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BOLILLA I

DERECHO PROCESAL.

A) CONCEPTO. “Es la disciplina que estudia las normas referidas a la organización, funcionamiento y
actividad en los tribunales arbitrales y judiciales:
a) Organización y funcionamiento: el nombramiento y remoción de los jueces, funcionarios y
empleados judiciales integra el contenido del derecho procesal.
b) Actividad en los tribunales judiciales: la principal función de los jueces es resolver las cuestiones
litigiosas sometidas a su consideración pero, se les asignan otras actividades, tales como la
tramitación de los procedimientos voluntarios o contenciosos (sucesiones, rectificación de
partidas, etc).
c) Tribunales arbitrales: La CN otorga a uno de los poderes del Estado –el judicial- la facultad de
resolver conflictos entre sujetos de derecho.

Generalidades. Fines.
El Derecho Procesal constituye los mecanismos que el Estado ha debido crear para que se cumpla lo
previsto en las leyes sustanciales. A través de estas normas procesales se pone en práctica, se aplica
el derecho de fondo, o derecho sustancial. Mediante el proceso judicial las leyes de fondo pueden tener
operatividad, sino sólo son letra muerta.
Las normas procesales se encuentran en la Constitución Nacional, Const. Provinciales., Códigos de
fondo, Códigos de procedimientos, leyes sobre la organización del PJ.

Con respecto a su carácter, para una minoría en la doctrina, es de carácter privado (el derecho privado
regula las relaciones entre particulares o en las que interviene el Estado como sujeto de derecho privado)
el derecho procesal porque el proceso es el instrumento para dirimir un litigio de interés meramente
privado.
Para otros, la mayoría, se trata de derecho público (regula las relaciones jurídicas en las que es parte el
Estado como poder público) ya que sus normas son de orden público, es decir que son irrenunciables,
debido a que a toda la sociedad es a la que le interesa primordialmente la solución correcta de los litigios.

Autonomía. Ello es así porque se rige por principios propios, conceptualmente distintos de los que
corresponden a la ley de fondo. Las relaciones que vinculan al juez con las partes y a éstas entre sí
tienen naturaleza diferente de las relaciones de derecho sustancial.

Unidad. El derecho procesal, como disciplina que estudia la actividad que tiene lugar en los tribunales
judiciales y arbitrales, constituye una unidad y sus principios esenciales son aplicables a toda esa
actividad y organización, cualquiera sea la materia sustancial que se debata en un proceso determinado.
El derecho procesal es pasible de ser dividió, según sean relaciones o situaciones jurídicas sobre las
cuales versa el proceso.
A la división tradicional del derecho procesal en penal y civil y a medida que se han diversificado las
relaciones jurídicas y adquirido importancia otras disciplinas, como el derecho laboral, de familia,
administrativo, el tributario, etc.
a) El proceso penal: hay entre ambos procesos algunas diferencias que han determinado su
regulación en normas propias aplicables a cada uno de ellos.
La distinción decisiva y fundamental entre las dos formas tiene su origen en la entidad del interés
comprometido en los procesos, sea un interés publico por un lado o un interés privado por el
otro, de los que derivan los principios esenciales que caracterizan a cada uno de ellos: sistema
dispositivo en el civil y sistema inquisitivo en el penal. Actualmente se tiende a acercar los
extremos de los sistemas, acortando las distancias entre ambos, en el proceso civil se aumentan
las facultades y deberes del juez, acentuando su carácter de director del proceso. En el proceso
penal se han separado claramente la etapa instructoria y el juicio.
b) El proceso laboral, administrativo, tributario y de familia: respecto al proceso laboral no
corresponde propiciar su autonomía respecto el derecho procesal. El juez laboral, debe recurrir
al proceso civil (genérico).
Dentro del derecho procesal resulta inadecuado reconocer autonomía al derecho procesal
administrativo, tributario y de familia.

Esta rama del derecho constituyo una unidad, puesto que sus principios esenciales son aplicables a toda
la actividad y organización de los tribunales judiciales y arbitrales, cualquiera sea la materia sustancial
que se debata en un proceso determinado. No obstante, el derecho procesal es pasible de ser dividido,
según sean las relaciones o situaciones jurídicas sobre las cuales versa el proceso.

Fuentes del derecho procesal. Aquellas que le dan contenido a este y que le sirven al juez para que
resuelva las cuestiones que se le plantean en el proceso y para la propia organización y competencia
del poder jurisdiccional:
a) La ley: toda norma de carácter general y obligatorio que emana de un órgano competente.
En primer lugar la CN ella contiene disposiciones que interesan al derecho procesal, como la que
refiere a la imposibilidad de crear fueros personales, las garantías del debido proceso y las que
organizan el Poder Judicial y el Ministerio Publico.
Luego los tratados internacionales, con jerarquía constitucional y otros ubicados en la
constitución y las leyes ordinarias.
Luego las leyes que regulas los procedimientos en los distintos fueros, las provincias dictan sus
propias leyes procesales, de conformidad con la reserva efectuada por la CN (art 121).
También los decretos del PE y los reglamentos y acordadas de los tribunales superiores.
b) La costumbre integra el derecho positivo y el juez debe aplicarla.
c) La jurisprudencia es la forma en que los tribunales han resuelto con anterioridad casos similares
al que tiene que decidir el juzgador. La reiteración de situaciones semejantes en los diversos
juicios crea una suerte de interpretación de la ley, que los jueces generalmente lo atacan, si los
precedentes emanan de tribunales superiores.
La jurisprudencia no es fuente obligatoria para el juez ni aun cuando los fallos hayan sido
dictados por la Corte Suprema de la Nación. No obstante el Código Procesal de la Nación
reglamenta una forma de jurisprudencia obligatoria mediante los llamados fallos plenarios.
También la ley 24463 consagra la obligación de las sentencias de las Corte Nacional en temas
previsionales.
d) La doctrina: que no es más que las opiniones e interpretaciones que hacen los autores del
derecho positivo, que si bien no obligan al juez, constituyen antecedentes de los cuales se puede
servir para fundar su decisión. En ciertos supuestos se denomina doctrina legal a la interpretación
de la ley hecha por tribunales superiores.

B) LA LEY PROCESAL: Es sabido que las normas procesales no se encuentran ubicadas


exclusivamente en los códigos de procedimientos y en las leyes sobre organización y competencia de
los órganos judiciales. De allí que resulte inapropiado determinar la naturaleza procesal de una norma
sobre la base de su contingente ubicación legal, y que sea necesario, para ello, atender a otros criterios.
Mientras las normas materiales regulan normalmente el que de la decisión, o sea, el contenido de la
sentencia, las normas procesales determinan el quien y el cómo de dicho acto, comprendiendo a la
actividad que lo procede.
Las normas procesales o instrumentales son un complemento de las llamadas normas sustanciales. En
su conjunto forman parte de una rama del derecho llamada Derecho procesal. Cuando no se observan
las conductas legales es cuando tienen aplicación las normas instrumentales que determinan el modo
en el que van a actuar los órganos judiciales. Las normas procesales carecen de valor por sí mismas;
son un complemento de las sustanciales determinando su modo de imposición para llegar a la sentencia
definitiva. Ayudan a que se apliquen las disposiciones del derecho sustancial.

Interpretación de la Ley procesal.


Interpretar es fijar el verdadero sentido y alcance de la ley. El CC (arts., 19 a 24) establece los elementos
de interpretación: gramatical, lógico, histórico y sistemático). La interpretación de las normas procesales
se rige también por las reglas del CC. Ahora, si bien las normas de interpretación del CC son aplicables
hay un matiz. Mientras en la interpretación de los contratos debe buscarse por el juez la intención de las
partes, en la interpretación de las leyes procesales debe buscar la finalidad de la ley y la intención del
legislador; encontrar el fin de la función para que fuera creada la norma procesal. Finalmente cabe
apuntar que en la tarea de interpretación de la Ley procesal mucha importancia llevan los denominados
principios formativos del procedimiento que orientan al juez en esta labor. Según Couture lo ideal es que
los Códigos de procedimiento los recojan expresamente. Además, el juez deberá recurrir a los principios
generales del Derecho y a la observancia de las garantías constitucionales del debido proceso. En este
punto, aludidos que han sido los principios, conviene precisar esta cuestión sobre la cual la doctrina
suele confundirse.
Hemos dicho antes que el procedimiento es el conjunto de formalidades a que deben de someterse el
juez y las partes en la tramitación del proceso. Pues bien, en el establecimiento de estas formalidades
el legislador no es completamente libre. En efecto, el legislador debe respetar un núcleo básico que no
puede faltar y que está constituido por los principios del proceso, vale decir por aquellos principios sin
los cuales un procedimiento no puede llegar a configurar un proceso. Son los derechos que se
comprenden en la garantía del debido proceso (entre ellos, el principio de audiencia y el principio de
igualdad de armas). Fuera de este núcleo esencial, intocable, el legislador suele tener opciones a la hora
de regular un procedimiento; Estas opciones son los principios formativos de los procedimientos, a saber:
Principios dispositivo e inquisitivo: Para saber cual principio está presente hay que responder a estas
dos preguntas, ¿Quién está facultado para dar inicio al proceso? y ¿quién fija y determina el objeto del
proceso?; Principios de aportación de parte y de investigación de oficio, tratándose de estos principios
la pregunta relevante es ¿Quién posee iniciativa probatoria?; Principio de economía procesal, según
Chiovenda, es la obtención del máximo resultado posible con el mínimo de esfuerzo. Este principio de
refiere no sólo a los actos procesales sino a las expensas o gastos que ellos impliquen.

Integración de la Ley procesal.


Se habla de integración de la Ley cuando existen lagunas en el ordenamiento jurídico, cuando falta una
norma expresa que regule una determinada materia. En materia de integración de la Ley procesal cabe
atender primero a conforme al cual reclamada la intervención de los tribunales en forma legal y en
negocios de su competencia no podrán excusarse de ejercer su autoridad ni aún por falta de ley que
resuelva la contienda sometida a su decisión.

Ámbito espacial y temporal de la ley procesal.


El ámbito temporal de la ley procesal. Con carácter general la ley procesal no tiene efecto retroactivo,
eso sin perjuicio de que en un determinado proceso el juez tenga que aplicar una ley material ya
derogada.

En cuanto a la modificación, la ley procesal no tiene aplicación a los procesos terminados. En los
procesos no iniciados se rige conforme a la nueva ley y en los procesos pendientes la nueva ley se
aplicara a los actos por hacer.

En cuanto al ámbito territorial, el proceso siempre se desenvuelve por las normas procesales del Estado
al que pertenece el órgano jurisdiccional.
En el ámbito espacial se refiere a la organización territorial y de gobierno de nuestro país. Ejemplo en el
mismo territorio rigen el CPCC de la Nación y el provincial. En relación al ámbito temporal rige en principio
el de la irretroactividad de las leyes cosa que sancionada determinada ley procesal, rige desde su
procuración para adelante. Ejemplo: cambio de la ley de honorarios antes regulada por la ley 6767, luego
se dicta otra donde se actualizaron los montos actuales.

Legislaciones provinciales y nacionales.

C) LAS NOCIONES DE CONFLICTO, LITIGIO Y CONTROVERSIA. Conflicto y litigio.- Donde halla


interrelación entre las personas habrá diferencia de opiniones e intereses y ello generará el conflicto. La
palabra litigio tiene una connotación jurídica que significa disputar en juicio. Litigio es un conflicto
judicializado.
Conflicto sin litigio.- El conflicto no es llevado al terreno judicial.
Litigio sin conflicto.- No existe conflicto alguno, sin embargo, por motivos x una persona demanda a
otra.
Conflicto y controversia.- El conflicto es la colisión de intereses y controversia significa que el sujeto
pasivo de la relación jurídica procesal, entiéndase demandado, discuta, contradiga la existencia misma
del conflicto afirmado por su contraparte.
Conflicto sin controversia.- El sujeto pasivo de la relación jurídica procesal no cuestiona el pedido del
demandante, no ejerce su derecho de defensa. Por ejemplo, el allanamiento o la rebeldía.

El OBJETO del dcho. Procesal es el PROCESO; éste es una serie concatenada de actos de
procedimiento realizados por las partes, el juez y los auxiliares de justicia, con el propósito de obtener
un pronunciamiento judicial, mediante el cual el Estado por medio de sus órganos jurisdiccionales
establece cuál es la protección que corresponde a un determinado interés.

JURISDICCION

A) CONCEPTO. DELIMITACIONES DEL VOCABLO: Facultad conferida a ciertos órganos para


administrar justicia. Potestad de uno de los poderes del Estado, el Judicial.
Como la propia composición de la palabra lo indica, “juris-dicción” significa “decir” y, en cierta medida,
“hacer” realidad el derecho.
El artículo 108 de la Constitución Nacional determina que “El Poder Judicial de la Nación será ejercido
por una Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales inferiores que el Congreso estableciere
en el territorio de la Nación”, y el artículo 109 prohíbe al presidente de la República “ejercer funciones
judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas”.
La jurisdicción es el poder - deber del Estado destinado a solucionar conflictos de intereses e
incertidumbres jurídicas en forma EXCLUSIVA Y DEFINITIVA, a través de órganos especializados que
aplican el derecho que corresponde al caso concreto, utilizando su imperio para que sus decisiones se
cumplan de manera ineludible.
La jurisdicción es un poder porque realmente es el Estado quien tiene la hegemonía en la administración
de justicia. La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judicial a través
de sus órganos jerárquicos con arreglo a la Constitución y a las leyes.
La jurisdicción es un deber por que el Estado no puede sustraerse a su cumplimiento, basta que el
justiciable lo solicite para que se muestre obligado a hacerlo.

Tutela jurisdiccional.
O garantía jurisdiccional, parte de la idea de que el Estado garantiza la observancia de las normas
jurídicas que el mismo establece. El Estado garantiza que existan los medios destinados a que se cumpla
con la ley, aplicando sanciones ante el incumplimiento o transgresión de la misma.

Supuestos de tutela jurisdiccional.


1) Transgresión de la norma: frente al incumplimiento de la norma, el Estado interviene ejerciendo
coacción contra el sujeto para obligarlo a cumplir o aplicando las sanciones pertinentes. La coacción
puede ser material o psicológica; el primer caso se da cuando es posible ejercer la fuerza para obtener
el cumplimiento (ejemplo: desapoderamiento de la cosa que se debe entregar); el segundo, cuando tal
incumplimiento no puede lograrse de manera compulsiva, como por ejemplo, la inobservancia del
régimen de visitas impuesto a favor del padre que no tiene la tenencia de su hijo; entonces los jueces
pueden utilizar medios indirectos para obtener el cumplimiento, como las sanciones conminatorias, que
son penas pecuniarias y compulsivas tendientes a que las partes cumplan sus deberes jurídicos
(ejemplo: art 666 bis del código civil, astreintes).

2) Falta de certeza del derecho: la actividad judicial no se agota con la intervención de los jueces ante la
trasgresión de la ley. Hay supuestos en los cuales todavía no existe la transgresión, pero si un conflicto
latente que justifica el proceder de los jueces, con la finalidad de hacer cesar un estado de incertidumbre
que perjudica a la persona.
Quien pide una sentencia de mera declaración de certeza quiere que el juez reconozca que su derecho
existe, o que declare que no existe el derecho de su adversario. Para pedir una sentencia de mera
declaración, el actor tiene que demostrar que tal estado de incertidumbre le causa un perjuicio. Se
encuentra regulada en el Art 322 del Código procesal civil y comercial de la Nación.

3) Tutela jurisdiccional con finalidad constitutiva: hay supuestos en los que el conflicto aparece aún
cuando no haya transgresión culpable de la norma sino simplemente una conducta que no se ajusta a
la norma primeria, por causas no imputables a las partes.
4) Tutela jurisdiccional con finalidad cautelar: el proceso cautelar será antecedente del proceso originado
para garantizar el cumplimiento de la norma transgredida o el cumplimiento de la sanción que se impone
al transgresor.

5) Actividad jurisdiccional de control de la autocomposición del conflicto: ante la existencia de un


conflicto, las partes pueden solucionarlo en la forma que consideren oportuna, y el estado debe acatar
lo decidido por ellas.

B) ELEMENTOS DEL PODER JURISDICCIONAL


La actividad jurisdiccional implica que ante la controversia o conflicto de interés que se le presenta, el
juez tome el conocimiento de la causa, instruyéndose de los hechos y del derecho, y luego –esclarecida
la verdad- emita su juicio mediante la sentencia y para el caso en que el obligado no cumpla la sentencia,
la actividad jurisdiccional también comprende la ejecución forzada de la sentencia.
Para cumplir estos objetivos, la jurisdicción –ejercida por el juez- cuenta con una serie de elementos o
poderes:
Ellas son la notio, vocatio, cohertio, iudicium y excecutio.
Con el vocablo notio se hace referencia a la facultad que tienen los jueces de conocer en los asuntos
a los que se los convoca, de inmiscuirse en ellos, de investigar, en ciertos casos aún de manera oficiosa
(procesos penales, contencioso administrativos, por ejemplo).
La facultad de conocer por regla general se ejerce a petición de parte. Por excepción los tribunales
podrán actuar de oficio para abocarse al conocimiento de un asunto determinado.
Con el vocablo vocatio (de vocare: llamar) abocarse al tratamiento y eventualmente al otorgamiento
de esa tutela.
Con el vocablo cohertio poder de dirigir ese proceso y ejercer las acciones que requiera la el proceso.
Con el vocablo judicium se hace referencia al poder de decidir imperativamente. Corresponde a la
facultad de juzgar. Por lo tanto, los tribunales tienen la facultad de dictar sentencia poniendo fin al litigio
en forma definitiva (efecto de cosa juzgada).

Con el vocablo excecutio se hace referencia a la potestad que ostentas los jueces de hacer cumplir
sus decisiones, es decir, de imponer el cumplimiento del mandato jurisdiccional.

C) EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
El juez tiene el deber de encontrar, dentro de todo el ordenamiento jurídico, las normas que, según su
criterio contemplan el caso a resolver; debe interpretarse el alcance de ellas de acuerdo con las
concepciones predominantes en la sociedad y cuidar que su aplicación no contradiga el espíritu o la letra
de otras de jerarquía superior (por ej. Una ley del Congreso que sea inconstitucional).
También es atributo del juez verificar que los presupuestos de hecho que tuvo en cuenta el legislador al
sancionar norma general están dados en el caso concreto.
En cuanto a las iniciativas, se distingue el principio dispositivo (propio del derecho civil) de de oficialidad
(propia del derecho penal). En el 1° solo inicia el proceso a instancia de parte, nunca de oficio; además
los encargados de llevar adelante el proceso son precisamente las partes. Por su lado el 2° principio, es
que se lleva adelante el proceso mediante la acción del propio juez fiscal etc., y se pone en marcha
también de oficio, salvo en casos extraordinarios.

D) LA DENOMINADA JURISDICCIÓN VOLUNTARIA O EXTRA CONTENCIOSA.


Jurisdicción voluntaria Jurisdicción contencioso administrativa
El legislador impone ciertos tramites se El Estado actúa con un doble carácter:
realicen ante los jueces. Ello obedece a a) Como persona del derecho privado
razones de política legislativa. Tale trámites cuando compra, vende o alquila
como: rectificación de partidas, inscripción bienes de su dominio privado.
tardía de nacimientos, venias supletorias
b) Realiza actos de autoridad pública.
para realizar ciertos actos, trámites
sucesorios, etc. En el primer caso no hay duda de que los
conflictos que se suscitan como
El autor siguiere la denominación de consecuencia de dichos actos deben ser
“procedimientos no contenciosos o no resueltos por el Poder Judicial.
jurisdiccionales”. En los actos de poder administrador,
actuando el Estado como persona del
Derecho Público, pueden ser revisado por
el Poder Judicial, mediante acciones que
deducen ante lo que se ha dado en llamar
“jurisdicción contencioso administrativa”.

EL JUEZ
Hemos dicho que la jurisdicción es el atributo de uno de los poderes del estado (el judicial) de administrar
justicia. El poder judicial es desempeñado por los jueces de la Nación y las provincias, con quienes
colaboran los funcionarios, empleados y auxiliares de justicia.
El juez es el único funcionario público con aptitud para ejercer actividad jurisdiccional. La figura del juez
difiere fundamentalmente de la de otro posible juzgador, el árbitro, ya que éste no es funcionario público,
no integra el Poder Judicial, y carece por completo de aptitud para ejecutar lo resuelto por él mismo.

Nombramiento y remoción. la forma de nombramiento y remoción de los jueces surge de la


Constitución Nacional y de las respectivas Constituciones Provinciales (art 5° CN). No obstante las
modalidades de estas Constituciones, el sistema representativo republicano al que se deben ajustar (art
5° CN) exige dotar a los jueces de diversas garantías que aseguren su independencia, tales como la
inamovilidad, intangibilidad de los sueldos, etc.
En el orden nacional, los magistrados de la Corte Suprema serán nombrados por el presidente de la
Nación, con acuerdo del Senado de la Nación, por dos tercios de sus miembros presentes, en sesión
pública convocada al efecto.
Los demás jueces de los tribunales nacionales serán designados en base a una propuesta vinculante en
terna del Consejo de la Magistratura (creado con la reforma del ´94 de la CN), con acuerdo del Senado,
en sesión pública, en la que se tendrá en cuenta la idoneidad de los candidatos.
Los jueces de todas las jerarquías permanecen en sus cargos mientras dure su buena conducta (art 11
CN). No obstante lo expuesto, la propia CN en otra disposición, determina que un nuevo nombramiento,
precedido del mismo acuerdo del senado, será necesario para mantener en el cargo a cualquiera de los
magistrados, una vez que cumplan la edad de 75 años. Todos los nombramientos de magistrados, cuya
edad sea la indicada o mayor, se harán por 5 años, y podrán ser repetidos indefinidamente por el mismo
trámite (art 99, inc. 4° CN). El juez es inamovible, no puede ser destituido sin previo juzgamiento al
efecto, que sólo puede versar acerca de su incapacidad física o mental o de su inconducta, adecuada a
un hecho típico previsto con anterioridad por la ley.

Condiciones para ser juez. (Art 111 CN)


1) Ser ciudadano argentino.
2) Una edad mínima: de 30 años para ser juez de la CSJN o para integrar las cámaras de apelaciones,
y de 25 años para ser juez de primera instancia.
3) Tener título de abogado expedido por universidad nacional o privada autorizada, o un titulo
extranjero habilitante revalidado.
4) Una antigüedad mínima en el ejercicio de la profesión de abogado que, al igual que la edad también
varía respecto de los diferentes grados de conocimiento. Ocho años de ejercicio para ser juez de la
CSJN, 6 para integrar las cámaras de apelaciones y de 4 para ser juez de primera instancia
5) Una residencia inmediata por un cierto tiempo relativamente prolongado en el lugar donde se ejerce
la función judicial;
6) Posesión de una renta determinada que demuestre la solvencia patrimonial del aspirante al cargo
de juez. En la Argentina, este requisito es de carácter constitucional;
7) Dignidad y decoro de vida, demostrados en el escrupuloso control de los actos públicos y privados;
8) Que no ostente con alguna causal de inhabilidad para acceder al cargo judicial.
9) Prestar de juramento para el desempeño de la función. “desempeñar sus obligaciones,
administrando justicia bien y legalmente, y en conformidad a lo que prescribe la Constitución” (art
112 CN).

Incompatibilidades.
La incompatibilidad es un deber de no hacer para los integrantes del Poder Judicial. Se entiende, por un
lado, el deber de no acumular un mismo agente dos o más empleos considerados inconciliables por la
norma respectiva; por otro lado, el deber de no ejercer coetáneamente con el empleo, alguna actividad
o profesión considerados inconciliables con éste. En el primero de los aspectos mencionados, la
incompatibilidad aparece fundada en una razón de carácter práctico: lograr una mayor eficiencia en la
prestación de los servicios, evitando que el agente diversifique o divida su actividad en dos o más
empleos; en el segundo de dichos aspectos, aparte de que también la incompatibilidad puede responder
a la expresa razón práctica, su fundamento generalmente obedece a una razón de orden ético, pues
algunas actividades o profesiones pueden no resultar conciliables con el ejercicio de la función o empleo
público.
Artículo 212, L. 10160 de la Provincia de Santa fe, siguiendo el mandato del constituyente contenido en
el artículo 89, último párrafo de la Constitución provincial, viene a establecer las incompatibilidades para
los integrantes del Poder Judicial. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 89 de la Constitución
provincial, los integrantes del Poder Judicial no pueden:
1) Actuar en actividades de partidos políticos, ni intervenir en actos o hechos de naturaleza electoral,
cuando se desempeñen como magistrados o funcionarios. Los demás integrantes no podrán hacer
propaganda, proselitismo, ejercer coacción ideológica o de otra naturaleza, con motivo o en ocasión
de sus tareas, cualquier sea el ámbito donde se cumplan;
2) Litigar ante cualquier poder judicial, excepto cuando se trata de intereses propios, o de sus padres,
hijos o cónyuge.
3) Evacuar consultas ni dar asesoramiento en casos de litigio judicial;
4) Ejercer empleo en virtud del cual deban estar bajo dependencia de otro poder;
5) Practicar habitualmente juegos de azar y apuestas;
6) Concurrir asiduamente a lugares destinados con exclusividad a la práctica de juegos de azar y de
apuestas;
7) Tramitar asuntos judiciales de terceros y coparticipar o tener empleo en estudio de abogado,
escribano, procurador, contador o martillero;
8) integrar listas de nombramiento de oficio;
9) ejecutar actos que comprometan en cualquier forma la dignidad del cargo;
10) incurrir, después de designados, en alguna causal de inhabilidad.
1) Los magistrados y funcionarios que ejercen la docencia deben cuidar que no exista superposición
de horario y que no se resienta el desempeño de la función.
11) Es incompatible la magistratura judicial con el ejercicio del comercio, con la realización de cualquier
actividad profesional –salvo cuando se trate de la defensa de los intereses personales, del cónyuge,
de los padres y de los hijos- y con el desempeño de empleos públicos o privados, excepto la
comisión de estudios de carácter honorario. No está permitido el desempeño de los cargos de rector
de la universidad, decano de facultad o secretario de las mismas. Los magistrados podrán ejercer,
exclusivamente, la docencia universitaria o de enseñanza superior equivalente, con la autorización
previa y expresa, en cada caso, de la autoridad judicial que ejerza la superintendencia (art 9°
decreto-ley 1285/58, texto según ley 21341). Esto está en Arazi.

“La violación del régimen de incompatibilidad es causal de destitución".

Inhabilidades (apunta a la idoneidad moral y de conducta).


Artículo 208, L. 10160 (Ley orgánica del poder judicial). No pueden actuar en el Poder Judicial:
1) los procesados por delito doloso, salvo lo dispuesto en el art. 19, inciso 12;
2) los condenados por delito doloso por un plazo igual a la de la condena y otro tanto;
3) los concursados, mientras no sean rehabilitados.

No pueden desempeñar funciones en un mismo fuero los cónyuges, aunque estén divorciados, y los
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
La norma contempla los diversos impedimentos para ingresar al Poder Judicial. En sus tres incisos
consagra lo que se denomina "idoneidad moral y de conducta", partiendo de la presunción de que
quienes se encuentren en cualquiera de tales supuestos, no han tenido una conducta civil y moral
correcta. La existencia de tales precedentes penales o concursales excluye la confianza que el Poder
Judicial debe tener en la moralidad y fidelidad de sus dependientes y que deberá verse reflejada en el
concepto de la sociedad respecto de los poderes del Estado.
La inexistencia de tales impedimentos deberán acreditarse tanto al momento de formular la declaración
jurada que se efectúa con la presentación de la inscripción para el ingreso (art. 4, apart. b del Régimen
de Ingreso), como al tiempo de formalizar su incorporación a la planta del Poder Judicial, ora en carácter
de definitivo, ora como subrogante, ora como practicante.

Garantías. Principios más importantes.


La organización del Poder Judicial descansa, fundamentalmente, sobre un conjunto de principios
básicos. Del cuidado y la eficacia en la aplicación de dichos principios va a depender, sin lugar a dudas,
la calidad del servicio de justicia que pueda brindar un Estado.

Independencia (de los magistrados y del Poder Judicial).


La independencia, resulta necesaria para que el juzgador pueda realmente ejercer su autoridad para
procesar y sentenciar un litigio concreto, como así también para que todo el Poder Judicial pueda
desempeñar efectivamente la actividad de control de constitucionalidad que en nuestro ámbito se le
encomienda.
Por ello, en nuestro sistema constitucional, en consonancia con el principio republicano de la "división
de poderes", tenemos que, por una parte, el conjunto de organismos o "tribunales" que ejercen al función
jurisdiccional han sido erigidos como un Poder del Estado (técnicamente constituye un órgano del
"Gobierno") que es el Poder Judicial y, por otra parte, se ha investido a los individuos que desempeñan
esa función de distintas garantías que tienden a preservar su independencia.
Este principio puede apreciarse desde dos perspectivas distintas: por una parte, desde un punto de vista
"orgánico-institucional" (independencia del Poder Judicial como "Poder" del Estado) y, por otra parte,
desde una perspectiva "órgano-individuo", esto es, la independencia del juzgador al tener que resolver
una determinada causa.
Desde el primer punto de vista el principio de independencia importa la existencia de la administración
de justicia como un poder estatal institucionalmente "separado" y "diferenciado" de los otros poderes,
con una organización especializada y competencias o atribuciones públicas específicas y exclusivas.
Otra consecuencia que se deriva de esta "primera perspectiva" del principio de independencia viene
dada por el hecho de que la función de administrar justicia que se asigna a los órganos judiciales, excluye
también su arrogación y ejercicio por el órgano ejecutivo y por el órgano legislativo, éstos sólo en forma
excepcional ejercen funciones de tipo jurisdiccional. Ello significa que el órgano esencialmente
encargado de ejercer la función jurisdiccional es Poder Judicial y en el ejercicio de esa función goza de
autonomía respecto de los otros poderes (cfr. Bidart Campos, ob. cit., T. II, pág. 411).
Desde el punto de vista señalado en segundo, el principio de la independencia implica que los jueces no
deben sufrir la coacción de gobernantes, legisladores y políticos, como tampoco de otros sectores de la
sociedad puesto que son los máximos garantes de la verdadera vigencia de los derechos de todos los
habitantes. Sólo la Constitución y las leyes imponen obligaciones a los jueces. Ni siquiera los órganos
judiciales de instancia superior pueden intervenir en el dictado de las sentencias o resoluciones de los
de instancia inferior, excepto cuando la ley expresamente les otorga dicha facultad a través de recursos
"revisores" (cfr. Bidart Campos, ob. cit., T. II, pág. 411).
La independencia del juez reconoce cuatro órdenes distintos y hace a la noción del debido proceso legal.
Ellas son la independencia frente a las partes, al objeto litigioso, a los órganos del Poder Judicial y a los
órganos políticos. Frente a las partes, el modo de garantizar la independencia es el ejercicio de la
inhibición o autoinhibición de los jueces por medio de la recusación y la excusación, que son medios de
extinción de la potestad de juzgar para un caso concreto. Algunos refieren a las partes (amistad íntima,
parentesco) y otros al objeto litigioso (interés en el pleito o en otro semejante).
La independencia en relación a los estamentos superiores del propio Poder Judicial estriba en la
imposibilidad de los Tribunales superiores de formular indicaciones a los inferiores sobre el modo en que
deben decidir las causas. Ello sin perjuicio de los casos en que la jurisprudencia de aquéllos, cuando fija
una doctrina judicial, resulte obligatoria (caso de las decisiones de los Tribunales Plenos y Plenarios) o
cuando, en ciertas hipótesis, resulte de acatamiento moral (jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia, por ejemplo).
La independencia de los jueces frente a los órganos políticos, se custodia por medio de la vigencia de
las garantías de independencia constitucionalmente consagradas. Ellas son la inamovilidad, la
intangibilidad de sus remuneraciones que impiden que estas sean disminuidas por ningún concepto
(según la Constitución Nacional) o sólo por normas transitorias y de carácter general (según la
Constitución de la Provincia); la inmunidad de arresto, la inmunidad de procesamiento que implica que
para que un juez pueda quedar sometido a la jurisdicción de otro deba, previamente, ser destituido de
su cargo.

Inamovilidad de los órganos juridiscentes.


Este principio, como también el de "intangibilidad de remuneraciones, funciona como una "garantía" para
asegurar la efectiva vigencia del principio de independencia antes aludido.
La inamovilidad presupone que los magistrados conservarán sus empleos mientas conserven su
idoneidad física, intelectual y moral y el buen desempeño de sus funciones (art 88 Const. Prov. Sta. Fe)
durante el período para el cual ha sido designado (puede ser vitalicio o puede tener algún límite temporal,
como en nuestro régimen provincial). De este modo, la destitución de un magistrado sólo puede darse a
título de excepción y de acuerdo a un procedimiento también especial (por ej.: el jury de enjuiciamiento
o el juicio político). Por lo tanto, los jueces sólo podrán ser destituidos de sus cargos por las concretas
razones que se enumeran en la Constitución y siguiendo los especiales procedimientos que en ella se
enuncian.
En nuestra Provincia, los miembros de la Corte Suprema de Justicia sólo pueden ser removidos mediante
el procedimiento del "juicio político", mientras que los demás jueces inferiores (jueces de cámara y de
primera instancia) sólo pueden ser destituidos por un tribunal o "jury" de enjuiciamiento.
Pero la inamovilidad protege a los jueces no sólo contra la remoción, sino que resguarda también la sede
y el grado que ocupan estos magistrados. Ello significa que no pueden ser trasladados de un lugar a
otro, como tampoco pueden ser "ascendidos" o "retrogradados" en sus cargos, excepto que obtengan
un nuevo nombramiento siguiendo los mecanismos o procedimientos descriptos en la Constitución.
Los empleados administrativos y los funcionarios del Poder Judicial no están protegidos por la garantía
constitucional de "inamovilidad".
Ellos gozan de "estabilidad" en sus empleos. Ello significa que no pueden ser removidos o "despedidos"
de sus cargos por una simple decisión de un superior jerárquico sino que, por disposición de la Ley
Orgánica del Poder Judicial y de la Constitución provincial, es necesario el pronunciamiento expreso del
Poder Ejecutivo previa propuesta de remoción efectuada por la Corte Suprema de Justicia de la
Provincia. Todo ello debe estar precedido por la realización de procedimiento especial, llamado sumario
administrativo, en el cual se hayan comprobado las causas que justifiquen la cesantía y se haya
declarado la correspondiente responsabilidad del empleado o funcionario.

Seguridad en la remuneración.
Este principio que, como se dijo, tiende también a asegurar la eficacia del principio de independencia,
implica que las remuneraciones de los magistrados no podrán ser disminuidas mientras permanezcan
en sus funciones.
Tiene primordialmente como finalidad, por una parte, impedir la "domesticación" de la justicia por quienes
elaboran el presupuesto (poderes legislativo y ejecutivo), ya que (como afirmara Hamilton, uno de los
mentores de la constitución estadounidense) un poder sobre la subsistencia de un hombre equivale a un
poder sobre su voluntad y, por otra parte, proteger a los jueces de las fluctuaciones de la economía
asegurándoles la tranquilidad económica necesaria como para que puedan ejercer con plena libertad su
importante función (Sagüés, Néstor Pedro, "Elementos de Derecho Constitucional", Astrea, Bs. As. 1999,
T. 1, pág. 650).
Esto no implica que los jueces constituyan una clase privilegiada dentro de la sociedad. En tal sentido,
la fijación de las remuneraciones judiciales tiene que atender a distintas situaciones: a) posibilidades
económicas de una sociedad; b) necesidad de atraer a la judicatura a los mejores abogados.
Pero este principio no garantiza, en el régimen constitucional de la Provincia de Santa Fe, una
irreductibilidad absoluta de las remuneraciones de los jueces y de los funcionarios de Ministerio Público
sino que, de modo excepcional, está admitida la disminución e inclusive la suspensión de la
remuneración de estos sujetos siempre que sea dispuesta por "leyes de carácter general y transitorio
extensivas a todos los Poderes del Estado" (art. 88, Constitución provincial).

Imparcialidad de los jueces.


Vinculado directamente al tema de la independencia del Poder Judicial se encuentra el de la
imparcialidad de los jueces.
Sobre el particular es importante tener en cuenta que en cualquier fuero de que se trate (civil, penal,
laboral, etc.), cuando determinado conflicto de intereses es sometido al conocimiento y decisión de un
Juez éste debe ser imparcial; requisito, a su vez, del debido proceso que garantizan la Constitución
nacional y la provincial.
La imparcialidad, supone la equidistancia entre el Juez y las partes en un juicio.
Es decir, el magistrado que resuelva el conflicto llevado a su decisión debe ser un tercero sin ningún tipo
de interés en el proceso ni en su resultado.
Así, no podrá ser juez de un caso concreto, quien sea pariente de uno de los litigantes o sus apoderados;
o tenga con él amistad; o sea su deudor o acreedor.
Para asegurar la imparcialidad del Juzgador, las leyes procesales han previsto ciertos mecanismos. Así,
cuando se presente alguno de los supuestos antes mencionados u otros previstos en el Código Procesal,
que puedan inclinar al juez a resolver de una manera determinada la causa, las partes podrán recusarlo,
con lo cual se logrará el apartamiento del Juez y la causa pasará al conocimiento de otro magistrado.
Igualmente, cuando el propio juzgador advierte que se encuentra en una situación como la recién
descripta deberá excusarse y, consecuentemente, dejar de intervenir en ese juicio que pasará a otro
juez.
En el caso de los funcionarios del Ministerio Público, secretarios y empleados administrativos que se
encuentren incursos en esas causales, si bien no pueden ser recusados por las partes, el Juez o Tribunal
podrá darlos por separados del proceso.

Composición y Jerarquía de los oficios o despachos.


La composición de los órganos judiciales tiene que ver con la forma en que ellos están integrados.
La jerarquía con la posición o grado que ocupa cada uno dentro del esquema de organización judicial.
Sin embargo, la jerarquía no implica que los órganos judiciales de instancia inferior puedan verse
influenciados o subordinados por los de superior instancia, pues si bien es cierto que esos órganos
superiores pueden revisar las sentencias de los inferiores siempre que se planteen los pertinentes
recursos, también lo es que éstos, en el ámbito de su jurisdicción, son -como ya se explicó al estudiar el
principio de independencia- completamente libres de fallar conforme a su convicción y de acuerdo a
derecho.
Siguiendo con la jerarquía, cabe señalar que en nuestra organización judicial existe diversidad de
instancias o grados de conocimiento.
Por ejemplo: originado un conflicto se lo lleva a conocimiento del Poder Judicial a través de un juicio que
será fallado por un juez de primera instancia; la sentencia que éste dicte podrá ser apelada ante la
Cámara de Apelaciones.
Finalmente, siempre que concurran los presupuestos legales y de excepción requeridos, el asunto podrá
llevarse a la Corte Suprema de Justicia de la Provincia e, incluso, a la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
En lo que hace a la integración de los órganos judiciales debemos precisar que para una mayor rapidez
en la prestación del servicio de justicia, los de inferior instancia suelen ser singulares, es decir, que el
órgano estará integrado por una sola persona que atenderá cada despacho.
Por ejemplo, en Rosario hay 15 jueces de primera instancia de Distrito en lo Civil y Comercial y, entre
ellos, los casos se distribuyen mediante sorteo realizado por la mesa de Entradas Única.
Sin embargo, es importante aclarar que en el ámbito de nuestra Provincia tenemos los denominados
Tribunales Colegiados de Instancia Única, que si bien son de primera instancia, están integrados por
tres jueces, extremo que los distingue de los demás órganos de primera instancia.
Por su parte, los órganos superiores deben ser plurales o colegiados. Ello tiende a asegurar una mayor
seguridad y certeza en el juzgamiento al conocer varios jueces un mismo asunto simultáneamente.

Impartialidad: refiere a que el juez no debe estar colocado en la posición de parte, ya que nadie puede
ser actor o acusador y juez al mismo tiempo

Garantía de vitalicidad: los cargos judiciales se cubren en forma vitalicia, por toda la vida del nombrado
hasta que llegue a cierta edad avanzada o se halle en condiciones legales de acogerse al retiro
jubilatorio.
Derecho a no ser detenido ni ver restringida en modo alguno su libertad de actuar: este derecho,
conocido como inmunidad judicial en materia penal, se funda en la necesidad de evitar que, con pretexto
de imputar a un juez la comisión de un delito, el mismo pueda ser arrestado, entorpeciendo con ello la
marcha de la justicia y, particularmente, imposibilitando que conozca de una determinada causa
justiciable en la cual haya intereses políticos de por medio.

Derecho a exceptuarse del cumplimiento del deber de comparecer en calidad de testigo.

Deberes de los jueces.


Una primera y elemental clasificación permite diferenciar los funcionales de los procesales, según que
se relacionen con la función misma o con el desenvolvimiento y culminación del proceso.

1. Los deberes funcionales: pueden ser clasificados en esenciales y legales, según que la imperatividad
devenga inmanentemente de la propia función o, al contrario, que atienda a necesidades contingentes
que responden a razones derivadas de la política legislativa vigente en un tiempo y lugar dados.
a) Deberes funcionales esenciales: * Ser Independiente, *Ser Imparcial, *Ciencia: impone al juez el
conocimiento del derecho, *Diligencia: el juez ha de actuar diligentemente, cumpliendo las tareas
encomendadas por la ley dentro del tiempo establecido para ello, *Decoro: implica la circunspección,
gravedad, pureza, honestidad, recato y estimación que el juez debe inspirar a las partes y a la gente en
general.
b) Los deberes funcionales legales: son aquellos cuya imperatividad responde a contingentes
necesidades que atiende a razones derivadas de una política legislativa determinada con la mira puesta
en el logro de un servicio eficiente.
En la organización judicial de la mayoría de los ordenamientos jurídicos vigentes estos deberes son:
prestación de juramento como condición de la investidura en el cargo, residencia en el lugar donde tiene
su sede el tribunal, asistencia al despacho con la periodicidad y tiempo necesarios para atender
satisfactoria y diligentemente las instancias de las partes, suplencia de otro juez en caso de ser menester
y permanente ausencia de cualquier causal de incompatibilidad.

2. Los deberes procesales: son los que la ley impone al juez con relación a la dirección y desarrollo del
proceso. El proceso se inicia con la deducción de la demanda y culmina con el llamamiento de autos;
durante tal curso cabe al juez conectar las instancias de las partes: a esta tarea se la conoce como de
dirección del proceso. Ejemplo: presidir todo acto en el cual deba intervenir la autoridad judicial, fijar los
plazos procesales, mantener la igualdad de las partes, cuidar el orden y el decoro en los juicios, etc.

• Los deberes judiciales de resolución: estos deberes se relacionan exclusivamente con la actividad de
sentenciar y nada tienen que ver con la de procesar. Consiste en fallar (resolver) todos los casos
justiciables presentados en sede judicial por parte interesada, aplicando a los hechos confirmados
por ellos la norma jurídica que los regule si se adecua al ordenamiento constitucional vigente o reglas
de equidad.
• El deber judicial de ejecución: el deber de ejecutar lo resuelto constituye una simple consecuencia
del deber de fallar en función de la razón de ser del proceso. Se trata de recomponer la paz social
alterada por la existencia del conflicto que derivó en proceso.

Artículo 213, L 10160: Todos los integrantes del Poder Judicial deben (ya no es solo para los jueces
pero quedan incluidos):
1) observar una conducta irreprochable;
2) guardar absoluta reserva respecto de los asuntos vinculados a sus funciones;
3) formular, antes de asumir sus funciones, declaración jurada de no hallarse comprendidos en causal
de inhabilidad o de incompatibilidades; cualquier alteración de las situaciones denunciadas en la
declaración jurada debe comunicarse a la Corte Suprema dentro de los treinta días de producida;
4) asistir diariamente a los despachos, cumpliendo el horario que determine la Corte Suprema. Además
de ello, los secretarios y empleados deben asistir el tiempo que sea necesario para cumplir al día
sus funciones. Se excluyen de esta disposición los ministros y los jueces de cámara que no tienen
a su cargo el despacho diario.
En este artículo se prevén una serie de obligaciones que tienen que ver con la excelsa función que
poseen todos aquellos que integran la planta del Poder Judicial, y cuya observancia no debe entenderse
que abarca solamente al desempeño de tareas referidas a la función judicial, sino también a las externas,
de conformidad con las buenas costumbres, la moral y el derecho.

Facultades de los jueces.


Es la aptitud, poder o derecho que tiene un juez para hacer alguna cosa u obrar en un sentido
determinado a fin de lograr un mejor desempeño de la función. Estas son: Ordenatorias, instructorias,
Conminatorias, disciplinarias, decisorias.

Conminatorias: entendidas como natural consecuencia de la aceptación del deber judicial de ejecutar lo
decidido en la sentencia respecto del litigio. Son las denominadas astreintes, reguladas en el artículo 37
del código procesal de la Nación. Son sanciones pecuniarias que los jueces aplican contra quienes
deliberadamente desobedecen sus decisiones, con la finalidad de conminarlos a su cumplimiento. Se
dirigen directamente al patrimonio del incumplidor dada la prohibición de ejercer violencia física sobre la
persona del deudor. Sus caracteres más relevantes son la discrecionalidad en cuanto a la fijación del
monto, librado al arbitrio judicial; puede dejarse sin efecto en cualquier momento por el juez que la
decidió; si se persiste en el incumplimiento puede aumentarse progresivamente para lograr el objetivo;
supletoriedad, ya que estas sanciones rigen cuando no hay otro medio para procurar el efectivo
cumplimiento del mandato.

Ordenatorias e instructorias: la ley 25488 agregó la palabra “deberes” al título del artículo 36 del código
procesal de la Nación y luego, en el texto, cambió el vocablo “podrán” por “deberán”, antes de enunciar
los actos condenatorios e instructorios, y enuncia los siguientes: 1) tomar medidas tendientes a evitar la
paralización del proceso; 2) intentar una conciliación total o parcial del conflicto, pudiendo promover y
proponer que las partes deriven el litigio a otros medios alternativos de solución de conflictos; 3) proponer
a las partes fórmulas para simplificar y disminuir las cuestiones litigiosas; 4) ordenar las diligencias
necesarias para esclarecer la verdad de los hechos controvertidos, respetando el derecho de defensa
de las partes; a ese efecto, el juez podrá: a) disponer en cualquier momento la comparecencia personal
de las partes para intentar una conciliación o requerir las explicaciones que entienda necesarias; b)
decidir en cualquier estado de la causa la comparecencia de los testigos, peritos, etc., por cualquier cosa
que parezca necesario, etc.

Disciplinarias: tendientes a mantener el buen orden y decoro en los juicios, enunciadas en el artículo 35
del Código Procesal de la Nación y son: 1°) mandar a que se teste toda frase injuriosa o redactada en
términos indecorosos u ofensivos; 2°) excluir de las audiencias a quienes perturben indebidamente su
curso; 3°) aplicar las correcciones disciplinarias autorizadas por el código, la ley orgánica, el reglamento
para la justicia nacional o las normas que dicte el consejo de la magistratura.
Por su parte, el decreto-ley 1285/58 autoriza a los jueces a sancionar con prevención, apercibimiento,
multa y arresto personal hasta de 5 días a los abogados, procuradores, litigantes y demás personas que
obstruyan el curso de la justicia o que cometan faltas en las audiencias, escritos o comunicaciones de
cualquier índole contra su autoridad, dignidad o decoro.

EL CÓDIGO PROCESAL DE LA PROVINCIA DE SANTA FE REGULA LAS FACULTADES DE LOS


JUECES:
ARTÍCULO 18º.- Los jueces y presidentes de los tribunales o, en defecto de éstos, el vocal que
corresponda, recibirán por sí las diligencias de prueba y presidirán todo acto en que deba intervenir la
autoridad judicial. Esta suplencia tendrá lugar sin necesidad de decreto ni trámite alguno, por inasistencia
o cualquier impedimento accidental del presidente, vocal o juez.
Con acuerdo de partes, la recepción de audiencias podrá ser cometida al actuario, cuando se trate de
asuntos de jurisdicción voluntaria.

ARTÍCULO 19º.- Los jueces pueden disponer en cualquier momento la comparecencia personal de las
partes, para intentar una conciliación o requerir las explicaciones que estimen necesarias al objeto del
pleito. Esta facultad se entenderá sin perjuicio de los términos fijados para dictar resolución o sentencia,
salvo lo dispuesto en el artículo 106.
ARTÍCULO 20º.- Pueden, también, para mejor proveer, ordenar que se practique cualquier diligencia
que estimen conducente y que no sea prohibida por Derecho, y prescindir de la lista de peritos cuando
fueren necesarios conocimientos especiales dentro de determinada profesión.

ARTÍCULO 21º.- El debate judicial es dirigido por el juez, quien deberá adoptar todas las medidas que
estime conducentes al esclarecimiento de los hechos, a mantener la igualdad entre las partes y a obtener
la mayor rapidez y economía en el proceso.
A tal efecto, podrá disponer de oficio, aún compulsivamente, en cualquier estado de la causa, la
comparencia de los peritos y de los terceros para interrogarlos con la amplitud que creyere necesaria; y
ordenar que se agreguen documentos existentes en poder de las partes o a los que las mismas se hayan
referido. Todo con las formalidades prescriptas en este Código.
Puede también de oficio revocar sus propios decretos y resoluciones interlocutorias que no se hubieren
notificado a ninguna de las partes y disponer cualquier diligencia que fuere necesaria para evitar la
nulidad del procedimiento.

ARTÍCULO 22º.- Los jueces deben cuidar el decoro y orden en los juicios, el respeto a su autoridad e
investidura y el recíproco que se deben las partes. Además de las facultades conferidas por la Ley
Orgánica, tienen la de expulsar de las audiencias a quienes obstruyen su curso o infrinjan lo dispuesto
al principio y la de mandar devolver todo escrito ofensivo o indecoroso, caso éste en el que deberá
dejarse por secretaría nota sumaria del pedido.
Las correcciones disciplinarias no restrictivas de la libertad personal, sólo serán apelables en efecto
devolutivo.

ARTÍCULO 23º.- El juez y el secretario podrán exigir en todo momento la comprobación documental de
la identidad personal de los que intervinieren en los juicios, cualquiera fuere su carácter.

Principio de autoridad.
Principio de Autoridad convierte al Juez en el conductor del proceso, otorgándole atribuciones e
imponiéndole deberes que se encaminan al logro y alcance de los fines del proceso que conoce. Hay
quienes consideran que constituye un intermedio entre el juez dictador y el juez espectador; que
manifiesta la concepción publicística que tiene la normatividad procesal vigente. El principio de dirección
judicial del proceso delega en la figura de juez constitucional el poder-deber de controlar razonablemente
la actividad de las partes, promoviendo la consecución de los fines del proceso de manera eficaz y
pronta.

Procedimiento para la retardada justicia.


Los procedimientos para la resolución de la retardada justicia están consagrados en los artículos 109 y
110 del CPCC de Santa Fe.
Por su parte, la retardada justicia provoca como principal consecuencia el pedido de pronto despacho,
para el cual su característica esencial es que le saca la jurisdicción al juez en ese proceso especifico.
(Existen algunas excepciones cuando el caso resulta muy complejo, extendiéndose el plazo para
pronunciarse en el proceso).
Ver artículos 109, 110, 111, 112 y 113 del Código Procesal Civil y Comercial de Santa Fe.
BOLILLA II
LA ACCIÓN PROCESAL

CONCEPTO: “Potestad o facultad de instar o promover ese proceso. Se encuentra en cabeza de todos
los ciudadanos y está consagrada en la CN.
Derecho a peticionar ante las autoridades, el juez tiene que dar una respuesta. Es un derecho subjetivo
y abstracto, la acción no es suficiente para garantizar la protección del derecho”.

La acción es un derecho del sujeto frente al Estado, del cual no solo es titular quien obtenga una
sentencia favorable sino todo aquel que pueda obtener, un pronunciamiento expreso sobre el fondo de
la cuestión en debate.
Para obtener una sentencia sobre el fondo deben ser cumplidos los presupuestos procesales: juez
competente, capacidad de las partes, demanda valida, inexistencia de un proceso igual en trámite.
Cumplidos los presupuesto procesales, se deberá cumplir una segunda etapa: ejercer una “acción
valida”: 1) legitimación; 2) interés y 3) vigencia.
1. La legitimación activa supone la identidad entre la persona a quien la ley concede el derecho de
acción y quien asume en el proceso el carácter de actor; mientras que la legitimación pasiva que
existe cuando hay identidad entre la persona habilitada para contradecir y quien ha sido
demandado.
2. El interés exige que la finalidad que el solicitante se propone lograr mediante el ejercicio de la
acción no se pueda ser alcanzada sino por medio de la sentencia judicial. En segundo lugar, que
la decisión judicial no mantenga a las partes en la misma situación en la que estas se
encontraban antes del proceso.
3. La vigencia de la acción supone que no esta no se haya agotado con su ejercicio, mediante la
obtención de sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada y que el derecho no esté prescripto.

Este derecho a peticionar la intervención de la jurisdicción, el cual reconoce raigambre constitucional:


Artículo 14 CN: Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las
leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y
comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino;
de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse
con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender. Artículo 18 CN: Ningún
habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso,
ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de
la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden
escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. (…).

A) PROHIBICION DE LA AUTO DEFENSA.


La posibilidad de peticionar que se ponga en movimiento la jurisdicción tiene su correlato en la limitación
que se impone a los habitantes para el uso de la fuerza. El uso de la violencia queda reservado, en
principio, al Estado, salvo en los casos extremos en que no puede esperarse que llegue a tiempo el
auxilio estatal ante la gravedad e inmediatez de la violación de un derecho primordial (el ejemplo más
ilustrativo es la legítima defensa).
Dentro de los supuestos de excepción se incluye la autorización a los particulares para mantener la
tenencia de una cosa hasta tanto se pague lo que es debido en razón de esa misma cosa (derecho de
retención; art. 2587 CCyC) o, más genéricamente, la facultad de no cumplir la obligación hasta que no
cumpla la propia la otra parte (excepción de incumplimiento contractual art 1031, CCyC).

La acción como invocación de la garantía del Estado.


Cuando la defensa de los derechos individuales es asumida por el Estado mediante la institución de los
jueces públicos, la acción pasa a significar el recurso con que el ciudadano invoca, en su propio favor,
la fuerza pública del Estado.
La observancia del derecho está confiada a la razón y a la libre voluntad de los hombres a quienes se
dirige. La actuación de la fuerza es una razón extrema que se tiene en reserva por el Estado. La relación
jurídica entre los particulares no es un poder de sujeción de un hombre sobre otro hombre, es una
expectativa del titular del derecho que para la satisfacción del propio interés cuenta con la voluntaria
colaboración del obligado. Al faltar el voluntario cumplimiento del obligado, el titular del derecho se dirige
al Estado a fin de que como garante de la observancia del derecho, convierta la obligación en sujeción.
Esta facultad de invocar del Estado en beneficio propio la prometida garantía de la observancia del
derecho es, la acción.

B) LA ACCION COMO CONDICION PARA EL EJERCICIO DE LA JURISDICCION: El Estado ha dado


al individuo la facultad de invocar justicia en favor propio cuando su derecho subjetivo apareciese sin
satisfacer, tal invocación es una condición indispensable para poner en movimiento la jurisdicción y
atribuirle al órgano judicial un poder que le permita proceder útilmente ante una violación del derecho
objetivo para restablecer su observancia.
En nuestro ordenamiento jurídico la regla fundamental es que no se tiene jurisdicción sin acción, esto es
que la justicia no se mueve si no hay quien la solicite.
Por este carácter que se podría llamar de necesaria indiferencia inicial y en fuerza del cual la jurisdicción
aparece siempre como función provocada por un sujeto agente, la misma se distingue de las otras
funciones del Estado, la legislación y la administración que se ejercitan normalmente de oficio.
Incluso en aquellos casos en los que el Estado siente imperiosamente el interés en la reintegración de
la observancia del derecho, no pudiéndolo subordinar a la petición del particular no atribuye la facultad
de proceder de oficio al juez, sino que crea frente a él un órgano público que tiene específica función de
ejercitar la acción en interés público y de estimular así la función del juzgador. Esto se ve típicamente en
el proceso penal en el que la función del acusador está confiada al Ministerio Público, especialmente
creado para ejercitar la acción penal que es siempre pública.
La acción constituye pues una condición de derecho en lo civil y en lo penal, un límite y una condición
de la jurisdicción. Nos damos cuenta de que bajo un cierto aspecto la acción aparece como la petición
que el ciudadano hace al Estado de un servicio que favorece a su interés particular, ya que aspira a
obtener a través de la jurisdicción la satisfacción de su derecho subjetivo. Bajo otro perfil la acción
aparece a su vez, como un servicio que el ciudadano presta al Estado, en cuanto al pedirle justicia, le
proporciona la ocasión de intervenir en defensa del derecho objetivo.

C) TEORIAS SOBRE LA ACCION EN SENTIDO ABSTRACTO Y LA ACCION EN SENTIDO


CONCRETO.
Teorías sobre la acción en sentido abstracto y la acción en sentido concreto.
a) Escuela clásica¸ identificación de la acción con el derecho: construyo la teoría civilista de la
acción, su principal exponente Savigny, sostenía que la acción no era sino “el aspecto particular
que todo derecho asume a consecuencia de su lesión”. La acción no era algo distinto del derecho
sustancial sino que era este mismo puesto en movimiento por efecto de su violación.
Cuando la violación del derecho se produce, aparece un estado nuevo: el estado de defensa, y
llama acción al conjunto de modificaciones en el derecho por efecto de la causa referida.
Conclusiones: 1)no hay derecho sin acción; 2) no hay acción sin derecho, del cual este no es
mas que un elemento y 3) según la naturaleza del derecho violado, será la acción que lo defienda
( a un derecho personal corresponde una acción personal, y derecho real, una acción real).
La escuela clásica que no elabora una doctrina procesal de acción sino civil ha tenido el merito
de enfatizado sobre el concepto de acción, que al ser estudiado intensivamente y bajo ópticas
diferentes, ha dado vuelo a una nueva disciplina jurídica: el derecho procesal, al que a partir de
entonces se le reconoció carácter autónomo.
b) Doctrina moderna: autonomía de la acción: Windscheid destaco a la acción como un concepto
diferente y autónomo del derecho subjetivo, concibiéndola como un poder –solo agotable con la
sentencia- de hacer valer en juicio una pretensión contra el demandado. La separo de la
pretensión y de la demanda, le falto claridad al tratar la primera. Muther de manera diversa a la
acción la visualizo dirigía contra o hacia el juez. Sostuvo que la acción es un derecho subjetivo
que no solo se dirige contra el deudor para obtener de tal modo el cumplimiento de una obligación
antes resistida por este, sino también contra el Estado, a cual se reclama la presentación de a
tutela jurídica mediante el dictado de una sentencia favorable.
La acción asi concebida, tiene su génesis en la violación de un derecho subjetivo privado, es
independiente de el y esta regulada por el derecho publico.
La polémica Windscheid-Muther se elaboran teoría dirigiéndose por dos caminos diferenciados:
un derecho concreto que solo compete a quienes tienen razón; a acción no es el derecho, pero
hay acción sin derecho. Por otro, de una u otra forma participan de la idea de la acción como un
derecho abstracto de obrar. Para estas últimas doctrinas, la acción seria el poder jurídico que
tiene toda persona de acudir a los órganos jurisdiccionales para reclamarles la satisfacción de
una pretensión.
Estas teorías no pueden independizar la “acción” del derecho sustancial y en la practica se
acercan a la escuela clásica.
Las teorías que parten de la idea de que la acción es un derecho abstracto, consideran que los
sujetos tienen derecho al proceso, aun cuando no tengan una satisfacción favorable, porque al
iniciarlo ignoran cual va a ser el resultado del pleito. Aunque la demanda sea infundada, el juez
no puede obviar el considerarla, aunque solo sea para desestimarla.
c) Teoría de Chiovenda: considero a la acción como un derecho potestativo diferente de la
obligación y autónomo respecto de ella, que como efecto jurídico provoca la coaccion del Estado.
La acción es un derecho que se ejerce frente al Estado y no contra el, y que garantiza al acreedor
de la obligación que el Estado pondrá a su alcance todos los medios posibles para asegurar su
cumplimento.
d) Posicion de Guasp y Palacio: han traslado el problema de la acción al de la pretensión; el primero
dice que el derecho de acción es el poder concedido por el Estado para formular pretensiones,
mientras que el segundo la define como el poder de hacer valer una pretensión.
e) Intrpretacion de Arazi: la acción es un derecho del sujeto frente al estado, del cual no solo es
titular quien obtenga una sentencia favorable sino todo aquel que pueda obtener un
pronunciamiento expreso sobre el fondo de la cuestión en debate.

D) DERECHO DE CONTRADICCION. CONCEPTO. RELACIÓN CON LA ACCIÓN.

La contradicción (o defensa) es el acto en cuya virtud el sujeto pasivo de la pretensión reclama ante el
órgano judicial, y frente al sujeto activo, que se desestime la actuación de aquélla. Es aquel que
pertenece a todo sujeto, bien sea persona natural o jurídica, por el simple hecho de ser accionado o
demandado, mediante el cual, se defiende de las pretensiones o imputaciones (excepción). Quien
reclama ante la jurisdicción (el actor) algo contra otra persona, tiene el mismo derecho al proceso que
su contenedor. Uno y otro pedirán al amparo de la ley que entienden los asiste, la tutela jurisdiccional.
El reseñado sería el concepto más amplio que puede darse de la palabra EXCEPCIÓN, esto es, el
derecho que cabe a las personas para oponerse a las acciones que se promueven en su contra.
Como advierte Couture, también se utiliza el término Excepción para aludir a la pretensión del
demandado que, escudándose únicamente en el derecho de fondo, solicita que se lo libere de soportar
la pretensión del actor: así hablaremos por ejemplo de excepción de pago, de compensación, de dolo,
de nulidad. Si se comprueba su existencia eso demostrará la inexistencia de la obligación.
En un tercer sentido, la palabra excepción se utiliza para denominar a ciertos tipos específicos de
defensas que regulan los códigos procesales y que tiene que oponerse antes de la contestación de la
demanda en los procesos de conocimiento o cuando se es citado de venta o intimado de pago en los de
ejecución. En los procesos de ejecución las llamadas “excepciones” son las únicas defensas que puede
articular el ejecutado.

Este derecho es una emanación del derecho constitucional de la defensa que debe reinar en todo
proceso legal. El derecho de defensa surge de la CN en el art. 18: “… Es inviolable la defensa en juicio
de la persona y de los derechos…” y es uno de los derechos fundamentales del hombre.

El derecho de contradicción al igual que el derecho de acción, se fundamenta en un interés general,


dado que no mira en específico la defensa del demandado o imputado, sino el interés público del respeto
a los principios constitucionales de no poder ser juzgado sin antes ser oído, sin darle los medios
adecuados para su defensa, en el plano de igualdad de oportunidades y derechos, y el que niega el
derecho de hacer justicia por su propia mano.

Naturaleza jurídica.
Si bien la pretensión y la contradicción aparecen así como anverso y reverso de una misma figura, sólo
la primera constituye objeto del proceso. Los distintos tipos de oposición que el demandado puede
formular sólo tienen incidencia en la delimitación del área litigiosa y en la mayor amplitud que imprimen
al thema decidendum, pero no alteran el objeto del proceso, que está exclusivamente fijado por el
contenido de la pretensión.

Generalmente la doctrina pone de resalto el paralelismo existente entre la acción y una de las clases de
contradicción: la excepción. Se afirma que frente a la acción del actor, que tiende a una declaración
positiva, pertenece al demandado, a modo de réplica, una acción destinada a obtener una declaración
negativa, de modo tal que la excepción sería la acción del demandado.
Como consecuencia de este criterio la polémica suscitada en torno de la naturaleza de la acción se ha
hecho extensiva al ámbito de la excepción. Sus conclusiones son susceptibles de los mismos reparos
expuestos en esa oportunidad y resultan también inoperantes para resolver los concretos problemas que
suscita la experiencia del proceso. Basta señalar que la oposición a la pretensión, en general, y no sólo
la excepción, constituye un acto procesal del demandado que reconoce, como presupuesto, el derecho
de acción que también corresponde a este último en calidad de ciudadano y frente al órgano judicial.
El derecho a defenderse, más que un derecho cívico, más que un derecho subjetivo público de rango
constitucional, es por encima de ello un derecho fundamental del hombre. Así lo han considerado, la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre, la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, el
Pacto de san José de Costa Rica y la Convención europea para la Protección de Derechos Humanos y
Libertades Fundamentales; la CN reconoce a todo ciudadano el derecho a la jurisdicción y al proceso,
sino fuera así todas los derechos subjetivos, reconocidos en ellas y en las leyes dictadas en
consecuencia serían letra muerta. El derecho de defensa es también un derecho procesal que con el
nombre de excepción, designa a la acción que cabe al demandado o al acusado.

Finalidad del derecho de contradicción: En cuanto al fin, persigue por una parte la satisfacción del interés
público en la buena justicia; y por la otra, la tutela del derecho constitucional de la defensa y libertad
individual.

Sujetos del derecho de contradicción: Así como en la acción el sujeto es el actor (sujeto activo) y el
Estado (sujeto pasivo); en la pretensión, el sujeto activo es el actor y el pasivo el demandado; en el
derecho de contradicción, el sujeto activo será el demandado o el sujeto pasivo el Estado.

Formas de ejercerlo.
El derecho de contradicción que ostenta el demandado puede ser ejercido:
Pasiva: El demandado se limita a recibir la citación, "notificación o intimación y espera el resultado del
proceso sin tomar ninguna defensa.
Oposición: Aquella que ejerce el demandado con el objeto de dejar sin efecto la pretensión del
accionante, y puede tomar la forma de objeción u excepción. En la primera, el demandado se limita a
contradecir las pretensiones en que se fundamenta la demanda del accionante; en tanto que en la
segunda, es decir, en la excepción, como se verá más adelante, el demandado invoca otros hechos
distintos en los que se fundamenta la pretensión del accionante, para fundamentar su, defensa.
Allanamiento: Se produce cuando el demandado conviene o acepta toda la pretensión del accionante,
tanto en los hechos como en el derecho invocado.
Impedimentos procesales: Consiste en que el demandado opone defensas tendientes a depurar el
proceso o impedir su continuación, tal como lo son las cuestiones previas a que se refiere el artículo 346
del Código de Procedimiento Civil.

LA PRETENSIÓN

CONCEPTO. “Constituye el contenido de la voluntad petitoria, la aspiración postulada por quien ejercita
la acción. Para que la pretensión sea acogida debe ser fundada, es decir tener amparo legal.
Si la pretensión es rechazada por medio de una sentencia que declare que el demandante no tenía
razón, igualmente habrá ejercido la acción. La pretensión estaría dada por la clase de pronunciamiento
que se reclama al órgano jurisdiccional (condena, declaraciones, etc).

El objeto de la PRETENSIÓN (que se pretende) está constituido por el determinado efecto jurídico
perseguido (el derecho o la relación jurídica que se pretende o la responsabilidad del sindicado), y por
consiguiente la tutela jurídica que se reclama; es lo que se persigue con el ejercicio de la acción.
La razón o causa de la PRETENSIÓN (por que se pretende, en que se basa la pretensión para que sea
viable) es el fundamento que se le otorga a la pretensión, es decir, que lo reclamado se deduce de ciertos
hechos que coinciden con los presupuestos fácticos de la norma jurídica, cuya actuación es solicitada
para obtener los efectos jurídicos. La razón de la pretensión puede ser de hecho, contentiva de los
fundamentos fácticos en que se fundamenta la misma, los cuales encuadrarán el supuesto abstracto de
la norma para producir el efecto jurídico deseado; y de derecho, que viene dado por la afirmación de su
conformidad con el derecho en virtud de determinadas normas de derecho material o sustancial.
No debe confundirse la causa con los simples argumentos expuestos por el actor, ni mucho menos, con
la norma o normas jurídicas invocadas, pues no son éstas las que individualizan la pretensión sino los
hechos afirmados, en la medida de su idoneidad para producir un determinado efecto jurídico.

Elementos de la pretensión:
1) Sujeto: se trata de sujetos activos (actor) y del sujeto pasivo (demandado).
2) Objeto: aquello que persigue el actor mediante la pretensión y tiene dos aspectos
i) Objeto inmediato: es la clase de pronunciamiento judicial que reclama el actor (condena,
ejecución, declaración).
ii) Objeto mediato: es el bien sobre el cual recae el reclamo.
3) Causa o titulo: son las situaciones de hecho invocadas por el actor para reclamar. Ej yo puedo
reclamar una suma de dinero a causa de que realice un trabajo.

Clasificación de las pretensiones.


Las pretensiones procesales pueden clasificarse, por una parte, en pretensiones de conocimiento, de
ejecución y cautelares, y, por otra, en pretensiones reales y personales, según que, respectivamente, se
tenga en cuenta la índole del pronunciamiento que persiguen, o la naturaleza del derecho material
invocado como fundamento de ellas.

1) Las pretensiones de conocimiento son aquéllas mediante las cuales se solicita al órgano judicial que
dilucide y determine el contenido y alcance de una situación jurídica. Se dividen, a su vez, en:
pretensiones declarativas, de condena y determinativas.

a) Las pretensiones declarativas tienden a obtener un pronunciamiento que elimine la falta de certeza
sobre la existencia, eficacia, modalidad o interpretación de una relación o estado jurídico.
La característica fundamental de este tipo de pretensiones consiste en que la mera declaración de
certeza resulta suficiente para satisfacer el interés de quien las propone y, por lo tanto, para agotar el
cometido de la función jurisdiccional.
Pueden ser positivas o negativas según que, respectivamente, se basen en la afirmación de un efecto
jurídico favorable al actor o en la inexistencia de un efecto jurídico favorable a la otra parte. Constituyen
ejemplo de las positivas, la pretensión declarativa de adquisición de propiedad por prescripción
(ley14.159), la de reconocimiento de filiación, la de pago por depósito judicial, etcétera; y de las
negativas, la pretensión negatoria, la de nulidad de un acto jurídico, la de falsedad de un instrumento
público.
El código vigente admite, en términos generales, la pretensión meramente declarativa "para hacer cesar
un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades de una relación jurídica, siempre
que esa falta de certeza pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor y éste no dispusiere de otro
medio legal para ponerle término inmediatamente" (CPN, art. 322).
De esta norma se infiere que la admisibilidad de la pretensión se halla supeditada a la concurrencia de
dos requisitos:
* Que el estado de incertidumbre en que se funda derive de circunstancias de hecho que,
objetivamente apreciadas, revistan suficiente aptitud para provocar un daño;
* Que no exista otra vía legal para hacer cesar la incertidumbre.

Una modalidad particular de las pretensiones declarativas se halla representada por las llamadas
pretensiones constitutivas, las cuales se configuran toda vez que, según la ley, la incertidumbre sobre la
existencia, validez, etcétera, de una relación o estado jurídico debe ser eliminada, insustituiblemente, a
través de una declaración judicial (declaración de incapacidad, de adopción, de divorcio, de nulidad de
matrimonio, etc.).
b) Las pretensiones de condena son aquéllas mediante las cuales se reclama el pronunciamiento de una
sentencia que imponga al demandado el cumplimiento de una prestación (de dar, de hacer, o de no
hacer) a favor del actor. Además, dicha sentencia hace explícita la sanción que la ley imputa a ese
incumplimiento y configura, por ello, un título ejecutivo judicial (también llamado "título ejecutorio") que
puede ser hecho valer por el acreedor como fundamento de una nueva pretensión tendiente a obtener
la realización coactiva de su derecho.

Las pretensiones determinativas o especificativas son aquéllas mediante las cuales se pide al juez que
fije los requisitos o condiciones a que quedará supeditado el ejercicio de un derecho. Tienden, por lo
tanto, a la complementación o integración de ciertas relaciones jurídicas cuyos elementos o modalidades
no se encuentran determinados o especificados por completo (la pretensión de fijación del plazo en los
términos de los arts. 618 y 751 del Cód. Civ.; la que persigue la determinación de un régimen de visitas
a los hijos, etc.).

2) Las Pretensiones de ejecución son las que tienen por finalidad hacer efectiva la sanción impuesta en
una sentencia de condena (título ejecutivo judicial), u obtener el cumplimiento de una obligación
documentada en algunos de los instrumentos a los cuales la ley acuerda una presunción de legitimidad
(títulos ejecutivos extrajudiciales: confesión de deuda líquida y exigible; créditos documentados en letras
de cambio, pagarés, cheques, etc.).
La diferencia entre estas pretensiones y las de conocimiento reside en sus efectos inmediatos. Mientras
las de conocimiento producen, como efecto inmediato, la posibilidad de que el sujeto pasivo las
contradiga mediante el planteamiento de oposiciones no limitadas en cuanto a su alcance y contenido,
las pretensiones ejecutivas inciden en forma inmediata sobre el patrimonio del deudor a través del
cumplimiento de las medidas coactivas previstas por la ley, sin que sea necesaria la previa provocación
del contradictorio. Ello sin perjuicio de que en una etapa ulterior de conocimiento, el ejecutado deduzca
determinadas oposiciones al progreso de la ejecución, no relacionadas con la legitimidad de la causa
del crédito.

3) Las pretensiones cautelares son las que tienden a la obtención de una medida judicial (embargo,
secuestro, anotación de la litis, etc.) que asegure el eventual cumplimiento de la sentencia de mérito a
dictar en un proceso de conocimiento o de ejecución.
gNo son, por lo tanto, pretensiones autónomas, pues se encuentran subordinadas a una pretensión
principal ya deducida, o próxima deducirse. Están sujetas a los siguientes requisitos: 1°) La verosimilitud
del derecho invocado como fundamento de la pretensión principal; 2°) El temor fundado de que ese
derecho se frustre durante la tramitación del proceso tendiente a tutelarlo; 3o) La prestación de una
contracautela por parte del sujeto activo.

Reales y personales:
Esta distinción reviste importancia práctica en los siguientes aspectos:
1) La determinación de la competencia por razón del territorio. El CPN establece que en las
pretensiones reales sobre inmuebles será competente el juez del lugar donde esté situada la cosa
(art. 5°, inc. 1°); en las pretensiones personales de origen contractual el juez del lugar en que deba
cumplirse la obligación y, en su defecto, a elección del actor, el del domicilio del demandado o el
del lugar del contrato, siempre que el demandado se encuentre en él, aunque sea accidentalmente,
en el momento de la notificación (art. 5o, inc. 3o), y en las pretensiones personales derivadas de
delitos o cuasidelitos, el del lugar del hecho o del domicilio del demandado a elección del actor
(art. 5o, inc. 4o);
2) El fuero de atracción en los procesos universales (Cód. Civ., art. 3284; ley 24.522, arts. 21, inc. Io
y 132);
3) La eficacia de las sentencias extranjeras para ser cumplidas en el territorio nacional (CPN, art.
517, inc. Io)

Las pretensiones personales que se mencionan son las que emergen tanto de derechos personales
patrimoniales como de los derechos personalísimos (derecho a la vida, al honor, al nombre, a la libertad
física, etc.) y como de los derechos potestativos (derechos que corresponden a los cónyuges entre sí, a
los padres respecto de sus hijos, y a los tutores y curadores respecto de sus pupilos). Tanto a las
pretensiones personalísimas, como a las de estado, les son aplicables en lo compatible, y a falta de
normas expresas, las reglas establecidas para las pretensiones personales de contenido patrimonial, y
lo mismo cabe decir con respecto a las pretensiones fundadas en derechos intelectuales e industriales.

C) ACCIÓN, PRETENSIÓN Y DEMANDA.


La acción es el derecho de lograr un pronunciamiento judicial sobre el fondo, que aplique la ley a un
caso determinado.
La demanda es un acto de petición mediante el cual se ejercita el poder de accionar.
La pretensión es lo que se pide al juez, el pronunciamiento que desea obtener de la jurisdicción.
BOLILLA III
PROCESO

A) CONCEPTO, CONTENIDO Y FINES DEL PROCESO.


En fin, se puede definir al proceso judicial como aquella actividad compleja, progresiva y metódica, que
se realiza de acuerdo con reglas preestablecidas (por la ley – código procesal), cuyo resultado será el
dictado de la norma individual de conducta (sentencia), con la finalidad de declarar el derecho material
aplicable al caso concreto (ARAZI).
El proceso es una serie concatenada de actos procesales realizados por las partes, el juez y los
auxiliares de justicia con el propósito de obtener una sentencia, mediante la cual el estado, por medio
de sus órganos jurisdiccionales, establece cual es la protección que corresponde a un determinado
interés.
Como ocurre frecuentemente en nuestro lenguaje, una misma palabra denota al mismo tiempo el acto y
al documento, a la acción y al film cinematográfico que la registra. Muchas veces se suele utilizar el
término proceso como sinónimo de:

Procedimiento: aun cuando en el lenguaje común proceso y procedimiento son empleados a veces como
sinónimos no debemos confundirlos. El primero indica la totalidad de la actividad; el segundo se refiere
a cada uno de los trámites a seguir para que el juez conozca los presupuestos que le permitan dictar la
sentencia que ponga fin al conflicto. Procedimiento es el conjunto de actos y formalidades a las que
deben someterse el juez, las partes y las demás personas que intervienen en el proceso. El
procedimiento es la estructura técnica; es la forma del fenómeno total denominado proceso. Por ello, un
proceso puede contener más de un procedimiento

Expediente: es solo la crónica escrita, oficial y fehaciente de los actos procesales realizados.

Juicio: es frecuente emplear la palabra juicio para representar al proceso, pero esto es inadecuado pues
el juicio es lo que hace el juez en la sentencia, cuando sobre la base del conocimiento adquirido mediante
los actos procesales declaran el derecho material.

Litigio: es el conflicto de intereses presentado a un juez para que lo resuelva; no es proceso, pero está
en él. El proceso reproduce o representa el litigio, porque este es el medio para componerlo. Se procesa
el litigio, que es resuelto mediante la sentencia.

Elementos del proceso. Podemos distinguir en el proceso tres tipos de elementos esenciales: el
elemento subjetivo; el elemento objetivo y el elemento teleológico.

El elemento subjetivo del proceso.


Los sujetos procesales: En el proceso cabe distinguir dos tipos o clases de sujetos: los sujetos
necesarios o esenciales y los sujetos eventuales o secundarios. Esta clasificación atiende al hecho de
que, la presencia de los primeros hace a la existencia misma del proceso, al tiempo que los segundos,
encontrándose o no presentes no van a alterar la sustancia del proceso sino que, simplemente, lo van a
calificar. Son sujetos necesarios o esenciales del proceso el Juez o Tribunal y las partes.
Los sujetos que encarnan la función jurisdiccional (los jueces) aparecen en el proceso como una
autoridad (autoridad imparcial e impartial dotada de ciertas atribuciones que ejerce independientemente
en un proceso dice Jorge W. Peyrano en su excelente definición de la función jurisdiccional). Esta
condición de autoridad la ostentan los jueces en tanto y en cuanto estén obrando como tales en el marco
de un proceso. Fuera de ello no se distinguen, en cuanto a prerrogativas, de ningún otro ciudadano.

LAS PARTES: Parte es todo sujeto esencial o necesario que requiere por sí, o en cuyo nombre se
requiere, la satisfacción de una pretensión; y aquél contra quien dicha satisfacción es requerida.
El proceso es una relación jurídica entre dos partes: una que pretende (acciona) y otra que contradice
(reacciona, se defiende). Por el principio del contradictorio esencial para la búsqueda de la solución en
un método dialéctico- las dos partes se enfrentan como se adelantara- delante de un tercero imparcial:
el juez o tribunal que es el otro sujeto esencial del proceso. Si el proceso tiene por objeto final el de
imponer el derecho, y como más inmediato el de componer un litigio o satisfacer pretensiones, siempre
nos encontramos con esta oposición. Incluso en el proceso penal, el Estado, al lado del juez, crea la
figura del Ministerio Público que, en defensa de la sociedad, obra como parte actora reclamando la
sanción del imputado, así el juez puede mantener su función esencialmente (estructuralmente) imparcial,
existiendo los dos legítimos contradictores.
Debe entenderse que lo que da la condición de parte (procesalmente hablando) es, entonces, la posición
en el proceso, independientemente de la calidad del sujeto de derecho sustancial (esto es, que se tenga
o no el derecho o la razón), e independientemente de que se actúe por sí o por medio de representación.
Las partes lo son el que demanda y el que es demandado o a nombre de quien se ejercen dichos actos.
Los letrados apoderados no son parte porque ejercen los actos en nombre de la parte que es quien los
ha instituido como tales.
Toda persona puede actuar en un proceso como parte. Si es capaz puede hacerlo por sí, si es incapaz
(menores, por ejemplo) debe hacerlo por medio de su representante legal. Pero la actuación por sí mismo
en un proceso no implica que cualquiera pueda litigar lisa y llanamente. El artículo 31 del Código Procesal
Civil y Comercial establece que en los juicios universales y en los contenciosos ante los jueces letrados
es obligatorio para los litigantes hacerse representar por apoderado inscripto en la matrícula de
procuradores y, entre otras excepciones específicas aclara que podrá prescindirse de ese requisito
"…cuando se actúe con firma de letrado (esto es, con patrocinio letrado pero sin la representación de
éste) o cuando los abogados y procuradores actúen en causa propia, lo cual demuestra que esta
exigencia es, en definitiva, una garantía del efectivo y adecuado ejercicio del derecho de defensa.

El elemento objetivo del proceso. Los actos procesales.


El proceso se desarrolla por medio de actos emanados de las partes, de los órganos de la jurisdicción o
aún de terceros ajenos a los litigantes.
Un acto jurídico es un hecho voluntario y lícito que tiene por fin inmediato crear, modificar o extinguir una
relación jurídica. Un acto jurídico procesal (que es una especie del anterior) de igual manera es un hecho
voluntario y lícito que tiene por fin inmediato crear, modificar o extinguir una relación jurídica procesal,
es decir, un proceso (interponer una demanda, desistir de ella, reconvenir, producir una prueba, dictar
sentencia, etc.).
Los actos procesales admiten ser clasificados desde un punto de vista subjetivo, esto es, según el sujeto
procesal del cual emanan. Tenemos así, actos del Juez o Tribunal, actos de parte y actos de terceros.

Funciones y fines del proceso civil y comercial.


La paz social es el fin perseguido por el Estado de Derecho. Esa paz social, al menos en nuestro sistema,
consiste en un estado general de libertad jurídica.
De hecho, el sólo pensar en algunas disposiciones de nuestra Carta Magna, nos hace inferir esa
conclusión. Los artículos 14 a 20 de nuestra Constitución nacional no son más que un catálogo de
libertades de los ciudadanos y extranjeros que habitan este suelo, y la conclusión de lo que hemos
expresado se advierte prístinamente de la última parte del artículo 19, cuando expresa que Ningún
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
Es imperioso entender, desde el punto de vista jurídico -no sociológico- cómo se produce la alteración
de ese estado de paz social, porque es esa la base del funcionamiento del proceso jurisdiccional. Si bien
desde un punto de vista sociológico podríamos expresar sin temor a error que quien, por ejemplo, no
paga el precio de algo que ha comprado o no devuelve un inmueble al final de un contrato de locación
de plazo determinado, es el que altera la paz social; debemos admitir que tales situaciones pueden, sin
ningún problema, ser toleradas tanto por el acreedor como el locatario y la paz social, entendida como
estado de libertad jurídica de todos los coasociados, no se ve alterada en lo más mínimo.
Ahora bien, si no se presenta la situación de tolerancia a que hemos referido, surge en el seno de la
colectividad un conflicto intersubjetivo de intereses que técnicamente se denomina litis (también lite o
litigio). La litis, debe ser entendida como el supuesto en que un individuo pretende sustituir el estado de
libertad jurídica de otro por uno distinto que contemple su voluntad (pretensión).
La idea de la litis o litigio subyace en la idea del proceso como un medio o herramienta destinado a
componerla (solucionar el conflicto) o a prevenirla; a la vez, las modalidades del litigio cualifican al
proceso en sus distintas especies.
Se puede decir que, desde el punto de vista de la parte, el fin inmediato del proceso es la satisfacción
del derecho subjetivo y mediatamente la vigencia del derecho objetivo; al tiempo que, desde el punto de
vista del Estado, el fin inmediato del proceso es la vigencia del derecho objetivo y, mediatamente, la
satisfacción del derecho subjetivo o interés individual.

Proceso civil y proceso penal.


La distinción decisiva y fundamental entre las dos formas tiene su origen en la diversa entidad del interés
comprometido en los procesos, o sea, interés público por un lado e interés privado por el otro, de los que
derivan los principios esenciales que caracterizan a cada uno de ellos: SISTEMA DISPOSITIVO EN EL
CIVIL Y SISTEMA INQUISITIVO EN EL PENAL. En realidad se trata de dos aspectos de un mismo
fenómeno; de dos caminos que tienen en común lo procesal.
Francesco Carnelutti, luego de explicar las diferentes formas represivas de la sanción contenidas en los
preceptos jurídicos, esto es, la restitución (sanción civil) y la pena (sanción penal) describe cómo en los
dos tipos de procesos se plantea una controversia y el proceso aparece como su justa composición,
para luego concluir que La diferencia, por tanto ente el proceso civil y el proceso penal responde a la
diferencia entre los dos tipos elementales de sanción jurídica, que son la restitución (sanción civil) y la
pena (sanción penal), la primera de las cuales opera en el campo económico y la segunda en el campo
moral. En cambio, no existe entre las dos la antítesis que antiguamente se ponía en el sentido de que
sólo el proceso penal comprometa el interés público, mientras que en el proceso civil no estén
comprometidos más que los intereses privados, aun prescindiendo de la observación de que uno de los
intereses en conflicto en el proceso civil puede ser, y no pocas veces lo es, un interés público, como
ocurre cuando litiga el Estado u otra persona pública, la verdad es que la justa composición de la litis es
siempre un interés público, por lo cual el fin del proceso civil no es menos público que el del proceso
penal; la fórmula moderna es que el proceso civil se hace, no para dar razón a quien la quiere, sino para
dar razón a quien la tiene, y dar razón a quien la tiene interest reipublicae, como aplicar la pena a quien
la merece; el fin del proceso civil, es pues, un fin de justicia, al igual que el del proceso penal, y es tan
público como el fin del Derecho.
Hugo Alsina señala las siguientes diferencia: 1) Como consecuencia de lo descripto en el párrafo anterior,
el impulso en el procedimiento civil corresponde preferentemente a las partes, en tanto que en el penal
se acuerda preferentemente al juez; 3) El proceso civil tiene carácter subsidiario, porque sólo funciona
en defecto de un entendimiento amigable de las partes, mientras que en el penal es obligatorio desde
que no puede existir pena sin proceso (nulla poena sine judicio); 4) En tanto que la acción civil puede
ser intentada por cualquiera aun cuando no esté legitimado, la penal sólo puede serlo por el Ministerio
Público (oficialidad) y excepcionalmente por el damnificado; 5) A diferencia de lo que ocurre en el proceso
civil, en el que la relación procesal se perfecciona ab initio, en la instrucción criminal no existe y sólo
puede hablarse de ella en el plenario; 6) El régimen de las pruebas en lo civil es diferente que en lo
penal. En éste la materia de la prueba pertenece exclusivamente al derecho formal, es decir al
procedimiento, y por eso el código penal no contiene reglas a su respecto. En cambio, l materia de la
prueba en lo civil pertenece en gran parte al derecho civil: las relaciones tienen limitaciones,
vinculaciones y obstáculos determinados por su contenido y que se reflejan en la admisibilidad y eficacia
de la prueba (forma de los actos jurídicos, prueba de los contratos, etc.); 7) Una controversia civil puede
ser sometida a la decisión de árbitros, mientras que en materia penal el proceso es indeclinable; 8)El
proceso civil puede terminar por una transacción y en cambio el penal es irrenunciable.
A ello podríamos agregar algunas pocas particularidades tal como que el proceso civil, entre otros modos
anormales, puede terminar por caducidad o perención de la instancia, lo que no puede ocurrir con el
proceso penal. En el proceso civil la muerte de una parte genera el fenómeno conocido como sucesión
de parte sin alterar al proceso, mientras que en el proceso penal, la muerte del imputado extingue la
acción penal y provoca el fenecimiento del proceso.

Naturaleza jurídica del proceso: distintas teorías.


Teoría contractualista: se basa en que existe una convención entre el actor y el demandado en el cual
se fijan los puntos del litigio.
Sobre esta base algunos autores sostuvieron que existía un verdadero contrato, debiendo el juez
pronunciarse sobre los puntos en litigio. Otros sostuvieron que se trataba de un cuasicontrato, ya que el
demandado concurre al proceso, en general contra su voluntad.

Teoría de la relación jurídica: fue expuesta por Bulow en Alemania y luego desarrollada por la doctrina
italiana. Sostiene que en el proceso existe una relación jurídica procesal –entre todos los que intervienen
en el proceso (Estado-partes)- que crea derechos y obligaciones para los intervinientes.
En Italia su expositor fue Chivoeda, el cual afirmaba que esta relación jurídica era “publica, compleja,
unitaria y autónoma”. Publica porque deriva de normas que regulan la actividad publica, la de
administrar justicia. Compleja porque comprende al conjunto de derechos y obligaciones de los que
intervienen en el proceso. Unitaria porque todo tiene a un solo fin: la actuación de la ley. Autónoma
porque esta relación tiene vida propia, ya que existe independientemente de la relación de derecho
material.
Esta teoría tiene muchos seguidores, pero no hay acuerdo entre quienes se establece la relación jurídica.
Para algunos es triangular por que se establece entre las partes y entre cada una de ellas y el juez. Para
otros es bipartita, por que se establece entre el juez y cada una de las partes. Por ultimo hay quienes
sostiene se establece solo entre las partes.

Teoría de la situación jurídica: Goldschmidt rechaza la teoría de la relación jurídica, sosteniendo que
el proceso no es una relación, sino una situación jurídica.
Sostiene que los que intervienen en el proceso no tienen derechos y obligaciones, sino que en vez de
derechos tiene –posibilidades- (de obtener ventajas si realiza un acto procesal) o expectativas (de
obtener ventajas, si la parte contraria no realiza un acto ej. Si no contesta la demanda) o puede liberarse
de una carga procesal (ej. Si el contratio confiesa, no hace falta probar).

Teoría del complejo de relaciones: Se desarrolla en Italia (Carnelutti, Rocco, etc). Sostiene que el
proceso es una combinación de actos, y que cada conflicto que se plantea en él es una relación jurídica,
por lo cual en el proceso no habría, una sola relación jurídica, sino varias y en consecuencia, el proceso
seria un complejo de relaciones.

Teoría de la intitucion: Sostenida por Guasp, parte de la idea que la institución “es una organización
jurídica al servicio de una idea” y que en toda institución hay dos elementos fundamentales: una idea
objetiva o común y un conjunto de voluntades tendientes a que la idea se concrete.
Guasp sostiene que en el proceso se dan esos elementos. La idea común en el proceso es satisfacer
una “pretensión, un reclamo” el “el conjunto de voluntades” esta dado por la actividad de distintas
personas (actor, demandado, juez) con el fin de que se satisfaga la pretensión, aunque cada uno
entendió de manera distinta como se debe satisfacer esa pretensión.

B) LA RELACION JURIDICA PROCESAL. LOS SUJETOS DE LA RELACION PROCESAL.


A diferencia de la acción que necesariamente por su contenido nace del mundo material, la relación
jurídica procesal nace se integra se desarrolla y se extingue dentro del proceso jurisdiccional es decir
dentro del mundo procesal siendo esta el eje de dicho mundo a tal grado que sin su existencia no puede
tener cabida el proceso jurisdiccional.
En efecto se requiere del derecho de acción para promover y activar la jurisdicción como tutela de los
intereses jurídico materiales protegidos, empero el procedimiento por el cual se desarrolla dicha tutela,
seguido por normas procesales y de administración de justicia, debe necesariamente circundar alrededor
de una relación jurídica entre los sujetos procesales (partes, terceros y el juez) y entre los mismos
funcionarios jurisdiccionales (juez, secretario, auxiliares), lo que constituye íntegramente la relación
jurídica (procesal y judicial) autónoma de la material.
Se señala que la relación jurídica procesal circundaba alrededor del juez con las partes y de las partes
entre sí y con el juez, formando una relación total integral esquematizada por una relación triangular. (En
las RJP la relación no es triangular sino directa entre partes y juez, ya que no existe conflicto entre estas.)
La doctrina ha venido clasificando a los presupuestos procesales en subjetivos y objetivos en generales
y especiales; de la acción, del proceso, de la pretensión y de la sentencia. Tomando en consideración el
vínculo existente entre presupuesto procesal y relación jurídica procesal nos atrevemos a clasificar los
presupuestos procesales en: los necesarios para hacer surgir la RJP, los necesarios para integrarla; los
necesarios para regularla y desarrollarla y los necesarios para extinguirla.
Para hacerla surgir tiene que integrar debidamente la demanda: la competencia jurisdiccional, la
legitimación ad processum de las partes, la personalidad, la vida respecto del procedimiento, ritualismos
sobre la demanda –nombres, apellidos firma huella domicilio ad litem, etc), la litis pendencia, conexidad
de la causa, cosa juzgada etc.
Para integrar la RJP tenemos a las actuaciones complementarias y consecuentes de la admisión de la
demanda como son: el emplazamiento, las actuaciones y consecuencias respecto de las actitudes del
demandado (allanamiento total o parcial rechazo total o parcial de la demanda oposición de excepciones
etc.), y el respectivo otorgamiento de vistas.
Para su debido desarrollo y regularización, la RJP en el curso del proceso como son: la depuración del
juicio por omisiones, desarrollo de una debida garantía de audiencia surgida a partir del emplazamiento
del demandado – a través del otorgamiento de vistas, citaciones etc.-, la tramitación que tiendan a la
regularización y desarrollo del proceso como lo es una falta de personalidad o una improcedencia del a
vía entre otros la acumulación de procesos al resolver excepciones o incidentes planteados sobre la
conexidad de causa; los ritualismos del desarrollo de la prueba, regularización de cualquier omisión que
pueda afectar a la garantía de audiencia de las partes, nulidades por irregularidades cometidas en actos
procesales antes de dictada la sentencia definitiva.

Contenido de la relación procesal:


Se inicia con la interposición de la demanda (que es la forma normal del ejercicio de la acción), pues
desde ese momento el actor y el juez se hallan sujetos a determinados deberes procesales: el actor
queda sometido a la jurisdicción del juez, al que ya no puede recusar sin causa y se compromete a seguir
su acción hasta la sentencia. El juez debe pronunciarse sobre su competencia para conocer de la
demanda y examinar las formalidades legales.
Pero es con la contestación de la demanda cuando la relación procesal se integra, produciendo 2 efectos:
- Quedan fijados los sujetos de la relación procesal
- También las cuestiones sometidas al pronunciamiento del juez.
Producida la contestación, el actor no puede retirar ni variar su demanda, ni el demandado sus defensas.
Sobre demanda y contestación, sobre ellas debe recaer el pronunciamiento del juez, sin que él ni las
partes puedan modificarla. Cambio de la demanda: como consecuencia de una pretensión nueva
(cambia suj-obj. y causa). Modificación de la demanda: a través de hechos nuevos posteriores a la
contestación de la demanda.

Desarrollo de la relación procesal:


La actuación del juez puede ser dividida en 2 etapas:
- Periodo de conocimiento: después de escuchar las partes y examinar la prueba, dicta sentencia
poniendo fin al proceso. A su vez esta tiene 2 etapas:
a- De instrucción: corresponde a las partes una serie de actos para convencer al juez.
b- De declaración: el juez pone fin a la controversia por medio de la sentencia.

- Periodo de ejecución: cuando la parte vencida no cumple con las obligaciones que la sentencia le
impone, aplica los principios de ejecución forzada, y así satisface el interés del vencedor a costa del
interés del vencido.

Suspensión de la relación procesal:


La relación procesal se puede suspender por circunstancias que afectan a los sujetos de las mismas:
muerte o incapacidad de alguna de las partes o cesación del juez en el ejercicio de sus funciones. La
suspensión no importa la interrupción de la relación procesal, por ejemplo: en caso de incapacidad su
representante legal lo sustituye; producida la cesación del juez en su cargo, la ley determina la forma de
suplirlo. Pero mientras tanto hay un espacio de tiempo hasta que la relación procesal se reintegra,
durante el cual no pueden ejecutarse actos procesales validos, salvo que tengan por objeto una medida
precautoria.
Así la suspensión produce la interrupción de los términos, pero la interrupción de los términos no importa
la suspensión de la relación procesal; porque los términos no afectan a su existencia sino a su desarrollo.

Partes del proceso. La idea que tradicionalmente se tuvo sobre el tema era correlativa con el concepto
de acción procesal concebida como un derecho concreto, no desvinculado del derecho material que, por
medio de su ejercicio, se hacía valer o se discutía en pleito. De tal forma, para la antigua concepción, el
vocablo procesal parte configuraba un concepto equivalente al de parte de la relación jurídica material
litigiosa.
Parte es quien pretende y frente a quien se pretende, o quien reclama y frente a quien se reclama la
satisfacción de una pretensión. En todo proceso intervienen dos partes: una que peticiona en nombre
propio, o en cuyo nombre se pide la actuación de una norma legal, denominada “actora”, y otra frente a
la cual esa conducta es exigida, llamada “demandada”. La presencia de esas dos partes en el proceso
es una consecuencia del principio de contradicción, de donde se deduce que en los procedimientos no
contenciosos, mal llamados voluntarios no podemos hablar de actor o demandado, pues las
pretensiones son coincidentes.
El concepto de parte es estrictamente procesal; esa calidad está dada por la titularidad activa o pasiva
de una pretensión y es totalmente independiente de la efectiva existencia de la relación jurídica
sustancial sobre cuyo mérito se pronunciará la sentencia. Existen relaciones nacidas con motivo del
proceso que no se encuentran necesariamente precedidas por una relación material en estado de
conflicto. En otras palabras, no siempre existe plena coincidencia entre los sujetos que litigan (partes
procesales) y los sujetos de la relación cuya existencia se afirma en el proceso (partes materiales).
Pueden ser parte todas las personas, tanto físicas como jurídicas (por su propia naturaleza deben actuar
por medio de sus representantes), o sea, los entes susceptibles de adquirir derechos y contraer
obligaciones
Una misma persona puede tener en el proceso la calidad de parte actora y demandada, como ocurre en
el caso de la reconvención.

Capacidad para ser parte: es la aptitud para ser titular de derechos y deberes procesales. Si partimos
de la base de que persona es todo ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, se
infiere que toda persona goza de capacidad para ser parte. Las personas físicas adquieren capacidad
para ser parte desde su concepción y la pierden con su muerte. También la tienen las personas jurídicas,
ya sean de derecho público o privado. Tiene este tipo de capacidad toda persona natural o jurídica por
el solo hecho de serlo.

Capacidad procesal: no siempre el que puede ser parte en un proceso está habilitado para actuar por sí
mismo; para ello se requiere, además, capacidad procesal, es decir, la aptitud para poder realizar con
eficacia actos de parte.
Es la capacidad para ejercer por sí mismo los derechos, deberes, obligaciones y cargas que genera todo
proceso.
El Codigo Civil y Comercial regula la capacidad en los art 22, 23 y 24.

Capacidad procesal para postular por si mismo en un proceso: aunque una persona sea jurídicamente
capaz –y por ende, pueda ser parte procesal- y procesalmente capaz –y por tanto, puede litigar por sí
misma, sin que sea menester contar con un representante necesario ad-hoc- muchas veces las leyes le
niegan el derecho de postular directamente ante la autoridad, a fin de asegurarle desde la propia norma
un correcto ejercicio del derecho de defensa en juicio.
Y así, en numerosas ocasiones se exige la asistencia de un letrado en calidad de patrocinante (o director
de la defensa) o de representante convencional (mandatario judicial), quien es a la postre el que realiza
cualquier exposición técnica ante el juzgador.

Transformacion del rol de parte. Sustitucion y sucesion procesal. Habitualmente, actor y demandando
permanecen ocupando sus respectivas posiciones antagónicas desde el inicio mismo del proceso y
hasta la total ejecución de la sentencia que se emite acerca de la pretensión procesal. Pero el curso del
tiempo entre ambos actos –presentación de la demanda y ejecución del bien de que se trate- así como
diversas relaciones que vinculan a las partes con ciertos terceros, generan muchas veces varios cambios
de sujetos en la posición ocupada por alguno de ellos.
Existe transformación en la posición de parte cuando ésta ha sido ocupada inicialmente por un solo
sujeto (parte simple) y con posterioridad pasa a ser ocupada por varios (parte compleja) o viceversa.
El primer supuesto se presenta cuando a una de las partes originarias (actor o demandado) se le suma
en el curso procedimental por lo menos un sujeto (tercero interviniente coadyuvante) que ostenta una
propia relación con alguna de aquéllas que es conexa por la causa con la que se halla litigiosa. Del
mismo modo, cuando a base de una relación jurídico-material inescindible no han demandado o no se
ha demandado a todos los sujetos que necesariamente deben ocupar la respectiva posición de parte
procesal para que la sentencia a dictar sea de cumplimiento posible y útil.
El caso inverso –de compleja a simple- se presenta cuando varios sujetos han demandado o sido
demandados conjuntamente y, por una de varias razones posibles, alguno de ellos se retira del proceso
dejando la posición de parte ocupada por un solo sujeto.

La sucesion procesal: Existe sucesión procesal siempre que el sujeto que ocupa efectivamente una de
las posiciones procesales originarias es reemplazado por otro u otros, a consecuencia de un acto entre
vivos o por causa de muerte que transmite los derechos litigiosos y convierte al reemplazante en el nuevo
legitimado para obtener una sentencia de mérito.
La sucesión puede ser a título universal o singular y ambas tienen origen en los dos supuestos recién
mencionados e implican la natural consecuencia en el proceso de la transmisión genérica o particular de
los derechos sustanciales.
1. Existe sucesión procesal a título universal cuando se opera la transmisión de una universalidad de
bienes y alguno de los que la componen se halla en litigio. Este tipo de sucesión puede ser: por
fallecimiento; por extinción o disolución de personas jurídicas; por fusión o escisión de sociedades.
2. Existe sucesión procesal a título singular, cuando se opera la transmisión de un derecho litigioso.
Este tipo de sucesión puede ser: por actos entre vivos; por causa de muerte.

La sustitucion procesal: Ocurre algunas veces que la ley o el contrato legitiman a ciertos sujetos para
actuar en un proceso dado aun cuando, en puro derecho, ostenten la calidad de terceros respecto de
una relación jurídica. Por ende no son ni pueden ser sin más partes ni sucesores singulares o universales
de ellos en la relación material para intervenir en su discusión procesal en razón de tener una propia
vinculación con alguna de las partes originarias gracias a la cual pueden ejercitar un derecho conferido
por la ley, o deben asumir una obligación de garantía legal o contractual.
Cuando tal tercero decide actuar en un proceso, adopta la denominación tradicional de sustituto (en rigor,
sustituyente) y pasa a ocupar la posición procesal de la parte sustituida. Tal cosa puede hacerse
respecto:
1. Del actor: el tercero lo sustituye siempre voluntariamente a fin de incoar el proceso (quien demanda
es el propio sustituyente) en razón de que la ley lo legitima para demandar directamente al deudor
de su deudor: es el caso de la llamada acción subrogatoria.
2. Del demandado: el tercero lo sustituye voluntariamente o provocado al efecto por aquél en el
proceso ya pendiente, en razón de que le adeuda –legal o contractualmente- una obligación de
garantía respecto de la pretensión litigiosa: es el caso de la citación en garantía.

La gestión procesal: La mayoría de las legislaciones permite que en caso de ausencia del lugar del juicio
de una parte procesal, un tercero (generalmente un pariente) que no es su representante, actúe a
nombre del ausente en el proceso al cual éste no puede concurrir y es urgente que lo haga.
El tercero que así actúa recibe el nombre de gestor procesal, y su gestión está sujeta a diversos
requisitos que las leyes establecen contingentemente: prestación de fianza, ratificación por la parte de
lo actuado por él durante su ausencia, sujeción a que esto ocurra en cierto plazo, cumplimiento de
algunas cargas específicamente determinadas en cada caso, invocación de una razón de urgencia, etc,
todo bajo pena de ser anulada la gestión y cargarse las costas correspondientes al propio gestor.

C) LOS PRESUPUESTOS PROCESALES.


Según Bulow, los presupuestos procesales son aquellos que permiten al juez dictar una sentencia de
mérito, es decir se pronuncia sobre el derecho sustancial invocado por las partes. Se ha criticado esto
último diciendo que en realidad son requisitos previos a la sentencia de fondo. Siempre que se hace una
petición al juez este debe proveerla aun cuando sea para decir que el no es competente para entender
en el proceso. Antes de considerar el fondo de la cuestión el juez examinara: si se han dado los
presupuestos procesales, si no existe ningún impedimento para la constitución del proceso, si se
cumplen las condiciones de la acción, etc. Los presupuestos procesales son los siguientes: el juez
competente, la capacidad de las partes, la demanda valida, y es la inexistencia de un proceso igual en
trámite. Los aspectos negativos de estos presupuestos, conlleva a no hacer cosa juzgada material y la
pretensión puede deducirse nuevamente sea subsanando el impedimento en el mismo expediente o
mediante el ejercicio de la acción en un proceso valido.

Los presupuestos procesales son.


1) La competencia; 2) La capacidad; 3) La demanda válida. El juez de oficio puede rechazar si no se
cumple con estos requisitos.
• Juez competente: cuando el juez es incompetente el expediente se remite al juez competente para
su tramitación y, de no ser así, el interesado podrá promover nuevamente la demanda ante el juez
competente. Dentro de este concepto de juez competente se incluye el requisito de que no existan
causales que lo obliguen a excusarse o permitan a las partes recusarlo.
• Capacidad de las partes: se refiere a la de los sujetos para estar en juicio (tener la edad requerida
por la ley en cada caso y no estar inhabilitado o interdicto) y, si se actúa por medio de apoderado,
que éste tenga representación suficiente, es decir que el mandato lo habilite para actuar en ese
juicio en nombre del mandante.
• Demanda válida: este concepto está tomado en sentido amplio, comprendiendo todo acto que
indique el ejercicio de la acción , ya sea por los particulares, como en el caso de la demanda civil, o
por el Ministerio Público cuando formula la acusación para la apertura del plenario en los procesos
penales.
• Listispendencia (existencia de otro proceso igual en trámite): la existencia de otro proceso igual, en
trámite, impide la continuación del segundo, el que corresponde archivar.

Extinción de la relación procesal.


El proceso culmina normalmente con la declaración y realización del derecho material formuladas en la
sentencia definitiva; ese es el modo normal de terminación del proceso, pero existen además modos
“anormales”: desistimiento, allanamiento, transacción, conciliación y caducidad de la instancia.
En ocasiones no es necesaria sentencia: desistimiento, transacción (de las dos partes), caducidad de
instancia. En otras necesitará una sentencia no contradictoria: allanamiento, renuncia.

Medios anormales de extinción:


Desistimiento del proceso Código Procesal Civil y Comercial de la Nación:
Art 304: en cualquier estado de la causa anterior a la sentencia, las partes de común acuerdo podrán
desistir del proceso manifestándolo por escrito al juez.
Si el actor desiste del proceso después de notificada la demanda, requerirá la conformidad del
demandado.

Desistimiento del derecho:


Art 305: el actor podrá desistir del derecho en que se fundo la acción. No se requirira la conformidad del
demandado, debiendo el juez examinar si el acto procede por la naturlaeza del litigio […].

Allanamiento
Art 307: el demandado podrá allanarse a la demanda en cualquier estado anterior a la sentencia.
El juez dictara sentencia conforme a derecho, pero si estuviese comprometido el orden público, el
allanamiento carecerá de efectos y continuara el proceso según el estado.

Transacción
Art 308: las partes podrán hacer valer la transacción del derecho en litigio, con la presentación de un
convenio o suscripción ante el juez. Este se limitara a examinar la concurrencia de los requisitos exigidos
por la ley para la transacción, y homologara o no.

Conciliación
Art 309: Los acuerdos conciliatorios celebrados por las partes ante el juez y homologados por éste,
tendrán autoridad de cosa juzgada.

Caducidad de la instancia

Art 310: Se producirá la caducidad de instancia cuando no se instare su curso dentro de los siguientes
plazos: 1) De seis meses, en primera o única instancia. 2) De tres meses, en segunda o tercera instancia
y en cualquiera de las instancias en el juicio sumarísimo, en el juicio ejecutivo, en las ejecuciones
especiales y en los incidentes. 3) En el que se opere la prescripción de la acción, si fuere menor a los
indicados precedentemente. 4) De un mes, en el incidente de caducidad de instancia. La instancia se
abre con la promoción de la demanda aunque no hubiere sido notificada la resolución que dispone su
traslado y termina con el dictado de la sentencia.

D) ESTRUCTURA DEL PROCESO.

El impulso procesal. Se denomina impulso procesal al fenómeno por virtud del cual se asegura la
continuidad de los actos procesales y su dirección hacia el fallo definitivo.
El impulso procesal se obtiene mediante una serie de situaciones jurídicas 'que unas veces afectan a
las partes y otras al tribunal.
Las partes están gravadas frecuentemente con cargas procesales, que son situaciones jurídicas que
conminan al litigante a realizar determinados actos, bajo amenaza de continuar adelante prescindiendo
de él. El tribunal coopera al desenvolvimiento del juicio señalando, por propia decisión y dentro de los
términos de la ley, plazos para realizar los actos procesales. La estructura misma del juicio contribuye,
por su lado, a que, agotados los plazos que se conceden para realizar los actos, se considere caducada
la posibilidad de realizarlos (preclusión), pasándose a los actos subsiguientes.
El conjunto de estas situaciones asegura el impulso procesal de tal manera, que es el propio interés de
las partes el que les mueve a realizar los actos dentro del término que se les señala. El juicio marcha,
así, incesantemente, impulsado por las partes o por el tribunal hacia destino, sin detenerse, salvo por
acuerdo expreso o tácito de parte, sin regresar jamás. Para que la preclusión se produzca, es menester
que se haya consumido íntegramente el plazo dado por la ley para la realización del acto pendiente'.
Pero a su vez, para que el plazo deba tenerse por extinguido, debe examinarse previamente su propia
naturaleza.

La preclusión procesal.
Para poder ser válidos o eficaces, los diversos actos del proceso, deben cumplirse dentro de los plazos
que señala la ley, por oposición al principio de unidad de vista o de indivisibilidad, en el que no existe un
orden rígido para las alegaciones de las partes y para el aporte de las pruebas. En un proceso de tipo
preclusivo los hechos deberán ser aportados por las partes en sus escritos de demanda y contestación,
no pudiéndose agregar posteriormente otros hechos omitidos por aquellas; del mismo modo, quien no
contesta la demanda dentro del plazo fijado por la ley no podrá hacerlo en lo sucesivo.
El código procesal de la nación se estructura en torno del principio de preclusión (el de Santa Fe
también), por lo que las partes deben ejercer sus facultades procesales dentro de los precisos momento
que marca la ley.
La preclusión puede operar por 3 causas: a) por no haberse observado los plazos que la ley indica para
el ejercicio de la facultad; b) por haberse realizado un acto incompatible con el ejercicio de la facultad
que posteriormente se intenta ejercer. Así, aunque el demandado en un juicio ordinario tiene la facultad
de contestar la demanda y oponer excepciones dentro del término de quince días, si contesta la demanda
el décimo día, sin interponer tales excepciones, no podrá, oponerlas dentro de los 5 días subsiguientes:
la contestación de la demanda importo la preclusión del derecho a deducir excepciones previas, aun
cuando no se hallase todavía vencido el plazo que para ello acuerda la ley; C) por haberse ya ejercido
la facultad procesal en cuestión, aun antes del vencimiento del plazo respectivo, en los casos en que el
proceso ya haya avanzado a otra etapa. Por ejemplo, una vez contestada la demanda, precluye el
derecho del demandado para ello, si, como consecuencia de este acto, se ordenó la apertura a prueba;
en tal caso, aunque todavía no hubiese vencido el término, el demandado no podrá ampliar su
contestación.
Una vez realizada determinada etapa judicial conforme a derecho, no puede volverse para atrás, salvo
que tal haya tramitado con un vicio procesal.

Sistema dispositivo.
Este sistema deriva del carácter disponible de los derechos sustanciales, cuya tutela se pretende a través
del proceso. Un derecho será disponible cuando su titular pueda decidir libremente sobre él (ejemplo:
derechos derivados de la propiedad). Por el contrario se habla de derechos indisponibles cuando su
titular carece de tal poder de decisión. Por ejemplo, los individuos no pueden disponer de su derecho al
nombre, modificándolo libremente, ni de su filiación y estado civil, etc.
La disponibilidad o indisponibilidad de los derechos sustantivos NECESARIAMENTE INFLUYE EN EL
PROCESO, y se vincula, particularmente, con los poderes que las leyes procesales acuerdan, por un
lado, a las partes y, por otro, al juez o si se quiere al Estado.
Entonces, puede definirse al sistema procesal dispositivo como aquel en virtud del cual se confía a las
partes la iniciación y desarrollo del proceso, la delimitación del contenido de la tutela y la aportación de
los hechos y de las pruebas que constituirán el fundamento de las sentencias.
Se aprecia aquí con nitidez la naturaleza eminentemente instrumental del derecho procesal, puesto al
servicio del derecho sustancial.

Se confía a las partes:


• La iniciación del proceso: es necesario que quien pretenda la tutela de un derecho o interés propio
provoque la intervención del órgano jurisdiccional mediante la demanda, acto procesal de iniciación
del proceso, pues el poder judicial “nunca procede de oficio y sólo ejerce la jurisdicción en los casos
contenciosos en que es requerida a instancia de parte” (“no hay juez sin demandante”).

Esta regla es una consecuencia inevitable del carácter disponible del derecho sustancial objeto del
proceso civil, pues constituye una expresión del derecho civil el demandar o no, por ejemplo el cobro de
un crédito. Si un derecho es disponible, solo quien resulte titular podrá reclamar su tutela, pues si un
tercero pudiera solicitarla, este sería su verdadero titular, y quien, en definitiva, podría disponer de él.
Esta regla es absoluta.
Lo analizado aquí es aplicable al supuesto inverso mirado desde la óptica del demandado, pues también
como regla del sistema dispositivo el juez no puede invocar las defensas o excepciones que aquél
pudiera proponer.
• El desarrollo del proceso: esta reglar no tiene carácter absoluto, ya que si bien las partes tienen la
carga de impulsar el proceso, el juez puede tomar medidas tendientes a evitar la paralización del
proceso. A tal efecto, vencido un plazo, se haya ejercido o no la facultad que corresponda, se pasará
a la etapa siguiente en el desarrollo procesal (art, 36 inc. 1 CPN). No obstante el deber del magistrado
de impulsar el proceso, el CPN, aun después de su reforma de la ley 25488, mantuvo la terminación
del proceso por caducidad de instancia, la que, incluso, puede decretarse de oficio si las partes no
impulsan el proceso. Esto constituye una verdadera contradicción normativa.
• Aportación de los hechos por la partes: incumbe a las partes la carga de suministrar los hechos en
que funden sus pretensiones y defensas, y al juez el deber de considerar para su decisión aquellos
expresamente admitidos por ellas, así como la prohibición de tomar en cuenta hechos no afirmados
oportunamente en el proceso.

El juez en un proceso de tipo dispositivo, no investiga la realidad sino que en todo caso constata la
probable existencia de los hechos afirmados válidamente en el proceso, es decir, la “realidad” según la
versión de una y otra partes. Es que, en definitiva, el hecho no afirmado no existe para el proceso y no
existe para el juez.
• Aportación de las prueba por las partes: el juez solo puede fallar sobre la base de la prueba ofrecida
y producida por las partes en apoyo de sus respectivas posturas, esto es, que aquél no puede
ordenar pruebas no ofrecidas por ellas, o perdidas por su negligencia. No obstante, actualmente en
el proceso civil, predominantemente dispositivo, se admite que el juez decrete medidas de prueba
de oficio para esclarecer los hechos controvertidos, con las limitaciones que consagra el CPN. (Art.
36, inc. 4°).
• Impulso de parte: esta regla no tiene carácter absoluto dentro del Código Procesal de la Nación. Si
bien las partes siguen sujetas a la carga de impulsar los procedimientos, el juez debe tomar medidas
tendientes a evitar la paralización del proceso.
• Disposición privada del proceso: el proceso puede concluir por propia decisión de las partes antes
del dictado de la sentencia definitiva que admita o rechace la demanda.

El demandado puede allanarse a la pretensión del actor poniendo fin al litigio; en tanto no se encuentre
comprometido el orden público, las partes pueden transar sus respectivos derechos, o el actor desistir
de la pretensión e incluso del derecho, etc.

Atenuación del sistema dispositivo. El principio de autoridad.


El sistema dispositivo aplicado a rajatabla convierte al órgano jurisdiccional en un mero espectador de
la contienda. La comprobación de que la completa prescindencia del órgano jurisdiccional durante el
desarrollo del proceso no siempre desemboca en una resolución justa, sumado al hecho de que el estado
tiene interés en que la litis sea dirimida equitativamente, motivó la multiplicación de los institutos
morigerados de los postulados del principio dispositivo, como por ejemplo: el juez puede declarar
nulidades sin que medie requerimiento de parte; revocar sin pedido de parte, los decreto no notificados
a los litigantes; declarar de oficio la inexistencia de presupuestos procesales; rechazar in limine todo
intento de perturbar la buena marcha del proceso; principio Iura novit curia (principio que consagra la
libertad con que debe contar el sentenciador para subsumir los hechos alegados y probados por las
partes, dentro de las previsiones normativas que rigen el caso. El órgano jurisdiccional está encerrado,
en principio, dentro del circulo formado por los hechos alegados y probados por las partes, pero no se
encuentra constreñido a aceptar el encuadramiento normativo propiciado por estas); etc.
La vigencia del principio de autoridad implica la transición del juez espectador al JUEZ DIRECTOR.
Como materia de consagración legislativa del principio de autoridad podemos mencionar el artículo 21
del CP civil y comercial de la Provincia de Santa Fe que enumera un cierto número de facultades
concretas con que cuenta el órgano jurisdiccional por incidencia de dicha directriz.

Sistema inquisitivo.
Este sistema procesal deriva del carácter indisponible de los derechos que constituyen el objeto del
proceso y es una consecuencia casi absoluta del predominio del interés público, por oposición al privado,
propio del sistema dispositivo. Este sistema se aplica en mayor medida en los procedimientos penales,
especialmente en la etapa previa de instrucción.
En el sistema inquisitivo, el juez cuenta con amplísimos poderes que le permiten iniciar de oficio un
proceso; superar el marco de lo pedido por las partes; considerar para su decisión hechos no afirmados
por aquellas; ordenar pruebas no ofrecida por los litigantes sin limitación de ningún género; decretar las
medidas necesarias para continuar el trámite de la causa, sea que las partes permanezcan inactivas o
no, y, en fin, continuar los procedimientos a pesar de los acuerdos en contrario que ellas pudieren haber
celebrado. Es lógico que sea así, dado que si las partes no resultan ser las titulares del derecho o interés
discutido en el proceso sino la comunidad, el estado, el órgano judicial, en su función de engranaje de
la maquinaria estatal, no puede subordinarse a la voluntad de los sujetos privados. Este sistema es la
cara opuesta del dispositivo.
Dentro de nuestra legislación, el predominio del sistema inquisitivo en el proceso civil se advierte en
algunos procesos, como el de concursos y quiebras, y en los relativos al derecho de familia, donde la
disponibilidad privada se ve fuertemente atenuada.
Corresponde señalar que, en general, los procesos no son absolutamente dispositivos o inquisitivos,
advirtiéndose una tendencia a conciliar ambos sistemas.

E) LOS PRINCIPIOS PROCESALES. IMPORTANCIA Y UTILIDAD. ENUMERACION Y TRATAMIENTO


DE LOS DISTINTOS PRINCIPIOS PROCESALES.
Los principios procesales son aquellas reglas básicas (hasta hay algunos más fuertes que las mismas
normas jurídicas) sin las cuales no existe debido proceso, conforme con las garantías constitucionales
de los países democráticos. Conforman la estructura sobre la cual se edifica este debido proceso.
Orientan al juez en la resolución de una determinada situación pero no limitan, sino que amplían la
interpretación de la norma jurídica.

Funciones: los principios procesales cumplen 3 funciones:


a) Como se ha dicho, sirven de base al legislador para la regulación de los procedimientos, sea que
se traduzcan explícitamente en el texto de los códigos, sea que se desprendan, más que de la expresión
normativa, de la forma en que aquellos son aplicados en la práctica por los tribunales.
b) Operan como elementos de interpretación de las normas procesales en situaciones dudosas o
conflictivas. Por ejemplo: si en un caso concreto la ley no prevé el traslado a la parte contraria de una
petición, el juez, igualmente, lo otorgará antes de resolver, por aplicación del principio de contradicción
o bilateralidad que esta ínsito en todo proceso judicial.
c) Permiten encarar el estudio histórico y comparativo de distintas legislaciones procesales; de esta
forma, pueden entenderse leyes procesales del pasado, en función de los principios y sistemas que eran
comunes y su evolución.

Naturaleza jurídica de los principios: los principios procesales son construcciones normativas.
Desconocer su normatividad equivale a quitar obligatoriedad a su aplicación.
Hay autores, como Arazi, que distinguen entre principios y sistemas procesales (directivas generales en
las que se inspira un ordenamiento procesal).

Principios procesales. Enumeracion.


PRINCIPIO DE IGUALDAD: la igualdad ante la ley, que constituye una garantía constitucional (art 16
CN), consiste en no establecer excepciones que excluyan a uno de lo que se concede a otros en paridad
de circunstancias y condiciones; pero nada impide, contemplar en forma diferente, situaciones que se
estiman distintas, siempre que la discriminación no sea arbitraria, ni que discrimine, ni que implique favor
o privilegio indebido personal o de grupos. El beneficio de litigar sin gastos otorgado a una de las partes
(art 78 CPN) no vulnera el principio de igualdad sino, por el contrario, tiende a que los litigantes sean
puestos en el proceso en absoluta paridad de condiciones.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD: este principio garantiza que el juez aplique la legislación existente. La CN
se refiere expresamente a este principio, entre otros, en los artículos 17, que garantiza la inviolabilidad
de la propiedad y que ningún habitante puede ser privado de ella sino en virtud de sentencia fundada en
ley, y 18, que expresa que ninguna persona puede ser penada sin juicio previo fundado en ley anterior
al hecho del proceso. El art 34 inc. 4 del CPN le impone al juez el deber de fundar su sentencia,
respetando la jerarquía de las normas vigentes.
PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN: también llamado de bilateralidad o de controversia, exige que las
partes sean oídas antes de que el juez dicte alguna resolución. Este principio responde a una exigencia
constitucional dirigida a asegurar la inviolabilidad de la defensa de las personas y de sus derechos (art
18 CN). Por esta razón, las leyes procesales contemplan, como una de las especies de actos procesales,
a los de comunicación o transmisión (traslados y vistas), de modo tal que las partes puedan contar con
una adecuada oportunidad para ser oídas y para que aporten pruebas y, eventualmente, impugnen
aquellas resoluciones de las que pueda derivarse algún prejuicio.
El principio de contradicción determina que la demanda deba ser notificada al demandado, y que a éste
se le acuerde un plazo razonable para contestarla, pero en manera alguna que deba contestarla, dado
que el proceso podrá continuar sin su presencia.
Por otra parte, también se admite una limitación al principio en cuestión, en ciertos tipos de procesos, o
bien, respecto de cierta clase de resoluciones judiciales, en los que se acepta una temporal postergación
de su vigencia por razones de celebridad y seguridad jurídica. De tal suerte se limitan las defensas que
el ejecutado puede oponer en el proceso ejecutivo, prohibiéndose las vinculadas con la causa del título
base de la ejecución (relación jurídica sustancial, antecedente de la creación del título ejecutivo), las que
posteriormente podrán ser discutidas por aquel en el juicio ordinario posterior que inicie contra su anterior
ejecutante. Respecto de las resoluciones judiciales, se advierte su postergación en el supuesto de
medidas cautelares que se adoptan sin previa comunicación a la contraria, precisamente para evitar que
ésta, en conocimiento del pedido, por ejemplo, de embargo, haga desaparecer los bienes sobre los
cuales se ordenó la medida; aunque una vez trabado deberá sí notificársele la resolución que lo dispuso,
la cual podrá ser impugnada entonces por el interesado.
Vinculado con este principio se encuentra la congruencia pues el juez no puede resolver sobre
cuestiones que no hayan sido planteadas en el proceso: la sentencia debe contener la decisión expresa,
positiva y precisa, de conformidad con las pretensiones deducidas en el juicio.
PRINCIPIO DE ADQUISICION PROCESAL: Los efectos de los actos procesales y los resultados de
dicha actividad no son divisibles sino que benefician o perjudican a una u otra parte, con abstracción de
la que los realizó. Los hechos afirmados por las partes y el resultado de sus pruebas podrán ser
indistintamente utilizados por ellas en su beneficio, prescindiéndose de quien los afirmó o las ofreció.
Ejemplo: quien propuso la declaración de un testigo que, a la postre, lo perjudica, no puede pretender
que solo considere el juez la parte de sus dichos que lo favoreció, ni es dable que a la luz de tal resultado
desfavorable aquél desista de la prueba ya producida.
PRINCIPIO DE MORALIDAD: también conocido como de probidad, de lealtad o de buena fe procesal.
El deber de moralidad es una carga procesal de índole particular ya que no es un imperativo del propio
interés, sino por el contrario, una imposición que se traduce en una ventaja para el contrincante y también
en una colaboración en la difícil tarea de administrar justicia.
El artículo 24 del Código Procesal de la Provincia de Santa Fe establece: “las partes y sus defensores
tendrán el deber de conducirse en el juicio con lealtad, probidad y buena fe”. Respecto de las primeras,
la transgresión de este principio autorizará al juez o tribunal, al fallar, a imponer a la infractora una multa
de hasta 200 días multa a favor de su contraria. Si fueren los defensores quienes faltaren a estos
deberes, el juzgador lo comunicará a los colegios profesionales que ejerzan sobre ellos jurisdicción
disciplinaria.
PRINCIPIO DE ECONOMIA PROCESAL: se tiende a simplificar, abreviar y abaratar los procedimientos,
de modo que la sentencia justa venga también a ser oportuna y, en lo posible, sin dispendios
innecesarios.
PRINCIPIO DE CELERIDAD: dirigido a apurar los procedimientos, a través de la abreviación de los
plazos, la limitación de las resoluciones judiciales apelables, la notificación por ministerio de la ley, etc.
Economía de tiempo, dinero y esfuerzo.
PRINCIPIO DE CONCENTRACION: apunta a la reunión de actos y diligencias que fuere menester
realizar. Establece que en cada etapa procesal se deben concentrar todos los actos procesales que sean
posibles de acuerdo al tipo y finalidad de cada procedimiento. En tal sentido, el código procesal de la
nación señala que las audiencias de prueba se fijarán en lo posible en la misma fecha o en días
sucesivos, y que la prueba documental deberá ofrecerse simultáneamente con la demanda y
contestación. Este principio cobra singular importancia en los procedimientos orales.
PRINCIPIO DE EVENTUALIDAD: las alegaciones propias de cada una de las etapas en que se divide
el proceso deben ser propuestas simultáneamente y no sucesivamente, considerando la eventualidad
de que una u otra no prospere. Por ejemplo: todas las defensas deben ser opuestas simultáneamente,
aún cuando la procedencia de una de ellas haga innecesario el tratamiento de las demás.
PRINCIPIO DE SANEAMIENTO: se le impone al juez el deber de disponer de oficio toda diligencia que
fuere menester para evitar o sanear nulidades, y el de señalar los defectos u omisiones de las que
pudiere adolecer cualquier petición, antes de darle trámite (art 34, inc. 5°, b, CPN). Constituye otra
manifestación de este sistema el poder de depuración que tiene el magistrado, que lo autoriza a rechazar
in limine las pretensiones y defensas manifiestamente inadmisibles, pruebas inconducentes o superfluas
e incidentes ostensibles infundados (Arts. 173, 179, 337 y 364 CPN).
PRINCIPIO DE INMEDIACION: apunta a que la relación del juez con las personas y cosas que interesan
al proceso sea inmediata, lo más próxima posible y sin intermediarios. Tiene particular relevancia en el
juicio oral o en las instancias orales. Ejemplo: audiencia de vista de causas.
Este principio no determina que las pretensiones y oposiciones de las partes deban ser expuestas en
presencia del juez y en forma oral sino fundamentalmente –al menos en el proceso escrito- que en la
recepción de las pruebas (de confesión, testimonial e incluso pericial) esté presente el juez, de modo
que pueda apreciar los matices, vacilaciones y aún las actitudes de los sujetos que declaran, o la
naturaleza de los hechos sobre los que se fundan las demandas y defensas de las partes.
PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD: deben realizarse la mayor cantidad de actos procesales que puedan
realizarse en cada momento.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD E INSTRUMENTALIDAD DE LAS FORMAS: salvo en los proceso de
árbitros y amigables componedores, las partes no pueden convenir libremente los requisitos de lugar,
tiempo y forma a que deben sujetarse los actos procesales. Las partes deben observar estrictamente los
recaudos que en tal sentido les imponen las leyes procesales, dado que las formas son una garantía
para ellas mismas, que las normas establecen en el interés común. Ejemplo: el juez puede rechazar de
oficio toda demanda que no cumpla con los requisitos del art 130 del CPCyC de SF. No obstante, la
inobservancia de las formas legales no significa que todo acto procesal irregular deba declararse por ello
nulo, pues junto al principio de legalidad existe el de INSTRUMENTALIDAD de las formas, que excluye
la declaración de nulidades procesales cuando el acto, a pesar de sus irregularidad, HA CUMPLIDO LA
FINALIDAD PERSEGUIDA (art 169, párr. 3°, CPN). En el derecho procesal, todas las nulidades son
relativas.
PRINCIPIO ESCRITURARIO Y DE ORALIDAD: los actos procesales de las partes, de terceros y del
tribunal pueden manifestarse en forma escrita u oral, aunque en verdad cabe destacar que un proceso
oral, por lo general, no puede prescindir de cierto grado de escritura, de la misma manera que uno escrito
no puede dejar de lado cierta oralidad. No hay, pues, ordinariamente, procesos orales y escritos puros.
Es claro que la oralidad presenta múltiples ventajas aunque también es cierto que es necesario un
número mucho mayor de jueces. Vale la pena destacar que las experiencias de juicio oral en nuestro
país no han dado el resultado esperado, fundamentalmente por las demoras en la fijación de las
audiencias, dificultades para integrar los tribunales, etc. Por su parte, el proceso escrito, sin inmediación,
se ha tornado lento e ineficaz, por la lamentable delegación de facultades en el personal auxiliar del
juzgado.
PRINCIPIO DE PUBLICIDAD Y PRIVACIDAD: el principio de publicidad exige que los actos procesales
puedan ser conocidos no sólo por las partes sino por terceros. Este sistema responde a un ideal
republicano, pues permite la fiscalización de la labor de los magistrados, tanto por los litigantes como
por los demás ciudadanos. Se da básicamente en los procesos orales.
El artículo 125, inc. 1° del CPN dispone que las audiencias “serán públicas, bajo pena de nulidad, pero
el tribunal podrá resolver, aún de oficio, que total o parcialmente se realicen a puertas cerradas cuando
la publicidad afecte la moral, el orden público, la seguridad o el derecho a la intimidad. Se advierte
entonces que la publicidad no es absoluta, pues si bien cualquier persona puede asistir a las audiencias
y los abogados –incluso los periodistas-, con motivo del fallo definitivo, pueden consultar expedientes,
ello es así con la salvedad prevista en la norma mencionada.

F) LA CARGA PROCESAL.
Son requerimientos establecidos normativamente: Porque el origen de la carga procesal deriva del
sistema procesal establecido para resolver la controversia (dirimir).
1) Exigen conducta de las partes: porque nadie más que las partes está interesado en que se sentencie
a su favor el caso.

2) Han de observar una conducta determinada: porque la carga procesal exige que el sujeto tolere la
realización del acto.

3) Si no realizan esta conducta quedaran en desventaja: ya depende si a la persona le conviene quedar


en desventaja por no realizar dicha conducta.

4) La desventaja puede repercutir en el resultado final del proceso: Ya que todo lo actuado sirve de
fundamento para la resolución final.

LAS CARGAS PROCESALES SON:


• Carga de demandar: Esto sería optativo.... mientras no dé lugar a una acción podrá ser obligado a
demandar.
• Carga de impulso procesal: La parte que esté interesada en que el proceso continúe tiene que darle
más pruebas o testimonios según sea el caso en el tiempo estipulado para que este proceso no
caduque.
• Cargas de prueba: La parte interesada puede llevar elementos que acrediten cierta cuestión lo cual
puede ser una aportación al caso así no quedaría en desventaja.

La parte correctamente emplazada posee la carga procesal de intervenir en el juicio. Para ello se
requiere:
-Que la notificación sea hecha en forma legal.
-Que transcurra el tiempo que la ley señala al demandado para que comparezca en el proceso.
Se es "emplazado" cuando la parte ha sido notificada y mientras transcurren los plazos

G) DISTINTAS CLASES DE PROCESO; POR SU OBJETO, POR SU MODO, POR SU FORMA Y POR
SU CONTENIDO (SEGÚN ARAZI).
Si bien el proceso es jurídicamente un fenómeno único, cabe clasificarlo desde distintos puntos de
vista:
• Según la distinta extensión de los poderes dados al juez para la investigación de la verdad, se habla
de procesos de tipo inquisitivo y procesos de tipo dispositivo.
• De acuerdo con el órgano que juzga, se encuentran los procesos judiciales, legislativos (por ej. Juicio
político), administrativos (por ej., proceso ante los tribunales militares), arbitrales y de amigables
componedores. Estos dos últimos son los que se radican ante jueces designados de común acuerdo
por las partes; de la misma manera que éstas pueden transigir o conciliar sus conflictos, también
pueden encomendarles la decisión a “jueces privados”. Los árbitros se diferencian de los amigables
componedores en que los primeros tienen que sujetarse a las normas legales y aplicar el derecho
vigente, mientras que los segundos, proceden sin sujeción a formas legales, decidiendo la cuestión
según su “leal saber y entender” y de acuerdo con la “equidad”.
• Por la naturaleza del derecho material que se pretenda realizar, puede hablarse de procesos civiles,
penales, comerciales, laborales, etc.
• Según el tipo de comunicación preeminente en el proceso se pueden clasificar en procesos orales y
procesos escritos.
• Según el tipo de intervención que requieren del juez, se habla de procesos contenciosos, cuando se
pretende la intervención para que dirima un conflicto, y procesos voluntarios, en los que se solicita su
intervención para integrar, constituir o acordar eficacia jurídica a un estado o situación jurídica, sin
que exista un conflicto entre peticionarios; en realidad son trámites o procedimientos no contenciosos
que se realizan ante los órganos judiciales, porque así lo dispone el legislador por razones prácticas
y circunstanciales y pueden ser: el procedimiento sucesorio, la rectificación de partidas, etc.
• En atención a la finalidad de la pretensión:
a) En los procesos de conocimiento, se solicita el reconocimiento de un derecho, la declaración de
su existencia. Admiten tres variantes según el tipo de sentencia que se requiere: 1) de condena:
se pretende que se imponga al demandado el cumplimiento de una prestación (por ej., pago de
una deuda); 2) declarativa: se solicita que el juez ratifique la existencia de una determinada
situación jurídica (por ej., la filiación, la adquisición del dominio por prescripción, etc.); cuando se
trate de hacer cesar un estado de incertidumbre, antes de que aparezca el conflicto, la pretensión
se denomina “meramente declarativa” (art 322 CPN). Se pretende una declaración de certeza
sobre la existencia o inexistencia del derecho pretendido por el actor. 3) constitutiva: se busca la
constitución, modificación o extinción de un estado jurídico (por ej., divorcio, insania).
b) Los procesos de ejecución, se manifiestan cuando se persigue la satisfacción de un crédito
reconocido por sentencia o que surge de un título al que la ley le reconoce ese efecto.
c) Finalmente los procesos asegurativos o cautelares, tienden a consolidar el resultado práctico de
la sentencia (la realización del derecho material) que recaiga en otro proceso de conocimiento o
de ejecución. Ello se logra mediante la solicitud de medidas cautelares (embargo preventivo,
secuestro, inhibición general de bienes, prohibición de innovar, etc.).
Tiende a impedir que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través
de un proceso (de conocimiento o de ejecución), pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo
que transcurre entre su iniciación y el pronunciamiento de la sentencia que le pone fin
(desaparición de los bienes del presunto deudor, o modificación de la situación de hecho
existente al tiempo de deducirse la pretensión). La característica fundamental de este tipo de
procesos consiste en que carecen de autonomía, pues su finalidad se reduce a asegurar el
resultado práctico de la sentencia que debe recaer en otro proceso.
• Por su contenido, cabe distinguir los singulares en los que se controvierten una o más pretensiones
referentes a hechos, cosas o relaciones jurídicas determinadas. En general, la mayoría de los
procesos reviste este carácter, constituyendo la excepción los procesos universales. En cuanto a los
universales, se manifiestan cuando se examinan, al mismo tiempo y ante el mismo juez, una
universalidad de cuestiones patrimoniales que afectan a un caudal común, con miras a su liquidación
y distribución. Ello ocurre en virtud del denominado “fuero de atracción” (proceso sucesorio,
concursos y quiebras).

PROCESO ORDINARIO Y PROCESOS ESPECIALES: Desde un punto de vista estructural.


Al proceso ordinario se refiere el art. 319 CPN, en tanto dispone que "todas las contiendas judiciales que
no tuvieren señalada una tramitación especial, serán ventiladas en juicio ordinario, salvo cuando este
Código autoriza al juez a determinar la clase de proceso aplicable". El proceso ordinario (que es siempre
contencioso y de conocimiento) está estructurado atendiendo a que la ley le asigna la posibilidad de que
en él se planteen y decidan, en forma definitiva, la totalidad de las cuestiones jurídicas que pueden
derivar de un conflicto entre partes. Consta, fundamentalmente, de tres etapas: introductoria o de
planteamiento, probatoria y decisoria, cuyo respectivo desarrollo será explicado infra.
Los procesos especiales son todos aquellos procesos judiciales contenciosos (de conocimiento, de
ejecución y cautelares) que se hallan sometidos a trámites específicos, total o parcialmente distintos a
los del proceso ordinario. Se caracterizan por la simplificación de sus dimensiones temporales y
formales, y, en consecuencia, por la mayor celeridad con que son susceptibles de sustanciarse y
resolverse.
Pueden clasificarse en:
• "Plenarios rápidos" son aquellos cuya simplicidad formal no obsta al conocimiento judicial exhaustivo
del litigio, el cual resulta decidido, por consiguiente, en forma total y definitiva. Sólo se diferencian,
por lo tanto, de los ordinarios (que son los "plenarios" tipo), desde el punto de vista de su simplicidad
formal, la que está dada, generalmente, por la escasa cuantía de las cuestiones debatidas o por la
presunta facilidad con que pueden resolverse
En estos, están incluidos los procesos cautelares, en los que sólo se requiere la justificación de la
apariencia o verosimilitud del derecho invocado, por cuya razón su característica fundamental es la
de la máxima simplicidad formal.
• En los procesos sumarios propiamente dichos, a diferencia de lo que ocurre con los "plenarios
rápidos", la simplicidad de las formas está determinada por la fragmentariedad o por la superficialidad
impuesta al conocimiento judicial. En el primer caso están incluidos algunos procesos de
conocimiento, como los interdictos y todos los procesos de ejecución, en los que no se agota el
planteamiento y resolución del conflicto en su totalidad, sino solamente en algunos de sus aspectos.

Clasificación del código procesal de la Nación:


Éste enuncia en la parte especial distintos tipos de procesos, agrupándolos en diferentes libros, a saber:
a) procesos de conocimiento (Libro II); b) procesos de ejecución (Libro III); c) procesos especiales (Libro
IV); d) proceso sucesorio (Libro V).

a) Procesos de conocimiento: son llamados también plenarios, porque en ellos se agota el examen de
la cuestión sometida a la decisión del juez, culminando con una sentencia que pasa en autoridad de
cosa juzgada material, esto es, que no puede ser revisada en el mismo proceso cuando se utilizaron
todos los recursos que autoriza la ley o se dejaron vencer los plazos para su interposición (es lo que se
llama inimpugnabilidad), ni en otro proceso posterior (inmutabilidad), salvo los casos excepcionales de
fraude procesal.
Dentro de los procesos de conocimiento el código distingue los ordinarios y los sumarísimos, estos
últimos llamados por la doctrina plenarios rápidos o rapidísimos porque, precisamente, la diferencia con
el primero es que se prevé un trámite más acelerado al acortarse los plazos para realizar los diferentes
actos procesales y limitarse la posibilidad de interponer recursos.
El Cód. Procesal de la Nación regulaba un proceso de conocimiento intermedio, llamado sumario, pero
la ley 25.488 derogó las disposiciones relativas a este proceso y actualmente el código prevé sólo los
mencionados. El actual juicio ordinario tomó del antiguo sumario solo algunas de sus disposiciones,
como la carga de ofrecer la totalidad de la prueba con la demanda y contestación (antes solo se
acompañaba la prueba documental) y la de oponer excepciones previas junto con la contestación de la
demanda.

b) Procesos de ejecución: son aquellos en los que el actor pide el cumplimiento de una sentencia de
condena o el pago de una deuda de dinero, líquida y exigible, instrumentada en un documento que,
según la enunciación que hace la ley, trae aparejada ejecución. El Cód. Procesal de la Nación clasifica
dentro de estos procesos a los siguientes: ejecución de sentencia, juicio ejecutivo y ejecuciones
especiales (hipotecaria, prendaria, comercial y fiscal).

c) Procesos especiales: el Código enuncia una serie de procesos que sólo tienen en común el hecho de
tramitar por procedimientos propios; son ellos los siguientes: 1) interdictos y acciones posesorias,
denuncia de daño temido y reparaciones urgentes, que tienden a proteger, mediante un trámite rápido,
la posesión y la tenencia sobre las cosas, impidiendo que ellas sean perturbadas por actos u omisiones
de otras personas; 2) procesos de declaración de incapacidad y de inhabilitación de una persona; 3)
alimentos y litisexpensas; 4) rendición de cuentas; 5) mensura y deslinde; 6)división de cosas comunes,
y 7) desalojo.

d) Proceso sucesorio: único procedimiento universal que legisla el Código, dado que el concurso y la
quiebra están contemplados en una ley especial (24.522).
BOLILLA IV
COMPETENCIA

Competencia. Concepto. Función.


Podemos definir a la competencia como la capacidad o aptitud que la ley reconoce a un juez o tribunal
para ejercer sus funciones con respecto a una determinada categoría de asuntos o durante una
determinada etapa del proceso.
La competencia es distinta a la jurisdicción. Se puede tener jurisdicción y carecer de competencia, pero
no se puede tener competencia careciendo de jurisdicción. Para Barberio la competencia es entonces:
la aptitud funcional para ejercer ese poder jurisdiccional en determinados conflictos, según sea lo que
determina la ley.

a- Competencia federal y provincial. Normas constitucionales relacionadas. Tribunales nacionales y de la


ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Surgido un conflicto, lo primero que hay que determinar es si debe intervenir la justicia federal (nacional)
o la justicia ordinaria (provincial), ya que en las provincias no sólo actúan los jueces provinciales, sino
que en ellas coexisten juzgados federales y juzgados provinciales.
Dado que la República Argentina es un país federal, existen dos órdenes jurisdiccionales. El local, de los
estados federados y que comprende al Poder Judicial de las provincias y al de la ciudad Autónoma de
Buenos Aires, según el art. 129 de la CN.
Para entender a esta cuestión hay que centrarse en los art. 116 y 117 de la CN. El art. 116 define las
causas delegadas por las provincias para que sean resueltas por los órganos jurisdiccionales del Estado
Federal. En cambio, el art. 117 destila y recorta del anterior una especie dentro del género de
competencia judicial federal, la que corresponde ejercer de manera originaria y exclusiva a la CSJN.
En consecuencia de ello, la CSJN tiene:
- Competencia ordinaria por apelación (art.116).
- Competencia extraordinaria por apelación (arts. 116 y 117 y arts. 14, 15 y 16 de la ley 48)
- Competencia originaria y exclusiva (art. 117).
El art. 116 nos dice, por otra parte, que corresponden a los tribunales federales “todas las causas que
versen sobre puntos regidos por las leyes de la nación, con reserva hecha en el inc. 12 del art. 75…”
El inc. 12 del art. 75 menciona a los códigos civil, comercial, penal, de minería y del trabajo de seguridad
social.
Por eso, si una causa versa sobre puntos regidos por algunos de estos códigos, en principio tendrán
competencia los tribunales provinciales, salvo que por las características de las cosas o personas en
conflicto deba intervenir la justicia federal.

Se produce un conflicto de intereses


depende de las características del caso, va a actuar:

La Justicia Federal La Justicia Ordinaria


(jurisdicción federal) (jurisdicción ordinaria)
Art. 116.

Tribunales Provinciales.
Depende de las características
del caso, va a actuar:

Tribunales Inferiores Corte Suprema


De la Nación. Art. 117.
- Juzgados de 1ª instancia
- Cámara de Apelaciones.

La ciudad de Buenos Aires, en cuanto capital federal, ofrece dos caras:


- La propia de la AUTONOMIA de la ciudad;
- La propia de su CAPITALIDAD.
Ya no es un terreno federalizado, sino sometido parcialmente a jurisdicción federal en lo necesario para
la garantía de los intereses federales en la ciudad capital.
Que ha de haber un poder judicial en la ciudad es indudable. Lo dudoso es delimitar su competencia,
para lo cual la correlación del art. 129 con el art. 75 inc. 12 no es sencilla.
En efecto, el art. 75 inc. 12 reserva a las jurisdicciones locales la aplicación del derecho común. La
cláusula respectiva previó y prevé una justicia federal y una justicia provincial en cada provincia.
La letra de la CN no incluye allí alusión alguna al PJ o a la jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Pese a la ausencia en el art. 75 inc. 12 de toda mención a los tribunales de la ciudad, la compatibilización
coherente de dicho art. con el art. 129 nos lleva a proponer que:
- El espíritu de la reserva que a favor de las jurisdicciones provinciales hizo originariamente, significa
que la justicia federal es excepción y recae en razón del lugar, materia y de partes conforme al art. 116,
pero deja fuera de su ámbito al derecho común;
- El art. 129 depara a la ciudad de Buenos Aires facultades de jurisdicción con tribunales propios;
- Solamente subsiste jurisdicción federal en la ciudad de Buenos Aires cuando hay que garantizar en ella
intereses federales mientras sea capital federal.
La ley de garantía de los intereses federales de la ciudad capital (24.588) estipuló en su art. 8 que la
justicia ordinaria de la ciudad de Buenos Aires mantendrá su actual jurisdicción y competencia
continuando a cargo del Poder Judicial de la Nación, y que al ciudad de Buenos Aires tendrá facultades
propias de jurisdicción en materia de: - vecindad
- contravencional y de faltas
- contencioso-administrativa y tributaria de locales-
En resumen, el art. 129 le otorga a la ciudad de Buenos Aires la posibilidad de organizar su propia justicia
local, al igual que las provincias.
Este art. también establece que una ley garantizará los intereses del Estado Nacional, mientras la ciudad
de Buenos Aires sea la capital de la Nación.

Mientras la Ciudad de Buenos Aires sea la


Capital Federal.

-Rige la Ley 24.588-


3 tipos de Justicia

Justicia Federal Justicia Local


Se ocupa de las Justicia Nacional Se ocupa de los asuntos de:
causas previstas Ordinaria. vecindad, contravencional y de
faltas,
en los art. 116 y 117. Ej: derecho común. contencioso-administrativo
y tenencia y portación de
armas de uso
civil.

Si la Ciudad de Buenos Aires dejara de ser la Capital

Coexistirían
2 tipos de justicia
(al igual que en las provincias)

Justicia Federal Justicia Local u “ordinaria”

Artículo 116. Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento
y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por las leyes de
la Nación, con la reserva hecha en el inciso 12 del artículo 75; y por los tratados con las naciones
extranjeras; de las causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; de
las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que la Nación sea parte; de las
causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los
vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano
extranjero

Artículo 117.En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y
excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a embajadores,
ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la ejercerá originaria y
exclusivamente.

Artículo 129.-La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de Gobierno autónomo con facultades propias
de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad.
Una ley garantizará los intereses del Estado nacional mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de
la Nación.
En el marco de lo dispuesto en este artículo, el Congreso de la Nación convocará a los habitantes de la
ciudad de Buenos Aires para que, mediante los representantes que elijan a ese efecto, dicten el estatuto
organizativo de sus instituciones.

b- Competencia federal. Concepto. Supuestos de atribución. Caracteres. Prorroga.

La competencia federal es la facultad reconocida a los órganos que integran el PJ de la Nación para
ejercer sus funciones en los casos, respecto de las personas y los lugares especialmente determinados
por la CN.
Esta competencia deriva de la forma de gobierno adoptada por nuestra Constitución.
La CN determina en sus arts. 116 y 117, los asuntos cuyo conocimiento incumbe a la justicia federal.
Diversas leyes orgánicas sancionadas por el gobierno nacional han reglamentado dichas normas
constitucionales, delimitando el alcance de la competencia originaria de la Corte Suprema y de la que
corresponde a los demás tribunales inferiores.

Caracteres de la competencia federal:


- Es limitada, pues no puede ejercerse fuera de los casos expresamente enumerados en las
disposiciones constitucionales.
- Es privativa y, por lo tanto, excluyente de la de los tribunales de provincia.
- Es improrrogable en el supuesto de ser procedente por razón de la materia. Pero siempre que en
pleito civil un extranjero demande a una provincia, o a un ciudadano, o bien el vecino de una provincia
demande al vecino de otra ante un juez o tribunal de provincia, o cuando siendo demandados el
extranjero o el vecino de otra provincia, contesten a la demanda, sin oponer la excepción de
declinatoria, se entenderá que la jurisdicción (competencia) ha sido prorrogada, la causa se sustanciará
y decidirá por los tribunales provinciales.
Es por lo tanto prorrogable la competencia federal por razón de las personas.

Supuestos de atribución.
La competencia de los jueces federales con asiento en las provincias se halla reglamentada, en las
materias civil, comercial, contencioso-administrativa, por los art. 2 de la ley 48 y 55 incs. b, c y d de la
ley 13.998. En la Capital, la justicia federal en las mencionadas materias se halla desempeñada por
jueces nacionales de primera instancia en lo civil y comercial federal, cuya competencia está
reglamentada por el art. 111 de la ley 1893, que reproduce con algunas modificaciones el art. 2 de la
ley 48, y por el art. 42 de la ley 13.998, y por jueces nacionales de primera instancia en lo contencioso-
administrativo federal, cuya competencia está determinada por la ley 13.998, art. 45.

• Competencia de los jueces federales:

Competencia federal en razón de la materia.


1- Causas especialmente regidas por la CN.
2- Causas especialmente regidas por leyes del Congreso: se trata de leyes que el Congreso dicta para
todo el territorio de la Nación, y que no estén comprendidas en las materias que corresponden a los
códigos civil, comercial, penal, de minería, del trabajo, de la seguridad social.
Revisten aquél carácter, entre otras, las leyes sobre patentes de invención, marcas de fábrica, correos
y telecomunicaciones, enrolamiento, aduanas, etc, y en general, aquellas que reglamentan servicios,
instituciones y actividades.
3- Causas especialmente regidas por los tratados con las naciones extranjeras.
4- Causas de almirantazgo y jurisdicción marítima. Son las que se refieren a los actos que han tenido
lugar en el mar y a los actos y contratos referentes a la navegación.
5- Causas regidas por el derecho aeronáutico.
6- Causas concernientes a hechos, actos y contratos relativos a los medios de transportes terrestres,
con excepción de las acciones civiles por reparación de daños y perjuicios causados por delitos.
En lo que concierne a los jueces federales de las provincias versan sobre hechos, actos y contratos
relativos a los medios de transporte que liguen a la Capital Federal o a un territorio nacional con una
provincia, o dos provincias entre si, o un punto cualquiera de la Nación con un Estado extranjero y
siempre, además, que la pretensión se funde, en forma directa e inmediata, en normas dictadas por el
gobierno nacional en ejercicio de la facultad que le confiere el art. 75 inc. 13 de la CN.

Competencia federal en razón de las personas.


1- Las causas en que la Nación sea parte. La norma comprende al Estado Nacional, a sus entes
descentralizados y a las empresas del Estado.
2- Las causas civiles en que sean parte un vecino de la provincia en que se suscite el pleito y un vecino
de otra. Se entiende por causas civiles no sólo las que nacen de estipulación o contrato, sino también
las regidas por el derecho común, es decir, aquellas en que se discuten relaciones jurídicas de derecho
privado.
Para que proceda el fuero federal por razón de distinta vecindad es necesario que ambos litigantes
sean argentinos, y que quien invoque sea el vecino extraña provincia.
Además, es necesario que el derecho que se disputa pertenezca originariamente y no por cesión o
mandato a quien lo hace valer en juicio.
Finalmente, la competencia federal por distinta vecindad es prorrogable por las partes y no juega en
los procesos universales.
3- Las causas civiles en que sea parte un ciudadano argentino y otro extranjero. El fuero federal en
razón de la distinta nacionalidad de las partes constituye un privilegio instituido exclusivamente en
beneficio del extranjero, quien por lo tanto puede renunciarlo expresa o tácitamente; pero el extranjero
demandado por un argentino ante la justicia federal no puede declinar la competencia de ésta.
Los estados extranjeros pueden también ser demandados ante la justicia federal, siempre que
renuncien al privilegio de exención de jurisdicción.
4- Las causas que versen sobre negocios particulares de los cónsules extranjeros y todas las
concernientes a los vicecónsules extranjeros.

Competencia federal en razón del lugar.


Se trata de una competencia vinculada a los poderes otorgados al Estado Nacional por CN, 75 inc. 30,
para ejercer potestades legislativas, administrativas y judiciales en lugares adquiridos por compra o
cesión en cualquiera de las provincias con el fin de instalar allí establecimientos de utilidad nacional:
“…dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de los fines específicos de los establecimientos
de utilidad nacional en el territorio de la República. Las autoridades provinciales y municipales
conservarán los poderes de policía e imposición sobre estos establecimientos, en tanto no interfieran
en el cumplimiento de aquellos fines.”
En la jurisprudencia de la Corte prevaleció el criterio en cuya virtud la adquisición, por el gobierno
federal, de lugares en las provincias con destino a establecimientos de utilidad nacional, no implica la
federalización de esos territorios al extremo de que la Nación atraiga, por ese solo hecho, toda la
potestad legislativa, administrativa y judicial, en forma exclusiva y excluyente, de manera que la
jurisdicción provincial sólo debe quedar excluida en la medida en que su ejercicio interfiera, directa o
indirectamente, en la satisfacción del servicio de interés público que requiere el establecimiento
nacional.

Competencia federal en razón del grado.


Las cámaras federales con asiento en el interior del país ejercen una competencia territorial más amplia
que la correspondiente a los jueces federales de primera instancia, siendo algunas de ellas tribunales
de alzada respecto de Juzgados que funcionan en distintas provincias.

c- Competencia originaria de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de la Corte Suprema de


Justicia de la Provincia.

El art. 116 de la CN determina globalmente las causas y los asuntos que, en términos generales, son
de jurisdicción de los tribunales federales, sin dividir instancias ni competencias.
La constitución sólo específica luego, en artl 117, los casos en que esa competencia es originaria y
exclusiva de la CSJN. Y el propio art. 117 aclara que, salvo “estos casos”, en todos los demás el
congreso puede establecer “reglas y excepciones” que regirán la competencia apelada de la Corte.
La competencia de la Corte Suprema es originaria y apelada, habiendo sido establecida la primera,
como regla, atendiendo a las personas intervinientes en las causas, y la segunda, teniendo en cuenta
las personas, la materia y la importancia del asunto.
De esto surge que se prevén dos clases de competencias para la Corte:
a- originaria y exclusiva, en la que conoce como tribunal de instancia única;
b- apelada, en la que conoce causas que le llagan de un tribunal inferior, donde han sido juzgadas. Esta
se subdivide por vía ordinaria y por vía extraordinaria.
• Competencia originaria y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

1- En todos los asuntos que versan entre dos o más provincias, y entre una provincia y algún vecino o
vecinos de otra o ciudadanos o súbditos extranjeros.
Deben considerarse “vecinos” a los efectos de la competencia originaria de la Corte Suprema:
- Las personas físicas domiciliadas en el país desde dos o más años antes de la iniciación de la
demanda; cualquiera sea su nacionalidad.
- Las personas jurídicas de derecho público del país
- Las demás personas jurídicas constituidas y domiciliadas en el país
- Las sociedades y asociaciones sin personería jurídica, cuando la totalidad de sus miembros se halle
en situación prevista en el primer inciso.
2- En los asuntos que versen entre una provincia y un Estado extranjero.
3- En las causas concernientes a embajadores u otros ministros diplomáticos extranjeros, a las
personas que compongan la legación y a los individuos de su familia, de modo que una Corte de Justicia
puede proceder con arreglo al derecho de gentes.
4- En las causas que versen sobre privilegios y exenciones de los cónsules extranjeros en su carácter
público.

• Competencia originaria y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia.

ARTICULO 93 (Constitución Provincia). Compete a la Corte Suprema de Justicia, exclusivamente, el


conocimiento y resolución de:
1) Los recursos de inconstitucionalidad que se deduzcan contra las decisiones definitivas de los
tribunales inferiores, sobre materias regidas por esta Constitución;
2) Los recursos contencioso-administrativos sometidos a su decisión en los casos y modos que
establezca la ley;
3) Los juicios de expropiación que promueva la Provincia;
4) Los recursos de revisión de sentencias dictadas en procesos crimi nales, en los casos autorizados
por la ley;
5) Las contiendas de competencia que se susciten entre tribunales o jueces de la Provincia que no
tengan un superior común;
6) Los conflictos de atribuciones planteados entre funcionarios del Poder Ejecutivo y del Poder Judicial;
7) Los juicios de responsabilidad civil contra los magistrados judiciales;
8) Los recursos contra las decisiones del Tribunal de Cuentas en los casos y modos que establezca la
ley; y
9) Los incidentes de recusación de sus propios miembros.
ARTICULO 94. Los demás tribunales y jueces ejercen la jurisdicción contenciosa y voluntaria, que
corresponda a la Provincia, con las competencias que establezca la ley. Asimismo, las funciones de
otra índole que ésta les encomiende.

a- Competencia territorial
ARTICULO 15 (LOPJ).- Ejerce su competencia funcional, material y personal en todo el territorio de la
Provincia.

c- Competencia material
ARTICULO 17 (LOPJ).- Compete a la Corte Suprema el conocimiento de:
1) las pretensiones contencioso administrativas, en los casos y modos que dispone la ley.
2) los conflictos de competencia suscitados entre magistrados de la Provincia que no tienen un superior
común;
3) los conflictos de atribuciones planteados entre funcionarios del Poder Ejecutivo y magistrados o
funcionarios del Poder Judicial;
4) los incidentes de recusación de sus propios integrantes.

d- Competencia personal
ARTICULO 18 (LOPJ).- Compete a la Corte Suprema el conocimiento de:
1) los juicios de expropiación promovidos por la Provincia;
2) los juicios de responsabilidad civil promovidos contra los magistrados judiciales.

d- Pautas atributivas de competencia: subjetivas y objetivas. Enumeración y descripción de las distintas


pautas atributivas de competencia.

Se puede analizar el tema teniendo en cuenta dos pautas orientadoras que se diferencias
perfectamente: las que miran el litigio mismo y las que sólo ven la persona del juzgador.

Teniendo en cuenta el litigio mismo presentado al conocimiento de un juez, existen diversas


circunstancias puramente objetivas generadoras de otras tantas competencias y que se relacionan con:
- El lugar de la demandabilidad (competencia territorial)
- La materia sobre la cual versa la pretensión (competencia material)
- El grado de conocimiento judicial (competencia funcional)
- Las personas que se hallan en el litigio (competencia personal)
- El valor pecuniario comprometido en el litigio (competencia cuantitativa o en razón del valor)
Dado que en todos los casos la atribución respectiva está otorgada por el legislador, que se halla fuera
del Poder Judicial, estas 5 clasificaciones de competencia se denominan: pautas objetivas externas.
En Santa Fe, sus condiciones y trámite están establecidos en LOPJ, 1 y 2.

• Competencia objetiva: es la que surge a partir del contenido del litigo mismo que se lleva a
conocimiento judicial.

- Competencia territorial: todo juez ejerce sus funciones dentro de un límite territorial que casi siempre
está perfecta y geográficamente demarcado por la ley.
En otras palabras: quien es juez con competencia en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, puede
ejercer toda su actividad dentro del ejido municipal respectivo, no fuera de él; más tajante aún: quien
es juez en Buenos Aires no lo es en la ciudad de Rosario. Y viceversa.
Cuando un servicio judicial se halla bien y funcionalmente organizado, existe gran número de
demarcaciones territoriales, con suficiente cantidad de jueces.
¿Ante cuál de todos ellos debe instar un particular que se halla en conflicto?
- CPCCN: art. 5
- CPCCSF: arts. 4 y 5

- Competencia material: los jueces que ejercen su actividad dentro de un mismo territorio suelen dividir
el conocimiento de los diversos asuntos litigiosos de acuerdo con la materia sobre la cual se
fundamenta la respectiva pretensión.
En la actualidad, la competencia material se divide en civil, comercial, laboral, penal, federal,
contencioso-administrativa, etc.
Para conocer cuál es el sistema imperante en un lugar dado, el lector debe ocurrir a la ley que organiza
el PJ.
- Provincial: No existe en LOPJ una norma que determine de modo expreso la división de la
competencia material. Para conocer tal división, el intérprete debe recurrir al contenido de las
competencias creadas y determinadas por LOPJ.

- Competencia funcional: habitualmente, la actividad de juzgar es ejercida por una sola persona que,
como todo ser humano, es falible y, por ende, puede cometer errores que generen situaciones de
injusticia o de ilegitimidad.
El posible error judicial que no cumple el postulado básico del sistema debe ser revisable por otro
juzgador, que por razones obvias, debe estar por encima del primero y al cual éste ha de subordinarse.
Así es como, en orden a la función que cumple cada uno de los jueces, el ordenamiento legal establece
un doble grado de conocimiento: un juez unipersonal de primer grado (o de primera instancia) emite su
sentencia resolviendo el litigio; tal sentencia es revisable por un tribunal (habitualmente pluripersonal)
que actúa en segundo grado de conocimiento (o en segunda instancia) como órgano de control.
Este doble grado de conocimiento judicial recibe la denominación de ordinario. Los interesados pueden
plantear cuestiones de hecho y de derecho para ser resueltas.
Además del conocimiento ordinario, en el orden nacional existe un grado más de conocimiento
extraordinario en el cual no pueden plantearse cuestiones de hecho sino exclusivamente de derecho.
La función que cumple el juzgador en cada grado de conocimiento, por completo diferente:
a- el de primer grado ordinario tiene amplias facultades para interpretar y evaluar los hechos que
originaron el litigio y de aplicar a ellos la norma jurídica que estime es la que corresponde al caso, a fin
de absolver o condenar al demandado;
b- el de segundo grado ordinario carece de tales facultades: sólo debe decidir acerca de los argumentos
que, seria y razonadamente, expone el perdidoso respecto de los argumentos que fundan la sentencia
que le fue adversa.
c- el de tercer grado, ahora ya es extraordinario, debe proceder de modo similar al de segundo grado,
con una variante de la mayor importancia: no ha de conocer de cualquier argumento jurídico que
presente el agraviado sino sólo de aquel que tenga relevancia constitucional.

- Competencia cuantitativa o por razón del valor: en casi todos los lugares se divide la competencia en
razón del valor o la cantidad sobre el cual versa la pretensión y así dos jueces que tienen idéntica
competencia territorial (por ejemplo en una misma ciudad) o idéntica competencia material (ejemplo en
lo comercial) pueden ostentar diferente competencia cuantitativa: sobre la base de una cantidad patrón
fijada por el legislador, uno será de mayor cuantía si la excede y otra de menor cuantía sino llega a ella.
El valor preponderante en el primer caso será el de la seguridad jurídica, en el segundo, los de la
celeridad y la economía en la solución del litigio. Y es que celeridad y seguridad jurídica son valores
que nunca pueden caminar juntos: lo que se resuelve rápidamente no es seguro, lo que se decide con
seguridad no puede ser rápido.
En síntesis este tipo de competencia depende del monto reclamado en la demanda. Se supone que es
conveniente la existencia de juzgados especiales que se encarguen de los asuntos de menor monto,
mediante un procedimiento más simple.
Código procesal civil y comercial de santa fe: Art 3.

- Competencia personal o en razón de las personas: lo que la ley tiene en cuenta para atribuir esta
competencia, es las personas que están involucradas en el conflicto. Esta competencia determina por
ej.: que haya jueces con competencia de menores; si se tratara de un extranjero serían jueces con
competencia federal; si la provincia de santa fe decide demandar a la provincia de entre ríos, en razón
de estas personas se atribuye competencia a la suprema corte de justicia de la nación.

• Competencia subjetiva: Sólo tiene en cuenta la persona del juzgador. Un juez puede ser un juez
objetivamente competente para conocer un litigio (en razón de la materia, las personas, el grado, el
territorio y el valor), y sin embargo no serlo subjetivamente, por hallarse comprendido respecto de
alguno de los litigantes/representantes/patrocinantes, o bien hallarse comprendido en la misma
cuestión litigiosa en una situación tal que genera un interés propio en el juez para que la sentencia se
emita en un cierto y único sentido.
Cuando eso ocurre, el juez pierde el carácter de poder actuar libremente.
Cuando este problema existe, no genera un debido proceso sino un simple procedimiento cuya solución
jamás podrá ganar los efectos propios de la sentencia dictada luego de un proceso.
Congruente a ello, doctrina y legislación otorgan a los litigantes la facultad de desplazar la competencia
del juez objetivamente competente pero subjetivamente incompetente hacia otro juez que sea objetiva
y subjetivamente competente. Si las partes guardan silencio al respecto, por desconocimiento de la
respectiva situación o por cualquier otra circunstancia, la propia ley le impone al juez subjetivamente
incompetente el inexorable deber de excusarse de entender en el litigio.

e- Desplazamiento de la competencia: causales. Prórroga, cuándo procede. Distintos tipos de prórroga.


Conexidad, afinidad, acumulación, fuero de atracción, recusación y excusación.

Desplazamiento de la competencia: causales.


Una vez determinado el juez competente puede haber circunstancias que desplazan esa competencia.
Las leyes atributivas de competencia judicial son generalmente imperativas, razón por la cual no
pueden ser dejadas de lado por la voluntad de los particulares ni modificada por ellos. Pero existen
casos en que el legislador ha decidido privilegiar el interés particular, con el propósito de hacer más
asequible la defensa de los derechos, quiere decir que permite que las partes desplacen la competencia
de un juez a otro, para conocer de un asunto litigioso.
Este desplazamiento se conoce como prorroga de la competencia judicial y consiste en un acuerdo de
los litigantes por virtud del cual no presentan su litigio ante el único juez que es natural e inicialmente
competente sino ante otro q no lo es.
La ley acepta que, siempre por voluntad de los propios interesados, la prórroga de competencia puede
operar en la competencia territorial.

La prórroga de competencia está sujeta a cinco requisitos:


- Que la autoridad a quien se prorroga sea un juez competente.
- Que la autoridad en quien se prorroga sea un juez incompetente en cuanto a la competencia
prorrogada.
- Que haya consentimiento de las dos partes para efectuar la prorroga.
- Que el litigio verse exclusivamente acerca de cuestiones patrimoniales.
- Que la ley no atribuya competencia territorial exclusiva y excluyente a un determinado juez, pues ello
hace que esta competencia sea improrrogable.

Conexidad, afinidad, acumulación.


El fenómeno de conexidad aparece cuando dos relaciones litigiosas diferentes tienen en común un
elemento (conexidad subjetiva, conexidad objetiva y conexidad causal) o dos (conexidad mixta-
subjetiva causal y conexidad mixta objetivo causal). Debe haber conexidad entre objeto, sujeto o causa.
El fenómeno de afinidad aparece cuando dos relaciones litigiosas diferentes no tienen ningún elemento
idéntico pero ostentan uno de los sujetos en común y el hecho que es la causa de pedir. Cuando se
presenta alguno de estos dos fenómenos y según el caso, resulta conveniente o necesario tramitar y/o
sentenciar en un mismo acto de juzgamiento todas las pretensiones conexas y afines mediante el
proceso de acumulación de procesos. Ejemplo: Juan demanda a Pedro ante el juez diego pretendiendo
el cumplimiento de un contrato. En proceso separado Pedro demanda a Juan ante el juez José
pretendiendo la declaración de nulidad del mismo contrato. Estas pretensiones no pueden ser resueltas
separadamente, pues las interpretaciones pueden resultar contradictorias entre ambos jueces. La
solución es que uno de los jueces asuma la competencia del otro por virtud de la conexidad causal que
existe entre ambos litigios. Lo que importa aquí es q haya una sola sentencia en un mismo acto de
juzgamiento efectuado por un mismo juzgador y ello se logra, solo, desplazando la competencia de uno
de los jueces.
Cuando hay identidad de hechos ocurre lo que se llama Litis pendencia (proceso pendiente) esto se
resuelve acumulando los dos procesos en uno. Regla: siempre que haya posibilidad de que se dicten
sentencia contradictorias, los procesos deben acumularse (lo que implica que lo tramite el mismo juez).
La acumulación se hace en el expediente más antiguo, es decir donde se inicio el primero.
Fuero de atracción.
Hay algunos juicios en los cuales está necesariamente involucrada la totalidad del patrimonio de una
persona y q por tal razón, se conocen con la denominación de juicios universales (el concurso y la
sucesión). Esta circunstancia hace necesario concentrar en un mismo y único juez todos los litigios que
están vinculados en ciertos aspectos con tal patrimonio. Este desplazamiento de competencia opera
exclusivamente respecto de pretensiones patrimoniales personales. En síntesis: abierta una sucesión
o un concurso ambos juicios atraen a todos los procesos que versen sobre materia patrimonial personal
y estén pendientes o que se deben iniciar contra la sucesión o su causante y contra el concurso o el
concursado. El fuero de atracción es solo pasivo, es decir, que lo que se atrae son las causas en las
cuales el causante sea demandado, no es las cuales el causante era actor.

Recusación y excusación.
(ver art 8, 9 y 10 del CPCCSF) Estas son consideradas causales subjetivas de desplazamiento de
competencia. Para Barberio todas las causales son objetivas, no hay causales subjetivas.
- Recusación es el ejercicio o facultad que tiene cualquiera de las partes de señalarle al juez una causal
de sospecha relativa a su imparcialidad y que implica el apartamiento del juez. La imparcialidad se
presume, sin embargo esta puede estar afectada por causales que objetivamente podrían poner en
juicio la imparcialidad. Ej. Causales: parentesco.
- Excusación: funciona igual que la recusación, pero en este caso es el juez el que se aparta, en la
recusación son las partes las que lo piden.

f) Conflictos de competencia: positivos y negativos. El superior común.

Denomínese conflicto de competencia a la contienda que se plantea entre dos jueces cuando ambos
emiten resoluciones coincidentes acerca de sus respectivas competencias para conocer de un asunto
determinado. Si ambos coinciden en declararse competente se dice q hay un conflicto positivo, si ambos
coinciden en afirmarse incompetentes se dice q hay un conflicto negativo.
Al conflicto positivo se llega por:
- Demanda inhibitoria estimada por el juez ante quien se presenta y consiguiente negativa del juez
requerido por éste;
- Reclamo oficioso del conocimiento de un asunto, de un juez a otro, por existir fuero de atracción o
conexidad de causas que exija que la sentencia se dicte en una de ellas deba producir en la otra los
efectos del caso juzgado.
Al conflicto negativo se llega por:
- Estimación por un juez de una excepción de incompetencia (vía declinatoria) y consiguiente
denegación oficiosa de competencia por otro juez o, en su defecto, estimación de una nueva excepción
de incompetencia. El caso supone que los dos jueces intervinientes se declaren incompetentes;
- Denegación oficiosa de competencia por parte de dos o más jueces.
Para que el conflicto pueda existir es menester que se cumplan los siguientes requisitos:
a- deben existir dos resoluciones judiciales coincidentes en la afirmación de competencia o de
incopentencia;
b- los jueces en conflicto, deben pertenecer a una misma jerarquía funcional.
En todos los casos, la solución al conflicto de competencia debe darla el superior común a ambos
jueces.
Nación: CPCCN art. 13.
Provincia: CPCCSF art. 8.

g- Modos de cuestionar la incompetencia objetiva: declinatoria e inhibitoria. Concepto. Requisitos,


oportunidad y trámite. Resolución.
Dos sistemas se ha instrumentado la doctrina para delimitar los medios de ataque a la incompetencia
objetiva y ellos miran a un doble aspecto del problema:
• Los sujetos que pueden atacar la incompetencia:
- Otorgar al juez el deber de verificar su propia competencia: incompetencia denunciable de oficio;
- Encomendar solo a las partes el control de la competencia: incompetencia denunciable solo a
instancia de parte.
• La oportunidad procedimental para atacar la incompetencia: existen nuevamente dos
soluciones:
- El control sobre la competencia puede ser ejercido durante todo el curso del proceso;
- Sólo puede efectuarse en la fase inicial del proceso, extinguiéndose luego la respectiva facultad por
virtud de la regla de preclusión.
En cuanto al primer problema, Santa Fe establece un sistema mixto, mediante el cual se permite que
sean las partes quienes denuncien la incompetencia, y además, el propio juez.
Respecto del segundo problema, las legislaciones no son pacificas. Pero debe destacar que las más
modernas establecen un momento límite y final con carácter preclusivo que cierra definitivamente la
posibilidad de alegar la incompetencia o de declararla de oficio.

Modos de cuestionar la incompetencia objetiva: declinatoria e inhibitoria. Concepto.

Denomínese oposición que realiza el demandado respecto de la aptitud (competencia) que posee el
juez que dio curso a la demanda presentada por el actor. Cuando el actor elige un juez y este no repele
su competencia, sólo el demandado puede cuestionarla por una de dos vías:
- Declaratoria: es el medio acordado por las leyes procesales para que el demandado cuestione la
competencia ya admitida por un juez: a tal debe presentarse ante él y solicitarle que cese (decline) en
el conocimiento de la causa respecto de la cual lo considera incompetente. Se realiza en favor de quien
considera competente.
- Inhibitoria: el plateo se hace no ante el juez que está interviniendo sino ante el juez q se considera es
competente y solicitarle que declare su competencia y reclame al juez que está conociendo de la causa
que se declare incompetente y cese en su intervención.

Requisitos, oportunidad y trámite. Resolución.


Nación: CPCCN arts. 7 a 12.
Provincia: CPCCSF arts. 6 y 7.

h- Modos de cuestionar la incompetencia subjetiva: Recusación y excusación: Concepto. Clases.


Recusación con o sin causa. Causales previstas. Oportunidad de recusar en cada caso. Trámite.
Efectos. Excusación. Oportunidad, efectos y trámite.

La actividad jurisdiccional se realiza válidamente en tanto que el órgano que la actúa sea imparcial e
independiente de las partes en litigio.
Cuando ello no ocurre y, por tanto, el juez subjetivamente incompetente, tiene el deber de excusarse y
las partes el derecho de recusarlo.

Recusación con o sin causa. Causales previstas. Oportunidad de recusar en cada caso. Trámite.
Efectos.
La recusación es el medio que acuerdan las leyes procesales para atacar la incompetencia subjetiva
del juez, aduciendo la existencia de alguna causal que, de existir, hace inválida la actividad jurisdiccional
por presentarlo al juez en situación de partialidad, parcialidad o dependencia de las partes.
Nuestro ordenamiento ha optado por proteger la imparcialidad judicial mediante la figura del juez
suspectus y no la del juez inhabilis.
La esencia de la recusación no es, ni la pérdida de la imparcialidad, ni de la dependencia del juez o
magistrado. Su sentido, primero y último, es la sospecha.
Absolutamente todas las leyes procesales aceptan y regulan la recusación con expresión de causa,
mencionando de modo expreso las que revelan una incompetencia subjetiva del juez, y otras más, muy
pocas, permiten la recusación sin expresión de causa.
- Recusación causada. CPCCSF arts. 9, 10, 12, 13, 14, 15, 16 y 17 / LOPJ 7050 arts. 4 a 6.
Además de los magistrados mencionados en el art. 10, pueden ser recusados con causa los conjueces,
los árbitros, los peritos.

- Recusación incausada o sin expresión de causa. CPCCSF arts. 9, 14, 15, 16 y 17.
Es el medio que algunas leyes, acuerdan a las partes para lograr el apartamiento de un juez respecto
del conocimiento de cierto asunto justiciable sin necesidad de explicar la razón o la causa por la cual el
recusante no acepta su permanencia en el litigio.
Además de los magistrados mencionados en el art. 9, son recusables sin causa los jueces de trámite
de los tribunales colegiados, y los árbitros designados por sorteo.
No son recusables sin causa: los ministros de la CSSF, jueces en caso de recurso de amparo, jueces
de los tribunales colegiados, jueces de menores, jueces comunales, jueces de feria.
La recusación sin causa no procede en los casos contemplados en el art. 17.
Es anulable la sentencia dictada por juez legalmente recusado.

Excusación. Oportunidad, efectos y trámite.


La excusación es el medio que la ley acuerda al juez para afirmar y demostrar ante las partes en el
proceso la ausencia de su competencia subjetiva y se traduce en el deber que tiene de apartarse del
conocimiento de todo pleito respecto del cual o de sus sujetos intervinientes no puede actuar con plena
garantía de imparcialidad, impartialidad e independencia que requiere una actividad jurisdiccional
válida.
Las causales de excusación son legales y morales o íntimas.
1- Las causales legales: son las mismas que las leyes procesales enuncian al normal la recusación
causada y, por ello, no ocasionan problema alguno al intérprete: cuando se presentan en el caso
concreto, el juez tiene el deber de excusarse de inmediato.
2- Las causales morales o íntimas: son paralelas a las legales y habitualmente no encuadran en las
provisiones normativas.
- Motivos graves de decoro: cuando hubiere alguna causal de recusación y las partes no lo recusen al
juez, pero este como está obligado a hacerlo, se excusa, las partes podrían pedirle al juez que continúe
interviniendo, el cual debe hacerlo, al menos que decorosamente no lo considere conveniente.
- Motivos por delicadeza personal: no esta contemplado en el código de Santa Fe.
Nación: CPCCN arts. 30 a 33.
Provincia: CPCCSF art. 11.
BOLILLA V
ACTOS PROCESALES.
Concepto.
Son actos voluntarios lícitos ejecutados en el proceso. Son actos jurídicos emanado de las partes, de
los agentes de la justicia, y aun de los terceros ligados al proceso que tienden a la constitución,
conservación, modificación o cesación de una situación jurídica en la relación procesal.
Estos actos procesales se suceden respetando un orden establecido. No se acumulan sino que se
integran para formar un todo sistemático; cada uno es antecedente y consecuencia de otro.

Diligencias preliminares: aquellas medidas que se pueden pedir o diligenciar antes de que se inicie el
proceso. Normalmente el proceso comienza con la interposición de la demanda, pero muchas veces
antes de eso es necesario conocer ciertos datos de la contraparte, determinadas cuestiones que sin
ellas no podría ser planteada correctamente la demanda, o producir anticipadamente una prueba,
cuando es posible que más adelante sea imposible o difícil de conseguir. Quedan aquí englobadas la
medidas preparatorias y las medidas conservatorias.

Requisitos:
El acto procesal consta de dos elementos fundamentales, la forma y el contenido. La forma constituye
la faz objetiva del acto, o sea, el modo de exteriorización de la voluntad. El contenido es puramente
subjetivo y supone un proceso psicológico.

Se distinguen tres elementos: SUJETO, OBJETO Y FORMA.


➢ SUJETOS: deben ser capaces para el acto que realizan y estar legitimados para cumplirlo. El
acto procesal puede ser realizado por: a) el órgano y sus auxiliares; b) uno o más litigantes; c)
uno o más terceros, y d) el órgano, los litigantes y los terceros.
LOS SUJETOS DEBEN SER CAPACES PARA EL ACTO QUE REALIZAN Y ESTAR LEGITIMADOS
PARA CUMPLIRLOS.¿Quiénes tienen capacidad para PARTICIPAR EN UN JUICIO? Los que tienen
capacidad de hecho (mayores de 18 años). Se denomina LEGITIMACIÓN PROCESAL.
TODAS LAS PERSONAS TIENEN CAPACIDAD PARA SER PARTES EN JUICIO. Se trata de una
capacidad de derecho y no existen incapacidades de derecho, sino incapacidades con relación a ciertos
actos.

➢ OBJETO: es la finalidad que busca quien lo realiza, o el que lo pidió o quien cumple el acto.
Objeto lícito, fin no prohibido por la ley y reunir los requisitos de lealtad, probidad y veracidad.

➢ FORMA: se refiere a la materialidad del acto y a la incidencia del tiempo sobre su eficacia.

Clasificación.
Actos de los jueces y de los auxiliares: de instrucción, de resolución, de ejecución
a) Actos de reglamentación o de instrucción: tienen por objeto el desenvolvimiento y dirección del
proceso, permitiendo la acumulación de los elementos que han de servir de base a la decisión final;
ORDENAN EL PROCEDIMIENTO
- Actos de admisión: comprenden las providencias mediante se admiten o rechazan actos procesales
de los litigantes.
- Actos de transmisión: hacer conocer a los litigantes lo que se pide o hace en el proceso (traslados,
vistas, notificaciones). Aseguran el principio de contradicción y de defensa en juicio.
- Actos de conocimiento: percepción, comprensión y meditación, por parte del juez, de los diversos
elementos aportados al proceso para la decisión de la litis.
- Disciplinarios: cumplen el fin de evitar actitudes que obstruyan el trámite procesal. La ley faculta al
juez a aplicar sanciones a sus propios auxiliares, a las partes y a terceros. (art 35 cod. Proc. Nac.)

b) Actos de resolución: comprenden las diversas clases de sentencias, pronunciadas por el juez, con
conocimiento sumario o amplio sobre el mérito de la causa o sobre el procedimiento, cuando este ha
sido cuestionado.
- Sentencia definitiva: es la que dirime la contienda de fondo que ha determinado el litigio.
- Interlocutorias simples (decreto o providencias de mero trámite): son las resoluciones que el juez o
tribunal dictan durante el curso del proceso, para propender a su impulso (se acepta la demanda,
abrir la causa a prueba).
- Interlocutorias (autos interlocutorios o resoluciones de incidentes): son las que deciden cuestiones
incidentales que se presentan y son necesarias resolver para poder continuar con el proceso
(incidente de recusación del juez).

c) Actos de ejecución: son aquellos en donde el juez ejercita un elemento específico de la jurisdicción:
la coacción. A través de ellos posibilita el cumplimiento de los mandatos judiciales.

Acto de las partes (de los litigantes, de sus asesores y auxiliares)


Los actos de los litigantes pueden ser unilaterales, cuando producen su efecto por la sola voluntad de
quien los realiza; o bilaterales cuando requieren el acuerdo de voluntades de ambos litigantes
Los unilaterales pueden dividirse en:
a) Actos de postulación: contienen una exteriorización de la voluntad encaminada a deducir las
respectivas pretensiones (demanda, oposición de excepciones, recursos).
b) Actos de simple impulsión: tienden solamente al desarrollo del procedimiento (que se ordene un
traslado).
c) Actos de documentación: constituidos por las aportaciones de material de conocimiento (ofrecimiento
y producción de prueba, reconocimiento de hechos, de firmas, documentos, etc)
d) Actos decisorios: los que unilateralmente puede cumplir la parte y que están encaminados a la
terminación del proceso (Allanamiento: el demandado se somete a la pretensión jurídica del actor;
Desistimiento: el actor renuncia a la acción o al proceso; Transacción: por mutuo acuerdo las partes
llegan a una solución respecto del derecho cuestionado en el proceso, mediante concesiones recíprocas;
etc)
e) Actos de ejecución: los que realiza el litigante en cumplimiento de una decisión judicial (acatando una
oblig. de dar).
En los bilaterales (o multilaterales) existe un acuerdo de voluntades sobre el litigio o sobre el proceso,
como en los casos de transacción, conciliación, conformidad para que la cuestión se declare de puro
derecho.
En cuanto a los actos de los asesores y auxiliares de los litigantes, distinción entre los que realizan en
nombre de éstos (son la mayoría), de los que hacen a título personal y por propia legitimación. (Ej. de
esto último, constitución de domicilio del abogado a los efectos de la regulación de sus honorarios)

Actos de los terceros: contribuyen a la instrucción del proceso y a la ejecución de lo decidido. No son
partes en el proceso y no integran el órgano jurisdiccional, ni aun como auxiliares.
a) Actos de pruebas: son las declaraciones de testigos.
b) Actos de cooperación: son la intervención y administración judiciales, las subastas judiciales.

A) DERECHO DE POSTULACIÓN. INTERVENCIÓN PERSONAL Y ASISTENCIA LETRADA.


PATROCINIO. CONCEPTO. FINALIDAD. RESPONSABILIDAD.
Art. 30 cod. proc. de S.F. “TODA PERSONA PUEDE COMPARECER POR SÍ O POR APODERADO O
POR MEDIO DE SUS REPRESENTANTES LEGALES, CON O SIN LA DIRECCIÓN DE LETRADO,
salvo lo dispuesto en la Ley orgánica.
Para actuar en el proceso la idea general de capacidad no es suficiente, se exige con ella la llamada
capacidad de postulación, que si bien técnicamente no es en rigor una capacidad, se manifiesta
mediante la idea de que los sujetos procesales no pueden actuar en forma directa, o por sí solos en el
proceso, sino que deben hacerlo ya sea por medio de una representación, una asistencia, o ambas a la
vez.
Toda persona que goce de capacidad procesal tiene también, en nuestro ordenamiento jurídico, el
derecho de postulación (ius postulandi), es decir, el poder de efectuar personalmente todos los actos
procesales inherentes a su calidad de parte. Empero, este sistema instituye en la actualidad la carga del
patrocinio letrado obligatorio.
El derecho de postulación es la aptitud técnica de un sujeto para poder peticionar en un proceso
jurisdiccional:
⇸ Abogados: derecho de postulación pleno. Pueden actuar por patrocinio, representación,
apoderamiento o gestión.
⇸ Procuradores: derecho más restringido.
⇸ Escribanos: aquellos que optaron por ejercer la procuración.

Siguiendo a Palacio, podemos afirmar que el procurador es aquél profesional particularmente idóneo en
el manejo de la técnica procesal, al que le incumbe actuar procesalmente en lugar de la parte; mientras
que el abogado actúa junto a ella o su representante patrocinándola, tarea que incluye la de asesorarla
en el planteo de las cuestiones de hecho y derecho, suscribiendo los escritos más trascendentes del
proceso y, asimismo, asistirla en las audiencias y demás actos de comunicación verbal con el Tribunal;
por lo tanto, cuando los artículos 30 y 31 inciso 1 del código provincial hablan de letrado aluden al
abogado cumpliendo estas funciones.
Por su parte, la Ley Orgánica del Poder Judicial establece una diferenciación entre ambas figuras, no
obstante lo cual autoriza al abogado a intervenir también como representante en juicio e incluso dispone
que la matrícula de abogado autoriza automáticamente el ejercicio de la procuración.
Asimismo, el digesto mencionado dispone que el procurador y escribano que haya optado por ejercer la
procuración está habilitado para la representación en juicio, pero requiere -a diferencia del abogado que
actúa como procurador- de la firma de letrado en las piezas más trascendentes del proceso.
Por lo tanto, nuestro sistema provincial obliga a la representación por medio de procurador en los juicios
universales y contenciosos ante los jueces letrados; salvo que la parte actúe con patrocinio letrado.

Ese imperativo abarca todos los actos del proceso con excepción de los que están expresamente
excluidos por los incisos 2 a 6 del artículo 31 del mismo digesto y según la interpretación que se efectúe
del artículo 30 que reza: Toda persona puede comparecer por sí o por apoderado o por medio de sus
representantes legales, con o sin la dirección de letrado, salvo lo dispuesto en la ley orgánica.
En este último aspecto, hay quienes sostienen que surge de la lectura del artículo transcripto la no
exigencia de representación ni patrocinio letrado para el solo acto de comparecer a juicio. Empero, esta
postura ha sido objetada en virtud de que esa posibilidad queda supeditada a lo dispuesto en la Ley
Orgánica, la que exige asistencia letrada en todos los actos (art. 318 -inciso 2- y 319).
Por ello, es dable concluir que las excepciones deben limitarse a las expresamente enumeradas en los
incisos 2 a 6 del artículo 31; esto es:
- Para solicitar medidas precautorias o urgentes;
- Cuando los abogados o procuradores actúen en causa propia;
- Para contestar intimaciones o requerimientos de carácter personal;
- Para la recepción de órdenes de pago;
- Para solicitar declaratoria de pobreza.
Por último, no se puede perder de vista lo normado por el artículo 247 de la ley 10160 en el sentido de
que siempre queda en pie la potestad del juez de exigir la asistencia de letrado patrocinante.

Apuntes de clase: en la Nación es obligatorio el patrocinio letrado. En Santa Fe es obligatoria la


representación por apoderado, salvo sus excepciones.
Patrocinio: se da cuando el actor peticiona en primera persona, firma él y luego el profesional para
otorgar poder. No hay representación. El abogado cuando patrocina hace una asistencia técnica a la
parte. Se agota en cada acto procesal (para cada acto necesitará patrocinio).

B) LA REPRESENTACIÓN. CONVENCIONAL Y LEGAL. REGULACIÓN. MODOS DE OTORGARLA.


OPORTUNIDAD DE SU JUSTIFICACIÓN.
Conocido es que toda persona tiene plena libertad para apoderar a un tercero a fin de que lo represente
en ciertos actos por simple aplicación del principio de libertad inherente a ella.
Por tanto, cabe entender aquí por representación la actuación que cumple en el proceso un tercero ajeno
al litigio sosteniendo la defensa del derecho o del interés de la parte procesal que no puede o no quiere
actuar por sí misma.
Surge de ello que la representación admite ser clasificada en legal y convencional.
Lo que importa destacar es que quien actúa en carácter de representante -legal o convencional- y salvo
que la propia ley disponga lo contrario (caso del padre respecto del hijo en algunas legislaciones) debe
acreditar la representación asumida en el tiempo y la forma que cada ordenamiento establezca al
respecto.
REPRESENTACIÓN CONVENCIONAL.
En general es la que puede otorgar la parte que, siendo capaz para actuar por sí misma en un cierto
proceso, prefiere que lo haga un tercero a su nombre. A tal efecto, debe extender un poder (general o
especial) o contrato de mandato, no surge de la ley.
art 44 cod. Proc. S.F. “EL PODER PARA ESTAR EN JUICIO , SEA GENERAL O PARA UN ASUNTO
DETERMINADO, COMPRENDE LAS FACULTADES NECESARIAS, PARA REALIZAR TODOS LOS
ACTOS DE PROCEDIMIENTOS ESTABLECIDOS EN ESTE CÓDIGO Y ADEMÁS, LAS DE SUSTITUIR
Y PRORROGAR COMPETENCIA. EL MANDATO PUEDE LIMITAR LA EXTENSIÓN DE DICHO
PODER, MEDIANTE LA RESERVA EXPRESA DE DETERMINADAS FACULTADES”
El representante convencional debe siempre acreditar fehacientemente el carácter que dice ostentar en
el proceso, dentro del plazo y en la forma que establezca cada ley al respecto.
Y esto es de la mayor importancia para lograr que la sentencia a dictar sea útil para componer el litigio
y, de consiguiente, puedan extenderse a la parte (representada) los efectos emergentes del caso
juzgado.
Cuando la representación -legal o convencional- no se acredita oportuna e idóneamente, existe en el
representante una falta de personería (algunas leyes la denominan incorrectamente falta de
personalidad) que habilita a la contraparte a deducir la correspondiente excepción.
Deberes de los apoderados: presentado el poder y una vez admitida su personería, el apoderado asume
todas las responsabilidades que las leyes le imponen, y sus actos obligan al poderdante o mandante
como si él personalmente los practicare. Además, de las obligaciones que surgen del contrato de
mandato en el CCCN; las leyes procesales disponen que: 1) los apoderados están obligados a seguir el
juicio mientras no hayan cesado legalmente en el cargo; 2) el mandatario deberá abonar a su poderdante
las costas causadas por su exclusiva culpa o negligencia, cuando éstas fueran declaradas judicialmente
-independientemente de su respons. civil o criminal-; el juez puede establecer la responsabilidad
solidaria del mandatario con el letrado patrocinante; 3) los procuradores tienen el deber de interponer
los recursos legales contra la sentencia definitiva adversa a su parte y contra toda regulación de
honorarios que le corresponda abonar a aquélla, asistir los días designados para las notificaciones;
presentar los escritos, con firma de letrado en los casos que corresponda; y concurrir puntualmente a
las audiencias.
Cesación del mandato: 1) revocación expresa del mandato en el expediente; 2) renuncia, en cuyo caso
el apoderado deberá continuar las gestiones hasta que haya vencido el plazo que el juez fije al
poderdante para reemplazarlo o comparecer por sí. 3) Haber cesado la personalidad con que litigaba el
poderdante; 4) Haber concluido la causa para la cual se le otorgó el poder (causa que se le dictó
sentencia definitiva); 5) Muerte o incapacidad del poderdante: el apoderado continuará ejerciendo su
personería hasta que los herederos o representantes legales tomen la intervención que les corresponda;
6) Muerte o inhabilidad del apoderado, puede ser por la eliminación de la matrícula de procuradores, o
suspensión de la inscripción, o por la incompatibilidad del ejercicio profesional por ser designado
funcionario público.

REPRESENTACIÓN LEGAL: Regulación. Oportunidad de acreditación.


Las personas que no pueden actuar por si mismas en el proceso (incapaces de hecho o inhabilitados) -
carecen de capacidad procesal- lo deben hacer por medio de un representante legal (padres, tutores,
curadores, apoyos, el Ministerio Público de menores, representantes legales); con lo cual se asegura el
derecho de defensa en juicio de ellas.
Las personas físicas (o de existencia visible o naturales) pueden ser civilmente capaces (es la regla) o
incapaces (es la excepción) en atención a diversas razones tenidas en cuenta por el legislador en cada
caso.
La incapacidad jurídica (y, por ende, procesal), deriva exclusivamente de la ley, razón por la cual la
enunciación de los incapaces es contingente y siempre debe ser hecha a partir de un ordenamiento
concreto. Procesalmente, sólo interesa la incapacidad de hecho, ya que tienen una inhabilidad para
actuar personalmente en el proceso. Por ejemplo:
✓ Personas jurídicas: sólo pueden actuar por medio de sus representantes legales y estatutarios.
✓ Patria potestad: es conferida a los padres respecto de sus hijos.
✓ Tutela o Curatela: según se trate de menores o incapaces.
✓ Ministerio Público de menores e incapaces: representa promiscuamente a incapaces y menores y
es parte LEGÍTIMA Y ESENCIAL de todo asunto judicial y extrajudicial de jurisdicción voluntaria o
contenciosa que verse acerca de la persona o bienes de aquellos so pena de nulidad de todo acto
o juicio que tuviere lugar sin su participación.
La función del Ministerio no es siempre la misma; cuando los incapaces se encuentran debidamente
representados en el proceso por su representante legal, el Ministerio va a cumplir una función de
vigilancia y asesoramiento.

Representación de las personas jurídicas.


Respecto de las personas de carácter público, la designación del representante legal está efectuada
exclusivamente por la ley.
En cuanto a las personas de carácter privado cabe estar a lo que disponga cada estatuto de creación.

Acreditación de la personería.
ARTICULO 41. La persona que se presente en juicio por un derecho que no sea propio, aunque le
competa ejercerlo en virtud de representación legal, deberá acompañar a su primer escrito los
documentos que acreditan el carácter que inviste.
La representación en juicio será acreditada mediante escritura de mandato, otorgada ante escribano
público o por poderes especiales que podrán autorizar los jueces de circuito o comunales o los
secretarios de juzgados de primera instancia de distrito o de circuito.
En los asuntos de competencia de la justicia de circuito o comunal, será bastante una carta poder
otorgada por las partes, sin otro requisito que la autenticación de sus firmas por cualquier autoridad
judicial. (Art. conforme Ley 12.281)
ARTICULO 42. En casos urgentes, se podrá comparecer al proceso ofreciendo comprobar la personería
dentro del plazo que el juez determine y que no podrá ser superior a treinta días. La decisión será
inapelable y cuando fuera denegatoria, se notificará por cédula o personalmente en secretaría. El plazo
empezará a correr desde el mismo día en que se compareció invocando el mandato y pidiendo término
para presentar el documento que lo instrumente. Transcurrido aquél sin que el poder se exhibiere o si
éste no hubiere sido otorgado, por lo menos, el día que se lo alegó, quedará nulo todo lo actuado por el
procurador que cargará con las costas causadas. La ratificación de los actos realizados sin poder es
inadmisible

Siendo que la representación debe acreditarse en el primer escrito, merece destacarse que tal carga
necesariamente se excepciona con lo establecido en el primer párrafo del art. 42, y que la expresión
“PRIMER ESCRITO” tiene que entenderse como referente a la primera comparecencia, porque bien
puede suceder que tal circunstancia se dé al participar de una audiencia.
El artículo 42 hace referencia a la figura del GESTOR. Enseña Palacio, denomínese gestor a quien,
limitándose a invocar la representación de un tercero o careciendo de un poder suficiente, comparece
en nombre de aquel para realizar uno o más actos procesales que no admiten demora, aunque con la
condición de acreditar personería o de obtener la ratificación de su actuación dentro de un plazo
determinado.

Comprobación de oficio de la representación. El poder: extensión, facultades. Sustitución.


El poder es un instrumento que puede ser otorgado por instrumento público o privado.
(Apuntes de clase: Lo firma el poderdante y el secretario autorizante. El que certifica -el secretario- da
fe de la identidad del que firma. El poder tiene que ser de fecha anterior a la que yo me presento).

Extensión.
El poder puede ser general o especial. El general es otorgado para intervenir en todos juicios iniciados
o a iniciarse por o contra el mandante. Debe realizarse únicamente por escritura pública o con firma
certificada ante escribano público o del juez comunal. El poder especial es aquel que se confiere para
un juicio determinado.
El original del poder se reserva en secretaría y se agrega la copia en autos.
Facultades del poder como instrumento que otorga la parte:
Art. 44 (CP SF)- “El poder para estar en juicio, sea general o para un asunto determinado comprende
las facultades necesarias para realizar todos los actos de procedimiento establecidos en este Código y
además, las de sustituir y prorrogar competencia. El mandato puede limitar la extensión de dicho poder,
mediante la reserva de determinadas facultades.”
Sustitución
Existe cuando la ley permite que una persona diferente al titular del derecho que se discute pueda actuar
en el proceso como parte legítima, ejerciendo en nombre propio una pretensión ajena.
No es lo mismo que la representación. En ésta el representante obra en nombre e interés del
representado y no es parte en el proceso. El sustituto, en cambio, actúa en nombre e interés propio y,
además es parte en el proceso; tiene todos los derechos, cargas y deberes que corresponden a la
calidad, salvo casos estrictamente personales como por ejemplo, desistir del derecho.
Cesación de la representación:
Art. 45 cod. Proc. SF- La representación de los apoderados cesa:
1) Por revocación expresa del mandato en el expediente. No es aplicable en materia procesal la
revocación tácita
2) Por renuncia: ésta debe notificarse al mandante por cédula en su domicilio real y el apoderado
deberá continuar en sus gestiones hasta que haya vencido el plazo señalado al apoderado para
reemplazarlo o comparecer por sí, bajo pena de daños y perjuicios (art. 46 C.P. Santa Fe). Si al
vencimiento del plazo señalado no compareciese el poderdante por sí o por medio de otro
apoderado, el juicio continuará en su rebeldía previa notificación por cédula en el domicilio real
del primero.
3) Por haber concluido el pleito para el que se dio poder.
4) Por muerte o inhabilidad del mandante o mandatario: (art. 47 C.P. Santa Fe) en el primer caso el
apoderado continuará ejerciendo su personería hasta que los herederos, o representante legal
tomen intervención que les corresponda en el proceso o venza el plazo que se les fije.
En el caso de muerte o inhabilidad del apoderado, se suspenderá la tramitación del juicio y el juez fijará
al mandante un plazo para que comparezca por sí o por nuevo apoderado, citándolos directamente si
se conocieren sus domicilios o por edictos durante dos días consecutivos. Vencido el plazo sin que el
mandante satisfaga el requerimiento se continuará el juicio en rebeldía.

Representación de parientes ausentes del país: art. 43 cod. Proc. SF “PODRÁ ASUMIRSE LA
REPRESENTACIÓN DE PARIENTES AUSENTES DENTRO DEL PAÍS, DENTRO DEL CUARTO
GRADO DE CONSANGUINIDAD Y SEGUNDO DE AFINIDAD, SIN NECESIDAD DE ACOMPAÑAR
PODER, PRESTANDO CAUCIÓN DE QUE LOS ACTOS SERÁN RATIFICADOS. SI NO LO FUESEN
DENTRO DE TRES MESES, CONTADOS DESDE COMENZÓ LA GESTIÓN, QUEDARÁ ANULADO LO
ACTUADO POR EL GESTOR Y ÉSTE PAGARÁ TODAS LAS COSTAS CAUSADAS”

C) LEGITIMACIÓN. CONCEPTO Y TIPOS.


La capacidad procesal constituye uno de los presupuestos procesales y la legitimación es una condición
para el ejercicio de la acción que implica la necesidad de que la demanda sea presentada por quien
tenga la titularidad del derecho que se cuestiona.
No basta con que la demanda le sea propuesta al juez por una persona cualquiera, sino que es necesario
que lo sea por aquella persona a la que la ley considera idónea para estimular, en el caso concreto, la
función jurisdiccional.

• AD CAUSAM: (NO ES UN PRESUPUESTO PROCESAL) Legitimación para obrar. Es la aptitud de


los sujetos para demandar y ser demandados. Es lo primero que analiza el juez, es decir, si el sujeto
que está pidiendo, tiene derecho a pedir y a quién está pidiendo. Por ejemplo: Yo acciono para
divorciarme de Federico, tengo derecho de acción pero no tengo legitimidad, ya que sólo puede
divorciarse aquel que está casado.
• AD PROCESUM: Es un presupuesto procesal. Implica la capacidad del sujeto, y al ser un
presupuesto, su vicio puede ser cuestionado en cualquier momento del proceso. Su ausencia es
motivo de una excepción dilatoria llamada “FALTA DE REPRESENTACIóN SUFICIENTE”. Tienen
legitimación procesal los que tienen capacidad de hecho, los mayores de edad.

En definitiva: La legitimidad ad procesum es la capacidad para poder intervenir, actuar, en el proceso.


Mientras que la legitimidad ad causam es la vinculación que debe existir entre actor y demandado,
respectivamente, con la relación jurídica sustancial o estado jurídico que constituye el objeto del litigio.

Diferencia entre legitimación, derecho de postulación y representación.


Legitimación: es la cualidad que tiene una persona para reclamar respecto de otra por una pretensión
en el proceso. -Arazi-
Derecho de postulación: hace referencia a la necesidad legal de que las partes actúen representadas y
defendidas por profesionales adscritos a las funciones de representación y defensa. Se distingue de la
capacidad procesal por el hecho de que la postulación procesal está referida a una calificación y
habilitación técnica que recae sobre los abogados. Es una exigencia meramente formal.En otros
términos es la facultad de los abogados para realizar actos procesales como partes, como
representantes de las partes o asistiendo a la parte.
Representación: una persona llamada representante efectúa actos procesales dentro de los límites del
poder en nombre de otro - el representado-, sobre quien recaen los efectos jurídicos derivados de la
gestión.

D) DOMICILIO. CLASES. OPORTUNIDAD DE FIJAR Y DENUNCIAR DOMICILIOS. DOMICILIO


PROCESAL: CARÁCTER, EFECTOS, SUBSISTENCIA. FALTA DE DENUNCIA. APERCIBIMIENTOS.

El lugar del acto resulta implícitamente de la ley. En ppio., todos los actos procesales deben realizarse
en la sede del tribunal de la causa, salvo algunos que realizan los auxiliares del juez, como las
notificaciones que se cumplen en el domicilio de los litigantes.
El domicilio determina la competencia de las autoridades en las relaciones jurídicas. La elección de un
domicilio produce la prórroga de la competencia. -cccn-

Domicilio Real: siguiendo el CCCN, la persona humana lo tiene en su lugar de residencia habitual; si
ejerce actividad profesional o económica lo tienen en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento
de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
Domicilio legal: es el lugar donde se presume , sin admitir prueba en contra, que una persona reside de
manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. Solo la ley
puede establecerlo: los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus
funciones; los militares en servicio activo, en el lugar en que lo están prestando; los transeúntes, como
los que no tienen domicilio conocido, en el lugar de su residencia actual; las persona incapaces tienen
el domicilio de sus representantes.

art. 37 cod. Proc. SF “Todo el que comparezca ante la autoridad judicial deberá constituir en el primer
escrito su domicilio legal dentro del radio urbano de la ciudad o pueblo que sea asiento del tribunal o
juzgado. Si no lo hiciere o el domicilio no existiere o no subsistiere, se considerará que ha constituido
domicilio legal en la secretaría y se le tendrá por notificado de cualquier resolución o providencia en la
forma y oportunidad establecida por el art. 61.”
Al comparecer a juicio nace la carga de constituir domicilio dentro del radio del juzgado, con la finalidad
de poder notificarse las diligencias necesarias para el desarrollo del pleito. Esta especie se llama
domicilio procesal o ad litem, o “constituído”.
La constitución ha sido caracterizada como una carga procesal, ya que su sanción no trae aparejada
una sanción sino consecuencias desfavorables en el proceso.

art. 38 cod. Proc. SF. “El domicilio legal producirá todos sus efectos desde la fecha de la providencia que
lo tenga por aceptado. Se reputará subsistente mientras no se designe otro, salvo que el expediente se
haya remitido al archivo o hubiere transcurrido el término fijado para la caducidad del procesos, en cuyos
casos las partes deberán constituirlo nuevamente.”
“Salvo que el expediente haya sido remitido al archivo”: se entiende que sin que el juicio haya terminado;
si el mismo se reactiva, los domicilios procesales constituidos habrán perdido efectividad, debiendo por
lo tanto ser nuevamente constituidos, y la providencia que se dicte debe ser notificada por cédula en el
domicilio real.

art. 40 cod. Proc. SF “En su primera presentación , las partes deberán denunciar domicilio real. Si no lo
hiciere o no denunciare su cambio, las resoluciones que deban notificarse en el domicilio real se
notificarán en el domicilio legal y en defecto también de este, se observará lo dispuesto en el art. 37”

La carga impuesta a las partes de denunciar su propio domicilio real en su primera presentación, se
justifica por las notificaciones que se deben realizar allí: todas las providencias posteriores al llamamiento
de autos y la primera que se dicte después que el expediente haya vuelto del archivo o haya estado
paralizado por más de seis meses, y fundamentalmente, la citación a absolver posiciones y a reconocer
documentos.
La omisión conduce a que tales notificaciones se realicen en el domicilio procesal constituidos y a falta
de éste, automáticamente. Cuando la parte no cumple con la carga de constituir domicilio, la ley impone
un régimen especial en materia de notificaciones. Se sustituye el régimen de notificación por cédula por
el de notificación por ministerio de la ley (los días martes y viernes de forma automática). Aún así , a fin
de garantizar la defensa en juicio, determinados actos (absolución de posiciones de ciertas
circunstancias, declaración de rebeldía y la sentencia) deben notificarse personalmente o por cédula en
el domicilio real. Los domicilios denunciados y constituidos en el expediente subsisten durante la
tramitación del juicio hasta tanto no se denuncien o constituyan otros.
La regla, en el cod. Procesal de la Nación , es que las notificaciones deberán ser practicadas en el
procesal o constituido, y como excepción, en el real (cuando así lo dispone la ley.)

E) POSTULACIONES ESCRITAS Y VERBALES EN EL PROCESO. Requisitos generales de los


escritos judiciales. Formas.
En principio, los actos de postulación en juicio deben hacerse por escrito, con las formalidades que luego
se piden en el art. 32 cod. proc. SF. “ Toda gestión ante los jueces debe hacerse por escrito, excepto la
acusación de rebeldía, la reiteración de pedidos, interposición de recursos, solicitudes de entregas de
documentos y de pronto despacho, manifestaciones de conformidad con pedidos contrarios y demás
diligencias análogas que podrán hacerse verbalmente con nota en los autos, bajo la firma del actuario y
del solicitante.”

art. 33 cod. Proc. SF “No se cargará ni admitirá escrito alguno ni se practicará ninguna diligencia a pedido
de parte sin el sellado correspondiente. Sólo podrá prescindirse de este requisito, con cargo de inmediata
reposición, en los casos de urgencia y cuando por razones de horario u otra causa no funcionen las
oficinas expendedoras de valores fiscales. Tampoco se proveerán escritos sin la indicación precisa de
la representación que se ejerce, que no estén hechos a máquina, que contengan claros o cuyas firmas
no estén suficientemente aclaradas. Si no se subsana el defecto dentro de los dos días de la intimación
se tendrá el escrito por no presentado y se procederá a su devolución sin más trámite ni recurso alguno”

De todas maneras, si el escrito es admitido o la diligencia practicada, la omisión del sellado no provoca
la nulidad del acto ni autoriza la promoción de ninguna cuestión previa por la contraparte. Sin embargo,
en virtud de otro artículo, advertido el incumplimiento se paralizará el procedimiento y si el deudor de la
obligación fiscal es el actor se producirá la perención si transcurridos 90 días no la satisface.

El art. 32 autoriza, como excepción, pero de abundante uso en la práctica, la actuación comúnmente
denominada “en diligencia”, esto es, la realizada verbalmente con nota en los autos.
Es importante el cumplimiento de los requisitos que supeditan la validez de estos actos: la nota en autos,
bajo firma del actuario y del solicitante. La omisión de la presencia del secretario acarrea la nulidad del
acto.

Copias: carácter, oportunidad de presentación, sanciones. art. 35 cod. Proc. SF “De todo escrito
presentado en juicio, excepto los de mero trámite, así como los documentos con que se instruya, deberá
el que los presente acompañar en papel simple y bajo su firma tantas copias como sean las partes con
quienes litigue. En su defecto, el actuario dará cuenta al juez, quien intimará que se subsane la omisión
dentro de los días bajo apercibimiento de efectuarse el desglose y devolución del escrito sin más trámite
ni recurso. El incumplimiento no autoriza a pedir la nulidad.
La persona que presente en juicio documentos privados, acompañará en papel común una copia firmada
por su procurador o su abogado patrocinante, la que será agregada a los autos. El original quedará en
poder del secretario para ser exhibido cada vez que lo soliciten”.
art. 36 cod. Proc. SF “Para que proceda el desglose de un instrumento público agregado al expediente,
la parte que lo solicite deberá presentar copia del mismo, la que pondrá en su lugar con la certificación
del actuario. Cuando se tratare de escritura pública, excepto la de poder, bastará con que se deje
constancia precisa del protocolo en que se encuentra.”

Cargo judicial: concepto, carácter y efectos. Ausencia de cargo.


Acto formal por el cual, el funcionario público que la ley designa al efecto, deja constancia al pie de todo
escrito presentado o comunicación dirigida al Tribunal del día, mes, año y hora en que se produjo esa
presentación o recepción.
El cargo judicial se completa con la constancia que deja el actuario del número de copias y
documentación adjunta al escrito presentado.
De la falta de cargo de Secretaría o de la omisión de la firma del actuario, sólo es responsable el litigante
o tercero que no adoptó las precauciones necesarias para evitar la contingencia.
Según Palacio, tiene por objeto dar fecha cierta a las peticiones formuladas en el proceso.
art. 52 cod. Proc SF “ Salvo los dispuesto en el art. 33, es obligación del actuario anotar en cada escrito
la fecha y la hora en que fuera presentado y ponerlo al despacho al día siguiente, o en el acto, si fuese
de carácter urgente o así lo pidiese el interesado. Tmb. deberá anotarse la fecha de esa diligencia.
Si el actuario no fuese habido, el cargo podrá ser puesto por otro secretario o escribano de registro del
lugar del juicio. El escrito con el cargo se devolverá al interesado si lo pidiese y deberá ser entregado
indefectiblemente en la secretaría respectiva, durante las horas de audiencia del día inmediato, bajo
pena de que el cargo no produzca efecto legal pasado dicho término, sin perjuicio de lo previsto en el
último apartado del art. 70.
El actuario o funcionario que infrinja las prescripciones de este art. incurrirá en falta grave”

Secretario. Funciones. Fe de los actos. Postulaciones que pueden proveer.


El secretario es el funcionario público que, con carácter técnico y facultades propias, desempeña junto
al órgano jurisdiccional, la función comprensiva de los deberes y derechos enunciados en las normas
que regulan su gestión.
1. Realiza la actividad de constancia procesal, consistentes en la formación de un cuerpo de
escritos que reflejan el desenvolvimiento de las distintas actuaciones del proceso, que reciben el
nombre de expedientes.
2. Ejerce la función autentificadora, que consiste en la acción de garantizar mediante un acto
oficial,
3. la certeza de un hecho, otorgándole credibilidad pública.
4. Lleva los libros que exija el buen régimen de la oficina, como también aquellos que se impongan
como obligatorios.
5. Ejerce la función mediadora, siendo el órgano de enlace entre el juez o Tribunal y las partes, sus
profesionales o terceros.
art. 49 cod Proc. SF “ Toda actuación judicial debe ser autorizada, so pena de nulidad, por el secretario
o por el funcionario a quien corresponda dar fe o certificar el acto. Las ratificaciones, aceptaciones de
cargo y otorgamiento de fianzas de personas no domiciliadas en el lugar del juicio podrán hacerse tmb.
ante escribano público o juez de paz, donde aquellas tengan su residencia. Los secretarios con su sola
firma proveerán los escritos de mero trámite. Igualmente, podrán firmar los oficios ordenados por el juez,
con excepción de los que dirijan a los poderes públicos y a los tribunales de igual o superior grado.
El juez de oficio o a pedido de parte, que podrá hacerse verbalmente o en diligencia, corregirá o revocará
las providencias del secretario. Contra las que el juez confirme cabrá directamente el recurso de
apelación cuando proceda.”

Por el carácter fedatario, los errores que resultaren del cargo judicial y que refieran a hechos o
constancias extendidas o cumplidas frente al Secretario o por él mismo, hacen plena fe hasta ser
argüidas de falsas.
UN CARGO JUDICIAL CON ENMIENDAS NO SALVADAS RESULTA INEFICAZ.
Los secretarios, con su sola firma, proveerán los escritos de mero trámite, a los que podemos
definir, siguiendo a Velloso, como aquellos que impulsan el procedimiento sin abrir o cerrar
etapas procesales.
BOLILLA VI
➢ PLAZOS EN EL PROCESO. Términos. Modo de computarlos. Comienzo del cómputo.
La eficacia de los actos procesales dependen de que sean realizados en momento oportuno, por eso los
Códigos establecen límites temporarios a la actividad de los sujetos procesales, estableciendo los días
y horas hábiles en que los actos pueden ser efectuados.
Su inobservancia puede llevar a ocasionar:
- La pérdida de un derecho.
- Hasta la extinción del proceso.

Función de los plazos


Es la regulación del impulso procesal a fin de hacer efectiva la preclusión de las distintas etapas del
proceso que permiten su desarrollo progresivo.
Sirve también para la defensa de los intereses de los litigantes, evitándose ser víctimas de la astucia del
contrario.

ARTICULO 70. Los términos o plazos procesales son improrrogables y perentorios. Fenecen con pérdida
del derecho que se ha dejado de usar, sin necesidad de declaración judicial ni petición alguna. Los
escritos no presentados en las horas de oficina del día que vence el plazo respectivo podrán ser
entregados válidamente en secretaría, con o sin cargo de escribano, dentro de las horas de audiencia
del día hábil inmediato

Modo de computar los plazos (art. 71)


Los plazos judiciales empezarán a correr para cada litigante desde su notificación respectiva; tratándose
de términos comunes: desde la última notificación que se practique; no contándose el día en que tuvo
lugar la diligencia, ni los inhábiles. La práctica forense agregará un día más, el de gracia.

B) DÍAS Y HORAS HÁBILES. HABILITACIÓN DE DÍAS Y HORAS.


ARTICULO 55. “Las actuaciones y diligencias judiciales, con excepción del cargo y de las notificaciones
efectuadas por Correos y Telecomunicaciones, se practicarán bajo pena de nulidad, en día y hora
hábiles. Son días hábiles todos los del año con excepción de sábados y domingos, feriados nacionales
o de la Provincia, asuetos administrativos provinciales o nacionales, cuya conveniencia para el Poder
Judicial resuelva la Corte Suprema de Justicia en cada caso, los de carnaval y los períodos de
suspensión de la actividad tribunalicia establecidos por el artículo 153 de la Ley Nro. 3611. Son horas
hábiles las que median entre las ocho y las veinte. Los Jueces y Tribunales deberán habilitar los días y
horas inhábiles cuando hubiere riesgo de quedar ilusoria alguna providencia judicial o de frustrarse
diligencias importantes, para acreditar o asegurar los derechos en litigio. En el mismo auto en que se
habiliten los días y horas, el Juez o Tribunal establecerá la proporción en que quedarán reducidos los
plazos correspondientes a los actos posteriores del proceso. La habilitación podrá solicitarse en día u
hora inhábiles. Es irrecurrible el auto en que se acuerda la habilitación. Contra el que la deniegue
procederá el recurso de apelación.”
La habilitación de días y horas inhábiles, puede efectuarse de oficio o a petición de parte, considerándose
implícita la posibilidad de interponer el recurso de apelación, previa reposición contra el decreto
denegatorio. Es una garantía adicional del litigante que conjuga principios de celeridad y economía
procesal.
C) SUSPENSIÓN DE PLAZOS Y SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO. PARALIZACIÓN
PROCESAL.
ARTICULO 71. Los términos judiciales empezarán a correr para cada litigante desde su notificación
respectiva; si fueren comunes, desde la última que se practique, no se contará el día en que tuviere lugar
la diligencia ni los inhábiles. No se suspenden sino por fuerza mayor declarada discrecionalmente por el
juez o por acuerdo de partes. Los términos de horas se cuentan desde la siguiente a la de la notificación
y correrán aun durante las inhábiles

Suspensión del término: Importa la no computabilidad del lapso transcurrido durante la suspensión
convencional por tiempo determinado, o entre que aquella se ordenara judicialmente y se notifique la
reanudación.
La norma prevé dos supuestos para que se produzca la suspensión:
- La fuerza mayor
- El acuerdo de partes.
Carnelutti enseña que la suspensión de un plazo procesal importa su prórroga.

FUERZA MAYOR: Se trata de la existencia de cualquier circunstancia que perturbe seriamente, o en su


caso impida, el pleno funcionamiento del principio de contradicción o la garantía de defensa en juicio. La
disposición legal establece el principio de discrecionalidad del tribunal para su sanción. Tratándose
entonces de una providencia dictada sin sustanciación, es atacable por vía del Recurso de Reposición;
pero como la suspensión indeterminada del cómputo de los plazos importa la paralización del juicio o
del incidente, también sería atacable por el Recurso de Apelación, interpuesto en forma subsidiaria o
autónoma.
Plazo de gracia
La concesión por la ley procesal de plazos de gracia para la presentación de escritos judiciales,
constituye una franquicia instituida en favor de quien deba presentar el escrito en cuestión. Por ello es
que la contraria puede válidamente impulsar el procedimiento mediante el transcurso del susodicho plazo
de gracia.

D) EXPEDIENTES. Concepto.
Los actos de documentación se exteriorizan a través de la formación del expediente judicial, que
constituye un legajo de foliatura corrida en el cual se reúnen, en forma ordenada, todas las actuaciones
producidas por las partes, el juez y sus auxiliares y los terceros. Incumbe a los secretarios la organización
y el cuidado de los expedientes y documentos que estuviesen a su cargo.
ARTICULO 56. “Los autos originales podrán ser examinados por las partes, pero no por personas
extrañas, salvo que justifiquen ante el actuario tener algún interés legítimo. Tampoco podrán ser sacados
de la oficina sino entregados por el secretario bajo recibo, al abogado o al procurador, únicamente en
los casos siguientes: 1ro. Para alegar de bien probado, informar, expresar o contestar agravios; 2do.
Cuando se trate de operaciones de contabilidad y se invoque la necesidad de producir a ese respecto
alguna actuación; 3ro. Cuando se trate de practicar cuentas de división y adjudicación de bienes; 4to.
En los juicios de mensura, división de condominio y confusión de límites; 5to. En los demás casos que
las leyes determinen. Igualmente, se entregarán las actuaciones a las Cajas Forenses, Dirección de
Rentas, Registro General, peritos y escribanos al solo efecto de llenar su cometido. Los expedientes, en
estos casos, podrán ser retirados de secretaría por los profesionales interesados. Si la ley no designa
término a los fines precedentemente mencionados, lo fijará el juez sin recurso alguno. Cuando las
actuaciones sean tramitadas sin intervención de abogado o procurador, la parte estará obligada a indicar
uno de la matrícula para que reciba el expediente. En todos los casos se expresará en el recibo el registro
del expediente en el Libro de Entradas y el número de fojas útiles que contenga; el nombre del funcionario
o empleado que haya intervenido en su entrega, quien firmará juntamente con la persona que efectúe
su recepción. Las firmas serán suficientemente aclaradas. Cuando los expedientes sean devueltos se
dejará constancia, por el actuario u otro empleado del juzgado. El secretario o empleado que entregue
un expediente en contravención con lo dispuesto en este artículo incurrirá en falta grave. Si además, lo
hubiere entregado sin recibo o a persona extraña o no autorizada legalmente se hará pasible de
remoción, según lo establecido por la Ley Orgánica”.

Incumplimiento de la devolución. Apercibimientos.


La falta de devolución del expediente es otro ingrediente importante de la congestión judicial, con la
consiguiente paralización en el trámite procesal. Salvo para alegar de bien probado, que tiene un plazo
previsto, los demás supuestos de retiro no tienen un término de devolución, debiendo fijarlo el juez.
La pretoriana solución del juez de fijar un plazo se notificará por cédula al remiso con los apercibimientos
acuñados.
La multa se establece por el solo motivo de retardo, siendo innecesario intimar la devolución con carácter
previo a su aplicación.
Sanción más grave: al día siguiente al vencimiento, aún sin petición de parte, además de efectivizar la
multa, se ordenará el arresto del culpable a disposición de la justicia criminal. Esta medida privativa de
libertad debe manejarse con suma prudencia.

Reconstrucción del expediente. Procedimiento.


ARTICULO 59. Comprobada administrativamente la pérdida o extravío de un expediente, el juez
ordenará rehacerlo. El testimonio de esta orden servirá de cabeza al nuevo proceso, y se observará al
efecto el procedimiento que el juez o tribunal arbitre en cada caso, sin trámite ni recurso alguno, para
reproducir lo más fielmente posible el expediente extraviado

El código exige que se compruebe administrativamente la pérdida: es decir, la desaparición del


expediente del ámbito del juzgado y la no localización de su paradero, aun cuando haya constancia de
su recibo.
El juez, luego de iniciado el nuevo expediente con la providencia referida, debe intimar a una de las
partes para acompañar copias de escritos, documentos y diligencias que tuvieren en su poder y dar
traslado a las otras para que se expidan sobre su autenticidad, sobre todo cuando las copias no estén
firmadas, donde debe primar la buena fe de los litigantes, lo que hace que quien impugne una copia sin
firma debe probarlo allegando elementos que desvirtúen la existencia del original.
Entonces vemos que la reconstrucción tiene una labor integrada del tribunal y las partes.

F) NOTIFICACIONES. Concepto. Importancia. Finalidades.


Son los actos procesales mediante los cuales se pone en conocimiento de las partes o de terceros, el
contenido de las resoluciones judiciales.
Las formas de notificación son:
Son actos procesales de comunicación o transmisión. Están relacionadas con el derecho de defensa,
derivando del principio de raigambre constitucional llamado de bilateralidad de la audiencia.
Las formas de notificación son:
→ Por ministerio de la ley (por nota o automática);
→ Tácita;
→ Personal;
→ Por cédula;
→ Por acta notarial;
→ Por telegrama (con copia certificada y aviso de entrega):
→ Por carta documento (con aviso de entrega):
→ Por edictos:
→ Por radiodifusión o televisión

Por ministerio de la ley y (también denominada "por nota" o "automática"): es la regla general en materia
de notificaciones: se presume que las partes quedan notificadas de todas las resoluciones judiciales los
días Martes y Viernes (llamados "días de nota"), aunque no hayan consultado el expediente. No están
comprendidas las resoluciones que se deben notificar por cédula.
En este tipo de notificación el plazo comienza a correr desde el día siguiente hábil al día de la nota.
Tácita: (art. 134); el que retire el expediente (en préstamo) queda tácitamente notificado de todas las
resoluciones que haya en el expediente. Lo mismo en el caso de retiro de copias realizado por la parte,
su apoderado o letrado.
Personal: cuando la parte o su apoderado concurre al juzgado y deja una nota firmada en el expediente
expresando que se notifica de determinada resolución. También debe firmar -como control- el secretario
o prosecretario.
Por cédula: La cédula es un escrito (hecho a máquina de escribir, por computadora o en formulario
impreso) firmado por el abogado o por el secretario o prosecretario del juzgado, que tiene como fin
comunicar una resolución judicial. Art. 62 y 63 CPCC de Santa Fe.
Por acta notarial: es decir, mediante la intervención de un escribano público. El acta notarial deberá tener
el mismo contenido que la cédula. El escribano encargado de practicarla dejará al interesado copia del
instrumento haciendo constar, con su fuma, el día y la hora de la entrega. El original se agregará al
expediente con nota de lo actuado, lugar, día y hora de la diligencia, suscripta por el notificador y el
interesado, salvo que éste se negare o no pudiere firmar, de lo cual se dejará constancia.
Por Telegrama (con copia certificada y aviso de entrega) o por Carta documento (con aviso de entrega).-
Estos documentos deben tener el mismo contenido que la cédula. La fecha de notificación será la que
conste como fecha de entrega al destinatario. Al expediente se debe agregar copia del telegrama o carta
documento enviado y la constancia de entrega al destinatario
Por edictos: - Consiste en notificar por medio de la prensa, de los diarios. ¿.Cuándo procede? Además
de los casos determinados por el Código, "cuando se trate de notificar a personas inciertas o cuyo
domicilio se ignore”.
Los edictos se publican en el Boletín Oficial y en un diario de los de mayor circulación del lugar del último
domicilio del citado (si fuera conocido) o, en su defecto, del lugar del juicio. Si en estos lugares no hay
diario, la publicación se hará en el diario de la localidad más próxima que lo tuviera, y además, el edicto
se fijará en la tablilla del juzgado y en los sitios que aseguraren su mayor difusión.
Los edictos contendrán, en forma sintética, las mismas enunciaciones de las cédulas, con transcripción
sumaria de la resolución. El número de publicaciones (Ej.: publíquese por 3 días) será el que en cada
caso determine este Código. La resolución se tendrá por notificada al día siguiente de la última
publicación.
La publicación de los edictos se acredita agregando al expediente el recibo y la hoja del diario donde se
publicó el edicto.
Por radiodifusión o televisión: A pedido del interesado, el Juez podrá ordenar que los edictos se anuncien
por radio o televisión. Las transmisiones se harán en el modo y por el medio que determine la
reglamentación de la superintendencia.
La diligencia se acreditará agregando al expediente certificación emanada de la empresa radiodifusora
o de televisión, en la que constará el texto del anuncio, que deberá ser el mismo que el de los edictos, y
los días y horas en que se difundió. La resolución se tendrá por notificada al día siguiente de la última
transmisión radiofónica o televisiva.

Requisitos de la notificación y forma de practicarse.


Art. 64: las notificaciones se practicaran a mas tardar el día siguiente de ser dictada la providencia o
resolución respectiva, o antes si el juez o tribunal lo ordenare o estuviere dispuesto para casos
especiales.
Notificación a los representantes del ministerio publico.
Art. 68: Los funcionarios del ministerio público deben ser notificados en su despacho, pero si no lo
tuvieren lo serán en su domicilio.
Notificaciones en otras jurisdicciones.
Las cédulas, oficios y mandamientos que al efecto se libren, se regirán en cuanto a sus formas por la ley
del tribunal de la causa y se diligenciarán de acuerdo a lo que dispongan las normas vigentes en el lugar
donde se practicasen.
Nulidad de las notificaciones. Trámite. Art. 69.
Los ordenamientos procesales contienen normas que sancionan con nulidad, las violaciones o
“contravenciones” a las formalidades de la notificación, salvo que ésta haya logrado su fin. Si no obstante
al vicio, el destinatario pudo conocer en tiempo el acto judicial, su objeto esencial, el juzgado de
procedencia, la notificación ha logrado su finalidad específica y no hay motivo para declararla invalida.
La vía idónea para solicitar la nulidad notificatoria es la INCIDENTAL.

G) CITACIÓN Y EMPLAZAMIENTO.
Concepto. Diferencias. Caracteres. Formas de realizarlo. Art. 72
El emplazamiento es el llamado que se hace a una persona para que comparezca a un proceso dentro
de un plazo determinado. Las citaciones, emplazamientos y requerimientos son actos de intimidación
que, por ir combinados con una notificación propiamente dicha, quedan absorbidos por el régimen
general de éstas.
Como regla general se establece la obligación de emplazar al demandado en todos los procesos
contenciosos, una vez entablada la demanda.
Se exceptúan de esta regla:
➢ Las ejecuciones hipotecarias y de prenda con registro
➢ Juicio sumarísimo
➢ Juicio oral, salvo que el demandado tenga domicilio desconocido.

Persona incierta o con domicilio desconocido.


En los casos en que sea desconocido el domicilio del emplazado o se trate de una persona incierta, el
emplazamiento procederá mediante edictos.
ARTICULO 73. Si el domicilio fuese desconocido o la persona incierta, el emplazamiento se efectuará
por edictos, que se publicarán tres veces. El término vencerá cinco días después de la última publicación.

ARTICULO 74. Cuando el domicilio del demandado se encuentre fuera del juzgado, se acompañará al
oficio o exhorto la cédula de notificación, en dos ejemplares. Tratándose de notificaciones dentro de la
Provincia, podrán hacerse también por cédulas postales, en la forma prevista por el artículo 66.

ARTICULO 75. Si se hubieran fijado dos o más términos distintos para el comparendo, se estará al último
que venza.
Procedimiento en rebeldía. Rebeldía: concepto. Casos en que procede la declaración. Art. 76/77.
La rebeldía, también llamada "contumacia"', es la situación procesal en que se encuentra la parte que,
teniendo domicilio conocido y habiendo sido debidamente citada en él, NO COMPARECE AL JUICIO
dentro del plazo de la citación; o que habiendo comparecido, posteriormente LO ABANDONA. En estos
casos, la parte contraria podrá pedir al Juez que declare a la otra en "rebeldía". La declaración de
rebeldía tiene importancia dado que, a raíz de ella, se producen efectos sobre: la forma de notificar, las
medidas precautorias, la prueba, la sentencia, los hechos alegados por la parte que pidió la rebeldía, las
costas, etc.
Los sistemas procesales modernos, no obligan a las partes a comparecer al juicio, ya que "comparecer"
no es una obligación sino una "carga procesal". Si la parte no quiere comparecer no lo hace, pero tendrá
una consecuencia perjudicial: la declaración de rebeldía, y con ella una serie de efectos negativo.
Se deberá notificar por cédula al rebelde que tuviera domicilio conocido dentro de la provincia.
Cuando el emplazamiento del demandado se efectuó por edictos, la declaración de rebeldía debe
notificarse de la misma forma.
Requisitos. Para que proceda la declaración de rebeldía, se requiere:
1) Que el que va a ser declarado rebelde tenga domicilio conocido.
2) Que haya sido debidamente notificada la citación.
3) Que no haya comparecido al juicio dentro del plazo de la citación, o habiendo comparecido,
posteriormente lo abandonare.
4) Que haya petición de la parte contraria para que se declare la rebeldía.
La existencia de "domicilio conocido'" y de que en él se haga debidamente la citación, es fundamental,
pues -como ya hemos explicado antes- si el domicilio es ignorado, se lo debe citar por edictos (Si el
citado por edictos no comparece, no procede declarar la rebeldía, sino nombrarle defensor oficial para
que lo represente).
Para que haya rebeldía se requiere que el demandado no comparezca o, que habiéndolo hecho, luego
abandone el juicio. Conviene entonces aclarar que, si no contestó la demanda, pero compareció (E¡: se
presentó como parte, constituyó domicilio, etc.), no hay rebeldía.
Debemos aclarar que si bien lo más corriente es que se declare en rebeldía al demandado, también
puede ser declarado en rebeldía el actor.
Trámite posterior a la declaración. Notificación. Efectos. Art. 78
- Notificada la rebeldía, el proceso continúa sin darse representación al rebelde, excepto que
se trate de persona incierta o ser desconocido el domicilio. En cualquiera de estos casos se
nombrará un defensor por sorteo de entre los abogados de la lista.
- No existiendo domicilio constituido, todas las resoluciones y providencias quedaran
notificadas al rebelde en Secretaría.

Representación del rebelde.


DEFENSOR DEL REBELDE: El demandado citado por edictos que no compareciere al proceso será
representado por un defensor de oficio, sorteado entre los abogados de la lista.
El defensor de oficio no ejerce meras funciones de control, sino que reviste la calidad de verdadero sujeto
de la relación procesal.
La última parte del art. 78 obliga al defensor del rebelde a recurrir la sentencia dictada contra el rebelde,
aún cuando el defensor estime que la sentencia es justa. Con ello se estaría protegiendo la garantía del
debido proceso.
El defensor de oficio tendrá derecho a cobrar honorarios al rebelde.

ARTICULO 79. La declaración de rebeldía no altera el curso regular del juicio, y la sentencia será siempre
dictada según el mérito de autos, sea cual fuere la parte que hubiere incurrido en rebeldía. Declarada la
rebeldía, podrá decretarse sin fianza el embargo contra el demandado para asegurar el resultado del
juicio, y contra el actor, para asegurar el pago de las costas.

ARTICULO 80. Si el rebelde comparece, será admitido como parte, sea cual fuere el estado del juicio y,
cesando el procedimiento en rebeldía, se entenderá con él la tramitación ulterior. El embargo trabado
continuará, no obstante, a menos que preste fianza equivalente.

Sentencia dictada en rebeldía.

ARTICULO 81. La sentencia de primera instancia y la de segunda serán notificadas en la misma forma
que el auto declarativo de rebeldía.

ARTICULO 82. La sentencia dictada en rebeldía no podrá ejecutarse hasta seis meses después, a
menos que se preste fianza de devolver en caso de rescisión lo que ella mande entregar. Pero, el que
hubiere obtenido sentencia contra el rebelde podrá hacer inscribir como litigioso en el Registro General
el derecho que la sentencia hubiere declarado a su favor y que fuese susceptible de inscripción.

Con la finalidad de no hacer ilusorio el recurso de rescisión, la norma impide la ejecución de la sentencia
dictada en rebeldía hasta seis meses después, salvo que se preste fianza de devolver, en caso de
rescisión lo que ella mande a entregar.
Este término comenzará a correr a partir del momento en que la sentencia fue notificada al rebelde.
Aun antes del plazo de 6 meses, e incluso antes de la notificación de la sentencia, podrá solicitarse la
inscripción como litigioso del derecho que la sentencia hubiere declarado, si fuese susceptible de
inscripción.
ARTICULO 83. En cualquier estado del juicio y hasta seis meses después de la sentencia, podrá el
rebelde entablar el recurso de rescisión contra el procedimiento o contra la sentencia.
ARTICULO 84. Para que proceda el recurso de rescisión, se requiere:
1) Que medie nulidad del emplazamiento o que el rebelde acredite no haber podido comparecer por
fuerza mayor o por no haber tenido conocimiento del pleito.
2) Que desde la cesión de la fuerza mayor o desde la noticia del pleito hasta la instauración del recurso
no haya transcurrido sino el máximo del término legal del emplazamiento y treinta días más.
ARTICULO 85. La rescisión se substanciará en pieza separada y por el trámite del juicio sumario.
Suspenderá en su caso, la ejecución de la sentencia.
ARTICULO 86. Lo dispuesto en este Título sobre la representación del rebelde, el recurso de rescisión
y la suspensión de la ejecución de la sentencia es sólo aplicable a los juicios declarativos después
de los cuales no puede promoverse otro sobre el mismo objeto.

Art. 83: Se denomina RECURSO DE RESCISION al remedio procesal acordado a favor de la parte
declarada rebelde, por medio del cual ésta podrá obtener la declaración de nulidad del procedimiento, y
en su caso de la sentencia, debiendo sustanciarse nuevamente el pleito desde el último acto válido, esta
vez con audiencia del interesado.
Si el recurso se interpone contra la sentencia, se requiere que entre ésta y la interposición no hayan
transcurrido más de 6 meses.
El cómputo de este plazo comienza a partir de que el rebelde tuvo posibilidad de conocer la sentencia,
esto es, desde la cédula de notificación o desde la publicación de edictos.

Art. 84: Requisitos para que proceda el recurso:


✓ Nulidad en el emplazamiento: el emplazamiento será nulo, fundamentalmente, por la existencia
de vicio en la notificación.
✓ Incomparecencia por razones de fuerza mayor: se habilita el recurso cuando el declarado rebelde
no haya tenido conocimiento del pleito, o habiéndolo tenido no haya podido comparecer por
razones de fuerza mayor.
Plazo: para que sea temporáneo se requiere que desde la cesación de la fuerza mayor o el conocimiento
del juicio no hayan transcurrido más del máximum del término legal de emplazamiento y 30 días más.
(no más de 6 meses de la sentencia).
Comparencia del rebelde y cesación del proceso en rebeldía: Si en algún momento del juicio el rebelde
se presenta, es decir, comparece (art. 64): cesa el proceso en rebeldía, se lo admite como parte y e!
proceso continúa adelante con su intervención, pero -en razón del principio de preclusión- los trámites
no cumplidos oportunamente, ya no los podrá cumplir, salvo que existiesen causas excepcionales, tal el
caso de que fuese nula la notificación del traslado de la demanda, o que se demostrase que la rebeldía
se debió a fuerza mayor (enfermedad, ausencia, etc.).
H) TRASLADOS Y VISTAS. Concepto. Plazos.
Los ACTOS DE TRANSMISIÓN.- Se denominan así a los actos procesales que tienen como fin
comunicar, hacer conocer, transmitir a otros (a las partes, a funcionarios, terceros, etc) lo que se hace o
pide en el proceso. Ej.: traslados, vistas, notificaciones, etc.)
En el proceso no existe comunicación directa entre las partes (salvo en los juicios orales) por eso el juez
pone en conocimiento de ellas las peticiones formuladas por la otra, mediante la providencia de traslado,
haciendo efectivo el principio de contradicción.
Traslados: providencia mediante la cual el juez ordena comunicar a una de las partes algo solicitado por
la otra
El escrito del cual se da traslado - al igual que las vistas- se debe acompañar con copias firmadas (tantas
copias como partes intervengan). Lo mismo para la contestación del traslado (art. 120). El traslado
requiere ser contestado dentro de los 5 días.
Cuando se lleva algún escrito o cuando se llevan documentos deben llevarse tantas copias firmadas
como personas intervengan.
El traslado lo dispone:
- La ley: ejemplo: para contestar la demanda, las excepciones, expresión de agravios, los alegatos.
- El juez: pues la ley no puede prever todas las incidencias posibles y a la vez el juez no puede estar
en condiciones de resolver sin escuchar a las partes.
Los traslados que no tengan un término fijado en el código, se consideran corridos por 3 días. Salvo que
el juez fije uno distinto. (Art. 89)

Vistas: similar al traslado, pero para comunicar algo a funcionarios (Ej: vista al Asesor de menores). No
requiere ser contestado.
Consistiría en comunicar a un litigante una petición del adversario, alguna circunstancia particular del
proceso, para que exponga lo que considere pertinente.
Para nuestro código no existen diferencias entre traslados y vistas.
Estos traslados y vistas será comunicados a las partes por medio de actos de transmisión (actos
procesales a cargo del tribunal) y que son las notificaciones (actos mediante los cuales se pone en
conocimiento de las partes o de terceros, una resolución judicial).

AUDIENCIAS. Concepto. Carácter. Notificación.


Es otro medio de comunicación entre las partes y el juez y eventualmente con la intervención de terceros
como ser testigos, peritos, etc.
Es el acto por el cual el juez escuchará las peticiones que las partes formulen verbalmente, o las
aclaraciones que ellas hacen a sus requerimientos, las declaraciones de los testigos, las explicaciones
de los peritos; todo lo cual se deja “constancia en actas” que se agregan a los autos.
En principio son públicas salvo razones especiales.
Carácter: los jueces están obligados a asistir a las audiencias de prueba, bajo pena de nulidad, cuando
la ley lo establece o cualquiera de las partes lo pide con anticipación no menor de 2 días a su celebración.
Notificación: las audiencias serán notificadas con anticipación no menor de 3 días, a no ser que razones
especiales exijan un término distinto.
Se realizarán el día designado o el hábil siguiente si aquél fuere feriado, con el interesado que asistiere
o se tendrán por habidas si no asistiere ninguno. (art.92)
Las audiencias empezarán a la hora designada y los citados solo tendrán la obligación de esperar 30
minutos, transcurridos los cuales podrán retirarse dejando constancia en el libro de asistencia.
El juez debe firmar el acta cuando hubiese presidido la audiencia. Las partes podrán pedir copia del acta.

I) OFICIOS Y EXHORTOS. Medios de comunicación entre los jueces.


OFICIOS.
Es un despacho o comunicación que libra el actuario para hacer saber a otras autoridades o jueces de
rango inferior resoluciones judiciales.
Son medios de comunicación por escrito cursados por jueces a otros jueces nacionales y también -por
ley 22.172- a jueces provinciales
La Ley 22.172 -que aprobó el Convenio entre la Nación y la prov. de Santa Fe y las demás provincias
que se adhirieron- establece que la comunicación entre tribunales de distinta jurisdicción territorial se
realizará directamente por oficio, sin distinción de grado o clase, siempre que tengan la misma
competencia en razón de la materia

EXHORTOS
Es una comunicación escrita, revestida de ciertas formalidades que un juez dirige a otro de igual rango,
requiriéndole la colaboración necesaria para en cumplimiento de una diligencia del proceso, que debe
realizarse fuera del lugar del juicio.
Es un medio de comunicación por escrito cursado por jueces nacionales a magistrados o autoridades
extranjeras o a jueces provinciales (aunque la comunicación a jueces provinciales, normalmente se hace
por oficio o directamente por cédula en virtud de la Ley 22.172).
ARTICULO 95. Los exhortos deben contener: 1ro. El nombre del juez que los expide, con expresión de
su jurisdicción; 2do. El de las partes interesadas; 3ro. La designación del asunto; 4to. La expresión de
las circunstancias que justifiquen prima facie la competencia del juez exhortante; 5to. La designación
precisa de la diligencia cuyo cumplimiento se solicita; 6to. La firma del juez.
Los oficios o exhortos pueden entregarse al interesado bajo recibo en el expediente.
Debe dejarse copia fiel en el expediente de todo exhorto u oficio que se libre. Dichas copias deben
presentarse en papel de calidad que permite su conservación, ser legibles y estar firmadas por el
profesional interviniente.

ROGATORIA: Es la comunicación escrita con un juez de jerarquía superior.

J) DECISIONES JURISDICCIONALES.
Son actos procesales emanados del órgano jurisdiccional.
El objeto de las resoluciones procesales puede consistir en instruir el proceso, decidir las cuestiones que
se presentan en su desarrollo, resolver lo que constituye el objeto principal de la causa y ejecutar
coactivamente lo decidido.
Todas las providencias que se dictan durante el desarrollo del proceso tienen como objetivo preparar o
facilitar la decisión definitiva.
Durante el proceso, el Juez dicta -de oficio o a petición de parte- numerosas resoluciones. Estas
resoluciones judiciales se clasifican en:

1. Providencias simples: Son resoluciones que tienden, al desarrollo del proceso, u ordenan actos de
mera ejecución. También se las llama 'providencias de mero trámite'.
No deciden sobre cuestiones de fondo o controversias, y en consecuencia no requieren la opinión previa
de las partes respecto del asunto sobre el que recaen. A ello se refiere el artículo al decir "sin
sustanciación": el Juez resuelve sin correr traslado a las partes. No requieren ser fundadas.
Ejemplos: la resolución que ordena el traslado de la demanda: la que declara la apertura a prueba: la
que fija fecha para una audiencia: la que nombra peritos; la que aplica correcciones disciplinarias, etc.

Las providencias simples deben reunir los siguientes requisitos (conf. art. 160. 2J parte):
1) ser por escrito:
2) indicar lugar y fecha;
3) llevar la firma del Juez (o del presidente del tribunal si se trata de una Cámara de Apelaciones o de la
Corte Suprema): o la del Secretario (cuando se trata de las contempladas en el art. 38. inc. 4o). o la del
prosecretario administrativo (en los casos del art. 38 bis. inc. 1 a)

2. Sentencias interlocutorias: - Son las que resuelven sobre cuestiones que requieren
sustanciación (traslado a las partes) y que se plantean durante el curso del proceso.

Estas resoluciones -a diferencia de las providencias simples- deciden sobre cuestiones controvertidas y
por ello requieren sustanciación: planteada la cuestión por una de las partes, se debe dar traslado a la
otra para que conteste en el término establecido. Recién después de contestado el traslado o de vencido
el término, el Juez dictará la "sentencia interlocutoria" pertinente.
Ejemplos: las resoluciones que deciden sobre excepciones, sobre incidentes, sobre recusación del Juez,
sobre negligencia, etc.
La sentencia interlocutoria tiene los mismos requisitos de cualquier resolución judicial (por escrito, lugar
y fecha, firma del Juez), pero además, debe:
 expresar los fundamentos en que se basa.
 contener la decisión expresa, positiva y precisa de las cuestiones planteadas
 pronunciarse sobre las costas.

3. Sentencias definitivas: Son las que ponen fin al proceso, pronunciándose sobre la cuestión de fondo
sometida a la decisión del Juez. Son el modo normal de terminación de un proceso.

Requisitos externos (o de redacción): están determinados por la jurisprudencia, las acordadas de la


Corte o de las Cámaras de Apelaciones, o bien en el Reglamento para la Justicia Nacional (R.J.N.). y
son por ejemplo: ser escrita, a máquina y con tinta negra; estar redactada en idioma nacional; indicar
lugar y fecha en que fue dictada; no contener citas ni fojas en blanco; mencionar con precisión las normas
y resoluciones que invoque; ser firmada por el Juez, con firma entera, aclarada al pie con sello de goma:
etc.

Requisitos internos (o de contenido) están establecidos en el art. 163:


ART. 163.- La sentencia definitiva de primera instancia deberá contener:
1) La mención del lugar y fecha.
2) El nombre y apellido de las partes.
3) La relación sucinta de las cuestiones que constituyen el objeto del juicio.
4) La consideración, por separado, de las cuestiones a que se refiere el inciso anterior.
5) Los fundamentos y la aplicación de la le

Providencias, autos, resoluciones:


Articulo 302: "Las providencias del juez pueden ser autos o sentencias. Son sentencias las que deciden
sobre las pretensiones de la demanda o las excepciones que no tengan el carácter de previas, cualquiera
que fuere la instancia en que se pronuncien, y las que resuelven los recursos de casación y revisión.
Son autos todas las demás providencias, de trámite o interlocutorias.”
La sentencia es una resolución judicial dictada por un juez o tribunal que pone fin a la litis (civil, de familia,
mercantil, laboral, contencioso-administrativo, etc.) o causa penal.
-La sentencia: declara o reconoce el derecho o razón de una de las partes, obligando a la otra a pasar
por tal declaración y cumplirla. En derecho penal, la sentencia absuelve o condena al acusado,
imponiéndole la pena correspondiente
-Autos: también llamados en algunos ordenamientos sentencia interlocutoria, es una resolución judicial
mediante la cual el administrador de justicia se pronuncia sobre peticiones de las partes, resolviendo las
incidencias, es decir, las cuestiones diversas del asunto principal del litigio, pero relacionadas con él,
que surgen a lo largo de un proceso jurisdiccional. El auto, como la mayoría de las resoluciones, debe ir
acompañado de un razonamiento jurídico (consideraciones y fundamentos), en los casos en que las
leyes de procedimiento (civil o penal) así lo determinan. Dado que el auto es una resolución decisoria,
en la mayoría de los casos es posible impugnarlo mediante la interposición de un recurso judicial. Al auto
judicial también se le denomina sentencia interlocutoria, que se refiere a toda aquella decisión judicial
que resuelve una controversia incidental suscitada entre las partes en un juicio. Se distingue de la
sentencia definitiva en que ésta resuelve el asunto principal objeto del litigio.
- Providencias: Se regulan en el art. 245 y 248 de la L.O.P.J. Las providencias tiene por objeto la
ordenación material del proceso. No consiste en la ordenación formal del proceso que lleva a cabo el
secretario a través de las diligencias de ordenación. La forma de las providencias se limitara a la
determinación de lo mandado y del Juez o tribunal que las disponga, sin más fundamento ni adiciones
que la fecha en que se acuerden, la firma o rubrica del juez o presidentes y la firma del secretario. No
obstante, podrán ser motivadas sin sujeción o requisito alguno cuando se estime conveniente.
BOLILLA VII
LAS FORMAS DEL PROCESO.

A) CONCEPTO.
Denominamos formas procesales a aquellas establecidas por la ley procesal para la:
➢ instrucción,
➢ desarrollo y,
➢ resolución de los procesos.

La forma es la disposición mediante la cual el acto procesal se exterioriza, saliendo del dominio
puramente intelectual de quien lo cumple para penetrar en el ámbito de la realidad objetiva.

Finalidad.
Las formas son imprescindibles en el proceso a efectos de asegurar su normal y correcto
desenvolvimiento. Cumplen una función de garantía y de seguridad. El cumplimiento de todas las
formalidades que el proceso exige y que la ley fija, no queda librado ni a la voluntad de las partes ni del
juez, constituye una obligación de éstos el respeto de tales formas y como consecuencia de su
inobservancia la ley prevé siempre sanciones.

B) INOBSERVANCIA DE LAS FORMAS.


Produce dos consecuencias:
- La nulidad del acto que se ha realizado.
- La prohibición de cumplir otro acto en el futuro. (El decaimiento del derecho: falta de ejercicio
de los actos en el plazo fijado para ellos).

Ineficacia de los actos procesales.


Los actos procesales inexistentes suelen caracterizarse como aquellos actos que se hallan desprovistos
de los requisitos mínimos indispensables para su configuración jurídica, como serían, en el ámbito
procesal, la sentencia dictada por un funcionario ajeno a la magistratura, o pronunciada oralmente, o
carente de la parte dispositiva, o provista de un dispositivo imposible o absurdo, etcétera.
A diferencia de la nulidad, la inexistencia no apunta, como advierte IMAZ, a la validez del acto, es decir
a su coherencia con los elementos y requisitos que la ley le impone, sino a su vigencia o sea a la
posibilidad de su efectivo acatamiento. Si este último resulta impracticable significa que media, con
respecto al acto, una repulsa axiológica que lo priva de vigencia y lo descalifica como acto jurídico
existente

Los medios para hacer ineficaz un acto procesal:


Según quién sea el sujeto que realiza Ia actividad que se reputa ineficaz, la declaración respectiva puede
ser instada por la parte interesada por distintas vías:
1) acción o excepción: si el acto que se ataca fue realizado por la contraparte;
2) incidente: si el acto que se ataca fue realizado por quien no es parte ni autoridad (juez o árbitro);
3) recurso: si el acto que se ataca fue realizado por autoridad (juez o árbitro).

Nulidades. Concepto de nulidad procesal


La nulidad de un acto procesal se origina por distintos vicios que pueden afectar a los sujetos que
intervienen en él o a los elementos objetivos que lo integran (Arazi).
Los vicios de los actos procesales pueden ser EXTRINSECOS o INTRINSECOS.
Los extrínsecos derivan de las formalidades establecidas por las leyes procesales, mientras que los
intrínsecos son consecuencia de la falta de los requisitos determinados por las leyes sustanciales para
todos los actos jurídicos (discernimiento, intención y libertad). Hasta tanto se elabore una doctrina
completa acerca del acto procesal, sus vicios intrínsecos se rigen por las disposiciones del código civil.
Las nulidades procesales no tienen a reparar la justicia o injusticia de una decisión judicial: su finalidad
es evitar el incumplimiento de las formas establecidas con el objeto de preservar el derecho de defensa
de las partes y el principio de bilateralidad.
Nulidad: “Sanción por la cual la ley priva a un acto jurídico de sus efectos normales cuando en su
ejecución no se han guardado las formas prescriptas para ello.” (Alsina)

Nulidad e inexistencia de los actos procesales.


En materia de nulidades procesales, nuestro Código Procesal no hace la distinción entre actos
inexistentes y nulos, actos nulos y anulables, nulidades absolutas y relativas, sólo se expresa de las
nulidades.
En la doctrina procesal se admiten tales distinciones, asignándoles diversos fundamentos. La ineficacia
es el género; la nulidad es la especie.

Actos inexistentes y actos nulos:


- Acto inexistente es acto aparente, en realidad un acto no nacido, porque le faltan requisitos mínimos
indispensables, como serían la sentencia dictada por un funcionario ajeno a la magistratura, o
pronunciada oralmente, o carente de la parte dispositiva, etc. La inexistencia implica un “no acto”, cuya
invalidación no requiere una declaración judicial ya que “la nada no puede producir ningún efecto”. Como
expresa Couture: “La inexistencia del acto procesal plantea un problema anterior a toda consideración
de validez del mismo”
- En cambio, la nulidad implica un acto real pero viciado, es decir, un acto nulo.

Actos nulos y actos anulables:


- El acto nulo no produce ningún efecto y no es precisa ninguna declaración judicial que lo invalide.
- El acto anulable produce plenamente sus efectos hasta el día que se declara su nulidad y solo a partir
de ese momento pierde su eficacia, es decir que la nulidad necesariamente debe ser declarada.

Actos de nulidad absoluta y actos de nulidad relativa:


- En los actos absolutamente nulos subyacen vicios que perjudican el orden público, y por ende la nulidad
podrá ser alegada por cualquiera de las partes o por el ministerio público, en todo estado y grado de la
causa; el juez debe pronunciarlas de oficio.

La nulidad absoluta es insubsanable.


Para Couture, “el acto absolutamente nulo tiene una especie de vida artificial hasta el día de su efectiva
invalidación; pero la gravedad de su defecto impide que sobre él se eleve un acto válido”.

- En los actos de nulidad relativa subyacen vicios que perjudican solo el interés privado, y por ende las
nulidades deben declararse a petición de parte interesada.
La nulidad relativa es subsanable.

Art. 125. CPCCSF: “Las nulidades deben declararse a petición de parte interesada. Las de orden público
podrán ser alegadas por cualquiera de las partes o por el ministerio público, en todo estado y grado de
la causa; el juez deberá pronunciarlas de oficio.”

Para que proceda la declaración de nulidad es requisito la petición de parte interesada, salvo cuando se
trate de una nulidad de orden público que puede ser declarada de oficio. La nulidad no puede ser
invocada por la parte que ha sido beneficiada con el vicio. Lo contrario implicaría una mala fe procesal.
El juez no sólo debe declarar las nulidades sino que también debe prevenirlas.

ARTICULO 21. El debate judicial es dirigido por el juez, quien deberá adoptar todas las medidas que
estime conducentes al esclarecimiento de los hechos, a mantener la igualdad entre las partes y a obtener
la mayor rapidez y economía en el proceso. A tal efecto, podrá disponer de oficio, aún compulsivamente,
en cualquier estado de la causa, la comparecencia de los peritos y de los terceros para interrogarlos con
la amplitud que creyere necesaria; y ordenar que se agreguen documentos existentes en poder de las
partes o a los que las mismas se hayan referido. Todo con las formalidades prescriptas en este Código.
Puede también de oficio revocar sus propios decretos y resoluciones interlocutorias que no se hubieren
notificado a ninguna de las partes y DISPONER CUALQUIER DILIGENCIA QUE FUERE NECESARIA
PARA EVITAR LA NULIDAD DEL PROCEDIMIENTO

El juez debe depurar el proceso de irregularidades, de vicios y errores.


Caracteres. Relatividad. LAS NULIDADES EN EL PROCESO SON ESENCIALMENTE RELATIVAS
(RELATIVIDAD). Se afirma que en derecho procesal civil toda nulidad puede convalidarse (principio de
convalidación), esto se atribuye al carácter relativo que revestirían todas las nulidades procesales.
Sin embargo, es bueno tener presente, que el principio de convalidación no juega tratándose de actos
inexistentes, ni tampoco frente a actos afectados por vicios sustanciales (incapacidad, error, dolo,
violencia, etc.).

C) PRESUPUESTOS PARA LA DECLARACIÓN DE NULIDAD.


⇸ De transcendencia: para la declaración de nulidad de un acto procesal es requisito que el vicio
cause un daño al peticionario, por ello, el art. 172 de CPN dice que quien promueve el incidente de
nulidad debe expresar el perjuicio sufrido, del que deriva el interés en obtener la declaración, y
mencionar en su caso, las defensas que no ha podido oponer.
⇸ De especificidad: según el art. 169 del CPN, la nulidad debe estar expresamente prevista en la ley
y el juez no puede declarar nulo ningún acto si esa sanción no surge de ella.
⇸ De convalidación: el art. 170 del CPN establece que cuando el acto haya sido consentido expresa
o tácitamente por la parte interesada en la declaración, la nulidad no podrá ser declarada.
⇸ De los propios actos: conforme al art. 171 de CPN, la parte que hubiera dado lugar a la nulidad no
podrá pedir la invalidez del acto realizado.
⇸ De instrumentalidad de las formas: no procede la declaración de nulidad cuando el acto, a pesar
de sus irregularidades, ha cumplido la finalidad perseguida.

Purga.

ARTICULO 128. La irregularidad de un acto o procedimiento quedará subsanada:


1ro. Si ha cumplido sus finalidades específicas respecto de la parte que pueda invocarla.
2do. Si el interesado se manifiesta sabedor del acto, así sea tácitamente, y no solicita su anulación dentro
de los tres días de su notificación o de la primera actuación o diligencia posterior en que intervenga.
Las nulidades de orden público quedan purgadas por la cosa juzgada.

1ro. Así, por ejemplo, una notificación irregular no podrá ser declarada nula si el interesado en la
declaración de nulidad ha quedado ciertamente notificado.
2do. REVALIDACION DEL ACTO. Esto ocurre desde el momento en que el interesado, pese a conocer
la existencia de la irregularidad, consiente el acto viciado en forma expresa o tácita. El consentimiento
tácito se da cuando pasados los tres días posteriores a su conocimiento, el interesado no cuestiona por
la vía idónea el acto presuntamente nulo.
Y por último, el articulo hace mención a la cosa juzgada, otorgándole poder subsanador de los posibles
vicios procesales. La cosa juzgada purga cualquier nulidad, incluso como dice la norma, las que sean
de orden público. De ahí que se dice que todo defecto de orden procesal es RELATIVO, pues es posible
su confirmación por los efectos de la cosa juzgada.
Lo dicho sobre los efectos purgatorios de la cosa juzgada no son absolutos, ya que existen supuestos
que son insanablemente nulos. Así, por ejemplo, cuando ha existido indefensión absoluta.

D) MEDIOS PARA POSTULAR LA NULIDAD DE UN ACTO. RECURSOS.


ARAZI:
La nulidad puede oponerse como incidente, como recurso, y como excepción.
5) La nulidad se opone como incidente ante el mismo juez donde se produjeron los vicios y tiene
el efecto de retrotraer el proceso a la etapa anterior al acto viciado, invalidando todas las
actuaciones que sean consecuencias de dicho acto, solo subsisten los actos anteriores a él y los
sucesivos que sean independientes. Ejemplo: si se ha notificado la demanda y con
desconocimiento de quien debió ser debidamente citado, se continúa el juicio en rebeldía,
anoticiado el demandado, puede promover el incidente de nulidad, y si prospera se declaran
nulas todas las actuaciones procesales posteriores al traslado de la demanda.
6) La nulidad como recurso se interpone contra una sentencia que adolece de defectos formales.
Dicho recurso está comprendido en el de apelación y persigue que se deje sin efecto la
sentencia, dictándose un nuevo pronunciamiento que respete los requisitos de forma.
Si el vicio es un acto de procedimiento anterior a la sentencia (aun después de esta), lo que
corresponde es promover el incidente ante esta misma instancia donde se produjo, será el juez
de esta instancia quien resuelva el incidente, y, si prospera, la sentencia quedara invalidada
como consecuencia de la nulidad de las actuaciones realizadas por el acto viciado. El recurso
de nulidad, en cambio, es decidido por la cámara de apelación, que dejara sin efecto la sentencia
del juez en primera instancia en caso de que esta adolezca de vicios que lo hagan procedente.
7) La nulidad como excepción procede en el juicio ejecutivo cuando no se hubieran cumplido las
normas establecidas para la preparación de la via ejecutiva. en este mismo juicio puede
solicitarse la nulidad por incidente cuando no se hubiere hecho legalmente la intimación de pago.

Además de los casos enunciados puede solicitarse una acción autónoma de nulidad a fin de que se
deje sin efecto una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada en caso de fraude procesal.

F) ACCIÓN DE NULIDAD DE LA COSA JUZGADA O REVISIÓN DE LA SENTENCIA FIRME.


Concepto. Presupuestos. Juez competente. Regulación. Efectos.

Cosa juzgada, concepto: Cosa juzgada es res judicata, lo decidido, lo que ha sido materia de decisión
judicial. Se la puede definir como la inatacabilidad de una sentencia jurisdiccional una vez que ha
quedado firme.
La cosa juzgada es: inimpugnable, inmutable o inmodificable y coercible.

Recurso de revisión o acción de nulidad de la cosa juzgada.


Ambos se relacionan con la cosa juzgada ya que, precisamente, se otorga contra las sentencias que
adquirieron esa cualidad para reverlas en los casos excepcionales de fraude procesal.
Chiovenda sostiene que nada tiene de irracional que se admita la revisión de sentencias ejecutoriadas,
dado que la res judicata no es absoluta y necesaria sino que ha sido establecida por razones de
oportunidad y utilidad, y las mismas fundamentaciones pueden a veces aconsejar su sacrificio.
Carnelutti, opina que la prohibición del non bis in idem (“no dos veces por lo mismo) no es absoluta, y
justamente el proceso de impugnación constituye la excepción, pues hay casos en que para comprobar
la justicia de una decisión es necesario volver a conocer el litigio.
La sentencia puede ser injusta por un error de juicio cometido por el juez, sea de hecho o de derecho;
tal circunstancia, una vez agotados los recursos legales, no afecta la inmutabilidad de la cosa juzgada.
Pero si el fallo es el resultado de un procedimiento viciado que colocó a una de las partes en estado total
de indefensión o si uno de los litigantes –o los dos si se pretende perjudicar a un tercero-, con o sin la
complicidad del juez, actuó con dolo o fraude, es necesario arbitrar los medios los medios para que “el
delito comprobado no rinda beneficios”, según palabras de la Corte Suprema.
Por lo tanto, nos encontramos con casos en que se han cumplido las formalidades del procedimiento y
de la sentencia pero existen vicios de contenido que invalidan a ésta; como explicaba gráficamente
Bremberg: “Sin escozor del ritual, el vicio está en la entraña”.

En nuestro país, la revocabilidad de la cosa juzgada puede obtenerse mediante:


✓ el RECURSO DE REVISIÓN en aquellas provincias argentinas donde está previsto, como es el
caso de Córdoba (arts 395 a 401, CPCC de Córdoba)
✓ o bien, mediante la ACCIÓN DE NULIDAD DE LA COSA JUZGADA, contemplada solo en el
CPCC de Santiago del Estero (arts. 178 y sig.), en los lugares donde no exista legislación
específica que contemple el recurso de revisión, pues la misma se trata de una construcción
jurisprudencial pretoriana. Ésta sería la situación de nuestra provincia.

El recurso de revisión.
- CONCEPTO:
Es la vía impugnativa que se interpone por ante el órgano jurisdiccional supremo en jerarquía, fundado
en un motivo normativamente determinado y que persigue la revocación de una sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada, cuando se la ha obtenido por medios ilícitos o irregulares, prescindiendo o
incorporando nuevos elementos probatorios, los que de haberse conocido con anterioridad al dictado
habrían cambiado fundamentalmente la decisión.

La acción de nulidad de la cosa juzgada.


La revisión de la cosa juzgada en los lugares donde no existe regulación específica ha sido objeto de
reconocimiento jurisprudencial, lo que permite afirmar que la res judicata es revisable cuando su
mantenimiento vulnera valores sociales jerárquicamente superiores a la necesidad de mantenerla. La
vía autónoma, aún sin normativa al respecto, se apoya en casos de la Corte Suprema.
En principio la acción de nulidad a la que se hace referencia aquí, procede en los mismos supuestos en
que lo hace el recurso de revisión en los lugares en que el mismo está previsto. Atento a ello, la acción
es admisible en las siguientes circunstancias:
6. Por haberse obtenido la sentencia mediante un delito (cohecho, etc), o excluir la voluntad
jurisdiccional (dolo, violencia, etc), o si el juez fuere incapaz al momento de dictarla o
incompetente absoluto.
7. Por aparición posterior de documentos decisivos que hubieran conducido a otro resultado: 1)
detenidos por fuerza mayor; 2) retenidos ilegítimamente por la contraria; 3) que al tiempo de
dictarse la sentencia fuesen reconocidos o declarados falsos, o cuya falsedad se reconociese o
se declarase después.
8. Por prueba testimonial o pericial decisiva y esencial para el dictado de la sentencia, cuando
posteriormente hubieren sido condenados los testigos por falso testimonio sobre esos mismos
hechos, o se reconociese o declarase posteriormente que la pericia fue falseada en cuanto a sus
conclusiones científicas, o el perito la hubiese dado por dolo, violencia, etc.

Acción de nulidad de la cosa juzgada írrita. La revisibilidad de la cosa juzgada írrita tiene raigambre
constitucional, y consecuentemente, se deriva del propio paradigma constitucional argentino. El principio
preambular de "afianzar la justicia" es uno de sus pilares. En este sentido, Bidart Campos sostuvo: "Sería
ritualismo fatuo, exceso procesal manifiesto, vicio instrumental y negatorio del derecho fondal —sobre
todo constitucional—, apegarse y aferrarse a la formalidad vacía de la autoridad de la cosa juzgada en
una sentencia viciada de nulidad”.
La revisión es el carril idóneo que permite en casos excepcionalísimo rescindir las sentencias pasadas
en autoridad de cosa juzgada que a raíz de ciertos vicios o en virtud de la variación de alguna
circunstancia trascendente se tornan intolerablemente injustas.
La cosa juzgada es retractable si padece de ciertos defectos o cuando ha habido una patente mutación
de las sustancias fácticas en que se baso el fallo ya que en ambos supuestos puede producirse una
notoria iniquidad que torne intolerablemente injusto el procedimiento.
La acción es admisible ante las siguientes circunstancias, al igual que para el caso del recurso de revisión
donde este está previsto.: a- por haberse obtenido la sentencia mediante un delito o excluir la voluntad
jurisdiccional o si el juez fuere incapaz al momento de dictarla o incompetente absoluto; b- por aparición
posterior de documentos decisivos que hubieran conducido a otro resultado; c- por prueba testimonial o
pericial decisiva y esencial para el dictado de la sentencia cuando posteriormente hubieren sido
condenados los testigos por falso testimonio sobre esos mismos hechos o se reconociese o declarase
posteriormente que la pericia fue falseada en cuando a sus conclusiones científicas, o el perito la hubiese
dado por dolo violencia etc.
La revisión como la acción autónoma de nulidad de la cosa juzgada tiene el mismo fin que es la
revisión de la cosa juzgada. Además de los motivos que autorizan la revisión, en el caso de la
acción autónoma al no estar regulada positivamente no están determinados por norma alguna no
obstante ello la elaboración jurisprudencial ha fijado prácticamente idénticos supuestos a los
previstos para el recurso de revisión. Los motivos de revisión deben ser ajenos al juicio mismo
pues los vicios inmanentes al proceso deben superarse a través de los recursos ordinarios o de
casación.
BOLILLA VIII
LA DEMANDA.

A) CONCEPTO.
La demanda es el acto de iniciación del proceso por medio del cual se ejerce el derecho de acción y se
deduce la pretensión.
Es un acto de petición, y en merito a la dinámica del proceso, se la considera un acto de iniciación. Es
un acto de la parte, mas precisamente el acto por el cual aparece una de las partes.
Principal acto de postulacion que contiene la pretencion y cuya presentación jcial determina una serie
de efectos procesales, sustanciales y fiscales (Avero)

Clases.
1- Escrita: por regla general, la demandad es un acto escrito o que consta por escrito.
Oral: en ciertos supuestos particulares, y por excepción, se usa esta clase. Sin embargo, la
formulación de una demanda de este tipo tiene tremendas dificultades, por lo cual se hace
preciso documentar la oralidad. De este modo el proceso toma forma de verbal y actuado, por
cuanto, si bien se desarrolla a través de demandas y contestaciones o resoluciones orales, todo
el proceso consta por escrito. Tal es el caso del juicio oral, que se hace ante el tribunal colegiado.
2- Simple: la pretensión cuyo reconocimiento, ejecución o constitución se pretende, es sólo una.
Compuesta: las pretensiones jurídicas que se hacen valer son varias.
3- Principal: origina el proceso.
Incidental: la que introduce una pretensión respecto de un proceso ya constituido, provoca un
juicio incidental o un incidente.
4- Facultativas: principio de que nadie está obligado a demandar a otro.
Obligatorias: hay dos categorías: 1- quien lo deduce cumple una obligación; 2- las que son una
consecuencia de los principios que configuran la estructuración de los procesos.
5- De promoción directa: puede ser iniciada sin estar supeditada a un requisito legal previo.
Subordinada: es aquella que requiere de una condición.
6- Ordinaria/Ejecutiva: según el tipo de proceso. Demanda es en el ordinario; petición es en el
ejecutivo.
7- Unilateral/Conjunta: el actor la presenta por su sola voluntad, sin que el demandado concurra
simultáneamente con ella requerir la decisión del juez.
8- Declarativa: por esa se ejerce una acción declarativa, dando origen a un proceso de cognición,
que concluye con una sentencia declarativa.
9- Precautoria: por ella se ejerce una acción precautoria dando origen a un proceso cautelas o
medida cautelar, que concluye con un auto interlocutorio.

Efectos de la Demanda.
Como acto jurídico, produce una serie de efectos que pueden clasificarse de este modo:

Efectos Procesales: La sola presentación de la demanda ante el juez produce los siguientes efectos
procesales, a saber:
• Abre la apertura de la instancia: El Juez debe expedirse, en lo inmediato, respecto de la
admisibilidad de la demanda, y en la sentencia definitiva, sobre su mérito o fundabilidad. Nace
para el actor la carga de impulsar el trámite a fin de evitar la caducidad.
• Fija la competencia del Juez: Queda determinada con relación al actor, que ya no podrá alegar
incompetencia ni recusar al magistrado sin expresión de causa.
• Establece las pretensiones del actor: Quedan delimitados los poderes del juez, que en la
sentencia sólo puede decidir de acuerdo con las pretensiones deducidas en el juicio.
• El actor debe abonar las costas ocasionadas cuando el proceso no continúe (tasa de jcia,
honorarios de sus letrados y apoderados, etc.
CON INTERPOSICION DE LA DEMANDA COMIENZA EL ESTADO DE LITIS PENDENCIA (Avero)

Efectos Sustanciales: están regulados y previstos por las leyes de fondo se advierten los siguientes:
c- Interrumpe el curso de la prescripción (art. 2546 CCCN). Comprende prescripcion adquisitiva
como la liberatoria.
Pero esta no se interrumpe cuando:
-la demanda es en definitiva realizada por no procedente, porque el demandado ha sido así
absuelto;
-el actor, tras interponer, desiste de la acción, lo cual no la extingue definitivamente (Art. 299
CPSF); etc.
• Impide la extinción de ciertos derechos sujetos a plazos de caducidad
• Extingue el derecho de opcion del actor. Determina la prestación debida en las obligaciones
alternativas cuando la elección de aquélla fuere dejada al acreedor

Efectos fiscales (Avero)


Al interponer la demanda tengo que pagar tasa de justicia predeterminada en los Codigos procesales.
Existen un control fiscal fuerte que esta derivado a los jueves.
Puedo estar excento de ese pago con una declaracion de pobreza o con el beneficio de litigar sin gasto.
Esto es para que no perjudique la situacion economica al derecho de defensa.
DIFERIMIENTO AL MOMENTO EN QUE SE HACEN LAS COSTAS, si es el mismo actor (trabajador)
que pierde el juicio, no paga la tasa de justicia. En cambio si es el demandado (patròn) el que pierde el
juicio deberà pagarla.
No se paga la tasa jcial en amparos, o habeas corpus (fundamento Const Nac)

La notificación de la demanda produce, por su parte, los siguientes efectos:


Procesales:
2) El demandado tiene la carga de comparecer, oponer excepciones previas, contestar la demanda,
acompañar la prueba documental y ofrecer toda otra de la que intenta valerse.
3) Crea el estado de litis pendencia , es decir autoriza al demandado a oponer esta excepcion si el actor
inicia otro proceso identico.
4) Impide al actor modificar la demanda y desistir del proceso sin la conformidad del demandado.

B) REQUISITOS DE LA DEMANDA: extrínsecos e intrínsecos. Doctrinas sobre la exposición de los


hechos.

Hay que distinguir los requisitos para que la demanda sea eficaz, a fin de iniciar y dar contenido a un
proceso (requisitos de admisibilidad) de los necesarios para acoger favorablemente una pretension
(requisitos de fundabilidad)
Extrínsecos, pueden ser:
a) Formales: son requisitos comunes y formalidades propias a todo escrito judicial, el cual se
presenta ante los tribunales, sea o no demanda, y son acordados de la CSJN, debe reunir los
siguientes requisitos:
✓ Escritura en tinta negra
✓ Redacción en idioma nacional;
✓ Utilización de papel de 30 líneas.
✓ Escritura son claros intermedios o espacios en blanco. Todos los escritos que se presentan en
justicia deben tener los renglones completos. Por ellos se acostumbra a rayar aquellos
renglones incompletos a fin de que sea imposible sobrescribir en los mismos.
✓ Aclaración de firmas. Con sello o a máquina o manuscrito, la firma que clausura el escrito, debe
ser aclarada (Art. 26 CPSF).
✓ No se admiten abreviaturas. No es conveniente usar valores numerales, sino que deben
expresarse todo los números en letras, pudiéndoselos aclarar luego en números para mayor
facilidad de lectura.
✓ No se admiten tachaduras, raspaduras, borrones, etc. Pero en el caso de haber errores estos
deben ser testados, esto es, rayado con este tipo de línea “///”, para que pueda verse los que
se ha escrito por error, y debe ser finalmente salvados. Estos deben hacerse al final del escrito
antes de la firma, haciéndose del modo siguiente:
Testado: por ello considero que NO VALE.
✓ Siempre debe enunciarse el carácter bajo el cual se actúa en el proceso. Dos son estas formas:
Por presentación y Por Derecho propio (Art. 33 CPSF).
b) Fiscales: El actor debe abonar una tasa de justicia, proporcional a la importancia económica del
proceso que se inicia (3%). El importe que pagó el demandante le será reintegrado por el
demandado si éste resulta vencido, porque dicho gasto está comprendido en el concepto de
costas.

Intrínsecos, son los requisitos específicos que le son propios y que el CPSF legisla en su Art. 130, estos
son:
Art. 130 - La demanda será deducida por escrito y expresará:
1) El nombre, domicilio real y legal, nacionalidad, estado civil, profesión u oficio del demandante.
2) El nombre y domicilio del demandado, si se conocieren;
3) La designación precisa de lo que se demanda y su apreciación pecuniaria. Cuando no fuere
posible fijarla con exactitud, se suministrarán los antecedentes que puedan contribuir a su
determinación aproximada;
4) Las cuestiones de hecho y de derecho, separadamente. Las primeras serán numeradas y
expuestas en forma clara y sintética, omitiéndose toda glosa o comentario, los que se podrán
hacer en la parte general del escrito;
5) La petición en términos claros y precisos.

En su caso, el escrito de demanda será acompañado del acta de finalización del procedimiento de
mediación prejudicial obligatoria. (Modificado por Ley 13.151, B.O. 13/12/10)

En los incisos 1 y 2, están destinados a asegurar la individualización de las partes, es decir, quién
demanda y contra quién se demanda. Esto resulta más exigente para al actor, puesto que se le exige
que aporte mayores datos. En cuanto al domicilio, refiere al real: para los actos personalísimos y donde
la persona reside efectivamente; y legal: para notificar a las partes o llevar a su conocimiento en él todos
los actos del proceso, y donde la ley presume que se halla la persona.

El inciso 3, refiere a la individualización de la cosa demanda. Está tiene que ser determinada en forma
clara, precisa y con exactitud. Además esto ayuda a determinar la competencia del juzgado por razón
de la materia. Por otra parte, si no se designa qué se pretende con la acción, el juez no sabrá que acordar
al momento de dictar sentencia. En cuanto a la apreciación pecuniaria de lo que se demanda, importa
también para determinar la competencia de los jueces de acuerdo al calor; abonar el sellado, impuestos
y reposiciones judiciales; facilitar la regulación de honorarios, y defender los intereses profesionales; etc.
Pero si este monto no puede determinarse con exactitud, deberán suministrarse todos los antecedentes
que puedan contribuir a la determinación aproximada.

El inciso 4, de los hechos y del derecho, en que la demanda se funde. En cuanto a las cuestiones de
hechos, son aquellas que la propia ley establece específicamente como generadoras, modificatorias o
extintivas de derechos o de estatus jurídicos. Tiene como fin poner de manifiesto la causa petendi, es
decir, la causa, razón o fundamento por el cual se deduce la pretensión contenida en la demanda. Se
han formulado 2 teorías, respecto a la forma de postular los hechos:
1- De la individualización: en la demanda únicamente el actor debe individualizar la relación jurídica
de la que deriva su pretensión (por ej.: compraventa, locación, etc.), sin necesidad de que se lleve
a cabo una narración detallada de os hechos. Predomina en las legislaciones que siguen el
procedimiento oral.
2- De la sustanciación: sostiene que en la demanda se debe hacer una “exposición circunstanciada
de los hechos” que constituyen la relación jurídica. Está teoría generalmente es adoptada por las
legislaciones que siguen el procedimiento escrito. Nuestro código sigue esta teoría.

Por otro lado, en cuanto a las cuestiones de derecho, es importante mencionar el derecho subjetivo
lesionado, que otorga al acto, el poder de obrar en justicia. Pero no las normas jurídicas con el número
de artículos, etc. Estas pueden silenciarse porque el juez conoce el derecho. Pero aún así es importante
incluir las normas abstractas en las cuales se basa la demanda, sean de derecho sustancial o procesa,
para evitar cualquier omisión o error del juzgado.

El inciso 5, de la petición, que debe ser concretada en forma clara y precisa. Aquí el actor determina
exactamente qué es lo que pretende que el juez declare o reconozca en su sentencia. Por ello es
importante, ya que si está mal redactado, la sentencia será como consecuencia deficiente, porque el
juez no sabrá exactamente qué es lo que pretende el actor.

Facultades de los jueces para ordenar las correcciones.


Es necesario que la demanda cumpla con ambos requisitos, para que la misma sea admitida como tal.
Pero no quiere decir que sea procedente porque ello tiene más que ver con una cuestión de valoración.
En el caso de que la demanda no cumpla con los requisitos, es facultad del juez pedir que los aclare y/o
complete. Como lo establece el siguiente art.:

Art. 131 - Los jueces no darán curso a las demandas que no se deduzcan de acuerdo con las
prescripciones establecidas, indicando el defecto que contengan. Podrán, también, ordenar que el actor
aclare cualquier punto para hacer posible su admisión.

“NO DAR CURSO” significa que, por ahora, la demanda no es apta para que el proceso respectivo pase
al estadio procedimental siguiente. No hay que confundir el hecho de no darle curso con el rechazo in
límine. Éste procede:
1. En el supuesto que no se ajuste a las reglas de competencia, lo que denomina “demanda inhábil”
2. Corresponde este rechazo también cuando la demanda adolezca de tales defectos de forma que
no pueda permitirse su substanciación válida por imperio de la ley, supuesto calificado por el
autor de “demanda irregular”
3. O cuando en forma notoria se trate de cuestiones improponibles, a las que se identifican como
“demandas improponibles”.

Cuando la demanda interpuesta no cumple con los presupuestos procesales (Ej. Incapacidad de las
partes, omisión de firmas, idioma foráneo, etc.), la ley prevé el rechazo in limine de la misma. También
cuando el juez sea incompetente, cuando el actor acumula pretensiones que no corresponden a la
competencia del mismo juez o no puedan sustanciarse por los mismos trámites.
Una corriente doctrinal y jurisprudencial propicia que el juez tampoco dé curso a una demanda cuando
en forma manifiesta no se cumplen las condiciones necesarias para obtener una sentencia favorable.

C) MODIFICACIÓN, AMPLIACIÓN Y VARIACIÓN EN LA DEMANDA. Oportunidad.

B) ARTICULO 135. El demandante no podrá variar la acción entablada después de haber sido
contestada la demanda, pero podrá ampliar o moderar la petición siempre que se funde en
hechos que no impliquen un cambio de acción.
C) ARTICULO 136. La ampliación autorizada por el artículo anterior no será substanciada
especialmente, y podrá hacerse en cualquier estado de la causa hasta la citación para sentencia;
pero si se fundare en hechos no alegados en la demanda deberá formularse hasta tres días
después de la apertura a prueba, en que se dará un nuevo traslado, por tres días, al demandado

Art. 136: Si la amplación de demanda se funda en los mismos hechos invocados en la demanda original,
y no se varía el contenido de la misma, no es menester que tal ampliación sea especialmente
substanciada. En el supuesto que se base en hechos que no pueden calificarse como “nuevos” sólo
podrá ser efectuada hasta el llamamiento de autos.

La demanda puede sufrir alteraciones una vez interpuesta. Existen 3 modos de operar estas
alteraciones, siendo éstos los siguientes:
• Modificación: Se alteran los fundamentos sin cambiar la causa ni el objeto del litigio. Puede
realizarse antes de que la demanda sea notificada, aunque si durante el proceso ocurren
situaciones que no podrían haber sido contempladas al iniciarlo, entonces la demanda se puede
transformar con posterioridad a su notificación.
Conserva todos los efectos materiales y procesales de la demanda interpuesta.
• Ampliación: contestada la demanda, queda trabada la litis y es prohibido el cambio de acción
que la variación de la demanda supuso (Art. 135 CPSF). Pero, pese a esta contestación, el actor
puede ampliar o moderar su pretensión, es decir, variar cuantitativamente la demanda (ídem art.,
anterior), siempre que no se funde en hechos que implica un cambio en la acción. Se hace en
forma simple: peticionada, el juez la acepta o no.

-Oportunidad: La ampliación o moderación puede hacerse entonces en cualquier estado de la


causa, y hasta el llamamiento a autos (Art. 136 CPS), porque allí es donde se cierra la discusión
y queda tan sólo dictar sentencia.
• Variación: Se da cuando se sustituyen:

-Los nombres de las partes;


-La causa;
-El objeto del litigio.

Pero siempre es importante observar ciertas reglas y con limitaciones. Cuestiones de celeridad y
economía procesal hacen posible esta variación.

-Oportunidad: debe realizarse antes de contestada la demanda, ya que una vez contestada y según el
Art. 234 CPSF, queda trabada la litis, y no podrá entonces variarse más la demanda.
En el caso de los sujetos, la interrupción de la prescripción comienza a operar desde el momento en que
son incorporados a la demanda (y no desde que se interpuso originariamente).
El cambio de causa se da cuando la nueva fundamentación sustituye la causa invocada.
El cambio de objeto significa el cambio de la cosa o bien que se pide.

En suma antes de contestada la demanda se permiten cambios cuantitativos o cualitativos (ampliación


o variación) de la misma.
Pero una vez contestada, sólo se permite un cambio cuantitativo (Ampliación) y con las limitaciones
antes dichas.

D) ACUMULACIÓN OBJETIVA DE PRETENSIONES. Facultad que se le otorga al actor de acumular las


pretensiones que tuviere contra quien demanda. Esta facultad se encuentra condicionada por ciertos
requisitos.

Art. 133 - El actor podrá, antes que se conteste la demanda, acumular todas las pretensiones que tuviere
contra una persona, con tal que no se excluyan entre sí, que pertenezcan a un mismo fuero y que deban
substanciarse por los mismos trámites.

Requisitos.
b) Que no se excluyan entre sí: así no podría demandarse conjuntamente por cumplimiento y
recisión de un contrato. Podrá hacerse tal demanda en forma alternativa, pero no conjunta.
c) Que pertenezcan a un mismo fuero; por razones que hacen al mantenimiento del orden y la
claridad en los procesos
d) Que deban substanciarse por los mismos trámites.
e) Que sea contra los mismos sujetos

Ejemplo.
Puedo acumular el desalojo y el cobro de alquileres. Si no quiero acumular planteo solo desalojo y en
otra accion hago el cobro en pesos del alquiler. Otra caso podria ser el cumplimiento de contrato y los
daños y perjuicios derivados del incumplimiento.

Oportunidad.
Antes de que se conteste la demanda.

E) ACUMULACIÓN SUBJETIVA.

Es la que se produce cuando existen varios actores y uno o varios demandados, contra los cuales se
intenta una determinada acción.
Avero – acumular sujetos al proceso. Litis consorcio
Art. 132 - Cuando los demandantes fueren varios, el juez podrá de oficio o a solicitud de parte, obligarlos
a obrar bajo una sola representación siempre que haya compatibilidad en ella y el derecho sea el mismo.
Si no se pusieran de acuerdo, el juez designará por sorteo entre los profesionales intervinientes en autos
por los actores, al que deba ejercer la representación única. Igual procedimiento se adoptará si fueren
varios los demandados o hicieren mérito de las mismas defensas, sorteándose al representante único
de entre los profesionales que actuaren por los demandados.

El sentido de esta norma responde a la necesidad de salvaguardar los principios de celeridad y economía
procesal. A través de su aplicación se obtiene un procedimiento más simple y ordenado, evitándose la
reiteración de piezas procesales, cuyo contenido deberá ser previsiblemente, de similar tenor.

Litisconsorcio. Requisitos.
Cuando en un mismo proceso existen varios actores o demandados. Se trata de un procedimiento
encaminado a simplificar el litigio y a asegura la resolución uniforme.
El art. 134 prevé la acumulación subjetiva pasiva, que es una facultad que la ley acuerda al actor, pero
no puede serle impuesta a menos que se de el caso del art. 305 que lo limita al litisconsorcio necesario.

Art. 134 - La misma regla se aplicará cuando los actores sean varios y uno o varios los demandados,
siempre que la acción se funde en el mismo título o nazca del mismo hecho y tenga por objeto la misma
cosa.

Para que se factible la acumulación subjetiva, deben cumplirse con los requisitos del Art. 134 CPSF:
1- Identidad de título o hecho generatriz del derecho en que se funda;
2- Identidad en la cosa objeto de la acción.

Clases.
• Activo: cuando varios demandantes actúan frente a un demandado.
• Pasivo: cuando un actor procede contra varios demandados.
• Mixto: cuando varios demandantes entablan acción frente a varios demandados.

Litisconsorcio voluntario, necesario y cuasi-necesario.


❖ Voluntario: cuando el conjunto de esas personas que van a ser actoras o demandas actúen de
manera conjunta por economía procesal. No existe impedimento para que cada uno demanda
por separado.(Avero. Ejemplo accidente transito)
❖ Necesario: cuando la parte actora o demandada tiene que estar constituida sí o sí por todos los
sujetos que legalmente y obligadamente tengan un interés en el pleito.
No se conforma por economía procesal sino por efectividad de la sentencia que se dicte en juicio
contra esas personas. El juez no se puede pronunciar validamente sino contra todos los sujetos
que deber integrar la relacion jurico procesal. Por ej.: demanda de división de condominio (Avero)
❖ Cuasi-necesario: es una mezcla de los dos anteriores, en donde si bien no es necesario el litis
consorcio, una vez conformado, no puede después dejarse sin efecto ni disgregarse.

F) RESPONDE A LA DEMANDA.
La contestación de la demanda es el acto procesal por medio del cual el demandado da respuesta a la
pretensión del actor. Es una carga procesal para el demandado. En esta oportunidad procesal debe
oponer todas las excepciones o defensas, salvo aquellas que debía deducir con anterioridad para ser de
precio y especial pronunciamiento (Art. 138 y 139 CPSF).
138: Estas excepciones son defensas previas, que se oponen in limine litis, y que generalmente refieren
no a la pretensión del actor, sino al proceso en sí mismo.
A través de las excepciones dilatorias se busca impedir un juicio nulo, evitar un proceso inútil, asegurar
el resultado del mismo o corregir errores. Una vez vencido el plazo para oponer las excepciones o
contestada la demanda sin que las mismas hayan sido deducidas, el litigante, en virtud de la preclusión,
pierde la oportunidad de oponerlas.
ARTICULO 138. En los juicios declarativos excepto en el sumarísimo, no podrán oponerse excepciones
dilatorias sino en forma de artículo de previo y especial pronunciamiento. En los demás, serán opuestas
en la estación oportuna y se resolverán en la sentencia. La incompetencia por razón de la materia, valor
o grado podrá proponerse en cualquier estado o instancia y aun suplirse de oficio.

ARTICULO 139. (Texto cfr. Ley 13.151) Las únicas excepciones que pueden articularse como de previo
y especial pronunciamiento son:
1ro. Incompetencia.
2do. Falta de personalidad en el actor o de personería en su procurador.
3ro. Defecto legal en el modo de proponer la demanda.
4to. Falta de cumplimiento del procedimiento de mediación prejudicial obligatoria.

“PREVIO Y ESPECIAL PRONUNCIAMIENTO” significa que deben resolverse en forma previa, esto es,
antes de la sentencia de mérito.
1) La excepción de incompetencia procede cuando el demandado entiende que el juez ante el cual se
promovió la demanda, y en su caso la reconvención, no es al que le corresponde atender la causa,
y también cuando se pretende que la competencia le corresponda a un juez federal.
2) La excepción de falta de personalidad serviría para denunciar la inexistencia de la persona, ya fuera
ésta originaria o sobreviniente. Sin embargo, esta excepción es comprensiva de muchos otros
supuestos, que hacen que su denominación no sea del todo exacta. Así, comprende los supuestos
derivados de las incapacidades de hecho relativas, de las incapacidades de hecho absolutas y de
las inhabilitaciones judiciales.
SANCION: abogado o procurador que lo patrocine o represente deberá cargar con las costas, quien
por culpa o negligencia no advirtió la incapacidad, o advirtiéndola, se arriesgo a promover la
demanda.
Falta de personería: hablar de personería equivale hablar de representación. Es el remedio procesal
que la ley acuerda a los litigantes para denunciar la falta de adecuada representación judicial de
una parte. Con la falta de personería se está diciendo que el mandato para actuar judicialmente no
existe, o que el mismo es irregular o insuficiente.
SANCION: nulidad de todo lo actuado por el procurador, con la consiguiente imposición de costas
al mismo.
3) Defecto legal en el modo de proponer la demanda: El incumplimiento de la imposición-carga
procesal “clare loqui” (hablar claro), que provoca en el justiciable el desconocimiento de cualquiera
de los tres cuestionamientos tradicionales:

• ¿Quién demanda?
• ¿Qué se demanda?
• ¿Por qué se demanda?

Es el que abre las puertas a esta excepción. Su objetivo es permitir el eficaz ejercicio del derecho de
defensa, para que el juzgador no se vea impedido de resolver por la indeterminación de la pretensión.

Así como la demanda es el instrumento por el cual se ejerce la acción, la contestación es el medio por
el cual se ejerce la defensa.
En principio debe reunir las formalidades y observar las reglas para la demanda. El demandado tiene
que confesar o negar categóricamente cada hecho de la demanda como también los documentos que
se le atribuyen a título personal, de lo contrario se pueden tener por reconocidos. Si guarda silencio, o
utiliza evasivas o una negativa general se puede entender como afirmación de lo que el actor plantea.
A su vez, debe oponer todas las defensas o excepciones que no tengan el carácter de excepciones
dilatorias que ya pudo haber interpuesto con anticipación.
También puedo hacer una aclaración con mi propia versión de los hechos “Real versión de los hechos”.
Y por último se puede articular la reconvención.

Art. 142 - En el escrito de responde, el demandado debe:


1- En lo pertinente, observar las reglas establecidas para la demanda.
2- Confesar o negar categóricamente cada hecho expuesto en la demanda. Su silencio, sus
respuestas evasivas o su negativa general podrán estimarse como reconocimiento de la verdad
de los hechos a que se refieran.
3- Reconocer o negar la autenticidad de los documentos privados que se le atribuyan, so pena de
que se los tenga por reconocidos.
4- Oponer todas las defensas que por su naturaleza no tengan el carácter de excepciones dilatorias
según este Código, especificando con claridad los hechos que las apoyan. Si fuera de esta
oportunidad, se opusiera la prescripción, se substanciará por el trámite indicado para los
incidentes y se resolverá al dictar sentencia.
5- Deducir reconvención, si hubiere lugar.

Oportunidad.
Generalmente, al ser notificado el demandado del traslado respectivo, aunque es válida si se efectúa
antes. En este último caso el demandado debe desplegar todas sus defensas y cumplir con todas las
cargas (Art. 142), pues no puede a posteriori pretender mejorar su escrito de responde.

Plazo.
El plazo para contestar es perentorio, una vez vencido se pierde el derecho dejado de usar sin necesidad
de declaración en juicio o petición alguna (Art. 70 CPSF). Pero dicho plazo puede ser suspendido por
acuerdo de partes o por fuerza mayor declarada discrecionalmente por el juez (Art. 71 CPSF).

Requisitos. Opciones del demandado.


4) Negar o admitir total o parcialmente los hechos invocados por el actor.
5) Oponer una excepción o una defensa o reconvenir.
6) Oponer prescripción, exceptio non adimpleti contractus o la sine actione agit.

Reconvención:

Al notificársele al demandado el traslado para contestar la demanda le corre el plazo para reconvenir.
Es decir que, junto con la carga de la contestación, el demandado tiene la oportunidad o facultad de
reconvenir. Si no lo hace en dicha etapa procesal, pierde la oportunidad.

La reconvención es aquella demanda judicial que ejerce el demandado, en el mismo proceso judicial, al
momento de contestar la demandade la que ha sido objeto. Además de pedir la absolución, el
demandado introduce nuevas peticiones al tribunal frente a la otra parte (el demandante). El demandado
se transforma, a su vez, en demandante y el demandante en demandado. El efecto de la demanda
reconvencional es que ambas partes se demandan mutuamente. Habrá dos procedimientos que
finalizarán con una única sentencia.

Falta de contestación. Consecuencias.


Si el demandado no contesta la demanda, esto implica el reconocimiento de los hechos articulados por
el actor, pero siempre sin perjuicio de la prueba en contrario que se pueda producir. Se trata de una
presunción legal juris tantum. Como consecuencia se llamara a autos para resolver, el cual debe ser
notificado por cédula al demandado o reconvenido, quienes pueden postular al reconvención de dicho
decreto, persiguiendo la apertura de la causa a prueba.

Art. 143 - La falta de contestación a la demanda, aun en el juicio de rebeldía, o a la reconvención implica
el reconocimiento de los hechos articulados por el actor o reconviniente, sin perjuicio de la prueba en
contrario que produjera el demandado o reconvenido. Omitida la contestación, se llamará los autos para
sentencia, si correspondiere; decreto que se revocará si aquéllos solicitaren la apertura a prueba.

Ante la falta de contestación, el actor o reconveniente pueden pedir que se llame a autos para la
sentencia. Este decreto debe notificarse por cédula al demandado o reconvenido, quienes pueden
postular la revocación de dicho decreto, persiguiendo la apertura de la causa a prueba.

G) DEMANDA RECONVENCIONAL. CONCEPTO.


Es el acto procesal por el cual el demandado presenta (en el mismo escrito de contestación de demanda)
pretensiones contra el actor. Es una pretensión autónoma diferente de la mera defensa, porque no busca
necesariamente el rechazo de la pretensión del actor. En una opción de la que goza el demandado, que
puede o no ejercer.
Peyrano: “es una pretensión procesal autónoma de sentencia favorable, deducida por el demandado
contra el actor, conjuntamente con el escrito de responde, y que debe ser resuelta por el mismo juez que
conoce en la demanda originaria, por los mimos trámites y en una única sentencia”

Requisitos de admisibilidad.
* Conexidad con la demanda o excepción a la que se opone.
* Que la reconvención contenga los mismos requisitos exigidos para la demanda.
* Competencia del juez en razón de la materia, es decir, deber ser de la misma competencia,
porque la competencia materia es improrrogable.

Art. 144 - La reconvención sólo procederá cuando exista conexión con la demanda o excepción. Deberá
contener los mismos requisitos exigidos para aquélla.

Principios que la rigen.


La rigen los principios de practicidad y de economía procesal. Esto se da ya que al permitir que la
demanda y la reconvención se tramiten en el mismo proceso y se resuelvan en la misma sentencia, se
evita la proliferación de juicios y gastos (de lo contrario el demandado, al no admitirse la reconvención,
tendría que hacer valer su pretensión iniciando otro proceso.)

Finalidad.
El demandado busca obtener una condena de su adversario que puede ser acogida o desestimada con
independencia de la suerte de la demanda introductiva de la instancia. Se vuelve una contrademanda y
se produce la inversión de los roles de las partes.

EFECTOS DE LA CONTESTACION DE LA DEMANDA:


1. Se fija la cuestión litigiosa
2. Se determinan los hechos respecto de los cales recaerá la actividad probatoria

¿CUANDO Y COMO COMIENZA LA PREPARACION DE LA DEMANDA?

Cuando consideramos que tenemos un caso judicial susceptible de tutela. Si tengo que hacer un planteo
judicial, voy a realizar una demanda.

Pensar estrategia para proteger intereses del cliente.


- no puede faltar medida cautelar
- la prueba es central, la documental (construida) o a traves de medidas de aseguramiento de pruebas.
Mientras mas pruebas haya mejor.

Construir demanda. La redacción es mediante un relato cronologico, verosimil. Hay que darle contenido
juridico.
BOLILLA IX
PRUEBA.
A) CONCEPTO.
El vocablo “prueba” es generalmente utilizado para designar los distintos medios con los cuales puede
ser acreditada la existencia de un hecho; y dentro del ámbito del derecho procesal, la teoría general de
la prueba incluye el estudio del objeto , los medios, las fuentes, la carga y la valoración de la prueba.

➢ Palacio: sostiene que la prueba es la actividad procesal realizada con el auxilio de los medios
establecidos por ley, tendiente a crear la convicción judicial sobre la existencia o inexistencia de
los hechos afirmados por las partes como fundamento de sus pretensiones o defensas.

Objeto de la prueba, puede ser cualquier hecho cuya demostración tenga interés para el proceso; pero
no todos los hechos deben necesariamente ser probados; no lo son los admitidos, los notorios, los
evidentes, los normales, etc.

Finalidad, responde a la pregunta ¿para que se prueba? Hay dos tipos de finalidades; una finalidad
extraprocesal, que apunta a otorgar seguridad a las situaciones jurídicas, previniendo la formación de
litigios. La otra finalidad estrictamente procesal que permite que la acción y la jurisdicción alcancen
eficacia.
Sin la prueba los derechos subjetivos serían meras apariencias. Bien lo dice el adagio “tanto vale no
tener un derecho, cuanto no poder probarlo”.
En doctrina pueden observarse 3 teorías sobre el fin procesal de la prueba:
- Obtener la verdad: la prueba tiene como fin el descubrimiento de la verdad sobre los hechos.
- Lograr la convicción del Juez: Con el procedimiento probatorio se pretende fundar la certidumbre
o verosimilitud.
- Alcanzar la fijación formal de los hechos procesales: Sostuvo Carnelutti que el proceso no sirve
para conocer los hechos, sino para conseguir su fijación formal, la impuesta por una norma.
Con lo antes expuesto entendemos (Arazi) que resulta correcto afirmar que el fin de la prueba es formar
la convicción del Juez acerca de los hechos.
La finalidad de la prueba apunta al Juez, no a las partes.
La apreciación de la prueba está sujeta a reglas que el Juez tiene que respetar, es decir que no queda
librada a su absoluta discrecionalidad.

Distinción entre objeto, necesidad y carga de la prueba


El objeto responde a la idea de qué se prueba; por su parte hay necesidad de probar los hechos
conducentes articulados por las artes en los escritos constitutivos del proceso o alegados como hechos
nuevos, siempre que no estén exentos de prueba; y la carga de la prueba (ofrecer y producir) importa
una suerte de “conveniencia” para las partes, pues no hacerlo puede conducir al pronunciamiento de
una sentencia desfavorable, entonces importa o responde a ¿quién tiene que probar?

Clasificación
- Según su objeto en:
PRUEBA DIRECTA, que es cuando el Juez llega al conocimiento del hecho por probar de manera
directa e inmediata, a través de su propia percepción, por ejemplo en el caso de una inspección
judicial. (Constatación judicial)
La PRUEBA INDIRECTA se da cuando el Juez llega al conocimiento del hecho a través de otro
sujeto. El Juez no percibe el hecho a probar, sino que sólo percibe la comunicación que de la
percepción de ese hecho tuvo otra persona. Por ejemplo el testimonio de terceros. (Testimonial,
pericial)

- Según su estructura;
PRUEBAS PERSONALES, cuando el hecho a probar es extraído de un sujeto, por ejemplo el
testimonio, la confesión.
Y las PRUEBAS REALES O MATERIALES se dan cuando el hecho a probar se extrae de cosas
o documentos.
- Según la finalidad, teniendo en cuenta la carga de la prueba:
PRUEBA DE CARGO, cuando la parte ofrece y produce pruebas tendientes a acreditar los
hechos que alega como presupuesto de su derecho.
PRUEBA DE DESCARGO, cuando la parte que suministra la prueba persigue una de dos
finalidades, o satisfacer la carga que pesa sobre ella o desvirtuar la prueba suministrada por la
contraria.

- Según el resultado. Se distinguen entre el fin y el resultado de la prueba. El fin es llevar al Juez
la convicción de la existencia del hecho que se quiere probar.
- PRUEBA PERFECTA O COMPLETA, cuando la prueba tiene entidad por s sola para acreditar la
existencia del hecho, por ejemplo una ejecución, un pagaré, etc.
- La PRUEBA IMPERFECTA O INCOMPLETA, la que no logra ese resultado, no logra formar la
convicción en el magistrado.

Las pruebas pueden clasificarse también en:


FORMALES Y SUSTANCIALES, en donde las primeras llevan al juez la convicción de la existencia o
inexistencia del hecho aducido. En las segundas, además, la forma es un requisito que hace a la
existencia o validez misma del acto que se tiende a probar. Es lo que en el código civil son las pruebas
ad probationem y ad solemnitatem.

PRUEBA DE OFICIO, A PETICIÓN DE PARTE O DE TERCEROS, teniendo en cuenta quienes son los
sujetos legitimados para proponer y producir la prueba.

B) PRUEBA DE LOS HECHOS

Hechos que deben probarse.


Los hechos que deben probarse surgen de la demanda y de la contestación de la demanda.
Deben probarse los hechos afirmados, los hechos controvertidos y los hechos de demostración
necesaria.
Respecto de los primeros, vale decir que la afirmación constituye el primer elemento para caracterizar el
hecho que debe ser probado; en el proceso civil, los hechos que no son afirmados por las partes no
pueden ser objeto de prueba.
En segundo lugar, los hechos controvertidos son aquellos hechos afirmados por el actor en su demanda
y negados por el demandado en su responde. Es la controversia entre tales hechos lo que impone la
necesidad de probarlos por los medios autorizados por la ley. No deben probarse los hechos admitidos
o no controvertidos.
En relación a los hechos de demostración necesaria, éstos no están definidos, pero se trata de
cuestiones de orden público, por ejemplo las cuestiones relativas al estado de las personas. Estos,
aunque se trate de un hecho admitido será necesario probarlo.

Hechos exentos de prueba.


Son aquellos hechos que no necesitan probarse, a saber:

• Hechos admitidos: frente al hecho afirmado por una parte, su contraria puede negarlo o admitirlo
expresamente. En el primer caso estamos en presencia de un hecho controvertido, y como tal debe ser
probado. En el segundo caso, y salvo que se hallare comprometido el orden público, el hecho no requerirá
prueba.
Entre uno y otro supuesto (negación y admisión expresa del hecho) puede también aparecer un tercero
supuesto que es la admisión tácita, derivada del silencio, de las respuestas evasivas o de la negativa
meramente general. En esta situación la ley no da reglas absolutas, por lo que el Código Procesal de la
Nación establece que el silencio del demandado con relación a los hechos expuestos en la demanda,
sus respuestas evasivas o la negativa general “podrán” estimarse como reconocimiento de la verdad de
los hechos. Es por esto que será conveniente que el actor pruebe los hechos que le interesan.
• Hechos presumidos legalmente: la razón para excluir del tema probatorio a aquellos hechos amparados
por una presunción legal radica en que la ley declara ineficaz o inadmisible a su respecto la prueba en
contrario, esto es así en las presunciones legales absolutas. En cambio, las presunciones legales relativas
sólo producen una inversión de la carga probatoria.
Las referidas anteriormente son presunciones legales de hecho; también las hay de derecho y son
aquellas que tuvo en mira el legislador al regular determinadas situaciones jurídicas como cuando
establece que las personas a partir de los 18 años adquieren la plena capacidad. Ninguna presunción
de derecho necesita ser probada.
• Hechos notorios: existe notoriedad suficiente para eximir de prueba a un hecho cuando en el medio social
donde debe acreditarse y en el momento de su apreciación por el Juez, puede ser conocido por las
personas de cultura normal, basándose en medios sobre cuya autenticidad nadie disiente y que se
encuentran a disposición de cualquiera de esas personas. La jurisprudencia ha caracterizado como
notorios a los siguientes hechos, la desvalorización monetaria, el tipo de cambio de las divisas extranjeras,
entre otros.
Advertimos que el hecho aunque fuese notorio debió haberse alegado por las partes para que pudiera ser
ameritado en la sentencia.

Prueba producida en otro expediente


La absolución de posiciones hecha ante otro juez puede servir de prueba en un proceso tramitado entre
las mismas partes o entre partes distintas; pero no constituye plena prueba, como la confesión judicial
expresa, prestada ante el juez de la causa. Ello porque el confesante tiene que conocer con exactitud
los hechos controvertidos a fin de que no se vulnere su derecho de defensa en juicio..
La confesión formulada ante otro juez puede ser apreciada en el nuevo proceso, junto con las demás
pruebas y de conformidad con las reglas de la sana crítica.
La prueba producida en otro juicio tiene que ser objeto de nueva valoración por parte del juez que
interviene en el proceso donde se intenta hacer valer. Si sobre la base de la prueba producida en un
juicio se consideran acreditados ciertos hechos, esa decisión no obliga al nuevo juez, aun cuando en el
segundo proceso deban acreditarse los mismos hechos.
La valoración de la prueba hecha por el juez en un proceso sólo puede servir de orientación en otro
proceso pero la sentencia que se dicte en este último no puede fundarse exclusivamente en esa
valoración.

C) CARGA DE LA PRUEBA
El término “carga” en sentido jurídico, no se aplica sólo a la prueba, ni siquiera es propio del derecho
procesal, sino que comprende a todas las ramas del derecho.
Con el vocablo “carga” se señala la conveniencia para el sujeto de obrar de determinada manera a fin
de no exponerse a las consecuencias desfavorables que podría ocasionar una actitud diferente.
Las cargas se diferencian de las obligaciones porque nadie puede compeler al sujeto a cumplirlas, en la
carga no existe la posibilidad de ejercer coacción para lograr que ella se cumpla. Frente a una carga el
sujeto puede organizar su conducta como mejor le parezca, incluso en sentido contrario al previsto en la
norma, y ello no conduce a ninguna actividad ilícita o antijurídica. En la carga no existe ni sujeto activo
que pueda exigir el cumplimiento, ni sujeto pasivo a quien se le pueda imponer ese cumplimiento. Es por
ello por ejemplo que no es correcto decir que el demandado tiene la obligación de contestar la demanda.
En general, las cargas se establecen de tal manera que el obrar en contra de ellas ocasiona un perjuicio
o una consecuencia jurídica a quien así lo hace. -Perjuicio no es lo mismo que sanción.-

Reglas generales sobre las cargas de la prueba. Distintas teorías.


Con estas reglas se intenta dar respuesta a la pregunta ¿Quién tiene que probar?
El juzgador solo aplica las reglas sobre carga de la prueba cuando ésta no se ha producido; si la prueba
fue producida, no importa ya quien la trajo al proceso.
En el derecho romano, el juez, cuando no llegaba a obtener el íntimo convencimiento de la verdad, podía
eludir el pronunciamiento mediante el “non liquen”, es decir “no lo veo claro”, en cuyo caso no
pronunciaba la sentencia.
La falta de prueba perjudica a la parte que tenía la carga probatoria; para determinar esto se han
establecido distintas reglas cuya observancia es obligatoria para el juez.
- El actor tiene la carga de la prueba: esta regla importaba a quien deducía la demanda le recaía
la carga de probar no sólo los hechos constitutivos sino también la existencia de hechos impeditivos o
extintivos. El demandado debía oponer defensas o excepciones, es decir tenía la carga de probar los
hechos en que ellas se fundaban, pero si no oponía defensa, la prueba debía producirla el actor en su
totalidad. Crítica: No daba una solución justa.
- La carga es de quien afirma, no de quien niega: lo anterior hizo parecer más justo hacer recaer
la carga probatoria en quien afirmaba un hecho y liberar de ella a quien negaba los hechos de su
contrario. Crítica: No siempre es posible distinguir entre la simple negación y la alegación de un hecho
contrario. Regla de la primera parte del art. 377.
- Clasificación en hechos constitutivos, impeditivos y extintivos: para Chiovenda el actor tiene que
probar los hechos constitutivos, y si el demandado alega hechos extintivos o impeditivos, él debe probar
su existencia. Crítica: si bien significó un gran avance, no contempla todos los casos posibles.
- Los hechos normales: estos hechos están exentos de prueba, pero algunos autores confundieron
objeto y carga de la prueba, diciendo que debe probar quien alega un hecho anormal, porque lo normal
se presume
- Carga de la prueba sobre quien pretende innovar: (Bonnier) quien quiere cambiar una situación
jurídica debe probar los hechos en que funda tal cambio. Crítica: dificultad para determinar en cada caso
para determinar quién alega la innovación. Alsina dice que en algunos supuestos la carga corresponde
a quien pretende el reconocimiento de una situación jurídica y no su innovación.
- Presupuestos de hecho de la norma: (Rosemberg) cada parte soporta la carga de la prueba
sobre la existencia de los presupuestos de hechos de las normas sin cuya aplicación no puede tener
éxito en su pretensión (normas que le son favorables); regla que prescinde del carácter de actor y
demandado. Así se contemplan todos los problemas posibles y el juez necesariamente deberá aplicar el
derecho en la sentencia.
- Distribución de la carga de la prueba según el efecto jurídico exigido: (Micheli) la distribución de
la carga de la prueba se relaciona con la posición de las partes respecto del efecto jurídico pedido.
- Carga de la prueba y sana crítica. CARGA DINÁMICA: de todas las reglas la más completa es la
de Rosemberg; se debe interpretar de acuerdo con las nociones dadas al tratar el objeto de l aprueba y
aquellos cuya prueba es imposible o muy dificultosa. La regla de carácter general debe ceder frente a
situaciones particulares en las que una de las partes se encuentra en mejores condiciones de probar. El
juez debe valorar las circunstancias particulares de cada caso, apreciando quién se encuentra en
mejores condiciones para acreditar el hecho controvertido, así como las razones por las cuales quien
tiene la carga de probar no produce la prueba.
La teoría de la carga probatoria dinámica o del principio de solidaridad y colaboración considera que
tiene que probar la parte que se encuentre en mejores condiciones de hacerlo.
g) Carga de la prueba y deberes del juez: Actualmente, el juez tiene el deber de ordenar las diligencias
necesarias para esclarecer la verdad de los hechos controvertidos, esto ha desplazado el tema de la
carga de las partes.

Art. 377 CPCN: “Incumbirá la carga de la prueba a la parte que afirme la existencia de un hecho
controvertido o de un precepto jurídico que el juez o el tribunal no tenga el deber de conocer. Cada una
de las partes deberá probar el presupuesto de hecho de la norma o normas que invocare como
fundamento de su pretensión, defensa o excepción”.

Art. 145 CPCSF: “Si hubiere hechos controvertidos o de demostración necesaria, se abrirá la causa a
prueba. Contra el auto que la deniegue, procederán los recursos de reposición y apelación en subsidio.
El término de prueba será común. La prueba deberá recaer sobre los hechos contradichos o afirmados
en el proceso. El juez no podrá pronunciarse antes de la sentencia sobre la pertinencia de los hechos
alegados o de la prueba solicitada. Pero será desechada la que sea notoriamente improcedente o
prohibida por la ley.”

D) APERTURA DE LA CAUSA A PRUEBA. CASOS EN QUE PROCEDE. DISTINTOS PERIODOS.


DIFERENCIA ENTRE OFRECIMIENTO Y PRODUCCIóN.
Comenzará la apertura de la causa a prueba siempre que existan hechos que deben probarse, como ser
los hechos afirmados, los controvertidos y los hechos de demostración necesaria.
El estudio del procedimiento probatorio responde al interrogante ¿Cómo se prueba?
La actividad tiene diferentes etapas: el ofrecimiento de la prueba, su admisión, el ordenamiento y la
producción de la prueba y la valuación de la prueba que hace el juez.
• OFRECIMIENTO: Constituye el inicio necesario de la actividad probatoria. Está sujeto a
condiciones extrínsecas de tiempo, lugar y modo, e intrínsecas relativas a la legitimación del proponente,
variable según el tipo de proceso. El ofrecimiento es el acto procesal por el cual las parte litigantes le
indican al juez los medios probatorios de los cuales se van a valer. Debe ofrecerse con la demanda, con
la reconvención o contestación de ambas.
• ADMISIÓN Y ORDENAMIENTO: El sujeto de esta actividad es exclusivamente el juez. Se
comprende tanto la aceptación del medio que se presenta, como el ordenamiento de las diligencias
necesarias para su práctica.
• PRODUCCIÓN: son los actos procesales necesarios para que las diversas pruebas ofrecidas se
incorporen o realicen en el proceso.
La ley procesal dispone términos preclusivos para la producción probatoria, imponiendo a los interesados
la carga de urgir para que sean diligenciadas oportunamente. Nace a partir de allí la llamada teoría de
la negligencia de a producción de la prueba. Culpa en el litigante y retardo en el trámite son dos de los
recaudos necesarios para que proceda su aplicabilidad, teniendo como consecuencia esto, la pérdida
de la prueba.

Oportunidad del ofrecimiento


El artículo 146 del Código Procesal de Santa Fe establece que prueba debe ser ofrecida “en los plazos
previstos para cada clase de juicio”. Sin embargo, hay supuestos en los que la prueba debe producirse
anticipadamente, esto es cuando existe peligro que con la demora quede frustrada por el transcurso del
tiempo.
Según el artículo 145 el plazo probatorio es común, es decir, que comienza a correr desde que ambas
partes (actor y demandado) están notificadas de la apertura de la causa a prueba. A pesar de esto, en
la práctica el actor pide la apertura a prueba, el juez ordena y el actor ofrece la prueba antes de mandar
la cédula a la parte demandada notificándole la apertura de la causa a prueba.
La prueba documental se acompaña siempre con la demanda y contestación, salvo que se trate de
documentos posteriores o desconocidos. Se prevé la posibilidad de que los demandantes o
reconvinientes, según el caso, agreguen dentro de los cinco días de notificada la providencia respectiva,
la prueba documental y ofrezcan otros medios de prueba referidos a los hechos alegados en el responde
de la demanda o de la reconvención, cuando no se hayan invocado en esos escritos.
Y en caso de que el demandado o el actor reconvenido ofrezcan prueba en un escrito presentado antes
de la contestación de la demanda o de la reconvención, la misma debe considerarse admisible y no
precluye la posibilidad de contestar la demanda o la reconvención y, en su caso ampliar el ofrecimiento,
dentro del plazo legal.
El ofrecimiento hay que distinguirlo de la producción de prueba, ésta es la realización de los actos
procesales necesarios para que los diversos medios concretos solicitados y decretados de oficio se
incorporen o realicen en el proceso. La ley procesal dispone términos preclusivos para la producción
probatoria, imponiendo a los interesados la carga de procurar que sean diligenciadas dentro de los
respectivos plazos.

Cuaderno de prueba
El artículo 150 del CPSF establece: “el actuario formará piezas separadas de las pruebas de cada uno
de los interesados; vencido el término, las agrega a autos y la causa seguirá según su curso, sin esperar
el resultado de las diligencias probatorias; pero si ellas vinieren o se produjeran antes de la sentencia,
serán tomadas en consideración”.

Cuestión de puro derecho: cuando procede, trámite, recursos


Cuando en el proceso no hay hechos controvertidos o, habiendolos, puede acreditarse con las
constancias agregadas en los autos, el juez declarará la cuestión de puro derecho. Esta resolución se
notifica personalmente o por cédula o por acta notarial, telegrama con copia certificada y aviso de
entrega, carta documento con aviso de entrega; salvo que la declaración de puro derecho se decida en
la audiencia preliminar

E) PROBLEMÁTICA DEL PROCEDIMIENTO PROBATORIO. PRUEBA IMPERTINENTE,


INADMISIBLE, IMPROCEDENTE Y MALICIOSA.
Procedimiento probatorio: En la audiencia preliminar que debe, inexcusablemente, ser presidida por el
juez, quien invitará a las partes a una conciliación o a encontrar otra forma de solución de conflictos; en
caso de no lograrse, deberá fijar los hechos conducentes a la decisión del juicio y sobre los cuales
versará la prueba; asimismo declarará que medios de prueba son admisibles; recibirá las
manifestaciones de una de las partes oponiéndose a la apertura a prueba pedida por la otra, debiendo
resolver en el mismo acto, luego de escuchar a una o ambas, en el sentido que no tienen prueba alguna
que producir o de que ella consiste únicamente en las constancias del expediente o en la documental ya
agregada y no cuestionada; en este supuesto la causa quedará conclusa, y el juez llamará autos para
sentencia, sin necesidad de traslado; igual temperamento adoptará el juez si, a pesar del pedido de
apertura a prueba y de la falta de oposición, considera en la audiencia que la cuestión es de puro
derecho.
➢ Prueba impertinente: Cabe aclarar que la prueba pertinente debe referirse a los hechos que han
sido articulados por las partes en sus escritos respectivos; de no ser así no conducirá a ningún resultado
valioso, ya que el juez no puede tener en cuenta hechos no alegados. Admitir prueba respecto de hechos
no afirmados significa no sólo violentar el “buen orden” del procedimiento, sino también permitir nuevas
alegaciones en perjuicio del principio de defensa en que se desarrolla el debate judicial. En
consecuencia, corresponde al juez valorar la pertinencia o no de los hechos y de las pruebas en la
oportunidad de proveer el ofrecimiento de éstas. En caso de duda, se debe estar por la amplitud de la
prueba.
➢ Prueba inadmisible: la admisibilidad se relaciona con el tiempo, los hechos y la forma de su
ofrecimiento o agregación. Es inadmisible cuando fuere manifiestamente improcedente o superflua
(prueba de ninguna importancia para acreditar hechos controvertidos) o meramente dilatoria u ofrecida
fuera de la oportunidad legal. Puede ser desestimada por el juez al momento de ser ofrecida, impidiendo
su producción.
➢ Prueba improcedente: la prohibida por la ley. Es aquella cuya producción no es querida por la ley
de modo terminante, por ejemplo: confesión en juicio de divorcio.
➢ Prueba maliciosa: aquella que se proponga con el propósito evidente de entorpecer la marcha
del proceso y de quitarle seriedad al debate judicial.

Medios de prueba no previstos: implementación y trámite


El artículo 147 del CPCSF dice: “Cuando se ofreciere un medio de prueba idóneo y pertinente no previsto
del modo expreso por la ley, el juez establecerá la manera de diligenciar usando el procedimiento
determinado para otras pruebas que fuere analógicamente aplicable”.
Cuando las pruebas no sean previstas en los códigos de de fondo ni en los procesales, en su
diligenciamiento se aplicarán por analogía las disposiciones de los que sean semejantes, o en su defecto
lo que decida el juez, así se prevé la posibilidad de ofrecer una variedad de pruebas cuya enumeración
es casi imposible, siempre que no sean improcedentes, no afecten a la moral, la libertad personal de los
litigantes o de terceros, o no estén expresamente prohibidos para el caso.

F) MEDIDAS DE ASEGURAMIENTO DE PRUEBAS. REQUISITOS. TRÁMITE. PRUEBA


ANTICIPADA.
Existen ciertas excepciones en cuanto el código posibilita la producción anticipada de las pruebas: una
es el aseguramiento de las pruebas, la otra son las medidas preparatorias de juicio ordinario.
El aseguramiento de pruebas es una medida cautelar que apunta a asegurar, preservar o tutelar una
prueba que se puede tornar imposible o difícil por el transcurso del tiempo.
Las medidas preparatorias persiguen la individualización de los sujetos del proceso, su capacidad,
legitimación, así como la determinación de datos sobre el objeto o sobre el tipo de proceso a iniciar.
Pueden solicitarse en cualquier tipo de proceso incluso los de ejecución, cuando sean indispensables y
compatibles con el tipo de proceso de que se trata
Una vez interpuesta la demanda, el art. 146 CPCSF posibilita el ofrecimiento y producción anticipada de
la prueba cuando la demora quede frustrada. “Toda diligencia probatoria deberá solicitarse dentro de los
plazos designados para clase de juicio, pero podrá también proponerse antes de la apertura cuando
hubiere peligro de que con la demora quede frustrada. El juez accederá sin substanciación, a lo solicitado
siempre que lo considere procedente, sin perjuicio de disponer lo que crea oportuno para cerciorarse de
la verdad de los hechos en que la solicitud se funde. Respecto del auto que la admita o deniegue, regirá
lo dispuesto por el art. 156”
La regla general es que los medios de prueba deben ser ofrecidos y producidos en los plazos previstos
específicamente para ofrecimiento y producción en cada tipo de proceso.
También puede proponerse la prueba antes de la apertura cuando hubiere peligro de que con la demora
quede frustrada. El juez accederá sin sustanciación a lo solicitado cuando lo considere procedente.
La similitud que presenta la prueba anticipada prevista en la norma con el aseguramiento de pruebas
es que existe una situación de urgencia motivada en el peligro de perder la diligencia probatoria en
cuestión que justifica su despacho sin respetar los paramentos normales en materia de prueba. La
diferencia es que la prueba anticipada es solicitada dentro de un proceso que se está desarrollando, es
decir se refiere al adelanto del ofrecimiento o de la producción, una vez trabada la litis, mientras que el
aseguramiento de pruebas se interpone en forma previa a la existencia del juicio.
Los supuestos más comunes en que puede ser necesario anticipar la etapa probatoria: a) declaración
de algún testigo de muy avanzada edad, o que esté gravemente enfermo o próximo a ausentarse en el
país; b)reconocimiento judicial y dictamen pericial, en general se piden para evitar que se cambie el
estado de cosas existentes al momento, y c) informes, cuando se teme la destrucción o deterioro de la
documentación, archivo o registros de informante.
TRÁMITE: las medidas de prueba anticipadas deben practicarse con citación de la contraria, salvo
cuando resultase imposible por razón de urgencia en cuyo caso intervendrá el defensor oficial. El
diligenciamiento se hará en la forma establecida para cada clase de prueba.

G) CLAUSURA DEL PERÍODO.


La doctrina ha sostenido que la clausura del término de prueba tiene efecto preclusivo sobre la actividad
probatoria, es decir, que dictándose el decreto de clausura del término de prueba, las partes ya no
pueden mas probar. Esto no significa que cesa la actividad probatoria, puesto que nada impide que se
produzcan las pruebas oportunamente ofrecidas. Inclusive, la actividad probatoria puede continuar en
segunda instancia.
Art. 363 CPCN “El período de prueba quedará clausurado antes de su vencimiento, sin necesidad de
declaración expresa, cuando todas hubiesen quedado producidas, o las partes renunciaren a las
pendientes.”
Suspensión o prórroga. Art. 149 CPCSF “El término de prueba no se suspenderá por ninguna
articulación o incidente, salvo acuerdo de partes o que se invocare fuerza mayor. En este último caso,
el juez decidirá sin sustanciación ni recurso alguno.
Si no se hiciere lugar a la suspensión, se considerará que el término no ha sido interrumpido por la
solicitud.
Si la suspensión se decretare, será necesaria la declaración expresa del juez para que el término vuelva
a cerrar”
Prueba pendiente de producción.Debe tenerse en cuenta que puede clausurarse el término probatorio
aun cuando existan diligencias pendientes de prueba. Dichas pruebas pendientes podrán ser producidas
con posterioridad a la clausura limitándose tan solo a la posibilidad de poder alegar.
Agregación de la producida, art. 154 CPCSF: “cuando se agregan a los autos diligencias de prueba
después de presentados los escritos ordinarios del juicio, las partes podrán alegar sobre su mérito, salvo
que se hubiera dictado ya la providencia de autos.”
Alegatos: según ALSINA, escrito en que las partes examinan la prueba rendida con relación a los
hechos afirmados en la demanda y contestación para demostrar su exactitud o inexactitud. No tiene
forma determinada por la ley pero que debe limitarse a analizar la prueba frente a los hechos afirmados,
estableciendo las conclusiones que de ella deriven.
Es un escrito facultativo para las partes donde, en principio, no pueden afirmarse hechos ni deducirse
pretensiones que no fueron introducidos en los escritos constitutivos del proceso.

Art. 482 CPCN. “Producida la prueba, el prosecretario administrativo, sin necesidad de gestión alguna
de los interesados, o sin sustanciarla si se hiciera, ordenará que se agregue al expediente.
Cumplido este trámite el prosecretario administrativo pondrá los autos en secretaría para alegar; esta
providencia se notificará por cédula y una vez firme se entregará el expediente a los letrados por su orden
y por el plazo de seis días a cada uno, sin necesidad de petición escrita y bajo su responsabilidad para
que presenten, si lo creyesen conveniente el escrito alegando sobre el mérito de la prueba. Se
considerará como una sola parte a quienes actúen bajo representación común.
Transcurrido el plazo sin que el expediente haya sido devuelto, la parte que lo retuviese perderá el
derecho de alegar sin que se requiera intimación. El plazo para presentar el alegato es común.”

H) PROVIDENCIA DE AUTOS. CONCEPTO


Resolución de un juez o de un tribunal que tiene por objeto la ordenación material del proceso. La fórmula
de la providencia se limitará a la determinación de lo mandado y del juez o tribunal que la disponga, sin
más fundamento ni adiciones que la fecha en que se acuerde, la firma o rúbrica del juez o presidente y
la firma del secretario. No obstante, podrán ser sucintamente motivadas sin sujeción a requisito alguno
cuando se estime conveniente
A partir de él comienza el cómputo del plazo para que el juez dicte sentencia y éste puede verse
compelido a hacerlo aun existiendo prueba pendiente.
Llamamiento de autos implicito. Art. 483 CPCN. “Sustanciado el pleito en el caso del artículo 481, o
transcurrido el plazo fijado en el artículo anterior, el secretario, sin petición de parte, pondrá el expediente
a despacho agregando los alegatos si se hubiesen presentado. El juez, acto contínuo, llamará autos para
sentencia.”
Efectos, Art. 484 CPCN. “Desde el llamamiento de autos quedará cerrada toda discusión y no podrán
presentarse más escritos ni producirse más prueba, salvo las que el juez dispusiese en los términos del
artículo 36, inciso 4). Estas deberán ser ordenadas en un solo acto.”

I) RECURSOS ADMISIBLES CONTRA AUTOS RELATIVOS A LA PRUEBA. EFECTOS.


El Art. 156 del CPCSF dice: “Con excepción de lo dispuesto expresamente en contrario ningún auto
relativo a la prueba es apelable; pero procederá el recurso de nulidad de la sentencia dictada en virtud
de un procedimiento en el que se hubiere negado el despacho de alguna diligencia probatoria. Dicho
recurso se tendrá por no interpuesto si se produce en segunda instancia la prueba denegada en primera”.
El único auto en materia de prueba que es apelable es el que niega la apertura del período probatorio.

J) NEGLIGENCIA PROBATORIA. CONCEPTO. HIPÓTESIS PREVISTAS, LEGALES Y


JURISPRUDENCIALES.
La negligencia en la prueba consiste en la pérdida del derecho de producirla que tiene el que la ofreció,
cuando ha ocasionado una demora injustificada, ya sea por acción u omisión.
Caducidad objetiva, siempre la causa de la caducidad será la negligencia de la parte que propuso la
prueba, Legal: Hay casos que no están sujetos a la apreciación judicial y que imponen al juez el deber
de dar por perdido el derecho a producir la prueba de que se trate cuando se verifican los hechos
previstos por la norma.
Caducidad por negligencia: según esta hipótesis puede ser apreciada libremente por el juez -
Jurisprudencial-.
Principios generales:
-El pedido de declaración de negligencia en la producción de prueba tramita por vía incidental.
-Salvo los supuestos de caducidad objetiva, el juez no puede decretar la pérdida del derecho a producir
prueba por negligencia si no lo solicita parte contraria.
-Para que proceda la declaración es necesario que el término de prueba esté vencido o próximo a vencer,
y que no se diligenciará en término.
- No procede el cause de negligencia cuando quien lo efectúa también cuenta con prueba pendiente de
producción y el pedido sólo tiene a hacer perder la realización de la prueba de la contraria.
-En caso de prueba común la carga de diligenciar pesa sobre ambos litigantes, en consecuencia ninguno
de ellos puede pedir la caducidad de la prueba por negligencia, salvo que se haya desistido con suficiente
antelación como para que la contraria asumiera la carga exclusiva, asi puede puede proceder el
requerimiento.
-En caso de duda debe estarse por la amplitud de la prueba y desestimarse el pedido de caducidad por
negligencia.
Art. 148 CPCSF. “Ninguna diligencia de prueba podrá realizarse sin estar consentido el decreto que la
ordene salvo los casos de urgencia previstos en los art. 146 y 272. Fracasada una diligencia de prueba,
se tendrá a su ponente por desistido de la misma, a menos que expresamente la urgiera dentro de tres
días de la fecha en que conste en autos su no producción o que la contraparte lo hiciera dentro del plazo
subsiguiente”

K) PRUEBA COMISIONADA.
El funcionario competente podrá comisionar para la práctica de pruebas a otro servidor público de igual
o inferior categoría de la misma entidad o de las personerías distritales o municipales. En la decisión que
ordene la comisión se deben establecer las diligencias objeto de la misma y el término para practicarlas.
El comisionado practicará aquellas pruebas que surjan directamente de las que son objeto de la
comisión, siempre y cuando no se le haya prohibido expresamente. Si el término de comisión se
encuentra vencido se solicitará ampliación y se concederá y comunicará por cualquier medio eficaz, de
lo cual se dejará constancia. Se remitirán al comisionado las copias de la actuación disciplinaria que
sean necesarias para la práctica de las pruebas. El Procurador General de la Nación podrá comisionar
a cualquier funcionario para la práctica de pruebas, los demás servidores públicos de la Procuraduría
sólo podrán hacerlo cuando la prueba deba practicarse fuera de su sede, salvo que el comisionado
pertenezca a su dependencia.
Art. 151 CPCSF “...Si la diligencia hubiera de practicarse fuera de la casa de justicia y el tribunal no
juzgara necesaria asistir en cuerpo, podrá comisionar a uno de su miembros para recibirla”.
Art. 152 CPCSF “Cuando la prueba deba producirse fuera del lugar del juicio, se dará comisión al juez
que corresponda. Si se tratare de juez de paz, se le oficiará directamente, cualquiera se la circunstancia
a que pertenezca. Los oficios y exhortos serán librados a más tardar, dentro de los dos días de
consentido el decreto respectivo”.
Art. 153 CPCSF “El juez comisionado que sin justa causa no practicare las diligencias probatorias que
le fueren sometidas o que no las practicaren debida forma, responderá a los interesados por los daños
y perjuicios, además de incurrir en penas disciplinarias a que hubiere lugar”.

L) PRESUNCIONES, INDICIOS, PRUEBAS LEVIORES.

Pruebas Leviores: que se definen “como una potestad de los tribunales por las que dadas ciertas
circunstancias se puede tener por acreditado un hecho sin que medie prueba plena al respecto”. Este
concepto fue empleado por Calamandrei para referirse al juicio de verosimilitud fundado en pruebas
leviores, o también llamadas pruebas “prima facie”, existentes en los procedimientos sumarios. El
funcionamiento de la teoría de las pruebas leviores presupone, entendemos, que un determinado hecho
normalmente `fácil´ de probar, se torna en materia de `prueba difícil´ en función de circunstancias que
no guardan relación con el soporte material de la prueba directa respectiva. Es que, caso contrario,
estaríamos frente a una hipótesis, v.gr de `prueba extinguida´ y no de prueba levior". Las pruebas leviores
(livianas, menores) son aquellas que, de acuerdo a las diferentes situaciones, pueden hasta dar por
cierto un hecho sin que sea motivo de prueba efficacior (prueba difícil). Las pruebas leviores rayan con
las presunciones. Por otro lado, el juez las suele utilizar para evaluar la conducta de las partes en el
proceso, "aumentando o disminuyendo el valor de otra prueba"
La Doctrina de las pruebas leviores autoriza al Juzgador, dadas ciertas circunstancias, a tener por
acreditado un hecho, sin que medie prueba acabada al respecto. La constante práctica judicial de
merituar pruebas leviores está respaldada legalmente, porque dicha potestad no es más que una
expresión del principio según el cual los jueces forman su convicción respecto de la prueba de
conformidad con las reglas de la sana crítica.

Presunciones: siguiendo a Pothier se las entiende como las consecuencias que la ley o el juez deducen
de un hecho conocido para afirmar un hecho desconocido. La presunción comporta pues un
razonamiento que partiendo de un hecho determinado y de conformidad con la experiencia referente al
orden normal de las cosas, permite afirmar la existencia del hecho que se desea probar. Las
presunciones pueden ser legales o judiciales. Las primeras pueden ser que admitan prueba en contrato
o no lo hagan; una y otra tienen en común que dispensan a la parte beneficiada por la presunción de la
carga de probar el hecho deducido por la ley pero mientras que las primeras tienen el efecto de invertir
la carga de la prueba transfiriéndolas a la parte contraria– juris tantum-, las segundas juris et de jure, no
admiten prueba alguna. Por su lado las presunciones judiciales se encuentran libradas al criterio del juez
cuyas conclusiones no se hallan sujetas a reglas preestablecidas sino que deben ser fijadas de acuerdo
con los principios de la sana crítica; Sin embargo la ley fija principios a tener en cuenta para que no haya
arbitrariedad por parte del juez, por lo tanto debe tenerse en cuenta: que el hecho o indicio del cual parte
el razonamiento del juez se encuentren debidamente comprobado/ que las presunciones sean varias
graves para producción la convicción del juez precisas concordantes etc./ la mayor parte de la doctrina
sostiene que las presunciones legales no configuran medios probatorios sino reglas jurídicas
sustanciales que gravitan en el proceso sobre la carga de la prueba sea por la inversión o la exención
de la correspondiente actividad, etc.

Indicios: La prueba indiciaria es, ante todo, una verdadera prueba. Esto significa no solamente que sus
resultados deben ser admitidos como válidos por el Derecho sino además –y como condición para lo
primero- que es necesario que tenga las características de seriedad, rigor, consistencia, que toda prueba
debe tener en el campo del Derecho si se quiere que sea utilizada.
La resultante de indicios, conjeturas, señales o presunciones más o menos vehementes y decisivas,
aceptadas por el juez como conclusión de orden lógico y por derivación o concatenación de los hechos”.
Esta prueba se denomina también de indicios, conjetural, circunstancial e indirecta.
El acto, circunstancia o signo suficientemente acreditados a través de los medios probatorios, adquieren
significación en su conjunto cuando conducen al Juez a la certeza en torno a un hecho desconocido
relacionado con la controversia.
Los indicios no son hechos por sí solos sino que son tomados en cuenta en tanto que partes que revelan
-o parecen revelar- un todo necesariamente mayor: son señales que sugieren la conformidad de una
hipótesis y que se definen como señales por su referencia a la hipótesis señalada. El indicio no es,
entonces, cualquier hecho, no es el hecho puro, sino el hecho que se ha logrado integrar dentro de un
razonamiento para indicar algo (indicio, viene ciertamente de indicar). El razonamiento, le otorga el
carácter de indicio al simple hecho. Antes de que haya sido integrado en el razonamiento y que éste sea
suficientemente convincente, el hecho (proximidad de las operaciones de compra de acciones, precio,
etc.) no es todavía ningún indicio. En ese sentido es correcto decir que los hechos se transforman en
indicadores (indicios) sólo por el mérito de un razonamiento lógico exitoso. Antes de eso no significan
nada.

L) VALORACIÓN DE LA PRUEBA. Se habla de apreciar o valorar la prueba al reconocer y estimar el


mérito de las personas o de las cosas. En principio, el juez apreciará la prueba al momento de dar la
sentencia definitiva. Ello no excluye que también aprecie durante su producción. En nuestro derecho,
existen normas que imponen al juez vigilar el desarrollo del proceso y juzgar el valor de las pruebas que
se ofrecen y se van produciendo.
Sistemas de apreciación de las pruebas
* Sistema de apreciación legal de la prueba: En este sistema es el legislador quien le señala al juez
el valor que se debe acordar a cada medio probatorio. Ese valor anticipado es impuesto al magistrado
sin que importe el grado de convencimiento que obtenga en el caso concreto que debe juzgar. Constituye
un antiguo método, del cual no han podido desprenderse en su totalidad las legislaciones modernas.
En nuestro derecho es prueba legal el instrumento público, que hace plena fe hasta que sea agüido de
falso, por acción civil o criminal, de la existencia material de los hechos que el oficial público enuncia
como cumplidos por el mismo, o que han pasado en su presencia. También constituye prueba legal la
confesión judicial.
* Sistema de la libre convicción o de la apreciación en conciencia: el razonamiento del juez no se
apoya necesariamente en la prueba que le exhibe el proceso ni en medios de información que pueden
ser fiscalizados por las partes. Es criticada, porque el juez, al sentenciar, no puede prescindir de la
prueba de autos, sustituyendola por su conciencia.
* Sistema de las reglas de la sana crítica: exige un proceso lógico de razonamiento, debiendo el juez
explicar dicho proceso.. Son pautas valorativas de la prueba, contingentes y variables, que no sólo
involucran un conjunto de reglas de lógica que hacen al buen pensar y la observancia de ciertas máximas
de experiencia, sino también que quien las aplica tenga una clara conciencia del tiempo y lugar donde
actúa. Es decir respetando las reglas de la lógica y las máximas de experiencia.
BOLILLA X
Prueba de confesión.
Concepto. Naturaleza jurídica. Recaudos que debe reunir. Capacidad. Hechos que pueden ser
objetos de la prueba de confesión. (Palacio) El testimonio, al que CARNELUTTI define como "el acto
humano dirigido a representar un hecho no presente", incluye las declaraciones que pueden prestar
tanto las partes como los terceros ajenos al proceso. Según se trate de uno u otro caso, estaremos en
presencia de la prueba de confesión o de la prueba de testigos.
Dentro de la categoría genérica del testimonio, la confesión es la declaración que hace una parte
respecto de las verdades de hechos pasados, relativos a su actuación personal, desfavorables para ella
y favorables para la otra parte.
Tal concepto requiere las siguientes aclaraciones:
5) La confesión debe versar sobre hechos, y no sobre el derecho. Si bien, como se verá, el juez
debe aceptar los términos de la confesión, no pudiendo realizar actividad alguna que comporte
una verificación de su exactitud, ello es solamente en lo que concierne a la materialidad de los
hechos sobre los cuales recae la declaración, mas no respecto de la calificación jurídica que a
esos hechos asigna el confesante. De lo contrario, diríase el contrasentido de que el juez tuviese
que admitir, inclusive, consecuencias jurídicas no previstas o prohibidas por el ordenamiento
legal a que debe atenerse.
Además cabe añadir que esos hechos deben ser: controvertidos, pues no cabe producir prueba
alguna sino sobre hechos respecto de los cuales no hubiere conformidad entre las partes;
verosímiles, o sea conformes a las leyes de la naturaleza; y, no excluidos expresamente por la
ley como materia de confesión
6) La confesión, como especie que es del testimonio, sólo puede tener por objeto hechos pasados.
Una declaración formulada sobre hechos presentes puede constituir, eventualmente, una pericia,
o el contenido de un documento, pero no comporta una confesión.
7) El medio probatorio analizado debe recaer sobre hechos personales o de conocimiento del
confesante, aunque en este último caso la declaración no se refiere al hecho en sí mismo sino
al conocimiento que de él tenga quien confiesa.
8) Los hechos sobre los que versa la confesión deben ser, por último, desfavorables al declarante
y favorables a la otra parte.

Gran parte de la doctrina y de la jurisprudencia erigen en requisito de la confesión la necesidad de que


quien la presta tenga cabal conocimiento de que mediante ella suministra una prueba a su contrario
(aninuts confltendi). Sin embargo, al margen de que la finalidad intencional determinante de la confesión,
en tanto pertenece al fuero íntimo del declarante, resulta insusceptible o de muy difícil comprobación, no
existen razones válidas para exigir a aquél una voluntad o intención específicas, diferenciadas de la
voluntad genérica que requiere todo acto procesal.
Así como la admisión releva al actor de la carga de la prueba respecto de los hechos admitidos, la
confesión prestada por cualquiera de las partes es suficiente para que el juez tenga por existentes los
hechos que han sido objeto de ella, sin necesidad de que se produzcan otras pruebas. De allí que la
confesión constituya la prueba más importante y eficaz que existe en el proceso civil (probatio
probatissima).
En razón de que sólo pueden confesar quienes gozan de capacidad para disponer del respectivo
derecho; que la confesión sólo puede ser revocada cuando concurre alguno de los vicios del
consentimiento; que cuando ella es prestada por el mandatario sólo vincula al mandante siempre que
aquél obre dentro de los límites de sus facultades; etcétera, algunos autores han atribuido a la confesión
el carácter de un negocio jurídico. CHIOVENDA, refutando tal conclusión, sostiene con acierto que esas
equiparaciones han sido establecidas en virtud de las graves consecuencias de hecho que la confesión
genera, pero que, en rigor, aquélla constituye una verdadera prueba legal, cuyo fundamento reside en la
circunstancia de que, en la generalidad de los casos, nadie afirma un hecho que lo perjudica si no está
realmente convencido de su verdad.
Diferencias entre la confesión, el reconocimiento, la admisión y el allanamiento. Aunque a veces
se considera a la admisión de los hechos como una especie de confesión (confesión espontánea),
existen entre ambas instituciones las siguientes diferencias:
c) Mientras que la admisión es un acto que sólo puede provenir del demandado, la confesión puede
ser prestada por cualquiera de las partes.
d) La admisión puede referirse a cualquier clase de hechos, en tanto que la confesión sólo puede
versar sobre hechos personales del confesante.
e) En lo que respecta a su naturaleza, mientras que la admisión constituye un acto procesal de
alegación, la confesión es un medio de prueba.

De acuerdo con el art. 733 CCyC. “el reconocimiento consiste en una manifestación de voluntad, expresa
o tácita, por la que el deudor admite estar obligado al cumplimiento de una prestación". En tanto que el
reconocimiento comporta la admisión de que se ha operado un efecto jurídico (exigibilidad de una
prestación), resulta claro que él supone la confesión de los hechos que han producido ese efecto, pues
mal puede admitirse este último si no se admite también la causa (hechos) que lo han determinado. El
reconocimiento, por lo tanto, constituye una especie dentro del género confesión: puede existir confesión
sin reconocimiento, pero no reconocimiento sin confesión.
Clases de confesión. La doctrina, en general, clasifica a la confesión en:
• Judicial (la confesión que se presta en juicio y con arreglo a las formalidades pertinentes. La validez
de este tipo de confesión requiere, como principio, que ella haya sido prestada ante el juez que
interviene en la causa. Se ha admitido, sin embargo, la validez de la confesión prestada ante otro
juez, siempre que en el proceso respectivo haya sido parte quien pretende beneficiarse con el
resultado de esa prueba) o extra judicial (se presta fuera de juicio);
• espontánea o provocada, según medie o no requerimiento judicial para prestarla;
• expresa (la confesión que importa un reconocimiento terminante y categórico de los hechos
respectivos. Este tipo de confesión reviste carácter vinculatorio para el juez, y es, como principio,
irrevocable) o tácita (cuando se infiere de actitudes asumidas por el litigante contra quien se pide la
prueba: tales son su incomparecencia, sin alegar justa causa, a la audiencia fijada para la absolución
de posiciones, su negativa a contestar categóricamente o sus respuestas evasivas). A diferencia de
la confesión expresa, la confesión tácita (ficta confessio) es susceptible de destruirse mediante
prueba en contrario.
• Simple (cuando se reconoce lisa y llanamente, sin salvedades, el hecho afirmado por la parte
contraria), calificada (cuando, reconociéndose el hecho, se agrega un hecho no independiente que
modifica o limita sus alcances) o compleja (cuando, reconociéndose el hecho, y agregándose
asimismo otro hecho que modifica o limita sus alcances, ambos hechos resultan separables o
independientes);
• Divisible (cuando quien propuso la prueba puede hacerla valer en la parte que lo favorece,
correspondiendo al confesante la prueba del hecho agregado al principal. Como se verá
oportunamente, sólo es divisible la confesión compleja) o indivisible.

Revocabilidad de la confesión. (Palacio) La voluntad del agente constituye uno de los requisitos de
todo acto procesal, aunque carece de la relevancia que tiene en los actos jurídicos de derecho privado.
Es sabido, en efecto, que los actos procesales producen consecuencias jurídicas en la medida en que
se hayan cumplido, a su respecto, las formalidades prescriptas en la ley, con prescindencia de las
motivaciones subjetivas que los determinan. De allí que, como regla, se excluya la aplicabilidad, a los
actos procesales, de las normas que el CCC contiene acerca de los vicios del consentimiento (error,
dolo, violencia).
Se admite, sin embargo, una excepción en el caso de la confesión, en virtud del tratamiento privilegiado
que la ley confiere a su eficacia probatoria. La confesión, por lo tanto, sea judicial o extrajudicial, es
susceptible de revocarse cuando ha sido prestada por error de hecho u otros vicios susceptibles de
anular el consentimiento. Importa dejar aclarado, sin embargo, que tales vicios, como todos los que
pueden afectar a los actos procesales, deben alegarse y probarse en la forma y oportunidad
específicamente previstas por la ley del proceso, pues de lo contrario se presumen consentidos (principio
de convalidación).
Cabe concluir, por consiguiente, que cualquiera de las causales susceptibles de invalidar la confesión
debe ser hecha valer en la forma y modo establecidos, en general, con respecto a las nulidades
procesales, con prescindencia de los plazos de prescripción previstos en el CCC.
Absolución de posiciones. Concepto. Denominase absolución de posiciones a la confesión prestada
en juicio, con arreglo a las formalidades legales, y con motivo del requerimiento formulado por una de
las partes (llámese ponente a quien ofrece este medio de prueba, y absolvente a quien debe prestar la
confesión). Dentro de las clasificaciones, la absolución de posiciones constituye una confesión judicial y
provocada.
No obstante este último carácter, y la circunstancia de que la incomparecencia del litigante citado a
absolver posiciones, su negativa a contestar o sus respuestas evasivas autorizan al juez a tenerlo por
confeso, la institución procesal analizada no es violatoria de la garantía constitucional según la cual
"nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo" (CN, art. 18), pues dicha garantía, según lo tiene
resuelto reiteradamente la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sólo tiene vigencia en el proceso
penal.
Ofrecimiento: oportunidades para proponerla según el tipo de proceso. (Arazi) La prueba de
absolución de posiciones debe ser ofrecida en las siguientes oportunidades:
• En el juicio ordinario, dentro de los diez primeros días del plazo de prueba (art. 367 CPCCN);
• En los juicios sumario y sumarísimo, en el escrito de demanda y contestación. En el primero de
los supuestos –en su caso- con la revocación y la contestación (arts. 486 y 498 CPCCN);
• En los incidentes se deberá ofrecer al promoverse o al contestarse el traslado conferido (arts.
178, 180, 408 CPCCN);
• Como prueba anticipada (art. 326 CPCCN) únicamente se podrá pedir cuando ya se encuentre
iniciado el proceso.
En el juicio ordinario se puede pedir la absolución de posiciones una vez en cada instancia (art. 442
CPCCN). En cambio, en los demás procesos y en los incidentes se puede ofrecer una sola vez y en
primera instancia (arts. 490 y 498 CPCCN).
Art. 157 CPCCSF. “(…) No será permitido usar este medio probatorio más de una vez en cada instancia,
a menos que se haya deducido artículo previo, en cuyo caso se lo admitirá en las mismas condiciones
que con respecto al principal (…)”.
Sujetos a quienes se puede exigir. Art. 158 CPCCSF.- Pueden ser obligados a absolver posiciones:
12) El apoderado con poder especial; pero no será tenido por confeso si declara no contar con las
instrucciones necesarias.
13) Las personas jurídicas y los incapaces, por medio de sus representantes, sobre hechos en que
éstos hayan intervenido personalmente o que deban o puedan conocer en esa calidad.
El juez, de oficio o a pedido de parte podrá interrogar a los menores de más de 14 años. Su
incomparecencia y sus manifestaciones serán apreciadas por el juez en la sentencia de acuerdo
con las demás constancias de autos.
Si se tratare de sociedad o de otro ente colectivo, podrá comparecer a declarar uno cualquiera
de sus componentes, con tal que pueda obligar a la entidad.
Art. 159.- Cuando se tratare de personas de Derecho Público, absolverá posiciones el funcionario
facultado por la ley para representarla, en cuyo caso, se le requerirá por oficio, fijándole un término
prudencial dentro del que habrá de evacuarlas, con los mismos apercibimientos establecidos para los
obligados a comparecer.
Pliego. Posiciones. Contenido y forma de las posiciones. (Palacio) Se llama pliego de posiciones al
conjunto de afirmaciones que el ponente debe formular a fin de que el absolvente se expida sobre ellas
en oportunidad de comparecer a la audiencia que el juez señale a tal efecto.
Las posiciones deben ser:
3) En principio, formuladas por escrito. Aunque el CPN no lo dice expresamente, ello resulta del art.
410, párr. 2º, en cuanto dispone que "el pliego deberá ser entregado en secretaría media hora
antes de la fijada para la audiencia, en sobre cerrado, al que se le pondrá cargo."
4) Claras y concretas (CPN, art. 411).
5) Relativas, cada una de ellas, a un solo hecho (norma citada). Ello no obsta, sin embargo, a que
se admita la posición que verse sobre más de un hecho, cuando éstos se encuentran
íntimamente vinculados entre sí y la posición es clara y concreta.
6) Redactadas en forma asertiva (p.ej.: "Jure Ud. cómo es cierto que recibió X pesos en concepto
de préstamo"). Este requisito, exigido por el art. 411 CPN, se justifica fácilmente si se tiene en
cuenta que, debiendo ser las respuestas del absolvente afirmativas o negativas (id., art. 413), no
existe otra manera de lograr ese resultado como no sea mediante la utilización de proposiciones
asertivas.
7) Relativas a puntos controvertidos que se refieran a la actuación personal del absolvente (CPN,
art. 411).
Dispone también el citado art. 411 que cada posición importa, para el ponente, el reconocimiento
del hecho a que se refiere. En otras palabras, dado que cada posición comporta la afirmación de
un hecho por parte del ponente, tal afirmación hace prueba contra él aun cuando el absolvente
negare el hecho (principio de adquisición, supra, n° 32).
Igualmente, de acuerdo con dicho precepto, el juez puede modificar de oficio y sin recurso alguno
el orden y los términos de las posiciones propuestas por la partes, sin alterar su sentido, así
como eliminar las que fuesen manifiestamente inútiles.
En lo que se refiere a la presentación del pliego de posiciones, establece el art. 410 CPN que la
parte que pone las posiciones puede reservarlas hasta la audiencia en que deba tener lugar la
declaración, limitándose a pedir la citación del absolvente. Lo que hasta aquí dispone esta norma
es, en líneas generales, similar a lo que establecía la legislación anterior. Sin embargo, como
esta facultad de reserva puede permitir al litigante malicioso la posibilidad de preparar dos pliegos
distintos para presentar el más conveniente en el caso de inasistencia del absolvente, el mismo
artículo prescribe que el pliego debe ser entregado en secretaría media hora antes de la fijada
para la audiencia, en sobre cerrado al que se le pondrá cargo. De este modo se allana la
posibilidad señalada.
CPCCSF: Art. 160.- La parte que pidiere la absolución de posiciones deberá presentarlas por escrito en
el momento de ofrecer esta prueba, ya en pliego cerrado, pidiendo que se reserve su apertura hasta el
momento de la audiencia, ya abierto. En este último caso, a solicitud del ponente, el citado podrá
contestarlas por escrito antes del día designado con los mismos apercibimientos y efectos que si
hubieren sido absueltas en audiencia.
Art. 161.- Cada posición contendrá un solo hecho concreto, y será susceptible de respuesta afirmativa o
negativa. Las partes tendrán, no obstante, el derecho de formular también preguntas relativas a las
cuestiones en debate con la condición de que sean claras y no induzcan a error. En el primer caso, si el
absolvente se negare a responder o lo hiciera en forma evasiva, será tenido por confeso en la sentencia.
En el segundo, la negativa a contestar o las respuestas evasivas podrán surtir el mismo efecto o constituir
presunciones en su contra, de acuerdo con lo que resultare de los demás elementos de juicio reunidos
en autos, según prudente apreciación del juez.
Preguntas recíprocas. El juez —prescribe el art. 415 del CPN en su versión resultante de la ley
25.488— podrá interrogar de oficio a las partes en cualquier estado del proceso y éstas podrán hacerse
recíprocamente las preguntas y observaciones que juzgaren convenientes, en la audiencia que
corresponda, siempre que el juez no las declare superfluas o improcedentes por su contenido o forma.
La norma transcripta contempla dos situaciones diversas. Por un lado faculta al juez para convocar a las
partes en cualquier estado del proceso a fin de interrogarles sobre cualquier hecho que fuese conducente
para la averiguación de la verdad de los hechos controvertidos, es decir sobre aquellos que hayan sido
alegados en los escritos de demanda, reconvención y contestación de ambas. Se trata, en rigor, de una
reproducción del precepto contenido en el art. 36, inc. 4º, sub inc. a), con la única variante de que, en la
misma audiencia a la que fueron convocadas de oficio, las partes están facultadas para hacerse
recíprocamente las preguntas que juzguen convenientes acerca de esos mismos hechos.
Por otro lado, el art. 415 se refiere a la posibilidad de que, en la audiencia de absolución de posiciones,
las partes se dirijan ese tipo de preguntas, sea para aclarar el sentido de una posición o para precisar el
alcance de una respuesta, siempre que el juez no las declare superfluas por su contenido o forma. En
relación con este último extremo interesa destacar que las preguntas de que se trata no deben
formularse, como las posiciones, en forma asertiva, sino como interrogaciones encaminadas a eliminar
cualquier obscuridad o imprecisión en el contenido de las posiciones o de las respuestas del absolvente.
Ellas sólo pueden versar, por consiguiente, sobre los hechos que hayan sido objeto de la prueba de
confesión. En la misma audiencia también el juez, de oficio, puede interrogar a ambas partes, aunque
sin esa limitación.
Procedimiento para el examen del absolvente. Fijación de audiencia. Obligación de comparecer.
Juez ante el cual debe presentarse. Citación. Apercibimientos. Efectos de la inasistencia. Justa
causa de ausencia. (Arazi) El art.409 párrafo primero CPCCN comienza diciendo “El que deba declarar
será citado por cédula”. En ella se deberá hacer saber al absolvente el día y hora de la audiencia a tales
efectos; ello bajo apercibimiento de que si dejare de comparecer sin justa causa será tenido por confeso
en los términos del art. 417 CPCCN. Asimismo, la parte puede notificarse personalmente, dejándose
constancia en el expediente.
La última parte del artículo dispone expresamente que no procede citar por edictos para la absolución
de posiciones.
En el párrafo segundo del art. 409, se prevé que la cédula de notificación deberá diligenciarse “con tres
días de anticipación por lo menos” y “en casos de urgencia debidamente justificada ese plazo podrá ser
reducido por el juez, mediante resolución que en su parte pertinente se transcribirá en la cédula; en este
supuesto la anticipación en su diligenciamiento o podrá ser inferior a un día”.
Si la persona que se intenta notificar no recibe la cédula con la anticipación señalada precedentemente
no tiene la carga de comparecer y, por lo tanto, o es aplicable lo dispuesto en el art. 417 CPCCN.
El art. 409 recoge la reiterada jurisprudencia sobre el domicilio donde debe hacerse la notificación,
estableciendo que la parte que actúa por derecho propio será notificada en el domicilio constituido; por
tanto, a quién está representado por apoderado se le notificará en el domicilio real.
Es válida la notificación en el domicilio real de la parte que actúa por derecho propio y tiene domicilio
constituido en otro lugar si la diligencia se practicó con la misma interesada. Si o se denuncio el domicilio
real de la parte representada la notificación debe ser practicada en el domicilio constituido y, en defecto
de este, es válida la notificación automática en los términos del art. 41 CPCCN.
Antes de la sanción de la ley 22.434 se discutía si la aduciencia fijada pata que el incompareciente
absuelva poiciones debía ser notificada por cedula o si quedaba notificado por ministerio de la ley.
Actualmente hay que distinguir si se pidió o no la delcaracion de rebeldía del incompareciente; en el
primer caso, se aplicarán los arts. 59 y 62 CPCCN, que no contemplan la citación a absolver posiciones
enter las excepciones a la regla general, referida a la notificación por ministerior de la ley.
Si no se solicitó la declaracionde rebeldía, quien no compareció deberá ser notificado por cedula en el
domicilio real de la audiencia designada para la absolución de posiciones.
Si la apete que debe absolver posiciones tiene sy domicilio real fuera de la jurisdicción del tribunal donde
tramite el proceso y no procede la delcaracion de apoderados, corresponde considerar lla distancia
existene entre dicho domiclio y la sede del tribunal.
Si fuese menor de 300 km.,debe comparecer a declarar a la sede del tribunal y se lo citará por cedula a
diligenciatse por el sistema de la ley 22.172. cuando la distancia fuese mayor de 300 km. El absolvente
tiene derecho a que la audiencia se celebre ante el juez de su domiclio, eximiéndolo de trasladarsea la
sede el juzzago.
Aun en el supuesto de que el domiclio del absolvente se hallarse fuera de la Republica, si está a menos
de 300 km. Deberá concurrir a absolver posiciones ante el juez de la causa, en cuyo caso la citación se
hará por exhorto diplomático.
La notificación bajo responsabilidad no rige para la citación a absolver posiciones.
El ponente queda notificado por ministerio de la ley de la audicencia respectiva.
Ausencia por enfermedad: Art. 418 CPCCN.- En caso de enfermedad del que deba declarar, el juez o
uno de los miembros de la Corte o de las cámaras, comisionado al efecto, se trasladará al domicilio o
lugar en que se encontrare el absolvente, donde se llevará a cabo la absolución de posiciones en
presencia de la otra parte, si asistiere, o del apoderado, según aconsejen las circunstancias.
Art. 419 CPCCN.- La enfermedad deberá justificarse con anticipación suficiente a la audiencia, mediante
certificado médico. En éste deberá consignarse la fecha, el lugar donde se encuentra el enfermo y el
tiempo que durará el impedimento para concurrir al tribunal. Si el ponente impugnare el certificado, el
juez ordenará el examen del citado por un médico forense. Si se comprobase que pudo comparecer, se
estará a los términos del art. 417, párrafo primero.
Ausencia del país: Art. 421 CPCCN.- Si se hallare pendiente la absolución de posiciones, la parte que
tuviere que ausentarse del país, deberá requerir al juez que anticipe la audiencia, si fuere posible. Si no
formulare oportunamente dicho pedido, la audiencia se llevará a cabo y se tendrá a dicha parte por
confesa, si no compareciere.
Desarrollo de la audiencia. Formulación de las posiciones. Respuestas. Facultades ampliatorias
del ponente y del juez. Posiciones sobre los mismos hechos. Una vez citado, el absolvente deberá
comparecer en el día y hora fijados. En principio, las audiencias comenzarán a la hora señalada, teniendo
las partes la obligación de esperar treinta minutos, transcurridos los cuales se pueden retirar dejando
constancia de su comparecencia en el libro de asistencia (art. 154 inc. 4 CPCCN).
En la audiencia para absolver posiciones, el juzgado debe esperar hasta media hora al absolvente;
estando éste puede comenzarla a la hora exacta (art. 417 CPCCN). Iniciado el acto, el absolvente
prestará juramento o promesa de decir verdad y luego comenzará a contestar a tenor del pliego que
obraba en secretaria o se agrega en ese momento, según el caso.
El pliego podrá ser modificado de oficio por el juez y sin recurso alguno, en cuanto al orden y los términos
de las disposiciones propuestas, sin alterar su sentido.
Asimismo, se podrán eliminar las posiciones que fuesen manifiestamente inútiles (art. 411 CPCCN), El
absolvente responderá por sí mismo de palabra y en presencia del contrario, si asistiese, sin valerse de
consejos ni de borradores, pero el juez podrá permitirle la consulta de anotaciones o apuntes, cuando
debe referirse a nombres, cifras u operaciones contables, o cuando así lo aconsejaren circunstancias
especiales. No se interrumpirá el acto por falta de dichos elementos, a cuyo efecto el absolvente podrá
recurrir a la audiencia provisto de ellos (art. 412 CPCCN).
El art. 413 CPCCN reafirma la posibilidad de que las posiciones se refieran a hechos de terceros, al
expresar en su primer párrafo: “Si las posiciones se refieren a hechos personales”, de lo que se infiere
que no siempre se trata de tales hechos, a pesar de la categórica redacción del art. 411. Es suficiente
que el absolvente tenga conocimiento de esos hechos aun cuando no haya intervenido personalmente.
Cuando se trate de hechos en los cuales el absolvente no intervino, este podrá responder que los
desconoce.
Sin embargo, la actitud de quien niega a responder sobre circunstancias que, si bien en estricto sentido,
no serían hechos personales suyos pero que, sin duda, son de su conocimiento, cabe considerarla como
un indicio en su contra.
La parte que estimase pertinente una pregunta está facultada para negarse a contestarla, en la
inteligente de que el juez podrá tenerla por confesa si al sentenciar la juzgare procedente. De ello solo
se dejará constancia en el acta, sin que la cuestión pueda dar lugar a incidente o recurso alguno. La
posición es impertinente cuando no se refiere a puntos controvertidos, reitera una posición ya formulada
y, en general, cuando no se ajusta a lo establecido por el art. 411 CPCCN.
El abogado puede indicar al confesante que no conteste la posición, por ser ella impertinente, pero no
está facultado para aconsejar a su patrocinado sobre la forma de responder.
Las declaraciones serán extendidas por el secretario a medida que se presente, conservando, en cuanto
sea posible, el lenguaje de lo que se hubiera declarado. Terminado el acto, el juez hará leer el acta y
preguntará a las partes su tienen algo que agregar o rectificar. Lo que agregaren o rectificaren se
expresará a continuación, firmando los comparecientes, el juez y el secretario.
CPCCSF: Art. 162.- Solicitada la absolución de posiciones, se decretará día y hora de audiencia y el
apercibimiento de que si el citado no compareciera sin justa causa o no concurriere a la que nuevamente
se determine cuando ésta exista o si compareciendo se negare a declarar, será tenido por confeso en la
sentencia. La citación del absolvente deberá hacerse con una anticipación no menor de tres días al del
acto, en el domicilio real de aquél. Si fueren varios los que hayan de absolver iguales posiciones se las
recibirá en el mismo día evitando que se comuniquen. La absolución de posiciones debe prestarse ante
el juez de la causa si el absolvente reside dentro de su jurisdicción; en caso contrario, ante el juez del
mismo grado y fuero que corresponda al domicilio del absolvente.
Art. 163.- Cuando por imposibilidad del que debe comparecer hubiera de tomársele la declaración en su
domicilio, según lo decida el juez a su prudente arbitrio, podrá recibirla éste, sin asistencia de la parte
contraria, ni de su abogado o apoderado, o procederse como en el caso de pliego abierto. En uno y otro
supuesto, la parte contraria podrá pedir, dentro de tres días de realizada la diligencia, que en igual forma
se amplíen o aclaren los puntos dudosos de la declaración prestada, presentándose pliego de posiciones
o preguntas.
Art. 164.- El absolvente podrá consultar apuntes para auxiliar la memoria, con permiso del juez; pero no
valerse de consejos o borradores de respuestas. Si se negara a responder sosteniendo que la pregunta
es ilícita, que tiende a someterlo a juicio criminal o que afecta su honor; el juez resolverá inmediatamente,
sin substanciación ni recurso alguno.
Art. 165.- El abogado y el apoderado del absolvente podrán formular a la otra parte, si estuviere presente,
por intermedio del juez y en la medida que éste lo permita, preguntas ampliatorias o aclaratorias de los
hechos que hayan sido materia de las posiciones. El ponente, podrá ampliar las posiciones o formular
nuevas preguntas. Iguales facultades tendrá el juez. No se admitirán nuevas posiciones sobre los
mismos hechos que hayan sido objeto de alguna anterior.
Confesión simple, calificada y compleja. Confesión divisible e indivisible. Remitir a clases de
confesión.
La confesión extrajudicial. La confesión extrajudicial, o sea aquella que se presta fuera de juicio, se
halla sometida a los mismos requisitos de la confesión judicial en lo que respecta a la capacidad del
confesante y al objeto sobre el cual puede recaer.
El art. 425 CPCCN dispone que la confesión hecha fuera de juicio, por escrito o verbalmente, frente a la
parte contraria o a quien la represente, obliga en el proceso siempre que esté acreditada por los medios
de prueba establecidos por la ley. La norma excluye la admisibilidad de la prueba de testigos cuando no
hubiere principio de prueba por escrito, pero tal exclusión debe considerarse circunscripta al caso de
que la confesión entrañe el reconocimiento de una obligación y ésta tenga por objeto una cantidad que
exceda la tasa legal. La prueba testimonial es admisible, aun cuando no exista principio de prueba por
escrito, si la confesión versa sobre simples hechos o sobre, una obligación cuyo monto sea inferior a
dicha tasa (en la actualidad económicamente licuada).
La confesión extrajudicial hecha frente a la parte contraria o a su representante constituye, con la
limitación señalada, plena prueba respecto de los hechos sobre los cuales versó y, por lo tanto, releva a
la parte a cuyo favor se ha formulado, de la carga de producir otros medios probatorios. En cambio, la
confesión hecha fuera de juicio a un tercero sólo constituye fuente de presunción simple (CPCCN, art.
425, párr. 2).
Excepciones al principio de la indivisibilidad. Art. 167 CPCCSF.- La confesión es indivisible, a menos
que el interesado produzca prueba concluyente de la inexistencia de los hechos, con que haya sido
calificada o aquélla tuviera en su contra una presunción legal o fuera de todo punto inverosímil.
Art. 424 CPCCN.- En caso de duda, la confesión deberá interpretarse en favor de quien la hace. La
confesión es indivisible, salvo cuando:
) El confesante invocare hechos impeditivos, modificativos o extintivos, o absolutamente
separables, independientes unos de otros.
) Las circunstancias calificativas expuestas por quien confiesa fueren contrarias a una presunción
legal o inverosímiles.
) Las modalidades del caso hicieren procedente la divisibilidad.
Confesión ficta. Distintos supuestos. Valor probatorio. La confesión expresa, prestada en juicio,
constituye en principio plena prueba de la verdad de los hechos que han sido materia de ella y no es
susceptible de destruirse mediante prueba en contrario, aunque, como se verá, puede revocarse en el
caso de resultar acreditado que fue prestada por error, dolo o violencia.
Dice al respecto el art. 423 CPCCN que "la confesión judicial expresa constituirá plena prueba, salvo
cuando:
3. Dicho medio de prueba estuviere excluido por la ley respecto de los hechos que constituyen
el objeto del juicio, o incidiere sobre derechos que el confesante no puede renunciar o
transigir válidamente.
4. Recayere sobre hechos cuya investigación prohíba la ley.
5. Se opusiere a las constancias de instrumentos fehacientes de fecha anterior, agregados al
expediente".
Prescribe el art. 417 CPCCN que "si el citado no compareciese a declarar dentro de la media hora fijada
para la audiencia, o si habiendo comparecido rehusare responder o respondiere de una manera evasiva,
el juez, al sentenciar, lo tendrá por confeso sobre los hechos personales, teniendo en cuenta las
circunstancias de la causa y las demás pruebas producidas. En caso de incomparecencia del absolvente,
aunque no se hubiere extendido acta, se aplicará lo establecido en el párrafo anterior, si el ponente
hubiere presentado oportunamente el pliego de posiciones y el absolvente estuviere debidamente
notificado". Resulta, en consecuencia, que el juez, en oportunidad de dictar sentencia, se halla
autorizado para tener por confeso (confesión ficta), al litigante que, citado para absolver posiciones bajo
apercibimiento, dejare de concurrir, sin justa causa, o al que, compareciendo, rehusare responder o lo
hiciere de una manera evasiva.
La confesión ficta produce los mismos efectos que la confesión expresa en cuanto hace a la admisión
de los hechos contenidos en la posición o posiciones de que se trate, pero, a diferencia de aquélla, es
susceptible de desvirtuarse mediante prueba en contrario.
Tal es la solución que surge del texto del art. 417 CPN en tanto éste condiciona la configuración de la
ficta confessio a la valoración de "las circunstancias de la causa". Se ha resuelto, por ello, que aquel tipo
de confesión carece de valor absoluto, y que su eficacia probatoria debe apreciarse en función de todos
los elementos de juicio que obran en el proceso.
Art. 168 CPCCSF.- La confesión ficta no tendrá la fuerza de la expresa cuando fuera opuesta al contenido
de documentos fehacientes de fecha anterior.
Valor de la confesión judicial provocada. Art. 166 CPCCSF.- La confesión judicial provocada, aunque
sea ante juez incompetente, hace plena prueba contra el confesante, salvo:
c) Cuando recayere sobre hechos cuya investigación o reconocimiento prohíbe la ley.
d) Cuando comprometa derechos que no se pueden renunciar o sobre los que no está permitido
transigir.
e) Cuando sea prestada por quien no tiene plena capacidad para realizar los hechos sobre que
versa.
f) Cuando se pruebe de un modo indudable que ha sido el resultado de un error.
La manifiesta falsedad en que incurra el confesante que revele la intención de entorpecer el
esclarecimiento de los hechos investigados, autoriza al juez, de acuerdo con las circunstancias del
proceso, a tener por exactas las afirmaciones contenidas en el pliego de posiciones o preguntas.
Pluralidad de absolventes.
BOLILLA XI
Prueba pericial
Concepto. Naturaleza jurídica. (Arazi) Es el medio por el cual personas ajenas a las partes, que tengan
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o profesión y que han sido previamente designadas en
un proceso determinado, perciban, verifican hechos y los ponen en conocimiento del juez, y dan su
opinión fundada sobre la interpretación y apreciación de éstos, a fin de formar la convicción del
magistrado, siempre que para ello se requieran esos conocimientos.
Se le ha negado a esta prueba tal carácter. Alsina afirma que la función de perito no constituye una
prueba aunque el Código así la denomine, sino un medio para la obtención de una prueba, puesto que
sólo aporta elementos de juicio para su valoración. La prueba estará constituida por el hecho mismo y
los peritos no hacen sino ponerlo de manifiesto. “Son tan sólo uno de los muchos elementos integrantes
de ese conjunto de operaciones intelectuales que es menester realizar para dictar su sentencia”.
Aun así, Arazi entiende que es un medio de prueba y que ello no impide considerar a los peritos como
auxiliadores y colaboradores del juez y pretender que el dictamen pericial obligue al magistrado, ya que,
como todo medio será apreciado por el juzgador de conformidad con las reglas que rigen para la
valoración de las pruebas.
El perito tiene que tener plena capacidad, reunir las condiciones de idoneidad, aceptar el cargo en debida
forma y, en el supuesto de carecer de título habilitante por tratarse de una profesión no reglamentada,
prestar juramento o promesa de desempeñar el cargo fielmente. Este último requisito no procede cuando
la profesión está reglamentada, porque ya fue cumplido cuando se lo autorizó para el ejercicio de la
profesión.
Pertinencia.
Casos de exigencia legal de la prueba de peritos. Diversas normas legales requieren esta prueba
como medio forzoso para acreditar determinados hechos.
➢ Art. 99 CCC, que impone el nombramiento de peritos médicos para determinar la edad de las
personas en ciertos supuestos.
➢ Art. 47 CCC, sobre cesación de la incapacidad (establece un grupo interdisciplinario).
Nombramiento de peritos. Número, puntos de pericia, designación. Art. 186 CPCCSF.- El dictamen
pericial será decretado cuando cualquiera de las partes lo solicitare o el juez lo creyere necesario. La
diligencia pericial será practicada por tres peritos si las partes no convinieren que sea uno solo o el juez
lo dispusiere así por tratarse de un asunto de poco valor. Los peritos serán nombrados por los litigantes,
de común acuerdo, o por el juez en su defecto.
Art. 187 CPCCSF.- El juez, al decretar el examen pericial, determinará con precisión los puntos a que
deba contraerse y convocará a las partes a una audiencia para el nombramiento de peritos. En el mismo
auto, el juez fijará el plazo dentro del cual deberá presentarse el dictamen. Dicho plazo se contará desde
la última aceptación de cargo, en su caso. Además, las partes pueden pedir en la misma audiencia que
el juez amplíe sus preguntas, indicando puntos concretos para que éste las redacte teniendo en cuenta
en lo pertinente lo que dispone el artículo 204.
Art. 188 CPCCSF.- Si los litigantes no comparecieren a la audiencia, lo hiciere uno solo o no se pusieran
de acuerdo, se hará el nombramiento de oficio. En tal caso, si existiera lista de los peritos que haya de
nombrarse, la designación recaerá en el que corresponda, según el orden de colocación en la nómina;
de no haberla, el juez hará una de tres por cada uno de los que deban dictaminar, y nombrará a los que
designe la suerte. La lista se formará de personas que tengan título en la ciencia, arte u oficio de que se
trate, emanado de instituciones argentinas si la profesión u oficio estuviere reglamentada. Si no lo
estuviere o, si estándolo, no hubiere perito en el lugar del juicio, podrá formarse con personas entendidas
o prácticas. En este caso, antes de verificarse el sorteo, cada uno de los interesados tendrá derecho a
eliminar un perito de la lista por cada tres.
Aceptación del cargo, juramento. Art. 189 CPCCSF.- Los peritos están obligados a aceptar el
nombramiento si tienen título en la ciencia, arte o industria de que se trate o la ejercen profesionalmente.
Podrán rehusar su aceptación por las mismas razones que los testigos pueden rehusar su declaración.
Si dentro de los tres días de ser notificados, no aceptaren el cargo o lo rehusaren sin causa debidamente
fundada, serán, de oficio, eliminados de la lista de nombramientos respectiva, no incluídos en la
correspondiente al año siguiente y pasibles de multa de hasta veinte días multa. El auto que así lo
disponga, será apelable en relación. La notificación del nombramiento se realizará por cédula en cuyo
pie vayan transcriptos este artículo y el 194.
Art. 191 CPCCSF.- Los peritos aceptarán el cargo ante el actuario, bajo juramento o afirmación de
desempeñarlo legalmente. Si algún perito no compareciere o no aceptare el cargo, se procederá a nuevo
nombramiento, sin perjuicio de las demás medidas previstas por el artículo 189.
Recusación. El perito designado por el juez podrá ser recusado por justa causa dentro del quinto día
de notificado el nombramiento por ministerio de la ley (art. 465 CPCCN). Son causales de recusación
del perito las previstas respecto de los jueves, también la falta de título y la incompetencia en la materia
e que se trate, en el supuesto de que se haya prescindido del título habilitante por no estar la profesión
reglamentada, o en el lugar del proceso no hubiere perito que tuviese ese título.
Art. 190 CPCCSF.- Los peritos nombrados de común acuerdo pueden ser recusados por causas
posteriores a su nombramiento y los que hubieren sido nombrados de oficio, también por causa anterior,
todo de acuerdo con lo establecido para las recusaciones.
Excusación.
Oportunidades. Renuncia. Art. 195 CPCCSF.- Si alguno de los peritos nombrados de común acuerdo
no aceptara o cesara en el cargo, el nombramiento quedará sin efecto respecto de los otros. Si la
designación se hubiere hecho de oficio, se procederá al reemplazo del cesante.
Desarrollo de la prueba. Realización de la diligencia. Art. 193 CPCCSF.- Los peritos practicarán
unidos la diligencia si no hubiere razón especial para lo contrario. Los litigantes podrán asistir a ella, por
sí o por delegados técnicos, y hacerles las observaciones que creyeren necesarias, pero deberán
retirarse cuando aquellos pasen a discutir o a deliberar (…).
Presentación del dictamen. Contenido del mismo. Agregación. Art. 192 CPCCSF.- Si el objeto del
reconocimiento pericial fuere de tal naturaleza que los peritos puedan dar su dictamen inmediatamente,
serán examinados acto continuo, en audiencia pública y en forma prevenida para los testigos.
Si el reconocimiento pericial exigiere estudio o examen previo, el juez señalará el término que considere
suficiente para que se expidan.
Art. 193 CPCCSF.- (…) El dictamen será dado por escrito, con copia para las partes, dentro del término
fijado y se presentarán tantos cuantas sean las opiniones diversas. El juez podrá disponer de oficio o a
solicitud de parte, que se amplíe el dictamen, observando las reglas prescriptas en el artículo 187.
Impugnación de la pericia. Oportunidad. (Arazi) Al contestar el traslado las partes pueden pedir al juez
que el perito de explicaciones en audiencia o por escrito.
En uno y otros casos, las partes y los consultores técnicos o, en defecto de estos, los letrados, podrán
observar lo que fuera pertinente: si las explicaciones se dieran en una audiencia, tales observaciones se
harán en el mismo acto, y si fueran por escrito, dentro del quinto día de notificadas por ministerio de la
ley.
En las audiencias rige el principio general según el cual las partes deben preguntar por medio de su
letrado y, en el caso de la prueba pericial, también mediante consultores técnicos si los hay.
Asimismo podrán las partes impugnar el peritaje, ya sea por defectos formales o por su contenido. La
falta de impugnaciones, pedido de explicaciones u observaciones a las explicaciones que diere el perito
no es óbice para que la eficacia probatoria pueda ser cuestionada por los letrados hasta la oportunidad
de alegar. En relaciones con las impugnaciones, cabe hacer algunas distinciones según los defectos que
se aleguen.
- Impugnación por defectos formales. En este caso, y siempre que los vicios sean subsanables
por el consentimiento expreso o tácito de las partes, la falta de impugnación dentro del plazo
de cinco días, a contar desde la notificación del traslado, impide que posteriormente se
alegue la nulidad del acto (art. 170 CPCCN).
- Impugnación del contenido del peritaje y critica de su eficacia probatoria. En este supuesto,
la impugnación se puede hacer en dos oportunidades:
• Dentro del quinto día a contar desde que se notificó el traslado del peritaje;
• Si no se ha hecho en ese plazo, en la oportunidad de presentar el alegato.

Pero la falta de impugnación en el aspecto que estamos considerando, no obliga en manera alguna al
juzgador, quien de oficio puede ordenar al perito que dé explicaciones, y también disponer que se
practique otro peritaje, que se perfeccione o amplíe el anterior, por el mismo perito por otro a su elección,
y en la sentencia se puede apartar del dictamen aun cuando nada hayan dicho las partes. Desde este
punto de vista es incorrecto decir que el dictamen está consentido por las partes, ya que se puede
consentir algún vicio del procedimiento pero no la eficacia de un medio de prueba destinado a formar la
convicción del juez.
- Inapelabilidad de la providencia que resuelve sobre la impugnación del peritaje. Si las
observaciones de las partes se dirigen a restar eficacia probatoria al dictamen, ello se tendrá
presente para el momento de sentenciar; si se piden explicaciones al perito o se impugna el
peritaje por vicio formales que lo invalidan, la resolución del juez que provee tal petición es
inapelable en merito a lo dispuesto por el art.379 CPCCN.

Remoción del perito. (Arazi) Procede la remoción del perito en los siguientes casos:
➢ Si después de aceptado el cargo renunciare sin motivo atendible;
➢ Si rehúsa dar su dictamen;
➢ Si no presenta el peritaje dentro del plazo fijado o, en su caso, dentro del previsto en el art. 406
del CPCCN (15 días).

La remoción del perito puede determinar que se lo excluya de la lista de nombramientos de oficio pero
no implica responsabilidad penal dado que en el proceso civil ser perito no es una carga pública, no
siendo aplicable lo dispuesto en el art. 243 CP.
La remoción del perito que ha acepta el cargo, producido por no presentar el peritaje, puede originar la
condena a pagar los gatos de diligencias frustradas y los daños y perjuicios ocasionados a las partes, si
éstas lo reclamasen. El monto de los daños se establecerá en el mismo proceso por vía incidental. En
todos los casos el perito reemplazado perderá el derecho a cobrar honorarios (art. 470 CPCCN).
Art. 194 CPCCSF.- Vencido el término sin que el o los peritos presenten su dictamen o ampliación, serán
reemplazados. Además, excluídos de oficio, de la lista respectiva por el año en curso y el siguiente y
pasibles de multa de hasta veinte días multa. El auto que disponga la exclusión y la multa será apelable
en relación.- (Artículo 194 modificado por el Artículo 1 de la Ley N° 9273)
Falta de interés en la pericia. (Arazi) Al contestar el traslado del ofrecimiento de la prueba pericial y de
los puntos que serán objeto de ella, la parte contraria a la que la ofreció podrá manifestar que no tiene
interés en el peritaje y que se abstendrá, por tal razón, de participar en él.
Art. 198 CPCCSF.- Si alguna de las partes manifestara no tener interés en la peritación, ésta se hará a
cargo de quien la hubiere solicitado, excepto cuando la primera resultare condenada en las costas del
juicio y la diligencia hubiere sido necesaria para la solución del pleito; circunstancia, esta última, que el
juez consignará en la sentencia.
Delegado técnico. Concepto funciones. (Palacio) El art. 458 CPCCN in fine, acuerda a cada una de
las partes la facultad de designar un consultor técnico.
Si bien el consultor técnico debe ser una persona especializada en alguna ciencia, arte, industria o
actividad técnica, se diferencia del perito, en sentido estricto, en la circunstancia de que, mientras éste
reviste el carácter de un auxiliar del juez o tribunal y, por lo tanto, adquiere su condición procesal a raíz
del nombramiento judicial y de la subsiguiente aceptación del cargo, el consultor técnico es un verdadero
defensor de la parte, quien lo designa para que la asesore en los ámbitos de la técnica ajenos al
específico saber jurídico.
Art. 461 CPCCN.- El consultor técnico podrá ser reemplazado por la parte que lo designó; el
reemplazante no podrá pretender una intervención que importe retrogradar la práctica de la pericia.
Los honorarios del consultor técnico, en tanto comportan un gasto del proceso, integran la condena en
costas (art. 461 CPCCN, in fine), pero su pago se halla a cargo exclusivo de la parte que lo designó si,
impugnada por el adversario la procedencia de la prueba, de la sentencia resulta que aquélla no
constituyó uno de los elementos de convicción coadyuvantes para la decisión, o la otra parte manifestó
oportunamente su carencia de interés en la pericia, salvo que el fallo haya hecho mérito de ésta para
resolver a su favor (CPCCN, art. 478).
Deber de cooperación de las partes en la realización de la prueba pericial. Sanciones.
Valoración de la prueba pericial. Art. 199 CPCCSF.- El juez no estará obligado a seguir el dictamen
pericial y deberá apreciar el mérito de la prueba según su criterio

Prueba testimonial.
Concepto. Generalidades. Caracteres. (Arazi) Se denomina prueba de testigos o testimonial a las
declaraciones emitidas en el proceso por personas físicas (no personas jurídicas), distintas de las partes
y sin vinculación con el órgano judicial, acerca de sus percepciones de hechos pasados o de lo que han
visto u oído sobre éstos.
El testimonio debe versar sobre cualquier clase de hechos, con la limitación propia de las pruebas en
general.
De igual manera, no debe limitarse el concepto de la prueba de testigos a la declaración sobre hechos
que han caído bajo el dominio de los sentidos de quien la hace; ya que el testigo puede declarar sobre
hechos que no haya percibido directamente sino que le han sido narrados por otros. La declaración
puede también contener juicios lógicos o deducciones del testigo.
El carácter de testigo se adquiere cuando el juez ordena recibir la declaración; una persona no puede
presentarse a declarar espontáneamente; el testimonio debe solicitarlo alguna de las partes u ordenarlo
el juez de oficio.
Además, el testigo debe ser mayor de 14 años (art. 426 CPCCN). Esa edad mínima debe tenerla en el
momento de declarar, aunque haya sido menor cuando percibió el hecho sobre el cual declara. Aun así,
cuando el juez lo considere indispensable, puede recibir la declaración de personas menores de 14 años.
Las declaraciones no pueden considerarse a favor ni en contra de ninguna de las partes; el testigo
declara lo que sabe, sin tener en cuenta las consecuencias que sus declaraciones puedan tener en el
proceso.
Clases de testigos. Los testigos pueden clasificarse desde dos puntos de vista: el de la admisibilidad y
el de la eficacia o atendibilidad de su testimonio.
- Un testigo es admisible cuando la ley no prohíbe su declaración, sea con carácter general o
en el caso de que concurran determinadas circunstancias. Si media una prohibición legal, el
testigo comprendido en ella se denomina excluido.
Pueden sub clasificarse según que la ley prohíba que sean citados a declarar:
✓ En cualquier juicio (menores de catorce años);
✓ En contra o a favor de ciertas personas (refiere el art. 427 CPN en tanto dispone que "no podrán
ser ofrecidos como testigos los consanguíneos o afines en línea directa, ni el cónyuge aunque
estuviere separado legalmente, salvo si se tratase de reconocimiento de firmas").
✓ Respecto de determinados actos (testigos de un instrumento público, quienes no pueden ser
llamados a declarar en tanto su testimonio tenga por objeto contradecir, variar o alterar el
contenido del instrumento).
- Los testigos son atendibles o inatendibles de acuerdo con la valoración que el juez haga de
su testimonio en oportunidad de dictar sentencia definitiva. Esta apreciación debe efectuarla
de conformidad con las reglas de la sana crítica, atendiendo a las circunstancias o motivos
que corroboren o disminuyan la fuerza de dichas declaraciones (CPCCN, art. 458).

Ofrecimiento. Oportunidad. Formalidades. Art. 200 CPCCSF.- Al ofrecerse la prueba testimonial, será
necesario expresar el nombre, profesión y domicilio de los testigos y presentar al mismo tiempo el
interrogatorio respectivo. (…)
(Palacio) La exigencia de que se exprese el nombre, profesión y domicilio de los testigos tiene por objeto
acordar a la contraparte la posibilidad de oponerse a su citación, en el caso de tratarse de testigos
excluidos, y de ejercer, en el acto de la audiencia, la facultad de repreguntarlos o de impugnarlos. Sin
embargo, no cualquier error en que se haya incurrido en ese sentido autoriza a desestimar la prueba, y
en tal sentido la jurisprudencia tiene resuelto que los errores deben ser tales que realmente hayan
impedido la individualización del testigo, afectando la facultad de control que incumbe a la contraparte.
Se decidió, también, que la omisión de la profesión del testigo, o un error intrascendente que se haya
deslizado en la mención de su nombre o apellido, por ejemplo, pueden excusarse cuando, en las
circunstancias del caso, tales deficiencias no hayan obstado a su identificación.
El ofrecimiento de la prueba testimonial, en el proceso ordinario, debe efectuarse, al igual que la restante,
en los escritos de demanda, reconvención y contestación de ambas (CPCCN, art. 333, modificado por
la ley 25.488).
En el proceso sumarísimo, el ofrecimiento debe formularse en los escritos de demanda y contestación
de ésta (CPCCN, art. 498, inc. 1º modificado por la ley 25.488).
Cantidad de testigos. Art. 200 CPCCSF.- (…) No se admitirá más de diez por cada parte en el juicio
ordinario, y de cinco en el sumario, sumarísimos, juicios especiales y ejecutivos; pero el juez podrá
admitir la ampliación si la naturaleza del asunto lo justificase.
- 10 máximo en el juicio ordinario;
- 5 máximo en el juicio sumario, sumarísimos, juicios especiales y ejecutivos.
Testigos excluidos, excepciones. Art.217 CPCCSF.- No podrán ser presentados como testigos contra
una de las partes, el cónyuge aunque esté separado, los parientes y afines en línea recta o en segundo
grado de la colateral y los tutores, curadores o pupilos, salvo:
9. Cuando hubieren sido agentes o testigos instrumentales de un acto jurídico y la declaración
versare sobre éste;
10. Cuando la declaración versare sobre su nacimiento, matrimonio, divorcio o defunción de los
miembros de su familia.

Admisibilidad de la prueba testimonial. Art. 201 CPCCSF.- La inadmisibilidad de la prueba testimonial


no puede ser objeto de controversias; los jueces deberán siempre decretar el examen de los testigos,
sea cual fuere su opinión al respecto.
Admisibilidad y pertinencia.
Convocatoria a audiencia. Notificación. Art. 202 CPCCSF.- Los testigos serán citados con tres días
cuando menos de anticipación o dentro de un plazo menor en caso de urgencia, por medio de cédula en
que se transcriba el artículo siguiente.
(Arazi) La anticipación de tres días se ha previsto en beneficio del testigo, quien debe conocer con tiempo
su deber de comparecer. No obstante, si se lo ha notificado con posterioridad, pero igualmente concurre
a la audiencia, se le tiene que recibir la declaración. Lo mismo sucede en caso de comparecer sin estar
citado.
Obligación de comparecer, de declarar y de decir la verdad. (Arazi) El deber de comparecer consiste
en el deber del testigo de asistir a la audiencia designada para prestar declaración. La comparecencia
del testigo constituye una carga pública.
Asimismo, se presentan ciertas excepciones que son detalladas luego.
Art. 203 CPCCSF.- Toda persona mayor de catorce años está obligada a declarar como testigo, so pena
de sufrir la sanción establecida en el artículo 243 del Código Penal. El testigo que no compareciere sin
excusar su ausencia con justa causa, podrá ser conducido por la fuerza pública y mantenido en arresto
hasta que preste declaración o manifieste su voluntad de no prestarla. Luego, será sometido a la justicia
criminal.
La excepción del deber de comparecencia tiene que ser interpretada en forma restrictiva y taxativamente,
destacándose que su sentido no es crear una situación jurídica privilegiada.
En cuando al deber de declarar, de conformidad con las disposiciones vigentes el testigo tiene que
prestar declaración, cualquiera sea la forma en que se la requiera.
(Palacio) El art. 243 del Cód. Penal sanciona el incumplimiento de las dos obligaciones mencionadas
en tanto dispone que será reprimido con prisión de quince días a un mes el que siendo legalmente citado
como testigo se abstuviese de comparecer o de prestar la declaración o exposición respectiva. También
pesa sobre el testigo la obligación de decir verdad, pues el mismo código reprime con prisión de uno a
cinco años al testigo que afirmase una falsedad o negare o callare la verdad (art. 275), hechos éstos
que, según se destacó oportunamente, autorizan al juez ante quien se presta la declaración para decretar
la detención del testigo presuntamente culpable remitiéndolo a disposición de la justicia penal (CPN, art.
449).
Art. 440 CPCCN.- Antes de declarar, los testigos prestaran juramento o formularan promesa de decir
verdad, a su elección, y serán informados de las consecuencias penales a que pueden dar lugar las
declaraciones falsas o reticentes.
Art. 209 CPCCSF.- Los testigos prestarán juramento o afirmación antes de declarar y serán interrogados,
aunque las partes no lo pidan, por las generales de la ley y por su nombre, edad, estado, profesión y
domicilio. También, darán siempre la razón de sus dichos, que deberá serles exigida por el juez en caso
que la omitieren.
Declaración por medio de informe. Art. 215 CPCCSF.- Prestarán declaración por medio de informes y
expresando que lo hacen bajo juramento o afirmación, el Presidente de la Nación, los gobernadores de
provincia, sus ministros, los miembros de las cámaras legislativas nacionales o provinciales y de los
tribunales de justicia, los jueces letrados, los prelados eclesiásticos, los militares de la Nación, desde el
grado de coronel inclusive en adelante, y los intendentes municipales.
Declaración en el domicilio. Art. 214 CPCCSF.- Cuando algún testigo se hallare en la imposibilidad de
comparecer al juzgado, podrá ser examinado en su domicilio. Lo serán asimismo las personas que por
su edad o sexo merezcan esta consideración.
Testigo domiciliado en otra jurisdicción. Dispone el art. 453 CPCCN que, en estos casos, en el escrito
de ofrecimiento de prueba se acompañará el interrogatorio y se indicarán los nombres de las personas
autorizadas para el trámite del exhorto u oficio, quienes deben ser abogados o procuradores de la
matrícula de la jurisdicción en el tribunal requerido, excepto cuando pollas leyes locales estuviesen
autorizadas otras personas, pudiendo los comisionados sustituir la autorización. Prescribe, además, que
si estos requisitos no se cumplieren, no se admitirá la prueba.
El art. 454 establece que en estos supuestos el interrogatorio debe quedar a disposición de la parte
contraria, la que puede, dentro de quinto día, proponer preguntas. Añade dicha norma que el juez
examinará los interrogatorios, pudiendo eliminar las preguntas superfluas y agregar las que considere
pertinentes. No cabe, pues, la posibilidad de que la parte proponente de la prueba inserte, a su vez,
nuevas preguntas relacionadas con las propuestas por la otra parte (preguntas de repreguntas), pues el
ciclo se cierra con el examen judicial de ambos interrogatorios.
Asimismo, de acuerdo con el mencionado art. 454, el juez fijará el plazo dentro del cual la parte que
ofreció la prueba debe informar acerca del juzgado en que ha quedado radicado el exhorto y la fecha de
la audiencia, bajo apercibimiento de tenerlo por desistido. La carga de denunciar el lugar de radicación
del exhorto no se halla por lo tanto supeditada al pedido de la otra parte, debiendo la denuncia formularse
necesariamente dentro del plazo que el juez fije en la providencia que ordena el libramiento del exhorto,
bajo apercibimiento, en caso contrario, de tenerse al proponente por desistido.
Testigo que no habla idioma nacional. Art. 210 CPCCSF.- Si el testigo no hablare el idioma nacional,
será examinado con la intervención de intérprete nombrado por el juez.
Audiencia. Desarrollo. Formalidades. Juramento. Art. 204 CPCCSF.- En la audiencia respectiva, a
pedido de parte o de oficio, el juez podrá variar, sin lugar a recurso alguno, los términos en que han de
ser formuladas las preguntas. Estas no podrán involucrar o sugerir una respuesta. Tampoco contener
expresiones de carácter técnico, salvo que fueren dirigidas a personas capacitadas. En ningún caso, se
admitirán ampliaciones sobre hechos que no hubieren sido materia de las formuladas o que no versaren
sobre las circunstancias expresadas en las respuestas. Esta restricción no rige para el juez ni para la
parte contraria de la proponente.
Art. 208 CPCCSF.- El juez procurará, en cuanto sea posible, que el examen de los testigos de una y otra
parte tenga lugar en una sola audiencia. Los testigos permanecerán durante el acto en lugar donde los
unos no pueden oír las declaraciones de los otros, y serán examinados sucesivamente en presencia de
ambas partes, si asistieran.
Art. 209 CPCCSF.- Los testigos prestarán juramento o afirmación antes de declarar y serán interrogados,
aunque las partes no lo pidan, por las generales de la ley y por su nombre, edad, estado, profesión y
domicilio. También, darán siempre la razón de sus dichos, que deberá serles exigida por el juez en caso
que la omitieren.
(Palacio) Una vez que el testigo ha prestado juramento o formulado promesa de decir verdad, y ha sido
examinado sobre las generales de la ley, debe ser interrogado libremente por el juez o por quien lo
reemplace legalmente (el secretario o el prosecretario letrado), acerca de lo que sabe sobre los hechos
controvertidos con sujeción, en lo sustancial, al interrogatorio propuesto.
Asimismo, el juez puede modificar, de oficio y sin recurso alguno, el orden y los términos de las preguntas
propuestas por las partes, sin alterar su sentido, y eliminar las que sean manifiestamente inútiles. Puede
también prescindir de continuar interrogando al testigo cuando las preguntas que se propongan, o las
respuestas dadas, demuestren que es ineficaz proseguir la declaración.
Art. 245 CPCCN.- El testigo contestará sin poder leer notas o apuntes, a menos que por la índole de la
pregunta, se le autorizara. En este caso, se dejará constancia en el acta de las respuestas dadas
mediante lectura. Deberá siempre dar la razón de su dicho; si no lo hiciere, el juez la exigirá.
La razón del dicho es el motivo o motivos en que el testigo se funda para contestar en tal o cual sentido
a las preguntas que se le formulan, y reviste, como es obvio, influencia decisiva en la apreciación del
testimonio, pues según sean las explicaciones que suministre aquél acerca de cómo y por qué sabe lo
que contesta, podrá el juez inferir si el testigo presenció los hechos o los conoce por simples referencias.
Preguntas ampliatorias y repreguntas. No obstante el interrogatorio presentad por la parte que ofreció
el testigo, éste puede ser interrogado libremente por el juez o por quien lo reemplace legalmente.
También la parte contraria a la que ofreció el testigo podrá solicitar que se formulen las preguntas que
considere pertinentes, aunque no tengan estricta relación con las indicadas por quien lo propuso.
Art. 205 CPCCSF.- Cuando los testigos hayan de declarar fuera del lugar del juicio, la parte adversaria
de la que los hubiere propuesto podrá pedir la apertura del interrogatorio, formular pliego de preguntas
y asistir, por sí o por representante, a la declaración. Si se hiciere uso de ese derecho, el juez de la causa
examinará los interrogatorios y podrá, de oficio o a solicitud de parte, modificarlos de acuerdo con las
limitaciones establecidas.
Las partes o sus representantes podrán ampliar el interrogatorio o repreguntar ante el juez comisionado,
y éste, a su vez, deberá resolver las cuestiones referentes al acto que se susciten en la audiencia, con
recurso devolutivo de apelación y nulidad para ante el juez de la causa.
Aclaraciones del testigo. Art. 219 CPCCSF.- Si los testigos reclamasen alguna indemnización, lo que
podrán hacer verbalmente, el juez la fijará con arreglo a las circunstancias y sin trámite ni recurso alguno.
Permanencia en el lugar. Art. 206 CPCCSF.- Las partes tendrán derecho a pedir que los testigos que
residan dentro de la jurisdicción del juez de la causa comparezcan ante él, ofreciendo satisfacer las
indemnizaciones que el mismo determine, sin perjuicio de la condenación definitiva en costas. El tribunal
podrá ordenar que se consigne previamente la suma necesaria para el pago de dicha indemnización.
Careo. (Palacio) Consiste en la declaración simultánea de dos testigos que ya han sido examinados y
que han declarado diversamente sobre los mismos hechos, y tiene por objeto, a través de la discusión,
lograr el esclarecimiento de la verdad. El art. 448 CPN autoriza no sólo el careo entre testigos, sino
también entre éstos y las partes frente a aquellos casos en los que se adviertan contradicciones entre
las declaraciones testimoniales y las declaraciones de los litigantes en su absolución de posiciones.
Agrega la norma citada que, si por residir los testigos o las partes en diferentes lugares el careo fuere
dificultoso o imposible, el juez puede disponer nuevas declaraciones por separado de acuerdo con el
interrogatorio que él formule (medio careo). Corresponde señalar, asimismo, que el careo constituye una
medida cuya realización depende del arbitrio del juez, quien puede o no decretarla aunque medie pedido
de parte.
Art. 213 CPCCSF.- Los testigos, cuyas declaraciones sean contradictorias podrán ser careados entre sí,
aunque no medie petición de parte.
Falso testimonio. (Palacio) "Si las declaraciones ofrecieren indicios graves de falso testimonio u otro
delito, el juez podrá decretar la detención de los presuntos culpables, remitiéndolos a disposición del
juez competente, a quien se enviará también testimonio de lo actuado" (CPCCN, art. 449). Se entiende,
naturalmente, que la facultad judicial a que se refiere la norma sólo puede ejercerse respecto de los
testigos presentes; en caso contrario, el juez debe limitarse a remitir los antecedentes a la justicia penal.
Art. 225 CPCCSF.- Si las declaraciones de los testigos ofrecieren indicios graves de falso testimonio o
de cohecho, el juez ordenará en el mismo acto la remisión de los antecedentes a la justicia criminal y
podrá decretar su arresto inmediato, sin recurso alguno.
Tachas. Concepto. Causales. Tachas a la persona y al dicho. Oportunidad para la tacha. Prueba.
La ley contempla la falta de idoneidad subjetiva del testigo, pudiendo alegarse cualquier causa referida
a sus condiciones personales que influyan en el grado de certezas que los dichos de esos testigos
puedan llevar al juez. No está incluido el ataque a la declaración misma, ya que no existe en nuestro
ordenamiento procesal la “tacha del dicho”.
Art. 220 CPCCSF.- Cada parte podrá tachar sus propios testigos o los de la contraria, sin que esto obste
a que se les tome declaración.
Art. 221 CPCCSF.- Son causales de tacha todas las circunstancias que puedan inclinar al testigo a
deponer a favor o en contra de una de las partes y las que hagan presumir razonablemente que no es
digno de fe o que no se encuentra en condiciones de conocer los hechos sobre los que debe declarar.
Art. 222 CPCCSF.- Las tachas deben deducirse dentro del término de prueba, pero si surgieran de la
propia declaración, deberán serlo en el mismo acto. La prueba será ofrecida dentro de los tres días de
deducida, y se formará incidente por separado que no interrumpirá el curso regular del juicio. Su
apreciación será hecha en la sentencia.
Valoración de la prueba testimonial. Art. 224 CPCCSF.- Los jueces apreciarán la prueba testimonial
según las reglas de la sana crítica y el crédito que inspiren las condiciones personales de los testigos.

Prueba de informes.
Concepto. Caracteres. Ofrecimiento. Sujetos informantes. Contenido del informe, requisitos.
(Arazi) Es el medio de aportar al proceso datos sobre hechos concretos, claramente individualizados y
controvertidos, que resulten de la documentación, archivos o registros contables de terceros o de las
partes.
Los datos pueden ser requeridos por oficinas públicas; escribanos con registro; entidades privadas (se
hallan comprendidas no sólo las sociedades y asociaciones, sino también los simples particulares); y,
eventualmente, a otras personas físicas.
(Palacio) Esta clase de prueba presenta rasgos que la distinguen suficientemente de los restantes
medios probatorios. En primer lugar no entraña una especie de prueba documental, porque ésta requiere
la aportación directa de documento al proceso (sea en forma espontánea o a raíz de una orden de
exhibición), al paso que el informante se limita a transmitir al órgano judicial, tras la orden pertinente, el
conocimiento que le proporcionan las constancias documentales que se encuentran en su poder. El
informante, en segundo lugar, se asemeja al testigo porque tanto el informe como el testimonio se
refieren a hechos pasados; pero se diferencian en cuanto:
8) El informante puede ser (y generalmente lo es) una persona jurídica, mientras que el testigo debe
ser necesariamente una persona física;
9) El informante, a diferencia del testigo, puede adquirir conocimiento de los hechos de que se trate
en el momento mismo de expedir el informe;
10) Mientras que el testigo declara sobre percepciones o deducciones de carácter personal, el
informante debe atenerse a las constancias de la documentación que posee. Y en tanto,
finalmente, la expedición de un informe no requiere conocimientos técnicos especiales, el
informante tampoco puede asimilarse a un perito.

Art. 228 CPCCSF.- Los jueces podrán, de oficio o a petición de parte requerir de las oficinas,
establecimientos bancarios o de otra índole pero de importancia análoga, informes, certificados, copias
o antecedentes relativos a hechos concretos, claramente individualizados, que se ventilen en el pleito y
que consten en anotaciones o asientos de sus libros. Podrán igualmente, otorgar a las partes una
credencial, con transcripción de este artículo, que las autorice a gestionar de modo directo tales datos,
los que deberán ser expedidos con nota de no servir sino para el juicio.
Procedimiento. (Palacio) Las oficinas públicas y las entidades privadas deben contestar el pedido de
informes o, en su caso, remitir el expediente dentro de los diez días hábiles, salvo que la providencia
que lo haya ordenado hubiese fijado otro plazo en razón de la naturaleza del juicio o de circunstancias
especiales. Asimismo, los oficios librados requiriendo informes deben ser obligatoriamente recibidos a
su presentación (CPCCN, art. 398, párr. 1º , modificado por la ley 25.488).
En lo que atañe a la forma de los oficios, el art. 400 CPCCN dispone en su párrafo primero que cuando
interviniere letrado patrocinante, los pedidos de informes, expedientes, testimonios y certificados
ordenados en el juicio deben ser requeridos por medio de oficios firmados, sellados y diligenciados por
aquél, con transcripción de la resolución que los ordena y que fija el plazo en que deberán expedirse.
En el oficio, asimismo, debe consignarse la prevención que establece el art. 398, es decir, hacer conocer
a las entidades públicas o privadas la consecuencia imputada a la eventual demora
El párrafo final del art. 400 del CPCCN contempla la responsabilidad disciplinaria de los letrados
patrocinantes, disponiendo que ella se hará efectiva de oficio o a petición de parte, cuando en la
redacción de los oficios los profesionales se apartaren de lo establecido en la providencia que los ordena,
o de las normas legales.
Art. 401 CPCCN.-Las entidades privadas que no fueren parte en el proceso, al presentar el informe y si
los trabajos que han debido efectuar para contestarlo implicaren gastos extraordinarios, podrán solicitar
una compensación, que será fijada por el juez, previo traslado a las partes. En este caso el informe
deberá presentarse por duplicado. La apelación que se dedujere contra la respectiva resolución tramitará
en expediente por separado.
Impugnación del informe. (Arazi) Recibida la contestación del informe en secretaria, se ordenará s
agregación al expediente y se correrá vista a las artes, las que quedara notificadas de esa providencia
por ministerio de la ley.
Dentro de los cinco días, cualquiera de las partes podrá alegar que la respuesta es incompletao que no
se corresponde con el requerimiento formulado, o impugnar por falsedad el informe o la fuente de éste.
En el primer caso el juez podrá, si la observación hecha fuese exacta, ordenar un nuevo oficio, a fin de
que el informante complete datos, suministre otros omitidos o aclare conceptos oscuros.
Si, en cambio, el informe es impugnado por falso esto es, por no coincidir con lo informado con los
documentos, archivos o registros contables de los que proviene se requerirá al informante la exhibición
de esos asientos contables o de los documentos o antecedentes en que se fundare la contestación (art.
403 CPCCN).
Si se tratare de libros de comercio del informante, la exhibición se puede realizar en el lugar donde se
encuentran dichos libros, en presencia del comerciante y sin que sea necesario trasladarlo al tribunal.
En este caso se ha resuelto que procede la designación de un perito contador para que verifique los
asientos contables que fueron materia de prueba informativa.
Si el informe impugnado es suscripto por un funcionario público, en ejercicio de sus funciones, y contiene
manifestaciones sobre hechos ocurridos en su presencia, sólo se podrá argüir por falsedad por demanda
civil o criminal, o por incidente de redargución de falsedad.
Por último, si la falsedad está en el asiento o documento base del informe, hay que distinguir si la fuente
es un instrumento público o privado. En el primer caso se deberá proceder de acuerdo con lo prescripto
en el art. 395 CPCCN o entablar la demanda civil o criminal por falsedad; si, en cambio, la fuente fuese
un instrumento privado, bastará la prueba en contrario para desvirtuar los actos o hechos que resulten
de la documentación, archivo o registros del informante.
Si el interesado no impugnó en tiempo el informe, no podrá plantear la cuestión en la alzada en ocasión
de expresar agravios.

Presunciones. Concepto. Indicios y presunciones. Clasificación de los indicios. Fundamento de


la presunción. División. Efectos. Apreciación y valor probatorio. (Palacio) Tradicionalmente se
define a las presunciones, siguiendo a POTHIER, como las consecuencias que la ley o el juez deducen
de un hecho conocido para afirmar un hecho desconocido. La presunción comporta, pues, un
razonamiento que, partiendo de un hecho determinado (indicio), y de conformidad con la experiencia
referente al orden normal de las cosas, permite afirmar la existencia del hecho que se desea probar.
Las presunciones son de dos clases: legales y simples o judiciales.
Las presunciones legales pueden ser, a su vez, juris tantum y juris et de jure, según que admitan o no
prueba en contrario. Unas y otras tienen en común la circunstancia de que dispensan a la parte
beneficiada por la presunción de la carga de probar el hecho deducido por la ley, pero mientras que las
primeras tienen el efecto de invertir la carga de la prueba, transfiriéndola a la parte contraria, las
segundas no admiten prueba alguna.
Las presunciones simples, llamadas también judiciales o del hombre, se encuentran libradas, en cambio,
al criterio del juez, cuyas conclusiones no se hallan sujetas a reglas preestablecidas, sino que deben ser
fijadas de acuerdo con los principios de la sana crítica. No obstante, la ley procesal enuncia diversos
requisitos que condicionan la fuerza probatoria de las presunciones como garantía tendiente a evitar la
absoluta discrecionalidad judicial.
Conforme a ese criterio, el art. 163, inc. 5º, párr. 2° CPCCN dispone que "las presunciones no
establecidas por la ley constituirán prueba cuando se funden en hechos reales y probados y cuando por
su número, precisión, gravedad y concordancia, produjeren convicción según la naturaleza del juicio, de
conformidad con las reglas de la sana crítica".
Es por lo tanto necesario, para admitir el valor probatorio de las presunciones:
1) Que el hecho o indicio del cual parte el razonamiento del juez se encuentre debidamente
comprobado.
2) Que las presunciones sean: varias; graves (aptas para producir la convicción del juez sobre la
verdad de un hecho); precisa (que el hecho productor de la presunción sea susceptible de
interpretarse en un único sentido, pues aquélla no puede admitirse cuando el respectivo
razonamiento conduce a dos o más resultados distintos); concordantes (que formen entre sí un
todo coherente y natural).

En el ámbito doctrinal se discute si las presunciones constituyen, o no, verdaderos medios de prueba.
Pero la doctrina mayoritaria entiende que:
⇸ Las presunciones legales no configuran medios probatorios, sino reglas jurídicas sustanciales que
gravitan, en el proceso, sobre la carga de la prueba, sea por la inversión o la exención de la
correspondiente actividad;
⇸ Las presunciones simples tampoco constituyen medios de prueba y son, en realidad, el resultado de
las operaciones intelectuales que el juez realiza en oportunidad de dictar sentencia, basándose, para
ello, en hechos indiciarios que se han demostrado, a su vez, merced a la utilización de otros medios
probatorios.

Se trata, en suma, no de medios, sino de argumentos de prueba


Art. 226 CPCCSF.- Las presunciones que no son establecidas por las leyes hacen prueba solamente
cuando por su gravedad, número o conexión con el hecho que se trata de averiguar sean capaces de
producir convencimiento, según apreciación que hagan los jueces de acuerdo con las reglas de la sana
crítica.

Reconocimiento judicial. Concepto. (Palacio) El reconocimiento judicial es la percepción sensorial


directa efectuada por el juez o tribunal sobre cosas, lugares o personas, con el objeto de verificar sus
cualidades, condiciones o características.
Algunos códigos provinciales denominan a este medio probatorio "inspección ocular" (Córdoba) o
"inspección judicial" (Santa Fe y Jujuy), expresiones que, literalmente consideradas, pueden
interpretarse en el sentido de que restringen la actividad del juez a una mera percepción visual de las
materias que constituyen el objeto de la diligencia no obstante que, según debe entenderse, aquél puede
utilizar al efecto sus otros sentidos (por ej. el oído o el olfato para comprobar, respectivamente, la
existencia de ruidos molestos o de malos olores).
El reconocimiento o examen judicial de personas procede, siempre, desde luego, que la medida no
comporte el ejercicio de violencia sobre aquéllas ni entrañe un menoscabo a su dignidad.
Naturaleza jurídica. Se ha sostenido que no constituye técnicamente un medio de prueba porque no se
incorpora con él un antecedente que no conste ya en el proceso mismo. Se trataría de la apreciación de
la prueba, pues ella está constituida o resultará de la cosa sobre la cual recaiga la inspección; la diligencia
sólo servirá para ilustrar al juez, permitiéndole aclarar circunstancias que de otra manera no habrían
podido ser valoradas con precisión. Pero no es esta doctrina la que prevalece.
Carnelutti explica que la percepción del hecho a probar es la forma más eficaz y sencilla del proceso de
fijación de los hechos controvertidos, y por ello la prueba directa es la verdadera prueba.
El juez percibe el hecho, incorpora al proceso su percepción y la valorará en el momento de sentenciar
junto con las demás pruebas producidas. Por ello no se advierte ninguna razón para negar al
reconocimiento judicial el carácter de un verdadero medio de prueba, incluso podría considerarse uno
de los más importantes si los jueces lo utilizaran con más frecuencia.
Ofrecimiento. (Arazi) Se puede decretar a pedido de parte o de oficio.
Se ha entendido que, aun ofrecida por las partes, constituye una facultad del juez, que la puede denegar.
Alsina señala que existen tres sistemas vinculados con la iniciativa para ordenarlo:
a) Sólo se puede ordenar a instancia de las partes, porque son estas a quienes corresponde la
iniciativa en materia de prueba;
b) Sólo se puede ordenar de oficio, porque no se trata de incorporar un elemento de prueba sino
de ilustrar el criterio del juez;
c) Se puede ordenar de oficio o a pedido de parte, pero concediéndose al juez la facultad de negarla
si no la estima necesaria. Esta última solución es la que se encuentra más lógica.

Control por las partes. (Arazi)Como todo medio de prueba, el reconocimiento judicial se tiene que
efectuar respetando los principios de contradicción y publicidad. El juez no puede hacer valer como
prueba su conocimiento privado; la diligencia se hará citando a las partes, a quienes se les notificará el
lugar, día y hora en que se llevará a cabo. Al decretar la medida, el juez debe individualizar lo que
constituirá su objeto.
La notificación a los litigantes se hace por ministerio de la ley, salvo en casos de urgencia como cuando
el reconocimiento se debe efectuar sin que se pueda ordenar con la antelación necesaria para que se
produzca esa forma de notificación; en tal supuesto la notificación se hace por cedula firmada por el
secretario y con un día de anticipación como mínimo (art. 479 CPCCN).
Formalidades y contenido del Acta. (Arazi) En el acta que se labre se hará constar todo aquello q2ue
ha sido materia de percepción por el juez, no sus inferencias o deducciones, que quedaran reservadas
para el momento de sentenciar. No se pueden considerar robados aquellos hechos diferentes a los
expresados en el acta, ni imputar condiciones que no se hicieron constar. Constituye una práctica
equivocada la confección de actas de inspecciones o reconocimientos en las que solo se hace constar
que el juez asistió y percibió los hechos que constituyen el objeto de la diligencia, sin agregar otro dato.
Las actas en que se omite consignar detalladamente lo que se percibió durante la diligencia son
ineficaces como medios de prueba, dado que las partes solo pueden discutir lo que el juez hizo constar.
El magistrado únicamente debe meritar los hechos que surjan del acta; lo contrario importa permitirle
traer al proceso hechos de su conocimiento privado.
Art. 227 CPCCSF.- Cuando el tribunal crea necesario el examen judicial de lugares, cosas o
circunstancias, idóneas y pertinentes, lo ordenará de oficio o a instancia de parte. Podrá, si lo creyere
conveniente, disponer la concurrencia de peritos. Las partes serán citadas por cédula, con anticipación
no menor de tres días, y podrán hacer las observaciones que creyeren oportunas. Se extenderá acta de
lo actuado.
Medios de prueba no previstos. Posibilidad de su ofrecimiento y control. Facultades del juez.

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