera de los dos casos, la característica de este tipo de litisconsorcio reside en la
circunstancia de que cada uno de los litisconsortes goza de legitimación procesal independiente, razón por
la cual tanto el resultado del proceso como el de contenido de la sentencia pueden ser distintos con
respecto a cada uno de ellos.
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 133. “El actor podrá, antes que se conteste
la demanda, acumular todas las pretensiones que tuviere contra una persona, con tal que no se excluyan
entre si, que pertenezcan a un mismo fuero y que deban substanciarse por los mismos trámites”
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 134. “La misma regla se aplicará cuando
los actores sean varios y uno o varios los demandados, siempre que la acción se funde en el mismo título
o nazca del mismo hecho y tenga por objeto la misma cosa” (este art. Refiere al litisconsorcio voluntario o
facultativo).
1) El proceso puede concluir para uno o algunos de los litisconsortes y continuar en relación con los
restantes
2) En relación con la prueba es menester distinguir entre los hechos comunes y los hechos
individuales a cada litisconsorte. Si uno de los litisconsortes, por ejemplo, produce prueba acerca de un
hecho común, ella bastará para tenerlo por acreditado respecto a todos, pero debe tenerse en cuenta que,
como ocurre en el litisconsorcio necesario, la confesión o el reconocimiento de un hecho de este tipo
formulado por uno de los litisconsortes, no perjudica a los restantes. Si se trata de hechos individuales,
debe estarse a la prueba producida por el litigante al cual ellos se refieren, sin perjuicio de que la prueba
producida por los otros litisconsortes pueda ser tenida en cuenta como indicio
3) Los recursos interpuestos por un litisconsorte no benefician a los restantes, salvo que la aplicación
de esa regla conduzca al pronunciamiento de sentencias contradictorias respecto de un hecho común a
todos los litisconsortes.
INTERVENCIÓN DE 3EROS:
ARTICULO 301. Quien pretenda, total o parcialmente, la cosa o el derecho sobre que verse la litis de un
proceso ya trabado entre otros puede intervenir en éste, con carácter de parte y de acuerdo con lo
establecido para la tercería excluyente en el juicio declarativo.
En este artículo se legisla la intervención principal excluyente, que implica el ejercicio por parte de un 3ero
ajeno a la relación procesal primitiva de una pretensión incompatible con las similares ejercidas por los
litigantes en el proceso accedido. Se la conoce tamb como intervención ad excludendum (para excluir) y
ad infringendum iura utrisusque competitoris (para quebrantar los derechos de ambos competidores).
El tercero exclutente es parte en el nevo proceso que se inicia, aunque permanece ajeno a la relación
procesal primitiva ente sus demandados. Además, la intervención excluyente implica la introducción de
una nueva demanda generadora de un nuevo juicio, desde que el 3ero ejerce una pretensión incompatible
con las ejercidas en juicio.
Actor y demandado en el juicio principal resultan conjutamente sujetos pasivos de la pretensión ejercida
por el interviniente principal excluyente, ya que la demanda de éste se dirige contra ambos, creándose
entre ambos una suerte de relación procesal compleja.
La pretensión del tercero debe ser incompatible con la ejercida por las partes originarias en el juicio
principal. En el supuesto de relaciones reales, la afirmación del derecho sobre la misma cosa, es suficiente
para denotar la incompatibilidad progonada. En cambio, en las relaciones personales o de obligación para
establecer si se trata de la misma relación no basta afirmar tener derecho a la misma prestación, sino q es
preciso remontarse al hecho constitutivo (el interviniente afirma ser acreedor del demandado en virtud del
mismo préstamo hecho valer x el actor).
ARTICULO 302. Si la sentencia que se dicte en un proceso ha de producir efectos jurídicos directos en la
relación jurídica existente entre una de las partes, o las dos, y un tercero, o si la ejecutabilidad de aquélla
ha de extenderse a bienes de éste, el tercero puede intervenir en el proceso como parte, conforme con lo
dispuesto al reglar la tercería coadyuvante en juicio declarativo. Igual intervención le corresponderá
cuando su derecho sea conexo con el deducido en el proceso por la parte a que coadyuve.
El artículo 302 regula la intervención COADYUDANTE AUTÓNOMA de terceros en el proceso, uno de los
casos de intervención ad adiuvandum, cuya procedencia reocnoce estrictos presupuestos de hecho que le
dan basamento. Estos presupuestos de hecho son 3:
A. Que la sentencia que se dicte en un procesos ha de producir efectos jurídicos directos en la relación
jurídica existente entre una de las partes, o las dos y un 3ero.
C. Cuando el derecho del 3ero sea conexo con el deducido en el proceso x la parte a que coadyuve.
1. Efectos jurídicos directos: Dichos efectos traen a colación el análisis de la extensión subjetiva de la cosa
juzgada. Esto es, una sentencia productora del efecto principal de cosa juzgada produce efectos jurídicos
directos sobre una persona, parte o no, en la medida que pueda serle oponible.
Surge claro enonces que, en materia de litisconsorcio necesario resulta imprecindible la presencia de
todos los componentes de la parte múltiple. En su defecto, corresponderá integrar la litis.
Pero puede darse el caso que la pretensión sea ejercida válidamente por uno o algunos- no todos- de los
legitimados: se trata de un supuesto de colegitimación.
Cabe destacar para nuestra coadyuvancia autónoma la conexidad por el sujeto, ya que tal supuesto
corrresponde a la acumulación objetiva de acciones, por lo que resta la conexión causal y por el objeto.
Aun así, en función de lo dispuesto en el art. 134 cabe excluir la coadyuvancia autonóma del 3ero
coacreedor y limitar la causal a los 3eros codeudores.
¿Cuál es la diferencia entre ser parte y actuar como parte sin serlo? Si bien el coadyuvante tiene todos los
derechos de una parte, ni el tribunal ni la contraparte tienen hacia le mismo las mismas obligaciones y
cargas que tienen respecto de las partes. Así, no será necesario sustanciar los actos procesales con
coadyuvante autónomo, con lo cual un traslado o vista se notificará por cédula a la parte originaria y no
necesariamente al coadyuvante autónomo. Este podrá contestarlo- como no, si tiene todas las facultades
de la parte- dentro del término asignado al litigante originario.
ARTICULO 303. También podrá intervenir en apoyo de una de las partes aquel para quien constituya
condición favorable de su derecho la sentencia que se dicte en pro del litigante a que coadyuve. Su
participación será accesoria y subordinada a la de la parte a que apoye. Con la limitación establecida,
tendrá todos los poderes y facultades de una parte.
Es el supuesto de INTERVENCIÓN COADTUVANTE SIMPLE, que aparece legislada en el art. 303 y tiene
como núcleo la posibilidad de afectación a un INTERÉS PROPIO.
El tercero defiende un derecho ajeno en su propio interés. El mismo no interviene para hacer valer un
derecho en posición autónoma, sino solamente para sostener las razones de alguna de las partes contra la
otra, es decir, para ayudar a una de las partes principales a hacer valer su derecho frente a la otra (o para
hacer que se rechace la pretensión de ésta). El interviniente, pues, combate por el derecho ajeno para
hacer que triunfen las razones de la parte a la cual adhiere, contra el adversario de ella, en quien sólo por
eso ve el interviniente a su propio adversario.
Sin embargo, no es suficiente- al menos en nuestra legislación- el mero interés de hecho sino que exige la
presencia de un interés jurídico. Este interés jurídico, tiene un contenido específico y propio, que se puede
delinear de la siguiente manera: a. Entre el coadyuvante (tercero) y el coadyuvado (parte principal) debe
existir una relación jurídica previa. Como consecuencia de ello, la relación interferida (entre los sujetos del
pleito principal) se conecta por el sujeto con la relación interferente, entre el 3ero y una de las partes) b. la
relación interferente se verá afectada por la eficacia refleja de la cosa juzgada emergente de la relación
interferida, y c. el tercero coadyuvante simple debe carecer de legitimación propia.
Así, la conexidad por le sujeto, eficacia refleja de la cosa juzgada y carencia de legitimación propia son
notas imprescindibles de la simple coadyuvancia.
ROL DEL TERCERO COADYUVANTE: No es parte del proceso, tal como uniformemente lo señala la
doctrina. Nuestra legislación califica la participación del coadyuvante simple como accesoria y
subordinada, naturalmente, a la parte que coadyuva, a la cual se adosa como un contradictor agregado.
CÓMO ACTÚA EL COADYUVANTE SIMPLE: Se caracteriza x ser accesoria y subordinada, según lo dice
la ley, esto es, se halla limitada por la conducta de la parte originaria, el tercero carece de facultades para
obrar en contraposición con ésta respecto de los actos realizados por dicha parte, pero puede desarrollar
toda actividad que sea armónica con ellos y la que impone suplir las omisiones en que incurra la
coadyvada siempre que no haya vencido el plazo o q ésa no haya manifestado una voluntad contraria.
El límite exacto de las relaciones entre el tercero coadyuvante simple y el coadyuvado, será la voluntad
expresa del sujeto principal (parte) la que limitará la actuación de aquél. Con ello quedan claros dos
aspectos igualmente importantes:
A. Nada impide al 3ero coadyudante simple que se ha incardinado en un proceso ajeno al tomar la
inciativa procesal en cualquiera de las etapas del juicio; sólo que, en virtud de esta especie de condición
resolutoria que le impone su carácter, su actuación queda sujeta a la voluntad del principal. En la práctica,
y esto es esencial, cada actuación del coadyuvante simple realzada independientemente, es decir sin una
actitud acorde del principal, debe sustanciarse con éste.
ARTICULO 304. El pedido de intervención se formulará por escrito, con los requisitos de la demanda, en lo
pertinente. Con éste se presentarán los documentos y demás pruebas de los hechos que funden la
solicitud. Se correrá traslado a las partes y, si hubiere oposición, se substanciará en una sola audiencia y
el fallo se dictará dentro de los cinco días siguiente.
La norma arbitra un procedimiento de verificación previa para comprobar si la situación del sujeto que
pretende irrumpir en el proceso pendiente, está encuadrada dentro del presupuesto legal respectivo. O, lo
que es lo mismo, para averiguar si el sujeto en cuestión cuenta con un interés jurídico relevante q justifique
su ingreso.
Este juicio de admisibilidad exige que se corra traslado a ambas partes. Al no tener un término fijado, este
traslado es x tres días plazo razonable pq no se trata de un traslado para contestar la demanda sino para
ejercer oposición si la hubiere. Se notificará en el domicilio legal constituido en el proceso accedido.
La oposición que pueden realizar las partes apuntará a la proponibilidad subjetiva, si se trata de un tercero,
y si prima facie cumplimenta los presupuestos básicos de procedencia.
No es necesario que la oposición en cuestión se ejerza conjuntamente, es decir, por ambas partes del
proceso principal. Puede suceder que sea una sola de ellas la que se oponga. Eso sí, en caso de
prosperar, favorece extensivamente a la contraparte.
La oposición se sustancia en una sola audiencia y se dicta resolución en el término de cinco días. Es
recurrible en ambos supuestos: si se admite la intervención, en relación y con efrcto suspensivo para los
oponentes; si la deniega, para el tercero interviniente.
La exigencia de la norma respecto a que el pedido de intervención reúna los requisitos de la demanda, en
lo pertinente, sólo tiene estricta aplicación en la intervención principal excluyente que, en rigor de verdad,
es una demanda.
En las coadyuvancias, tanto autónoma como simple, se pretende que el pedido de intervención tenga
suficiente fundamento en hechos y derecho, respaldo documentalmente y con ofrecimiento de pruebas en
lo que hace a su admisibilidad. De ninguna manera se exige al coadyuvante que, vg demande o conteste
la demanda antes de ser admitido en el proceso.
ARTICULO 305. Excepto los casos especialmente previstos por este Código, sólo podrá llamarse un
tercero a juicio, por pedido de parte o de oficio, en caso de litisconsorcio necesario. Pero, si de acuerdo
con las leyes de fondo, la relación en litigio fuera presupuesto de una obligación del tercero para con una
de las partes, ésta podrá pedir igualmente que se lo cite. La incomparecencia hará inadmisible toda
alegación relacionada o que se funde en las actuaciones procesales de su eventual acreedor. La citación
deberá pedirse al entablar la demanda o antes de oponer excepciones o al contestarlas y el
emplazamiento se realizará en la forma ordinaria. Cuando el llamamiento se funde en la necesidad del
litisconsorcio, el tercero podrá oponerse a su intervención, en cuyo caso el incidente paralizará el
procedimiento principal hasta que sea resuelto aquél.
En el artículo 305 se comprenden dos institutos: la integración de la litis, que corresponde a los
litisconsoricios necesarios y por el otro la llamada intervenci+on obligada de 3eros.
INTEGRACIÓN DE LA LITIS: Integrar la litis implica verificar la presencia, actual o eventual, en el proceso,
de todos aquellos sujetos imprescindibles para el logro de una sentencia válida. Constituye un deber
procesal del juez, ejercible de oficio o a solicitud de parte interesada, de emplazar a comparecer al
integrante de un litisconsorcio no incluido en la relación procesal primigenia. Apunta, así, a preservar un
presupueso procesal como es la adecuada integración subjetiva de la litis.
a. Deber del juez: El juez se encuentra obligado de oficio a integrarla ni bien advierta un defecto en la
proponibilidad de subjetiva de la pretensión.
b. EXCEPTIO PLURIM LITISCONSORTIUM: Aparece innominada como una excepción dilatoria, puede
interponerse como tal o como defensa al momento de contestar la demanda, aplicándosele en este caso el
régimen de los incidentes. Es imprescindible su resolución antes de la apertura a prueba, apelable y con
efecto suspensivo (este efecto implica que, ante el supuesto de que la sentencia se impugne mediante un
recurso de apelación para que sea revisada por la Cámara, la misma no se va a aplicar hasta tanto la
Cámara no resuelva.)
El citado puede oponerse a la citación, que se tramitará por incidiente suspensivo de procedimiento. Su
incomparendo permite la declaración de rebeldía.
Si se dicta sentencia sin haberse integrado la litis, en los supuestos de litisconsorcio impropiamente
necesario, debe declararse la nulidad de la mimsa y del procedimiento, que retrotraerá a la etapa
correspondiente. En cambio, si se trata de un litisconsorcio propiamente necesario, la sentencia
desestimatoria puede ser invocada por los codeudores aun cuando con ellos no se haya integrado el
litisconsorcio necesario pasivo, o siendo admisoria, por los coacredores ausentes en el proceso contra los
deudores presentes en el juicio. Es inoponible al deudor ausente en el proceso. Se trata, en el supuesto,
de una cuestión de invocabilidad relativa e inoponibilidad.
Dos son los aspectos que caracterizan a la llamada intervención obligada: la iniciativa de convocatoria al
tercero nace de alguna de las partes y además, es más restrictiva y limitada que la intervención voluntaria.
A. Denuncia de la litis o litisdenuntiatio: que consiste en poner en conocimiento de un 3ero, eventual sujeto
pasivo de una posterior acción de regreso de garantía- dato q es suminsitrado por el derecho de fondo- la
pendencia de la causa para que, si lo desea, tome intervención en la misma.
B. La citación del colegitimado, denuncia de la litis en sentido amplio, que se traduce en poner en
conocimiento de la existencia del pleito a quien se encontrare legitimado activa o pasivamente para
intervenir en él y al momento no lo ha hecho.
C. La denuncia o llamamiento del tercero pretendiente, que se da cuando ejerciéndose una pretensión de
condena, quien se reconoce deudor, para mejor pagar, llama al mismo a un tercero o terceros tamb
pretendientes, para que dilucide quién es el verdadero y único acreedor de la prestación que está
dispuesto a satisfacer.
D. La indicación del poseedor mediato en la cual el demandado quien aparece negando su propia
legitimación para contradecir, en virtud de una relación contractual que lo une con un 3ero, indicando al
actor que éste quien está legitimado para actual y contra cual deberá dirigirse la acción, produciéndose a
su vez su propia extromisión y liberándolo de la carga de continuar en el proceso.
Aspectos procesales:
A. la facultad de citar compete exclusivamente a quien pretende que debe ser coadyuvado en su postura,
B. La citación la pedirá el actor al entablar la demanda o al contestar las excepciones interpuestas por el
demandado y éste puede interponerlas hasta oponer excepciones
C. El emplazamiento del tercero se realiza en la forma oridnaria, es decir, de conformidad con los art, 72 a
75.
F El tercero citado no puede oponerse a la citación, la contraparte podrá objetar el proveído por la vía de
revocatoria;
G. La citación de terceros tiene efectos suspensivos del procedimiento por el término del emplazamiento o
hasta que éste comparezca.
1. Actos jurídicos procesales en los procesos civil y penal. Concepto. Clases. Requisitos.
Naturaleza. Clasificación
Concepto y naturaleza del acto procesal
Son actos procesales los hechos voluntarios que tienen por efecto directo e inmediato la
constitución, el desenvolvimiento o la extinción del proceso, sea que procedan de las partes (o
peticionarios) o de sus auxiliares, del órgano judicial (o arbitral) o de sus auxiliares, o de terceros
vinculados con aquél con motivo de una designación, citación o requerimiento destinados al cumplimiento
de una función determinada.
Como todos los actos jurídicos, los actos procesales constituyen manifestaciones voluntarias de
quienes los cumplen. En tal circunstancia reside su diferencia respecto de los hechos procesales, que se
encuentran, frente a aquéllos, en relación de género especie, y a los que cabe definir como todos los
sucesos o acontecimientos susceptibles de producir sobre el PROCESO efectos (ej. Fallecimiento de una
de las partes)
No encuadran en el concepto de acto procesal, por lo pronto, aquellas actividades cumplidas fuera
del ámbito del proceso, aunque eventualmente puedan producir efectos en él. No son actos procesales,
por ejemplo, la elección de domicilio especial, pero revestiría aquel carácter la presentación, en el
respectivo expediente de los documentos que acreditasen esa circunstancia.
En ese mismo orden de ideas, debe excluirse del concepto antes enunciado las actividades
meramente preparatorias de los actos procesales por ejemplo, las instrucciones impartidas al apoderado
para interponer la demanda, el estudio de la causa por el juez con carácter previo a la decisión. Actos
procesales serían, en cambio, la presentación de la demanda y el pronunciamiento de la decisión.
Pero si el acto se cumple dentro del proceso, con los efectos ya señalados, no afecta su calidad de
acto procesal la circunstancia de que también produzca efectos jurídicos fuera de aquél. Por ejemplo, el
desistimiento del derecho, la sentencia definitiva.
Tampoco median razones atendibles para excluir del concepto de acto procesal a todas aquellas
actividades que despliegan en el proceso quienes no revisten el carácter de sujetos directos o auxiliares
permanentes de éstos, como son los testigos, peritos, martilleros etc.
Elementos (requisitos)
Sobre la base de un criterio objetivo o funcional, y concibiendo al proceso como una secuencia
cronológica, resulta adecuado formular una clasificación de los actos procesales atendiendo a la incidencia
que éstos revisten en las tres etapas fundamentales de dicha secuencia que, como tal, tiene un comienzo,
un desarrollo y un final. De allí que resulte pertinente distinguir, ante todo, entre actos procesales de
iniciación, de desarrollo y de conclusión o terminación.
Son actos de iniciación, aquellos que tienen por finalidad dar comienzo a un proceso. En el proceso
civil el acto típico de iniciación procesal se halla constituido por la demanda, aunque, a título excepcional,
aquél puede comenzar con el cumplimiento de ciertas diligencias preliminares.
Son actos de desarrollo, aquellos que, una vez producida la iniciación del proceso, propenden su
desenvolvimiento ulterior hasta conducirlo a su etapa conclusional. Este tipo de actos admite, a su vez,
una sub clasificación fundada en la circunstancia de que tiendan a proporcionar al órgano judicial la
materia sobre la cual ha de versar la decisión definitiva o posibilidad la adecuada utilización o manejo de
esa materia. Atendiendo a cada una de esas finalidades, cabe hablar de actos de instrucción y de
dirección.
Los actos de instrucción, implican el cumplimiento de dos tipos de actividades. Por un lado, es
preciso que las partes incorporen al proceso los datos de hecho y de derecho involucrados en el conflicto
determinante de la pretensión y, por otro lado, se impone la necesidad de comprobar la exactitud de tales
datos. La diferencia existente entre esas dos clases de actividades permite sub clasificar a los actos de
instrucción en actos de alegación y de prueba.
Los actos de dirección pueden a su vez sub dividirse en actos de ordenación, de comunicación o
transmisión, de documentación y cautelares.
Son actos de ordenación los que tienden a encauzar el proceso a través de sus diversas etapas,
sea impulsándolo para lograr el tránsito de una a otra de éstas, sea admitiendo o rechazando las
peticiones de las partes, sea impugnando los actos que se estiman defectuosos o injustos. Dentro de la
categoría analizada, cabe diferenciar tres tipos de actos: de impulso, de resolución o decisión, y de
impugnación.
Son actos de impulso aquellos que, una vez iniciado el proceso, tienden a hacerlo avanzar a través
de las diversas etapas que lo integran.
Los actos de resolución son los que tienen por objeto proveer las peticiones formuladas por las
partes durante el curso del proceso o adoptar, de oficio, las medidas adecuadas al trámite de éste o a la
conducta asumida por las partes.
Son actos de impugnación, aquellos que tienden a obtener la sustitución de una resolución judicial
por otra que la reforme, anule, rectifique o integre, o a lograr la invalidación de uno o más actos procesales
defectuosos. De acuerdo con este concepto son actos típicos de impugnación los recursos y el incidente
de nulidad.
Son actos de comunicación o transmisión los que tienen por finalidad poner en conocimiento de las
partes, de los terceros o de funcionarios judiciales o administrativos, una petición formulada en el proceso
o el contenido de una resolución judicial.
Algunos de estos actos, como las resoluciones que disponen traslados, vistas o intimaciones,
incumben a los jueces y, excepcionalmente a los secretarios. Otros, que en rigor constituyen
consecuencias de aquellas resoluciones, competen, según los casos, al órgano judicial, o a los auxiliares
de éste (ej. Oficial de justicia) o de las partes (letrados patrocinantes).
Son actos de documentación aquellos cuya finalidad consiste en la formación material de los
expedientes a través de la incorporación ordenada de los escritos y documentos presentados por las
partes o remitidos por terceros; en dejar constancia, en los expedientes, mediante actas, de las
declaraciones verbales emitidas en el curso de las audiencias o en oportunidad de realizarse otros actos
procesales que permiten esa forma de expresión (ej. Notificaciones e interposición del recurso de
apelación) y, finalmente, en la expedición de certificados o testimonios de determinadas piezas del
expediente.
Los actos de comunicación y los de documentación son aquellos que, a la fecha, se ven más
influenciados por el avance del derecho procesal electrónico en las diferentes jurisdicciones.
Los actos cautelares son los que tienden a asegurar preventivamente el efectivo cumplimiento de la
decisión judicial definitiva.
Por último, constituyen actos de conclusión aquellos que tienen por objeto dar fin al proceso. El
acto normal de conclusión de todo proceso se halla representado por la sentencia definitiva, con
prescindencia de que alcance eficacia de cosa juzgada en sentido material o meramente formal.
Existen asimismo actos anormales de conclusión, los cuales pueden provenir de declaraciones de
voluntad formuladas por una o ambas partes (allanamiento, desistimiento, transacción y conciliación) o ser
la consecuencia de un hecho, como es el transcurso de ciertos plazos de inactividad, a los que la ley
atribuye efectos extintivos sobre el proceso (caducidad de instancia).
Actos de iniciación
De alegación
De instrucción
De prueba
De impulso
De impugnación
De dirección
De transmisión
De documentación
Cautelares
Actos de conclusión
La forma es la disposición mediante la cual el acto procesal se exterioriza, saliendo del dominio
puramente intelectual de quien lo cumple para penetrar en el ámbito de la realidad objetiva.
En procura de un mayor acercamiento al valor justicia y seguridad jurídica, las legislaciones
procesales se inclinan por el principio legalidad aunque a veces atenuada ligeramente al permitirse de
modo contemporáneo algunas libertades en ciertos casos.
En esta tesitura, la ley describe a priori un acto determinado, fijándolo como un patrón para que
sigan su modelo ejemplar todos los que se realicen en un proceso dado.
De tal modo, siempre que se respeta el patrón legal se dice que el acto realizado conforme a él es
regular. El acto, en cambio, será irregular cuando la inobservancia de las formas afecte su validez, su
admisibilidad, su eficacia o su eficiencia. Se habla entonces, de nulidad o de inadmisibilidad del acto
procesal.
La nulidad
FICHA DE LA CÁTEDRA:
INEFICACIA PROCESAL
Nulidades procesales - Actos nulos y actos viciados
Acto procesal inexistente - Nulidad relativa y absoluta - Manifiesta y no manifiesta
Asimismo es preciso (recordando las lecciones de derecho civil) determinar si la nulidad del
acto procesal pretendida es relativa o absoluta; y conocer los pasos a tomar (por la parte o el
magistrado) si ella es manifiesta o no manifiesta.
Recordemos:
¿que es el proceso? Un modo pacífico de resolución de conflictos en la órbita del servicio del
Estado, en una controversia entre dos o más partes originada por un conflicto de intereses, que
se presenta en el plano social, con relevancia jurídica. El debate se resuelve por actos
procesales, lineales, lógicos y racionales conforme a pautas preestablecidas (códigos procesales)
por el legislador en donde se garantiza, entre otras cosas, la defensa en juicio.
¿Qué son los actos procesales? Son actos jurídicos, que a diferencia de los actos de contenido
jurídicos civiles tienen siguiendo a Couture vida sólo en el proceso, se desarrollan en el proceso y
su fin es la sentencia que pondrá fin a la controversia planteada.
Estos actos, realizados por las partes (actor y demandado), terceros (testigos o peritos) y por el
juez, deben realizarse confirme un modo pre-establecido por el codificador (al que llamaremos
“reglamento de juego”) que garantiza el cumplimiento de las reglas de juego a las cuales las
partes se sometieron al ingresar a él.
¿Cuando es un acto irregular? Cuando no ha sido realizado conforme fue determinado por el
legislador, pudiendo ser declarado nulo.
Nulidad procesal
La palabra nulo proviene del latín nullos, que significa falta de valor, carencia de fuerza
para obligar o para tener efecto. En consecuencia, según la acepción etim016gica del vocablo,
coincidente con su significado actual, el concepto de nulidad se define por el resultado:
nulo es aquello que no produce resultado.
Si bien cada autor tiene definiciones distintas de nulidad procesal, podemos determinar que
las mismas obedecen al análisis particular desde ópticas distintas. Alsina define como nulidad
procesal a “la sanción por la cual la ley priva a un acto jurídico de sus efectos normales cuando
en su ejecución no se han guardado las formas prescriptas para ello” 1
Castro la define como “la ineficacia de un acto procesal, cuando en él no se han cumplido
los requisitos y solemnidades que la ley establece”, y Podetti “ineficacia de un acto por defecto en
sus elementos esenciales que le impiden cumplir sus fines”.
Para Alvarado Velloso, en tanto, es la “sanción que priva de efectos (de eficacia) a un acto
procesal en cuya estructura no se han guardado los elementos esenciales del modelo”. 2
La nulidad, en tanto instituto genérico común a todo el derecho, se deslinda en cada una
de sus ramas y aprehende, de ellas, sus objetivos y finalidades propias. Según Enrique Soler
interesa destacar a los fines de su conceptualización que no existe una reglamentación integral
de la nulidad procesal, y es sólo con relación al derecho civil que la doctrina y la legislación han
expuesto sus principios fundamentales. Pero en esta materia no son aplicables las disposiciones
del Código Civil, ya que se dirimen las contiendan según la rama del derecho que se encuentra
involucrada. El régimen de las nulidades es un terna de la teoria general del derecho y a las
distintas ramas de éste corresponde adecuarlo a su objeto y contenido.
Así por ejemplo en el derecho de familia hay nulidad del matrimonio, cuyo centro está dado
por la libre voluntad de los contrayentes. En el derecho procesal, en cambio, el centro está dado
por la celeridad y agilidad que debe tener el proceso, por la defensa en juicio y por la idea,
siempre noble, de progresar y no caer en un rigorismo infructuoso.
Por tal motivo la nulidad procesal se encuentra alejada y distante de la nulidad del Código
civil y Comercial de la Nación, en otras palabras: es autónoma pues comparte la autonomía de la
que goza el derecho procesal, del cual forma parte. Ello no debe hacer pensar al estudiante que
las disposiciones del Código de fondo deben ser desechadas sin más al analizar la nulidad que
opera en el proceso. Los principios basales del CCCN nutren a las formulaciones de nulidad
procesal y sirven al intérprete en modo subsidiario en tanto, claro está, las disposiciones del
CCCN sean compatibles con los principios procesales que deciden el devenir del proceso.
En cuanto a los presupuestos de la Nulidad Procesal, esto es, los requisitos necesarios
para que pueda ser declarada por el juez, son los siguientes:
1º) Debe ser alegada;
2º) Debe existir agravio;
3º) Debe ser trascendente el agravio;
4º) No convalidarse por la doctrinas de los actos propios.
Primero se materializa como medio impugnativo y luego, si el juez le hace lugar, cae con
fuerza de sanción en el proceso para volver a encaminarlo dentro del marco de la legalidad. Debe
impugnarse o declararse de oficio la nulidad. De ello se desprende que sin medio impugnativo
idóneo, o sea sin solicitud expresa de la parte afectada no habrá sanción de nulidad. Así por
ejemplo no habrá nulidad de la pericia si se la impugna tardíamente en el recurso de nulidad de la
sentencia, pues éste debe circunscribirse a los defectos que padece la sentencia, más no en los
hechos o procedimientos que acaecieron durante la realización de la pericia y no fueron
expuestos en tiempo y forma.
1
ALSINA, Hugo: Tratado teórico práctico de Derecho procesal civil y comercial. Parte general, Tomo I, 2ª ed. Ediar, Buenos Aires,
1963, pág. 627.
2
ALVARADO VELLOSO, Adolfo: “Presupuestos de la nulidad procesal” en Revista Estudios Procesales, passim.
Los plazos para incoar, esto es pretender un pronunciamiento judicial o incidente de
nulidad son perentorios, porque el principio de convalidación (propio de la nulidad procesal) no
incide en la sanción sino en el defecto o vicio del acto; y así, cuando este vicio no sea consentido
queda habilitado el medio impugnativo.
El acto viciado es aquel acto procesal que padece de un defecto en su estructura por no
haberse celebrado conforme a derecho. Por ejemplo, la notificación de la demanda en un
domicilio diferente al real o la falta de notificación del auto de apertura a prueba 3. Estos son
ejemplos de actos viciados, que tienen en su estructura una irregularidad. Pero este acto viciado
es, no obstante su vicio, plenamente eficaz. Y se mantiene así, eficaz y viciado, hasta tanto no
sea declarado nulo por el juzgador.
Couture firmaba que es así porque el proceso, si bien es formal, no puede ser concebido
como una “misa jurídica”, no puede avanzar y poner fin de manera rápida a la controversia que se
ha afirmado en el plano procesal si el acto viciado es ineficaz desde su nacimiento.
Por ello se afirma que el acto viciado no es ineficaz sino todo lo contrario, es
completamente eficaz, y lo seguirá siendo hasta tanto no sea declarado nulo por el juzgador. Se
trata, en definitiva, de conservar los actos para llegar, con mayor agilidad, al dictado de la
sentencia.
Sólo cuando este acto viciado produzca un real perjuicio a la parte que no lo ha celebrado
se justificará su retiro del proceso y se pondrá en funcionamiento la maquinaria de la nulidad
procesal. Incoará a tal efecto la excepción, el incidente o el recurso (según corresponda) para
poner en evidencia que no ha convalidado el vicio y que éste le ha causado un real daño a su
derecho de defensa, exponiendo, en tal sentido, las defensas que no ha podido plantear en
plenitud.
Si el magistrado, juzgador o sentenciante hiciera lugar al medio impugnativo declarará la
sanción de nulidad y convertirá al acto viciado en acto nulo, privándolo de sus efectos. Claro está
que esta sanción alcanzará también a todos aquellos actos procesales celebrados a posteriori del
acto declarado nulo y que sean su consecuencia.
Reiterando, el acto viciado es aquel acto procesal que padece de una irregularidad y se
mantendrá eficaz hasta tanto no sea declarado nulo. El acto nulo es aquél acto viciado que por
ser su irregularidad de trascendencia es declarado nulo por el juez con el objetivo de
salvaguardar el derecho de defensa y el contradictorio.
Por eso AFIRMAMOS que la conservación de los actos procesales es el camino con el que
se determine la nulidad procesal toda vez que no cualquier vicio acarrea la nulidad pues ella,
como sanción, es de interpretación restrictiva.
3
Arazi, "Derecho Procesal Civil y Comercial", Tomo II, pág 265, ed. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 3° edición, 2012.
Vicio o defecto que motiva la nulidad: Un acto viciado o irregular no es, por el mero hecho
de ser viciado, un acto nulo. Como vimos, el acto viciado es algo muy distinto al acto nulo; si bien
uno es el antecedente del otro, lo cierto es que entre ambos hay más diferencias que similitudes.
Para empezar, el acto viciado es eficaz, y el acto nulo es ineficaz.
Se habla de un apartamiento de los recaudos legales, de modo general, pues la forma no
es el único elemento que una vez viciado justifica el dictado de la nulidad. El vicio de un acto
puede materializarse como error (falta de fecha) en un acto que tenga todos sus elementos pero
existe un defecto en alguno de ellos, o por ejemplo notificación deficientemente efectuada; o bien
como omisión en un acto que carece de un elemento finalista: es decir que tal carencia impide
alcanzar la finalidad propia del acto procesal, como el testigo que carece de aptitud probatoria
(cónyuge).
Acto inexistente es un simple hecho con pretensión de acto jurídico, que si bien existe en el
mundo fenoménico, porque es palpable a través de los sentidos, es inexistente, desde su
nacimiento, en el mundo jurídico. A diferencia del acto procesal viciado que existe en el plano
jurídico y que padece un vicio por un defecto en su estructura, el acto procesal inexistente padece
la omisión de un elemento esencial y constitutivo del acto jurídico.
El acto procesal viciado sufre un menoscabo en su naturaleza jurídica de acto procesal; el
acto procesal inexistente, en cambio, lo sufre en su carácter de acto jurídico pues carece de un
elemento constitutivo, sea en su objeto, sujeto o causa.
Ejemplo académico: el escrito presentado y que carece de firma de la parte que actúa por
derecho propio, o la sentencia dictada y firmada por el secretario del juzgado sin firma del juez.
La omisión es el error característico que sufre el acto procesal inexistente. Pero ello no
debe hacernos pensar que el acto nulo no puede tener como vicio el defecto de omisión, pues
puede omitir un elemento finalista que no sea de entidad tal que lo torne inexistente.
Otro claro ejemplo es la pericia presentada por un perito que carece de idoneidad en la
materia o la testimonial ofrecida por quien jamás presenció el hecho controvertido que intenta
dilucidar. Ellos son actos viciados que pueden ser declarados nulos, pues no obstante su omisión
finalista deben ser considerados actos jurídicos pues gozan de los elementos constitutivos. En
ambos casos se requerirá de prueba correspondiente que desvirtúe lo afirmado por el perito, o
por el testigo.
Presupuestos:
Son tres los presupuestos a los que se halla condicionada la declaración de nulidad:
1) Existencia de un vicio en alguno de los elementos del acto procesal
2) Demostración de interés jurídico en la invalidación del acto, y de que la nulidad no es
imputable a quien pide su declaración
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 127. “La nulidad no podrá ser alegada por
quien dio lugar a ella o concurrió a producirla. La violación u omisión de las formalidades establecidas en
el interés de una de las partes no puede ser opuesta por la otra”
3) Falta de convalidación del acto viciado.
Características:
Es una sanción aplicada por el juez antes de que el acto ingrese al proceso, que opera cuando éste
no reúne los requisitos para ser regular.
Se diferencia de la nulidad en que, en ésta, el acto ya ha ingresado al proceso e incluso pudo haber
comenzado a producir efectos, mientras que en la inadmisibilidad el acto no alcanza a ingresar a la causa.
Supuestos:
a) El acto contiene formas, requisitos o exigencias cuya omisión se sanciona como inadmisible. Ej.
el escrito se presenta sin firma del letrado
b) Está llevado a cabo fuera de término
c) El acto se ejecuta por quién no está legitimado para hacerlo.
Como regla, los actos del juez y de las partes se realizan en la sede o recinto en que funciona el
respectivo juzgado o tribunal.
Existen, sin embargo, diversas excepciones a esa regla: ej. La recepción de prueba de confesión o
testimonial en el domicilio de la persona que se encuentra imposibilitada de concurrir al juzgado.
Los actos de ciertos auxiliares del juez (notificadores, oficiales de justicia) se cumplen en el
domicilio de las partes o de los terceros, aunque las constancias de tales actos deben incorporarse al
expediente.
A los efectos de realizar las notificaciones, la ley impone a todo litigante el cumplimiento de una
carga específica: la constitución del domicilio procesal dentro de un ratio determinado y la denuncia del
domicilio real.
Finalmente, con referencia al domicilio convencional y con miras a preservar la buena fe CCYC
art. 75 – Domicilio especial. “Las partes de un contrato pueden elegir un domicilio para el ejercicio de los
derechos y obligaciones que de él emanan”
Los actos de terceros también deben cumplirse, sea en el recinto del tribunal (declaraciones
testimoniales) o fuera de él (ej. Subasta judicial). Sin embargo, cuando se ejecutan fuera de la
circunscripción del juzgado o tribunal, lo deben ser con intervención del juez de la respectiva localidad.
5. El tiempo de los actos procesales: Los plazos. Concepto, clases, cómputo. Características
propias de los plazos en sede civil y penal.
El tiempo de los actos procesales
Como regla, la eficacia de los actos procesales depende de su realización en el tiempo oportuno.
El plazo procesal es el lapso destinado para el cumplimiento de cierta actividad procesal.
Muchas veces el código procesal alude a plazo y a término indistintamente. Pero, plazo y término
no son sinónimos en materia procesal. Mientras que el plazo es el período de tiempo destinado a una
determinada actividad procesal, el término es el extremo o el fin de ese plazo. El término es el "límite de
tiempo" fijado por la ley, por disposición judicial o por convenio, para realizar válidamente un acto procesal.
Las partes pueden acordar la suspensión de plazos procesales, pero no convenir la suspensión de
los términos (el de caducidad, por ejemplo), puesto que ellos no pueden suspenderse (sí interrumpirse)-
Clases
Los plazos (lapsos dentro de los cuales es preciso cumplir cada acto procesal en particular) pueden
ser:
1) Según su origen: Legales, judiciales y convencionales
2) Por su vencimiento: Perentorios y no perentorios
3) Por su vencimiento: Prorrogables e improrrogables
4) Por el destinatario: Individuales y comunes
5) Ordinarios y extraordinarios
6) De gracia
Perentorios y no perentorios: Un plazo es perentorio (preclusivo o fatal) cuando, una vez vencido,
se opera automáticamente la caducidad de la facultas procesal para cuyo ejercicio se concedió.
Prorrogable e improrrogable: Un plazo es prorrogable cuando cabe prolongarlo a raíz de una
petición unilateral en ese sentido formulada con anterioridad a su vencimiento, y es improrrogable, cuando
no puede ser objeto de tal prolongación.
CUIDADO! no es lo mismo el plazo improrrogable que el perentorio, ya que mientras el primero
atañe a las facultades del tribunal, el segundo tiene relación con los derechos de las partes. El Código
Procesal Civil y Comercial de SF alude a que los términos o plazos son improrrogables (los jueces no
tienen facultades para alongarlos) y perentorios (cumplido el termino de vencimiento, la facultad de la parte
para cumplir con una carga se ve perjudicada.
Individuales y comunes: Son plazos individuales aquellos que corren independientemente para
cada parte, aun en el caso de que, como ocurre en el litisconsorcio, actúe más de una persona en la
misma posición de parte. Son comunes, en cambio, los plazos cuyo cómputo se efectúa conjuntamente
para todos los litigantes, sean partes contrarias o litisconsortes.
Ordinarios o extraordinarios: Los plazos son ordinarios o extraordinarios según que,
respectivamente, se hallen previstos para los casos comunes o atendiendo a la distancia existente entre el
domicilio de las partes y la circunscripción territorial donde funciona el juzgado o tribunal.
De gracia: Constituye una franquicia instituida a favor de quien debía presentar el escrito en
cuestión dentro de un plazo, y puede hacerlo dentro de esa extensión en el día hábil inmediato.
Ha de tenerse en cuenta que el plazo de gracia difiere en las distintas jurisdicciones.
En santa fe se extiende de 7:15 a 12: 45 hs. Del día siguiente hábil al del vencimiento del plazo
fijado.
Los plazos comienzan a correr para cada litigante desde su notificación respectiva.
Si fueren comunes, desde la última que se practique. No se contará el día que tuviere lugar la
diligencia ni los días inhábiles. No se suspenden sino por fuerza mayor declarada discrecionalmente por el
juez o por acuerdo de partes.
Los términos de horas se cuentan desde la siguiente de la notificación y correrán aún durante las
inhábiles.
Plazos de días: comenzará a computarse desde las cero horas del día inmediato posterior al
del que se practicó la diligencia notificatoria, o al de la última publicación de edictos, o al que se concretó
la notificación automática o se produjo la notificación tácita. Se cuentan sólo los días hábiles judiciales,
salvo disposición expresa en contrario que surja de la norma o del órgano jurisdiccional.
Supuesto de rebeldía: Como excepción a la regla, en el caso de los procesos tramitados en
rebeldía en la Provincia de SF, el art. 78 del Código Procesal Civil y Comercial de SF establece que el
rebelde quedará notificado de toda resolución o providencia "desde su fecha", creando una ficción legal
por lo que se considera al rebelde como notificado minsterio legis (días martes y viernes) de toda
resolución o providencia desde que las mismas se ordenan; pero el plazo para cumplimentar la carga
procesal comienza a computarse desde las cero horas del día en que se dictó la resolución o providencia,
es decir, con anterioridad al acto notificatorio.
Plazos de horas: la orden judicial debe ser notificada por cédula y el plazo comienza a
contarse a partir de la hora siguiente de su recepción. (no son 60 minutos más, es la hora siguiente, por
ejemplo si la cédula se recibe 9:40, el plazo comienza a las 10:oo hs. NO a las 10:40 hs)
Se computan siempre las horas inhábiles y no opera el beneficio de plazo de gracia. Debe tenerse
en cuenta que para el acto notificatorio si rige la exigencia de que el oficial de justicia concurra en horas
hábiles (de 8:00 hs. a 20:00 hs.)
Plazos en meses: se computan de acuerdo al art. 6 del CCYC
CCYC ARTICULO 6°.- Modo de contar los intervalos del derecho. “El modo de contar los
intervalos del derecho es el siguiente:
Día es el intervalo que corre de medianoche a medianoche.
En los plazos fijados en días, a contar de uno determinado, queda éste excluido del cómputo, el
cual debe empezar al siguiente.
Los plazos de meses o años se computan de fecha a fecha. Cuando en el mes del vencimiento no
hubiera día equivalente al inicial del cómputo, se entiende que el plazo expira el último día de ese mes.
Los plazos vencen a la hora veinticuatro del día del vencimiento respectivo.
El cómputo civil de los plazos es de días completos y continuos, y no se excluyen los días inhábiles
o no laborables.
En los plazos fijados en horas, a contar desde una hora determinada, queda ésta excluida del
cómputo, el cual debe empezar desde la hora siguiente
Las leyes o las partes pueden disponer que el cómputo se efectúe de otro modo”.
En materia penal, los actos procesales deben cumplirse en días y horas hábiles, salvo los de
instrucción, que se encuentran en permanente actividad para las causas por delitos graves (para lo cual no
hay día ni hora). Los plazos ordenatorios, son los plazos establecidos para que las partes cumplan una
actividad indispensable para el proceso, es decir, cuando esté comprometido el orden público.
Permiten que aun cuando estuvieran vencidos los plazos, los actos procesales puedan realizarse
válidamente.
La regla, en penal, es que los plazos son improrrogables, perentorios, individuales, de tres días y
que no se computa el día de la diligencia, ni los inhábiles.
ARTÍCULO 70º.- Los términos o plazos procesales son improrrogables y perentorios. Fenecen con
pérdida del derecho que se ha dejado de usar, sin necesidad de declaración judicial ni petición alguna. Los
escritos no presentados en las horas de oficina del día que vence el plazo respectivo podrán ser
entregados válidamente en secretaría, con o sin cargo de escribano dentro de las horas de audiencia del
día hábil inmediato.
ARTÍCULO 71º.- Los términos judiciales empezarán a correr para cada litigante desde su
notificación respectiva; si fueren comunes, desde la última que se practique; no se contará el día en que
tuviere lugar la diligencia ni los inhábiles. No se suspenden sino por fuerza mayor declarada
discrecionalmente por el juez o por acuerdo de partes. Los términos de horas se cuentan desde la
siguiente a la de la notificación y correrán aún durante las inhábiles.
CLASES:
1) Comúnmente la doctrina coincide en distinguir los plazos en legales, judiciales y
convencionales, según su origen.
Los primeros son los que establece expresamente la norma legal (ej. Quince días para contestar
demanda en el juicio ordinario). En tanto que los plazos judiciales son los fijados por el órgano judicial, en
los casos que la ley así lo autorizare (ej. el que el juez debe fijar para que los peritos designados presenten
el dictamen – art.187 CPCC). Mientras que el tercer tipo de plazos, los convencionales, son aquellos que
las partes estipulan de común acuerdo entre ellas.
2) También se diferencia entre plazos individuales y comunes. Mientras que los individuales
corren de manera autónoma e independiente para cada sujeto procesal (ej: plazo para contestar
demanda), los comunes corren de manera conjunta para todos los sujetos procesales y su cómputo
comienza desde que se hubiera practicado la última notificación (Ej. Plazo para ofrecer prueba - Art. 145
CPCC).
3) Asimismo, surge de la lectura del artículo 70 CPCC que los plazos son perentorios e
improrrogables para las partes.
Liminarmente destacamos que estos dos caracteres, si bien se encuentran íntimamente vinculados
entre sí, no resultan conceptos idénticos. Mientras la perentoriedad de los plazos pone foco en la actividad
de las partes, la improrrogabilidad apunta a la actividad judicial.
Hecha esta aclaración, podemos decir que un plazo resulta perentorio cuando el solo transcurso
del tiempo determina la caducidad automática del derecho que ha dejado de usarse, sin que para que ello
suceda sea necesaria actividad alguna del juez o de la contraparte. En tal sentido, señala la doctrina que:
“...Denomínase plazos perentorios, preclusivos o fatales, a aquellos cuyo vencimiento determina,
automáticamente, la caducidad de la facultad procesal para cuyo ejercicio se concedieron, sin que para
logar tal resultado, por consiguiente, se requiera la petición de la otra parte o una declaración judicial.”
Por ejemplo: en un juicio ordinario o sumario, vencido el plazo para contestar la demanda, el actor
directamente acompañará la cédula respectiva (mediante la cual se notificó el traslado de la demanda) y
solicitará se decrete el llamamiento de autos para sentencia (conf. art. 143 CPCC). NO va a pedir que se
declare la caducidad del derecho del demandado, simplemente impulsará el proceso a la etapa siguiente.
Distinta será la situación si la contraparte realiza el acto procesal una vez vencido el plazo.
En este caso SI será necesario denunciar la extemporaneidad de ese acto, se generará un incidente y el
juez resolverá.
Destacar, además, que si el juez no decreta la extemporaneidad del acto de oficio ni la contraparte
la denuncia, ese acto procesal extemporáneo se confirma, vale decir, queda subsanado (Art.. 128 inc 2).
Por otra parte, la improrrogabilidad implica que los plazos establecidos por la ley no podrán ser
extendidos facultativamente por los jueces. En otras palabras, se pone un límite a la potestad del órgano
judicial impidiéndole la ampliación de los plazos legales o su reestablecimiento si se hubiera producido su
vencimiento.
4) Los plazos son ordinario o extraordinarios según que, respectivamente, se hallen previstos
para los casos comunes o atendiendo a la circunstancia de que el acto de que se trate deba tener lugar
fuera del ámbito territorial donde funciona el Juzgado (ej. de los segundos: cuando la prueba haya de
rendirse fuera de la Provincia pero dentro de la República – art. 403 CPCC).
DÍA DE GRACIA: En su segunda parte, el artículo 70 CPCC instaura el denominado “día de gracia”
concedido a las partes para presentar un escrito el día siguiente hábil al del vencimiento del plazo
respectivo.
Esta figura tiene su basamento en la discrepancia existente entre la limitación horaria de los
tribunales de justicia, en relación al cómputo de los plazos establecido en el artículo 6 del Código Civil y
Comercial que dispone que el término de los plazos siempre ocurrirá en la media noche del último día (a la
hora veinticuatro), por lo que, lógicamente, los plazos vencerán en todos los casos fuera del horario de
trabajo de los Tribunales.
En virtud de ello, se consagra el “plazo de gracia” con el fin de compensar a los litigantes por la
imposibilidad de valerse de la totalidad del tiempo que la ley les otorga para ejercitar sus derechos. En tal
sentido, Jorge W. Peyrano, explica que: “...este tema de las horas de gracia, es un artilugio técnico del
codificador, para, de alguna manera, respetar el espíritu del cómputo de plazos fijado en el Código Civil.”
Es necesario remarcar que las horas de gracia no significan una prolongación del plazo. Por
el contrario, se considera que el acto realizado el día de gracia fue llevado a cabo antes de la medianoche
del día anterior, creándose de esta manera una ficción legal en orden a la no vulneración del derecho de
defensa de las partes.
DÍAS Y HORAS HÁBILES: el artículo 55 CPCC dispone que las actuaciones y diligencias judiciales
-con excepción del cargo y de las notificaciones efectuadas por Correos y Telecomunicaciones- se
practicarán bajo pena de nulidad, en día y hora hábiles y, seguidamente, define cuales son los días y
horas hábiles, entendidos como aquellos en los que es posible llevar a cabo diligencias judiciales:
-Días hábiles: Todos los del año con excepción de los sábados, domingos, feriados, feria judicial
(de verano y de invierno), asuetos administrativos y los que establezca la Corte Suprema SFE.
-Horas hábiles: las comprendidas entre las 8 y las 20.
-Horas de oficina: De 7 a 13 horas. Horario de ingreso y egreso del personal.
-Horas de audiencia: De 7.15 a 12.45 horas. Horario de atención al público.
Asimismo, la norma establece que los Jueces y Tribunales deberán habilitar los días y horas
inhábiles cuando hubiere riesgo de quedar ilusoria alguna providencia judicial o de frustrarse diligencias
importantes, para acreditar o asegurar los derechos en litigio. Vale decir, tanto los días como las horas
inhábiles son susceptibles de habilitarse por decisión judicial.
CÓMPUTO DEL PLAZO: Surge del artículo 71 CPCC la forma de computar los plazos procesales,
distinguiéndose según estemos en presencia de plazos individuales o comunes. La importancia de esta
diferenciación radica en que el cómputo inicial va a variar dependiendo del tipo de plazo del que se trate.
En cuanto a los individuales, que dijimos que son aquellos que corren en forma independiente y
autónoma para cada una de las partes, el plazo comienza para el notificado a las cero horas del día hábil
inmediato posterior al de su notificación, cualquiera sea la forma en que ésta se hubiera practicado (ya sea
automática, por cédula, por edictos, etc.).
Por contraste, plazos comunes son los que corren de manera conjunta para todos los sujetos
procesales, es decir, tienen el mismo comienzo y, por lo tanto, el mismo término para todas las partes.
Dado que todos los litigantes deben estar notificados, el inicio del cómputo comenzará el día siguiente
hábil a aquel en el que se hubiere practicado la última notificación.
Excepción: el artículo 78 establece que el cómputo del plazo para los rebeldes (sin representación)
comienza desde la fecha en que se dicte cada resolución o providencia.
En cuanto a los plazos en horas regulados en el último párrafo del artículo, debemos recalcar,
primeramente, que estos podrán ser fijados por el juez cuando circunstancias extraordinarias lo ameriten.
En segundo lugar, es menester señalar que este plazo excepcional integra en su cómputo tanto a las
horas hábiles como a las inhábiles y que, por otra parte, no le es aplicable el “plazo de gracia”. (Ej. Si me
llega la cédula a las 14.30, el plazo de horas comienza su cómputo a las 15)
SUSPENSIÓN DE PLAZOS PROCESALES: implica inutilizar parte del plazo, desde que se
produce la causa de la suspensión hasta que la misma cesa. No se anula el tiempo transcurrido hasta la
suspensión y se le agrega el que transcurre luego de la reanudación.
La perentoriedad e improrrogabilidad características de los plazos procesales hacen que la
suspensión de los mismos sea de naturaleza excepcional y nuestro CPCC la acepta en dos supuestos:
cuando medie acuerdo de partes y por fuerza mayor declarada en forma discrecional por el juez.
Veamos los dos supuestos.
1) Las partes, como titulares de la acción y de la relación procesal, en ejercicio del principio
dispositivo, pueden peticionar de común acuerdo que los plazos que estuvieran corriendo se suspendan,
por un determinado lapso y/o hasta tanto una o ambas partes soliciten la reanudación. Nuestro código de
forma no establece un límite máximo para la suspensión.
La suspensión convencional tiene como objeto el de brindarle a las partes la posibilidad de arribar a
una solución que ponga fin a la litis, concediéndoles el tiempo necesario para el estudio de posibles
convenios o transacciones.
Asimismo, remarcar que la puede pedir también una parte cuando, por ejemplo, se corrió un
traslado sin las pertinentes copias o no se encuentra el expediente a su disposición. En este caso, la
suspensión subsistirá hasta que se subsane la omisión.
No resulta ocioso precisar que la solicitud de suspensión de términos debe ser previa al
vencimiento del plazo en cuestión, dado que el juez carece de facultades para reestablecer los plazos una
vez fenecidos.
2) El otro supuesto de suspensión de plazos procesales es el de FUERZA MAYOR PROCESAL. Es
discrecional del juez y se da cuando concurre una situación imprevisible e inevitable (Caso fortuito civil),
que resulta extraña a quien la invoca y que entorpece gravemente el derecho de defensa. Ej: pandemia
mundial de COVID19, desastres climáticos, se incendió el tribunal, etc.
TRASLADOS Y VISTAS (ARTS. 87, 88 Y 89 CPCC)
INTRODUCCIÓN: Como una consecuencia natural del derecho consagrado en nuestras leyes
fundamentales de ser oído y defenderse en juicio (Art. 18 CN), las peticiones que se formulen a los jueces
–generalmente- no pueden ser resueltas por éstos, sin oír a la parte contraria a quién va dirigida o a quién
interesa su contestación, mediante el traslado o la vista –según el caso- que se le confiere de dicha
solicitud. 4
Muchas veces no resulta sencillo diferenciar estos dos conceptos puesto que ambos son medios de
comunicación e instrucción del proceso que persiguen causar un conocimiento real de un acto procesal
que no es una Resolución. (Actos procesales del juez o tribunal de comunicación). Son análogos pero
distintos, con efectos diferentes.
I.- TRASLADO
CONCEPTO: Según Peyrano, “Es un medio de comunicación con cuyo auxilio el Tribunal pone en
conocimiento de una parte lo peticionado por otra. Se caracteriza porque genera la carga procesal de
contestarlo.”5
El artículo 89 CPCC establece un plazo de tres días, por el que se considerarán corridos
todos aquellos traslados que no tengan un plazo fijado expresamente por la ley o por el juez.
El ejemplo que da Peyrano es el del traslado de la excepción de pago en un juicio ejecutivo. ¿Qué
pasará si no es contestado? ¿Quedará reconocido el pago? No. Simplemente el actor pierde la chance de
ser oído por el juez, pero el juicio sigue su trámite normal. El pago no quedará reconocido y el ejecutado
deberá probarlo.
4
PARODY (h), Comentario al Código de Procedimientos en lo Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe, cit. t.I, p. 120.
5
PEYRANO, Jorge W., “Traslados y vistas”, en “Táctica Procesal”, Rosario, 1980, Editorial Orbir, p.51.
II.- VISTA
CONCEPTO: Afirma Peyrano que “la vista es un medio de instrucción del proceso que se
singulariza por producir el deber procesal de evacuarla o de expedirse. La incontestación de una vista
involucra una infracción a un deber procesal que debe ser sancionada disciplinariamente.”6
DIFERENCIAS: Se ha adoptado un criterio concreto para deslindar la vista del traslado; la primera
queda reservada para la intervención que se confiere a los magistrados y funcionarios; el traslado, a la que
se otorga a las partes.
El traslado siempre se debe correr a las partes porque generan “cargas”, y las partes
solamente pueden ser recipiendarias de cargas, mientras que las vistas generan “deberes
funcionales”. El incumplimiento de un deber genera una sanción disciplinaria, pues tienen en miras
defender algún interés público o de orden general. Las vistas se corren a los funcionarios judiciales
como los defensores, fiscales y a los funcionarios del proceso como el síndico en un concurso, el
administrador de una sucesión, una repartición pública interesada en la causa, etcétera.
En síntesis, cuando exista la carga procesal de emitir un parecer, deberá correrse un “traslado”.
Cuando se quiera requerir una opinión de quien tenga la obligación legal de proporcionarla, se deberá
correr una “vista”.
Por último, mencionar que la notificación de todo traslado y vista debe integrarse con la entrega de
copias, tanto del escrito de traslado como de su documentación (Art. 35 CPCC). Tanto la doctrina como la
jurisprudencia han sostenido que el supuesto de falta de entrega de copias dará lugar a la suspensión de
los términos que estuvieren corriendo desde el mismo momento de la notificación, pero no dará lugar a la
declaración de la nulidad.-
EMPLAZAMIENTO PREVIO
(Arts. 72 – 75 CPCC)
CONCEPTO: se ha definido al emplazamiento como el requerimiento o citación que se le hace al
demandado a los efectos de que –dentro del plazo fijado- comparezca en un determinado proceso.
Si bien los términos citación y emplazamiento son expresados como sinónimos en distintos
artículos del CPCC y utilizados indistintamente en la práctica tribunacia, cabe mencionar que ciertos
autores señalan la existencia de diferencias entre ambos términos. Carli, por ejemplo, distingue entre los
actos de citación y los de emplazamiento a partir de las consecuencias que, en uno y otro caso, acarrea el
incumplimiento o no acatamiento de la carga procesal.7 También se ha diferenciado a la citación como
requerimiento a comparecer a estar a derecho, entendiendo que el emplazamiento estaría relacionado a
un traslado para que se efectúe alguna otra actividad (Ej: emplazamiento para contestar la demanda).8
Sin perjuicio de esta disquisición terminológica, lo cierto es que los arts. 72 y ss. CPCC se refieren
a la convocatoria al demandado para que, dentro del plazo correspondiente, comparezca a estar a
derecho bajo apercibimiento de ser declarado rebelde.
Ahora bien, ¿Qué implica comparecer? El comparendo se circunscribe a presentarse ante el
tribunal, brindar los datos personales y de identificación, constituir domicilio procesal y denunciar
el domicilio real. De esta manera, se acata la citación y se asegura la participación del compareciente en
el proceso en lo sucesivo.
El emplazamiento, entonces, será previo (al traslado para contestar la demanda) y solo generará
en el demandado la carga de comparecer. Distinto es el caso del proceso sumarísimo (art. 415) y del juicio
6
Ibídem, p. 52.
7
CARLI, Carlo, La demanda civil, Lex, Buenos Aires, p.122 y ss.
8
NOVELLINO, Norberto y GONZALEZ, Atilio, El silencio y sus efectos en los procesos judiciales, Rubinzal-Culzoni, Santa FE, 2000,
p. 40)
oral (art. 548), donde no hay emplazamiento previo al traslado de la demanda, sino que se cita y
emplaza al accionado conjuntamente para comparecer a estar a derecho y para contestar demanda.
Esta regla general de los juicios sumarísimo y oral no es absoluta: en los casos en los que se desconozca
el domicilio del demandado SI se lo emplazará previamente a estar a derecho (Arts. 413 inc. 2 y 548
CPCC)
La debida notificación del emplazamiento constituye el modo de salvaguardar la garantía de
defensa en juicio puesto que permite que el demandado adquiera debida noticia de la promoción del pleito.
PLAZOS: el artículo 72 CPCC establece distintos plazos según donde esté domiciliado el
demandado: 3 días si tuviera domicilio en el lugar del juicio; 10 días si lo tuviera dentro de la Provincia; de
20 días dentro de la República argentina y de 40 a 80 días si tuviera domicilio en el extranjero.
En tanto que el artículo 75 CPCC dispone que cuando hubiere más de un término fijado para el
emplazamiento (lo que involucra más de un sujeto emplazado) se computará su vencimiento al fenecer el
último de ellos. La norma apunta a mantener un mejor orden y evitar confusiones que entorpezcan la
marcha del proceso. Veámoslo con un ejemplo: un proceso iniciado en la ciudad de Rosario en el que se
demanda a Juan, con domicilio también en Rosario; a Pedro, con domicilio en Cañada de Gómez, Pcía de
Santa Fe; y a Miguel, con domicilio en C.A.B.A. En este caso (en el que habría, en teoría, corriendo tres
plazos distintos) el plazo del emplazamiento, para los tres codemandados, vencerá a los 20 días hábiles.
FORMAS: por regla general, el emplazamiento o citación a estar a derecho debe ser notificado por
cédula (Art. 62, inc. 1 CPCC) al domicilio real o, incluso, al domicilio laboral (Art. 39 CPCC). Sin embargo,
en aquellos supuestos en los que se desconozca el domicilio del demandado o la persona fuera incierta
(Ej: Sucesores de una persona, propietario de un bien no registrable, poseedor actual de un inmueble), la
notificación se efectuará mediante la publicación de edictos.
Ahora bien, las controversias suelen suscitarse en torno a qué debe entenderse por domicilio
desconocido. Esto es, si resulta suficiente la manifestación del litigante referida a que desconoce el
domicilio de la contraparte, o si bien deben realizarse ciertos actos tendientes a considerar –o declarar-
como desconocido al domicilio.
Si bien nuestro código de rito no contempla procedimiento ni conducta alguna que deba asumir el
litigante, doctrina y jurisprudencia han considerado que no resulta suficiente la ignorancia personal del
accionante respecto del domicilio del demandado, sino que debe requerírsele la producción de una
suerte de información sumaria para establecer el domicilio desconocido o, que al menos,
demuestre que ha llevado a cabo las diligencias tendientes a localizar el domicilio.
En la práctica de la Provincia de Santa Fe, se le exige al litigante el diligenciamiento de oficios a la
Cámara Nacional Electoral y/o al Registro Nacional de las Personas a fin de que estas dependencias
informen acerca del domicilio del demandado que obra en sus registros. Si el resultado de estas
medidas fuera infructuoso, ahora sí se tendrá por desconocido el domicilio y se procederá a la
notificación por edictos.
REBELDÍA
(Arts. 76 – 86 CPCC)
CONCEPTO: una parte es rebelde o contumaz cuando no comparece a estar a derecho habiendo
sido debidamente notificada y emplazada personalmente, absteniéndose de participar en el proceso que
se le sigue o, cuando con posterioridad a su participación inicial, lo abandona y deja de intervenir en los
desarrollos ulteriores.9
Esta figura no implica una sanción contra el rebelde sino que consiste en el incumplimiento de la
carga procesal de comparecer, que puede estar en cabeza tanto del demandado como del actor (supuesto
del art. 76 inc.2 CPCC).
PROCEDENCIA y TRÁMITE: la declaración de rebeldía solo procede a pedido de parte –nunca de
oficio- siendo requisito indispensable haber emplazado a la contraparte, en la forma debida, en su
domicilio real por cédula, o por edictos según los casos, y que el citado no haya comparecido en el plazo
fijado a tal fin por el art. 72 CPCC.
9
MORELLO, Augusto Mario, La eficacia del proceso, Hammurabi, Buenos Aires, 2001, p. 347.
Si el apoderado de cualquiera de las partes falleciere, perdiere su capacidad o renunciare al poder,
se declarará rebelde al litigante que no compareciere nuevamente, en debida forma, en el plazo que fije el
tribunal.
En definitiva, si bien la declaración de rebeldía es generalmente del demandado e inicial, cuando
aquel no comparece a estar a derecho al comienzo del pleito, también puede ser declarado rebelde el
actor o el demandado, si una vez comparecidos inicialmente, pierde la representación por alguna de las
circunstancias mencionadas en el párrafo anterior y no vuelve a comparecer con nuevo abogado en el
plazo de citación.
Ante el pedido de rebeldía del litigante que no comparece, el órgano jurisdiccional revisará si se
cumplimentaron los requisitos mencionados y, en caso afirmativo, decretará la rebeldía de la contraparte.
Ahora bien, el auto o decreto que declara la rebeldía debe ser notificado al contumaz previo a la
prosecución del trámite, bajo pena de nulidad. Si el rebelde tuviera domicilio conocido, la notificación de la
rebeldía será cursada por cédula. En cambio, si el domicilio del litigante remiso fuera desconocido, la
declaración de rebeldía se notificará por edicto (art. 77 CPCC). Vale decir que la rebeldía se notificará
por el mismo medio que se notificó el emplazamiento.
EFECTOS: los artículos 78 y 79 CPCC regulan lo relativo a los efectos procesales de la declaración
y notificación de la rebeldía:
1.- El proceso continuará su trámite sin dársele representación al rebelde, con excepción del
caso en que no fuere conocido su domicilio, supuesto en el cual se le nombra al rebelde un defensor por
sorteo entre los abogados de la lista. En cuanto esto último, es importante aclarar que en virtud del art.
86 CPCC, resultan inaplicables al juicio ejecutivo lo relativo a la representación del rebelde, el
recurso de rescisión y de la suspensión de la ejecución de la sentencia (art. 83). Otra cuestión que
no se debe soslayar es la concerniente a la representación del rebelde en el juicio sumarísimo. Ello así
pues el art. 415 CPCC establece expresamente que no procederá ni la declaración de rebeldía ni la
representación del rebelde en el juicio sumarísimo. La interpretación literal de la norma nos indica que en
esta clase de juicio, al demandado con domicilio desconocido se lo emplaza por edictos y, si no
comparece a estar a derecho (probablemente no lo haga), directamente se le correrá traslado de la
demanda (con el apercibimiento que su incontestación implica). Ahora bien, sendos autores (Peyrano y
Alvarado Velloso, entre otros) entienden que una interpretación armonizada e integradora de las normas
del CPCC debe llevarnos a concluir que en este caso corresponde aplicar el artículo 78 CPCC, esto es,
designar defensor oficial al rebelde.
2.- Al rebelde se lo tendrá por notificado en Secretaría de todas las providencias y resoluciones,
salvo la propia declaración de rebeldía (como mencionáramos anteriormente) y las sentencias de primera
y segunda instancia, que serán notificadas del mismo modo que el auto de rebeldía (Art. 81 CPCC).
Recalcar que los plazos para el rebelde se computarán desde la misma fecha de la providencia o
resolución que quedó notificada en Secretaría (excepción a la regla del cómputo de plazos del artículo 71
CPCC). Lo dicho hasta aquí es aplicable a los casos en que NO deba designarse un defensor oficial
(rebelde con domicilio conocido). Para el supuesto en que SI debe nombrarse un defensor oficial (rebelde
con domicilio desconocido), el contumaz no quedará notificado automáticamente desde la fecha de la
providencia sino que se le notificarán las resoluciones judiciales que se dicten al defensor oficial que va a
representar al rebelde.
3.- Eximición de la prestación de contracautela para solicitar un embargo sobre los bienes
del rebelde desde el momento en que se declare la rebeldía -aún si no fue notificada-, excepcionando lo
normado por el artículo 277 CPCC. Si el rebelde compareciera antes de despacharse la medida cautelar,
se deberá prestar fianza.
4.- La declaración de rebeldía no causa estado y, por ende, la ulterior comparecencia del
contumaz –en cualquier estado del juicio- hace cesar el procedimiento en rebeldía, pero carece de
virtualidad para retrotraerlo. Dicho de otra manera, la regla es que al comparecer el rebelde toma el
proceso y se incorpora a él en la etapa en que éste se encuentre al tiempo de su presentación tardía.10
5.- La sentencia dictada en rebeldía no podrá ejecutarse hasta seis meses después de la
notificación de la misma al rebelde (art. 82 CPCC). Esta disposición está estrechamente vinculada con
10
MORELLO, Augusto, op.cit., p. 353.
lo relativo al recurso de recisión, que veremos a continuación. Solamente agregar que la misma norma
prevé la excepción a esta regla que consiste en el otorgamiento de fianza suficiente para cubrir el monto a
restituir en el caso de acogimiento de un eventual recurso de rescisión.
RECURSO DE RESCICIÓN
CONCEPTO: es el recurso procesal extraordinario, atribuido al rebelde, que, por causas graves y
ajenas a su voluntad, se ve impedido de hacer valer en juicio la defensa de sus derechos, permitiendo de
este modo y mediante su efecto –el retroceso de las actuaciones-, buscar de obtener en una nueva
tramitación del pleito, el ejercicio de sus defensas conculcadas.11
El fundamento de esta figura es garantizar el derecho de defensa en juicio o contradicción.
Por ello, su finalidad es conseguir una nueva tramitación del pleito, ahora con audiencia del interesado.
NATURALEZA JURÍDICA: según nuestro propio código de rito y la opinión de algunos doctrinarios,
Alsina entre ellos, se trata de un recurso. Sin embargo, otros autores (Podetti 12, Ibáñez Frocham) y
jurisprudencia de Cámara13 , consideran que se no se trataría de un recurso sino de un verdadero
incidente de nulidad.
LEGITIMACIÓN: el único legitimado para interponer el recurso de rescisión es el rebelde (ya sea
demandado o actor).
PROCEDENCIA: los requisitos para que un recurso de rescisión sea exitoso son los siguientes:
1.- Que se interponga respecto de un juicio donde sea lícito interponer rescisión. No todos los
juicios son susceptibles de ser impugnados a través del recurso de rescisión. No procede respecto de los
juicios ejecutivos porque en ellos están asegurados los derechos a través de la acción ordinaria posterior
(arts.86 y 483 CPCC). Como regla general, la rescisión procederá en los procesos declarativos,
exceptuándose el sumarísimo (art. 415 CPCC). Tampoco procede en el juicio de desalojo (art. 522 CPCC).
2.- Que se haya declarado la rebeldía de quien interpone el recurso (demandado o actor).
3.- Que haya mediado imposibilidad de comparecer que puede estar motivada por:
a) la nulidad del emplazamiento. Es decir, que haya un defecto formal en el emplazamiento o un vicio en la
notificación. Ej: se notificó a un domicilio distinto del de la parte demandada; se notificó por edictos cuando
se conocía el domicilio.- b) la ignorancia o falta de noticia acerca de la existencia del pleito. Este es un
supuesto más complejo. Aquí la notificación se ha realizado correctamente pero pese a ello el notificado
no ha tomado conocimiento efectivo y oportuno del juicio. Doctrinariamente se exige que exista una
situación asimilable al del caso fortuito que haya impedido la comunicación efectiva al notificado.
Peyrano brinda un ejemplo muy particular: una cédula dirigida a una persona que se domicilia en un
edificio y que es recibida por el portero, quien sufre un infarto a la media hora y no puede entregarle la
cédula .- c) un caso de fuerza mayor. En este supuesto el notificado ha recibido la cédula pero no puede
comparecer por una imposibilidad física que tiene que ver con un caso fortuito o fuerza mayor, verbigracia:
una guerra, una pandemia, el notificado sufrió un paro cardíaco y debió ser internado.
4.- Que el recurso se haya interpuesto tempestivamente, es decir: a) Dentro del tope de
caducidad de seis meses (que corre en días hábiles e inhábiles) contados a partir de la notificación de la
sentencia (art. 83 CPCC).- b) Que desde que se tomó conocimiento de la Litis o desde la cesación de la
fuerza mayor, no haya transcurrido un tiempo superior al del emplazamiento sumado al día de gracia
respectivo y al lapso de treinta días (Art. 84 inc. 2).
El plazo estipulado en el art. 83 y el contemplado en el 84 inc.2 se aplican combinados.
Ejemplos: si se emplazó a la contraparte por tres días, el plazo para interponer el recurso de
rescisión será de 34 días (técnicamente, 33 + 1 de gracia); y si el emplazamiento fuera por 10, 20 u 80
días, el recurso podrá ser articulado a los 41, 51 y 111 días, respectivamente; siempre que no haya
transcurrido el plazo de caducidad 6 meses.
11
RIVERA RÚA, Néstor H., Recurso de rescisión, en Revista de Estudios Procesales, Centro de Estudios Procesales, Rosario, 1972,
p. 83.
12
PODETTI, Ramiro, Tratado de los recursos, pág. 51/3 N° 21.
13
CCCSF, 1°, 07.10.85, Z, 41-R; Cámara Civil, Comercial y Laboral Reconquista en autos “Petroli, Oscar Eduardo y otro c/ Banco de
Galicia y Buenos Aires S.A. S/ Inc. Rescisión y Nulidad de Procedimiento” , 12/08/2016; C. Civ. y C. Santa Fe, Sala 2ª.
11/4/08. Recurso de Rescisión en autos: Varayoud, Benito O. y otra c/Banco de Santa Fe SAPEM s/Ordinario”. www.editorial-
zeus.com.ar, Sección Colección Zeus -Jurisprudencia, documento nº 009195.
¿Qué pasa si venció el plazo de caducidad de 6 meses? ¿No se puede hacer nada más? Distintos
autores entienden que la indefensión del rebelde se puede atacar por otra vía. En caso de haberse
excedido el plazo de seis meses, podría incoarse una acción autónoma de nulidad.
Asimismo, es dable mencionar que a los requisitos exigidos por el CPCC para el recurso de
rescisión, parte de la jurisprudencia ha agregado otro: la demostración de los derechos que el
recurrente se vio privado de invocar. Este requerimiento pretoriano, fundamentado en el principio de
trascendencia (que implica que la nulidad solo puede ser declarada cuando haya un fin que trascienda la
nulidad misma), es cuestionado por autorizada doctrina 14, básicamente, por no tener origen legislativo y
por lesionar la garantía de defensa en juicio, la cual protege el derecho que tiene todo ciudadano de
enterarse, en tiempo y forma, que se le ha iniciado un proceso.
TRÁMITE y EFECTOS: Empezar por señalar que el juez competente para entender en el recurso
de rescisión –que tramita por vía sumaria y por pieza separada-, es el mismo juez de la causa originaria
(principio de prevención).
Al analizar la conveniencia de interponer este recurso, Peyrano 15 pondera como ventajosa la
circunstancia de que la mera interposición del recurso de rescisión suspende automáticamente la
ejecución de la sentencia del juicio principal (Art. 85 CPCC). Sin embargo, no suspende el trámite de
ese proceso principal u originario, que seguirá su curso por cuerda separada.
Además, el procedimiento del recurso presenta sendas particularidades: 1) No es admisible
interponer excepción de incompetencia puesto que estamos ante un recurso –que continúa el juicio
anterior-, por lo que se entiende que la competencia ha sido consentida.- 2) Por más que tramita por la vía
sumaria, no hay emplazamiento previo a estar a derecho de la contraparte (que es el actor del juicio
principal), directamente se corre el traslado de la demanda.- 3) La sentencia que resuelve este recurso
podrá ser atacada por todos los recursos (pero difícilmente sea susceptible del recurso de
inconstitucionalidad y el extraordinario federal, porque estos temas son cuestiones procesales que, como
regla, escapan a la órbita de estos recursos)
Por último, destacar que, de prosperar el recurso, sus efectos dependerán según se haya
interpuesto contra el procedimiento o contra la sentencia. Si se rescindiere el procedimiento (es decir si se
hubiera interpuesto el recurso estando en trámite el proceso principal), quedará sin efecto el acto viciado y
los subsiguientes afectados por el vicio originario (la nulidad de un acto procesal acarrea la nulidad de los
actos que de él dependen o derivan – art. 129 CPCC), reanudándose el pleito desde el último acto válido.
En cambio, si se rescinde la sentencia (vale decir, se hubiera interpuesto el recurso contra la sentencia),
ésta quedará sin efecto y se dictará una nueva sentencia. Además, se dispondrá la devolución de lo que
se hubiese mandado entregar por ella (ejecutándose la fianza constituida si eso no fuera posible).-
Son los que emanan de los agentes de la jurisdicción (jueces y sus colaboradores). Manifiestan la
función pública y se hallan dominados por los principios que regulan la producción de actos jurídicos de
Derecho Público:
Actos de decisión
Son actos imperativos sobre derecho ajeno, que resuelven cuestiones, por lo que son
característicos del tribunal (las providencias judiciales dirigidas a resolver el proceso y sus incidencias).
Los Códigos de procedimiento tanto el Nacional como los provinciales, disponen que inclumbe al
juez la tarea de dirección del proceso, un rol activo, único comportamiento por el que pueden cobrar
virtualidad los principios de rapidez, economía y saneamiento.
14
LEPORI WHITE, Inés, en Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de santa Fe, Tomo 3ª, dirigido por PEYRANO, Jorge
Walter, Editorial Juris, Rosario, 2004, p. 259 y ss.
15
PEYRANO, Jorge Walter, Lecciones de procedimiento civil, Editorial Zeus, Rosario, 2002, p. 250.
El dictado de proveídos que no solo invoquen la norma aplicada sino que expliquen, en la medida
de lo posible, el alcance de la decisión judicial, al tiempo que señalen adecuadamente el rumbo del
proceso, es una tarea que está al alcance del proveyente y que le ahorrará esfuerzos adicionales en el
futuro.
Actos de comunicación
Son los dirigidos a notificar a las partes o a otras autoridades los actos de decisión. Constituyen un
medio para esclarecer el contacto de los órganos de la jurisdicción con las partes (notificaciones) o con
otros órganos del poder público (oficios en el sentido genérico). Las cédulas, los mandamientos, los
edictos judiciales, las cartas documento, las notificaciones electrónicas, son todos medios que la
jurisdicción elige para concretar la comunicación.
Corresponde incluir en esta categoría a los traslados, vistas, oficios, exhortos y notificaciones
(desarrollados más adelante).
Actos de documentación
Los actos de documentación se exteriorizan a través de la formación del expediente judicial, que
constituye un legajo de foliatura corrida en el cual se reúnen, en forma ordenada, todas las actuaciones
producidas por las partes, el juez y sus auxiliares y terceros.
Incumbe a los secretarios la organización y el cuidado de los expedientes y documentos que
estuviesen a su cargo.
Notificaciones
Conforme Devis Echandía “es un acto de comunicación procesal, por el cual se pone en
conocimiento de las partes y demás interesados las providencias judiciales”
Palacio dice que “las notificaciones son los actos mediante los cuales se pone en conocimiento de
las partes, o de terceros, el contenido de una resolución judicial”
Antecedentes históricos: En el derecho romano la figura de la in ius vocatio donde el mismo
demandante llamaba al demandado para estar en juicio.
En la ley de las XII tablas la notificación la hacía directamente el accionante quien podría emplear
la fuerza asiendo por el cuello al demandado para que se presente ante el juez.
Después de Constantino dejó de tener carácter privado y era redactado por un oficial público que la
hacía llegar al demandado. Justiniano reemplazó esta modalidad por el libellus conventioni que era una
verdadera citación transmitida por el viato o ejecutos. En esto Gallino encuentra el antecedente lejano del
“oficial notificador” actual.
Ubicación de la notificación en la clasificación de los actos procesales. Doctrina actos de
comunicación:
Maurino junto a Couture los encuadra dentro de la especie de “actos de comunicación” (y éstos al
género de actos del tribunal).
Del conocimiento Esta teoría considera que la falta de notificación o su deficiencia en cuanto a
los requisitos formales fijados por la ley no es óbice para reconocer la eficacia notificatoria al conocimiento
del acto, logrado por otros medios.
Ecléctica Otra corriente de opinión, con la que coincide Maurino, entiende que las teorías
enunciadas no son antitéticas, y pueden funcionar ambas sin inconvenientes. Colombo expresa que una
cosa es que el conocimiento se presuma sin admitir prueba en contrario cuando las notificaciones se han
practicado con las formalidades legales y otra, ya inaceptable, deducir de esa premisa que nunca el
conocimiento efectivo puede suplir la notificación formal”
Código procesal Civil y Comercial SF ARTICULO 69. “Son nulas las notificaciones efectuadas en
contravención a lo dispuesto precedentemente, en un domicilio falso o por edictos si conocía el domicilio
quien la pidió. El empleado, culpable de omisión, demora o nulidad incurrirá en falta grave y se hará
además pasible en su caso, de las responsabilidades civiles y penales a que hubiere lugar. No serán nulas
las notificaciones si el defecto que contengan no hubiere impedido al interesado conocer en tiempo el acto
judicial, su objeto esencial y el juzgado de donde procede”.
Elementos:
Sujetos activo- remitente; pasivo - destinatario
Objeto materia sobre la cual recae la notificación
Actividad Se puede subdividir en tres dimensiones
1) Lugar: la notificación puede hacerse en la sede del juzgado, en el domicilio del interesado
etc.
2) Tiempo: la notificación para tener eficacia, debe ser realizada en los plazos legales
3) Forma: es el modo como la notificación debe practicarse.
Clases de notificaciones:
1) Personal
2) Por cédula
3) Automática
4) Tácita
5) Edictal
Principio de seguridad en las notificaciones procesales: Tiene relación con el principio de
bilateralidad de la audiencia pero no es un principio absoluto sino que debe ser complementado con la
celeridad y buena fe procesal.
Notificación automática: Es la que se tiene por operada determinados días de la semana, fijados
por ley o el tribunal, aunque el interesado por su incomparecencia ignora el contenido de la resolución
correspondiente.
Se fundamenta en la carga que tienen las partes de concurrir a la secretaría los días hábiles,
mientras dure el proceso, generada ella en los principios de economía y celeridad procesal.
1) Notificación personal:
Código procesal civil y comercial SF ARTICULO 60. “Cuando el litigante concurra a secretaría,
las notificaciones se practicarán personalmente por el actuario o el empleado que el juez debe designar en
el primer decreto; dejándose nota bajo la firma de éste y del notificado a menos que se negare o no
pudiere firmar. Las notificaciones podrán también ser practicadas por otros funcionarios o empleados
judiciales, en la forma que establezca el Superior Tribunal de Justicia”
Es la notificación por excelencia para satisfacer la finalidad de certeza.
Se realiza en la oficina o secretaría del juzgado mediante diligencia que se extiende en el
expediente y en la que se hace constar el nombre y apellido del notificado, la fecha y la providencia que se
notifica. Asimismo lleva al pie la firma del interesado y la del funcionario judicial autorizado por la ley.
Coloca en situación de inmediatez a los sujetos activos y pasivos del acto de notificación.
Naturaleza: es una notificación expresa, que genera un conocimiento cierto. Pertenece a la
categoría de las que se realizan en la sede del tribunal, y es el sujeto pasivo el que se desplaza hacia el
sujeto activo.
Clases: se pueden presentar dos variantes
a) Voluntaria El interesado se da por notificado libremente de la resolución en forma
detallada (Art. 60 CPCCSF)
b) Compulsiva o coactiva Art. 142 párrafo 2 y 3 del Código procesal Civil y Comercial de la
NACIÓN “En oportunidad de examinar el expediente, el litigante que actuare sin representación o el
profesional que interviniere en el proceso como apoderado estarán obligados a notificarse expresamente
de las resoluciones mencionadas en el art. 135” (notificación personal o por cédula)
El interesado se ve en la obligación de notificarse, y si se negare a hacerlo, previo requerimiento
que le formulará el funcionario autorizado, vale como notificación la atestación acerca de su negativa,
firmada por aquél. Santa Fe no regula esta forma compulsiva de notificación personal.
El fundamento de este tipo de notificación se encuentra en la economía procesal o en la lealtad y
probidad.
Eisner entiende que es un sistema anómalo y lo critica en base a estos argumentos
Si la parte asiste sin profesional, puede ignorar la magnitud de la resolución que se le quiere
comunicar, y, en ese caso los perjuicios pueden ser irreparables.
Si no se exhibe el DNI el auxiliar no puede firmar con certeza que se trate de la persona que
debe tener por notificada.
En la práctica no se cumple porque el oficial primero no se encuentra en la mesa de
entradas
Supuesto en que el interesado no supiera o no pudiera firmar: En los sistemas clásicos (ley de
enjuiciamiento española), la supletoriedad se logra mediante testigos.
En los ordenamientos modernos ante la dificultad que suscita hacer intervenir a los testigos
adquiere eficacia notificatoria la atestación de las circunstancias impeditivas acompañada de la firma del o
los funcionarios autorizados. En la Nación faculta al oficial primero y al secretario (art. 142). En Santa Fe al
actuario o empleado que el juez debe designar en el primer decreto.
Notificación personal realizada por el letrado patrocinante: se entiende que tiene los mismos
efectos que si la hubiese realizado la parte.
Contenido de la cédula:
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 63. “Las cédulas se redactarán en doble
ejemplar, y contendrán una transcripción de la providencia o de la parte resolutiva si se tratare de auto o
sentencia, la indicación del tribunal, asunto, nombre y domicilio del notificado, la fecha y la firma del
actuario. Este o el empleado notificador entregarán un ejemplar al litigante, a persona de la casa
prefiriendo la más caracterizada o un vecino que se encargue de hacer la entrega o lo fijará, en defecto de
aquéllos, en una de la puertas, si fuera posible de las interiores, dejando nota en ella y bajo su firma del
día y de la hora de entrega. El otro ejemplar se agregará a los autos con la debida nota de lo actuado,
lugar, día y hora de la diligencia y las firmas del notificador y del que recibió la cédula, a menos que se
negare o no pudiere firmar”.
Contenido intrínseco:
1) Nombre y apellido del destinatario o designación que corresponda No es nula aunque no
consigne el nombre completo. La diferencia que pueda existir en el nombre no es motivo suficiente para
decretar la nulidad de las notificaciones, si ellas pusieron al demandado en conocimiento de la resolución
y, por ende, lo colocaron en la posibilidad de ejercer sus derechos.
Tampoco es nula la dirigida al domicilio ad litem que consigna el nombre del demandado y no su
apoderado.
2) Domicilio:
a. No especificación de la calle y número. Es válida si se da como domicilio el nombre de un
centro poblado sin indicación de calle y Nº cuando su recepción no puede ser negara y resulta
fehacientemente acreditada.
b. Omisión de consignar el número de habitación: puede este hechos ser causa nulificante por
vicio si se une a otras circunstancias que hagan presumir que la cédula no fue recibida por el interesante.
c. Designación de una calle con un nombre de uso común e indistinto. Esto no es causa de
nulidad si ello no impidió que se realizara la diligencia.
d. Mención del estudio jurídico al que se dirige la cédula. Su omisión no es causa de la nulidad.
e. Enmienda – Sobrerraspado. Es válida aunque contenga una enmienda o sobrerraspado en
el domicilio –sin salvar- siempre que lo individualice con claridad.
3) Juicio en que se practica: Debe transcribirse la carátula del expediente no siendo causa de
nulidad el simple error en la indicación del Nº de expediente.
6) Detalle preciso de las copias, si no resulta de la resolución transcripta: El art. 136 del Código
Procesal NACIONAL dispone “en caso de acompañarse copias de los escritos o documentos, la cédula
deberá contener el detalle preciso de aquellas”. El código de Santa Fe no incluye esta formalidad como
requisito del contenido de la cédula, si bien sus normas exigen que en el diligenciamiento se deje
constancia de la documentación que se adjunta a la cédula.
Firma de la cédula – Facultades del letrado (apoderado o patrocinante): Por razones de celeridad
procesal los textos legales autorizan a firmar las cédulas a los abogados y procuradores de la parte que
tenga interés en la notificación, así como a los representantes legales, salvo los casos en que la norma
expresamente exige la suscripción por el secretario o actuario.
En Santa Fe el tema está regulado en los deberes y facultades de las partes y sus defensores
posibilitando en su art. 25 que la cédula pueda ser suscripta por el abogado o apoderado de las partes con
interés en la notificación haciéndolo extensivo a las notificaciones por correo.
ARTICULO 25. “Será también deber de los defensores, como auxiliares de la justicia, colaborar en
el desarrollo e impulsión de los procesos en que intervengan. Con este objeto, sin perjuicio de las
funciones del secretario, los abogados y procuradores podrán realizar los actos siguientes:
a) Firmar y diligenciar los oficios dirigidos a Bancos, oficinas públicas o entes privados, sólo con
respecto a pedidos de informes, saldos o estados de cuentas; así como solicitudes de certificados y
liquidaciones;
b) Solicitar a los registros públicos, certificados, informes y la inscripción de poderes para juicios o
de actos judiciales previamente autorizados;
c) Firmar las cédulas de notificación, con excepción de las que se refieran a medidas precautorias,
entrega de bienes o modificación de derechos y las que el juez, expresamente ordene que sean firmadas
por el secretario. Las cédulas serán firmadas por el abogado o procurador de la parte que tenga interés en
la notificación, pero deberá previamente, bajo pena de nulidad, notificarse este último o, en su caso, el
litigante que patrocine el abogado. Si se hiciera uso de la notificación por correo, la pieza respectiva podrá
también ser expedida por el profesional firmante bajo las mismas condiciones”
Esta norma exige, bajo pena de nulidad que deberá notificarse previamente al apoderado que se
pretende notificar. La jurisprudencia ha entendido que la suscripción del letrado de las respectivas cédulas
suple la notificación previa que exige la ley.
Con respecto a la obligación de notificar al litigante a quien el abogado patrocina, esto no tiene
sentido atento que este asumen la responsabilidad de la dirección del pleito aunque no ejerza mandato por
representación, razón por la cual la notificación vincula a la parte.
Aclaración de la firma – La firma debe ser aclarada con el sello correspondiente, en Santa Fe se
exige que el sello tenga el domicilio (art. 26)
Firma de un profesional que no interviene en el juicio: es nula la cedula notificatoria aún en la
hipótesis de que sea el socio del estudio al que pertenecía uno de los apoderados.
Firma por el secretario: El art. 25 inc. C, si la cédula ha sido firmada por el abogado cuando la ley
manda que sea firmada por el actuario, es válida si cumple con su finalidad.
Carácter de instrumento público de la cédula suscripta por el letrado: al autorizar la ley a los
letrados a firmar la cédula, convierte a éstas en instrumentos públicos y, a aquellos, en funcionarios
públicos que responden civil y penalmente.
ARTICULO 62. Deben notificarse por cédula, si el litigante no concurre a hacerlo a la oficina:
1) La citación y emplazamiento a estar a Derecho.
2) Todo traslado o vista, citación de remate, apertura a prueba o decreto denegatorio de la misma,
manifiesto en la oficina, suspensión y reanudación de términos o trámites suspendidos.
3) Toda providencia posterior al llamamiento de autos y la primera que se dicte después que el expediente
haya vuelto del archivo o haya estado paralizado por más de seis meses. En estos dos últimos casos, la
notificación se hará en el domicilio real.
4) La que haga saber el juez que va a entender, a menos que lo sea por designación de nuevo titular.
5) La declaración de rebeldía, intimaciones, requerimientos, correcciones disciplinarias, medidas
precautorias o sus levantamientos y las citaciones para absolver posiciones o reconocer firmas.
6) La designación de audiencias.
7) El llamamiento de los autos, las sentencias definitivas y autos interlocutorios con fuerza de tales.
8) Las demás providencias en que así lo disponga este código o el juez lo ordene expresamente.
ARTICULO 63. Las cédulas se redactarán en doble ejemplar, y contendrán una transcripción de la
providencia o de la parte resolutiva si se tratare de auto o sentencia, la indicación del tribunal, asunto,
nombre y domicilio del notificado, la fecha y la firma del actuario. Este o el empleado notificador entregarán
un ejemplar al litigante, a persona de la casa prefiriendo la más caracterizada o un vecino que se encargue
de hacer la entrega o lo fijará, en defecto de aquéllos, en una de la puertas, si fuera posible de las
interiores, dejando nota en ella y bajo su firma del día y de la hora de entrega. El otro ejemplar se agregará
a los autos con la debida nota de lo actuado, lugar, día y hora de la diligencia y las firmas del notificador y
del que recibió la cédula, a menos que se negare o no pudiere firmar.
ARTICULO 64. Las notificaciones se practicarán a más tardar el día siguiente de ser dictada la providencia
o resolución respectiva, o antes si el juez o tribunal lo ordenare o estuviere dispuesto para casos
especiales.
CPCCSF ARTICULO 27. “El profesional que firme oficio o cédula haciendo mención de causa,
actos o disposiciones inexistentes, alterándolas u omitiéndolas será suspendido de la respectiva matrícula
por el término de dos años. En caso de reincidencia, en el mismo o distinto proceso, será excluido
definitivamente. El juzgamiento y decisión de estos hechos así como la sanción respectiva, que
corresponde conocer y aplicar al juez de la causa quien las comunicará al colegio profesional que
corresponda, son por completo independientes de cualesquiera otros que correspondieren en distinta
sede”
Algunos autores sostienen que la transgresión se tipifica al firmar el profesional cédulas que ocultan
o alteran la verdad “respecto de los enunciados que deben contener los indicados medios de
comunicación del proceso”. El juez competente es el juez de la causa.
Copias de la cédula – doble ejemplar: Art. 63 CPCCSF. Sirven al notificado como medio de
comunicación e información, permitiendo conocer en cualquier momento, si la notificación se ha llevado a
cabo con las formalidades de la ley. La copia es un instrumento público.
Si existen dudas entre las fechas consignadas en el original de la cédula y la copia que se deja al
notificado, debe estarse a la fecha más favorable a la conservación del derecho. Existen posturas que ante
esta diferencia de fecha plantean la nulidad de la notificación.
Copia de contenido reservado (art. 136 Código procesal NACIONAL): en casos de capacidad,
divorcio etc. Notificación de una providencia que contiene una orden o mandato judicial. La notificación
hecha son fórmula expresa de ejecución o realización, es jurídicamente eficaz para colocar al litigante
destinatario en la obligación de tener que cumplir con la carga de esa orden o mandato.
Diligenciamiento de la cédula:
1) Persona de la casa. No es esencial la entrega en propia mano (ver juicio ejecutivo art. 474
notificación en persona: se debe dejar sentado la certeza incuestionable de su recepción por la persona)
ya que la notificación por cédula no implica sino, la presunción de que el interesado se ha enterado de su
contenido.
2) Otras personas
Empleados: válido
Encargados de edificio – válido
Personas carentes de discernimiento art. 921 del CCYC – no válido
Prueba. Aviso de recepción: el aviso de recepción que los códigos exigen que se agregue a los
autos es el documento que determina la fecha de la notificación art. 66.
La ausencia del documento, invalida la notificación, lo cual no puede sustituirse por la información
del correo de haberse puesto a disposición del destinatario en determinada fecha.
ARTICULO 66. “En todos los casos de notificación por cédula, podrá ésta reemplazarse a pedido
verbal del interesado, por carta certificada con acuse de recibo. Contendrá las mismas enunciaciones que
aquélla, se hará por duplicado y en forma que permita su cierre y remisión sin sobre. Un ejemplar se
entregará a Correos y Telecomunicaciones para su expedición y otro se agregará al expediente, con nota
que firmará el abogado o procurador actuante o en su defecto el secretario, certificando haberse expedido
por Correos y Telecomunicaciones una pieza del mismo tenor. El acuse de recibo se agregará también a
los autos y determinará la fecha de la notificación. No se dará curso a ningún reclamo si no se presenta la
pieza entregada según el aviso de recibo. El gasto que demande el despacho de estas notificaciones será
provisto por el interesado y formará parte de las costas del proceso. No se autorizarán notificaciones por
Correos y Telecomunicaciones si quien la solicite no acredita estar notificado él o la parte que representa o
patrocina del decreto o resolución respectiva. Cuando las notificaciones por Correos y Telecomunicaciones
sean recibidas en días u horas inhábiles, el plazo correspondiente empezará a correr desde la cero hora
del primer día hábil inmediato a la fecha de su recepción”
El aviso de retorno, sellado y firmado por el empleado de correo, hace plena fe de la entrega de la
cédula, mientras no se demuestre lo contrario o se acredite la falsedad de las actuaciones contenidas en
él. La carga de la prueba incumbe a quien formula la impugnación.
3) Notificación automática:
Código Procesal Civil y Comercial SF ARTICULO 61. “Toda providencia para la que este Código
no disponga otra cosa quedará notificada el primer martes o viernes posterior a su fecha o el día siguiente
hábil, en caso de no serlo aquél, si el interesado no concurriere a secretaría y dejare prueba de su
asistencia firmando el libro que al efecto deberá llevar personalmente el secretario. Este no permitirá la
firma del libro al litigante que tenga notificaciones pendientes, bajo pena de cuatro días multa por cada
infracción, aplicable de oficio. El juez podrá, por circunstancias especiales, designar otros días en
reemplazo de los señalados en este artículo”
Este sistema constituye en el derecho procesal moderno la regla en cuanto a notificaciones,
buscando agilidad y celeridad procesal. Encuentra su fundamento en la carga que tienen las partes de
concurrir a secretaría los días hábiles, mientras dure el proceso; generada por los principios de economía
y celeridad procesal.
Es la que se tiene por operada determinados días de la semana, fijados por la ley o el tribunal,
aunque el interesado por su incomparecencia ignore el contenido de la resolución correspondiente.
Para el caso que la provincia se dicte un día de nota, la notificación operará el primer día martes o
viernes posterior a su fecha. Ello porque no puede considerarse hábil el día en que se firmó el decreto, ya
que el expediente no ha permanecido en secretaría durante el horario íntegro de atención al público.
4) Notificación ficta:
Se da por una ficción legal independientemente del conocimiento cierto o presunto, razonable o no,
que el interesado puede haber tenido en la providencia.
5) Notificación tácita
Se da en atención al conocimiento que el interesado tenga de la providencia, al concurrir
determinadas circunstancias legales o jurisprudencialmente reguladas.
Son los actos que el actor y el demandado, y eventualmente, el tercero litigante, realizan en el
curso del proceso. Tienen por finalidad obtener la satisfacción de sus pretensiones, aunque no toda
actividad de las partes sea una actividad de postulación.
1) Actos de obtención:
- Actos de petición: tienen por objeto determinar el contenido de una pretensión (que se puede
referir a lo principal del asunto, como la pretensión de la demanda) o un detalle del procedimiento
(admisión de un escrito, rechazo de la prueba)
- Actos de afirmación: proposiciones formuladas a lo largo del proceso, dirigidas a deparar al
tribunal el conocimiento requerido por el petitorio (refieren a cuestiones de derecho o de hecho)
- Actos de prueba: se trata de la incorporación al proceso de objetos (documentos) o relatos
(declaraciones reconstruidas mediante actas), idóneos para crear en el tribunal la persuasión de la
exactitud de las afirmaciones.
3) Actos dispositivos:
Se refieren al Derecho Material cuestionado en el proceso o a los Derechos Procesales
particulares. Son actos imperativos de simple ordenamiento, o que extinguen o transfieren Derechos
subjetivos.
Existen actos dispositivos mediante:
- Allanamiento acto de disposición del demandado mediante el cuál este se somete a la
pretensión del actor. El allanamiento comprende el reconocimiento de la verdad de los hechos y del
derecho invocado por el adversario. El allanamiento coincide con la confesión, en cuanto se trata del
reconocimiento de hecho y difiere de ella, en cuanto no existe confesión del derecho pues el derecho no
se confiesa.
- Desistimiento Se trata de la renuncia del actor al proceso promovido o del demandado a la
reconvención.
- Transacción examinada desde el punto de vista procesal, es una doble renuncia o
desistimiento, el actor desiste de su pretensión y el demandado renuncia a su derecho de obtener una
sentencia.
Son aquéllos que, sin emanar de los agentes de la jurisdicción, ni de las partes litigantes, proyectan
sus efectos sobre el proceso. Por ejemplo, la declaración de un testigo. Constituyen, normalmente,
colaboraciones de los particulares a la obra de los agentes de jurisdicción y son instituidos como deberes
públicos del individuo.
1) Actos de decisión: en ciertas circunstancias la ley demanda a los terceros la decisión de un
punto del proceso, tal es el caso de los juicios por jurados por ejemplo.
2) Actos de cooperación: tienen lugar cada vez que media la colaboración del tercero (ejemplo. el
empleador, la oficina que cuenta con registros de datos etc.) para asegurar la marcha del proceso o el
cumplimiento de la sentencia (por ej. la colaboración que presta el martillero para la venta en subasta
judicial de los bienes embargados)
3) Actos de prueba: son actos que provienen de terceros, por ej. la declaración de testigos, los
dictámenes de peritos etc.
La determinación de la calidad de parte o de tercero reviste una particular importancia cuando se
trata de calificar la naturaleza de éstos. Así, por ejemplo, una declaración cambia de valor si ella emana de
una parte (confesión), o de un tercero (testigo), o de parte del tribunal (sentencia) o de terceros (laudo,
veredicto etc.) Distinta es no sólo la eficacia de los actos según provengan de unos u de otros, sino
también la responsabilidad que de ellos emana.
ARTICULO 32. Toda gestión ante los jueces debe hacerse por escrito, excepto la acusación de rebeldía, la
reiteración de pedidos, interposición de recursos, solicitudes de entrega de documentos y de pronto despacho,
manifestaciones de conformidad con pedidos contrarios y demás diligencias análogas que podrán hacerse
verbalmente con nota en los autos, bajo la firma del actuario y del solicitante.
ARTICULO 33. No se cargará ni admitirá escrito alguno ni se practicará ninguna diligencia a pedido de parte sin el
sellado correspondiente. Sólo podrá prescindirse de este requisito, con cargo de inmediata reposición, en los casos
de urgencia y cuando por razones de horario u otra causa no funcionen las oficinas expendedoras de valores
fiscales. Tampoco se proveerán escritos sin la indicación precisa de la representación que se ejerce, que no estén
hechos a máquina, que contengan claros o cuyas firmas no estén suficientemente aclaradas. Si no se subsana el
defecto dentro de los dos días de la intimación, se tendrá el escrito por no presentado y se procederá a su
devolución sin más trámite ni recurso alguno.
ARTICULO 34. Todo establecimiento público de beneficencia, las personas jurídicas que se dedican a obras de
caridad y los que hayan obtenido carta de pobreza están exentos del pago de los gastos judiciales y tienen también
el derecho de ser defendidos por el ministerio de pobres, sin perjuicio de ser obligados a pagar las costas en que
fueren condenados si tuvieren bienes con que hacerlo.
ARTICULO 35. De todo escrito presentado en juicio, excepto los de mero trámite, así como de los documentos con
que se instruya, deberá el que los presente acompañar en papel simple y bajo su firma tantas copias cuantas sean
las partes con quienes litigue. En su defecto, el actuario dará cuenta al juez, quién intimará que se subsane la
omisión dentro de los dos días bajo apercibimiento de efectuarse el desglose y devolución del escrito sin más
trámite ni recurso. La persona que presente en juicio documentos privados acompañará en papel común una copia
firmada por su procurador o su abogado patrocinante, la que será agregada a los autos. El original quedará en
poder del secretario para ser exhibido a los interesados cada vez que lo soliciten. Los litigantes podrán hacer
extensiva esta reserva a toda clase de documentos, presentando la copia correspondiente para que obre en autos.
ARTICULO 36. Para que proceda el desglose de un instrumento público agregado al expediente, la parte que lo
solicite deberá presentar copia del mismo, la que se pondrá en su lugar con la certificación del actuario. Cuando se
tratare de escritura pública, excepto la de poder, bastará con que se deje constancia precisa del protocolo en que
se encuentra.
ARTICULO 37. Todo el que comparezca ante la autoridad judicial deberá constituir en el primer escrito su domicilio
legal dentro del radio urbano de la ciudad o pueblo que sea asiento del tribunal o juzgado. Si no lo hiciere o el
domicilio no existiere o no subsistiere, se considerará que ha constituido domicilio legal en la secretaría y se le
tendrá por notificado de cualquier resolución o providencia en la forma y oportunidad establecida por el artículo
61.
ARTICULO 38. El domicilio legal producirá todos sus efectos desde la fecha de la providencia que lo tenga por
aceptado. Se reputará subsistente mientras no se designe otro, salvo que el expediente se haya remitido al archivo
o hubiere transcurrido el término fijado para la caducidad del proceso, en cuyos casos las partes deberán
constituirlo nuevamente.
ARTICULO 39. Antes que el demandado constituya domicilio en autos, el actor puede denunciar como tal no sólo la
casa en que vive sino también el lugar en que acostumbra pasar una parte del día, en el ejercicio de su industria,
profesión o empleo.
ARTICULO 40. En su primera presentación, las partes deberán denunciar su domicilio real. Si no lo hicieren o no
denunciaren su cambio, las resoluciones que deban notificarse en el domicilio real se notificarán en el domicilio
legal y en defecto también de éste, se observará lo dispuesto en el artículo 37.
ARTICULO 48. En los casos en que para dictar resolución el juez requiera un informe previo o certificado, sea del
actuario u otros secretarios, lo ordenará verbalmente y se expedirá por escrito en el expediente. Si fuera solicitado
por alguna de las partes, el actuario lo expedirá a continuación del cargo.
ARTICULO 49. Toda actuación judicial debe ser autorizada, so pena de nulidad, por el secretario o por el
funcionario a quien corresponda dar fe o certificar el acto. Las ratificaciones, aceptaciones de cargo y
otorgamiento de fianzas de personas no domiciliadas en el lugar del juicio podrán hacerse también ante escribano
público o juez de paz, donde aquéllas tengan su residencia. Los secretarios con su sola firma proveerán los escritos
de mero trámite. Igualmente, podrán firmar los oficios ordenados por el juez, con excepción de los que se dirijan a
los poderes públicos y a los tribunales de igual o superior grado. El juez, de oficio o a pedido de parte, que podrá
hacerse verbalmente o en diligencia, corregirá o revocará las providencias del secretario. Contra las que el juez
confirme cabrá directamente el recurso de apelación cuando proceda.
ARTICULO 50. En las actuaciones judiciales no se usarán abreviaturas ni se rasparán las palabras equivocadas; sobre
éstas se pondrá una línea que permita su lectura y se escribirán entre renglones las palabras que hayan de
reemplazarlas, salvando el error al fin de la diligencia y antes de la firma.
ARTICULO 51. El actuario dará al interesado, si lo solicitare, un recibo en papel común de todo documento o escrito
que se presente en juicio con indicación del día y hora de su presentación.
ARTICULO 52. Salvo lo dispuesto en el artículo 33, es obligación del actuario anotar en cada escrito la fecha y la
hora en que fuera presentado y ponerlo al despacho al día siguiente, o en el acto si fuese de carácter urgente o así
lo pidiese el interesado. También deberá anotarse la fecha de esta diligencia. Si el actuario no fuese habido, el
cargo podrá ser puesto por otro secretario o escribano de registro del lugar del juicio. El escrito con el cargo se
devolverá al interesado si lo pidiese y deberá ser entregado indefectiblemente en la secretaría respectiva, durante
las horas de audiencia del día inmediato, bajo pena de que el cargo no produzca efecto legal pasado dicho término;
sin perjuicio de lo previsto en el último apartado del artículo 70. El actuario o funcionario que infrinja las
prescripciones de este artículo incurrirá en falta grave.
ARTICULO 53. Cuando una diligencia o escrito sea firmado a ruego del interesado el actuario debe certificar que el
firmante, cuyo nombre expresará, ha sido autorizado al efecto en su presencia o que ha sido ratificada ante él la
autorización. Si la ratificación se hiciera ante escribano de registro o juez de paz, contendrá además certificación
de la identidad del interesado y del firmante a ruego.
ARTICULO 54. El actuario pondrá siempre el cargo correspondiente a los escritos firmados a ruego que se presenten
sin el requisito de la autorización del interesado, teniéndose por no presentados si no se cumple esta formalidad
dentro de dos días.
ARTICULO 55. Las actuaciones y diligencias judiciales, con excepción del cargo y de las notificaciones efectuadas
por Correos y Telecomunicaciones, se practicarán bajo pena de nulidad, en día y hora hábiles. Son días hábiles
todos los del año con excepción de sábados y domingos, feriados nacionales o de la Provincia, asuetos
administrativos provinciales o nacionales, cuya conveniencia para el Poder Judicial resuelva la Corte Suprema de
Justicia en cada caso, los de carnaval y los períodos de suspensión de la actividad tribunalicia establecidos por el
artículo 153 de la Ley Nro. 3611. Son horas hábiles las que median entre las ocho y las veinte. Los Jueces y
Tribunales deberán habilitar los días y horas inhábiles cuando hubiere riesgo de quedar ilusoria alguna providencia
judicial o de frustrarse diligencias importantes, para acreditar o asegurar los derechos en litigio. En el mismo auto
en que se habiliten los días y horas, el Juez o Tribunal establecerá la proporción en que quedarán reducidos los
plazos correspondientes a los actos posteriores del proceso. La habilitación podrá solicitarse en día u hora
inhábiles. Es irrecurrible el auto en que se acuerda la habilitación. Contra el que la deniegue procederá el recurso
de apelación.
EXPEDIENTES
ARTICULO 56. Los autos originales podrán ser examinados por las partes, pero no por personas extrañas, salvo que
justifiquen ante el actuario tener algún interés legítimo. Tampoco podrán ser sacados de la oficina sino entregados
por el secretario bajo recibo, al abogado o al procurador, únicamente en los casos siguientes: 1ro. Para alegar de
bien probado, informar, expresar o contestar agravios; 2do. Cuando se trate de operaciones de contabilidad y se
invoque la necesidad de producir a ese respecto alguna actuación; 3ro. Cuando se trate de practicar cuentas de
división y adjudicación de bienes; 4to. En los juicios de mensura, división de condominio y confusión de límites;
5to. En los demás casos que las leyes determinen. Igualmente, se entregarán las actuaciones a las Cajas Forenses,
Dirección de Rentas, Registro General, peritos y escribanos al solo efecto de llenar su cometido. Los expedientes,
en estos casos, podrán ser retirados de secretaría por los profesionales interesados. Si la ley no designa término a
los fines precedentemente mencionados, lo fijará el juez sin recurso alguno. Cuando las actuaciones sean
tramitadas sin intervención de abogado o procurador, la parte estará obligada a indicar uno de la matrícula para
que reciba el expediente. En todos los casos se expresará en el recibo el registro del expediente en el Libro de
Entradas y el número de fojas útiles que contenga; el nombre del funcionario o empleado que haya intervenido en
su entrega, quien firmará juntamente con la persona que efectúe su recepción. Las firmas serán suficientemente
aclaradas. Cuando los expedientes sean devueltos se dejará constancia, por el actuario u otro empleado del
juzgado. El secretario o empleado que entregue un expediente en contravención con lo dispuesto en este artículo
incurrirá en falta grave. Si además, lo hubiere entregado sin recibo o a persona extraña o no autorizada legalmente
se hará pasible de remoción, según lo establecido por la Ley Orgánica.
ARTICULO 57. Si vencido el término por el cual se entregó el expediente, según la constancia que deberá contener
el recibo, no se lo devolviere se incurrirá en multa de cuatro días multa por cada día de retardo, sin que ello obste
a que el secretario o empleado designado para la diligencia exija la devolución. Si al día siguiente tampoco se
devolviere, el juez o tribunal podrá decretar, aun sin petición de parte, además de hacer efectiva la multa, el
arresto del culpable, poniéndolo, junto con los antecedentes, a disposición de la justicia criminal. Si el expediente
se encontrare en poder de un tercero, el mandamiento será dirigido contra éste, bajo las mismas
responsabilidades, sin perjuicio de las que incumban al que los recibió del actuario.
ARTICULO 58. Las multas a que se refiere el artículo precedente serán percibidas por el que hubiere solicitado la
devolución del expediente o por el fisco, si se hubiere pedido por el ministerio público o decretado de oficio; y su
monto no excederá de la cantidad necesaria para rehacer el expediente y satisfacer los perjuicios causados. Si no
se entregare el expediente, no obstante el apremio, se procederá a rehacerlo a costa de quien lo recibió y, en su
caso, de quien lo retuvo después de ser requerido, sin perjuicio de las responsabilidades civiles y penales a que
hubiere lugar.
ARTICULO 90. Las audiencias serán siempre públicas, a no ser que causas especiales exijan lo contrario.
ARTICULO 91. En las audiencias, podrá cada interesado hacer uso de la palabra una sola vez, a menos que sea para
rectificar sus propios conceptos o el juez crea necesario acordarla nuevamente. Es lícito dejar un resumen o apunte
sobre lo alegado. En los juzgados letrados, las actas serán hechas a máquina, y podrá ordenarse a pedido de parte,
a su costa y sin recurso alguno, que se tome versión taquigráfica de lo ocurrido o que se le registre por cualquier
otro medio técnico, siempre que la naturaleza e importancia del asunto lo justifique y se solicite con anticipación
no menor de tres días antes de la audiencia, a fin de efectuar nombramiento de taquígrafo en la forma dispuesta
para los peritos, sin ocasionar retardo, o tomar las medidas conducentes a asegurar la autenticidad del registro y su
documentación.
ARTICULO 92. Las audiencias serán notificadas con anticipación no menor de tres días, a no ser que razones
especiales exijan un término distinto. Se realizarán el día designado o el hábil siguiente si aquél fuere feriado, con
el interesado que asistiere o se tendrán por habidas si no asistiere ninguno.
OFICIOS Y EXHORTOS
ARTICULO 93. Cuando una diligencia hubiere de ejecutarse fuera del lugar del juicio podrá someterse a la autoridad
judicial que corresponda, por medio de oficio o exhorto; sin perjuicio de la facultad de trasladarse el juez o
tribunal a cualquier lugar de su jurisdicción y practicarla por si mismo. La comisión de diligencias fuera de la
Provincia será siempre hecha a jueces de igual grado.
ARTICULO 94. Los exhortos u oficios se remitirán por Correos o se entregarán a la parte a cuya solicitud se hubieran
librado dejándose recibo en el expediente. En este último caso se le fijará un término al que los retire para
presentarlos al juzgado comisionado, bajo pena de caducidad por no hacerlo en el plazo fijado, si se tratare de
diligencias de prueba. En casos urgentes podrán expedirse o anticiparse telegráficamente. En todos los supuestos,
se dejará copia fiel en el expediente de cualquier oficio u exhorto que se libre.
ARTICULO 95. Los exhortos deben contener: 1ro. El nombre del juez que los expide, con expresión de su
jurisdicción; 2do. El de las partes interesadas; 3ro. La designación del asunto; 4to. La expresión de las
circunstancias que justifiquen prima facie la competencia del juez exhortante; 5to. La designación precisa de la
diligencia cuyo cumplimiento se solicita; 6to. La firma del juez.
ARTICULO 96. Los exhortos procedentes de la Provincia serán diligenciados inmediatamente de presentarse y sin
formalidad alguna. Los exhortos procedentes de otro lugar de la República se cumplirán con citación fiscal. Los
exhortos procedentes del extranjero serán mandados cumplir por la sala en turno de la circunscripción en que
hayan de diligenciarse, después de oir al ministerio fiscal.
ARTICULO 97. Cuando el juez exhortado demorase el exhorto o se negare a cumplirlo, el exhortante reiterará su
petición, y si fuere necesario pondrá el caso en conocimiento de la respectiva sala para que ordene el despacho si
el exhortado fuere un juez de la Provincia, o haga las gestiones conducentes a ello si no lo fuere.
ARTICULO 98. El juez exhortado podrá comisionar el despacho del exhorto a un juez que le esté subordinado
cuando la diligencia deba practicarse fuera del lugar donde tiene su asiento el juzgado.
ARTICULO 99. Si la diligencia debiera practicarse fuera de la jurisdicción del juez exhortado pero dentro de la
Provincia, éste enviará el exhorto al juez a quien debió remitirse; pero los oficios, notas y cualquier despacho que
no hayan de ser ejecutados por los jueces de primera o segunda instancia serán enviados directamente a los jueces
de paz, funcionarios y empleados respectivos, cualquiera que sea la circunscripción a que ellos pertenezcan.
ARTICULO 100. Si el exhorto procediese de la Provincia y debiera cumplirse en la misma no será lícito hacer gestión
alguna ante el juez exhortado para que no se lleve a efecto, a no ser que dicho juez se encontrase conociendo de
la causa que motiva el exhorto, en cuyo caso se procederá en la forma establecida por el artículo 8.
ARTICULO 101. Cuando los exhortos procedieren de fuera de la Provincia podrá pedirse por parte interesada que no
se les de cumplimiento o que se les retenga si hubieren sido diligenciados. La oposición a que se refiere este
artículo sólo podrá fundarse en que se invade la jurisdicción de la Provincia. Si tal motivo se sustentare en la
competencia de un juez de la Provincia para conocer del proceso, será necesario el entablamiento de la respectiva
inhibitoria ante el juez exhortado caso de entenderse que éste es el competente, o el certificado de haberla
deducido, supuesto que la competencia perteneciere a otro. El artículo será substanciado con vista al Ministerio
Fiscal y al interesado, si estuviere apersonado a los autos. De alegarse hechos pertinentes, se dará un período
probatorio, de seis días; vencido el cual se dictará resolución, dentro de cinco, la que será apelable. Si hubiere
peligro en la demora, el exhorto se diligenciará sin perjuicio de la oposición.
ARTICULO 102. Si en los exhortos recibidos de otras jurisdicciones se indicara una persona encargada para gestionar
el diligenciamiento que reuniera las condiciones requeridas por la Ley Orgánica, tendrá personería para solicitar del
juez exhortado las medidas conducentes a tal objeto. La persona designada para el diligenciamiento podrá
substituir la comisión en otra que invista las condiciones de ley.
ARTICULO 103. Cuando por exhorto se soliciten certificados o informes de gravámenes o el levantamiento de éstos
sobre inmuebles situados en la Provincia, el juez no lo devolverá diligenciado sin notificar previamente, por cédula,
al acreedor o acreedores a cuyo favor consten los gravámenes. Esta notificación se hará citándolos a secretaría
para enterarlos de lo actuado, dejándose la debida constancia. Si el acreedor no tuviera su domicilio en el asiento
del juzgado, el juez dispondrá que el actuario le dirija carta certificada con breve relación de lo actuado. Si se
ignorase el domicilio, esa carta se remitirá al escribano que redactó la escritura o, en su caso, al profesional que
solicitó el embargo respectivo. Estas disposiciones se harán extensivas a los casos en que se ordenaren embargos o
inhibiciones, después de cumplimentados. El juez exhortado deberá practicar regulación de los honorarios
correspondientes a los profesionales que hubieren intervenido en el exhorto.
ARTICULO 104. El juez no devolverá ningún exhorto diligenciado hasta tanto se hayan satisfecho todas las costas y
gastos que se hubieren originado, salvo conformidad del interesado o interesados o que se actúe con beneficios de
pobreza.
PROVIDENCIAS Y RESOLUCIONES
ARTICULO 105. Las providencias de mero trámite serán dictadas en el día que el pedido fuere puesto al despacho;
los autos interlocutorios o resoluciones de incidentes, dentro de los cinco días y las sentencias definitivas, en el
término que se designe para cada clase de juicio.
ARTICULO 106. Si se hubieran ordenado medidas para mejor proveer, el término se considerará suspendido desde la
fecha del decreto que las disponga hasta que los autos fueren puestos nuevamente a despacho. La suspensión no
podrá exceder de treinta días.
ARTICULO 107. Las sentencias y resoluciones interlocutarias así como los acuerdos se redactarán a máquina y se
archivarán cronológicamente en un libro de hojas móviles, que llevará el secretario, foliado y rubricado. Una copia
será agregada a los autos, con las mismas firmas autógrafas del original.
ARTICULO 108. Las providencias y resoluciones judiciales de que no se hubiere interpuesto recurso dentro del
término legal quedarán firmes y ejecutoriadas, sin necesidad de declaración alguna.
RETARDADA JUSTICIA
ARTICULO 109. Vencido el plazo en que debe dictarse resolución, el interesado deberá pedir pronto despacho. Si no
la obtuviere dentro del término de diez días, procederá la queja ante el superior inmediato. Este requerirá
informes al juez con la brevedad posible, fijándole un plazo, y sin más trámite declarará si procede o no la queja.
En el primer caso, impondrá al magistrado una multa de seis a cuarenta días multa.
ARTICULO 110. Cuando el retardo se refiera a sentencia definitiva o interlocutoria, presentado el pedido de pronto
despacho, los jueces tendrán para fallar un término igual al que debió observarse. Si no lo hicieran, cualquiera de
las partes podrá solicitar que la sentencia sea pronunciada por un conjuez, cuya designación se efectuará de
inmediato, por sorteo, de la lista respectiva. El pedido producirá ipso facto la pérdida de la potestad del juez para
dictar el pronunciamiento. Si éste entendiera no haber vencido el plazo, elevará los autos al superior, que
resolverá sin trámite alguno. En tratándose de simple auto o decreto, el superior, una vez substanciada la queja,
ordenará al juez que lo emita dentro del plazo que le fije so pena de incurrir en responsabilidad civil y
adminitrativa.
ARTICULO 111. Si el magistrado demorase la designación del conjuez o si, producida la designación de éste, no le
pasare los autos dentro de tres días o, en su caso, no los elevase al superior en igual término, incurrirá en falta
grave. Las partes podrán recurrir en queja al superior, que aplicará al juez las sanciones previstas para estos casos,
además de arbitrar, si lo estimare conveniente, las medidas necesarias para el cumplimiento de los actos omitidos.
ARTICULO 112. Designado el conjuez, se lo notificará así como a las partes, dentro de dos días. Estas podrán hacer
uso del derecho que les acuerda al artículo 10, dentro de los tres días subsiguientes. Vencido el plazo, el conjuez
quedará investido, sin ninguna otra formalidad, de la facultad de dictar decisión, y desde entonces correrá el
término para pronunciarla, plazo que será doble del fijado para el auto o sentencia que corresponda. El conjuez no
podrá ser recusado sin expresión de causa.
ARTICULO 113. Dictado y notificado el pronunciamiento; resuelta la aclaratoria en su caso; concedido los recursos o
vencidos los plazos para deducirlos, terminará la función del conjuez. Los autos volverán al juez subrogado, que
continuará interviniendo en los trámites posteriores del proceso.
ARTICULO 114. Además de la obligación de dictar el auto o la sentencia, el conjuez deberá informar al superior y al
Colegio de Abogados sobre su designación y causas que la motivaron. El superior resolverá dentro de un término no
mayor de treinta días acerca de la morosidad del juez subrogado, declarándola justificada o no, según resulte de
los antecedentes documentales. Cualquiera fuere el pronunciamiento la designación del conjuez subrogante será
irrevisible. Los litigantes quedan facultados para intervenir en el incidente sobre morosidad.
ARTICULO 115. La función de conjuez constituirá una carga pública gratuita, irrenunciable e inherente a las
obligaciones del abogado.
ARTICULO 116. Cuando el conjuez no dicte el pronunciamiento dentro del término fijado, a pedido de partes
devolverá los autos al juez de origen, quien procederá de inmediato al reemplazo de aquél. El juez, o, en su
defecto, cualquiera de los litigantes, deberá poner el hecho en conocimiento del superior. Este aplicará al conjuez
remiso una multa de hasta veinte días multa y si no la hiciere efectiva dentro de los cinco días de su notificación,
ordenará a la Caja Forense la retención de su importe, de los fondos que aquél tuviese derecho a participar, sin
perjuicio de responder con otros bienes. No regirá en este caso lo dispuesto sobre inembargabilidad por leyes de la
provincia. El importe de la multa será depositado en el Banco Provincial de Santa Fe, a la orden del Colegio de
Abogados de la circunscripción que corresponda. El colegio podrá intervenir en estos casos con carácter de parte
legítima. Cuando mediare reincidencia, además de la multa, el conjuez quedará automáticamente suspendido del
ejercicio de la abogacía y procuración con carácter de sanción accesoria, durante seis meses contados desde la
notificación del auto respectivo al colegio profesional correspondiente.
ARTICULO 117. Tratándose de tribunales de segunda instancia, será aplicable en lo pertinente, las disposiciones
anteriores. Los vocales culpables de mora, serán también reemplazados por conjueces.
ARTICULO 118. Tres casos de morosidad injustificada en que incurran los jueces o vocales, importará mal
desempeño de sus funciones, a los fines del juicio político. Las resoluciones que se dicten en cada caso serán
comunicadas a la Cámara de Diputados de la Provincia. Dentro de los cinco días de asumido el cargo por el juez, el
secretario entregará una nómina de las causas que se encuentran a resolución, y otra relativa a aquéllas en las que
se hubiera producido el vencimiento del plazo para el dictado de sentencia. El magistrado las elevará de inmediato
a la Cámara de Apelación para que éstas señalen los plazos en que deberán pronunciarse las resoluciones.
ARTICULO 119. Sin perjuicio de lo dispuesto en los anteriores artículos, los secretarios del Superior Tribunal, de la
Cámara de Apelaciones y en su caso de la Cámara de Paz, deberán ordenar bajo pena de remoción, a los habilitados
de tribunales, la retención de los importes de toda multa impuesta a jueces o funcionarios por causa de morosidad,
como también las que corresponda retener por aplicación de otras normas legales.
ARTICULO 120. Las resoluciones sobre queja o que impongan multas o cualquier otra sanción por causas de
morosidad son irrecurribles.
ARTICULO 121. Cuando no se dicte en el término legal la providencia de " autos " , los plazos para resolver o fallar
correrán desde el momento en que hubiere correspondido dictar aquélla. En ningún caso, una vez vencidos estos
términos, podrá dictarse medidas para mejor proveer.
ARTICULO 122. Los secretarios llevarán un libro o legajo donde los magistrados y conjueces deberán dejar
constancia firmada de todo expediente que aquéllos les entregue para resolución o estudio. Se expresará la fecha
en que comiencen a correr los plazos respectivos, registro del expediente y fojas que contenga. Dictada la
resolución o sentencia o producido el estudio, se dejará constancia de ello en el mismo libro y con iguales
requisitos. El secretario que no lleve este libro o legajo o no registre en él las anotaciones que se mencionan
incurrirá en falta grave.
ARTICULO 123. Lo dispuesto en este Título con respecto a la intervención de conjueces no regirá para los jueces de
paz legos y departamentales. Cuando éstos incurran en mora, se procederá de acuerdo con los artículos 109 y 110,
segunda parte. El superior inmediato podrá aplicarles una multa de dos a diez días multa, sin perjuicio de disponer
su reemplazo por otro juez y pedir en caso de reincidencia la remoción de sus cargos.
9. Concepto de prueba
Concepto de prueba
Desde un primer punto de vista, la expresión “prueba” denota esa peculiar actividad que
corresponde desplegar durante el transcurso del proceso y que tiende a la finalidad de formar la convicción
del juez acerca de la existencia o inexistencia de los hechos sobre los cuales versan las respectivas
afirmaciones de las partes. Pero también abarca, por un lado, el conjunto de modos u operaciones (medios
de prueba) del que se extraen, a raíz de la “fuente” que proporcionan, el motivo o motivos generadores de
la convicción judicial (argumentos de prueba), y, por otro lado, el hecho mismo de esa convicción, o sea el
resultado de la actividad probatoria.
En ánimo de formular un concepto comprensivo de todas esas significaciones puede decirse que
“la prueba esla actividad procesal, realizada con el auxilio de los medios establecidos por la ley, y
tendiente a crear la convicción judicial sobre la existencia o inexistencia de hechos afirmados por las
partes como fundamento de sus pretensiones o defensas.
La doctrina tradicional suele diferenciar fuente de prueba, objeto de prueba y medio de prueba.
Fuente de la prueba
La fuente de prueba es un elemento de la realidad con que se cuenta antes de la existencia del
proceso y con independencia de la existencia de éste, ej. un instrumento privado (pagaré), es un
instrumento metaprocesal.
Objeto de la prueba
Objeto de la prueba es todo aquello que siendo susceptible de interés para el proceso "puede ser"
susceptible de demostración histórica como algo que ha sucedido, sucede o puede llegar a suceder.
En principio, solo los hechos afirmados por los litigantes pueden constituir objeto de prueba. Pero
aquellos deben ser además:
a) Controvertidos afirmados por una de las partes y desconocidos o negados por la otra)
b) Conducentes útiles para la decisión de la causa
c) o de demostración necesaria (Ej. filiación)
Código procesal Civil y Comercial de SF ARTICULO 145. “Si hubieren hechos controvertidos o
de demostración necesaria, se abrirá la causa a prueba. Contra el auto que la deniegue, procederán los
recursos de reposición y apelación en subsidio. El término de prueba será común. La prueba deberá
recaer sobre los hechos contradichos o afirmados en el proceso. El juez no podrá pronunciarse antes de la
sentencia sobre la pertinencia de los hechos alegados o de la prueba solicitada. Pero será desechada la
que sea notoriamente improcedente o prohibida por la ley”
Hay otros hechos que no deben ser probados, por ejemplo, los “hechos notorios” que son aquellos
que entran naturalmente en el conocimiento, en la cultura o en la información normal de los individuos, con
relación a un círculo social o a un lugar o momento determinado, en la oportunidad en que ocurre la
decisión. Tampoco son materia de prueba los hechos indefinidos, los inverosímiles, las normas jurídicas
etc.
Medios de prueba
Son medios de prueba los modos u operaciones que, referidos a cosas o personas, son
susceptibles de proporcionar un dato demostrativo de la existencia o inexistencia de uno o más hechos.
Del concepto precedentemente enunciado se infiere que todo medio de prueba:
1) Entraña una actividad procesal (reconocimiento de cosas o lugares, examen de un
documento, declaración de la parte, del testigo o del informante, o dictamen de los peritos), referida a un
instrumento real (cosa reconocida, documento examinado) o personal (parte, testigo, informante o perito)
sobre el que recae la percepción judicial
2) Actúa como vehículo para lograr un dato (fuente de prueba) a través del cual el juez
determina la existencia o inexistencia de un hecho. Son fuentes de prueba, en ese orden de ideas, las
características de la cosa reconocida, el hecho consignado en el documento, el declarado por la parte, el
testigo o el informante o aquél sobre el cual versa el dictamen pericial.
Existen diferentes medio de prueba:
1) Prueba documental Se denomina documento a todo objeto susceptible de representar una
manifestación del pensamiento, con prescindencia de la forma en que esa representación se exterioriza.
Por lo tanto, no sólo son documentos los que llevan signos de escritura, sino también todos aquellos que
como los hitos, planos, marcas, contraseñas, fotografías etc. poseen la misma aptitud representativa.
2) Prueba confesional Es la declaración que hace una parte respecto de la verdad de
hechos pasados, relativos a su actuación personal, desfavorable para ella y favorable para la otra parte.
Puede ser judicial, extrajudicial o mediante una absolución de posiciones. (recordar que en la confesión se
puede mentir porque la da una de las partes, los testigos NO pueden mentir)
3) Prueba testimonial Es el acto humano destinado a representar un hecho no presente, que
lleva a cabo un tercero (que no es parte). Los testigos son personas físicas, distintas de las partes que
deben declarar sobre sus percepciones o deducciones de hechos pasados. NO pueden ser testigos las
personas jurídicas, ni las partes.
4) Prueba pericial Acontece, frecuentemente, que la comprobación o explicación de ciertos
hechos controvertidos en el proceso, requiere conocimientos técnicos ajenos al saber específicamente
jurídico del juez. De allí la necesidad de que este último sea auxiliado, en la apreciación de esa clase de
hechos, por personas que posean conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o industria, y a
quienes se denominan peritos. La prueba pericial consiste en la actividad que aquéllos deben cumplir con
la mencionada finalidad.
5) Prueba de inspección judicial o reconocimiento judicial Es la percepción sensorial
efectuada por el juez o tribunal sobre cosas, lugares o personas con el objeto de verificar sus cualidades,
condiciones o características.
6) Prueba de indicios Es una prueba indirecta, a través de un hecho conocido busco probar
un hecho desconocido.
La carga de la prueba
Las reglas sobre la carga de la prueba son aquellas que tienen por objeto determinar cómo debe
distribuirse, entre las partes, la actividad consistente en probar los hechos que son materia de litigio. Tales
reglas, sin embargo, no imponen deber alguno a los litigantes. Quien omite probar, no obstante la regla
que pone tal actividad a su cargo, no es pasible de sanción alguna. Solo ocurre que se expone al riesgo de
no formas la convicción del juez sobre la existencia de los hechos de que se trate, y, por consiguiente, a la
perspectiva de una sentencia desfavorable. La actividad probatoria constituye, pues, como toda carga
procesal, un imperativo del propio interés.
El Código Procesal Civil y Comercial de Santa Fe no habla sobre las cargas probatorias, el Código
procesal de la NACIÓN sí y toma la teoría de Leo Rosemberg “Cada parte debe probar el presupuesto de
hecho del derecho que invoca”. Esta teoría no es carente de críticas, ya que en algunos casos adolece de
insuficiencia para la comprensión integral de las numerosas situaciones que el el proceso cabe preveer.
Por ejemplo, muchas veces el actor debía probar actos negativos (ej. Yo actor tengo que demostrar que él
no me pagó, es mucho más fácil que el otro lo demuestre porque si pagó, debería tener el recibo)
Santa fe adhiere a la teoría de CHIOVENDA, que hace ciertas discriminaciones que atienden más
que a la condición asumida por las partes en el proceso, a la naturaleza de los hechos que deben ser
objeto de prueba. Asó divide a los hechos en constitutivos, impeditivos y extintivos.
Así al actor le incumbe, como principio, la prueba de los hechos constitutivos de su pretensión.
Pero como toda pretensión involucra, por lo común, una situación fáctica compleja, hay que determinar
cuál es el hecho que reviste ese carácter. Se han enunciado, al respecto, diversos criterios entre los
cuales parece preferible aquél que atribuye carácter constitutivo al hecho específico del que surge, en
forma inmediata, el efecto jurídico. Ejemplo, si se trata de una pretensión de cumplimiento de un contrato
de compraventa, será hecho específico su celebración.
Al demandado incumbe, como regla, la prueba de los hechos impeditivos, los cuales comportan,
precisamente, la ausencia de cualquiera de esos requisitos generales o comunes. Ej. En el ejemplo
mencionado, serán hechos impeditivos la incapacidad de los contratantes.
También al demandado corresponde, como principio, probar la existencia de los hechos extintivos,
los que serían en nuestro ejemplo, el pago de la cosa.
Los hechos impeditivos o extintivos deben ser probados por el actor en los casos en que ellos
constituyen el fundamento de su pretensión. Por ejemplo, si se pide la nulidad de un acto jurídico.
En consecuencia de estas observaciones, puede formularse como conclusión que “cada para
soporta la carga de la prueba respecto de los hechos a los que atribuye la producción del efecto jurídico
que pretende”
Al actor le corresponde la prueba de los hechos positivos, constitutivos. Y, al demandado, le
corresponde la prueba de los hechos negativos, extintivos, impeditivos y modificativos.
Estas 2 teorías son “reglas estáticas” de la prueba y a veces, frente al caso concreto, hay que
agregarles un correctivo de justicia.
Para esto Peyrano crea las “cargas probatorias dinámicas de la prueba” que actualmente se
encuentran reguladas en el CCYC (las reglas estáticas son la regla, las cargas dinámicas la excepción).
ARTICULO 1735.- Facultades judiciales. “No obstante, el juez puede distribuir la carga de la
prueba de la culpa o de haber actuado con la diligencia debida, ponderando cuál de las partes se halla en
mejor situación para aportarla. Si el juez lo considera pertinente, durante el proceso debe comunicar a las
partes que aplicará este criterio, de modo de permitir a los litigantes ofrecer y producir los elementos de
convicción que hagan a su defensa”
Esta doctrina puede y debe ser utilizada en los estrados judiciales en determinadas situaciones en
las cuales no funcionan adecuada y valiosamente las previsiones legales que, como norma, reparten los
esfuerzos probatorios. La misma importa que la carga de la prueba recaiga en cabeza de quien está en
mejores condiciones técnicas, profesionales o fácticas para producirlas, más allá del emplazamiento como
actor o demandado o de tratarse de hechos constitutivos, impeditivos o modificatorios o extintivos. Se
utiliza generalmente en casos de mala praxis médica.
Sistemas probatorios
Anteriormente, se dio el “período de la prueba tasada” es decir, el juez antes no tenía libertad para
valorar la prueba porque ésta ya tenía un valor predeterminado. Por ejemplo, no se podía probar con un
solo testigo, si se podía probar con dos testigos honestos y que tuvieran propiedades etc.
Actualmente hay 2 sistemas alternativos:
- El de la íntima convicción (es propio de los jurados)
- El de la sana crítica racional (es el que adopta nuestro código) Las reglas de la sana
crítica son, ante todo, las reglas del correcto entendimiento humano. En ellas interfieren las reglas de la
lógica, del natural acontecimiento de los hechos, con las reglas de la experiencia del juez. Unas y otras
contribuyen a que el magistrado pueda analizar la prueba, con arreglo a la sana razón y a un conocimiento
experimental de las cosas.
ARTÍCULO 159.- Libertad probatoria.- “Todos los hechos y circunstancias relacionados con el
objeto del proceso podrán ser acreditados por cualquier medio de prueba, salvo las excepciones previstas
por las leyes.
Todo medio de prueba, para ser admitido, deberá referir directa o indirectamente al objeto de la
averiguación. Los Tribunales podrán limitar los medios de prueba ofrecidos para demostrar un hecho o una
circunstancia cuando ellos resulten manifiestamente superabundantes o impertinentes.
Cuando se postule un hecho como notorio, el Tribunal, con el acuerdo de las partes, podrá
prescindir de la prueba ofrecida para demostrarlo, declarándolo comprobado. El acuerdo podrá ser
provocado de oficio por el Tribunal”
Sistemas probatorios: (son los mismos explicados en materia civil, el Código Procesal Penal de
SF adhiere a las reglas de la sana crítica).
ARTÍCULO 161.- Valoración.- “La valoración que se haga de las pruebas producidas durante el
proceso será fundamentada con arreglo a la sana crítica racional”
Exclusión probatoria
Medios probatorios:
Pruebas testimoniales
ARTÍCULO 173.- Obligatoriedad.- “Toda persona tendrá el deber de concurrir cuando fuera citada
a fin de prestar declaración testimonial, excepción hecha de que se encontrara físicamente impedida en
cuyo caso prestará declaración en su domicilio.
Deberá declarar la verdad de cuanto supiere y le fuere preguntado, salvo las excepciones
establecidas por la ley.
El testigo podrá presentarse en forma espontánea, lo que se hará constar”
ARTÍCULO 174.- Protección especial.- “Las partes podrán solicitar al Tribunal la protección de un
testigo con el objeto de preservarlo de la intimidación y represalia. El Tribunal acordará la protección
cuando el peligro invocado, la gravedad de la causa y la importancia del testimonio, lo justificaran,
impartiendo instrucciones precisas para el eficaz cumplimiento de la medida”
ARTÍCULO 175.- Tratamiento especial.- “Podrán solicitar que su declaración se lleve a cabo en el
lugar donde cumplieran sus funciones o en su domicilio: El presidente y vicepresidente de la Nación,
gobernadores, vicegobernadores, ministros, legisladores, fiscales de Estado, magistrados judiciales,
oficiales superiores en actividad de las Fuerzas Armadas, integrantes de los ministerios públicos y rectores
de las universidades oficiales del país, los ministros diplomáticos, los cónsules generales y los altos
dignatarios de la Iglesia y los intendentes municipales de la Provincia”
ARTÍCULO 177.- Facultad de abstenerse.- “Podrán abstenerse de declarar y así serán
previamente informados, quienes tengan con el imputado los siguientes vínculos: cónyuge, ascendientes o
descendientes, parientes consanguíneos o por adopción hasta el cuarto grado, y por afinidad hasta el
segundo grado.
También podrán hacerlo los periodistas comprendidos en las leyes que reglamentan su actividad
profesional sobre el secreto de las fuentes de información periodística, salvo que los interesados en su
reserva expresamente los relevaren de guardar secreto”.
Reconocimiento de personas
Reconocimiento fotográfico
ARTÍCULO 198.- Reconocimiento por fotografías o video-imagen. “Podrá también realizarse el
reconocimiento de una persona mediante la utilización de fotografías o video-imágenes de la persona a
reconocer. En ese caso, el número de personas a ser exhibidas no podrá ser inferior a siete (7),
observándose en lo demás, las reglas del artículo 196”
ARTÍCULO 199.- Reconocimiento o exhibiciones fotográficas. Prohibición. “Las autoridades
prevencionales se abstendrán de practicar reconocimiento o exhibiciones fotográficas respecto a personas
sobre las que existan sospechas; en este caso, si la misma no pudiere ser habida, a través de la oficina
técnica respectiva se elaborará un cuadernillo de fotos que será remitido al Fiscal para que, en su caso,
proceda según el Artículo 194”.
Pruebas periciales
ARTÍCULO 182.- Procedencia.- “El Tribunal podrá ordenar el examen pericial a pedido de parte,
cuando fuera pertinente para conocer o valorar algún hecho o circunstancia relativa a la causa, y fuese
necesario o conveniente poseer conocimientos especializados en determinado arte, ciencia o técnica. El
Tribunal determinará, en consecuencia, los puntos sobre los cuales a de versar la pericia”.
Medidas cautelares
ARTÍCULO 205.- Presupuestos.- “El Tribunal a pedido de parte podrá ordenar medidas de
coerción real o personal cuando se cumplieran todos los siguientes presupuestos:
1) apariencia de responsabilidad en el titular del derecho a afectar por la medida cautelar;
2) existencia de peligro frente a la demora en despachar la medida cautelar;
3) proporcionalidad entre la medida cautelar y el objeto de la cautela;
4) contracautela en los casos de medidas cautelares reales solicitadas por el querellante”
Aprehensión
ARTÍCULO 212.- Aprehensión. “La Policía deberá aprehender a quien sorprenda en flagrancia en
la comisión de un delito de acción pública.
En la misma situación, cualquier persona puede practicar la aprehensión entregando
inmediatamente el aprehendido a la Policía.
En ambos casos, la Policía dará aviso sin dilación alguna al Ministerio Público de la Acusación,
quien decidirá el cese de la aprehensión o dispondrá la detención si fuera procedente.
Si se trata de un delito dependiente de instancia privada, será informado de inmediato al titular del
poder de instar”.
Flagrancia
ARTÍCULO 213.- Flagrancia.- “Se considerará que hay flagrancia cuando el presunto autor fuera
sorprendido en el momento de intentar o de cometer el hecho, o fuera perseguido inmediatamente
después de su comisión, o tuviera objetos o exhibiera rastros que hicieran presumir que acaba de
participar en el mismo”.
Prisión preventiva
Se denomina recurso al acto procesal en cuya virtud la parte que se considera agraviada por una
resolución judicial pide su reforma o anulación, total o parcial, sea el mismo juez o tribunal que la dictó o a
un juez o tribunal jerárquicamente superior.
Al referirse a los medios de impugnación de sentencias, parte de la doctrina moderna formula una
distinción entre remedios y recursos: los primeros tienen por objeto la reparación de errores procesales y
su decisión se confía al propio juez o tribunal que incurrió en ellos, en cambio, los segundos persiguen un
nuevo examen por parte de un tribunal jerárquicamente superior, llamado a ejercer un control sobre la
“justicia” de la resolución impugnada. Sin embargo, esta distinción no se ajusta estrictamente a las
modalidades de nuestro derecho positivo que en algunos casos, contempla medios de impugnación de
instancia única, como la reposición o revocatoria, cuyo objeto excede la simple enmienda de errores
procesales
Por ello resulta más apropiado caracterizar a los recursos como una especie dentro de los
remedios que la legislación en general acuerda a fin de complementar, rescindir, anular, o modificar actos
jurídicos.
Características
1) Que quien lo deduzca revista la calidad e parte. Dentro del concepto de parte corresponde
incluir a los terceros que se incorporan al proceso en virtud de alguna de las formas de la intervención
(voluntaria o forzosa) y al sustituto procesal, así como a los funcionarios que desempeñan el Ministerio
Público.
2) La existencia de un gravamen, o sea, de un perjuicio concreto resultante de la decisión,
pues no es función de los tribunales de justicia formular declaraciones abstractas
3) Su interposición dentro de un plazo perentorio, que comienza a correr a partir de la
notificación de la resolución respectiva y que reviste, además, carácter individual
Fundamento
La razón de ser de los recursos reside en la falibilidad del juicio humano y en la consiguiente
conveniencia de que, por vía de reexamen, las decisiones judiciales se adecuen, en la mayor medida
posible a las exigencias de la justicia. “El Estado – dice Rosenberg- apoya esta tendencia, porque el
examen mediante el tribunal superior otorga mayor seguridad a la justicia de la resolución y aumenta la
confianza del pueblo en la jurisdicción estatal
Clasificación
La clasificación básica de los recursos está determinada, en nuestro derecho positivo, por el
carácter ordinario y extraordinario de aquéllos.
La pauta fundamental para distinguirlos debe buscarse en la mayor o menor medida de
conocimiento que respectivamente acuerdan a los tribunales competentes para conocer de ellos. Mientras
los ordinarios se hallan previstos para los casos más corrientes y tienen por objeto reparar cualquier
irregularidad procesal o error del juicio, los extraordinarios se conceden con carácter excepcional, respecto
de cuestiones específicamente determinadas por la ley.
Son recursos ordinarios:
Los recursos de aclaratoria Es el remedio que se concede a las partes para obtener que
el mismo juez o tribunal que dictó una resolución subsane las deficiencias materiales o conceptuales que
contenga o la integre de conformidad con las peticiones oportunamente formuladas.
Los recursos de reposición o revocatoria Es el remedio procesal tendiente a que el mismo
juez o tribunal que dictó una resolución subsane, “por contrario imperio”, los agravios que aquélla haya
inferido a alguna de las partes. En tanto este recurso evita los gastos y demoras que siempre supone la
segunda instancia procesal, es claro que se fundamenta en la economía procesal.
Los recursos de apelación Constituye el más importante y usual de los recursos
ordinarios, es el remedio procesal tendiente a obtener que un tribunal jerárquicamente superior,
generalmente colegiado, revoque o modifique una resolución judicial que se estima errónea en la
interpretación o aplicación del derecho, o en la apreciación de los hechos o de la prueba.
Los recursos de nulidad
Los recursos directos o de queja por apelación denegada
Son recursos extraordinarios:
El recurso de casación
El recurso de inconstitucionalidad
El recurso extraordinario federal
El recurso de inaplicabilidad de ley Constituye un medio de impugnación que se acuerda
contra las sentencias definitivas de las cámaras de apelaciones y tribunales de instancia única de la
provincia, respecto de las cuales se considera que han aplicado erróneamente la ley o la doctrina legal, a
fin de que la Suprema Corte declara en definitiva cuál es la solución jurídica que corresponde al caso.
COSTAS:
PRINCIPIO GENERAL
ARTICULO 250:
* El hecho de que la ley procesal consagre como principio general el de “costas por su orden”, provoca que
el silencio consentido respecto a su imposición ( tanto en una resolución judicial como en una transacción)
dé lugar a su aplicación como “norma residual”. A esta razón se adiciona otra de no menor importancia: la
regla “costas al vencido” (que en Santa fe funciona como primera excepción a la de “costas por su orden”),
requiere siempre de un pronunciamiento judicial expreso, porque éste es constitutivo de la obligación
de pagarlas, no habiendo lugar a condenas tácitas o inferidas del hecho la derrota. De modo que una
resolución judicial que nada dice respecto a las costas, no puede sino significar que se distribuyen en el
orden causado.
*Cada vez que en una litis principal o incidental hay una parte que resulta “vencida” al ver rechazada -de
modo total o parcial- su pretensión o su defensa, este hecho- desprovisto de toda carga subjetiva que pueda
operar a modo de justificación por litigar sin razón- hace que deba cargar con la totalidad de las costas
causadas.
La ley santafesina consagra excepciones taxativas a esta Regla ( “excepción”) de “Costas al vencido”, que
implican retornar al Principio General de “Costas por su orden”.
Inc. I): Allanamiento: oportuno, total, liso y llano, real, efectivo ( en juicio ejecutivo), no
precedido de mora o conducta anterior que hubiera dado causa al pleito.
*El allanamiento importa el sometimiento a las pretensiones de la contraria, de tal modo que el litigante que
se allana es “vencido” y como tal, en principio, carga con la totalidad de las costas. No obstante, la norma
describe en el Inc. I) un allanamiento “calificado” , que cuando reúne las notas de oportuno,( efectuado en
el plazo para contestar la demanda o citación de remate); total (abarcativo de todas las pretensiones de la
contraria); liso y llano,( no sometido a condiciones ni a plazo) ; real,( tornando innecesaria la continuación
del pleito) ; efectivo ( acompañado en el juicio ejecutivo del depósito judicial de la cosa o cantidad
reclamada) y además, se encuentra precedido por una conducta pre-procesal “destacada” del allanado -
porque no se encontraba en mora previa al pleito ni con su accionar había dado lugar a su promoción-
entonces provoca la distribución de costas por su orden.
Igual consecuencia sobre las costas apareja el allanamiento que describe el Inc. 2) del Art. 251, es decir el
que reuniendo todas las características anteriores, es sin embargo, tardío, porque se da a conocer después
del vencimiento del plazo para contestar la demanda. Y ello así, porque la tardanza la provoca la demora del
actor en acompañar los documentos fundantes del art. 137 CPCC, que integrados debidamente al
interponerse la demanda, hubieran redundado en el allanamiento oportuno del demandado.
El inc 3) describe la situación del actor perdidoso, que es “premiado” por la ley con la distribución de costas
por su orden, al allanarse ( tempranamente, recalcamos, aunque la ley no lo diga) a la defensa de
prescripción opuesta por la contraria y desistir de su pretensión. Se trata de una derivación justa en materia
causídica, de la consideración de las obligaciones “prescriptas” como “obligaciones naturales” ( art. 515,
inc. 2º C.C.).
*Como derivación lógica de la “Regla costas al vencido”, la sentencia que rechaza algunas pretensiones o
reduce el monto reclamado, debe distribuir las costas en proporción al éxito y la derrota correlativa y
recíproca de cada parte.
Predomina un criterio de distribución más jurídico que matemático: la proporción de la responsabilidad
por las costas la determina la trascendencia de lo admitido o desestimado, en una visión de conjunto que
supera el aspecto puramente cuantitativo de los distintos rubros.
La reducción “insignificante” de la pretensión de una de las partes ( por ejemplo, la que no supera el 5 %
del total reclamado) no implica “vencimiento” a los efectos de las costas .
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PLUSPETICIÓN INEXCUSABLE
ARTICULO 253
Presupuestos:
1) Demanda objetivamente excesiva, de manifiesta desproporción con la condena.
2) Exceso inexcusable: (actitud injustificadamente negligente, abusiva o temeraria).
No hay reproche si la condena depende objetivamente del arbitrio judicial o del
resultado de las pruebas.
3)Allanamiento idóneo del demandado, coincidente con los términos de la sentencia.
* El desenlace particular que describe la norma- paga las costas la parte que gana – denota el reproche legal
a la ambición del actor, presuponiendo que fue ésta la que hizo imposible que el demandado satisficiera
extrajudicialmente la pretensión.
La interpretación de los supuestos de “Pluspetitio inexcusable” es restrictiva y la aplicación de la norma
excepcional, requiriéndose la cabal concurrencia de los extremos legales: demanda excesiva, desmedida,
exagerada ( que supere el monto de la condena, al menos en un 20 %) ; exceso injustificado o
inexcusable, que resulta de “pedir de más” sabiendo o debiendo saber el monto cierto inicial de la
pretensión; y allanamiento del demandado -oportuno, total e incondicionado - en términos que coinciden
con la posterior condena de la sentencia.
Cuando la Ley dice “Compensar” costas ( por ej. art. 252 CPCC o art. 71 CPCN) significa que las
costas son “por su orden” , es decir cada parte paga las causadas a su instancia ( los honorarios de
su abogado, sus propios gastos de notificaciones, intimaciones etc.) y la mitad de las comunes ( las
provocadas por la actuación conjunta ( por ej., pericia ofrecida por ambas partes u ofrecida por una y
admitida por la otra, sellados de actuación etc) o por la actividad oficiosa del tribunal ( gastos de una
medida para mejor Proveer). Es un sistema justo cuando la derrota o el éxito recíproco resultan
equivalentes desde el punto de vista pecuniario. Cuando la Ley dice “Distribuir” costas (idem
normas), quiere decir imponer a cada litigante el pago de un porcentaje proporcional al éxito
obtenido. El criterio “costas proporcionales al éxito ” es el adoptado por la ley aunque subordinado
a las particularidades de la causa: criterio no matemático sino prudencial ( conforme la
trascendencia de lo admitido y desestimado).
Los términos “sin costas” o “con eximición de costas” significan no cargarlas al actor sino
imponerlas por su orden. .El término “con costas” significa: “ al vencido”.-
El rechazo “insignificante” de la pretensión ( por ej. a los fines del 252 CPC o 71 CPCN) se
subordina al criterio judicial , pero ..... en Santa Fe se utiliza como pauta referencial el vigésimo de la
norma del 253 CPC ( 5%), en tanto que en la Nación se trata del 20% (¡¡¡) del art. 72 CPCN.
El silencio consentido respecto a la imposición de costas en una resolución implica “costas por su
orden” . Esta conclusión no es el resultado exclusivo y ni siquiera preponderante de que sea éste el
principio general en el código santafesino ( fundamento siempre invocado y equívoco). Si así fuera,
debería concluirse en que el silencio en el código nacional importa “costas al vencido” ( principio
general , según 68 CPCN). Sin embargo no es así: también en la nación hay jurisprudencia bastante
uniforme que determina que frente a la omisión de imposición de costas al vencido, corresponde su
distribución en el orden causado. Y esto es así porque la condena en costas al vencido NO OPERA
IPSO JURE sino que requiere siempre de un pronunciamiento judicial expreso. No hay condena
tácita ni implícita derivada o inferida de la derrota.
JURISPRUDENCIA VINCULADA: CSJN 23-7-81 Rep. LL XLII-634, sum. 155; ED 55-310; LL 1986
A-634; ED 149-229
La regla anterior no impide afirmar la disponibilidad de las partes sobre la materia “costas”, lo
que implica que son posibles y respetables los acuerdos particulares al respecto ( como por ej. el
pedido de uno de los litigantes de que el contrario sea exonerado aún cuando resulte derrotado) . En
este sentido, hay jurisprudencia que ha interpretado que el pedido de la parte vencedora: “ con costas
a la contraria en caso de oposición” implica que ha renunciado en todo caso a las costas si no se
produce dicha postura opositora, de tal modo que frente al silencio de la contraparte , o a la falta de
contestación de la demanda, o al allanamiento -aún no idóneo para liberarlo de costas ( por ej. por
tardío)-, correspondería de todas maneras la aplicación de “costas por su orden”.
JURISPRUDENCIA VINCULADA: L.L. 114-835; LL 125-329
Costas y Honorarios de abogado son términos que registran una relación de género a especie : los
honorarios son unos de los rubros que componen el género costas. Consecuencia práctica: puede ser
que ciertas actuaciones no generen honorarios, pero eso no implica que no puedan contener un
pronunciamiento sobre costas si se han generado determinados gastos ( v. gr “la apelación de
honorarios no genera honorarios”, art. 28 inc. e) ley 6767). Otra consecuencia : el titular del crédito
de costas es la parte vencedora, en tanto el titular del crédito por honorarios es el abogado
beneficiario de la regulación . Si en la realidad de la relación con el cliente es éste quien ha afrontado
los gastos del juicio, la legitimación para obtener su reembolso del condenado en castas ( v. gr.
promoviendo el apremio o la inyucción destinados al cobro) no es directa, debe procurarla en base a
documentación que acredite su crédito, por ej. el pacto de cuota litis, el reconocimiento documentado
del cliente o una cesión de los derechos respectivos por parte de éste.
“ Parte Vencida” ( total o parcialmente ) es aquella contra la cual se declara el derecho en la sentencia ( Chiovenda) , debiendo atenderse al resultado
objetivo del fallo y al progreso final de las pretensiones o defensas. Así por ej., el demandado es vencido si progresa la pretensión por una de las
causales invocadas aunque otra/s haya/n sido rechazada/s o si progresa en orden a otros argumentos de derecho distintos a los invocados; el actor es
vencido cuando prospera una de las defensas del demandado, aunque otra/s alternativa/s hayan sido rechazadas. En caso de acumulación objetiva de
pretensiones, el actor es vencedor frente a una “acumulación eventual”, cuando se rechace su pretensión principal, si es que progresa la subsidiaria.
Idem si la acumulación es “alternativa”.
Presupuesto del vencimiento es que haya existido un conflicto de intereses como situación pre-
procesal y que se haya abierto el contradictorio como posibilidad legal de controversia ( aunque
ésta no se haya materializado efectivamente por silencio o incomparecencia del demandado).
Art. 52 CPCN: el abogado puede ser condenado en costas por culpa o negligencia en su actuación (
por ejemplo dejar de apelar, dejar caducar la instancia o prescribir la pretensión etc.), con
independencia de su responsabilidad civil o penal. La posibilidad no existe en Santa Fe, con lo que
resulta ineludible acudir a la vía resarcitoria contra el abogado. También el art. 52 CPCN faculta al
juez , de acuerdo con las circunstancias del caso, a establecer la responsabilidad solidaria por las
costas entre el mandante y el mandatario.
En Santa Fe, está prevista la imposición de costas al juez cuando por su culpa o negligencia se
origina la nulidad del procedimiento ( 254 CPCSF). Este precepto ( de interpretación restrictiva y
dudoso alcance en punto a la necesidad del “pedido de parte” )fue eliminado del Código Procesal
Nacional, cuyo art. 74 sólo habla de la “nulidad imputable a alguna de las partes” .
Allanamiento tácito: El allanamiento liberador de costas ( art 251, inc. 1º y 2º CPCC) debe ser en
principio expreso, es decir debe haber una declaración de voluntad clara e inequívoca formulada en
el expediente que implique UNA RENUNCIA A SEGUIR LITIGANDO ( aunque no contenga la
palabra “allanamiento” o implique el reconocimiento de la razón del actor); pero..... esa actitud
positiva, podría ser una CONDUCTA extrajudicial que encierre un allanamiento tácito (por ej.
cumplir con la prestación o entregar las llaves del inmueble), siempre y cuando sea la compatible
enteramente con la pretensión actora y además sea puesta en conocimiento del juez ( ED 155-198).
Sin esta exteriorización en el expediente no hay allanamiento liberador de costas, porque no resulta
lícito desligarse de la vinculación con un proceso civil en trámite mediante actitudes o gestos si no
son canalizados procesalmente (adecuadamente) en el seno del debate.
Costas y solidaridad: La cuestión se plantea frente a una sentencia que condena en costas a todos los
litisconsortes vencidos, con una fórmula como “costas a la demandada”, sin especificar criterios de
reparto.
En el CPCSF no hay norma sobre el tema, sí la hay en el CPCN , art. 75 que ordena : a) la distribución
entre los litisconsortes per cápita o por partes iguales ( monto de costas dividido cantidad de
litisconsortes) y dos excepciones: b) distribución proporcional al interés de cada uno “cuando median
obligación sustancial”.
Entonces: no hay duda de que en la Nación el juez puede declarar la solidaridad en las costas pero ....,
según criterio mayoritario, debe hacerlo en forma EXPRESA y siempre y cuando se desprendiera tal
consecuencia de ese mismo carácter en la obligación de fondo, participando de él como “accesorio” ( por
ej. delitos y cuasidelitos, conf. 1081 y 1109 C.C.). No pueden faltar ni uno ni otro de estos recaudos
( aunque haya solidaridad en la relación de fondo no la habría en las costas si la resolución guarda
silencio y no lo aclara ; tampoco sería válida la creación de una “solidaridad judicial” , si la ausencia de
tal naturaleza en la relación sustancial no permita inferir o extender ese carácter ( en contra Podetti ).
Frente al silencio normativo en Santa Fe, el criterio doctrinario no es unánime : sg. H. Martínez
( “Proceso con Sujetos Múltiples”, TI. P. 57) la condena en costas será siempre entonces “simplemente
mancomunada”; Sg. otra postura: el juez podría declarar la solidaridad cuando fuera la consecuencia del
mismo carácter en la relación sustancial, pero debe decirlo en forma expresa y en todo caso, también
Costas en la Alzada: Cuando contra una sentencia ambas partes apelan no hay doble imposición
de costas, porque hay un solo pronunciamiento que decide la suerte de los dos recursos y la
instancia es única e indivisible. Se ponderará –llegado el caso el art. 252 CPCC y la complejidad
mayor de la tarea profesional puede provocar un mayor honorario . Pero ... podrían caber
condenas específicas en costas en los supuestos en que ambas partes apelaran puntos distintos – y
económicamente dispares- de la sentencia .
Cuando una parte interpone recursos de nulidad y apelación tampoco hay doble condena en
costas. Si se rechaza la nulidad y prospera la apelación no puede pedirse “compensación de
costas “ con base en el 252 CPCC , porque hay una sola parte vencida en TODA LA
INSTANCIA REVISORA, hay una sola condena , con aplicación íntegra al vencido.
Habría lugar a la doble imposición solo en el caso de recursos de ambas partes contra una
sentencia que ha resuelto y englobado demanda y reconvención. Acá el principio de unidad de
instancia no funciona porque se registra una acumulación de acciones mantenida ante el tribunal
de apelación.-
SECCION III
SENTENCIA
ARTICULO 243. Los hechos constitutivos de litis son los que proceden jurídicamente de la demanda y su
contestación y de las peticiones formuladas en ella, sea cual fuere la calificación que se les hubiese dado.
ARTICULO 244. La sentencia debe contener, bajo pena de nulidad: 1ro. El lugar y fecha en que se dicte; 2do. El
nombre y apellido de las partes; 3ro. La exposición sumaria de los puntos de hecho y de Derecho, en la de primera
instancia; 4to. Los motivos de hecho y de Derecho, con referencia a la acción deducida y derecho controvertidos.
5to. La admisión o el rechazo, en todo o en parte, de la demanda y, en su caso, de la reconvención: 6to. La firma
del juez o miembros del tribunal.
ARTICULO 245. Cuando la sentencia contenga condenación al pago de frutos, intereses, daños y perjuicios, saldos
de rendición de cuentas u otros análogos, expresará concretamente cuales deben satisfacerse y fijará su importe en
cantidad líquida o las bases sobre que haya de hacerse la liquidación. De no ser posible determinarlas, dispondrá el
nombramiento de árbitros o establecerá prudencialmente su monto, siempre que, en ambos casos, estuviere
probada la existencia de aquéllos.
ARTICULO 246. La sentencia dictada en segunda instancia no podrá recaer sobre puntos que no hubiesen sido
sometidos a juicio en primera, a no ser: 1ro. Sobre excepciones nacidas después de la sentencia; 2do. Sobre daños,
perjuicios, intereses u otras prestaciones accesorias debidas con posterioridad a la sentencia de primera instancia.
3ro. Sobre prescripción de acuerdo con lo dispuesto por el Código Civil. En todos los casos, podrá decidir sobre los
puntos omitidos en la de primera instancia, háyase o no pedido aclaratoria, siempre que se trate de cuestiones a
las que el a quo no pudo entrar a causa de la decisión dada a un artículo previo o que se trate de una substanciada
y omitida en la sentencia sin fundamento aparente, y que se pida el pronunciamiento, al expresar o contestarse
agravios. En este último caso, se dará traslado por tres días a la otra parte.
ARTICULO 247. La sentencia será nula cuando hubiere sido dictada por juez legalmente recusado. Si la nulidad se
produjera en segunda instancia, será declarada por el mismo tribunal.
ARTICULO 248. Pronunciada y notificada la sentencia, concluye la jurisdicción del juez respecto del pleito, con
excepción de los incidentes seguidos en pieza separada. Pero, podrá corregir cualquier error material, aclarar algún
concepto obscuro o suplir cualquier omisión siempre que se lo solicite dentro de tres días de la notificación
respectiva. Pedida la aclaración o reforma de la sentencia, el tribunal resolverá sin substanciación de ningún
género. El error puramente numérico no perjudica; puede ser corregido por el juez en cualquier tiempo.
ARTICULO 249. La sentencia sobre relaciones civiles no afecta sino a los litigantes y sus herederos y a los que
sucedan en el derecho litigado durante el pleito o después de fenecido. La sentencia sobre filiación dictada en
pleito entre padre e hijo aprovechará o perjudicará a los demás parientes aunque no hubieran tomado parte en el
juicio.