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INTERVENCION CON FAMILIAS Y AENCIÓN A MENORES EN RIESGO SOCIAL ( MATILDE)

TEMA 1
MARCO GENERAL DE LA INTERVENCIÓN CON
MENORES.
1. LA INFANCIA EN LA HISTORIA.

Tú también puedes comprobar que lo que hacen los niños y niñas actualmente es, en la mayoría de
los casos, diferente a lo que hacían en la época de la abuela de Miguel y esto se debe a que el
concepto de infancia varía en función del contexto cultural e histórico.
Si queremos saber qué hacía la infancia en diferentes momentos históricos tenemos que utilizar
fuentes en las que de manera indirecta aparece esta información, ya que históricamente tenemos
muy escasa información sobre la infancia.
Se pueden revisar fuentes escritas, como biografías de personajes famosos, libros, novelas u otras
obras literarias, mediante las cuales podemos hacernos una idea de cuál era la consideración que
tenían los niños y niñas en cada momento histórico. También se recurre al estudio de las obras
pictóricas que representan la infancia, que nos aportan datos importantes sobre su posición dentro
de la sociedad de la época. Para épocas más recientes, el cine o la fotografía, aportan documentos
que nos ayudan a entender mejor las condiciones de vida en la infancia.
Y, por supuesto, otra importante fuente de información sobre la situación de la infancia es la
transmisión oral, como en el caso de la abuela de Miguel. En el estudio de la historia de la infancia
destacan dos autores:
• philip ariés (1914-1984)

• lloyd de mause (1931-2020 )

De todas maneras, no podemos hablar de una única infancia, ya que en función de la clase social a
la que se pertenece, la infancia se vive también de manera diferente.
Características básicas de la infancia según el grupo social.
1.1.PERO ¿QUÉ ES LA INFANCIA?
En este sentido, hay documentos de carácter internacional que establecen una limitación del
concepto de infancia, como por ejemplo la Convención sobre los Derechos de la Infancia, que
indica que:
Se entiende por niño o niña todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que  le sea aplicable,
haya alcanzado antes la mayoría de edad.
En consonancia con ese documento, la Ley de Protección Jurídica del Menor indica en su artículo
1 que el ámbito de aplicación de la misma se refiere a los menores de dieciocho años que se
encuentren en territorio español.
Parece pues, que legalmente está claro, cualquier persona menor de dieciocho años es un niño o una
niña. Las personas que llegan en una patera a nuestras costas, las que roban en las calles de las
grandes ciudades, las que cometen los crímenes más horrendos, si son menores de dieciocho años
son niños o niñas y tienen derecho a ser tratadas y protegidas como tales.
En cualquier caso, un periodo tan largo de tiempo y en el que se producen tan importantes cambios
físicos y psicológicos suele dividirse en periodos o etapas, siendo habitual establecer un primer
momento hasta los 12 años al que se considera específicamente infancia y otro momento de los 12
hasta los 18 años que es al que se denomina adolescencia.
1.2: LA VIDA NO VALE NADA .

¿Cómo puede ser el asesinato de niños y niñas algo socialmente aceptado?


Sonia y Miguel descubren que durante toda la antigüedad y hasta el siglo IV matar a los niños y las
niñas era algo relativamente frecuente y que no generaba ningún tipo de problema moral en la
sociedad.
El hecho de que el infanticidio fuese tan frecuente en la antigüedad llevó a que se le buscasen
diferentes explicaciones. En algunas culturas el infanticidio formaba parte de los sacrificios rituales
que se realizaban con diferentes motivos: Mejorar las cosechas, provocar cambios en el tiempo,
tener fortuna en las batallas, etc.
En otros casos se piensa que podría tratarse de un sistema de control de la natalidad en situaciones
en las que los recursos eran limitados y la superpoblación podía causar graves problemas de
subsistencia a toda la comunidad.
También puede ser una causa económica la que provocase que fuese mayor el infanticidio de
mujeres que de hombres ya que los hombres podían aportar una fuerza de trabajo mayor en el caso
de sociedades agrarias.
Infanticidio en la antigüedad.

1.3: ABANDONADOS A SU SUERTE.

¿El abandono de niños y niñas ha sido siempre reprobable, en todas las épocas y culturas?
Aunque hay textos en los que se hace referencia a niños muertos por las cunetas de Londres en el
año 1890, podemos estimar que la práctica habitual del infanticidio desaparece en el mundo
alrededor del siglo IV, manteniéndose, sin embargo otra práctica no menos cruel, el abandono.
El abandono en su modalidad más extrema consiste en la venta de los menores. Actividad muy
normal en la Antigüedad y que en algunos países, como Rusia, no fue prohibida legalmente hasta el
siglo XIX.
Uno de los casos más espectaculares de venta de niños se produce en el año 1212 con la llamada
Cruzada de los niños, en la que miles de niños y jóvenes de los dos sexos se dirigen bajo la
autoridad de Felipe II de Francia a la conquista de Jerusalén, embarcan en Marsella, pero al llegar a
Alejandría los propietarios de los barcos los venden allí como esclavos.
En otros casos el abandono consiste en dejar a los hijos e hijas al cuidado de otras personas, lo que
significaba que hasta el siglo XVIII, en muchas familias acomodadas, los menores pasaban los
primeros años de su vida en la casa de una nodriza. Los cuidados que prestaban estas nodrizas no
eran especialmente cariñosos, de manera que la tasa de mortalidad infantil era muy superior entre
estos menores que entre los que quedaban en la casa familiar.
Para tener una idea de la proporción de esta práctica podemos ver el ejemplo de los 21.000 niños y
niñas nacidos en 1780 en París.
Número de niños y niñas Tipo de atención que recibieron
17000 Enviados al campo con amas de cría.
2600 Enviados a hospicios (incluso Rousseau envió a sus cinco hijos al hospicio).
700 Criados en casa por amas de cría.
 700 Criados por sus propias madres.

1.4: SERES QUE COMEN Y DUERMEN.

¿Crees que los biberones han existido desde siempre? ¿Cómo se daba la leche a niños y niñas
antiguamente? ¿Se usaban biberones, o sólo se les amamantaba por las mujeres?
Se tiene constancia de la existencia de biberones desde antes del año 1500 a.C. por los hallazgos
realizados en diferentes excavaciones arqueológicas. Estos biberones eran pequeñas vasijas de barro
cocido, de piedra o de metal con un pequeño pitorro por el que poder succionar la leche vertida en
su interior.
Los biberones se preparaban con leche de vaca o de cabra, aunque en muchos casos se hacía mamar
a la criatura directamente de la ubre del animal.
Se empleaban biberones porque en las familias acomodadas se prefería no dar de mamar a la propia
descendencia, siendo habitual contratar amas de cría. Esta costumbre ya existía en la antigua Roma,
donde las amas de cría se reunían en la Columna Lactaria para vender sus servicios.
Las papillas se hacían con harina, pan y agua o leche. El resto de las comidas eran masticadas
previamente por el ama de cría.
Durante el siglo XIX cambió la costumbre de enviar a los niños y niñas al campo al cuidado de una
nodriza, pasando a preferir el cuidado por la nodriza dentro del hogar familiar. Cuando el cuidado se
comenzó a realizar por parte de los propios padres y madres, se impulsó nuevamente la utilización
de biberones, aunque hacia el final del siglo XIX, con la prosperidad económica y la independencia
de las mujeres hubo un resurgir de la costumbre de poner ama a los niños.
Las campañas actuales para evitar la obesidad de la infancia era un problema inexistente en épocas
pasadas, ya que se consideraba que era perjudicial para las criaturas mucha alimentación, de manera
que la alimentación era escasa independientemente de la clase social y de la época.
Para que los bebés permanecieran calmados y durmieran sin molestar a las personas que los
cuidaban era normal darles opiáceos y licores. Así, por ejemplo, a principios del siglo XX el
Laboratorio Farmacéutico Gallego de A Coruña elaboraba un extracto de adormidera que
comercializaba en frascos en los que aparecía la siguiente leyenda: "Sedante e hipnótico infantil".
Podemos imaginar que en esta época los niños y niñas no debían crear excesivos problemas por las
noches a sus padres.
1.5: ANTES DE LOS PAÑALES DESECHABLES.
El hecho de envolver a los niños y niñas con fajas durante los primeros años era una práctica que se
consideraba fundamental para evitar que se hicieran daño y anduvieran a cuatro patas. Los menores
quedaban totalmente inmovilizados por las envolturas, en un proceso que llevaba hasta dos horas
hacerlo. Esta práctica, que era común en todos los pueblos desde Egipto, comenzó a desaparecer en
Europa en el siglo XVIII, aunque en algunos países, se siguió utilizando hasta finales del siglo XIX.
La privación de movimientos consecuencia del enfajamiento de los niños y niñas provocaba que
llorasen menos y durmiesen mucho más, pero podía provocar una serie de problemas, como por
ejemplo cardiopatías y problemas de circulación al latir su corazón más despacio, así como una gran
pasividad en comparación con los niños y niñas que son criados con libertad de movimientos.
Al ir desapareciendo esta costumbre aparecieron otros instrumentos para limitar la movilidad del
niño o niñas, como andadores para evitar que anduvieran a gatas como los animales.
La higiene era escasa, y se consideraban peligrosos para la infancia el aire, la luz del sol y el jabón.
Aunque desde la antigüedad se conocen los orinales (sillas con un recipiente debajo), éstos no
estaban asociados con la crianza de los niños y niñas, de suerte que, incluso el siglo XVIII, la
lavativa y la purga y no el orinal eran los medios principales de control de esfínteres. No será hasta
el siglo XIX cuando las familias comiencen la tarea de la educación higiénica de la infancia en los
primeros meses.
1.6: LA LETRA CON SANGRE ENTRA.
¿Has visto alguna vez castigar físicamente a un niño o niña? ¿Tienen padres y madres derecho a
corregir moderadamente a sus hijos e hijas usando el castigo físico?
El castigo físico era considerado el método normal para la educación hasta bien entrado el siglo
XVIII en que por primera vez aparecen biografías de niños que no habían sido golpeados nunca.
Incluso pedagogos como Comenio y Pestalozzi, precursores de la nueva educación, lo consideraban
un método aceptable.
A lo largo de la historia se utilizaron diferentes sistemas para aplicar este castigo físico, sistemas
que iban desde las bofetadas hasta instrumentos como látigos, palas, bastones, varas de hierro y de
madera, manojos de varitas o barras de hierro.
Desde la Edad Antigua fue disminuyendo la intensidad del castigo, pero no es hasta el
Renacimiento cuando se aconseja moderación en el castigo para evitar la muerte del niño o la niña
durante el mismo.
En el siglo XIX comienzan a desaparecer los castigos físicos en Europa, aunque incluso hoy en día
en países europeos que consideremos socialmente avanzados, como Alemania, el 80% de los padres
admiten que pegan a sus hijos, el 35% de ellos con bastones.
Con la reducción del castigo físico a mediados del siglo XIX comienzan a cobrar importancia otros
tipos de castigo, principalmente el castigo psicológico, como por ejemplo cerrar en cuartos
oscuros, aterrorizar a los niños y niñas con personajes como el hombre del saco, poner las famosas
orejas de burro o hacer andar al niño o niña con un cartel en el que se anunciaba la falta cometida.
De los otros castigos, los más frecuentes eran los relacionados con la alimentación, dejándolos sin
comer un tiempo determinado u obligándolos a comer determinados alimentos no deseados.
1.7: SEXO E INFANCIA.
La sexualidad de los niños y niñas tuvo un tratamiento muy diferente a lo largo de la historia, que
va desde su consideración como objeto sexual de las personas adultas hasta el castigo por tocarse
sus propios genitales.
En gran parte de la Antigüedad los niños y niñas eran empleados como objetos sexuales, lo que
llevó a que fuera relativamente normal su castración para utilizarlos en burdeles en Grecia y Roma,
hasta que finalmente esta práctica fue prohibida por Domiciano.
La defensa de los niños y niñas contra los abusos sexuales, llevó la cuestión hasta la prohibición de
que ellos mismos se tocaran sus propios genitales. La consideración de la masturbación infantil
como algo problemático y negativo surge en el siglo XVIII, ya que anteriormente no había supuesto
ningún tipo de preocupación, ni tan siquiera durante la Edad Media.
En el siglo XVIII los médicos comenzaron a difundir mitos como que la masturbación daba origen a
la locura, a la epilepsia, la ceguera y causaba la muerte.
A comienzos del siglo XX dejaron de realizarse prácticas quirúrgicas como castigo por masturbarse
pero aún así se siguieron utilizando las amenazas de cortar los genitales o la circuncisión o
clitoridectomía como castigo por tocarse los genitales.

2. NI DERECHOS NI HUMANOS.
Después de ver los apartados anteriores, habrás podido comprobar cómo la protección de la infancia
es una preocupación bastante reciente.
La idea de hacer una declaración formal de derechos para los niños y las niñas surge después de la
Primera Guerra Mundial y será Eglantyne Jebb la persona que la redacte en el año 1923.
Eglantyne Jebb fundó en Londres, en 1919, la organización Save the Children para ayudar a las
niñas y niños refugiados y desplazados después de la Primera Guerra Mundial. Su compromiso con
la infancia la llevó a redactar, con un lenguaje sencillo, para que pudiera ser entendida por todo el
mundo, la primera declaración de derechos de la infancia que sería conocida como la Declaración
de Ginebra.
El 26 de diciembre de 1924, la Sociedad de Naciones, adoptará esta declaración como su Carta de
los Derechos de la Infancia. Lamentablemente, la Segunda Guerra Mundial evitó que este texto
fuese suficientemente difundido.
2.1: ¿LOS DERECHOS DE LA INFANCIA SON UNA LEY ?
Como ya vimos, la Segunda Guerra Mundial frustró la posibilidad de una aplicación de la Carta
de los Derechos de la Infancia, así que las Naciones Unidas comenzaron a trabajar en la redacción
de una nueva propuesta de derechos de la infancia. Durante el largo proceso de elaboración, se
aprueba, en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos que siendo universales e
indivisibles, en cierta medida, incluían también los derechos de los niños y niñas.
Finalmente el 20 de noviembre de 1959, trece años después de comenzar los trabajos, las Naciones
Unidas aprueban la Declaración Universal de Derechos de la infancia que incluye diez principios
adaptados de los derechos universales.
El problema de estas declaraciones era que no tenían un valor legal de obligado cumplimiento, por
este motivo en el año 1979, que fue declarado por las Naciones Unidas como el año internacional de
la infancia, se inicia la elaboración de una Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos
de la infancia, convención que será aprobada el 20 de noviembre de 1989.
La Convención sobre los derechos de la infancia está estructurada en 54 artículos en los que se
amplían los principios de la Declaración y se convierten en derechos.
2.2: ¿QUE PASA CUANDO LOS ESTADOS NO DEFIENDEN A LA INFANCIA?
Al terminar la Segunda Guerra Mundial y después de medio siglo de guerras que asolaron el mundo
hay un intento de crear organismos internacionales que sirvan de marco para el establecimiento de
relaciones entre los países del mundo y eviten las soluciones armadas a los conflictos entre ellos, el
principal de estos organismos internacionales fue la Organización de Naciones Unidas que se funda
en 1945.
Con la idea de proteger a la infancia, que es una de las principales víctimas de los conflictos, fueron
surgiendo diferentes organismos por iniciativa fundamentalmente de la ONU.
El principal organismo internacional relacionado con la infancia es UNICEF. Haz clic sobre la
imagen de su logotipo, para leer alguna información adicional sobre esta organización.
Otro de los organismos internacionales que tiene una importante incidencia sobre la infancia, y
especialmente sobre su educación es la UNESCO. Haz clic sobre la imagen de su logotipo, y lee la
información sobre esta organización.
2.3. ¿ QUIÉN PROTEGE A LA INFANCIA CUANDO NADIE LA DEFIENDE ?
Los derechos de la infancia, pese a estar establecidos con carácter general para toda la población
mundial y a existir organismos internacionales que velan por su cumplimiento tienen importantes
lagunas en su aplicación. Por este motivo surgen Organizaciones No Gubernamentales que
pretenden paliar esta situación.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) son organizaciones de iniciativa social,
independientes de la administración pública, que se dedican a actividades humanitarias, sin fines
lucrativos. Las primeras tienen su origen en el sigo XIX, pero esta denominación no se empleará
hasta mediados del siglo pasado cuando la ONU invita a algunas de ellas a asistir a sus asambleas.
Las ONG adoptan formas jurídicas diferentes, como: asociaciones, cooperativas, federación de
asociaciones, fundaciones, etc. Y entre las personas que desarrollan su trabajo en ellas están las que
realizan las tareas de dirección y coordinación y el equipo técnico de profesionales de la temática
específica de la ONG. Todo este personal suele estar contratado y realiza un trabajo remunerado y
además suelen colaborar personas voluntarias que no tienen relación contractual con la ONG y que
prestan su colaboración desinteresadamente.
La financiación de las ONG proviene de diferentes fuentes: Cuotas de personas asociadas,
subvenciones de instituciones públicas, donaciones de organismos privados, venta de diversos
productos.
A continuación tienes información de algunas de las numerosas ONG que tienen entre sus fines la
defensa de la infancia. ( caritas,cear,save the cidren,cruz roja infantil..)
2.4: ¿SE RESPETAN LOS DERECHOS DE LA INFANCIA EN ESPAÑA?
La verdad es que desde el 30 de noviembre de 1990 el Estado Español es uno de los 191 estados
que ha ratificado la Convención sobre los Derechos de la Infancia, lo que implica un compromiso
de poner en práctica las normas de la Convención, respetando y protegiendo los derechos de los
niños y niñas.
Para defender estos derechos, el gobierno español creó en 1999 el Observatorio de la Infancia,
que tiene la misión de vigilar y hacer seguimiento del bienestar y calidad de vida de la población
infantil y de las políticas públicas que afectan a la infancia. Este organismo publica anualmente la
Estadística Básica de Medidas de Protección a la infancia.
2.5: PROTECCIÓN JURÍDICA DEL MENOR.
La ley fundamental que regula los derechos de la infancia en todo el estado español, sin perjuicio de
lo que establecen las legislaciones específicas de cada comunidad autónoma es la Ley Orgánica
1/1996, de 15 de enero, Ley de Protección Jurídica del Menor y de modificación parcial de la Ley
de Enjuiciamiento Civil. En esta ley se establecen, en su artículo 11, cuales deberán ser los
principios que rijan la actuación de los poderes públicos con respecto a la infancia:
a) La supremacía del interés del menor.

b) El mantenimiento del menor en el medio familiar de origen salvo que no sea


conveniente para su interés.

c) Su integración familiar y social.

d) La prevención de todas aquellas situaciones que puedan perjudicar su desarrollo


personal.

e) Sensibilizar a la población ante situaciones de indefensión del menor.

f) Promover la participación y la solidaridad social.

g) La objetividad, imparcialidad y seguridad jurídica en la actuación protectora


garantizando el carácter colegiado e interdisciplinar en la adopción de medidas.

En esta misma ley se indican cuales son las obligaciones de toda la ciudadanía y especialmente de
las personas que por el ejercicio de su profesión trabajen con la infancia, ante situaciones de
desprotección social del menor:
1. Toda persona o autoridad, y especialmente aquellos que por su profesión o función,
detecten una situación de riesgo o posible desamparo de un menor, lo comunicarán a la
autoridad o sus agentes más próximos, sin perjuicio de prestarle el auxilio inmediato
que precise.

2. Cualquier persona o autoridad que tenga conocimiento de que un menor no está


escolarizado o no asiste al centro escolar de forma habitual y sin justificación, durante el
período obligatorio, deberá ponerlo en conocimiento de las autoridades públicas
competentes, que adoptarán las medidas necesarias para su escolarización.

Pero es preciso tener en cuenta que las autoridades y las personas que por su profesión o función
conozcan el caso deberán actuar con la debida reserva, evitando toda interferencia innecesaria en la
vida del menor.
2.6: DERECHOS UNIVERSALES , REGLAMENTOS PARTICULARES.
Si estás en Cáceres, en Barcelona, en Málaga o en A Coruña tienes que saber que las leyes que
hacen referencia a la infancia son diferentes.
En el Estado Español hay unas leyes que regulan la protección jurídica del menor que son de
carácter general y de aplicación en todo el Estado y de las cuales podemos destacar entre otras:
• El Titulo VII del Libro I del Código Civil que hace referencia a las relaciones paterno-
filiales.
• Ley 21/87, de 11 de noviembre, por el que se modifican determinados artículos del Código
Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de adopción y otras formas de
protección de menores.
• Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, Ley de Protección Jurídica del Menor y de
modificación parcial de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
• Ley Orgánica 14/1999, de 9 de junio, de modificación del Código Penal de 1995, en
materia de protección a las víctimas de malos tratos y de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal.
• Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de Protección Civil del Derecho al Honor, a la
Intimidad personal y familiar, y a la propia imagen.
• Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los
menores.
• Decreto 57 por el que se dictan normas sobre protección de menores (7/4/88) BOCYL
14/4788.
• Ley 14/2002, de 25 de julio, de Promoción, Atención y Protección a la Infancia en Castilla
y León
Pero las comunidades autónomas tienen competencias plenas en materia de asistencia social, por lo
que es preciso revisar la legislación de cada comunidad para analizar cómo están protegidos los
derechos de la infancia. En Castilla y León puedes pulsar en el siguiente enlace para ver la
normativa vigente vinculada con la infancia.
Legislación autonómica de protección a la infancia, por comunidades. Haz clic sobre el mapa para
ver la presentación que te proponemos. Selecciona la comunidad autónoma correspondiente para
ver las disposiciones normativas en materia de protección al menor

3. CENTROS DE MENORES.
En realidad hay más de un tipo de centros de menores. ¿Conoces cuáles son?
• Centro de día.

• Centro con hogares.

• Residencia de menores.

• Casa de acogida.

Para dar respuesta a estas necesidades de las niñas y los niños menores de edad que están en
situación de riesgo, desamparo o conflicto social se crean una serie de equipamientos destinados a
su atención. Estos equipamientos son los centros de menores.
A nivel de todo el Estado no está regulada una titulación específica para trabajar como educador o
educadora en un centro de menores, pero en algunas comunidades está establecida la titulación de
Técnico Superior en Educación Infantil como obligatoria para poder acceder a este puesto de
trabajo.
Los centros de menores son locales en los que se desarrollan con regularidad programas y
actividades dirigidos a este sector de la población. Cada comunidad autónoma tiene competencias
plenas para regular estos equipamientos, pero de manera general podemos hablar de dos tipos
principales: Los centros de atención diurna y los centros residenciales, dentro de los cuales se
pueden establecer diferentes tipos: Residencias de menores, centros con hogares, casas de familia,
casas de primera acogida, etc.
Cada uno de estos modelos trata de dar respuesta a diferentes necesidades de la población infantil.
3.1: ¿QUÉ SERVICIO PRESTAN LOS CENTROS DE DÍA?

Este tipo de centros le proporcionan a la infancia en situación de riesgo, desamparo o conflicto


social una serie de servicios de apoyo socioeducativo y familiar, con el objeto de favorecer su
proceso de normalización. Los servicios que prestan consisten básicamente en dar alojamiento
durante el día, incluyendo la comida y la merienda a lo largo de todo el curso y en un horario
adaptado a las necesidades de los menores.
En estos centros también se les presta apoyo en la realización de las tareas escolares, aportando
en algunos casos los materiales necesarios y se realiza un seguimiento del rendimiento escolar,
participando en las actividades extraescolares organizadas por el centro escolar al que acude el
menor o incluso organizándolas en la propia institución.
Se ayuda a los menores a realizar una planificación de su tiempo libre y se trabaja en la educación
de los hábitos de salud proporcionándoles los utensilios necesarios. Los centros de día suelen
realizar también un servicio de tutorías con orientación psicoeducativa.
Otras atenciones que puede prestar el centro de día son también el acompañamiento en el
transporte de ida y vuelta al domicilio familiar y la colaboración en la normalización de la
dinámica familiar.
En algunos casos, estos centros también prestan una atención durante todo el año, incluyendo fines
de semana y vacaciones, con un horario de atención que comienza a primeras horas de la mañana
hasta finalizar la tarde, dándoles los desayunos, comidas, meriendas y cenas, y realizando la higiene
de los menores y proporcionándoles, en algunos casos, ropa y calzado.
3.2: ¿CÓMO ESTÁ ORGANIZADO UN CENTRO DE DÍA?

Los centros de día pueden funcionar cómo centros independientes o integrados en otros centros
residenciales de menores. El número de menores que pueden acoger y las características de las
instalaciones varían en función de estas circunstancias, pero cumpliendo siempre los necesarios
requisitos de habitabilidad.
Las instalaciones deben permitir las actividades para las que están destinadas estos centros, por lo
que es habitual que incluyan un espacio dedicado a las actividades de ocio y tiempo libre, otro para
la atención educativa y psicológica, así como cocina y aseos. Cuando estos centros acogen a
menores de 0 a 3 años deben tener una zona específica de higiene.
No hay una regulación común sobre las titulaciones y la cantidad de personal que debe tener un
centro de día, pero normalmente cuentan con el siguiente personal:
• Una persona que ejerce las funciones de director o directora. La titulación más habitual es
una diplomatura en las áreas psicológica, pedagógica o socioeducativa. Cuando estos centros
están integrados cómo unidades en otro equipamiento residencial, frecuentemente la persona
que ejerce la dirección es la misma para los dos centros.
• Educadores y educadoras para atender a los menores que asisten al centro de día. No suele
especificarse una titulación concreta para esta tarea y su número varía en función de la edad
de los menores y de si el centro forma parte de otro centro residencial, siendo habitual la
existencia de un educador o educadora para cada 8 ó 10 menores.
3.3: ¿QUÉ SON LAS RESIDENCIAS DE MENORES?

Las residencias de menores son establecimientos de carácter asistencial y educativo. Acogen a un


número variable de menores que puede superar los 20.
Sus instalaciones incluyen:
Espacios específicos para dar servicio de residencia a los menores, entre los que se pueden
incluir:
• Dormitorios.
• Sala de estudio.
• Aseos.
• Cocina.
• Comedor.
Espacios para el personal que presta sus servicios en el centro:
• Despacho para la dirección y la administración.
• Despacho para el equipo educativo.
• Sala de reuniones.

En las residencias hay personal durante todo el día. Durante el turno de las noches el número de
personas trabajando se reduce, igual que durante el tiempo en el que los menores están en los
centros educativos, aunque en estos casos también hay algún trabajador o trabajadora para atender a
menores que hubieran quedado en el centro por enfermedad o cualquier otra causa.
En las horas en que los menores permanecen en los centros es habitual la existencia de un educador
o educadora para cada 8 ó 10 menores.
Existen casos particulares de centros residenciales que acogen a menores de 3 años. En estos
centros, además de las condiciones espaciales específicas, suelen incorporar un mayor número de
personal, que suele llegar a un trabajador o trabajadora por cada 4 menores de esta edad en los
turnos de día y un trabajador o trabajadora en el turno de noche.
3,4 . CENTROS CON HOGARES.

La tendencia en el acogimiento residencial es ofrecer un servicio lo más parecido posible a la vida


familiar, por este motivo los grandes centros que surgen principalmente a mediados del siglo pasado
sufren en casi todas las comunidades una transformación para organizarse interiormente en
unidades de convivencia. Permitiendo la adecuación de los espacios y de la organización de cada
unidad a las personas usuarias dentro de la organización general de todo el centro.
Cada unidad de convivencia tiene una capacidad que no excede de 10 menores una organización
parecida a un hogar, con una zona de estar, espacios acondicionados para el estudio en los propios
dormitorios o en una sala específica para este fin, cocina, comedor, así como aseos.
Además de cada una de las unidades de convivencia, el centro en su conjunto suele tener una
serie de instalaciones:
• Un despacho de dirección y administración.
• Un despacho para el equipo educativo.
• Una sala de reuniones.

En cuanto al personal, estos centros poseen habitualmente un educador o educadora en cada unidad
de convivencia en las horas del día en que los menores están en el centro y una o varias personas en
el turno de noche para todo el centro.
En la misma línea de asimilar lo más posible el acogimiento residencial a la vida familiar, también
existen modalidades de centros residenciales instalados en viviendas normalizadas, plenamente
integradas en la comunidad. Y con las mismas dependencias de cualquier vivienda.
El personal es el mismo que en las unidades de convivencia de los centros con hogares.
3,5: CASAS DE PRIMERA ACOGIDA.

Cuando un menor se encuentra en una situación extrema, que le pone en riesgo y que hace necesaria
la intervención urgente de los servicios sociales, lo que a veces significa buscarle un alojamiento en
un lugar distinto a su domicilio, ¿dónde llevar a ese niño o niña hasta que se le busque una solución
definitiva a su situación?
Las casas de primera acogida son establecimientos residenciales destinados a acoger
temporalmente a menores en situaciones de urgencia en los casos en que se vean privados de su
domicilio debido a las situaciones extremas causadas por problemas familiares, maltrato, abandono
y otras situaciones similares.
Estas casas tienen unas instalaciones que permiten la permanencia de los menores en la misma con
habitaciones, aseos, comedor, cocina, etc. Además disponen de un despacho para la dirección y
administración y otro para el equipamiento técnico y educativo.
El personal que atiende a los menores en las casas de primera acogida incluye al personal del turno
de noche y al del turno o turnos de día.
El equipo técnico suele estar formado por una persona licenciada en psicología y otra diplomada en
trabajo social.
Estos centros proporcionan una atención integral prestándoles a los menores:
• Mantenimiento.
• Apoyo psicosocial y educativo, con particular atención a la promoción de la igualdad y a
la eliminación de las discriminaciones entre los jóvenes y chicas.
• Seguimiento escolar.
• Promoción de la salud.
• Animación planificada del tiempo libre.
• Formación en las habilidades sociales básicas y colaboración, apoyo y orientación a las
familias de los menores.
• Pero fundamentalmente se encargan de realizar un estudio multidisciplinar de los menores
por medio de la observación, el diagnóstico y la orientación y de esta manera derivarlo al
programa que se considere más apropiado a los intereses del menor.
3.6: PROGRAMAS DE ATENCIÓN EN CENTROS RESIDENCIALES.

Como ya comentamos, no todas las Comunidades Autónomas tienen la misma estructura de centros
de menores. En algunos casos en un mismo tipo de centro residencial se desarrollan diferentes tipos
de programas dirigidos a los menores que acogen. Estos programas, entre otros, pueden ser los
siguientes:
• Programas residenciales básicos: los que sirven para responder a las necesidades básicas
de los menores acogidos, proporcionándoles alimentación y alojamiento.
• Programas de primera acogida: además de dar una solución de urgencia ante situaciones
de crisis que requieren salida inmediata del medio familiar, permiten realizar un diagnóstico
y derivación de las personas menores de edad hacia otros programas más ajustados a sus
necesidades.
• Programas de atención a la primera infancia: proporcionan atención específica a niños y
niñas de cero a tres años que deben ser separados de su familia.
• Programas de atención a menores con graves problemas de comportamiento:
proporciona atención a la infancia y adolescencia que necesita una medida de protección y
que presenta una problemática de comportamiento muy grave con dificultades específicas
para la convivencia en grupo.
• Programas de atención a menores extranjeros no acompañados: proporciona atención y
apoyo a menores extranjeros no acompañados que presentan problemática de desprotección
familiar total. En algunas comunidades son una parte importante de los programas de
atención a menores.
• Programas de preparación para la emancipación: dirigidos a mayores de 14 años con
medida de protección con el fin de lograr su integración en la comunidad como sujetos
autónomos, en algunas comunidades tienen incluso programas para los mayores de 18 años
para ayudarles en esa transición a la vida independiente.

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