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»Número de Referencia: INC-45-CPCM-2013

»Origen: CÁMARAS
»Nombre del Tribunal: CÁMARA DE LA SEGUNDA SECCIÓN DE OCCIDENTE, SONSONATE
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 12/02/2014
»Hora de Resolución: 11:30:00
INC-45-CPCM-2013
CÁMARA DE LA SEGUNDA SECCIÓN DE OCCIDENTE: Sonsonate, a las once
horas treinta minutos del doce de febrero de dos mil catorce.
I. IDENTIFICACIÓN DEL PROCESO Y DE LAS PARTES

El presente recurso de apelación, ha sido interpuesto por la licenciada DIANA VERÓNICA


A. Z., de […] años de edad, abogada y de este domicilio, en su calidad de apoderada de
MARIA ANTONIA S. DE M., de […], contra la sentencia pronunciada por la Jueza
Suplente de Primera Instancia de Acajutla, a las diez horas treinta minutos del catorce de
noviembre de dos mil trece, en el PROCESO ESPECIAL CIVIL EJECUTIVO, promovido
por la parte apelante contra NORMA BEATRIZ A. DE M., de […] y SUSANA
ELIZABETH M. DE A., de […], las dos del domicilio de Acajutla de este departamento,
tramitado bajo la referencia PE-44/2013.

II. SENTENCIA IMPUGNADA

La sentencia de primera instancia impugnada en su fallo DICE: “POR TANTO: Sobre la


base de lo expuesto en las disposiciones legales citadas y lo que ordenan los Arts. 1, 11,
144 de la Constitución de la República, 1954, 1964 inciso segundo del Código Civil, 457
Ord.2º, 458, 460, 462, 464, 465, 466,467, 468 y 470 del Código Procesal Civil y Mercantil,
13 de la Ley Contra la Usura, 17 de la Ley de Protección al Consumidor, a nombre de la
República de El salvador, FALLO: I) TIÉNESE POR NO ESCRITA la cláusula contenida
en el documento privado autenticado por notario de mutuo correspondiente únicamente en
lo relativo a intereses convencionales que literalmente DICE: “al interés del quince por
ciento mensual”, y en consecuencia SE DESESTIMA EL PORCENTAJE que en concepto
de intereses convencionales se obligó a pagar a las señoras NORMA BEATRIZ A. DE M.
Y SUSANA ELIZABETH M. DE A.. II) DECLÁRANSE PARCIALMENTE HA LUGAR
LAS PRETENSIONES PLANTEADAS por la Licenciada XIOMARA ISAURA M. Z., en
su calidad de Apoderada general Judicial de las señoras NORMA BEATRIZ A. DE M. y
SUSANA ELIZABETH M. DE A.. III) CONDENASE A LAS SEÑORAS NORMA
BEATRIZ A. DE M. Y SUSANA ELIZABETH M. DE A., a pagarle a la señora MARIA
ANTONIA S. DE M., la cantidad de SETECIENTOS DÓLARES DE LOS ESTADOS
UNIDOS DE AMÉRICA, cantidad como deuda principal, así como intereses
convencionales del SEIS POR CIENTO ANUAL, e intereses moratorios del CINCO POR
CIENTO mensual, ambos intereses a partir del día siete de Diciembre del año dos mil once
y las respectivas costas procesales, sígase adelante con la ejecución hasta su completo pago
o transe. El seguimiento de la ejecución deberá realizarse a instancia de parte de
conformidad a lo establecido en el art. 551 del C.P.C.M. IV) Si no se presentare recurso en
contra de la presente sentencia una vez vencido el término de impugnación respectivo, se
tendrá por firme sin necesidad de auto posterior que la declare como tal; en consecuencia se
archivará provisionalmente el presente proceso a la espera de la fase de ejecución.
HAGASE SABER”.

Han intervenido en primera y segunda instancia la licenciada DIANA VERÓNICA A. Z.,


de las generales relacionadas, actuando como apoderada de la apelante MARIA ANTONIA
S. DE M.; y la Licenciada XIOMARA ISAURA M. Z., como apoderada de las apeladas
NORMA BEATRIZ A. DE M. y SUSANA ELIZABETH M. DE A.

III.- ANTECEDENTES DE HECHO

Con fecha once de junio de dos mil trece, la Licenciada DIANA VERÓNICA A. Z.,
actuando en la calidad mencionada, presentó demanda ejecutiva civil al Juzgado de Primera
Instancia de Acajutla, manifestando en lo esencial: Que según consta en el documento de
mutuo simple otorgado en la ciudad de Sonsonate el seis de diciembre de dos mil once, las
señoras NORMA BEATRIZ A. DE M. y SUSANA ELIZABETH M. DE A., recibieron a
título de mutuo en forma común y solidaria de parte de su mandante la cantidad de
SETECIENTOS DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMÉRICA, al
interés convencional del QUINCE POR CIENTO MENSUAL para el plazo de TRES
MESES, prorrogable por otro período igual, siempre y cuando se encontraren al día con el
pago de los intereses, debiendo pagar los intereses mensualmente en forma vencida y
sucesiva, y el capital en una sola cuota al final del plazo; que la mora en el pago de los
intereses y forma ya convenida haría caducar el plazo de la obligación y la deuda sería
exigible en su totalidad como si fuera de plazo vencido; además, si los intereses no eran
cancelados en la fecha y plazo establecido devengarían un interés por mora del diez por
ciento mensual, adicional al pactado, cuyo recargo se aplicaría si el saldo en mora no es
pagado dentro de los tres días siguientes al vencimiento del plazo establecido. Que las
demandadas no le han pagado a su representada ninguna de las cuotas de intereses pactadas
y están en deberle hasta este día la cantidad de setecientos dólares de los Estados Unidos de
Norte América en concepto de capital más el interés convencional del quince por ciento
mensual y el interés por mora del diez por ciento mensual, a partir del siete de diciembre de
dos mil once; no obstante habérseles requerido a las demandadas en varias ocasiones para
el pago de la deuda; por lo que encontrándose en mora del pago de capital e intereses,
demanda a las expresadas deudoras en proceso ejecutivo a fin de que previo los trámites de
ley, por sentencia definitiva se les condene a pagarle a su mandante el capital y los intereses
conforme el documento presentado, a partir del siete de diciembre de dos mil once, y las
costas procesales, las que también se obligaron a pagar en el mencionado documento. Que
por ello PIDIÓ: Que en sentencia se condene a las demandas al pago del capital de
SETECIENTOS DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, más el interés
convencional del QUINCE POR CIENTO MENSUAL y el interés por mora del DIEZ POR
CIENTO MENSUAL a partir del día siete de diciembre de dos mil once, y las costas
procesales que se obligaron a pagar en el documento correspondiente.

Por su parte las demandadas NORMA BEATRIZ A. DE M. y SUSANA ELIZABETH M.


DE A., por medio de su apoderada Licenciada XIOMARA ISAURA M. Z., al contestar la
demanda según escrito presentado al Juzgado A quo a las trece horas cuarenta y cinco
minutos del veintiséis de septiembre del año pasado de fs.30, en lo principal expuso: Que
en la demanda interpuesta se menciona que sus representadas no han abonado a la cuenta
ninguna de las cuotas de intereses pactados, lo cual no es cierto, pues si bien es cierto que
existe una obligación pecuniaria por parte de sus representadas con respecto a la
demandante, también es cierto que sus representadas si han abonado a dicha deuda lo cual
lo pueden comprobar por medio de 3 recibos que les fueron extendidos por medio de la
persona intermediaria o encargada de otorgar los préstamos en nombre de la demandante,
que es otro apoderado de la señora María Antonia S. de M., específicamente el señor
FERMÍN ANTONIO P. C., quien puede ser citado en la misma dirección de la parte
demandante en vista de ser su apoderado, como consta en la certificación del acta de
audiencia realizada en la Cámara de la Segunda Sección de Occidente de Sonsonate y que
aparece incorporada con la demanda, con el objeto que aclare y manifieste si efectivamente
y en su calidad de apoderado de la demandante ha sido él quien ha extendido dichos recibos
los cuales agrega con la presente, a fin que sean valorados como prueba, ya que en este
proceso sí son pertinentes porque guardan relación con el crédito que se reclama en el
presente proceso, puesto que si es verdad que sus representadas han celebrado tres contratos
de otorgamientos de crédito con la misma persona; le manifiestan que también es cierto que
en los otros dos créditos ya fueron también demandadas y ellas han presentado la prueba en
cada uno de ellos, y ya se dictó sentencia en uno y llegaron a una conciliación en el otro
(Juicios Ejecutivos de Ref. 45/2012 y 76/12 de este Tribunal, respectivamente); por lo tanto
no habiendo otro crédito otorgado por la demandante, es evidente que efectivamente esos
recibos si corresponden e este crédito que les fue otorgado, y por lo tanto constituye pago
parcial de la deuda que en ese juicio se pretende reclamar en forma total. Asimismo solicita
se aplique lo dispuesto por la Ley Contra La Usura en vista que es evidente que la parte
demandante se está aprovechando reclamando intereses hasta del 25 % lo cual es
desproporcional y dañan el derecho a la propiedad de sus representadas, quienes se ven
expuestas a esta abusiva práctica en el presente juicio; que por ello pidió: Se tenga de su
parte por contestada la demanda en sentido negativo y planteada la oposición de pago
efectivo en base a los arts. 465, 466 y 467 todos del Código Procesal Civil y Mercantil.
Que no estando conforme con la sentencia de primera instancia la Licenciada Diana
Verónica A. Z. apeló de la misma según escrito de fs. 2 fte. a 5fte. del presente incidente,
en el cual plasmó sus motivos de agravios consistentes en: 1) VIOLACIÓN AL
PRINCIPIO CONSTITUCIONAL DE IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES
REGULADO EN EL ARTICULO 21 INCISO 1º CN. . Al respecto la apelante señala
que en el proceso fue aplicada la Ley Contra la Usura, no obstante que cuando se celebró
el acto jurídico, es decir el contrato de mutuo simple, entre las deudoras y la acreedora, el
documento privado de mutuo autenticado por notario, dicha ley no existía en nuestro
ordenamiento jurídico, pues ésta en el artículo quince establece su vigencia, la cual es
treinta días después de su publicación; es decir que entró en vigencia el veinticuatro de
febrero de dos mil trece, pues se publicó el veinticuatro de enero de dos mil trece; y que
ello según la apelante genera inseguridad jurídica; y 2) VIOLACION AL PRINCIPIO
DE LIBRE CONTRATACIÓN. ARTICULO 23 CN. Esto lo fundamenta en que al
momento de realizar el contrato de mutuo simple con las demandadas, lo hizo conforme a
las leyes vigentes hasta el seis de diciembre de dos mil once, y en la sentencia de acuerdo al
artículo 17 de la Ley de Protección al Consumidor, se suprimió la cláusula de los intereses
convencionales establecidos en dicho contrato; que la aplicación de este artículo en forma
incorrecta, contradice lo que establece el artículo 19 letra a) del mismo cuerpo normativo,
pues en este se establece cuáles son las obligaciones de los proveedores, es decir, en este
caso su representada a cobrar solo los intereses, comisiones y recargos que hubiesen sido
convenidos con el consumidor en los términos y formas establecidas en el contrato (Mutuo
Simple), y conforme a la ley (vigente); en consecuencia el principio de la autonomía de la
voluntad establecido en el artículo 12 del Código Civil que fundamenta la renuncia de los
derechos conferidos por las leyes, es también una garantía constitucional, pues al contratar
las partes pueden hacerlo libremente; en tal sentido de conformidad con el artículo 1416 del
Código Civil, todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes y no
puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales. El Juez
encargado de hacer cumplir el contrato de mutuo no puede modificarlo ni alterarlo en modo
alguno, ni aún con el pretexto de que sus condiciones son demasiado rigurosas, sólo puede
interpretarlo y establecer la verdadera intención de las partes, en caso de desacuerdo. Así
también se modificó el interés moratorio del diez por ciento mensual estipulado en el
contrato de mutuo simple, al cinco por ciento de interés mensual por mora a partir del siete
de diciembre de dos mil once, y los jueces solo tienen las facultades para hacer cumplir el
contrato de mutuo no para modificarlo ni alterarlo en modo alguno. Que por ello pidió que
se modifique la sentencia en el sentido que se tenga por escrita la cláusula de los intereses
convencionales pactados por su representada juntamente con las demandadas; se le declare
sin lugar la prueba presentada por las demandadas y admitida en la audiencia probatoria,
por ser impertinente; se rectifique el interés conforme el documento de mutuo simple que es
el documento base de la acción, es decir el quince por ciento de interés mensual que es el
interés convencional y el diez por ciento de interés mensual que es el interés por mora, a
partir del siete de diciembre de dos mil once.
Que introducido el proceso en esta instancia, esta Cámara, luego de realizar el examen de
admisibilidad del recurso de apelación interpuesto por la licenciada Diana Verónica A. Z.,
en el carácter relacionado admitió el recurso mediante auto de fs. 6 fte. y vto.; y señaló por
auto de las quince horas treinta minutos del dieciséis de diciembre de dos mil trece de fs. 10
fte, el día y hora para la celebración de audiencia de apelación, de conformidad a lo
establecido en el Art. 513 inc. 3° CPCM.
IV. ALEGACIONES DE LAS PARTES EN AUDIENCIA
En la audiencia de apelación celebrada a las nueve horas con treinta minutos del quince de
enero del presente año, la Licenciada XIOMARA ISAURA M. Z., actuando como
apoderada de la parte apelada, pidió se confirme la sentencia pues fue dictada con
legalidad, es decir, se respetó la legalidad y la parte apelante tuvo su momento para
presentar prueba, de ahí que se le respetaron sus derechos; manifiesta además, se aplicó la
Ley Contra la Usura y la Ley de Protección del Consumidor; estableciendo que se puede
dar por válida la retroactividad en caso de orden público y en materia penal cuando fuere
favorable al delincuente; que el orden público se limita por las leyes especiales a que ha
hecho referencia; agrega que al momento de celebrar el mutuo la acreedora hizo una
práctica abusiva al monto de los intereses; por lo que pidió se confirme la sentencia por ser
legal y justa.
En su intervención la apelante Licenciada Diana Verónica A. Z. en dicha audiencia
manifestó: Que en base al art. 21 Cn. se establecen dos formas para la retroactividad de las
leyes; que se violentó el art. 15 Cn que prevé el principio de legalidad, en el sentido que se
debe aplicar la ley vigente, esto es cuando se celebró el contrato, lo cual en el presente caso
no se hizo; en ese sentido, advierte que no se respetó el contrato celebrado por las partes, tal
como lo establece la ley, pues en el año dos mil once en que se hizo el mutuo no estaba
vigente la Ley Contra la Usura; que el art. 19 de la Ley de Protección al Consumidor,
establece que se cobrarán intereses y comisiones establecidos por el consumidor conforme
a las leyes establecidas en esa fecha; por lo que pide se aplique la tasa de interés
convencional pactado del quince por ciento mensual y el diez por ciento de interés mensual
por mora; por lo que solicitó se modifique en ese aspecto la sentencia de primera instancia.
V. PROPOSICIÓN DE LA PRUEBA
Las abogadas DIANA VERÓNICA A. Z. y XIOMARA ISAURA M. Z., no ofrecieron ni
aportaron prueba alguna.
VI. COMPETENCIA DEL TRIBUNAL DE ALZADA
Que según el art. 515 inc. 2º CPCM, este Tribunal de Segunda Instancia debe pronunciarse
únicamente sobre los puntos y cuestiones planteadas en el recurso y, en su caso, en los
escritos de adhesión, lo que limita las facultadas de esta Cámara para conocer sobre otros
puntos que no sean los contenidos en el escrito de apelación que la sentencia recurrida ha
causado a la impetrante, los que son expuestos en el párrafo tercero del romano III de esta
sentencia.
VII.CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL DE ALZADA.
Analizado que ha sido lo actuado, esta Cámara hace las siguientes consideraciones respecto
de los puntos que constituye los agravios de la parte apelante y que se han transcrito en el
tercer párrafo del romano III de la presente sentencia.
Con relación al primer agravio, debe decirse que la retroactividad de la ley implica en
términos básicos, que una nueva ley es aplicada suprimiendo o modificando las
consecuencias jurídicas de un hecho ocurrido bajo el imperio de la anterior. Una norma es
retroactiva cuando extiende su eficacia sobre hechos ya consumados, esto es, anteriores en
el tiempo a la fecha de su sanción o promulgación; en ese sentido en el caso de vista, el
documento autenticado de mutuo simple agregado de fs. 4 fte. a 5 fte. de la pieza principal,
celebrado el día seis de diciembre de dos mil once, mediante el cual las señoras NORMA
BEATRIZ A. DE M. y SUSANA ELIZABETH M. DE A., en sus calidades de deudores
principales, se obligaron a pagar la suma de setecientos dólares de los Estados Unidos de
Norteamérica, a la señora MARIA ANTONIA S. DE M.; fecha en la cual efectivamente
aún no estaba en vigencia la Ley Contra la Usura, pues ésta inició su aplicabilidad a partir
del veinticuatro de febrero de dos mil trece; no obstante la ocurrencia del hecho que motivó
el planteamiento de la presente acción en el Proceso Ejecutivo de vista, aconteció dentro de
la vigencia de dicha normativa especial, pues la demanda fue presentada al Juzgado de
Primera Instancia de Acajutla a las catorce horas cinco minutos del once de junio de dos
mil trece, por lo que perfectamente podía ser aplicada en el caso en concreto la referida ley
especial, tal y como lo hizo la Jueza A quo; por lo que puede sostenerse que no se ha
caracterizado una violación al principio constitucional de irretroactividad de la ley como lo
asegura la impugnante.
Con relación al segundo punto, debe decirse que el art. 458 CPCM establece que el
proceso ejecutivo podrá iniciarse cuando del título correspondiente emane una obligación
de pago en dinero, exigible, líquida o liquidable, con vista del documento presentado. El
proceso ejecutivo es aquel en que un acreedor con título legal, persigue a su deudor
moroso, en el que se pide el cumplimiento de una obligación por instrumentos que según la
ley, tienen fuerza bastante para tal efecto; que los requisitos indispensables para poder dar
inicio a la acción ejecutiva son: 1) acreedor o persona con derecho para pedir; 2) deudor; 3)
deuda líquida; 4) plazo vencido; y 5) documento que tenga aparejada ejecución.

Debe decirse que la Jueza A quo en el caso en concreto, advirtió la existencia de un


conflicto entre lo estipulado en el art. 21 de la Convención Americana Sobre Derechos
Humanos cuyo acápite es “Derecho a la Propiedad Privada” y en el cual en su numeral tres
se ha establecido “Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del hombre por
el hombre, deben ser prohibidos por la ley”, y el art. 1963 del C.C. en lo relacionado a la
facultad de estipular intereses en dinero o cosas fungibles, sin limitación alguna, e inaplica
esta última disposición en base al inc. 2º parte final del art. 144 Cn., manifestando que en
cuanto a lo referido “sin limitación alguna”, la disposición del Código Civil citada deja de
tener aplicabilidad en forma absoluta, pues como limitación a la estipulación de intereses,
la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, regula que en aquellos casos en que
los intereses devengan en usura, aun y cuando no exista o no existiera una ley que prohíba
la usura, no puede soslayar el imperativo establecido en la referida Convención en cuanto a
evitar dicha forma de explotación del hombre por el hombre; que además manifestó, que
existe en nuestro ordenamiento jurídico la Ley Contra la Usura; argumentando que en el
caso de mérito, es evidente que se encuentra ante un monto de intereses que devienen en
usurarios, pues se colige que cada reclamación anual que se haga respecto de los mismos,
se obtiene por parte del acreedor una ganancia notoriamente desigual, en relación a la suma
mutuada, pues el capital reclamado –que constituye la pretensión principal- es menor
respecto de los intereses convencionales reclamados –que son pretensiones accesorias-;
que, además concluyó, que debe tomarse en consideración la autonomía de la voluntad de
las partes, atinente al criterio de armortización de libertades en razón del cual se menciona
que cuando confrontan fuertes y débiles, éstos presionados por la necesidad, se ven
obligados a aceptar lo que los más fuertes son libres de imponerles, de esa manera la
autonomía de la voluntad de las partes en general se verá viciada por la necesidad que una
de las partes tienen de contratar y que por lo tanto aceptará cualquier condicionante que a
fin de poder contratar se le imponga; por lo que la Juzgadora consideró que la autonomía de
voluntad de los contratantes se ve limitada al existir abuso excesivo en cuanto a la
formulación de la cláusula que desarrolla la pretensión accesoria, por lo que aplicó la Ley
de Protección al Consumidor, y en base a este cuerpo normativo tuvo por no escrita la
cláusula contenida en el documento privado autenticado por notario de mutuo
correspondiente únicamente en lo relativo a los intereses convencionales y moratorios,
modificando los mismos.

En torno a lo manifestado, esta Cámara al examinar el título ejecutivo, como ya se dijo en


párrafos anteriores, el mismo se trata de un documento autenticado de mutuo simple
celebrado el día seis de diciembre de dos mil once, mediante el cual las señoras NORMA
BEATRIZ A. DE M. y SUSANA ELIZABETH M. DE A., manifiestan haber recibido a
título de mutuo en forma común y solidaria de parte de la señora MARIA ANTONIA S.
DE M., la suma de setecientos dólares de los Estados Unidos de Norteamérica, al interés
convencional del quince por ciento mensual, en un plazo de tres meses prorrogable por otro
período igual, siempre y cuando estuvieren al día con el pago de los intereses; debiendo
pagar los intereses mensualmente en forma vencida y sucesiva, y el capital en una sola
cuota al final del plazo; que la mora en el pago de los intereses haría caducar el plazo de la
obligación y la deuda sería exigible en su totalidad como si fuere de plazo vencido; además
si los intereses no eran cancelados en la fecha y plazo establecido, devengaría un interés por
mora del diez por ciento mensual adicional al pactado, cuyo recargo se aplicaría si el saldo
en mora no era pagado dentro de los tres días siguientes al vencimiento del plazo
establecido.

Debe decirse que el mutuo o préstamo de consumo, es un contrato por medio del
cual una de las partes entrega a la otra cierta cantidad de cosas fungibles, con cargo de
restituir otras tantas del mismo género y calidad; aclarándose que si el mutuo consiste en
dinero se deberá la suma numérica enunciada en el contrato. Art. 1954 y 1957 C.C.; éste
tipo de contrato goza de la característica legal de que pueden estipularse intereses, Art.1963
C.C., entendiéndose los mismos como el provecho o remuneración que obtiene el mutuante
como precio del goce que otorga el mutuario; jurídicamente, los intereses son frutos civiles
de la cosa prestada, y éstos pueden ser de tres clases así: interés legal, interés convencional
e interés corriente; por otra parte, las expresiones contenidas en el Artículo 1416 del
Código Civil, indican de una manera singularmente enérgica, la fuerza obligatoria del
contrato para las partes, y es que para éstas, el contrato constituye una verdadera ley
particular, a la que deben sujetarse en sus mutuas relaciones del mismo modo que las leyes
propiamente dichas, haciendo una referencia a cada una de las disposiciones comprendidas
en el pacto o convenio entre partes que se obligan sobre cosa determinada y a cuyo
cumplimiento pueden ser obligadas.-
En ese sentido, esta Cámara estima que el art. 1963 del C.C. que establece la libertad en la
estipulación de intereses, y que ha inaplicado la Jueza A quo, no entra en conflicto con la
Convención Americana de Derechos Humanos, en virtud de lo establecido en el art. 23 Cn.,
que garantiza la libertad de contratación conforme a las leyes, que es norma fundamental y
primaria; por lo tanto, dicha funcionaria vulneró el principio de la autonomía en cuanto a la
libertad de contratar, que consiste en el poder conferido a los sujetos para auto-determinarse
en las relaciones jurídicas de carácter privado que realicen entre sí, generándose como
consecuencia, privilegios y responsabilidades para los individuos que han intervenido,
permitiendo con ello acordar un determinado contrato con entera libertad.

La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de la República de El


Salvador, en la sentencia con referencia 2-2002 de las diez horas cuarenta minutos del ocho
de noviembre de dos mil cuatro, ha sostenido que: “La libertad de contratación ofrece los
siguientes aspectos: 1) El derecho a decidir la celebración o no celebración de un contrato,
o sea la libertad de contratar como aspecto positivo, y la libertad de no contratar como
aspecto negativo; 2) El derecho de elegir con quien contratar; y 3) El derecho de regular el
contenido del contrato, o sea los derechos y obligaciones de las partes en virtud de la
autonomía de la libertad”; desde luego que la libertad de contratación está limitada por el
bien común.

Que por lo expuesto esta Cámara considera, que la Jueza A quo si violentó el principio de
la libre contratación, al sustituir el porcentaje de los intereses convencionales del quince por
ciento mensual por el interés legal del seis por ciento anual, así como el interés moratorio
del diez por ciento mensual al cinco por ciento mensual; ambos intereses pactados y
expresados en el documento de mutuo base de la pretensión; intereses que están en
concordancia con la tabla fijada por el Banco Central de Reserva, en consonancia con la
Ley Contra la Usura; por lo que como se consignó, la Juzgadora no respetó el principio de
la libre contratación.
Que por todo lo manifestado, deberán revocarse los romanos uno y dos de la sentencia
apelada; y reformarse el romano III) de dicha sentencia en el sentido que se deberá
condenar a las demandadas NORMA BEATRIZ A. DE M. y SUSANA ELIZABETH M.
DE A., a pagarle a la actora MARIA ANTONIA S. DE M., la cantidad de SETECIENTOS
DÓLARES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA como deuda principal, los
intereses convencionales del quince por ciento mensual y el interés moratorio del diez por
ciento mensual, a partir del siete de diciembre de dos mil once, hasta su completo pago o
transe, y no los intereses legales del seis por ciento anual y moratorios del cinco por ciento
mensual; y confirmarse tal sentencia en todo lo demás.

POR TANTO: Sobre la base de los razonamientos expuestos, y de conformidad a lo


establecido en los arts. 1 inc. 1º, 11, 15, 18, 172 incisos 1º y 3º, 182 atribución 5ª Cn., 29
ordinal 1º, 216, 217, 218, 219, 220 inc. 1º, 272, 275 y 515 inc. 1º CPCM, a nombre de la
república de El Salvador esta Cámara FALLA: 1) REVOCANSE los romano I) y II) de la
sentencia venida en apelación pronunciada por la Jueza Suplente del Juzgado de Primera
Instancia de Acajutla a las diez horas treinta minutos del catorce de noviembre de dos mil
trece; 2) REFORMASE el romano III) de dicha sentencia en el sentido siguiente:
CONDENASE a las demandadas NORMA BEATRIZ A. DE M. y SUSANA ELIZABETH
M. DE A., a pagarle a la actora MARIA ANTONIA S. DE M., los intereses convencionales
del QUINCE POR CIENTO MENSUAL y el interés moratorio del DIEZ POR CIENTO
MENSUAL, a partir del siete de diciembre de dos mil once, hasta su completo pago o
transe y no los intereses legales del seis por ciento anual y moratorios del cinco por ciento
mensual. 3) CONFIRMASE en todo lo demás la sentencia impugnada; y 4) CONDENASE
A LAS DEMANDADAS EN COSTAS de esta Instancia.

Devuélvase al Juzgado de origen el expediente principal, junto con certificación de la


presente sentencia; luego archívese el presente incidente.

PRONUNCIADO POR LOS MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN LICENCIADOS


JOSÉ LUIS REYES HERRERA Y ERNESTO CEA.

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