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INTERVECION CON FAMILIAS Y ATENCIÓN A MENORES EN RIESGO SOCIAL ( MATILDE )

TEMA 3
SITUACIÓN INICIAL .
1. ORGANIXACIÓN DE UN CENTRO DE MENORES .

Un centro de menores es una institución cuya finalidad específica es el alojamiento y atención


residencial de menores con medidas o actuaciones de protección adoptadas por las
Administraciones competentes.
La actividad de los centros para el acogimiento residencial tendrá como finalidad garantizar el
efectivo ejercicio de los derechos y la adecuada cobertura de las necesidades físicas, psíquicas,
emocionales y sociales de cada menor alojado, tratar las consecuencias de la desprotección,
procurar su pleno desarrollo personal y favorecer su integración fami-liar y social,
proporcionándole el estilo de vida más normalizado y acomodado a sus condi-ciones y
circunstancias, y manteniendo, siempre que sea posible, la proximidad y los con-tactos con el
entorno de referencia.
Para lograr estas finalidades de la forma mas adecuada los centros de menores tie-ne que planificar
y organizar  su actividad.
Dependiendo de su tipología y de su dependencia, los centros de menores pueden tener diferentes
estructuras organizativas, pero podemos señalar que fundamentalmente se constituyen dos tipos de
órganos para coordinar y dirigir los centros:

1. El Consejo de centro.
1. La Comisión educativa.
Además de estos órganos, los centros de menores tienen una persona que ejerce la dirección del
centro. El director o directora es el representante del centro y el responsable de su correcto
funcionamiento. Entre sus funciones están:
• Responsabilizarse de la gestión del centro, tanto de la parte administrativa, como de la
económica y del mantenimiento.
• Ejercer la jefatura de todo el personal del centro
• Supervisar, coordinar y velar por el correcto desarrollo de las actividades programadas.
• También ejerce la guarda de los menores ingresados en el centro.

En algunos centros puede existir también la figura de la subdirección, que asume las funciones de la
dirección en ausencia de la misma.
1.1. ¿ QUIÉN MANDA AQUÍ ?
El órgano que determina las directrices generales de actuación en un centro de menores y asume su
coordinación es el Consejo de Centro. El Consejo de Centro es un órgano colegiado que está
constituido por:
• El director o directora es quien lo preside.
• Subdirector o subdirectora (si lo hubiese).
• Una representación del personal educativo.
• Una representación del  personal de servicios.
• Una representación de la administración competente.
• En algunos casos una representación de los menores elegida entre los mayores de 12 años.

Las funciones que tiene el Consejo de Centro son las siguientes:


• Elaborar el proyecto de Reglamento de Régimen Interior y enviarlo a la administración
correspondiente para su aprobación.
• Elaborar y evaluar la memoria anual de actividades.
• Aprobar el Proyecto Educativo y la Programación Anual de Actividades elaborados por la Comisión Educativa.
• Proponerle a la administración correspondiente las medidas que se consideren necesarias
para mejorar el funcionamiento del centro.
• Supervisar que el funcionamiento del centro y los documentos del centro se ajusten a los
principios y objetivos previstos por la administración.
1.2: EL EQUIPO DE TRABAJO.

De la misma manera que en los centros educativos se constituyen equipos de educadores y


educadoras para planificar el trabajo, en los centros de menores se constituye la denominada
Comisión Educativa.
La Comisión Educativa está compuesta por la persona que ejerce la dirección del centro y todos
los educadores y educadoras. Es, por tanto, un órgano de carácter fundamentalmente técnico que
suele tener reguladas sus funciones por la legislación de cada Comunidad Autónoma. Es habitual
que entre sus funciones se encuentren las siguientes:
• Elaborar el proyecto educativo de centro.
• Elaborar la programación anual de actividades.
• Hacer el seguimiento del proceso educativo grupal e individual.
• Presentar propuestas al Consejo de Centro para la elaboración del Reglamento de Régimen
Interior.
• Supervisar la aplicación de los Proyectos Educativos Individualizados y su adecuación al
Proyecto Educativo de Centro.
Además de estas funciones de carácter más administrativo, el equipo de educadores y
educadoras también deberá:
• Establecer criterios para asignar educadores o educadores a cada grupo de menores.
• Apoyar al educador o educadora en su trabajo con el grupo de menores.
• Preparación del contexto para la acogida de  menores.
• Analizar los resultados de la evaluación inicial.
• Intervenir en situaciones de conflicto para reconvertirlos en situaciones educativas.
• Promover iniciativas de actualización profesional permanente.
• Establecer criterios comunes de actuación en el trabajo con las familias.
• Realizar el seguimiento de las visitas y las salidas con la familia.
• Planificar actividades conjuntas encaminadas a la salida del menor  del centro.
1.3: TRABAJANDO CON EL GRUPO DE MENORES.
No hay una normativa común en todo el Estado que regule cuál debe ser la titulación ni la
formación específica que debe tener la persona que trabaje en un centro de menores, pero es
evidente que si analizamos las competencias profesionales, personales y sociales que se establecen
en el título del ciclo superior en educación infantil podemos ver que están muy relacionadas con las
funciones y tareas que tienen que desempeñar los profesionales de los servicios sociales de atención
a la infancia.
Veamos cuáles son las tareas que desempeñan un educador o una educadora de un centro de
menores:
Son los profesionales  que trabajan en la atención directa con niños  más pequeños (de  0-4 meses a
6 años)  y tiene como principal función apoyar y reforzar al educador social en su tarea.
En primer lugar tiene que realizar una evaluación inicial del grupo de menores con el que va a
trabajar.
 En esta evaluación inicial deberá identificar el número de menores, su sexo y edad y
relacionarlo con sus conocimientos sobre el desarrollo evolutivo de la etapa o etapas
correspondientes.
 Identificar la situación legal de cada menor y relacionarlo con la normativa legal y el
reglamento del centro.
 Reconocer la dinámica del grupo, momento en que se fue incorporando cada menor, posibles
conflictos, etc. y relacionarlo con la información que puedan aportar otros educadores o
educadoras y su formación sobre habilidades sociales del técnico superior.
En función de la información recogida en la evaluación inicial deberá planificar su intervención con
el grupo proponiendo actividades dentro y fuera de la institución, para todo el grupo y para realizar
de manera individual o en grupos más reducidos, actividades habituales que marcan rutinas como la
higiene, descanso, alimentación y otras más creativas y excepcionales.
Además de esa intervención general con el grupo de menores el educador o educadora de un centro
es el responsable directo de la intervención con cada menor en particular, motivo por el cual será el
responsable de redactar el Proyecto Educativo Individualizado.
1.4 EL TRABAJO CON CADA MENOR .

El educador/a de un centro de menores, además de su trabajo con el grupo de menores que tiene
asignado, tiene también una serie de funciones que tiene que desarrollar de manera directa con cada
menor que tiene asignado.
Estas funciones podemos agruparlas en función de los momentos significativos de un menor en un
centro, el ingreso, su estancia en el centro y la salida.
Funciones del educador o educadora durante el primer momento del menor en el
centro
• Recibir al menor y a la familia.
• Ayudar al menor a superar los sentimientos negativos producidos por la separación de su familia.
• Explicarle el motivo por el qué está en el centro.
• Intentar paliar el sentimiento de indefensión y reducir la incertidumbre.
• Ayudarle a hacer frente a los sentimientos de inseguridad provocados por la falta de estabilidad
de la familia.
• Encargarse de que sean cubiertas las primeras necesidades del menor: Atención sanitaria,
higiénica, vestimenta, alimentación.
• Orientación y apoyo personal.
• Establecer una buena relación con el menor procurando una cierta vinculación, pero con la
suficiente toma de distancia.
• Ser el punto de referencia en el nuevo contexto, presentándole a los compañeros y compañeras
del centro, explicándole las normas, indicándole las principales rutinas diarias.
• Analizar los informes del menor.
• Realizar la evaluación inicial del menor.
• Realizar los informes que fueran necesarios.
• Realizar el Proyecto Educativo Individualizado.
• Recoger información de otros profesionales relacionados con el caso.
• Recoger información de la familia.

Funciones del educador o educadora durante la estancia del menor en el centro

• Ayudar al menor a integrarse en la vida cotidiana del centro, en las actividades, en la relación con
los otros menores, etc.
• Apoyar al menor en las actividades de su vida diaria, acompañarlo a la escuela, a las
actividades extraescolares, al médico, ayudarle a hacer los deberes.
• Favorecer el desarrollo de la autonomía del menor.
• Trabajar los hábitos de higiene y alimentación. Enseñar a los niños a vestirse, ducharse, etc. e
interiorizar unos hábitos higiénicos. Cuidar una alimentación correcta y fomentar unos buenos
hábitos alimentarios.
• Ante un comportamiento inapropiado del niño corregirlo y reforzar o premiar los
comportamientos que crea adecuados.
• Intervenir cuando se producen conflictos con otros menores.
• Reunirse con otros profesionales externos que trabajan con el menor.
• Coordinar la actualización del Proyecto Educativo individualizado.
• Valorar los resultados de los contactos del menor con su familia: Salidas de fin de semana,
visitas, vacaciones...
• Trabajar con la familia, procurando corresponsabilizarla del cuidado del menor

Funciones del educador en la preparación de la salida del menor para acogimiento,


adopción o reingreso en la familia de origen

• Preparar la salida del centro como un acontecimiento positivo para el menor, tanto en la
adopción, el acogimiento o el regreso a su familia.
• Garantizar que el centro va a seguir siendo un punto de seguridad si lo necesita.
• Explicarle al menor a dónde va a ir y por cuanto tiempo.
• Observar y evaluar cómo se va realizando la fase de acoplamiento con la familia de acogida, de
adopción o con la propia.
• Hacer al menor partícipe del proceso eligiendo los días y lugares en que tendrán lugar los
contactos con las familias
1.5 UN MENOR HA LLEGADO .

El internamiento en un centro de menores es una medida extrema que debe ser contemplada
siempre como una situación temporal y aplicada sólo en el caso de no existir otra alternativa menos
traumática.
En el caso de optarse por esta medida, tenemos que tener en cuenta que en el momento que se
produce el ingreso en un centro de menores los niños y niñas, sobre todo cuando son más pequeños,
sufren la separación o pérdida de los vínculos afectivos que poseían, por muy dramática que fuese
su situación vital anterior.
Sufren también la pérdida de su ambiente de referencia: la habitación, los olores, los sonidos, los
espacios, todo es nuevo y desconocido. En muchos casos se genera un sentimiento de culpabilidad
por la nueva situación que se está viviendo.
La reacción ante esta situación va desde un primer momento en el que se rechaza con rabietas,
lloros, agresividad y problemas en el sueño a un segundo momento en el que se da una situación de
tristeza, apatía, negativa a comer e incomunicación. Finalmente, dependiendo de cómo se vaya
produciendo el proceso de incorporación al centro se puede dar una situación de adaptación positiva
a la nueva situación o por el contrario una mejoría superficial con disminución de los síntomas pero
que oculta una negación de la situación con un desinterés por establecer relaciones emocionales.
Para favorecer el proceso de adaptación del menor a la nueva situación, en el momento de
incorporarse al centro se le asigna un tutor o tutora, que tendrá como funciones principales las
siguientes:
• Ser la persona responsable directa de la aplicación del proyecto educativo individualizado.
• Responsabilizarse del seguimiento de la evolución del menor en el centro.
• Actuar como profesional de referencia para todas las cuestiones que afecten al menor.

2. DOCUMENTOS DE UN CENTRO DE MENORES.

¿Qué documentos debemos conocer de un centro de menores? ¿Tendremos que cumplimentarlos


todos como TSEI?
Como se indicó en diferentes momentos los servicios sociales en el estado español son de
competencia exclusiva de las diferentes comunidades autónomas, por este motivo cada comunidad
autónoma establece la reglamentación específica de los centros en los que se prestan servicios
sociales y consecuentemente también la documentación que deben elaborar. En cualquier caso
podemos establecer una serie de documentos que, con pequeñas variaciones, se señalan en la mayor
parte de las comunidades autónomas para los centros de menores.
Estos documentos tienen en algunos casos una idea de permanencia prolongada en el tiempo, se
elaboran habitualmente al solicitar el inicio de la actividad del centro y sufren sólo pequeñas
modificaciones anuales. Estos documentos son:
• El reglamento de régimen interior.
• El proyecto educativo.
Otros documentos tienen un carácter anual, y cada año deben volver a redactarse para incorporar
las modificaciones y especificaciones del año correspondiente. Estos documentos son:
• La programación anual.
• La memoria anual.

Además de estos documentos que organizan y estructuran el trabajo general de un centro de


menores, existen otra serie de documentos específicos de los propios menores, entre los que
destaca, por ser el más relevante:
• El proyecto educativo individual.

2.1: NOS ORGANIZAMOS.

El reglamento de régimen interior es el documento que reglamenta la organización de la vida


cotidiana de los centros de menores.
Para organizar la vida de un centro de menores, ¿el reglamento de régimen interior establece las
normas de funcionamiento general del centro con respecto a los recursos personales y materiales? 
Efectivamente, así es.
El Consejo de Centro es el encargado de elaborar el proyecto de Reglamento de Régimen Interior
que posteriormente será enviado a la administración correspondiente para su aprobación.
Con respecto a los recursos personales indica las responsabilidades y derechos de las personas que
conviven en la institución, estableciendo normas y pautas de relación del personal con las personas
acogidas en el centro. Los procedimientos de relación con las familias de los menores así como con
otras instituciones y profesionales.
Con respecto a los recursos materiales el reglamento de régimen interior establece los
instrumentos, documentos y procedimientos materiales que deberán emplearse en el centro. El uso y
distribución de los espacios y de los recursos materiales.
Algunas Comunidades Autónomas establecen una estructura y organización diferente de los
reglamentos de régimen interior en función del tipo de centro de menores.
Adaptándose a los requisitos mínimos establecidos legalmente por las diferentes comunidades
autónomas, las direcciones de los centros, con los equipos educativos, elaboran los reglamentos de
régimen interior que serán enviados a las administraciones públicas competentes para su
aprobación.
El reglamento de régimen interior es un documento del centro de menores que está elaborado con la
idea de que tenga una permanencia en el tiempo, siendo normal que se revise cada 4 ó 5 años, o
cada vez que las condiciones del centro de menores varíen sustancialmente.
2.2 : ESTRUCTURA DEL REGLAMENTO DE RÉGIMEN INTERIOR.

El Reglamento de Régimen Interior regula esta situación que acabamos de ver y otras muchas,
estableciendo en su estructura los siguientes apartados:
• Derechos y obligaciones de los menores:

Los menores que están ingresados en un centro residencial tienen los mismos derechos
que cualquier otro menor, pero es evidente que el hecho de convivir en una institución
implica que los derechos y las consiguientes obligaciones deben estar formalizados. El
Reglamento de Régimen Interior debe reconocer el derecho a recibir un trato que
respete su dignidad personal, su libertad religiosa, su intimidad, un trato que favorezca
su protección, su educación y su formación como persona. Los menores tienen derecho
a recibir visitas, a comunicarse con el exterior y a salir del centro en las condiciones que
por criterios de organización y seguridad establezca el centro.

De la misma manera que deben estar reconocidos los derechos de los menores en los
centros, también deben quedar recogidas las obligaciones, que deberán contemplar el
respeto por todas las personas que trabajan o están ingresadas en el centro, el cuidado de
las instalaciones, la participación en las actividades organizadas por el centro, etc.

• Derechos y obligaciones del personal:

En los centros de menores no sólo deben tener regulados sus derechos y obligaciones
los menores que están ingresados, también deben estar recogidos los derechos y
obligaciones de todas las personas que desarrollan su actividad en el centro. Entre los
derechos que el Reglamento de Régimen Interior le debe reconocer a las personas que
trabajan en un centro están los de recibir información sobre el funcionamiento del
centro, el poder elegir a sus representantes para los órganos de gestión del centro y el
gozar de autonomía para poder desarrollar su tarea educativa. Entre las obligaciones
deberá recogerse la de cumplir con las tareas propias de su puesto de trabajo,
manteniendo la confidencialidad de la información y fundamentalmente la obligación de
velar por el respeto a los derechos de los menores.

• Estructura organizativa

Deberán quedar recogidos los órganos de dirección del centro, tanto unipersonales como
colegiados, así como las funciones de cada uno de ellos.

• Organización interna.

Es preciso definir la documentación que se empleará para realizar el seguimiento de los


menores, tanto los libros de registro de altas y bajas de usuarios como los expedientes.
Así mismo será preciso indicar los horarios, las normas de uso de las dependencias y
materiales y las normas de higiene personal. Deberá estar recogido también el
procedimiento de relación con el exterior: las visitas, las salidas y las comunicaciones.

• Régimen disciplinario.

El régimen disciplinario debe recoger las conductas consideradas contrarias a la


convivencia y las medidas correctoras de esas conductas.
2.4: EL PROYECTO EDUCATIVO.

El Proyecto Educativo del centro es el documento que va a estructurar la vida cotidiana del centro,
estableciendo los objetivos de la intervención educativa que se va a realizar en él, las áreas de
actuación en las que se concretan esos objetivos y los recursos, tanto humanos como materiales,
necesarios para su desarrollo.
Como vemos, este documento tiene gran similitud con otros documentos que se elaboran en el
ámbito educativo, si bien tiene unas características que lo diferencian de ellos, fundamentalmente
por el hecho de desarrollarse en un ámbito mucho menos formalizado.
El Proyecto Educativo está elaborado por la Comisión Educativa, es decir, por el conjunto de
educadores y educadoras del centro, y debe ser enviado a la administración correspondiente para su
aprobación. En el caso de centros que no son propios de la administración y que pertenecen a
entidades colaboradoras es necesario tenerlo aprobado para poder iniciar las actividades.
El proceso de elaboración y revisión de este documento implica la realización previa de un análisis
del contexto social y educativo en el que se va a desarrollar el proyecto, revisando los recursos
sociales del contorno, la legislación relacionada con este ámbito profesional, así como los
programas educativos y sociales de la zona. Una vez realizado este análisis del contexto, el equipo
educativo deberá planificar diferentes reuniones en las que irá dando forma al Proyecto o irá
revisando el documento existente para incorporarle las mejoras necesarias.
Este documento, una vez aprobado, debe revisarse al pasar 4 ó 5 años y siempre que se produzcan
cambios en el centro que impliquen esa revisión.
2.5 : ESTRUCTURA DEL PROYECTO EDUCATIVO .

¿Cuáles son los apartados que debe tener el Proyecto Educativo?


Son los siguientes:
• Descripción del centro.

En este apartado se debe hacer constar los datos que identifiquen al centro, situación
geográfica, tipo de centro, recursos principales en infraestructuras, dotación de personal,
recursos materiales y financieros así como los recursos del contorno.

• Características de la población atendida.

Debe incluir una descripción de las características generales del colectivo de menores
que se atienden en el centro, también se debe hacer constar si existe alguna
característica particular de la población a la que se atiende, como por ejemplo
inmigrantes, personas con una discapacidad, conflictividad, etc. También se incluye en
este apartado la indicación de las edades y sexos a los que se admite y atiende.

• Organización educativa.

En este apartado se hará referencia a la estructura organizativa a nivel educativo,


indicando los equipos de trabajo que se hubieran constituido así como sus funciones,
por ejemplo un equipo de trabajo sobre formación permanente del equipo educativo,
otro sobre trabajo en la mejora de los hábitos de higiene de los menores, sobre
resolución de conflictos, etc.

Será también contenido de este apartado la definición de los procedimientos de relación


con las familias de los menores, así como con otras instituciones y profesionales.

• Objetivos de la acción educativa.

Los objetivos señalados en este apartado deben servir de referencia para los que después
se concreten en cada una de las áreas y en los Proyectos Educativos Individualizados. 

Áreas de desarrollo de la acción educativa.


La determinación de las áreas en las que se estructura el Proyecto Educativo varía en
función de la Comunidad Autónoma, del tipo de centro y podríamos indicar que incluso
de la problemática específica de cada centro. Es posible que en un centro con menores
especialmente conflictivos sea preciso establecer un área de convivencia y en otro con
menores próximos a los 18 años un área laboral, mientras que en otros centros en los
que esta problemática sea escasa se incluirá fácilmente en otra área.

1. Área personal.
2. Área familiar.
3. Área escolar.
4. Área social.

• Metodología de la intervención educativa.

Deberán definirse los principios que regirán la intervención educativa así como las
líneas de intervención en los principales momentos socioeducativos: La llegada de los
menores, la intervención educativa en el centro, la intervención social y el seguimiento
de la inserción social en el momento del abandono del centro.

• Evaluación del proyecto educativo.

Será preciso definir el sistema de seguimiento y evaluación de la intervención educativa


que se va a desarrollar en el centro.

2.7: LA PROGRAMACIÓN ANUAL.

La Programación Anual es la concreción para cada año de lo que prescribe el Proyecto Educativo
de Centro. Es el documento que sistematiza y estructura el trabajo del centro a lo largo del año.
Este documento lo elabora la Comisión Educativa a partir de las indicaciones realizadas en el
Proyecto Educativo de Centro y de las observaciones realizadas en la Memoria Anual realizada el
año anterior. Una vez elaborado debe ser aprobado por el Consejo de Centro.
La Programación Anual debe concretar los principios formulados en el Proyecto Educativo de
Centro, debe indicar las personas encargadas de realizar las tareas propuestas, las fechas en que se
realizarán y los tiempos dedicados a las mismas.
La Comisión Educativa para elaborar este documento debe analizar qué aspectos del curso anterior
deberían mantenerse, qué aspectos es necesario corregir para evitar las deficiencias detectadas y qué
nuevos aspectos se deberían incorporar para mejorar el funcionamiento del centro.
Con toda esa información se organiza el trabajo para el año correspondiente, dándole a la
Programación Anual la estructura que te vamos a describir en el subapartado siguiente.
2.7.1.: ESTRUCTURA DE LA PROGRAMACIÓN ANUAL.

¿Cómo es la estructura del la programación anual? ¿Qué elementos debe contener?

• Actividades que se van a desarrollar.

Deben concretar las propuestas realizadas para cada una de las áreas de intervención
señaladas en el Proyecto Educativo, especificando como se realizará:

• La acogida de los menores.


• Las actividades que se realizarán en ese año de formación permanente del
personal del centro.
• La organización de las actividades de ocio y tiempo libre de los menores.
• La organización de los fines de semana.
• La organización de la escolarización de los menores en los centros
correspondientes.
• La organización de actividades para todo el centro:

• Fiestas.
• Excursiones.
• Celebraciones.

En cada una de las actividades será necesario señalar:

• Los objetivos que se pretende.


• Los recursos que se van a emplear.
• El momento en que previsiblemente se realizará cada una.

• Programación de reuniones educativas.

La metodología de trabajo de los equipos educativos debe incluir las reuniones en las que se
planifica y evalúa el trabajo que se va realizando en el centro. En la Programación Anual se debe
incluir el calendario de reuniones previsto tanto para la Comisión Educativa como de cualquier otro
equipo de trabajo que se constituya en el centro.

• Sistema de evaluación continua.

La Programación Anual da indicaciones concretas para la realización del trabajo diario


en el centro de menores, por este motivo es preciso prever un sistema que permita
realizar la evaluación permanente de esa programación, estableciendo reuniones, hojas
de observación, encuestas de satisfacción de los usuarios o cualquiera que determinen
los profesionales que trabajan en el centro.
• Plan de corrección en función de las evaluaciones.

El motivo de realizar una evaluación es permitir realizar los cambios necesarios cuando
los resultados que se obtienen no son los esperados, por este motivo deberemos prever
la posibilidad de realizar esos cambios sin esperar a terminar el año y presentar una
nueva Programación Anual.

2.8: LA MEMORIA ANUAL.

La memoria anual de un centro de menores es el documento en el que se recogen las actuaciones


realizadas durante el año y el nivel de cumplimiento de los objetivos previstos. Es además el medio
por el que se transmite la información de la actividad del centro a los órganos administrativos
correspondientes.
Es un documento con una estructura muy similar a la Programación Anual, pero a diferencia de
aquella, como ya indicamos, la elabora el Consejo de Centro y no la Comisión Educativa.
La memoria anual de centro está estructurada en los siguientes apartados:
• Actuaciones desarrolladas durante el año.

Haciendo referencia a las propuestas para cada una de las áreas en la Programación
Anual, indicando las realmente realizadas, las que se realizaron parcialmente y las que
no se realizaron.

• Resultados obtenidos.

Este apartado estará condicionado por los objetivos propuestos en la Programación


Anual y su nivel de consecución.

• Evaluación de los resultados.

El análisis de los resultados puede hacerse mediante la presentación de estadísticas y


gráficas que permitan visualizar más claramente los resultados obtenidos. Puede
presentarse un análisis acumulativo que incluya la comparación de los resultados
obtenidos en diferentes años: el número de participantes en las salidas, la asistencia de
las familias a las visitas de los menores, etc. Así mismo debería analizarse el motivo por
el que se considera que se han obtenido eses resultados.

• Conclusiones generales.

Es necesario tener en cuenta que la memoria anual es uno de los documentos que
analizaremos para realizar la nueva propuesta de Programación Anual, por este motivo
es importante señalar en estas conclusiones generales las orientaciones realizadas para
el curso siguiente:

• qué cambios se deben introducir,


• qué elementos deben ser potenciados,
• qué actividades deben mantenerse y cuáles deberían cambiarse o eliminarse.
2.9: OTROS DOCUMENTOS DEL CENTRO.

Las diferentes tipologías de centros de menores, así como el hecho de estén regulados por diferentes
normativas autonómicas, hace posible la existencia de diferentes modelos de documentos que
pretenden dar respuesta a las particularidades de cada institución. Los que hemos presentado en los
apartados anteriores así como el que mostraremos en el punto siguiente existen en la práctica
totalidad de los centros de menores, aunque pueden recibir otros nombres. Pero también podemos
encontrar otros documentos de utilización más puntual y que pueden presentar grandes diferencias
de unos centros a otros.
Un primer grupo lo pueden constituir los documentos de carácter educativo que complementan al
Proyecto Educativo de Centro:
• Proyecto curricular de Centro. Algunos centros, posiblemente por similitud con los
centros educativos, incluyen el Proyecto curricular entre los documentos de un centro de
menores, pero parece que el término curricular tiene más relación con la educación formal,
por lo que, en caso de utilizar este documento, sería preferible otra denominación.
• Programación de grupo. En algunos centros se establece este documento intermedio entre
el general de todo el centro y el individual. A continuación puedes ver un ejemplo de
programación de grupo.
Otros documentos también son generales del centro pero con un carácter más administrativo:
• Manual de procedimientos generales.

Es el documento que recoge los protocolos de actuación en las diferentes situaciones


que se pueden presentar en un centro de menores. Cual es el procedimiento a seguir en
el ingreso de un menor, el procedimiento cuando tenemos una sospecha de maltrato
después de una salida, el procedimiento en caso de enfermedad de un menor, etc.

• Registro de usuarios.

Libro de registro de altas y bajas que se producen en el centro.

Finalmente podemos encontrar un conjunto de documentos que permiten completar el expediente


individual de cada menor:
• Hoja para recoger los datos del menor en el momento del ingreso. Aquí puedes ver un
ejemplo de hoja de recogida de datos.
• Registro acumulativo de toda la información del menor, puede tener la forma de carpeta
o de archivo. Este es un ejemplo de registro acumulativo.
• Registro de incidentes de diferente tipo, pueden existir modelos para diversas situaciones
y se pueden ir añadiendo en el registro acumulativo.
• Informe final. Es el documento que elabora la persona responsable de la tutoría del menor
cuando está próximo a terminar su estancia en el centro de menores.
3, EL PROYECTO EDUCATIVO INDIVIDUALIZADO .

Una vez realizada la evaluación inicial del menor ingresado en un centro, se le asignará un tutor o
tutora que será el responsable directo de la aplicación del proyecto educativo individualizado.
Este educador tutor o educadora tutora de referencia del menor, en colaboración con el resto del
equipo educativo elabora el proyecto educativo individualizado en el que se recoge la planificación
y organización de la intervención que se va a desarrollar con el menor, indicando los objetivos, las
áreas de intervención prioritarias, los recursos que se van a utilizar, como se realizará la
intervención y la duración de cada una de las intervenciones.
Es necesario tener presente que en un centro de menores de carácter residencial serán varios los
educadores que prestarán atención al menor ingresado, los sucesivos turnos de trabajo, los turnos de
fin de semana, las bajas por enfermedad de los profesionales que trabajan en el centro, los traslados,
etc. Hacen preciso que exista un documento escrito que recoja los objetivos de actuación con
cada menor y que guíe el desarrollo de la intervención aún en el caso de un cambio de las
personas encargadas de aplicarlo.
Los apartados en los que se estructura este documento son los siguientes:
1. Datos de identificación.
2. Objetivos.
3. Contenidos.
4. Actividades y tiempos.
5. Recursos.
6. Evaluación.
Referido a cuatro áreas de intervención:
1. Área personal.
2. Área familiar.
3. Área escolar.
4. Área social.

3.1 . PROCESO DE ELABORACIÓN .

En la elaboración del Proyecto Educativo Individualizado (PEI) se dan una serie de fases:
• En primer lugar se realiza una evaluación inicial del menor, para lo que emplearán dos
estrategias fundamentales:
• Por un lado, la búsqueda y sistematización de la información que tenemos sobre
el menor recogida tanto de los informes psicopedagógicos y sociales que tengamos
como de la información que nos puedan aportar los diferentes recursos educativos y
sociales con los que hubiera tenido contacto y
• por otro lado mediante la observación de la vida cotidiana del menor en el centro y
de los momentos de relación con su familia.
• Una vez terminada esta evaluación inicial se hace la propuesta de Proyecto Educativo
Individualizado, para lo que se realizará un análisis y valoración en equipo de la
información recogida, se priorizarán los temas sobre los que es preciso intervenir, se
seleccionarán las estrategias de intervención y se hará una temporalización y una previsión
de los recursos necesarios así como de los procedimientos para evaluar las intervenciones.
• Una vez elaborado el Proyecto Educativo Individualizado se pasa a la fase de puesta en
práctica y mediante un proceso de evaluación continua se van realizando los ajustes
necesarios en el proyecto. Para realizar este proceso de evaluación es preciso:
• Establecer y cumplimentar protocolos de observación y recogida de información.

• Determinar y acondicionar espacios para poder realizar el seguimiento del proyecto


en equipo.
• Será necesario también coordinarse con servicios y recursos sociales, educativos, etc. para
poder recoger información pertinente sobre el desarrollo del proyecto. Finalmente después
de todo este proceso de evaluación periódica se podrán realizar las propuestas de
modificación necesarias.
3.2 ÁREA PERSONAL.

En el funcionamiento de una estructura familiar normalizada los hábitos de autonomía personal,


de expresión de la afectividad, de construcción de la propia identidad, etc. se van realizando de
manera informal durante la interacción de los diferentes miembros de la familia, pero los menores
que ingresan en un centro de menores provienen de familias que muy probablemente fueran
negligentes en sus tareas familiares. Por este motivo una de las áreas en las que será preciso realizar
una tarea educativa más importante es la que está referida al propio individuo.
Estableciendo objetivos y actividades específicamente dirigidos a intervenir en los siguientes
ámbitos:
• Cognitivo-intelectual: recoge los mecanismos de comunicación de que dispone y su
capacidad  para entender a los otros; habilidades lingüísticas básicas así como la atención, la
memoria, nivel de razonamiento y de concentración, nivel de escritura, lectura, expresión de
vocabulario, etc. Se contemplará también desarrollo psicomotor, la representación del
esquema corporal y la motricidad.
• Afectivo emocional:  este ámbito comprende  el estado emocional  del niño, la expresión 
de sus emociones y sentimientos, la  vinculación afectiva con las personas de su entorno.
Igualmente incluye  las estrategias para organizar y estructurar   sus sentimientos,
controlando sus conductas  en la interacción con los otros.  Este ámbito está relacionado con 
la motivación y los valores  para lograr una autonomía en sus conductas y obligaciones.
• Habilidades instrumentales: recoge la autonomía en el manejo de recursos e
independencia, tanto en las actividades de la vida cotidiana (aseo, alimentación, etc), como
habilidades de competencia social (comunicación, empatía)  que le permita establecer
relaciones adecuadas y saludables con los demás.
• Físico y de la salud: se refiere al desarrollo biológico, físico y  psicológico relacionado con 
la salud y el cuidado de los menores. Los diferentes profesionales sociosanitarios
diagnosticarán  los momentos evolutivos, los avances,  los trastornos, y los retrasos 
orientando las acciones mas adecuadas para  lograr en el menor  el mayor nivel de desarrollo
posible de su autonomía en cuidados personales y de una salud óptima.
• Valores y actitudes: estrechamente relacionados con el ámbito afectivo y emocional
determi-nando las conductas y comportamientos de los menores.
Para poder realizar el seguimiento de esta área existen modelos de hojas estandarizadas que realizan
los diferentes servicios del menor. A continuación te presentamos un ejemplo de Hoja de
observación y seguimiento del menor en el área personal.
3.3 ÁREA FAMILIAR.

Las situaciones que han dado origen al ingreso de un menor en un centro pueden ser múltiples, por
lo que la relación que mantengan con su familia puede ser también muy variada.
Como ya se indicó repetidamente la permanencia de un menor en un centro debe ser una situación
excepcional, debiendo procurar la reinserción del menor en su familia de origen o en caso de no ser
posible, tratar de buscar medidas, como el acogimiento o la adopción.
Para valorar las posibilidades de reinserción en el medio familiar es importante preparar y observar
los momentos en que se establecen relaciones entre el menor y la familia. Estos momentos serán
fundamentalmente los de entrega y recogida del menor en el caso de los centros de día y las visitas
familiares y las salidas de fin de semana o vacacionales en los centros residenciales.
En el Proyecto Educativo Individualizado podremos establecer un programa de intervención que
haga referencia a dos aspectos fundamentales:
• Vinculación del menor con la familia.

Con respecto al que se pueden señalar objetivos como los siguientes:

• Manifestar interés por la visita de su familia.


• Recibir con alegría la visita de sus familiares.
• Asumir con tranquilidad la despedida.

• Cooperación familiar.

Aspecto sobre el que se pueden proponer, entre otros, los siguientes objetivos:

• Mostrar interés por recibir información del menor.


• Aportar información del comportamiento del menor durante la salida.
• Establecer propuestas de intervención conjuntas.

En el caso de que la relación del menor con su familia se produzca en el propio centro se procurará
que los espacios en los que se produzca sean acogedores y permitan la suficiente intimidad y al
mismo tiempo la seguridad necesaria.
Serán situaciones importantes para la evaluación de esta área las que están próximas a los
momentos de relación con las familias: antes de una salida, durante una visita, después de un fin de
semana, etc. Para realizar el seguimiento de esta área se pueden emplear documentos como la
siguiente Hoja para la observación del área familiar.
3.4. ÁREA ESCOLAR .

Dentro de la situación extraordinaria que vive un menor dentro de un centro residencial, su


incorporación a la escuela es la incorporación a la vida ordinaria. Será un espacio y un tiempo que
comparte con el resto de niños y niñas de su edad que viven en una situación familiar normalizada.
Su relación con el mundo escolar es una oportunidad importante para valorar su incorporación de
los valores sociales, su nivel de autonomía para enfrentarse con los nuevos retos que le irá
planteando la vida.
Pero el centro también tiene que plantearse una serie de retos cuando los menores comienzan a ir a
un centro educativo. Retos similares a los que se plantean en una familia, como por ejemplo las
cuestiones administrativas de adquisición de material escolar, acondicionamiento de un espacio de
estudio en el centro, transporte al centro, etc.
También es necesario pensar en que los amigos y amigas del colegio los puedan visitar en el centro,
pero fundamentalmente será necesario mostrar una actitud positiva ante el trabajo escolar, prestarle
atención a los comentarios que realice sobre la vida en el colegio, sus problemas con el profesorado,
sus relaciones con los compañeros y compañeras, el hecho de percibir que el personal del centro le
da importancia a este ámbito de su actividad hará que también sea valorado por el menor.
En el área escolar el Proyecto Educativo Individualizado puede hacer referencia a los siguientes
ámbitos:
 Comportamiento social en la escuela.
 Interés por aprender en la escuela.
 Disposición para el aprendizaje.
 Autonomía en el trabajo escolar.

Para realizar el seguimiento del área escolar se pueden utilizar hojas de registro y observación del
área escolar.
3.5: ÁREA SOCIAL.
Como ya se comentó en apartados anteriores, los menores que están ingresados en los centros, muy
posiblemente han tenido modelos familiares poco apropiados, por lo que será necesario establecer
un programa de intervención organizado y estructurado en el que se actúe para en las diferentes
áreas que inciden en el desarrollo de la persona para conseguir el pleno desarrollo de la
personalidad del menor.
Una de estas áreas es la que hace referencia al ámbito social programando objetivos que permitan
conseguir mejoras en:
 Integración social en el centro.
 Relaciones sociales externas.
 Contexto de ocio y tiempo libre.

Será también necesario programar actividades para favorecer tanto la integración social en el centro
como en el exterior, participando en las actividades del barrio o del contexto próximo, así mismo
dentro de esta área será un ámbito fundamental la organización de actividades de ocio y tiempo
libre.
Establecidos los objetivos y las actividades a desarrollar es preciso planificar los espacios que se
van a emplear y los tiempos que se dedicarán a cada una de ellas y tener en cuenta la necesidad de
adaptar la propuesta general de actividades del centro a las necesidades e intereses individuales.
Para realizar el seguimiento del área social se pueden utilizar hojas de registro para observación del
área social.

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