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INTERVENCION CON LAS FAMILIAS YATENCION A MENORES EN RIESGO SOCIAL ( MATILE)

TEMA 5
EVALUACIÓN DE LA INTERVENCIÓN
SOCIOEDUCATIVA CON MENORES Y FAMILIAS .

1. LA EVALUACIÓN :
La evaluación es el enjuiciamiento sistemático de la valía o el mérito de un objeto".

Stufflebeam y Shinkfield (1987) en su libro Evaluación sistemática. Guía teórica y práctica, publicado por la editorial Paidos-MEC en Madrid

En este sentido la evaluación hace referencia a dos aspectos:


 Por un lado al mérito, es decir, la excelencia o la calidad del objeto evaluado, ya sea una
institución o un programa social, en cualquiera de los contextos en que se encuentre ese
programa o institución.
 En segundo lugar, esta definición de evaluación hace referencia a la valía, es decir, a la
calidad de ese centro o programa en relación con el contexto en el que se encuentra. Esta
segunda característica de la evaluación es importante tenerla en cuenta en el ámbito social y
tiene un peso muy diferente al que tiene en el ámbito educativo.
Es sabido que el ámbito educativo presenta una relativa homogeneidad. Una metodología aplicada
en una escuela infantil con menores de 3 años es muy fácilmente extrapolable a otra escuela infantil
con menores de 3 años en otro lugar diferente. Por el contrario la diversidad de programas de
intervención con familias o con menores así como las diferentes situaciones en que se encuentra
cada colectivo supone que programas que han obtenido buenos resultados en unas circunstancias no
tienen porque funcionar igual de bien en otros contextos diferentes.
Esta situación que acabamos de describir supone que cuando realizamos una evaluación en el
ámbito social tendremos que circunscribir las conclusiones obtenidas al contexto en el que se estaba
realizando el programa correspondiente.
1.1. ¿QUÉ CARACTERÍSTICAS DEBE TENER LA EVALUACIÓN ?

Todo proceso de evaluación, pero especialmente la evaluación en el ámbito socioeducativo, debe


cumplir una serie de características. A continuación se presentan las que estableció el Comité
Conjunto para el establecimiento de normas para la Evaluación Educativa en 1981 en Estados
Unidos.
• Utilidad: en primer lugar toda evaluación debe responder a las necesidades de las personas
que están implicadas en la misma. Debe implicar la posibilidad de la aplicación práctica de
sus resultados permitiendo tomar decisiones que cambien los programas o las instituciones
evaluadas. Para poder cumplir esta característica deberían darse algunas condiciones, que
puedes consultar en la presentación del final del apartado.
• Viabilidad: implica que las propuestas deben ajustarse a los recursos que se poseen.
Recursos personales, económicos y de tiempo necesario para realizar la evaluación. Está
característica tendrá una importancia especial en el ámbito sociocultural, en el que
habitualmente es necesario incorporar el proceso de evaluación en el conjunto de gastos y de
composición del equipo profesional del programa que se va a desarrollar. Los requisitos para
que se cumpla esta característica los puedes ver en la presentación que se muestra al final del
apartado.
• Ética: la evaluación debe proteger siempre los derechos de las personas participantes en la
misma pero de manera especial cuando la evaluación se realiza en ámbitos tan sensibles
como los menores y la familia. Para ver los aspectos que deberán tenerse en cuenta, mira la
presentación del final de apartado.
• Precisión: es una condición imprescindible para cualquier evaluación pero que en el ámbito
social tiene la dificultad añadida de la multiplicidad de variables que intervienen en cada
situación, lo cual complica enormemente la precisión de la evaluación y es el motivo por el
cual se debe tener más cuidado al seleccionar los objetivos, instrumentos y condiciones de la
evaluación. Para que la evaluación sea precisa deberán tenerse en cuenta algunos aspectos,
que puedes ver en la presentación que te presentamos a continuación, junto a los requisitos
de las demás características anteriores.
1.2: ¿ QUÉ FACES TIENE LA EVALUACIÓN ?

Aunque hablamos de la evaluación como un acto puntual realmente es un proceso que está
constituido por una serie de fases o etapas. En primer lugar para realizar una evaluación es
necesario establecer los objetivos que se persiguen con esa evaluación: ¿Para qué se realiza?.
Esta pregunta que nos tenemos que hacer cuando realizamos una evaluación en cualquier ámbito, es
especialmente relevante cuando la evaluación se realiza en el ámbito social.
Los objetivos de la evaluación pueden ser múltiples:
 Comprobar el ajuste de un programa a los objetivos para los que fue diseñado,
 analizar un problema en el funcionamiento de un servicio,
 rendir cuentas ante la institución que promueve el programa,
 etc.

Una vez determinados los objetivos que se pretenden con la evaluación será necesario seleccionar o
elaborar los instrumentos de evaluación necesarios.
Una vez determinado el instrumento de evaluación que vamos a emplear comenzaremos la
recogida de información, para lo que tendremos que prever los recursos necesarios, tanto humanos
como económicos, así como los espacios y tiempos necesarios.
Con los datos recogidos se comenzará el análisis de los mismos, procurando trascender de los datos
concretos para llegar a un cierto nivel de abstracción y generalización de los mismos.
Finalmente es necesario redactar un informe de evaluación para presentarlo en el lugar que
corresponda. En ese informe será necesario resaltar los resultados obtenidos y, de manera
diferenciada, las conclusiones a las que se ha llegado
1.3. ¿QUÉ TIPOS DE EVALUACIÓN PODEMOS EMPLEAR ?

En función del criterio que se emplee para clasificar los diferentes tipos de evaluación podemos
establecer diferentes modelos de evaluación.
Así, podemos clasificar los modelos de evaluación en función de la localización de la persona
que realiza la evaluación. De esta forma denominamos:
• Evaluación interna al modelo de evaluación en el que la persona o personas que realizan la
evaluación forman parte del proceso que está siendo evaluado, por ejemplo cuando la
Comisión Educativa de un centro de menores realiza la evaluación del funcionamiento de
ese mismo centro.
• Evaluación externa al modelo de evaluación en la que la persona o personas que realizan la
evaluación no forman parte del proceso que está siendo evaluado, la evaluación de los
centros de menores realizada por Amnistía Internacional, por ejemplo.
También podemos clasificar los modelos de evaluación en función de la localización temporal de
la evaluación con respecto al proceso que se quiere evaluar. En esta clasificación se denomina:
 Evaluación inicial a la que se realiza antes de comenzar el proceso que pretende ser
evaluado, la evaluación que se realiza en el momento de ingresar una persona en un centro
de menores, por ejemplo, o la que se realiza con la entrevista a la familia antes de matricular
a un niño o una niña en una escuela infantil.
 Evaluación formativa, continua o procesual al modelo de evaluación que se realiza
durante la realización del proceso de intervención que se quiere evaluar. Este modelo de
evaluación es el que permite una retroalimentación inmediata durante la intervención que se
está realizando, cuando se cambia el lugar de reunión con las familias de una escuela infantil
porque se produce una asistencia más elevada de la esperada, por ejemplo.
 Evaluación final a la que se produce al terminar el proceso que queremos evaluar, la que se
realiza al final del año en un centro de menores y que permite la elaboración de la Memoria
Anual.
 Un modelo de evaluación que toma como referencia la norma en el caso de que la
referencia que se tome para comprobar los resultados de una evaluación sea externa a los
procesos evaluados y el resultado de la evaluación no dependa exclusivamente del proceso
evaluado. Por ejemplo, cuando se realiza una evaluación para determinar cuáles son las 10
mejores escuelas infantiles del país, el resultado no depende de la actuación de cada escuela
por sí sola, sino en referencia al resultado de las demás.
• Una evaluación con referencia al criterio consiste en establecer estándares referidos
específicamente a actuaciones que se tiene que realizar en el proceso evaluado, por ejemplo,
cuando aplicamos los estándares de calidad de la Liga Americana del Bienestar Infantil para
evaluar un centro de menores.
• Una evaluación con referencia individualizada, que consiste en establecer como estándar
de realización los niveles establecidos por el propio elemento a evaluar, cuando, por
ejemplo, establecemos que queremos superar la participación de las familias de la escuela
infantil en las actividades en un 10% con respecto a la participación del año anterior.
1.4: ¿ QUÉ ES UN INDICADOR DE EVALUACIÓN ?¿ Y UN INSTRUMENTO DE
EVALUACIÓN?
Una vez definida cómo va a ser la evaluación a realizar, es necesario saber cómo se recogerán los
datos que se necesitan para ella.
Esta es la función que cumplen los indicadores de evaluación.
Un indicador de evaluación es un aspecto observable de la realidad que muestra el grado en el que
se ha alcanzado una meta. Por tanto, los indicadores tienen que ser medibles y cuantificables de
algún modo y tienen que resultar objetivos, de tal modo que cualquiera de las personas que apliquen
el indicador consiga la misma información.
Un instrumento de evaluación es el medio que se utiliza para recoger la información que nos
proporcionan los indicadores de evaluación
1.5: ¿ CUÁLES SON LAS INSRUMENTOS PARA LA EVALUACIÓN DE LA
INTERVENCIÓN SOCIOEDUCATIVA ?

Para realizar una evaluación en el ámbito de la intervención socioeducativa podemos emplear una
gran cantidad de instrumentos de evaluación

A continuación se presenta una clasificación de instrumentos de evaluación en función de la técnica


que emplean. Recuerda que puedes ampliar esta información consultando lo que se indica sobre la
evaluación en el apartado correspondiente del módulo de didáctica de la educación infantil.
• Instrumentos de evaluación que emplean técnicas orales:
• Entrevista. Para tener más información sobre este instrumento de evaluación revisa
la unidad 4 de este módulo (¿Cómo se realiza la intervención con las familias?),
concretamente el apartado titulado "La entrevista" y sus subapartados.
• Instrumentos de evaluación que emplean técnicas escritas:
• Cuestionarios. Para tener más información sobre este instrumento de evaluación
revisa la unidad 4 de este módulo, concretamente el apartado "Los cuestionarios".
• Instrumentos de evaluación que emplean técnicas de observación:
• Anecdotarios: descripción de  las observaciones  sobre  los hechos,  situaciones y
conductas  concretas.  La descripción se debe realizar con palabras y  frases 
textuales detallando dónde, cuándo,  con quien,  ha tenido lugar  la situación. 
Igualmente se debe respetar la secuencia de los hechos.
• Cuestionarios de observación:    observación y registro de determinadas
características, conductas, situaciones, previamente determinados y formuladas.
Normalmente se registra si se presentan o no, y/o se describe como se producen.
• Instrumentos de evaluación que emplean técnicas de análisis de productos:
• Análisis de contenidos: se analiza no solo el significado de los contenido sino
también la forma producción de los mismos, es decir, analiza las características del
propio contenido, de quienes producen el contenido, y de quienes reciben el
contenido.
• Análisis documental: El análisis documental consiste en seleccionar las ideas  y
aportaciones más relevantes de  un  documento a fin de  expresar su contenido de
forma abreviada.  El documento original ser relabora y se  transforma en un nuevo
documento más accesible  con el  objetivo último de facilitar  la identificación, la
recuperación y la difusión del  documento.
• Instrumentos de evaluación que emplean técnicas sociométricas:
• Sociogramas.

• Instrumentos de evaluación que emplean técnicas de grupo:


• Debate entre diferentes personas con perspectivas distintas sobre un tema.
• Otros instrumentos que emplean técnicas de grupo:

Mesa redonda Brainstorming Debate Monográfic Entrevista Observación Simposio

1.6. ¿ QUÉ INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN PODEMOS EMPLEAR EN FUNCIÓN


DE
LOS OBJETOS DE LA INTERVENCIÓN ?

Acabamos de ver una breve presentación de los diferentes instrumentos que podemos emplear en el
ámbito socioeducativo, pero ¿cuáles son los instrumentos más apropiados en función de los
objetivos que se persiguen en cada momento?
Si los objetivos que pretendemos conseguir con la evaluación están relacionados con las primeras
fases de la intervención socioeducativa, como por ejemplo:
 Delimitar el contexto en el que se va a realizar la intervención.
 Identificar a la población beneficiaria de la acción.
 Detectar necesidades, problemas o intereses de la comunidad sobre la que se va a intervenir.

Serán instrumentos apropiados:


• Entrevistas.
• Cuestionarios o escalas.
• Registros de observación.
• Análisis documental.
• Instrumentos que emplean técnicas grupales: sociogramas, debates,...

Si los objetivos que se persiguen con la evaluación son:


• Calcular las posibilidades y los límites del proyecto.
• Valorar la congruencia y cohesión entre objetivos, actividades, métodos, y recursos de un
proyecto.
Los instrumentos de evaluación más apropiados serían:
• Inventario de recursos.
• Análisis de contenido.
• Consulta de bibliografía y documental.
• Técnicas grupales.

Si la evaluación que se pretende es de carácter procesual y los objetivos que se persiguen son:
• Comprobar y supervisar sobre la marcha, los defectos surgidos durante la ejecución del
programa.
• Proporcionar información sobre la marcha del mismo.
• Describir y valorar el proceso y los procedimientos.

Los instrumentos de evaluación más apropiados serían:


• Entrevistas.
• Registros de observación.

Si la evaluación que se pretende realizar es una evaluación final y los objetivos que se persiguen
son:
• Valorar los resultados obtenidos en relación a los objetivos previstos.
• Calcular el valor y mérito.
• Relacionar los resultados con el resto de las etapas precedentes.

Los instrumentos de evaluación más apropiados serían:


• Cuestionarios.
• Entrevistas.
• Técnicas grupales.

1.7. ¿ COMÓ SE CONSTRUYE UN INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN ?

Has podido ver que los indicadores nos informan del grado de cumplimiento de un objetivo y por
eso la selección de los indicadores de evaluación es fundamental para poder disponer de los datos
que necesitamos para poder evaluar la intervención. También que existen muchos instrumentos que
podemos utilizar.
Pero has de tener en cuenta que se deben utilizar aquellos instrumentos que nos sirvan para recoger
los datos que necesitamos (y no otros datos), pues carece de sentido recoger informaciones que no
sirvan a nuestros propósitos. Puesto que el objetivo de la evaluación o lo que queremos evaluar,
puede ser diferente en las distintas intervenciones, se hace necesario elaborar instrumentos de
evaluación.
Por ejemplo, si uno de los objetivos que perseguimos como educadores y educadoras es que las
familias establezcan buenas relaciones con la escuela infantil, un posible indicador sería la
frecuencia con la que los familiares de los niños y niñas de un aula hablan con la educadora o
educador. Es decir, la frecuencia con la que establecen contactos informales, acuden a entrevistas,
participan en reuniones o talleres,...
Emitir juicio sobre la frecuencia con la que las familias hablan con las educadoras y educadores es
posible sin necesidad de utilizar ningún instrumento de evaluación. Cualquier TSEI puede recurrir a
sus apreciaciones personales para dicho propósito, ¿pero es eso evaluar de una forma correcta?
A nuestro juicio, no.
Para poder evaluar, es necesario recoger una serie de datos objetivos que nos informen de lo que
está sucediendo. Esos datos serán evidencias contrastables y se recogerán a través del uso de
distintos instrumentos de evaluación.
Siguiendo con el ejemplo anterior, para saber exactamente si los padres y madres  hablan con el
TSEI sería conveniente que el educador o educadora  elaborara una hoja de registro en la que
anotara la fecha en la que se produce dicho contacto en la columna correspondiente al tipo de
contacto de que produce y en la fila correspondiente a la familia de cada alumno o alumna. En este
caso, a partir de los indicadores de evaluación que hemos seleccionado hemos elaborado un
instrumento de evaluación, en este caso una hoja de registro.
Una vez finalizado el curso, sería fácilmente cuantificable el número de contactos que se han
producido a lo largo del mismo y el porcentaje de las familias que los han mantenido. A partir de
este número se pueden mostrar los resultados a través de índices de participación.

2. LOS SISTEMAS DE CALIDAD EN LA FAMILIA E INFANCIA.

Cuando se crea un servicio público para dar respuesta a una necesidad social y se están utilizando
recursos de toda la ciudadanía para este fin, ¿es preciso determinar si realmente se está dando
respuesta a esa necesidad social y en qué medida?
Obviamente sí. Surgen así procesos para medir la calidad de los servicios sociales.
Podemos decir que un servicio tiene calidad cuando ese servicio cumple los siguientes requisitos:
• Funcionalidad: es decir satisface necesidades exigidas por el entorno.
• Eficacia: si alcanza los objetivos que se propone.
• Eficiencia: cuando alcanza los objetivos que se propone con un coste razonable.

Pero ¿cómo podemos medir la calidad de los servicios sociales?


Para medir la calidad de los servicios de familia e infancia es preciso establecer unos estándares que
determinen cuando se está dando respuesta de manera correcta a la necesidad social que propició la
creación de determinado servicio.
De esta manera los estándares de calidad son un instrumento de contraste en la evaluación de los
programas y constituyen al mismo tiempo una guía para la práctica profesional.
2.2. ¿CÓMO SE ESTABLECEN LOS ESTÁNDARES DE CALIDAD ?

Para establecer los estándares de calidad en los servicios de familia e infancia es preciso revisar
en primer lugar la legislación específica que determina el funcionamiento de este tipo de servicios,
ya que será éste el lugar en el que se indican los objetivos que deben cumplir estos servicios y los
principios que deben regir cualquier actuación en este ámbito.
Además de esta legislación estatal, las diferentes Comunidades Autónomas en sus legislaciones
específicas en materia de familia e infancia determinan los requisitos que deben cumplir los
diferentes servicios. La mayor o menor adecuación a estos requisitos nos indicarán los niveles de
calidad de los servicios, en este sentido podemos decir que la legislación establece los estándares de
calidad.
En el caso del Estado Español la Ley orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor, donde en su artículo 2 establece que los
principios generales de intervención en este ámbito serán:

• Debe primar el interés superior de los menores sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir.
• Cuantas medidas se adopten deberán tener un carácter educativo.

Pero es evidente que las legislaciones establecen unos requisitos de carácter mínimo para poder
prestar el servicio, pero no establecen protocolos exhaustivos de evaluación de la calidad, estos
protocolos suelen estar establecidos por equipos profesionales.
Uno de los primeros y más reconocidos estándares de calidad en el ámbito de los Servicios Sociales
es el de la Liga Americana del Bienestar Infantil (CWLA) que señala una serie de estándares de
calidad de los diferentes tipos de servicios de bienestar infantil, estableciendo indicadores para los
servicios de adopción, de acogimiento familiar y también para los servicios residenciales.
En el Estado Español dos equipos profesionales publican diferentes estándares de calidad:
• Por un lado Redondo, Muñoz y Torres (1998) publican el Manual de buena práctica para la
atención residencial a la infancia y adolescencia por la Federación de Asociaciones de
Prevención del Maltrato Infantil en colaboración con el Ministerio de Trabajo y Economía
Social. Libro en el que analizan los principios básicos de la atención residencial, realizan
una propuesta de secuencia de un adecuado proceso de intervención ante la necesidad de una
medida protectora y realizan propuestas para la organización y gestión de un centro
residencial.
• Y por otro lado las investigaciones de Fernández del Valle y el Grupo de Investigación en
Familia e Infancia perteneciente al Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo
que también establecen una serie de estándares de calidad para los centros de menores.
2.3. ¿QUIEN DEBE EVALUAR LOS SERVICIOS SOCIALES?

Después de todo lo que se ha comentado en los apartados anteriores, podemos preguntarnos:


¿Quién debe evaluar los programas e instituciones que prestan servicios sociales y especialmente
los centros de menores?
Habitualmente nos centramos en una evaluación interna realizada por las personas que ejercen su
profesión en el ámbito de los servicios de Familia e Infancia, pero la importancia de este servicio
implica que la evaluación debe superar este ámbito interno y adquirir una perspectiva más global,
por ese motivo para dar respuesta a la pregunta de quién debe evaluar los servicios sociales, el
artículo 21 de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor indica que la Administración
deberá asegurar la protección de los derechos de los menores  inspeccionando y supervisando todos
los centros.
Al ser los Servicios Sociales una competencia autonómica, serán los organismos específicos de las
diferentes Comunidades Autónomas los encargados de realizar esta inspección y supervisión.
Pero esta evaluación no sólo es competencia de la administración responsable del servicio, así, en el
artículo 54 de la Constitución, se designa al Defensor del Pueblo como Alto Comisionado de las
Cortes Generales para la defensa de los derechos fundamentales, función que también tiene el
Defensor del Pueblo y del Menor en las Comunidades Autónomas que cuentan con esta
institución. Por este motivo vemos como Defensores del Pueblo y del Menor de diferentes
Comunidades Autónomas han realizado evaluaciones de los servicios de atención al menor y
particularmente de los centros de menores.
Por último, el artículo 21.4 de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor indica que el
Ministerio Fiscal deberá ejercer su vigilancia sobre todos los centros que acogen menores.
Además de las administraciones públicas indicadas, el Parlamento Europeo ha publicado diferentes
recomendaciones para que organizaciones civiles puedan también realizar evaluaciones de la
situación de los centros de menores, en este sentido diferentes ONG han realizado estudios sobre la
situación de estos centros, una de las más controvertidas es la que ha realizado recientemente
Amnistía Internacional.
2.4. EVALUACIÓN DEL ACOGIMIENTO RESIDENCIAL.
Además de las evaluaciones de carácter externo, ¿los centros de menores realizan evaluaciones de
carácter interno?
Como vimos en unidades anteriores la Comisión Educativa tiene entre sus funciones:
• Hacer el seguimiento del proceso educativo grupal e individual.
• Supervisar la aplicación de los Proyectos Educativos Individualizados y su adecuación al
Proyecto Educativo de Centro.
• Analizar los resultados de la evaluación inicial.
• Realizar el seguimiento de las visitas y las salidas con la familia.

Todas esas funciones implican un proceso de evaluación que se verá completado con las funciones
establecidas para el Consejo de Centro, que como vemos también tienen un importante carácter
evaluador:
• Evaluar la memoria anual de actividades.
• Supervisar que el funcionamiento del centro y los documentos del centro se ajusten a los
principios y objetivos previstos por la administración.
• Proponerle a la administración correspondiente las medidas que se consideren necesarias
para mejorar el funcionamiento del centro.
Finalmente, aunque podemos hacer distinción entre evaluación e investigación, existen toda una
serie de evaluaciones realizadas con finalidad investigadora y con unos objetivos a más largo plazo.
2.5. ¿ CÓMO SE MIDE LA CALIDAD EN LA INTERVENCIÓN CON FAMILIARES ?
En unidades anteriores has podido ver que una intervención con familias se puede plantear desde
diferentes servicios (sanitarios, sociales, educativos...) y que, a pesar de ser diferente la institución
responsable de la misma, se comparten los objetivos generales que se pretenden con dichas
intervenciones.
Como has podido ver en un epígrafe anterior, existen unos indicadores generales que sirven para
medir la calidad de las intervenciones socioeducativas. También has visto que dichos indicadores
son utilizados fundamentalmente para realizar evaluaciones externas.
Los objetivos de la intervención con familias hacen referencia a la optimización del desarrollo de los menores, a través de la mejora de las
habilidades educativas parentales y a través de la creación de una relación entre los subsistemas escolares, sociales o sanitarios.
Pero en cualquier intervención con familias, existe también una evaluación interna que es realizada
por los profesionales y las familias implicadas en el programa de intervención. De este modo, la
evaluación del tipo de intervención con las familias que se realiza, se convierte en uno de los
procedimientos básicos de actuación que permite tomar decisiones sobre el grado de cumplimiento
de los objetivos que se pretenden conseguir.
Además, solamente podremos conseguir intervenciones de calidad si se evalúan los procesos que se
llevan a cabo para conseguir los objetivos que nos proponemos con una intervención.
Puesto que la intervención con familias que realizará el TSEI tendrá lugar en los servicios
educativos (en contextos formales o no formales), es necesario señalar que la evaluación de la
intervención con las familias en contextos educativos, es uno de los aspectos que a su vez sirve
como indicador de calidad de las intervenciones educativas.
Recuerda que la continuidad entre el entorno escolar y el familiar se considera un aspecto relevante para poder obtener buenos resultados
educativos.
La intervención con familias en los centros educativos es un campo de trabajo que abarca diferentes
aspectos, muy distintos entre sí, y que pueden ir desde las relaciones que se establecen con las
familias (a través del intercambio de información o de la participación en las actividades destinadas
a sus hijos) a la organización de actividades de formación destinadas exclusivamente a ellas. Pero
todos ellos se pueden encuadrar en la búsqueda de un objetivo común:
Que las familias participen en los procesos educativos de sus hijos e hijas. Esa puede ser una de las
razones por las que en los centros educativos, la intervención con las familias evalúa la
participación y la colaboración de las familias.
2.6. INDICADORES PARA LA EVALUACIÓN DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS
FAMILIAS.
Evaluar la participación de las familias es algo difuso si no se tiene establecido previamente qué es
lo que entendemos como participación de las familias.
Podemos considerar que las familias participan en un centro:
1. Si tienen posibilidad de establecer comunicación con la dirección del centro, tanto a nivel
individual como a través de los representantes de las familias.
2. Si tienen posibilidad de comunicarse habitualmente con los educadores y educadoras de sus
hijas e hijos a través de mecanismos establecidos (contacto informal diario, agendas
personales, entrevistas,...).
3. Si tienen la posibilidad de participar y cooperar en las tareas generales del centro infantil
(aporte de materiales, fiestas,...)
4. Si tienen posibilidad de participar en aspectos curriculares (relacionados con el proceso de
enseñanza aprendizaje, como talleres o actividades complementarias, o con la continuidad
en el hogar de las tareas educativas) de una forma sistemática.
5. Si tienen la posibilidad de participar en la asociación de padres y madres.
6. Si existen cauces organizados para facilitar la información escuela-familia.
7. Si existen actividades de formación para madres y  padres y las familias asisten a las
mismas.
8. Si se organizan estrategias conjuntas de actuación entre las familias y el centro infantil.
9. Si el centro infantil conoce las particularidades de las familias.
10. Si las familias tienen expectativas positivas con respecto a la educación de sus hijos e hijas.
11. Si las familias valoran positivamente el centro infantil.
2.7. ¿QUIÉN EVALÚA LA PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LOS CENTROS
EDUCATIVOS ?
En la actualidad es cada vez más frecuente que los centros educativos trabajen para conseguir un
sello de calidad que avale los resultados que se obtienen y los procedimientos que se utilizan.
En estos casos, se lleva a cabo una evaluación externa que se realiza siguiendo unos indicadores
previamente establecidos y utilizando un procedimiento que abarca el análisis de los resultados
como de los procesos implicados.
No obstante, la evaluación de la participación de las familias es algo que se hace (de forma más o
menos sistemática) por parte de educadoras y educadores y que forma parte de todo el proceso de
intervención. Se trata de una evaluación interna que va implícita en el propio proceso de
intervención. Esa es la razón fundamental por la que deberás aprender cómo realizar una evaluación
de la intervención con las familias.
2.8. PROBLEMAS EN LA EVALUACIÓN INTERNADE LA INTERVENCIÓN CON
FAMILIAS EN CONTEXTO EDUCATIVO .
En relación a la evaluación de la intervención con las familias, el personal TSEI corre diferentes
riesgos:
• Puesto que se considera que la evaluación de la intervención es algo complejo, no se
planifica lo suficiente y no se elaboran instrumentos que sirvan para este fin. El resultado es
que no se utiliza un instrumento evaluador, no se definen los indicadores que enjuiciarán la
intervención, ni se recopilan datos que permitan un análisis medianamente objetivo del
proceso. De este modo, la evaluación es un análisis de la situación basado en datos no
cuantificados. Por ejemplo, se dice que ha habido "mucha participación" en una actividad
sin recoger exactamente el número de personas que asistieron, sino que es una apreciación
"de bulto".
• Puesto que muchas veces resulta difícil "medir" y recoger datos objetivos sobre cómo se está
desarrollando la intervención, puede existir el riesgo de cierto "abuso" de los datos
cualitativos de valoración (interés, clima creado, relación entre las personas participantes,...).
El resultado es que el educador o la educadora pueden dejarse llevar exclusivamente por
"impresiones subjetivas" de lo que piensan que está sucediendo, que suelen no estar
contrastadas y pueden ser incluso interpretaciones erróneas de la realidad.
• Debido a la corta tradición existente en la evaluación de programas, el personal TSEI puede
olvidar que las familias participantes en la intervención deben ser también agentes
evaluadores y que los y las profesionales del centro educativo no pueden ser las únicas
personas implicadas en el proceso evaluador. Cuando se trata de evaluar la intervención con
las familias, serán las propias familias las que tendrán que mostrar su propia valoración del
proceso que se está llevando a cabo y las valoraciones del personal TSEI o del equipo
educativo serán sólo una de las posibles perspectivas a la hora de enjuiciar la calidad de la
intervención.

3. EVALUACIÓN INTERNA DE LA INTERVENCION CON LA FAMILIA.


En la intervención con familias, la evaluación forma parte de todo el proceso de trabajo que llevará
a cabo el educador o la educadora infantil. A grandes rasgos, la evaluación se puede organizar en
dos niveles:
1. Un nivel general, seleccionando indicadores que permitan analizan los diferentes aspectos
relacionados con la participación y colaboración con las familias. Dichos indicadores
podrían ser los señalados en el epígrafe "Indicadores para la evaluación de la participación
de las familias" de esta misma unidad.
2. Evaluando cada una de las acciones que se llevan a cabo en el centro y que están
relacionadas con los objetivos que pretende la intervención con familias. A partir de las
conclusiones sacadas tras estas evaluaciones, se puede concluir el grado en el que las
familias participan en el centro.
Por ejemplo, si el equipo educativo de un centro es desea saber el grado en el que las familias
utilizan los cauces organizados para el intercambio de información con la escuela, o bien la
asistencia y el interés que suscitan las actividades de formación para los padres y las madres, o bien
la repercusión en su alumnado del uso de estrategias conjuntas de actuación entre las familias y el
centro infantil, deberá delimitar previamente cuáles de las actividades que desarrolla el centro
contribuyen a que se produzcan dichos sucesos.
Con ello, la evaluación de las acciones concretas proporcionará los datos necesarios para delimitar
el índice o grado en el que se cumplen los indicadores generales.
Cualquiera de las acciones que se llevan a cabo con las familias en un centro educativo, sirven para
poder tener datos sobre la participación de los padres y madres y la colaboración existente entre los
subsistemas familiar y escolar. Por lo tanto, es necesario que en todas las intervenciones con las
familias esté presente el tema de la evaluación.
El tema de la evaluación está presente en todo el proceso de intervención, ya que es el que
motiva que se realice dicho proceso. Imagina que en un centro constatan que solamente un 20 % de
las familias mantiene contacto con el personal TSEI (dicho dato ha procedido de una evaluación) y
que se desea que se aumente el nivel de participación (objetivo). Para ello:
• Se planifican una serie de acciones y medidas organizativas, por ejemplo se van a llevar
a cabo sesiones programadas de tutoría en horario variable y adaptado a la familia
convocada, o se organizarán talleres, o meriendas, o excursiones,... con las familias de cada
aula, con una periodicidad mensual, etc. (proyecto de intervención)
• Esas acciones se tendrán que ir evaluando a medida que se desarrollen para ver el
grado de aceptación y así mejorar las estrategias.
• Al final del curso será necesario constatar el porcentaje de familias que ha asistido al
centro y si ha habido realmente un incremento en la participación.
3.1.PLANIFICACIÓN Y EVALUACIÓN DE UNA INTERVENCIÓN CON FAMILIAS.
Antes de comenzar: la evaluación de las necesidades.
Cuando nos planteamos llevar a cabo una intervención con las familias, es necesario tener claro el
punto de partida y hacia dónde queremos llegar.
El punto de partida suele ser un análisis de los condicionantes de los que se parte y de las
necesidades que motivan la intervención.
3.1.1. PROYECTO.
3.2. ¿ COMÓ HACER LA EVALUACIÓN INICIAL?
Para que una intervención se pueda llevar a cabo es necesario redactar un proyecto en el que se
marquen:
1. Los objetivos que se quieren conseguir.
2. Lo que se hará para conseguir dichos objetivos.
3. Cómo se evaluará la intervención que se proyecta.
Después de haber redactado el proyecto y antes de comenzar una intervención, es importante
evaluar dicho proyecto de una forma realista.  Partimos de la base de que sirve para responder a las
necesidades detectadas, pero en esta evaluación inicial se trataría también de valorar si es posible
hacer lo que pretendemos, si los objetivos que perseguimos son alcanzables, y si los recursos
(personales y materiales) de los que disponemos se adecúan a lo que pretendemos.
Para ello, el equipo educativo debe reflexionar en voz alta y llegar a unas conclusiones que le
hagan  poner en marcha la intervención del modo proyectado o realizar sobre el papel unas primeras
modificaciones. Dicha evaluación permitirá también analizar la congruencia de todos los elementos
que integran la intervención.
A continuación podrás ver cómo se realizó esta evaluación en el centro infantil Guiñol.
Para llevar a cabo la evaluación de la planificación inicial se han diseñado unas preguntas que cada
uno de los miembros del equipo contestará de forma individual y a partir de ellas se reflexionará en
voz alta. El debate que se produjo giró en torno a los siguientes temas:
 Si bien se consideró que los objetivos que se pretenden en educación, nunca son totalmente
alcanzables, se concluyó que ese no debe ser un obstáculo que impida la intervención.
 Se valoró que el interés despertado por el tema tanto en el colectivo de padres y madres
como en el profesorado, y la motivación de madres y padres por aprender nuevas estrategias,
justificaba la puesta en marcha de la intervención.
 Se concluyó que el esfuerzo realizado por el personal TSEI para formarse en cómo trabajar
la inteligencia emocional en el aula y el haber contactado con profesionales externos al
centro que trabajaban estos temas, facilitaría la organización de las distintas sesiones.
Muchas de ellas se realizarían por parte de personal ajeno al centro que era remunerado a
través de la financiación que aportaba la AMPA.
3.3. LOS OBJETIVOS ¿ QUÉ ES LO QUE SE QUIERE CONSEGUIR CON LA
INTERVENCIÓN ?
CASO PRACTICO .
Sonia le enseña a María los objetivos del proyecto de intervención con familias que redactaron en el centro para este curso para que
pueda ver qué es lo que se plantearon conseguir. Los objetivos generales de la intervención con familias en el centro infantil Guiñol
son:

1. Buscar la coherencia entre los procedimientos educativos de las familias y los que se desarrollan en el centro para fomentar
prácticas educativas adecuadas.
2. Hacer partícipes a las familias de la evolución que siguen sus hijos e hijas.
3. Promover las relaciones de colaboración entre las familias y el centro infantil.
4. Mejorar las habilidades educativas parentales.

Esos objetivos generales se conseguirán este curso a través del desarrollo de distintos temas relacionados con el desarrollo de las
capacidades socioemocionales de niños y niñas. De forma más específica, nuestros objetivos serán:

• Informar sobre los hitos evolutivos del desarrollo emocional.

• Concienciar sobre la importancia de la familia en el desarrollo emocional de los hijos e hijas.

• Dar a conocer las actividades que se realizan en el aula para trabajar los aspectos socioemocionales.
• Intercambiar con las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
• Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
• Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
• Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

Puesto que el objetivo general que perseguimos es que las prácticas educativas familiares y escolares sean coherentes, es preciso que
el desarrollo socioemocional sea abordado en el aula y se trabaje de forma diferente en función de la edad de los niños y niñas. Por
esa razón, cada TSEI elabora su propio proyecto de intervención en el aula en el que los objetivos, contenidos, metodología y
evaluación están adaptados a las características evolutivas de los niños y niñas y a las particularidades de la evaluación en la
educación infantil.

Sonia también le enseña a María el boceto del proyecto de intervención en el aula de 2-3 años. María puede ver que Sonia evalúa
también su intervención en el aula, y que esto lo hace siguiendo una secuencia similar a la que le está contando que utilizan para
planificar la evaluación de la intervención con las familias.
• ¡Qué curioso!, dice María. Pensé que en el aula se evaluaba de una forma diferente
• ¡Ya ves!, contesta Sonia, los instrumentos que se utilizan son diferentes, pero el procedimiento es similar. Además, ten en
cuenta que si yo no evaluase lo que sucede en mi aula, no le podría contar a los padres y madres cómo van evolucionando
sus hijos e hijas, que es una de las cuestiones que pretendemos en la escuela de padres y madres.
• ¿Qué me dices? No entiendo nada de esto último.
• Tranquila, lo entenderás en cuanto veas qué sesiones de trabajo hemos previsto para la escuela de padres y madres, y cómo
evaluaremos cada una de ellas

Analiza el boceto del proyecto de trabajo en el aula de Sonia. Ten en cuenta que solamente así podrás comprender la interrelación que existe entre
los dos niveles de actuación: familia y centro educativo y cómo se pretende conseguir el objetivo de que las prácticas familiares y escolares sean
coherentes.
3.3.1 LOS OBJETIVOS ¿QUÉ ES LO QUE SE QUIERE CONSEGUIR CON LA
INTERVENCIÓN ?
• INTERVENCIÓN EN EL AULA DE 2-3AÑOS .
1. Objetivos
Desarrollar las capacidades socioemocionales de los niños y niñas mediante la progresiva identificación, comprensión y regulación de emociones y
sentimientos para aumentar su nivel de bienestar personal y social.

Este objetivo general que pretendemos conseguir se trabajará de forma exhaustiva a lo largo del curso dentro del aula y se concreta en que los niños y
niñas sean capaces de:

• Darse cuenta de las emociones propias y ajenas.


• Dar nombre a las emociones (alegría, tristeza, enfado, miedo,...).
• Utilizar el cuerpo y los distintos lenguajes para expresar emociones y sentimientos.
• Conocerse a sí mismos y al resto de personas de su entorno.
• Aprender a autorregularse (esperar, respetar turnos, expresar algunas emociones de forma adecuada,...).
• Aprender a relajarse.

2.- Contenidos.

• Emociones básicas (alegría, tristeza, enfado, miedo,...).


• El cuerpo y los distintos lenguajes en la expresión de emociones y sentimientos.
• Conocimiento de sí mismos y de los demás.
• La autorregulación (esperar, respetar turnos, expresar algunas emociones de forma adecuada,...)
• La relajación.

3-¿Qué metodología y actividades posibilitarán conseguir lo que se pretende con los niños y niñas?

La metodología de trabajo será globalizada y siempre partiendo del interés de los pequeños. Buscaremos que sean los propios niños y niñas los que
exploren en "el mundo emocional" y que sean ellos los que vivencien distintas emociones y busquen formas de expresión adecuadas. Hemos de tener
en cuenta que los aspectos relacionados con las emociones forman parte del "todo" que es el individuo y que aparecen en multitud de ocasiones.
Dichas ocasiones deben ser aprovechadas para trabajar, para que el aprendizaje responda a la "realidad de la vida".

Realizaremos actividades de expresión, comprensión y regulación emocional a partir de la propia marcha de la clase y de las interacciones y
situaciones que tengan lugar a lo largo de la jornada escolar.

Además trabajaremos de forma sistemática (programada en las unidades didácticas y proyectos que desarrollemos) los aspectos del desarrollo
emocional señalados. Por ejemplo, se fomentarán las ocasiones en que los niños expresen a sus compañeros y compañeras qué es lo que sienten o en
las que puedan recibir de ellos muestras positivas de afecto.

Mediante diferentes juegos (juegos de manos, el juego de las estatuas,...) se trabajarán también algunos aspectos emocionales. Trabajaremos la
verbalización de sentimientos, por ejemplo vamos diciendo cosas que nos gustan, cosas que no nos gustan y cómo nos sentimos,...

Abordaremos el tema de la relajación de forma sistemática, planteando con frecuencia actividades para que los niños y niñas aprendan a relajarse, por
ejemplo mediante la "Técnica de la tortuga",...

Además de tener presente lo anterior, desarrollaremos actividades concretas en momentos puntuales, previamente establecidos por el educador o la
educadora. Algunas de ellas pueden ser: "Di patata", "El cuento de las emociones", "Las caretas", "Sonría, por favor", "El juego de las estatuas",...

4-Evaluación.

• Evaluación inicial: Antes de comenzar el programa, el educador o la educadora plantearán en la asamblea el tema de las emociones
básicas, para conocer qué es lo que los niños y niñas saben de ellas. A partir de la información recogida, introducirán las modificaciones
que consideren pertinentes en cuanto al diseño de las actividades que tienen previstas.

• Evaluación de proceso: A medida que se vayan desarrollando las diferentes actividades de educación emocional, el educador o la
educadora hará un análisis de los datos que vaya recogiendo para poder introducir las modificaciones necesarias, (por ejemplo la facilidad
o dificultad de alguna actividad para el alumnado, la superación de un objetivo básico por parte de todo el grupo,...).

• Evaluación final: Al finalizar el curso escolar (tiempo en el que decidimos llevar a cabo nuestro programa) se hará un análisis de los datos
para determinar, por ejemplo, hasta qué punto se han conseguido los objetivos previstos.

Teniendo en cuenta toda la información recopilada a través de los instrumentos de evaluación que se elaboren analizaremos todos los aspectos que
conforman el programa.
3.4. ¿QUÉ METODOLOGÍA Y ACTIVIDADES POSIBILITARÁN CONSEGUIR LO QUE
SE PRETENDE CON LAS FAMILIAS?
La escuela de padres y madres que estamos utilizando para describir cómo se realiza la evaluación
de una intervención con familias es un ejemplo de cómo se puede realizar un trabajo grupal con
las familias.
Pero pretender la constitución de un grupo entre las familias de los niños  y niñas que acuden a un
centro educativo (de carácter formal o no formal) es un objetivo muy ambicioso. Para Bass (1951)
«sólo existe un grupo cuando los objetivos de cada uno de los miembros están
interrelacionados con los de los demás por algún objetivo común».
Es evidente que el hecho de que todas las familias pertenezcan a la misma escuela y que compartan
de algún modo el objetivo de educar lo mejor posible a su hijo o hija, no son elementos suficientes
para que lleguen a formar un grupo. Y tampoco es la razón que determina que se lleven a cabo
diferentes programas de intervención o se creen dinámicas participativas.
Los grupos se crean y se desarrollan como tales cuando, (además de tener influencias e
interdependencias mutuas y motivaciones y objetivos comunes), el contexto en el que se desarrollan
reúne una serie de condiciones y/o se desarrollan actividades que propician la creación y la
cohesión de los grupos. De otro lado, los grupos ejercen influencias en el sistema cuando su nivel
de actuación trasciende los límites del propio grupo.
De este modo, en el ejemplo que venimos analizando, el centro educativo (por su larga tradición en
el empleo de metodologías participativas y de colaboración con las familias) es el contexto que
propicia el planteamiento de un programa de formación para los padres y madres. Y la formación
dirigida a madres y padres es uno de los elementos que desencadena la mejora de las intervenciones
educativas, que a su vez genera una educación de calidad.
Pero al mismo tiempo que el contexto propicia determinadas formas de intervención, cada nuevo
curso, es necesario generar actuaciones que mantengan las características básicas de ese contexto
(en este caso, el clima de participación y colaboración creado) pues el grupo es algo cambiante.
Baste con señalar que simplemente el paso del tiempo hace que algunos miembros dejan de
pertenecer al grupo (sus hijos e hijas abandonan la escuela) y que se incorporen al grupo nuevas
personas (nuevas matriculaciones). Por lo tanto, cada escuela de padres y madres que se planifica
supone la creación de un nuevo grupo, que se beneficiará de las dinámicas de trabajo asentadas en
los cursos anteriores, pero que tiene características diferentes y que evolucionará de forma
particular.
Las actuaciones que se ponen en marcha cada nuevo curso suponen la forma de plasmar una
metodología de trabajo con las familias.
3.5.¿ POR QUÉ ES IMPORTANTE LA METODOLOGÍA ?
Las escuelas de padres y madres se articulan en base a una serie de actividades programadas para
conseguir los objetivos que se pretenden y dichas actividades suponen una elección metodológica,
es decir, una forma de plantearse el trabajo que busca conseguir determinados fines.
Las actividades que se plantean (que se desarrollan siguiendo unas técnicas) son la forma de
concretar la metodología de trabajo. La organización metodológica de las escuelas de padres y
madres debe responder a los principios metodológicos de motivación, actividad, interés y
participación de las personas implicadas, y el éxito de las mismas reside en que las actividades que
se desarrollen respondan justamente a estos principios.
Existen distintas formas de plantear las actividades que se organizan: algunas de ellas pueden tener
un carácter vertical y asimétrico, como cuando se plantean conferencias (técnicas expositivas), pero
también existen otras con un carácter más horizontal y simétrico, por ejemplo, cuando las sesiones
se basan en la utilización de técnicas basadas en las dinámicas de grupos (técnicas participativas).
Por otra parte, la elección de unas técnicas frente a otras, supone un posicionamiento con respecto a
lo que consideramos que es "valioso" desarrollar en el grupo, ya que las actividades van a
determinar el tipo de participación que se pretende conseguir de las familias. Así el uso excesivo de
técnicas expositivas tiene como consecuencia que el papel de los padres  y las madres se reduzca
básicamente al de ser receptores de información. Por el contrario, el uso de técnicas mediante las
que los padres y madres pueden contar sus experiencias relacionadas con el tema propuesto,
desarrollan más los principios de actividad y participación.
La intervención con familias que estamos describiendo se planteaba el objetivo general de
promover las relaciones de colaboración entre las familias y el centro infantil y el objetivo
específico de crear un clima adecuado que fomentara el intercambio de experiencias entre las
familias participantes. Por esta razón, será necesario tener en cuenta qué tipo de actividades se
plantean, ya que si se desea que la escuela de padres y madres sea un foro de debate y de
intercambio de experiencias, será necesario utilizar metodologías participativas.
Pero para que los padres y madres se sientan cómodos con una metodología participativa, es decir
que "se atrevan" a intercambiar experiencias, será necesario que previamente consigamos crear el
"sentimiento de grupo". O lo que es lo mismo, conseguir la integración como miembros efectivos
del grupo de aquellas familias que se incorporan por vez primera a esta actividad y mantener el
"sentimiento de pertenencia" de los antiguos participantes.
Otra de las razones que determina el uso de unas técnicas frente a otras es el número de
participantes. Los grupos pequeños fomentan la interrelación entre los participantes en la actividad
y son el lugar idóneo para utilizar técnicas basadas en la dinámica de grupos. Cuando los grupos son
muy grandes es prácticamente imposible utilizar dinámicas de grupos, por lo que se recurre a
formatos más adecuados para grandes grupos, tales como la conferencia. Por otra parte, cuando se
pretende que los participantes conozcan datos de un tema desconocido para ellos o cuando la
persona que desarrolla el tema es experta en la materia, resulta interesante (y más  rentable
económicamente) que la actividad se dirija a un grupo grande.
3.6. ¿ QUÉ ACTIVIDADES SE PUEDEN ORGANIZAR PARA UNA ESCUELA DE
PADRES ?
Mira con atención la parte del proyecto de intervención con familias en donde están señaladas las actividades que se desarrollarán en la escuela de
padres y madres.
CASO PRACTICO:
Octubre: Actividad en gran grupo: todas las familias del centro.

Charla impartida por un psicólogo o una psicóloga. Tema: El desarrollo emocional de los 0 a los 6 años.

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Informar sobre los hitos evolutivos del desarrollo emocional.


2. Informar sobre cómo la familia influye en el desarrollo emocional.
3. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
4. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
5. Crear con las familias un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

Noviembre:

Actividad en pequeño grupo, las familias estarán en diferentes grupos, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.

Dinámica participativa coordinada por el TSEI:

En primer lugar, el TSEI propondrá una actividad en la que los padres y madres puedan resumir los aspectos que les llamaron más la atención de la
charla de la sesión anterior.

Posteriormente, cada familia hará un "retrato" de cómo es su hijo o hija en relación con los aspectos emocionales, que posteriormente se expondrá al
grupo. El TSEI facilitará un guión para describir algunos aspectos que se consideren relevantes.

Finalmente, se debatirán las actuaciones familiares que fomentan un adecuado desarrollo emocional.

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Intercambiar entre las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
2. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
3. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

Diciembre:

Actividad en pequeño grupo, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.

Charla impartida por el personal TSEI: así trabajamos las emociones en clase. Cada educador o educadora contará a los padres y madres de su
alumnado qué actividades concretas se hacen en el aula para trabajar los aspectos emocionales.

Dinámica participativa coordinada por el personal TSEI: ¿Cómo podemos trabajar mejor en casa los aspectos emocionales?

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Dar a conocer las actividades que se realizan en el aula para trabajar los aspectos socioemocionales.
2. Intercambiar con las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
3. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
4. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
5. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

Enero:

Actividad de gran grupo, para todas las familias del centro.

Mesa redonda. Tema: la importancia de la autorregulación emocional. Participantes: Psicólogo o psicóloga, un representante del centro educativo
(director, directora o TSEI), un representante de la Asociación de Padres y Madres del centro. Esta actividad pretende ser la fundamentación teórica
del trabajo que se realizará en las siguientes sesiones para trabajar la relajación como uno de los aspectos que intervienen en la autorregulación
emocional.

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Concienciar sobre la importancia de la familia en el desarrollo emocional de los hijos e hijas.


2. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
3. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
4. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.
Febrero, Marzo y Abril:

Actividad en pequeño grupo, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.

Taller de relajación. Impartido por un psicólogo o psicóloga expertos en el tema.

Puesto que el taller no puede impartirse de forma simultánea en todos los grupos, se organizará un calendario para cada familia asista al mismo las
tres sesiones de trabajo que se tienen previstas para cada grupo.

El taller trabajará las técnicas de relajación a dos niveles:

1. Un nivel personal, para que los padres y las madres aprendan técnicas que mejoren su calidad de vida y puedan utilizar en la vida
cotidiana.
2. Otro nivel en el que se enseñarán las técnicas de relajación que se pueden aplicar con los niños y niñas. Las técnicas aplicadas a los niños y
niñas que se enseñen serán las mismas que utilizan los TSEI en las aulas, con el fin de promover el trabajo conjunto entre familia y
escuela.

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Concienciar sobre la importancia de la familia en el desarrollo emocional de los hijos e hijas.


2. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
3. Dar a conocer las actividades que se realizan en el aula para trabajar los aspectos socioemocionales.
4. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

Mayo:

Actividad en pequeño y gran grupo.

Dinámica participativa en pequeño grupo, coordinada por el personal TSEI: ¿Qué nos ha aportado la escuela de padres y madres este curso?

Actividad en gran grupo: Clausura de la escuela de padres y madres con la proyección de un montaje audiovisual en donde aparezcan las fotos de
todas las actividades realizadas durante el curso. Posteriormente, se invitará a una merienda en el centro.

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Evaluar por parte de las familias la actividad en la que han estado participando.
2. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

3,7: LA EVALUACIÓN DEL PROCESO DE INTERVENCIÓN .


A medida que se va desarrollando el proyecto, es necesario tomar datos sobre lo que está ocurriendo
para saber si la intervención se adapta a las necesidades y características de las familias. De ese
modo se podrán analizar los cambios que se van produciendo y ajustar lo planificado a la realidad.
Durante el desarrollo de la intervención con familias, es necesario recoger información sobre el
grado de satisfacción de los participantes, la eficacia y adecuación de la metodología utilizada, una
valoración de los espacios, los tiempos, los recursos,... y las dificultades surgidas. Estos datos deben
ser analizados para tomar las medidas necesarias para subsanar los problemas detectados.
Los datos se recogen mediante los distintos instrumentos que se diseñen para ello, que estarán
adaptados a lo que queramos evaluar.
Es necesario ir recogiendo datos de cada una de las sesiones que se van realizando, por lo que es
necesario planificar y elaborar los instrumentos de evaluación que se utilizarán en cada una de las
sesiones, teniendo en cuenta cuáles de los objetivos que se pretenden con la escuela de padres y
madres se desarrollan con las actividades propuestas en cada sesión.
3.7.1 LA EVALUACIÓN DEL PROCESO DE INTERVENCIÓN .
A continuación vamos a ver un ejemplo de evaluación de una intervención concreta, la planificada para el mes de Octubre, que te
reproducimos de nuevo aquí, a continuación.

CASO PRACTICO ( PROYECTO )


Octubre:

Actividad en gran grupo: todas las familias del centro

Charla impartida por un psicólogo o psicóloga. Tema: El desarrollo emocional de los 0 a los 6 años.

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Informar sobre los hitos evolutivos del desarrollo emocional.


2. Informar sobre cómo la familia influye en el desarrollo emocional.
3. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
4. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
5. Crear con las familias un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

¿Cómo evaluar?

Indicadores:

 Si el tema se ajustó al título propuesto.


 Si el lenguaje utilizado fue entendible.
 Si el ponente  era un buen comunicador.
 Si la conferencia trató aspectos prácticos.
 Si el tema resultó de interés para las personas participantes.
 Si la charla sirvió para aprender aspectos que se desconocían.
 Si la duración de la charla fue la adecuada.
 Si la actitud del ponente facilitaba la participación.
 Si se creó un clima adecuado entre las personas asistentes.
 El número de  personas asistentes a la charla
 El número de preguntas realizadas al ponente.

Instrumentos: evaluación, cuestionario, entrevista, etc.

Pero los instrumentos de evaluación no están sólo para recoger datos. Lo más importante será analizar esos datos para sacar conclusiones que nos
permitan mejorar nuestro trabajo.

Ahora es el momento de realizar el Análisis de los datos recogidos y conclusiones de la evaluación del proceso:

Noviembre:

Actividad en pequeño grupo, las familias estarán en diferentes grupos, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.

Dinámica participativa coordinada por el TSEI:

En primer lugar, el TSEI hará un breve resumen de los contenidos de la charla y propondrá una actividad en la que los padres y madres  puedan
resumir los aspectos que les llamaron más la atención de la misma.

Posteriormente, cada familia hará un "retrato" de cómo es su hijo o hija en relación con los aspectos emocionales, que se expondrá al grupo. El TSEI
facilitará un guión para describir algunos aspectos que se consideren relevantes.

Finalmente, se debatirán las actuaciones familiares que fomentan un adecuado desarrollo emocional.

Objetivos que pretende esta actividad:

• Intercambiar entre las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
• Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
• Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

¿Cómo evaluar?

Indicadores

 Si el resumen del TSEI resultó claro.


 Si el lenguaje utilizado por el TSEI fue entendible.
 Si los padres  y madres aportaron datos al resumen de contenidos.
 Si los padres y madres fueron capaces de hacer el "retrato" de su hijo o hija.
 Si la actividad resultó de interés para las familias.
 Si el guión de la descripción elaborado por el TSEI fue adecuado.
 Si la duración de las distintas partes de la sesión fue la adecuada.
 Si se creó un clima adecuado entre las personas asistentes.
 El número de personas  asistentes a la actividad.

Análisis de los datos recogidos y conclusiones de la evaluación del proceso: Diciembre:

Actividad en pequeño grupo, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.

Charla impartida por TSEI: Así trabajamos las emociones en clase. Cada educador o educadora contará a los padres y madres de su alumnado qué
actividades concretas se hacen en el aula para trabajar los aspectos emocionales.

Dinámica participativa coordinada por el TSEI:

¿Cómo podemos trabajar mejor en casa los aspectos emocionales? Los padres y las madres contarán, en base a su experiencia y lo que han aprendido
en las sesiones ya desarrolladas, cómo trabajan en casa este tema.

Objetivos que pretende esta actividad:

1. Dar a conocer las actividades que se realizan en el aula para trabajar los aspectos socioemocionales.
2. Intercambiar con las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
3. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
4. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
5. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.

¿Cómo evaluar?

Indicadores:

 Si la exposición del TSEI resultó clara.


 Si el lenguaje utilizado por el TSEI fue entendible.
 Si la actividad resultó de interés para las familias.
 Si se suscitó un debate sobre la coherencia entre prácticas escolares y familiares.
 Si la duración de las distintas partes de la sesión fue la adecuada.
 Si se creó un clima adecuado entre los asistentes.
 El número de asistentes a la activida

Realizamos el Análisis de los datos recogidos y conclusiones de la evaluación del proceso relativa a la actividad de Noviembre. Este análisis
continúa en la página siguiente.

Continuamos el Análisis de los datos recogidos y conclusiones de la evaluación del proceso.

3.8 LA EVALUACIÓN FINAL .


Con la evaluación final se pretende dar una valoración global de lo que ha sucedido a lo largo del
desarrollo de todo el proyecto.
Esa valoración debe hacerse desde todas las perspectivas y por parte de todas las personas
participantes (o por el máximo número posible de ellas)
Sólo así se tendrán datos que den respuesta a interrogantes como el grado de consecución de los
objetivos o el grado de satisfacción de los participantes y los profesionales implicados. Además,
cuando la evaluación la realizan todas las personas implicadas resulta más fácil recopilar diferentes
propuestas de mejora de cara a futuras intervenciones.
Si durante la evaluación del proceso se han ido recogiendo y analizando los datos de forma
sistemática, no es necesario realizar una nueva recogida de datos, sino que la evaluación final
consiste en la recopilación y en un nuevo análisis (ya con perspectiva de conjunto) de lo que ha
estado sucediendo a lo largo del tiempo.
No obstante, la necesidad o no de recoger algún tipo más de datos, vendrá determinada por el
análisis de la discrepancia de los datos que tenemos y los indicadores de evaluación final que
queremos utilizar.
En el ejemplo que venimos desarrollando, la última sesión de la escuela de padres consiste en el
desarrollo de una dinámica de evaluación que tiene como objetivo fundamental el de proporcionar
información cualitativa sobre los aciertos y errores de todo el programa (desde la perspectiva de las
familias implicadas) para así poder articular mejoras en el programa para el curso siguiente.
Del mismo modo que los padres realizan una evaluación final, los profesionales del centro deben
manifestar sus propias valoraciones, además de realizar el análisis de todos los datos recogidos
durante el proceso.
La escuela de padres que hemos venido describiendo, estaba desarrollada en muchas sesiones por
profesionales ajenos al centro. Estos profesionales también deben participar en la evaluación de la
intervención, pues su perspectiva también nos aportará datos interesantes para evidenciar los
resultados del proyecto.
3,10 LA COMUNICACIÓN DE LOS RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN .
El análisis de los datos cuantitativos y cualitativos recogidos a lo largo de todo el proceso tiene la
función de mostrar los efectos producidos por la intervención, para en base a ellos, decidir la
continuación o no del proyecto y para introducir las mejoras que se consideren necesarias.
Pero este análisis no debe ser una cuestión "íntima" o "privada", sino que es necesario difundirlo
entre todas las personas implicadas, e incluso a instituciones o estamentos que de alguna u otra
manera están implicados en el proyecto.
Recuerda que los encargados de la financiación de la escuela de padres y madres que hemos
descrito era la Asociación de Padres y Madres del Centro, con lo cual esta asociación deberá
conocer los resultados de la evaluación.
Pues bien, la forma en que se dan a conocer los resultados de la evaluación de un proyecto de
intervención es a través de la redacción de un informe de evaluación.
3.11. ¿CÓMO SE REDACTA UN INFORME DE EVALUACIÓN ?
Un informe de evaluación suele constar de distintos apartados:
1. Una descripción breve de la actividad o del proyecto que ha sido evaluado.
2. Una descripción de cómo se ha realizado la evaluación,  señalando el proceso que se ha
llevado a cabo: Qué pretende la evaluación, de dónde se ha partido, cómo se ha diseñado la
evaluación, cómo se ha recogido la información,  qué instrumentos se han utilizado,...
3. Los resultados de la evaluación,  donde se presentan los datos recogidos.
4. Interpretación de los resultados,  donde se hace un análisis de las posibles causas que han
motivado esos resultados y  donde se valoran los mismos.
5. Propuestas de mejora, a partir de la interpretación de los resultados de la evaluación.
A la hora de redactar un informe de evaluación es importante tener en cuenta las siguientes
recomendaciones:
1. El informe debe estar redactado en un lenguaje técnico, pero que sea accesible a las personas que lo leerán.
2. La redacción debe contribuir a que el informe esté estructurado y  tenga apartados claros.
3. Se debe ser concreto y conciso, pero el tono debe ser positivo y que invite a la lectura.
4. Debe recoger toda la información en la que se basará el análisis de los resultados (datos cuantitativos y cualitativos).
5. La información presentada deberá estar documentada, evitando opiniones que no se sustenten en los datos recogidos.

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