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DERECHO PROCESAL.
A) CONCEPTO. “Es la disciplina que estudia las normas referidas a la organización, funcionamiento y
actividad en los tribunales arbitrales y judiciales:
a) Organización y funcionamiento: el nombramiento y remoción de los jueces, funcionarios y
empleados judiciales integra el contenido del derecho procesal.
b) Actividad en los tribunales judiciales: la principal función de los jueces es resolver las cuestiones
litigiosas sometidas a su consideración pero, se les asignan otras actividades, tales como la
tramitación de los procedimientos voluntarios o contenciosos (sucesiones, rectificación de
partidas, etc).
c) Tribunales arbitrales: La CN otorga a uno de los poderes del Estado –el judicial- la facultad de
resolver conflictos entre sujetos de derecho.
Generalidades. Fines.
El Derecho Procesal constituye los mecanismos que el Estado ha debido crear para que se cumpla lo
previsto en las leyes sustanciales. A través de estas normas procesales se pone en práctica, se aplica
el derecho de fondo, o derecho sustancial. Mediante el proceso judicial las leyes de fondo pueden tener
operatividad, sino sólo son letra muerta.
Las normas procesales se encuentran en la Constitución Nacional, Const. Provinciales., Códigos de
fondo, Códigos de procedimientos, leyes sobre la organización del PJ.
Con respecto a su carácter, para una minoría en la doctrina, es de carácter privado (el derecho privado
regula las relaciones entre particulares o en las que interviene el Estado como sujeto de derecho privado)
el derecho procesal porque el proceso es el instrumento para dirimir un litigio de interés meramente
privado.
Para otros, la mayoría, se trata de derecho público (regula las relaciones jurídicas en las que es parte el
Estado como poder público) ya que sus normas son de orden público, es decir que son irrenunciables,
debido a que a toda la sociedad es a la que le interesa primordialmente la solución correcta de los litigios.
Autonomía. Ello es así porque se rige por principios propios, conceptualmente distintos de los que
corresponden a la ley de fondo. Las relaciones que vinculan al juez con las partes y a éstas entre sí
tienen naturaleza diferente de las relaciones de derecho sustancial.
Unidad. El derecho procesal, como disciplina que estudia la actividad que tiene lugar en los tribunales
judiciales y arbitrales, constituye una unidad y sus principios esenciales son aplicables a toda esa
actividad y organización, cualquiera sea la materia sustancial que se debata en un proceso determinado.
El derecho procesal es pasible de ser dividió, según sean relaciones o situaciones jurídicas sobre las
cuales versa el proceso.
A la división tradicional del derecho procesal en penal y civil y a medida que se han diversificado las
relaciones jurídicas y adquirido importancia otras disciplinas, como el derecho laboral, de familia,
administrativo, el tributario, etc.
a) El proceso penal: hay entre ambos procesos algunas diferencias que han determinado su
regulación en normas propias aplicables a cada uno de ellos.
La distinción decisiva y fundamental entre las dos formas tiene su origen en la entidad del interés
comprometido en los procesos, sea un interés publico por un lado o un interés privado por el
otro, de los que derivan los principios esenciales que caracterizan a cada uno de ellos: sistema
dispositivo en el civil y sistema inquisitivo en el penal. Actualmente se tiende a acercar los
extremos de los sistemas, acortando las distancias entre ambos, en el proceso civil se aumentan
las facultades y deberes del juez, acentuando su carácter de director del proceso. En el proceso
penal se han separado claramente la etapa instructoria y el juicio.
b) El proceso laboral, administrativo, tributario y de familia: respecto al proceso laboral no
corresponde propiciar su autonomía respecto el derecho procesal. El juez laboral, debe recurrir
al proceso civil (genérico).
Dentro del derecho procesal resulta inadecuado reconocer autonomía al derecho procesal
administrativo, tributario y de familia.
Esta rama del derecho constituyo una unidad, puesto que sus principios esenciales son aplicables a toda
la actividad y organización de los tribunales judiciales y arbitrales, cualquiera sea la materia sustancial
que se debata en un proceso determinado. No obstante, el derecho procesal es pasible de ser dividido,
según sean las relaciones o situaciones jurídicas sobre las cuales versa el proceso.
Fuentes del derecho procesal. Aquellas que le dan contenido a este y que le sirven al juez para que
resuelva las cuestiones que se le plantean en el proceso y para la propia organización y competencia
del poder jurisdiccional:
a) La ley: toda norma de carácter general y obligatorio que emana de un órgano competente.
En primer lugar la CN ella contiene disposiciones que interesan al derecho procesal, como la que
refiere a la imposibilidad de crear fueros personales, las garantías del debido proceso y las que
organizan el Poder Judicial y el Ministerio Publico.
Luego los tratados internacionales, con jerarquía constitucional y otros ubicados en la
constitución y las leyes ordinarias.
Luego las leyes que regulas los procedimientos en los distintos fueros, las provincias dictan sus
propias leyes procesales, de conformidad con la reserva efectuada por la CN (art 121).
También los decretos del PE y los reglamentos y acordadas de los tribunales superiores.
b) La costumbre integra el derecho positivo y el juez debe aplicarla.
c) La jurisprudencia es la forma en que los tribunales han resuelto con anterioridad casos similares
al que tiene que decidir el juzgador. La reiteración de situaciones semejantes en los diversos
juicios crea una suerte de interpretación de la ley, que los jueces generalmente lo atacan, si los
precedentes emanan de tribunales superiores.
La jurisprudencia no es fuente obligatoria para el juez ni aun cuando los fallos hayan sido
dictados por la Corte Suprema de la Nación. No obstante el Código Procesal de la Nación
reglamenta una forma de jurisprudencia obligatoria mediante los llamados fallos plenarios.
También la ley 24463 consagra la obligación de las sentencias de las Corte Nacional en temas
previsionales.
d) La doctrina: que no es más que las opiniones e interpretaciones que hacen los autores del
derecho positivo, que si bien no obligan al juez, constituyen antecedentes de los cuales se puede
servir para fundar su decisión. En ciertos supuestos se denomina doctrina legal a la interpretación
de la ley hecha por tribunales superiores.
En cuanto a la modificación, la ley procesal no tiene aplicación a los procesos terminados. En los
procesos no iniciados se rige conforme a la nueva ley y en los procesos pendientes la nueva ley se
aplicara a los actos por hacer.
En cuanto al ámbito territorial, el proceso siempre se desenvuelve por las normas procesales del Estado
al que pertenece el órgano jurisdiccional.
En el ámbito espacial se refiere a la organización territorial y de gobierno de nuestro país. Ejemplo en el
mismo territorio rigen el CPCC de la Nación y el provincial. En relación al ámbito temporal rige en principio
el de la irretroactividad de las leyes cosa que sancionada determinada ley procesal, rige desde su
procuración para adelante. Ejemplo: cambio de la ley de honorarios antes regulada por la ley 6767, luego
se dicta otra donde se actualizaron los montos actuales.
El OBJETO del dcho. Procesal es el PROCESO; éste es una serie concatenada de actos de
procedimiento realizados por las partes, el juez y los auxiliares de justicia, con el propósito de obtener
un pronunciamiento judicial, mediante el cual el Estado por medio de sus órganos jurisdiccionales
establece cuál es la protección que corresponde a un determinado interés.
JURISDICCION
Tutela jurisdiccional.
O garantía jurisdiccional, parte de la idea de que el Estado garantiza la observancia de las normas
jurídicas que el mismo establece. El Estado garantiza que existan los medios destinados a que se cumpla
con la ley, aplicando sanciones ante el incumplimiento o transgresión de la misma.
2) Falta de certeza del derecho: la actividad judicial no se agota con la intervención de los jueces ante la
trasgresión de la ley. Hay supuestos en los cuales todavía no existe la transgresión, pero si un conflicto
latente que justifica el proceder de los jueces, con la finalidad de hacer cesar un estado de incertidumbre
que perjudica a la persona.
Quien pide una sentencia de mera declaración de certeza quiere que el juez reconozca que su derecho
existe, o que declare que no existe el derecho de su adversario. Para pedir una sentencia de mera
declaración, el actor tiene que demostrar que tal estado de incertidumbre le causa un perjuicio. Se
encuentra regulada en el Art 322 del Código procesal civil y comercial de la Nación.
3) Tutela jurisdiccional con finalidad constitutiva: hay supuestos en los que el conflicto aparece aún
cuando no haya transgresión culpable de la norma sino simplemente una conducta que no se ajusta a
la norma primeria, por causas no imputables a las partes.
4) Tutela jurisdiccional con finalidad cautelar: el proceso cautelar será antecedente del proceso originado
para garantizar el cumplimiento de la norma transgredida o el cumplimiento de la sanción que se impone
al transgresor.
Con el vocablo excecutio se hace referencia a la potestad que ostentas los jueces de hacer cumplir
sus decisiones, es decir, de imponer el cumplimiento del mandato jurisdiccional.
C) EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD.
El juez tiene el deber de encontrar, dentro de todo el ordenamiento jurídico, las normas que, según su
criterio contemplan el caso a resolver; debe interpretarse el alcance de ellas de acuerdo con las
concepciones predominantes en la sociedad y cuidar que su aplicación no contradiga el espíritu o la letra
de otras de jerarquía superior (por ej. Una ley del Congreso que sea inconstitucional).
También es atributo del juez verificar que los presupuestos de hecho que tuvo en cuenta el legislador al
sancionar norma general están dados en el caso concreto.
En cuanto a las iniciativas, se distingue el principio dispositivo (propio del derecho civil) de de oficialidad
(propia del derecho penal). En el 1° solo inicia el proceso a instancia de parte, nunca de oficio; además
los encargados de llevar adelante el proceso son precisamente las partes. Por su lado el 2° principio, es
que se lleva adelante el proceso mediante la acción del propio juez fiscal etc., y se pone en marcha
también de oficio, salvo en casos extraordinarios.
EL JUEZ
Hemos dicho que la jurisdicción es el atributo de uno de los poderes del estado (el judicial) de administrar
justicia. El poder judicial es desempeñado por los jueces de la Nación y las provincias, con quienes
colaboran los funcionarios, empleados y auxiliares de justicia.
El juez es el único funcionario público con aptitud para ejercer actividad jurisdiccional. La figura del juez
difiere fundamentalmente de la de otro posible juzgador, el árbitro, ya que éste no es funcionario público,
no integra el Poder Judicial, y carece por completo de aptitud para ejecutar lo resuelto por él mismo.
Incompatibilidades.
La incompatibilidad es un deber de no hacer para los integrantes del Poder Judicial. Se entiende, por un
lado, el deber de no acumular un mismo agente dos o más empleos considerados inconciliables por la
norma respectiva; por otro lado, el deber de no ejercer coetáneamente con el empleo, alguna actividad
o profesión considerados inconciliables con éste. En el primero de los aspectos mencionados, la
incompatibilidad aparece fundada en una razón de carácter práctico: lograr una mayor eficiencia en la
prestación de los servicios, evitando que el agente diversifique o divida su actividad en dos o más
empleos; en el segundo de dichos aspectos, aparte de que también la incompatibilidad puede responder
a la expresa razón práctica, su fundamento generalmente obedece a una razón de orden ético, pues
algunas actividades o profesiones pueden no resultar conciliables con el ejercicio de la función o empleo
público.
Artículo 212, L. 10160 de la Provincia de Santa fe, siguiendo el mandato del constituyente contenido en
el artículo 89, último párrafo de la Constitución provincial, viene a establecer las incompatibilidades para
los integrantes del Poder Judicial. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 89 de la Constitución
provincial, los integrantes del Poder Judicial no pueden:
1) Actuar en actividades de partidos políticos, ni intervenir en actos o hechos de naturaleza electoral,
cuando se desempeñen como magistrados o funcionarios. Los demás integrantes no podrán hacer
propaganda, proselitismo, ejercer coacción ideológica o de otra naturaleza, con motivo o en ocasión
de sus tareas, cualquier sea el ámbito donde se cumplan;
2) Litigar ante cualquier poder judicial, excepto cuando se trata de intereses propios, o de sus padres,
hijos o cónyuge.
3) Evacuar consultas ni dar asesoramiento en casos de litigio judicial;
4) Ejercer empleo en virtud del cual deban estar bajo dependencia de otro poder;
5) Practicar habitualmente juegos de azar y apuestas;
6) Concurrir asiduamente a lugares destinados con exclusividad a la práctica de juegos de azar y de
apuestas;
7) Tramitar asuntos judiciales de terceros y coparticipar o tener empleo en estudio de abogado,
escribano, procurador, contador o martillero;
8) integrar listas de nombramiento de oficio;
9) ejecutar actos que comprometan en cualquier forma la dignidad del cargo;
10) incurrir, después de designados, en alguna causal de inhabilidad.
1) Los magistrados y funcionarios que ejercen la docencia deben cuidar que no exista superposición
de horario y que no se resienta el desempeño de la función.
11) Es incompatible la magistratura judicial con el ejercicio del comercio, con la realización de cualquier
actividad profesional –salvo cuando se trate de la defensa de los intereses personales, del cónyuge,
de los padres y de los hijos- y con el desempeño de empleos públicos o privados, excepto la
comisión de estudios de carácter honorario. No está permitido el desempeño de los cargos de rector
de la universidad, decano de facultad o secretario de las mismas. Los magistrados podrán ejercer,
exclusivamente, la docencia universitaria o de enseñanza superior equivalente, con la autorización
previa y expresa, en cada caso, de la autoridad judicial que ejerza la superintendencia (art 9°
decreto-ley 1285/58, texto según ley 21341). Esto está en Arazi.
No pueden desempeñar funciones en un mismo fuero los cónyuges, aunque estén divorciados, y los
parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.
La norma contempla los diversos impedimentos para ingresar al Poder Judicial. En sus tres incisos
consagra lo que se denomina "idoneidad moral y de conducta", partiendo de la presunción de que
quienes se encuentren en cualquiera de tales supuestos, no han tenido una conducta civil y moral
correcta. La existencia de tales precedentes penales o concursales excluye la confianza que el Poder
Judicial debe tener en la moralidad y fidelidad de sus dependientes y que deberá verse reflejada en el
concepto de la sociedad respecto de los poderes del Estado.
La inexistencia de tales impedimentos deberán acreditarse tanto al momento de formular la declaración
jurada que se efectúa con la presentación de la inscripción para el ingreso (art. 4, apart. b del Régimen
de Ingreso), como al tiempo de formalizar su incorporación a la planta del Poder Judicial, ora en carácter
de definitivo, ora como subrogante, ora como practicante.
Seguridad en la remuneración.
Este principio que, como se dijo, tiende también a asegurar la eficacia del principio de independencia,
implica que las remuneraciones de los magistrados no podrán ser disminuidas mientras permanezcan
en sus funciones.
Tiene primordialmente como finalidad, por una parte, impedir la "domesticación" de la justicia por quienes
elaboran el presupuesto (poderes legislativo y ejecutivo), ya que (como afirmara Hamilton, uno de los
mentores de la constitución estadounidense) un poder sobre la subsistencia de un hombre equivale a un
poder sobre su voluntad y, por otra parte, proteger a los jueces de las fluctuaciones de la economía
asegurándoles la tranquilidad económica necesaria como para que puedan ejercer con plena libertad su
importante función (Sagüés, Néstor Pedro, "Elementos de Derecho Constitucional", Astrea, Bs. As. 1999,
T. 1, pág. 650).
Esto no implica que los jueces constituyan una clase privilegiada dentro de la sociedad. En tal sentido,
la fijación de las remuneraciones judiciales tiene que atender a distintas situaciones: a) posibilidades
económicas de una sociedad; b) necesidad de atraer a la judicatura a los mejores abogados.
Pero este principio no garantiza, en el régimen constitucional de la Provincia de Santa Fe, una
irreductibilidad absoluta de las remuneraciones de los jueces y de los funcionarios de Ministerio Público
sino que, de modo excepcional, está admitida la disminución e inclusive la suspensión de la
remuneración de estos sujetos siempre que sea dispuesta por "leyes de carácter general y transitorio
extensivas a todos los Poderes del Estado" (art. 88, Constitución provincial).
Impartialidad: refiere a que el juez no debe estar colocado en la posición de parte, ya que nadie puede
ser actor o acusador y juez al mismo tiempo
Garantía de vitalicidad: los cargos judiciales se cubren en forma vitalicia, por toda la vida del nombrado
hasta que llegue a cierta edad avanzada o se halle en condiciones legales de acogerse al retiro
jubilatorio.
Derecho a no ser detenido ni ver restringida en modo alguno su libertad de actuar: este derecho,
conocido como inmunidad judicial en materia penal, se funda en la necesidad de evitar que, con pretexto
de imputar a un juez la comisión de un delito, el mismo pueda ser arrestado, entorpeciendo con ello la
marcha de la justicia y, particularmente, imposibilitando que conozca de una determinada causa
justiciable en la cual haya intereses políticos de por medio.
1. Los deberes funcionales: pueden ser clasificados en esenciales y legales, según que la imperatividad
devenga inmanentemente de la propia función o, al contrario, que atienda a necesidades contingentes
que responden a razones derivadas de la política legislativa vigente en un tiempo y lugar dados.
a) Deberes funcionales esenciales: * Ser Independiente, *Ser Imparcial, *Ciencia: impone al juez el
conocimiento del derecho, *Diligencia: el juez ha de actuar diligentemente, cumpliendo las tareas
encomendadas por la ley dentro del tiempo establecido para ello, *Decoro: implica la circunspección,
gravedad, pureza, honestidad, recato y estimación que el juez debe inspirar a las partes y a la gente en
general.
b) Los deberes funcionales legales: son aquellos cuya imperatividad responde a contingentes
necesidades que atiende a razones derivadas de una política legislativa determinada con la mira puesta
en el logro de un servicio eficiente.
En la organización judicial de la mayoría de los ordenamientos jurídicos vigentes estos deberes son:
prestación de juramento como condición de la investidura en el cargo, residencia en el lugar donde tiene
su sede el tribunal, asistencia al despacho con la periodicidad y tiempo necesarios para atender
satisfactoria y diligentemente las instancias de las partes, suplencia de otro juez en caso de ser menester
y permanente ausencia de cualquier causal de incompatibilidad.
2. Los deberes procesales: son los que la ley impone al juez con relación a la dirección y desarrollo del
proceso. El proceso se inicia con la deducción de la demanda y culmina con el llamamiento de autos;
durante tal curso cabe al juez conectar las instancias de las partes: a esta tarea se la conoce como de
dirección del proceso. Ejemplo: presidir todo acto en el cual deba intervenir la autoridad judicial, fijar los
plazos procesales, mantener la igualdad de las partes, cuidar el orden y el decoro en los juicios, etc.
• Los deberes judiciales de resolución: estos deberes se relacionan exclusivamente con la actividad de
sentenciar y nada tienen que ver con la de procesar. Consiste en fallar (resolver) todos los casos
justiciables presentados en sede judicial por parte interesada, aplicando a los hechos confirmados
por ellos la norma jurídica que los regule si se adecua al ordenamiento constitucional vigente o reglas
de equidad.
• El deber judicial de ejecución: el deber de ejecutar lo resuelto constituye una simple consecuencia
del deber de fallar en función de la razón de ser del proceso. Se trata de recomponer la paz social
alterada por la existencia del conflicto que derivó en proceso.
Artículo 213, L 10160: Todos los integrantes del Poder Judicial deben (ya no es solo para los jueces
pero quedan incluidos):
1) observar una conducta irreprochable;
2) guardar absoluta reserva respecto de los asuntos vinculados a sus funciones;
3) formular, antes de asumir sus funciones, declaración jurada de no hallarse comprendidos en causal
de inhabilidad o de incompatibilidades; cualquier alteración de las situaciones denunciadas en la
declaración jurada debe comunicarse a la Corte Suprema dentro de los treinta días de producida;
4) asistir diariamente a los despachos, cumpliendo el horario que determine la Corte Suprema. Además
de ello, los secretarios y empleados deben asistir el tiempo que sea necesario para cumplir al día
sus funciones. Se excluyen de esta disposición los ministros y los jueces de cámara que no tienen
a su cargo el despacho diario.
En este artículo se prevén una serie de obligaciones que tienen que ver con la excelsa función que
poseen todos aquellos que integran la planta del Poder Judicial, y cuya observancia no debe entenderse
que abarca solamente al desempeño de tareas referidas a la función judicial, sino también a las externas,
de conformidad con las buenas costumbres, la moral y el derecho.
Conminatorias: entendidas como natural consecuencia de la aceptación del deber judicial de ejecutar lo
decidido en la sentencia respecto del litigio. Son las denominadas astreintes, reguladas en el artículo 37
del código procesal de la Nación. Son sanciones pecuniarias que los jueces aplican contra quienes
deliberadamente desobedecen sus decisiones, con la finalidad de conminarlos a su cumplimiento. Se
dirigen directamente al patrimonio del incumplidor dada la prohibición de ejercer violencia física sobre la
persona del deudor. Sus caracteres más relevantes son la discrecionalidad en cuanto a la fijación del
monto, librado al arbitrio judicial; puede dejarse sin efecto en cualquier momento por el juez que la
decidió; si se persiste en el incumplimiento puede aumentarse progresivamente para lograr el objetivo;
supletoriedad, ya que estas sanciones rigen cuando no hay otro medio para procurar el efectivo
cumplimiento del mandato.
Ordenatorias e instructorias: la ley 25488 agregó la palabra “deberes” al título del artículo 36 del código
procesal de la Nación y luego, en el texto, cambió el vocablo “podrán” por “deberán”, antes de enunciar
los actos condenatorios e instructorios, y enuncia los siguientes: 1) tomar medidas tendientes a evitar la
paralización del proceso; 2) intentar una conciliación total o parcial del conflicto, pudiendo promover y
proponer que las partes deriven el litigio a otros medios alternativos de solución de conflictos; 3) proponer
a las partes fórmulas para simplificar y disminuir las cuestiones litigiosas; 4) ordenar las diligencias
necesarias para esclarecer la verdad de los hechos controvertidos, respetando el derecho de defensa
de las partes; a ese efecto, el juez podrá: a) disponer en cualquier momento la comparecencia personal
de las partes para intentar una conciliación o requerir las explicaciones que entienda necesarias; b)
decidir en cualquier estado de la causa la comparecencia de los testigos, peritos, etc., por cualquier cosa
que parezca necesario, etc.
Disciplinarias: tendientes a mantener el buen orden y decoro en los juicios, enunciadas en el artículo 35
del Código Procesal de la Nación y son: 1°) mandar a que se teste toda frase injuriosa o redactada en
términos indecorosos u ofensivos; 2°) excluir de las audiencias a quienes perturben indebidamente su
curso; 3°) aplicar las correcciones disciplinarias autorizadas por el código, la ley orgánica, el reglamento
para la justicia nacional o las normas que dicte el consejo de la magistratura.
Por su parte, el decreto-ley 1285/58 autoriza a los jueces a sancionar con prevención, apercibimiento,
multa y arresto personal hasta de 5 días a los abogados, procuradores, litigantes y demás personas que
obstruyan el curso de la justicia o que cometan faltas en las audiencias, escritos o comunicaciones de
cualquier índole contra su autoridad, dignidad o decoro.
ARTÍCULO 19º.- Los jueces pueden disponer en cualquier momento la comparecencia personal de las
partes, para intentar una conciliación o requerir las explicaciones que estimen necesarias al objeto del
pleito. Esta facultad se entenderá sin perjuicio de los términos fijados para dictar resolución o sentencia,
salvo lo dispuesto en el artículo 106.
ARTÍCULO 20º.- Pueden, también, para mejor proveer, ordenar que se practique cualquier diligencia
que estimen conducente y que no sea prohibida por Derecho, y prescindir de la lista de peritos cuando
fueren necesarios conocimientos especiales dentro de determinada profesión.
ARTÍCULO 21º.- El debate judicial es dirigido por el juez, quien deberá adoptar todas las medidas que
estime conducentes al esclarecimiento de los hechos, a mantener la igualdad entre las partes y a obtener
la mayor rapidez y economía en el proceso.
A tal efecto, podrá disponer de oficio, aún compulsivamente, en cualquier estado de la causa, la
comparencia de los peritos y de los terceros para interrogarlos con la amplitud que creyere necesaria; y
ordenar que se agreguen documentos existentes en poder de las partes o a los que las mismas se hayan
referido. Todo con las formalidades prescriptas en este Código.
Puede también de oficio revocar sus propios decretos y resoluciones interlocutorias que no se hubieren
notificado a ninguna de las partes y disponer cualquier diligencia que fuere necesaria para evitar la
nulidad del procedimiento.
ARTÍCULO 22º.- Los jueces deben cuidar el decoro y orden en los juicios, el respeto a su autoridad e
investidura y el recíproco que se deben las partes. Además de las facultades conferidas por la Ley
Orgánica, tienen la de expulsar de las audiencias a quienes obstruyen su curso o infrinjan lo dispuesto
al principio y la de mandar devolver todo escrito ofensivo o indecoroso, caso éste en el que deberá
dejarse por secretaría nota sumaria del pedido.
Las correcciones disciplinarias no restrictivas de la libertad personal, sólo serán apelables en efecto
devolutivo.
ARTÍCULO 23º.- El juez y el secretario podrán exigir en todo momento la comprobación documental de
la identidad personal de los que intervinieren en los juicios, cualquiera fuere su carácter.
Principio de autoridad.
Principio de Autoridad convierte al Juez en el conductor del proceso, otorgándole atribuciones e
imponiéndole deberes que se encaminan al logro y alcance de los fines del proceso que conoce. Hay
quienes consideran que constituye un intermedio entre el juez dictador y el juez espectador; que
manifiesta la concepción publicística que tiene la normatividad procesal vigente. El principio de dirección
judicial del proceso delega en la figura de juez constitucional el poder-deber de controlar razonablemente
la actividad de las partes, promoviendo la consecución de los fines del proceso de manera eficaz y
pronta.
CONCEPTO: “Potestad o facultad de instar o promover ese proceso. Se encuentra en cabeza de todos
los ciudadanos y está consagrada en la CN.
Derecho a peticionar ante las autoridades, el juez tiene que dar una respuesta. Es un derecho subjetivo
y abstracto, la acción no es suficiente para garantizar la protección del derecho”.
La acción es un derecho del sujeto frente al Estado, del cual no solo es titular quien obtenga una
sentencia favorable sino todo aquel que pueda obtener, un pronunciamiento expreso sobre el fondo de
la cuestión en debate.
Para obtener una sentencia sobre el fondo deben ser cumplidos los presupuestos procesales: juez
competente, capacidad de las partes, demanda valida, inexistencia de un proceso igual en trámite.
Cumplidos los presupuesto procesales, se deberá cumplir una segunda etapa: ejercer una “acción
valida”: 1) legitimación; 2) interés y 3) vigencia.
1. La legitimación activa supone la identidad entre la persona a quien la ley concede el derecho de
acción y quien asume en el proceso el carácter de actor; mientras que la legitimación pasiva que
existe cuando hay identidad entre la persona habilitada para contradecir y quien ha sido
demandado.
2. El interés exige que la finalidad que el solicitante se propone lograr mediante el ejercicio de la
acción no se pueda ser alcanzada sino por medio de la sentencia judicial. En segundo lugar, que
la decisión judicial no mantenga a las partes en la misma situación en la que estas se
encontraban antes del proceso.
3. La vigencia de la acción supone que no esta no se haya agotado con su ejercicio, mediante la
obtención de sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada y que el derecho no esté prescripto.
La contradicción (o defensa) es el acto en cuya virtud el sujeto pasivo de la pretensión reclama ante el
órgano judicial, y frente al sujeto activo, que se desestime la actuación de aquélla. Es aquel que
pertenece a todo sujeto, bien sea persona natural o jurídica, por el simple hecho de ser accionado o
demandado, mediante el cual, se defiende de las pretensiones o imputaciones (excepción). Quien
reclama ante la jurisdicción (el actor) algo contra otra persona, tiene el mismo derecho al proceso que
su contenedor. Uno y otro pedirán al amparo de la ley que entienden los asiste, la tutela jurisdiccional.
El reseñado sería el concepto más amplio que puede darse de la palabra EXCEPCIÓN, esto es, el
derecho que cabe a las personas para oponerse a las acciones que se promueven en su contra.
Como advierte Couture, también se utiliza el término Excepción para aludir a la pretensión del
demandado que, escudándose únicamente en el derecho de fondo, solicita que se lo libere de soportar
la pretensión del actor: así hablaremos por ejemplo de excepción de pago, de compensación, de dolo,
de nulidad. Si se comprueba su existencia eso demostrará la inexistencia de la obligación.
En un tercer sentido, la palabra excepción se utiliza para denominar a ciertos tipos específicos de
defensas que regulan los códigos procesales y que tiene que oponerse antes de la contestación de la
demanda en los procesos de conocimiento o cuando se es citado de venta o intimado de pago en los de
ejecución. En los procesos de ejecución las llamadas “excepciones” son las únicas defensas que puede
articular el ejecutado.
Este derecho es una emanación del derecho constitucional de la defensa que debe reinar en todo
proceso legal. El derecho de defensa surge de la CN en el art. 18: “… Es inviolable la defensa en juicio
de la persona y de los derechos…” y es uno de los derechos fundamentales del hombre.
Naturaleza jurídica.
Si bien la pretensión y la contradicción aparecen así como anverso y reverso de una misma figura, sólo
la primera constituye objeto del proceso. Los distintos tipos de oposición que el demandado puede
formular sólo tienen incidencia en la delimitación del área litigiosa y en la mayor amplitud que imprimen
al thema decidendum, pero no alteran el objeto del proceso, que está exclusivamente fijado por el
contenido de la pretensión.
Generalmente la doctrina pone de resalto el paralelismo existente entre la acción y una de las clases de
contradicción: la excepción. Se afirma que frente a la acción del actor, que tiende a una declaración
positiva, pertenece al demandado, a modo de réplica, una acción destinada a obtener una declaración
negativa, de modo tal que la excepción sería la acción del demandado.
Como consecuencia de este criterio la polémica suscitada en torno de la naturaleza de la acción se ha
hecho extensiva al ámbito de la excepción. Sus conclusiones son susceptibles de los mismos reparos
expuestos en esa oportunidad y resultan también inoperantes para resolver los concretos problemas que
suscita la experiencia del proceso. Basta señalar que la oposición a la pretensión, en general, y no sólo
la excepción, constituye un acto procesal del demandado que reconoce, como presupuesto, el derecho
de acción que también corresponde a este último en calidad de ciudadano y frente al órgano judicial.
El derecho a defenderse, más que un derecho cívico, más que un derecho subjetivo público de rango
constitucional, es por encima de ello un derecho fundamental del hombre. Así lo han considerado, la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre, la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, el
Pacto de san José de Costa Rica y la Convención europea para la Protección de Derechos Humanos y
Libertades Fundamentales; la CN reconoce a todo ciudadano el derecho a la jurisdicción y al proceso,
sino fuera así todas los derechos subjetivos, reconocidos en ellas y en las leyes dictadas en
consecuencia serían letra muerta. El derecho de defensa es también un derecho procesal que con el
nombre de excepción, designa a la acción que cabe al demandado o al acusado.
Finalidad del derecho de contradicción: En cuanto al fin, persigue por una parte la satisfacción del interés
público en la buena justicia; y por la otra, la tutela del derecho constitucional de la defensa y libertad
individual.
Sujetos del derecho de contradicción: Así como en la acción el sujeto es el actor (sujeto activo) y el
Estado (sujeto pasivo); en la pretensión, el sujeto activo es el actor y el pasivo el demandado; en el
derecho de contradicción, el sujeto activo será el demandado o el sujeto pasivo el Estado.
Formas de ejercerlo.
El derecho de contradicción que ostenta el demandado puede ser ejercido:
Pasiva: El demandado se limita a recibir la citación, "notificación o intimación y espera el resultado del
proceso sin tomar ninguna defensa.
Oposición: Aquella que ejerce el demandado con el objeto de dejar sin efecto la pretensión del
accionante, y puede tomar la forma de objeción u excepción. En la primera, el demandado se limita a
contradecir las pretensiones en que se fundamenta la demanda del accionante; en tanto que en la
segunda, es decir, en la excepción, como se verá más adelante, el demandado invoca otros hechos
distintos en los que se fundamenta la pretensión del accionante, para fundamentar su, defensa.
Allanamiento: Se produce cuando el demandado conviene o acepta toda la pretensión del accionante,
tanto en los hechos como en el derecho invocado.
Impedimentos procesales: Consiste en que el demandado opone defensas tendientes a depurar el
proceso o impedir su continuación, tal como lo son las cuestiones previas a que se refiere el artículo 346
del Código de Procedimiento Civil.
LA PRETENSIÓN
CONCEPTO. “Constituye el contenido de la voluntad petitoria, la aspiración postulada por quien ejercita
la acción. Para que la pretensión sea acogida debe ser fundada, es decir tener amparo legal.
Si la pretensión es rechazada por medio de una sentencia que declare que el demandante no tenía
razón, igualmente habrá ejercido la acción. La pretensión estaría dada por la clase de pronunciamiento
que se reclama al órgano jurisdiccional (condena, declaraciones, etc).
El objeto de la PRETENSIÓN (que se pretende) está constituido por el determinado efecto jurídico
perseguido (el derecho o la relación jurídica que se pretende o la responsabilidad del sindicado), y por
consiguiente la tutela jurídica que se reclama; es lo que se persigue con el ejercicio de la acción.
La razón o causa de la PRETENSIÓN (por que se pretende, en que se basa la pretensión para que sea
viable) es el fundamento que se le otorga a la pretensión, es decir, que lo reclamado se deduce de ciertos
hechos que coinciden con los presupuestos fácticos de la norma jurídica, cuya actuación es solicitada
para obtener los efectos jurídicos. La razón de la pretensión puede ser de hecho, contentiva de los
fundamentos fácticos en que se fundamenta la misma, los cuales encuadrarán el supuesto abstracto de
la norma para producir el efecto jurídico deseado; y de derecho, que viene dado por la afirmación de su
conformidad con el derecho en virtud de determinadas normas de derecho material o sustancial.
No debe confundirse la causa con los simples argumentos expuestos por el actor, ni mucho menos, con
la norma o normas jurídicas invocadas, pues no son éstas las que individualizan la pretensión sino los
hechos afirmados, en la medida de su idoneidad para producir un determinado efecto jurídico.
Elementos de la pretensión:
1) Sujeto: se trata de sujetos activos (actor) y del sujeto pasivo (demandado).
2) Objeto: aquello que persigue el actor mediante la pretensión y tiene dos aspectos
i) Objeto inmediato: es la clase de pronunciamiento judicial que reclama el actor (condena,
ejecución, declaración).
ii) Objeto mediato: es el bien sobre el cual recae el reclamo.
3) Causa o titulo: son las situaciones de hecho invocadas por el actor para reclamar. Ej yo puedo
reclamar una suma de dinero a causa de que realice un trabajo.
1) Las pretensiones de conocimiento son aquéllas mediante las cuales se solicita al órgano judicial que
dilucide y determine el contenido y alcance de una situación jurídica. Se dividen, a su vez, en:
pretensiones declarativas, de condena y determinativas.
a) Las pretensiones declarativas tienden a obtener un pronunciamiento que elimine la falta de certeza
sobre la existencia, eficacia, modalidad o interpretación de una relación o estado jurídico.
La característica fundamental de este tipo de pretensiones consiste en que la mera declaración de
certeza resulta suficiente para satisfacer el interés de quien las propone y, por lo tanto, para agotar el
cometido de la función jurisdiccional.
Pueden ser positivas o negativas según que, respectivamente, se basen en la afirmación de un efecto
jurídico favorable al actor o en la inexistencia de un efecto jurídico favorable a la otra parte. Constituyen
ejemplo de las positivas, la pretensión declarativa de adquisición de propiedad por prescripción
(ley14.159), la de reconocimiento de filiación, la de pago por depósito judicial, etcétera; y de las
negativas, la pretensión negatoria, la de nulidad de un acto jurídico, la de falsedad de un instrumento
público.
El código vigente admite, en términos generales, la pretensión meramente declarativa "para hacer cesar
un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades de una relación jurídica, siempre
que esa falta de certeza pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor y éste no dispusiere de otro
medio legal para ponerle término inmediatamente" (CPN, art. 322).
De esta norma se infiere que la admisibilidad de la pretensión se halla supeditada a la concurrencia de
dos requisitos:
* Que el estado de incertidumbre en que se funda derive de circunstancias de hecho que,
objetivamente apreciadas, revistan suficiente aptitud para provocar un daño;
* Que no exista otra vía legal para hacer cesar la incertidumbre.
Una modalidad particular de las pretensiones declarativas se halla representada por las llamadas
pretensiones constitutivas, las cuales se configuran toda vez que, según la ley, la incertidumbre sobre la
existencia, validez, etcétera, de una relación o estado jurídico debe ser eliminada, insustituiblemente, a
través de una declaración judicial (declaración de incapacidad, de adopción, de divorcio, de nulidad de
matrimonio, etc.).
b) Las pretensiones de condena son aquéllas mediante las cuales se reclama el pronunciamiento de una
sentencia que imponga al demandado el cumplimiento de una prestación (de dar, de hacer, o de no
hacer) a favor del actor. Además, dicha sentencia hace explícita la sanción que la ley imputa a ese
incumplimiento y configura, por ello, un título ejecutivo judicial (también llamado "título ejecutorio") que
puede ser hecho valer por el acreedor como fundamento de una nueva pretensión tendiente a obtener
la realización coactiva de su derecho.
Las pretensiones determinativas o especificativas son aquéllas mediante las cuales se pide al juez que
fije los requisitos o condiciones a que quedará supeditado el ejercicio de un derecho. Tienden, por lo
tanto, a la complementación o integración de ciertas relaciones jurídicas cuyos elementos o modalidades
no se encuentran determinados o especificados por completo (la pretensión de fijación del plazo en los
términos de los arts. 618 y 751 del Cód. Civ.; la que persigue la determinación de un régimen de visitas
a los hijos, etc.).
2) Las Pretensiones de ejecución son las que tienen por finalidad hacer efectiva la sanción impuesta en
una sentencia de condena (título ejecutivo judicial), u obtener el cumplimiento de una obligación
documentada en algunos de los instrumentos a los cuales la ley acuerda una presunción de legitimidad
(títulos ejecutivos extrajudiciales: confesión de deuda líquida y exigible; créditos documentados en letras
de cambio, pagarés, cheques, etc.).
La diferencia entre estas pretensiones y las de conocimiento reside en sus efectos inmediatos. Mientras
las de conocimiento producen, como efecto inmediato, la posibilidad de que el sujeto pasivo las
contradiga mediante el planteamiento de oposiciones no limitadas en cuanto a su alcance y contenido,
las pretensiones ejecutivas inciden en forma inmediata sobre el patrimonio del deudor a través del
cumplimiento de las medidas coactivas previstas por la ley, sin que sea necesaria la previa provocación
del contradictorio. Ello sin perjuicio de que en una etapa ulterior de conocimiento, el ejecutado deduzca
determinadas oposiciones al progreso de la ejecución, no relacionadas con la legitimidad de la causa
del crédito.
3) Las pretensiones cautelares son las que tienden a la obtención de una medida judicial (embargo,
secuestro, anotación de la litis, etc.) que asegure el eventual cumplimiento de la sentencia de mérito a
dictar en un proceso de conocimiento o de ejecución.
gNo son, por lo tanto, pretensiones autónomas, pues se encuentran subordinadas a una pretensión
principal ya deducida, o próxima deducirse. Están sujetas a los siguientes requisitos: 1°) La verosimilitud
del derecho invocado como fundamento de la pretensión principal; 2°) El temor fundado de que ese
derecho se frustre durante la tramitación del proceso tendiente a tutelarlo; 3o) La prestación de una
contracautela por parte del sujeto activo.
Reales y personales:
Esta distinción reviste importancia práctica en los siguientes aspectos:
1) La determinación de la competencia por razón del territorio. El CPN establece que en las
pretensiones reales sobre inmuebles será competente el juez del lugar donde esté situada la cosa
(art. 5°, inc. 1°); en las pretensiones personales de origen contractual el juez del lugar en que deba
cumplirse la obligación y, en su defecto, a elección del actor, el del domicilio del demandado o el
del lugar del contrato, siempre que el demandado se encuentre en él, aunque sea accidentalmente,
en el momento de la notificación (art. 5o, inc. 3o), y en las pretensiones personales derivadas de
delitos o cuasidelitos, el del lugar del hecho o del domicilio del demandado a elección del actor
(art. 5o, inc. 4o);
2) El fuero de atracción en los procesos universales (Cód. Civ., art. 3284; ley 24.522, arts. 21, inc. Io
y 132);
3) La eficacia de las sentencias extranjeras para ser cumplidas en el territorio nacional (CPN, art.
517, inc. Io)
Las pretensiones personales que se mencionan son las que emergen tanto de derechos personales
patrimoniales como de los derechos personalísimos (derecho a la vida, al honor, al nombre, a la libertad
física, etc.) y como de los derechos potestativos (derechos que corresponden a los cónyuges entre sí, a
los padres respecto de sus hijos, y a los tutores y curadores respecto de sus pupilos). Tanto a las
pretensiones personalísimas, como a las de estado, les son aplicables en lo compatible, y a falta de
normas expresas, las reglas establecidas para las pretensiones personales de contenido patrimonial, y
lo mismo cabe decir con respecto a las pretensiones fundadas en derechos intelectuales e industriales.
Procedimiento: aun cuando en el lenguaje común proceso y procedimiento son empleados a veces como
sinónimos no debemos confundirlos. El primero indica la totalidad de la actividad; el segundo se refiere
a cada uno de los trámites a seguir para que el juez conozca los presupuestos que le permitan dictar la
sentencia que ponga fin al conflicto. Procedimiento es el conjunto de actos y formalidades a las que
deben someterse el juez, las partes y las demás personas que intervienen en el proceso. El
procedimiento es la estructura técnica; es la forma del fenómeno total denominado proceso. Por ello, un
proceso puede contener más de un procedimiento
Expediente: es solo la crónica escrita, oficial y fehaciente de los actos procesales realizados.
Juicio: es frecuente emplear la palabra juicio para representar al proceso, pero esto es inadecuado pues
el juicio es lo que hace el juez en la sentencia, cuando sobre la base del conocimiento adquirido mediante
los actos procesales declaran el derecho material.
Litigio: es el conflicto de intereses presentado a un juez para que lo resuelva; no es proceso, pero está
en él. El proceso reproduce o representa el litigio, porque este es el medio para componerlo. Se procesa
el litigio, que es resuelto mediante la sentencia.
Elementos del proceso. Podemos distinguir en el proceso tres tipos de elementos esenciales: el
elemento subjetivo; el elemento objetivo y el elemento teleológico.
LAS PARTES: Parte es todo sujeto esencial o necesario que requiere por sí, o en cuyo nombre se
requiere, la satisfacción de una pretensión; y aquél contra quien dicha satisfacción es requerida.
El proceso es una relación jurídica entre dos partes: una que pretende (acciona) y otra que contradice
(reacciona, se defiende). Por el principio del contradictorio esencial para la búsqueda de la solución en
un método dialéctico- las dos partes se enfrentan como se adelantara- delante de un tercero imparcial:
el juez o tribunal que es el otro sujeto esencial del proceso. Si el proceso tiene por objeto final el de
imponer el derecho, y como más inmediato el de componer un litigio o satisfacer pretensiones, siempre
nos encontramos con esta oposición. Incluso en el proceso penal, el Estado, al lado del juez, crea la
figura del Ministerio Público que, en defensa de la sociedad, obra como parte actora reclamando la
sanción del imputado, así el juez puede mantener su función esencialmente (estructuralmente) imparcial,
existiendo los dos legítimos contradictores.
Debe entenderse que lo que da la condición de parte (procesalmente hablando) es, entonces, la posición
en el proceso, independientemente de la calidad del sujeto de derecho sustancial (esto es, que se tenga
o no el derecho o la razón), e independientemente de que se actúe por sí o por medio de representación.
Las partes lo son el que demanda y el que es demandado o a nombre de quien se ejercen dichos actos.
Los letrados apoderados no son parte porque ejercen los actos en nombre de la parte que es quien los
ha instituido como tales.
Toda persona puede actuar en un proceso como parte. Si es capaz puede hacerlo por sí, si es incapaz
(menores, por ejemplo) debe hacerlo por medio de su representante legal. Pero la actuación por sí mismo
en un proceso no implica que cualquiera pueda litigar lisa y llanamente. El artículo 31 del Código Procesal
Civil y Comercial establece que en los juicios universales y en los contenciosos ante los jueces letrados
es obligatorio para los litigantes hacerse representar por apoderado inscripto en la matrícula de
procuradores y, entre otras excepciones específicas aclara que podrá prescindirse de ese requisito
"…cuando se actúe con firma de letrado (esto es, con patrocinio letrado pero sin la representación de
éste) o cuando los abogados y procuradores actúen en causa propia, lo cual demuestra que esta
exigencia es, en definitiva, una garantía del efectivo y adecuado ejercicio del derecho de defensa.
Teoría de la relación jurídica: fue expuesta por Bulow en Alemania y luego desarrollada por la doctrina
italiana. Sostiene que en el proceso existe una relación jurídica procesal –entre todos los que intervienen
en el proceso (Estado-partes)- que crea derechos y obligaciones para los intervinientes.
En Italia su expositor fue Chivoeda, el cual afirmaba que esta relación jurídica era “publica, compleja,
unitaria y autónoma”. Publica porque deriva de normas que regulan la actividad publica, la de
administrar justicia. Compleja porque comprende al conjunto de derechos y obligaciones de los que
intervienen en el proceso. Unitaria porque todo tiene a un solo fin: la actuación de la ley. Autónoma
porque esta relación tiene vida propia, ya que existe independientemente de la relación de derecho
material.
Esta teoría tiene muchos seguidores, pero no hay acuerdo entre quienes se establece la relación jurídica.
Para algunos es triangular por que se establece entre las partes y entre cada una de ellas y el juez. Para
otros es bipartita, por que se establece entre el juez y cada una de las partes. Por ultimo hay quienes
sostiene se establece solo entre las partes.
Teoría de la situación jurídica: Goldschmidt rechaza la teoría de la relación jurídica, sosteniendo que
el proceso no es una relación, sino una situación jurídica.
Sostiene que los que intervienen en el proceso no tienen derechos y obligaciones, sino que en vez de
derechos tiene –posibilidades- (de obtener ventajas si realiza un acto procesal) o expectativas (de
obtener ventajas, si la parte contraria no realiza un acto ej. Si no contesta la demanda) o puede liberarse
de una carga procesal (ej. Si el contratio confiesa, no hace falta probar).
Teoría del complejo de relaciones: Se desarrolla en Italia (Carnelutti, Rocco, etc). Sostiene que el
proceso es una combinación de actos, y que cada conflicto que se plantea en él es una relación jurídica,
por lo cual en el proceso no habría, una sola relación jurídica, sino varias y en consecuencia, el proceso
seria un complejo de relaciones.
Teoría de la intitucion: Sostenida por Guasp, parte de la idea que la institución “es una organización
jurídica al servicio de una idea” y que en toda institución hay dos elementos fundamentales: una idea
objetiva o común y un conjunto de voluntades tendientes a que la idea se concrete.
Guasp sostiene que en el proceso se dan esos elementos. La idea común en el proceso es satisfacer
una “pretensión, un reclamo” el “el conjunto de voluntades” esta dado por la actividad de distintas
personas (actor, demandado, juez) con el fin de que se satisfaga la pretensión, aunque cada uno
entendió de manera distinta como se debe satisfacer esa pretensión.
- Periodo de ejecución: cuando la parte vencida no cumple con las obligaciones que la sentencia le
impone, aplica los principios de ejecución forzada, y así satisface el interés del vencedor a costa del
interés del vencido.
Partes del proceso. La idea que tradicionalmente se tuvo sobre el tema era correlativa con el concepto
de acción procesal concebida como un derecho concreto, no desvinculado del derecho material que, por
medio de su ejercicio, se hacía valer o se discutía en pleito. De tal forma, para la antigua concepción, el
vocablo procesal parte configuraba un concepto equivalente al de parte de la relación jurídica material
litigiosa.
Parte es quien pretende y frente a quien se pretende, o quien reclama y frente a quien se reclama la
satisfacción de una pretensión. En todo proceso intervienen dos partes: una que peticiona en nombre
propio, o en cuyo nombre se pide la actuación de una norma legal, denominada “actora”, y otra frente a
la cual esa conducta es exigida, llamada “demandada”. La presencia de esas dos partes en el proceso
es una consecuencia del principio de contradicción, de donde se deduce que en los procedimientos no
contenciosos, mal llamados voluntarios no podemos hablar de actor o demandado, pues las
pretensiones son coincidentes.
El concepto de parte es estrictamente procesal; esa calidad está dada por la titularidad activa o pasiva
de una pretensión y es totalmente independiente de la efectiva existencia de la relación jurídica
sustancial sobre cuyo mérito se pronunciará la sentencia. Existen relaciones nacidas con motivo del
proceso que no se encuentran necesariamente precedidas por una relación material en estado de
conflicto. En otras palabras, no siempre existe plena coincidencia entre los sujetos que litigan (partes
procesales) y los sujetos de la relación cuya existencia se afirma en el proceso (partes materiales).
Pueden ser parte todas las personas, tanto físicas como jurídicas (por su propia naturaleza deben actuar
por medio de sus representantes), o sea, los entes susceptibles de adquirir derechos y contraer
obligaciones
Una misma persona puede tener en el proceso la calidad de parte actora y demandada, como ocurre en
el caso de la reconvención.
Capacidad para ser parte: es la aptitud para ser titular de derechos y deberes procesales. Si partimos
de la base de que persona es todo ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, se
infiere que toda persona goza de capacidad para ser parte. Las personas físicas adquieren capacidad
para ser parte desde su concepción y la pierden con su muerte. También la tienen las personas jurídicas,
ya sean de derecho público o privado. Tiene este tipo de capacidad toda persona natural o jurídica por
el solo hecho de serlo.
Capacidad procesal: no siempre el que puede ser parte en un proceso está habilitado para actuar por sí
mismo; para ello se requiere, además, capacidad procesal, es decir, la aptitud para poder realizar con
eficacia actos de parte.
Es la capacidad para ejercer por sí mismo los derechos, deberes, obligaciones y cargas que genera todo
proceso.
El Codigo Civil y Comercial regula la capacidad en los art 22, 23 y 24.
Capacidad procesal para postular por si mismo en un proceso: aunque una persona sea jurídicamente
capaz –y por ende, pueda ser parte procesal- y procesalmente capaz –y por tanto, puede litigar por sí
misma, sin que sea menester contar con un representante necesario ad-hoc- muchas veces las leyes le
niegan el derecho de postular directamente ante la autoridad, a fin de asegurarle desde la propia norma
un correcto ejercicio del derecho de defensa en juicio.
Y así, en numerosas ocasiones se exige la asistencia de un letrado en calidad de patrocinante (o director
de la defensa) o de representante convencional (mandatario judicial), quien es a la postre el que realiza
cualquier exposición técnica ante el juzgador.
Transformacion del rol de parte. Sustitucion y sucesion procesal. Habitualmente, actor y demandando
permanecen ocupando sus respectivas posiciones antagónicas desde el inicio mismo del proceso y
hasta la total ejecución de la sentencia que se emite acerca de la pretensión procesal. Pero el curso del
tiempo entre ambos actos –presentación de la demanda y ejecución del bien de que se trate- así como
diversas relaciones que vinculan a las partes con ciertos terceros, generan muchas veces varios cambios
de sujetos en la posición ocupada por alguno de ellos.
Existe transformación en la posición de parte cuando ésta ha sido ocupada inicialmente por un solo
sujeto (parte simple) y con posterioridad pasa a ser ocupada por varios (parte compleja) o viceversa.
El primer supuesto se presenta cuando a una de las partes originarias (actor o demandado) se le suma
en el curso procedimental por lo menos un sujeto (tercero interviniente coadyuvante) que ostenta una
propia relación con alguna de aquéllas que es conexa por la causa con la que se halla litigiosa. Del
mismo modo, cuando a base de una relación jurídico-material inescindible no han demandado o no se
ha demandado a todos los sujetos que necesariamente deben ocupar la respectiva posición de parte
procesal para que la sentencia a dictar sea de cumplimiento posible y útil.
El caso inverso –de compleja a simple- se presenta cuando varios sujetos han demandado o sido
demandados conjuntamente y, por una de varias razones posibles, alguno de ellos se retira del proceso
dejando la posición de parte ocupada por un solo sujeto.
La sucesion procesal: Existe sucesión procesal siempre que el sujeto que ocupa efectivamente una de
las posiciones procesales originarias es reemplazado por otro u otros, a consecuencia de un acto entre
vivos o por causa de muerte que transmite los derechos litigiosos y convierte al reemplazante en el nuevo
legitimado para obtener una sentencia de mérito.
La sucesión puede ser a título universal o singular y ambas tienen origen en los dos supuestos recién
mencionados e implican la natural consecuencia en el proceso de la transmisión genérica o particular de
los derechos sustanciales.
1. Existe sucesión procesal a título universal cuando se opera la transmisión de una universalidad de
bienes y alguno de los que la componen se halla en litigio. Este tipo de sucesión puede ser: por
fallecimiento; por extinción o disolución de personas jurídicas; por fusión o escisión de sociedades.
2. Existe sucesión procesal a título singular, cuando se opera la transmisión de un derecho litigioso.
Este tipo de sucesión puede ser: por actos entre vivos; por causa de muerte.
La sustitucion procesal: Ocurre algunas veces que la ley o el contrato legitiman a ciertos sujetos para
actuar en un proceso dado aun cuando, en puro derecho, ostenten la calidad de terceros respecto de
una relación jurídica. Por ende no son ni pueden ser sin más partes ni sucesores singulares o universales
de ellos en la relación material para intervenir en su discusión procesal en razón de tener una propia
vinculación con alguna de las partes originarias gracias a la cual pueden ejercitar un derecho conferido
por la ley, o deben asumir una obligación de garantía legal o contractual.
Cuando tal tercero decide actuar en un proceso, adopta la denominación tradicional de sustituto (en rigor,
sustituyente) y pasa a ocupar la posición procesal de la parte sustituida. Tal cosa puede hacerse
respecto:
1. Del actor: el tercero lo sustituye siempre voluntariamente a fin de incoar el proceso (quien demanda
es el propio sustituyente) en razón de que la ley lo legitima para demandar directamente al deudor
de su deudor: es el caso de la llamada acción subrogatoria.
2. Del demandado: el tercero lo sustituye voluntariamente o provocado al efecto por aquél en el
proceso ya pendiente, en razón de que le adeuda –legal o contractualmente- una obligación de
garantía respecto de la pretensión litigiosa: es el caso de la citación en garantía.
La gestión procesal: La mayoría de las legislaciones permite que en caso de ausencia del lugar del juicio
de una parte procesal, un tercero (generalmente un pariente) que no es su representante, actúe a
nombre del ausente en el proceso al cual éste no puede concurrir y es urgente que lo haga.
El tercero que así actúa recibe el nombre de gestor procesal, y su gestión está sujeta a diversos
requisitos que las leyes establecen contingentemente: prestación de fianza, ratificación por la parte de
lo actuado por él durante su ausencia, sujeción a que esto ocurra en cierto plazo, cumplimiento de
algunas cargas específicamente determinadas en cada caso, invocación de una razón de urgencia, etc,
todo bajo pena de ser anulada la gestión y cargarse las costas correspondientes al propio gestor.
Allanamiento
Art 307: el demandado podrá allanarse a la demanda en cualquier estado anterior a la sentencia.
El juez dictara sentencia conforme a derecho, pero si estuviese comprometido el orden público, el
allanamiento carecerá de efectos y continuara el proceso según el estado.
Transacción
Art 308: las partes podrán hacer valer la transacción del derecho en litigio, con la presentación de un
convenio o suscripción ante el juez. Este se limitara a examinar la concurrencia de los requisitos exigidos
por la ley para la transacción, y homologara o no.
Conciliación
Art 309: Los acuerdos conciliatorios celebrados por las partes ante el juez y homologados por éste,
tendrán autoridad de cosa juzgada.
Caducidad de la instancia
Art 310: Se producirá la caducidad de instancia cuando no se instare su curso dentro de los siguientes
plazos: 1) De seis meses, en primera o única instancia. 2) De tres meses, en segunda o tercera instancia
y en cualquiera de las instancias en el juicio sumarísimo, en el juicio ejecutivo, en las ejecuciones
especiales y en los incidentes. 3) En el que se opere la prescripción de la acción, si fuere menor a los
indicados precedentemente. 4) De un mes, en el incidente de caducidad de instancia. La instancia se
abre con la promoción de la demanda aunque no hubiere sido notificada la resolución que dispone su
traslado y termina con el dictado de la sentencia.
El impulso procesal. Se denomina impulso procesal al fenómeno por virtud del cual se asegura la
continuidad de los actos procesales y su dirección hacia el fallo definitivo.
El impulso procesal se obtiene mediante una serie de situaciones jurídicas 'que unas veces afectan a
las partes y otras al tribunal.
Las partes están gravadas frecuentemente con cargas procesales, que son situaciones jurídicas que
conminan al litigante a realizar determinados actos, bajo amenaza de continuar adelante prescindiendo
de él. El tribunal coopera al desenvolvimiento del juicio señalando, por propia decisión y dentro de los
términos de la ley, plazos para realizar los actos procesales. La estructura misma del juicio contribuye,
por su lado, a que, agotados los plazos que se conceden para realizar los actos, se considere caducada
la posibilidad de realizarlos (preclusión), pasándose a los actos subsiguientes.
El conjunto de estas situaciones asegura el impulso procesal de tal manera, que es el propio interés de
las partes el que les mueve a realizar los actos dentro del término que se les señala. El juicio marcha,
así, incesantemente, impulsado por las partes o por el tribunal hacia destino, sin detenerse, salvo por
acuerdo expreso o tácito de parte, sin regresar jamás. Para que la preclusión se produzca, es menester
que se haya consumido íntegramente el plazo dado por la ley para la realización del acto pendiente'.
Pero a su vez, para que el plazo deba tenerse por extinguido, debe examinarse previamente su propia
naturaleza.
La preclusión procesal.
Para poder ser válidos o eficaces, los diversos actos del proceso, deben cumplirse dentro de los plazos
que señala la ley, por oposición al principio de unidad de vista o de indivisibilidad, en el que no existe un
orden rígido para las alegaciones de las partes y para el aporte de las pruebas. En un proceso de tipo
preclusivo los hechos deberán ser aportados por las partes en sus escritos de demanda y contestación,
no pudiéndose agregar posteriormente otros hechos omitidos por aquellas; del mismo modo, quien no
contesta la demanda dentro del plazo fijado por la ley no podrá hacerlo en lo sucesivo.
El código procesal de la nación se estructura en torno del principio de preclusión (el de Santa Fe
también), por lo que las partes deben ejercer sus facultades procesales dentro de los precisos momento
que marca la ley.
La preclusión puede operar por 3 causas: a) por no haberse observado los plazos que la ley indica para
el ejercicio de la facultad; b) por haberse realizado un acto incompatible con el ejercicio de la facultad
que posteriormente se intenta ejercer. Así, aunque el demandado en un juicio ordinario tiene la facultad
de contestar la demanda y oponer excepciones dentro del término de quince días, si contesta la demanda
el décimo día, sin interponer tales excepciones, no podrá, oponerlas dentro de los 5 días subsiguientes:
la contestación de la demanda importo la preclusión del derecho a deducir excepciones previas, aun
cuando no se hallase todavía vencido el plazo que para ello acuerda la ley; C) por haberse ya ejercido
la facultad procesal en cuestión, aun antes del vencimiento del plazo respectivo, en los casos en que el
proceso ya haya avanzado a otra etapa. Por ejemplo, una vez contestada la demanda, precluye el
derecho del demandado para ello, si, como consecuencia de este acto, se ordenó la apertura a prueba;
en tal caso, aunque todavía no hubiese vencido el término, el demandado no podrá ampliar su
contestación.
Una vez realizada determinada etapa judicial conforme a derecho, no puede volverse para atrás, salvo
que tal haya tramitado con un vicio procesal.
Sistema dispositivo.
Este sistema deriva del carácter disponible de los derechos sustanciales, cuya tutela se pretende a través
del proceso. Un derecho será disponible cuando su titular pueda decidir libremente sobre él (ejemplo:
derechos derivados de la propiedad). Por el contrario se habla de derechos indisponibles cuando su
titular carece de tal poder de decisión. Por ejemplo, los individuos no pueden disponer de su derecho al
nombre, modificándolo libremente, ni de su filiación y estado civil, etc.
La disponibilidad o indisponibilidad de los derechos sustantivos NECESARIAMENTE INFLUYE EN EL
PROCESO, y se vincula, particularmente, con los poderes que las leyes procesales acuerdan, por un
lado, a las partes y, por otro, al juez o si se quiere al Estado.
Entonces, puede definirse al sistema procesal dispositivo como aquel en virtud del cual se confía a las
partes la iniciación y desarrollo del proceso, la delimitación del contenido de la tutela y la aportación de
los hechos y de las pruebas que constituirán el fundamento de las sentencias.
Se aprecia aquí con nitidez la naturaleza eminentemente instrumental del derecho procesal, puesto al
servicio del derecho sustancial.
Esta regla es una consecuencia inevitable del carácter disponible del derecho sustancial objeto del
proceso civil, pues constituye una expresión del derecho civil el demandar o no, por ejemplo el cobro de
un crédito. Si un derecho es disponible, solo quien resulte titular podrá reclamar su tutela, pues si un
tercero pudiera solicitarla, este sería su verdadero titular, y quien, en definitiva, podría disponer de él.
Esta regla es absoluta.
Lo analizado aquí es aplicable al supuesto inverso mirado desde la óptica del demandado, pues también
como regla del sistema dispositivo el juez no puede invocar las defensas o excepciones que aquél
pudiera proponer.
• El desarrollo del proceso: esta reglar no tiene carácter absoluto, ya que si bien las partes tienen la
carga de impulsar el proceso, el juez puede tomar medidas tendientes a evitar la paralización del
proceso. A tal efecto, vencido un plazo, se haya ejercido o no la facultad que corresponda, se pasará
a la etapa siguiente en el desarrollo procesal (art, 36 inc. 1 CPN). No obstante el deber del magistrado
de impulsar el proceso, el CPN, aun después de su reforma de la ley 25488, mantuvo la terminación
del proceso por caducidad de instancia, la que, incluso, puede decretarse de oficio si las partes no
impulsan el proceso. Esto constituye una verdadera contradicción normativa.
• Aportación de los hechos por la partes: incumbe a las partes la carga de suministrar los hechos en
que funden sus pretensiones y defensas, y al juez el deber de considerar para su decisión aquellos
expresamente admitidos por ellas, así como la prohibición de tomar en cuenta hechos no afirmados
oportunamente en el proceso.
El juez en un proceso de tipo dispositivo, no investiga la realidad sino que en todo caso constata la
probable existencia de los hechos afirmados válidamente en el proceso, es decir, la “realidad” según la
versión de una y otra partes. Es que, en definitiva, el hecho no afirmado no existe para el proceso y no
existe para el juez.
• Aportación de las prueba por las partes: el juez solo puede fallar sobre la base de la prueba ofrecida
y producida por las partes en apoyo de sus respectivas posturas, esto es, que aquél no puede
ordenar pruebas no ofrecidas por ellas, o perdidas por su negligencia. No obstante, actualmente en
el proceso civil, predominantemente dispositivo, se admite que el juez decrete medidas de prueba
de oficio para esclarecer los hechos controvertidos, con las limitaciones que consagra el CPN. (Art.
36, inc. 4°).
• Impulso de parte: esta regla no tiene carácter absoluto dentro del Código Procesal de la Nación. Si
bien las partes siguen sujetas a la carga de impulsar los procedimientos, el juez debe tomar medidas
tendientes a evitar la paralización del proceso.
• Disposición privada del proceso: el proceso puede concluir por propia decisión de las partes antes
del dictado de la sentencia definitiva que admita o rechace la demanda.
El demandado puede allanarse a la pretensión del actor poniendo fin al litigio; en tanto no se encuentre
comprometido el orden público, las partes pueden transar sus respectivos derechos, o el actor desistir
de la pretensión e incluso del derecho, etc.
Sistema inquisitivo.
Este sistema procesal deriva del carácter indisponible de los derechos que constituyen el objeto del
proceso y es una consecuencia casi absoluta del predominio del interés público, por oposición al privado,
propio del sistema dispositivo. Este sistema se aplica en mayor medida en los procedimientos penales,
especialmente en la etapa previa de instrucción.
En el sistema inquisitivo, el juez cuenta con amplísimos poderes que le permiten iniciar de oficio un
proceso; superar el marco de lo pedido por las partes; considerar para su decisión hechos no afirmados
por aquellas; ordenar pruebas no ofrecida por los litigantes sin limitación de ningún género; decretar las
medidas necesarias para continuar el trámite de la causa, sea que las partes permanezcan inactivas o
no, y, en fin, continuar los procedimientos a pesar de los acuerdos en contrario que ellas pudieren haber
celebrado. Es lógico que sea así, dado que si las partes no resultan ser las titulares del derecho o interés
discutido en el proceso sino la comunidad, el estado, el órgano judicial, en su función de engranaje de
la maquinaria estatal, no puede subordinarse a la voluntad de los sujetos privados. Este sistema es la
cara opuesta del dispositivo.
Dentro de nuestra legislación, el predominio del sistema inquisitivo en el proceso civil se advierte en
algunos procesos, como el de concursos y quiebras, y en los relativos al derecho de familia, donde la
disponibilidad privada se ve fuertemente atenuada.
Corresponde señalar que, en general, los procesos no son absolutamente dispositivos o inquisitivos,
advirtiéndose una tendencia a conciliar ambos sistemas.
Naturaleza jurídica de los principios: los principios procesales son construcciones normativas.
Desconocer su normatividad equivale a quitar obligatoriedad a su aplicación.
Hay autores, como Arazi, que distinguen entre principios y sistemas procesales (directivas generales en
las que se inspira un ordenamiento procesal).
F) LA CARGA PROCESAL.
Son requerimientos establecidos normativamente: Porque el origen de la carga procesal deriva del
sistema procesal establecido para resolver la controversia (dirimir).
1) Exigen conducta de las partes: porque nadie más que las partes está interesado en que se sentencie
a su favor el caso.
2) Han de observar una conducta determinada: porque la carga procesal exige que el sujeto tolere la
realización del acto.
4) La desventaja puede repercutir en el resultado final del proceso: Ya que todo lo actuado sirve de
fundamento para la resolución final.
La parte correctamente emplazada posee la carga procesal de intervenir en el juicio. Para ello se
requiere:
-Que la notificación sea hecha en forma legal.
-Que transcurra el tiempo que la ley señala al demandado para que comparezca en el proceso.
Se es "emplazado" cuando la parte ha sido notificada y mientras transcurren los plazos
G) DISTINTAS CLASES DE PROCESO; POR SU OBJETO, POR SU MODO, POR SU FORMA Y POR
SU CONTENIDO (SEGÚN ARAZI).
Si bien el proceso es jurídicamente un fenómeno único, cabe clasificarlo desde distintos puntos de
vista:
• Según la distinta extensión de los poderes dados al juez para la investigación de la verdad, se habla
de procesos de tipo inquisitivo y procesos de tipo dispositivo.
• De acuerdo con el órgano que juzga, se encuentran los procesos judiciales, legislativos (por ej. Juicio
político), administrativos (por ej., proceso ante los tribunales militares), arbitrales y de amigables
componedores. Estos dos últimos son los que se radican ante jueces designados de común acuerdo
por las partes; de la misma manera que éstas pueden transigir o conciliar sus conflictos, también
pueden encomendarles la decisión a “jueces privados”. Los árbitros se diferencian de los amigables
componedores en que los primeros tienen que sujetarse a las normas legales y aplicar el derecho
vigente, mientras que los segundos, proceden sin sujeción a formas legales, decidiendo la cuestión
según su “leal saber y entender” y de acuerdo con la “equidad”.
• Por la naturaleza del derecho material que se pretenda realizar, puede hablarse de procesos civiles,
penales, comerciales, laborales, etc.
• Según el tipo de comunicación preeminente en el proceso se pueden clasificar en procesos orales y
procesos escritos.
• Según el tipo de intervención que requieren del juez, se habla de procesos contenciosos, cuando se
pretende la intervención para que dirima un conflicto, y procesos voluntarios, en los que se solicita su
intervención para integrar, constituir o acordar eficacia jurídica a un estado o situación jurídica, sin
que exista un conflicto entre peticionarios; en realidad son trámites o procedimientos no contenciosos
que se realizan ante los órganos judiciales, porque así lo dispone el legislador por razones prácticas
y circunstanciales y pueden ser: el procedimiento sucesorio, la rectificación de partidas, etc.
• En atención a la finalidad de la pretensión:
a) En los procesos de conocimiento, se solicita el reconocimiento de un derecho, la declaración de
su existencia. Admiten tres variantes según el tipo de sentencia que se requiere: 1) de condena:
se pretende que se imponga al demandado el cumplimiento de una prestación (por ej., pago de
una deuda); 2) declarativa: se solicita que el juez ratifique la existencia de una determinada
situación jurídica (por ej., la filiación, la adquisición del dominio por prescripción, etc.); cuando se
trate de hacer cesar un estado de incertidumbre, antes de que aparezca el conflicto, la pretensión
se denomina “meramente declarativa” (art 322 CPN). Se pretende una declaración de certeza
sobre la existencia o inexistencia del derecho pretendido por el actor. 3) constitutiva: se busca la
constitución, modificación o extinción de un estado jurídico (por ej., divorcio, insania).
b) Los procesos de ejecución, se manifiestan cuando se persigue la satisfacción de un crédito
reconocido por sentencia o que surge de un título al que la ley le reconoce ese efecto.
c) Finalmente los procesos asegurativos o cautelares, tienden a consolidar el resultado práctico de
la sentencia (la realización del derecho material) que recaiga en otro proceso de conocimiento o
de ejecución. Ello se logra mediante la solicitud de medidas cautelares (embargo preventivo,
secuestro, inhibición general de bienes, prohibición de innovar, etc.).
Tiende a impedir que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través
de un proceso (de conocimiento o de ejecución), pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo
que transcurre entre su iniciación y el pronunciamiento de la sentencia que le pone fin
(desaparición de los bienes del presunto deudor, o modificación de la situación de hecho
existente al tiempo de deducirse la pretensión). La característica fundamental de este tipo de
procesos consiste en que carecen de autonomía, pues su finalidad se reduce a asegurar el
resultado práctico de la sentencia que debe recaer en otro proceso.
• Por su contenido, cabe distinguir los singulares en los que se controvierten una o más pretensiones
referentes a hechos, cosas o relaciones jurídicas determinadas. En general, la mayoría de los
procesos reviste este carácter, constituyendo la excepción los procesos universales. En cuanto a los
universales, se manifiestan cuando se examinan, al mismo tiempo y ante el mismo juez, una
universalidad de cuestiones patrimoniales que afectan a un caudal común, con miras a su liquidación
y distribución. Ello ocurre en virtud del denominado “fuero de atracción” (proceso sucesorio,
concursos y quiebras).
a) Procesos de conocimiento: son llamados también plenarios, porque en ellos se agota el examen de
la cuestión sometida a la decisión del juez, culminando con una sentencia que pasa en autoridad de
cosa juzgada material, esto es, que no puede ser revisada en el mismo proceso cuando se utilizaron
todos los recursos que autoriza la ley o se dejaron vencer los plazos para su interposición (es lo que se
llama inimpugnabilidad), ni en otro proceso posterior (inmutabilidad), salvo los casos excepcionales de
fraude procesal.
Dentro de los procesos de conocimiento el código distingue los ordinarios y los sumarísimos, estos
últimos llamados por la doctrina plenarios rápidos o rapidísimos porque, precisamente, la diferencia con
el primero es que se prevé un trámite más acelerado al acortarse los plazos para realizar los diferentes
actos procesales y limitarse la posibilidad de interponer recursos.
El Cód. Procesal de la Nación regulaba un proceso de conocimiento intermedio, llamado sumario, pero
la ley 25.488 derogó las disposiciones relativas a este proceso y actualmente el código prevé sólo los
mencionados. El actual juicio ordinario tomó del antiguo sumario solo algunas de sus disposiciones,
como la carga de ofrecer la totalidad de la prueba con la demanda y contestación (antes solo se
acompañaba la prueba documental) y la de oponer excepciones previas junto con la contestación de la
demanda.
b) Procesos de ejecución: son aquellos en los que el actor pide el cumplimiento de una sentencia de
condena o el pago de una deuda de dinero, líquida y exigible, instrumentada en un documento que,
según la enunciación que hace la ley, trae aparejada ejecución. El Cód. Procesal de la Nación clasifica
dentro de estos procesos a los siguientes: ejecución de sentencia, juicio ejecutivo y ejecuciones
especiales (hipotecaria, prendaria, comercial y fiscal).
c) Procesos especiales: el Código enuncia una serie de procesos que sólo tienen en común el hecho de
tramitar por procedimientos propios; son ellos los siguientes: 1) interdictos y acciones posesorias,
denuncia de daño temido y reparaciones urgentes, que tienden a proteger, mediante un trámite rápido,
la posesión y la tenencia sobre las cosas, impidiendo que ellas sean perturbadas por actos u omisiones
de otras personas; 2) procesos de declaración de incapacidad y de inhabilitación de una persona; 3)
alimentos y litisexpensas; 4) rendición de cuentas; 5) mensura y deslinde; 6)división de cosas comunes,
y 7) desalojo.
d) Proceso sucesorio: único procedimiento universal que legisla el Código, dado que el concurso y la
quiebra están contemplados en una ley especial (24.522).
BOLILLA IV
COMPETENCIA
Surgido un conflicto, lo primero que hay que determinar es si debe intervenir la justicia federal (nacional)
o la justicia ordinaria (provincial), ya que en las provincias no sólo actúan los jueces provinciales, sino
que en ellas coexisten juzgados federales y juzgados provinciales.
Dado que la República Argentina es un país federal, existen dos órdenes jurisdiccionales. El local, de los
estados federados y que comprende al Poder Judicial de las provincias y al de la ciudad Autónoma de
Buenos Aires, según el art. 129 de la CN.
Para entender a esta cuestión hay que centrarse en los art. 116 y 117 de la CN. El art. 116 define las
causas delegadas por las provincias para que sean resueltas por los órganos jurisdiccionales del Estado
Federal. En cambio, el art. 117 destila y recorta del anterior una especie dentro del género de
competencia judicial federal, la que corresponde ejercer de manera originaria y exclusiva a la CSJN.
En consecuencia de ello, la CSJN tiene:
- Competencia ordinaria por apelación (art.116).
- Competencia extraordinaria por apelación (arts. 116 y 117 y arts. 14, 15 y 16 de la ley 48)
- Competencia originaria y exclusiva (art. 117).
El art. 116 nos dice, por otra parte, que corresponden a los tribunales federales “todas las causas que
versen sobre puntos regidos por las leyes de la nación, con reserva hecha en el inc. 12 del art. 75…”
El inc. 12 del art. 75 menciona a los códigos civil, comercial, penal, de minería y del trabajo de seguridad
social.
Por eso, si una causa versa sobre puntos regidos por algunos de estos códigos, en principio tendrán
competencia los tribunales provinciales, salvo que por las características de las cosas o personas en
conflicto deba intervenir la justicia federal.
Tribunales Provinciales.
Depende de las características
del caso, va a actuar:
Coexistirían
2 tipos de justicia
(al igual que en las provincias)
Artículo 116. Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento
y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por las leyes de
la Nación, con la reserva hecha en el inciso 12 del artículo 75; y por los tratados con las naciones
extranjeras; de las causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; de
las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de los asuntos en que la Nación sea parte; de las
causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los
vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano
extranjero
Artículo 117.En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y
excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a embajadores,
ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la ejercerá originaria y
exclusivamente.
Artículo 129.-La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de Gobierno autónomo con facultades propias
de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad.
Una ley garantizará los intereses del Estado nacional mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de
la Nación.
En el marco de lo dispuesto en este artículo, el Congreso de la Nación convocará a los habitantes de la
ciudad de Buenos Aires para que, mediante los representantes que elijan a ese efecto, dicten el estatuto
organizativo de sus instituciones.
La competencia federal es la facultad reconocida a los órganos que integran el PJ de la Nación para
ejercer sus funciones en los casos, respecto de las personas y los lugares especialmente determinados
por la CN.
Esta competencia deriva de la forma de gobierno adoptada por nuestra Constitución.
La CN determina en sus arts. 116 y 117, los asuntos cuyo conocimiento incumbe a la justicia federal.
Diversas leyes orgánicas sancionadas por el gobierno nacional han reglamentado dichas normas
constitucionales, delimitando el alcance de la competencia originaria de la Corte Suprema y de la que
corresponde a los demás tribunales inferiores.
Supuestos de atribución.
La competencia de los jueces federales con asiento en las provincias se halla reglamentada, en las
materias civil, comercial, contencioso-administrativa, por los art. 2 de la ley 48 y 55 incs. b, c y d de la
ley 13.998. En la Capital, la justicia federal en las mencionadas materias se halla desempeñada por
jueces nacionales de primera instancia en lo civil y comercial federal, cuya competencia está
reglamentada por el art. 111 de la ley 1893, que reproduce con algunas modificaciones el art. 2 de la
ley 48, y por el art. 42 de la ley 13.998, y por jueces nacionales de primera instancia en lo contencioso-
administrativo federal, cuya competencia está determinada por la ley 13.998, art. 45.
El art. 116 de la CN determina globalmente las causas y los asuntos que, en términos generales, son
de jurisdicción de los tribunales federales, sin dividir instancias ni competencias.
La constitución sólo específica luego, en artl 117, los casos en que esa competencia es originaria y
exclusiva de la CSJN. Y el propio art. 117 aclara que, salvo “estos casos”, en todos los demás el
congreso puede establecer “reglas y excepciones” que regirán la competencia apelada de la Corte.
La competencia de la Corte Suprema es originaria y apelada, habiendo sido establecida la primera,
como regla, atendiendo a las personas intervinientes en las causas, y la segunda, teniendo en cuenta
las personas, la materia y la importancia del asunto.
De esto surge que se prevén dos clases de competencias para la Corte:
a- originaria y exclusiva, en la que conoce como tribunal de instancia única;
b- apelada, en la que conoce causas que le llagan de un tribunal inferior, donde han sido juzgadas. Esta
se subdivide por vía ordinaria y por vía extraordinaria.
• Competencia originaria y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
1- En todos los asuntos que versan entre dos o más provincias, y entre una provincia y algún vecino o
vecinos de otra o ciudadanos o súbditos extranjeros.
Deben considerarse “vecinos” a los efectos de la competencia originaria de la Corte Suprema:
- Las personas físicas domiciliadas en el país desde dos o más años antes de la iniciación de la
demanda; cualquiera sea su nacionalidad.
- Las personas jurídicas de derecho público del país
- Las demás personas jurídicas constituidas y domiciliadas en el país
- Las sociedades y asociaciones sin personería jurídica, cuando la totalidad de sus miembros se halle
en situación prevista en el primer inciso.
2- En los asuntos que versen entre una provincia y un Estado extranjero.
3- En las causas concernientes a embajadores u otros ministros diplomáticos extranjeros, a las
personas que compongan la legación y a los individuos de su familia, de modo que una Corte de Justicia
puede proceder con arreglo al derecho de gentes.
4- En las causas que versen sobre privilegios y exenciones de los cónsules extranjeros en su carácter
público.
a- Competencia territorial
ARTICULO 15 (LOPJ).- Ejerce su competencia funcional, material y personal en todo el territorio de la
Provincia.
c- Competencia material
ARTICULO 17 (LOPJ).- Compete a la Corte Suprema el conocimiento de:
1) las pretensiones contencioso administrativas, en los casos y modos que dispone la ley.
2) los conflictos de competencia suscitados entre magistrados de la Provincia que no tienen un superior
común;
3) los conflictos de atribuciones planteados entre funcionarios del Poder Ejecutivo y magistrados o
funcionarios del Poder Judicial;
4) los incidentes de recusación de sus propios integrantes.
d- Competencia personal
ARTICULO 18 (LOPJ).- Compete a la Corte Suprema el conocimiento de:
1) los juicios de expropiación promovidos por la Provincia;
2) los juicios de responsabilidad civil promovidos contra los magistrados judiciales.
Se puede analizar el tema teniendo en cuenta dos pautas orientadoras que se diferencias
perfectamente: las que miran el litigio mismo y las que sólo ven la persona del juzgador.
• Competencia objetiva: es la que surge a partir del contenido del litigo mismo que se lleva a
conocimiento judicial.
- Competencia territorial: todo juez ejerce sus funciones dentro de un límite territorial que casi siempre
está perfecta y geográficamente demarcado por la ley.
En otras palabras: quien es juez con competencia en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, puede
ejercer toda su actividad dentro del ejido municipal respectivo, no fuera de él; más tajante aún: quien
es juez en Buenos Aires no lo es en la ciudad de Rosario. Y viceversa.
Cuando un servicio judicial se halla bien y funcionalmente organizado, existe gran número de
demarcaciones territoriales, con suficiente cantidad de jueces.
¿Ante cuál de todos ellos debe instar un particular que se halla en conflicto?
- CPCCN: art. 5
- CPCCSF: arts. 4 y 5
- Competencia material: los jueces que ejercen su actividad dentro de un mismo territorio suelen dividir
el conocimiento de los diversos asuntos litigiosos de acuerdo con la materia sobre la cual se
fundamenta la respectiva pretensión.
En la actualidad, la competencia material se divide en civil, comercial, laboral, penal, federal,
contencioso-administrativa, etc.
Para conocer cuál es el sistema imperante en un lugar dado, el lector debe ocurrir a la ley que organiza
el PJ.
- Provincial: No existe en LOPJ una norma que determine de modo expreso la división de la
competencia material. Para conocer tal división, el intérprete debe recurrir al contenido de las
competencias creadas y determinadas por LOPJ.
- Competencia funcional: habitualmente, la actividad de juzgar es ejercida por una sola persona que,
como todo ser humano, es falible y, por ende, puede cometer errores que generen situaciones de
injusticia o de ilegitimidad.
El posible error judicial que no cumple el postulado básico del sistema debe ser revisable por otro
juzgador, que por razones obvias, debe estar por encima del primero y al cual éste ha de subordinarse.
Así es como, en orden a la función que cumple cada uno de los jueces, el ordenamiento legal establece
un doble grado de conocimiento: un juez unipersonal de primer grado (o de primera instancia) emite su
sentencia resolviendo el litigio; tal sentencia es revisable por un tribunal (habitualmente pluripersonal)
que actúa en segundo grado de conocimiento (o en segunda instancia) como órgano de control.
Este doble grado de conocimiento judicial recibe la denominación de ordinario. Los interesados pueden
plantear cuestiones de hecho y de derecho para ser resueltas.
Además del conocimiento ordinario, en el orden nacional existe un grado más de conocimiento
extraordinario en el cual no pueden plantearse cuestiones de hecho sino exclusivamente de derecho.
La función que cumple el juzgador en cada grado de conocimiento, por completo diferente:
a- el de primer grado ordinario tiene amplias facultades para interpretar y evaluar los hechos que
originaron el litigio y de aplicar a ellos la norma jurídica que estime es la que corresponde al caso, a fin
de absolver o condenar al demandado;
b- el de segundo grado ordinario carece de tales facultades: sólo debe decidir acerca de los argumentos
que, seria y razonadamente, expone el perdidoso respecto de los argumentos que fundan la sentencia
que le fue adversa.
c- el de tercer grado, ahora ya es extraordinario, debe proceder de modo similar al de segundo grado,
con una variante de la mayor importancia: no ha de conocer de cualquier argumento jurídico que
presente el agraviado sino sólo de aquel que tenga relevancia constitucional.
- Competencia cuantitativa o por razón del valor: en casi todos los lugares se divide la competencia en
razón del valor o la cantidad sobre el cual versa la pretensión y así dos jueces que tienen idéntica
competencia territorial (por ejemplo en una misma ciudad) o idéntica competencia material (ejemplo en
lo comercial) pueden ostentar diferente competencia cuantitativa: sobre la base de una cantidad patrón
fijada por el legislador, uno será de mayor cuantía si la excede y otra de menor cuantía sino llega a ella.
El valor preponderante en el primer caso será el de la seguridad jurídica, en el segundo, los de la
celeridad y la economía en la solución del litigio. Y es que celeridad y seguridad jurídica son valores
que nunca pueden caminar juntos: lo que se resuelve rápidamente no es seguro, lo que se decide con
seguridad no puede ser rápido.
En síntesis este tipo de competencia depende del monto reclamado en la demanda. Se supone que es
conveniente la existencia de juzgados especiales que se encarguen de los asuntos de menor monto,
mediante un procedimiento más simple.
Código procesal civil y comercial de santa fe: Art 3.
- Competencia personal o en razón de las personas: lo que la ley tiene en cuenta para atribuir esta
competencia, es las personas que están involucradas en el conflicto. Esta competencia determina por
ej.: que haya jueces con competencia de menores; si se tratara de un extranjero serían jueces con
competencia federal; si la provincia de santa fe decide demandar a la provincia de entre ríos, en razón
de estas personas se atribuye competencia a la suprema corte de justicia de la nación.
• Competencia subjetiva: Sólo tiene en cuenta la persona del juzgador. Un juez puede ser un juez
objetivamente competente para conocer un litigio (en razón de la materia, las personas, el grado, el
territorio y el valor), y sin embargo no serlo subjetivamente, por hallarse comprendido respecto de
alguno de los litigantes/representantes/patrocinantes, o bien hallarse comprendido en la misma
cuestión litigiosa en una situación tal que genera un interés propio en el juez para que la sentencia se
emita en un cierto y único sentido.
Cuando eso ocurre, el juez pierde el carácter de poder actuar libremente.
Cuando este problema existe, no genera un debido proceso sino un simple procedimiento cuya solución
jamás podrá ganar los efectos propios de la sentencia dictada luego de un proceso.
Congruente a ello, doctrina y legislación otorgan a los litigantes la facultad de desplazar la competencia
del juez objetivamente competente pero subjetivamente incompetente hacia otro juez que sea objetiva
y subjetivamente competente. Si las partes guardan silencio al respecto, por desconocimiento de la
respectiva situación o por cualquier otra circunstancia, la propia ley le impone al juez subjetivamente
incompetente el inexorable deber de excusarse de entender en el litigio.
Recusación y excusación.
(ver art 8, 9 y 10 del CPCCSF) Estas son consideradas causales subjetivas de desplazamiento de
competencia. Para Barberio todas las causales son objetivas, no hay causales subjetivas.
- Recusación es el ejercicio o facultad que tiene cualquiera de las partes de señalarle al juez una causal
de sospecha relativa a su imparcialidad y que implica el apartamiento del juez. La imparcialidad se
presume, sin embargo esta puede estar afectada por causales que objetivamente podrían poner en
juicio la imparcialidad. Ej. Causales: parentesco.
- Excusación: funciona igual que la recusación, pero en este caso es el juez el que se aparta, en la
recusación son las partes las que lo piden.
Denomínese conflicto de competencia a la contienda que se plantea entre dos jueces cuando ambos
emiten resoluciones coincidentes acerca de sus respectivas competencias para conocer de un asunto
determinado. Si ambos coinciden en declararse competente se dice q hay un conflicto positivo, si ambos
coinciden en afirmarse incompetentes se dice q hay un conflicto negativo.
Al conflicto positivo se llega por:
- Demanda inhibitoria estimada por el juez ante quien se presenta y consiguiente negativa del juez
requerido por éste;
- Reclamo oficioso del conocimiento de un asunto, de un juez a otro, por existir fuero de atracción o
conexidad de causas que exija que la sentencia se dicte en una de ellas deba producir en la otra los
efectos del caso juzgado.
Al conflicto negativo se llega por:
- Estimación por un juez de una excepción de incompetencia (vía declinatoria) y consiguiente
denegación oficiosa de competencia por otro juez o, en su defecto, estimación de una nueva excepción
de incompetencia. El caso supone que los dos jueces intervinientes se declaren incompetentes;
- Denegación oficiosa de competencia por parte de dos o más jueces.
Para que el conflicto pueda existir es menester que se cumplan los siguientes requisitos:
a- deben existir dos resoluciones judiciales coincidentes en la afirmación de competencia o de
incopentencia;
b- los jueces en conflicto, deben pertenecer a una misma jerarquía funcional.
En todos los casos, la solución al conflicto de competencia debe darla el superior común a ambos
jueces.
Nación: CPCCN art. 13.
Provincia: CPCCSF art. 8.
Denomínese oposición que realiza el demandado respecto de la aptitud (competencia) que posee el
juez que dio curso a la demanda presentada por el actor. Cuando el actor elige un juez y este no repele
su competencia, sólo el demandado puede cuestionarla por una de dos vías:
- Declaratoria: es el medio acordado por las leyes procesales para que el demandado cuestione la
competencia ya admitida por un juez: a tal debe presentarse ante él y solicitarle que cese (decline) en
el conocimiento de la causa respecto de la cual lo considera incompetente. Se realiza en favor de quien
considera competente.
- Inhibitoria: el plateo se hace no ante el juez que está interviniendo sino ante el juez q se considera es
competente y solicitarle que declare su competencia y reclame al juez que está conociendo de la causa
que se declare incompetente y cese en su intervención.
La actividad jurisdiccional se realiza válidamente en tanto que el órgano que la actúa sea imparcial e
independiente de las partes en litigio.
Cuando ello no ocurre y, por tanto, el juez subjetivamente incompetente, tiene el deber de excusarse y
las partes el derecho de recusarlo.
Recusación con o sin causa. Causales previstas. Oportunidad de recusar en cada caso. Trámite.
Efectos.
La recusación es el medio que acuerdan las leyes procesales para atacar la incompetencia subjetiva
del juez, aduciendo la existencia de alguna causal que, de existir, hace inválida la actividad jurisdiccional
por presentarlo al juez en situación de partialidad, parcialidad o dependencia de las partes.
Nuestro ordenamiento ha optado por proteger la imparcialidad judicial mediante la figura del juez
suspectus y no la del juez inhabilis.
La esencia de la recusación no es, ni la pérdida de la imparcialidad, ni de la dependencia del juez o
magistrado. Su sentido, primero y último, es la sospecha.
Absolutamente todas las leyes procesales aceptan y regulan la recusación con expresión de causa,
mencionando de modo expreso las que revelan una incompetencia subjetiva del juez, y otras más, muy
pocas, permiten la recusación sin expresión de causa.
- Recusación causada. CPCCSF arts. 9, 10, 12, 13, 14, 15, 16 y 17 / LOPJ 7050 arts. 4 a 6.
Además de los magistrados mencionados en el art. 10, pueden ser recusados con causa los conjueces,
los árbitros, los peritos.
- Recusación incausada o sin expresión de causa. CPCCSF arts. 9, 14, 15, 16 y 17.
Es el medio que algunas leyes, acuerdan a las partes para lograr el apartamiento de un juez respecto
del conocimiento de cierto asunto justiciable sin necesidad de explicar la razón o la causa por la cual el
recusante no acepta su permanencia en el litigio.
Además de los magistrados mencionados en el art. 9, son recusables sin causa los jueces de trámite
de los tribunales colegiados, y los árbitros designados por sorteo.
No son recusables sin causa: los ministros de la CSSF, jueces en caso de recurso de amparo, jueces
de los tribunales colegiados, jueces de menores, jueces comunales, jueces de feria.
La recusación sin causa no procede en los casos contemplados en el art. 17.
Es anulable la sentencia dictada por juez legalmente recusado.
Diligencias preliminares: aquellas medidas que se pueden pedir o diligenciar antes de que se inicie el
proceso. Normalmente el proceso comienza con la interposición de la demanda, pero muchas veces
antes de eso es necesario conocer ciertos datos de la contraparte, determinadas cuestiones que sin
ellas no podría ser planteada correctamente la demanda, o producir anticipadamente una prueba,
cuando es posible que más adelante sea imposible o difícil de conseguir. Quedan aquí englobadas la
medidas preparatorias y las medidas conservatorias.
Requisitos:
El acto procesal consta de dos elementos fundamentales, la forma y el contenido. La forma constituye
la faz objetiva del acto, o sea, el modo de exteriorización de la voluntad. El contenido es puramente
subjetivo y supone un proceso psicológico.
➢ OBJETO: es la finalidad que busca quien lo realiza, o el que lo pidió o quien cumple el acto.
Objeto lícito, fin no prohibido por la ley y reunir los requisitos de lealtad, probidad y veracidad.
➢ FORMA: se refiere a la materialidad del acto y a la incidencia del tiempo sobre su eficacia.
Clasificación.
Actos de los jueces y de los auxiliares: de instrucción, de resolución, de ejecución
a) Actos de reglamentación o de instrucción: tienen por objeto el desenvolvimiento y dirección del
proceso, permitiendo la acumulación de los elementos que han de servir de base a la decisión final;
ORDENAN EL PROCEDIMIENTO
- Actos de admisión: comprenden las providencias mediante se admiten o rechazan actos procesales
de los litigantes.
- Actos de transmisión: hacer conocer a los litigantes lo que se pide o hace en el proceso (traslados,
vistas, notificaciones). Aseguran el principio de contradicción y de defensa en juicio.
- Actos de conocimiento: percepción, comprensión y meditación, por parte del juez, de los diversos
elementos aportados al proceso para la decisión de la litis.
- Disciplinarios: cumplen el fin de evitar actitudes que obstruyan el trámite procesal. La ley faculta al
juez a aplicar sanciones a sus propios auxiliares, a las partes y a terceros. (art 35 cod. Proc. Nac.)
b) Actos de resolución: comprenden las diversas clases de sentencias, pronunciadas por el juez, con
conocimiento sumario o amplio sobre el mérito de la causa o sobre el procedimiento, cuando este ha
sido cuestionado.
- Sentencia definitiva: es la que dirime la contienda de fondo que ha determinado el litigio.
- Interlocutorias simples (decreto o providencias de mero trámite): son las resoluciones que el juez o
tribunal dictan durante el curso del proceso, para propender a su impulso (se acepta la demanda,
abrir la causa a prueba).
- Interlocutorias (autos interlocutorios o resoluciones de incidentes): son las que deciden cuestiones
incidentales que se presentan y son necesarias resolver para poder continuar con el proceso
(incidente de recusación del juez).
c) Actos de ejecución: son aquellos en donde el juez ejercita un elemento específico de la jurisdicción:
la coacción. A través de ellos posibilita el cumplimiento de los mandatos judiciales.
Actos de los terceros: contribuyen a la instrucción del proceso y a la ejecución de lo decidido. No son
partes en el proceso y no integran el órgano jurisdiccional, ni aun como auxiliares.
a) Actos de pruebas: son las declaraciones de testigos.
b) Actos de cooperación: son la intervención y administración judiciales, las subastas judiciales.
Siguiendo a Palacio, podemos afirmar que el procurador es aquél profesional particularmente idóneo en
el manejo de la técnica procesal, al que le incumbe actuar procesalmente en lugar de la parte; mientras
que el abogado actúa junto a ella o su representante patrocinándola, tarea que incluye la de asesorarla
en el planteo de las cuestiones de hecho y derecho, suscribiendo los escritos más trascendentes del
proceso y, asimismo, asistirla en las audiencias y demás actos de comunicación verbal con el Tribunal;
por lo tanto, cuando los artículos 30 y 31 inciso 1 del código provincial hablan de letrado aluden al
abogado cumpliendo estas funciones.
Por su parte, la Ley Orgánica del Poder Judicial establece una diferenciación entre ambas figuras, no
obstante lo cual autoriza al abogado a intervenir también como representante en juicio e incluso dispone
que la matrícula de abogado autoriza automáticamente el ejercicio de la procuración.
Asimismo, el digesto mencionado dispone que el procurador y escribano que haya optado por ejercer la
procuración está habilitado para la representación en juicio, pero requiere -a diferencia del abogado que
actúa como procurador- de la firma de letrado en las piezas más trascendentes del proceso.
Por lo tanto, nuestro sistema provincial obliga a la representación por medio de procurador en los juicios
universales y contenciosos ante los jueces letrados; salvo que la parte actúe con patrocinio letrado.
Ese imperativo abarca todos los actos del proceso con excepción de los que están expresamente
excluidos por los incisos 2 a 6 del artículo 31 del mismo digesto y según la interpretación que se efectúe
del artículo 30 que reza: Toda persona puede comparecer por sí o por apoderado o por medio de sus
representantes legales, con o sin la dirección de letrado, salvo lo dispuesto en la ley orgánica.
En este último aspecto, hay quienes sostienen que surge de la lectura del artículo transcripto la no
exigencia de representación ni patrocinio letrado para el solo acto de comparecer a juicio. Empero, esta
postura ha sido objetada en virtud de que esa posibilidad queda supeditada a lo dispuesto en la Ley
Orgánica, la que exige asistencia letrada en todos los actos (art. 318 -inciso 2- y 319).
Por ello, es dable concluir que las excepciones deben limitarse a las expresamente enumeradas en los
incisos 2 a 6 del artículo 31; esto es:
- Para solicitar medidas precautorias o urgentes;
- Cuando los abogados o procuradores actúen en causa propia;
- Para contestar intimaciones o requerimientos de carácter personal;
- Para la recepción de órdenes de pago;
- Para solicitar declaratoria de pobreza.
Por último, no se puede perder de vista lo normado por el artículo 247 de la ley 10160 en el sentido de
que siempre queda en pie la potestad del juez de exigir la asistencia de letrado patrocinante.
Acreditación de la personería.
ARTICULO 41. La persona que se presente en juicio por un derecho que no sea propio, aunque le
competa ejercerlo en virtud de representación legal, deberá acompañar a su primer escrito los
documentos que acreditan el carácter que inviste.
La representación en juicio será acreditada mediante escritura de mandato, otorgada ante escribano
público o por poderes especiales que podrán autorizar los jueces de circuito o comunales o los
secretarios de juzgados de primera instancia de distrito o de circuito.
En los asuntos de competencia de la justicia de circuito o comunal, será bastante una carta poder
otorgada por las partes, sin otro requisito que la autenticación de sus firmas por cualquier autoridad
judicial. (Art. conforme Ley 12.281)
ARTICULO 42. En casos urgentes, se podrá comparecer al proceso ofreciendo comprobar la personería
dentro del plazo que el juez determine y que no podrá ser superior a treinta días. La decisión será
inapelable y cuando fuera denegatoria, se notificará por cédula o personalmente en secretaría. El plazo
empezará a correr desde el mismo día en que se compareció invocando el mandato y pidiendo término
para presentar el documento que lo instrumente. Transcurrido aquél sin que el poder se exhibiere o si
éste no hubiere sido otorgado, por lo menos, el día que se lo alegó, quedará nulo todo lo actuado por el
procurador que cargará con las costas causadas. La ratificación de los actos realizados sin poder es
inadmisible
Siendo que la representación debe acreditarse en el primer escrito, merece destacarse que tal carga
necesariamente se excepciona con lo establecido en el primer párrafo del art. 42, y que la expresión
“PRIMER ESCRITO” tiene que entenderse como referente a la primera comparecencia, porque bien
puede suceder que tal circunstancia se dé al participar de una audiencia.
El artículo 42 hace referencia a la figura del GESTOR. Enseña Palacio, denomínese gestor a quien,
limitándose a invocar la representación de un tercero o careciendo de un poder suficiente, comparece
en nombre de aquel para realizar uno o más actos procesales que no admiten demora, aunque con la
condición de acreditar personería o de obtener la ratificación de su actuación dentro de un plazo
determinado.
Extensión.
El poder puede ser general o especial. El general es otorgado para intervenir en todos juicios iniciados
o a iniciarse por o contra el mandante. Debe realizarse únicamente por escritura pública o con firma
certificada ante escribano público o del juez comunal. El poder especial es aquel que se confiere para
un juicio determinado.
El original del poder se reserva en secretaría y se agrega la copia en autos.
Facultades del poder como instrumento que otorga la parte:
Art. 44 (CP SF)- “El poder para estar en juicio, sea general o para un asunto determinado comprende
las facultades necesarias para realizar todos los actos de procedimiento establecidos en este Código y
además, las de sustituir y prorrogar competencia. El mandato puede limitar la extensión de dicho poder,
mediante la reserva de determinadas facultades.”
Sustitución
Existe cuando la ley permite que una persona diferente al titular del derecho que se discute pueda actuar
en el proceso como parte legítima, ejerciendo en nombre propio una pretensión ajena.
No es lo mismo que la representación. En ésta el representante obra en nombre e interés del
representado y no es parte en el proceso. El sustituto, en cambio, actúa en nombre e interés propio y,
además es parte en el proceso; tiene todos los derechos, cargas y deberes que corresponden a la
calidad, salvo casos estrictamente personales como por ejemplo, desistir del derecho.
Cesación de la representación:
Art. 45 cod. Proc. SF- La representación de los apoderados cesa:
1) Por revocación expresa del mandato en el expediente. No es aplicable en materia procesal la
revocación tácita
2) Por renuncia: ésta debe notificarse al mandante por cédula en su domicilio real y el apoderado
deberá continuar en sus gestiones hasta que haya vencido el plazo señalado al apoderado para
reemplazarlo o comparecer por sí, bajo pena de daños y perjuicios (art. 46 C.P. Santa Fe). Si al
vencimiento del plazo señalado no compareciese el poderdante por sí o por medio de otro
apoderado, el juicio continuará en su rebeldía previa notificación por cédula en el domicilio real
del primero.
3) Por haber concluido el pleito para el que se dio poder.
4) Por muerte o inhabilidad del mandante o mandatario: (art. 47 C.P. Santa Fe) en el primer caso el
apoderado continuará ejerciendo su personería hasta que los herederos, o representante legal
tomen intervención que les corresponda en el proceso o venza el plazo que se les fije.
En el caso de muerte o inhabilidad del apoderado, se suspenderá la tramitación del juicio y el juez fijará
al mandante un plazo para que comparezca por sí o por nuevo apoderado, citándolos directamente si
se conocieren sus domicilios o por edictos durante dos días consecutivos. Vencido el plazo sin que el
mandante satisfaga el requerimiento se continuará el juicio en rebeldía.
Representación de parientes ausentes del país: art. 43 cod. Proc. SF “PODRÁ ASUMIRSE LA
REPRESENTACIÓN DE PARIENTES AUSENTES DENTRO DEL PAÍS, DENTRO DEL CUARTO
GRADO DE CONSANGUINIDAD Y SEGUNDO DE AFINIDAD, SIN NECESIDAD DE ACOMPAÑAR
PODER, PRESTANDO CAUCIÓN DE QUE LOS ACTOS SERÁN RATIFICADOS. SI NO LO FUESEN
DENTRO DE TRES MESES, CONTADOS DESDE COMENZÓ LA GESTIÓN, QUEDARÁ ANULADO LO
ACTUADO POR EL GESTOR Y ÉSTE PAGARÁ TODAS LAS COSTAS CAUSADAS”
El lugar del acto resulta implícitamente de la ley. En ppio., todos los actos procesales deben realizarse
en la sede del tribunal de la causa, salvo algunos que realizan los auxiliares del juez, como las
notificaciones que se cumplen en el domicilio de los litigantes.
El domicilio determina la competencia de las autoridades en las relaciones jurídicas. La elección de un
domicilio produce la prórroga de la competencia. -cccn-
Domicilio Real: siguiendo el CCCN, la persona humana lo tiene en su lugar de residencia habitual; si
ejerce actividad profesional o económica lo tienen en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento
de las obligaciones emergentes de dicha actividad.
Domicilio legal: es el lugar donde se presume , sin admitir prueba en contra, que una persona reside de
manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones. Solo la ley
puede establecerlo: los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus
funciones; los militares en servicio activo, en el lugar en que lo están prestando; los transeúntes, como
los que no tienen domicilio conocido, en el lugar de su residencia actual; las persona incapaces tienen
el domicilio de sus representantes.
art. 37 cod. Proc. SF “Todo el que comparezca ante la autoridad judicial deberá constituir en el primer
escrito su domicilio legal dentro del radio urbano de la ciudad o pueblo que sea asiento del tribunal o
juzgado. Si no lo hiciere o el domicilio no existiere o no subsistiere, se considerará que ha constituido
domicilio legal en la secretaría y se le tendrá por notificado de cualquier resolución o providencia en la
forma y oportunidad establecida por el art. 61.”
Al comparecer a juicio nace la carga de constituir domicilio dentro del radio del juzgado, con la finalidad
de poder notificarse las diligencias necesarias para el desarrollo del pleito. Esta especie se llama
domicilio procesal o ad litem, o “constituído”.
La constitución ha sido caracterizada como una carga procesal, ya que su sanción no trae aparejada
una sanción sino consecuencias desfavorables en el proceso.
art. 38 cod. Proc. SF. “El domicilio legal producirá todos sus efectos desde la fecha de la providencia que
lo tenga por aceptado. Se reputará subsistente mientras no se designe otro, salvo que el expediente se
haya remitido al archivo o hubiere transcurrido el término fijado para la caducidad del procesos, en cuyos
casos las partes deberán constituirlo nuevamente.”
“Salvo que el expediente haya sido remitido al archivo”: se entiende que sin que el juicio haya terminado;
si el mismo se reactiva, los domicilios procesales constituidos habrán perdido efectividad, debiendo por
lo tanto ser nuevamente constituidos, y la providencia que se dicte debe ser notificada por cédula en el
domicilio real.
art. 40 cod. Proc. SF “En su primera presentación , las partes deberán denunciar domicilio real. Si no lo
hiciere o no denunciare su cambio, las resoluciones que deban notificarse en el domicilio real se
notificarán en el domicilio legal y en defecto también de este, se observará lo dispuesto en el art. 37”
La carga impuesta a las partes de denunciar su propio domicilio real en su primera presentación, se
justifica por las notificaciones que se deben realizar allí: todas las providencias posteriores al llamamiento
de autos y la primera que se dicte después que el expediente haya vuelto del archivo o haya estado
paralizado por más de seis meses, y fundamentalmente, la citación a absolver posiciones y a reconocer
documentos.
La omisión conduce a que tales notificaciones se realicen en el domicilio procesal constituidos y a falta
de éste, automáticamente. Cuando la parte no cumple con la carga de constituir domicilio, la ley impone
un régimen especial en materia de notificaciones. Se sustituye el régimen de notificación por cédula por
el de notificación por ministerio de la ley (los días martes y viernes de forma automática). Aún así , a fin
de garantizar la defensa en juicio, determinados actos (absolución de posiciones de ciertas
circunstancias, declaración de rebeldía y la sentencia) deben notificarse personalmente o por cédula en
el domicilio real. Los domicilios denunciados y constituidos en el expediente subsisten durante la
tramitación del juicio hasta tanto no se denuncien o constituyan otros.
La regla, en el cod. Procesal de la Nación , es que las notificaciones deberán ser practicadas en el
procesal o constituido, y como excepción, en el real (cuando así lo dispone la ley.)
art. 33 cod. Proc. SF “No se cargará ni admitirá escrito alguno ni se practicará ninguna diligencia a pedido
de parte sin el sellado correspondiente. Sólo podrá prescindirse de este requisito, con cargo de inmediata
reposición, en los casos de urgencia y cuando por razones de horario u otra causa no funcionen las
oficinas expendedoras de valores fiscales. Tampoco se proveerán escritos sin la indicación precisa de
la representación que se ejerce, que no estén hechos a máquina, que contengan claros o cuyas firmas
no estén suficientemente aclaradas. Si no se subsana el defecto dentro de los dos días de la intimación
se tendrá el escrito por no presentado y se procederá a su devolución sin más trámite ni recurso alguno”
De todas maneras, si el escrito es admitido o la diligencia practicada, la omisión del sellado no provoca
la nulidad del acto ni autoriza la promoción de ninguna cuestión previa por la contraparte. Sin embargo,
en virtud de otro artículo, advertido el incumplimiento se paralizará el procedimiento y si el deudor de la
obligación fiscal es el actor se producirá la perención si transcurridos 90 días no la satisface.
El art. 32 autoriza, como excepción, pero de abundante uso en la práctica, la actuación comúnmente
denominada “en diligencia”, esto es, la realizada verbalmente con nota en los autos.
Es importante el cumplimiento de los requisitos que supeditan la validez de estos actos: la nota en autos,
bajo firma del actuario y del solicitante. La omisión de la presencia del secretario acarrea la nulidad del
acto.
Copias: carácter, oportunidad de presentación, sanciones. art. 35 cod. Proc. SF “De todo escrito
presentado en juicio, excepto los de mero trámite, así como los documentos con que se instruya, deberá
el que los presente acompañar en papel simple y bajo su firma tantas copias como sean las partes con
quienes litigue. En su defecto, el actuario dará cuenta al juez, quien intimará que se subsane la omisión
dentro de los días bajo apercibimiento de efectuarse el desglose y devolución del escrito sin más trámite
ni recurso. El incumplimiento no autoriza a pedir la nulidad.
La persona que presente en juicio documentos privados, acompañará en papel común una copia firmada
por su procurador o su abogado patrocinante, la que será agregada a los autos. El original quedará en
poder del secretario para ser exhibido cada vez que lo soliciten”.
art. 36 cod. Proc. SF “Para que proceda el desglose de un instrumento público agregado al expediente,
la parte que lo solicite deberá presentar copia del mismo, la que pondrá en su lugar con la certificación
del actuario. Cuando se tratare de escritura pública, excepto la de poder, bastará con que se deje
constancia precisa del protocolo en que se encuentra.”
Por el carácter fedatario, los errores que resultaren del cargo judicial y que refieran a hechos o
constancias extendidas o cumplidas frente al Secretario o por él mismo, hacen plena fe hasta ser
argüidas de falsas.
UN CARGO JUDICIAL CON ENMIENDAS NO SALVADAS RESULTA INEFICAZ.
Los secretarios, con su sola firma, proveerán los escritos de mero trámite, a los que podemos
definir, siguiendo a Velloso, como aquellos que impulsan el procedimiento sin abrir o cerrar
etapas procesales.
BOLILLA VI
➢ PLAZOS EN EL PROCESO. Términos. Modo de computarlos. Comienzo del cómputo.
La eficacia de los actos procesales dependen de que sean realizados en momento oportuno, por eso los
Códigos establecen límites temporarios a la actividad de los sujetos procesales, estableciendo los días
y horas hábiles en que los actos pueden ser efectuados.
Su inobservancia puede llevar a ocasionar:
- La pérdida de un derecho.
- Hasta la extinción del proceso.
ARTICULO 70. Los términos o plazos procesales son improrrogables y perentorios. Fenecen con pérdida
del derecho que se ha dejado de usar, sin necesidad de declaración judicial ni petición alguna. Los
escritos no presentados en las horas de oficina del día que vence el plazo respectivo podrán ser
entregados válidamente en secretaría, con o sin cargo de escribano, dentro de las horas de audiencia
del día hábil inmediato
Suspensión del término: Importa la no computabilidad del lapso transcurrido durante la suspensión
convencional por tiempo determinado, o entre que aquella se ordenara judicialmente y se notifique la
reanudación.
La norma prevé dos supuestos para que se produzca la suspensión:
- La fuerza mayor
- El acuerdo de partes.
Carnelutti enseña que la suspensión de un plazo procesal importa su prórroga.
D) EXPEDIENTES. Concepto.
Los actos de documentación se exteriorizan a través de la formación del expediente judicial, que
constituye un legajo de foliatura corrida en el cual se reúnen, en forma ordenada, todas las actuaciones
producidas por las partes, el juez y sus auxiliares y los terceros. Incumbe a los secretarios la organización
y el cuidado de los expedientes y documentos que estuviesen a su cargo.
ARTICULO 56. “Los autos originales podrán ser examinados por las partes, pero no por personas
extrañas, salvo que justifiquen ante el actuario tener algún interés legítimo. Tampoco podrán ser sacados
de la oficina sino entregados por el secretario bajo recibo, al abogado o al procurador, únicamente en
los casos siguientes: 1ro. Para alegar de bien probado, informar, expresar o contestar agravios; 2do.
Cuando se trate de operaciones de contabilidad y se invoque la necesidad de producir a ese respecto
alguna actuación; 3ro. Cuando se trate de practicar cuentas de división y adjudicación de bienes; 4to.
En los juicios de mensura, división de condominio y confusión de límites; 5to. En los demás casos que
las leyes determinen. Igualmente, se entregarán las actuaciones a las Cajas Forenses, Dirección de
Rentas, Registro General, peritos y escribanos al solo efecto de llenar su cometido. Los expedientes, en
estos casos, podrán ser retirados de secretaría por los profesionales interesados. Si la ley no designa
término a los fines precedentemente mencionados, lo fijará el juez sin recurso alguno. Cuando las
actuaciones sean tramitadas sin intervención de abogado o procurador, la parte estará obligada a indicar
uno de la matrícula para que reciba el expediente. En todos los casos se expresará en el recibo el registro
del expediente en el Libro de Entradas y el número de fojas útiles que contenga; el nombre del funcionario
o empleado que haya intervenido en su entrega, quien firmará juntamente con la persona que efectúe
su recepción. Las firmas serán suficientemente aclaradas. Cuando los expedientes sean devueltos se
dejará constancia, por el actuario u otro empleado del juzgado. El secretario o empleado que entregue
un expediente en contravención con lo dispuesto en este artículo incurrirá en falta grave. Si además, lo
hubiere entregado sin recibo o a persona extraña o no autorizada legalmente se hará pasible de
remoción, según lo establecido por la Ley Orgánica”.
Por ministerio de la ley y (también denominada "por nota" o "automática"): es la regla general en materia
de notificaciones: se presume que las partes quedan notificadas de todas las resoluciones judiciales los
días Martes y Viernes (llamados "días de nota"), aunque no hayan consultado el expediente. No están
comprendidas las resoluciones que se deben notificar por cédula.
En este tipo de notificación el plazo comienza a correr desde el día siguiente hábil al día de la nota.
Tácita: (art. 134); el que retire el expediente (en préstamo) queda tácitamente notificado de todas las
resoluciones que haya en el expediente. Lo mismo en el caso de retiro de copias realizado por la parte,
su apoderado o letrado.
Personal: cuando la parte o su apoderado concurre al juzgado y deja una nota firmada en el expediente
expresando que se notifica de determinada resolución. También debe firmar -como control- el secretario
o prosecretario.
Por cédula: La cédula es un escrito (hecho a máquina de escribir, por computadora o en formulario
impreso) firmado por el abogado o por el secretario o prosecretario del juzgado, que tiene como fin
comunicar una resolución judicial. Art. 62 y 63 CPCC de Santa Fe.
Por acta notarial: es decir, mediante la intervención de un escribano público. El acta notarial deberá tener
el mismo contenido que la cédula. El escribano encargado de practicarla dejará al interesado copia del
instrumento haciendo constar, con su fuma, el día y la hora de la entrega. El original se agregará al
expediente con nota de lo actuado, lugar, día y hora de la diligencia, suscripta por el notificador y el
interesado, salvo que éste se negare o no pudiere firmar, de lo cual se dejará constancia.
Por Telegrama (con copia certificada y aviso de entrega) o por Carta documento (con aviso de entrega).-
Estos documentos deben tener el mismo contenido que la cédula. La fecha de notificación será la que
conste como fecha de entrega al destinatario. Al expediente se debe agregar copia del telegrama o carta
documento enviado y la constancia de entrega al destinatario
Por edictos: - Consiste en notificar por medio de la prensa, de los diarios. ¿.Cuándo procede? Además
de los casos determinados por el Código, "cuando se trate de notificar a personas inciertas o cuyo
domicilio se ignore”.
Los edictos se publican en el Boletín Oficial y en un diario de los de mayor circulación del lugar del último
domicilio del citado (si fuera conocido) o, en su defecto, del lugar del juicio. Si en estos lugares no hay
diario, la publicación se hará en el diario de la localidad más próxima que lo tuviera, y además, el edicto
se fijará en la tablilla del juzgado y en los sitios que aseguraren su mayor difusión.
Los edictos contendrán, en forma sintética, las mismas enunciaciones de las cédulas, con transcripción
sumaria de la resolución. El número de publicaciones (Ej.: publíquese por 3 días) será el que en cada
caso determine este Código. La resolución se tendrá por notificada al día siguiente de la última
publicación.
La publicación de los edictos se acredita agregando al expediente el recibo y la hoja del diario donde se
publicó el edicto.
Por radiodifusión o televisión: A pedido del interesado, el Juez podrá ordenar que los edictos se anuncien
por radio o televisión. Las transmisiones se harán en el modo y por el medio que determine la
reglamentación de la superintendencia.
La diligencia se acreditará agregando al expediente certificación emanada de la empresa radiodifusora
o de televisión, en la que constará el texto del anuncio, que deberá ser el mismo que el de los edictos, y
los días y horas en que se difundió. La resolución se tendrá por notificada al día siguiente de la última
transmisión radiofónica o televisiva.
G) CITACIÓN Y EMPLAZAMIENTO.
Concepto. Diferencias. Caracteres. Formas de realizarlo. Art. 72
El emplazamiento es el llamado que se hace a una persona para que comparezca a un proceso dentro
de un plazo determinado. Las citaciones, emplazamientos y requerimientos son actos de intimidación
que, por ir combinados con una notificación propiamente dicha, quedan absorbidos por el régimen
general de éstas.
Como regla general se establece la obligación de emplazar al demandado en todos los procesos
contenciosos, una vez entablada la demanda.
Se exceptúan de esta regla:
➢ Las ejecuciones hipotecarias y de prenda con registro
➢ Juicio sumarísimo
➢ Juicio oral, salvo que el demandado tenga domicilio desconocido.
ARTICULO 74. Cuando el domicilio del demandado se encuentre fuera del juzgado, se acompañará al
oficio o exhorto la cédula de notificación, en dos ejemplares. Tratándose de notificaciones dentro de la
Provincia, podrán hacerse también por cédulas postales, en la forma prevista por el artículo 66.
ARTICULO 75. Si se hubieran fijado dos o más términos distintos para el comparendo, se estará al último
que venza.
Procedimiento en rebeldía. Rebeldía: concepto. Casos en que procede la declaración. Art. 76/77.
La rebeldía, también llamada "contumacia"', es la situación procesal en que se encuentra la parte que,
teniendo domicilio conocido y habiendo sido debidamente citada en él, NO COMPARECE AL JUICIO
dentro del plazo de la citación; o que habiendo comparecido, posteriormente LO ABANDONA. En estos
casos, la parte contraria podrá pedir al Juez que declare a la otra en "rebeldía". La declaración de
rebeldía tiene importancia dado que, a raíz de ella, se producen efectos sobre: la forma de notificar, las
medidas precautorias, la prueba, la sentencia, los hechos alegados por la parte que pidió la rebeldía, las
costas, etc.
Los sistemas procesales modernos, no obligan a las partes a comparecer al juicio, ya que "comparecer"
no es una obligación sino una "carga procesal". Si la parte no quiere comparecer no lo hace, pero tendrá
una consecuencia perjudicial: la declaración de rebeldía, y con ella una serie de efectos negativo.
Se deberá notificar por cédula al rebelde que tuviera domicilio conocido dentro de la provincia.
Cuando el emplazamiento del demandado se efectuó por edictos, la declaración de rebeldía debe
notificarse de la misma forma.
Requisitos. Para que proceda la declaración de rebeldía, se requiere:
1) Que el que va a ser declarado rebelde tenga domicilio conocido.
2) Que haya sido debidamente notificada la citación.
3) Que no haya comparecido al juicio dentro del plazo de la citación, o habiendo comparecido,
posteriormente lo abandonare.
4) Que haya petición de la parte contraria para que se declare la rebeldía.
La existencia de "domicilio conocido'" y de que en él se haga debidamente la citación, es fundamental,
pues -como ya hemos explicado antes- si el domicilio es ignorado, se lo debe citar por edictos (Si el
citado por edictos no comparece, no procede declarar la rebeldía, sino nombrarle defensor oficial para
que lo represente).
Para que haya rebeldía se requiere que el demandado no comparezca o, que habiéndolo hecho, luego
abandone el juicio. Conviene entonces aclarar que, si no contestó la demanda, pero compareció (E¡: se
presentó como parte, constituyó domicilio, etc.), no hay rebeldía.
Debemos aclarar que si bien lo más corriente es que se declare en rebeldía al demandado, también
puede ser declarado en rebeldía el actor.
Trámite posterior a la declaración. Notificación. Efectos. Art. 78
- Notificada la rebeldía, el proceso continúa sin darse representación al rebelde, excepto que
se trate de persona incierta o ser desconocido el domicilio. En cualquiera de estos casos se
nombrará un defensor por sorteo de entre los abogados de la lista.
- No existiendo domicilio constituido, todas las resoluciones y providencias quedaran
notificadas al rebelde en Secretaría.
ARTICULO 79. La declaración de rebeldía no altera el curso regular del juicio, y la sentencia será siempre
dictada según el mérito de autos, sea cual fuere la parte que hubiere incurrido en rebeldía. Declarada la
rebeldía, podrá decretarse sin fianza el embargo contra el demandado para asegurar el resultado del
juicio, y contra el actor, para asegurar el pago de las costas.
ARTICULO 80. Si el rebelde comparece, será admitido como parte, sea cual fuere el estado del juicio y,
cesando el procedimiento en rebeldía, se entenderá con él la tramitación ulterior. El embargo trabado
continuará, no obstante, a menos que preste fianza equivalente.
ARTICULO 81. La sentencia de primera instancia y la de segunda serán notificadas en la misma forma
que el auto declarativo de rebeldía.
ARTICULO 82. La sentencia dictada en rebeldía no podrá ejecutarse hasta seis meses después, a
menos que se preste fianza de devolver en caso de rescisión lo que ella mande entregar. Pero, el que
hubiere obtenido sentencia contra el rebelde podrá hacer inscribir como litigioso en el Registro General
el derecho que la sentencia hubiere declarado a su favor y que fuese susceptible de inscripción.
Con la finalidad de no hacer ilusorio el recurso de rescisión, la norma impide la ejecución de la sentencia
dictada en rebeldía hasta seis meses después, salvo que se preste fianza de devolver, en caso de
rescisión lo que ella mande a entregar.
Este término comenzará a correr a partir del momento en que la sentencia fue notificada al rebelde.
Aun antes del plazo de 6 meses, e incluso antes de la notificación de la sentencia, podrá solicitarse la
inscripción como litigioso del derecho que la sentencia hubiere declarado, si fuese susceptible de
inscripción.
ARTICULO 83. En cualquier estado del juicio y hasta seis meses después de la sentencia, podrá el
rebelde entablar el recurso de rescisión contra el procedimiento o contra la sentencia.
ARTICULO 84. Para que proceda el recurso de rescisión, se requiere:
1) Que medie nulidad del emplazamiento o que el rebelde acredite no haber podido comparecer por
fuerza mayor o por no haber tenido conocimiento del pleito.
2) Que desde la cesión de la fuerza mayor o desde la noticia del pleito hasta la instauración del recurso
no haya transcurrido sino el máximo del término legal del emplazamiento y treinta días más.
ARTICULO 85. La rescisión se substanciará en pieza separada y por el trámite del juicio sumario.
Suspenderá en su caso, la ejecución de la sentencia.
ARTICULO 86. Lo dispuesto en este Título sobre la representación del rebelde, el recurso de rescisión
y la suspensión de la ejecución de la sentencia es sólo aplicable a los juicios declarativos después
de los cuales no puede promoverse otro sobre el mismo objeto.
Art. 83: Se denomina RECURSO DE RESCISION al remedio procesal acordado a favor de la parte
declarada rebelde, por medio del cual ésta podrá obtener la declaración de nulidad del procedimiento, y
en su caso de la sentencia, debiendo sustanciarse nuevamente el pleito desde el último acto válido, esta
vez con audiencia del interesado.
Si el recurso se interpone contra la sentencia, se requiere que entre ésta y la interposición no hayan
transcurrido más de 6 meses.
El cómputo de este plazo comienza a partir de que el rebelde tuvo posibilidad de conocer la sentencia,
esto es, desde la cédula de notificación o desde la publicación de edictos.
Vistas: similar al traslado, pero para comunicar algo a funcionarios (Ej: vista al Asesor de menores). No
requiere ser contestado.
Consistiría en comunicar a un litigante una petición del adversario, alguna circunstancia particular del
proceso, para que exponga lo que considere pertinente.
Para nuestro código no existen diferencias entre traslados y vistas.
Estos traslados y vistas será comunicados a las partes por medio de actos de transmisión (actos
procesales a cargo del tribunal) y que son las notificaciones (actos mediante los cuales se pone en
conocimiento de las partes o de terceros, una resolución judicial).
EXHORTOS
Es una comunicación escrita, revestida de ciertas formalidades que un juez dirige a otro de igual rango,
requiriéndole la colaboración necesaria para en cumplimiento de una diligencia del proceso, que debe
realizarse fuera del lugar del juicio.
Es un medio de comunicación por escrito cursado por jueces nacionales a magistrados o autoridades
extranjeras o a jueces provinciales (aunque la comunicación a jueces provinciales, normalmente se hace
por oficio o directamente por cédula en virtud de la Ley 22.172).
ARTICULO 95. Los exhortos deben contener: 1ro. El nombre del juez que los expide, con expresión de
su jurisdicción; 2do. El de las partes interesadas; 3ro. La designación del asunto; 4to. La expresión de
las circunstancias que justifiquen prima facie la competencia del juez exhortante; 5to. La designación
precisa de la diligencia cuyo cumplimiento se solicita; 6to. La firma del juez.
Los oficios o exhortos pueden entregarse al interesado bajo recibo en el expediente.
Debe dejarse copia fiel en el expediente de todo exhorto u oficio que se libre. Dichas copias deben
presentarse en papel de calidad que permite su conservación, ser legibles y estar firmadas por el
profesional interviniente.
J) DECISIONES JURISDICCIONALES.
Son actos procesales emanados del órgano jurisdiccional.
El objeto de las resoluciones procesales puede consistir en instruir el proceso, decidir las cuestiones que
se presentan en su desarrollo, resolver lo que constituye el objeto principal de la causa y ejecutar
coactivamente lo decidido.
Todas las providencias que se dictan durante el desarrollo del proceso tienen como objetivo preparar o
facilitar la decisión definitiva.
Durante el proceso, el Juez dicta -de oficio o a petición de parte- numerosas resoluciones. Estas
resoluciones judiciales se clasifican en:
1. Providencias simples: Son resoluciones que tienden, al desarrollo del proceso, u ordenan actos de
mera ejecución. También se las llama 'providencias de mero trámite'.
No deciden sobre cuestiones de fondo o controversias, y en consecuencia no requieren la opinión previa
de las partes respecto del asunto sobre el que recaen. A ello se refiere el artículo al decir "sin
sustanciación": el Juez resuelve sin correr traslado a las partes. No requieren ser fundadas.
Ejemplos: la resolución que ordena el traslado de la demanda: la que declara la apertura a prueba: la
que fija fecha para una audiencia: la que nombra peritos; la que aplica correcciones disciplinarias, etc.
Las providencias simples deben reunir los siguientes requisitos (conf. art. 160. 2J parte):
1) ser por escrito:
2) indicar lugar y fecha;
3) llevar la firma del Juez (o del presidente del tribunal si se trata de una Cámara de Apelaciones o de la
Corte Suprema): o la del Secretario (cuando se trata de las contempladas en el art. 38. inc. 4o). o la del
prosecretario administrativo (en los casos del art. 38 bis. inc. 1 a)
2. Sentencias interlocutorias: - Son las que resuelven sobre cuestiones que requieren
sustanciación (traslado a las partes) y que se plantean durante el curso del proceso.
Estas resoluciones -a diferencia de las providencias simples- deciden sobre cuestiones controvertidas y
por ello requieren sustanciación: planteada la cuestión por una de las partes, se debe dar traslado a la
otra para que conteste en el término establecido. Recién después de contestado el traslado o de vencido
el término, el Juez dictará la "sentencia interlocutoria" pertinente.
Ejemplos: las resoluciones que deciden sobre excepciones, sobre incidentes, sobre recusación del Juez,
sobre negligencia, etc.
La sentencia interlocutoria tiene los mismos requisitos de cualquier resolución judicial (por escrito, lugar
y fecha, firma del Juez), pero además, debe:
expresar los fundamentos en que se basa.
contener la decisión expresa, positiva y precisa de las cuestiones planteadas
pronunciarse sobre las costas.
3. Sentencias definitivas: Son las que ponen fin al proceso, pronunciándose sobre la cuestión de fondo
sometida a la decisión del Juez. Son el modo normal de terminación de un proceso.
A) CONCEPTO.
Denominamos formas procesales a aquellas establecidas por la ley procesal para la:
➢ instrucción,
➢ desarrollo y,
➢ resolución de los procesos.
La forma es la disposición mediante la cual el acto procesal se exterioriza, saliendo del dominio
puramente intelectual de quien lo cumple para penetrar en el ámbito de la realidad objetiva.
Finalidad.
Las formas son imprescindibles en el proceso a efectos de asegurar su normal y correcto
desenvolvimiento. Cumplen una función de garantía y de seguridad. El cumplimiento de todas las
formalidades que el proceso exige y que la ley fija, no queda librado ni a la voluntad de las partes ni del
juez, constituye una obligación de éstos el respeto de tales formas y como consecuencia de su
inobservancia la ley prevé siempre sanciones.
- En los actos de nulidad relativa subyacen vicios que perjudican solo el interés privado, y por ende las
nulidades deben declararse a petición de parte interesada.
La nulidad relativa es subsanable.
Art. 125. CPCCSF: “Las nulidades deben declararse a petición de parte interesada. Las de orden público
podrán ser alegadas por cualquiera de las partes o por el ministerio público, en todo estado y grado de
la causa; el juez deberá pronunciarlas de oficio.”
Para que proceda la declaración de nulidad es requisito la petición de parte interesada, salvo cuando se
trate de una nulidad de orden público que puede ser declarada de oficio. La nulidad no puede ser
invocada por la parte que ha sido beneficiada con el vicio. Lo contrario implicaría una mala fe procesal.
El juez no sólo debe declarar las nulidades sino que también debe prevenirlas.
ARTICULO 21. El debate judicial es dirigido por el juez, quien deberá adoptar todas las medidas que
estime conducentes al esclarecimiento de los hechos, a mantener la igualdad entre las partes y a obtener
la mayor rapidez y economía en el proceso. A tal efecto, podrá disponer de oficio, aún compulsivamente,
en cualquier estado de la causa, la comparecencia de los peritos y de los terceros para interrogarlos con
la amplitud que creyere necesaria; y ordenar que se agreguen documentos existentes en poder de las
partes o a los que las mismas se hayan referido. Todo con las formalidades prescriptas en este Código.
Puede también de oficio revocar sus propios decretos y resoluciones interlocutorias que no se hubieren
notificado a ninguna de las partes y DISPONER CUALQUIER DILIGENCIA QUE FUERE NECESARIA
PARA EVITAR LA NULIDAD DEL PROCEDIMIENTO
Purga.
1ro. Así, por ejemplo, una notificación irregular no podrá ser declarada nula si el interesado en la
declaración de nulidad ha quedado ciertamente notificado.
2do. REVALIDACION DEL ACTO. Esto ocurre desde el momento en que el interesado, pese a conocer
la existencia de la irregularidad, consiente el acto viciado en forma expresa o tácita. El consentimiento
tácito se da cuando pasados los tres días posteriores a su conocimiento, el interesado no cuestiona por
la vía idónea el acto presuntamente nulo.
Y por último, el articulo hace mención a la cosa juzgada, otorgándole poder subsanador de los posibles
vicios procesales. La cosa juzgada purga cualquier nulidad, incluso como dice la norma, las que sean
de orden público. De ahí que se dice que todo defecto de orden procesal es RELATIVO, pues es posible
su confirmación por los efectos de la cosa juzgada.
Lo dicho sobre los efectos purgatorios de la cosa juzgada no son absolutos, ya que existen supuestos
que son insanablemente nulos. Así, por ejemplo, cuando ha existido indefensión absoluta.
Además de los casos enunciados puede solicitarse una acción autónoma de nulidad a fin de que se
deje sin efecto una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada en caso de fraude procesal.
Cosa juzgada, concepto: Cosa juzgada es res judicata, lo decidido, lo que ha sido materia de decisión
judicial. Se la puede definir como la inatacabilidad de una sentencia jurisdiccional una vez que ha
quedado firme.
La cosa juzgada es: inimpugnable, inmutable o inmodificable y coercible.
El recurso de revisión.
- CONCEPTO:
Es la vía impugnativa que se interpone por ante el órgano jurisdiccional supremo en jerarquía, fundado
en un motivo normativamente determinado y que persigue la revocación de una sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada, cuando se la ha obtenido por medios ilícitos o irregulares, prescindiendo o
incorporando nuevos elementos probatorios, los que de haberse conocido con anterioridad al dictado
habrían cambiado fundamentalmente la decisión.
Acción de nulidad de la cosa juzgada írrita. La revisibilidad de la cosa juzgada írrita tiene raigambre
constitucional, y consecuentemente, se deriva del propio paradigma constitucional argentino. El principio
preambular de "afianzar la justicia" es uno de sus pilares. En este sentido, Bidart Campos sostuvo: "Sería
ritualismo fatuo, exceso procesal manifiesto, vicio instrumental y negatorio del derecho fondal —sobre
todo constitucional—, apegarse y aferrarse a la formalidad vacía de la autoridad de la cosa juzgada en
una sentencia viciada de nulidad”.
La revisión es el carril idóneo que permite en casos excepcionalísimo rescindir las sentencias pasadas
en autoridad de cosa juzgada que a raíz de ciertos vicios o en virtud de la variación de alguna
circunstancia trascendente se tornan intolerablemente injustas.
La cosa juzgada es retractable si padece de ciertos defectos o cuando ha habido una patente mutación
de las sustancias fácticas en que se baso el fallo ya que en ambos supuestos puede producirse una
notoria iniquidad que torne intolerablemente injusto el procedimiento.
La acción es admisible ante las siguientes circunstancias, al igual que para el caso del recurso de revisión
donde este está previsto.: a- por haberse obtenido la sentencia mediante un delito o excluir la voluntad
jurisdiccional o si el juez fuere incapaz al momento de dictarla o incompetente absoluto; b- por aparición
posterior de documentos decisivos que hubieran conducido a otro resultado; c- por prueba testimonial o
pericial decisiva y esencial para el dictado de la sentencia cuando posteriormente hubieren sido
condenados los testigos por falso testimonio sobre esos mismos hechos o se reconociese o declarase
posteriormente que la pericia fue falseada en cuando a sus conclusiones científicas, o el perito la hubiese
dado por dolo violencia etc.
La revisión como la acción autónoma de nulidad de la cosa juzgada tiene el mismo fin que es la
revisión de la cosa juzgada. Además de los motivos que autorizan la revisión, en el caso de la
acción autónoma al no estar regulada positivamente no están determinados por norma alguna no
obstante ello la elaboración jurisprudencial ha fijado prácticamente idénticos supuestos a los
previstos para el recurso de revisión. Los motivos de revisión deben ser ajenos al juicio mismo
pues los vicios inmanentes al proceso deben superarse a través de los recursos ordinarios o de
casación.
BOLILLA VIII
LA DEMANDA.
A) CONCEPTO.
La demanda es el acto de iniciación del proceso por medio del cual se ejerce el derecho de acción y se
deduce la pretensión.
Es un acto de petición, y en merito a la dinámica del proceso, se la considera un acto de iniciación. Es
un acto de la parte, mas precisamente el acto por el cual aparece una de las partes.
Principal acto de postulacion que contiene la pretencion y cuya presentación jcial determina una serie
de efectos procesales, sustanciales y fiscales (Avero)
Clases.
1- Escrita: por regla general, la demandad es un acto escrito o que consta por escrito.
Oral: en ciertos supuestos particulares, y por excepción, se usa esta clase. Sin embargo, la
formulación de una demanda de este tipo tiene tremendas dificultades, por lo cual se hace
preciso documentar la oralidad. De este modo el proceso toma forma de verbal y actuado, por
cuanto, si bien se desarrolla a través de demandas y contestaciones o resoluciones orales, todo
el proceso consta por escrito. Tal es el caso del juicio oral, que se hace ante el tribunal colegiado.
2- Simple: la pretensión cuyo reconocimiento, ejecución o constitución se pretende, es sólo una.
Compuesta: las pretensiones jurídicas que se hacen valer son varias.
3- Principal: origina el proceso.
Incidental: la que introduce una pretensión respecto de un proceso ya constituido, provoca un
juicio incidental o un incidente.
4- Facultativas: principio de que nadie está obligado a demandar a otro.
Obligatorias: hay dos categorías: 1- quien lo deduce cumple una obligación; 2- las que son una
consecuencia de los principios que configuran la estructuración de los procesos.
5- De promoción directa: puede ser iniciada sin estar supeditada a un requisito legal previo.
Subordinada: es aquella que requiere de una condición.
6- Ordinaria/Ejecutiva: según el tipo de proceso. Demanda es en el ordinario; petición es en el
ejecutivo.
7- Unilateral/Conjunta: el actor la presenta por su sola voluntad, sin que el demandado concurra
simultáneamente con ella requerir la decisión del juez.
8- Declarativa: por esa se ejerce una acción declarativa, dando origen a un proceso de cognición,
que concluye con una sentencia declarativa.
9- Precautoria: por ella se ejerce una acción precautoria dando origen a un proceso cautelas o
medida cautelar, que concluye con un auto interlocutorio.
Efectos de la Demanda.
Como acto jurídico, produce una serie de efectos que pueden clasificarse de este modo:
Efectos Procesales: La sola presentación de la demanda ante el juez produce los siguientes efectos
procesales, a saber:
• Abre la apertura de la instancia: El Juez debe expedirse, en lo inmediato, respecto de la
admisibilidad de la demanda, y en la sentencia definitiva, sobre su mérito o fundabilidad. Nace
para el actor la carga de impulsar el trámite a fin de evitar la caducidad.
• Fija la competencia del Juez: Queda determinada con relación al actor, que ya no podrá alegar
incompetencia ni recusar al magistrado sin expresión de causa.
• Establece las pretensiones del actor: Quedan delimitados los poderes del juez, que en la
sentencia sólo puede decidir de acuerdo con las pretensiones deducidas en el juicio.
• El actor debe abonar las costas ocasionadas cuando el proceso no continúe (tasa de jcia,
honorarios de sus letrados y apoderados, etc.
CON INTERPOSICION DE LA DEMANDA COMIENZA EL ESTADO DE LITIS PENDENCIA (Avero)
Efectos Sustanciales: están regulados y previstos por las leyes de fondo se advierten los siguientes:
c- Interrumpe el curso de la prescripción (art. 2546 CCCN). Comprende prescripcion adquisitiva
como la liberatoria.
Pero esta no se interrumpe cuando:
-la demanda es en definitiva realizada por no procedente, porque el demandado ha sido así
absuelto;
-el actor, tras interponer, desiste de la acción, lo cual no la extingue definitivamente (Art. 299
CPSF); etc.
• Impide la extinción de ciertos derechos sujetos a plazos de caducidad
• Extingue el derecho de opcion del actor. Determina la prestación debida en las obligaciones
alternativas cuando la elección de aquélla fuere dejada al acreedor
Hay que distinguir los requisitos para que la demanda sea eficaz, a fin de iniciar y dar contenido a un
proceso (requisitos de admisibilidad) de los necesarios para acoger favorablemente una pretension
(requisitos de fundabilidad)
Extrínsecos, pueden ser:
a) Formales: son requisitos comunes y formalidades propias a todo escrito judicial, el cual se
presenta ante los tribunales, sea o no demanda, y son acordados de la CSJN, debe reunir los
siguientes requisitos:
✓ Escritura en tinta negra
✓ Redacción en idioma nacional;
✓ Utilización de papel de 30 líneas.
✓ Escritura son claros intermedios o espacios en blanco. Todos los escritos que se presentan en
justicia deben tener los renglones completos. Por ellos se acostumbra a rayar aquellos
renglones incompletos a fin de que sea imposible sobrescribir en los mismos.
✓ Aclaración de firmas. Con sello o a máquina o manuscrito, la firma que clausura el escrito, debe
ser aclarada (Art. 26 CPSF).
✓ No se admiten abreviaturas. No es conveniente usar valores numerales, sino que deben
expresarse todo los números en letras, pudiéndoselos aclarar luego en números para mayor
facilidad de lectura.
✓ No se admiten tachaduras, raspaduras, borrones, etc. Pero en el caso de haber errores estos
deben ser testados, esto es, rayado con este tipo de línea “///”, para que pueda verse los que
se ha escrito por error, y debe ser finalmente salvados. Estos deben hacerse al final del escrito
antes de la firma, haciéndose del modo siguiente:
Testado: por ello considero que NO VALE.
✓ Siempre debe enunciarse el carácter bajo el cual se actúa en el proceso. Dos son estas formas:
Por presentación y Por Derecho propio (Art. 33 CPSF).
b) Fiscales: El actor debe abonar una tasa de justicia, proporcional a la importancia económica del
proceso que se inicia (3%). El importe que pagó el demandante le será reintegrado por el
demandado si éste resulta vencido, porque dicho gasto está comprendido en el concepto de
costas.
Intrínsecos, son los requisitos específicos que le son propios y que el CPSF legisla en su Art. 130, estos
son:
Art. 130 - La demanda será deducida por escrito y expresará:
1) El nombre, domicilio real y legal, nacionalidad, estado civil, profesión u oficio del demandante.
2) El nombre y domicilio del demandado, si se conocieren;
3) La designación precisa de lo que se demanda y su apreciación pecuniaria. Cuando no fuere
posible fijarla con exactitud, se suministrarán los antecedentes que puedan contribuir a su
determinación aproximada;
4) Las cuestiones de hecho y de derecho, separadamente. Las primeras serán numeradas y
expuestas en forma clara y sintética, omitiéndose toda glosa o comentario, los que se podrán
hacer en la parte general del escrito;
5) La petición en términos claros y precisos.
En su caso, el escrito de demanda será acompañado del acta de finalización del procedimiento de
mediación prejudicial obligatoria. (Modificado por Ley 13.151, B.O. 13/12/10)
En los incisos 1 y 2, están destinados a asegurar la individualización de las partes, es decir, quién
demanda y contra quién se demanda. Esto resulta más exigente para al actor, puesto que se le exige
que aporte mayores datos. En cuanto al domicilio, refiere al real: para los actos personalísimos y donde
la persona reside efectivamente; y legal: para notificar a las partes o llevar a su conocimiento en él todos
los actos del proceso, y donde la ley presume que se halla la persona.
El inciso 3, refiere a la individualización de la cosa demanda. Está tiene que ser determinada en forma
clara, precisa y con exactitud. Además esto ayuda a determinar la competencia del juzgado por razón
de la materia. Por otra parte, si no se designa qué se pretende con la acción, el juez no sabrá que acordar
al momento de dictar sentencia. En cuanto a la apreciación pecuniaria de lo que se demanda, importa
también para determinar la competencia de los jueces de acuerdo al calor; abonar el sellado, impuestos
y reposiciones judiciales; facilitar la regulación de honorarios, y defender los intereses profesionales; etc.
Pero si este monto no puede determinarse con exactitud, deberán suministrarse todos los antecedentes
que puedan contribuir a la determinación aproximada.
El inciso 4, de los hechos y del derecho, en que la demanda se funde. En cuanto a las cuestiones de
hechos, son aquellas que la propia ley establece específicamente como generadoras, modificatorias o
extintivas de derechos o de estatus jurídicos. Tiene como fin poner de manifiesto la causa petendi, es
decir, la causa, razón o fundamento por el cual se deduce la pretensión contenida en la demanda. Se
han formulado 2 teorías, respecto a la forma de postular los hechos:
1- De la individualización: en la demanda únicamente el actor debe individualizar la relación jurídica
de la que deriva su pretensión (por ej.: compraventa, locación, etc.), sin necesidad de que se lleve
a cabo una narración detallada de os hechos. Predomina en las legislaciones que siguen el
procedimiento oral.
2- De la sustanciación: sostiene que en la demanda se debe hacer una “exposición circunstanciada
de los hechos” que constituyen la relación jurídica. Está teoría generalmente es adoptada por las
legislaciones que siguen el procedimiento escrito. Nuestro código sigue esta teoría.
Por otro lado, en cuanto a las cuestiones de derecho, es importante mencionar el derecho subjetivo
lesionado, que otorga al acto, el poder de obrar en justicia. Pero no las normas jurídicas con el número
de artículos, etc. Estas pueden silenciarse porque el juez conoce el derecho. Pero aún así es importante
incluir las normas abstractas en las cuales se basa la demanda, sean de derecho sustancial o procesa,
para evitar cualquier omisión o error del juzgado.
El inciso 5, de la petición, que debe ser concretada en forma clara y precisa. Aquí el actor determina
exactamente qué es lo que pretende que el juez declare o reconozca en su sentencia. Por ello es
importante, ya que si está mal redactado, la sentencia será como consecuencia deficiente, porque el
juez no sabrá exactamente qué es lo que pretende el actor.
Art. 131 - Los jueces no darán curso a las demandas que no se deduzcan de acuerdo con las
prescripciones establecidas, indicando el defecto que contengan. Podrán, también, ordenar que el actor
aclare cualquier punto para hacer posible su admisión.
“NO DAR CURSO” significa que, por ahora, la demanda no es apta para que el proceso respectivo pase
al estadio procedimental siguiente. No hay que confundir el hecho de no darle curso con el rechazo in
límine. Éste procede:
1. En el supuesto que no se ajuste a las reglas de competencia, lo que denomina “demanda inhábil”
2. Corresponde este rechazo también cuando la demanda adolezca de tales defectos de forma que
no pueda permitirse su substanciación válida por imperio de la ley, supuesto calificado por el
autor de “demanda irregular”
3. O cuando en forma notoria se trate de cuestiones improponibles, a las que se identifican como
“demandas improponibles”.
Cuando la demanda interpuesta no cumple con los presupuestos procesales (Ej. Incapacidad de las
partes, omisión de firmas, idioma foráneo, etc.), la ley prevé el rechazo in limine de la misma. También
cuando el juez sea incompetente, cuando el actor acumula pretensiones que no corresponden a la
competencia del mismo juez o no puedan sustanciarse por los mismos trámites.
Una corriente doctrinal y jurisprudencial propicia que el juez tampoco dé curso a una demanda cuando
en forma manifiesta no se cumplen las condiciones necesarias para obtener una sentencia favorable.
B) ARTICULO 135. El demandante no podrá variar la acción entablada después de haber sido
contestada la demanda, pero podrá ampliar o moderar la petición siempre que se funde en
hechos que no impliquen un cambio de acción.
C) ARTICULO 136. La ampliación autorizada por el artículo anterior no será substanciada
especialmente, y podrá hacerse en cualquier estado de la causa hasta la citación para sentencia;
pero si se fundare en hechos no alegados en la demanda deberá formularse hasta tres días
después de la apertura a prueba, en que se dará un nuevo traslado, por tres días, al demandado
Art. 136: Si la amplación de demanda se funda en los mismos hechos invocados en la demanda original,
y no se varía el contenido de la misma, no es menester que tal ampliación sea especialmente
substanciada. En el supuesto que se base en hechos que no pueden calificarse como “nuevos” sólo
podrá ser efectuada hasta el llamamiento de autos.
La demanda puede sufrir alteraciones una vez interpuesta. Existen 3 modos de operar estas
alteraciones, siendo éstos los siguientes:
• Modificación: Se alteran los fundamentos sin cambiar la causa ni el objeto del litigio. Puede
realizarse antes de que la demanda sea notificada, aunque si durante el proceso ocurren
situaciones que no podrían haber sido contempladas al iniciarlo, entonces la demanda se puede
transformar con posterioridad a su notificación.
Conserva todos los efectos materiales y procesales de la demanda interpuesta.
• Ampliación: contestada la demanda, queda trabada la litis y es prohibido el cambio de acción
que la variación de la demanda supuso (Art. 135 CPSF). Pero, pese a esta contestación, el actor
puede ampliar o moderar su pretensión, es decir, variar cuantitativamente la demanda (ídem art.,
anterior), siempre que no se funde en hechos que implica un cambio en la acción. Se hace en
forma simple: peticionada, el juez la acepta o no.
Pero siempre es importante observar ciertas reglas y con limitaciones. Cuestiones de celeridad y
economía procesal hacen posible esta variación.
-Oportunidad: debe realizarse antes de contestada la demanda, ya que una vez contestada y según el
Art. 234 CPSF, queda trabada la litis, y no podrá entonces variarse más la demanda.
En el caso de los sujetos, la interrupción de la prescripción comienza a operar desde el momento en que
son incorporados a la demanda (y no desde que se interpuso originariamente).
El cambio de causa se da cuando la nueva fundamentación sustituye la causa invocada.
El cambio de objeto significa el cambio de la cosa o bien que se pide.
Art. 133 - El actor podrá, antes que se conteste la demanda, acumular todas las pretensiones que tuviere
contra una persona, con tal que no se excluyan entre sí, que pertenezcan a un mismo fuero y que deban
substanciarse por los mismos trámites.
Requisitos.
b) Que no se excluyan entre sí: así no podría demandarse conjuntamente por cumplimiento y
recisión de un contrato. Podrá hacerse tal demanda en forma alternativa, pero no conjunta.
c) Que pertenezcan a un mismo fuero; por razones que hacen al mantenimiento del orden y la
claridad en los procesos
d) Que deban substanciarse por los mismos trámites.
e) Que sea contra los mismos sujetos
Ejemplo.
Puedo acumular el desalojo y el cobro de alquileres. Si no quiero acumular planteo solo desalojo y en
otra accion hago el cobro en pesos del alquiler. Otra caso podria ser el cumplimiento de contrato y los
daños y perjuicios derivados del incumplimiento.
Oportunidad.
Antes de que se conteste la demanda.
E) ACUMULACIÓN SUBJETIVA.
Es la que se produce cuando existen varios actores y uno o varios demandados, contra los cuales se
intenta una determinada acción.
Avero – acumular sujetos al proceso. Litis consorcio
Art. 132 - Cuando los demandantes fueren varios, el juez podrá de oficio o a solicitud de parte, obligarlos
a obrar bajo una sola representación siempre que haya compatibilidad en ella y el derecho sea el mismo.
Si no se pusieran de acuerdo, el juez designará por sorteo entre los profesionales intervinientes en autos
por los actores, al que deba ejercer la representación única. Igual procedimiento se adoptará si fueren
varios los demandados o hicieren mérito de las mismas defensas, sorteándose al representante único
de entre los profesionales que actuaren por los demandados.
El sentido de esta norma responde a la necesidad de salvaguardar los principios de celeridad y economía
procesal. A través de su aplicación se obtiene un procedimiento más simple y ordenado, evitándose la
reiteración de piezas procesales, cuyo contenido deberá ser previsiblemente, de similar tenor.
Litisconsorcio. Requisitos.
Cuando en un mismo proceso existen varios actores o demandados. Se trata de un procedimiento
encaminado a simplificar el litigio y a asegura la resolución uniforme.
El art. 134 prevé la acumulación subjetiva pasiva, que es una facultad que la ley acuerda al actor, pero
no puede serle impuesta a menos que se de el caso del art. 305 que lo limita al litisconsorcio necesario.
Art. 134 - La misma regla se aplicará cuando los actores sean varios y uno o varios los demandados,
siempre que la acción se funde en el mismo título o nazca del mismo hecho y tenga por objeto la misma
cosa.
Para que se factible la acumulación subjetiva, deben cumplirse con los requisitos del Art. 134 CPSF:
1- Identidad de título o hecho generatriz del derecho en que se funda;
2- Identidad en la cosa objeto de la acción.
Clases.
• Activo: cuando varios demandantes actúan frente a un demandado.
• Pasivo: cuando un actor procede contra varios demandados.
• Mixto: cuando varios demandantes entablan acción frente a varios demandados.
F) RESPONDE A LA DEMANDA.
La contestación de la demanda es el acto procesal por medio del cual el demandado da respuesta a la
pretensión del actor. Es una carga procesal para el demandado. En esta oportunidad procesal debe
oponer todas las excepciones o defensas, salvo aquellas que debía deducir con anterioridad para ser de
precio y especial pronunciamiento (Art. 138 y 139 CPSF).
138: Estas excepciones son defensas previas, que se oponen in limine litis, y que generalmente refieren
no a la pretensión del actor, sino al proceso en sí mismo.
A través de las excepciones dilatorias se busca impedir un juicio nulo, evitar un proceso inútil, asegurar
el resultado del mismo o corregir errores. Una vez vencido el plazo para oponer las excepciones o
contestada la demanda sin que las mismas hayan sido deducidas, el litigante, en virtud de la preclusión,
pierde la oportunidad de oponerlas.
ARTICULO 138. En los juicios declarativos excepto en el sumarísimo, no podrán oponerse excepciones
dilatorias sino en forma de artículo de previo y especial pronunciamiento. En los demás, serán opuestas
en la estación oportuna y se resolverán en la sentencia. La incompetencia por razón de la materia, valor
o grado podrá proponerse en cualquier estado o instancia y aun suplirse de oficio.
ARTICULO 139. (Texto cfr. Ley 13.151) Las únicas excepciones que pueden articularse como de previo
y especial pronunciamiento son:
1ro. Incompetencia.
2do. Falta de personalidad en el actor o de personería en su procurador.
3ro. Defecto legal en el modo de proponer la demanda.
4to. Falta de cumplimiento del procedimiento de mediación prejudicial obligatoria.
“PREVIO Y ESPECIAL PRONUNCIAMIENTO” significa que deben resolverse en forma previa, esto es,
antes de la sentencia de mérito.
1) La excepción de incompetencia procede cuando el demandado entiende que el juez ante el cual se
promovió la demanda, y en su caso la reconvención, no es al que le corresponde atender la causa,
y también cuando se pretende que la competencia le corresponda a un juez federal.
2) La excepción de falta de personalidad serviría para denunciar la inexistencia de la persona, ya fuera
ésta originaria o sobreviniente. Sin embargo, esta excepción es comprensiva de muchos otros
supuestos, que hacen que su denominación no sea del todo exacta. Así, comprende los supuestos
derivados de las incapacidades de hecho relativas, de las incapacidades de hecho absolutas y de
las inhabilitaciones judiciales.
SANCION: abogado o procurador que lo patrocine o represente deberá cargar con las costas, quien
por culpa o negligencia no advirtió la incapacidad, o advirtiéndola, se arriesgo a promover la
demanda.
Falta de personería: hablar de personería equivale hablar de representación. Es el remedio procesal
que la ley acuerda a los litigantes para denunciar la falta de adecuada representación judicial de
una parte. Con la falta de personería se está diciendo que el mandato para actuar judicialmente no
existe, o que el mismo es irregular o insuficiente.
SANCION: nulidad de todo lo actuado por el procurador, con la consiguiente imposición de costas
al mismo.
3) Defecto legal en el modo de proponer la demanda: El incumplimiento de la imposición-carga
procesal “clare loqui” (hablar claro), que provoca en el justiciable el desconocimiento de cualquiera
de los tres cuestionamientos tradicionales:
• ¿Quién demanda?
• ¿Qué se demanda?
• ¿Por qué se demanda?
Es el que abre las puertas a esta excepción. Su objetivo es permitir el eficaz ejercicio del derecho de
defensa, para que el juzgador no se vea impedido de resolver por la indeterminación de la pretensión.
Así como la demanda es el instrumento por el cual se ejerce la acción, la contestación es el medio por
el cual se ejerce la defensa.
En principio debe reunir las formalidades y observar las reglas para la demanda. El demandado tiene
que confesar o negar categóricamente cada hecho de la demanda como también los documentos que
se le atribuyen a título personal, de lo contrario se pueden tener por reconocidos. Si guarda silencio, o
utiliza evasivas o una negativa general se puede entender como afirmación de lo que el actor plantea.
A su vez, debe oponer todas las defensas o excepciones que no tengan el carácter de excepciones
dilatorias que ya pudo haber interpuesto con anticipación.
También puedo hacer una aclaración con mi propia versión de los hechos “Real versión de los hechos”.
Y por último se puede articular la reconvención.
Oportunidad.
Generalmente, al ser notificado el demandado del traslado respectivo, aunque es válida si se efectúa
antes. En este último caso el demandado debe desplegar todas sus defensas y cumplir con todas las
cargas (Art. 142), pues no puede a posteriori pretender mejorar su escrito de responde.
Plazo.
El plazo para contestar es perentorio, una vez vencido se pierde el derecho dejado de usar sin necesidad
de declaración en juicio o petición alguna (Art. 70 CPSF). Pero dicho plazo puede ser suspendido por
acuerdo de partes o por fuerza mayor declarada discrecionalmente por el juez (Art. 71 CPSF).
Reconvención:
Al notificársele al demandado el traslado para contestar la demanda le corre el plazo para reconvenir.
Es decir que, junto con la carga de la contestación, el demandado tiene la oportunidad o facultad de
reconvenir. Si no lo hace en dicha etapa procesal, pierde la oportunidad.
La reconvención es aquella demanda judicial que ejerce el demandado, en el mismo proceso judicial, al
momento de contestar la demandade la que ha sido objeto. Además de pedir la absolución, el
demandado introduce nuevas peticiones al tribunal frente a la otra parte (el demandante). El demandado
se transforma, a su vez, en demandante y el demandante en demandado. El efecto de la demanda
reconvencional es que ambas partes se demandan mutuamente. Habrá dos procedimientos que
finalizarán con una única sentencia.
Art. 143 - La falta de contestación a la demanda, aun en el juicio de rebeldía, o a la reconvención implica
el reconocimiento de los hechos articulados por el actor o reconviniente, sin perjuicio de la prueba en
contrario que produjera el demandado o reconvenido. Omitida la contestación, se llamará los autos para
sentencia, si correspondiere; decreto que se revocará si aquéllos solicitaren la apertura a prueba.
Ante la falta de contestación, el actor o reconveniente pueden pedir que se llame a autos para la
sentencia. Este decreto debe notificarse por cédula al demandado o reconvenido, quienes pueden
postular la revocación de dicho decreto, persiguiendo la apertura de la causa a prueba.
Requisitos de admisibilidad.
* Conexidad con la demanda o excepción a la que se opone.
* Que la reconvención contenga los mismos requisitos exigidos para la demanda.
* Competencia del juez en razón de la materia, es decir, deber ser de la misma competencia,
porque la competencia materia es improrrogable.
Art. 144 - La reconvención sólo procederá cuando exista conexión con la demanda o excepción. Deberá
contener los mismos requisitos exigidos para aquélla.
Finalidad.
El demandado busca obtener una condena de su adversario que puede ser acogida o desestimada con
independencia de la suerte de la demanda introductiva de la instancia. Se vuelve una contrademanda y
se produce la inversión de los roles de las partes.
Cuando consideramos que tenemos un caso judicial susceptible de tutela. Si tengo que hacer un planteo
judicial, voy a realizar una demanda.
Construir demanda. La redacción es mediante un relato cronologico, verosimil. Hay que darle contenido
juridico.
BOLILLA IX
PRUEBA.
A) CONCEPTO.
El vocablo “prueba” es generalmente utilizado para designar los distintos medios con los cuales puede
ser acreditada la existencia de un hecho; y dentro del ámbito del derecho procesal, la teoría general de
la prueba incluye el estudio del objeto , los medios, las fuentes, la carga y la valoración de la prueba.
➢ Palacio: sostiene que la prueba es la actividad procesal realizada con el auxilio de los medios
establecidos por ley, tendiente a crear la convicción judicial sobre la existencia o inexistencia de
los hechos afirmados por las partes como fundamento de sus pretensiones o defensas.
Objeto de la prueba, puede ser cualquier hecho cuya demostración tenga interés para el proceso; pero
no todos los hechos deben necesariamente ser probados; no lo son los admitidos, los notorios, los
evidentes, los normales, etc.
Finalidad, responde a la pregunta ¿para que se prueba? Hay dos tipos de finalidades; una finalidad
extraprocesal, que apunta a otorgar seguridad a las situaciones jurídicas, previniendo la formación de
litigios. La otra finalidad estrictamente procesal que permite que la acción y la jurisdicción alcancen
eficacia.
Sin la prueba los derechos subjetivos serían meras apariencias. Bien lo dice el adagio “tanto vale no
tener un derecho, cuanto no poder probarlo”.
En doctrina pueden observarse 3 teorías sobre el fin procesal de la prueba:
- Obtener la verdad: la prueba tiene como fin el descubrimiento de la verdad sobre los hechos.
- Lograr la convicción del Juez: Con el procedimiento probatorio se pretende fundar la certidumbre
o verosimilitud.
- Alcanzar la fijación formal de los hechos procesales: Sostuvo Carnelutti que el proceso no sirve
para conocer los hechos, sino para conseguir su fijación formal, la impuesta por una norma.
Con lo antes expuesto entendemos (Arazi) que resulta correcto afirmar que el fin de la prueba es formar
la convicción del Juez acerca de los hechos.
La finalidad de la prueba apunta al Juez, no a las partes.
La apreciación de la prueba está sujeta a reglas que el Juez tiene que respetar, es decir que no queda
librada a su absoluta discrecionalidad.
Clasificación
- Según su objeto en:
PRUEBA DIRECTA, que es cuando el Juez llega al conocimiento del hecho por probar de manera
directa e inmediata, a través de su propia percepción, por ejemplo en el caso de una inspección
judicial. (Constatación judicial)
La PRUEBA INDIRECTA se da cuando el Juez llega al conocimiento del hecho a través de otro
sujeto. El Juez no percibe el hecho a probar, sino que sólo percibe la comunicación que de la
percepción de ese hecho tuvo otra persona. Por ejemplo el testimonio de terceros. (Testimonial,
pericial)
- Según su estructura;
PRUEBAS PERSONALES, cuando el hecho a probar es extraído de un sujeto, por ejemplo el
testimonio, la confesión.
Y las PRUEBAS REALES O MATERIALES se dan cuando el hecho a probar se extrae de cosas
o documentos.
- Según la finalidad, teniendo en cuenta la carga de la prueba:
PRUEBA DE CARGO, cuando la parte ofrece y produce pruebas tendientes a acreditar los
hechos que alega como presupuesto de su derecho.
PRUEBA DE DESCARGO, cuando la parte que suministra la prueba persigue una de dos
finalidades, o satisfacer la carga que pesa sobre ella o desvirtuar la prueba suministrada por la
contraria.
- Según el resultado. Se distinguen entre el fin y el resultado de la prueba. El fin es llevar al Juez
la convicción de la existencia del hecho que se quiere probar.
- PRUEBA PERFECTA O COMPLETA, cuando la prueba tiene entidad por s sola para acreditar la
existencia del hecho, por ejemplo una ejecución, un pagaré, etc.
- La PRUEBA IMPERFECTA O INCOMPLETA, la que no logra ese resultado, no logra formar la
convicción en el magistrado.
PRUEBA DE OFICIO, A PETICIÓN DE PARTE O DE TERCEROS, teniendo en cuenta quienes son los
sujetos legitimados para proponer y producir la prueba.
• Hechos admitidos: frente al hecho afirmado por una parte, su contraria puede negarlo o admitirlo
expresamente. En el primer caso estamos en presencia de un hecho controvertido, y como tal debe ser
probado. En el segundo caso, y salvo que se hallare comprometido el orden público, el hecho no requerirá
prueba.
Entre uno y otro supuesto (negación y admisión expresa del hecho) puede también aparecer un tercero
supuesto que es la admisión tácita, derivada del silencio, de las respuestas evasivas o de la negativa
meramente general. En esta situación la ley no da reglas absolutas, por lo que el Código Procesal de la
Nación establece que el silencio del demandado con relación a los hechos expuestos en la demanda,
sus respuestas evasivas o la negativa general “podrán” estimarse como reconocimiento de la verdad de
los hechos. Es por esto que será conveniente que el actor pruebe los hechos que le interesan.
• Hechos presumidos legalmente: la razón para excluir del tema probatorio a aquellos hechos amparados
por una presunción legal radica en que la ley declara ineficaz o inadmisible a su respecto la prueba en
contrario, esto es así en las presunciones legales absolutas. En cambio, las presunciones legales relativas
sólo producen una inversión de la carga probatoria.
Las referidas anteriormente son presunciones legales de hecho; también las hay de derecho y son
aquellas que tuvo en mira el legislador al regular determinadas situaciones jurídicas como cuando
establece que las personas a partir de los 18 años adquieren la plena capacidad. Ninguna presunción
de derecho necesita ser probada.
• Hechos notorios: existe notoriedad suficiente para eximir de prueba a un hecho cuando en el medio social
donde debe acreditarse y en el momento de su apreciación por el Juez, puede ser conocido por las
personas de cultura normal, basándose en medios sobre cuya autenticidad nadie disiente y que se
encuentran a disposición de cualquiera de esas personas. La jurisprudencia ha caracterizado como
notorios a los siguientes hechos, la desvalorización monetaria, el tipo de cambio de las divisas extranjeras,
entre otros.
Advertimos que el hecho aunque fuese notorio debió haberse alegado por las partes para que pudiera ser
ameritado en la sentencia.
C) CARGA DE LA PRUEBA
El término “carga” en sentido jurídico, no se aplica sólo a la prueba, ni siquiera es propio del derecho
procesal, sino que comprende a todas las ramas del derecho.
Con el vocablo “carga” se señala la conveniencia para el sujeto de obrar de determinada manera a fin
de no exponerse a las consecuencias desfavorables que podría ocasionar una actitud diferente.
Las cargas se diferencian de las obligaciones porque nadie puede compeler al sujeto a cumplirlas, en la
carga no existe la posibilidad de ejercer coacción para lograr que ella se cumpla. Frente a una carga el
sujeto puede organizar su conducta como mejor le parezca, incluso en sentido contrario al previsto en la
norma, y ello no conduce a ninguna actividad ilícita o antijurídica. En la carga no existe ni sujeto activo
que pueda exigir el cumplimiento, ni sujeto pasivo a quien se le pueda imponer ese cumplimiento. Es por
ello por ejemplo que no es correcto decir que el demandado tiene la obligación de contestar la demanda.
En general, las cargas se establecen de tal manera que el obrar en contra de ellas ocasiona un perjuicio
o una consecuencia jurídica a quien así lo hace. -Perjuicio no es lo mismo que sanción.-
Art. 377 CPCN: “Incumbirá la carga de la prueba a la parte que afirme la existencia de un hecho
controvertido o de un precepto jurídico que el juez o el tribunal no tenga el deber de conocer. Cada una
de las partes deberá probar el presupuesto de hecho de la norma o normas que invocare como
fundamento de su pretensión, defensa o excepción”.
Art. 145 CPCSF: “Si hubiere hechos controvertidos o de demostración necesaria, se abrirá la causa a
prueba. Contra el auto que la deniegue, procederán los recursos de reposición y apelación en subsidio.
El término de prueba será común. La prueba deberá recaer sobre los hechos contradichos o afirmados
en el proceso. El juez no podrá pronunciarse antes de la sentencia sobre la pertinencia de los hechos
alegados o de la prueba solicitada. Pero será desechada la que sea notoriamente improcedente o
prohibida por la ley.”
Cuaderno de prueba
El artículo 150 del CPSF establece: “el actuario formará piezas separadas de las pruebas de cada uno
de los interesados; vencido el término, las agrega a autos y la causa seguirá según su curso, sin esperar
el resultado de las diligencias probatorias; pero si ellas vinieren o se produjeran antes de la sentencia,
serán tomadas en consideración”.
Art. 482 CPCN. “Producida la prueba, el prosecretario administrativo, sin necesidad de gestión alguna
de los interesados, o sin sustanciarla si se hiciera, ordenará que se agregue al expediente.
Cumplido este trámite el prosecretario administrativo pondrá los autos en secretaría para alegar; esta
providencia se notificará por cédula y una vez firme se entregará el expediente a los letrados por su orden
y por el plazo de seis días a cada uno, sin necesidad de petición escrita y bajo su responsabilidad para
que presenten, si lo creyesen conveniente el escrito alegando sobre el mérito de la prueba. Se
considerará como una sola parte a quienes actúen bajo representación común.
Transcurrido el plazo sin que el expediente haya sido devuelto, la parte que lo retuviese perderá el
derecho de alegar sin que se requiera intimación. El plazo para presentar el alegato es común.”
K) PRUEBA COMISIONADA.
El funcionario competente podrá comisionar para la práctica de pruebas a otro servidor público de igual
o inferior categoría de la misma entidad o de las personerías distritales o municipales. En la decisión que
ordene la comisión se deben establecer las diligencias objeto de la misma y el término para practicarlas.
El comisionado practicará aquellas pruebas que surjan directamente de las que son objeto de la
comisión, siempre y cuando no se le haya prohibido expresamente. Si el término de comisión se
encuentra vencido se solicitará ampliación y se concederá y comunicará por cualquier medio eficaz, de
lo cual se dejará constancia. Se remitirán al comisionado las copias de la actuación disciplinaria que
sean necesarias para la práctica de las pruebas. El Procurador General de la Nación podrá comisionar
a cualquier funcionario para la práctica de pruebas, los demás servidores públicos de la Procuraduría
sólo podrán hacerlo cuando la prueba deba practicarse fuera de su sede, salvo que el comisionado
pertenezca a su dependencia.
Art. 151 CPCSF “...Si la diligencia hubiera de practicarse fuera de la casa de justicia y el tribunal no
juzgara necesaria asistir en cuerpo, podrá comisionar a uno de su miembros para recibirla”.
Art. 152 CPCSF “Cuando la prueba deba producirse fuera del lugar del juicio, se dará comisión al juez
que corresponda. Si se tratare de juez de paz, se le oficiará directamente, cualquiera se la circunstancia
a que pertenezca. Los oficios y exhortos serán librados a más tardar, dentro de los dos días de
consentido el decreto respectivo”.
Art. 153 CPCSF “El juez comisionado que sin justa causa no practicare las diligencias probatorias que
le fueren sometidas o que no las practicaren debida forma, responderá a los interesados por los daños
y perjuicios, además de incurrir en penas disciplinarias a que hubiere lugar”.
Pruebas Leviores: que se definen “como una potestad de los tribunales por las que dadas ciertas
circunstancias se puede tener por acreditado un hecho sin que medie prueba plena al respecto”. Este
concepto fue empleado por Calamandrei para referirse al juicio de verosimilitud fundado en pruebas
leviores, o también llamadas pruebas “prima facie”, existentes en los procedimientos sumarios. El
funcionamiento de la teoría de las pruebas leviores presupone, entendemos, que un determinado hecho
normalmente `fácil´ de probar, se torna en materia de `prueba difícil´ en función de circunstancias que
no guardan relación con el soporte material de la prueba directa respectiva. Es que, caso contrario,
estaríamos frente a una hipótesis, v.gr de `prueba extinguida´ y no de prueba levior". Las pruebas leviores
(livianas, menores) son aquellas que, de acuerdo a las diferentes situaciones, pueden hasta dar por
cierto un hecho sin que sea motivo de prueba efficacior (prueba difícil). Las pruebas leviores rayan con
las presunciones. Por otro lado, el juez las suele utilizar para evaluar la conducta de las partes en el
proceso, "aumentando o disminuyendo el valor de otra prueba"
La Doctrina de las pruebas leviores autoriza al Juzgador, dadas ciertas circunstancias, a tener por
acreditado un hecho, sin que medie prueba acabada al respecto. La constante práctica judicial de
merituar pruebas leviores está respaldada legalmente, porque dicha potestad no es más que una
expresión del principio según el cual los jueces forman su convicción respecto de la prueba de
conformidad con las reglas de la sana crítica.
Presunciones: siguiendo a Pothier se las entiende como las consecuencias que la ley o el juez deducen
de un hecho conocido para afirmar un hecho desconocido. La presunción comporta pues un
razonamiento que partiendo de un hecho determinado y de conformidad con la experiencia referente al
orden normal de las cosas, permite afirmar la existencia del hecho que se desea probar. Las
presunciones pueden ser legales o judiciales. Las primeras pueden ser que admitan prueba en contrato
o no lo hagan; una y otra tienen en común que dispensan a la parte beneficiada por la presunción de la
carga de probar el hecho deducido por la ley pero mientras que las primeras tienen el efecto de invertir
la carga de la prueba transfiriéndolas a la parte contraria– juris tantum-, las segundas juris et de jure, no
admiten prueba alguna. Por su lado las presunciones judiciales se encuentran libradas al criterio del juez
cuyas conclusiones no se hallan sujetas a reglas preestablecidas sino que deben ser fijadas de acuerdo
con los principios de la sana crítica; Sin embargo la ley fija principios a tener en cuenta para que no haya
arbitrariedad por parte del juez, por lo tanto debe tenerse en cuenta: que el hecho o indicio del cual parte
el razonamiento del juez se encuentren debidamente comprobado/ que las presunciones sean varias
graves para producción la convicción del juez precisas concordantes etc./ la mayor parte de la doctrina
sostiene que las presunciones legales no configuran medios probatorios sino reglas jurídicas
sustanciales que gravitan en el proceso sobre la carga de la prueba sea por la inversión o la exención
de la correspondiente actividad, etc.
Indicios: La prueba indiciaria es, ante todo, una verdadera prueba. Esto significa no solamente que sus
resultados deben ser admitidos como válidos por el Derecho sino además –y como condición para lo
primero- que es necesario que tenga las características de seriedad, rigor, consistencia, que toda prueba
debe tener en el campo del Derecho si se quiere que sea utilizada.
La resultante de indicios, conjeturas, señales o presunciones más o menos vehementes y decisivas,
aceptadas por el juez como conclusión de orden lógico y por derivación o concatenación de los hechos”.
Esta prueba se denomina también de indicios, conjetural, circunstancial e indirecta.
El acto, circunstancia o signo suficientemente acreditados a través de los medios probatorios, adquieren
significación en su conjunto cuando conducen al Juez a la certeza en torno a un hecho desconocido
relacionado con la controversia.
Los indicios no son hechos por sí solos sino que son tomados en cuenta en tanto que partes que revelan
-o parecen revelar- un todo necesariamente mayor: son señales que sugieren la conformidad de una
hipótesis y que se definen como señales por su referencia a la hipótesis señalada. El indicio no es,
entonces, cualquier hecho, no es el hecho puro, sino el hecho que se ha logrado integrar dentro de un
razonamiento para indicar algo (indicio, viene ciertamente de indicar). El razonamiento, le otorga el
carácter de indicio al simple hecho. Antes de que haya sido integrado en el razonamiento y que éste sea
suficientemente convincente, el hecho (proximidad de las operaciones de compra de acciones, precio,
etc.) no es todavía ningún indicio. En ese sentido es correcto decir que los hechos se transforman en
indicadores (indicios) sólo por el mérito de un razonamiento lógico exitoso. Antes de eso no significan
nada.
De acuerdo con el art. 733 CCyC. “el reconocimiento consiste en una manifestación de voluntad, expresa
o tácita, por la que el deudor admite estar obligado al cumplimiento de una prestación". En tanto que el
reconocimiento comporta la admisión de que se ha operado un efecto jurídico (exigibilidad de una
prestación), resulta claro que él supone la confesión de los hechos que han producido ese efecto, pues
mal puede admitirse este último si no se admite también la causa (hechos) que lo han determinado. El
reconocimiento, por lo tanto, constituye una especie dentro del género confesión: puede existir confesión
sin reconocimiento, pero no reconocimiento sin confesión.
Clases de confesión. La doctrina, en general, clasifica a la confesión en:
• Judicial (la confesión que se presta en juicio y con arreglo a las formalidades pertinentes. La validez
de este tipo de confesión requiere, como principio, que ella haya sido prestada ante el juez que
interviene en la causa. Se ha admitido, sin embargo, la validez de la confesión prestada ante otro
juez, siempre que en el proceso respectivo haya sido parte quien pretende beneficiarse con el
resultado de esa prueba) o extra judicial (se presta fuera de juicio);
• espontánea o provocada, según medie o no requerimiento judicial para prestarla;
• expresa (la confesión que importa un reconocimiento terminante y categórico de los hechos
respectivos. Este tipo de confesión reviste carácter vinculatorio para el juez, y es, como principio,
irrevocable) o tácita (cuando se infiere de actitudes asumidas por el litigante contra quien se pide la
prueba: tales son su incomparecencia, sin alegar justa causa, a la audiencia fijada para la absolución
de posiciones, su negativa a contestar categóricamente o sus respuestas evasivas). A diferencia de
la confesión expresa, la confesión tácita (ficta confessio) es susceptible de destruirse mediante
prueba en contrario.
• Simple (cuando se reconoce lisa y llanamente, sin salvedades, el hecho afirmado por la parte
contraria), calificada (cuando, reconociéndose el hecho, se agrega un hecho no independiente que
modifica o limita sus alcances) o compleja (cuando, reconociéndose el hecho, y agregándose
asimismo otro hecho que modifica o limita sus alcances, ambos hechos resultan separables o
independientes);
• Divisible (cuando quien propuso la prueba puede hacerla valer en la parte que lo favorece,
correspondiendo al confesante la prueba del hecho agregado al principal. Como se verá
oportunamente, sólo es divisible la confesión compleja) o indivisible.
Revocabilidad de la confesión. (Palacio) La voluntad del agente constituye uno de los requisitos de
todo acto procesal, aunque carece de la relevancia que tiene en los actos jurídicos de derecho privado.
Es sabido, en efecto, que los actos procesales producen consecuencias jurídicas en la medida en que
se hayan cumplido, a su respecto, las formalidades prescriptas en la ley, con prescindencia de las
motivaciones subjetivas que los determinan. De allí que, como regla, se excluya la aplicabilidad, a los
actos procesales, de las normas que el CCC contiene acerca de los vicios del consentimiento (error,
dolo, violencia).
Se admite, sin embargo, una excepción en el caso de la confesión, en virtud del tratamiento privilegiado
que la ley confiere a su eficacia probatoria. La confesión, por lo tanto, sea judicial o extrajudicial, es
susceptible de revocarse cuando ha sido prestada por error de hecho u otros vicios susceptibles de
anular el consentimiento. Importa dejar aclarado, sin embargo, que tales vicios, como todos los que
pueden afectar a los actos procesales, deben alegarse y probarse en la forma y oportunidad
específicamente previstas por la ley del proceso, pues de lo contrario se presumen consentidos (principio
de convalidación).
Cabe concluir, por consiguiente, que cualquiera de las causales susceptibles de invalidar la confesión
debe ser hecha valer en la forma y modo establecidos, en general, con respecto a las nulidades
procesales, con prescindencia de los plazos de prescripción previstos en el CCC.
Absolución de posiciones. Concepto. Denominase absolución de posiciones a la confesión prestada
en juicio, con arreglo a las formalidades legales, y con motivo del requerimiento formulado por una de
las partes (llámese ponente a quien ofrece este medio de prueba, y absolvente a quien debe prestar la
confesión). Dentro de las clasificaciones, la absolución de posiciones constituye una confesión judicial y
provocada.
No obstante este último carácter, y la circunstancia de que la incomparecencia del litigante citado a
absolver posiciones, su negativa a contestar o sus respuestas evasivas autorizan al juez a tenerlo por
confeso, la institución procesal analizada no es violatoria de la garantía constitucional según la cual
"nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo" (CN, art. 18), pues dicha garantía, según lo tiene
resuelto reiteradamente la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sólo tiene vigencia en el proceso
penal.
Ofrecimiento: oportunidades para proponerla según el tipo de proceso. (Arazi) La prueba de
absolución de posiciones debe ser ofrecida en las siguientes oportunidades:
• En el juicio ordinario, dentro de los diez primeros días del plazo de prueba (art. 367 CPCCN);
• En los juicios sumario y sumarísimo, en el escrito de demanda y contestación. En el primero de
los supuestos –en su caso- con la revocación y la contestación (arts. 486 y 498 CPCCN);
• En los incidentes se deberá ofrecer al promoverse o al contestarse el traslado conferido (arts.
178, 180, 408 CPCCN);
• Como prueba anticipada (art. 326 CPCCN) únicamente se podrá pedir cuando ya se encuentre
iniciado el proceso.
En el juicio ordinario se puede pedir la absolución de posiciones una vez en cada instancia (art. 442
CPCCN). En cambio, en los demás procesos y en los incidentes se puede ofrecer una sola vez y en
primera instancia (arts. 490 y 498 CPCCN).
Art. 157 CPCCSF. “(…) No será permitido usar este medio probatorio más de una vez en cada instancia,
a menos que se haya deducido artículo previo, en cuyo caso se lo admitirá en las mismas condiciones
que con respecto al principal (…)”.
Sujetos a quienes se puede exigir. Art. 158 CPCCSF.- Pueden ser obligados a absolver posiciones:
12) El apoderado con poder especial; pero no será tenido por confeso si declara no contar con las
instrucciones necesarias.
13) Las personas jurídicas y los incapaces, por medio de sus representantes, sobre hechos en que
éstos hayan intervenido personalmente o que deban o puedan conocer en esa calidad.
El juez, de oficio o a pedido de parte podrá interrogar a los menores de más de 14 años. Su
incomparecencia y sus manifestaciones serán apreciadas por el juez en la sentencia de acuerdo
con las demás constancias de autos.
Si se tratare de sociedad o de otro ente colectivo, podrá comparecer a declarar uno cualquiera
de sus componentes, con tal que pueda obligar a la entidad.
Art. 159.- Cuando se tratare de personas de Derecho Público, absolverá posiciones el funcionario
facultado por la ley para representarla, en cuyo caso, se le requerirá por oficio, fijándole un término
prudencial dentro del que habrá de evacuarlas, con los mismos apercibimientos establecidos para los
obligados a comparecer.
Pliego. Posiciones. Contenido y forma de las posiciones. (Palacio) Se llama pliego de posiciones al
conjunto de afirmaciones que el ponente debe formular a fin de que el absolvente se expida sobre ellas
en oportunidad de comparecer a la audiencia que el juez señale a tal efecto.
Las posiciones deben ser:
3) En principio, formuladas por escrito. Aunque el CPN no lo dice expresamente, ello resulta del art.
410, párr. 2º, en cuanto dispone que "el pliego deberá ser entregado en secretaría media hora
antes de la fijada para la audiencia, en sobre cerrado, al que se le pondrá cargo."
4) Claras y concretas (CPN, art. 411).
5) Relativas, cada una de ellas, a un solo hecho (norma citada). Ello no obsta, sin embargo, a que
se admita la posición que verse sobre más de un hecho, cuando éstos se encuentran
íntimamente vinculados entre sí y la posición es clara y concreta.
6) Redactadas en forma asertiva (p.ej.: "Jure Ud. cómo es cierto que recibió X pesos en concepto
de préstamo"). Este requisito, exigido por el art. 411 CPN, se justifica fácilmente si se tiene en
cuenta que, debiendo ser las respuestas del absolvente afirmativas o negativas (id., art. 413), no
existe otra manera de lograr ese resultado como no sea mediante la utilización de proposiciones
asertivas.
7) Relativas a puntos controvertidos que se refieran a la actuación personal del absolvente (CPN,
art. 411).
Dispone también el citado art. 411 que cada posición importa, para el ponente, el reconocimiento
del hecho a que se refiere. En otras palabras, dado que cada posición comporta la afirmación de
un hecho por parte del ponente, tal afirmación hace prueba contra él aun cuando el absolvente
negare el hecho (principio de adquisición, supra, n° 32).
Igualmente, de acuerdo con dicho precepto, el juez puede modificar de oficio y sin recurso alguno
el orden y los términos de las posiciones propuestas por la partes, sin alterar su sentido, así
como eliminar las que fuesen manifiestamente inútiles.
En lo que se refiere a la presentación del pliego de posiciones, establece el art. 410 CPN que la
parte que pone las posiciones puede reservarlas hasta la audiencia en que deba tener lugar la
declaración, limitándose a pedir la citación del absolvente. Lo que hasta aquí dispone esta norma
es, en líneas generales, similar a lo que establecía la legislación anterior. Sin embargo, como
esta facultad de reserva puede permitir al litigante malicioso la posibilidad de preparar dos pliegos
distintos para presentar el más conveniente en el caso de inasistencia del absolvente, el mismo
artículo prescribe que el pliego debe ser entregado en secretaría media hora antes de la fijada
para la audiencia, en sobre cerrado al que se le pondrá cargo. De este modo se allana la
posibilidad señalada.
CPCCSF: Art. 160.- La parte que pidiere la absolución de posiciones deberá presentarlas por escrito en
el momento de ofrecer esta prueba, ya en pliego cerrado, pidiendo que se reserve su apertura hasta el
momento de la audiencia, ya abierto. En este último caso, a solicitud del ponente, el citado podrá
contestarlas por escrito antes del día designado con los mismos apercibimientos y efectos que si
hubieren sido absueltas en audiencia.
Art. 161.- Cada posición contendrá un solo hecho concreto, y será susceptible de respuesta afirmativa o
negativa. Las partes tendrán, no obstante, el derecho de formular también preguntas relativas a las
cuestiones en debate con la condición de que sean claras y no induzcan a error. En el primer caso, si el
absolvente se negare a responder o lo hiciera en forma evasiva, será tenido por confeso en la sentencia.
En el segundo, la negativa a contestar o las respuestas evasivas podrán surtir el mismo efecto o constituir
presunciones en su contra, de acuerdo con lo que resultare de los demás elementos de juicio reunidos
en autos, según prudente apreciación del juez.
Preguntas recíprocas. El juez —prescribe el art. 415 del CPN en su versión resultante de la ley
25.488— podrá interrogar de oficio a las partes en cualquier estado del proceso y éstas podrán hacerse
recíprocamente las preguntas y observaciones que juzgaren convenientes, en la audiencia que
corresponda, siempre que el juez no las declare superfluas o improcedentes por su contenido o forma.
La norma transcripta contempla dos situaciones diversas. Por un lado faculta al juez para convocar a las
partes en cualquier estado del proceso a fin de interrogarles sobre cualquier hecho que fuese conducente
para la averiguación de la verdad de los hechos controvertidos, es decir sobre aquellos que hayan sido
alegados en los escritos de demanda, reconvención y contestación de ambas. Se trata, en rigor, de una
reproducción del precepto contenido en el art. 36, inc. 4º, sub inc. a), con la única variante de que, en la
misma audiencia a la que fueron convocadas de oficio, las partes están facultadas para hacerse
recíprocamente las preguntas que juzguen convenientes acerca de esos mismos hechos.
Por otro lado, el art. 415 se refiere a la posibilidad de que, en la audiencia de absolución de posiciones,
las partes se dirijan ese tipo de preguntas, sea para aclarar el sentido de una posición o para precisar el
alcance de una respuesta, siempre que el juez no las declare superfluas por su contenido o forma. En
relación con este último extremo interesa destacar que las preguntas de que se trata no deben
formularse, como las posiciones, en forma asertiva, sino como interrogaciones encaminadas a eliminar
cualquier obscuridad o imprecisión en el contenido de las posiciones o de las respuestas del absolvente.
Ellas sólo pueden versar, por consiguiente, sobre los hechos que hayan sido objeto de la prueba de
confesión. En la misma audiencia también el juez, de oficio, puede interrogar a ambas partes, aunque
sin esa limitación.
Procedimiento para el examen del absolvente. Fijación de audiencia. Obligación de comparecer.
Juez ante el cual debe presentarse. Citación. Apercibimientos. Efectos de la inasistencia. Justa
causa de ausencia. (Arazi) El art.409 párrafo primero CPCCN comienza diciendo “El que deba declarar
será citado por cédula”. En ella se deberá hacer saber al absolvente el día y hora de la audiencia a tales
efectos; ello bajo apercibimiento de que si dejare de comparecer sin justa causa será tenido por confeso
en los términos del art. 417 CPCCN. Asimismo, la parte puede notificarse personalmente, dejándose
constancia en el expediente.
La última parte del artículo dispone expresamente que no procede citar por edictos para la absolución
de posiciones.
En el párrafo segundo del art. 409, se prevé que la cédula de notificación deberá diligenciarse “con tres
días de anticipación por lo menos” y “en casos de urgencia debidamente justificada ese plazo podrá ser
reducido por el juez, mediante resolución que en su parte pertinente se transcribirá en la cédula; en este
supuesto la anticipación en su diligenciamiento o podrá ser inferior a un día”.
Si la persona que se intenta notificar no recibe la cédula con la anticipación señalada precedentemente
no tiene la carga de comparecer y, por lo tanto, o es aplicable lo dispuesto en el art. 417 CPCCN.
El art. 409 recoge la reiterada jurisprudencia sobre el domicilio donde debe hacerse la notificación,
estableciendo que la parte que actúa por derecho propio será notificada en el domicilio constituido; por
tanto, a quién está representado por apoderado se le notificará en el domicilio real.
Es válida la notificación en el domicilio real de la parte que actúa por derecho propio y tiene domicilio
constituido en otro lugar si la diligencia se practicó con la misma interesada. Si o se denuncio el domicilio
real de la parte representada la notificación debe ser practicada en el domicilio constituido y, en defecto
de este, es válida la notificación automática en los términos del art. 41 CPCCN.
Antes de la sanción de la ley 22.434 se discutía si la aduciencia fijada pata que el incompareciente
absuelva poiciones debía ser notificada por cedula o si quedaba notificado por ministerio de la ley.
Actualmente hay que distinguir si se pidió o no la delcaracion de rebeldía del incompareciente; en el
primer caso, se aplicarán los arts. 59 y 62 CPCCN, que no contemplan la citación a absolver posiciones
enter las excepciones a la regla general, referida a la notificación por ministerior de la ley.
Si no se solicitó la declaracionde rebeldía, quien no compareció deberá ser notificado por cedula en el
domicilio real de la audiencia designada para la absolución de posiciones.
Si la apete que debe absolver posiciones tiene sy domicilio real fuera de la jurisdicción del tribunal donde
tramite el proceso y no procede la delcaracion de apoderados, corresponde considerar lla distancia
existene entre dicho domiclio y la sede del tribunal.
Si fuese menor de 300 km.,debe comparecer a declarar a la sede del tribunal y se lo citará por cedula a
diligenciatse por el sistema de la ley 22.172. cuando la distancia fuese mayor de 300 km. El absolvente
tiene derecho a que la audiencia se celebre ante el juez de su domiclio, eximiéndolo de trasladarsea la
sede el juzzago.
Aun en el supuesto de que el domiclio del absolvente se hallarse fuera de la Republica, si está a menos
de 300 km. Deberá concurrir a absolver posiciones ante el juez de la causa, en cuyo caso la citación se
hará por exhorto diplomático.
La notificación bajo responsabilidad no rige para la citación a absolver posiciones.
El ponente queda notificado por ministerio de la ley de la audicencia respectiva.
Ausencia por enfermedad: Art. 418 CPCCN.- En caso de enfermedad del que deba declarar, el juez o
uno de los miembros de la Corte o de las cámaras, comisionado al efecto, se trasladará al domicilio o
lugar en que se encontrare el absolvente, donde se llevará a cabo la absolución de posiciones en
presencia de la otra parte, si asistiere, o del apoderado, según aconsejen las circunstancias.
Art. 419 CPCCN.- La enfermedad deberá justificarse con anticipación suficiente a la audiencia, mediante
certificado médico. En éste deberá consignarse la fecha, el lugar donde se encuentra el enfermo y el
tiempo que durará el impedimento para concurrir al tribunal. Si el ponente impugnare el certificado, el
juez ordenará el examen del citado por un médico forense. Si se comprobase que pudo comparecer, se
estará a los términos del art. 417, párrafo primero.
Ausencia del país: Art. 421 CPCCN.- Si se hallare pendiente la absolución de posiciones, la parte que
tuviere que ausentarse del país, deberá requerir al juez que anticipe la audiencia, si fuere posible. Si no
formulare oportunamente dicho pedido, la audiencia se llevará a cabo y se tendrá a dicha parte por
confesa, si no compareciere.
Desarrollo de la audiencia. Formulación de las posiciones. Respuestas. Facultades ampliatorias
del ponente y del juez. Posiciones sobre los mismos hechos. Una vez citado, el absolvente deberá
comparecer en el día y hora fijados. En principio, las audiencias comenzarán a la hora señalada, teniendo
las partes la obligación de esperar treinta minutos, transcurridos los cuales se pueden retirar dejando
constancia de su comparecencia en el libro de asistencia (art. 154 inc. 4 CPCCN).
En la audiencia para absolver posiciones, el juzgado debe esperar hasta media hora al absolvente;
estando éste puede comenzarla a la hora exacta (art. 417 CPCCN). Iniciado el acto, el absolvente
prestará juramento o promesa de decir verdad y luego comenzará a contestar a tenor del pliego que
obraba en secretaria o se agrega en ese momento, según el caso.
El pliego podrá ser modificado de oficio por el juez y sin recurso alguno, en cuanto al orden y los términos
de las disposiciones propuestas, sin alterar su sentido.
Asimismo, se podrán eliminar las posiciones que fuesen manifiestamente inútiles (art. 411 CPCCN), El
absolvente responderá por sí mismo de palabra y en presencia del contrario, si asistiese, sin valerse de
consejos ni de borradores, pero el juez podrá permitirle la consulta de anotaciones o apuntes, cuando
debe referirse a nombres, cifras u operaciones contables, o cuando así lo aconsejaren circunstancias
especiales. No se interrumpirá el acto por falta de dichos elementos, a cuyo efecto el absolvente podrá
recurrir a la audiencia provisto de ellos (art. 412 CPCCN).
El art. 413 CPCCN reafirma la posibilidad de que las posiciones se refieran a hechos de terceros, al
expresar en su primer párrafo: “Si las posiciones se refieren a hechos personales”, de lo que se infiere
que no siempre se trata de tales hechos, a pesar de la categórica redacción del art. 411. Es suficiente
que el absolvente tenga conocimiento de esos hechos aun cuando no haya intervenido personalmente.
Cuando se trate de hechos en los cuales el absolvente no intervino, este podrá responder que los
desconoce.
Sin embargo, la actitud de quien niega a responder sobre circunstancias que, si bien en estricto sentido,
no serían hechos personales suyos pero que, sin duda, son de su conocimiento, cabe considerarla como
un indicio en su contra.
La parte que estimase pertinente una pregunta está facultada para negarse a contestarla, en la
inteligente de que el juez podrá tenerla por confesa si al sentenciar la juzgare procedente. De ello solo
se dejará constancia en el acta, sin que la cuestión pueda dar lugar a incidente o recurso alguno. La
posición es impertinente cuando no se refiere a puntos controvertidos, reitera una posición ya formulada
y, en general, cuando no se ajusta a lo establecido por el art. 411 CPCCN.
El abogado puede indicar al confesante que no conteste la posición, por ser ella impertinente, pero no
está facultado para aconsejar a su patrocinado sobre la forma de responder.
Las declaraciones serán extendidas por el secretario a medida que se presente, conservando, en cuanto
sea posible, el lenguaje de lo que se hubiera declarado. Terminado el acto, el juez hará leer el acta y
preguntará a las partes su tienen algo que agregar o rectificar. Lo que agregaren o rectificaren se
expresará a continuación, firmando los comparecientes, el juez y el secretario.
CPCCSF: Art. 162.- Solicitada la absolución de posiciones, se decretará día y hora de audiencia y el
apercibimiento de que si el citado no compareciera sin justa causa o no concurriere a la que nuevamente
se determine cuando ésta exista o si compareciendo se negare a declarar, será tenido por confeso en la
sentencia. La citación del absolvente deberá hacerse con una anticipación no menor de tres días al del
acto, en el domicilio real de aquél. Si fueren varios los que hayan de absolver iguales posiciones se las
recibirá en el mismo día evitando que se comuniquen. La absolución de posiciones debe prestarse ante
el juez de la causa si el absolvente reside dentro de su jurisdicción; en caso contrario, ante el juez del
mismo grado y fuero que corresponda al domicilio del absolvente.
Art. 163.- Cuando por imposibilidad del que debe comparecer hubiera de tomársele la declaración en su
domicilio, según lo decida el juez a su prudente arbitrio, podrá recibirla éste, sin asistencia de la parte
contraria, ni de su abogado o apoderado, o procederse como en el caso de pliego abierto. En uno y otro
supuesto, la parte contraria podrá pedir, dentro de tres días de realizada la diligencia, que en igual forma
se amplíen o aclaren los puntos dudosos de la declaración prestada, presentándose pliego de posiciones
o preguntas.
Art. 164.- El absolvente podrá consultar apuntes para auxiliar la memoria, con permiso del juez; pero no
valerse de consejos o borradores de respuestas. Si se negara a responder sosteniendo que la pregunta
es ilícita, que tiende a someterlo a juicio criminal o que afecta su honor; el juez resolverá inmediatamente,
sin substanciación ni recurso alguno.
Art. 165.- El abogado y el apoderado del absolvente podrán formular a la otra parte, si estuviere presente,
por intermedio del juez y en la medida que éste lo permita, preguntas ampliatorias o aclaratorias de los
hechos que hayan sido materia de las posiciones. El ponente, podrá ampliar las posiciones o formular
nuevas preguntas. Iguales facultades tendrá el juez. No se admitirán nuevas posiciones sobre los
mismos hechos que hayan sido objeto de alguna anterior.
Confesión simple, calificada y compleja. Confesión divisible e indivisible. Remitir a clases de
confesión.
La confesión extrajudicial. La confesión extrajudicial, o sea aquella que se presta fuera de juicio, se
halla sometida a los mismos requisitos de la confesión judicial en lo que respecta a la capacidad del
confesante y al objeto sobre el cual puede recaer.
El art. 425 CPCCN dispone que la confesión hecha fuera de juicio, por escrito o verbalmente, frente a la
parte contraria o a quien la represente, obliga en el proceso siempre que esté acreditada por los medios
de prueba establecidos por la ley. La norma excluye la admisibilidad de la prueba de testigos cuando no
hubiere principio de prueba por escrito, pero tal exclusión debe considerarse circunscripta al caso de
que la confesión entrañe el reconocimiento de una obligación y ésta tenga por objeto una cantidad que
exceda la tasa legal. La prueba testimonial es admisible, aun cuando no exista principio de prueba por
escrito, si la confesión versa sobre simples hechos o sobre, una obligación cuyo monto sea inferior a
dicha tasa (en la actualidad económicamente licuada).
La confesión extrajudicial hecha frente a la parte contraria o a su representante constituye, con la
limitación señalada, plena prueba respecto de los hechos sobre los cuales versó y, por lo tanto, releva a
la parte a cuyo favor se ha formulado, de la carga de producir otros medios probatorios. En cambio, la
confesión hecha fuera de juicio a un tercero sólo constituye fuente de presunción simple (CPCCN, art.
425, párr. 2).
Excepciones al principio de la indivisibilidad. Art. 167 CPCCSF.- La confesión es indivisible, a menos
que el interesado produzca prueba concluyente de la inexistencia de los hechos, con que haya sido
calificada o aquélla tuviera en su contra una presunción legal o fuera de todo punto inverosímil.
Art. 424 CPCCN.- En caso de duda, la confesión deberá interpretarse en favor de quien la hace. La
confesión es indivisible, salvo cuando:
) El confesante invocare hechos impeditivos, modificativos o extintivos, o absolutamente
separables, independientes unos de otros.
) Las circunstancias calificativas expuestas por quien confiesa fueren contrarias a una presunción
legal o inverosímiles.
) Las modalidades del caso hicieren procedente la divisibilidad.
Confesión ficta. Distintos supuestos. Valor probatorio. La confesión expresa, prestada en juicio,
constituye en principio plena prueba de la verdad de los hechos que han sido materia de ella y no es
susceptible de destruirse mediante prueba en contrario, aunque, como se verá, puede revocarse en el
caso de resultar acreditado que fue prestada por error, dolo o violencia.
Dice al respecto el art. 423 CPCCN que "la confesión judicial expresa constituirá plena prueba, salvo
cuando:
3. Dicho medio de prueba estuviere excluido por la ley respecto de los hechos que constituyen
el objeto del juicio, o incidiere sobre derechos que el confesante no puede renunciar o
transigir válidamente.
4. Recayere sobre hechos cuya investigación prohíba la ley.
5. Se opusiere a las constancias de instrumentos fehacientes de fecha anterior, agregados al
expediente".
Prescribe el art. 417 CPCCN que "si el citado no compareciese a declarar dentro de la media hora fijada
para la audiencia, o si habiendo comparecido rehusare responder o respondiere de una manera evasiva,
el juez, al sentenciar, lo tendrá por confeso sobre los hechos personales, teniendo en cuenta las
circunstancias de la causa y las demás pruebas producidas. En caso de incomparecencia del absolvente,
aunque no se hubiere extendido acta, se aplicará lo establecido en el párrafo anterior, si el ponente
hubiere presentado oportunamente el pliego de posiciones y el absolvente estuviere debidamente
notificado". Resulta, en consecuencia, que el juez, en oportunidad de dictar sentencia, se halla
autorizado para tener por confeso (confesión ficta), al litigante que, citado para absolver posiciones bajo
apercibimiento, dejare de concurrir, sin justa causa, o al que, compareciendo, rehusare responder o lo
hiciere de una manera evasiva.
La confesión ficta produce los mismos efectos que la confesión expresa en cuanto hace a la admisión
de los hechos contenidos en la posición o posiciones de que se trate, pero, a diferencia de aquélla, es
susceptible de desvirtuarse mediante prueba en contrario.
Tal es la solución que surge del texto del art. 417 CPN en tanto éste condiciona la configuración de la
ficta confessio a la valoración de "las circunstancias de la causa". Se ha resuelto, por ello, que aquel tipo
de confesión carece de valor absoluto, y que su eficacia probatoria debe apreciarse en función de todos
los elementos de juicio que obran en el proceso.
Art. 168 CPCCSF.- La confesión ficta no tendrá la fuerza de la expresa cuando fuera opuesta al contenido
de documentos fehacientes de fecha anterior.
Valor de la confesión judicial provocada. Art. 166 CPCCSF.- La confesión judicial provocada, aunque
sea ante juez incompetente, hace plena prueba contra el confesante, salvo:
c) Cuando recayere sobre hechos cuya investigación o reconocimiento prohíbe la ley.
d) Cuando comprometa derechos que no se pueden renunciar o sobre los que no está permitido
transigir.
e) Cuando sea prestada por quien no tiene plena capacidad para realizar los hechos sobre que
versa.
f) Cuando se pruebe de un modo indudable que ha sido el resultado de un error.
La manifiesta falsedad en que incurra el confesante que revele la intención de entorpecer el
esclarecimiento de los hechos investigados, autoriza al juez, de acuerdo con las circunstancias del
proceso, a tener por exactas las afirmaciones contenidas en el pliego de posiciones o preguntas.
Pluralidad de absolventes.
BOLILLA XI
Prueba pericial
Concepto. Naturaleza jurídica. (Arazi) Es el medio por el cual personas ajenas a las partes, que tengan
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o profesión y que han sido previamente designadas en
un proceso determinado, perciban, verifican hechos y los ponen en conocimiento del juez, y dan su
opinión fundada sobre la interpretación y apreciación de éstos, a fin de formar la convicción del
magistrado, siempre que para ello se requieran esos conocimientos.
Se le ha negado a esta prueba tal carácter. Alsina afirma que la función de perito no constituye una
prueba aunque el Código así la denomine, sino un medio para la obtención de una prueba, puesto que
sólo aporta elementos de juicio para su valoración. La prueba estará constituida por el hecho mismo y
los peritos no hacen sino ponerlo de manifiesto. “Son tan sólo uno de los muchos elementos integrantes
de ese conjunto de operaciones intelectuales que es menester realizar para dictar su sentencia”.
Aun así, Arazi entiende que es un medio de prueba y que ello no impide considerar a los peritos como
auxiliadores y colaboradores del juez y pretender que el dictamen pericial obligue al magistrado, ya que,
como todo medio será apreciado por el juzgador de conformidad con las reglas que rigen para la
valoración de las pruebas.
El perito tiene que tener plena capacidad, reunir las condiciones de idoneidad, aceptar el cargo en debida
forma y, en el supuesto de carecer de título habilitante por tratarse de una profesión no reglamentada,
prestar juramento o promesa de desempeñar el cargo fielmente. Este último requisito no procede cuando
la profesión está reglamentada, porque ya fue cumplido cuando se lo autorizó para el ejercicio de la
profesión.
Pertinencia.
Casos de exigencia legal de la prueba de peritos. Diversas normas legales requieren esta prueba
como medio forzoso para acreditar determinados hechos.
➢ Art. 99 CCC, que impone el nombramiento de peritos médicos para determinar la edad de las
personas en ciertos supuestos.
➢ Art. 47 CCC, sobre cesación de la incapacidad (establece un grupo interdisciplinario).
Nombramiento de peritos. Número, puntos de pericia, designación. Art. 186 CPCCSF.- El dictamen
pericial será decretado cuando cualquiera de las partes lo solicitare o el juez lo creyere necesario. La
diligencia pericial será practicada por tres peritos si las partes no convinieren que sea uno solo o el juez
lo dispusiere así por tratarse de un asunto de poco valor. Los peritos serán nombrados por los litigantes,
de común acuerdo, o por el juez en su defecto.
Art. 187 CPCCSF.- El juez, al decretar el examen pericial, determinará con precisión los puntos a que
deba contraerse y convocará a las partes a una audiencia para el nombramiento de peritos. En el mismo
auto, el juez fijará el plazo dentro del cual deberá presentarse el dictamen. Dicho plazo se contará desde
la última aceptación de cargo, en su caso. Además, las partes pueden pedir en la misma audiencia que
el juez amplíe sus preguntas, indicando puntos concretos para que éste las redacte teniendo en cuenta
en lo pertinente lo que dispone el artículo 204.
Art. 188 CPCCSF.- Si los litigantes no comparecieren a la audiencia, lo hiciere uno solo o no se pusieran
de acuerdo, se hará el nombramiento de oficio. En tal caso, si existiera lista de los peritos que haya de
nombrarse, la designación recaerá en el que corresponda, según el orden de colocación en la nómina;
de no haberla, el juez hará una de tres por cada uno de los que deban dictaminar, y nombrará a los que
designe la suerte. La lista se formará de personas que tengan título en la ciencia, arte u oficio de que se
trate, emanado de instituciones argentinas si la profesión u oficio estuviere reglamentada. Si no lo
estuviere o, si estándolo, no hubiere perito en el lugar del juicio, podrá formarse con personas entendidas
o prácticas. En este caso, antes de verificarse el sorteo, cada uno de los interesados tendrá derecho a
eliminar un perito de la lista por cada tres.
Aceptación del cargo, juramento. Art. 189 CPCCSF.- Los peritos están obligados a aceptar el
nombramiento si tienen título en la ciencia, arte o industria de que se trate o la ejercen profesionalmente.
Podrán rehusar su aceptación por las mismas razones que los testigos pueden rehusar su declaración.
Si dentro de los tres días de ser notificados, no aceptaren el cargo o lo rehusaren sin causa debidamente
fundada, serán, de oficio, eliminados de la lista de nombramientos respectiva, no incluídos en la
correspondiente al año siguiente y pasibles de multa de hasta veinte días multa. El auto que así lo
disponga, será apelable en relación. La notificación del nombramiento se realizará por cédula en cuyo
pie vayan transcriptos este artículo y el 194.
Art. 191 CPCCSF.- Los peritos aceptarán el cargo ante el actuario, bajo juramento o afirmación de
desempeñarlo legalmente. Si algún perito no compareciere o no aceptare el cargo, se procederá a nuevo
nombramiento, sin perjuicio de las demás medidas previstas por el artículo 189.
Recusación. El perito designado por el juez podrá ser recusado por justa causa dentro del quinto día
de notificado el nombramiento por ministerio de la ley (art. 465 CPCCN). Son causales de recusación
del perito las previstas respecto de los jueves, también la falta de título y la incompetencia en la materia
e que se trate, en el supuesto de que se haya prescindido del título habilitante por no estar la profesión
reglamentada, o en el lugar del proceso no hubiere perito que tuviese ese título.
Art. 190 CPCCSF.- Los peritos nombrados de común acuerdo pueden ser recusados por causas
posteriores a su nombramiento y los que hubieren sido nombrados de oficio, también por causa anterior,
todo de acuerdo con lo establecido para las recusaciones.
Excusación.
Oportunidades. Renuncia. Art. 195 CPCCSF.- Si alguno de los peritos nombrados de común acuerdo
no aceptara o cesara en el cargo, el nombramiento quedará sin efecto respecto de los otros. Si la
designación se hubiere hecho de oficio, se procederá al reemplazo del cesante.
Desarrollo de la prueba. Realización de la diligencia. Art. 193 CPCCSF.- Los peritos practicarán
unidos la diligencia si no hubiere razón especial para lo contrario. Los litigantes podrán asistir a ella, por
sí o por delegados técnicos, y hacerles las observaciones que creyeren necesarias, pero deberán
retirarse cuando aquellos pasen a discutir o a deliberar (…).
Presentación del dictamen. Contenido del mismo. Agregación. Art. 192 CPCCSF.- Si el objeto del
reconocimiento pericial fuere de tal naturaleza que los peritos puedan dar su dictamen inmediatamente,
serán examinados acto continuo, en audiencia pública y en forma prevenida para los testigos.
Si el reconocimiento pericial exigiere estudio o examen previo, el juez señalará el término que considere
suficiente para que se expidan.
Art. 193 CPCCSF.- (…) El dictamen será dado por escrito, con copia para las partes, dentro del término
fijado y se presentarán tantos cuantas sean las opiniones diversas. El juez podrá disponer de oficio o a
solicitud de parte, que se amplíe el dictamen, observando las reglas prescriptas en el artículo 187.
Impugnación de la pericia. Oportunidad. (Arazi) Al contestar el traslado las partes pueden pedir al juez
que el perito de explicaciones en audiencia o por escrito.
En uno y otros casos, las partes y los consultores técnicos o, en defecto de estos, los letrados, podrán
observar lo que fuera pertinente: si las explicaciones se dieran en una audiencia, tales observaciones se
harán en el mismo acto, y si fueran por escrito, dentro del quinto día de notificadas por ministerio de la
ley.
En las audiencias rige el principio general según el cual las partes deben preguntar por medio de su
letrado y, en el caso de la prueba pericial, también mediante consultores técnicos si los hay.
Asimismo podrán las partes impugnar el peritaje, ya sea por defectos formales o por su contenido. La
falta de impugnaciones, pedido de explicaciones u observaciones a las explicaciones que diere el perito
no es óbice para que la eficacia probatoria pueda ser cuestionada por los letrados hasta la oportunidad
de alegar. En relaciones con las impugnaciones, cabe hacer algunas distinciones según los defectos que
se aleguen.
- Impugnación por defectos formales. En este caso, y siempre que los vicios sean subsanables
por el consentimiento expreso o tácito de las partes, la falta de impugnación dentro del plazo
de cinco días, a contar desde la notificación del traslado, impide que posteriormente se
alegue la nulidad del acto (art. 170 CPCCN).
- Impugnación del contenido del peritaje y critica de su eficacia probatoria. En este supuesto,
la impugnación se puede hacer en dos oportunidades:
• Dentro del quinto día a contar desde que se notificó el traslado del peritaje;
• Si no se ha hecho en ese plazo, en la oportunidad de presentar el alegato.
Pero la falta de impugnación en el aspecto que estamos considerando, no obliga en manera alguna al
juzgador, quien de oficio puede ordenar al perito que dé explicaciones, y también disponer que se
practique otro peritaje, que se perfeccione o amplíe el anterior, por el mismo perito por otro a su elección,
y en la sentencia se puede apartar del dictamen aun cuando nada hayan dicho las partes. Desde este
punto de vista es incorrecto decir que el dictamen está consentido por las partes, ya que se puede
consentir algún vicio del procedimiento pero no la eficacia de un medio de prueba destinado a formar la
convicción del juez.
- Inapelabilidad de la providencia que resuelve sobre la impugnación del peritaje. Si las
observaciones de las partes se dirigen a restar eficacia probatoria al dictamen, ello se tendrá
presente para el momento de sentenciar; si se piden explicaciones al perito o se impugna el
peritaje por vicio formales que lo invalidan, la resolución del juez que provee tal petición es
inapelable en merito a lo dispuesto por el art.379 CPCCN.
Remoción del perito. (Arazi) Procede la remoción del perito en los siguientes casos:
➢ Si después de aceptado el cargo renunciare sin motivo atendible;
➢ Si rehúsa dar su dictamen;
➢ Si no presenta el peritaje dentro del plazo fijado o, en su caso, dentro del previsto en el art. 406
del CPCCN (15 días).
La remoción del perito puede determinar que se lo excluya de la lista de nombramientos de oficio pero
no implica responsabilidad penal dado que en el proceso civil ser perito no es una carga pública, no
siendo aplicable lo dispuesto en el art. 243 CP.
La remoción del perito que ha acepta el cargo, producido por no presentar el peritaje, puede originar la
condena a pagar los gatos de diligencias frustradas y los daños y perjuicios ocasionados a las partes, si
éstas lo reclamasen. El monto de los daños se establecerá en el mismo proceso por vía incidental. En
todos los casos el perito reemplazado perderá el derecho a cobrar honorarios (art. 470 CPCCN).
Art. 194 CPCCSF.- Vencido el término sin que el o los peritos presenten su dictamen o ampliación, serán
reemplazados. Además, excluídos de oficio, de la lista respectiva por el año en curso y el siguiente y
pasibles de multa de hasta veinte días multa. El auto que disponga la exclusión y la multa será apelable
en relación.- (Artículo 194 modificado por el Artículo 1 de la Ley N° 9273)
Falta de interés en la pericia. (Arazi) Al contestar el traslado del ofrecimiento de la prueba pericial y de
los puntos que serán objeto de ella, la parte contraria a la que la ofreció podrá manifestar que no tiene
interés en el peritaje y que se abstendrá, por tal razón, de participar en él.
Art. 198 CPCCSF.- Si alguna de las partes manifestara no tener interés en la peritación, ésta se hará a
cargo de quien la hubiere solicitado, excepto cuando la primera resultare condenada en las costas del
juicio y la diligencia hubiere sido necesaria para la solución del pleito; circunstancia, esta última, que el
juez consignará en la sentencia.
Delegado técnico. Concepto funciones. (Palacio) El art. 458 CPCCN in fine, acuerda a cada una de
las partes la facultad de designar un consultor técnico.
Si bien el consultor técnico debe ser una persona especializada en alguna ciencia, arte, industria o
actividad técnica, se diferencia del perito, en sentido estricto, en la circunstancia de que, mientras éste
reviste el carácter de un auxiliar del juez o tribunal y, por lo tanto, adquiere su condición procesal a raíz
del nombramiento judicial y de la subsiguiente aceptación del cargo, el consultor técnico es un verdadero
defensor de la parte, quien lo designa para que la asesore en los ámbitos de la técnica ajenos al
específico saber jurídico.
Art. 461 CPCCN.- El consultor técnico podrá ser reemplazado por la parte que lo designó; el
reemplazante no podrá pretender una intervención que importe retrogradar la práctica de la pericia.
Los honorarios del consultor técnico, en tanto comportan un gasto del proceso, integran la condena en
costas (art. 461 CPCCN, in fine), pero su pago se halla a cargo exclusivo de la parte que lo designó si,
impugnada por el adversario la procedencia de la prueba, de la sentencia resulta que aquélla no
constituyó uno de los elementos de convicción coadyuvantes para la decisión, o la otra parte manifestó
oportunamente su carencia de interés en la pericia, salvo que el fallo haya hecho mérito de ésta para
resolver a su favor (CPCCN, art. 478).
Deber de cooperación de las partes en la realización de la prueba pericial. Sanciones.
Valoración de la prueba pericial. Art. 199 CPCCSF.- El juez no estará obligado a seguir el dictamen
pericial y deberá apreciar el mérito de la prueba según su criterio
Prueba testimonial.
Concepto. Generalidades. Caracteres. (Arazi) Se denomina prueba de testigos o testimonial a las
declaraciones emitidas en el proceso por personas físicas (no personas jurídicas), distintas de las partes
y sin vinculación con el órgano judicial, acerca de sus percepciones de hechos pasados o de lo que han
visto u oído sobre éstos.
El testimonio debe versar sobre cualquier clase de hechos, con la limitación propia de las pruebas en
general.
De igual manera, no debe limitarse el concepto de la prueba de testigos a la declaración sobre hechos
que han caído bajo el dominio de los sentidos de quien la hace; ya que el testigo puede declarar sobre
hechos que no haya percibido directamente sino que le han sido narrados por otros. La declaración
puede también contener juicios lógicos o deducciones del testigo.
El carácter de testigo se adquiere cuando el juez ordena recibir la declaración; una persona no puede
presentarse a declarar espontáneamente; el testimonio debe solicitarlo alguna de las partes u ordenarlo
el juez de oficio.
Además, el testigo debe ser mayor de 14 años (art. 426 CPCCN). Esa edad mínima debe tenerla en el
momento de declarar, aunque haya sido menor cuando percibió el hecho sobre el cual declara. Aun así,
cuando el juez lo considere indispensable, puede recibir la declaración de personas menores de 14 años.
Las declaraciones no pueden considerarse a favor ni en contra de ninguna de las partes; el testigo
declara lo que sabe, sin tener en cuenta las consecuencias que sus declaraciones puedan tener en el
proceso.
Clases de testigos. Los testigos pueden clasificarse desde dos puntos de vista: el de la admisibilidad y
el de la eficacia o atendibilidad de su testimonio.
- Un testigo es admisible cuando la ley no prohíbe su declaración, sea con carácter general o
en el caso de que concurran determinadas circunstancias. Si media una prohibición legal, el
testigo comprendido en ella se denomina excluido.
Pueden sub clasificarse según que la ley prohíba que sean citados a declarar:
✓ En cualquier juicio (menores de catorce años);
✓ En contra o a favor de ciertas personas (refiere el art. 427 CPN en tanto dispone que "no podrán
ser ofrecidos como testigos los consanguíneos o afines en línea directa, ni el cónyuge aunque
estuviere separado legalmente, salvo si se tratase de reconocimiento de firmas").
✓ Respecto de determinados actos (testigos de un instrumento público, quienes no pueden ser
llamados a declarar en tanto su testimonio tenga por objeto contradecir, variar o alterar el
contenido del instrumento).
- Los testigos son atendibles o inatendibles de acuerdo con la valoración que el juez haga de
su testimonio en oportunidad de dictar sentencia definitiva. Esta apreciación debe efectuarla
de conformidad con las reglas de la sana crítica, atendiendo a las circunstancias o motivos
que corroboren o disminuyan la fuerza de dichas declaraciones (CPCCN, art. 458).
Ofrecimiento. Oportunidad. Formalidades. Art. 200 CPCCSF.- Al ofrecerse la prueba testimonial, será
necesario expresar el nombre, profesión y domicilio de los testigos y presentar al mismo tiempo el
interrogatorio respectivo. (…)
(Palacio) La exigencia de que se exprese el nombre, profesión y domicilio de los testigos tiene por objeto
acordar a la contraparte la posibilidad de oponerse a su citación, en el caso de tratarse de testigos
excluidos, y de ejercer, en el acto de la audiencia, la facultad de repreguntarlos o de impugnarlos. Sin
embargo, no cualquier error en que se haya incurrido en ese sentido autoriza a desestimar la prueba, y
en tal sentido la jurisprudencia tiene resuelto que los errores deben ser tales que realmente hayan
impedido la individualización del testigo, afectando la facultad de control que incumbe a la contraparte.
Se decidió, también, que la omisión de la profesión del testigo, o un error intrascendente que se haya
deslizado en la mención de su nombre o apellido, por ejemplo, pueden excusarse cuando, en las
circunstancias del caso, tales deficiencias no hayan obstado a su identificación.
El ofrecimiento de la prueba testimonial, en el proceso ordinario, debe efectuarse, al igual que la restante,
en los escritos de demanda, reconvención y contestación de ambas (CPCCN, art. 333, modificado por
la ley 25.488).
En el proceso sumarísimo, el ofrecimiento debe formularse en los escritos de demanda y contestación
de ésta (CPCCN, art. 498, inc. 1º modificado por la ley 25.488).
Cantidad de testigos. Art. 200 CPCCSF.- (…) No se admitirá más de diez por cada parte en el juicio
ordinario, y de cinco en el sumario, sumarísimos, juicios especiales y ejecutivos; pero el juez podrá
admitir la ampliación si la naturaleza del asunto lo justificase.
- 10 máximo en el juicio ordinario;
- 5 máximo en el juicio sumario, sumarísimos, juicios especiales y ejecutivos.
Testigos excluidos, excepciones. Art.217 CPCCSF.- No podrán ser presentados como testigos contra
una de las partes, el cónyuge aunque esté separado, los parientes y afines en línea recta o en segundo
grado de la colateral y los tutores, curadores o pupilos, salvo:
9. Cuando hubieren sido agentes o testigos instrumentales de un acto jurídico y la declaración
versare sobre éste;
10. Cuando la declaración versare sobre su nacimiento, matrimonio, divorcio o defunción de los
miembros de su familia.
Prueba de informes.
Concepto. Caracteres. Ofrecimiento. Sujetos informantes. Contenido del informe, requisitos.
(Arazi) Es el medio de aportar al proceso datos sobre hechos concretos, claramente individualizados y
controvertidos, que resulten de la documentación, archivos o registros contables de terceros o de las
partes.
Los datos pueden ser requeridos por oficinas públicas; escribanos con registro; entidades privadas (se
hallan comprendidas no sólo las sociedades y asociaciones, sino también los simples particulares); y,
eventualmente, a otras personas físicas.
(Palacio) Esta clase de prueba presenta rasgos que la distinguen suficientemente de los restantes
medios probatorios. En primer lugar no entraña una especie de prueba documental, porque ésta requiere
la aportación directa de documento al proceso (sea en forma espontánea o a raíz de una orden de
exhibición), al paso que el informante se limita a transmitir al órgano judicial, tras la orden pertinente, el
conocimiento que le proporcionan las constancias documentales que se encuentran en su poder. El
informante, en segundo lugar, se asemeja al testigo porque tanto el informe como el testimonio se
refieren a hechos pasados; pero se diferencian en cuanto:
8) El informante puede ser (y generalmente lo es) una persona jurídica, mientras que el testigo debe
ser necesariamente una persona física;
9) El informante, a diferencia del testigo, puede adquirir conocimiento de los hechos de que se trate
en el momento mismo de expedir el informe;
10) Mientras que el testigo declara sobre percepciones o deducciones de carácter personal, el
informante debe atenerse a las constancias de la documentación que posee. Y en tanto,
finalmente, la expedición de un informe no requiere conocimientos técnicos especiales, el
informante tampoco puede asimilarse a un perito.
Art. 228 CPCCSF.- Los jueces podrán, de oficio o a petición de parte requerir de las oficinas,
establecimientos bancarios o de otra índole pero de importancia análoga, informes, certificados, copias
o antecedentes relativos a hechos concretos, claramente individualizados, que se ventilen en el pleito y
que consten en anotaciones o asientos de sus libros. Podrán igualmente, otorgar a las partes una
credencial, con transcripción de este artículo, que las autorice a gestionar de modo directo tales datos,
los que deberán ser expedidos con nota de no servir sino para el juicio.
Procedimiento. (Palacio) Las oficinas públicas y las entidades privadas deben contestar el pedido de
informes o, en su caso, remitir el expediente dentro de los diez días hábiles, salvo que la providencia
que lo haya ordenado hubiese fijado otro plazo en razón de la naturaleza del juicio o de circunstancias
especiales. Asimismo, los oficios librados requiriendo informes deben ser obligatoriamente recibidos a
su presentación (CPCCN, art. 398, párr. 1º , modificado por la ley 25.488).
En lo que atañe a la forma de los oficios, el art. 400 CPCCN dispone en su párrafo primero que cuando
interviniere letrado patrocinante, los pedidos de informes, expedientes, testimonios y certificados
ordenados en el juicio deben ser requeridos por medio de oficios firmados, sellados y diligenciados por
aquél, con transcripción de la resolución que los ordena y que fija el plazo en que deberán expedirse.
En el oficio, asimismo, debe consignarse la prevención que establece el art. 398, es decir, hacer conocer
a las entidades públicas o privadas la consecuencia imputada a la eventual demora
El párrafo final del art. 400 del CPCCN contempla la responsabilidad disciplinaria de los letrados
patrocinantes, disponiendo que ella se hará efectiva de oficio o a petición de parte, cuando en la
redacción de los oficios los profesionales se apartaren de lo establecido en la providencia que los ordena,
o de las normas legales.
Art. 401 CPCCN.-Las entidades privadas que no fueren parte en el proceso, al presentar el informe y si
los trabajos que han debido efectuar para contestarlo implicaren gastos extraordinarios, podrán solicitar
una compensación, que será fijada por el juez, previo traslado a las partes. En este caso el informe
deberá presentarse por duplicado. La apelación que se dedujere contra la respectiva resolución tramitará
en expediente por separado.
Impugnación del informe. (Arazi) Recibida la contestación del informe en secretaria, se ordenará s
agregación al expediente y se correrá vista a las artes, las que quedara notificadas de esa providencia
por ministerio de la ley.
Dentro de los cinco días, cualquiera de las partes podrá alegar que la respuesta es incompletao que no
se corresponde con el requerimiento formulado, o impugnar por falsedad el informe o la fuente de éste.
En el primer caso el juez podrá, si la observación hecha fuese exacta, ordenar un nuevo oficio, a fin de
que el informante complete datos, suministre otros omitidos o aclare conceptos oscuros.
Si, en cambio, el informe es impugnado por falso esto es, por no coincidir con lo informado con los
documentos, archivos o registros contables de los que proviene se requerirá al informante la exhibición
de esos asientos contables o de los documentos o antecedentes en que se fundare la contestación (art.
403 CPCCN).
Si se tratare de libros de comercio del informante, la exhibición se puede realizar en el lugar donde se
encuentran dichos libros, en presencia del comerciante y sin que sea necesario trasladarlo al tribunal.
En este caso se ha resuelto que procede la designación de un perito contador para que verifique los
asientos contables que fueron materia de prueba informativa.
Si el informe impugnado es suscripto por un funcionario público, en ejercicio de sus funciones, y contiene
manifestaciones sobre hechos ocurridos en su presencia, sólo se podrá argüir por falsedad por demanda
civil o criminal, o por incidente de redargución de falsedad.
Por último, si la falsedad está en el asiento o documento base del informe, hay que distinguir si la fuente
es un instrumento público o privado. En el primer caso se deberá proceder de acuerdo con lo prescripto
en el art. 395 CPCCN o entablar la demanda civil o criminal por falsedad; si, en cambio, la fuente fuese
un instrumento privado, bastará la prueba en contrario para desvirtuar los actos o hechos que resulten
de la documentación, archivo o registros del informante.
Si el interesado no impugnó en tiempo el informe, no podrá plantear la cuestión en la alzada en ocasión
de expresar agravios.
En el ámbito doctrinal se discute si las presunciones constituyen, o no, verdaderos medios de prueba.
Pero la doctrina mayoritaria entiende que:
⇸ Las presunciones legales no configuran medios probatorios, sino reglas jurídicas sustanciales que
gravitan, en el proceso, sobre la carga de la prueba, sea por la inversión o la exención de la
correspondiente actividad;
⇸ Las presunciones simples tampoco constituyen medios de prueba y son, en realidad, el resultado de
las operaciones intelectuales que el juez realiza en oportunidad de dictar sentencia, basándose, para
ello, en hechos indiciarios que se han demostrado, a su vez, merced a la utilización de otros medios
probatorios.
Control por las partes. (Arazi)Como todo medio de prueba, el reconocimiento judicial se tiene que
efectuar respetando los principios de contradicción y publicidad. El juez no puede hacer valer como
prueba su conocimiento privado; la diligencia se hará citando a las partes, a quienes se les notificará el
lugar, día y hora en que se llevará a cabo. Al decretar la medida, el juez debe individualizar lo que
constituirá su objeto.
La notificación a los litigantes se hace por ministerio de la ley, salvo en casos de urgencia como cuando
el reconocimiento se debe efectuar sin que se pueda ordenar con la antelación necesaria para que se
produzca esa forma de notificación; en tal supuesto la notificación se hace por cedula firmada por el
secretario y con un día de anticipación como mínimo (art. 479 CPCCN).
Formalidades y contenido del Acta. (Arazi) En el acta que se labre se hará constar todo aquello q2ue
ha sido materia de percepción por el juez, no sus inferencias o deducciones, que quedaran reservadas
para el momento de sentenciar. No se pueden considerar robados aquellos hechos diferentes a los
expresados en el acta, ni imputar condiciones que no se hicieron constar. Constituye una práctica
equivocada la confección de actas de inspecciones o reconocimientos en las que solo se hace constar
que el juez asistió y percibió los hechos que constituyen el objeto de la diligencia, sin agregar otro dato.
Las actas en que se omite consignar detalladamente lo que se percibió durante la diligencia son
ineficaces como medios de prueba, dado que las partes solo pueden discutir lo que el juez hizo constar.
El magistrado únicamente debe meritar los hechos que surjan del acta; lo contrario importa permitirle
traer al proceso hechos de su conocimiento privado.
Art. 227 CPCCSF.- Cuando el tribunal crea necesario el examen judicial de lugares, cosas o
circunstancias, idóneas y pertinentes, lo ordenará de oficio o a instancia de parte. Podrá, si lo creyere
conveniente, disponer la concurrencia de peritos. Las partes serán citadas por cédula, con anticipación
no menor de tres días, y podrán hacer las observaciones que creyeren oportunas. Se extenderá acta de
lo actuado.
Medios de prueba no previstos. Posibilidad de su ofrecimiento y control. Facultades del juez.