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TEMA 2
PLANIFICACIÓN DE PROGRAMAS Y
ACTIVIDADES DE INTERVENCIÓN CON
FAMILIAS.
Probablemente tengas claro qué es una familia, pero si intentas definirla de un modo general
posiblemente empiecen a surgirte los problemas.
En la sociedad actual, el concepto de familia está muy debatido y las concepciones legales,
sociológicas o ideológicas influyen en las definiciones que pueden hacerse de lo que es una familia.
Para el niño y la niña, su familia está formada por las personas que viven con él, que son las
personas que lo cuidan, lo protegen y lo quieren. Y la estructura familiar no siempre es la misma.
Porque definir qué es una familia es algo complejo. ¿Qué es lo que tienen en común todas las
familias? Quizás el único criterio común que pueda definir una unidad familiar sean los vínculos
afectivos que hay entre sus miembros y la existencia de uno o varios adultos con capacidad de
ofrecer los cuidados y el afecto que necesitan los menores para poder desarrollarse.
1.1 LA FAMILIA CONVENCIONAL.
Sonia y Miguel piensan que los tipos de familia dependen de la sociedad, que no siempre tienen la
misma estructura y que cambian según el momento histórico del que se hable. Están de acuerdo
también en que las familias están reguladas a nivel legal, pero enseguida se dan cuenta de que caen
en contradicciones, pues si asumen que el vínculo del matrimonio es el que delimita a la familia, no
son capaces de describir todas las "posibles familias" que hay en la sociedad actual. Además se dan
cuenta de que una pareja sin hijos, o un adulto emancipado, es también una familia. ¿Cómo pueden
organizar toda esta variedad de situaciones? Sonia y Miguel concluyen que, como educadores
infantiles, deberán centrarse solo en la sociedad occidental e intentar delimitar un concepto de
familia en los que esté implicado un menor.
Si observamos la sociedad occidental actual, vemos que existe gran diversidad familiar, pues la
familia va variando con los cambios sociales. Podemos ver que la estructura familiar más habitual
es lo que denominamos familia convencional, es decir, aquella que está formada por la unión
mediante el matrimonio (ya sea civil y religioso o solamente civil) de dos personas de distinto sexo
y los hijos que tienen entre ambos. Dichas familias pueden ser:
Nucleares: Formada por madre, padre e hijos. Es el tipo de familia más extendida en la sociedad
industrializada.
Extensas: Además del grupo anterior, otros parientes o incluso otros grupos nucleares, forman parte
de la familia. Es un tipo de familia presente en sociedades más rurales.
Cuando discuten sobre qué tipo de esas dos familias convencionales es la mejor para el niño, llegan
a la conclusión de que el problema de la familia nuclear actual es que el niño no se relacione con las
otras personas que forman la familia extensa, con lo que se le reducen las posibilidades de
establecer vínculos afectivos y relaciones socializadoras con otras personas.
1.2 : LAS FAMILIAS NO CONVENCIONALES.
Sonia y Miguel encuentran un problema más. Hay menores que están siendo tutelados por el Estado
y viven en Centros de Menores o en Pisos Tutelados. ¿Cuál es la familia de estos menores? ¿Se
puede considerar que los profesionales que los atienden son "su familia"?
Al llegar a este punto Sonia y Miguel encuentran una solución funcional. ¿Podríamos considerar
que una familia es aquella estructura social que satisface las necesidades infantiles? Parece claro
que sí, se dicen ambos, con lo cual pasan a analizar cuáles son las necesidades infantiles que cubre
la familia.
Sonia y Miguel se dan cuenta de que las familias no convencionales tampoco pueden ser
explicadas utilizando el criterio legal del matrimonio.
• Existen familias que sí han formalizado el vínculo del matrimonio, y gozan de
reconocimiento legal, pero no son familias convencionales. Un tipo de estas familias serían
las formadas por parejas homosexuales.
• Existen familias que no han formalizado el vínculo del matrimonio, pero sin embargo
gozan de reconocimiento legal (parejas de hecho heterosexuales u homosexuales).
• Las familias monoparentales están formadas por un solo miembro de la pareja y uno o
varios menores. La situación de monoparentalidad se puede presentar por diversas causas:
• Finalización de la relación matrimonial: separación, divorcio,
viudedad.
• Maternidad por natalidad: madres solteras.
• Maternidad/paternidad por ordenamiento jurídico: adopción.
• Maternidad/ paternidad por situaciones sociales: privación de libertad
de uno de los cónyuges, migración
• Las familias reconstruidas son las que se han formado a partir de otros tipos de familia. Por
ejemplo dos familias monoparentales con hijos, forman otra unidad familiar en la que hay
una pareja de adultos y los hijos de ambos.
• Las familias adoptivas son aquellas en las que un menor pasa a formar parte de ellas por
ordenamiento jurídico: Adopción.
• Las familias de acogida son las que se hacen cargo de forma temporal de los cuidados de un
menor debido a que la familia biológica no está en condiciones de hacerlo de forma
transitoria.
1.3: ¿QUÉ NECESIDADES TIENE UN NIÑO QUE DEBERÍA SER CUBIERTA ?
Para poder desarrollarse óptimamente, los niños y las niñas necesitan que sus necesidades les sean
cubiertas. Dichas necesidades no son solamente de carácter físico o biológico, sino que son mucho
más complejas. ¿Son más importantes un grupo de necesidades que otro? Desde nuestro punto de
vista, no. Las necesidades mentales (cognitivas) y afectivas (emocionales y sociales) son tan de
primer orden como las necesidades biofisiológicas. Unos niveles de bienestar personal adecuados
son posibles cuando, además de tener garantizados los cuidados físicos imprescindibles, son
también cubiertas las necesidades cognitivas y emocionales.
¿Cuál crees tú que sería el mejor modelo educativo de cara a los hijos?
Nosotros consideramos que el estilo de familia que resulta más beneficiosa para el desarrollo de los
hijos es aquella que se parece mucho a la familia democrática porque coincide con este estilo en:
• Los altos niveles de comunicación y expresión del afecto.
La disciplina inductiva pretende evitar los dos extremos que suponen el autoritarismo o la renuncia
a las normas, ya que busca:
• Ejercer la autoridad de forma "razonable", utilizando el diálogo, la explicación y la
discusión. Las normas se razonan cuando se exigen y son explicadas de la forma más
didáctica posible. Se intenta mostrar el interés de la norma para el que las obedece
• Promover la "obediencia" de forma participativa. Las normas se basan en razones y, si
es posible, se elaboran con la participación de quien tiene que obedecer. Quien obedece
puede discutir la norma, tiene la garantía de ser escuchado y puede hacer cambiar de opinión
a la autoridad. La autoridad está dispuesta a cambiar la norma, si hay buenas razones para
ello, o a cambiar su aplicación en una situación concreta.
• Animar la autonomía y la autorregulación de los hijos. Intentan promover el afán de
superación mediante el afrontamiento de situaciones que exigen un esfuerzo factible.
Autoridad y persona que obedece saben que las normas son coherentes, conocidas y
previsibles, con lo que las normas no están en continua discusión. A medida que los niños
crecen van participando en mayor medida en la elaboración de las normas y en la discusión
de las razones que las justifican o no.
• Reconocer la asimetría de la relación. Los padres saben que tienen la responsabilidad de
proteger a sus hijos y satisfacer sus necesidades. Los hijos reconocen la autoridad de los
padres. La norma no es el resultado de una pura negociación, sino que, si tras el proceso
inductivo no hay consenso, los padres asumen la responsabilidad de exigir el cumplimiento
de la norma que ellos consideran justa.
Este tipo de disciplina permite a las familias actuar de forma educativa con los niños puesto
que hay:
• Niveles altos de control y exigencias.
• Niveles altos de afecto y comunicación.
• Tienen en cuenta los intereses o las necesidades de los hijos.
2. PROGRAMA DE INTERVENCIÓN .
La atención a la infancia no es solo función de las familias. También se lleva a cabo a través de
distintas instituciones (educativas, sanitarias, sociales, legales...) y sus actuaciones dependerán de
las situaciones en las que el menor esté inmerso.
¿Qué recursos de intervención con las familias existen?
Además de los recursos sanitarios o educativos, todas las Comunidades Autónomas cuentan con
planes y recursos de Atención a las Familias que se organizan en distintos ejes de actuación y en
distintos niveles:
1. Intervenciones preventivas que pretenden apoyar a las familias en general dando a conocer
los recursos que existen (campañas de información, preparación maternal, apoyo en
diferentes situaciones, escuelas de padres, actividades socioculturales para padres e hijos...)
2. Intervenciones educativas y asistenciales dirigidas a familias que tienen necesidades
especiales que se pueden resolver mediante apoyos o ayudas concretas (ayudas a familias
monoparentales, programas de mediación familiar, atención a familias con niños
disfuncionales en el desarrollo, familias en situación de pobreza...)
3. Intervenciones de servicios alternativos dirigidas a familias que se hallan en situaciones de
crisis.
Simplificando la realidad, podemos hacer una división intuitiva de los mecanismos sociales que
existen para atender a la infancia.
1. Cuando las familias cubren las necesidades de los niños y las niñas, la sociedad tiene la
función de complementar y facilitar las funciones familiares. Hablamos entonces de
programas y recursos destinados a la población en general. Conseguir el bienestar infantil
pasa por la implicación de las familias en el proceso socio-educativo de los niños y las niñas.
Dicha implicación puede conseguirse mediante programas de intervención. Las
intervenciones que se producen desde los centros de Educación Infantil las estudiarás en
unidades posteriores.
2. Cuando las familias no cubren las necesidades infantiles, son necesarias medidas
específicas. Algunas de ellas ya las viste en la unidad anterior.
2.2 : ¿ QUÉ OCURRE CUANDO LAS FAMILIAS NO SATISFACEN LAS NECESIDADES
BÁSICAS DE SUS HIJOS ? RECURSOS ESPECÍFICOS.
NORMATIVA INTERNACIONAL:
• La Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, de 20 de noviembre de 1989, ratificada por España en
1990.
• La Carta Europea de Derechos del Niño, aprobada por la Resolución A3-0172/92, de 8 de julio de 1992, del Parlamento
Europeo.
NORMATIVA ESTATAL:
NORMATIVA AUTONÓMICA:
• Las Comunidades Autónomas, en el ámbito de sus competencias, explicitan de qué manera se garantizarán los derechos
de los menores.
• En Castilla y León: Ley 14/2002, de 25 julio de promoción, atención y protección a la infancia en Castilla y León.
Basándose en dichas leyes existen una serie de medidas que pretenden garantizar que el menor tiene
cubiertas sus necesidades cuando su familia biológica no puede hacerlo o cuando se dan situaciones
conflictivas. Entre ellas están el acogimiento familiar, la adopción y los puntos de encuentro
familiar.
Para poder comprender dichas medidas, necesitarás saber algunos conceptos legales relacionados
con ellas:
Cuando la administración pública tenga que asumir la guarda de una persona menor por resultarle
imposible hacerlo a su padre y a su madre, esta guarda se realizará mediante el acogimiento familiar
o el acogimiento residencial. Sobre los centros de acogimiento residencial ya hablamos en la unidad
anterior y volveremos a hablar de ellos en unidades posteriores, de manera que aquí prestaremos
atención al acogimiento familiar. Como ya hemos comentado con respecto a todas las actuaciones
dirigidas a la atención de personas menores, también en el acogimiento familiar se buscará siempre
el interés del menor y se procurará, cuando no sea contrario a ese interés, su reinserción en la propia
familia y que la guarda de los hermanos se confíe a una misma institución o persona.
La familia que acoge a una persona menor de edad tiene las obligaciones de velar por él, tenerlo en
su compañía, alimentarlo, educarlo y procurarle una formación integral, participando plenamente el
menor en la vida de la familia.
Podemos distinguir los siguientes tipos de acogimiento familiar:
Acogimiento familiar simple: Tiene carácter transitorio, a la espera de la reinserción en su
propia familia o de cualquier otra medida mas estable que se tenga previsto tomar.
Acogimiento familiar permanente: La familia acogedora tiene atribuida, tras el informe de
los servicios de atención al menor y por decisión judicial, la tutela de la persona menor.
Acogimiento familiar preadoptivo: Se produce cuando se cumplen los requisitos previos
para la adopción tanto por parte del menor como de la familia de acogida y se inicie el
procedimiento de adopción de la persona menor; o también en el caso de que se quiera
establecer un periodo de adaptación anterior a la adopción.
2.2.2 : ADOPCIÓN :
La adopción es una figura jurídica mediante la cual un niño o una niña se convierte en hijo o hija de
una nueva familia cuando su familia de origen no puede cuidarle. Esta medida tan excepcional de
protección a la infancia sólo puede determinarse después de que las autoridades hayan considerado
que esta es la mejor medida de protección.
La adopción va a suponer la ruptura de los vínculos jurídicos anteriores que tuviera la persona
adoptada, de manera que esta sólo se podrá producir cuando la familia biológica haya sido privada
judicialmente de la patria potestad o consientan voluntariamente la adopción.
Para poder realizarse una adopción la persona que adopta debe cumplir los siguientes requisitos:
Ser mayor de veinticinco años.
Cuando la adopción se realiza por ambos cónyuges basta que uno de ellos sea mayor de 25
años.
Tener, por lo menos, catorce años más que la persona adoptada.
Haber sido declarado idónea para el ejercicio de la patria potestad.
La adopción es una situación irrevocable, que lleva aparejadas las mismas obligaciones y derechos
que los de una familia biológica. Del mismo modo, por el interés de la persona menor, si la persona
adoptante no atiende las funciones propias de la paternidad puede ser privado de la patria potestad
por decisión judicial.
2.2.3. PUNTOS DE ENCUENTRO FAMILIAR :
Los puntos de encuentro familiar son recursos que tiene por finalidad facilitar el cumplimiento
del régimen de visitas y favorecer el derecho de los y de las menores a relacionarse con ambos
progenitores y con sus familias.
Estos servicios cumplen su función en situaciones de separación, divorcio, o en otros supuestos de
interrupción de la convivencia familiar, en las que el ejercicio del derecho de visitas se ve
interrumpido, o su cumplimiento resulta difícil o conflictivo.
Estos centros pueden depender directamente de administraciones públicas o estar gestionados por
entidades privadas debidamente autorizadas.
El funcionamiento de los puntos de encuentro familiar debe estar orientado por principios de
actuación que le permitan ser un recurso de atención a los menores.
Los tipos de intervención que realizan los puntos de encuentro familiar son:
Intercambio de menores: La supervisión de la entrega y recogida de la o del menor en el
punto de encuentro familiar cuando el régimen de visitas no se va a ejecutar en el dicho
centro.
Visitas tuteladas. Visitas que se desarrollan de forma controlada bajo la supervisión y
presencia continuada de una persona profesional del equipo técnico del centro.
Visitas sin supervisión. Visitas que se desarrollan en el punto de encuentro familiar pero sin
requerir la supervisión directa o presencia continuada del equipo técnico, especialmente en
casos en que lo/a progenitor/a que tiene el derecho de visita carezca de vivienda en la
localidad o esta no reúna las condiciones idóneas.
Diseño y desarrollo de un programa psicosocioeducativo individualizado de intervención
con las familias y las/los menores, que tenga como objeto final conseguir la normalización
de las relaciones familiares.
Orientación y asesoramiento familiar proporcionando información, atención y apoyo a
madres, padres y menores, favoreciendo la creación de relaciones familiares excelentes y de
actitudes positivas.
Definir qué es el maltrato infantil es muy difícil, pues la concepción de lo que es puede cambiar en
función de la sociedad o del momento histórico. Que los niños trabajen no es un signo de maltrato
en algunas sociedades, pero en otras sí lo es. Pegar a los niños para que aprendan ("la letra con
sangre entra") ha sido un práctica utilizada hasta no hace mucho tiempo y que en algunos lugares se
sigue utilizando y justificando. Abusar sexualmente de un niño está perseguido legalmente, pero
dependiendo del adulto que abuse, se considera que sea solamente un problema penal o que haya
que activar mecanismos de protección a menores, lo que se traduce en que se den respuestas
diferentes ante una misma situación que es el abuso sexual al menor.
Hemos de señalar que no se puede dar una definición universal del maltrato porque es un término
muy impreciso que está ligado a cada cultura y a cada momento histórico.
Además, la visión más extendida es que se maltrata cuando un adulto (los padres, en general) hace o
deja de hacer algo que provoca daños en el menor. Esta concepción olvida que, a veces, puede
existir un maltrato que no es familiar (el maltrato institucional es también una realidad) y se parte
de la necesidad de protección a la infancia cuando "las cosas ya están muy mal".
Nosotros creemos que la protección a la infancia debe hacerse desde la perspectiva del "buen trato",
es decir que proteger a la infancia no es solo actuar cuando las deficiencias son palpables (modelo
negativo, intentar subsanar las deficiencias) sino intervenir de forma que todos los niños y las niñas
tengan cubiertas sus necesidades (modelo positivo, promover el bienestar infantil).
Consideramos muy adecuada la definición de maltrato que propone el Observatorio de la Infancia
de España:
"Acción, omisión o trato negligente, no accidental, que prive al niño de sus derechos y
su bienestar, que amenace y/o interfiera su ordenado desarrollo físico, psíquico y social,
cuyos autores pueden ser personas, instituciones o la propia sociedad".
Moverse en el modelo del buen trato a la infancia implica reconocer que la satisfacción de
necesidades es un derecho del menor y asumir la responsabilidad de ofrecer los cuidados que el
menor necesita. Ofrecerles dichos cuidados supone un buen trato; el maltrato sería todo aquello que
se aleja de lo que los niños y las niñas necesitan.
• Las necesidades físico-biológicas hacen referencia a las condiciones que deben cumplirse
para garantizar la subsistencia y un desarrollo físico saludable. (Alimentación, actividad
física, temperatura adecuada, higiene, protección de riesgos reales, salud, sueño)
Importante: Los cuidadores son responsables de vigilar el estado de salud de sus hijos, de
procurarles la atención sanitaria debida y de atender, en general, todas las necesidades físicas y de
salud. De hecho, las diferentes formas de maltrato físico, ya sea por acción u omisión, suponen un
daño a la satisfacción adecuada de estas necesidades.
• Las necesidades cognitivas se refieren a las condiciones que deben darse para que las
personas puedan conocer y estructurar las experiencias del mundo que les rodea.
(Estimulación sensorial, exploración física y social, comprensión de la realidad física y
social)
Importante: Es responsabilidad de los adultos el proporcionar una estimulación adecuada,
respuestas adaptadas a las capacidades de comprensión de los niños y las niñas, supervisión y
control para la adquisición de conocimientos y, sobre todo, garantizar la escolarización. El
incumplimiento de alguna de estas condiciones es una forma de maltrato.
• Las necesidades sociales y emocionales hacen referencia a las condiciones que deben
cumplirse para que los sujetos presenten un desarrollo afectivo adecuado y saludable.
También hace referencia a aquellos elementos necesarios para la adquisición de estrategias
de expresión de sentimientos y conductas de interacción con los demás.Dentro de esta
categoría se incluye la necesidad de ser querido, protegido, apoyado, aceptado, motivado y
valorado. Asimismo, se considera la necesidad de establecer relaciones de confianza con los
cuidadores principales, de amistad y compañerismo con los iguales, de participar en
actividades comunes y juegos, de desarrollar conductas progresivamente más autónomas, de
ser escuchados y de recibir respuestas. En resumen las necesidades de seguridad emocional,
de expresión emocional, de contar con una red de relaciones sociales, necesidad de
participación y autonomía progresiva, sexualidad, protección de riesgos imaginarios e
interacción lúdica.
Importante: Cualquier tipo de maltrato, pero en especial el maltrato emocional, el abandono y el
abuso sexual, atenta de forma directa contra la satisfacción adecuada de estas necesidades,
entorpeciendo la relación del niño con su entorno más inmediato y con sus propias emociones.
INDICADORES COMPORTAMENTALES:
Hacen referencia a aquellas conductas y emociones de los niños que son consecuencia, inmediata o
a largo plazo, del estrés padecido en la situación de maltrato como, por ejemplo, las reacciones de
ansiedad, estrés postraumático, etc. Otra consecuencia del maltrato es un bajo autoconcepto.
A menudo, los niños que reciben frecuentes castigos físicos se perciben como "malos" o
"hiperactivos" e incluso sienten que merecen ser castigados. Las reacciones posteriores pueden ser
muy dispares pueden ir desde la sumisión, inhibición y apatía más absolutas, unida a sentimientos
de depresión, hasta las reacciones de agresividad y rabia extrema dirigidas hacia sí mismo o hacia
otros.
EN LAS RELACIONES SOCIO-FAMILIARES
• Parece tener miedo a sus padres o cuidadores.
• No quiere volver a casa.
• Vuelve solo a casa.
• Cuenta que sus padres le pegan.
• Rehuye hablar de su familia.
• Expresa que no hay nadie que le cuide.
• Ejerce responsabilidades parentales con hermanos pequeños.
• Ausencia temporal para colaborar en trabajo familiar.
• Manifiesta que no le dejan entrar en casa.
• Deambula por la calle continuamente.
EN LA CONDUCTA Y PERSONALIDAD
• Cauteloso respecto al contacto físico con adultos.
• Aprensivo cuando otros niños lloran.
• Se muestra agresivo con los adultos y con sus compañeros.
• Se autolesiona.
• Trata mal y destroza el material.
• Llora sin causa justificada.
• Es excesivamente responsable.
• Huye ante la recriminación.
• Tendencia a la soledad, tristeza, mutismo.
• Busca llamar la atención constantemente.
• Rehuye hablar de sí mismo y/o su familia.
• Hiperactivo.
• Usa las amenazas para conseguir sus propósitos.
• Prepotencia y tiranía con sus iguales.
• Miente frecuentemente
• Es líder en conductas antisociales.
• Parece excesivamente complaciente, pasivo, nada exigente.
• Es demasiado exigente y se enfada con facilidad.
• Muestra conductas infantiles y/o adultas para su edad.
• Baja autoestima.
• Dificultad en la resolución de conflictos.
• Desconfianza hacia el adulto en sus promesas o actitudes positivas
• Facilidad de adaptación a desconocidos.
• Cambios repentinos en el comportamiento y en el estado de ánimo.
• Ha tenido intentos de suicidio.
• Presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo y pequeños hurtos
SEXUALIDAD
• Manifiesta angustia ante el hecho de cambiarse de ropa delante de otras personas.
• Manifiesta conocimientos y/o conductas sexuales inadecuadas para su edad.
• Utiliza expresiones sexuales inapropiadas para su edad.
• Comportamientos sexuales inusuales con otros niños, con juguetes y consigo mismo.
• Conductas de seducción con adultos del sexo opuesto.
• Embarazo adolescente.
• Conductas de miedo con adultos del sexo opuesto.
• Tiene dificultades para sentarse o caminar.
• Expresa que fue objeto de abuso sexual por parte de familiares o personas a su cuidado.
• Padres extremadamente protectores del hijo, limitan el contacto de su hijo con otros chicos,
en especial si son de sexo opuesto.
• El niño manifiesta que duerme siempre con sus padres.
• INDICADORES ACADÉMICOS.
Hacen referencia a las características del comportamiento del menor que afectan directamente a los
resultados académicos, como los cambios bruscos de rendimiento escolar, las dificultades de
aprendizaje, los problemas de atención y concentración, las faltas de asistencia a clase, etc.
Las repercusiones que el maltrato infantil produce en el funcionamiento cognitivo y
socioemocional, tiene claras consecuencias en la realización de las tareas y rutinas escolares. Los
problemas de atención, sintomatología depresiva y problemas de conducta, dificultan un adecuado
ajuste a las tareas del aula, favoreciendo el fracaso escolar.
Se niega a colaborar en las actividades de grupo.
• Boicotea las actividades.
• No muestra interés por ninguna actividad.
• Pérdida de la capacidad de concentración.
• No hace los deberes.
• Existe absentismo escolar.
• Cambios bruscos en el rendimiento escolar.
• Se cansa haciendo las tareas escolares.
• Tiene poca constancia en las actividades.
• Problemas de lenguaje oral / verbal.
• Suele dejar las tareas inacabadas.
• Suele presentar las tareas mal hechas.
• Presenta problemas de atención.
• Presenta problemas de aprendizaje.
• No tiene material escolar.
Se refieren a la conducta y actitudes que los padres manifiestan en relación a sus hijos, así como su
implicación en su cuidado y en la educación. Los niños que padecen malos tratos viven situaciones
adversas que les impiden alcanzar las metas propias de cada etapa evolutiva, obstaculizándoles el
desarrollo de unas adecuadas competencias físicas, cognitivas y socioemocionales que les permita
estar bien integrados.
• Manifiestan su convicción de lo apropiado del uso de métodos punitivos.
Si al observar, escuchar y obtener información, os dais cuenta de que un alumno está recibiendo
malos tratos o se encuentra en una situación de riesgo:
• No debéis pensar que no es asunto vuestro: Educar al niño también implica preocuparse por
su integridad y por la atención de sus necesidades más básicas.
• No debéis pensar que la situación no tiene remedio: Si el centro infantil presta atención a
estos problemas, puede movilizar los recursos existentes antes que sea demasiado tarde.
• No debéis confundir "denuncia" con notificación: Notificar es informar a la institución
correspondiente con la finalidad de que el menor y su familia tenga acceso a la atención
necesaria para afrontar esta situación.
Las fases del proceso de actuación tras la detección de un caso de maltrato en un centro de
educación infantil son:
1. Detección por el Técnico de Educación Infantil de un posible maltrato a un niño.
2. Comunicación de la situación al Director/a del Centro por parte del Técnico de Educación
Infantil que ha detectado el caso, transmitiéndole toda la información de que disponga.
3. El Director del Centro junto con el Técnico de Educación Infantil harán una valoración
sobre la gravedad y la urgencia del caso para determinar si es necesario notificarlo a los
Servicios Sociales de Base Municipales o a los Equipos Territoriales de Atención a Infancia
y Familia, en función de la urgencia del caso
Para facilitar y unificar la recogida de información es interesante la utilización de la Hoja de
Notificación de Situaciones de Maltrato infantil.
Esta hoja fue elaborada por un equipo de trabajo del observatorio de la infancia y posteriormente
adaptada por las Comunidades Autónomas.
En ella se recogen los datos de identificación del niño y de la familia; explicando brevemente la
situación o incidente que origina el informe y la relación del presunto maltratador con el niño. A
continuación se detallan los indicadores observados o conocidos (físicos, comportamentales...) y
por último, se incluyen los datos de la persona o Institución que informa. Los datos de carácter
personal, y la información acerca del profesional que notifica es confidencial.
El objetivo de incluir estos datos en la Hoja de Notificación es, por un lado, contribuir a la
veracidad de la información notificada, y por otro de facilitar la comunicación entre los
profesionales. De esta forma, la persona que recibe la notificación tiene la posibilidad de ponerse en
contacto con la persona que conoce al menor y a su familia para recabar más información o resolver
dudas.
3.7 : ¿ COMÓ PODEMOS SABER SI UNA SITUACIÓN ES URGENTE ?
Decíamos anteriormente que el Director del Centro, junto con el Técnico de Educación Infantil,
hará una valoración sobre la gravedad y la urgencia del caso para determinar si es necesario
notificarlo a los Servicios Sociales de Base Municipales o a los Equipos Territoriales de Atención a
Infancia y Familia, en función de la urgencia del mismo.
¿Cuándo se considera que una situación es urgente?
Se considera que un menor necesita una atención urgente si:
• Aunque el niño necesita atención médica o psiquiátrica inmediata, los padres se niegan a
proporcionársela.
• El daño físico y/o emocional infligido al menor es tal que el niño necesita un ambiente de
extremo apoyo para recuperarse.
• La edad, sexo o condición física / mental del menor deja al niño incapaz de autoprotegerse y,
por alguna razón, ello constituye una característica que los padres encuentran totalmente
intolerable.
• La evidencia sugiere que los padres han torturado al niño o han utilizado de manera
sistemática la fuerza física.
• La inducción a la mendicidad, delincuencia y/o prostitución.
• Los padres reconocen que abusan o maltratan al niño y manifiestan que probablemente lo
seguirán haciendo si el niño permanece en la casa.
• Los padres han abandonado al menor o expresan su deseo de hacerlo.