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Es destacable también la constitucionalización de determinadas características del
proceso, de los órganos jurisdiccionales (Juzgados y Tribunales) y demás sujetos que
participan en el proceso y en la impartición de Justicia (Ministerio Fiscal, Tribunal del
Jurado, ciudadanos, etc.), que se realiza en el Título VI de la Constitución (artículos 117
a 127).
2) En segundo lugar, hay que poner de relieve que el Derecho Procesal es
fundamentalmente un Derecho Instrumental, o si se quiere adjetivo, en la medida en
que ocupa una posición muy singular en el ordenamiento jurídico y con una finalidad
que es la de garantizar el ejercicio de derechos incardinados en otras ramas del Derecho.
Es una especie de “Derecho para el Derecho” o un “Derecho garante del Derecho”,
Sin las normas procesales no cabría sostener que el ordenamiento reconoce o
concede subjetivos e intereses debidamente tutelados y amparados, en la medida en que
no habría instrumentos de protección de los mismos. El Proceso es un medio de
resolución de conflictos, siendo el modo de resolver el conflicto la aplicación de las
normas sustantivas de modo coercitivo tutelando la posición del sujeto que observe una
conducta correcta a la luz del Derecho.
3) En tercer lugar, puede señalarse que la diversidad de objetos materiales
sobre los que puede versar el proceso y el aludido carácter instrumental que éste tiene
obliga a considerar separadamente diversas ramas del Derecho Procesal. Esto nos
permite afirmar que el Derecho Procesal está Especializado.
En este sentido, el proceso, y por ende el Derecho Procesal, no es posible
entenderlo en toda su amplitud y problemática fuera de sus relaciones con el Derecho
material al que sirve el Proceso civil con el Derecho privado, el Proceso Penal con el
Derecho Penal, el Contencioso-administrativo con el Derecho público), el Proceso
Laboral o Social con el Derecho del Trabajo.
Eso no impide la existencia de una Teoría General del Derecho Procesal (Parte
General), representando tanto la CE como la LOPJ ámbitos unificadores de
determinadas materias procesales que deben exponerse conjuntamente, tales como los
conceptos fundamentales de la disciplina y sus fuentes jurídicas, el ámbito de la
Jurisdicción, el sistema de la organización jurisdiccional, la acción procesal, y las líneas
generales que rigen la conformación del proceso a través de los actos procesales del
procedimiento.
4) En cuarto lugar, debe señalarse que el Derecho Procesal pertenece a la
categoría del Derecho Público, fundamentalmente porque sus normas regulan la
actuación de los órganos judiciales, que son órganos del Estado. Y porque en el proceso
se ejerce la potestad estatal de dirimir conflictos que se produzcan en la sociedad.
De esto se deriva una característica importante del Derecho Procesal y es que
sus normas son de ius cogens, es decir, no son susceptibles de ser derogadas por la
voluntad de las partes, no son disponibles, y no rige el principio de la autonomía de la
voluntad, y rige el principio de legalidad procesal (art. 1 LEC y art. 1 LEC) “En los
procesos civiles, los tribunales y quienes ante ellos acudan e intervengan deberán
actuar con arreglo a lo dispuesto en esta Ley”.
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Puede decirse que la única disposición posible que tenemos frente al proceso es
no utilizarlo o poner fin al mismo una vez iniciado, pero al respecto cabe hacer dos
precisiones:
- por un lado, ello sólo es posible cuando los derechos que se ponen en juego
en él sean se caracter dispositivo (por lo tanto es imposible tal disposición en los
procesos de familia o en el proceso penal – en este último con matices –).
- por otro lado, de lo que se está disponiendo en ese caso no es realmente de
normas o derechos de carácter procesal, sino de normas o derechos que son en todo caso
materiales.
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Salvo lo dispuesto en la disposición transitoria primera, los procesos de
declaración que se encontraren en primera instancia al tiempo de la entrada en
vigor de la presente Ley se continuarán sustanciando, hasta que recaiga
sentencia en dicha instancia, conforme a la legislación procesal anterior. En
cuanto a la apelación, la segunda instancia, la ejecución, también la
provisional, y los recursos extraordinarios, serán aplicables las disposiciones
de la presente Ley.
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constitucionalizados, tal como ha afirmado el Tribunal Constitucional, en el artículo 24
de la Constitución en su mayor parte).
Desde un punto de vista negativo, cabe apreciar que no son fuentes del
Derecho Procesal las normas emanadas del Poder Ejecutivo (normas con rango de
Reglamento1), ni las normas emanadas de los Parlamentos autonómicos (leyes
autónomicas), ni tampoco la costumbre.
En la Ley de Enjuiciamiento Civil (que es la norma procesal general y
supletoria del resto del ordenamiento jurídico procesal conjuntamente con la Ley
Orgánica del Poder Judicial) sólo existen una mención de la costumbre en el artículo
677:
“Artículo 677.Forma de la administración.
La administración para pago se atendrá a lo que pactaren ejecutante y
ejecutado; en ausencia de pacto, se entenderá que los bienes han de ser
administrados según la costumbre del país”.
Originalmente se preveía que la costumbre también se aplicaría a efectos de elegir los
lugares públicos para la fijación del edicto anunciando la subasta en el artículo 645.1
LEC:
1. A toda subasta se dará publicidad por medio de edictos, que se fijarán en el
sitio destacado, público y visible en la sede del tribunal y lugares públicos de
costumbre”.
Pero esta mención fue suprimida en 2015 (por la Ley 19/2015, de 13 de julio, de
medidas de reforma administrativa en el ámbito de la Administración de Justicia y del
Registro Civil).
También es cierto que sí que hay ciertos usos o costumbres, pero con un impacto
mínimo, como puede ser el uso de la toga o no en la época de postpandemia, el lugar de
toma de declaración de testigos e investigados en la instrucción penal (en el despacho
del Juez, en la Sala de vistas, o incluso en la propia oficial judicial), la entrega de nota
de prueba en la audiencia previa cuando no estaba previsto en la Ley, o el protocolo de
conducción de detenidos ante el Juez.
En cuanto a la jurisprudencia no es fuente del derecho, pero es un instrumento muy
importante en la aplicación y eficacia de las normas procesales, teniendo como función
la complementación e interpretación del Derecho (art. 1.6 CCiv.).
“6. La jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina
que, de modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar
la Ley, la costumbre y los principios generales del derecho”.
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No obstante y de modo excepcional, podemos encontrar algunas normas complementarias que son de
aplicación, de modo indirecto, a algunos procesos o trámites procesales. Podemos citar a modo de
ejemplo el Real Decreto 467/2006, de 21 de abril, por el que se regulan los depósitos y consignaciones
judiciales en metálico, de efectos o valores o el Real Decreto 84/2007, de 26 de enero, por el que se
regula la implantación en la Administración de Justicia del sistema informático de telecomunicaciones
LEXNET para la presentación de escritos y documentos, el traslado de copias y la realización de actos de
comunicación procesal por medios telemáticos.
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Hasta el punto de que han existido instituciones procesales que han surgido de
la jurisprudencia sin tener soporte legal de ningún tipo, como el litisconsorcio pasivo
necesario en el proceso civil, y que después han pasado a conformarse como auténtica
fuente del Derecho a través de su previsión legal explícita.
En consecuencia, podemos afirmar que las principales fuentes del Derecho
Procesal son las siguientes:
1) En primer lugar, la propia CE, en la medida en que en ella existen, preceptos
de carácter o contenido procesal, cuya aplicación será inmediata y directa, por una parte,
es inspiradora de la aplicación del resto de normas procesales, por otra.
Al respecto, recordar lo dispuesto en el art. 5.1 LOPJ, que afirma que la CE es
la norma suprema del ordenamiento jurídico y que vincula a todos los Jueces y
Tribunales directamente, conforme a la interpretación de sus preceptos que haga el
Tribunal Constitucional.
2) En segundo lugar, figuran las Leyes Procesales básicas de carácter estatal.
3) Los principios generales del proceso, son los contenidos en la Constitución
y están positivizados en ella, aunque la inmensa mayoría de ellos hayan sido
reconocidos dentro de la Constitución por la interpretación que de la misma ha realizado
el Tribunal Constitucional.
“Artículo 4.
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Si en la interpretación realizada no fuera posible adaptar un determinado
precepto procesal a los postulados constitucionales, el art. 5.2 LOPJ permite al órgano
jurisdiccional plantear la cuestión de inconstitucionalidad. Antes de plantear la cuestión
de inconstitucionalidad se debe acudir a la vía interpretativa para tratar de adaptar el
contenido de la norma a los preceptos constitucionales.
“Artículo 5 LOPJ.
2. Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con
rango de Ley, aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser
contraria a la Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal
Constitucional, con arreglo a lo que establece su Ley Orgánica”.
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judicial); VI (funcionarios de la Administración de Justicia); VII (ministerio fiscal);
VIII (Consejo General del Poder Judicial).
La LOPJ ha sido objeto de numerosas modificaciones y reformas por sucesivas leyes a
lo largo de su vigencia. De hecho en 2022 han sido varias las modificaciones
introducidas (LO 14/2022 o LO 7/2022).
B. Ley de Enjuiciamiento Civil.
Es la Ley 1/2000, de 7 de enero, que ha venido a sustituir a la antigua LEC de
1881, que recogía básicamente la tradición histórica de nuestro Derecho Procedimental
heredado de las Partidas.
La división de la LEC es la siguiente:
Libro I. De las disposiciones generales relativas a los juicios civiles.
Libro II. De los procesos declarativos.
Libro III. De la ejecución forzosa y de las medidas cautelares.
Libro IV. De los procesos especiales.
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Se regula el proceso para dirimir conflictos entre una Administración pública y
una persona jurídico-privada u otra Administración en la aplicación del Derecho
Administrativo, bajo la siguiente estructura:
Título I. Del orden jurisdiccional contencioso-administrativo.
Título II. Las partes.
Título III. Objeto del recurso contencioso-administrativo.
Título IV. Procedimiento contencioso-administrativo.
Título V. Procedimientos especiales.
F. Otras leyes.
Además de las principales Leyes, cabe citar multitud de textos legales que tienen
naturaleza procesal o que contienen preceptos de esta naturaleza.
- LO 2/1989, de 13 de abril, reguladora del proceso penal militar.
- LO 2/1979, de 3 de abril, del Tribunal Constitucional, en la que se regulan los
procesos constitucionales (recurso de amparo, cuestión de inconstitucionalidad).
- LO 6/1984, de 24 de mayo, reguladora del procedimiento de habeas corpus.
- LO 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores.
- Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley
Concursal.