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TEMA 5
EVALUACIÓN DE LA INTERVENCIÓN
SOCIOEDUCATIVA CON MENORES Y FAMILIAS .
1. LA EVALUACIÓN :
La evaluación es el enjuiciamiento sistemático de la valía o el mérito de un objeto".
Stufflebeam y Shinkfield (1987) en su libro Evaluación sistemática. Guía teórica y práctica, publicado por la editorial Paidos-MEC en Madrid
Aunque hablamos de la evaluación como un acto puntual realmente es un proceso que está
constituido por una serie de fases o etapas. En primer lugar para realizar una evaluación es
necesario establecer los objetivos que se persiguen con esa evaluación: ¿Para qué se realiza?.
Esta pregunta que nos tenemos que hacer cuando realizamos una evaluación en cualquier ámbito, es
especialmente relevante cuando la evaluación se realiza en el ámbito social.
Los objetivos de la evaluación pueden ser múltiples:
Comprobar el ajuste de un programa a los objetivos para los que fue diseñado,
analizar un problema en el funcionamiento de un servicio,
rendir cuentas ante la institución que promueve el programa,
etc.
Una vez determinados los objetivos que se pretenden con la evaluación será necesario seleccionar o
elaborar los instrumentos de evaluación necesarios.
Una vez determinado el instrumento de evaluación que vamos a emplear comenzaremos la
recogida de información, para lo que tendremos que prever los recursos necesarios, tanto humanos
como económicos, así como los espacios y tiempos necesarios.
Con los datos recogidos se comenzará el análisis de los mismos, procurando trascender de los datos
concretos para llegar a un cierto nivel de abstracción y generalización de los mismos.
Finalmente es necesario redactar un informe de evaluación para presentarlo en el lugar que
corresponda. En ese informe será necesario resaltar los resultados obtenidos y, de manera
diferenciada, las conclusiones a las que se ha llegado
1.3. ¿QUÉ TIPOS DE EVALUACIÓN PODEMOS EMPLEAR ?
En función del criterio que se emplee para clasificar los diferentes tipos de evaluación podemos
establecer diferentes modelos de evaluación.
Así, podemos clasificar los modelos de evaluación en función de la localización de la persona
que realiza la evaluación. De esta forma denominamos:
• Evaluación interna al modelo de evaluación en el que la persona o personas que realizan la
evaluación forman parte del proceso que está siendo evaluado, por ejemplo cuando la
Comisión Educativa de un centro de menores realiza la evaluación del funcionamiento de
ese mismo centro.
• Evaluación externa al modelo de evaluación en la que la persona o personas que realizan la
evaluación no forman parte del proceso que está siendo evaluado, la evaluación de los
centros de menores realizada por Amnistía Internacional, por ejemplo.
También podemos clasificar los modelos de evaluación en función de la localización temporal de
la evaluación con respecto al proceso que se quiere evaluar. En esta clasificación se denomina:
Evaluación inicial a la que se realiza antes de comenzar el proceso que pretende ser
evaluado, la evaluación que se realiza en el momento de ingresar una persona en un centro
de menores, por ejemplo, o la que se realiza con la entrevista a la familia antes de matricular
a un niño o una niña en una escuela infantil.
Evaluación formativa, continua o procesual al modelo de evaluación que se realiza
durante la realización del proceso de intervención que se quiere evaluar. Este modelo de
evaluación es el que permite una retroalimentación inmediata durante la intervención que se
está realizando, cuando se cambia el lugar de reunión con las familias de una escuela infantil
porque se produce una asistencia más elevada de la esperada, por ejemplo.
Evaluación final a la que se produce al terminar el proceso que queremos evaluar, la que se
realiza al final del año en un centro de menores y que permite la elaboración de la Memoria
Anual.
Un modelo de evaluación que toma como referencia la norma en el caso de que la
referencia que se tome para comprobar los resultados de una evaluación sea externa a los
procesos evaluados y el resultado de la evaluación no dependa exclusivamente del proceso
evaluado. Por ejemplo, cuando se realiza una evaluación para determinar cuáles son las 10
mejores escuelas infantiles del país, el resultado no depende de la actuación de cada escuela
por sí sola, sino en referencia al resultado de las demás.
• Una evaluación con referencia al criterio consiste en establecer estándares referidos
específicamente a actuaciones que se tiene que realizar en el proceso evaluado, por ejemplo,
cuando aplicamos los estándares de calidad de la Liga Americana del Bienestar Infantil para
evaluar un centro de menores.
• Una evaluación con referencia individualizada, que consiste en establecer como estándar
de realización los niveles establecidos por el propio elemento a evaluar, cuando, por
ejemplo, establecemos que queremos superar la participación de las familias de la escuela
infantil en las actividades en un 10% con respecto a la participación del año anterior.
1.4: ¿ QUÉ ES UN INDICADOR DE EVALUACIÓN ?¿ Y UN INSTRUMENTO DE
EVALUACIÓN?
Una vez definida cómo va a ser la evaluación a realizar, es necesario saber cómo se recogerán los
datos que se necesitan para ella.
Esta es la función que cumplen los indicadores de evaluación.
Un indicador de evaluación es un aspecto observable de la realidad que muestra el grado en el que
se ha alcanzado una meta. Por tanto, los indicadores tienen que ser medibles y cuantificables de
algún modo y tienen que resultar objetivos, de tal modo que cualquiera de las personas que apliquen
el indicador consiga la misma información.
Un instrumento de evaluación es el medio que se utiliza para recoger la información que nos
proporcionan los indicadores de evaluación
1.5: ¿ CUÁLES SON LAS INSRUMENTOS PARA LA EVALUACIÓN DE LA
INTERVENCIÓN SOCIOEDUCATIVA ?
Para realizar una evaluación en el ámbito de la intervención socioeducativa podemos emplear una
gran cantidad de instrumentos de evaluación
Acabamos de ver una breve presentación de los diferentes instrumentos que podemos emplear en el
ámbito socioeducativo, pero ¿cuáles son los instrumentos más apropiados en función de los
objetivos que se persiguen en cada momento?
Si los objetivos que pretendemos conseguir con la evaluación están relacionados con las primeras
fases de la intervención socioeducativa, como por ejemplo:
Delimitar el contexto en el que se va a realizar la intervención.
Identificar a la población beneficiaria de la acción.
Detectar necesidades, problemas o intereses de la comunidad sobre la que se va a intervenir.
Si la evaluación que se pretende es de carácter procesual y los objetivos que se persiguen son:
• Comprobar y supervisar sobre la marcha, los defectos surgidos durante la ejecución del
programa.
• Proporcionar información sobre la marcha del mismo.
• Describir y valorar el proceso y los procedimientos.
Si la evaluación que se pretende realizar es una evaluación final y los objetivos que se persiguen
son:
• Valorar los resultados obtenidos en relación a los objetivos previstos.
• Calcular el valor y mérito.
• Relacionar los resultados con el resto de las etapas precedentes.
Has podido ver que los indicadores nos informan del grado de cumplimiento de un objetivo y por
eso la selección de los indicadores de evaluación es fundamental para poder disponer de los datos
que necesitamos para poder evaluar la intervención. También que existen muchos instrumentos que
podemos utilizar.
Pero has de tener en cuenta que se deben utilizar aquellos instrumentos que nos sirvan para recoger
los datos que necesitamos (y no otros datos), pues carece de sentido recoger informaciones que no
sirvan a nuestros propósitos. Puesto que el objetivo de la evaluación o lo que queremos evaluar,
puede ser diferente en las distintas intervenciones, se hace necesario elaborar instrumentos de
evaluación.
Por ejemplo, si uno de los objetivos que perseguimos como educadores y educadoras es que las
familias establezcan buenas relaciones con la escuela infantil, un posible indicador sería la
frecuencia con la que los familiares de los niños y niñas de un aula hablan con la educadora o
educador. Es decir, la frecuencia con la que establecen contactos informales, acuden a entrevistas,
participan en reuniones o talleres,...
Emitir juicio sobre la frecuencia con la que las familias hablan con las educadoras y educadores es
posible sin necesidad de utilizar ningún instrumento de evaluación. Cualquier TSEI puede recurrir a
sus apreciaciones personales para dicho propósito, ¿pero es eso evaluar de una forma correcta?
A nuestro juicio, no.
Para poder evaluar, es necesario recoger una serie de datos objetivos que nos informen de lo que
está sucediendo. Esos datos serán evidencias contrastables y se recogerán a través del uso de
distintos instrumentos de evaluación.
Siguiendo con el ejemplo anterior, para saber exactamente si los padres y madres hablan con el
TSEI sería conveniente que el educador o educadora elaborara una hoja de registro en la que
anotara la fecha en la que se produce dicho contacto en la columna correspondiente al tipo de
contacto de que produce y en la fila correspondiente a la familia de cada alumno o alumna. En este
caso, a partir de los indicadores de evaluación que hemos seleccionado hemos elaborado un
instrumento de evaluación, en este caso una hoja de registro.
Una vez finalizado el curso, sería fácilmente cuantificable el número de contactos que se han
producido a lo largo del mismo y el porcentaje de las familias que los han mantenido. A partir de
este número se pueden mostrar los resultados a través de índices de participación.
Cuando se crea un servicio público para dar respuesta a una necesidad social y se están utilizando
recursos de toda la ciudadanía para este fin, ¿es preciso determinar si realmente se está dando
respuesta a esa necesidad social y en qué medida?
Obviamente sí. Surgen así procesos para medir la calidad de los servicios sociales.
Podemos decir que un servicio tiene calidad cuando ese servicio cumple los siguientes requisitos:
• Funcionalidad: es decir satisface necesidades exigidas por el entorno.
• Eficacia: si alcanza los objetivos que se propone.
• Eficiencia: cuando alcanza los objetivos que se propone con un coste razonable.
Para establecer los estándares de calidad en los servicios de familia e infancia es preciso revisar
en primer lugar la legislación específica que determina el funcionamiento de este tipo de servicios,
ya que será éste el lugar en el que se indican los objetivos que deben cumplir estos servicios y los
principios que deben regir cualquier actuación en este ámbito.
Además de esta legislación estatal, las diferentes Comunidades Autónomas en sus legislaciones
específicas en materia de familia e infancia determinan los requisitos que deben cumplir los
diferentes servicios. La mayor o menor adecuación a estos requisitos nos indicarán los niveles de
calidad de los servicios, en este sentido podemos decir que la legislación establece los estándares de
calidad.
En el caso del Estado Español la Ley orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor, donde en su artículo 2 establece que los
principios generales de intervención en este ámbito serán:
• Debe primar el interés superior de los menores sobre cualquier otro interés legítimo que pudiera concurrir.
• Cuantas medidas se adopten deberán tener un carácter educativo.
Pero es evidente que las legislaciones establecen unos requisitos de carácter mínimo para poder
prestar el servicio, pero no establecen protocolos exhaustivos de evaluación de la calidad, estos
protocolos suelen estar establecidos por equipos profesionales.
Uno de los primeros y más reconocidos estándares de calidad en el ámbito de los Servicios Sociales
es el de la Liga Americana del Bienestar Infantil (CWLA) que señala una serie de estándares de
calidad de los diferentes tipos de servicios de bienestar infantil, estableciendo indicadores para los
servicios de adopción, de acogimiento familiar y también para los servicios residenciales.
En el Estado Español dos equipos profesionales publican diferentes estándares de calidad:
• Por un lado Redondo, Muñoz y Torres (1998) publican el Manual de buena práctica para la
atención residencial a la infancia y adolescencia por la Federación de Asociaciones de
Prevención del Maltrato Infantil en colaboración con el Ministerio de Trabajo y Economía
Social. Libro en el que analizan los principios básicos de la atención residencial, realizan
una propuesta de secuencia de un adecuado proceso de intervención ante la necesidad de una
medida protectora y realizan propuestas para la organización y gestión de un centro
residencial.
• Y por otro lado las investigaciones de Fernández del Valle y el Grupo de Investigación en
Familia e Infancia perteneciente al Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo
que también establecen una serie de estándares de calidad para los centros de menores.
2.3. ¿QUIEN DEBE EVALUAR LOS SERVICIOS SOCIALES?
Todas esas funciones implican un proceso de evaluación que se verá completado con las funciones
establecidas para el Consejo de Centro, que como vemos también tienen un importante carácter
evaluador:
• Evaluar la memoria anual de actividades.
• Supervisar que el funcionamiento del centro y los documentos del centro se ajusten a los
principios y objetivos previstos por la administración.
• Proponerle a la administración correspondiente las medidas que se consideren necesarias
para mejorar el funcionamiento del centro.
Finalmente, aunque podemos hacer distinción entre evaluación e investigación, existen toda una
serie de evaluaciones realizadas con finalidad investigadora y con unos objetivos a más largo plazo.
2.5. ¿ CÓMO SE MIDE LA CALIDAD EN LA INTERVENCIÓN CON FAMILIARES ?
En unidades anteriores has podido ver que una intervención con familias se puede plantear desde
diferentes servicios (sanitarios, sociales, educativos...) y que, a pesar de ser diferente la institución
responsable de la misma, se comparten los objetivos generales que se pretenden con dichas
intervenciones.
Como has podido ver en un epígrafe anterior, existen unos indicadores generales que sirven para
medir la calidad de las intervenciones socioeducativas. También has visto que dichos indicadores
son utilizados fundamentalmente para realizar evaluaciones externas.
Los objetivos de la intervención con familias hacen referencia a la optimización del desarrollo de los menores, a través de la mejora de las
habilidades educativas parentales y a través de la creación de una relación entre los subsistemas escolares, sociales o sanitarios.
Pero en cualquier intervención con familias, existe también una evaluación interna que es realizada
por los profesionales y las familias implicadas en el programa de intervención. De este modo, la
evaluación del tipo de intervención con las familias que se realiza, se convierte en uno de los
procedimientos básicos de actuación que permite tomar decisiones sobre el grado de cumplimiento
de los objetivos que se pretenden conseguir.
Además, solamente podremos conseguir intervenciones de calidad si se evalúan los procesos que se
llevan a cabo para conseguir los objetivos que nos proponemos con una intervención.
Puesto que la intervención con familias que realizará el TSEI tendrá lugar en los servicios
educativos (en contextos formales o no formales), es necesario señalar que la evaluación de la
intervención con las familias en contextos educativos, es uno de los aspectos que a su vez sirve
como indicador de calidad de las intervenciones educativas.
Recuerda que la continuidad entre el entorno escolar y el familiar se considera un aspecto relevante para poder obtener buenos resultados
educativos.
La intervención con familias en los centros educativos es un campo de trabajo que abarca diferentes
aspectos, muy distintos entre sí, y que pueden ir desde las relaciones que se establecen con las
familias (a través del intercambio de información o de la participación en las actividades destinadas
a sus hijos) a la organización de actividades de formación destinadas exclusivamente a ellas. Pero
todos ellos se pueden encuadrar en la búsqueda de un objetivo común:
Que las familias participen en los procesos educativos de sus hijos e hijas. Esa puede ser una de las
razones por las que en los centros educativos, la intervención con las familias evalúa la
participación y la colaboración de las familias.
2.6. INDICADORES PARA LA EVALUACIÓN DE LA PARTICIPACIÓN DE LAS
FAMILIAS.
Evaluar la participación de las familias es algo difuso si no se tiene establecido previamente qué es
lo que entendemos como participación de las familias.
Podemos considerar que las familias participan en un centro:
1. Si tienen posibilidad de establecer comunicación con la dirección del centro, tanto a nivel
individual como a través de los representantes de las familias.
2. Si tienen posibilidad de comunicarse habitualmente con los educadores y educadoras de sus
hijas e hijos a través de mecanismos establecidos (contacto informal diario, agendas
personales, entrevistas,...).
3. Si tienen la posibilidad de participar y cooperar en las tareas generales del centro infantil
(aporte de materiales, fiestas,...)
4. Si tienen posibilidad de participar en aspectos curriculares (relacionados con el proceso de
enseñanza aprendizaje, como talleres o actividades complementarias, o con la continuidad
en el hogar de las tareas educativas) de una forma sistemática.
5. Si tienen la posibilidad de participar en la asociación de padres y madres.
6. Si existen cauces organizados para facilitar la información escuela-familia.
7. Si existen actividades de formación para madres y padres y las familias asisten a las
mismas.
8. Si se organizan estrategias conjuntas de actuación entre las familias y el centro infantil.
9. Si el centro infantil conoce las particularidades de las familias.
10. Si las familias tienen expectativas positivas con respecto a la educación de sus hijos e hijas.
11. Si las familias valoran positivamente el centro infantil.
2.7. ¿QUIÉN EVALÚA LA PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LOS CENTROS
EDUCATIVOS ?
En la actualidad es cada vez más frecuente que los centros educativos trabajen para conseguir un
sello de calidad que avale los resultados que se obtienen y los procedimientos que se utilizan.
En estos casos, se lleva a cabo una evaluación externa que se realiza siguiendo unos indicadores
previamente establecidos y utilizando un procedimiento que abarca el análisis de los resultados
como de los procesos implicados.
No obstante, la evaluación de la participación de las familias es algo que se hace (de forma más o
menos sistemática) por parte de educadoras y educadores y que forma parte de todo el proceso de
intervención. Se trata de una evaluación interna que va implícita en el propio proceso de
intervención. Esa es la razón fundamental por la que deberás aprender cómo realizar una evaluación
de la intervención con las familias.
2.8. PROBLEMAS EN LA EVALUACIÓN INTERNADE LA INTERVENCIÓN CON
FAMILIAS EN CONTEXTO EDUCATIVO .
En relación a la evaluación de la intervención con las familias, el personal TSEI corre diferentes
riesgos:
• Puesto que se considera que la evaluación de la intervención es algo complejo, no se
planifica lo suficiente y no se elaboran instrumentos que sirvan para este fin. El resultado es
que no se utiliza un instrumento evaluador, no se definen los indicadores que enjuiciarán la
intervención, ni se recopilan datos que permitan un análisis medianamente objetivo del
proceso. De este modo, la evaluación es un análisis de la situación basado en datos no
cuantificados. Por ejemplo, se dice que ha habido "mucha participación" en una actividad
sin recoger exactamente el número de personas que asistieron, sino que es una apreciación
"de bulto".
• Puesto que muchas veces resulta difícil "medir" y recoger datos objetivos sobre cómo se está
desarrollando la intervención, puede existir el riesgo de cierto "abuso" de los datos
cualitativos de valoración (interés, clima creado, relación entre las personas participantes,...).
El resultado es que el educador o la educadora pueden dejarse llevar exclusivamente por
"impresiones subjetivas" de lo que piensan que está sucediendo, que suelen no estar
contrastadas y pueden ser incluso interpretaciones erróneas de la realidad.
• Debido a la corta tradición existente en la evaluación de programas, el personal TSEI puede
olvidar que las familias participantes en la intervención deben ser también agentes
evaluadores y que los y las profesionales del centro educativo no pueden ser las únicas
personas implicadas en el proceso evaluador. Cuando se trata de evaluar la intervención con
las familias, serán las propias familias las que tendrán que mostrar su propia valoración del
proceso que se está llevando a cabo y las valoraciones del personal TSEI o del equipo
educativo serán sólo una de las posibles perspectivas a la hora de enjuiciar la calidad de la
intervención.
1. Buscar la coherencia entre los procedimientos educativos de las familias y los que se desarrollan en el centro para fomentar
prácticas educativas adecuadas.
2. Hacer partícipes a las familias de la evolución que siguen sus hijos e hijas.
3. Promover las relaciones de colaboración entre las familias y el centro infantil.
4. Mejorar las habilidades educativas parentales.
Esos objetivos generales se conseguirán este curso a través del desarrollo de distintos temas relacionados con el desarrollo de las
capacidades socioemocionales de niños y niñas. De forma más específica, nuestros objetivos serán:
• Dar a conocer las actividades que se realizan en el aula para trabajar los aspectos socioemocionales.
• Intercambiar con las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
• Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
• Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
• Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.
Puesto que el objetivo general que perseguimos es que las prácticas educativas familiares y escolares sean coherentes, es preciso que
el desarrollo socioemocional sea abordado en el aula y se trabaje de forma diferente en función de la edad de los niños y niñas. Por
esa razón, cada TSEI elabora su propio proyecto de intervención en el aula en el que los objetivos, contenidos, metodología y
evaluación están adaptados a las características evolutivas de los niños y niñas y a las particularidades de la evaluación en la
educación infantil.
Sonia también le enseña a María el boceto del proyecto de intervención en el aula de 2-3 años. María puede ver que Sonia evalúa
también su intervención en el aula, y que esto lo hace siguiendo una secuencia similar a la que le está contando que utilizan para
planificar la evaluación de la intervención con las familias.
• ¡Qué curioso!, dice María. Pensé que en el aula se evaluaba de una forma diferente
• ¡Ya ves!, contesta Sonia, los instrumentos que se utilizan son diferentes, pero el procedimiento es similar. Además, ten en
cuenta que si yo no evaluase lo que sucede en mi aula, no le podría contar a los padres y madres cómo van evolucionando
sus hijos e hijas, que es una de las cuestiones que pretendemos en la escuela de padres y madres.
• ¿Qué me dices? No entiendo nada de esto último.
• Tranquila, lo entenderás en cuanto veas qué sesiones de trabajo hemos previsto para la escuela de padres y madres, y cómo
evaluaremos cada una de ellas
Analiza el boceto del proyecto de trabajo en el aula de Sonia. Ten en cuenta que solamente así podrás comprender la interrelación que existe entre
los dos niveles de actuación: familia y centro educativo y cómo se pretende conseguir el objetivo de que las prácticas familiares y escolares sean
coherentes.
3.3.1 LOS OBJETIVOS ¿QUÉ ES LO QUE SE QUIERE CONSEGUIR CON LA
INTERVENCIÓN ?
• INTERVENCIÓN EN EL AULA DE 2-3AÑOS .
1. Objetivos
Desarrollar las capacidades socioemocionales de los niños y niñas mediante la progresiva identificación, comprensión y regulación de emociones y
sentimientos para aumentar su nivel de bienestar personal y social.
Este objetivo general que pretendemos conseguir se trabajará de forma exhaustiva a lo largo del curso dentro del aula y se concreta en que los niños y
niñas sean capaces de:
2.- Contenidos.
3-¿Qué metodología y actividades posibilitarán conseguir lo que se pretende con los niños y niñas?
La metodología de trabajo será globalizada y siempre partiendo del interés de los pequeños. Buscaremos que sean los propios niños y niñas los que
exploren en "el mundo emocional" y que sean ellos los que vivencien distintas emociones y busquen formas de expresión adecuadas. Hemos de tener
en cuenta que los aspectos relacionados con las emociones forman parte del "todo" que es el individuo y que aparecen en multitud de ocasiones.
Dichas ocasiones deben ser aprovechadas para trabajar, para que el aprendizaje responda a la "realidad de la vida".
Realizaremos actividades de expresión, comprensión y regulación emocional a partir de la propia marcha de la clase y de las interacciones y
situaciones que tengan lugar a lo largo de la jornada escolar.
Además trabajaremos de forma sistemática (programada en las unidades didácticas y proyectos que desarrollemos) los aspectos del desarrollo
emocional señalados. Por ejemplo, se fomentarán las ocasiones en que los niños expresen a sus compañeros y compañeras qué es lo que sienten o en
las que puedan recibir de ellos muestras positivas de afecto.
Mediante diferentes juegos (juegos de manos, el juego de las estatuas,...) se trabajarán también algunos aspectos emocionales. Trabajaremos la
verbalización de sentimientos, por ejemplo vamos diciendo cosas que nos gustan, cosas que no nos gustan y cómo nos sentimos,...
Abordaremos el tema de la relajación de forma sistemática, planteando con frecuencia actividades para que los niños y niñas aprendan a relajarse, por
ejemplo mediante la "Técnica de la tortuga",...
Además de tener presente lo anterior, desarrollaremos actividades concretas en momentos puntuales, previamente establecidos por el educador o la
educadora. Algunas de ellas pueden ser: "Di patata", "El cuento de las emociones", "Las caretas", "Sonría, por favor", "El juego de las estatuas",...
4-Evaluación.
• Evaluación inicial: Antes de comenzar el programa, el educador o la educadora plantearán en la asamblea el tema de las emociones
básicas, para conocer qué es lo que los niños y niñas saben de ellas. A partir de la información recogida, introducirán las modificaciones
que consideren pertinentes en cuanto al diseño de las actividades que tienen previstas.
• Evaluación de proceso: A medida que se vayan desarrollando las diferentes actividades de educación emocional, el educador o la
educadora hará un análisis de los datos que vaya recogiendo para poder introducir las modificaciones necesarias, (por ejemplo la facilidad
o dificultad de alguna actividad para el alumnado, la superación de un objetivo básico por parte de todo el grupo,...).
• Evaluación final: Al finalizar el curso escolar (tiempo en el que decidimos llevar a cabo nuestro programa) se hará un análisis de los datos
para determinar, por ejemplo, hasta qué punto se han conseguido los objetivos previstos.
Teniendo en cuenta toda la información recopilada a través de los instrumentos de evaluación que se elaboren analizaremos todos los aspectos que
conforman el programa.
3.4. ¿QUÉ METODOLOGÍA Y ACTIVIDADES POSIBILITARÁN CONSEGUIR LO QUE
SE PRETENDE CON LAS FAMILIAS?
La escuela de padres y madres que estamos utilizando para describir cómo se realiza la evaluación
de una intervención con familias es un ejemplo de cómo se puede realizar un trabajo grupal con
las familias.
Pero pretender la constitución de un grupo entre las familias de los niños y niñas que acuden a un
centro educativo (de carácter formal o no formal) es un objetivo muy ambicioso. Para Bass (1951)
«sólo existe un grupo cuando los objetivos de cada uno de los miembros están
interrelacionados con los de los demás por algún objetivo común».
Es evidente que el hecho de que todas las familias pertenezcan a la misma escuela y que compartan
de algún modo el objetivo de educar lo mejor posible a su hijo o hija, no son elementos suficientes
para que lleguen a formar un grupo. Y tampoco es la razón que determina que se lleven a cabo
diferentes programas de intervención o se creen dinámicas participativas.
Los grupos se crean y se desarrollan como tales cuando, (además de tener influencias e
interdependencias mutuas y motivaciones y objetivos comunes), el contexto en el que se desarrollan
reúne una serie de condiciones y/o se desarrollan actividades que propician la creación y la
cohesión de los grupos. De otro lado, los grupos ejercen influencias en el sistema cuando su nivel
de actuación trasciende los límites del propio grupo.
De este modo, en el ejemplo que venimos analizando, el centro educativo (por su larga tradición en
el empleo de metodologías participativas y de colaboración con las familias) es el contexto que
propicia el planteamiento de un programa de formación para los padres y madres. Y la formación
dirigida a madres y padres es uno de los elementos que desencadena la mejora de las intervenciones
educativas, que a su vez genera una educación de calidad.
Pero al mismo tiempo que el contexto propicia determinadas formas de intervención, cada nuevo
curso, es necesario generar actuaciones que mantengan las características básicas de ese contexto
(en este caso, el clima de participación y colaboración creado) pues el grupo es algo cambiante.
Baste con señalar que simplemente el paso del tiempo hace que algunos miembros dejan de
pertenecer al grupo (sus hijos e hijas abandonan la escuela) y que se incorporen al grupo nuevas
personas (nuevas matriculaciones). Por lo tanto, cada escuela de padres y madres que se planifica
supone la creación de un nuevo grupo, que se beneficiará de las dinámicas de trabajo asentadas en
los cursos anteriores, pero que tiene características diferentes y que evolucionará de forma
particular.
Las actuaciones que se ponen en marcha cada nuevo curso suponen la forma de plasmar una
metodología de trabajo con las familias.
3.5.¿ POR QUÉ ES IMPORTANTE LA METODOLOGÍA ?
Las escuelas de padres y madres se articulan en base a una serie de actividades programadas para
conseguir los objetivos que se pretenden y dichas actividades suponen una elección metodológica,
es decir, una forma de plantearse el trabajo que busca conseguir determinados fines.
Las actividades que se plantean (que se desarrollan siguiendo unas técnicas) son la forma de
concretar la metodología de trabajo. La organización metodológica de las escuelas de padres y
madres debe responder a los principios metodológicos de motivación, actividad, interés y
participación de las personas implicadas, y el éxito de las mismas reside en que las actividades que
se desarrollen respondan justamente a estos principios.
Existen distintas formas de plantear las actividades que se organizan: algunas de ellas pueden tener
un carácter vertical y asimétrico, como cuando se plantean conferencias (técnicas expositivas), pero
también existen otras con un carácter más horizontal y simétrico, por ejemplo, cuando las sesiones
se basan en la utilización de técnicas basadas en las dinámicas de grupos (técnicas participativas).
Por otra parte, la elección de unas técnicas frente a otras, supone un posicionamiento con respecto a
lo que consideramos que es "valioso" desarrollar en el grupo, ya que las actividades van a
determinar el tipo de participación que se pretende conseguir de las familias. Así el uso excesivo de
técnicas expositivas tiene como consecuencia que el papel de los padres y las madres se reduzca
básicamente al de ser receptores de información. Por el contrario, el uso de técnicas mediante las
que los padres y madres pueden contar sus experiencias relacionadas con el tema propuesto,
desarrollan más los principios de actividad y participación.
La intervención con familias que estamos describiendo se planteaba el objetivo general de
promover las relaciones de colaboración entre las familias y el centro infantil y el objetivo
específico de crear un clima adecuado que fomentara el intercambio de experiencias entre las
familias participantes. Por esta razón, será necesario tener en cuenta qué tipo de actividades se
plantean, ya que si se desea que la escuela de padres y madres sea un foro de debate y de
intercambio de experiencias, será necesario utilizar metodologías participativas.
Pero para que los padres y madres se sientan cómodos con una metodología participativa, es decir
que "se atrevan" a intercambiar experiencias, será necesario que previamente consigamos crear el
"sentimiento de grupo". O lo que es lo mismo, conseguir la integración como miembros efectivos
del grupo de aquellas familias que se incorporan por vez primera a esta actividad y mantener el
"sentimiento de pertenencia" de los antiguos participantes.
Otra de las razones que determina el uso de unas técnicas frente a otras es el número de
participantes. Los grupos pequeños fomentan la interrelación entre los participantes en la actividad
y son el lugar idóneo para utilizar técnicas basadas en la dinámica de grupos. Cuando los grupos son
muy grandes es prácticamente imposible utilizar dinámicas de grupos, por lo que se recurre a
formatos más adecuados para grandes grupos, tales como la conferencia. Por otra parte, cuando se
pretende que los participantes conozcan datos de un tema desconocido para ellos o cuando la
persona que desarrolla el tema es experta en la materia, resulta interesante (y más rentable
económicamente) que la actividad se dirija a un grupo grande.
3.6. ¿ QUÉ ACTIVIDADES SE PUEDEN ORGANIZAR PARA UNA ESCUELA DE
PADRES ?
Mira con atención la parte del proyecto de intervención con familias en donde están señaladas las actividades que se desarrollarán en la escuela de
padres y madres.
CASO PRACTICO:
Octubre: Actividad en gran grupo: todas las familias del centro.
Charla impartida por un psicólogo o una psicóloga. Tema: El desarrollo emocional de los 0 a los 6 años.
Noviembre:
Actividad en pequeño grupo, las familias estarán en diferentes grupos, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.
En primer lugar, el TSEI propondrá una actividad en la que los padres y madres puedan resumir los aspectos que les llamaron más la atención de la
charla de la sesión anterior.
Posteriormente, cada familia hará un "retrato" de cómo es su hijo o hija en relación con los aspectos emocionales, que posteriormente se expondrá al
grupo. El TSEI facilitará un guión para describir algunos aspectos que se consideren relevantes.
Finalmente, se debatirán las actuaciones familiares que fomentan un adecuado desarrollo emocional.
1. Intercambiar entre las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
2. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
3. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.
Diciembre:
Actividad en pequeño grupo, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.
Charla impartida por el personal TSEI: así trabajamos las emociones en clase. Cada educador o educadora contará a los padres y madres de su
alumnado qué actividades concretas se hacen en el aula para trabajar los aspectos emocionales.
Dinámica participativa coordinada por el personal TSEI: ¿Cómo podemos trabajar mejor en casa los aspectos emocionales?
1. Dar a conocer las actividades que se realizan en el aula para trabajar los aspectos socioemocionales.
2. Intercambiar con las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
3. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
4. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
5. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.
Enero:
Mesa redonda. Tema: la importancia de la autorregulación emocional. Participantes: Psicólogo o psicóloga, un representante del centro educativo
(director, directora o TSEI), un representante de la Asociación de Padres y Madres del centro. Esta actividad pretende ser la fundamentación teórica
del trabajo que se realizará en las siguientes sesiones para trabajar la relajación como uno de los aspectos que intervienen en la autorregulación
emocional.
Actividad en pequeño grupo, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.
Puesto que el taller no puede impartirse de forma simultánea en todos los grupos, se organizará un calendario para cada familia asista al mismo las
tres sesiones de trabajo que se tienen previstas para cada grupo.
1. Un nivel personal, para que los padres y las madres aprendan técnicas que mejoren su calidad de vida y puedan utilizar en la vida
cotidiana.
2. Otro nivel en el que se enseñarán las técnicas de relajación que se pueden aplicar con los niños y niñas. Las técnicas aplicadas a los niños y
niñas que se enseñen serán las mismas que utilizan los TSEI en las aulas, con el fin de promover el trabajo conjunto entre familia y
escuela.
Mayo:
Dinámica participativa en pequeño grupo, coordinada por el personal TSEI: ¿Qué nos ha aportado la escuela de padres y madres este curso?
Actividad en gran grupo: Clausura de la escuela de padres y madres con la proyección de un montaje audiovisual en donde aparezcan las fotos de
todas las actividades realizadas durante el curso. Posteriormente, se invitará a una merienda en el centro.
1. Evaluar por parte de las familias la actividad en la que han estado participando.
2. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.
Charla impartida por un psicólogo o psicóloga. Tema: El desarrollo emocional de los 0 a los 6 años.
¿Cómo evaluar?
Indicadores:
Pero los instrumentos de evaluación no están sólo para recoger datos. Lo más importante será analizar esos datos para sacar conclusiones que nos
permitan mejorar nuestro trabajo.
Ahora es el momento de realizar el Análisis de los datos recogidos y conclusiones de la evaluación del proceso:
Noviembre:
Actividad en pequeño grupo, las familias estarán en diferentes grupos, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.
En primer lugar, el TSEI hará un breve resumen de los contenidos de la charla y propondrá una actividad en la que los padres y madres puedan
resumir los aspectos que les llamaron más la atención de la misma.
Posteriormente, cada familia hará un "retrato" de cómo es su hijo o hija en relación con los aspectos emocionales, que se expondrá al grupo. El TSEI
facilitará un guión para describir algunos aspectos que se consideren relevantes.
Finalmente, se debatirán las actuaciones familiares que fomentan un adecuado desarrollo emocional.
• Intercambiar entre las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
• Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
• Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.
¿Cómo evaluar?
Indicadores
Actividad en pequeño grupo, en función del aula al que pertenezcan sus hijos e hijas.
Charla impartida por TSEI: Así trabajamos las emociones en clase. Cada educador o educadora contará a los padres y madres de su alumnado qué
actividades concretas se hacen en el aula para trabajar los aspectos emocionales.
¿Cómo podemos trabajar mejor en casa los aspectos emocionales? Los padres y las madres contarán, en base a su experiencia y lo que han aprendido
en las sesiones ya desarrolladas, cómo trabajan en casa este tema.
1. Dar a conocer las actividades que se realizan en el aula para trabajar los aspectos socioemocionales.
2. Intercambiar con las familias información relacionada con el desarrollo emocional de sus hijos e hijas.
3. Enseñar técnicas y estrategias de actuación que favorezcan el adecuado desarrollo emocional.
4. Debatir la adecuación de diferentes estrategias de actuación familiar ante la expresión emocional.
5. Crear un clima adecuado que fomente el intercambio de experiencias entre las familias participantes.
¿Cómo evaluar?
Indicadores:
Realizamos el Análisis de los datos recogidos y conclusiones de la evaluación del proceso relativa a la actividad de Noviembre. Este análisis
continúa en la página siguiente.